Año 1870. Londres I.- Situación política 1870 ∗ En los últimos 100

Año 1870. Londres
I.- Situación política 1870
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En los últimos 100 años ha nacido EEUU con una población que se ha
multiplicado por más de 10 respecto al territorio de la anterior colonia británica
gracias a la fuerte inmigración proveniente de toda Europa, principalmente de
británicos, alemanes, austro-húngaros e irlandeses. Hace solo cinco años que ha
terminado la Guerra de Secesión entre el Norte y el Sur. Ahora, tras el asesinato de
Lincoln y el mandato de Andrew Jonson, la presidencia corresponde al general
Grant, con un oscuro periodo de corrupción y eficacia administrativa.
El imperio ruso está gobernado por el zar Alejandro II, reformista y liberal en lo
interior y expansionista en política exterior. En 1881 será asesinado por un grupo
terrorista, con el fermento revolucionario creciente de un campesinado que vive en
la miseria y que terminará induciendo a la Gran Revolución de 1917.
En Japón, con el emperador Mutsu Hito se inicia la era Meiji, de la que nace el
Japón moderno.
Turquía va perdiendo poder y en pocos años se alcanza la independencia de los
países de la zona de los Balcanes.
En Europa, la Revolución Francesa de 1789 no se ha resuelto con el nuevo reparto
de fuerzas establecido en el Congreso de Viena (junio 1814-junio 1815). Se han
generalizado movimientos de cambio en diversos países y, en particular,
revoluciones hacia 1848 en Francia, Imperio Austrohúngaro y estados alemanes e
italianos. Y aún queda el nuevo ímpetu revolucionario de la Comuna de Paris en
1871.
Por el momento, Francia culmina su Segunda República con u retorno a la
monarquía, ahora en la figura del emperador Napoleón III (sobrino de Napoleón
Bonaparte) que caerá precisamente en este año de 1870, prisionero de las tropas de
la potente Alemania, proclamándose de nuevo la República.
Cuatro años antes Prusia había derrotado militarmente a Austria e impuesto su
idea de un estado alemán separado. En 1871, Guillermo I de Prusia sería
proclamado formalmente emperador de Alemania y se iniciaría el II Reich que
duraría hasta 1914.
El Imperio Austro-Húngaro está en clara decadencia bajo el reinado de Francisco
José de Austria y su celebre esposa, la emperatriz Sissi, que deben enfrentarse a
los movimientos autonomistas, principalmente en Hungría y Bohemia (actual
República Checa).
La perdida de poder de Austria impulsa el movimiento unificador de Italia,
liderado por el rey Víctor Manuel II, al perder aquella su control sobre las regiones
de Lombardia y Véneto (nordeste de Italia, más diversos ducados de su directa
influencia. El 20 de noviembre de 1870 culmina prácticamente la unificación con
el establecimiento de la capitalidad del reino en Roma.
En Gran Bretaña estamos en plena época “victoriana”, a poco más de la mitad de
ese extenso reinado de 64 años de Victoria I. El imperio británico se extiende por
Canadá, India, Australia y enclaves en Extremo Oriente y África.
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España se encuentra en plena convulsión política. La reina Isabel II, en el exilio
como consecuencia de la reciente Revolución de 1868 encabezada por el general
Serrano. La solución del momento ha sido buscar una nueva monarquía a través de
un rey extranjero (Amadeo I de Saboya), a propuesta del general Prim, que es
asesinado precisamente en 1870.
II.- Sociedad 1870
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Estamos en pleno Romanticismo, que arranca de los valores más tradicionales de
exaltación de lo nacional y nostalgia por la Edad Media, como reacción ante el
neoclasicismo precedente. Pero el romanticismo tiene también una vertiente
liberal y revolucionaria, de apoyo del subjetivismo frente a la razón. La raíz
nacionalista puede encontrarse en la literatura de Walter Scott o José Zorrilla. La
liberal y revolucionaria en la filosofía de Hegel o Nietzsche, en las obras literarias
de Byron o Espronceda, en el socialismo utópico de Saint-Simón o Fourier. Frente
a ese socialismo utópico se van difundiendo las ideas del socialismo científico de
Marx y su Manifiesto del Partido Comunista.
Las condiciones de alojamiento de la población trabajadora industrial son muy
precarias en grandes ciudades como Londres. El maquinismo ha traído mayor
riqueza pero con desigualdades crecientes, trabajo marginal para los más débiles y
condiciones higiénicas deplorables en barrios modestos.
Las últimas décadas han acumulado nuevas invenciones: los descubrimientos
bactereológicos de Pasteur, la dinamita de Nobel, el fonógrafo de Edison, el
telégrafo de Morse, los principios de electricidad de Ampére, las ideas sobre
evolución de las especies de Darwin o la máquina de vapor de Watt.
En particular, la posibilidad de transformar vapor en energía supone el nacimiento
de hilaturas, telares o martillos mecánicos, nuevos tipos de barcos y, sobre todo, la
llegada del ferrocarril como medio revolucionario de transporte de personas y
mercancías.
En España el primer ferrocarril se inaugura en 1848 y por aquellas fechas se inicia
el uso de sellos adhesivos en correo, los tendidos de red telegráfica eléctrica o las
obras de traídas de agua del canal de Isabel II. En 1871 se inauguran en el barrio
de Salamanca de Madrid, los primeros tranvías (aún tirado por caballos).
A pesar de la modernización, el 80% de la población en la España de 1870 era
analfabeta e, incluso, en ciudades como Madrid se mantenía en el 60%.
III.- Demografía 1870
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La población mundial se ha casi duplicado en los últimos 100 años, alcanzando
los 1.300 millones.
En EEUU viven ya 40 millones de personas y en Europa Occidental cerca de
200 millones. En Latinoamérica residen más de 40 millones.
Los países más habitados de Europa son Alemania y Francia (con cerca de 40
millones), seguidos por el Reino Unido e Italia (unos 30 millones en cada uno).
España tiene 16 millones de habitantes.
La población de la Europa del Este supera los 50 millones y la de Rusia se
acerca a los 100 millones.
En Asia residen ya cerca de 800 millones, en particular en China (360 millones)
e India (250). En África la población esta ligeramente por debajo de los 100
millones.
Las mayores ciudades europeas son Londres (cerca de un millón de habitantes y
hasta tres si incluimos sus alrededores). Detrás están París, Nápoles, Viena o
Ámsterdam. En España las dos mayores ciudades son Madrid (cerca de 300.000
habitantes) y Barcelona (unos 200.000).
IV.- Gobierno 1870
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El Reino Unido seguía siendo uno de los países más evolucionados
políticamente. A pesar de ello, modernismo y democracia se entremezclaban con
tradición y oligarquías dominantes. El Parlamento constaba de dos cámaras: la
de los Lores (hereditaria, compuesta por títulos del reino y algunos obispos) y la
de los Comunes (representativa). Además, estaba la prohibición de ocupar
cargos públicos o parlamentarios si no se era miembro de la iglesia oficial del
estado (p. ej. para católicos o judíos). El sufragio universal, “cada hombre un
voto” no se conseguiría hasta 1885 y el de las mujeres hasta 1918.
La reina Victoria actuaba con las reglas de una monarquía constitucional,
dejando el juego de partidos y la responsabilidad de la acción política a sus
primeros ministros. Sin embargo, era conocida su atención permanente a los
asuntos de estado y sus sugerencias continuas a ministros.
El gobierno tradicional de la época isabelina en España (que hereda Amadeo I
tras la revolución de 1868), está influido por las nuevas ideas liberales y por un
deseo de modernidad. A pesar de ello, la nobleza continúa manteniendo gran
parte de su poder e influencia, a la que se añade una burguesía terrateniente
(fruto de los procesos de desamortización). Isabel II había concedido hasta 400
nuevos títulos a personalidades destacadas de las finanzas, la política o el
ejército.
V.- Dinero 1870
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Los 50 años que transcurren entre el final de la guerra de Secesión
estadounidense (1865) y el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914) son
los del triunfo del patrón oro internacional, convertido en una auténtica religión.
Hacia 1880 sólo dos países (India y China) conservaban su patrón plata.
El patrón oro suponía que cualquier moneda – libra, franco, lira, dólar – se
definía en términos de una cantidad fija e inmutable de ese metal. Las
autoridades se comprometían a la convertibilidad plena y libre de sus billetes y
depósitos bancarios, en forma tal que podían en cualquier momento obtener su
equivalente en oro. Las monedas eran, en la práctica, sólo nombres que se daban
a distintos pesos de oro. Así el soberano (equivalente a una libra esterlina) de
Gran Bretaña en 1870 quedó definido como 113,0016 gramos de oro y el dólar
en 23,22.
En 1870 la relación oro / plata se había elevado ya a 18 a 1 y hacia finales de
siglo llegaba a 30/1.
En España la unidad monetaria áurea había sido el doblón de 100 reales, que
tendría gran prestigio en esa época. La peseta aparece como unidad monetaria en
1868 con el Gobierno Provisional, con diversos valores en oro y plata. La
moneda de 100 pesetas acuñada en 1870 tenía 32,25 gramos de oro. Hasta 1874
no se emite el primer papel moneda con el valor nominal expresado en pesetas.
VI.- Actividad económica 1870
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Estamos en una época de plena efervescencia de nuevas ideas económicas, que
abren horizontes y se enfrentan como explicaciones alternativas de una realidad.
Coinciden en el tiempo el socialismo combativo de Marx, las teorías de la
población de Malthus, la teoría del valor-trabajo de Ricardo y los avances teóricos
de Stuart Mill.
Gran Bretaña recoge los frutos de su pronta incorporación a la Revolución
Industrial, entrando en una fase de prosperidad no exenta de deformidades sociales
que se tratan de corregir con buenas intenciones pero sin gran éxito.
En España, los “ilustrados” habían introducido importantes reformas, desde la
pasada desamortización de Mendizábal, a la fundación del Banco de Isabel II, la
reforma de la Hacienda Pública, la ley de Bolsa, la regularización de las
sociedades por acciones,...
Antonio Pulido, Momentos estelares de Econolandia