La capilla de Luis de Lucena (Guadalajara). Un monumento recuperado CARLOS JIMÉNEZ CUENCA Instituto del Patrimonio Histórico Español La capilla de Luis de Lucena (nombre de su patrón fundador), es el único resto en pie de la primitiva iglesia de San Miguel, derribada en el último tercio del siglo XIX. Desde ese momento, su progresivo deterioro y su abandono, así como su reutilización para otros usos (cuadra, leñera y evacuatorio, según F. Layna Serrano en Historia de Guadalajara y sus Mendozas), parecían presagiar que correría la misma suerte que la iglesia a la que estaba vinculada. Su declaración como Monumento Nacional en 1914 consigue evitar su pérdida porque provoca que el Ministerio de Fomento asigne la cantidad de 9.000 pesetas para obras de restaura- ción, bajo la dirección del arquitecto Velázquez Bosco. Superados los peores momentos, la capilla inicia su recorrido por el siglo XX con menos peligro pero sin demasiada fortuna, sometida al agravamiento de su patología por una serie de circunstancias como eran: la posición a media ladera con un nivel freático muy superficial, la creación de plazas pavimentadas que impiden el secado natural del terreno, la evacuación de las aguas de escorrentía de dichas plazas hacia la base del monumento, el progresivo enterramiento de la fachada ocultando sus arranques, la ejecución de intervenciones poco afortuna- Figura 1. Litografía de Jenaro Pérez Villaamil en España Artística y Monumental, 1842. Aparece la capilla en su vinculación a la demolida iglesia de San Miguel, aplicando cierta inventiva respecto a los materiales y las decoraciones originales. Figura 2. Fotografía de T. Camarillo a comienzos del siglo XX, representativa del fuerte deterioro que debió encontrar Velázquez Bosco al ser encargado de la recuperación del monumento. Nótese la importante pérdida de fábricas de ladrillo, especialmente en las zonas inferiores y en las coronaciones de los torreones, que serían recompuestas por el insigne arquitecto dando lugar a la imagen del monumento que conocemos hoy día. Destaca también la apertura de las arquerías posteriormente cegadas. 117 LA CAPILLA DE LUIS DE LUCENA (GUADALAJARA). UN MONUMENTO RECUPERADO 118 Figura 3. Imágenes de principios del siglo XX que ofrecen una idea sobre las vicisitudes sufridas por el monumento desde la demolición de la iglesia de San Miguel (1. Extraída de Las iglesias españolas de ladrillo, de V. Lampérez, 2. Postal de principios del siglo XX, 3. Extraída de Historia de Guadalajara y sus Mendozas de F. Layna). das, como su enfoscado interior con morteros de cemento, el adosamiento de edificaciones privadas degradantes por su lado interior... y una lamentable falta de conservación. Esta situación ocasiona el cierre del monumento desde finales de los años ochenta y el agravamiento de sus lesiones. Anteriormente se había utilizado temporalmente como pequeña sala de exposiciones. Ante la situación existente (su deterioro y el cierre a la visita pública) y también gracias al tesón de doña María Teresa Butrón, por entonces Jefe de los Servicios Periféricos del Ministerio de Cultura en Guadalajara, en 1995 se inician las gestiones necesarias para poner en marcha el proceso de recuperación del monumento. Figura 4. Fotografía del Inventario Arquitectónico de 1978 (Fototeca de Información Artística, IPHE). Se aprecia el notable enterramiento de las basas y de toda la zona inferior de la fachada, así como la fuerte afección de humedades en toda la base de los muros, con las consiguientes lesiones en el interior. Figura 5. Imagen de 1993 en la que se puede observar la plaza construida por el municipio hacia 1980, rebajando ligeramente el enterramiento patente en la fotografía del Inventario de 1978. Destaca la mayor elevación del nivel de ascensión capilar de humedad en el muro, favorecida por los enfoscados interiores de cemento realizados en la misma época que la plaza (foto: Carlos Jiménez Cuenca). Breve descripción histórico-artística Aunque por la fecha de su construcción sea plenamente renacentista (mediados del siglo XVI), la capilla puede considerarse un edificio de tradición mudéjar. Su artífice, Luis de Lucena, nace en Guadalajara en 1491 y muere en Roma en 1552. Figura 6. Planta baja de la capilla. Proyecto de Intervención, IPHE (arquitecto: Carlos Jiménez Cuenca). 119 Doctor en Medicina, viaja y vive en Francia y en Italia, próximo al Vaticano, donde llegó a ser médico del pontífice Julio III. Su decisión de acudir a la estética mudéjar, en ladrillo, se puede explicar, según señala A. Herrera en su libro La capilla de Luis de Lucena, Ed. Aache, 1991, como un deseo de acudir a la fuente popular y revitalizarla. Sin embargo, cabe resaltar la importante diferenciación existente entre el exterior mudéjar, en ladrillo, y el interior manierista, ordenado arquitectónicamente mediante arcos de medio punto, pilastras y molduraciones revocadas que acogen las pinturas realizadas por el artista italiano Rómulo Cincinato en el último cuarto del siglo XVI. Como se verá más adelante, la intervención ha dado a la luz nuevos datos sobre esta disparidad interior-exterior. En esta capilla se apilaban, fragmentados y en fuerte estado de deterioro, un Figura 7. Planta alta de la capilla de Luis de Lucena y detalle de acopio de fragmentos de la capilla de los Orozco, en 1995, antes de la intervención del IPHE (foto: Carlos Jiménez Cuenca). LA CAPILLA DE LUIS DE LUCENA (GUADALAJARA). UN MONUMENTO RECUPERADO conjunto de yeserías gótico-mudéjares procedentes de la también demolida iglesia de San Gil. Esta iglesia no está datada claramente, aunque se supone su fundación en el siglo XIII. En ella, la capilla de los Orozco fue derribada en la última década del siglo XIX, completándose la ruina casi total en la segunda década del XX, perviviendo únicamente los muros del ábside, restaurados en 1983. Esta cabecera restaurada tiene carácter mudéjar, con elementos románicos frecuentes en el siglo XIII. Todo indica que las yeserías que hoy se encuentran en la capilla de Luis de Lucena, proceden de la demolida capilla de los Orozco de la iglesia de San Gil. La decoración era de estructura románica y yeserías gótico-mudéjares, por lo que se supone que fue empezada en el siglo XIII y acabada en el XV. Nuestra intención, desde el IPHE, ha sido restaurar los restos de aquellas magníficas yeserías gótico- 120 Figura 8. mudéjares, y que puedan ser contemplados en la capilla de Luis de Lucena, tan próxima en tiempo y lugar a la capilla de los Orozco. Breve descripción de la intervención La presente intervención ha tenido como objeto llevar a cabo la restauración completa de la capilla y de los elementos que contenía, así como su adecuación para que pudiera ser abierta de nuevo a las visitas después de más de una década en la que sus puertas estuvieron cerradas. Existía un problema generalizado de humedades de diverso origen que afectaban gravemente, por un lado, a la propia resistencia y estabilidad de las fábricas de ladrillo y, por otro, tenían una importante incidencia sobre uno de los principales elementos del monumento: sus pinturas Estado del interior de la capilla, planta baja, en 1995, antes de la intervención del IPHE (fotos: Carlos Jiménez Cuenca). Figura 9. Aspecto del interior de la capilla, en proceso de secado, una vez eliminados los enfoscados de cemento tras las obras previas de 1996 (fotos: Carlos Jiménez Cuenca). Figura 10. Sección constructiva de la capilla. Proyecto de Intervención, IPHE (arquitecto: Carlos Jiménez Cuenca). 121 LA CAPILLA DE LUIS DE LUCENA (GUADALAJARA). UN MONUMENTO RECUPERADO Figura 11. Alzados comparativos antes y después de la intervención. IPHE (arquitecto: Carlos Jiménez Cuenca). murales del siglo XVI. Estas significativas pinturas se encontraban con un alto grado de deterioro y con grave peligro de pérdida debido a las humedades de condensación superficial en las bóvedas, ocasionadas por el estado generalizado de alteración higrotérmica, proceso al que se añadía el deterioro biológico producido por la entrada de aves y la nocividad de las sales procedentes del mortero de cemento con el que se enfoscó su interior. Se constató, como se observaba en las fotografías históricas, que el nivel de arranque de la fachada no era el original, sino que existía un relleno de aproximadamente 1,25 m que ocultaba las basas de los torreones exteriores en la zona de la plaza. 122 Figura 12. Catas de investigación en los fustes de las pilastras bajo los que subyace una decoración en ladrillo moldurado que corresponde al primer momento de construcción de la capilla, momento en el que su aspecto exterior mudéjar sería concordante con el interior. Posteriormente se ejecutaría la decoración manierista que conocíamos como propia de la capilla antes de la intervención del IPHE (fotos: Carlos Jiménez Cuenca). Como primer paso en la recuperación del monumento se hacía imprescindible frenar el proceso de alteración por presencia de humedad. Para ello, en 1996 se realizaron unas primeras obras, con carácter de emergencia, que consistieron, básicamente, en la adopción de medidas para impedir el acceso de humedad y para favorecer el secado natural de las fábricas. Para ello, examinamos la red de evacuación de aguas municipal mediante cámara dirigible para inspección de tuberías para detectar fugas y se realizó un drenaje perimetral en la zona de la plaza construyendo dos nuevas líneas de recogida de pluviales. Al interior eliminamos la solera ejecutada en los Figura 13. Imágenes del proceso de obra, con el descubrimiento de dos huecos tapiados en planta alta, la eliminación del muro de refuerzo adosado al exterior de la escalera y la cata de comprobación del enterramiento del arranque de la fachada a la plaza (fotos: Carlos Jiménez Cuenca). Figura 14. Parejas de fotos antes-después de la intervención. Tímpano, bóveda y planta alta (fotos: CABBSA). 123 LA CAPILLA DE LUIS DE LUCENA (GUADALAJARA). UN MONUMENTO RECUPERADO 124 Figura 15. Imágenes del interior de la capilla una vez finalizadas las obras de restauración del IPHE y reabierta a la visita pública. Año 2000 (fotos: CABBSA). años ochenta y construimos un nuevo suelo con cámara inferior ventilada, instalando un sistema de electroósmosis-fóresis pasiva en los muros de fachada, eliminando los enfoscados de cemento y desalando los paramentos mediante aplicaciones sucesivas de sepiolita. Como medida adicional para favorecer el secado, se dejaron instaladas celosías de acero en todas las ventanas y huecos de ventilación para que permanecieran abiertas permanentemente pero impidiendo la entrada de aves. En esta situación, el monumento permaneció durante más de dos años para asegurar el secado paulatino y natural de sus fábricas hasta que alcanzase las condiciones idóneas para su restauración. En este tiempo, recogimos los fragmentos de yeserías y otros elementos de piedra acopiados en la capilla, procediendo a una primera limpieza, documentación y embalaje en adecuadas condiciones para poder estudiarlos y establecer las pautas de su restauración y musealización en el propio monumento, y redactamos el proyecto general de intervención, que se llevará a cabo entre 1999 y 2000. Las obras a realizar en la intervención principal pretendían devolver la capilla a su visita pública, recuperarla de su estado de abandono y dotarla de un uso museístico, tanto de sí misma en su arquitectura y en sus pinturas murales, como de las yeserías procedentes de la demolida capilla de los Orozco. Se realizaron diversas acciones para frenar el fuerte problema de humedades existentes y recuperamos la cota de arranque de la fachada, para lo cual fue necesario remodelar la plaza adyacente (esta remodelación requirió modificaciones solicitadas por el cuerpo municipal de bomberos, como la construcción de una rampa desde la calzada para facilitar el acceso a otras edificaciones limítrofes con la plaza y las consiguientes barandillas de protección). Paliado el origen de la principal fuente de lesiones (la humedad), se acomete la restauración integral del monumento. Una inspección a fondo del mismo, con catas de investigación, da a la luz importantes novedades, como el descubrimiento de una decoración interior oculta por las pilastras y órdenes arquitectónicos manieristas. En efecto, bajo esta decoración discordante con el exterior de aire mudéjar, subyace otra que sí sería reflejo de dicho estilo. Se trata de ménsulas y relieves de ladrillo que nada tienen que ver con el orden apilastrado ejecutado posteriormente, posiblemente tras la muerte de Luis de Lucena, como soporte de las pinturas de Rómulo Cincinato, realizadas a finales del XVI, una vez desaparecido el que fue médico del Papa, muerto en Roma, lejos de su capilla. Este descubrimiento se ha dejado puesto de manifiesto en el aspecto final de la restauración en dos puntos significativos del monumento, para facilitar su comprensión y estudio: una de las pilastras centrales y una de las de esquina, en las que una cata convenientemente tratada permite observar esta decoración primigenia. Otros aspectos relevantes, en el sentido del antes expuesto, han sido el descubrimiento de dos pequeñas ventanas cobijadas por arco rebajado y hueco abocinado tapiadas en la planta alta (y que han sido destapiadas y recuperadas) y la eliminación del muro de ladrillo de refuerzo adosado al exterior de la escalera de caracol, discordante con su geometría. En este último caso, se constató que la capilla, en este punto tenía adosada otra edificación, ya que las fábricas halladas bajo el muro de refuerzo no tenían carácter de obra vista, sino enjarjes hacia otra construcción, por lo que, a través del torreoncillo de la escalera, en planta baja, se comunicaba con estas otras construcciones desaparecidas. FICHA TÉCNICA DE LA INTERVENCIÓN Organismo promotor Instituto del Patrimonio Histórico Español Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, Ministerio de Cultura. Duración de las obras Obras previas de emergencia: enero-junio de 1996. Intervención: julio de 1999-noviembre de 2000. Proyecto Carlos Jiménez Cuenca, arquitecto del IPHE. Margarita González Pascual, restauradora del IPHE. Dirección técnica Carlos Jiménez Cuenca, arquitecto del IPHE. Margarita González Pascual, restauradora del IPHE. Álvaro Marín Romero, arquitecto técnico. Coordinación desde el IPHE Eduardo González Mercadé, arquitecto del IPHE. Toma de datos y levantamiento CAD F. Gálvez, T. Barrios y J. A. Vaca, delineantes del IPHE. Empresa contratista ACORE, SA (obras previas de emergencia). CABBSA (intervención). Distinción de Honor de la Delegación de Guadalajara del Colegio de Arquitectos de CastillaLa Mancha 2001. La restauración ha conllevado también la recuperación de la planta alta de la capilla. La renovación de la cubierta (la existente era una reposición reciente), la restauración de paramentos, solados, carpinterías e instalaciones han permitido que lo que antes era un sencillo desván, pueda ser recuperado como espacio expositivo vinculado a la planta baja, donde se desarrolla principalmente la visita. Las yeserías y objetos de piedra han sido recuperados, recompuestos los fragmentos en paneles o en vitrinas expositivas. Todo ello ha hecho posible volver a disponer de una idea muy sugestiva de lo que aquellas decoraciones pudieron significar. Las pinturas murales y las decoraciones en yeso labrado y policromado que las enmarcan, han sido restaurados y con- 125 LA CAPILLA DE LUIS DE LUCENA (GUADALAJARA). UN MONUMENTO RECUPERADO 126 venientemente iluminados. Dos paneles de vidrio fueron previstos para ubicar carteles explicativos del monumento y su contenido. Después de muchos años cerrado, de nuevo es posible la visita pública de este singular monumento recuperado y puesto en valor. Pero no todo está hecho: un continuado mantenimiento y la solución de la problemática ocasionada por la propiedad colindante (en lo que fue el lugar que ocupaba la demolida iglesia de San Miguel) siguen siendo imprescindibles para dar adecuada continuidad a su conservación. Bibliografía BALDELLOU, M. A.: Tradición y cambio en la arquitectura de Guadalajara (1850-1936), primera ed. 1989, Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha y Caja Provincial de Guadalajara. HERRERA CASADO, A. (1975): «La capilla de Luis de Lucena en Guadalajara (revisión y es- tudio iconográfico)», Revista Wad-Al-Hayara, Diputación Provincial de Guadalajara. HERRERA CASADO, A. (1991): La capilla de Luis de Lucena, Aache Ediciones. JIMÉNEZ CUENCA, C., y GONZÁLEZ PASCUAL, M. (1998): Proyecto de Restauración y Adecuación de la capilla de Luis de Lucena, IPHE, Ministerio de Cultura. 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