Intervención en Crisis por Violencia Intrafamiliar

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Intervención en Crisis por Violencia Intrafamiliar
En Colombia existe una cultura de maltrato y violencia ancestral que se sigue
reproduciendo por generaciones en las familias, en las escuelas y en la
sociedad, presentándose hoy día como una realidad dramática, con serias
repercusiones emocionales y sociales para el individuo y su familia.
Cuando en una sociedad de manera constante se arremete a los más débiles es
necesario preguntarse por los patrones de relación y las creencias culturales que
hacen posible que se repitan actos de violencia y que se reproduzcan al interior
de las familias. Vivimos en una sociedad violenta en donde nos hemos
acostumbrado a distintos tipos de maltrato, en donde existen diferencias de
poder que “justifican” que unos sean violentos con otros. La violencia actúa
como una cadena en la cual, el que por determinadas circunstancias tiene el
“poder” se cree con derecho de someter a los demás a sus deseos,
arbitrariedades o creencias y, por lo tanto, el mas débil debe estar sometido a
sus órdenes.
En la base de este tipo de violencias se encuentra un contexto social y cultural
de características patriarcales, con desniveles en las relaciones de poder y
desigualdades profundas, que educa y socializa al varón para que ejerza sobre
las mujeres violencia y sometimiento como manifestación de virilidad. Otras
características que favorecen la violencia intrafamiliar son el aislamiento social,
dificultades económicas, crisis laboral, malas relaciones de pareja, creencias
culturales, condiciones de vida desfavorables en cuanto a salud, vivienda,
educación, experiencias traumáticas, etc. No se trata sin embargo de justificar la
situación sino de entender los elementos que contribuyen a que se cree este tipo
de situación para poder construir un cambio.
La violencia intrafamiliar, definida como “un acto intencional por el cual uno o
más miembros de un grupo familiar producen daño físico, mental, sexual,
impiden la libertad de locomoción o causan la muerte a otro u otros miembros de
la familia”1, se manifiesta a través de acciones de abuso de poder tales como
violencia física, control económico, agresiones verbales, abandono afectivo,
amenazas, humillaciones, prohibiciones o aislamiento de la victima.
TAL VEZ SACAR LO DE CIFRAS
Las cifras reportadas de violencia intrafamiliar son alarmantes. Solo en el año
2004 el Instituto Nacional de Medicina legal y Ciencias Forenses dictaminó
59.770 casos de violencia intrafamiliar, de los cuales 36.901 correspondieron a
casos de violencia de pareja, 13.022 a casos de maltrato entre familiares y 9.847
1
Forensis (2005). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
a casos de maltrato al menor. De estos últimos el 36% fueron cometidos por el
padre y las víctimas fueron en su mayoría niños de 5 a 9 años y niñas entre 10 y
14 años. En cuanto a la violencia de pareja, a nivel país, el 91,2% de las
víctimas correspondió al género femenino y el mayor número de casos para
ambos sexos se presentó en el grupo de edad de 25 a 34 años.
Los episodios de violencia intrafamiliar no son aislados o accidentales, si no por
el contrario forman parte de patrones de relación, y los actores no ven que no
ven 2. Se construyen ciclos repetitivos en los cuales hay un abusador, un
abusado y un contexto propicio. Cada uno tiene una lógica que se articula con la
de los demás creando un circuito de violencia. Aún más, en las relaciones
teñidas por la violencia se dan ciclos de agresiones y reconciliaciones que
complejizan todavía más el tipo de dinámica a la que se enfrentan los
operadores de justicia y los funcionarios que deben atender este tipo de casos.
Las consecuencias de los diferentes tipos de violencia hacia los niños y niñas,
cuando no les provoca la muerte, generan huellas que pueden ser indelebles
tanto en lo físico como en lo emocional: daños neurológicos irreversibles,
desnutrición , bajo peso, retardo en el crecimiento, lesiones físicas irreparables,
baja autoestima, adicciones dificultades para aprender y concentrarse,
agresividad, depresión, tendencia a enfermarse, alteraciones en el desarrollo
ético y moral además de la reproducción de patrones de relación violentos con
sus futuras parejas e hijos e hijas.
Vivir en un ambiente violento genera en niños y niñas sentimientos de miedo y
desconfianza, dificultades para su vinculación emocional, dificultades de
relación, trastornos de conducta, dificultades de aprendizaje y la probabilidad de
repetir estas conductas con sus esposas e hijos.
La violencia conyugal genera en las mujeres víctimas temor constante,
ansiedad, baja autoestima, sentimientos de indefensión, ambivalencia, culpa y
vergüenza. La mujer presenta un debilitamiento gradual de sus defensas físicas
y psicológicas lo que lleva a un aumento de los problemas de salud. En algunos
casos la violencia física en algunas parejas es recíproca. En otras ocasiones la
violencia se refleja en la falta de compromiso con la crianza de los hijos, en el
aporte económico y en las relaciones paralelas con otras parejas.
La violencia intrafamiliar puede darse en una gama entre lo físico y lo verbal,
entre lo evidente y lo oculto, entre la acción y la omisión. Es así como muchas
de estas violencias no son conocidas ni reportadas a las autoridades como se
observa en la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, realizada por
Profamilia en el año 20003, en la cual se reporta que el 73% de las mujeres
agredidas no solicitó asistencia médica ni información para una posible
denuncia. Esta encuesta muestra las cifras de las diferentes manifestaciones de
2
3
Ravazzolla, C. Historias Infames
Profamilia 2000. Encuesta nacional de Demografía y Salud.
la violencia sobre los miembros más débiles del hogar, especialmente mujeres,
niños, niñas y adolescentes. “El 41 por ciento de las mujeres alguna vez unidas
a un hombre, contestó en forma afirmativa las preguntas relacionadas con la
violencia física por parte del cónyuge, el 37% manifestó que la empujaba, el 31%
que la golpeaba con la mano, el 12% que la pateaba y la arrastraba, el 9% que
la golpeaba con un objeto duro, el 8% que la amenazaba con armas, el 4% que
la mordía, el 5% que había tratado de quemarla o estrangularla y lo que es aún
peor, el 11% que la había violado”. 4 Como consecuencia de los episodios
violentos el 64% informó haber quedado con algún tipo de lesión, el 3%
mencionó que estaba embarazada en el momento de la agresión y el 2% tuvo
pérdida parcial o total de un órgano. Sobresale en el estudio que las regiones
donde la violencia física contra las mujeres se muestra con mayor frecuencia
son la Pacífica, la Oriental y Bogotá, y que no hay diferencias importantes en
cuanto al nivel educativo de las mujeres, ya que hasta las universitarias
expresan situaciones graves de violencia física. Con relación a la violencia
emocional, las mujeres alguna vez unidas a un hombre, contestan en un 65%
que sus esposos tienen reacciones negativas como acusarlas de infidelidad,
impedirles el contacto con familiares o amigas, insistir en siempre saber donde
estaban, vigilarlas, amenazarlas con quitarles los hijos, además de agredirlas
con expresiones que las descalifican y deterioran su valoración personal.
Con relación a la violencia contra los niños y niñas, el estudio, señala que el
esposo o compañero castiga a sus hijos con golpes y palmadas en un 42% y el
73% con reprimendas verbales. Afirman que también ellas agreden físicamente
a sus hijos pequeños, señalando una cifra del 47% y con reprimendas verbales
en un 72%. Cerca de la mitad de las mujeres (53%) considera que el castigo
físico es necesario para la buena educación de los hijos.
Como se observa en las cifras anteriores la violencia al interior de la familia
tiene varias manifestaciones. Una de ellas es la violencia conyugal, aquella
que ocasiona el hombre, esposo o compañero a su pareja, expresando una
forma de dominación del hombre hacia la mujer muy arraigada en nuestra
realidad colombiana y que tiene como causa básica, el sistema patriarcal que
educa y socializa al varón para que ejerza sobre las mujeres violencia y
sometimiento, como manifestación de virilidad. En el espacio privado de la
familia, también la violencia se expresa en las formas de control y castigo que
desde épocas pretéritas los padres practican con sus hijos/as con la pretensión
de disciplinarlos. Los golpes, las palabras agresivas, los chantajes,
humillaciones, burlas, son dolorosamente el pan de cada día en la vida cotidiana
de innumerables familias colombianas, tanto del campo como de la ciudad. 5 NO
podemos dejar de nombrar la violencia ejercida por otros miembros de la familia,
es común igualmente encontrar violencia de los hijos hacia los padres y entre
hermanos.
4
5
Profamilia 2000. Encuesta nacional de Demografía y Salud.
Ortiz, Isabel. Consejería Presidencial para la Política social
En cuanto a la violencia sexual, durante muchos años nuestra sociedad ha
estado dormida ante una problemática que de manera perjudicial ataca a
nuestra niñez y a nuestras familias en general. Sólo hasta hace poco tiempo se
ha comenzado a hablar del tema de la Violencia Sexual, causando un gran
impacto e incredulidad en todas las personas; de alguna manera nos hemos
resistido a aceptar que este enemigo oculto ha rondado muy cerca de nuestras
vidas y de las de nuestros seres queridos.
El Instituto Nacional de Medicina legal y Ciencias Forenses realizó 17.912
dictámenes por delitos sexuales, en el 2004. El mayor porcentaje de víctimas
(84%) correspondió al sexo femenino y por grupo de edad el más afectado fue el
comprendido entre los 10 y 14 años, en el que se registraron 5.907 casos, 706
en el género masculino y 5.201 en el sexo femenino. El 84,3%, de las victimas
es menor de edad. Con relación al agresor los datos de medicina legal muestran
como el delito sexual hace parte de un comportamiento que se genera
prioritariamente por parte de personas conocidas o familiares. “En el caso de
agresores del género masculino, el presunto delito sexual fue cometido
porcentualmente de la siguiente manera: 39% por un conocido y 23% por un
familiar. En el caso del género femenino, estos actos fueron propiciados en un
34 % por un conocido y en el 31% por un familiar. Vale la pena destacar que en
esta variable relacionada con el agresor, la mayor violencia sexual fue ejercida
por el padrastro contra el género femenino, campo en el cual se registraron
1.285 casos y en el masculino 86 casos. Más grave aún es el fenómeno de la
conducta asumida por los propios padres, encontrándonos con cifras elevadas
que hacen evidentes las anormalidades que a este nivel se presentan y que se
resumen de la siguiente manera: 1.047 mujeres y 122 hombres.”6
Hay distintas formas de violencia sexual:
 El abuso sexual que se da dentro de la familia ya sea a un niño o niña o
entre adultos, incluyendo la violencia sexual al interior de la pareja.
 El abuso cometido por personas conocidas o cercanas a la víctima.
 El asalto sexual por personas desconocidas para la víctima.
Es igualmente importante anotar la relación existente entre las diferentes
expresiones de violencia sexual y factores como el aumento en los índices de
muertes prenatales e infantiles, las cifras crecientes de embarazos
adolescentes, el embarazo en niñas de 10 a 14 años, el crecimiento del número
de muertes de madres jóvenes y el incremento del VIH/SIDA.
La respuesta inicial al descubrimiento de la violencia sexual genera con
frecuencia una fase de negación que puede ser menos o mas intensa
dependiendo de la cercanía del agresor con la víctima, y es seguida por una
fase caracterizada por fuertes sentimientos de angustia, rabia, dolor,
6
Forensis (2005). Idem
ambivalencia, confusión, desconcierto e impotencia tanto en las víctimas como
en sus familias.
La violencia intrafamiliar y el descubrimiento de la violencia sexual tienden a
producir en las víctimas y sus familias un estado de crisis que les dificultan ver
con claridad y encontrar soluciones y alternativas para el manejo de la situación.
Esto a su vez aumenta la tensión y la ansiedad, lo que lo inhabilita aún mas para
encontrar soluciones.
Debido a que la crisis es un periodo de alto riesgo tanto para la víctima como
para su familia y que a su vez es el periodo de mayor necesidad y mayor
receptividad a la intervención, es importante que los preofesionales que reciben
este tipo de casos estén capacitados para dar una atención oportuna y de
calidad con el fin de prestar apoyo, de proteger a la víctima y su familia de
nuevas agresiones y ayudarles a encontrar una forma adecuada de manejo de la
situación.
Podemos definir la crisis desde la tensión que afecta un sistema y requiere un
cambio que se aparta del repertorio usual de acciones. La crisis se presenta
cuando un sistema no cuenta con la creatividad necesaria para resolver una
situación dada. La crisis representa un peligro hacia el sistema que la padece,
pero al mismo tiempo puede ser una oportunidad para hacer cambios
favorables. La persona o la familia no cuenta con los recursos para enfrentar la
situación y por lo tanto se experimenta mayor tensión y ansiedad, lo cual a su
vez se traduce en menos posibilidades para encontrar soluciones efectivas.
Características de las familias en crisis
El resultado de la situación desbordante es que las familias alteran sus límites y
reglas de funcionamiento, la rutina se ve modificada y sus miembros no tienen
claro que deben hacer, que se espera de ellos ni que necesitan que hagan los
demás. Es común que los roles se confundan y quienes debieran tener un
desempeño protector terminen siendo protegidos por otros que dentro del
sistema ocupaban un lugar mas frágil, este es el caso de los niños y niñas que
terminan siendo quienes protegen a sus padres. Para no acrecentar las
preocupaciones de los adultos, es posible que los niños y niñas. Las prioridades
se modifican pues frente a una situación limite lo que resultaba importante ya no
se ve de la misma manera e igualmente lo que en otro momento hubiera sido
impensable puede ser considerado en este momento como una posibilidad.
Como efecto de la crisis puede surgir una desmotivación por las metas que en
otro momento eran el soporte emocional para esforzarse y en este momento se
ven sin valor , sin importancia o simplemente inalcanzables o sin sentido. Todas
estas variables hacen que aumente la tensión entre los miembros de la familia
que se manifiesta de diversas maneras de acuerdo a cada sistema familiar.
La crisis se caracteriza por la temporalidad, es decir tiene una duración
determinada que hace que se diferencie de las situaciones crónicas generadoras
de estrés. Durante la crisis la persona pierde no sólo la capacidad para enfrentar
el motivo que dio origen a la situación de emergencia sino que se siente incapaz
de enfrentar los problemas y demandas de la vida cotidiana
Efectos psicológicos de la crisis
Se pueden ver efectos en el pensamiento, en los sentimientos y emociones así
como en la forma de actuar. En el pensamiento: como consecuencia del
desbordamiento emocional que se vive, hay una sensación de aturdimiento, se
presenta un pensamiento desorganizado o lo que se llama visión de túnel, es
decir un bloqueo que no permite ver alternativas, hace perder el contexto y no
permite ver la luz al final del camino.
Se experimentan sentimientos nuevos e inusuales que provocan confusión y
aturdimiento. Hay una sensación continua de peligro, de sentirse vulnerable o en
permanente riesgo, es por eso que es común el deseo de salir corriendo,
desaparecer o esconderse. Es posible que la persona sienta mucha rabia y
genere un distanciamiento emocional con los demás o bien esté a la defensiva.
Por otra parte puede haber cierta desesperanza frente al presente y al futuro,
debido a la sensación de estar atrapado sin encontrar alternativas, sin vislumbrar
soluciones ni posibilidades, por eso la persona puede sentirse atrapada,
desesperada e impotente. En ocasiones este estado de abatimiento emocional
puede generar estados de apatía y depresión. La persona siente que no es
capaz, que el problema supera sus capacidades y por lo tanto duda de si miso,
su autoestima, su autoconcepto se ven deterioradazos, y por lo tanto siente
miedo a la vez que culpa por sentirse causante de la crisis o incapaz para
resolverla.
Una persona que está sintiendo todo esto, naturalmente se comportará de una
manera defensiva y hostil, y puede oscilar entre actos impulsivos y un bloqueo
para la acción. Como es natural las personas que la rodean buscarán formas de
ayudar y comenzarán a intervenir en las decisiones. La intervención de otros si
bien puede ser de gran ayuda puede generar una relación de dependencia
incluso en aspectos mas allá del problema invadiendo la vida cotidiana,
formando un círculo vicioso en el cual la persona se siente cada vez menos
fortalecida para encontrar soluciones viables al problema.
Etapas en el proceso de la crisis
Horowitz 7identifica 5 etapas, a partir del evento precipitante.
1. Reacción emocional inicial: puede estar acompañada de llanto, gritos,
lamentos y parálisis o estado de “zombi”
7
Horowitz,
2. Negación o bloqueo: puede haber una tendencia a evitar pensamientos que
le recuerden el problema y es posible ver a la persona actuando como si el
evento no hubiera ocurrido. Esta negación se puede confundir con fortaleza.
3. Intrusión: en esta etapa, se evidencia la dificultad para mantener el estado de
negación, no es posible disimular mas el problema detonante así que los
pensamientos y las imágenes comienzan a invadir la mente y esta a su vez
busca la forma de encontrarle sentido a la experiencia.
Algunas personas pasan de la primera a la tercera etapa, otras al llegar a la
tercera se devuelven a la negación y oscilan entre esas 2 sin avanzar a la
siguiente
4. Aceptación. Es posible en esta etapa aceptar que lo que está pasando es
real y no producto de su mente. Se abren nuevas posibilidades para
identificar y expresar los sentimientos, pensamientos e imágenes de la
experiencia de crisis. Se llega el momento en que las explicaciones pasadas
carecen de sentido y se hace necesario buscar nuevas explicaciones.
5. Elaboración: En este punto es posible encontrarle el sentido a la experiencia
e integrarla al resto de la vida personal. Hay una restauración del equilibrio y
una comprensión mas objetiva del problema. Se identifican nuevas
estrategias de enfrentar las situaciones y se realizan los cambios necesarios
para establecer un potencial positivo para la crisis. Durante la crisis hay
distintos tipos de reacciones, que es diferente en cada persona, algunos
reaccionan de manera regresiva, dependiente, y con ideas de soluciones
mágicas, o se sienten culpables por haber o no hecho determinada cosa
La crisis causada por violencia al interior de la familia
Algunas crisis se producen en las familias debido a los patrones de relación
violentos. Cuando hablamos de violencia es necesario tener en cuenta por lo
menos los siguientes tres factores:
1. Desequilibrio de poder entre agresor y víctima
El desequilibrio de poder se produce ya sea por diferencias económicas,
sociales, culturales, de edad y por cualquier otro factor que signifique que las
personas involucradas no estén en igualdad de condiciones para actuar y
decidir.
2. Indefensión y falta de libertad de la víctima
Cuando hay una situación violenta, hay una o varias personas involucradas que
quedan en posción de victimas, es decir no eligieron la situación y no pueden
salir de ella, no pueden defenderse ni escapar
3. De naturaleza:
• Física
• Sexual
• Emocional
La Violencia Intrafamiliar:
Es cualquier tipo de violencia donde se encuentran los factores antes descritos y
se produce entre personas que tienen algún tipo de consanguinidad. Entre los
tipos de violencia intrafamiliar se encuentra la violencia en la pareja, la violencia
hacia la mujer, el maltrato infantil, el abuso sexual y la violencia de hijos a
padres
En la familia donde hay violencia, hay también presentes otros sentimientos y
otro tipo de vínculos que no son violentos o dicho de otro modo la violencia no
necesariamente es permanente. Se dan intercambios violentos que conforman
ciclos recurrentes en la relación.
En el caso de la violencia en la pareja, este ciclo se da de una manera mas
clara. Hay un evento o una serie de eventos que hacen que aumente la tensión
en la relación, situaciones que típicamente aumentan el estrés en la pareja
pueden desencadenar un episodio de violencia como algo repentino, como un
estallido emocional en que se actúa de manera violenta y produce distancia
emocional entre los miembros de la pareja. Al distanciarse cada uno de los
miembros tienen la oportunidad de reflexionar y evaluar sus acciones y puede
haber un espacio para la culpa y el remordimiento por el acto violento y que este
sentimiento de lugar a una solicitud de perdón y una reactivación del
acercamiento emocional en lo que llamaríamos la “luna de miel” en la que
alguno de los dos o ambos buscan reparar y retomar la relación desde otra
emoción. En ese punto la pareja renueva el vínculo emocional positivo y tiene la
ilusión que no se presentarán nuevos episodios violentos. Sin embargo sabemos
que una relación violenta volverá a presentar nuevos episodios hasta que no
cambien las pautas de relación en las que se valida la agresión.
Ciclo de Violencia
Violencia
Distancia
Culpa
Reparación
Perdón
Se configuran distintos tipos de violencia
1. violencia – agresión
La violencia agresión se presenta en las relaciones simétricas y es una agresión mutua.
Después de la agresión se presenta una etapa de pausa complementaria, donde el agresor
activo pide disculpas, baja su posición y se encarga de curar al otro, éste baja el
enfrentamiento y acepta que lo atiendan. Por lo tanto, viene el periodo de reconciliación y
reparación, período en que se pide ayuda profesional. Otras características de esta
violencia agresión son:
o
o
o
o
o
o
Violencia recíproca y pública
No hay sometimiento
Conciencia de la violencia
El otro es reconocido
Autoestima preservada
En pausa complementaria se busca terapia
2. Violencia – castigo
La violencia castigo se da en las relaciones desiguales, la violencia toma forma de castigo
y es unidireccional. Esta violencia se basa en la cultura patriarcal rígida, donde el
autoritarismo es la base. Tanto la víctima como el matratador comparten la visión de que
éste es jerárquicamente superior. Otras de las características de la violencia castigo son:
 Desigualdad de poder
 Se niega al otro
 Baja autoestima
 No hay pausa
 Violencia escondida
 No hay conciencia de violencia
 Se justifica por una falta
 Sentimiento de culpabilidad confuso
El Maltrato infantil
En el maltrato hacia niños y niñas también están presentes:
 Relaciones de poder, donde sin duda el adulto tiene un lugar de mayor
poder
 El adulto utiliza y manipula la dependencia afectiva y saca provecho de
esto
 Le exige lealtad absoluta a los niños y niñas que están bajo su poder
 Hay un sufrimiento no verbalizado ni reconocido
 Estos patrones de relación se repiten a través de las diferentes
generaciones
 Hay un sistema de creencias que valida este tipo de relación
 Generalmente esta violencia se da en familias aisladas o que tienen
relaciones sociales muy pobres y no cuentan con la posibilidad de redes
sociales donde se sientan protegidos, tengan algún tipo de apoyo
emocional y mecanismos para comparar lo que están viviendo con otras
familias. En algunos contextos sociales por otra parte este tipo de
patrones de relación son validados desde lo social y en ese caso para las
víctimas es aún mas difícil pues creen que esa es la forma en que
naturalmente se relacionan las familias.
 En general, en las familias se dan varios tipos de violencia
simultáneamente. Es decir violencia en la pareja y maltrato infantil o
violencia en la pareja y abuso sexual hacia alguno de los hijos.
 El drama cuando los malos tratos se dan en la familia es la confusión que
se le plantea a los niños y niñas de la famila que retomando una
expresión de Barudiy8 parecería que el refrán de la familia fuera “Te
amamos, te maltratamos, cállate, es normal” 9
8
9
Barudy
Barudy,
Entre los distintos tipos de violencia, hay una muy específica y es la violencia
sexual que puede presentarse igualmente al interior de la familia o puede ser
perpetrada por desconocidos o por personas ajenas a la familia.
Violencia Sexual
Explotación Sexual
Comercial Infantil
Abuso Sexual
Utilización
En
Prostitución
Famili
a
Utilización
En
Pornografía
Turismo
Sexual
Trata de
Niños/as
Desconocido
Conocido
Conflicto Armado
En el panorama de la violencia sexual tenemos por un lado la explotación sexual
comercial infantil
En Colombia el Consentimiento válido10 por ley es posible a partir de los 14
años, sin embargo es importante tener en cuenta que no solo la edad es un
factor determinante, hay otros factores que juegan un papel muy importante y
son elementos que requieren ser tenidos en cuenta para hablar realmente de
consentimiento en un vínculo que signifique igualdad de condiciones apara las
personas implicadas
• El nivel emocional de los implicados debe ser equivalente es decir no
debe predominar el sometimiento o el temor
10
Kahn, 2003
•
•
•
•
•
•
•
•
Debe ser a una edad apropiada en la que el desarrollo físico, psicológico,
social y emocional permita a los implicados tomar decisiones y hacerse
responsables de las consecuencias
La honestidad debe estar presente, es decir que sea un vínculo sin
manipulación ni chantajes
Para que el consentimiento sea válido, ambos deben estar de acuerdo y
aceptar, decir que si
Por lo tanto alguno puede decir que no
Ambos entienden lo que va a pasar, pueden prever los efectos y las
consecuencias
NO hay problemas para decidir ambos están sobrios y en sus cinco
sentidos
Los implicados tiene igualdad en inteligencia
La relación incluye un vinculo afectivo que hace sentir bien a ambos
Cuando la crisis es causada por el Abuso sexual infantil
Un
niño o niña víctima
de ASI llegan generalmente muy afectados
emocionalmente dependiendo del tipo de abuso, del tiempo que han sido
víctimas, la relación con el agresor y la reacción que la familia ha tenido frente
al descubrimiento.
 Las víctimas llegan conmocionadas por:
 Las amenazas del agresor hacia el o ella o hacia la familia
 El agresor ha hecho sentir a la víctima que todo lo ocurrido debe
ser guardado en secreto y que este debe ser inviolable
 Es natural que las víctimas sientan angustia por lo que pasará al
agresor
 Qué sienten las víctimas?






Confusión, no es fácil diferenciar entre lo que está bien y está mal
La culpa es el sentimiento que acompaña a las víctimas por mas
tiempo debido a que el agresor les ha hecho sentirse responsables
del abuso
Vergüenza, ya que todo lo que involucra un contenido sexual hace
sentir que lo que sucedió no estuvo bien haciendo sentir a las
víctimas inadecuadas
El afecto y la lealtad conviven con sentimientos negativos hacia los
agresores.
Las víctimas llegan con mucho dolor emocional al descubrir que
eso no era tan normal como el agresor lo hacía parecer
Hay rabia hacia el agresor, hacia si mismo y hacia la familia que no
lo protegió


Es natural el miedo hacia lo que puede suceder, hacia que el
abuso vuelva a ocurrir, temen por el futuro del agresor y las
reacciones de los otros miembros de la familia
Hay desconfianza frente a sus propias capacidades para superar
este trauma
También los adultos y adultas pueden ser víctimas de violencia sexual. Cuando
una persona ha sufrido un asalto sexual violento, pasa por diferentes etapas en
la elaboración del trauma. En el momento del asalto pueden presentarse
reacciones variadas, lo mas usual es que frente al impacto inesperado la víctima
quede aturdida en estado de shock , donde lo que predomina es la respuesta
instintiva de supervivencia, algunas quedarán paralizadas, otras tendrán
reacciones de huida e intentos de defenderse. Es difícil poder prever como
reaccionaría una persona frente a tales circunstancias y es esperable cualquier
reacción. Es muy importante validar la reacción de la víctima afirmándole que
hizo bien no importa cual haya sido su reacción, jamás debemos recriminarle por
que no actuó de tal o cual forma. Pasado el impacto inicial, suele darse paso un
estado de incredulidad y extrañeza, de sentir que eso no puede estarle pasando.
Luego se da paso a un estado de concientización, en el cual la víctima comienza
a reconocerse como tal, e intenta alternativas para protegerse o huir.
Víctimas de Crímenes Violentos
Ciclo de respuesta
Asalto
Shock
Incredulidad
Concientización
Afecto
congelado
Supervivencia
Víctimas de Crímenes Violentos
Ciclo de recuperación
Shock
Cambios
de ánimo
Rabia
Reflexión
psicológica
Descanso
Pasado el evento traumático es usual ver a la víctima nuevamente en un estado
de gran impacto emocional y psicológico, hay que entender que vivió una
experiencia límite, que desborda la capacidad de reacción de cualquiera y por lo
tanto es de esperar el embotamiento de los sentidos, de las ideas y de los
sentimientos. Este estado inicial de aturdimiento puede producir variaciones en
el estado de ánimo, pasando de la euforia a la depresión de la rabia a la
tranquilidad del deseo de venganza al esfuerzo por olvidar y distraer la mente.
Seguramente algunas de las funciones como el sueño y la alimentación pueden
verse fuertemente afectadas. Es posible que pase largos períodos rumiando las
ideas de lo que ha debido hacer de cómo ha podido reaccionar para poder
defenderse y sienta entonces mucha rabia por no haberlo hecho en ese
momento, puede haber mucho odio hacia el agresor y mucho dolor por no tener
respuestas para la pregunta que siempre surge ¿Por qué a mi?. Pasado un
tiempo se dará paso a una etapa de reflexión, dependiendo de la capacidad
psicológica y emocional para enfrentar situaciones difíciles, de la filosofía de vida
y de las razones propias para vivir. Es posible que las etapas se sucedan y que
hayan retrocesos, es un proceso dinámico y de avances y retrocesos. Una vez
pasadas todas las etapas y si se ha podido elaborar el evento traumático la
víctima puede experimentar cierto descanso y recobrar algunas de sus rutinas y
de sus ritmos de sueño, alimentación y demás actividades cotidianas.
Efectos del asalto sexual violento
Es necesario tener en cuenta que el asalto sexual es un ataque que atenta de
manera brutal contra la integridad, el autocontrol, la confianza en los demás y el
espacio personal. Es usual ver que las víctimas se culpem, a pesar de no tener
ningún tipo de responsabilidad, pues es claro que no hay razón alguna que
justifique un acto así de cruel. Hay una tendencia a pensar una y otra vez en la
situación vivida en busca de una explicación, ya que la mente necesita
encontrarle algún sentido a la experiencia, alguna explicación lógica.
Cómo intervenir frente a los diferentes tipos de crisis?
El objetivo primario frente a cualquier tipo de violencia es el de proteger a la
víctima y ofrecerle alternativas que le permitan tomar decisiones y sentirse
segura. Mas aún en el maltrato infantil, lo mas importante es proteger de
manera integral al niño o a la niña desde una perspectiva física y emocional,
con el fin de restituirle sus derechos y partir de la base que la responsabilidad
es sólo de los adultos/as. En la restitución de derechos es necesario considerar
la ayuda a la familia sin la cual no se dan los cambios que las víctimas estén
protegidas. Es decir, es fundamental dentro de esta perspectiva restituirle al
niño o la niña el derecho a tener una familia funcional y protectora, de nada nos
sirve atender y proteger a las victimas si no generamos los cambios necesarios
para que esa familia sea protectora. Para esto las intervenciones deben tener un
enfoque de familia para trabajar con los adultos sobre pautas de crianza,
fortalecimiento del rol protector, autocontrol, manejo de emociones y alternativas
para diferenciar los problemas de pareja de los problemas en el rol de padres.
Siempre que haya un niño niña involucrados los padres, madres y demás
adultos significativos, deben integrarse al trabajo, no tiene sentido atender
individualmente a un niño o niña sin intervenir directamente con los que son los
responsables de su bienestar. El Objetivo secundario será entonces el de
esclarecer los hechos y sancionar al responsable.
Violencia en la pareja
Es posible que la violencia se presente solo hacia la mujer, o sea mutua entre
ambos miembros de la pareja. Un elemento particular es que la elección de
pareja es voluntaria, es decir ambas partes deciden permanecer en la relación.
La violencia en la pareja, stá sustentada en los patrones violentos de relación y
en los modelos de dominancia del hombre sobre la mujer 11
Desde una perspectiva positiva es posible pensar en la crisis como una
oportunidad para cambiar y crecer en la relación. Si la pareja logra una
orientación adecuada este objetivo puede hacerse realidad. Es posible
igualmente que se salga de la crisis sin lograr hacer cambios sustanciales en la
relación y solamente surjan estrategias de supervivencia para que la relación no
se disuelva y sigan latentes los motivos que generaron originalmente la crisis.
Para sobrevivir a la crisis es posible que los miembros desarrollen estrategias
defensivas ante el peligro y el temor de la agresión de la pareja. Frente a la
ansiedad que genera una situación de conflicto y dolor una alternativa es
minimizar la violencia, es decir hacer de cuenta que no es tan grave la situación
y que se trata de un conflicto pasajero y que los niveles de violencia no fueron
tan dolororsos. Otra manera de defenderse es negar ante los otros y ante si
mismo que la situación es grave. También se tiende a minimizar las
consecuencias de la violencia y puede haber una tendencia a culparse por lo
que pasó sin ver la participación y responsabilidad de la otra parte. Es común
ver que las mujeres golpeadas y maltratadas por sus esposos los justifiquen y
terminen creyendo que de alguna manera se merecían ese maltrato.
Igualmente quien actuó de manera violenta puede buscar justificaciones para su
violencia en las acciones del otro. Por ejemplo el hombre que golpea puede
decir que es justificada su actitud debido a la forma equivocada de actuar de la
mujer o en otras palabras pensar que “se lo buscó”
Hay varias razones para que las mujeres no utilicen el potencial de cambio que
se presenta con la crisis. Algunas son razones socio-culturales:
 La Impunidad de la justicia frente a la violencia doméstica
 La falta de acceso a la protección policial, las mujeres no tienen
alternativas para protegerse de la violencia pues en muchas
ocasiones no cuentan con redes familiares que las apoyen
 Impedimentos legales
 Mayor desempleo y menores salarios para las mujeres
 Mensajes ideológicos y religiosos sobre lo apropiado de la
subordinación femenina.
 Las instituciones fundamentales culpan y denigran a la mujer, y la
llevan a buscar el pseudo equilibrio
Razones relacionadas con las características de los ofensores
 Cantidad y gravedad de las amenazas
11
Maturana, Coddou, Mntenegro, Kunstman y Méndez. Violencia en sus distintos ámbitos de expresión.
Dolmen Ediciones, Chile, 1997
 Cantidad y gravedad de los ataques que realiza
 Uso concomitante de alcohol o droga
 Refuerzo social y familiar de sus conductas violentas
 Despliegue de violencia hacia otras personas fuera de la familia
 Uso de la manipulación
 Faceta amable que confunde a la víctima
Razones de la mujer:
 Desesperanza aprendida – Impotencia
 Dependencia económica
 Falta de educación y capacitación para el empleo
 Creencias sobre una buena esposa y una buena madre
Metas de la intervención en crisis







Protección de la mujer y sus hijos.
Movilizar el potencial y oportunidad de cambio
Evaluar y movilizar todos los recursos disponibles
Que la persona se sienta escuchada, aceptada, atendida y apoyada.
Disminuir la ansiedad y el sufrimiento emocional.
Identificar las necesidades y responder a éstas
Evaluar los riesgos
Herramientas para la intervención en crisis
 Escuchar activa y empáticamente, sin juicios y sin insistir en detalles
 Resaltar las fortalezas existentes que le ayudaran a superar la crisis
 Validar las emociones y la manera cómo ha enfrentado la violencia
(valentía)
 Validar las acciones emprendidas hasta el momento
 Dar apoyo y esperanza
 Identificar la red de soporte (figuras protectoras)
Procedimientos de intervención
Primera etapa: Reducción de Riesgos
Es necesario evaluar cuidadosamente los riesgos de la mujer frente a las
agresiones de la pareja. Se deben analizar los recursos con los que cuenta la
mujer para garantizarle su seguridad y la de sus hijos, ayudándola a recurrir a la
familia y otras personas cercanas que tengan posibilidades de prestarle ayuda,
alojamiento provisional y soporte emocional. Esta sesión inicial puede durar
hasta dos horas y es muy importante ofrecer diferentes alternativas y preguntar
por los recursos de los que dispone. Es muy importante entender que es la
mujer la mas experta en su propia vida, la que conoce las condiciones reales de
su situación y es muy importante para ella que se sienta valorada, escuchada y
respetada en sus opiniones. Es el profesional el que conoce las posibilidades
institucionales que se le pueden ofrecer. Por lo tanto en esta etapa el reto es
poder combinar ambos saberes, el de la mujer y el del profesional en la
búsqueda de soluciones de manera conjunta.
Tareas durante el primer encuentro
1. Identificación del evento desencadenante de la crisis: Aunque este no sea
el problema central hay que buscar alternativas de solución a esa
situación inmediata.
2. Apoyo emocional y empatia: No sólo es necesario comprender, sino
comunicar la comprensión y hacerle sentir a la mujer que la vamos a
acompaña y a ayudarla a buscar soluciones. Es muy importante como se
inicia esa conversación ya que podemos darle confianza o dificultar
realmente la cercanía con ella.
3. Evaluación. Se debe investigar:
• El problema y su gravedad en relación a la reincidencia de la
violencia
• Si la mujer ha puesto denuncia puede haber mayor riesgo de sufrir
nuevas agresiones.
• El riesgo de homicidio
• El riesgo de suicidio
• El riesgo de maltrato infantil: Se debe preguntar abiertamente por
agresión física, sexual o emocional. Aunque la pregunta sea
negativa pregunte por indicadores y tenga en cuenta esta
probabilidad al hacer el plan de acción.
• La estabilidad emocional y los recursos internos.
• Evaluación de recursos familiares y amistades
• Evaluación de problemas concomitantes
• Movilización de recursos externos y puestos a disposición de la
mujer y sus hijos/as.
• Acciones necesarias para proteger la vida y la seguridad emocional
de niños/as, personas discapacitadas o cuando la mujer no puede
valerse por si misma.
• Identificación del problema principal
• Priorización de problemas y necesidades
• Elaboración conjunta de un plan de acción y seguimiento
Segunda etapa: La vida continúa
El objetivo en esta etapa es buscar el potencial de la crisis, tomando en
consideración que la vida debe ser conservada en buenas condiciones, por lo
tanto en este momento ya ha encontrado alternativas para sentirse segura y ha
logrado cierta estabilidad emocional y en cuanto a las rutinas y puede comenzar
a pensar en como seguir viviendo de la mejor manera e ir tomando nuevas
decisiones.
Tareas en la segunda etapa
Permanentemente se deben estar evaluando los riesgos y necesidades
relacionadas con la protección de la vida.
1. Revisión del progreso y los obstáculos en relación con el plan de acción
de la primera fase.
2. Profundizar en aspectos que se hicieron evidentes en la primera etapa y
que son importantes para superar la crisis
3. Orientación y educación en temas relevantes
4. Darle un sentido a la crisis
5. Fijación de metas a corto y mediano plazo
6. Elaboración de un plan de acción para cumplir con las metas
7. Toma de decisiones.
Continuamente se debe evaluar otros riesgos (maltrato a hijos), las ventajas y
desventajas de las soluciones pensadas y cuestionarse si la desición de
separarse definitivamente pueda ser la mejor para todo el núcleo familiar. En
este momento puede ser de gran utilidad remitir a una ayuda profesional que
intervenga a nivel de pareja si la decisión de la mujer es la de intentar rescatar la
relación
Abuso sexual infantil
Cuando trabajamos con casos de abuso sexual infantil nuestras actuaciones
deben ser cuidadosas12 y fundamentadas en:
Presupuestos éticos
 Creer siempre en el relato del niño o la niña
 Partir de la base que el niño o niña no tiene culpa
 Respetar a todos los implicados, incluyendo al agresor, no se trata de
justificarlo pero si de respetarlo y entender que cada uno debe vivir su
proceso particular
 Rechazar el abuso, no a las personas
 No somos jueces, nuestra labor es la de acompañar, asesorar, dar apoyo
para que los procesos se den de la mejor manera tanto para el niño o
niña como para toda la familia
 Creer en la posibilidad de cambio del agresor mediante los tratamientos e
intervenciones adecuadas y de la familia en la dinámica que favorece el
abuso e igualmente creer en la recuperación de la víctima
Principios de la atención
 Protección del NNA
 Mientras el agresor niega, No se debe reunir con la víctima y mucho
menos permitir confrontaciones o careos ya que la víctima estar´+a
siempre en desigualdad de condiciones
 Se debe mantener una comunicación clara y abierta sin secretos ni
manipulaciones. Jamás se deben utilizar técnicas manipulativas para que
12
Rosansky, 2003 El Abuso Sexual Infantil, denunciar o silenciar
el niño o la niña cuenten como ofrecerle premios a cambio de que
colabore o de su testimonio
 Quien atienda el caso debe conocer la especificidad de la problemática
del abuso sexual infantil, no es suficiente con saber trabajar con niños, es
necesario conocer las dinámicas familiares abusivas y demás
características que acompañan el abuso
Acciones efectivas con los niños y las niñas
Es muy importante que en el primer encuentro con el niño o niña que han
sido objeto de violencia sexual se busque construir una relación de empatía
sin evidenciar un interés particular en el abuso mismo. Es necesario facilitar
un ambiente cálido y no realizar un interrogatorio intimidador. La
conversación debe fluir de manera natural y es necesario favorecer que la
víctima hable acerca de lo que quiera con sus palabras. No es aconsejable
que se hagan preguntas directas sobre el abuso de manera prematura ya
que esto puede bloquear el testimonio del niño o la niña. Igualmente la
víctima no debe percibir un interés particular en el evento a no ser que por si
mismo decida contar, o llegue preparado para hacerlo. De no ser así es
mejor utilizar el primer encuentro para establecer un vínculo y en posteriores
encuentros permitir que el relato fluya. Una vez que la víctima inicie su relato
las preguntas deben ser abiertas y no sugerir una respuesta determinada, es
decir no se deben poner palabras en la boca de la víctima si no por el
contrario permitir que se exprese a su manera. Más que conocer los detalles
sobre el abuso nuestro objetivo debe ser el de promover que hable acerca de
cómo se siente y que necesita para estar mejor. Jamás se deben hacer
preguntas que lo puedan hacer sentir culpable o responsable de lo que
sucedió, es por eso que preguntas como “por qué no contaste antes, por que
no te fuiste, por qué no le dijiste que no?” jamás deberían ser contempladas,
por el contrario es necesario hacer intervenciones que lo desculpabilicen y le
hagan sentir que nada de lo ocurrido fue su responsabilidad si no la del
adulto.
Es necesario al intervenir conocer cómo se devela usualmente el Abuso Sexual
Infantil.. En la minoría de los casos se descubre en la acción es decir in fraganti ,
muy a menudo hay un relato de la víctima que da pautas de lo que está
ocurriendo de manera un poco velada o lo cuenta abiertamente de manera que
acusa con algún adulto al agresor y en la gran mayoría de los casos antes de
tener un relato estructurado aparecen los signos, síntomas e indicadores que
permiten intuir que está siendo víctima de abuso sexual.
La manera que tienen niños y niñas de parar el abuso es contándole a alguien,
por lo tanto es importante que los adultos se preparen para saber que decir y
como actuar frente a la revelación ya que los niños “prueban” las reacciones del
adulto y deciden si continúan o no con la revelación. Es posible que inicialmente
el relato no sea muy estructurado y solamente deje escapar una pista de que
algo esta ocurriendo y otras veces es posible que
ocurriéndole a otra persona
describa el abuso como
Una vez que la víctima se decide a contar es importante que los adultos no
hagan promesas que no puedan cumplir como por ejemplo decirle que confíe y
que no se le contará a nadie pues legalmente es algo que no se puede hacer ya
que quien conoce del abuso sexual hacia un niño o niña debe denunciar, y la
hacerlo se cae en la traición de la confianza de la víctima nuevamente.
En general los adultos y adultas deben ser precabidos para:
 No prometer nada que no pueda cumplir
 Respetar la privacidad y los tiempos y necesidades de los niños y las
niñas
 Identificar los miedos
 Reafirmarle que hizo bien al contar
 No hacer juicios de la víctima y su familia
 Cuestionar los mitos y prejuicios sobre violencia sexual
 Favorecer situaciones en que experimente control
 Recomendar acciones de autocuidado
 Sugerir la escritura como herramienta de expresión de sentimientos y
como forma de organizar las ideas
Para la mejor recuperación de la víctima es fundamental fortalecer los factores
protectores tales como:
Las redes de apoyo social y familiar para desarrollar en las personas la
confianza de contar con otras personas y vínculos significativos, buscarle un
sentido trascendente a la vida mas allá del abuso que ha sufrido, fortalecer la
sensación de que controla su vida. Es necesario desarrollar en las víctimas
habilidades para controlar su vida, fortalecer la autoestima, el sentido del humor
y la creatividad para resolver situaciones negativas de maneras novedosas.
Losa equipos de atención y la salud mental
Es necesario periódicamente fortalecer acciones de autocuidados de sí mismo y
de su equipo ya que el contacto con el dolor humano de forma cotidiana
desgasta mucho emocionalmente y afecta a los profesionales que atienden los
casos. Como dice el juez Rosansky, “de una adecuada intervención Institucional
depende no sólo el fin de los abusos, sino en muchos casos la vida misma de la
víctima” 13
Bibliografía
Forensis (2005). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Horowitz,
13
Rosansky
Kahn, 2003
Maturana, Coddou, Mntenegro, Kunstman y Méndez. Violencia en sus distintos
ámbitos de expresión. Dolmen Ediciones, Chile, 1997
Ortiz, Isabel. Consejería Presidencial para la Política social
Profamilia 2000. Encuesta nacional de Demografía y Salud.
Ravazzolla, C. Historias Infames
Rosansky, 2003 El Abuso Sexual Infantil, denunciar o silenciar
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