Crítica a la concepción del atraso en América Latina durante el siglo XIX y XX por parte de la historiografía norteamericana Abraham Gad Lozano Ortega “No past experience, however rich, and no historical research, however thorough, can save the living generation the creative task of finding their own answers and shaping their own future.” Alexander Gerschenkron. Resumen El presente ensayo tiene como finalidad realizar una crítica a la concepción historiográfica norteamericana al desarrollo de los países latinoamericanos. Dicha crítica se fundamenta en la hipótesis que los economistas históricos han construido su análisis a partir de una especie de “americentrismo” con ánimo de categorizar y construir relaciones gracias al empleo de enfoques neo institucionalistas y llegar a conclusiones realizando ejercicios de comparación en los ámbitos político económico y social. El autor cita las apreciaciones que se hacen sobre la escuela estructuralista en la introducción de “Como se rezago América Latina” de Stephen Haber y plantea algunas debilidades presentes en dicho pasaje. Finalmente, a partir de la descripción de las ideas de Gershenkron y Mc Closkey propone apreciar el fenómeno del atraso económico desde una perspectiva mucho más amplia y la incorporación de nuevos elementos que permitan una compresión más acabada y comprometida con la realidad del problema.1 Abstract. This essay aims to critique the concept of American historiography on the development of Latin American countries. This review is based on the assumption that historical economists Abraham Gad Lozano Ortega nació en México D.F. Trabajo junto con el Dr. José Ayala en su obra póstuma “Fundamentos Institucionales del Mercado”. Editado por la UNAM. Es Maestro en Economía por la Facultad de Economía por la UNAM y actualmente cursa el Doctorado de Historia Económica con el proyecto “La concepción histórica del atraso en América Latina por parte de la escuela institucionalista y cuantitivista norteamericana. Un enfoque crítico”. Abraham Gad Lozano Ortega, Mar Mediterráneo 186208 Col. Popotla. Tel. 2465019. E-mail: [email protected] 1 107 have built their analysis from a "americentrism" with the intention of categorizing and build relationships through the use of neo institutionalist approaches and make conclusions through comparison exercises in political, economic and social enviroments. The author cites the assessments made to the structuralist school in the introduction of "Como se rezago America Latina" by Stephen Haber and raises some weak points in the passage. Finally, from the description of McCloskey and Gershenkron´s ideas proposes to appreciate the phenomenon of economic backwardness from a much broader perspective and incorporating new elements in order to achieve a more completeand commited understanding to the reality of the problem Introducción El análisis de los elementos que puedan explicar el actual atraso económico de los países subdesarrollados ha sido objeto de especial interés por parte de diversos autores. Tal ejercicio intelectual ha resultado en explicaciones sobre las causas de la persistencia del atraso, que no son convergentes. En efecto, existe un debate vivo al respecto, pues no hay un consenso acerca de las variables consideradas determinantes en la dinámica de crecimiento de estas economías. No obstante, tal diversidad de visiones ha originado las reflexiones hasta ahora existentes y ha enriquecido nuestra perspectiva sobre el fenómeno del atraso. El objetivo de este ensayo es situarse en una posición crítica a los enfoques que estudian el rezago económico en América Latina sitúando a la historia económica de los Estados Unidos como punto inicial y preponderante de comparación y que pertenecen a la Escuela neoinstitucionalista y cuantitivista. Expondremos a continuación las conclusiones de algunos estudiosos representativos de estas escuelas enfocados al problema histórico del atraso en los países latinoamericanos para inmediatamente someterlos al escrutinio de algunos de sus condiscípulos de tal forma que pueda plantearse un ejercicio de discusión que nos permitirá al final exponer algunas cuestiones útiles para el desarrollo de nuevas rutas dentro del estudio del atraso. El orden político e institucional como explicación del atraso. 108 Es necesario destacar el planteamiento de North, Summerhill y Weingast según el cual, el crecimiento económico ha estado determinado por el orden político -institucional que influye de manera crucial en el desarrollo de los mercados, lo cual repercutirá de acuerdo a su lógica, en el crecimiento económico. Para ellos, la razón del atraso en América Latina se encuentra en que el orden político ha cooptado el desarrollo del mercado generando condiciones que obstaculizan un correcto funcionamiento para su desarrollo óptimo. Dichos autores refieren que: " nuestros principios de orden político ayudan a explicar las diferencias que, entre la Norteamérica británica e Hispanoamérica emergieron tras la independencia".2 En su ensayo defienden la hipótesis según la cual, el crecimiento económico requiere de un orden político así como una variedad de incentivos que resulten positivos a la actividad productiva y a la de los emprendedores. Considerando que se desea un orden consensuado se requiere que el Estado mantenga un compromiso con las situaciones políticas y los derechos de los individuos. Los ciudadanos deben de estar acuerdo en que sus instituciones políticas son necesarias y al mismo tiempo estar dispuestos a vivir bajo las decisiones que ellas toman, pero al mismo tiempo dotarse de los recursos necesarios para defenderse del abuso de los políticos. Esto es, las sociedades tienen éxito cuando limitan el alcance de las decisiones políticas, es decir, cuando se convierten en vigilantes del Estado que los representa. Cuando los derechos de los ciudadanos sobre los activos en el sistema económico no están claramente especificados, los individuos realizan gastos a veces mayores al valor del mismo activo para conseguirlos. El Estado por su parte debe defender los derechos de los ciudadanos del oportunismo político. Si está ausente, los individuos se abstendrán de invertir lo suficiente en actividades productivas, y destinarán sus recursos para protegerse de los demás o del mismo Estado.3 En su ensayo los historiadores económicos establecen que el origen histórico del desempeño distinto entre Estados Unidos y los países recién formados de las colonias españolas se explica básicamente porque la colonia inglesa y española dieron diferente trato político y diseño institucional a las regiones colonizadas. Por ejemplo, de acuerdo a los autores la corona española ubicó a los derechos de propiedad dentro de un sistema de 2North Douglas Cecil, Summerhill William & Weingast Barry, Desorden y Cambio Económico: Latinoamérica vs. Norte América, Barcelona, España, en Revista Instituciones y Desarrollo Nº 12-13 Institut Internacional de Governabilitat de Catalunya, 1992, p.51. 3 Op cit., p.49. 109 privilegios que tenía como origen las buenas relaciones personales y de negocios con la corona.4 Mientras que el imperio británico, consecuencia del movimiento bélico denominado la “Revolución Gloriosa” de 1689, le daba especial importancia al reforzamiento de los derechos de propiedad por medio de un sistema de transmisión de títulos amparado por el sistema judicial. Para los autores. éstas y otras diferencias, derivarían en el orden político que reviste en los países desarrollados y que está ausente en los países de América Latina. La economía del imperio español de ese tiempo no sería muy diferente a las condiciones actuales de los países latinoamericano que lo habían conformado.5 En resumen, la corona española gobernó a sus colonias para incrementar los beneficios a corto plazo, realizando un trade-off de las condiciones para el crecimiento económico de largo plazo, por ejemplo, las fuertes medidas de política aduanal para asegurar que la mayor cantidad de oro y plata llegara a España impidieron el desarrollo de rutas marítimas internas, el desarrollo del comercio interno y de mercados especializados, así también, la falta de especificidad y de los derechos de propiedad causó con frecuencia que grandes extensiones de tierra no pudieran ser vendidas a los individuos más "indicados” hacia la trayectoria de crecimiento. Por el contrario, las colonias británicas tenían como forma de gobierno, la asamblea representativa y un sistema judicial independiente, lo que protegía los derechos individuales y controlaba la producción de manera que pudieron formarse sistemas "florecientes" de intercambio en el imperio. Así, estas deficiencias estructurales impidieron a Latinoamérica tener un ritmo de crecimiento económico a la par de su vecino americano. 6 “El privilegio en el Antiguo régimen ayudaba al acceso de propiedad y riqueza, pero funcionaba un derecho que restringía la arbitrariedad del privilegio. El derecho indiano es una construcción histórica ad hoc a esta tensión”. Ibarra Antonio, ”Orden, desorden y atraso: el acertijo latinoamericano de la originaria inestabilidad política y el tormentoso cambio institucional, a propósito del bicentenario” en Revista Uruguaya de Historía Económica, Año 1 No. 1 Uruguay. Noviembre de 2011.pp.103-110. 5 Ibídem, p.50. 6 Habría que reflexionar también acerca de la calidad de las instituciones respecto a otro tipo de parámetros por ejemplo, los éticos. En el mismo ensayo estos historiadores económicos se refieren a la condición censurable de la esclavitud, la cual estaba refrendada por el sistema de mercado y el arreglo institucional británico. Una vez obtenida su independencia, los Estados Unidos mantendrían intacto el régimen esclavista en los Estados del sur, lo que permitió, admiten los autores, cierto impulso al el crecimiento económico durante las décadas siguientes. Cabría preguntarse entonces, hasta qué punto, la pertinencia del sistema de mercado y de un arreglo institucional ejemplar pueden permitirse prácticas y políticas tan deleznables como el racismo, el colonialismo y el autoritarismo político. 4 110 Haber y la divergencia entre la historiografía norteamericana y la latinoamericana. Por su parte, en la introducción del libro “Cómo se rezagó la América Latina” el historiador económico, Stephen Haber plantea que la llamada economía del crecimiento tuvo su origen en los trabajos de un "grupo extraordinario de investigadores" que utilizaron una gran cantidad de recursos de tipo cuantitativo para abordar el problema de la medición de la productividad, la contabilidad nacional y los factores que influyen en el crecimiento en el largo plazo. Para Haber estos esfuerzos resultaron “exitosos” y se demostró sin lugar a dudas "el poder" de las técnicas cuantitativas con gran cantidad de datos empíricos en demostrar las teorías de cambio económico. Haber nos señala que el propósito de colocar a Estados Unidos como punto medular, era mostrar algunas lecciones extraídas de su historia económica que podrían aprovechar otros países en su proceso de crecimiento. Enarbola su historiografía económica que “superaría a las interpretaciones tradicionales” para enfocarse en tres áreas de investigación interconectadas: a) La medición de los factores de crecimiento de Estados Unidos en el largo plazo, incluyendo los cambios del stock de capital, la fuerza de trabajo, salarios, la nutrición, la escolaridad y las tasas de natalidad y mortalidad de su país. b) La relación directa de avances tecnológicos e institucionales en el crecimiento económico. (En ese sentido Haber señala que los historiadores lograron demostrar el efecto de estas variables en el desarrollo económico de Estados Unidos gracias a sus "poderosos instrumentos analíticos). Finalmente, c) El estudio del cambio institucional (En esa área de estudio Haber comparo la situación de ciertos países que lograron desarrollar ámbitos institucionales favorables al crecimiento económico mientras que otros no lo lograron). En la lectura del texto Haber parece lamentarse que en “la revolución de los enfoques y los métodos” de la historiografía económica no participaron historiadores latinoamericanos. Concluye por tanto que la disciplina en esa región había gestado "un cuerpo fáctico y metodológico más débil". Tampoco se logró colocar al enfoque (neo)institucionalista en el lugar central que tuvo en la historiografía norteamericana, ni muncho menos se le adjudica el papel crucial que tiene en el crecimiento económico. Haber señala además el abandono de la labor académica por parte de muchos economistas latinoamericanos que estudiaron en universidades británicas y estadounidenses al retornar 111 a sus países de origen. Lo que significó para él un freno en el desarrollo de la nueva historia económica en la mayoría de los países de América Latina. También afirma que la falta de infraestructura tecnológica le presentó un serio impedimento para la formalización del estudio historiográfico en América Latina por el alto costo que representaba la adquisición de equipo de cómputo. 7 Los economistas latinoamericanos abordarían al problema histórico del crecimiento desde otra perspectiva, alejado del enfoque neoclásico y el aspecto cuantitativo para dirigirse a una concepción propia influida por el marxismo, autores como Gerschenkron, la llamada escuela estructuralista impulsada por Hans Singer y Raul Prebish y la teoría de dependencia..8 Haber es incapaz de mantener una distancia profesional hacia esta autonomía de pensamiento, al tratar de cuestionar la historiografía latinoamericana expone las principales razones de las que ésta se fundamenta para cuestionar severamente el rumbo de los países latinoamericanos frente al papel que juega los Estados Unidos en los ámbitos económico y político a escala global. En su empeño de criticar sin concesión a la historiografía latinoamericana Haber comete errores de uniformidad y congruencia. Por ejemplo cuestiona la influencia perniciosa que crea el capital extranjero hacia los países subdesarrollados (un elemento clave en la teoría de la dependencia en países como México Argentina), pero reconoce que es una posibilidad viable en países más pequeños.9 Además hace uso de observaciones que bien pueden encajar perfectamente para cuestionar las teorías que él defiende. Para Haber los dependentistas por motivos ideológicos y políticos intentaban a toda costa que su teoría fuera la correcta, por lo que la perspectiva que subyacía a la historiografía latinoamericana creaba reglas laxas de prueba y argumentación que toleraban la "especificaciones implícitas e incompletas de las hipótesis, el razonamiento tautológico y la presentación selectiva de los datos".10 En otra parte del texto señala sin pudor algo que también podría concluirse partir de la lectura del artículo de North Weingast y Summerhill 11 " lo que existe es eterno; las relaciones sociales de la actualidad se proyectan hacia el pasado como si siempre hubieran Haber Stephen, El crecimiento económico y la historiografía económica de la América Latina en Cómo se rezago la América Latina : ensayos sobre las historias económicas de Brasil y México, 1800-1914, México, FCE,1999, p.17. 8 Op cit, p.18. 9 Op cit, p.28. 10 Ibíd, p.25. 11 North, Summerhill & Weingast, op cit. p.51 7 112 existido y lo que realmente ocurrió en la historia desaparece...".12 Finalmente, en la última parte de su texto llega a una conclusión contradictoria al cuerpo de todo el texto al comentar sobre los aspectos estructurales de Brasil, que al ser distintos al de los Estados Unidos hacen infructuoso proponer un modelo de desarrollo semejante y se reconoce que esto implicaría "construir una realidad contra fáctica históricamente imposible".13 Cuestiones a considerar. Las reflexiones de la economista Deirdre McCloskey acerca de los alcances reales que puede tener la historia económica para el estudio del atraso económico nos ofrecen una serie de elementos que nos permiten entender las pretensiones de la escuela neoinstitucionalista y la cuantitativa para evaluar el desempeño económico de la América Latina . Si bien se puede fundamentar que se atrapa parte de la verdad en un trabajo cientifico, cual red que atrapa buena parte de un banco de peces, no puede esperarse que dicha red pesque a todo el cardumen de una sola vez. Habrá otras que serán más efectivas atrapando mayor cantidad de peces o diseñadas especialmente para capturar los tipos especiales de peces escurridizos a las primeras redes. Estas redes están trenzadas por la corriente epistemológica del modernismo, en las cuales Mc Closkey considera se conduce a la ciencia económica a un empeño en vano por predecir y controlar.14 Bajo tal empeño, McCloskey nos recuerda a las agencias de consultorias, las cuales se hacen ricas por dar consejos a los que buscan volverse ricos (el dilema americano).15 Esta fijación por el posicionamiento y la riqueza podría explicar también una especie de Ib, p.30. Ib, p.38. 14 “The common claim that prediction is the defining feature of a real science, and that economics posseses the feature feature, is equally open to doubt. It is a cliché among philosophers and historians of science, for instance, that one of the most successful of all scientific thoeires, the theory of evolution, has no predictions in the normal sense, and is therefore unfalsifiable by prediction. It is at least suggestive of something odd in prediction as a criterion for useful economics that Darwin´s theory was inspired by classical economics , a system as it happens erroneous in most of the predictions it made.” in Mc Closkey Donald. N, “The Rethoric of Economics “, Nashville, US, in Journal of Economic Literature. Vol. XXI , June 1983,p. 487. 15 McCloskey, Donald [Deirdre]:The Limits of Expertise If you´re so smart, Why ain´t You Rich? en Bourgeois Dignity. Why Economics Can´t Explain The Modern World, Chicago, Chicago University Press. (1994).p.399. 12 13 113 proyección interpersonal que tienen algunos economistas históricos de los Estados Unidos con las naciones latinas. De tal forma el análisis histórico-económico neoinstitucionalista sobre crecimiento económico cae en una especie de “tipificación” de los sujetos a estudio, en este caso a los Estado-Nación, se les categorizaría a nivel de individuos. Esto implica que en vez de realizar la descripción y el estudio de los complejos sistemas y procesos que entraña un país formado por millones de personas, el intrincado proceso histórico quedaría simplificado cual experiencia de vida. En tal caso, sería posible hacer un análisis tipomorfo de la falla que se señala como lo hace un psicólogo o un médico y realizar una serie de prescripciones a los Estados para que puedan superar la condición indeseable que los ha afectado desde hace tiempo y recuperar su retorno a la “salud”, el bienestar económico. Se consideraría así que el éxito o fracaso de una nación se puede explicar porque se tomaron o no cierto conjunto de decisiones. Se observa el recorrer histórico de una país con la horizontalidad de la vida de una persona y de esta manera se le puede someter a juicio comparando su proceder, en una similar trayectoria temporal, con la de sus vecinos más o menos prósperos.16 Por su parte, el economista Jeffrey Williamson considera que la situación de los llamados países del tercer mundo no ha sido peor a la que tuvieron que atravesar en su momento histórico los países del primer mundo en sus primeras etapas de crecimiento. Incluso resalta el hecho que en términos comparativos estos países en la actualidad, Latinoamérica incluida, han tomado mejores decisiones en cuanto al desarrollo económico que las que establecieron los países primermundistas en circunstancias históricas similares. A su vez, McCloskey ofrece datos que encajan perfectamente con las afirmaciones de Williamson. México, por ejemplo tuvo una capacidad muy cercana a la de su vecino americano para cuadriplicar su producto per cápita en poco menos de un siglo. (Ver CUADRO 1). 17 Williamson Jeffrey G., How tough are times in the third world? en Mc Closkey, Donald [Deirdre]. (1993) editor:Second thoughts:myths and morals of U.S. economic history / ed. by Donald N. McCloskey.Oxford University Press. pp.11-18. p.51. 17 114 CUADRO 1.-La ruta histórico económica de algunas naciones: producto per cápita de ricos y pobres en 1900 y 1987 (en dólares según el poder adquisitivo en 1980). Ricos 1900 1987 Factor de Estados Unidos $2911 $13550 crecimiento 4.6 Francia 1600 9475 5.9 677 6756 14.4 549 4143 7.5 1284 3302 2.6 India 378 662 1.8 México 649 2667 4.1 Nuevos ricos Japón En proceso de enriquecerse Corea del Sur Nuevos Pobres Argentina Pobres Fuente: Elaboración propia con datos de McCloskey, Deirdre, “1066 and a Wave of Gadgets: The Achievements of British Worth” in Penelope Gouk, ed., Wellsprings of Achievement: Cultural and Economics Dynamics in Early Modern England and Japan , Aldershot, Great Britain, Varioum , 1995. p.131. Desde esta perspectiva, la labor que han realizado los países de Latinoamérica en materia de crecimiento no se califica desde el punto de vista de la diferencia con el vecino desarrollado, de la ausencia de políticas o instituciones, sino más bien, de un espacio temporal distinto, quizás hasta mejor posicionado dentro de la senda del desarrollo. Ilustrados por la experiencia de sus antecesores, de las cuestiones a resolver y las políticas a 115 emplear, se desdibuja esa causalidad pretendida de fracaso económico por lección no aprendida que nos recuerda a la parábola del hijo pródigo. Conclusiones. A lo largo del presente ensayo se han descrito los textos de economistas que pretenden mediante la teorización explicar la historia del crecimiento económico en América Latina utilizando el recurso de la comparación y a Estados Unidos como modelo. Estamos de acuerdo con el mérito que tienen los trabajos en su propuesta de análisis para tratar explicar el fenómeno del atraso de una región económica respecto a otras, pero carecemos y debemos señalar que este tipo de investigaciones también carecen de los elementos que nos permitan llegar a conclusiones definitivas. Cada trabajo teórico es una especie de mapa que permite recorrer ciertos senderos para encontrar ciertos destinos, pero no es posible, sobre todo en cuanto a lo que se refiere a la historia económica, suponer que nuestro mapa es el mejor trazado y el más eficiente para encontrar todos los destinos. Será improbable hallar el hilo negro que nos ayude explicar el rumbo histórico de los acontecimientos, como dice McCloskey y debemos estar dotados de la modestia intelectual necesaria para entendernos como filósofos sociales, no como ingenieros, que apenas pueden intentar explicarse la historia. Los ejercicios de sistematización y pronóstico muchas veces serán infructuosos y hasta peligrosos. Recordemos que la retórica y la perspectiva empleadas en el desarrollo de cualquier trabajo científico son limitadas. El análisis de North Sumerhill y Weisgant no es más que una interpretación histórica para el análisis del atraso y no puede considerarse más allá que una obra consistente con una teoría particular sujeta a discusión. Podemos considerarlo como un trabajo valioso en ideas y conceptos, pero después de repasar brevemente a distintos autores como Williamson, Mc Closkey y a Gerschekron nos queda claro que la descripción y explicación del atraso económico es una labor ardua que no nos permite conformarnos con retóricas concluyentes o determinísticas. Para algunos el trabajo de North y sus colegas, es una herramienta notable para el análisis del desarrollo, para otros 116 es simplemente una reflexión interesante que nos aporta algunos elementos útiles en la discusión, en tanto que para otros más, los aspectos institucionales son menos importantes que la dotación inicial de factores. Incluso hay quien señalaría al mencionado artículo como una cita de aspectos institucionales circunstanciales que no puede pretender explicar por si solo el desempeño económico distinto de Estados Unidos frente a otros países. A fin de cuentas, solamente se adoptaron formas institucionales que se habían heredado de la corona británica las cuales pudieron adaptarse a las nuevas circunstancias políticas. Es innegable que además de los esfuerzos de sistematización y pronóstico que revisten algunos enfoques historiográficos hay elementos cruciales para explicar el atraso que escapan a los modelos y fundamentos propuestos por los neoinstitucionalistas. Se podría argumentar por ejemplo, desde una perspectiva histórica que cuando Francia dejo de ser una amenaza y se volvió un aliado estratégico para Estados Unidos fue tan determinante en su triunfo económico, como para México le presentó un fuerte obstáculo los constantes ataques de potencias extranjeras y la pérdida de más de la mitad de su territorio en sus primeros años como nación independiente.18 Lo cual, resulta un interesante planteamiento histórico a la teoría de la dependencia que tanto denosta Haber. Finalmente, cabría preguntarse si los trabajos aquí mencionados y que destacan la prosperidad lograda por parte de los países primermundistas gracias a sus arreglos institucionales no ha dejado afuera otros elementos importantes para explicar su ejemplar desempeño económico. Desde su aparición, la escuela institucionalista ha pretendido fundamentar la importancia de las instituciones en el desarrollo. Este intento realizado en el campo de la historia económica, se traslada en el trabajo de estos historiadores al intentar explicar la superioridad económica de Estados Unidos frente a Latinoamérica y muchos trabajos similares han aparecido en los últimos años. Sin embargo, la retórica en la que se envuelven ha omitido (con excepción de trabajos como el de Fogel) la descripción de arreglos institucionales, igualmente válidos, pero más cuestionables, como el colonialismo, la esclavitud, el imperialismo financiero o la autocracia del Estado como la que presenta en la actualidad China, que parecen haber contribuido también al crecimiento económico de algunos y al atraso de otros. El estudio de estos aspectos institucionales poco acreditados 18 North Douglas Cecil, Summerhill William & Weingast Barry, Op cit, p.29. 117 permitiría ampliar su perspectiva al enfoque neo institucionalista y ayudaría a ofrecernos una visión más amplia y apropiada del crecimiento económico. Un buen trabajo histórico debe procurar la captura más amplia posible de los elementos que intervienen en un hecho. Igual que en la construcción de un templo que se realiza como un modo de acercarnos a la Providencia, son importantes para su construcción los sentimientos más elevados y sublimes, como la honestidad, la fe y la solidaridad, pero también los más censurables como la explotación, la mentira y el fanatismo están presentes en la construcción de este puente hacia la salvación. En el caso del desarrollo económico seguramente también intervendrán elementos de distinto tipo. Quedarnos con la parte luminosa de la historia, en nuestro caso de la historia económica, representa una forma velada, sesgada y explicitamente errónea de encontrar la verdad sobre los hechos. Bibliografía Gerschenkron, Alexander. Atraso económico e industrialización, Ariel, Barcelona, 1973.p.40. Haber Stephen, El crecimiento económico y la historiografía económica de la América Latina en Como se rezago la América Latina : ensayos sobre las historias económicas de Brasil y México, 1800-1914, México, FCE,1999, pp. 9-46. McCloskey, Deirdre, Si eres tan listo : la narrativa de los expertos en economía, Madrid, Alianza Editorial, 1993, pp.45-58. McCloskey, Deirdre. La retorica de la economía, Madrid, Alianza Editorial, 1990. McCloskey, Donald [Deirdre]. editor: Second thoughts :myths and morals of U.S. economic history / ed. by Donald N. McCloskey .Oxford University Press. 1993 pp.11-18. McCloskey, Donald, The Limits of Expertise If you´re so smart, Why ain´t You Rich? en Bourgeois Dignity. Why Economics Can´t Explain The Modern World, Chicago, Chicago University Press,1994,pp.393-406. Hemerografía North Douglas Cecil, Summerhill William & Weingast Barry, “Desorden y Cambio Económico: Latinoamérica vs. Norte América”, Barcelona, España, en Revista 118 Instituciones y Desarrollo Nº 12-13 Institut Internacional de Governabilitat de Catalunya, 1992, pp. 9-59. McCloskey, Deirdre, “1066 and a Wave of Gadgets: The Achievements of British Worth” in Penelope Gouk, ed., Wellsprings of Achievement: Cultural and Economics Dynamics in Early Modern England and Japan , Aldershot, Great Britain, Varioum , 1995. p.131. Mc Closkey Donald. N, “The Rethoric of Economics “, Nashville, US, in Journal of Economic Literature. Vol. XXI , June 1983 pp.481-517. 119