TRIBUNAL TERCERO DE SENTENCIA: SAN SALVADOR, a las

Anuncio
P0103-77-00
TRIBUNAL TERCERO DE SENTENCIA: SAN SALVADOR, a las dieciseis horas y
cuarenta del día veintiocho de Junio del año dos mil.
Visto en Juicio oral el proceso penal n° 11-2000-1a, que se instruye en contra del Imputado
BALBINO MEJIA PEREZ, de treinta y ocho años de edad, acompañado, empleado,
salvadoreño, originario y del domicilio de Candelaria; Cuscatlán, residente en cantón San
Rafael La Loma de la jurisdicción de su mismo lugar de origen, hijo de ROSA MEJIA y
GUADALUPE PEREZ, procesado por el delito de HOMICIDIO AGRAVADO tipificado y
sancionado en los arts. 128 y 129 n° 3 y 7 Pn., en perjuicio de ERNESTO ALFONSO
CRUZ CUBIAS.
La Vista Pública ha sido dirigida por los Jueces del Tribunal Tercero de Sentencia de esta
ciudad, Licenciados MARTIN ROGEL ZEPEDA, DELMY YANIRA CHOTO DE
CONTRERAS y JOSE ISABEL GIL CRUZ, siendo presidida por el primero de los
mencionados de conformidad a lo establecido en los arts. 53 inc. 1°, n° 1° Pr. Pn., en
relación con los arts. 18, 128 y 129 n° 3 y 7 Pn.
Han intervenido como partes los Licenciados JOSE VICENTE TURCIOS BARRAZA y
MARITZA BEATRIZ AYALA LARRAMA, ambos en representación del señor Fiscal
General de la República, y el Licenciado JOSE URSUS AGUILAR LOPEZ, quien en su
carácter particular ejerce la Defensa Técnica a favor del acusado antes mencionado,
pudiendo ser notificados los primeros en la dependencia de la institución a la que pertenece
en la ciudad de Soyapango y el defensor en Primera Avenida Norte, Primera Calle
Poniente, Puerto de la Libertad y al telefax trescientos treinta y cinco-treinta y dos setenta y
nueve.
DESCRIPCION DE LOS HECHOS ACUSADOS
"Que el día veintisiete de Agosto del presente año, a eso de las veinte horas con quince
minutos, el ahora occiso ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS, se conducía a bordo de
un autobús del transporte colectivo, perteneciente a la ruta ciento trece; el cual hace su
recorrido de Cojutepeque hacia San Salvador y viceversa, dándose el caso que el occiso
antes mencionado había abordado dicha unidad, y a la altura de la Plaza Zurita de la misma
ciudad se había subido un sujeto en aparente estado de ebriedad; al mismo bus, quien
posteriormente comenzó a agredir verbalmente al ahora occiso ERNESTO ALFONSO
CRUZ CUBIAS, y cuando dicho autobús circulaba hacia la ciudad de Cojutepeque a la
altura del kilometro diecisiete y medio de la carretera Panamericana, entre la gasolinera
ESSO y el desvío de San José Guayabal de la jurisdicción de San Martín, el imputado
BALBINO MEJIA PEREZ, sin motivo alguno siguió agrediendo verbalmente al ahora
occiso diciendole que se bajara de dicha unidad de transporte colectivo, dándose el caso
que el imputado en forma repentina sacó un arma de fuego y sin mediar palabra disparó
contra la humanidad del señor ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS, haciendo impacto
dicho disparo a la altura del rostro del señor CRUZ CUBIAS, ya que el imputado iba
sentado en el último asiento del bus y el ahora fallecido se encontraba sentado en el
penúltimo asiento de dicho autobús, produciéndose en ese momento una situación de
alarma entre las personas que se conducian a bordo de dicha unidad de transporte colectivo,
por lo que el cobrador de nombre GUSTAVO DAGOBERTO BOLAÑOS, de forma
inmediata le comunicó al motorista OSCAR JAVIER AGUILAR RAMIREZ, que en la
parte de atrás del bus había una persona lesionada y que se condujera a la policía de dicha
ciudad, dandose el caso que a unos pocos metros del lugar de los hechos el conductor
encontró a unos agentes de la Policía Nacional Civil, quienes al ver que los pasajeros de
dicha unidad abandonaban el autobús y a la vez gritaban que en el interior del bus se
encontraba una persona lesionada, procedieron a verificar lo sucedido y en ese momento el
imputado BALBINO MEJIA PEREZ, se daba a la fuga, siendo señalado por los pasajeros
de dicho vehículo como la persona que había disparado al señor CRUZ CUBIAS; por lo
que a pocos metros de la escena del delito fue capturado por los agentes DENIS
ROBERTO GUTIERREZ BERMUDEZ auxiliado por el agente JUAN ANTONIO
FLORES DELGADO, y al momento de ser capturado llevaba el arma de fuego con la que
había disparado en la parte de la cintura, oponiendo resistencia a dicho arresto,
haciéndosele saber de forma inmediata el motivo de su detención, así como los derechos y
garantías que la ley le confiere de conformidad a lo establecido en el art. 12 de la Cn. y 87
Pr. Pn., decomisándole en el momento de su captura un arma de fuego tipo revólver, calibre
treinta y ocho, marca COLD, la cual contenía en el interior del tambor cinco cartuchos sin
disparar y una vainilla del mismo calibre ya disparada, así tambien dichos agentes
policiales procedieron a trasladar al ahora occiso al Hospital Nacional de San Bartolo, ya
que éste presentaba señales de vida, muriendo posteriormente en dicho centro asistencial,
debido a la gravedad de las lesiones".
Los puntos sometidos a deliberación y votación; según lo dispuesto por el art. 356
Pr. Pn. fueron:
En cuanto al n° 1, en vista que no fue planteada ninguna cuestión Incidental que se
haya diferido para este momento no se tomo como tema de deliberación.
Procediendo al n° 2 de dicho precepto legal, en lo referente a la Existencia del
Delito, se analiza:
EXISTENCIA DEL DELITO
La acusación que se ha formulado contra BALBINO MEJIA PEREZ, por la representación
Fiscal, es por el delito de HOMICIDIO AGRAVADO, el que lo ha calificado en los
supuestos comprendidos en los números tercero y séptimo del art. 129 Pn., significa ello
que el Fiscal no nos ha concretizado de manera especifica la conducta delictiva que le
atribuye al encartado, al señalar distintos supuestos del art. 129.
La figura simple del HOMICIDIO se encuentra regulada en el art. 128 Pn., la que sirve de
base para determinar la figura cualificada del HOMICIDIO AGRAVADO comprendido en
el art. 129 Pn. Del análisis del art. 128 Pn., se determina que el sujeto activo de este tipo
puede ser cualquier persona, este elemento se analizara de manera concreta cuando se
proceda a determinar la autoría sobre los hechos acusados, es decir si la persona a quien ha
acusado el representante Fiscal es el autor o no de las imputaciones formuladas.
En cuanto a la acción típica que regula el art. 128 Pn., nos la determina el verbo
rector "MATARE", que significa que el sujeto activo le quite la vida a otra persona. Debe
existir un nexo de imputación entre la acción realizada por el sujeto activo y el resultado
muerte producido en el señor ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS, de esta forma se
tendrá por colmado los elementos objetivos del tipo, que en el caso en comento se trata de
un HOMICIDIO AGRAVADO según la acusación formulada. Además deberá
determinarse de manera fehaciente el denominado elemento subjetivo del tipo, el cual está
conformado por el DOLO, es decir que el sujeto activo quiere matar y sabe que está
matando, en el caso concreto además deberá probarse las circunstancias cualificantes del
HOMICIDIO AGRAVADO, que se procederá analizar muy sucintamente.
El HOMICIDIO AGRAVADO, regulado en el art. 129 n° 3 Pn., comprende el haberse
realizado el homicidio mediante la alevosía, entendiéndose por tal, aquella circunstancia en
la que el sujeto activo ha provocado o se aprovecha de una situación de indefensión de la
víctima para prevenir el ataque o defenderse de la agresión sin riesgo para su persona. Lo
anterior significa que el ministerio Público deberá probar las circunstancias de completa
indefensión en que se ha encontrado la víctima, así como que esta situación ha sido
aprovechada por el agente activo para evitar todo riesgo de defensa por parte de la víctima,
en donde no bastaría para configurar dicha circunstancia cualificante del Homicidio el
utilizar un arma de fuego, porque de ser así todos los HOMICIDIOS en los que se utilice
arma de fuego, serían ipso facto HOMICIDIOS AGRAVADOS, más especificamente
HOMICIDIOS ALEVOSOS. Tampoco es posible construir dicha agravante siempre que el
ataque provenga de una acción realizada a espaldas de la víctima, sino que este concepto de
alevosía debe cumplir con más requisitos.
La representación Fiscal sustentó la existencia de ALEVOSÍA en la acción realizada por
BALBINO MEJIA PEREZ, basándose en que éste había abordado el autobús dandose
cuenta que su víctima no portaba ninguna arma y que aprovechó el momento más oportuno
para dispararle. Este argumento en ningún momento permite sustentar la agravante de
ALEVOSIA, puesto que aun en el supuesto que la Representación Fiscal lograra probar
esta situación, no es lo suficiente para decir que la acción de BALBINO MEJIA sea
congruente con estado de absoluta indefensión para su víctima, en atención a ello es que se
descarta prima facie dicha circunstancia de ALEVOSIA.
El autor ENRIQUE BACIGALUPO en la obra "Estudios sobre la Parte Especial del
Derecho Penal" señala que dada la complejidad del concepto de ALEVOSIA, la
comprobación de la misma requiere de la existencia de tres elementos: a) INDEFENSIÓN
DE LA VICTIMA, b) ABUSO DE CONFIANZA, y c) EXPRESIÓN DE UNA ACTITUD
ELEVADA DE HOSTILIDAD A LA VICTIMA. Aisladamente ninguno de estos
elementos tiene fuerza agravante suficiente como para convertir al HOMICIDIO en
ASESINATO.
Los autores TOMAS VIVES ANTON y otros; en su obra "Derecho Penal Parte Especial",
señalan que la Jurisprudencia Española determina que existe ALEVOSIA cuando se
cumplen los cuatro requisitos siguientes: a) NORMATIVO, pues solo puede aplicarse a los
delitos cometidos contra las personas; b) OBJETIVO, que radica en el "modos operandi" y
se refiere al empleo de medios, modos o formas en la ejecución, tendentes a asegurarles
eliminando cualquier posible defensa de la víctima; c) SUBJETIVO, pues el agente ha de
haber buscado intencionalmente, o al menos haberse aprovechado conscientemente, de
perseguir eliminar toda resistencia del ofendido; y d) TELEOLOGICO, pues ha de
comprobarse si en realidad en el caso concreto, se produjo efectivamente una situación de
total indefensión.
El mismo art. 129 Pn., en su numeral tercero comprende que el HOMICIDIO haya sido
realizado con premeditación, ello significa que el sujeto activo del hecho punible haya
planeado con la anticipación necesaria, reflexiva y persistente la realización del delito, lo
que significa que no estamos ante un suceso que acontece de manera inmediata sino que
debe de existir el tiempo necesario para poder pensar de manera reflexiva y constante lo
que se va hacer, es decir que el autor debe haber reflexionado insistentemente sobre la
acción de matar. Dicho en otros términos debió haber existido una frialdad deliberativa del
ánimo que conduce al delito, lo que debe ser debidamente probado y acreditado en Juicio y
no tenerse por establecido de manera festinada, de esta forma se denota en el presente caso
sin mayor esfuerzo que dado el cuadro fáctico planteado que no ha existido dicha
premeditación, a no ser que hagamos consideraciones eminentemente subjetivas, lo cual no
esta permitido para estos Jueces.
Debe advertirse que en la actualidad el art. 129 n° 3 Pn., comprende además el realizar el
HOMICIDIO mediante el uso de la superioridad, la que según el entender de los estudiosos
del derecho se constituye en la hermana menor de la alevosía. Debe entenderse que en el
caso objeto del Juicio, dado que los hechos acusados sucedieron el día veintisiete de Agosto
de mil novecientos noventa y nueve a esa fecha aun no estaba vigente la reforma del art.
129 n° 3 Pn., por lo tanto no merece mayor análisis esta circunstancia por no ser aplicable
al caso.
En cuanto a lo dispuesto en el art. 129 n° 7 Pn., regula el HOMICIDIO cometido por
motivos ABYECTOS O FUTILES, debe entenderse por ABYECTO: Aquella acción baja o
vil de parte del sujeto activo que es completamente despreciable o infame; y por otro lado
la FUTILIDAD hace referencia a la acción de matar por una razón sin importancia, lo que
no debe entenderse que en todo HOMICIDIO sea agravado por ser la acción de matar una
conducta negativa para la convivencia humana, sino que la cualificante se configurará
cuando se mata por el simple hecho de matar.
En el presente caso de la declaración dada por el imputado como se relacionará en un
apartado de esta sentencia se determina según BALBINO, actuó motivado porque
presuntamente le pretendían quitar su dinero, es decir que existía alguna motivación que
orientaba su conducta aunque como se apuntará posteriormente esto no ha sido probado por
otros medios probatorios, si constituye un elemento establecido durante el juicio que el
indiciado había ingerido bebidas alcohólicas, pero que estas le permitían desplazarse, por lo
que en alguna medida esta situación incide en el comportamiento de las personas, por lo
que debe descartarse la situación prevista en el art. 129 n° 7 Pn., y deberá continuarse con
el análisis por el delito de HOMICIDIO SIMPLE, previsto y sancionado en el art. 128 Pn.,
el cual es una situación favorable al indiciado y por lo tanto no existe afectación de garantía
alguna para éste.
La Acción: La conducta cometida por el Imputado antes mencionado esta prohibida por
nuestro Código Penal, por el hecho de haber disparado su arma de fuego a una corta
distancia en contra de la persona del ahora occiso, misma que fue el medio con el cual
produjo una lesión que tuvo como consecuencia privarle de su vida a ERNESTO
ALFONSO CRUZ CUBIAS cuando éste se transportaba en el interior de un autobús de la
ruta ciento trece que hace su recorrido de la ciudad de Cojutepeque hacia esta capital y
viceversa, precisamente a la altura del kilometro diecisiete y medio de la carretera
Panamericana y propiamente frente a la gasolinera ESSO de la ciudad de San Martín.
Resultado: Material y objetivamente tenemos un resultado, ya que a la persona de
ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS se le ocasionó una lesiones en el párpado inferior
del ojo izquierdo, es decir en su cara la que trajo como consecuencia afectación en el
cráneo, según el dictamen pericial ya relacionado, la cual le causó la muerte, lo que ha
quedado establecido con certeza para este Tribunal.
Relación de Causalidad: En el presente caso estamos en presencia de un delito que la
doctrina lo denomina como de RESULTADO MATERIAL, asi pues; desde esta
perspectiva, es menester establecer esta circunstancia, ya que estamos ante una acción
humana que se ve materializada por la lesión producida por arma de fuego en el párpado
inferior izquierdo del decujus, con la que al final se tuvo un resultado como fue el
acaecimiento de la muerte, es decir, que la conducta del imputado creó un riesgo que se
cristalizó en la producción de la muerte, acción que jurídicamente es desaprobada por
nuestro ordenamiento jurídico, según el tenor del art. 128 Pn., la acusación que se ha
formulado contra BALBINO MEJIA PEREZ, por la representación Fiscal, es por el delito
de HOMICIDIO AGRAVADO, el que lo ha calificado en los supuestos comprendidos en
los números tercero y séptimo del art. 129 Pn., significa ello que el Fiscal no nos ha
concretizado de manera especifica la conducta delictiva que le atribuye al encartado; pero
que con el análisis realizado en ideas anteriores se determina que la calificación correcta es
la regulada en el art. 128 Pn.
RELACIÓN DE LA PRUEBA
En orden cronológico y durante el desarrollo de la Vista Pública, se recibieron las
siguientes declaraciones así:
El acusado BALBINO MEJIA PEREZ, en su declaración Indagatoria dijo: Que ese día el
se había mantenido en el Mercado central tomando, como a las siete de la noche se fue del
lugar donde había estado tomando, a la altura de la plaza barrios pudo notar que lo
perseguían tres individuos, al llegar al parque Zurita abordó la unidad llegaron ellos
también y se subieron a esa unidad, lo que le había sobrado lo que le había tomado se puso
a contar ese dinero y observaron que iba contando ese dinero quiso arrebatárselo, ese señor
y el se forcejearon en ese momento el le pegó un empujón y con la misma le dio la
oportunidad de disparar su arma y fue como el le disparó; paro la unidad y salió él del bus y
los policías afuera del bus lo capturaron.
El estuvo tomando en unos chalet comenzando como a eso de las dos de la tarde, tomo unos
trece cervezas, y pudo haber tomado un poco de agua ardiente, el se encontraba solo.
Las tres personas que lo perseguían no las puede describir, por ser ya de noche.
El forcejeó con una persona en el autobús, como de una estatura de uno sesenta, en el
interior del autobús existía iluminación.
El se recuerda que los señores se ubicaron parados en el bus uno de ellos se quedó cerca de
él. Que los otros sujetos se ubicaron como a cinco metros de él. El sujeto más cercano de él
estaba como a metro y medio de distancia, quien fue quien le quiso quitar el dinero, siendo
una de las mismas que lo persiguieron, desde el parque barrios. Esa persona se le fue
bruscamente a querérselo arrebatar, estando el sentado en el asiento. Lo que hizo fue para
salvar el dinero que llevaba.
Por su parte el testigo JUAN ANTONIO FLORES DELGADO, en esencia manifestó: Que
actualmente es agente de la Policía Nacional Civil y el día veintisiete de agosto de mil
novecientos noventa y nueve era alumno en práctica policial en la Sub Delegación de San
Martín. Recuerda que ese día un homicidio en el kilómetro diecisiete y medio, frente a la
Gasolinera ESSO de San Martín. Recuerda que él iba saliendo de cenar pupusas con dos
compañeros, recordando únicamente el nombre del agente Denis Roberto Gutiérrez
Bermúdez, y de repente observó que un bus de la ruta ciento trece paró de repente y la
gente que bajaba gritaba y decía que había una persona lesionada en el interior del bus,
observando también que de dicho autobús se bajó un sujeto a quien la gente señaló como el
sujeto que acababa de lesionar a la persona que estaba en el interior del bus. Pudo observar
que dicho sujeto iba caminando y cuando le mandaron alto éste no hizo caso y al momento
opuso resistencia a la captura, no habiendo observado que se tambaleara pero sí se le sentía
olor a alcohol. Pudo observar asimismo que el sujeto portaba una arma de fuego calibre
treinta y ocho en su cintura, la cual al ser revisada se encontraron cinco cartuchos sin
disparar y una vainilla. No recuerda quién realmente registró al imputado, sin embargo el
testigo cree que fue Denis Roberto Gutiérrez Bermúdez y que tal registro se hizo al llegar a
la Sub Delegación. El deponente manifestó que fue él quien le sacó el arma de fuego al
imputado y que recuerda que su nombre correspondía a Balbino Mejía, ya que vio la cédula
de éste y su carnet de agente metropolitano y que fue Denis Roberto quien le pidió al
imputado la documentación.
Con respecto al testigo DENIS ROBERTO GUTIERREZ BERMUDEZ, este en lo medular
declaró: Que el día veintisiete de agosto de mil novecientos noventa y nueve él se
encontraba destacado en la Sub Delegación San Martín de la Policía Nacional Civil y como
a eso de las veinte horas de ese día, él venía saliendo de una pupusería con sus compañeros
Juan Antonio Flores Delgado y otro a quien no le recuerda su nombre pero si recuerda que
eran alumnos en práctica policial; al salir del lugar referido pudo observar que se
encontraba estacionado un bus de la ruta ciento trece y de su interior mucha gente gritaba y
decía que había una persona lesionada en el interior del bus, precisamente en la parte
trasera del mismo, lo cual fue verificado por el declarante y sus compañeros, pudiendo
observar que se trataba de un sujeto de sexo masculino, alto como de uno ochenta o uno
noventa metros, fornido, moreno. En el momento la gente señalaba con sus manos a la
persona que había lesionado al muchacho, quien iba ya retirado del bus, por lo que
procedieron a detenerlo, dándose un forcejeo entre ellos, aclarando el testigo que el
detenido era morenito, bajito y correspondía al nombre de Balbino Mejía pues se le
encontró un carnet de agente metropolitano, no recordando si le fue encontrada su cédula.
Recuerda que el sujeto detenido portaba un arma de fuego calibre treinta y ocho en su
cintura, por lo que procedieron a desarmarlo, esposándolo y luego conduciéndolo a la Sub
Delegación en donde verificaron que el arma tenía cinco cartuchos y una vainilla. Observó
que dicho sujeto andaba un poco tomado pero pudo notar que su embriaguez no era
avanzada ya que éste respondía normalmente a las preguntas que ellos le hacían, pero sí se
tambaleaba un poco y finalmente aclara que en lugar había alumbrado eléctrico.
En cuanto al testigo GUSTAVO DAGOBERTO BOLAÑOS ROSALES, en síntesis
expresó: Que es cobrador de la ruta ciento trece y sobre el día veintisiete de agosto de mil
novecientos noventa y nueve, trabajaba como cobrador en la ruta ciento trece empresa
María Azucena, que hace su recorrido Cojutepeque San salvador, ese día como a las ocho
de la noche, como a las seis y media salieron del Zurita, los asientos completos y una línea
parada antes de llegar a San Martín por la flecha, por la calle de oro, un señor que venía
sentado en el asiento de seis empezó hablar debilidades, por el desvió de Guayabal lo vio y
el bus en recorrido por la entrada a la Colonia Santa Isabel a este señor lo volvió a ver un
chamaco que iba delante de él, hablaba debilidades, no sabe si se le fue el tiro pero le pegó
en el rostro un balazo, con un arma que llevaba cubierta entre sus piernas con las dos manos
y le disparo lo hizo con dirección del que venia enfrente, sin decirle nada sin que esta otra
le haya dicho nada, estando el declarante como a un metro de distancia. La persona que
disparó es un señor como de cuarenta años, bien vestido se había subido en el Zurita, del
impacto el lesionado cayó en sus brazos en ese momento el que disparó le apunto con el
arma, sin decirle nada, el lo aventó en el piso al lesionado y con el ruido el motorista
disminuyó la velocidad y el se aventó del bus. Se fue hacia delante y le dijo al motorista
sobre el fallecido y que cerrara la puerta de atrás, vieron unos policías, dos alumnos y un
agente, la gente del bus comenzó a bajar entre ellos el que disparó y la gente le decía a los
policías señalando al que había disparado .
Los policías le mandaron alto pero no obedecía, lucharon con él y le sacaron el arma de la
cintura.
Seguidamente se introdujo mediante su lectura el Reconocimiento Medico Legal del
Cadáver de ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS y la Autopsia realizada en el mismo,
practicados por la Doctora CAROLINA EUGENIA PAZ DE LIEVANO; asimismo el
Análisis de Barío y Plomo en muestras del cadáver, realizado por la Licenciada LEDA
PORTILLO HENRIQUEZ, Analisis Balístico efectuado por JOSE HERBERT MENDEZ
MATIAS, quien en el Juicio amplió el informe presentado por escrito, también se introdujo
el Análisis Serológico realizado en evidencia recolectada en el interior del autobús placas
AB 71-386 de la ruta 113, efectuado por la Licenciada ROXANA MARGARITA
MORAN, además Acta de Remisión de Imputado, Acta de Inspección en Autobús, Acta de
Inspección en el lugar de los hechos, Informes procedentes del Cuerpo de Agentes
Metropolitanos, Ministerio de la Defensa Nacional, Album Fotográfico, Acta de
Interrogatorio previo a Reconocimiento de Persona, Acta de Reconocimiento de Persona, y
Peritajes psiquiátricos de fs. 156 a 159 y de fs. 165 a 167, realizados por el Doctor
GERARDO ENRIQUE RIVERA TREJO.
VALORACION DE LA PRUEBA
Que la materialidad del hecho punible acusado se ha determinado con el reconocimiento
medico legal del cadáver de ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS, practicado por la
Doctora CAROLINA EUGENIA PAZ BARAHONA DE LIEVANO, el cual corre
agregado a fs. 87 fte. del proceso; en donde se determina que la causa de la muerte del
ahora occiso fue por herida de cráneo producida por proyectil disparado por arma de fuego;
de igual forma la misma profesional de la medicina fue quien practicó autopsia de fs. 90 al
92 al cadáver de ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS, en donde se describe que el
cuerpo de aquel presentaba un orificio de entrada de proyectil disparado con arma de fuego
a nivel del cráneo con su correspondiente orificio de salida a ese mismo nivel. Que dicho
proyectil produjo laceración extensa de tejido encefálico que le causó la muerte. Las
características del orificio de entrada indican que se trata de un disparo de corta distancia
(presencia de tatuaje de pólvora).
Constituye un indicio probatorio fundamental a fin de establecer la existencia del
delito y la autoría sobre el mismo, el informe rendido por el analista balístico JOSE
HERBERT MENDEZ MATIAS, quien dictaminó a fs. 96 que tuvo a la vista la evidencia
3/4 en donde consta un arma de fuego, tipo revolver del calibre punto treinta y ocho
especial, serie número setecientos ochenta y cinco mil cuatrocientos doce, marca colt, con
cinco cartuchos del calibre punto treinta y ocho especial y una vainilla del calibre punto
treinta y ocho especial, troquelada con la inscripción "CCI NR 38 SPL", elaborado en metal
de color plateado; se analizo si el arma antes descrita percutió la vainilla en mención, dando
como resultado que efectivamente esa arma percutió la vainilla referida.
El balístico MENDEZ MATIAS, ratifico su dictamen en el presente Juicio y señaló
que tiene catorce años de experiencia en la materia y que a la fecha los dictámenes que ha
dado no han sido equivocados sino que por el contrario sus dictámenes son de certeza,
razón por la que no existe duda alguna que el arma que se le presentó para analisis si
percutió o disparó el casquillo que tambien se le proporcionó, además ilustra que los
revólveres mantienen en el tambor los casquillos.
Por considerarse que las otras pericias ofrecidas en Juicio no nos son útiles a fin de
determinar de manera precisa la existencia del delito, se omite relacionar las mismas,
puesto que basta con las relacionadas anteriormente para tenerse por establecido el
resultado típico que contempla el art. 128 Pn., ya que con toda certeza se ha establecido que
el señor ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS ha cesado en sus funciones vitales, puesto
que el arma de fuego tipo revolver número setecientos ochenta y cinco mil cuatrocientos
doce, calibre treinta y ocho especial, fue disparada a fin de quitarle la vida al señor antes
referido, la cual según el dictamen forense fue apuntada a acorta distancia de aquel, lo que
se determina por el tatuaje de pólvora que presentaba CRUZ CUBIAS en el rostro.
Es incontrovertible pues, el resultado de MUERTE en la persona de ERNESTO
ALFONSO CRUZ CUBIAS, no obstante que según se determinó mediante prueba
testimonial, no sucedió en el momento mismo del hecho, sino minutos despues, ello no es
óbice para la configuración del tipo delictivo de HOMICIDIO, puesto que
indefectiblemente, dado el lugar en el cual se le provocó la lesión (párpado inferior del ojo
izquierdo), era de esperarse la muerte de aquel, como en verdad sucedió.
En el presente Juicio declararon los testigos JUAN ANTONIO FLORES
DELGADO, DENIS ROBERTO GUTIERREZ BERMUDEZ y GUSTAVO
DAGOBERTO BOLAÑOS, quienes a Juicio de estos Jueces son testigos de carácter
imparcial, puesto que no tienen ninguna vinculación con las partes que han intervenido en
el presente juicio, y es por ello que la información que han proporcionado es de carácter
objetiva, asi mismo no han sido desacreditados en el Juicio y no existe razón alguna para
que no creamos la información que han brindado.
Es lógico señalar que los referidos testigos por el transcurso del tiempo no puedan
señalar de manera circunstanciada cada uno de los detalles que sucedieron el día veintisiete
de Agosto de mil novecientos noventa y nueve, pero pese a ello si han traído información
relevante para tener por acreditado que ese día BALBINO MEJIA PEREZ, se conducía en
un autobus de la ruta ciento trece a la altura del kilometro diecisiete y medio de la carretera
panamericana, cuando le hizo un disparo en el rostro al ahora occiso ERNESTO ALONSO
CRUZ CUBIAS, y que como producto de esta acción le quitó la vida a éste.
El testigo GUSTAVO DAGOBERTO BOLAÑOS, como ya se relacionó su
testimonio, es un testigo presencial de los hechos, puesto que estaba a un metro de distancia
de los hechos, por lo que es un testigo directo para tener por establecido de manera
inequívoca que fue el acusado quien mató a ERNESTO ALONSO, circunstancia que
además ha sido aceptada por el mismo imputado, aunque éste nos ha referido que mató a
aquel; porque quiso arrebatarle el dinero que contaba en el autobus, situación que
únicamente el imputado ha manifestado y no así el testigo GUSTAVO DAGOBERTO
BOLAÑOS, quien claramente a referido que sin razón alguna BALBINO, le disparó al
señor que iba en el asiento adelante del imputado. Es de señalar que durante la declaración
del testigo DAGOBERTO BOLAÑOS, señaló que no sabe si al imputado se le fue el tiro
con el que le pegó en el ojo o en el rostro del occiso, esta situación podría configurar un
hecho delictivo distinto al acusado visto de manera aislada, más sin embargo hay que traer
a comento lo que refirió el imputado, quien señala que fue él quien le disparó al ahora
occiso, lo que determina que existía una acción dolosa y no imprudente, aunque claro esta,
que el indiciado en su deposición señala una probable defensa, pero que ésta no ha sido
constatada con otros elementos probatorios, pero si es de señalar que esa apreciación dada
por el testigo DAGOBERTO BOLAÑOS, es comprensible dado que en el autobus; éste
desarrollaba la actividad de cobrador y no solamente iba pendiente de lo que iba realizando
el indiciado y es por ello que en un momento del interrogatorio que se le hizo en juicio, no
obstante haber señalado que fue BALBINO, quien disparó, dudó sobre si dado que
BALBINO llevaba el arma con las dos manos, fue por ello que se le haya disparado la
misma. Esta situación no genera duda en estos jueces, sino que al contrario, complementada
por la deposición dada por el imputado, se tiene que éste si quería realizar los elementos del
tipo doloso.
Los testigos JUAN ANTONIO y DENIS ROBERTO, no presenciaron el momento
en el cual BALBINO, disparó su arma de fuego, sino que estos testigos son importantes
para tener por establecido el momento posterior a los hechos, es decir cuando le dan captura
al indiciado ante los gritos de las personas que se conducian en el autobus que señalaban a
BALBINO, como la persona que había matado a uno de los pasajeros del autobus. Estos
testigos claramente señalan que le encontraron revolver a BALBINO en su cintura, el cual
tenía cinco tiros y una vainilla ya percutida, siendo esta el arma homicida utilizada por el
encausado, la cual según el peritaje balístico efectuado por el señor JOSE HERBERT
MENDEZ MATIAS, la vainilla percutida fue disparada por el arma a la que el perito le
hizo el analisis balístico, la cual fue decomisada por los agentes arriba citados.
No existe duda alguna que la acción realizada por BALBINO MEJIA PEREZ, fue la de
matar, puesto que asi sucedió, bastando un tan solo disparo para producirle la muerte a
ERNESTO ALONSO, puesto que fue producida la lesión en un lugar sumamente delicado
y de consecuencias mortales, por lo que se ha probado los elementos objetivos del tipo
penal.
En cuanto a los elementos subjetivos del tipo penal, como lo es el dolo, que
constituye el conocer y querer realizar la acción típica de matar, es evidente que
BALBINO, sabía que al dispararle a una persona a tan corta distancia, con ello iba a corta
la existencia de aquella, de igual forma se tiene por establecido el elemento volitivo, puesto
que no cabe otra conclusión dada la acción realizada por el sujeto activo. Por todo lo
afirmado se tiene por probado la existencia del delito asi como la autoría directa sobre el
mismo por parte de BALBINO MEJIA PEREZ, correspondiendo analizar en párrafos
siguientes si la conducta realizada por aquel estaba amparada por alguna norma de carácter
permisivo que viniera a justificar su actuación.
ANTIJURICIDAD
Colmado que ha sido el Juicio de Típicidad, tanto en lo objetivo como en lo
Subjetivo, corresponde determinar si la conducta mostrada por BALBINO MEJIA PEREZ,
estaba o no justificada; es decir que puede ser que pese a que se este ante una conducta
típica, existe la posibilidad de que la acción de matar se halle justificada, puesto que en el
ordenamiento jurídico existen algunas conductas que bajo ciertas circunstancias pueden ser
permitidas, y que pese a que sean típicas se hallen justificadas. De allí que se hace
necesario determinar si la conducta desarrollada por BALBINO MEJIA PREZ, es de
aquellas que el ordenamiento jurídico considera lícitas, es decir, que si el acusado ha
actuado en cumplimiento de un deber legal, en defensa de su persona o derechos, o bien en
defensa de un tercero estaría justificada su acción de matar y ello llevaría a determinar que
la conducta del justiciable no le hace responder penalmente; además existen en el art. 27 del
Código Penal otras circunstancias que excluyan de responsabilidad penal como lo es el
denominado ESTADO DE NECESIDAD, en el cual se actúa u omite por necesidad de
salvaguardar un bien jurídico propio o ajeno que está sometido a un peligro real, actual e
inminente.
El imputado BALBINO MEJIA PEREZ, en su declaración indagatoria ha señalado que por
la Plaza Barrios lo perseguían tres individuos, los que lo seguían hasta que llegó abordar el
autobús de la ruta ciento trece y que fue en ocasión de que él se encontraba en el interior
del autobús contando el dinero que le había sobrado, despues de haberse tomado unas
cervezas, fue en ese momento que uno de los sujetos que lo perseguían pretendía
arrebatarle el dinero y fue de esa manera como se dio un forcejeo y tuvo la oportunidad de
sacar su arma y dispararle.
Lo manifestado por BALBINO, nos lleva a tomar en consideración de que
BALBINO, presuntamente estaba defendiendo su patrimonio y que para defenderlo es que
disparó su arma de fuego, más sin embargo del material probatorio que ha desfilado en
Juicio, no se determina por ninguna parte que BALBINO MEJIA PEREZ, haya actuado
bajo alguno de los supuestos que anteriormente se han referido, esto significa que la
conducta del indiciado no ha estado justificada por el ordenamiento jurídico y con ello pues
ha existido no solo una conducta típica sino tambien antijurídica, puesto que ha existido
una verdadera afectación al bien jurídico de la vida, el que constituye el sustrato material
sobre el cual se construyen todos los bienes jurídicos que la sociedad tutela, puesto que al
no existir vida, no es posible disfrutar de ningún derecho.
El acusado ha destruido el bien jurídico más preciado como lo es la vida, sin que
existiera razón valida para ello, puesto que el matar a otro, solamente es justificable en
casos estrictamente señalados en el ordenamiento jurídico, a tal grado que ni al mismo
Estado le es permitido matar, por ser la vida un bien sumamente valioso que debe ser objeto
de protección de todos, en consecuencia BALBINO MEJIA PEREZ, no estaba justificado
para matar a ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS.
Al analizarse el material probatorio vertido en el Juicio como los reconocimientos
forenses realizados en el cadáver, se descarta la presunta defensa invocada por BALBINO,
a quedado evidenciado que en el autobús BALBINO, iba sentado en la parte de atrás del
automotor, igualmente la víctima iba sentado en un asiento antes que BALBINO, de igual
manera se determinó que el autobús iba lleno, no reportando ninguno de los testigos la
presenta agresión que dice BALBINO, haber sufrido, por lo que el imputado únicamente
esta esgrimiendo una cuartada haciendo uso del legitimo derecho a la Defensa Material que
la Ley le confiere, por lo tanto la conducta de aquel no solamente es típica sino tambien
antijurídica, por lo que deberá analizarse la culpabilidad.
CULPABILIDAD
Quien pudiendo obrar conforme a Derecho no lo hizo, será objeto de reproche penal. Para
saber si el homicidio en ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS, puede ser reprochado al
imputado BALBINO MEJIA PEREZ, es necesario primero considerar la capacidad de su
culpabilidad, es decir la imputabilidad; y en segundo lugar el conocimiento o conciencia
que éste tenía, al momento de ocurrido el hecho, de la ANTIJURIDICIDAD de su
conducta; y finalmente analizar si ante la situación que se le presentó, le era exigible o no
una conducta diferente, es decir, si el imputado fue capaz de motivarse por la norma que
prohibe matar.
Se ha alegado por la defensa que el día de los hechos el acusado se encontraba bajo la
influencia de bebidas embriagantes, por tal razón el indiciado no tenía la capacidad de
comprender lo que sucedía, sin embargo, no obstante ha quedado establecido por medio de
los testigos que declararon, que el imputado se encontraba bajo los efectos del alcohol, la
incapacidad de comprensión alegada por la defensa ha quedado totalmente desacreditada
por medio de la evaluación psicológica realizada al imputado por el doctor Gerardo Enrique
Rivera Trejo, médico psiquiatra forense del Instituto de Medicina Legal "Dr. Roberto
Masferrer" agregado a fs. 165-167 del expediente judicial, en el cual se determinó que
Balbino Mejía Pérez al momento de ocurrido los hechos por los cuales se le acusó, se
encontraba bajo los efectos de sustancias embriagantes, sin embargo, tal estado no fue de
gravedad para establecer que afectó o alteró su estado de conciencia o su capacidad
volitiva, es decir, Balbino Mejía era al momento del hecho, una persona capaz de
comprender la ilicitud de su actuar. Además, se pudo determinar por medio de la
declaración indagatoria, que el imputado es una persona adulta, quien dijo tener treinta y
ocho años de edad, con escolaridad de noveno grado, acompañado y padre de tres menores,
así como que al momento de cometer el ilícito penal trabajaba como agente metropolitano y
que el día del hecho se encontraba de licencia, todo lo cual evidencia la capacidad de
comprensión del imputado antes de cometer el hecho, ya que se desempeñaba normalmente
como agente metropolitano, mantenía una relación de pareja y familia. Asimismo este
Tribunal advierte que en el imputado había comprensión de lo ilícito al momento de la
comisión de los hechos ya que éste trató de emprender una fuga ante lo sucedido y el hecho
de que éste se encontrara bajo los efectos de sustancias embriagantes, no le impidió por
ejemplo reconocer el bus que lo llevaría a su domicilio, logrando subir al mismo y buscar
un asiento guardando equilibrio, estando conciente de los efectos que produce ingerir
bebidas embriagantes y el peligro de andar con un arma de fuego y bajo los efectos del
alcohol. En conclusión, no obstante estar establecido que el imputado se encontraba bajo
los efectos del alcohol, estos efectos no afectaron su capacidad de comprensión y la
conciencia de la ilicitud de su conducta, por tanto tal situación no configura una excluyente
de responsabilidad penal de las enumeradas en el art. 27 en su numeral cuatro que se refiere
específicamente, la existencia de una grave perturbación de la conciencia. En consecuencia
al acusado BALBINO MEJIA PEREZ, le era factible motivarse conforme a la norma que
manda "NO MATAR", por lo tanto comprendió la ANTIJURIDICIDAD de su conducta, al
conocer que disparar un proyectil de arma de fuego en contra de una persona produce
inevitablemente el resultado muerte de aquella, por tal comprensión le era exigible una
conducta distinta a la que demostró el día veintisiete de agosto del mil novecientos noventa
y nueve, y por ello corresponde declarar la culpabilidad del encausado y proceder a la
determinación de la Sanción que deberá imponérsele por la conducta realizada y el
resultado acaecido.
DETERMINACION DE LA PENA.
En este apartado se tratará el Proceso de individualización de la pena, tomando como base
la pena abstracta determinada previamente por el legislador para luego materializarla al
caso concreto, mediante la determinación judicial de la misma
El homicidio simple tiene una pena de diez a veinte años de prisión.
Para su concreción deben tomarse como criterio de aplicación el principio de
proporcionalidad, artículo 63 inc. 1° Pn., y siendo este una garantía penal mínima y
exigiendo tal principio una correspondencia entre la culpabilidad y la pena a imponer; en
segundo lugar al haber reconocido la Honorable Sala de lo Constitucional la existencia y
necesidad del principio de proporcionalidad en materia de penalidad, en lo relativo a la
pena, el principio se manifiesta en la predeterminación –legislativa- y la aplicación –
judicial- de la pena privativa de libertad, solo y estrictamente en la medida y grado
necesarios para que la pena cumpla con su fin esencial, sin desnaturalizar su carácter
utilitario o instrumental en relación a tales fines; el agravamiento de la misma de forma tal
que exceda la medida o el grado necesario para el cumplimiento de sus fines, devienen en
inconstitucional, por violentar la función de la pena privativa de libertad, preceptuada en el
articulo 27 Cn.
Como criterios de cuantificación de la pena, deben considerarse, como ya se
mencionó, las circunstancias señaladas en el art. 63 Pn., las que se puntualizan así: 1)
Tratándose de un delito de lesión, como es el homicidio, el daño causado es irreparable
desde todo punto de vista; 2) Con relación a los motivos que impulsaron la realización del
hecho no se tiene claridad sobre los mismos, pues solo se tiene que el sujeto activo discutía
consigo mismo en el interior de un bus de transporte colectivo y en ocasión de tal
discusión, dispara en contra de un pasajero que iba en el asiento delantero de dicho bus; 3)
La comprensión de la ilicitud del hecho, como ya lo expresamos supra se ha visto
enormemente disminuida, situación que debe atemperar la pena, por el estado de
intoxicación alcohólica, pues manifiesta el imputado que previamente había ingerido
cervezas en un chalet contiguo al mercado central de esta ciudad; 4) sobre las
circunstancias que rodearon al hecho, se tiene que ocurrió en horas de la noche, en el
interior de un bus interdepartamental, cuando circulaba a la altura del desvío del Guayabal,
sobre la carretera Panamericana, y producto del alcoholismo que afecta al sujeto activo del
delito; 5) Con respecto a las circunstancias atenuantes o agravantes: Habrá de tomarse en
cuenta que el Tribunal tiene por estimado que en este caso ha concurrido una causa de
inferioridad síquica por interpretación analógica, conforme al artículo 29 Numeral 5 en
relación al Numeral 1 de esa misma disposición legal, que afecta el normal estado de la
conciencia y recae directamente sobre la culpabilidad.
Se está ante una causa de inferior síquica por haberse determinado que el imputado
ha actuado bajo la influencia de bebidas embriagantes, que lo hace comprender de manera
meridiana el carácter ilícito de sus actos pero que no lo exime de manera completa de tal
compresión, es por ello que el tribunal considera pertinente aplicar la atenuante en
mención.
Conforme a las valoraciones expuestas, la pena aplicable será la que se detallara en
el fallo respectivo.
En cuanto a las penas accesorias, estimamos que procede condenar al acusado a la de
inhabilitación absoluta, art. 46 n°1, restringiéndose conforme al art. 58, ambos Pn., la
pérdida de los derechos de ciudadano, en consonancia con los arts. 75 n°2 Cn.
MEDIDA CAUTELAR
El Tribunal estima que la sanción que este día impone al acusado es de suma gravedad, lo
que de manera lógica nos lleva a pensar que ahora que se ha determinado su culpabilidad
por estos Jueces, es racional pensar que si no se restringe la Libertad del Imputado mientras
esta resolución no quede firme, el peligro de evasión por parte de éste se ve acrecentado,
razón por la que es procedente restringir al encartado, ahora declarado culpable, su Libertad
Ambulatoria, para garantizar los fines del Proceso Penal, es decir, la aplicación de la pena
respectiva en caso de que esta resolución quedare firme, la que por razones que se han dado
en la misma, tiene apariencia de Derecho a nivel de certeza; como se determina en esta
Sentencia, y dado que el HOMICIDIO es un hecho punible sumamente grave, es pertinente
que se mantenga en detención el acusado BALBINO MEJIA PEREZ.
HECHO ACREDITADO
Se tiene por acreditado que el día veintisiete de Agosto del año de mil novecientos noventa
y nueve, como a eso de las veinte horas a las veinte horas y quince minutos
aproximadamente, a la altura del kilometro diecisiete y medio de la Carretera
Panamericana, entre la gasolinera ESSO y el desvío de San José Guayabal; de la
jurisdicción de San Martín, a bordo de un autobus de la ruta ciento trece, placas AB setenta y un mil trescientos ochenta y seis, que hace su recorrido de San Salvador hacia
Cojutepeque y viceversa, el imputado BALBINO MEJIA PEREZ, disparó el arma de fuego
tipo revolver, marca COLT, calibre treinta y ocho, contra la humanidad de ERNESTO
ALFONSO CRUZ CUBIAS, produciendole la muerte, debido a que el disparo le perforó el
cráneo, siendo detenido BALBINO MEJIA PEREZ, mientras se daba a la fuga, por los
agentes DENIS ROBERTO GUTIERREZ y JUAN ANTONIO FLORES DELGADO.
RESPONSABILIDAD CIVIL
En cuanto a las consecuencias civiles del delito que regula el art.114 y 115 Pn., obviamente
la declaración de responsabilidad penal genera una responsabilidad civil. En este caso
entendemos que sólo corresponde la de indemnización a quien se considera víctima, en su
caso a sus sucesores legales por tratarse de un delito de homicidio, es aplicable la regla del
artículo 12 N°2 Pr.Pn. Este Tribunal debe señalar que el Ministerio Público no ha
proporcionado prueba para determinar con precisión las consecuencias civiles del delito,
pero por imperio del art. 361 inciso tercero Pr.Pn. que indica que cuando no se haya podido
determinar con precisión la cuantía de las consecuencias civiles, el Tribunal debe fijarlas
tomando en cuenta la naturaleza del hecho, sus consecuencias y otros elementos de juicio.
Se estima pues conforme a eso que la naturaleza del hecho es la más grave de todas, pues
atenta contra la vida de una persona destruyéndola. Con ello hace irredimible al bien
jurídico lesionado, por lo que sus consecuencias son devastadoras; en ese orden de ideas y
atendiendo a esa gravedad, como únicos parámetros tenemos para fallar, pues otros no
fueron proporcionados a este Tribunal por quien le corresponde la carga de la prueba, se
estima proporcional al daño causado condenar al imputado BALBINO MEJIA PEREZ, en
concepto de indemnización, al pago de Veinte mil colones; no se condena en costas por ser
gratuita la administración de justicia y haberse ejercido la acusación por el ministerio
público fiscal.
Las decisiones fueron tomadas con votos unánimes.
POR TANTO: Conforme a las razones expuestas, normas legales invocadas y arts.11, 12,
15, 19, 27, 72 ordinal 1°, 75 ordinal 2° y 172 de la Constitución de la República; 8 de la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos; 1, 3, 4, 13, 29 Numerales 1 y 5 y 128
Pn.; 1, 15, 130, 162, 354, 355, 356, 357, 361 Inc. Ultimo y 449 Pr.Pn., a nombre de la
República de El Salvador, FALLAMOS: A) Declárase al acusado BALBINO MEJIA
PEREZ, de generales antes expresadas en el preámbulo de esta sentencia, como autor
directo del delito de HOMICIDIO SIMPLE, en perjuicio de la vida de ERNESTO
ALFONSO CRUZ CUBIAS y condénasele a la pena principal de ONCE AÑOS DE
PRISION, la que cumplirá el día veinticinco de abril del año dos mil diez, puesto que a la
fecha el ahora condenado ha rebasado el plazo de seis meses de prisión preventiva, por lo
que se le computa a razón de dos dias de prisión por cada día de detención que ha superado
los seis meses; B) Condénase al imputado BALBINO MEJIA PEREZ, en concepto de
Responsabilidad Civil, a pagar la cantidad de VEINTE MIL COLONES a los herederos del
Señor ERNESTO ALFONSO CRUZ CUBIAS; C) Condénasele a la pérdida de los
derechos de ciudadanos por el tiempo que dure la condena; D) Absuélvese de las costas
procesales al acusado, por ser gratuita la Administración de Justicia. E) Líbrense los
correspondientes oficios de traslado e ingreso al lugar donde el encartado deberá cumplir la
pena principal, es decir, a la Penitenciaría Central La Esperanza, San Luis Mariona de
Ayutuxtepeque. F) En cuanto al arma de fuego decomisada, desele cumplimiento a lo
dispuesto en el artículo 184 Pr.Pn.. G) Remítase oportunamente las certificaciones
pertinentes al Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena de esta
Ciudad.
Si las partes no recurrieren de esta resolución se considerará firme el fallo.
Notifíquese la presente sentencia mediante lectura integral.
Descargar