EL CEREBRO LA NUEVA HERRAMIENTA COMPETITIVA La materia prima más preciosa del presente y futuro no será ni el petróleo, ni el hierro, ni el uranio, ni la tierra arable, sino la materia gris. Arturo Uslar Pietri, 1981 Prologo del libro: “El cerebro la nueva herramienta competitiva de Jorge Handabaka García. Por Fernando Vigorena. La empresa del cerebro El conocimiento se transformó en el verdadero capital de las empresas. El trabajador intelectual sabe que el conocimiento le da libertad de movimiento y no está condenado a trabajar para un único empleador. El centro de gravedad está cambiando del operario industrial, pasando por el operario de oficina y llegando al operario intelectual, aquel que es capaz de agregar valor, aquel que centra su desarrollo a través de las neuronas de nuestro cerebro. Es el conocimiento el patrimonio principal que decidirá los nuevos negocios en el mundo. Durante los años que me desempeñé como empleado y/o ejecutivo de algunas empresas constaté que la inteligencia no ha sido el factor principal en el trabajo. Mientras más acomodado y obediente era, mas agradaba a mis superiores, mejor evaluado era y un menor número de problemas debía enfrentar. Cuando me revelé hacia el cambio, llegué a oír de mi jefa: “Vigorena, tu piensas mucho. Has tu trabajo y no me molestes”. Transcurridos 7 años que rompí las cadenas dependientes, continuo verificando que nada o muy poco ha cambiado, la empresa desprecia la inteligencia comunicacional y emocional de las personas, como señala Daniel Goleman, y se basa en la lógica cartesiana de las normas establecidas. Las empresas mayoritariamente han conseguido, a lo largo de este siglo, desarrollar en forma acelerada su capacidad técnica y sub-utilizado la más completa y extraordinaria máquina ya conocida por el ser humano, EL CEREBRO. En el ambiente laboral, no se han conseguido desarrollar las relaciones interpersonales y menos el talento de las personas, el mayor patrimonio de las organizaciones. Vivimos en una época en que las diferencias entre las empresas ya no lo constituyen sus parques industriales ni su saldo en caja, sino la capacidad permanente de crear. Sólo la inteligencia humana será la impulsora de todos los negocios. Solamente esta será la que transformará los problemas en soluciones, y no deberá ser patrimonio solo de los ejecutivos y jefes sino de todas las personas. La sociedad del conocimiento Las empresas llegan al tercer milenio conociendo muy bien la forma de medir productividad física en el trabajo, pero no productividad intelectual, menos estimularla, valorizarla o evaluarla. Si hoy alguien es sorprendido pensando, se le llamará la atención pues se le dirá que no está trabajando, sin embargo eso es justamente lo que necesitamos. Los científicos que estudian el cerebro humano han concluido que todos somos dotados de la misma capacidad y por lo tanto de la misma cantidad de neuronas. Todos poseemos 100 mil millones de neuronas. Yo me pregunto ¿su empresa posee alguna materia prima más abundante? Como Dios nos dotó de la misma cantidad de neuronas, los seres humanos nos hemos encargado de padronizar la cantidad que cada uno de los miembros de la organización posee. Total somos los campeones de la estandarización. Mientras entendamos y confundamos jerarquía con sabiduría, y cargo con competencia, continuaremos aprovechándonos y explotando mal el mayor stock de materia prima que la empresa posee, o sea, la capacidad de pensar y de crear que tienen las personas. La empresa inteligente La Empresa Inteligente propone colocar a las personas frente a permanentes desafíos, tornándolas ingeniosas y creativas, adaptables al cambio y tolerantes a la incertidumbre. Se hace necesario sustituir la relación Jefe-subordinado por la de relación entre colaboradores. Entre las recomendaciones para transformar su empresa en una inteligente se podrían mencionar las siguientes: 1.-Desarrollar el talento de las personas acabando con la consigna actual de que mientras menos sabe el personal más fuerte soy como empresario. 2.-Utilizar la inteligencia humana. No hacer que los empleados dejen el cerebro en la puerta de entrada y luego lo rescaten al volver a casa. 3.-Reeducar a las personas hacia la capacidad de pensar, dar ideas y resolver problemas y no solo recibir órdenes. 4.-Probar que la sabiduría y creatividad no son sinónimos solo de la Gerencia, sino que estos factores pueden ser desarrollados en toda la empresa y por todos, sin depender de su nivel jerárquico. 5.-No limitar la posibilidad de pensar y de crear del ser humano. 6.-Terminar con la división de los funcionarios, entre los que piensan y los que ejecutan. 7.-Aumentar la lucratividad de la empresa y de la productividad individual, a través del entendimiento básico de que toda y cualquier labor es, antes que todo, un esfuerzo inteligente. 8.-Aumentar sustancialmente el grado de satisfacción de las personas en sus actividades diarias, transformando el trabajo en algo motivante, extremadamente agradable y realizador. Los mejores productos que su empresa desee ofrecer, un servicio de mejor calidad, una asistencia técnica más competente, un plazo de entrega más rápido, un mayor nivel de ventas. Al final, ¿son resultado de qué? De ninguna otra cosa más que de la inteligencia de los componentes de su empresa y no de la condicionantes técnicas. Todo esto se traduce en la INTELIGENCIA DE SU EMPRESA. Sabe usted cuantos “niveles jerárquicos” hay en una orquesta? Existen solo dos apenas. El maestro y el jefe de los músicos que tocan un mismo instrumento. “Cambiar una organización, una empresa, un país o incluso el mundo, empieza con el sencillo paso de cambiarse a sí mismo” Anthony Robbins. Y yo agregaría, “con inteligencia”. Por ello, se hace imprescindible que conozcamos más acerca del cerebro humano y su potencial, promoviendo su desarrollo en la empresa. En EL CEREBRO LA NUEVA HERRAMIENTA COMPETITIVA, mi amigo Handabaka nos esboza una serie de acciones que permitirán un mayor y mejor uso de esa máquina de máquinas, el llamado ORO GRIS que es el cerebro humano