435 RESE1NAs matices delicados de expresi6n y una parte considerable de las cualidades artisticas que caracterizan la obra de Subercaseaux. GORDON BROWN, Georgia School of Technology. JUAN BURGHI, Pdjaros nuestros.-Buenos Aires, Edit. Guillermo Draft Ltda., 1940. 104 pp. Juan Burghi es uruguayo. Desde hace muchos afios reside en Buenos Aires, a cuyo ambiente literario esti muy vinculado. Este libro de poemas, Pdjaros nuestros, es una afirmaci6n mis de la fraternidad rioplatense. Los pijaros que el poeta hace cantar y revolar en sus versos -el trutero, el chingolo, el benteveo, el cardenal, el pirincho, el hornero, el picaflor, el dorado, el misto, el tordo, la torcacita, el "siete vestidos" y otros-, abundan por igual en el Uruguay y en las provincias argentinas que limitan con el Uruguay. Algunos son conocidos tambien en otros paises americanos, pero los hay que son propios inicamente de las regiones rioplatenses. Sin duda, muchos lectores opinardn que el principal merito de este libro esti en su maestria tecnica, en su ritmo igil, claro, ondulante, que es como un pijaro mis -un nuevo pjaro- en este concierto de picos y de alas. Realmente, el gozoso juego del verso de Burghi, lleno de espontaneidad y de sabiduria, perfecto, diaifano,' de una madura sencillez, es uno de los valores mis significativos de sus poemas, no s61o porque su pensamiento esta expresado con toda fluidez, sino tambien por la ductilidad de su verso, clisico y moderno a la vez. Para mi, lo mis admirable de Pdjaros nuestros es esa mirada comprensiva del poeta, esa espiritualizaci6n del detalle realista, ese fraternal afecto con que el artista sabe ver nuestros pajaros. Asi, luego de dar la acuarela exacta, logra subjetivizarla y estilizarla, por virtud de la emoci6n y de la evocaci6n. El pajaro es un simbolo de la infancia. Y la ternura franciscana del poeta ve en e1 un reflejo de dias despreocupados y luminosos. De todos los libros de Burghi que conocemos -La senda familiar, Oro de Otonio, etc.-- ste es el mis hermoso, el mis noble. Y uno de los mis nobles y hermosos libros de poemas americanos por nosotros leidos en estos 6ltimos afios. Cabe tambi6n una especial menci6n a las ilustraciones de Salvador Magno, que nos llenan de recuerdos a quienes conocemos a esos pijaros, tan bien representados por el artista, con detalles tan reales y tan finos, con colorido tan nitido y exacto, de un relieve maravilloso. Fuera de las regiones platenses tales ilustraciones ayudarin a los lectores a comprender mejor la sugerencia de los versos. 436 R EVISTA IBEROAM ERI CAN A Pdjaros nuestros nos da la sensaci6n de una obra perfecta en todo sentido, una autintica obra de arte. ARTURo VAZQUEZ CEY, Junto a la paloma.-Buenos Aires, 1940. 184 ppArturo Vkzquez Cey es uno de los mis altos valores de la lirica argentina contemporinea. Una labor depurada y generosa ha ido realizando este artista, nacido en Buenos Aires en 1888. En 1909 public6 su primer libro Las naves de oro, y desde entonces su vocaci6n ha ido enriqueciendo la literatura de su patria con gran nfimero de obras, en prosa y verso. Para valorar su labor de critico, basta recordar sus libros: Leopardi, Chateaubriand, Almafuerte, Dante y el ideal romdntico, Alberdi y la poesia social, Florencio Sdnchez y el teatro argentino, Olegaria Andrade y su dpoca, amen de la direcci6n y prologaci6n de obras de Mitre, de Pardo Bazin. Pero con ser tan intensa y erudita su labor de valoraci6n, divulgaci6n e interpretaci6n critica, creemos que es en su mensaje po6tico donde la personalidad de Vizquez Cey se expresa con m~s brio, con mas originalidad, con mayor jerarquia. El critico puede formarse, en las severas disciplinas del estudio y del discernimiento. El poeta es una fuerza desbordante, que rompe cauces, que abre anchas alas blancas, que rutila como una estrella magnifica en su soledad. Imposible transcribir aqui la lista completa de los temas poeticos de este argentino, pues nos falta espacio. Un poeta de tan honda vida interior como Vizquez Cey, no puede cefiir su canto a la brevedad de uno o dos tomos. Es demasiado generoso su lirismo, y su canto es un ennoblecimiento cotidiano, algo que el poeta necesita como el pan, el agua, el rayo de sol. Al referirnos especialmente a este tomo titulado Junto a la paloma, bosquejaremos tambien la parte esencial de la personalidad lirica de Vizquez Cey, ya que su obra, dentro de su aspecto multifacitico, posee una linea de continuidad, una hermandad espiritual que acentia su individualidad. Su ticnica podri ser mas afi-nada en sus 1ltimos libros; su espiritu es siempre el mismo: esto es lo que se llama ser personal. La poesia de Vizquez Cey toma la vida o cualquier detalle del paisaje, como una invitaci6n para dar a sus hermanos la nobleza de sus ideas emocionales, musicalizadas en la palabra bella. No es propiamente un poeta conceptual, pero todos sus poemas, aun aquellos mis breves, que parecen sencillas pinceladas, esconden, tras la corteza, gris o dorada, un palpitar animicd. Es una poesia moderna y de todos los tiempos, en la que la naturaleza y el espiritu tejen su ronda, y el verso perfecto, terso, recibe jubiloso la justa expresi6n del temperamento lirico. Por eso, es opor-