Grandes Héroes de la fe. Los 4 Héroes que llamaron la atención de

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SERIE: GRANDES HÉROES DE LA FE
“Los 4 Héroes que llamaron la atención de Jesús”
Marcos 2: 1 “Entró Jesús otra vez en Capernaum después de
algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se
juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les
predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un
paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse
a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y
haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al
ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son
perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los
cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla éste así?
Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? 8 Y
conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera
dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros
corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son
perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para
que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para
perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma
tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y
tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se
asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal
cosa”
¡Cuántos hombres y mujeres de la fe hemos conocido a través de esta serie de
conferencias: Grandes Héroes de la Fe! Hasta ahora todos ellos han sido tomados del
Antiguo Testamento, pero también los hay, y enormes, en el Nuevo Testamento.
Sus historias, sus hechos han quedado plasmados en la Palabra de Dios para
que nosotros tomemos ejemplo de ellos y sepamos, de una manera clara, lo que
significa que “el justo por la fe vivirá”.
DESARROLLO.
1. Los 4 Héroes.
Esta historia quedó registrada en tres de los cuatro evangelios que tiene la
biblia. Marcos nos narra que Jesús regresaba a Capernaúm, la ciudad que fuera el
centro de su ministerio. Y el rumor de que Jesús se encontraba en la ciudad corrió
rápidamente, pronto la casa sede de su ministerio se vio llena de gente que ansiaba
escucharle.
Así que pusieron sillas, donde se sentaron los fariseos y escribas que había
viajado desde la provincia romana de Judea hasta la provincia romana de Galilea,
donde se encontraba la ciudad e Capernaúm. Otro mas se sentaron en el suelo y
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muchos más permanecieron de pie un poco más atrás. El hecho es que llenaron la
casa totalmente hasta la puerta, no cabía nadie mas.
Pero mientras Jesús les predicaba las buenas noticias del Reino de Dios,
cuatro hombres llevaban a un amigo suyo, que era paralítico, en una camilla.
Supieron que Jesús estaba en casa y le dijeron: “Hoy es el día de tu sanidad”, y lo
tomaron para llevarle a Jesús.
Sin embargo al llegar a la casa se dieron cuenta que era imposible entrar,
estaba totalmente llena. ¿Podrían regresar otro día o tal vez conformarse a escuchar
desde afuera las palabras de Jesús?
Pero no, ellos estaban determinados a obtener el milagro para su amigo. No
eran de las personas que se detienen ante los obstáculos, sino de los que buscan
como pasar por encima de ellos.
Así que idearon un plan. Subieron al techo de la casa con todo y camilla,
hicieron un agujero en el y descolgaron a su amigo acostado sobre el lecho en que lo
llevaban.
Evidentemente la predicación de Jesús fue interrumpida, la gente
asombrada se dio cuenta primeramente que caían pequeñas piedras del techo pero
después un cayeron grandes hojas, piedras y pedazos de madera que lo sostenían.
La gente se tuvo que levantar para no salir lesionados, Jesús tuvo que hacerse
a un lado. ¿Qué era eso? Cuatro hombres con una sonrisa avergonzada saludaron a
los que estaba dentro de la casa, allí abajo. De pronto vieron una camilla
descendiendo y encima un hombre. Aquellos hombre gritaron a Jesús: “Te lo trajimos
para que lo sanaras”
Llenos de asombro los asistentes pusieron su atención en aquel paralítico,
Jesús puso su atención en aquel paralítico, los discípulos pusieron su atención en
aquel paralítico. No hubo alguien dentro de ese lugar que estuviera viendo al
paralítico descender hasta quedar en el centro de aquella casa, en el suelo.
Jesús, al ver la fe de ellos, dicen los evangelios, perdonó sus pecados y lo
sanó ante los ojos asombrados de todos los que allí estaban. ¡Hoy hemos visto
maravillas!, gritaron felices los asistentes, otros aplaudieron ferozmente. El ambiente
de aquella casa fue alterado por la gloria de Dios manifestada en aquel milagro.
¡WoW! Que historia. Miremos bien todo lo que estos cuatro héroes de la fe
lograron ese día:
1.
2.
3.
4.
5.
Alcanzaron lo inalcanzable. Jesús estaba en una posición inalcanzable
para ellos pero por su fe lo lograron.
Hicieron lo que nadie se hubiera atrevido a hacer. Era tanta su fe en el
poder y la bondad de Jesús que pensaron que pasaría por alto el
daño que le causarían a su casa al romperle el techo. Lo que
necesitaban era ponerlo de frente a Jesús.
Por la fe abrieron un camino que no existía, pero llegaron a su destino.
Su fe logró captar la atención del público, la atención de los religiosos,
pero lo más importante, la atención de Jesús. Oh sí, el Señor no
atiende a necesitados, sino a gente que tiene fe.
Cambiaron el ambiente de aquella reunión. Era una buena reunión
donde escuchaban con atención las buenas noticias de Jesús, pero
la alteraron, la movieron hacia la expectación, la llevaron al terreno
de lo sobrenatural, la extendieron hacia la gloria de Dios.
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6.
7.
Por la fe lograron que la Gloria de Dios se mostrara en medio de ellos y
lograron que todos, aquel día vieran maravillas.
Por la fe, obtuvieron el milagro que su amigo, imposibilitado, necesitaba.
Hoy yo creo que tu puedes llamar la atención de Jesús por tu fe. En medio de
algunos cientos de personas estos cuatro llamaron la atención de Jesús, haciendo lo
que nadie haría, arriesgando aún sus propias vidas.
Fue la fe de Pedro la que llamó la atención de Jesús cuando en medio de todos
los demás discípulos, en aquella barca, le dijo: “Déjame ir hacia ti”. Jesús venía
caminando sobre el mar, y le dijo: “Ven”. Pedro se bajó de la barca, tocó el agua, su
mirada puesta en Jesús y empezó a caminar.
En nuestra sociedad quien quiere llamar la atención pues se viste diferente,
colores brillantes, prendas locas. La chicas se arreglan, se maquillan, se ponen
elegantes vestidos, perfumes que huelen rico, muy penetrantes. Muy contrario quien
quiere pasar desapercibido pues se visto como todos los demás, habla como los
demás, trabaja como los demás. Es una persona promedio, absolutamente mediocre.
No llama la atención por su buen trabajo, tampoco por su mal desempeño, es
promedio.
Pero a Jesús no les llamas la atención con un fino perfume, tampoco poniendo
en funciones tus grandes talentos, no es con una atractiva vestimenta, ni siquiera con
una elocuente oración. Es por fe, solo la fe, lo único es la fe, el único camino para
llamar la atención de Jesús: ¡Es la fe!
Es la fe la que te abre el camino para llegar a Jesús y llamar Su atención: Es
por esto que la Palabra de Dios dice: Romanos 5: 1 “Justificados, pues, por la
fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta
gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de
la gloria de Dios.
La fe es la entrada a la gracia, la fe nos abre el camino de paz para con Dios.
Es tu fe por la que hoy te puedes abrir paso y llegar a Jesús.
Por la fe hoy tu puedes lograr lo inalcanzable, lo que parece imposible. Lo que
para los hombres es imposible para Dios es posible, ¡así que ve por ello!
Cambia el ambiente de este reunión. ¿Qué no es preciosa? ¿Qué no está aquí
la Presencia de Dios? Claro que sí. Pero tu fe puede cambiar el ambiente ahora
mismo, llévala el nivel de lo sobrenatural, logra que la Gloria de Dios caiga ahora aquí,
por tu fe haz que se vean, hoy aquí, maravillas.
Muchos hoy dirán: ¡Hoy he visto maravillas!, otros dirán ¡Hoy he recibido
maravillas! ¡Hoy Dios hizo conmigo maravillas!
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2. La fe es llena de compasión.
Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te
son perdonados
Fue la fe de estos cuatro hombres la que logró que los pecados del hombre
paralítico fueran perdonados. No fue la fe del hombre paralítico sino la fe de estos
cuatro hombres de fe.
La fe en Jesús siempre está acompañada de compasión. La fe no ve
unicamente por sí mismo, no busca solamente sus propios beneficios. La fe se
desborda en beneficio de nuestros amigos, de nuestra familia.
Una madre llena de fe llena de bendición y protección a sus hijos; un padre
lleno de fe busca el beneficio de su familia llevándolos en oración y ruegos a Jesús
como lo hacía Job. Hombres y mujeres llenos de fe llevan salvación a su alrededor.
La gente que vemos en los hospitales reciben salvación y muchos de ellos
milagros debido a nuestra fe. Vamos a esos lugares por la fe en Jesucristo, llenos de
compasión, sabiendo que si logramos ponerlos de frente a Jesús recibirán salvación y
sanidad. Muchos de ellos han orado a Dios y somos una respuesta a sus oraciones.
Pero muchos de ellos han perdido la fe, estan llenos de desesperanza, tristes, han
dejado de luchar. Pero es nuestra fe la que les inyectará ánimo, fuerzas, y les dará
una nueva oportunidad.
Es por ello que el gran apóstol Santiago dijo: Santiago 2: 17 “Así también
la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe
sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19 Tú crees que
Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20
¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21
¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando
ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe actuó
juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23
Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue
contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
Tu fe debe mostrarse, debe manifestarse, no solo pronunciarse. La fe de estos
cuatro hombre se manifestó en compasión por su amigo, no solo en alcanzar algún
logro personal. Los demonios también creen que Jesús es el Señor, pero no lo
reconocen como Su Señor. Ellos jamás mostrarán misericordia, jamás obrarán en
compasión por alguien, por el contrario.
Es por tu fe en Jesús que tus amigos pueden recibir salvación, haciendo lo que
nadie ha hecho. Todos los religiosos les juzgan, les critican, los condenan debido a
sus hechos; pero tu puedes hacer lo que ellos no están dispuestos a hacer, lleválos a
Jesús, ponlos de frente a Él para que reciban salvación y no condenación, para que
reciban honra y no críticas, para que reciban misericordia y no juicio.
Hay cristianos que solo quieren escuchar la Palabra de Dios y que bueno que
lo anhelen, quienes solo quieren estar en Su Presencia y es maravilloso que la
busquen. Pero algunos más llenos de fe, con grande compasión por las almas,
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buscan presentar a sus amigos y familias delente de Jesús para que reciban su
milagro.
3. Jesús tiene autoridad sobre pecados y sobre enfermedades.
10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad
en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo:
Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
Los religiosos que allí estaban, al escuchar a Jesús decirle al paralítico que sus
pecados le eran perdonados, comensaron a pensar dentro de sí que eso era un grave
error doctrinal: Que solo Dios tenía la potestad de perdonar los pecados.
Entonces Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo a ellos: Para que
sepan que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados,
entonces se refirió al paralítico y le dijo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa
sano.
Aquel paralítico escuchó aquellas palabras, era una instrucción bastante clara
aunque imposible: ¡Levántate!
Pudo decir, Señor no puedo. Pero no fue así.
Escuchó la instrucción y creyó. Entonces buscó mover sus piernas, logró hacerlo
poco a poco, hacía mucho que no se movían. Tomó fuerzas y empezó a levantarse.
La gente admirada exclamaba su asombro. Logró ponerse en pie, para entonces el
ambiente era absolutamente glorioso, la gente daba gloria a Dios por aquel milagro.
Los religiosos con ojos desorbitados veían que el paralítico se había puesto en
pie.
¡Verdaderamente Jesús tenía potestad sobre las enfermedades! ….
¡Verdaderamente Jesús tenía potestad para perdonar los pecados en la tierra! Aleluya
Sí, Jesús tiene toda potestad para sanar tus enfermedades, tan cierto como
que tiene toda potestad para perdonar tus pecados.
4. Ministración.
a) ¿Cuántos tienen necesidad hoy de un milagro de Dios? ¿Qué harás para
llamar su atención?
b) El paralítico fue llevado por sus cuatro amigos llenos de fe buscando su
sanidad, pero Jesús primero le dijo: “Ve, tus pecados han sido perdonados” Parece
que es un milagro aún más grande que tus pecados sean borrados, ¿no es cierto? Si
puedes creer que tus pecados son perdonados, ahora mismo ven y llama la atención
de tu Señor.
c) El ambiente está listo, la gloria aquí está. Ahora se desatan los milagros,
se desatan las maravillas.
d)
¿Hay algún enfermo? Escuchen: Santiago 5: 15 “Y la oración de fe
salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido
pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos vuestras ofensas unos a
otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz
del justo puede mucho. 17 Elías era hombre sujeto a pasiones
semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese,
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y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. 18 Y otra vez oró,
y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
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