10 LATERCERA Domingo 15 de mayo de 2016 Política Andrés Zaldívar Jefe de los senadores DC “En el cambio a la Constitución no hay espacio para el voluntarismo o para la presión de la calle” R Pide evitar “fantasmas” sobre el proceso: “Aquí no hay modificaciones si no se cuenta con la voluntad de las mayorías en el Parlamento, ni en Constitución ni en nada”. Alberto Labra El miércoles, la presidenta de la DC, Carolina Goic, le propuso al resto de los senadores de su partido presentar una reforma para asegurar la titularidad del sindicato en los procesos de negociación colectiva en las empresas. La ofensiva buscaba contrarrestar el adverso fallo del Tribunal Constitucional (TC) sobre la reforma laboral, por lo que contó con el apoyo de todos los senadores de esa colectividad. Andrés Zaldívar, jefe del comité de la DC, fue uno de los últimos en firmar ese documento, que fue ingresado la noche de ese mismo miércoles a la oficina de partes. Ustedes ingresaron el miércoles una reforma al artículo 19 de la Constitución. En ese artículo se lee que “la negociación colectiva con la empresa en que laboren es un derecho de los trabajadores, salvo los casos en que la ley expresamente no permita negociar”. En ese sentido, ¿el fallo del TC habría sido correcto? No, yo creo que el fallo fue incluso mucho más allá de lo que establecieron los parlamentarios de la oposición que interpusieron la acción ante el TC. Para ellos -lo he conversado con ellos- fue una sorpresa hacia dónde fue el tribunal. El no tener titularidad permite una diáspora de grupos negociadores. Ahora, si no hay sindicato, hay que reconocerle el derecho a que grupos negociadores, con las mismas condiciones que un sindicato, puedan estructurarse para esos efectos. Pero el TC le negó la calidad de titularidad al sindicato y se la entregó al trabajador de forma individual. La Constitución debiera corregirse en ese sentido: el artículo 19 debiera corregirse en el sentido de declarar derechamente que la titularidad corresponde a los sindicatos preferentemente. En la reforma que ustedes presentaron se plantea que “este dere- cho lo ejercerán preferentemente las organizaciones sindicales y, en ausencia de estas, los grupos de trabajadores que se unan para negociar colectivamente”. ¿Eso no es admitir que el TC pudo haber hecho una lectura correcta de que la titularidad actualmente no es del sindicato? Puede interpretarse así, pero yo creo que una cosa de tanta trascendencia es mejor precisarla. En el oficialismo dijeron que hubo una interpretación neoliberal de la Constitución. ¿Lo comparte? No, yo creo que fue una interpretación excesiva. Provoca una situación de confusión como la que hemos tenido todos estos días. Nadie pensó que se iba a ir a una negación de la titularidad sindical. La ley corta va a tener que tomar ese tema y darle una solución. ¿Qué se debe hacer ahora para corregir la reforma laboral? Algunos creen que también está afectada la titularidad sindical en los pactos de adaptabilidad, y que hay que aclarar eso. Yo personalmente creo que no, pero hay quienes lo creen. Por eso algunos dijeron que en el veto debía incluirse eso. Pero algunos piden que hay que ser más precisos, porque creen que los considerandos del fallo podrían dar a una interpretación en ese sentido. Aunque yo creo que el fallo no afecta la titularidad de los sindicatos en materia de adaptabilidad. Una vez conocido con toda claridad el fallo y con los estudios que harán los expertos, ver cómo la reforma puede ser lo más eficiente posible y que modernice las negociaciones colectivas. El tema de la titularidad no se puede, por lo que veo, corregir mediante una ley corta. El escenario es complejo, entonces. Hay que ajustarse al fallo y, además, dejar contentos a todos, porque ustedes en la DC tienen una posición, pero en el PS, PC y PPD hay quienes piden eliminar R Además, cuestiona fallo del TC por la reforma laboral, pero llama a mejorar el trabajo prelegislativo para que “los proyectos lleguen maduros, no con improvisaciones”. todo lo que se dio como concesión… Lo peor que podría hacerse es reabrir todo el debate que ya tuvimos. Hay que afirmarse en los acuerdos que tenemos entre todos y tratar de corregir ese tema (titularidad sindical), que es el más complicado… La ley corta no puede reabrir la discusión sobre las otras materias, como las adecuaciones necesarias (en caso de huelga). Ya está legislado eso. Este fallo del TC se suma al de la glosa de gratuidad. A su juicio, ¿cómo ha conducido el gobierno sus reformas? Lo que creo –y se lo he planteado al gobierno– es que incurrimos en una falta de mayor precisión y mayor cuidado en la forma como hacemos el trabajo prelegislativo. Una coalición de gobierno que es muy diversa exige mucho más trabajo prelegislativo. Lo que sucedió con la glosa de educación es lo mismo. Le advertimos al gobierno que había un riesgo de constitucionalidad. Y el gobierno llegó a otra convicción. Yo la respeto, pero creo que estaba equivocada. Y en este caso, en la reforma laboral, hay algo similar. Muchas veces es mejor gastarse un mayor tiempo en preparar bien un proyecto, que lanzarlo con poca madurez. En la Nueva Mayoría tenemos que ponernos de acuerdo en las cosas en las que hay acuerdo, y verificar las cosas en las que no estamos de acuerdo. No hay que forzar las cosas en las que estamos en desacuerdo. Y si se quiere ir más allá, hay que dejarlo establecido y decir “yo en esto tengo libertad de acción”. ¿Eso no ha ocurrido así? No ha ocurrido. Nos ha faltado esa precisión. ¿Pero usted cree que en estos dos años y tanto de gobierno se han forzado muchas cosas? Sí, sí, muchas veces, como diciendo “esta es la biblia, y el que no está con esto, está fuera de la biblia”. Y eso no es posible, porque siempre va a haber ciertas discrepancias y diferencias. En la reforma laboral estuvimos de acuerdo en la titularidad y en casi el 90% de los temas. Sin embargo, dimos la sensación de que unos estaban por la titularidad y otros no. O sea, unos estaban por la reforma y otros estaban por boicotearla. Pero hubo varias diferencias entre la DC y el PS… Y dentro de la propia DC también, y dentro del propio PPD. Porque hay demasiados intereses que se entrecruzan, entre los grandes empresarios, los medianos, los pequeños, los trabajadores. Es muy complejo… Para evitar esa imagen que se da hacia afuera, de descoordinación, de falta de aplicación, es necesario un trabajo previo mucho más fuerte de entendimiento y convicción común sobre los temas que hay que tratar, y también de que cuando los proyectos lleguen al Parlamento, lleguen maduros, no con improvisaciones. ¿La reforma laboral llegó con improvisaciones? Sí, llegó con problemas. Bueno, tampoco nunca va a ser nada perfecto. ¿Pero fue improvisado, dice usted? Hay improvisaciones. Seguramente, no se midieron las consecuencias. Pero yo no quiero aparecer como que yo tenía la razón. Esto pasa con reformas muy profundas. Pasó también con la tributaria. Y en educación tenemos muchos temas pendientes. ¿La reforma educacional sería el mejor ejemplo de esa improvisación que usted advierte? En el tema de la glosa de gratuidad, sí. Yo creo que, efectivamente, el gobierno, queriendo hacer una cosa con mayor agilidad y rapidez, recurrió a ese sistema de la glosa, que después tuvo que corregir a través de una ley corta. ¿Cómo calificaría todo este escenario que usted plantea? ¿Ve un exceso de voluntarismo? No quiero calificar malas intenciones en nadie. Hay una visión diferente. Hay gente que es más voluntarista. ¿Quiénes? No te voy a decir quiénes. Unos son más voluntaristas, y están convencidos que lo de él es lo que hay que hacer, cualquiera sea el obstáculo que se le ponga por delante. Y hay otros que creemos que es más lógico la racionalidad, aterrizar mejor las cosas, demorarse un poco más, pero llegar a puerto bien. Considerando la reforma laboral y el cambio a la Constitución, ¿usted cree que son dos cosas que generan incertidumbre económica-