¿Qué puede hacer Usted, el lector? ¿Qué pueden hacer los católicos? ¿Qué pueden hacer los católicos, tanto laicos como clérigos, para que se cumpla el Mensaje de Fátima? ¡Sobre todo, los católicos deben rezar! Para Dios nada es imposible. (Lc. 1:37) Jesús dijo: “Todo cuanto pidiereis en la oración, como tengáis fe, lo alcanzaréis”. (Mt. 21:22) Dijo además: “Sin Mi nada podéis hacer”. (Jn 15:5) Nosotros necesitamos la ayuda de Dios en todas las cosas, pero especialmente en las cosas que están más allá de nuestro poder o control humano. ¿Cómo debemos rezar? En primer lugar, debemos rezar por todas las cosas necesarias para nuestra salvación, y después por todas las cosas necesarias para la salvación de nuestros vecinos. Debemos rezar por los objetivos por la realización de los cuales Nuestra Señora de Fátima apareció: la salvación de las almas y la paz en el mundo. Para alcanzar estos objetivos, no hay nada más importante, en nuestro tiempo, que la Consagración colegial de Rusia. No podemos dictar al Papa sus acciones, pero podemos rezar para que él tenga un cambio de corazón. Las Sagradas Escrituras nos dicen que el corazón del Rey está en la mano de Dios. A través de nuestras oraciones, podemos tocar el corazón del Papa, del modo que ordene sus Obispos que participen con él en la Consagración autentica de Rusia, por su nombre, al Inmaculado Corazón de María. Como Jesús dijo a Sor Lucía, y ella transmitió a su confesor “Ellos [el Papa y los Obispos] se arrepentirán y lo harán [la consagración] después. Pero será tarde. Rusia ya habrá esparcido sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. El Santo Padre tendrá que sufrir mucho”. Este arrepentimiento, sin embargo, requiere un movimiento de gracia de Dios. Y ¿cómo recibirán esta gracia si las personas no rezan por esa intención? “Rezad mucho, y haced sacrificios por los pecadores,” nos dijo Nuestra Señora de Fátima. Recemos, pues, para que el Papa rápidamente tenga un cambio de corazón y realice la Consagración – antes que sea demasiado tarde para muchas personas más. Nunca es demasiado tarde Hay quien diga que ya es demasiado tarde para evitar las consecuencias finales de no haber obedecido al Mensaje de Fátima. No es verdad. Jesús, hablando a Sor Lucía, dijo: ““Nunca será tarde para recurrir a Jesús y a María”. Nunca será demasiado tarde para pedir que María, Mediadora de Todas las Gracias, obtenga de Jesús todas las gracias necesarias para llevar el Papa y los Obispos a obedecer a tiempo Sus pedidos. Como declaró el Papa Benedicto XVI durante su visita a Brasil en 2007: “No hay ni un fruto de gracia en la historia de la salvación que no tenga para instrumento necesario la mediación de Nuestra Señora”.105 Podemos obtener las gracias necesarias para la Consagración de Rusia rezando por la intercesión de Nuestra Señora con Jesús. “Sólo la Señora del Rosario os puede ayudar” Entonces, ¿cómo debemos rezar? También aquí, el Mensaje de Fátima da una respuesta. En Fátima Nuestra Señora dijo: “Sólo Ella [Nuestra Señora del Rosario] os http://www.fatima.org/span/crusader/consecration/pdf/conspg53.pdf 1 puede ayudar”. Para obtener el auxilio de Nuestra Señora del Rosario, debemos pedirle que nos ayude, y debemos pedir rezando el Rosario. Como explicó Sor Lucía: “…no hay problema, por más difícil que sea, sea temporal o sobre todo espiritual, que se refiera a la vida personal de cada uno de nosotros; o a la vida de nuestras familias sean familias del mundo o Comunidades Religiosas; o la vida de los pueblos y naciones; no hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario. Con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas” El problema de la Consagración de Rusia puede ser resuelto. Puede ser resuelto si un número suficiente de católicos rezan el Rosario ferverosa y frecuentemente, por la intención de que el Papa y los Obispos consagren a Rusia al Inmaculado Corazón de María de la manera específica que Nuestra Señora pidió en el Mensaje de Fátima. He aquí, pues, la cosa más importante que nosotros, católicos, podemos hacer: Rezar, y rezar el Rosario – frecuentemente y con fervor – para que sea debidamente hecha la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón por el Papa y por los Obispos católicos de todo el mundo. Además de rezar, vamos a convencer las otras personas a rezar el Rosario por esta intención. Organicémonos, pues, y recemos el Rosario de barrio106 una vez por semana, el Rosario antes de la Misa dominical, el Rosario antes de la Misa cotidiana. Formemos grupos de oración del Rosario y procesiones del Rosario. Iniciemos y mantengamos Cruzadas del Rosario en nuestras ciudades, en nuestras parroquias, en nuestras diócesis, y por todo lado en nuestros países. El Mensaje de Fátima dice claramente que debemos añadir nuestros sacrificios a nuestras oraciones. Recordémonos que el aviso de Nuestra Señora era: “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores”. Un párroco local una vez se quejó al santo Cura de Ars: “Dios no oye mis oraciones por la conversión de un pecador en la parroquia”. El Cura de Ars contestó: “¿Añadió el ayuno a sus oraciones? Sus oraciones ganan más poder cuando se les añaden sacrificios por la conversión de los pecadores”. El párroco le siguió el consejo, y algunas semanas después obtuvo la gracia de la conversión de aquel pecador. Oración, ayuno y limosnas: he aquí los tres medios que las Sagradas Escrituras nos recomiendan que utilicemos, si queremos obtener las gracias de Dios. El lector de este opúsculo, sea sacerdote o laico, puede preguntar a sí mismo: ¿Además de las oraciones y sacrificios, qué más puedo hacer por Fátima, si el Papa y los Obispos no actúan? NOTAS: 105. Sermón durante la Misa de canonización de Bendito Frei Galvão, aeropuerto de Campo de Marte, San Pablo, Brasil, 11 de mayo de 2007. http://www.fatima.org/span/crusader/consecration/pdf/conspg53.pdf 2 106. El Rosario de barrio consiste en grupos de personas que viven próximas unas de las otras que cada semana rezan el Rosario por la Iglesia, sus familias, comunidades y país. El grupo se reúne en casa de un participante diferente todas las semanas, en el mismo día y a la misma hora. Los grupos de oración, y especialmente el Rosario de barrio, constituyen un modo por el cual aproximemos realmente unos de los otros, para atraernos gracias y la misericordia de Dios a través de las manos de la Santísima Virgen María. Cuando rezamos en un grupo, nosotros – como miembros de la Iglesia Militante – damos una bofetada poderosa a los enemigos de Dios. En el Rosario de barrio, el grupo no debe servir refrescos, cambiar impresiones o tener largas conversaciones en esas ocasiones, porque el encuentro no es un acontecimiento social. El grupo no debe dejar que el Rosario de barrio de su área pierda su utilidad espiritual poco a poco, dejando que degenere en un encuentro social. Nos congreguemos, pues, para rezar, y nos comprometamos a rezar juntos el Rosario una vez por semana, contribuyendo así para la conversión de los pecadores y para apresar el triunfo del Inmaculado Corazón de María. http://www.fatima.org/span/crusader/consecration/pdf/conspg53.pdf 3