UNIVERSIDAD PANAMERICANA FACULTAD DE DERECHO POSGRADO EN DERECHO SERVICIO PROFESIONAL PARA LA IMPARTICIÓN Y LA ADMINISTRACIÓN PARA LA JUSTICIA TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: DOCTOR EN DERECHO PRESENTA: ALEJANDRO ROMERO GUDIÑO DIRECTOR DE TESIS: DR. JESÚS DE LA FUENTE RODRÍGUEZ MÉXICO, D.F., DICIEMBRE DE 2006. ÍNDICE INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 5 CAPÍTULO 1. MARCO CONCEPTUAL DE LA PROFESIONALIZACIÓN Y DE LAS RELACIONES JURÍDICAS EN LA IMPARTICIÓN Y LA ADMINISTRACIÓN PARA LA JUSTICIA ......................... 33 1.1. Conceptos de Profesionalización, Servicio Civil y Función Pública................................................................................................ 33 1.2. Elementos Jurídico Laborales y su Caracterización ........................... 54 1.3. Elementos Jurídico Administrativos y su Sistematización................... 98 1.4. Objetivos Generales de la Profesionalización................................... 132 1.5. Contexto de Potenciales Beneficios y Limitaciones .......................... 135 1.5.1. Propuesta de reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.......................................................................... 144 1.6. Síntesis de las iniciativas de reformas constitucionales para dotar al Poder Judicial de la Federación de la facultad de iniciativa de leyes ............................................................................................ 153 CAPÍTULO 2. OTRA VERTIENTE DE LA PROFESIONALIZACIÓN: LA CONSOLIDACIÓN DE LA CARRERA JUDICIAL ...................................... 161 2.1. Antecedentes en el Poder Judicial de la Federación ........................ 161 2.2. Análisis de la Carrera Judicial en México ......................................... 187 2.3. Principios rectores de la Carrera Judicial.......................................... 198 2.3.1. Categorías y etapas de la carrera judicial ................................... 201 2.3.2. Propuesta de un Sistema Complementario de Previsión Social para jueces de Distrito y magistrados de Circuito............. 212 2.3.3. Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se regula el Sistema Complementario de Pensiones, Retiro y Compensaciones Adicionales, para jueces de Distrito y magistrados de Circuito del Poder Judicial de la Federación............................................................. 225 2.3.4. Propuesta para brindar seguridad y protección a jueces de Distrito y magistrados de Circuito................................................ 239 2.3.5. Anteproyecto de Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se Establece un Sistema de Seguridad y Protección para Jueces de Distrito y Magistrados de Circuito que por el desempeño de la 1 función jurisdiccional, se encuentren en alguna situación en la que peligre su vida, integridad física o la de su familia............ 260 CAPÍTULO 3. RENDICIÓN DE CUENTAS EN LA IMPARTICIÓN Y LA ADMINISTRACIÓN PARA LA JUSTICIA ........................................................ 267 3.1. Ética y rendición de cuentas como parte de la Reforma Judicial......... 267 3.1.1. Reforma Judicial y Fortalecimiento del Estado de Derecho ........ 274 3.1.2. Bases Económicas de la Reforma Judicial ................................. 283 3.1.3. Recomendaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y del Banco Mundial para fortalecer el Estado de Derecho y al Poder Judicial .................... 287 3.1.4. Justificación, Objetivos y Mecanismos de la Reforma Judicial ........................................................................................ 288 3.1.5. Factores Predisponentes de los Conflictos en el Sistema Judicial ........................................................................................ 293 3.1.6. Lineamientos para el Diseño de las Reformas ............................ 296 3.1.7. Incidencia y Combate a la Corrupción......................................... 299 3.2. Obligaciones Financieras del Poder Judicial de la Federación......... 307 3.2.1. Obligaciones con Término........................................................... 312 3.2.2. Obligaciones Trimestrales........................................................... 314 3.2.3. Obligaciones durante el Ejercicio ................................................ 316 3.3. Régimen de Responsabilidades ....................................................... 326 3.3.1. Responsabilidad Constitucional .................................................. 337 3.3.2. Responsabilidad Administrativa .................................................. 342 3.3.3. Responsabilidad Política ............................................................. 348 3.3.4. Responsabilidad Penal ................................................................. 350 3.3.5. 3.4. 2 Vigilancia y Rendición de Cuentas .............................................. 351 Criterios para la evaluación del desempeño judicial ......................... 364 3.4.1. Servicio profesional e indicadores de desempeño judicial .......... 373 3.4.2. Propuesta de indicadores del desempeño judicial. ..................... 382 3.4.3. Recomendaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) para la Evaluación del Desempeño Judicial .................................................................... 401 3.4.4. Régimen Disciplinario.................................................................. 413 3.4.5. Consideraciones para Indicadores de Desempeño Judicial........ 420 3.4.6. Propuesta para la aplicación de un Sistema Complementario de estímulos económicos para jueces de Distrito y magistrados de Circuito................................................ 425 3.4.7. Anteproyecto de Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se establece el Sistema Complementario de estímulos económicos, para jueces de Distrito y magistrados de Circuito del Poder Judicial de la Federación .................................................................................. 432 3.5. Ética Judicial..................................................................................... 463 3.5.1. Análisis del Código de Ética Judicial ........................................... 464 3.5.2. El Código de Ética del Poder Judicial de la Federación .............. 477 3.5.3. Propuesta para establecer un procedimiento de Responsabilidad Ética en el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación............................................................. 491 3.5.4. Aplicación de Metodologías Éticas, de Factibilidad de Políticas Públicas y de Multiplismo Crítico .................................. 500 3.5.5. Análisis de casos......................................................................... 518 3.5.5.1. Análisis ético del Proyecto para la Construcción del Aeropuerto Internacional de Texcoco, y la Respuesta de los Ejidatarios de San Salvador Atenco ........................................................................... 518 3.5.5.2. Análisis ético del caso del juez Liporaci ........................ 543 CONCLUSIONES ........................................................................................... 561 ANEXO I ............................................................................................... 574 ANEXO II. PRESENTACIÓN CON LA METODOLOGÍA DE ANÁLISIS DEL CASO..................................................................................... 581 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................... 633 LEGISLACIÓN ............................................................................................... 650 ACUERDOS ............................................................................................... 651 INTERNET ............................................................................................... 655 HEMEROGRAFÍA ........................................................................................... 657 CONFERENCIAS............................................................................................ 659 3 INTRODUCCIÓN ¡Ingenuidad y locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes! ALBERT EINSTEIN El Poder Judicial encuentra su fundamento jurídico en la naturaleza misma de la función jurisdiccional y en los principios que emanan de nuestra Constitución, que en su artículo 17, otorga a toda persona el derecho de que se le administre justicia por “tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa, imparcial y gratuita”, añadiendo que “las leyes establecerán los medios necesarios para que se garantice la independencia de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones”. En los últimos años, nuestro país ha experimentado una serie de cambios institucionales, que buscan alcanzar un sistema político más democrático, potencializar un crecimiento económico más sostenido, y fomentar un desarrollo social más equitativo; a este proceso se le denomina Reforma del Estado. Se trata de una nueva forma de replantear la relación entre ciudadanos e instituciones públicas, para hacer del Estado, una institución que cumpla de la mejor manera, con todas las tareas públicas que se le han encomendado. De esta manera, los mexicanos hemos sido testigos, en las últimas dos décadas, de profundos cambios en nuestra realidad nacional. En materia política, hemos transitado a un Estado más democrático y plural, con instituciones electorales más confiables, con un mapa geográfico electoral pluripartidista en todos los niveles de gobierno, y un Congreso con mayores facultades de fiscalización donde ningún partido político goza de la mayoría absoluta. En materia económica, hemos transitado a un Estado que reduce su 5 participación directa en las actividades económicas y busca fomentar la iniciativa privada, que participa activamente en procesos de integración comercial regional, y estimula el ingreso de inversión extranjera en áreas que hasta hace muy poco estaban tradicionalmente reservadas al capital nacional. Finalmente, en materia social, se ha avanzado hacia una cultura de respeto, tolerancia y reconocimiento a los derechos humanos de grupos minoritarios, marginados o vulnerables, se han creado mejores condiciones de acceso a la educación y la cultura, se vive un clima de respeto a la libertad de expresión, y se empieza a garantizar el acceso ciudadano a la información pública y gubernamental. Ahora bien, debemos recordar que la mayoría de los procesos de Reforma del Estado llevados a cabo en el mundo, han estado marcados en su gestión, desarrollo y consolidación, por una exhaustiva revisión de las instituciones legales que regulan las relaciones políticas, económicas y sociales; y en ese sentido, México no ha sido la excepción. Uno de los principales objetivos de la Reforma del Estado realizada en nuestro país, fue el consolidar un auténtico Estado de Derecho, que se caracterice por un ejercicio efectivo de la división entre lo poderes políticos, por un respeto irrestricto a los derechos humanos y las garantías individuales, y por la vigencia plena del principio de legalidad. Aunque todavía falta mucho por hacer, no podemos ignorar que todo ello se ha venido logrando paulatinamente por medio de la reforma de nuestras instituciones. Dentro de la teoría clásica de la división de poderes, se reconocen funciones diferenciadas a cada uno de los poderes políticos organizados a partir de una estructura de frenos y contrapesos, que busca disminuir la concentración del poder político y posibilitar un ejercicio democrático y apegado a derecho del poder público. Al Poder Legislativo le corresponde la creación de la ley, al 6 Poder Ejecutivo su ejecución, y al Poder Judicial le corresponde la delicada tarea de interpretar la ley para aplicarla a un caso concreto. Esta función jurisdiccional del Poder Judicial, lo convierten en un actor de primer orden dentro del proceso de Reforma del Estado, y eso, es algo en lo que no se ha insistido lo suficiente. Cuando se habla de Reforma del Estado, casi siempre se reduce a unos cuantos temas de la agenda pública: elecciones, alternancia política, derechos humanos, acceso a la información; y pocas veces se incluye dentro de esta agenda, el importantísimo tema de la reforma del Poder Judicial. No puede concebirse a la democracia sin Derecho. Ningún sistema democrático puede calificarse como tal, si no garantiza la plena vigencia de los postulados básicos del Estado de Derecho articulados a través del principio de legalidad; y es precisamente, el Poder Judicial, el poder encargado de vigilar por la positividad u observancia de este fundamental principio. Cierto, el Poder Judicial dirime conflictos entre particulares, entre autoridades, y entre particulares y autoridades, pero además, la literatura especializada reconoce que el Poder Judicial también influye en el curso, implementación y buen desempeño de las políticas públicas. De la buena gestión de la función jurisdiccional, también depende la estabilidad política, el crecimiento económico y el desarrollo social. Hugo Eyzaguirre, experto en temas de reforma judicial y consultor del Banco Interamericano de Desarrollo, afirma que: “dentro de un programa de reformas institucionales, la reforma judicial debe ser prioritaria. Dado que el papel que el sistema judicial tiene como último recurso en la definición de los derechos de los agentes, si éste no funciona adecuadamente, el marco institucional en su conjunto se verá muy debilitado. Del mismo modo, reformas que pretendan 7 mejorar otros aspectos del marco institucional tendrán un impacto disminuido si es que el sistema judicial no funciona adecuadamente”. Por lo tanto, todo proceso de Reforma del Estado estará inconcluso, si no incluye dentro de su agenda de cambio institucional, los mecanismos que permitan dotar al Poder Judicial de más autonomía respecto de los otros dos poderes del Estado, y a los jueces de más independencia dentro de sus funciones jurisdiccionales. Podemos decir que, el Poder Judicial es la última instancia que garantiza la división de poderes, el respeto de las garantías individuales, y la vigencia plena del principio de legalidad, es decir, es el guardián del Estado de Derecho que debe prevalecer en todo Estado Democrático. De ahí, el origen de la necesidad de reformar al Poder Judicial a través de un amplio proceso de cambio que lo dote de más independencia y autonomía, todo ello, con el objetivo de consolidar un Estado más democrático, donde el cumplimiento de la ley no sea la excepción sino la normalidad cotidiana entre ciudadanos y gobernantes. De esta necesidad, y con ese objetivo, nace el Consejo de la Judicatura Federal. En este orden de ideas, uno de los primeros actos de gobierno, del entonces Presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, fue presentar, el cinco de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro, una iniciativa de ley al Congreso de la Unión, para reformar diversos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La iniciativa legislativa tuvo ligeras modificaciones por parte del Senado de la República y fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro. Como consecuencia de estas reformas constitucionales, el veintiséis de mayo de mil novecientos noventa y cinco, se publicó una nueva Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 8 Las reformas de mil novecientos noventa y cuatro, significaron una sustancial modificación en la estructura, organización, atribuciones y funcionamiento del Poder Judicial de la Federación. Los puntos más importantes de estas reformas fueron: a) Una nueva composición de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; b) Nuevos requisitos de nombramiento, métodos de designación, duración del encargo y facultades de los Ministros de la Suprema Corte; c) La creación de una carrera judicial, inspirada en el sistema de servicio civil de carrera; y d) La creación del Consejo de la Judicatura Federal. En opinión del ministro José de Jesús Gudiño Pelayo, la reforma judicial de 1994, se centró en tres puntos clave: la inserción dentro de la estructura del Poder Judicial de un órgano nuevo, el Consejo de la Judicatura Federal; la redistribución de las facultades jurisdiccionales y no jurisdiccionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; y las nuevas atribuciones conferidas a ésta para otorgarle el carácter de tribunal constitucional. Posteriormente, con la redefinición de las atribuciones del Consejo de la Judicatura Federal y la creación del Tribunal Electoral, habrían de aprobarse nuevas modificaciones a la estructura y organización del Poder Judicial de la Federación, las cuales fueron publicadas en el Diario Oficial, el veintidós de agosto de mil novecientos noventa y seis, y el once de junio de mil novecientos noventa y nueve. Como resultado de todas estas reformas, fueron modificados los artículos 94, 99 y 100 de nuestra Carta Magna, y otros tantos de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; de manera que, de acuerdo con la Constitución Política y la Ley Orgánica, la administración, vigilancia, disciplina y carrera 9 judicial del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Tribunal Electoral, corresponde al Consejo de la Judicatura Federal; el cual cuenta con independencia técnica, de gestión y para emitir sus resoluciones, así como para expedir acuerdos generales que permitan el adecuado ejercicio de sus funciones. De esta manera, al Consejo de la Judicatura Federal corresponde, en términos generales, la administración del Poder Judicial de la Federación, es decir, la administración para la justicia. Vale la pena detenernos un momento para explicar brevemente la diferencia respecto a los términos de procuración, impartición y administración para la justicia, pues frecuentemente se confunden o se usan como sinónimos, a pesar de que existe una clara distinción entre cada uno de ellos, y su correcta interpretación es fundamental para entender el papel que tiene asignado el Consejo de la Judicatura Federal dentro del Poder Judicial de la Federación. La procuración de justicia está asociada a la facultad exclusiva del Ministerio Público de ejercitar la acción penal, y con ello, perseguir la comisión de un delito y resarcir el daño cometido. La impartición de justicia, se refiere en cambio, al resultado social de la función judicial realizada por los órganos jurisdiccionales, es decir, por los Ministros, Magistrados y Jueces, al interpretar una ley y aplicarla a un caso concreto. Finalmente, por administración para la justicia, entendemos la administración de los recursos humanos, materiales y financieros, que componen a toda la estructura y organización del aparato de justicia, y que posibilitan la adecuada impartición de justicia (los Doctores FixZamudio y Cossío le denominan “administración de justicia”, por nuestra parte consideramos más apropiada la denominación de administración para la justicia; se imparte, como función sustantiva, y la función administrativa es la justicia, como proceso adjetivo). La denominación no es de origen gramatical o 10 semántica, pues los prefijos de y para denotan el fin o término a que se encamina una acción; obedece más bien, a su connotación técnica: administración de justicia, se refiere a la administración de una organización y su funcionamiento; y, administración para la justicia, se refiere a las ciencias administrativas aplicadas para la administración para la justicia. Las reformas constitucionales fueron motivadas –principalmente– para dotar al Poder Judicial de mayor independencia y autonomía, específicamente, a través del Consejo de la Judicatura Federal, se busca alcanzar estos objetivos a partir de cuatro grandes líneas de acción: I. Trasladar las funciones de administración que realizaba la Suprema Corte, a un órgano técnico y especializado, que administrara de manera específica los recursos humanos, materiales y financieros del Poder Judicial de la Federación; II. Crear más y mejores mecanismos de control y vigilancia, que dotaran de transparencia a la gestión judicial y su administración; III. Organizar una estructura específica de procedimientos y reglas para la adscripción, remoción, sanción y disciplina, de los integrantes del Poder Judicial de la Federación, en particular de los jueces de Distrito y magistrados de Circuito; y IV. Establecer la carrera judicial, basada en el sistema de servicio civil de carrera. Para ello, en su origen, el Consejo de la Judicatura Federal, estuvo inspirado en la estructura y funcionamiento de otros Consejos de la Magistratura, tal y como existen en otros países cuyo sistema legal pertenece a la tradición del derecho civil codificado: Argentina, Francia, Italia, Portugal, y en particular, España y su Consejo General del Poder Judicial. 11 El Consejo de la Judicatura Federal inició sus actividades el 2 de febrero de 1995, y a once años de su creación, el Consejo de la Judicatura Federal ha realizado modificaciones en su composición, organización interna y estructura administrativa, todo ello con el único propósito de cumplir la misión encomendada de velar por el buen desempeño judicial, y por la independencia y autonomía del Poder Judicial de la Federación. De conformidad con el artículo 81 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, el Consejo de la Judicatura Federal tiene entre sus principales atribuciones: a) Establecer las comisiones que estime conveniente para su adecuado funcionamiento y designar a los consejeros que deban integrarlas; b) Expedir reglamentos interiores en materia administrativa, de carrera judicial, de escalafón y régimen disciplinario del Poder Judicial de la Federación, y todos aquellos acuerdos generales que fueren necesarios para el adecuado ejercicio de sus atribuciones; c) Determinar el número y los límites territoriales de los circuitos judiciales en que se divide el territorio nacional; y también determinar el número, y en su caso, especialización por materia, de los Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito, así como de los Juzgados de Distrito; d) Hacer el nombramiento de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, y resolver sobre su ratificación, adscripción y remoción; así como acordar sobre las renuncias que presenten y sobre su retiro forzoso; el nombramiento de los magistrados y jueces se basa en el sistema de carrera judicial, regido por los principios de excelencia, profesionalismo, objetividad, imparcialidad, independencia y antigüedad, e integrado por las categorías de magistrado de Circuito, juez de Distrito, Secretario y Subsecretario General de Acuerdos de la Suprema Corte de Justicia, 12 Secretario de Estudio y Cuenta de Ministro, Secretario de Acuerdos de la Sala, Secretario de Tribunal de Circuito, Secretario de Juzgados de Distrito y Actuario del Poder Judicial de la Federación; e) Suspender en sus cargos a los Magistrados y Jueces a solicitud de la autoridad judicial que conozca del procedimiento penal en su contra; así como suspender en sus funciones a los Magistrados y Jueces que aparecieren involucrados en la comisión de un delito, y formular denuncia o querella contra ellos en los casos que proceda; también resolverá sobre las quejas administrativas y sobre la responsabilidad de los servidores públicos que integran al Poder Judicial de la Federación; f) Ejercer el presupuesto de egresos del Poder Judicial de la Federación, así como aprobar el proyecto de presupuesto anual, el cual es remitido al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que, integrado al de la Corte y al del Tribunal Electoral, se remita al titular del Poder Ejecutivo, para su presentación ante la Cámara de Diputados; g) Nombrar a propuesta del Presidente del Consejo, a los titulares de los órganos auxiliares y a los secretarios ejecutivos del Consejo de la Judicatura Federal, así como resolver sobre las licencias, remociones y renuncias de los primeros, y conocer sobre las licencias, remociones y renuncias de los segundos; h) Emitir las bases mediante acuerdos generales, para las adquisiciones, arrendamientos y enajenaciones de todo tipo de bienes, prestación de servicios de cualquier naturaleza y la contratación de obra que realice el Poder Judicial de la Federación; i) Establecer la normatividad y los criterios para modernizar las estructuras orgánicas, los sistemas y procedimientos administrativos internos y los servicios al público, así como establecer las disposiciones generales 13 necesarias para el ingreso, estímulos, capacitación, ascensos y promociones por escalafón y remoción del personal administrativo del Poder Judicial de la Federación; j) Resolver los conflictos de trabajo suscitados entre el Poder Judicial de la Federación y sus servidores públicos, siguiendo lo dispuesto por la Ley Orgánica y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, que establecen una comisión encargada de substanciar los expedientes y emitir un dictamen que debe ser resuelto por el Pleno de la Suprema Corte, esta Comisión Substanciadora está integrada de manera tripartita por un representante del Poder Judicial, un representante del Sindicato de Trabajadores, y un tercero nombrado de común acuerdo por las dos partes; k) Formar anualmente una lista con los nombres de las personas que puedan fungir como peritos ante los órganos jurisdiccionales federales, ordenándolas por ramas, especialidades y circuitos judiciales; l) Coordinar y supervisar el funcionamiento de los órganos auxiliares del mismo Consejo; m) Administrar los bienes muebles e inmuebles del Poder Judicial de la Federación; n) Fijar las bases de la política informática y de información estadística que permita conocer y planear el desarrollo del Poder Judicial de la Federación; o) Investigar y determinar las responsabilidades y sanciones a los servidores públicos y empleados del propio Consejo, de los Tribunales de Circuito y Juzgados de Distrito; realizar visitas extraordinarias o integrar comités de investigación, cuando estime que se ha cometido una 14 falta grave o cuando así lo solicite el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; también está facultado para dictar las medidas que exijan el buen servicio y la disciplina en las oficinas de los Tribunales de Circuito, Juzgados de Distrito y órganos auxiliares del Consejo de la Judicatura Federal; y p) Dictar las disposiciones necesarias para la recepción, control y destino de los bienes asegurados y decomisados en los procesos penales federales, siguiendo lo dispuesto en la Ley Federal para la Administración y Enajenación de Bienes, que establece que, los bienes asegurados y decomisados, deberán transferirse al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, pudiendo el Poder Judicial ordenar su asignación, destrucción o enajenación. El Consejo de la Judicatura Federal se integra por siete consejeros encabezados por el Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien es a su vez Presidente del Consejo de la Judicatura Federal. Además del Presidente de la Corte, el Consejo es integrado por seis consejeros, tres de los cuales son designados por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dos son designados por el Senado de la República, y uno por el titular del Poder Ejecutivo. Como podemos ver, en la integración del Consejo de la Judicatura Federal concurren los tres Poderes de la Unión, lo que no significa que una vez nombrados, los consejeros representen al Poder Político que los eligió, según lo establece el sexto párrafo del artículo 100 constitucional. Acreditados juristas como Fabián Aguinaco Bravo, actual Presidente de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, han expresado la conveniencia de modificar el artículo 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para que el Consejo de la Judicatura Federal sea un órgano del Poder Judicial de la 15 Federación con total independencia técnica y de gestión para emitir sus resoluciones, así como para que no sea encabezado por el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sino por uno de los siete integrantes, quien fungirá como Presidente; y de esta forma logre una verdadera y eficaz independencia en sus funciones. Los Consejeros duran en su encargo cinco años y su sustitución se hace de manera escalonada sin posibilidad de ser reelectos. Para ser designado Consejero, se requiere cumplir con los mismos requisitos para ser Ministro de la Corte, según lo dispuesto por el artículo 95 de la Constitución: ser ciudadano mexicano por nacimiento en pleno ejercicio de sus derechos políticos y civiles; tener cuando menos treinta y cinco años cumplidos el día de la designación; poseer al día de la designación el título de licenciado en derecho con una antigüedad mínima de diez años; gozar de buena reputación y no haber sido condenado por delito que amerite pena corporal de más de un año de prisión, pero, si se tratare de robo, fraude, falsificación, abuso de confianza u otro que lastime seriamente la buena fama en el concepto público, inhabilitará para el cargo, cualquiera que haya sido la pena; haber residido en el país durante los dos años anteriores al día de la designación; y no haber sido Secretario de Estado, Jefe de Departamento Administrativo, Procurador General de la República o de Justicia del Distrito Federal, Senador, Diputado Federal ni Gobernador de algún estado o Jefe del Distrito Federal, durante el año previo al día de su nombramiento; además, deben ser personas que se hayan distinguido por su capacidad profesional y administrativa, honestidad y honorabilidad en el ejercicio de sus actividades y, en el caso de los consejeros designados por la Suprema Corte, deberán gozar además, de reconocimiento en el ámbito judicial. 16 El Consejo de la Judicatura Federal funciona en Pleno y en Comisiones. En la actualidad, para el desempeño de sus atribuciones, el Consejo cuenta con las siguientes Comisiones: 1. Comisión de Administración: Encargada de administrar los recursos del Poder Judicial de la Federación, con apego al presupuesto de egresos autorizado por la Cámara de Diputados y conforme a los principios de honestidad, economía, eficiencia, eficacia, celeridad y buena fe; 2. Comisión de Carrera Judicial: Encargada de velar porque el ingreso y la promoción de los servidores públicos de carácter jurisdiccional del Poder Judicial de la Federación se efectúe mediante el sistema de carrera judicial. Una carrera que se rige por los principios de excelencia, profesionalismo, objetividad, imparcialidad, independencia y antigüedad; 3. Comisión de Disciplina: Encargada de conocer de las conductas de los servidores públicos y del funcionamiento de los órganos jurisdiccionales y Oficinas de Correspondencia Común del Poder Judicial de la Federación, a fin de lograr un ejercicio responsable, profesional e independiente en la función jurisdiccional, así como evitar actos que la demeriten; 4. Comisión de Creación de Nuevos Órganos: Encargada de proponer al Pleno la creación, reubicación geográfica y especialización de los órganos jurisdiccionales, así como los cambios en la jurisdicción territorial de éstos, para lograr el cabal despacho de los asuntos; 5. Comisión de Adscripción: Encargada de proponer al Pleno las adscripciones y cambios de adscripción, así como la asignación de titulares a los órganos jurisdiccionales; y 17 6. Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación: Encargada de vigilar el cumplimiento de los programas institucionales, proponer las medidas pertinentes para el óptimo funcionamiento de los órganos del Poder Judicial de la Federación, y establecer, medios adecuados de vigilancia, información y evaluación, como apoyo a la toma de decisiones tendientes a garantizar la autonomía y preservar la independencia e imparcialidad de los miembros del Poder Judicial de la Federación, cuidando que su actuación se apegue a los principios de excelencia, profesionalismo y objetividad. Cada Comisión está integrada por tres consejeros, asignándose a uno de ellos la Presidencia de la misma. Las comisiones, en el ámbito de su respectiva materia, tienen la facultad de proponer al Pleno del Consejo, proyectos de acuerdos y resoluciones, de conformidad con las atribuciones establecidas en los propios acuerdos generales que para tal efecto ha emitido el Consejo de la Judicatura Federal. Asimismo, el Consejo cuenta con Secretarías Ejecutivas, las cuales son las áreas encargadas de apoyar en la esfera administrativa al Pleno y a las Comisiones, así como llevar a cabo la ejecución de los acuerdos y resoluciones que emitan. Actualmente existen siete Secretarías Ejecutivas: 1. Secretaría Ejecutiva del Pleno: Tiene la función de auxiliar al Pleno en todos aquellos asuntos que el mismo determine, a su Presidente, a los Consejeros y a las Comisiones Unidas; 2. Secretaría Ejecutiva de Administración: Encargada del manejo óptimo de los recursos humanos e informáticos así como el control de la seguridad, protección civil, servicios médicos y desarrollo infantil del Poder Judicial de la Federación, con apego al presupuesto de Egresos asignado al Consejo de la Judicatura Federal, asignado por la cámara de diputados y 18 acuerdos determinados por el propio Pleno, de conformidad con los principios de honestidad, economía, eficiencia, eficacia, celeridad y buena fe; 3. Secretaría Ejecutiva de Obra, Recursos Materiales y Servicios Generales: Encargada de supervisar los proyectos de obra y manejo óptimo de los inmuebles, los recursos materiales y la prestación de servicios en general del Poder Judicial de la Federación, así como supervisar la operación de las administraciones regionales, con apego al Presupuesto de Egresos asignado al Consejo de la Judicatura Federal, autorizado por la Cámara de Diputados y por los acuerdos determinados por el Pleno, de conformidad con los principios de honestidad, economía, eficiencia, eficacia, celeridad y buena fe; 4. Secretaría Ejecutiva de Finanzas: Encargada de administrar y controlar los recursos económicos del Poder Judicial de la Federación autorizados por la Cámara de Diputados, proporcionando a las diversas áreas del Consejo de la Judicatura y a los órganos jurisdiccionales federales los recursos necesarios para su óptimo funcionamiento; 5. Secretaría Ejecutiva de Carrera Judicial, Adscripción y Creación de Nuevos Órganos: La cual se encarga de auxiliar a las Comisiones de Carrera Judicial, de Adscripción y de Creación de Nuevos Órganos, en materia de ingreso y promoción de servidores públicos de carácter jurisdiccional del Poder Judicial de la Federación; en la planeación, organización y supervisión de los programas correspondientes a la creación, especialización y reubicación geográfica de los órganos jurisdiccionales, así como en la determinación del número y límites de los Circuitos Judiciales y lo relativo al sistema de estadística judicial; y auxiliar en materia de adscripción, en la función de asignar y reasignar la 19 competencia territorial y el órgano en que deban ejercer sus funciones los Magistrados de Circuito y los Jueces de Distrito; 6. Secretaría Ejecutiva de Vigilancia, Información y Evaluación: Apoya al Consejo en la implementación de todas aquellas acciones tendientes al eficaz funcionamiento de los órganos y personal del Poder Judicial de la Federación, así como la correcta adopción de criterios con los que se arribe al cumplimiento de los programas mediante el adecuado seguimiento y continua evaluación de sus objetivos; y, finalmente, la 7. Secretaría Ejecutiva de Disciplina: Auxilia a la Comisión de Disciplina con el objetivo de lograr un ejercicio responsable, profesional y honorable de la función jurisdiccional. El Consejo cuenta también con cinco órganos auxiliares: 1. El Instituto Federal de la Defensoría Pública: Encargado de prestar los servicios de defensoría pública en asuntos del fuero federal, a fin de garantizar el derecho a la defensa en materia penal y el acceso a la justicia mediante la orientación, asesoría y representación jurídica; 2. El Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles: Encargado de la simplificación del procedimiento concursal, de establecer reglas claras que ofrezcan certeza y desincentiven los litigios, y apoyar a los jueces en aspectos técnicos y administrativos del procedimiento concursal; 3. El Instituto de la Judicatura Federal: Encargado de las labores de investigación, formación, capacitación y actualización académica de los miembros del Poder Judicial de la Federación y de quienes aspiren a pertenecer a éste; 20 4. La Visitaduría Judicial: Encargada de la inspección del correcto funcionamiento de los Tribunales de Circuito y de los Juzgados de Distrito, y de la supervisión de las conductas de los integrantes de estos órganos; y 5. La Contraloría del Poder Judicial de la Federación: Encargada de las facultades de control e inspección del cumplimiento de las normas de funcionamiento administrativo que rija a los órganos, servidores públicos y empleados del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Tribunal Electoral. Cabe señalar que existen varias Direcciones Generales, adscritas a la Presidencia del Consejo: la Dirección General Adjunta, encargada de asistir al Presidente del Consejo; la Dirección General de Gestión Administrativa, encargada de atender los requerimientos de apoyo logístico de los funcionarios del Consejo, así como la Dirección General de Comunicación Social. A más de diez años de creado, podemos decir que el Consejo de la Judicatura Federal, como logros y retos a futuro, ha llevado a cabo una serie de acciones que le han permitido avanzar considerablemente en la consecución de una administración eficiente, una vigilancia exhaustiva, una disciplina eficaz y una carrera judicial altamente profesionalizada, dentro del Poder Judicial de la Federación. Uno de los ejemplos más palpables de estos avances, es el comportamiento del rezago de ingreso/egreso de asuntos judiciales en los órganos jurisdiccionales. Desde que el Consejo de la Judicatura Federal fue creado, uno de los problemas más apremiantes en todo el Poder Judicial, era el problema del rezago; es decir, asuntos judiciales que tardaban un tiempo considerable en ser resueltos. A partir de que el Consejo empezó a realizar visitas ordinarias, sancionó a los titulares de órganos jurisdiccionales por dilaciones injustificadas 21 o irregularidades, los evaluó para el proceso de carrera judicial, creó nuevos órganos jurisdiccionales, e invirtió en mayor infraestructura y capacitación, los índices de rezago judicial empezaron a disminuir considerablemente. Por ejemplo, al cierre estadístico del año 2004, existían en tribunales de Circuito y juzgados de Distrito 112 mil 365 juicios y procedimientos en los Órganos Jurisdiccionales Federales del país, que sumados a los 664 mil 645 que ingresaron al 11 de noviembre de 2005, arroja un total de 777 mil 10, de los cuales 660 mil 54 ya fueron resueltos. Al 11 de noviembre de 2005, se encontraban en trámite 116 mil 956 juicios federales en los 539 tribunales de Circuito y juzgados de Distrito, que integran los 29 Circuitos en que jurisdiccionalmente se divide al país, lo que significa que en promedio cada órgano jurisdiccional tiene 217 asuntos, lo que demuestra el esfuerzo realizado. En consecuencia, en el año estadístico arroja un total de 777 mil 10 asuntos, de los cuales 660 mil 54 fueron resueltos, produciéndose una diferencia de 116 mil 956 que, sumados al ingreso previsible, se traducen en un dramático rezago que de subsistir en las mismas condiciones, necesariamente se irá incrementando. Para hacer frente a la demanda creciente de más y mejor justicia, el Consejo de la Judicatura Federal ha creado nuevos órganos jurisdiccionales, ampliando con ello la oferta judicial. En 1994 había 169 juzgados de Distrito, hoy existen 266; 46 tribunales unitarios de Circuito, hoy existen 67; y 82 tribunales colegiados de Circuito, hoy existen 175. Lo que hace un total de 266 jueces de Distrito y 592 magistrados de Circuito. También, para tratar de coadyuvar a los juzgados de Distrito a hacer frente a los problemas graves de rezago, en 2005 se crearon los llamados juzgados de Distrito Itinerantes que operan en toda la República Mexicana, para ese mismo 22 año se logró la creación de 31; éstos están ayudando considerablemente a la buena gestión de aquellos juzgados de Distrito con elevadas cargas de trabajo. En algunas ocasiones se manifiesta la preocupación por la creación de gran número de órganos jurisdiccionales, sin embargo, es necesario realizar las siguientes consideraciones: a) Durante un largo periodo no se crearon, b) Los pocos que se creaban prácticamente no tomaban en cuenta ningún indicador, c) Ahora existe una política racional de creación de órganos jurisdiccionales, porque se toma en cuenta: 1. La existencia de mayor complejidad de asuntos; 2. El desarrollo político del país, ya que en la consolidación de la democracia y una mayor cultura lleva aparejada una mayor demanda de justicia; 3. La situación geográfica, social y económica en la ubicación del nuevo órgano jurisdiccional, así como la reubicación de los existentes; 4. La posibilidad de evitar la creación del órgano jurisdiccional dándole competencia temporal a otro tribunal para que ayude con el rezago de los asuntos. Asimismo, hoy se cuenta con un Sistema Integral de Seguimiento de Expedientes, que permite un eficiente manejo y administración de la información judicial. Se trata de un programa automatizado de captura y reporte de datos estadísticos sobre el movimiento de los asuntos judiciales, de manera que el Poder Judicial de la Federación tiene una base de datos 23 institucional, estandarizada y homogénea, donde se integra la información detallada de cada proceso resuelto o por resolver en un órgano jurisdiccional. Al 11 de noviembre de 2005, se tenían capturados 3 millones 828 mil 604 expedientes. Uno de los hechos más lamentables y que más nos indigna como sociedad es la corrupción. Se trata de un hecho irregular que lastima seriamente la confianza en las instituciones de una Nación y que fractura la sana convivencia social. Este fenómeno se convierte en doblemente reprobable, cuando la corrupción proviene de los órganos encargados de impartir justicia. En el Consejo de la Judicatura Federal, por medio de la Visitaduría Judicial y la Contraloría del Poder Judicial de la Federación, se está avanzando en el combate a este problema, por medio de visitas judiciales, implementación de medidas disciplinarias y sanciones administrativas. Por lo que en once años de funcionamiento del Consejo de la Judicatura Federal, a noviembre de 2006, se practicaron 534 visitas de inspección, en las que se sancionaron a 292 juzgados de Distrito y a 242 tribunales de Circuito. Sin embargo, una cuarta parte de los sancionados logró que la Suprema Corte de Justicia de la Nación dejara sin efecto la resolución de los Consejeros. Nuestras propuestas de rendición de cuentas tendrán el propósito de fortalecer las medidas preventivas, sin eludir las medidas correctivas que los casos ameriten. Durante el 2005, se impusieron diversos tipos de sanciones consistentes en 6 destituciones, 1 inhabilitación, 4 suspensiones, 5 amonestaciones públicas, 5 apercibimientos públicos, 1 amonestación privada y 26 apercibimientos privados, con un total de 48 servidores públicos sancionados. Por otra parte, fueron ejecutadas 83 sanciones impuestas por la Contraloría del Poder Judicial de la Federación. 24 También, a través del Instituto Federal de Defensoría Pública, el Consejo de la Judicatura está permitiendo el acceso efectivo a una justicia imparcial, pronta y expedita, que, bajo los principios de equidad e igualdad, posibilita que mexicanos de escasos recursos o en posición de desventaja, tengan garantizado su derecho a una asesoría y defensa judicial adecuada. De esta forma, el año pasado estaban en funciones 592 defensores de oficio; el personal del Instituto intervino en un total de 161 mil 593 acciones de defensa y 3 mil 304 juicios de amparo. Por su parte, el servicio de defensoría en otras materias se proporcionó por 126 asesores jurídicos adscritos a 60 ciudades, otorgando 12 mil 389 orientaciones, 4 mil 392 asesorías y 9 mil 513 representaciones, lo que hizo un total de 26 mil 294 servicios prestados a los sectores más vulnerables de la población. Debe destacarse que se llevó adelante el Plan Anual de Capacitación y Estímulos que contribuye a la excelencia profesional de los defensores públicos y asesores jurídicos. Anualmente, a través de distintos cursos, diplomados, seminarios y congresos, con instituciones académicas y judiciales, públicas y privadas, nacionales y extranjeras, y principalmente, a través del Instituto de la Judicatura Federal, se capacitan a los distintos funcionarios judiciales que van desde oficiales, actuarios y secretarios de Tribunales y Juzgados, hasta personal administrativo, mandos medios y superiores, y titulares de órganos jurisdiccionales, todo ello con el único objetivo de lograr un mejor desempeño judicial. Las cifras dan cuenta de este continuo proceso de capacitación judicial. También se ha invertido en mejor infraestructura física que permite al Poder Judicial de la Federación contar con edificios modernos, funcionales y decorosos, para el mejor trabajo judicial y la correcta imagen institucional que queremos proyectar, en la actualidad se cuentan con 304 inmuebles distribuidos en toda la República Mexicana. 25 Todas estas acciones se están traduciendo en un Poder Judicial de la Federación más independiente y autónomo, más eficaz y honesto, más eficiente y transparente. Sin embargo, aún existen temas en los que tenemos que avanzar y que constituyen retos a futuro. Algunos de estos temas han sido señalados por el exConsejero Sergio Valls, actual Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es la “identificación de ineficiencias en la administración de justicia y su consecuente estrategia para superarlas; el fortalecimiento de la carrera judicial, propiciando la incorporación de personas con calidad profesional y vocación de juzgadores; la atención a las quejas y denuncias que se formulan en contra de los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación […]; la incorporación de profesionales de la gestión administrativa que incidan en el suministro oportuno de recursos humanos y materiales, adoptando marcos de gestión flexibles, y procurando que el ingreso, adscripción y readscripción de magistrados y jueces obedezca a necesidades reales de servicio”. La profesionalización de la función pública es un tema que ocupa un lugar prioritario en la agenda de las políticas públicas: el Ejecutivo Federal ha promulgado la Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal; y la 57 legislatura de la Cámara de Diputados aprobó el 24 de abril de 2000, el Estatuto de la Organización Técnica y Administrativa y del Servicio de Carrera de la Cámara de Diputados, disposición normativa que todavía no se convierte en derecho positivo, lamentablemente. Por su parte, el Senado de la República cuenta con el Estatuto del Servicio Civil de Carrera de la Cámara de Senadores, aprobado por el pleno, en su sesión ordinaria del 7 de noviembre del 2002. Los órganos constitucionales autónomos como el Instituto Federal Electoral, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y el Banco de México, cuentan con sus propios y sólidos servicios profesionales. 26 Ante ello, el Poder Judicial de la Federación, cuenta con notables y ejemplares avances en la carrera judicial, sólo falta consolidarla, pero requiere la misma cadencia para la implantación del Servicio Profesional para sus servidores públicos no judiciales. Además de mejorar las labores emprendidas en materia de administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial, el Consejo de la Judicatura Federal debe incorporar también nuevos temas que permitan un mejor desempeño judicial, de manera que haga de la función judicial, el mecanismo idóneo para la resolución de conflictos, en el marco de la ley y el Estado de Derecho. Estos temas ya están empezando a tratarse dentro del Poder Judicial; se trata de una agenda de políticas judiciales que se están analizando y habrán de convertirse en una serie de estrategias que permitan resolver problemas del presente y planear a futuro. Estos temas son: compensaciones adicionales, indicadores de desempeño, estadística judicial, estímulos económicos, enfoque al cliente, mejora continua, reingeniería de procesos, planeación estratégica, etc. Son un conjunto de métodos y herramientas que nos permitirán avanzar en el proceso de modernización y reforma judicial, para hacer del Poder Judicial de la Federación, un poder público más eficiente, eficaz, óptimo y transparente, del cual, todos los mexicanos nos sintamos confiados y orgullosos. Es por lo anterior, que en el objetivo general de investigación, se analiza, sistematiza, evalúa y difunde la profesionalización y la administración para la justicia, en orden al mejoramiento de su desempeño en términos de eficiencia, productividad, régimen interno y por supuesto ética judicial, enfocándose estos conceptos no sólo a quienes ya forman parte de la Carrera Judicial, sino también a los servidores públicos administrativos del Consejo de la Judicatura Federal; lo anterior, a fin de contar con un Poder Judicial de la Federación, que se rija por el principio del mérito, es decir, que el ingreso al servicio, el 27 nombramiento y el ascenso a grados superiores, sean obtenidos por aquellas personas que hayan demostrado mérito y capacidad suficientes, sometiéndose a pruebas o exámenes objetivos e imparciales. La presente tesis doctoral se enmarca como un tema de investigación aplicada, esto es, aquél conocimiento dirigido para adquirir nuevos conocimientos, pero que está dirigido fundamentalmente hacia un objetivo práctico específico (Manual de Frascati 2002, P. 30, OCDE, 2003). Se utilizará, conforme a las características de los diferentes fenómenos a estudiar una metodología inductiva o deductiva, según corresponda a temas ya consolidados con productos concretos, siendo en este caso deductiva, o bien para inducir esos productos y resultados abarcándolos desde hechos singulares a generalizaciones funcionales. Adicionalmente se emplearán métodos descriptivos y comparativos para referirse al estado que guardan actualmente determinados fenómenos. Partimos de una hipótesis principal que consiste en que para consolidar la impartición y la administración para la justicia que realiza el Poder Judicial de la Federación, se hace necesario analizar y evaluar las relaciones jurídicas que lleva a cabo como empleador, así como las consecuencias laborales, administrativas y éticas que de ello se desprenden en la prestación de los servicios públicos judiciales, para poder contar con un sistema de impartición de justicia que se traduzca en un Poder Judicial de la Federación más autónomo, independiente e imparcial. Lo que deriva en las siguientes hipótesis secundarias: • Las más recientes reformas, que regulan las relaciones jurídicas en el Poder Judicial de la Federación, permiten un mejoramiento tanto en las relaciones jurídico laborales y jurídico administrativas, como en la obtención de resultados más efectivos, expeditos, transparentes y 28 gobernables para el Estado. No obstante, existen aspectos contradictorios e incompletos que requieren un análisis más profundo para consolidar los procesos iniciados en aras de la mejoría del servicio público de impartición y administración de la justicia. • A partir de esta investigación se establecerá que los mecanismos, instituciones e iniciativas que contribuyen al desarrollo y aplicación de la profesionalización, rendición de cuentas y ética en el Poder Judicial de la Federación redundan directamente en una mayor eficiencia administrativa, un mayor acatamiento al estado de derecho, un aumento en la democracia política nacional, y finalmente, en la gobernabilidad política del Estado. • Los métodos éticos y los hallazgos alcanzados a partir de las iniciativas de ética aplicables a la judicatura, son útiles para un mejor conocimiento del estado actual que guarda la impartición y administración para la justicia a nivel nacional en relación con los estándares internacionales. A fin de instrumentar lo anterior, no debe perderse de vista que la implementación de un sistema profesional va más allá de la capacitación y permanencia de la que puedan gozar los servidores públicos de confianza, en virtud de que se trata de un proceso de cambio, compuesto por normas, reglas y procedimientos administrativos, que diseñan y regulan el trabajo organizacional y su división, incluyéndose a la esfera institucional, los valores y conductas de los actores en la función pública judicial. Es por ello, que la profesionalización debe de ser entendida como una serie de mecanismos que permitan hacer claras y transparentes las reglas que deben regir el desempeño de los servidores públicos; reglas que determinen que el ingreso, movilidad, ascenso, incentivos y en su caso salida de los servidores públicos, permitan 29 que esto se haga considerando la formación del aspirante, capacidades y habilidades en función del puesto. Asimismo, en la presente investigación, se sistematiza y brinda el marco conceptual para el conocimiento y caracterización de la profesionalización en el ámbito del Poder Judicial de la Federación, y analizando que los principios de ésta, que serán la certeza, legalidad, independencia, eficiencia, objetividad, imparcialidad, equidad y competencia por el mérito. Estableciéndose cuál será la estructura organizacional a quienes estará enfocada la profesionalización. Para lo cual se analiza a la carrera judicial, para estar en posibilidades de diferenciarla del sistema de profesionalización que se propone. Tomando en cuenta los protocolos internacionales fijados en relación a la mejora de la eficiencia, gobernabilidad y combate a la corrupción en el sector público, particularmente en el judicial, se analizan las disposiciones fijadas por los organismos multilaterales, así como su incidencia en México, y sus posibles efectos y límites, proponiéndose indicadores de desempeño judicial, que serán indicadores de gestión judicial, toda vez que nos interesa que su gestión sea más eficiente, eficaz y transparente. Lo que implica que dentro de un conjunto amplio de factores, el Poder Judicial de la Federación tenga como meta resolver el mayor número de litigios al menor costo posible. Siendo una forma de cuantificar este objetivo por medio de tasas de revocación y de rezago, las cuales pueden traducirse en un esquema de incentivos materiales dentro de la estructura salarial de los magistrados y jueces. Finalmente, no escapa de esta investigación el tema del Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, tema en el que se realiza una propuesta jurídico administrativa para dotarlo de efectividad. Sin lugar a dudas, este proceso de reforma y modernización judicial sigue en marcha, pues a pesar de que hoy tenemos la plena garantía de contar con un 30 Poder Judicial más independiente respecto a los otros dos Poderes de la Unión, y con magistrados de Circuito y jueces de Distrito con mayor autonomía en su tarea cotidiana de impartir justicia, quedan varios temas pendientes para avanzar en una justicia de más y mejor calidad. De manera reiterada, existe el reclamo generalizado de mexicanos que sólo piden que “se les haga justicia”. Pues bien, en el Consejo de la Judicatura Federal se continúa trabajando para tener Magistrados y Jueces más imparciales juzgando conforme al principio de legalidad, más equitativos velando por el principio de la justicia, y más eficientes trabajando de manera pronta y expedita. Este objetivo, fue claramente expresado por el Ministro Mariano Azuela Güitrón, en su discurso de toma de posesión, como Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, al señalar que: “El fin esencial del Poder Judicial de la Federación puede expresarse en una sencilla fórmula: tramitar y resolver “pronto y bien” los asuntos que son de su competencia”. Para ello, el Consejo de la Judicatura Federal sigue trabajando en las labores que se le han encomendado bajo una óptica de profesionalismo y espíritu de servicio, redoblando esfuerzos con la firme creencia de presentar mejores resultados a la sociedad, e incorporando nuevos temas para avanzar en la reforma y modernización judicial. El hilo conductor de la investigación será: mejorar la impartición y la administración para la justicia, mediante los incentivos y compromisos de la profesionalización, de la rendición de cuentas y de la ética. Nos ajustaremos al texto constitucional de los artículos 94 y 100, que refieren que al Consejo de la Judicatura Federal corresponde la administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial del Poder Judicial de la Federación, a excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral, 31 por ello, limitaremos nuestro ámbito material de Estudio, a la profesionalización, rendición de cuentas y ética en el Poder Judicial de la Federación, desde el Consejo de la Judicatura Federal. Todo ello, con la única misión de hacer realidad lo consagrado en el artículo 17 de nuestra Constitución Política: que cada mexicano tenga la plena garantía de acceder a una justicia pronta, completa, imparcial, gratuita y expedita. Y con la visión de la Innovación Judicial. Diciembre, 2006 32 CAPÍTULO 1. MARCO CONCEPTUAL DE LA PROFESIONALIZACIÓN Y DE LAS RELACIONES JURÍDICAS EN LA IMPARTICIÓN Y LA ADMINISTRACIÓN PARA LA JUSTICIA 1.1. Conceptos de Profesionalización, Servicio Civil y Función Pública Durante décadas se ha buscado realizar reformas que modernicen las estructuras administrativas del Estado. Inicialmente, esta tarea se enfocó en los tradicionales campos que componen al Poder Ejecutivo: la administración pública centralizada y la paraestatal. El objetivo último de estos procesos de reforma era contar con una administración pública sensible a las demandas sociales y con capacidad de respuesta a los componentes de la agenda pública gubernamental. Todo ello, bajo una lógica de eficiencia, profesionalismo, honestidad y transparencia. Este proceso de modernización rebasó los terrenos propios de la función administrativa del Poder Ejecutivo, para permear a los otros Poderes Políticos y otros organismos públicos encargados de funciones más allá de lo estrictamente gubernamental. Nos referimos a los Organismos Constitucionales Autónomos, al Poder Legislativo y al Poder Judicial. Se trata de entidades públicas que en los últimos años fueron incluidas dentro de la reforma estatal o que nacieron como producto de este mismo proceso. De manera que esta reforma de modernización administrativa poco a poco fue ampliándose, para abarcar de manera más exhaustiva espacios más allá de lo estrictamente gubernamental y tener influencia en todo lo público y estatal. La administración pública, y en general, la acción pública de los Poderes Políticos del Estado, debe estar orientada a través de tres grandes principios: la legalidad, la legitimidad y la eficiencia. Entendemos por legalidad, el hecho de que todo acto de autoridad esté fundamentado por el marco jurídico vigente y 33 motivado en una causa de utilidad pública, garantizando la estricta observancia de la norma creada por el órgano facultado para ello. Por legitimidad, la facultad de autoridad derivada de una norma superior y su inobjetable positividad que obliga a su acatamiento. Finalmente, por eficiencia, la consecución de fines sociales a través de los medios más idóneos al menor costo posible. Precisamente, el establecimiento de un servicio profesional de carrera, viene a insertarse como un instrumento más del proceso de reforma y modernización de la administración pública, aplicable inicialmente a entidades públicas altamente especializadas, para después instrumentarse en todos los órganos del Estado, todo ello con el propósito de reforzar y garantizar la legalidad, legitimidad y eficiencia de toda la acción pública que lleven a cabo los Poderes Políticos y otros organismos públicos estatales. El concepto de servicio profesional de carrera está íntimamente asociado al de profesionalización, pues precisamente, las tareas de profesionalización de la función pública se han encauzado mediante el establecimiento del servicio profesional de carrera, por lo tanto, para hablar de un concepto tenemos que recurrir forzosamente al otro: es imposible hablar de profesionalización sin partir de su eje fundamental, es decir, el servicio profesional de carrera. El proceso de reforma y modernización de la administración pública nace como resultado de una realidad cada día más cambiante y compleja, que viene a demandar una mayor capacidad de respuesta de parte de las agencias públicas gubernamentales. Fenómenos presentados a finales de la década de los ochenta y comienzos de los noventa, tales como la ola democratizadora, la globalización y el cambio tecnológico, por mencionar sólo algunos, obligaron a modificar la óptica de análisis de los fenómenos económicos, políticos y 34 sociales, e impactaron de manera decisiva en la forma de diseñar, implementar y evaluar las políticas públicas del Estado. También forma parte de lo que Michael Barzelay llamó “el rompimiento del paradigma burocrático”1, que tiene como finalidad adelgazar y poner a tono un Estado que, inspirado en el modelo de Estado de Bienestar, se encontraba a finales de la década de los ochenta en crisis y generando más problemas que soluciones: recesión económica, desempleo, inflación, devaluaciones, deuda pública, déficits financieros, empresas ineficientes, inseguridad, pobreza y corrupción. Frente a este escenario se optó por reajustar el papel económico del Estado por medio de la apertura comercial, la privatización, la desregulación, la liberalización de los mercados, y la reducción de lo estatal a lo estrictamente necesario, esto es, a aquello que dictaba el interés general y que los mercados no pudieran proveer, y dentro de esta esfera que quedó reservada a la acción estatal, se buscó que la función pública fuera lo más eficaz y eficiente posible, para ello, una de las estrategias aplicadas, entre muchas otras, fue la profesionalización mediante la instauración de los servicios profesionales de carrera. Dice David Osborne: “En los albores del siglo XXI, nos encontramos en medio de una ola global de reforma del sector público. […]. En naciones en desarrollo como México, el impulso principal de la reforma es el deseo de crear un servicio público profesional, exento de manipulación política, clientelismo y corrupción de grandes proporciones. Para esto, es necesaria una serie de medidas, […]: 1 BARZELAY, Michael. Atravesando la Burocracia. Una Nueva Perspectiva de la Administración Pública. Ed. Fondo de Cultura Económica. México, 1998. P. 15. 35 La creación de un sistema de servicio civil profesional, donde la capacidad sea más importante que las relaciones […]. La creación de un servicio civil bien capacitado, bien educado y pagado decentemente […]. La prohibición de que los servidores públicos participen en política, para que no se vean obligados a trabajar en campañas políticas. El combate a la corrupción […]. La reforma del sistema judicial, de manera que los tribunales sean verdaderamente independientes de los otros poderes de gobierno y la justicia sea imparcial”2. ¿En qué consiste este servicio profesional de carrera que se aplicó como un mecanismo para la reforma y modernización del Estado? Cualquier definición debe empezar por distinguir los conceptos de servicio civil y servicio profesional. En la literatura especializada se hace referencia, la mayoría de las veces sin una clara distinción, a los conceptos de servicio civil de carrera o servicio profesional de carrera. El primer concepto es un concepto primigenio que servía para distinguir la estructura entre el servicio militar y el servicio civil, es decir, entre la función que prestaban algunos ciudadanos reclutados para la defensa y seguridad nacional, y la función que desempeñaban otros para la prestación del resto de los servicios públicos del Estado. Delimitado el concepto del servicio civil, hablar de servicio profesional nos permite subrayar el especial carácter de reforma y modernización a la que debe 2 36 OSBORNE, David. “Un Servicio Civil Dinámico a lo largo del tiempo: la tendencia global a la transformación de las instituciones”, en Profesionalización del Servicio Público en México. Hacia la innovación y la democracia (memorias). Ed. Red Mexicana de Servicio Profesional, primera edición, México, 2003. p. 49. estar sujeta la acción pública del Estado. Profesionalizar la función pública, significa reformar los órganos del Estado para garantizar los principios antes referidos: legalidad, legitimidad y eficiencia. Finalmente, el concepto de carrera, hace referencia al proceso sistematizado y ordenado al que queda sujeto el servicio civil mediante etapas: ingreso o reclutamiento, promoción y ascenso, evaluación y capacitación, y separación o cese. Para Esteban Moctezuma Barragán y Andrés Roemer, el servicio profesional de carrera “surge como una respuesta a tres retos administrativos: 1) la demanda de personal altamente calificado para afrontar los nuevos retos que asume la función pública; 2) las nuevas condiciones prevalecientes en el ámbito mundial, y 3) el profundo desprestigio de los funcionarios públicos debido a casos de corrupción, abuso de funciones e impunidad en el ejercicio de sus funciones”3. Se trata entonces de reorientar la acción gubernamental, hacia una más pronta y completa resolución de los problemas de interés general, adaptando el concepto de lo público al contexto de una sociedad cambiante y dinámica, y reivindicando la importancia de la transparencia, la imparcialidad y la honestidad en el ejercicio de la función pública. Precisamente, como parte fundamental para la consecución de estos fines, los analistas y hacedores de políticas públicas, echaron mano de la instrumentación del servicio profesional de carrera, primero, lo aplicaron a entidades públicas especializadas que requerían personal altamente calificado, luego a las agencias centrales y descentralizadas de la administración pública, 3 MOCTEZUMA BARRAGÁN, Esteban y ROEMER, Andrés. Por un gobierno con resultados. El servicio civil de carrera: un sistema integral de profesionalización, evaluación y desempeño de los servidores públicos en México. Ed. Fondo de Cultura Económica, primera edición, México, 1999. p. 53. 37 y finalmente, al resto de los organismos y entidades públicas a nivel federal, estatal y municipal, incluyendo a los otros dos Poderes Políticos y a los organismos constitucionales autónomos. El Doctor Luis F. Aguilar define al servicio profesional, a través del concepto amplio de “sistema público profesional de carrera”, el cual consiste en: “1) un conjunto de normas y procedimientos que se inspiran en principios o valores rectores del servicio público, tales como legalidad, imparcialidad, objetividad, integridad, transparencia, eficiencia, confidencialidad… 2) que regulan el ingreso, formación / capacitación / certificación de competencias, permanencia, movilidad (carrera), separación del personal público y, en consecuencia, definen los respectivos derechos y obligaciones del personal, 3) mediante evaluación competitiva por méritos de las personas, tales como competencia científico– técnica, competencia gerencial, experiencia en el campo, desempeño…, 4) es administrado por órganos políticamente independientes y autónomos, a fin de asegurar imparcialidad, credibilidad/confiabilidad”4. De esta definición, podemos identificar los siguientes elementos del servicio profesional de carrera: ELEMENTOS DEL SERVICIO PROFESIONAL DE CARRERA 1. Normas y procedimientos 2. Principios y valores 3. Ingreso, permanencia y separación laboral 4. Evaluación y desempeño 4 38 AGUILAR, Luis F. “La importancia del establecimiento del Servicio Público de Carrera en México”, en Profesionalización del Servicio Público en México. Hacia la innovación y la democracia (memorias). Ed. Red Mexicana de Servicio Profesional, primera edición, México, 2003. p. 22. 1. Normas y procedimientos: El servicio profesional de carrera se instrumenta a través de mecanismos formalizados por medio de normas, es decir, por un conjunto de reglas que establecen requisitos, procesos, recursos, facultades, atribuciones, derechos y obligaciones. 2. Principios y valores: El servicio profesional de carrera está basado en conceptos que definen la misión de la acción pública que deberá llevar a cabo la agencia gubernamental, con una misión de largo plazo en la consecución de fines y metas. Se trata de conceptos que son punto de arranque para guiar la acción pública de la entidad estatal, y punto de llegada para definir los objetivos que con ello se deben conseguir. También se establecen valores que definen un marco referencial sobre el cual deberá orientarse el trabajo de un servidor público, se trata de principios individuales de contenido ético, cuya puesta en práctica deberá verse reflejado en el buen resultado colectivo de una agencia pública. 3. Ingreso, permanencia y separación laboral: Se trata de etapas estructuradas, sistematizadas y organizadas de manera horizontal y vertical, que componen la dinámica laboral de servicio público al interior de una entidad pública estatal, la cual es definida por la relación laboral entre el Estado y sus trabajadores. 4. Evaluación y desempeño: Son los mecanismos administrativos que definen los procesos de ingreso, permanencia y separación laboral, a través de la cuantificación de la relación medios/fines de la acción pública, es decir, la medición de los objetivos programados y las metas alcanzadas a cargo y responsabilidad de un servidor público en específico, o una entidad pública en general. Por su parte, Juan Pablo Guerrero entiende al servicio profesional de carrera, como “un conjunto de reglas y procedimientos administrativos que regulan el 39 precio del trabajo y su división (asignación) en una unidad administrativa. Este conjunto de reglas controla y dirige a los recursos humanos de la unidad, y crea un mercado laboral cerrado que se conecta con el mercado laboral nacional a través de puntos de entrada y salida. Las reglas de la entrada y la salida, de la permanencia y la movilidad dentro del sistema (la carrera), de la asignación de las actividades y funciones de sus integrantes, y de los premios y castigos a los mismos (incentivos), constituyen las características del servicio civil”5. De esta definición queremos resaltar dos conceptos que se suman a los elementos del servicio profesional de carrera antes señalados: el de mercado laboral y el de incentivos. La instrumentación de servicios profesionales buscan, entre otras cosas, crear mercados laborales para las agencias gubernamentales, y hablar de mercados es hablar, entre otras muchas cosas, de competencia entre agentes económicos, sociales o políticos, y eso es justamente lo que ocurre con el servicio profesional de carrera: instrumenta la competencia laboral entre los servidores públicos, para integrar las fases de ingreso, permanencia y separación laboral, de manera que a través de un proceso de evaluación y selección, se garantice el ingreso, permanencia y óptima separación, de los mejores recursos humanos disponibles en el mercado laboral del servicio público. Este proceso de creación de mercados laborales que resulta de la implementación del servicio profesional de carrera, se da tanto al interior de una agencia pública en específico, como en la totalidad del universo que compone el servicio público en general. 5 40 GUERRERO, Juan Pablo. Consideraciones sobre la instauración de un Servicio Civil en México, Documento de Trabajo No. 90, División de Administración Pública, Ed. Centro de Investigación y Docencia Económicas, México, 2000. p. 2. Por otra parte, los incentivos también forman parte importante en el diseño e implementación de un servicio profesional de carrera. La evaluación y el desempeño no deben generar sólo efectos negativos al castigar los errores y la falta de resultados, también deben generar efectos positivos al favorecer el cambio organizacional y la adopción de mejores prácticas que eleven la eficiencia y productividad de los servidores públicos, y esto sólo se logra con el diseño de incentivos, que sobre la base de la evaluación del desempeño, premien a los mejores servidores públicos, es decir aquellos cuyos resultados cumplan con las metas programadas en el menor tiempo y al menor costo posible. Sin lugar a dudas, el diseño de incentivos sobre la base de la evaluación del desempeño requieren un ejercicio cuidadoso de ingeniería de procesos para poder medir acciones y resultados que no siempre son fáciles de cuantificar, y para premiar comportamientos sin que en el largo plazo se generen rutinas, fricciones, prácticas adversas o se creen nuevas ineficiencias y problemas organizacionales, que en el largo plazo se convertirán en mayores costos y menores resultados; por lo que el proceso de aplicación de incentivos y calificación del desempeño, debe estar a su vez, en permanente proceso de evaluación, actualización y ajuste. El servicio profesional de carrera, en opinión de Luis Vázquez Cano, tiene también los siguientes componentes: de análisis y valuación de puestos, de ingreso y selección de personal, de formación integral, de evaluación del desempeño, de ascenso y desarrollo, de separación y retiro, y de planeación de personal6. 6 VÁZQUEZ, Luis. “Bases para un Modelo de Servicio Público Profesional de Carrera para la Administración Pública del Gobierno Federal”, en Servicio Público de Carrera en México. Experiencias y Perspectivas (memorias del seminario), Instituto Nacional de Administración Pública, primera edición. México, 2001. pp.138-142. 41 Como podemos constatar se trata de procesos estructurados en distintas fases de la relación laboral entre el Estado y sus trabajadores. Este elemento es señalado también por Alfredo López Rodríguez: “los sistemas de administración de recursos humanos cuentan con distintos procesos relacionados entre sí. Estos procesos pueden agruparse esquemáticamente en tres: pre empleo, empleo y post empleo. Típicamente, en el proceso de pre empleo se lleva a cabo el reclutamiento y la selección del personal. En el empleo propiamente dicho tienen lugar los siguiente subprocesos: nombramiento; inducción; capacitación; desarrollo; evaluación; promoción y estímulos. La etapa de post empleo consiste en la baja: jubilación y/o pensión de los empleados” 7 Para efectos de esta investigación, nominaremos estas fases como de entrada, permanencia y salida de la función pública. A manera de referencia, en el ámbito de la Administración Pública Federal, si bien la Ley del Servicio Profesional de Carrera, prevé la evaluación del desempeño, el lunes 2 de mayo de 2005, fueron publicados en el Diario Oficial de la Federación, por la Secretaría de la Función Pública, el Acuerdo mediante el cual se expiden los Lineamientos para la evaluación del desempeño de los servidores públicos de la Administración Pública Federal y la Norma para la capacitación de los servidores públicos, ambos con sus respectivos anexos. Con relación a los Lineamientos para la evaluación del desempeño de los servidores públicos, y su anexo, estos encuentran su fundamento justamente en la Ley del Servicio Profesional de Carrera, en virtud de que ésta faculta a la Secretaría de la Función Pública para establecer lineamientos para la adecuada operación del proceso de evaluación del desempeño de los servidores públicos, 7 42 LÓPEZ, Alfredo. “El Sistema de Administración de Personal, su vinculación e importancia para el diseño y operación de servicios profesionales de carrera”, en Servicio Público de Carrera en México. Experiencias y Perspectivas (memorias del seminario), Instituto Nacional de Administración Pública, primera edición, México, 2001. p. que permita medir objetivamente los resultados individuales de su desempeño, de manera cualitativa y cuantitativa y en función del puesto que ocupan, manteniendo su vinculación con los objetivos y las metas de la dependencia en la que presten sus servicios, de manera que dicha evaluación promueva la excelencia del desempeño de los servidores públicos e impulse su desarrollo profesional en beneficio de la ciudadanía. La evaluación del desempeño se enfoca a los servidores públicos que ocupen alguno de los niveles que comprende el Servicio Profesional de Carrera, es decir, desde enlace hasta el director general, incluyendo los rangos de adjunto, homólogo o cualquier otro equivalente, en las dependencias y órganos administrativos desconcentrados, y entidades de la Administración Pública Federal, excluyendo por su puesto al personal de honorarios. Cabe señalar que el Acuerdo de referencia, en su numeral 5, define a la evaluación del desempeño como al conjunto coordinado de procesos que permite establecer los mecanismos de medición y valoración del desempeño de los servidores públicos; que se apoya en herramientas de medición, es decir, el conjunto de factores e indicadores, así como sus reglas de aplicación, procesamiento e interpretación de resultados, diseñados para medir el desempeño de una persona. En este orden de ideas, cabe señalar que el Acuerdo en comento, en su numeral 6.1.3., establece como requisitos del método de evaluación los siguientes: a) Contemplará cuando menos: parámetros, indicadores, factores de evaluación, procedimiento para el cálculo del resultado total y el de cada factor, y los datos para identificar al evaluado y a sus evaluadores; b) Considerará una evaluación anual y una semestral de seguimiento; y 43 c) Se dará a conocer por las Direcciones Generales de Recursos Humanos a los evaluados y evaluadores, previo a su aplicación, garantizando que tengan conocimiento oportuno del método y del proceso de evaluación en que participan. Adicionalmente el Anexo de los Lineamientos establece que la evaluación del desempeño que se aplique en las dependencias deberá: a) Impulsar el desempeño institucional, de los equipos de trabajo y de los servidores públicos, b) Permitir la detección y cierre de brechas entre los objetivos y metas institucionales y los objetivos y metas individuales y colectivas, c) Clarificar a los servidores públicos lo que se espera de ellos, d) Propiciar el desarrollo de las capacidades y habilidades de los servidores públicos de las dependencias, e) Fortalecer las relaciones funcionales entre los servidores públicos con base en el logro de resultados, f) Proveer una metodología objetiva de evaluación del desempeño de los servidores públicos, g) Promover que los servidores públicos cuenten con la debida capacitación y capacidad de decisión para: el despliegue y la descripción de las metas de desempeño individual, la correcta aplicación del método y las herramientas de evaluación, y la participación y conducción adecuada de las reuniones de seguimiento al desempeño mediante diálogos de desarrollo. 44 Los evaluados podrán ser sujetos de estímulos, reconocimiento o incentivos por su desempeño destacado de acuerdo con las disposiciones que al efecto emita la Secretaría de la Función Pública. En cuanto a la Norma para la capacitación de los servidores públicos, ésta tiene como objetivo establecer disposiciones que permitan a las dependencias, órganos administrativos desconcentrados y entidades de la Administración Pública Federal diagnosticar, planear, operar, evaluar y dar seguimiento al proceso de capacitación de los servidores públicos y de los servidores públicos de carrera, que contribuya a su desarrollo y profesionalización. Finalmente, la Norma define a la capacitación como al proceso mediante el cual una persona es inducida, preparada y actualizada para el eficiente desempeño de su puesto y/o para el ejercicio de funciones de mayor responsabilidad o de naturaleza diversa, así como, en su caso, para facilitar la certificación de las capacidades requeridas para el puesto que ocupe. Hecho este recuento y análisis de distintas definiciones entorno a los conceptos asociados al tema del servicio profesional de carrera, nos proponemos definir el concepto de profesionalización; para ello, buscaremos responder a tres preguntas básicas: ¿qué es la profesionalización? ¿cómo es la profesionalización? y ¿para qué es la profesionalización? ¿Qué es la profesionalización? Entendemos por profesionalización, al proceso integral de reforma y modernización de la acción pública gubernamental, por medio del desarrollo y formación de capital humano para el mejor desempeño de la función pública. “Esta modernización administrativa consiste en conformar una política administrativa institucional de Estado, definida por una misión, una visión y objetivos claros, sustentada en una profunda reingeniería de procesos en las 45 instituciones gubernamentales, bajo un marco de calidad total y mejora continua, orientada a garantizar eficiencia y eficacia en su gestión, a través de la transformación estructural de las dependencias”8. De tal suerte, “resulta indispensable, como apunta Andrés Roemer Slomianski, Doctor en Políticas Públicas, generar una nueva estructura legal e institucional que permita superar las insuficiencias de los modelos administrativos vigentes. Se trata de diseñar y aplicar fórmulas que, con base en la obtención de resultados, permitan elevar la eficacia de las instituciones para hacer más eficiente el manejo de los recursos y sustituir las centralistas y rígidas estructuras tradicionales por un esquema de organización institucional y el comportamiento burocrático, en la cual la administración pública opere de manera similar a las mejores prácticas de entornos de competitividad y rendición de cuentas”9. La profesionalización enfrenta una serie de dilemas que no tienen solución teórica o una definición conceptual única, y es así porque el Servicio Profesional es una institución de orden político con amplias repercusiones administrativas; por lo cual en países democráticos donde existe un servicio civil, las diferentes lógicas generan diferentes dilemas, a saber10: • Dilema burocratización Vs politización. Un servicio civil debe otorgar suficiente estabilidad a los servidores públicos, con el fin de que su capacidad sea efectiva a las políticas públicas. 8 Prólogo de AZUELA GÜITRÓN, Mariano. En VALLS HERNÁNDEZ, Sergio y MATUTE GONZÁLEZ, Carlos. Nuevo Derecho Administrativo. Ed. Porrúa. Primera Edición. México, 2003. Pp. XIII-XV. 9 Ibid. 10 ARELLANO GAULT, David. “Problemas estratégicos para la implementación del Servicio Profesional de Carrera en el ámbito federal mexicano”. En: Servicio Profesional de Carrera, Vol. II. No. 4. Red Mexicana de Servicio Profesional. México, agosto de 2005. p.p. 36-39. 46 • Dilema incentivos positivos y negativos. Un servicio civil debe de hacer atractivo el trabajo, desarrollar un trabajo, inducir comportamientos eficaces y eficientes, profesionales y en constante evaluación. • Dilema centralización Vs descentralización. Un servicio civil requiere de mecanismos de gobernanza con algún grado de centralización, pero también del equilibrio para que cada instancia organizacional sea capaz de ir definiendo sus propios caminos. • Dilema de cultura organizacional y política, esto es competencia profesional Vs lealtad política. Las burocracias deben estar comprometidas y sentirse protegidas, y los políticos deben ejercer cierto control sobre las burocracias. • Dilema sistema Vs evolución. Es importante que el sistem pueda evolucionar en el tiempo y que el sistema sea implementado y existente; el equilibrio estará en comprender las etapas y los tiempos. • Dilema competencia y evaluación del desempeño. Uno de los pilares del servicio civil es la evaluación del desempeño y la construcción de competencias. ¿Cómo es la profesionalización? La profesionalización se lleva a cabo a través de normas y procedimientos de selección, capacitación y evaluación, estructurados, organizados y sistematizados mediante un servicio profesional de carrera. Selección para la integración de las distintas funciones y cargos que forman a un organismo público; capacitación para el correcto desempeño de las funciones, ya sea de manera ex ante o ex post al nombramiento y designación de un cargo o función 47 pública; y evaluación para el proceso de mejora continua, rendición de cuentas y acción orientada a resultados. ¿Para qué es la profesionalización? Para un mejor desempeño de la función pública que permitan al Estado generar, bajo los principios de eficiencia, legalidad, honestidad y transparencia, los más altos beneficios sociales al menor costo posible. PROFESIONALIZACIÓN: Proceso integral de reforma y modernización de la acción pública gubernamental, por medio del desarrollo y formación de capital humano para el mejor desempeño de la función pública, a través de normas y procedimientos de selección, capacitación y evaluación; estructurados, organizados y sistematizados mediante un servicio profesional de carrera, que permita al Estado generar, bajo los principios de eficiencia, legalidad, honestidad y transparencia, los más altos beneficios sociales al menor costo posible. De esta definición de profesionalización, y considerando los conceptos de otros autores antes expuestos, podemos identificar las etapas que componen al servicio civil de carrera, estas son: ETAPAS DEL SERVICIO PROFESIONAL DE CARRERA 1. Ingreso. 2. Capacitación. 3. Evaluación. 4. Promoción. 5. Separación. 48 1. Ingreso: Etapa de entrada mediante un proceso de certificación de cualidades, que permite identificar a los candidatos con el perfil y las características más idóneas para el desempeño de una función pública. Los criterios a certificar pueden ser: la formación académica, la trayectoria profesional, los conocimientos adquiridos, las destrezas y habilidades para la resolución de problemas, la creatividad y capacidad de generación de propuestas. Esta etapa puede llevarse a cabo mediante concursos, pruebas, entrevistas, etc. El ingreso, como expondremos más adelante, también puede ser el resultado de un proceso de promoción que continúe el ciclo escalafonario del servicio profesional de carrera. 2. Capacitación: Etapa de entrada o permanencia que permite dotar al servidor público de los conocimientos y cualidades necesarios para el correcto y mejor desempeño de sus funciones. Esta etapa es de entrada, porque puede realizarse ex ante durante el proceso de ingreso, mediante el cual la misma agencia estatal forma cuadros especializados para el desempeño de una función pública, y también es de permanencia, al realizarse ex post al proceso de ingreso, para fortalecer la actualización y mejora continua en la formación de recursos humanos. La capacitación puede llevarse a cabo mediante cursos, seminarios, congresos, diplomados, estudios de especialización y postgrado, y demás actividades educativas teóricas y/o prácticas, ya sea de forma presencial y/o a distancia, en el tiempo dedicado a la función pública y/o fuera de él. 3. Evaluación: Etapa de permanencia de la cual depende la promoción o separación del cargo mediante la medición de resultados. Este proceso se realiza a través de indicadores de desempeño que cuantifican la 49 relación de metas programadas y metas alcanzadas, miden el beneficio obtenido y el costo incurrido, verifican la permanencia de habilidades o identifican la aparición de fallas, vigilan el correcto desempeño laboral y sancionan sus probables desviaciones. Se trata de instrumentos de cuantificación cualitativa y cuantitativa que permiten medir la eficacia, eficiencia, honestidad y transparencia de la función pública y su impacto social, así como premiar las mejores prácticas y castigar los posibles errores. Los indicadores de desempeño pueden consistir en cuestionarios, encuestas, formularios, índices, estadísticas, y demás métodos formales de cuantificación cualitativa y cuantitativa, los cuales pueden aplicarse de forma auto-evaluativa, de forma interna (a través del órgano interno de control o un área especializada de evaluación dentro de la agencia pública) o de forma externa (mediante entidades independientes y especializadas, externas a la agencia pública). Asimismo, pueden ser instrumentos utilizados dentro de visitas de inspección, vigilancia o auditoría. De manera que la evaluación se realice de forma ordinaria y continua para la verificación permanente del cumplimiento de objetivos, planes y programas, o también de forma extraordinaria mediante visitas de inspección, vigilancia o auditoría. Finalmente cabe resaltar que la evaluación también puede conceptualizarse como el mecanismo para incentivar la competencia laboral entre los cuadros que forman el capital humano de la agencia pública y de esta manera crear mercados internos de trabajo. Se trata de que los recursos humanos compitan entre sí mediante la generación de resultados para la obtención de estímulos y promociones, o incluso para simplemente asegurar su permanencia dentro de la agencia. Con ello la entidad pública garantiza para sí la obtención del mejor desempeño y el cumplimiento de las metas programadas. 50 4. Promoción: Etapa de permanencia que premia la generación de resultados, el cumplimiento de metas y las mejores prácticas, así como la gestión honesta y transparente, mediante el otorgamiento de estímulos económicos, honoríficos o laborales. La promoción tiene como objetivo incentivar la continuación del buen desempeño laboral, así como inducir dinámicas de cambio organizacional y mejora continua. También es el mecanismo rector para la obtención de un ascenso dentro del sistema escalafonario del servicio profesional de carrera, todo ello con la finalidad de retener a los mejores cuadros y asegurar que sólo los más capacitados y honestos asuman funciones de mayor responsabilidad y toma de decisiones. 5. Separación: Etapa de salida que resulta de la falta de generación de resultados, incumplimiento de metas, ineficiencias, o faltas de honestidad y transparencia. La separación sólo puede ser resultado de un exhaustivo proceso de evaluación, que de manera objetiva e imparcial, de cuenta del mal desempeño público sobre la base de criterios cuantificables y verificables. Es además el último recurso sancionador luego de la aplicación de otros mecanismos correctivos: disminución o suspensión de estímulos, observaciones y recomendaciones, reconversión, apercibimiento privado o público, amonestación privada o pública, suspensión temporal, etc. Así, puede tener un carácter correctivo, pero también disciplinario como parte de un proceso legal iniciado por la presunta responsabilidad política, administrativa, civil o penal de un servidor público que obligue a su destitución, o incluso, inhabilitación para el desempeño de la función pública. 51 Estas etapas de servicio profesional de carrera pueden gráficamente representarse a través de sus distintas fases, de la siguiente manera: GRÁFICA 1: ETAPAS DEL SERVICIO PROFESIONAL DE CARRERA Promoción Ingreso Separación Capacitación Evaluación Capacitación Fase de entrada a la función pública Fase de permanencia en la Función Pública Fase de salida de la Función Pública De esta manera hemos identificado los principales elementos que caracterizan al concepto de profesionalización y su estructuración a través de las etapas que componen al servicio civil de carrera. Toca ahora preguntarnos: ¿la profesionalización de la acción pública que se busca alcanzar mediante la instauración del servicio profesional de carrera es privativa de la administración pública del Poder Ejecutivo? Dice Omar Guerrero, Doctor en Administración Pública, “el servidor público en suma: es aquel que independientemente de su denominación, ya sea de funcionario o de servidor civil, está normado por un régimen de función pública bajo una ley específica de derecho público o mediante disposiciones equivalentes, y asumen actividades enmarcadas en los intereses primordiales del Estado. No se trata, pues, de todos los empleados o trabajadores del Estado, sino solamente aquellos que, como funcionarios, desempeñan las 52 funciones esenciales que le atañen al Estado y que, en cada caso, cada Estado extiende o restringe a su arbitrio”11. Este mismo autor señala que: “este concepto tradicionalmente ha excluido a los legisladores, administradores de justicia y servidores políticos que laboran con el Ejecutivo. Aquí seguimos la tradición hasta donde ha sido permisible hacerlo hoy en día, pues actualmente, junto al funcionario, en el sentido restricto asumido, se hace necesario preparar al diplomático, al administrador de justicia y al servidor público parlamentario, creándose, al efecto, nuevas secciones de estudios dentro de las escuelas profesionales de servicio público; y establecer algunos programas y asignaturas comunes con las escuelas especiales del servicio exterior y la judicatura”12. Y es que el proceso de profesionalización, es un proceso que ha rebasado al campo de la administración pública en tanto función exclusiva del Poder Ejecutivo, para incluirse también dentro del proceso de reforma y modernización de los otros Poderes del Estado. Por lo que también podemos hablar de profesionalización dentro del Poder Legislativo y el Poder Judicial, y la consiguiente implementación de servicios profesionales de carrera adecuados a los procesos, funciones y competencias propias de cada uno de los Poderes Políticos de un Estado. De esta manera, la profesionalización queda ligada al amplio concepto de función pública, que abarca mucho más allá de lo estrictamente gubernamental, pues involucra a toda la acción pública del Estado, a todas sus entidades, órganos y organismos. 11 GUERRERO, Omar. El funcionario, el diplomático y el juez. Ed. Instituto Nacional de Administración Pública, Universidad de Guanajuato, Instituto de Administración Pública de Guanajuato y Plaza & Valdés. Primera edición. México, 1998. p. 52. 12 Ibid. 53 1.2. Elementos Jurídico Laborales y su Caracterización Los elementos jurídico laborales se derivan de la relación laboral existente entre los que imparten y administran justicia en las diversas instituciones que integran el Poder Judicial de la Federación, es decir, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Tribunal Electoral, los tribunales colegiados de Circuito, los tribunales unitarios de Circuito, los juzgados de Distrito y el Consejo de la Judicatura Federal13, en su calidad de servidores públicos, y el Poder Judicial de la Federación como patrón de los mismos. La relación laboral, fuente de los derechos del trabajador e independiente del acto o causa que le dio origen, ésta encuentra entre sus antecedentes, a dos ideas que sirvieron para forjar la estructura de la concepción de 1938, retomada por la ley de 1970: una es la del jurista Georges Scelle, y la otra del maestro Erich Molitor, este último, uno de los representantes del derecho del trabajo socialdemócrata salido de la constitución alemana de Weimar de 191914. El pensamiento de Georges Scelle, en el Derecho Obrero, obra visionaria para su época, que data de 1922, el autor manifiesta: “Se puede dar en arrendamiento una cosa o un animal, pero no se puede alquilar un trabajador, porque se opone a la dignidad humana; y tampoco puede alquilarse una facultad del hombre, porque no se la puede separar de la persona física”15. El jurista francés, tuvo conciencia de que la liberación del trabajo no se lograría en tanto estuviese aherrojado en la idea del contrato. De ahí su anuncio de que en el mundo de la libertad habrá un tránsito del subjetivismo contractualista que 13 Artículo 1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 14 DE LA CUEVA, Mario. El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo. Tomo I. Ed. Porrúa. Décima Edición. México, 1985. Pp. 183-198. 15 Ibid. 54 hace depender los derechos de un acuerdo de voluntades, al objetivismo de los derechos reales, que fundará los derechos del trabajo en su voluntad libre, ya que a nadie se puede obligar a prestar un trabajo personal sin su pleno consentimiento, y en el hecho real de la prestación de su energía de trabajo. El nuevo derecho romperá el hechizo del milenario derecho civil, y en lugar de proteger un acuerdo de voluntades que nunca tuvo realidad, ya que solo fue la voluntad impuesta del empresario, tutelará al trabajo. En consecuencia, la relación de trabajo deja de ser una relación intersubjetiva y se convertirá en una objetiva, que tendrá como base la voluntad libre del trabajador y como meta la protección plena del trabajo a través de las declaraciones de derechos sociales, de las leyes y de los contratos colectivos16. Asimismo señaló este jurista que el origen de la relación de trabajo ya no se encuentra en un contrato, sino un acto condición, ya que por el simple hecho del ingreso del trabajador a la empresa, se le aplica un estatuto objetivo, integrado por leyes y los contratos colectivos; un estatuto, ahí donde existen colectivos, en cuya formación no participa cada trabajador, y que se realiza en atención al interés de todos los actuales y futuros trabajadores, en suma, tutelando a la clase trabajadora17. El pensamiento de Erich Molitor, está influenciado por la escuela alemana que se interesó particularmente por la determinación del momento en que se aplica el derecho del trabajo, por un estatuto imperativo que por proponerse preservar la salud y vida del trabajador y asegurar condiciones decorosas para la prestación del trabajo no puede dejar de aplicarse. Para determinar ese momento, según Molitor, es preciso distinguir el contrato de la relación de 16 Ibid. 17 Ibid. 55 trabajo; el primero es el acuerdo de voluntades para la prestación del trabajo, mientras que la segunda es la prestación efectiva del trabajo. La aplicación del derecho del trabajo principia en el momento en que el trabajador ingresa a la empresa, en consecuencia, la iniciación del trabajo es el presupuesto indispensable y el hecho que impone imperativamente la aplicación del ordenamiento laboral18. El contrato, de acuerdo al tratadista alemán, vive dentro del derecho civil, la relación de trabajo es el principio y la finalidad del nuevo derecho. De lo que se deduce que iniciado el trabajo, y dado que se trata de un trabajo subordinado, nada ni nadie puede impedir la aplicación del derecho del trabajo, o lo que es igual, el acuerdo de voluntades sirve para obligar a que se preste el trabajo, pero la prestación efectiva de éste es lo que determina la aplicación imperativa del estatuto laboral19. A diferencia de la doctrina extranjera, el derecho mexicano del trabajo nació como una decisión política y jurídica fundamental en la constitución de 1917, no pudiendo pertenecer a la rama del derecho privado. Pesaba fuertemente la tradición civilista, de la que no pudo desprenderse en la Ley de 1931, siendo hasta la Ley de 1970, en la que se dio la solución que está en la Declaración de Derechos, estableciéndose que la aplicación del derecho del trabajo es un imperativo donde quiera que exista el trabajo humano subordinado20. Al respecto, cabe recordar que el proyecto de reformas a la Constitución de 1957, presentado por Don Venustiano Carranza, confería al Congreso de la Unión, la facultad de legislar en materia de trabajo en toda la República. Es así 18 Ibid. 19 Ibid. 20 Ibid. 56 como el Constituyente de 1917, modifica el proyecto de Carranza, estableciendo por una Declaración de los Derechos Sociales de los Trabajadores mediante la aprobación del artículo 123, que en su versión original estableció que el Congreso y las legislaturas de los estados deberían de expedir las leyes en materia laboral, tomando en consideración las necesidades de cada región, sin contravenir lo que establecía la propia constitución. Sin embargo, se hizo evidente la necesidad de uniformar la legislación laboral, reformándose el artículo 123, para limitar la atribución legislativa en materia laboral, al Congreso de la Unión, publicándose como consecuencia de lo anterior, el 6 de septiembre de 1929, la Ley Federal del Trabajo de 1931, que sería substituida por la de 1970, que es la que nos rige actualmente21. “Podemos afirmar, que el derecho del trabajo surgió como una disciplina típicamente protectora de la clase trabajadora, que en la actualidad se ha transformado para coordinar y armonizar los derechos e intereses del capital y el trabajo. Su carácter proteccionista no se ha perdido del todo, ya que siempre deberá de prescribir, a favor de la clase trabajadora, mínimos derechos que se encuentren destinados a ser superados por la costumbre, y por la jurisprudencia, por el contrato colectivo o por el contrato ley”22. De esta forma, nos ilustra el Doctor y Profesor Emérito Baltasar Cavazos Flores, “el derecho del trabajo se transformó en la manifestación de anhelos y necesidades del hombre que entrega su fuerza de trabajo al reino de la economía y con esto quiso ser el mensajero del mundo nuevo a través de la Revolución social mexicana, en donde el trabajador tendría la categoría de ser 21 GÓMEZ GONZÁLEZ, Arely. El Régimen Laboral de los Trabajadores Bancarios. Porrúa. Primera Edición. México, 1977. Pp. 84-86. 22 CAVAZOS FLORES, Baltasar. México, 1997. P. 63. El Nuevo Derecho del Trabajo Mexicano. Ed. Ed. Trillas. 57 humano y de vivir como tal dentro de la vida social y con esto, el Derecho del Trabajo se convirtió en una fuerza atractiva al servicio de la vida e instrumento de la comunidad para garantizar a los hombres la satisfacción de las necesidades espirituales y materiales que impone la dignidad de la persona humana”23. En este orden de ideas, el Doctor Manuel Reguera Rodríguez nos puntualiza que: “A partir de la Constitución, ya no se consideran las libertades individuales como las concibió la doctrina clásica; por un lado contempla los derechos del hombre en forma individual, en los que el Estado no puede inmiscuirse y deja una amplia esfera de libertad a los individuos para la realización de su destino. Por otro lado, se logra el establecimiento de los derechos sociales, los cuales implican una restricción de las libertades individuales para atender a las necesidades colectivas de los individuos (en donde se encuentra el Derecho del Trabajo), considerados dentro de la sociedad en la cual han de hacer posible la realización tanto de su libertad, como la satisfacción de sus necesidades personales24. El mismo autor continúa: con el derecho del trabajo, la justicia dejó de ser una forma fría para aplicar las relaciones entre los trabajadores y los patrones, manifestándose en las necesidades y anhelos de los hombres que entregan su energía al prestar sus servicios a los patrones25. Para el tratadista Mario de la Cueva, partiendo de la base de que el derecho del trabajo, no tiene como finalidad regular un intercambio de prestaciones sino 23 REGUERA RODRÍGUEZ, Manuel Daniel. Análisis Socio-jurídico y Político del Derecho Laboral Mexicano. Tesis de Doctorado en Derecho. Universidad Panamericana. México, Agosto de 1995. P. 7. 24 Ibid. P. 51. 25 REGUERA RODRÍGUEZ, Manuel Daniel. “El Derecho del Trabajo en la Constitución de México” en PALOMINO, Teodosio A. El Derecho del Trabajo en las Constituciones de Iberoamérica Ed. Iuris Laboral. Perú, 1999. P. 265. 58 asegurar la salud y vida del hombre, y proporcionar al trabajador una existencia decorosa, define a la relación de trabajo como “una situación jurídica objetiva que se crea entre un trabajador y un patrono por la prestación de un trabajo subordinado, cualquiera que sea el acto o la causa que le dio origen, en virtud de la cual se aplica al trabajador un estatuto objetivo, integrado por los principios instituciones y normas de la Declaración de derechos sociales, de la Ley del trabajo, de los convenios internacionales, de los contratos colectivos y contratos-ley y de sus normas supletorias26. De igual manera, señala el autor, que de dicha definición de la relación laboral, se deducen las siguientes consecuencias: a) “El hecho constitutivo de la relación es la prestación de un trabajo subordinado; b) La prestación del trabajo, por el hecho de su iniciación, se desprende del acto o causa que le dio origen y provoca, por sí misma, la realización de los efectos que derivan de las normas de trabajo, esto es, deviene una fuerza productora de los beneficios para el trabajador; c) La prestación del trabajo determina inevitablemente la aplicación del derecho del trabajo, porque se trata de un estatuto imperativo cuya vigencia y efectividad no dependen de la voluntad del trabajador y del patrono, sino, exclusivamente de la prestación del trabajo; d) La prestación del trabajo, crea una situación jurídica objetiva que no existe con anterioridad, a la que se da el nombre de relación de trabajo: en el contrato, el nacimiento de los derechos y obligaciones de cada una de las partes depende el acuerdo de voluntades, mientras que en la 26 DE LA CUEVA, Mario. Op. cit. 59 relación de trabajo, iniciada la actividad del trabajador, se aplica automática e imperativamente el derecho objetivo27. Las relaciones jurídicas que regula el Derecho del Trabajo, tienen que estar basadas en tres principios esenciales: respeto mutuo de derechos, comprensión recíproca de necesidades y coordinación técnica de esfuerzos28. Los factores integrantes de dicha relación laboral, que se deducen de lo antes expuesto, serán los siguientes: A) Trabajo B) Sujetos de la Relación Laboral C) Subordinación y Dependencia. D) Remuneración E) Duración de la Relación Laboral, y F) Terminación de la Relación Laboral. A) Trabajo El origen etimológico de la palabra trabajo, es incierto, algunos autores señalan que esta proviene del latín trabs o trabis, que significan traba, toda vez que el trabajo implica una traba para los individuos, porque lleva implícito el despliegue de determinado esfuerzo. Otros encuentran su raíz en la palabra laborare o labrare, que quiere decir laborar, acepción relativa a la labranza de la tierra. Finalmente, otros encuentran su raíz en la vos griega thilbo, que denota apretar, oprimir o afligir. 27 Ibid. 28 CAVAZOS FLORES, Baltasar, CAVAZOS CHENA, Baltasar, CAVAZOS CHENA, Humberto, CAVAZOS CHENA J. Carlos, CAVAZOS CHENA, Guillermo. Nueva Ley Federal del Trabajo, Tematizada y Sistematizada. Ed. Trillas. México, 2000. P. 103. 60 El Diccionario de la Real Academia Española, en una de sus acepciones, lo define como “el esfuerzo humano dedicado a la producción de la riqueza”. Néstor de Buen, manifiesta que todo trabajo en alguna medida supone una actividad física e intelectual al mismo tiempo”29. Rafael de Pina, en su Diccionario de Derecho, establece que el trabajo es “la actividad humana dirigida a la producción de las cosas materiales o espirituales, o al cumplimiento de un servicio público o privado”30. De igual forma, la Ley Federal del Trabajo, en su artículo 8, segundo párrafo, conceptúa al trabajo como toda actividad humana, intelectual o material, independientemente del grado de preparación técnica requerido para cada profesión u oficio. Estableciendo el artículo 3 del mismo ordenamiento que el trabajo es un derecho y deber social. No es un artículo de comercio, exige respeto para las libertades y dignidad de quien lo presta y debe efectuarse en condiciones que aseguren la vida, salud y un nivel económico decoroso para el trabajador y su familia. Respecto a la connotación de derecho y deber social, el Doctor Luis Recasens Siches expresa: “Se puede decir en verdad que la doctrina de Aristóteles nunca ha ido más allá de Aristóteles. Donde quiera que se exige justicia o que se proteste contra la injusticia, nos encontramos con una de esas dos clases de igualdad, o con la ‘niveladora’, que a todos da lo mismo o con la ‘distributiva’, que toma en cuenta la desigualdad que existe de hecho y, por lo tanto, 29 DE BUEN, Néstor. Derecho del Trabajo. Fuentes Impresores S.A. de C.V. México, 1991. P. 467. 30 DE PINA, Rafael y De Pina Vara, Rafael. Diccionario de Derecho. Ed. Porrúa S.A. de C.V. Vigésima Primera Edición. México, 1995. P. 481. 61 rigiéndose por la misma medida, da porciones desiguales a cada uno para lograr en la realidad una auténtica igualdad”31. Ahora bien, respecto de la distinción de servicio material e intelectual, ésta carece de importancia jurídicamente, pues ambas medidas se encuentran igualmente tuteladas por la legislación laboral; pero tiene interés en orden a la clasificación de los servicios y de las prestaciones correspondientes. Además de que el artículo 88 de la misma Ley, fija un plazo más corto para el pago del salario a quienes desempeñan un trabajo material, el cual no podrá exceder de una semana, en tanto que autoriza un término de quince días para los demás trabajadores32. El derecho fundamental al trabajo, conlleva dos aspectos, el primero de ellos estriba en la libertad que tiene todo individuo a escoger el trabajo que más le satisfaga conforme a sus aptitudes, gustos o aspiraciones, y el segundo de ellos, es que el hombre es libre y no puede ni debe sufrir menoscabo alguno por y durante la prestación de su trabajo; claro está que ha de cumplir con la obligación que tiene de entregar su energía de trabajo en los términos y condiciones convenidos, pero su persona, libertad y dignidad han de permanecer intactos. De igual forma se dice que el trabajo debe efectuarse en condiciones que “aseguren la vida, la salud y un nivel económico decoroso, para el trabajador y su familia”. Este principio se transforma en el objetivo de más alto rango para todo hombre: lograr un nivel económico decoroso a través del cual pueda satisfacer todas las necesidades materiales de él y de su familia, pudiendo proveer de educación a sus hijos y poder asomarse a los más elevados planos 31 CLIMENT BELTRÁN, Juan. Ley Federal del Trabajo, Comentarios y Jurisprudencia. Ed. Esfinge, S.A. de C.V. México, 2000. P. 47-52. 32 Ibid. 62 de la cultura, en forma que tanto él como su familia puedan desarrollar sus facultades físicas y espirituales con el decoro que corresponde a los seres humanos. Ya hemos visto definiciones al trabajo de diversos tratadistas, por lo que de acuerdo al punto de vista personal, la más completa es la que expresa Mariano Tissembaum, al establecer que el trabajo tutelado por el Derecho Laboral es “aquella actividad personal prestada mediante contrato, por cuenta y bajo dirección ajena, en condiciones de dependencia y subordinación. De esta manera, el concepto jurídico de trabajo es diferente a su concepto económico, que sólo lo considera en la medida en que aumenta, de manera directa o indirecta, la cantidad de bienes. Dicho en otras palabras, tratándose de cosas útiles con respecto a las necesidades humanas y de acuerdo a la medida en que pueden ser satisfechas33. B) Sujetos de la relación laboral Entendida la relación laboral como un vínculo jurídico en el cual se remunera el desempeño de una actividad o de un servicio subordinado, la relación de trabajo se conforma por dos sujetos esenciales: el trabajador y el patrón. Siendo el Derecho del Trabajo el que tutela y promueve fundamentalmente la actividad personal, estricta e individualizada de cada trabajador. Siendo para Walker Linares, además del trabajador, el patrón, empleadores, el Estado, la empresa, y los sindicatos, sujetos de la relación de trabajo34. 33 SANTOS AZUELA, Héctor. Derecho del Trabajo. Ed. Mc Graw-Hill. Primera Edición. México, 1998. P. 127. 34 SANTOS AZUELA, Héctor. Op. cit. El Derecho del.... P. 119. 63 El trabajador Abordando el concepto técnico jurídico de Alfredo Montoya Melgar, el trabajador es “la persona física que se obliga a trabajar por cuenta y bajo dependencia ajena a cambio de una remuneración, en virtud del contrato de trabajo35. Plasmado lo anterior, a continuación es fácil comprender lo que es el trabajador, y al respecto, el mismo artículo 8 de la Ley Federal del Trabajo, en su primer párrafo establece que es la persona física que presta a otra física o moral, un trabajo personal subordinado, definición que mejora notablemente a la contenida en la Ley de 1931, que lo definía de la siguiente manera: trabajador es toda persona que presta a otra un servicio material, intelectual, o de ambos géneros en virtud de un contrato de trabajo”. Cabe señalar que el artículo 8 de la Ley Federal del Trabajo vigente, da el concepto de trabajador, abandonando el sistema enunciativo más no limitativo del texto constitucional, que se refiere a obreros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y de manera general a todo contrato de trabajo, y sin contravenir las bases del artículo 123 constitucional, los involucra a todos en el concepto de trabajador36. La supresión del término contrato de trabajo, es de gran importancia procesal, ya que al sustituir esta frase por la de trabajo personal subordinado, opera con plena legitimación la teoría de la relación de trabajo, en la que no importa la causa que le dé origen, con fundamento en el artículo 20 de la propia ley, es decir, independientemente de que haya o no un contrato formal de trabajo37. 35 MONTOYA MELGAR, Alfredo. Derecho del Trabajo. Ed. Tecnos, S.A. Décimo Séptima Edición. Madrid, 1990. P. 279. 36 GÓMEZ GONZÁLEZ, Arely. Op. cit. El Régimen Laboral.... P. 95. 37 CLIMENT BELTRÁN, Juan. Op. cit. Ley Federal del… P. 51. 64 El Maestro Baltasar Cavazos Flores, precisa que la relación de trabajo se inicia hasta que empieza a prestarse el servicio, en tanto que el contrato de trabajo se perfecciona por el simple acuerdo de voluntades38. De manera analógica, podemos concluir lo mismo para los trabajadores al servicio del estado, solo que en éste caso se tratará del nombramiento, en vez del contrato de trabajo. Frente al uso indiscriminado de las voces obrero, empleado, prestador de servicios o de obras, dependientes, etc., la denominación trabajador responde con precisión a la naturaleza de este sujeto primario del derecho del trabajo, amén de que unifica el carácter de aquellos que viven de su esfuerzo ya preponderantemente material o intelectual. Ciertamente este término homogéneo suprime la discriminación aún subsistente en diversos sistemas que regulan mediante estatutos diferentes, la condición de obrero, empleado y trabajador. Descomponiendo en sus aspectos esenciales, de la noción jurídica de trabajador recogida en la ley podemos distinguir tres elementos: la persona física, la prestación personal del servicio y la subordinación. La exigencia de que el trabajador sea necesariamente una persona física, pretende evitar la confusión provocada con frecuencia en otro tiempo, de encubrir las relaciones individuales de trabajo a través de la celebración de contratos por equipo, figura que además de entorpecer la vinculación directa del patrón con los trabajadores, propiciaba su manipulación, lo que constituía un subpatrón que explotaba a los trabajadores. 38 CAVAZOS FLORES, Baltasar. Las 500 preguntas más usuales sobre temas laborales. Ed. Trillas, México, 1984. P. 59. El propio Doctor Cavazos Flores nos proporciona una definición de analogía: “La analogía es una forma de interpretación de las leyes que consiste en extender a un caso no previsto la regulación establecida para otro, por razones semejantes”. Idem, P.p. 75-76. 65 La prestación personal del servicio, es otro elemento inherente a la figura del trabajador, que, generalmente entendida como una obligación protípica de hacer, no puede sustituirse por otra diferente, sin consentimiento del patrón. Aunque su proyección es expansiva, el concepto jurídico de trabajador implica un vínculo de jerarquía, elemento gestor de la llamada subordinación, que supone el poder de mandar con que cuenta el patrón y el deber de obediencia de aquél. Para Mario de la Cueva, la subordinación no pretende designar un estatus del hombre que se somete al patrón, sino una de las formas de prestarse los servicios, a aquella que se realiza con sujeción a las normas e instituciones vigentes en la empresa. Hablamos en todo caso, de la subordinación técnico funcional relacionada con la prestación de los servicios, sin que constriña en forma alguna la dignidad y libertad de los trabajadores. Clasificación de los trabajadores Si bien la Ley Federal del Trabajo, reglamentaria del Apartado A, del Artículo 123 Constitucional, clasifica a los trabajadores en su capítulo de trabajos especiales, entre los que se contempla a los de confianza, de buques, de las tripulaciones aeronáuticas entre otros, me enfocaré a la clasificación prevista para los trabajadores al servicio del Estado, por estar la profesionalización enfocada única y exclusivamente a los servidores públicos. En este orden de ideas, veremos que el apartado B del artículo 123 Constitucional regula las relaciones existentes entre los trabajadores y los Poderes de la Unión, así como los del Gobierno del Distrito Federal. Sin embargo, antes de entrar al tema en cuestión, cabe señalar que los trabajadores al servicio del Estado serán aquellas personas físicas que prestan sus servicios en la realización de la función pública, de manera personal, bajo la 66 subordinación del titular de una dependencia o de su representante y en virtud del nombramiento expedido por la autoridad competente. El Doctor Carlos A. Morales Paulín, nos dice que los trabajadores al servicio del Estado, “son los trabajadores del Estado, aquellos que laboran en los Poderes de la Unión y en el Gobierno del Distrito Federal”39. A su vez, la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, en su artículo 3, define al trabajador como a toda persona que preste un servicio físico, intelectual o de ambos géneros, en virtud del nombramiento expedido o por figurar en las listas de raya de los trabajadores temporales. La relación jurídica entre el Estado y sus trabajadores adquiere un matiz particular en relación con las demás relaciones de trabajo, puesto que en esta debe buscarse siempre la compatibilidad entre los derechos y beneficios de los trabajadores y el cumplimiento eficaz y eficiente de la función pública por parte del Estado. Los antecedentes nacionales de las relaciones entre el Estado y sus trabajadores, los encontramos a partir de la época colonial; en las Leyes de Indias hay innumerables ordenanzas reales que contenían disposiciones relativas a la función pública. “Dichos trabajos desempeñados por personas pertenecientes a otros sectores o grupos sociales, se regían de acuerdo a las leyes aplicables a los peninsulares o a los criollos, o mestizos, cuya fuente eran las cédulas reales. Disposiciones con fuerte influencia del derecho español y del derecho canónico, piénsese en funcionarios de la administración del Consejo de Indias o de la Casa de Contratación”40. 39 MORALES PAULÍN, Carlos A. Derecho Burocrático. Ed. Porrúa. México, 1995. P. 78. 40 KURCZYN VILLALOBOS, Patricia. Las Nuevas Relaciones de Trabajo. Universidad Nacional Autónoma de México. México, 1999. P. 58. Ed. Porrúa y 67 En el México independiente, la constitución de 1824, contemplaba en su artículo 110, entre las atribuciones del Presidente de la República, la de nombrar y remover libremente a los secretarios de despacho, enviados diplomáticos y cónsules, miembros del ejército de cierto rango; así como suspender hasta por tres meses y privar de la mitad de su sueldo al empleado federal que infringiera las órdenes o decretos. Las Bases Constitucionales de 1836 y 1857 ratificaban las disposiciones relativas a la facultad del titular del Poder Ejecutivo para designar y remover libremente a determinados funcionarios, sin embargo las relaciones de los trabajadores al servicio del Estado, tampoco fueron reguladas por el Constituyente de 1916-1917. Fue hasta el mes de julio de 1929, cuando el Presidente Emilio Portes Gil presentó un Proyecto de Código Federal del Trabajo, aún cuando el proyecto no tuvo éxito, en él se plasmó un intento de reglamentar las relaciones laborales de la federación, estados y municipios; así se desprende del texto del artículo 3º del citado proyecto que establecía que estaban sujetos a las disposiciones del mismo, todos los trabajadores e inclusive el Estado en sus tres niveles de gobierno, cuado éste tuviese el carácter de patrono. Ahora bien, la Ley Federal del Trabajo de 1931, estableció en su artículo 20, que las relaciones entre el Estado y sus servidores públicos se regirían por las leyes del servicio que se expidan, situación que generó gran inseguridad entre los trabajadores al servicio del Estado, pues ni siquiera se determinó qué órgano era el competente para expedirlas. Como respuesta a esa intranquilidad, el Presidente Abelardo L. Rodríguez, expidió el 12 de abril de 1934 un acuerdo sobre la organización y funcionamiento del servicio civil, que tuvo una efímera existencia por ser tachado de inconstitucional. 68 En 1935, el Partido Revolucionario Institucional, al tratar de mejorar las condiciones de los servidores públicos, redactó un proyecto de Ley del Servicio Civil, con base en el mismo, a propuesta del Presidente Lázaro Cárdenas, se publicó en el Diario Oficial de la Federación del 5 de diciembre de 1938, el Estatuto de los Trabajadores al Servicio de los Poderes de la Unión; posteriormente, el 17 de abril de 1941 se publicó también en el Diario Oficial de la Federación un nuevo Estatuto que abrogó al de 1938. En 1947, el Congreso de la Unión, aprobó un proyecto de reformas al Estatuto vigente, las cuales, al igual que el Estatuto mismo, fueron catalogados como inconstitucionales. Como consecuencia de las presiones de los servidores públicos para garantizar constitucionalmente su relación de trabajo, el Presidente Adolfo López Mateos, presentó al Congreso de la Unión un proyecto de adiciones a la Constitución, mediante el cual se elevaron al rango de constitucional las relaciones laborales entre el Estado y sus servidores públicos; dicho proyecto distinguía la naturaleza del trabajo en general y burocrático; por lo que bajo esta tesitura, señaló el Presidente de la República, la necesidad de comprender el trabajo de los servidores públicos dentro de los beneficios del artículo 123 constitucional, con las diferencias que se derivaban de la naturaleza jurídica de ambas funciones. El decreto respectivo fue publicado en el Diario Oficial de la Federación del 5 de diciembre de 1960. Una vez hecha la adición, el texto anterior a la reforma se convirtió en el apartado “A” y el adicionado en el apartado “B”; éste último tuvo aplicación solamente entre los Poderes de la Unión, el Gobierno del Distrito Federal y sus trabajadores, por lo que para llevarlo a la práctica se expidió la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, reglamentaria del apartado “B”, que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación del 28 de diciembre de 1963. 69 Al hablar de trabajadores al servicio del Estado, comúnmente ese universo se ve restringido a los trabajadores al servicio de los Poderes de la Unión, Presidencia de la República, Secretarías de Estado, y a los trabajadores del Gobierno del Distrito Federal. De tal suerte, el artículo 1º de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, establece toda una constelación de sectores de trabajadores que prestan sus servicios al Estado Mexicano y cuyas relaciones están regulados por diferentes regímenes jurídicos, entre los que se encuentran los trabajadores que están al servicio de organismos paraestatales, los cuales regulan sus relaciones de trabajo indistintamente, ya sea por el apartado “A” o “B” del artículo 123 constitucional. A manera de comentario, se hace mención de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha emitido jurisprudencia en donde se considera inconstitucional el incluir en el precepto legal antes invocado a los organismos descentralizados de carácter federal, concluyendo que éstos se deben regir por el apartado “A” del artículo 123 Constitucional41. Instancia: Cuarta Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Parte: LXXVI. Página: 17. 41 70 Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación, Parte:III, febrero, 1996, Tesis: P./J.1/96. P. 52. ORGANISMOS DESCENTRALIZADOS, LEY QUE RIGE LAS RELACIONES DE TRABAJO EN LOS. Es inexacto que tratándose de un organismo descentralizado, sólo por disposición expresa de la ley se puede considerar aplicable la Ley Federal del Trabajo, pues si no se trata de empleados públicos en el sentido estrictamente jurídico del vocablo, las relaciones de trabajo deben regirse por lo que dispone la Ley Laboral mientras no exista una excepción expresa de carácter legal. Amparo Directo 7221/62. Sindicato de Trabajadores de la Junta de Aguas y Drenajes de H. Matamoros, Tam. 2 de octubre de 1963. 5 votos. Ponente: Agapito Pozo. Lo anterior derivó de que el Presidente de la República en turno, al crear uno de estos organismos, de conformidad con las circunstancias del momento decretaba cual de los dos apartados regiría las relaciones de trabajo del nuevo ente jurídico, sin embargo, tal situación no se encontraba debidamente reglamentada. Ahora bien, en cuanto a la clasificación de los trabajadores al servicio del Estado, con fundamento en lo dispuesto por el artículo 4 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, los trabajadores se dividen en dos grupos, de confianza y de base. Mario de la Cueva, en su libro Derecho Mexicano del Trabajo, manifiesta que “debe hablarse de empleados de confianza cuando estén en juego la existencia de la empresa, sus intereses fundamentales, su éxito, su prosperidad, la 71 seguridad de sus establecimientos o el orden esencial que debe reinar entre los trabajadores”42. El artículo 5º del mismo ordenamiento legal invocado, precisa cuales son los trabajadores de confianza, señalando entre otros, a los que integran la planta de la Presidencia de la República y aquellos cuyo nombramiento y ejercicio requiera la aprobación expresa del Presidente de la República. Asimismo indica, que en el Poder Ejecutivo, serán de confianza los de las dependencias y entidades comprendidas dentro del apartado “B” del artículo 123 constitucional, y que conforme al Catálogo General de Puestos del Gobierno Federal, desempeñen funciones de dirección; inspección, vigilancia y fiscalización; manejo de fondos o valores; auditoría, a nivel de auditores y subauditores generales; de control directo de adquisiciones; en almacenes e inventarios; de investigación científica; asesoría o consultoría; personal adscrito presupuestalmente a las Secretarías Particulares o Ayudantías; los secretarios particulares de Secretario, Subsecretario, Oficial Mayor y Director General de las dependencias del Ejecutivo Federal o sus equivalentes en las entidades; los agentes del Ministerio Público Federal y del Distrito Federal; así como los agentes de Policías Judiciales, y los miembros de las Policías Preventivas. Por lo que toca al Poder Legislativo, en la Cámara de Diputados, serán trabajadores de confianza, el Oficial Mayor, el Director General de Departamentos y Oficinas, el Tesorero General, los Cajeros de la Tesorería, el Director General de Administración, el Oficial Mayor de la Gran Comisión, el Director General de Industria de la Imprenta y Encuadernación, así como el Director General de la Biblioteca del Congreso. 42 72 DE LA CUEVA, Mario. Op. cit. P. 155. En la Contaduría Mayor de Hacienda, serán de confianza, el Contador y Subcontador Mayor, los Directores y Subdirectores, los Jefes de Departamento, los Auditores, Asesores y Secretarios Particulares de los funcionarios mencionados. En la Cámara de Senadores, serán de confianza, el Oficial Mayor, Tesorero y Subtesorero. Por último, en el Poder Judicial de la Federación, serán de confianza de conformidad con lo establecido por el ordenamiento en cita, los Secretarios de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, así como los Secretarios del Tribunal Pleno y de las salas. El artículo 6º establece que son trabajadores de base, los no incluidos en los supuestos antes señalados, y por ello serán inamovibles, precisando que los trabajadores de nuevo ingreso no serán inamovibles sino hasta después de seis meses de servicio, siempre y cuando no tengan nota desfavorable en su expediente. Es de señalarse que la primordial diferencia entre los trabajadores de base y los de confianza, radica en que los primeros tienen definitividad al ocupar una plaza laboral, por lo que el ser servidor público de base tiene la certeza de permanecer en la función pública. Por otra parte, la misma Ley, establece otra clasificación de los trabajadores, los cuales pueden ser con nombramiento definitivo, provisional interino, por tiempo fijo y por obra determinada. De igual forma, su artículo 8º, excluye del ámbito de aplicación de la misma a los trabajadores de confianza a quienes ya nos hemos referido, a los miembros del ejército y armada nacional, con excepción del personal civil de las 73 Secretarías de Defensa y Marina; el personal militarizado o que se militarice legalmente, a los miembros del servicio exterior mexicano, el personal de vigilancia de los establecimientos penitenciarios, cárceles o galeras o aquellos que presten sus servicios mediante contrato civil o sean sujetos al pago de honorarios. Es interesante señalar dos cuestiones altamente beneficiosas para los trabajadores del Gobierno Federal: la prohibición de la cláusula de exclusión en sus aspectos de ingreso y de separación; y el juicio previo al cese de los trabajadores, que es un anhelo, este último punto de los trabajadores en general; es decir, acabar con la decisión unilateral del patrón en la suerte laboral de los trabajadores. Los derechos y obligaciones de los trabajadores del Poder Judicial de la Federación, fundamentalmente se encuentran contemplados en el artículo 123 constitucional, en el que se establecen los lineamientos de su relación de trabajo; y en segundo lugar, se encuentran contemplados en el título segundo de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, precisamente en los artículos 12 al 46 de dicho ordenamiento, cabe señalar que, específicamente los artículos 44 y 46, prevén las obligaciones que tienen los trabajadores, y para el caso de su incumplimiento se seguirá el procedimiento previsto en el artículo 46 Bis, para cesarlos. De igual forma, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en su capítulo V, estipula vacaciones y días inhábiles de los servidores públicos y empleados tanto de la Suprema Corte de Justicia de la Nación como del Consejo de la Judicatura Federal, conteniendo dicho ordenamiento las obligaciones a cargo de dichos servidores públicos. En el ámbito del Poder Judicial de la Federación, el capítulo octavo de su Ley Orgánica, establece en sus 74 artículos 180, 181 y 182, quienes serán trabajadores de base y quienes de confianza, disposiciones que a la letra establecen: Artículo 180. En la Suprema Corte de Justicia de la Nación tendrán el carácter de servidores públicos de confianza, el secretario general de acuerdos, el subsecretario general de acuerdos, los secretarios y subsecretarios de Sala, los secretarios auxiliares de acuerdos, los actuarios, la persona o persona designadas por su Presidente para auxiliarlo en las funciones administrativas, el coordinador de compilación y sistematización de tesis, los directores generales, los directores de área, los subdirectores, los jefes de departamento, el personal de apoyo y asesoría de los servidores públicos de nivel de director general o superior, y todos aquellos que tengan a su cargo funciones de vigilancia, control, manejo de recursos, adquisiciones o inventarios. Artículo 181. También tendrán el carácter de servidores públicos de confianza, los secretarios ejecutivos, los secretarios de comisiones, los secretarios técnicos, los titulares de los órganos, los coordinadores generales, directores generales, directores de área, visitadores, defensores públicos, asesores jurídicos y personal técnico del Instituto Federal de Defensoría Pública, de la Visitaduría Judicial y de la Contraloría del Poder Judicial de la Federación, subdirectores, jefes de departamento, oficiales comunes de partes, el personal de apoyo y asesoría de los servidores públicos de nivel de director general o superior, cajeros, pagadores y todos aquellos que tengan a su cargo funciones de 75 vigilancia, control, manejo de recursos, adquisiciones o de inventarios. Artículo 182. Los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, no previstos en los artículos anteriores, serán de base. Ahora bien, para Carlos A. Morales Paulín43, la composición del Poder Judicial de la Federación es muy importante, toda vez que de la integración del mismo en gran medida se determinará su funcionamiento, identifica tres categorías de trabajadores del Poder Judicial: a) Trabajadores de Base. Son aquellos que representan el ámbito de validez personal de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, es decir, los que tienen nombramiento definitivo, b) Trabajadores de Confianza con funciones formal y materialmente jurisdiccionales. Dentro de este grupo se incluye a los magistrados, jueces y secretarios del Poder Judicial de la Federación. c) Trabajadores de Confianza con funciones materialmente administrativas. Incluye en este grupo a los trabajadores que prestan sus servicios dentro de las áreas administrativas del Poder Judicial de la Federación, como son la Dirección de Recursos Humanos, de Recursos Materiales y Servicios Generales, etc. En la actualidad la mayoría de los trabajadores que prestan sus servicios en los órganos jurisdiccionales, tienen nombramiento de base y los que no, tienen nombramientos provisionales, los que con el tiempo, como ya se había 43 76 MORALES PAULÍN, Carlos. Op. cit. P. 282. mencionado, llegan a obtener el nombramiento definitivo para ser considerados trabajadores de base. Como trabajadores de confianza en los órganos jurisdiccionales, únicamente se encuentran los magistrados de los tribunales de Circuito, los jueces de Distrito, así como sus secretarios particulares y chóferes. Para el caso de los titulares de los órganos jurisdiccionales, de acuerdo a lo establecido por el artículo 96 Constitucional, serán nombrados y adscritos al Consejo de la Judicatura Federal, durarán seis años en el ejercicio de su encargo, al término de los cuales, si fueran ratificados, sólo podrán ser privados de sus puestos en los casos y conforme a los supuestos que establece la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; tema del que nos ocuparemos más adelante. Asimismo es importante hacer mención de que los trabajadores de confianza no gozan de estabilidad en el empleo, y sin que medie causa que así lo justifique, pueden ser removidos de su cargo, por estar excluidos del ámbito de aplicación de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, según lo ya citado por el artículo 8º, en consecuencia, carecen de legitimación activa para reclamar indemnización constitucional o la reinstalación en el puesto que hubieren desempeñado. En efecto, como ya se había mencionado, los artículos 180 y 181 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, refieren en su parte conducente las categorías o puestos que tendrán el carácter de confianza. En este orden de ideas, no obstante que los cargos o puestos se encuentran contemplados en el citado ordenamiento legal; también conforme a lo dispuesto por el artículo 5, fracción II, inciso a), en su parte final, correlacionado con el artículo 20 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, el catálogo general de puestos de la dependencia que corresponda, define los 77 puestos que se consideran de confianza dentro de la propia institución; sobre el particular, en el Catálogo General de Puestos que impera en el Consejo de la Judicatura Federal, se encuentran señalados claramente que cargos son de confianza, en tal virtud, analizando de manera armónica y congruente los preceptos antes señalados, válidamente se puede concluir que, para demostrar la calidad de servidor público de confianza, no únicamente se debe probar que el trabajador respectivo se encuentra contemplado dentro del catálogo general de puestos que rige en la dependencia en la cual preste sus servicios, sino también se debe demostrar en juicio que las funciones que desempeñaba el trabajador eran de las catalogadas como de confianza. En mérito de lo anterior, puede concluirse que los trabajadores de confianza se encuentran excluidos del Régimen Federal Burocrático, en cuanto a la estabilidad en el empleo y la inamovilidad, por lo tanto carecen de legitimación activa para ejercer acción legal ante la Comisión Substanciadora Única del Poder Judicial de la Federación, para demandar su indemnización o reinstalación. La legitimación activa, o ad causam, “se identifica con la vinculación de quien invoca un derecho sustantivo que la ley establece en su favor que hace valer mediante la intervención de los órganos jurisdiccionales, cuando ese derecho es violado o desconocido”44. A mayor abundamiento, para normar los razonamientos anteriormente citados, resultan aplicables a este asunto, las tesis siguientes: Octava Época 44 78 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación Diccionario Jurídico Mexicano, Letras de la L a la O. P. 1940. Tomo: X-Septiembre Página: 390 TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO DE CONFIANZA. CARECEN DEL DERECHO A LA ESTABILIDAD EN EL EMPLEO, Y POR ENDE A LAS PRESTACIONES DERIVADAS DE ÉSTE. Aun cuando el Tribunal de Arbitraje tiene competencia legal para dirimir las controversias que se susciten entre los poderes del estado, municipios y organismos públicos coordinados y descentralizados y sus servidores, no se debe perder de vista que el análisis del artículo 123 constitucional, apartado B, fracción IX, se evidencia que las prestaciones de indemnización de tres meses de salario, o la reinstalación y el pago de salarios caídos, son prestaciones que se derivan del derecho de los trabajadores a la estabilidad en el empleo, por no poder ser despedidos del mismo sino por causa justificada; luego, si como se deduce de la diversa fracción XIV del propio numeral constitucional citado, el quejoso carece de dicho derecho por ser trabajador de confianza, evidentemente no puede demandar el pago de prestaciones que se derivan del derecho a la estabilidad en el empleo, del que carece por disposición constitucional y así preverlo el estatuto jurídico mencionado, que recoge los principios contenidos en la carta magna por cuanto a las relaciones laborales de los estados y municipios con sus servidores. 79 Tercer Tribunal Colegiado del Segundo Circuito. Amparo Directo 103/92. Guzmán Troche González. 21 de mayo de 1992. Mayoría de votos. Ponente. María del Carmen Sánchez Hidalgo. Secretario: Francisco Javier Rebolledo Peña. Disidente: José Angel Mandujano Gordillo. Octava Época Instancia: Cuarta Sala Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación Tomo: 65, Mayo de 1993 Tesis: 4ª./j.22/93 Página: 20 TRABAJADORES DE CONFIANZA AL SERVICIO DE LAS ENTIDADES FEDERATIVAS. NO ESTAN PROTEGIDOS EN CUANTO A LA ESTABILIDAD EN EL EMPLEO Y, POR TANTO, CARECEN DE ACCIÓN PARA DEMANDAR LA REINSTALACIÓN O LA INDEMNIZACIÓN CONSTITUCIONAL CON MOTIVO DEL CESE. De conformidad con los artículo 115, fracción VIII, último párrafo, y 116, fracción V, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las relaciones de trabajo entre los Estados y 80 Municipios y sus trabajadores, se regirán por las leyes que expidan las legislaturas de los Estados, de conformidad con el artículo 123 de la misma Constitución; por su parte, del mencionado artículo 123, apartado B, fracciones IX (a contrario sensu) y XIV, se infiere que los trabajadores de confianza están excluidos del derecho a la estabilidad en el empleo; por tal razón no pueden válidamente demandar prestaciones derivadas de ese derecho con motivo del cese, como son la indemnización o la reinstalación en el empleo, porque derivan de un derecho que la Constitución y la Ley no les confiere. Contradicción de tesis 29/92. Entre el Tercer Tribunal Colegiado del Segundo Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado del mismo Circuito. 19 de abril de 1993. Cinco votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario: Jorge Carenzo Rivas. Tesis de Jurisprudencia 22/93. Aprobada por la Cuarta Sala de este alto Tribunal en sesión privada del diecisiete de mayo de mil novecientos noventa y tres, por cinco votos de los señores ministros: Presidente Carlos García Vázquez, Juan Díaz Romero, Ignacio Magaña Cárdenas, Felipe López Contreras y José Antonio Llanos Duarte. Séptima Época Instancia: Cuarta Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación Volumen: 175-180 Quinta Parte Página: 68 81 TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO DE CONFIANZA. NO ESTÁN PROTEGIDOS POR EL APARTADO “B” DEL ARTÍCULO 123 EN CUANTO A LA ESTABILIDAD EN EL EMPLEO. El Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje no incurre en violación de garantías si absuelve del pago de indemnización constitucional y salarios caídos reclamados por un trabajador de confianza que alega un despido injustificado, si en autos se acredita tal carácter, porque los trabajadores de confianza no están protegidos por el artículo 123 de la Constitución, apartado “B”, sino en lo relativo a la percepción de sus salarios y las prestaciones del Régimen de Seguridad Social que les corresponde, pero no en lo referente a la estabilidad en el empleo. Volúmenes121-126, pág.92.Amparo Directo 3635/78.Manuel Vázquez Villaseñor.14de marzode1979.5votos. Ponente: Alfonso Aparicio. Volúmenes 139-144, pág. 54. Amparo Directo 1485/80. Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado. 23 de julio de 1980. Ponente: Julio Sánchez Vargas. 82 Unanimidad de 4 votos. Volúmenes 145-154, pág. 65. Amparo Directo 6624/80. Secretario de la Reforma Agraria. 27 de abril de 1981. 5 votos. Ponente: María Cristina Salmorán de Tamayo. Volúmenes 169-174, pág. 46. Amparo Directo 7306/82. Jaime Moreno Ayala. 13 de abril de 1983. Unanimidad de 4 votos. Ponente: María Cristina Salmorán de Tamayo. Volúmenes 175-180 pág. 44. Amparo Directo 1626/82. Secretario de la Reforma Agraria. 3 de agosto de 1983. 5 votos. Ponente: Alfonso López Aparicio. NOTA: Esta tesis también aparece en: Apéndice 1917-1985, Cuarta Sala, Jurisprudencia N° 316, pág. 286. El patrón De conformidad con lo establecido en el artículo 10 de la Ley Federal del Trabajo, patrón es la persona física o moral que utiliza los servicios de uno o varios trabajadores. En confrontación con la figura del trabajador, el patrón representa otro de los sujetos primarios de la relación laboral. Su presencia como persona física es frecuente, cuando no la regla, en la pequeña empresa, se le puede encontrar supervisando los servicios de los trabajadores o compartiendo con ellos, las actividades laborales. En centros de grandes dimensiones, es común por el contrario, su disolución físico individual, en la integración de sociedades. 83 Pese a que tradicionalmente, como jefe de la empresa se le reconoce al patrón un poder de jerarquía del que dependen en la relación subordinada, los trabajadores de la misma, la definición legal es precisa y objetiva, no obstante el cuestionamiento de que pudiera estimarse incompleta en tanto que omite en concepto de subordinación u no alude al compromiso de retribuir el trabajo. En efecto, resulta evidente, que al suprimirse la condicionante de la preexistencia de un contrato de trabajo, ignorándose la limitante de la subordinación, pretendió fortalecerse el carácter expansivo del derecho del trabajo. Por otra parte, el señalamiento de la contraprestación que se hace indispensable para definir el carácter de patrón, toda vez que la obligación de pago está sobreentendida, es insalvable y por disposición de ley, irrenunciable. La desvinculación del concepto de patrón respecto al contrato de trabajo, obedece dentro de nuestro sistema, al acogimiento de la autonomía relacionista que explica la prestación de los servicios como razón generatriz de la aplicación y beneficio del derecho del trabajo. Para algún sector de la doctrina y del derecho comparado, suele confundirse el concepto de patrón, identificándolo indiscriminadamente, con el de empleador o empresario, cuando no, con los de acreedor o dador de trabajo, pensando que estos términos no son exactos. Resulta inadecuado el hablar de empleador, puesto que en nuestro sistema por lo que hace fundamentalmente a empresas de notable envergadura, caracterizadas por su paulatina despersonalización, no es el patrón quien emplea, si no el personal administrativo de la misma, especializado para tales menesteres. Tampoco resulta factible identificarlo como el empresario, toda vez que las relaciones de trabajo no se presentan exclusivamente dentro de la empresa, sino también dentro de otros sectores, tal es el caso, del trabajo doméstico. 84 La connotación de dador de trabajo no sólo es gramatical y fonéticamente inadecuada, sino que revela grandes deficiencias técnicas, como el designar de manera indistinta, tanto a la persona que ofrece el trabajo (patrón) como a la que lo realiza o proporciona (trabajador). El concepto de patrón, desprendido del perjuicio de poder resultar peyorativo para quienes concentran la riqueza, es sin duda el más idóneo, pues precisa la noción de la figura, despeja las confusiones y responde mejor que las tras acepciones a la realidad y tradición jurídicas de nuestro ordenamiento de trabajo. Con el propósito de obligar directamente al patrón con los trabajadores y evitar el subterfugio de la intermediación desvinculante, les establece expresamente que “los directores, administradores generales gerentes y demás personas que ejerzan funciones de dirección o administración en la empresa o establecimiento, serán considerados representantes del patrón y en tal concepto lo obligan en sus relaciones con los trabajadores45. La doctrina suele distinguir entre los patrones del sector privado y aquellos del sector público. Dentro de nuestro sistema, las relaciones de trabajo burocrático fueron substraídas al marco del derecho administrativo para regular tanto a nivel constitucional como legal, las vinculaciones entre el Estado y otros entes de carácter público, con el personal a su servicio. Siempre en el terreno teórico, además de su carácter de persona física o jurídica, de naturaleza pública o privada, puede estudiarse la figura del patrón como un simple ente de ipso o una mera asociación no reconocida. 45 Artículo 11 de la Ley Federal del Trabajo. 85 Si desde otra perspectiva el estudio del patrón se relaciona con las diferentes ramas de la actividad económica, entonces bien, puede hablarse de patrones industriales, comerciales, artesanales o agrícolas. Ahora bien, el concepto de patrón según el Doctor y Profesor Emérito Néstor de Buen, es “quien puede dirigir la actividad laboral de un tercero, que trabaja en su beneficio, mediante una retribución”46. Por otro lado, en la relación laboral existente entre los trabajadores al servicio del Estado, aunque la institución o dependencia, es el patrón directo del trabajador, existen a su vez los representantes del patrón, y que en ocasiones son los Directores, Administradores Generales y demás personas que ejerzan funciones de dirección y administración en la empresa; en consecuencia, obligan al patrón en sus relaciones con los trabajadores; lo anterior, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 11 de la Ley Federal del Trabajo. El mismo Néstor de Buen, considera que “los representantes del patrón como lo indica su nombre, no son sujetos de las relaciones de trabajo, pues su función consiste en representar ante el otro a uno o varios sujetos”47. En este sentido, los representantes del patrón en los órganos o instituciones encargados de impartir y administrar justicia en el Estado Mexicano, son los titulares de los órganos jurisdiccionales, es decir, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los magistrados de Circuito y Jueces de Distrito. De conformidad con el criterio que esgrime Carlos A. Morales Paulín, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, “asumen 46 DE BUEN, Néstor. Op. cit. P. 453. 47 Ibid. 86 colegiadamente la titularidad para los efectos de la relación laboral es decir, son los representantes físicos del Estado patrón”48. Esta institución resulta de gran importancia porque los representantes patronales realizan directamente funciones que se desarrollan en dichos órganos jurisdiccionales, como la contratación y despido del personal, la dirección de los servicios de los trabajadores, etc., de esta forma el patrón es el responsable directo de las actividades que realicen sus representantes. Estos no son sujetos de la relación de trabajo, puesto que su función únicamente consiste en representar al patrón frente a los trabajadores. Sobre este punto, la jurisprudencia también ha entendido que la relación laboral es entre el trabajador, persona física y el Estado, actuando como particular y que los titulares de las diversas dependencias públicas, son meros representantes estaduales, así en la materia judicial la condena que pueda dictarse debe ser a cargo del presupuesto del Poder Judicial de la Federación y nunca a cargo del patrimonio del funcionario demandado, tal y como lo sostienen las tesis del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que establecen: Séptima Época Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL PRIMER CIRCUITO Fuente: Apéndice 2000 Tomo: Tomo V, Trabajo, P.R. TCC Tesis: 48 1041 MORALES PAULÍN, Carlos A. Op. cit. P. 283. 87 Página: 670 TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO, RELACIÓN LABORAL DE DEPENDENCIAS LOS. LOS TITULARES BUROCRÁTICAS DE ÚNICAMENTE LAS SON REPRESENTANTES DEL ESTADO. Partiendo de la base de que conforme a la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, éste, en sus relaciones con los empleados públicos, es parte en los contratos de trabajo, de manera que se encuentra colocado en el mismo plano que dichos particulares, capaz, como ellos, de adquirir derechos y contraer obligaciones, resulta incuestionable correctamente el artículo 2o. que interpretando de la ley en cita, se llega a la necesaria conclusión de que los titulares de las dependencias burocráticas únicamente son representantes del órgano estatal, ya que la relación laboral se establece entre éste y el trabajador, quien presta sus servicios precisamente a la propia dependencia gubernativa y no al titular en lo personal. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo en revisión 220/79.-Víctor Antonio Ortiz Marín.-6 de marzo de 1980.-Unanimidad de votos.-Ponente: César Esquinca Muñoa. 88 Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Volúmenes 133-138, Sexta Parte, página 166, Tribunales Colegiados de Circuito. Séptima Época Instancia: Pleno Fuente: Apéndice 2000 Tomo: Tomo V, Trabajo, P.R. SCJN Tesis: 365 Página: 227 PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN Y SUS SERVIDORES, RELACIONES DE TRABAJO ENTRE EL. Teniendo en consideración que en el apartado B del artículo 123 de la Constitución Federal se encuentra establecida la naturaleza de las relaciones de trabajo entre el Poder Judicial de la Federación y sus trabajadores, y que los conflictos que se suscitan lo son entre dicho poder y uno de sus servidores, la condena que puede dictarse debe ser a cargo del presupuesto del Poder Judicial Federal y no a cargo del patrimonio del funcionario demandado. Conflicto de trabajo 1/71.- Isaías Peralta Peralta contra el Juez de Distrito en el Estado de Tlaxcala, registrado bajo el número 1/69 en la Comisión Substanciadora.-13 de abril de 1971.-Unanimidad 89 de diecinueve votos.-La publicación no menciona el nombre del ponente. Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Volumen 28, Primera Parte, página 46, Pleno. La figura del patrón en el Poder Judicial de la Federación, puede causar confusión, ya que a manera de ejemplo, en un tribunal colegiado de Circuito, pude existir duda en cuanto a quien será el jefe superior para efecto de dar trámite al levantamiento de un acta por cualquier causal de las previstas en la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, toda vez que en dichos tribunales están integrados por tres magistrados, por lo que al presentarse el caso surge la disyuntiva, de quien de los tres tendría que fungir como jefe de oficina, por lo que para el caso que nos ocupa, deberá ser el Magistrado Presidente, ya que en él recae la representación legal del tribunal de acuerdo a lo que establece el artículo 41 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. C) Subordinación y dependencia La subordinación es la característica más importante como elemento distintivo, que permite diferenciar a la relación laboral de otras relaciones o contratos jurídicos que le son semejantes. La ley anterior nos hablaba de dos conceptos, dirección y dependencia, lo que se prestó a que los tratadistas especularan que la dirección se refería a la facultad del patrón para ordenar como el trabajo debía hacerse y como realizarlo y la dependencia tenía un sentido económico, puesto que a través del salario el trabajador dependía del patrón. Sin embargo, estos conceptos no eran correctos del todo, pues un individuo puede prestar servicios a distintos patronos y la dependencia económica no podía atribuirse a uno de ellos; siendo también factible que una persona teniendo rentas o elementos propios, celebre un verdadero contrato sin que exista la dependencia 90 que se ha pretendido invocar. Tampoco puede tratarse de la dirección solamente, ya que el patrón no es un mero maestro, sino que necesita que el trabajador quede sujeto a su autoridad49. D) Remuneración Como ya se había mencionado, se entenderá por remuneración, a “la retribución que debe pagar el Patrón-Estado al trabajador, por su trabajo, integrándose con los pagos hechos en efectivo por cuota diaria, gratificaciones, percepciones, habitación, primas, comisiones, prestaciones en especie y cualquiera otra cantidad o prestación que se entregue al trabajador por su trabajo”50. Al efecto, el artículo 32 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, establece que el sueldo o salario que se asigna en los tabuladores regionales para cada puesto, constituye el sueldo total que debe pagarse al trabajador a cambio de los servicios prestados, sin perjuicio de otras prestaciones establecidas. Dichos niveles de sueldo del tabulador, que consignen los sueldos equivalentes al salario mínimo deberán incrementarse en el mismo porcentaje que aumente éste. Por lo que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, tomando en cuenta la opinión de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, fijará las normas, lineamientos y políticas que permitan establecer las diferencias en las remuneraciones asignadas para los casos de los alcances en los niveles de tabulador que se originen con motivo de los citados incrementos. 49 GUERRERO, Euquerio. Manual de Derecho del Trabajo. Ed. Porrúa. Novena Edición. México, 1977. P. 46. 50 BOLAÑOS LINARES, Rigel. Derecho Laboral Burocrático. Ed. Porrúa. México, 2003. P. 34. 91 Cabe señalar que, por su parte, el artículo 34 del mismo ordenamiento legal, establece que, la cuantía del salario uniforme, no podrá ser disminuida durante la vigencia del Presupuesto de Egresos que corresponda, y que por cada cinco años de servicios efectivos hasta llegar a veinticinco, los trabajadores tendrán derecho al pago de una prima como complemento del salario, fijándose en el Presupuesto de Egresos el monto o proporción de la misma. Asimismo, el artículo 37, establece que los pagos se efectuaran en el lugar en el que los trabajadores presten sus servicios y en moneda de curso legal o mediante cheque. E) Duración de la relación de trabajo La duración de la relación de trabajo entre los servidores públicos y el Poder Judicial de la Federación, se determina de conformidad con su nombramiento, que puede ser de forma interina por tiempo determinado, o por la definitividad que le otorga la base a algunos de ellos. Por lo que toca a los servidores públicos de confianza cabe señalar que por su tipo de nombramiento, no gozan de estabilidad en el empleo, situación que ya se ha precisado en líneas anteriores; sin embargo, el hecho de que los trabajadores de base tengan la definitividad en el puesto desempeñado, no implica que no puedan ser removidos cuando incurran en alguna de las causales de cese previstas en la fracción V del artículo 46 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado. Es importante dentro de este capítulo que hablemos de la inamovilidad judicial, y al respecto se dice que en su significado común, la expresión puede desgajarse en sus dos vocablos: la inamovilidad (de in y amovilidad), calidad de inamovible, que no se puede mover; y judicial (del latín iudiciaris), perteneciente al juicio, a la administración para la justicia o a la judicatura, es decir, aquél que pertenece a la judicatura no se le puede mover. 92 La mayoría de los doctrinarios han explicado esta figura judicial en el rubro de la independencia que debe corresponder al Poder Judicial, frente a otros órganos públicos o privados, pero su concepto puede entenderse en dos sentidos. Como la garantía (mejor es hablar del derecho público subjetivo) de que deben gozar los funcionarios judiciales, con los siguientes derechos: a) El de permanecer en sus puestos sin limitación de tiempo, y por ende el de no ser destituidos ad nutam, sino por las causas determinadas por la ley y mediante juicio en forma en que se demuestre la responsabilidad del funcionario; b) El de no ser trasladados a un puesto diferente para el que fueron designados, a no ser que medie voluntad del interesado; c) El de no ser suspendidos, sino siguiendo un procedimiento formal y por haber cometido una falta que amerite esa pena; y d) El de ser jubilados cuando hayan desempeñado sus funciones determinado número de años, fijado por la ley. A ellos puede incorporarse el derecho a la no disminución arbitraria de emolumentos, tal y como ya se encuentra previsto en la Constitución; así como aquella protección establecida por la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para que un magistrado de Circuito o juez de Distrito, no sea removido dentro de un plazo determinado, sin causa que lo justifique. De lo anterior se concluye que no basta de dotar a la judicatura de la independencia de la función judicial, sino que el propio juzgador necesita tener la certeza de que no será arbitrariamente removido de su puesto; resultando preciso asegurar al funcionario judicial dicha estabilidad en su encargo. Todavía más, se ha sostenido que la inamovilidad de los magistrados y jueces reposa en motivos de orden público, sin que sea sólo un privilegio del juzgador, 93 sino una garantía (derecho subjetivo público) establecida a favor del justiciable. La cual no únicamente se establece para favorecer la dignidad de las funciones jurisdiccionales, sino para garantizar con esta independencia, el valor de resistir amenazas y presiones que de por cualquier parte puedan venir, y emitir sus resoluciones apegadas a derecho. Dicha inamovilidad judicial es un valor indisolublemente ligado a la responsabilidad. Esta es necesaria para desempeñar el ejercicio de la función. Un asunto de la mayor relevancia política consiste en encontrar las condiciones para una magistratura que en ambos conceptos sea compatibles. Los caminos para alcanzarlas pueden ser los métodos de oposición para acceder al cargo, bajo reglas objetivas, generales, con procedimientos rigurosos y públicos, así como una efectiva inamovilidad para garantizar a los mejores jueces51. Desde este punto de vista, el principio de la inamovilidad debe fortalecerse estableciendo en las disposiciones legales, mayores dificultades para el acceso a la judicatura, sin caer en el error de conferir funciones a personas incapaces de desempeñar bien su función; asegurando permanencia para el justo y para el recto, y no para el prevaricador y el corrupto. Se pide que los juzgadores tengan una dedicación absoluta en la delicada labor que desempeñan, tal y como lo establece el artículo 101 de la Constitución Política, al establecer que los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, los magistrados de Circuito, los jueces de Distrito, los respectivos Secretarios, y los Consejeros de la Judicatura Federal, así como los magistrados de la sala superior del Tribunal Electoral, no podrán en ningún caso aceptar ni desempeñar empleo o encargo de la Federación, de los Estados, del Distrito 51 94 MELGAR ADALID, Mario. El Consejo de la Judicatura Federal. Ed. Porrúa. México, 2000, P. 40. Federal o de particulares, salvo los cargos no remunerados en asociaciones científicas, docentes, literarias o de beneficencia. Es así, como a través de la inamovilidad los juzgadores conservarán su independencia de criterio frente a los poderosos del momento y tendrán la seguridad de que al llegar a cierta edad en que no puedan trabajar eficazmente, se les jubile con el pago de emolumentos decorosos, lo que constituye un aliciente y una compensación por la tarea cumplida con fidelidad. La inamovilidad es la más importante de las garantías concedidas a los juzgadores, que tiende a asegurar su independencia al emitir sus resoluciones, respecto del mismo Consejo de la Judicatura, así como respecto con los otros Poderes de la Unión, al no depender de ningún funcionario judicial más que de la ley. F) Terminación de la relación laboral La terminación de los efectos del nombramiento de los trabajadores del Poder Judicial de la Federación, puede ser de dos tipos, temporal o definitiva. En cuanto a la temporal, cabe señalar, que esta figura tiene lugar ya sea por una licencia que de pudiera solicitar por parte del trabajador, cuando se encuentre incapacitado o con licencia para ocupar cargo diverso; o bien, en el caso de suspensión, misma que se da cuando los titulares de los órganos jurisdiccionales o el superior jerárquico en las áreas administrativas, solicita a la Comisión Substanciadora Única del Poder Judicial de la Federación, la separación provisional de un trabajador, cuando éste ha incurrido en alguna de las causales previstas por el artículo 46 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, y que hace imposible que continúe la relación de trabajo La terminación definitiva se configura a través de la renuncia del servidor público, su retiro o bien por despido. 95 Por lo que toca al despido, si el servidor público considera que éste fue injustificado, podrá demandar ya sea la indemnización o su reinstalación ante la Comisión Substanciadora Única del Poder Judicial de la Federación, contando con un plazo de cuatro meses improrrogables, contados a partir del día siguiente al que se efectuó el despido. De los conflictos entre el Poder Judicial de la Federación y sus servidores públicos Los conflictos laborales entre el Poder Judicial de la Federación y sus servidores públicos, se encuentra regulado por el Título Noveno, Capítulo I, de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, reglamentaria del Apartado “B” del artículo 123 de la Constitución Política, en el que se establece un procedimiento específico para resolver ese tipo de conflictos laborales, de los que conocerá la Comisión Substanciadora Única del Poder Judicial de la Federación, misma que se encuentra integrada por un representante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, nombrado por el Pleno de ésta; otro que nombrará el Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial de la Federación, y un tercero ajeno a uno y otro, designado de común acuerdo por los mismos, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 154 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado. Cabe destacar que el artículo 285 del Acuerdo General número 48/1998, del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, establece que la Comisión Substanciadora Única del Poder Judicial de la Federación, es el órgano administrativo encargado de tramitar los conflictos que se susciten entre el Poder Judicial de la Federación y sus servidores públicos, así como de establecer y elaborar con absoluta independencia, correspondientes, los que pondrá a disposición del Pleno. 96 los dictámenes La Comisión Substanciadora Única del Poder Judicial de la Federación tendrá el carácter de permanente y operará con un secretario de acuerdos, así como con los actuarios y empleados que le sean necesarios. El procedimiento que se lleva ante la Comisión, se desarrolla de conformidad con lo dispuesto por los artículos 126 al 147 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado; y únicamente para el desahogo de las pruebas se aplicará de manera supletoria la Ley Federal del Trabajo. Una vez llevado a cabo el procedimiento, la propia Comisión se encargará de emitir un dictamen el cual se somete, como ya se había mencionado al Pleno del Consejo de la Judicatura Federal para resolver en definitiva sobre el asunto de que se trate, teniendo dicha resolución de conformidad con lo dispuesto por el artículo 100 de la Constitución Política y de la Jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el carácter de inatacable, es decir, no admite recurso alguno en su contra. Cuando el Consejo resuelve los conflictos laborales con sus propios servidores públicos, asume funciones jurisdiccionales especializadas, actúa como tribunal burocrático de única instancia obligado a resolver en definitiva, mediante un laudo, apreciando las pruebas en conciencia y resolviendo a verdad sabida y buena fe guardada. Es importante mencionar que los conflictos que se suscitan entre la Suprema Corte de Justicia de la Nación y sus servidores públicos, serán resueltos por la propia Corte sin que intervengan en ellos el Consejo de la Judicatura Federal. Por su parte, los Doctores Hugo Ítalo Morales y Rafael Tena Zunk, estiman que: “la Comisión Substanciadora Única no es un tribunal jurisdiccional, ya que carece de las facultades de decisión y fuerza coactiva, sino que el legislador por las facultades jurídicas en este tipo de asuntos, simplemente optó por denominarle ‘comisión’ por sus funciones limitadas a la instrucción de los 97 conflictos; por otra parte, el Pleno de la Corte no actúa como tribunal social, aunque resuelve asuntos laborales con sus características de aplicación estricta de la ley”52. Es importante señalar que diversos autores proponen la creación de un Tribunal de Conciliación y Arbitraje del Poder Judicial de la Federación, argumentando entre otros aspectos que la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Consejo de la Judicatura Federal, se constituyen en juez y parte en el proceso laboral, lo que puede producir laudos formalmente legales, pero materialmente injustos. 1.3. Elementos Jurídico Administrativos y su Sistematización El autor Pedro Muñoz Amato, en su obra Introducción a la Administración Pública, manifiesta que “la preparación profesional para el servicio público forma parte del sistema educativo nacional de los países, pero es especial, pues esta centrada en los conocimientos, aptitudes y destrezas fundamentales que deben tener quienes ejercen la autoridad pública. Se trata de una preparación peculiar destinada fundamentalmente a formar a quienes atienden funciones administrativas, ejerciendo cargos públicos cuyo propósito es dirigir, supervisar, asistir y asesorar dentro de los gobiernos”53. El concepto de autoridad pública se encuentra íntimamente ligado al concepto de autoridad pública, mismo que de acuerdo al informe rendido por el entonces Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en 1959, Alfonso 52 MORALES, Hugo Ítalo y TENA ZUCK, Rafael. Legislación Federal del Trabajo Burocrático. Ed. Pac. Primera Edición. México, 1988. P. 164. 53 Op. cit. Citado por GUERRERO, Omar en El Funcionario, el Diplomático y el Juez. P. 53. 98 Guzmán Neyra, es el ejercicio de las atribuciones del Estado realizadas como actividades de gobierno, de Poder Público que implican soberanía e imperio54. En consecuencia de lo anterior, y en un sentido restringido, el funcionario público, será aquella persona física que se identifica con el órgano de la función pública y si su voluntad o acción trasciende como voluntad o acción del Estado, es decir, aquella persona que desempeña una función o servicio público, incluyéndose de esta manera tanto a los funcionarios como a los empleados públicos. Como ya se había mencionado, de conformidad con lo establecido por el artículo 4 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, los trabajadores podrán ser de base o de confianza, estableciendo el citado artículo 5 de dicho ordenamiento, quienes serán los trabajadores de confianza, precepto que establece que dichos cargos tienen entre sus características primordiales la dirección, como consecuencia del ejercicio de sus atribuciones legales, que de manera permanente y general le confieran representatividad e implique poder de decisión en el ejercicio del mando. Cabe recordar, que el artículo 8º de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, excluye de su ámbito de aplicación a los trabajadores de confianza, siendo esta únicamente de aplicación para los trabajadores de base. Es por ello que, los trabajadores de confianza de la federación se encuentran en una situación legal “sui generis”, ya que por una parte gozan de las medidas de protección al salario y de los beneficios de seguridad social, tal y como lo establece la fracción XIV, apartado “B”, del artículo 123 de nuestra Carta 54 Citado por DUHALT KRAUSS, Miguel en: Una selva semántica jurídica, Clasificación de los Trabajadores al Servicio del Estado. Ediciones INAP. México, 1977. P. 80. 99 Magna, pero no les es aplicable el citado ordenamiento, ni la Ley Federal del Trabajo, dado que se encuentran incluidos en el apartado “B”55. Es por ello que, el Doctor y Profesor Emérito Alberto Trueba Urbina, en su obra Legislación del Trabajo Burocrático, señala que “es conveniente que se expida un Estatuto Especial para los empleados de confianza, a efecto de que sean objeto de protección en el ejercicio de sus funciones, en la misma forma en que se hace con los miembros del Ejército, Armada, Servicio Exterior, etc”56. Lo anterior, toda vez que si bien, los trabajadores considerados de confianza, tendrán protección al salario y beneficios de seguridad social, éstos no gozarán de permanencia o estabilidad en el empleo, por lo que podrán ser despedidos injustificadamente57 o simplemente cuando ya no exista confianza. En el ámbito del Poder Judicial de la Federación, como ya se había mencionado, los artículos 100 constitucional, así como el 180 y 181, enumera a los trabajadores de confianza, siendo éstos quienes no gocen de estabilidad y permanencia en el empleo, gozando únicamente de las normas protectoras del salario y de los beneficios de seguridad social, por encontrarse excluidos del ámbito de aplicación de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado. En nuestro país el antecedente más remoto de la profesionalización, lo encontramos con la creación de la Secretaría de Cámara del Virreinato de la Nueva España en 1756. Lo que siempre cuidó la Corona fue que los cargos 55 CANTÓN MOLLER, Miguel. Derecho del Trabajo Burocrático. Ed. PAC. México, 1988. P. 85. 56 DUHALT KRAUSS, Miguel. Op. cit. P. 85. 57 BOLAÑOS LINARES, Rigel. Op. cit. Pp. 47-48. 100 públicos no fuesen heredados y que los administradores no se apropiaran de los medios administrados58. En el México Independiente, el antecedente lo encontramos en el Acuerdo sobre Organización y Funcionamiento del Servicio Civil, expedido por el Presidente Abelardo L. Rodríguez, el 9 de abril de 1934, emitido con vigencia limitada del 12 de abril al 30 de noviembre del mismo año. En dicho acuerdo se definió el servicio civil y se incluyó en él a las personas que desempeñarían cargos y comisiones dependientes del Ejecutivo de la Unión, exceptuando a los secretarios de estado, subsecretarios, oficiales mayores, directores, jefes de departamento, jefes de oficina, empleados numerarios y los que tuvieran carácter militar. Estableciéndose comisiones en las respectivas dependencias encargadas de vigilar el debido cumplimiento de las normas sobre ingreso a la administración y de los requerimientos para desempeñar los puestos de las categorías en que quedaba dividido el servicio. La vigencia limitada de este acuerdo impidió que llegara a tener una aplicación amplia, ya que además no se llegó a expedir una ley del Servicio Civil, de la cual era un anticipo59. Es así como la profesionalización, de acuerdo con sus antecedentes más inmediatos en México, puede subsanar la incertidumbre laboral en la que se encuentran éstos trabajadores, sin ser éste su fin primordial, toda vez que se trata de una preparación peculiar destinada a quienes atienden funciones administrativas, ejerciéndose cargos públicos cuyo propósito será dirigir, supervisar, asistir y asesorar dentro de los gobiernos60. De tal suerte, la 58 GUERRERO, Omar. Op. cit. P.433. 59 MORENO RODRÍGUEZ, Rodrigo. “La Administración de Personal Público en México”. En La Administración y el Desarrollo del Personal Público. Ed. Presidencia de la República. Coordinación General de Estudios Administrativos. México, 1980. P.22. 60 GUERRERO, Omar. El funcionario, el diplomático... Op Cit . P. 53. 101 formación será elemento indispensable para que tenga cabida la profesionalización. Omar Guerrero, en su obra “El funcionario, el diplomático y el juez”, señala que habrá de determinar cuál será la formación necesaria para las funciones a desempeñar. Es así como la profesionalización se sitúa en una etapa posterior a la formación de una persona, es decir, posterior a los estudios universitarios61. En este orden de ideas, la formación universitaria “tiene un carácter general y se elige preferentemente cuando se eligen funcionarios polivalentes, es decir, que sean capaces de seguir una carrera administrativa. Sin embargo, a menudo esta formación es abstracta y suele estar aislada de las realidades que tendrán que afrontar los servidores públicos”62. La Recomendación 117 de 1963 de la Organización Internacional del Trabajo, define a la capacitación profesional o formación profesional, como aquella destinada para preparar o readaptar a una persona para que ejerza un empleo, sea o no por primera vez, o para ser promovida en cualquier rama de la actividad económica, es decir, la formación profesional puede ser definida como el proceso de habilitación sistemático y continuo de un trabajador para desempeñar de manera eficiente las funciones que tiene encomendadas. Siendo esencial, la capacitación del trabajador dentro de su esfera profesional63. Asimismo el Manual de Administración Pública de Naciones Unidas apunta que la exigencia principal en el servicio es la administración de personal, puesto que 61 Ibid. 62 Debbasch. Citado por Omar Guerrero. P. 55. 63 Citado por MUGA, José Antonio y WALKER, Francisco. El Derecho Laboral en Iberoamérica. Editado bajo la dirección de Baltasar Cavazos Flores. Ed. Trillas. México, 1981. P. 366. 102 la eficiencia en la gestión de los negocios públicos depende primordialmente de la capacidad de las personas empleadas por el Estado. El mejoramiento de la organización (estructuras) y de los métodos y procedimientos, resultará ineficaz si el personal correspondiente no reúne las debidas condiciones de competencia. Cualquier plan de reforma administrativa necesita inexcusablemente, para lograr resultados satisfactorios, ir acompañado de una nueva actitud y una acrecentada aptitud por parte de los funcionarios públicos. La administración de personal debe tener la más alta prioridad en cualquier reforma administrativa. Un personal competente es la condición sine qua non de un servicio público eficaz. El conocimiento de las actitudes y aptitudes es pues, con el estudio de las estructuras y los procedimientos, una parte sustancial del análisis de los procesos administrativos64. Es así como el establecimiento de un sistema profesional va más allá de la capacitación y permanencia de la que puedan gozar los servidores públicos de confianza, en virtud de que se trata de un proceso de cambio, compuesto por normas, reglas y procedimientos administrativos, que diseñan y regulan el trabajo organizacional y su división, incluyéndose a la atmósfera institucional, los valores y conductas de los actores de la función pública. Es por ello que la profesionalización debe ser entendida como una serie de mecanismos que permitan hacer claras y transparentes las reglas que deban regir el desempeño de los servidores públicos; reglas que deben regir el ingreso, permanencia, movilidad, ascenso y en su caso separación de los servidores públicos. 64 CARRILLO CASTRO, Alejandro. La Reforma Administrativa en México. Ed. Miguel Ángel Porrúa. Cuarta Edición. México, 1980. Pp. 47-48. 103 Estos mecanismos habrán de permitir que la selección se haga considerando la formación pero también las capacidades y habilidades en función del puesto65. Bajo este tenor, la Organización de Naciones Unidas, entiende a la profesionalización como un cuerpo político permanente de funcionarios que forman parte de la espina dorsal de una administración nacional. Tal servicio tendrá como meta el ser eficaz, por lo que deberá ofrecer las perspectivas de una carrera digna y respetada, de tiempo completo, que tenga el carácter de vitalicio y que atraiga a las personas de capacidad superior y las retenga en el servicio de su país. Tal profesionalización sólo puede ser organizada sobre la base del llamado principio del mérito, es decir, del principio de que el ingreso al servicio, el nombramiento y el ascenso a grados superiores serán obtenidos por aquellas personas que hayan demostrado mérito y capacidad, sometiéndose a pruebas o exámenes objetivos e imparciales66. En este orden de ideas, los principios rectores de la profesionalización serán la certeza, legalidad, independencia, eficiencia, objetividad, imparcialidad, equidad y competencia por mérito, estableciendo los requisitos para el ingreso, permanencia, promoción en el servicio, a través de las evaluaciones objetivas que garanticen la igualdad de oportunidades. Para efectos de la profesionalización, dichos principios tendrán la siguiente acepción: 65 PERLMAN, Bruce J. y PINEDA, Juan de Dios. Una revisión inicial a la nueva Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal de México. VIII Congreso Internacional del CLAD sobre la reforma del Estado y Administración Pública. Panamá, 2003. P. 1. 66 Citado por BOANERGES GUINTO LÓPEZ, Jesús en El Servicio Civil de Carrera en la Administración de Justicia Federal. Cuaderno de Trabajo del Instituto de la Judicatura Federal 2/2000. Serie Roja, sobre la Carrera Judicial. México 2000. Pp. 3-4. 104 1. Certeza. Significará que el ingreso, permanencia, movilidad y ascenso se dará tomando en consideración el mérito y capacidad de los aspirantes, y nunca de manera digital, es decir, con el conocido dedazo. 2. Legalidad. Dicho principio implica para la administración pública un deber jurídico, toda vez que su aplicación se traduce a que todos los actos administrativos estén vinculados o conformes con el ordenamiento jurídico positivo. Su incumplimiento significa la violación de la ley y coloca a la administración pública en la ilegalidad, siendo la sanción la nulidad del acto. En la profesionalización, el ingreso, permanencia, movilidad, ascenso y separación de los servidores públicos, deberá atender a la capacidad que estos tengan y a los resultados obtenidos durante su desempeño, así como a las normas establecidas para tal efecto. Reinhold Zippeluis, señala que la legalidad significa que una función determinada del poder estatal se produce y se ejerce en forma jurídicamente determinada, mientras que la legitimación radica, ya sea en la aprobación crítica del Poder del Estado o en el consenso real67. 3. Independencia. Denota que no puede conseguirse el puesto más que por el mérito, capacidad, aptitudes y en su caso por el desempeño laboral. 67 ZIPPELIUS, Reinhold. Teoría General del Estado. Ed. Universidad Nacional Autónoma de México. Traducción directa del alemán por Héctor Fix-Zamudio. México, 1985. P.126. 105 La independencia de los servidores públicos presupone que éstos sean seleccionados conforme al principio de rendimiento, el cual no solo promueve la eficiencia, sino que elimina el influjo de los intereses. Mientras no se hallen providencias institucionales adecuadas que garanticen que los servidores públicos sean promovidos estrictamente según su aptitud, capacidad y rendimiento profesional, el campo del oportunismo seguirá siendo amplio. Sin estas garantías aún el funcionario vitalicio queda expuesto, a la tentación de ser parcial en todo caso cuando ya no espera una promoción o ya no se le tome en cuenta para un traslado68. 4. Eficiencia. Implica que la profesionalización se encuentre encaminada a cumplir con los objetivos y metas de cada institución, pero sobre todo que los servidores públicos tengan la capacidad de atender las necesidades de la población. La eficiencia comprende el interés del rendimiento de la burocracia y el acceso a sus puestos se asocia básicamente con la comprobación de la cualificación profesional, misma que se demuestra con competitivas. un examen presentado bajo condiciones Esto ocurre bajo la suposición, frecuentemente confirmada, de que por regla general, el rendimiento profesional es equivalente al de un examen, si es que el sistema de reconocimiento utiliza criterios de selección adecuados al empleo, esto es, si el rendimiento exigido en la prueba próxima se aproxima lo más posible al requerido en la ocupación a 68 106 Ibid. P. 384. desempeñar, produciéndose el ascenso con base en los conocimientos y experiencia profesional adquirida69. 5. Objetividad. Significa el desinterés en el ingreso, permanencia, movilidad y ascenso a favor de una persona en específico, ya que únicamente deberá tomarse en cuenta la capacidad de los candidatos, así como el hecho de que su formación sea acorde al perfil del puesto. 6. Imparcialidad. Será el desinterés frente a las partes, trato sin favoritismos. Consideración equidistante y ecuánime. El interés e inequidad se contraponen al concepto de imparcialidad70. 7. Equidad. Se entiende por equidad fundamentalmente lo justo. Al fin y al cabo la palabra equidad expresa una de las dimensiones de justicia, a saber, el principio de equidad o proporcionalidad. En tal sentido, justicia y equidad resultan vocablos sinónimos. 8. Competencia por mérito. Que en la competencia por el ingreso, permanencia y ascenso será tomado en cuenta el mérito y habilidades de los aspirantes, a fin de atraer a personas de capacidad superior. Antes de enfocar estos conceptos a la esfera jurídica del Poder Judicial de la Federación, habremos de distinguir el aspecto dual de la administración para la justicia, toda vez que conjuga actividades funcionales ligadas al ejercicio de la función pública judicial. Este primer aspecto será el de impartición de justicia, labor exclusiva del judicante; servicio público en el ámbito judicial que se 69 Ibid. Zippelius. P. 382. 70 Enciclopedia Jurídica OMEBA. Tomo XVIII. Ed. Bibliográfica Argentina. Buenos Aires, 1967. P. 30. 107 traduce en la interpretación y aplicación de las normas jurídicas para resolver conflictos y desactivar crisis. Ahí radica la función social y la justicia se expresa en un servicio socio económico71. Parte de esta expresión dual, es la que corresponde a las actividades institucionales, gestión administrativa, financiera, de personal, capacitación de infraestructura física y tecnológica, de percepción de justicia funcional en la comunidad y de gestión de la carrera judicial72. Expresión dual que es consecuencia de lo establecido en el artículo 94 primer y segundo párrafos de la Constitución Política. Artículo 94. Se deposita el ejercicio del Poder Judicial de la Federación, en una Suprema Corte de Justicia, en un Tribunal Electoral, en Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito, y en Juzgados de Distrito. La administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, estarán a cargo del Consejo de la Judicatura Federal en los términos que, conforme a las bases que señala esta Constitución, establezcan las leyes. Asimismo, el artículo 1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, establece lo siguiente: Artículo 1. El Poder Judicial de la Federación se ejerce por: I. La Suprema Corte de Justicia de la Nación; II. El Tribunal Electoral; 71 Ibid. Tomo V. P. 22. 72 Ibid. 108 III. Los Tribunales Colegiados de Circuito; IV. Los Tribunales Unitarios de Circuito; V. Los Juzgados de Distrito; VI. El Consejo de la Judicatura Federal: VII. El Jurado Federal de Ciudadanos; y, VIII. Los Tribunales de los Estados y del Distrito Federal en los casos previstos en el artículo 107, fracción XII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los demás, en que, por disposición de la Ley, deban actuar en auxilio de la Justicia Federal. Derivado de lo anterior, Jesús Boanerges Guinto López, clasifica las actividades funcionales e institucionales de la administración para la justicia, así como las de rectoría del Poder Judicial de la Federación73, misma que resulta imprescindible a fin de establecer cómo se dará la profesionalización en el ámbito del Consejo de la Judicatura Federal. A) Actividades funcionales Éstas son las ejercidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, los Tribunales Colegiados de Circuito, los Tribunales Unitarios de Circuito, Juzgados de Distrito, así como por los Tribunales de los Estados y del Distrito Federal, previstos por el artículo 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los demás en que por disposición de la ley, deban actuar en auxilio de la justicia federal, omitiéndose de este rubro al Jurado Federal de 73 BOANERGES GUINTO LÓPEZ, Jesús. El Servicio… Op. cit. P.p. 23-25. 109 Ciudadanos, por tratarse de una figura de derecho vigente mas no de derecho positivo74. Al respecto, Couture, en el sentido técnico y preciso de la jurisdicción, la define como una función pública, la función de los órganos del Estado. Jurisdicción que se ejerce mediante la aplicación del derecho y sólo se realiza por medio del proceso. Lo cual significa que dicha función sólo se puede poner en movimiento una vez que la parte actora o acusadora haya iniciado el ejercicio de la acción; y que la propia función sólo se puede desenvolver, y encauzar precisamente por medio de este método dialéctico de debate, acciones y excepciones, de discusión sobre hechos y fundamentos de derecho, de conocimiento y resolución de litigios, que en el proceso75. De lo anterior se desprende que dichas actividades funcionales recaerán propiamente en los juzgadores, quienes son los encargados de interpretar y aplicar las normas jurídicas para resolver conflictos entre las partes de un proceso. B) Actividades institucionales Se trata de aquellas enfocadas a la administración para la justicia federal, mismas que son desarrolladas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su ámbito administrativo; por el Tribunal Electoral, cuya administración, vigilancia y disciplina corresponderá al Consejo de la Judicatura Federal, en términos de lo establecido por los artículos 94, 99 y 100 de la Constitución Política76. 74 Ibid. 75 URRIBARRI CARPINTEIRO, Gonzalo. El arbitraje en México. Ed. Oxford University Press. Primera Edición. México, 1999. P. 20. 76 BOANERGES GUINTO LÓPEZ, Jesús. El Servicio… Op. cit. P.p. 23-25. 110 Al respecto, cabe señalar que la expresión administración para la justicia, según el sentido de las palabras, pretende significar una actividad que garantice o realice el orden jurídico. Esta expresión encierra un equívoco sobre la naturaleza del orden jurídico y de la aplicación del derecho. Si aceptamos con la doctrina corriente que existe una actividad para asegurar o realizar el orden jurídico que no coincide por completo con la ejecutiva, no podremos desconocer que el tipo de actividades cobijadas bajo aquella expresión las veremos esparcidas en los dos dominios parciales de la ejecución, el propio de los órganos administrativos y el de los órganos judiciales. Si identificamos justicia y administración para la justicia y nos mantenemos estrictamente en el significado de esta última expresión, se produce una demarcación de las lindes entre la justicia y la administración, que se aparta mucho de la corriente77. C) Actividades de rectoría La rectoría y competencia en la elaboración de políticas públicas para la administración de la carrera judicial federal, corresponde de manera directa al Consejo de la Judicatura Federal, en cuya integración intervienen, deciden, acuerdan y ejecutan el diseño del servicio civil de carrera y el estatuto profesional de los juzgadores miembros de la judicatura, y a quienes nombra el Poder Legislativo por conducto de la Cámara de Senadores y el Poder Ejecutivo78. Si bien, dentro de las actividades de rectoría se encuentra el diseño del servicio civil de carrera, dicho diseño en el ámbito del Poder Judicial de la Federación, únicamente se encuentra enfocado a la carrera judicial, es decir, si existen reglas claras respecto del ingreso, permanencia, movilidad y ascenso, para 77 MERKL, Adolfo. Teoría General del Derecho Administrativo. Ed. Nacional. México, 1975. P.p. 34-35. 78 Ibid. 111 aquellos que realizan actividades funcionales, a quienes además se les evalúa por desempeño. Lo anterior da como resultado que aquellos servidores públicos del Consejo de la Judicatura Federal, quienes desempeñan funciones meramente administrativas, carezcan de un sistema profesional de carrera, ya que si bien existen requisitos para su ingreso y gozan de constante capacitación a través del Instituto de la Judicatura Federal, nunca obtendrán un nombramiento de servidor público de carrera, lo que se traduce en la no permanencia en el puesto que desempeñan, sin que a su vez se dé la promoción en el servicio, a través de evaluaciones objetivas que aseguren la igualdad de oportunidades. Los trabajadores administrativos del Consejo de la Judicatura Federal, a quienes nos hemos referido en el párrafo que antecede, son precisamente algunos de los señalados en el artículo 181 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, es decir, los secretarios ejecutivos, secretarios de comisiones, secretarios técnicos, directores generales, directores de área, visitadores, defensores públicos, asesores jurídicos y personal técnico del Instituto Federal de Defensoría Pública, de la Visitaduría Judicial y de la Contraloría del Poder Judicial de la Federación, subdirectores, jefes de departamento, oficiales comunes de partes, así como el personal de apoyo y asesoría de los servidores públicos de nivel director general o superior, cajeros y pagadores. Excluyéndose a los titulares de los órganos jurisdiccionales, por encontrarse incluidos en la carrera judicial. La profesionalización de dichos servidores públicos del Consejo de la Judicatura Federal que se sugiere, estará integrada por los siguientes elementos: 112 I. Catálogo de Puestos, II. Reclutamiento y Selección, III. Ingreso, IV. Formación y Desarrollo, V. Evaluación permanente, VI. Promoción, VII. Incentivos, y VIII. Separación. I. Catálogo de puestos Miguel Duhalt Krauss, establece que dentro de la administración pública federal, el documento equivalente a la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones, es precisamente el Catálogo de Empleos de la Federación, constituyendo el cuadro básico de empleos que se funda en la administración pública federal para fijar las categorías aplicables a las diferentes labores que desempeñan los trabajadores al servicio de la Federación, siendo su objetivo primordial, la evaluación de empleos, a fin de que las remuneraciones guarden una estrecha relación con las funciones que desempeñe el servidor público79. A su vez, Agustín Reyes Ponce, en su obra “Administración de Personal”, expone que “el método de evaluación se distingue por el establecimiento previo de cierto número de categorías en las que deben ser clasificados los distintos puestos, integrándose en la misma categoría los puestos que son considerados como equivalentes”. Esto es, el método establece que dentro de cada categoría se clasificarán un gran número de “unidades impersonales de trabajo o puestos”, y que cada puesto supone un determinado número de “posiciones individuales o plazas”80. 79 DUHALT KRAUSS, Miguel. Una Selva… Op. cit. P. 29-31. 80 Ibid. 113 En este orden de ideas, la fracción XXIV del artículo 31 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, confiere a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la facultad de ejercer el control presupuestal de los servicios personales, así como, en forma conjunta con la Secretaría de la Función Pública, aprobar las estructuras orgánicas y ocupacionales de las dependencias y entidades de la administración pública federal, y sus modificaciones, así como establecer normas y lineamientos en materia de administración de personal. Actualmente, el Anexo 11 del Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2005, establece los límites de percepción ordinaria neta mensual de los servidores públicos de la administración pública federal, estableciendo el artículo 43 del mismo, la obligación a cargo del Poder Judicial de la Federación de publicar a más tardar el 28 de febrero, el Manual de Percepciones para cada uno de sus servidores públicos, en el que se proporcionará la información completa y detallada relativa a las percepciones monetarias u en especie, prestaciones y demás beneficios, para cada uno de los niveles jerárquicos que lo conforman. Es así como el 28 de febrero de 2005, se publica en el Diario Oficial de la Federación, el Acuerdo del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se autoriza el Manual de Sueldos, Prestaciones y demás Beneficios, de los Servidores Públicos del Consejo de la Judicatura Federal, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral, mismo que se tomará como referencia a fin de determinar quienes quedarán comprendidos en el sistema de profesionalización que se propone. En este orden de ideas, los niveles y puestos establecidos en el Acuerdo Plenario de referencia, son los siguientes: 114 NIVEL PUESTO 36M Consejero Ponencia 36º Titular Órgano Auxiliar y Director General del Instituto 36P Vocal 36 Secretario Ejecutivo y Contralor del Poder Judicial de la Federación 36S Visitador Judicial 36 Magistrado de Circuito 35ª Juez de Distrito 33E Director General y Titular de Unidad Administrativa. 33H Visitador Judicial “B ” y Secretario de Comisión Permanente Secretario Técnico de Ponencia de Consejero 33J Secretario Técnico “A” 33B Secretario de Gestión y Cumplimiento 33C Coordinador de Asesores 30 E Delegado, Director de Área y Secretario Tribunal. 32ª Secretario Particular de SPS∗ 36 31ª Líder de Proyecto y Secretario Particular de SPS 35 31C Secretario Particular de SPS 33 30 Defensor Público, Supervisor (defensores), Secretario Juzgado y (∗) Se refiere al nivel de los Servidores Públicos. 115 Asesor Jurídico 29 Subdirector de Área, Dictaminador Especializado y Actuario Judicial 29ª Secretario Privado SPS 36 y Coordinador Administrativo SPS 33 28 Jefe de Departamento, Dictaminador, Auditor, Coordinador Técnico, Secretario Auxiliar de Secretario Particular, y Auxiliar Administrativo 27C Secretaria Ejecutiva SPS, Secretaria Vocal, Analista Jurídico, Jefe de Oficina de Correspondencia Común y Taquígrafa Judicial Parlamentaria 27B Analista Especializado, Oficial Judicial, Oficial de Partes, Auxiliar de Actuario, Oficial Auxiliar, Oficial Administrativo, Asesor Social y Jefe de Grupo de Seguridad 27ª Chofer funcionario y Secretaria Ejecutiva A 27ZC Secretaria A, Chofer de funcionario SPS 36, Secretaria Ejecutiva B y Analista Profesional 27 Jefe de Oficina, Secretaria B, Enfermera Especializada, Educadora, Programador Especializado y Oficial de Seguridad 25 Analista Administrativo, Secretaria C, Especialista Técnico, Chofer de SPS, Técnico en Computación, Jefe de Servicios y Mantenimiento Especializado, Ayudante de Servicios SPS 23 Auxiliar de Administrador, Jefe de Servicios y Mantenimiento, Cocinera, Chofer, Operador de Equipo, Niñera, Ayudante de Servicios 21 Oficial de Servicios y Mantenimiento. 116 Recordando lo establecido por el artículo 110 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, al establecer que la carrera judicial por lo que al Consejo de la Judicatura Federal se refiere, estará integrada por las categorías de magistrados de Circuito, jueces de Distrito, secretarios de Tribunal de Circuito, secretarios de Juzgado de Distrito y actuarios del Poder Judicial de la Federación, en el sistema de profesionalización que se propone, dichas categorías quedarán excluidas, por regularse por los principios y normas rectoras de la carrera judicial. En cuanto a los Consejeros integrantes del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, atendiendo a lo dispuesto por el párrafo quinto del artículo 100 de la Constitución Política, éste establece que durarán en su encargo cinco años, salvo en caso del Presidente del Consejo, toda vez que el nombramiento recaerá en el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya que cada cuatro años, los ministros de la Corte, designarán de entre ellos a su Presidente81. De tal suerte, ni al Presidente del Consejo ni a los Consejeros, les será aplicable el sistema de profesionalización que se propone, lo anterior, con fundamento en las siguientes consideraciones jurídicas: a) Se trata de cargos que por ley o mandato constitucional están sujetos a temporalidad; b) El nivel de Consejero Presidente, es inherente al de Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, motivo por el cual, la permanencia será contraria a la Constitución. 81 Artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 117 c) Los Consejeros ostentan el nivel más alto en el Consejo de la Judicatura Federal, tal y como lo prevé el Acuerdo del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se autoriza el Manual de Sueldos, Prestaciones y demás Beneficios de los Servidores Públicos del Consejo de la Judicatura Federal, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral, motivo por lo que no existe posibilidad de ascenso. Es por ello que, dicha profesionalización, como ya se ha manifestado, se limita a los trabajadores administrativos de confianza del Consejo de la Judicatura Federal, de conformidad con el artículo 110 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y tomando en consideración el catálogo de puestos del citado Manual de Percepciones, a los niveles siguientes: NIVEL PUESTO 36º Titular Órgano Auxiliar y Director General del Instituto 36P Vocal 36 Secretario Ejecutivo y Contralor del Poder Judicial de la Federación 36S Visitador Judicial 33E Director General y Titular de Unidad Administrativa. 33H Visitador Judicial “B ” y Secretario de Comisión Permanente Secretario Técnico de Ponencia de Consejero 33J Secretario Técnico “A” 33B 118 Secretario de Gestión y Cumplimiento 33C Coordinador de Asesores 30 E Delegado, Director de Área y Secretario Tribunal. 32ª Secretario Particular de SPS 36 31ª Líder de Proyecto y Secretario Particular de SPS 35 31C Secretario Particular de SPS 33 30 Defensor Público, Supervisor (defensores) y Asesor Jurídico 29 Subdirector de Área y Dictaminador Especializado 29ª Secretario Privado SPS 36 y Coordinador Administrativo SPS 33 28 Jefe de Departamento, Dictaminador, Auditor, Coordinador Técnico, Secretario Auxiliar de Secretario Particular, y Auxiliar Administrativo. En estas categorías es deseable que se establezcan mecanismos formales e informales de comunicación, por jerarquía y por función entre los servidores públicos, con el objeto de que no se limite la ejecución de las decisiones, debiendo ser igual de estrecha la comunicación entre los particulares y el gobierno, a fin de que el ciudadano común encuentre respuesta efectiva y oportuna a sus demandas e inquietudes, de tal suerte, que no sólo sean la denuncia y los trámites burocráticos los móviles que lo animen a acercarse a la autoridad82. 82 CASTELAZO, José R. Nuestra Clase Gobernante. Ed. Centro de Investigaciones en Administración Pública y Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. México, 1984. P.p. 388-389. 119 II. Reclutamiento y selección Por lo que toca al reclutamiento, el Acuerdo General 5/2000 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, determina la adscripción de las diversas unidades administrativas a la presidencia del mismo, y actualiza las atribuciones del secretariado ejecutivo con las direcciones generales que le corresponden. Al respecto, el artículo 14 del citado Acuerdo General, establece en su fracción V, artículo 14, que corresponderá a la Secretaría Ejecutiva de Administración, el establecer previa autorización de la Comisión de Administración o del Pleno del Consejo, las políticas y normas que regulen en reclutamiento, selección, nombramiento, remuneraciones, prestaciones, capacitación y desarrollo de los servidores públicos adscritos al Consejo. Asimismo, su artículo 21 establece como atribución a cargo de la Dirección General de Recursos Humanos, el dirigir y coordinar la aplicación de las políticas y normas nombramiento o que regulen contratación, el reclutamiento, capacitación registro, administrativa, selección, desarrollo, prestaciones, servicios y movimientos del personal del Consejo. III. Ingreso El ingreso laboral al Poder Judicial de la Federación, actualmente se rige por la circular SEA/011/96, de la Comisión de Administración, en la que se establecen las normas generales para el ingreso del personal administrativo del Consejo de la Judicatura Federal, mismas que fueron aprobadas en sesión del Pleno, de fecha 16 de febrero de 1996, incluyéndose en su ámbito de aplicación tanto al personal del Consejo como al de los órganos auxiliares y administraciones regionales de éste. Las normas generales para el ingreso a las áreas administrativas, establecen como requisito para aceptar propuestas de nombramiento, el anexar copia de 120 los resultados obtenidos en los exámenes psicométrico, técnico en su caso, así como el médico, todos estos aplicados por la Dirección General de Recursos Humanos del Consejo de la Judicatura Federal. A su vez, la Comisión de Administración, mediante circular SEA/004/2003, de fecha 24 de marzo de 2003, establece los criterios para nombrar y prorrogar los nombramientos por tiempo indefinido a favor de los servidores públicos de confianza, es así como para el personal de mandos medios y superiores de los órganos administrativos y auxiliares, que sean designados por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, su nombramiento tendrá el carácter de indefinido desde el inicio de su encargo. Para el resto de los servidores públicos de confianza, existirá un nombramiento inicial por un plazo de seis meses, prorrogándose por tiempo indefinido cuando exista alguno de los siguientes supuestos: a) Que el titular del área correspondiente así lo solicite, previo al término del nombramiento inicial, o b) Cuando transcurran seis meses continuos al nombramiento en el mismo puesto y el titular respectivo solicite su renovación, aún cuando dicho nombramiento sea por tiempo determinado. Dichos lineamientos se ratifican mediante lo establecido por las circulares ADM/002 y SEA/008/2003, ambas de la Comisión de Administración, de fechas 10 de abril de 2003 y 8 de agosto de 2002 respectivamente. Tal y como se desprende de lo anterior, en ingreso al Poder Judicial de la Federación, por lo que toca a los puestos de carácter administrativo, no existe el principio de competencia por mérito, es decir, no se evalúa a los aspirantes de manera previa al nombramiento, por lo que no se toma en cuenta ni el mérito ni las habilidades de los aspirantes, desconociéndose si se está atrayendo a 121 personas de una capacidad superior. De tal suerte se propone que el ingreso sea mediante concurso de oposición, acreditando de manera previa los exámenes de los cursos de capacitación y formación. En este orden de ideas, para contar con un Consejo de la Judicatura profesionalizado, íntegro y eficaz que pueda satisfacer tanto las necesidades de los órganos jurisdiccionales como las de la sociedad, se propone que en materia de profesionalización, que la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación, sea la encargada de regular la planeación, organización, operación, desarrollo, control y evaluación del sistema de profesionalización judicial, para los trabajadores administrativos del Consejo de la Judicatura Federal, ya señalados, conociendo de todas y cada una de las etapas de dicho sistema, con apoyo de la Comisión de Administración, así como del Instituto de la Judicatura Federal. La Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación, asimismo será la encargada de determinar los procesos para llevar a cabo los concursos de oposición, mediante los acuerdos y convocatorias que al efecto se expidan, en las que se establecerán los requisitos de ingreso, perfil que deberán cubrir los aspirantes, formación profesional y académica requerida, así como los cursos de capacitación a los que habrán de ingresar, exámenes a los que se habrán de someter, vigencia de éstos e integración del jurado calificador. Convocatorias que deberán de publicarse en el sitio de Internet del Consejo de la Judicatura Federal, dando siempre preferencia a los candidatos internos en caso de empate. IV. Formación y desarrollo La formación y desarrollo de los servidores públicos, no es tema nuevo en el ámbito del Poder Judicial de la Federación, ya que mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación del 30 de diciembre de 1977, se reformó el 122 artículo 97 de la anterior Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, surgiendo de esta manera el Instituto de Especialización Judicial (actual Instituto de la Judicatura Federal), mismo que disponía lo siguiente: “Funciona el Instituto de Especialización Judicial, para preparar y capacitar al personal del Poder Judicial de la Federación y a quienes aspiren a ocupar un cargo en el mismo...”83. Es así como la actual Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en su artículo 92 establece lo siguiente: Artículo 92. El Instituto de la Judicatura Federal, es el órgano auxiliar del Consejo de la Judicatura Federal, en materia de investigación, formación, capacitación y actualización de los miembros del Poder Judicial de la Federación y de quienes aspiren a pertenecer a éste. El funcionamiento y atribuciones del Instituto de la Judicatura se regirán por las normas que determine el Consejo de la Judicatura Federal en el reglamento respectivo. Asimismo, el artículo 96 de la misma ley, establece que el Instituto de la Judicatura Federal llevará a cabo los cursos para la preparación de los exámenes correspondientes a las distintas categorías que componen la carrera judicial; sin embargo, como podemos observar dichos cursos y exámenes se encuentran enfocados únicamente a la carrera judicial. En virtud de ello, y tomando en consideración que la formación y desarrollo, se encuentra orientada a ofrecer a aquellas personas que deseen ingresar al sistema de profesionalización judicial, conocimientos básicos, profesionales y especializados, que les permitan mejorar y aumentar sus habilidades y aptitudes, a fin de que en el ejercicio de la función judicial, den mejores 83 MORALES PAULÍN, Carlos. Op. cit. P. 51. 123 resultados al Poder Judicial de la Federación, dicho precepto debería de reformarse a fin de los cursos y exámenes preparados por el Instituto, sean impartidos y aplicado al personal administrativo de confianza del Consejo de la Judicatura Federal. Bajo este tenor, Omar Guerrero, señala que “la opción entre la formación universitaria y la administrativa deriva en el dilema entre el especialista y el generalista. A favor de la primera opción, se dice que los servidores públicos deben estar especializados para ocupar los cargos que les son asignados. Ello obedece a la tecnicidad de las tareas administrativas, que reclama que cada servidor público reciba una formación adaptada al puesto que desempeñará. Tal demanda de especialización en oficio determina, por ejemplo, que los funcionarios hacendarios no reciban la misma formación que los servidores públicos del exterior o los funcionarios de la administración de justicia”84. De la misma forma, la formación que se requiera se encuentra íntimamente ligada al puesto, ya que los conocimientos que se requieran de un puesto a otro, variarán según sea el caso. Es por ello, que el Instituto de la Judicatura Federal, atendiendo al catálogo de puestos del Poder Judicial de la Federación, auxiliará a la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación, en la organización de cursos y exámenes de ingreso al sistema, que se requieran para cada puesto o área del Consejo de la Judicatura Federal. Tomando en consideración lo anterior, se deberá reformar el artículo 95 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para dotar al Instituto de dichas facultades, en aras de consolidar el sistema de profesionalización judicial. Siendo necesaria a su vez, la reforma al artículo 96 del mismo ordenamiento, para quedar en los siguientes términos: 84 124 GUERRERO, Omar. Op. cit. P. 62. Artículo 96. El Instituto de la Judicatura Federal llevará a cabo los cursos para la preparación de los exámenes correspondientes a las distintas categorías que componen la carrera judicial y las del sistema de profesionalización judicial, auxiliando permanentemente al Consejo de la Judicatura Federal en cada una de las etapas de éste, en especial, en los procesos para llevar a cabo los concursos de oposición, mediante los acuerdos y convocatorias que al efecto se expidan. Asimismo, se encargará de la evaluación permanente de los servidores públicos del Consejo, a fin de que éstos tengas oportunidad de promoción, incentivos y obtención del nombramiento de servidor público de carrera, auxiliando a la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación para que esta expida dicho nombramiento, con base en el resultado de los exámenes aplicados por el Instituto. De tal suerte, y tomando en consideración los resultados de la evaluación al sistema de profesionalización judicial, será la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación, la única facultada para expedir los nombramientos de “servidor público de carrera”, enfocado como ya se había mencionado, a aquellos servidores públicos de confianza del Consejo de la Judicatura Federal, que no se encuentren comprendidos en la carrera judicial, quedando excluidos a su vez los Consejeros, por las razones expuestas con antelación. V. Evaluación permanente En los sistemas de profesionalización, la evaluación del desempeño, como es en el caso norteamericano, prevé dicha evaluación tanto para los individuos como para los órganos o grupos. La primera de ellas, es la mención del rendimiento del servidor público, y la segunda, la productividad de la unidad. 125 Sin embargo, para tener evaluación del desempeño, hay que asegurar dos elementos clave. Primero, que la información llegue a manos de los empleados en sí y que también aquellos tomen decisiones a través de información específica sobre conducta. Segundo, que los resultados de la evaluación estén vinculados al pago, la idea es tener un sistema que se asemeje al mercado, a mayor rendimiento, mayor pago”85. El sistema norteamericano también cuenta con un sistema de disciplina progresiva, capacitación y desarrollo de empleados, apuntado a resolver sus deficiencias a través de la evaluación, ya que lo que se persigue es tener éxito, en donde los empleados serán premiados y tendrán incentivos para el desarrollo de sus capacidades. Otro elemento clave de la profesionalización en el sistema norteamericano lo es la transparencia en la información del servicio público. Es importante crear una buena imagen institucional, pues sin ella no se pueden atraer recursos humanos al servicio civil. Lo que implica que toda la información sobre el rendimiento y productividad de las instituciones esté disponible al público. Por lo que toca a México, la Ley del Servicio Profesional de Carrera, prevé la creación de un sistema permanente e imparcial de evaluación y capacitación, que tiene como objetivo, el lograr una administración pública eficiente y eficaz, con capacidad técnica y profesional para el servicio público, garantizando el adecuado funcionamiento de las instituciones para la ejecución de sus planes y programas. Otorgando dicha evaluación, los parámetros para obtener ascensos, promociones, premios, estímulos y así garantizar la estabilidad laboral. 85 126 PERLMAN, Bruce J. y PINEDA, Juan de Dios. Op. cit. P.p. 5-6. La Ley del Servicio Profesional de Carrera, define a la evaluación del desempeño, como el método mediante el cual se medirán tanto en forma individual como colectiva, los aspectos cualitativos y cuantitativos del cumplimiento de las funciones y metas asignadas a los servidores públicos, en función de las habilidades, capacidades y adecuación al puesto86. En el ámbito del Poder Judicial de la Federación, por lo que a evaluación se refiere, mediante el Acuerdo General 26/1999, se creó la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación del Consejo de la Judicatura Federal, publicado en el Diario Oficial de la Federación, el día 17 de septiembre de 1999. Entre las facultades de dicha Comisión, se encuentran las siguientes: • Vigilar el cumplimiento de los programas institucionales, así como el proponer medidas pertinentes para el óptimo funcionamiento del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral; • Establecer en el ámbito de su competencia, medios adecuados de vigilancia, información y evaluación del Poder Judicial de la Federación, como apoyo a la toma de decisiones tendientes a garantizar su autonomía y preservar la independencia e imparcialidad de sus miembros, cuidando que su actuación se apegue a los principios de excelencia, profesionalismo y objetividad; • Formular criterios normativos de operación y evaluación, y someterlos a la aprobación del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal; • Elaborar los estudios, en el ámbito de su competencia para establecer los criterios de evaluación en materia de reconocimientos, estímulos, 86 Artículo 54 de la Ley del Servicio Profesional de Carrera. 127 ascensos y promociones del personal del Poder Judicial de la Federación, en los que tendrá en cuenta el desempeño profesional, antigüedad, grado académico y los elementos adicionales que el propio Consejo estime necesarios; • Participar en la esfera de su competencia, en la preparación de los criterios de evaluación para el ingreso, capacitación, ratificación, adscripción y remoción del Personal del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral, a fin de que puedan ser propuestos a la consideración del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal; • Actuar como instancia consultiva en los asuntos a que se refieren los dos puntos anteriores, con el propósito de proveer a las áreas competentes de los elementos necesarios para la toma de decisiones; y • Las demás que determine el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal. En este orden de ideas, será la Secretaría Ejecutiva de Vigilancia, Información y Evaluación, de conformidad con lo establecido por el artículo 34 del Acuerdo General 5/2000, quien apoyará al Consejo de la Judicatura Federal, en la implementación de todas aquellas acciones tendientes al eficaz funcionamiento del Poder Judicial de la Federación, así como de la correcta adopción de criterios con los que se arribe al cumplimiento de programas, mediante el adecuado seguimiento y continua evaluación de sus objetivos. Para lo cual, el propio Acuerdo General 29/1999, la dota de las siguientes atribuciones: • Vigilar en el ámbito de su competencia el cumplimiento de los programas institucionales del Consejo de la Judicatura Federal. 128 • Verificar el debido cumplimiento de los criterios adoptados para el ingreso, capacitación, ascenso, promoción, adscripción, ratificación, reconocimiento, estímulo y remoción del personal del Poder Judicial de la Federación. • Apoyar en el ámbito de su competencia, al Pleno del Consejo de la Judicatura Federal y a la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación. • Posibilitar el eficaz cumplimiento de las facultades de vigilancia, información y evaluación, mediante la aplicación de las medidas que establezcan el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal y la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación. Cabe señalar que, el mismo Acuerdo 5/2000, otorga a la Dirección General de Recursos Humanos, la atribución de proponer los programas y actividades de planeación, coordinación, administración y evaluación de personal. De tal suerte, la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación, estará en estrecho contacto con la Comisión de Administración, en virtud de las atribuciones que tienen respecto de la evaluación de los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, la cual como ya habíamos mencionado, resulta indispensable para el ingreso, capacitación, ascenso, promoción, adscripción, ratificación, reconocimiento, estímulo y remoción del personal del Poder Judicial de la Federación, pero sobre todo es la herramienta idónea para remediar fallas tales como el elevado costo fiscal, burocratismo, ineficiencia y falta de rendición de cuentas. VI. Promoción La promoción debe entenderse como el movimiento ascendente de los miembros titulares en la estructura, de los rangos que componen el sistema de 129 profesionalización, y estará basada en los resultados de las evaluaciones llevadas a cabo por la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación, de acuerdo con los lineamientos específicos, que al efecto la misma emita, a fin de establecer el sistema de profesionalización judicial del Consejo de la Judicatura Federal. Por lo que al efecto, establecerá los requisitos indispensables para llevar a cabo la promoción, tomando siempre en cuenta las políticas presupuestales. Cabe señalar, que la promoción y ascenso tendrán connotaciones diversas, en virtud de que la primera se da, como ya lo habíamos mencionado, en las estructuras que comprende el sistema de profesionalización, mientras que el ascenso se dará en aquellos puestos excluidos del sistema de profesionalización. Respecto a la promoción, independientemente de la facultad con la que cuenta la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación, de establecer los criterios de evaluación en materia de reconocimientos, estímulos, ascensos, y promociones del personal del Poder Judicial de la Federación, el Acuerdo General 48/1998, establece en su artículo 59, fracción XI, que ésta propondrá al Pleno del Consejo, las disposiciones generales para el ingreso, estímulo, capacitación, ascensos y promociones por escalafón y remoción del personal administrativo de los tribunales de Circuito y juzgados de Distrito. Finalmente, cabe señalar que, la única facultada para establecer los criterios de evaluación en materia de promoción, actualmente lo es la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación, sin embargo, se considera, que el Instituto de la Judicatura Federal, podría apoyar a la Comisión en la evaluación del personal administrativo de confianza del Consejo de la Judicatura Federal, siguiendo los lineamientos que al efecto expida la misma. 130 VII. Incentivos Los incentivos se otorgarán únicamente al personal de carrera que por el desempeño sobresaliente en el servicio. Estos podrán ser reconocimientos, beneficios o retribuciones en los términos que establezca la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación, tomando en cuenta las criterios en materia de estímulos que al efecto establezca la misma, escuchando la opinión de la Comisión de Administración. Asimismo para su otorgamiento, se considerarán elegibles los servidores públicos que pertenezcan al sistema de profesionalización del Consejo de la Judicatura Federal, que por su trayectoria laboral posean méritos administrativos de éste. Los méritos administrativos que al efecto evaluará la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación, serán los siguientes: • Desempeño sobresaliente en el ejercicio de sus funciones. • Acreditación de los exámenes de evaluación. • Reconocimientos por antigüedad en el servicio, • Aportaciones destacadas en las actividades de los programas de trabajo, y • Elaboración de estudios e investigaciones que aporten notorios beneficios para el Consejo. Finalmente la constancia de dichos incentivos se registrará e integrará en el expediente personal del servidor público de carrera, tomándose en cuenta para la obtención del nombramiento de servidor público de carrera. 131 VIII. Separación La separación será el acto mediante el cual, el servidor público de carrera, deja de pertenecer al Sistema de Profesionalización, y concluye su relación con el Consejo de la Judicatura Federal. Dicha separación podrá darse por renuncia formulada por el servidor público, retiro por edad y/o tiempo de servicio, incapacidad física y mental que le impida el desempeño de sus funciones, no aprobar la evaluación por desempeño o cuando su resultado sea deficiente, y hacerse acreedor a la aplicación de sanciones establecidas por la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos. En consecuencia, el nombramiento respectivo dejará de surtir sus efectos sin responsabilidad para el Consejo de la Judicatura Federal. 1.4. Objetivos Generales de la Profesionalización Para Alfredo López, la profesionalización del servicio público tiene entre sus objetivos: “contar con servidores público honestos, eficientes e imparciales; establecer un sistema de reclutamiento que permita atraer a candidatos que cumplan con los requisitos del puesto; desarrollar un esquema de selección mediante un proceso objetivo e imparcial; mantener en constante capacitación y actualización al servidor público; y aplicar un sistema de compensación relacionado con el desempeño del servidor público y procurar la permanencia de los servidores públicos en función de la evaluación del desempeño”87. Para su implementación, el servicio profesional de carrera debe cubrir con características fundamentales para alcanzar sus objetivos, éstas características son clasificadas por Luis Vázquez Cano de la siguiente manera88: 87 Op. cit. P. 151. 88 Op. cit. Pp.135-138. 132 • De viabilidad. El servicio profesional de carrera debe ser acorde con la realidad nacional, consistente con el marco legal del sector público, congruente con las condiciones laborales y sindicales, administrable para el gobierno, e implementado gradual y selectivamente. • De innovación. El servicio profesional de carrera debe ser moderno y actualizable, retroalimentarse de la realidad mundial, flexible y adaptable al entorno del cambio, abierto para incorporar talento humano, atraer y retener a los mejores. • De funcionalidad. El servicio profesional de carrera debe garantizar la neutralidad política en ejercicio de la función, enfatizar la carrera administrativa sobre la designación política, tener visión transexenal, reglas claras y objetivas, norma y políticas de aplicación gerencial y descentralizado en su operación. • De orientación. El servicio profesional de carrera debe proveer el desarrollo integral y la profesionalización de los servidores públicos, implementar el desempeño como base de la carrera, ofrecer disciplina y mística de trabajo, una filosofía de resultados y servicio, y elevar la calidad y productividad, individual e institucional. También debe proveer de una nueva mística de trabajo, articulada a través de una conducta apegada a principios y valores éticos. Dice Luis Vázquez Cano: “un modelo de Servicio Público Profesional de Carrera quedaría inconcluso si carece de un marco normativo que regule y refuerce los principios y valores éticos de los servidores públicos profesionales de carrera”, para ello, propone el diseño y aplicación de un Código de Ética, cuya observancia sea obligatoria y considere: la vinculación con la ciudadanía e imagen institucional, la relación con subordinados y compañeros de trabajo, los conflictos de interés, la libertad 133 individual y derechos humanos, el manejo de información, la equidad y legalidad de la actuación, la participación política, y la protección y seguridad89. Los objetivos de la profesionalización a través de cada una de sus fases y considerando las etapas del servicio profesional de carrera, puede sintetizarse en la siguiente tabla: Objetivos de la profesionalización FASE Entrada ETAPA Ingreso: OBJETIVOS Certificar cualidades, conocimientos y/o experiencia, que habiliten al candidato para acceder a la función pública. También puede tener como objetivo ser el resultado de un proceso de promoción escalafonaria. Capacitación: En la fase de entrada, la capacitación tiene el objetivo de formar cuadros especializados que habiliten al candidato para el buen desempeño de la función pública. Permanencia 89 134 Ibid. P. 143. Capacitación: En la fase de permanencia, la capacitación tiene el objetivo de dotar al servidor público de los conocimientos necesarios para el adecuado ejercicio de la función pública, fortalecer su desempeño y participar del proceso de mejora continua. Salida 1.5. Evaluación: Promover o separar al servidor público de la función que desarrolla mediante la evaluación de su desempeño, midiendo para ello la relación de metas programadas y alcanzadas, los beneficios obtenidos y costos incurridos, verificando la permanencia de habilidades o identificando la aparición de fallas, vigilando el correcto desempeño laboral y/o sancionando las desviaciones. Promoción: Premiar la generación de resultados, incentivar la continuación del buen desempeño e inducir dinámicas de cambio organizacional y mejora continua. Separación: Sancionar la falta de resultados, incumplimiento de metas, deshonestidad o discrecionalidad, dando origen a procesos de carácter correctivo o incluso disciplinario. Contexto de Potenciales Beneficios y Limitaciones A través de la experiencia reciente podemos identificar los potenciales beneficios y limitaciones del servicio profesional de carrera. La posible inmovilidad o friccionalidad de los procesos de profesionalización, pueden atemperarse mediante la implementación de lo que llama “fast stream” o “avance acelerado”. Jim Barron, al hablar del caso de servicio profesional de carrera inglés, comenta que: “el principio de nombramientos con base en méritos y como resultado de un concurso justo y abierto se aplica con igual rigor 135 al ingreso de graduados de licenciatura al Servicio Civil, también conocido como selección de “avance acelerado”. El principio fundamental y permanente es que deberá haber un concurso justo y abierto, que se base de manera objetiva en el desempeño conforme a criterios que se correlacionen con el éxito subsecuente de empleo y en un rápido avance a puestos de mayor nivel, lo que conduce a la designación de los mejores candidatos”90. Una manera más de revertir la posible inmovilidad, es mediante la evaluación, que a través de mecanismos de calificación permite instrumentar un sistema de incentivos que premie a los mejores y castigue a los peores, de manera que la estabilidad laboral sólo será garantizada para aquellos que demuestren generar los “mejores resultados”. Una gran ventaja del servicio profesional de carrera, es su estructura de meritazgo, lo que permite primero, dar imparcialidad y objetividad a los procesos de reclutamiento y selección, evaluar de manera objetiva el desempeño, y garantizar equidad en el trabajo, al permitir que a trabajo igual, corresponda salario igual, con base en parámetros objetivos y cuantificables, en función de responsabilidades, atribuciones y capacidades. El servicio profesional, al procurar estabilidad en el empleo, ha sido calificado en ocasiones de fomentar prácticas adversas al buen desempeño público, tales como la centralización, burocratización, inmovilidad, rigidez o friccionalidad, de la función pública. Juan Pablo Guerrero advierte estos riesgos: “Teóricamente, el servicio civil de carrera combate el clientelismo y el patronazgo en el desempeño administrativo 90 136 BARRON, Jim. “La política del Reino Unido sobre reglamentación independiente y verificación de la contratación para el Servicio Civil”, en Profesionalización del Servicio Público en México. Hacia la innovación y la democracia (memorias). Ed. Red Mexicana de Servicio Profesional, primera edición, México, 2003. p. 30. […], disminuye el patrimonialismo y la corrupción, mejora la profesionalización y por lo tanto la eficacia y la eficiencia. Todo lo anterior favorece, supuestamente, la recaudación de impuestos, la prestación de servicios, la promoción económica, la honestidad y la consecuente confianza en los aparatos burocráticos […], la respuesta al público y la continuidad de los programas. Pero, sabemos, su institucionalización viene cargada de vicios, entre los que destacan el burocratismo, la falta de responsabilidad o imputabilidad (accountability), la ineficiencia y la rigidez administrativa, que pueden convertirse en cuellos de botella para el buen desempeño administrativo, lo que a su vez es una condición necesaria para un buen desempeño gubernamental.”91. Para superar las limitaciones señaladas al servicio profesional dentro de estructuras altamente burocratizadas en un contexto global de cambio e innovación, se necesita crear lo que David Osborne llama: “servicio civil dinámico”, que consta, además de los elementos tradicionales del servicio profesional, de cinco estrategias derivadas de experiencias de gobierno público dentro de lo que este mismo autor caracteriza como estructuras “posburocráticas”: Estrategia de la claridad, la cual “requiere que los líderes aclaren los propósitos centrales de cada organización pública, se deshagan de actividades que ya no sirven a esos propósitos y se reorganice para asegurar que cada parte de la organización tenga la libertad para perseguir su parte del propósito central.” 91 GUERRERO, Juan Pablo. Un estudio de caso de la reforma administrativa en México: los dilemas de la instauración de un Servicio Civil a nivel federal. Documento de Trabajo No. 61, División de Administración Pública, Centro de Investigación y Docencia Económicas, México, 2000. p. 11. 137 Estrategia de las consecuencias, “conforme a la cual los líderes deben crear consecuencias por el desempeño: recompensas y sanciones basadas en el grado en el que las organizaciones alcancen los resultados deseados.” Estrategia del cliente, “con la que se trata de otorgar poder a los clientes en su relación con las dependencias del gobierno.” Entendiendo por cliente a “los principales beneficiarios a los que se dirige el trabajo de una dependencia.” Estrategia del control, que “consiste en liberar a las organizaciones públicas y empleados de algunas de las reglas y otorgar poder a los administradores y empleados para tomar decisiones, de manera que realmente puedan cambiar la forma en que prestan servicios.” Estrategia de la cultura, “mediante la cual los líderes cambian los hábitos, el corazón y la mentalidad de sus empleados. La creación de organizaciones posburocráticas requiere la formación de administradores y empleados que dejen de pensar y actuar como burócratas. Significa crear una ética de la calidad, un compromiso continuo con el mejoramiento.”92. Por su parte, Esteban Moctezuma Barragán y Andrés Roemer, identifican las siguientes ventajas y desventajas del servicio profesional de carrera:93. • Ventajas: Eliminación de la cultura de la lealtad individual, generación de seguridad laboral con base en el mérito, preservación de la memoria institucional, resultados y factibilidad de implementación. • Desventajas: Disminución de oportunidades, ineficiencia, parcialidad en los sistemas de selección y evaluación, complejidad institucional, 92 OSBORNE, David. Op. cit. Pp. 51-53. 93 MOCTEZUMA BARRAGÁN, Esteban y ROEMER, Andrés. Op. cit. pp. 54-56. 138 aislamiento, discrecionalidad y determinación de la agenda gubernamental. Otra desventaja del servicio profesional de carrera, puede verse más como un asunto de limitación o falla en el proceso de la evaluación del desempeño, específicamente sobre el correcto diseño de indicadores y su adecuada utilización. Dice José Luis Méndez: “existen dos graves peligros: 1) que los estándares con que se confronten las mediciones no estén bien definidos, o que no sean suficientemente altos y se caiga entonces en la mediocridad del desempeño; y 2) que se ofrezcan incentivos “perversos”, es decir, que, por cumplir con el estándar, se prefiera lo rápido, fácil y numeroso, sobre lo pertinente, correcto y necesario”94. El proceso de diseño de indicadores de desempeño, implica una compleja identificación de metas y resultados, medibles por medio de parámetros cuantitativos o cualitativos. El problema reside en que no todos los procesos y acciones de las agencia públicas son cuantificables, ya sea por lo complejo de los procesos públicos o lo abstracto de su resultado. Lo importante en el diseño de indicadores reside en considerar una adecuada ponderación de todos los elementos a evaluar, las metas programadas como metas posibles y óptimas, el aseguramiento de instrumentos de monitoreos neutrales e imparciales, ya sea mediante la evaluación interna o externa, la autoevaluación y la evaluación a cargo de un tercero ajeno a la organización pública. 94 MÉNDEZ, José Luis. “Evaluación del desempeño en instituciones electorales: el caso del servicio profesional electoral”, en Evaluación del desempeño y Servicio Civil de Carrera en la Administración Pública y los Organismos Electorales, Instituto Nacional de Administración Pública e Instituto Federal Electoral, primera edición, México, 2000. p. 45. 139 Otros elementos a considerar en el diseño e implementación de indicadores es la confidencialidad de su aplicación y su publicidad de resultados como un incentivo de premio o castigo, así como que, de los resultados reportados por el indicador, dependan otros tipos de incentivos que fomenten mayor eficiencia y eficacia a la labor llevada a cabo por trabajador o servidor público. Las posibles ventajas y limitaciones del servicio profesional de carrera pueden resumirse en la siguiente tabla: Ventajas y limitaciones del Servicio Profesional de Carrera Ventajas 1. Ingreso y promoción de la función pública mediante la cualificación de habilidades, conocimiento y experiencia. 2. Objetividad en los procesos de selección y promoción. 3. Garantía de que sólo los más capacitados accedan a la función pública. 4. Estabilidad laboral para los servidores públicos que demuestren el mejor desempeño. 5. La agencia pública garantiza la continuidad de experiencia y mejores prácticas sobre la base del resultado, y fomenta el cambio organizacional. 6. Se transita de una estructura discrecional de lealtades personales, a una estructura objetiva de lealtades institucionales. 140 Limitaciones 1. Fallas en los procesos de selección mediante parámetros inadecuados o arbitrarios. 2. Aislamiento de la agencia pública. 3. Friccionalidad laboral. 4. Mercado laboral inmovilizado, con interno poca acotado e capacidad de regeneración laboral. Ciertamente, un cuidadoso diseño institucional que implemente un adecuado servicio profesional de carrera puede garantizar la obtención de ventajas probadas y atemperar las probables limitaciones del proceso de profesionalización. Nos atrevemos adicionalmente a decir, que la experiencia ha demostrado por mucho, que las ventajas del servicio profesional de carrera superan en mucho a sus limitaciones, y que estas últimas en caso de presentarse, siempre son superables con un adecuado proceso de profesionalización orientado a la evaluación del desempeño sobre la base de la generación de resultados. Lo que resulta indudable con la profesionalización es el valor que agregan estos esquemas, al tomar sustento de prácticas tales como introducir exámenes competitivos a fin de asegurar no solo los mejores resultados en el desempeño de los funcionarios, sino que la profesión sea de dominio público; reconocer el mérito como la consideración de mayor importancia para la contratación, promoción y remuneración de los funcionarios; valorar el conocimiento y la experiencia por encima de consideraciones personales; y algo que es muy importante, favorecer la autonomía en el ejercicio de funciones o juicios, ligada a la responsabilidad sobre acciones y decisiones. Todo esto obliga a un 141 comportamiento ético respaldado por procesos transparentes en el marco de la legalidad vigente95. Después de una larga vida al servicio del Estado, el apoyo político y las recomendaciones son las que se utilizan para obtener un ascenso, sin que signifiquen la antigüedad, la capacidad, la experiencia o algún título o grado profesional técnico, ayudan en algunos casos estos atributos, pero importa más la política o la amistad96. Una transformación estructural con respecto a la dignidad humana y con la participación democrática de los miembros de la comunidad, sólo se puede alcanzar en forma gradual y con la participación entusiasta, sustentada en una sólida preparación profesional, de quienes en el sector público ocupen puestos de dirección o liderazgo97. En el Poder Judicial de la Federación laboran en 2006: 31 mil 777 servidores públicos. De éstos, 8 mil 96 pertenecen a la carrera judicial y se distribuyen de la siguiente manera: • Suprema Corte de Justicia de la Nación: 125. • Tribunal Electoral: 145 • Consejo de la Judicatura Federal: 7,826. El total de los servidores públicos que pertenecen a la carrera judicial representa el 25.5% de la totalidad de quienes prestan sus servicios en el Poder 95 PARDO, María del Carmen. El Servicio Profesional y la Nueva Gerencia Pública en México en Profesionalización del Servicio Público en México: hacia la Innovación y la Democracia”. Universidad Iberoamericana. México, 2003. P. 86. 96 NAVA NEGRETE, Alfonso. Derecho Administrativo. Ed. Fondo de Cultura Económica. México, 2001. P. 245. 97 AZUELA GÜITRÓN, Mariano. Derecho, Sociedad y Estado. Universidad Iberoamericana. México, 1995. P. 388. 142 Judicial de la Federación; éstos últimos son 23 mil 681, que equivalen al 74.5%98. Lo antes expuesto, reitera con cifras que el establecimiento del Servicio Profesional de Carrera, no sólo es un tema de justicia conmutativa, sino de justicia distributiva y de equidad. La justicia conmutativa se mide por la identidad o la igualdad en cualidad y valor de las cosas, esto es, la llamada igualdad aritmética. La justicia distributiva reside en el paso a la esfera particular de lo que pertenece a la esfera colectiva. La equidad es la justicia matizada por otras virtudes, y lo equitativo es el resultado de armonizar los deberes de la justicia con otros deberes99. En el Libro Blanco de la Reforma Judicial. Una Agenda para la Justicia en México, encontramos dos conclusiones que apoyan, sustentan y fortalecen nuestra propuesta a saber:100: • Acción 8. Profesionalizar a los órganos de gobierno judicial: El reto fundamental para el gobierno judicial es incrementar sustantivamente su capacidad para el diseño, conducción y evaluación de las políticas judiciales. Ello requiere personal capacitado en materia de planeación estratégica y una mejor definición del perfil profesional de estos funcionarios. • Acción 10: Profesionalizar la administración de las unidades jurisdiccionales: Se requiere en el mediano plazo una reestructuración 98 Fuente: Instituto de la Judicatura Federal. 99 HERVADA, Javier. Introducción Crítica al Derecho Natural. Ed. Minos, S.A. de C.V. México, 1997. P.p. 53, 56 y 69. 100 Suprema Corte de Justicia de la Nación. Libro Blanco de la Reforma Judicial. Una Agenda para la Justicia en México. México, 2006. P.p. 395, 396. 143 de los modelos de despacho judicial que permita una mejor gestión de los asuntos. Asimismo, debe profesionalizarse en el largo plazo la administración de las unidades jurisdiccionales mediante el establecimiento de administradores judiciales profesionales. 1.5.1. Propuesta de reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación Propuesta de Proyecto de Decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación Exposición de Motivos La certeza y seguridad jurídicas en las instituciones relacionadas con la procuración y administración de justicia, ha sido y es la búsqueda del legislador. Se han encaminado todos los esfuerzos en las reformas constitucionales y legales que a través del tiempo se han realizado. La reforma constitucional de 1994, considerada como la más primordial en la transformación de la estructura de los órganos del Poder Judicial de la Federación, misma que modificó sustancialmente su organización interna y funcionamiento, al involucrar aspectos fundamentales como la creación del Consejo de la Judicatura Federal, para delegarle las facultades administrativas del Poder Judicial y a la Suprema Corte de Justicia la función exclusiva de tribunal constitucional. No obstante, toda reforma a un ordenamiento jurídico determinado, no dejan de ser el resultado de un hecho humano que, por serlo, no están exentas de la imperfección y de la adecuación que merezcan gradualmente las disposiciones originales, en consecuencia, que no existen constituciones ni leyes modelos o perfectas. De ese modo, cuando surgen hipótesis no previstas o se presentan situaciones nuevas que demandan una solución jurídica pronta, en aras del principio de legalidad, habrá entonces necesidad de establecer una reforma constitucional o legal que las regule. 144 Para tratar de lograr la eficacia de la ley, el legislador debe estar atento para observar las bondades o vicios durante su vigencia, para precisar las adecuaciones necesarias para su adición, reforma, derogación o abrogación, cuando advierta lagunas jurídicas en la práctica, y que algunos aspectos no cumplen con el fin para el cual fueron establecidos. En el caso particular, la tarea del legislador se encamina hacia la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, con la finalidad de integrar las adecuaciones necesarias para establecer el fundamento legal para que se instituya el Servicio Profesional de Carrera, ya que actualmente solo se concibe la carrera judicial y va dirigida a Órganos Jurisdiccionales olvidando completamente al personal administrativo del Poder Judicial de la Federación. Las ventajas que se advierten con el establecimiento del Servicio Profesional de Carrera para el personal administrativo del Poder Judicial de la Federación, en México, son las siguientes: 1. Ingreso y Promoción de la función pública mediante la cualificación de habilidades, conocimiento y experiencia. 2. Objetividad en los procesos de selección y promoción. 3. Garantía de que sólo los más capacitados accedan a la función pública. 4. Estabilidad laboral para los servidores públicos que demuestren el mejor desempeño. 5. La agencia pública garantiza la continuidad de la experiencia y mejores prácticas sobre la base del resultado, y fomenta el cambio organizacional. 6. Se transita de una estructura discrecional de lealtades personales, a una estructura objetiva de lealtades institucionales. 145 El proceso de reforma y modernización de la administración pública, nace como resultado de una realidad cada día más cambiante y compleja, que viene a demandar una mayor capacidad de respuesta de parte de las agencias públicas gubernamentales. Fenómenos presentados a finales de la década de los ochenta y comienzos de los noventa, tales como la ola democratizadora, la globalización y el cambio tecnológico, por mencionar sólo algunos, obligaron a modificar la óptica de análisis de los fenómenos económicos, políticos y sociales, e impactaron de manera decisiva en la forma de diseñar, implementar y evaluar las políticas públicas del Estado. Se trata entonces de reorientar la acción gubernamental, hacia una más pronta y completa resolución de los problemas de interés general, adaptando el concepto de lo público al contexto de una sociedad cambiante y dinámica, y reivindicando la importancia de la transparencia, la imparcialidad y la honestidad en el ejercicio de la función pública. Para un mejor desempeño de la función pública que permitan al Estado generar, bajo los principios de eficiencia, legalidad, honestidad y transparencia, los más altos beneficios sociales al menor costo posible. Y es que el proceso de profesionalización, es un proceso que ha rebasado al campo de la administración pública en tanto función exclusiva del Poder Ejecutivo, para incluirse también dentro del proceso de reforma y modernización de los otros Poderes del Estado. Por lo que también podemos hablar de profesionalización dentro del Poder Legislativo y el Poder Judicial, y la consiguiente implementación de servicios profesionales de carrera adecuados a los procesos, funciones y competencias propias de cada uno de los Poderes Políticos de un Estado. De esta manera, la profesionalización queda ligada al amplio concepto de función pública, que abarca mucho más allá de lo estrictamente gubernamental, pues involucra a toda la acción pública del Estado, a todas sus entidades, órganos y organismos. 146 Los principios rectores del Servicio Profesional de Carrera serán los siguientes: 1. Certeza. Significará que el ingreso, permanencia, movilidad y ascenso se dará tomando en consideración el mérito y capacidad de los aspirantes, y nunca de manera digital, es decir, con el conocido dedazo. 2. Legalidad. Dicho principio implica para la administración pública un deber jurídico, toda vez que su aplicación se traduce a que todos los actos administrativos estén vinculados o conformes con el ordenamiento jurídico positivo. Su incumplimiento significa la violación de la ley y coloca a la administración pública en la ilegalidad, siendo la sanción la nulidad del acto. En la profesionalización, el ingreso, permanencia, movilidad, ascenso y separación de los servidores públicos, deberá atender a la capacidad que estos tengan y a los resultados obtenidos durante su desempeño, así como a las normas establecidas para tal efecto. 3. Independencia. Denota que no puede conseguirse el puesto más que por el mérito, capacidad, aptitudes y en su caso por el desempeño laboral. 4. Eficiencia. Implica que la profesionalización se encuentre encaminada a cumplir con los objetivos y metas de cada institución, pero sobre todo que los servidores públicos tengan la capacidad de atender las necesidades de la población. 5. Objetividad. Significa el desinterés en el ingreso, permanencia, movilidad y ascenso a favor de una persona en específico, ya que únicamente deberá tomarse en cuenta la capacidad de los candidatos, así como el hecho de que su formación sea acorde al perfil del puesto. 147 6. Imparcialidad. favoritismos. Será el desinterés frente a las partes, trato sin Consideración equidistante y ecuánime. inequidad se contraponen al concepto de imparcialidad 101 El interés e . 7. Equidad. Se entiende por equidad fundamentalmente lo justo. Al fin y al cabo la palabra equidad expresa una de las dimensiones de justicia, a saber, el principio de equidad o proporcionalidad. En tal sentido, justicia y equidad resultan vocablos sinónimos. 8. Competencia por mérito. Que en la competencia por el ingreso, permanencia y ascenso será tomado en cuenta el mérito y habilidades de los aspirantes, a fin de atraer a personas de capacidad superior. ARTÍCULO PRIMERO.- Se reforman los artículos 68, 77, 81 fracciones II y XIX, 86 párrafo segundo, 92, 95, 96 y el titulo séptimo de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para quedar como sigue: ARTÍCULO 68. La administración, vigilancia, disciplina, carrera judicial y el servicio profesional de carrera del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Electoral, estarán a cargo del Consejo de la Judicatura Federal, en los términos que establecen la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y esta ley. (...) ARTÍCULO 77. El Consejo de la Judicatura Federal contará con aquellas comisiones permanentes o transitorias de composición variable que determine el Pleno del mismo, debiendo existir en todo caso las de administración, 101 148 Enciclopedia Jurídica OMEBA. Tomo XVIII. Ed. Bibliográfica Argentina. Buenos Aires, 1967. P. 30. vigilancia, información y evaluación, carrera judicial, disciplina, creación de nuevos órganos y la de adscripción. (...) ARTÍCULO 81. (...) I. (...) II. Expedir los reglamentos interiores en materia administrativa, de carrera judicial, servicio profesional de carrera, de escalafón y régimen disciplinario del Poder Judicial de la Federación, y todos aquellos acuerdos generales que fueren necesarios para el adecuado ejercicio de sus atribuciones en términos del artículo 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; III al XVIII. (...) XIX. Establecer las disposiciones generales necesarias para el ingreso, estímulos, capacitación, ascensos y promociones por escalafón y remoción del personal administrativo tanto de los tribunales de Circuito y juzgados de Distrito, como del Consejo de la Judicatura Federal por conducto del servicio profesional de carrera. XX al XLII. (…) ARTÍCULO 86. (...) I al III. (...) (...) Los secretarios ejecutivos del Pleno y Carrera Judicial, de Disciplina y el de vigilancia, información y evaluación deberán tener título profesional de licenciado en derecho, expedido legalmente, con experiencia mínima de cinco años, gozar de buena reputación y no haber sido condenado por delito intencional con sanción privativa de libertad mayor de un año, y el secretario 149 ejecutivo de Administración título profesional afín a sus funciones y experiencia mínima de cinco años. ARTÍCULO 92. El Instituto de la Judicatura es el órgano auxiliar del Consejo de la Judicatura Federal en materia de investigación, formación, capacitación, evaluación y actualización de los miembros del Poder Judicial de la Federación, así como del personal administrativo del Consejo de la Judicatura Federal y de quienes aspiren a pertenecer a éste,. El funcionamiento y atribuciones del Instituto de la Judicatura se regirán por las normas que determine el Consejo de la Judicatura Federal en el reglamento respectivo. (...) ARTÍCULO 95. Los programas que imparta el Instituto de la Judicatura tendrán como objeto lograr que los integrantes del Poder Judicial de la Federación, así como del personal administrativo del Consejo de la Judicatura Federal o quienes aspiren a ingresar a éste, fortalezcan los conocimientos y habilidades necesarios para el adecuado desempleo de la función judicial y administrativa. Para ello, el Instituto de la Judicatura establecerá los programas y cursos tendientes a: I al VII. (...) ARTÍCULO 96. El Instituto de la Judicatura llevará a cabo cursos de preparación para los exámenes correspondientes a las distintas categorías que componen la carrera judicial y el servicio profesional de carrera. TITULO SÉPTIMO. DE LA CARRERA JUDICIAL Y DEL SERVICIO PROFESIONAL DE CARRERA ARTÍCULO SEGUNDO: Se adicionan: la fracción IV al artículo 86, fracción VIII al artículo 95, los artículos 117 BIS, BIS 1, BIS 2, BIS 3, BIS 4 y el capitulo I BIS 150 del título séptimo de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para quedar como sigue: ARTÍCULO 86. (...) I al III. (...) IV. El secretario ejecutivo de vigilancia, información y evaluación. (...) ARTÍCULO 95. (...) I al VIII. (...) VIII.- Apoyar a la comisión de vigilancia, información y evaluación, en la evaluación del personal administrativo de confianza del Consejo de la Judicatura Federal, conforme a los lineamientos que se emitan al respecto del servicio profesional de carrera. ARTÍCULO 117 BIS. El ingreso, capacitación, evaluación, promoción y separación de los servidores públicos de carácter administrativo del Poder Judicial de la Federación, se hará mediante el servicio profesional de carrera y estará a cargo de la comisión de vigilancia, información y evaluación del Consejo de la Judicatura Federal. El servicio profesional de carrera se regirá por los siguientes principios: certeza, legalidad, independencia, eficiencia, objetividad, imparcialidad, equidad y competencia por mérito. ARTÍCULO 117 BIS 1. EL servicio profesional de carrera está integrado por las siguientes categorías: I. Directores Generales. II. Secretarios Técnicos. 151 III. Secretarios de Gestión. IV. Directores de Área. V. Subdirectores. VI. Jefes de Departamento. ARTÍCULO 117 BIS 2. EL Consejo de la Judicatura Federal establecerá, de acuerdo con su presupuesto y mediante disposiciones generales, un sistema de estímulos para aquellas personas comprendidas en las categorías señaladas en el artículo anterior. CAPÍTULO I BIS DEL INGRESO AL SERVICIO PROFESIONAL DE CARRERA ARTÍCULO 117 BIS 3. El ingreso capacitación, evaluación, promoción y separación para las categorías mencionadas en el artículo anterior, se realizará a través de concurso interno de oposición y oposición libre. El Consejo de la Judicatura Federal tendrá la facultad de obtener y verificar, en todo momento, la información que los aspirantes le hubieren proporcionado. ARTÍCULO 117 BIS 4. Los concursos de oposición libre e internos de oposición para el ingreso a dichas categorías se sujetarán al procedimiento que se establezca en el reglamento interior del servicio profesional de carrera o de los lineamientos que se emitan para tal fin. Artículos Transitorios: PRIMERO.- Publíquese en el Diario Oficial de la Federación y en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. SEGUNDO.- El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. 152 TERCERO.- La Secretaria Ejecutiva de Vigilancia, Información y Evaluación presentará a consideración de la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación el Reglamento Interior en materia administrativa del servicio profesional de carrera y los lineamientos respectivos, dentro de los cuatro meses posteriores a la entrada en vigor del presente acuerdo. CUARTO.- Se instruye al Secretario Ejecutivo del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, a efecto de que gire las instrucciones necesarias a las áreas correspondientes, con la finalidad de que se dejen sin efecto los acuerdos generales 26/1999 y 48/1998 y crear un nuevo acuerdo general adecuándolo al cumplimiento del presente decreto. QUINTO.- Se abrogan los acuerdos y circulares emitidos por el Consejo de la Judicatura Federal que contengan disposiciones contrarias a las reformas y adiciones que se contienen en el presente decreto. 1.6. Síntesis de las iniciativas de reformas constitucionales para dotar al Poder Judicial de la Federación de la facultad de iniciativa de leyes En otro orden de ideas y para fortalecer la viabilidad de nuestra propuesta, se presenta una síntesis de las iniciativas constitucionales y su estatus, para dotar al Poder Judicial de la Federación de facultades para iniciar leyes. Iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma y adiciona el artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación adquiera la facultad de iniciativa en materia de impartición de justicia. La iniciativa de modificación al artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tenga la facultad legal de presentar iniciativas de Ley en prácticamente todos los temas, e incluso permitirá que en los casos en que haya controversias 153 constitucionales o leyes que sean inconstitucionales, presente una iniciativa legal que subsane o corrija el marco legal en el país con lo cual se ayudará a mejorar el sistema legal mexicano. La reforma propone que el Poder Judicial de la Federación pueda por primera vez en México la posibilidad de presentar iniciativas de ley de manera similar como lo hacen los poderes Legislativo y Ejecutivo, lo que permitirá un mayor equilibrio entre los tres poderes de la Unión y una depuración de dicho sistema legal mexicano, además, estos cambios son parte de la reforma del Estado para otorgarle mayores facultades al Poder Judicial y reconocer su importancia en el Estado mexicano. En relación con la iniciativa, el Senado, envió una minuta aprobada a la Cámara de Diputados, destacando que la reforma fue devuelta con modificaciones al Senado, ya que dicha instancia había aprobado el derecho a la Suprema Corte de Justicia de la Nación de presentar iniciativa, pero de manera acotada, es decir, sólo para leyes que tuvieran relación con su ley orgánica o marco legal interno. En la Cámara de Senadores se recibió desde el 15 de abril de 2004 y fue turnada a las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales; de Justicia; y de Estudios Legislativos, para su análisis y aprobación para que posteriormente fuese ratificada por la mayoría de los congresos locales para entrar en vigor. De lo anterior, se puede observar que los Diputados y senadores difieren de los alcances de competencia, no obstante que se han presentado siete iniciativas sobre el tema, mismas que a continuación se detallan. Senado: • El 10 de abril de 2003, el Senador Adalberto Madero Quiroga, del Grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, presentó Iniciativa 154 con Proyecto de Decreto por el que se reforma por adición el artículo 71, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y entre sus argumentos establece que dicho artículo no se reforma desde su promulgación en el año de 1917, y en la que se consideraba que solamente el titular del Ejecutivo Federal, los integrantes del Congreso de la Unión y las Legislaturas Estatales, eran los que podrían presentar iniciativas de ley al Congreso de la Unión, por lo que solo adiciona la fracción IV al artículo 71 Constitucional por el que le otorga el derecho de iniciar leyes o decretos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por lo que respecta a su ley orgánica. • El 14 de abril de 2003, el Senador Rutilio Cruz Escandón Cadenas, del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, presentó Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforma el artículo 71, Constitucional, argumentando que La Suprema Corte de Justicia de la Nación es el órgano del Poder Público a quien le está encargado el más alto deber jurídico, consistente en vigilar a la Constitución a través de su aplicación tribunicia y su interpretación, destacando que diferentes constituciones de países latinoamericanos, otorgan la facultad al Poder Judicial de presentar iniciativas respecto a su organización, por lo que solo también adiciona la fracción IV al artículo de referencia, acotándolo solo a su ley orgánica. • Con base en estas dos iniciativas, el15 de diciembre de 2003, el pleno aprueba con 95 votos a favor y cero en contra la reforma, misma que se transcribe: DECRETO: ARTÍCULO ÚNICO.- Se reforma el artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue: 155 Artículo 71.- El derecho a iniciar leyes o decretos compete: I. Al Presidente de la República; II. A los Diputados y Senadores al Congreso de la Unión; III. A las Legislaturas de los Estados, y IV. A la Suprema Corte de Justicia de la Nación exclusivamente para la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Las iniciativas presentadas por el Presidente de la República, por la Suprema Corte de Justicia de la Nación o por las Legislaturas de los Estados, pasarán desde luego a comisión. Las que presentaren los diputados o los senadores se sujetarán a los trámites que designe su ley y reglamento. ARTÍCULO TRANSITORIO.- La presente reforma entrara en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Diputados: • El 20 de marzo de 2002, la diputada Yadhira Ivette Tamayo Herrera, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional presentó iniciativa de reformas a diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de fortalecimiento del poder judicial, entre las cuales esta el artículo 71 del ordenamiento jurídico invocado, manifestando que al Poder Judicial le corresponde la defensa del Derecho; interpretar la ley para establecer el orden jurídico y resolver los conflictos de intereses, para mantener el orden, la seguridad, la legalidad. En tal sentido propone la misma adición que las anteriores con las mismas características, es decir, solo respecto a su ley orgánica. 156 • El 11 de abril de 2002, el diputado José Francisco Yunes Zorrilla, del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, presentó iniciativa de reformas y adiciones al artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para conferir el derecho restringido de iniciativa a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es decir, nuevamente con la limitación a su ley orgánica. • El 22 de mayo de 2002, el diputado Martí Batres Guadarrama, del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, presentó iniciativa con proyecto de decreto que reforma el artículo 71 constitucional, para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación adquiera la facultad de iniciativa en materia de impartición de justicia y no solo en los relacionado con su ley orgánica, situación que es diferente en relación con las anteriores que se han comentado. • El 24 de abril de 2003, el diputado Luis Miguel Barbosa Huerta, del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, presentó iniciativa que reforma y adiciona el artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para conferir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación la facultad de iniciativa, pero solamente respecto a la materia de su competencia. • El 11 de diciembre de 2003, la diputada Margarita Ester Zavala Gómez del Campo, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, presentó iniciativa que reforma y adiciona el artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos a fin de facultar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para presentar iniciativas sobre la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. • El 18 de diciembre de 2003, llega la minuta del Senado a la Cámara de Diputados. 157 • El 15 de abril de 2004, la Cámara de Diputados aprueba el dictamen con 395 votos a favor, cero en contra: y cinco abstenciones, pero cambia el texto avalado por el Senado. La nueva redacción dice: Decreto por el que se adiciona una fracción IV y se reforma el último párrafo del artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. ARTÍCULO ÚNICO: Se adiciona una fracción IV y se reforma el último párrafo del Artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue: Artículo 71.- (...) I. (...) II. (...) III. A las Legislaturas de los Estados, y IV.- Al Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en las materias relativas al ejercicio de las funciones del Poder Judicial de la Federación. Las iniciativas presentadas por el Presidente de la República, por las Legislaturas de los Estados o por las diputaciones de los mismos, así como por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pasarán desde luego a comisión. Las que presentaren los diputados o los senadores, se sujetarán a los trámites que designe su ley y su reglamento. TRANSITORIO. ÚNICO. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. 158 Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión de los Estados Unidos Mexicanos.- México, Distrito Federal, a los 12 días del mes de abril del año 2004. La minuta modificada se le regresa al Senado. • El 7 de diciembre, el pleno manda un exhorto al Senado. Es importante señalar, que a la fecha el Senado no ha aprobado la iniciativa referida, misma que consideramos es la adecuada, ya que conforme a nuestra opinión, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como nuestro máximo órgano de interpretación de la legalidad y de la constitucionalidad, es quien mejor puede proponer los cambios o modificaciones con la finalidad de que se fortalezca la impartición de justicia de nuestro país y que además, no solo por presentar las iniciativas serán aprobadas, sino que serían analizadas en la Cámara correspondiente, donde se modificarían y se aprobarían o no, según se convenciera el poder legislativo de las virtudes que contengan. 159 CAPÍTULO 2. OTRA VERTIENTE DE LA PROFESIONALIZACIÓN: LA CONSOLIDACIÓN DE LA CARRERA JUDICIAL 2.1. Antecedentes en el Poder Judicial de la Federación No podríamos estar más de acuerdo con Rafael Martínez Puón, Doctor en Gobierno y Administración Pública, cuando afirma que el Servicio Profesional de Carrera se ha estado utilizando más dirigido a satisfacer necesidades y demandas de los servidores públicos, que orientados también hacia la satisfacción de los ciudadanos. Y que se tome en cuenta lo que está aconteciendo a su alrededor, para aprender de las experiencias y de las necesidades que se tienen qué cubrir, así como consolidar lo que ya existe102. Justamente es lo que acontece con la otra vertiente de la profesionalización para la impartición de la justicia: la carrera judicial, orientada mayoritariamente a las necesidades de los justiciables, con un alto grado de madurez y experiencias y que sólo requiere su consolidación. La citada reforma constitucional de 1994, introdujo en el ámbito nacional los consejos de la judicatura, a nivel federal y a nivel local. Nuestro país había quedado rezagado en décadas, respecto al establecimiento de este tipo de organismos, que funcionan en general con un buen grado de eficacia en muchos países europeos y sudamericanos. Se justifica plenamente su existencia en razón de la necesidad de separar a ministros y magistrados de las tareas de administración, control, vigilancia y disciplina del poder judicial y de sus diversas funciones. Los titulares de todos los órganos jurisdiccionales deben dedicarse a la delicada función pública de la impartición de justicia y sólo 102 MARTÍNEZ PUÓN, Rafael. Servicio porfesional de carrera: ¿para qué?. Cámara de Diputados LIX Legislatura. Fundación Mexicana de Estudios Políticos y Administrativos, A.C.; y, Miguel Ángel Porrúa, editor-librero. México, octubre de 2005. p.p. 337-339. 161 y exclusivamente a ello. La administración, la vigilancia, el control y la disciplina, deben quedar en manos de estos nuevos institutos. En este siglo XX, con motivo del Primer Congreso Jurídico Nacional, se alzó la voz del Lic. Indalecio Sánchez Gavito, proponiendo desde esa época, año 1921, la creación de la carrera judicial afirmando ya entonces lo siguiente: Mi proposición en concreto es esta: Creación de la carrera judicial para que de ella salgan los funcionarios de la administración de justicia y ocupen los puestos vacantes, por derecho propio y sin intervención de ningún otro poder103. Es conveniente proporcionar algunas de las características a lo largo del siglo XX, siendo que esta decisión radica en el hecho de que, a nuestro entender, el nuevo modelo de carrera judicial es fruto de la manera como se percibieron, con razón o sin ella, las irregularidades del modelo anterior, el cual se comprende como producto de una larga evolución histórica. Dentro de esta evaluación, las normas y hechos que pueden ser comprendidos bajo la denominación genérica de carrera judicial de jueces y magistrados, puede dividirse en los sistemas tutorial y cooperativo, del primero, nos avocaremos a una forma particular de formación, designación y adscripción de jueces y magistrados vigente desde 1917 hasta 1982, y con el segundo, primordialmente a la designación, vigente desde 1983 hasta 1994. El análisis que realizaremos permitirá poner de manifiesto cómo es que normas jurídicas con contenidos normativos semejantes, pueden dar lugar a resultados diversos dependiendo de la situación concreta en que se apliquen. 103 162 SÁNCHEZ GAVITO, Indalecio, Creación de la carrera judicial, Primer Congreso Jurídico Nacional, México, Imp. M. León Sánchez, Sucs. 1922, Pp 48 a 50. Normas jurídicas aplicables en materia de carrera judicial de 1917 hasta 1994 El texto original del artículo 97 constitucional establecía que los Magistrados de Circuito y los Jueces de Distrito serían nombrados por la Suprema Corte de Justicia, durarían cuatro años en el desempeño de su cargo y no podrían ser removidos sino por juicio de responsabilidad o por incapacidad para desempeñarlo. En la Ley Orgánica del 2 de noviembre de 1917, que fue la primera que se expidió bajo la vigencia de la Constitución, se regulaba que los nombramientos realizados por el Pleno tendrían que ser por mayoría absoluta de votos (artículo 12, fracción III) y que el propio Pleno tendría la facultad de cambiar las adscripciones sin afectar su remuneración económica o la categoría (artículo 12, fracción X). En el artículo 44 de la ley mencionada, también repetía que los Jueces y Magistrados durarían cuatro años en el ejercicio de su cargo, pero que todos aquellos que fueren nombrados con posterioridad a 1923, durarían indefinidamente en él. En el artículo tercero transitorio se listaron las causas específicas de responsabilidad de los funcionarios judiciales. Entre las principales causas previstas en este artículo destacan las siguientes: • Faltar sin causa justificada a las labores. • Demorar indebidamente el despacho de los negocios. • Realizar actos u omisiones que deriven en extraviar documentos o demorar el ejercicio de los derechos de las partes. • Defender a los abogados o litigantes. • Sacar sin autorización los expedientes de la oficina o tratar fuera de ella los asuntos judiciales. 163 • Admitir recursos notoriamente improcedentes u otorgar términos necesarios. • No resolver dentro de los términos legales. • Expedir nombramientos a fin de obtener provecho de ellos. • Admitir como probado o por no probado hechos que no lo estén o lo estén, respectivamente. • Fundar las resoluciones en normas inexactas o aplicables. • Dictar resoluciones contra texto expreso de la ley. • Aplicar la ley penal por analogía o mayoría de razón. • Aceptar ofertas o promesas por competer el ejercicio judicial. • Exigir remuneración de los abogados, procuradores o patrones. Fundado en los anteriores supuestos, la Suprema Corte de Justicia resolvió consignar a los jueces que hubieren actuado con "notorio desapego a la ley" cuando sus actos "constituyan un manifiesto desacato a los preceptos constitucionales" y cuando dicten sentencias en pugna con la jurisprudencia de la propia Suprema Corte. Así mismo, se determinó que la responsabilidad de jueces y magistrados se plantearía por vía de queja ante la Suprema Corte de Justicia, a efecto de que, sin más, se consignara el hecho ante el Ministerio Público, aun cuando la detención y prisión preventiva debería pedirse ante la propia Suprema Corte. Sobre el procedimiento, la Suprema Corte de Justicia puntualizó en el mes de julio de 1921 que la sola presentación de la queja debía conllevar la consignación de los hechos al Ministerio Público, a efecto de que éste inicie, ante el juez competente, el juicio respectivo, y sin que tal consignación 164 prejuzgue en lo absoluto sobre la responsabilidad o irresponsabilidad del juez acusado". Bajo la vigencia de esta Ley Orgánica de 1917, es cuando la Suprema Corte emitió los dos únicos reglamentos que han estado en vigor desde 1917: el de 2 de noviembre de 1917, y el de 6 de abril de 1923, ninguno de los cuales contenía disposiciones respecto a la carrera judicial. El 20 de agosto de 1928 se reformó el párrafo primero del artículo 97 constitucional, a efecto de suprimir del texto original el término de duración y la garantía de estabilidad en el cargo de jueces y magistrados, lo cual es explicable dados los acontecimientos generales que llevaron a la consolidación en el poder de Plutarco Elías Calles. Específicamente, dicha reforma concedió al Presidente de la República la facultad de pedir al Congreso la destitución, por mala conducta, de ministros, magistrados y jueces. Como consecuencia de estas reformas constitucionales, el 12 de diciembre de 1928 se expidió una nueva Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en la cual se ratificaron las facultades del Pleno para nombrar a magistrados y jueces, para conocer de sus renuncias, para suspenderlos en sus funciones y consignarlos al Ministerio Público por la comisión de delitos oficiales (artículo 13, fracción XVI), así como para cambiarlos de adscripción sin rebajarles el sueldo o categoría (fracción XVII). En el artículo 69 de la Ley se estableció la inamovilidad de los magistrados y jueces que hubieren sido ratificados o nombrados con base en la reforma constitucional de 1928, de manera tal que la separación sólo podía darse en términos del artículo 111 constitucional. Cuando era presidente de la República Abelardo L. Rodríguez, se expidió la Ley Orgánica del 31 de agosto de 1934, en la que se contempló algunos de los supuestos que habrían de estar presentes en ordenamientos posteriores, 165 estableciéndose que el Pleno de la Suprema Corte designaría a los jueces y magistrados sin expresar en el nombramiento su adscripción (artículo 12, fracción XVI); resolvería sobre sus renuncias (fracción XVI); los suspendería a solicitud de la autoridad judicial que conociera de la instrucción penal seguida por la comisión de delitos, siempre que estuviere acreditado el cuerpo del delito y la presunta responsabilidad (fracción XXV); ordenaría la práctica de investigaciones para averiguar su conducta (fracción XXVI), y tomaría las providencias oportunas e impondría las correcciones disciplinarias respecto de jueces y magistrados (fracción XXVII). Con relación a la inamovilidad, la Ley de 1934 volvió a establecer los supuestos de la de 1928, por lo que los jueces y magistrados eran designados por periodos indefinidos y su separación sólo se daba en términos del artículo 111 constitucional (artículo 81). Sin embargo, es importante consignar que en la Ley de 1934 (artículo 84) se señaló por primera vez un sistema de escalafón para ocupar las vacantes de jueces y magistrados, tomando en cuenta la capacidad y aptitud, la importancia de los servicios de interés general desempeñados y la conducta observada en el ejercicio del cargo, consignándose que, en igualdad de circunstancias, se tomaría en cuenta el tipo de servicios prestados a la nación. En el Poder Judicial se mantuvo un "escalafón" o "carrera judicial" al paso de los años, pero el mismo se interrumpió como consecuencia de las reformas constitucionales en diciembre de 1934. En términos del artículo cuarto transitorio del correspondiente decreto, se confirieron atribuciones a la Suprema Corte de Justicia para que designara a los jueces y magistrados durante los diez primeros días del mes de enero de 1935, siendo relevante manifestar que la totalidad de los ministros de la Suprema Corte cesaron en el ejercicio de su encargo con fecha 31 de diciembre de 1934. En sesión privada del día 1o. de 166 enero de 1935, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia designó como integrantes de la "Comisión revisora de las hojas de servicios y antecedentes de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito que actualmente funcionan en la República", a los ministros Ortiz Tirado, Aguirre Garza, Ruiz, Santos Guajardo y el presidente Valencia, con la finalidad de que en el término de cuatro días rindieran el correspondiente dictamen. En la sesión privada del día 5 de enero de 1935 renunció a su cargo un Juez de Distrito, y en la del día 9 se sometió a votación la lista de 6 magistrados y 45 jueces, la cual fue aprobada en sus términos, procediéndose a determinar también la nueva adscripción de unos y otros. Adicionalmente a la incorporación del sistema escalafonario, el artículo décimo transitorio estableció que a partir del 1o. de octubre de 1934 los Jueces y Magistrados perderían el carácter de titulares de determinado juzgado o tribunal. En el artículo decimotercero transitorio de la Ley Orgánica de 1934 se estableció que continuaban en vigor los supuestos de responsabilidad previstos en la Ley de 1928. Como se estableció, la mayoría de los supuestos normativos de la Ley de 1934 se repiten en sucesivas leyes orgánicas, por lo que en obvio de repeticiones, podemos limitarnos a señalar las variantes que en materia de carrera judicial fueron apareciendo posteriormente. En la Ley Orgánica del 1o. de enero de 1936 se otorgaron facultades a la Suprema Corte, además de aquellas que le había conferido la Ley de 1934, para adscribir a jueces y magistrados (artículo 12, fracción XVII), cambiarlos de adscripción (fracción XX), e imponer correcciones disciplinarias en los casos de faltas graves, y suspenderlos en sus funciones para consignarlos al Ministerio Público si aparecieran indiciados en la comisión de delitos (fracción XXX). En el 167 artículo 9o. de la Ley de 1936 se modificó la garantía de estabilidad de los jueces y magistrados, y se dispuso que durarían seis años en el ejercicio de su cargo, y durante él sólo podrían ser removidos en términos del artículo 111 constitucional. También se mantuvo el sistema escalafonario para cubrir las vacantes de jueces y magistrados (artículos 92 y 93), y la remisión a los supuestos de responsabilidad previstos en la Ley de 1928. Al resolver la queja 34/37, la Suprema Corte estableció que a ella misma correspondía dictar las medidas necesarias para subsanar las omisiones que conllevaran a que la administración de justicia no fuera expedita, pronta y cumplida, y que en los casos en que se estimara que un funcionario había incurrido en responsabilidad, era el Ministerio Público el que debía ejercitar la acción respectiva. La reforma constitucional de septiembre de 1944 relativa a la facultad del presidente para solicitar a las cámaras del Congreso la destitución de los jueces federales, estableció que previamente el Ejecutivo debía escuchar en privado al funcionario judicial de que se tratara, requisito que la doctrina calificó de "confesión laica". Con la reforma al artículo 97 constitucional el 19 de febrero de 1951, se determinó que los magistrados y jueces serían nombrados por la Suprema Corte de Justicia y durarían cuatro años en el ejercicio del cargo, al término de los cuales, si eran reelectos o promovidos a otro superior, sólo podían ser privados del cargo en términos del artículo 111 constitucional, o previo juicio de responsabilidad. Como consecuencia de la reforma constitucional, en la misma fecha se reformó la Ley Orgánica de 1936, aun cuando en la reforma no estuvo comprendida la carrera judicial. En la reforma del 30 de abril de 1968 a la Ley Orgánica sí se implementaron dos importantes cuestiones en esta materia: primera, se le otorgó la facultad al 168 Pleno de la Suprema Corte para suspender en sus cargos a los Jueces y Magistrados a solicitud de la autoridad que siguiera la averiguación penal por la comisión de delitos siempre que estuviere comprobado el cuerpo del delito y la presunta responsabilidad, en este caso se debía comunicar la resolución a la autoridad que hubiere formulado la solicitud y determinar el pago del sueldo del funcionario suspendido hasta en un 50% del que le correspondía, (artículo 12, fracción XXVIII), y, segundo, el retiro automático de los magistrados y jueces que hubieren cumplido setenta años al entrar en vigor el decreto de reformas (artículo 10 transitorio). Con la reforma de diciembre de 1982 al título cuarto de la Constitución, respecto a las responsabilidades de los ahora servidores públicos, se suprimió la facultad del Presidente de la República para solicitar al Congreso la destitución de los jueces federales. El 4 de enero de 1984, hubo otra reforma en la cual no se consigna en tanto se limitó a precisar que los jueces y magistrados ratificados o ascendidos una vez cumplido su periodo de cuatro años, sólo podrían ser removidos del cargo en términos del título IV de la Constitución. Esta reforma, por otra parte, se dio como consecuencia de la modificación al párrafo primero del artículo 97 constitucional del día 28 de diciembre de 1982. En la reforma legal del 10 de enero de 1986 se estableció en el artículo 92 que las vacantes de magistrados y jueces se cubrirían teniendo en cuenta la capacidad y aptitud de los aspirantes, prefiriéndose a los jueces de distrito reelectos para cubrir las vacantes de magistrados, y se dispuso que sólo en casos excepcionales podrían designarse a personas externas al Poder Judicial de la Federación en razón a sus antecedentes, capacidad, honorabilidad y competencia (artículo 92). 169 El 10 de agosto de 1987 se reformó, nuevamente, el artículo 97 constitucional, a fin de establecer que la duración en el cargo de los magistrados y jueces sería de seis años, manteniéndose en lo demás los supuestos de inamovilidad y procedimientos de remoción. El 5 de enero de 1988 se publicó una nueva Ley Orgánica, misma que en la materia de nuestro análisis no introduce supuestos diversos a los que hemos venido consignando, salvo en lo que se refiere a la remisión a los supuestos de responsabilidad de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, publicada en el Diario Oficial del día 31 de diciembre de 1982. Modelos de carrera judicial desde 1917 hasta 1994104 Si se lleva a cabo un análisis empírico de la selección, nombramiento y ascenso de los magistrados y jueces del Poder Judicial de la Federación durante la vigencia de la Constitución de 1917, resulta posible plantear dos modelos relevantes, resultando curioso es que ambos modelos se dan bajo la vigencia de normas jurídicas con contenidos semejantes, de ahí que no sea posible fundar la dualidad encontrada en explicaciones puramente normativas. Por ello, una primera posibilidad de explicación puede radicar en las conductas y circunstancias particulares de los individuos que actuaron como ministros de la Suprema Corte de Justicia, en tanto que a ellos se reservó, desde el texto original de la Constitución de 1917, la designación de jueces y magistrados. Sin embargo, y a pesar de esta limitación, parece interesante apuntar algunas de las causas que de manera predominante han determinado el nombramiento y movilidad de los jueces y magistrados federales en el pasado reciente. 104 Véase la obra del Dr. José Ramón Cossío: Jurisdicción Federal y Carrera Judicial en México. UNAM. 1996, de la cual obtuvimos esta clasificación y conceptos. 170 Modelo tutorial (1917-1982) Durante parte del siglo XX estuvieron en vigor disposiciones que facultaban a la Suprema Corte de Justicia a nombrar, adscribir y ascender a los Jueces y Magistrados federales y, a partir de 1934, a cubrir las vacantes de estos últimos mediante un sistema escalafonario, sin embargo, en la practica dicho sistema no funcionó de manera formal o, si se quiere, a partir de lo dispuesto en normas de carácter general, sino que se basó en un conjunto de prácticas reiteradas de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia. Estas prácticas consistieron en la designación, como jueces de Distrito, de los secretarios de Estudio y Cuenta de los Ministros, y como Magistrados, de los jueces de Distrito. El escalafón informal aludido se mantuvo en tanto que para llegar a ocupar el cargo de secretario de Estudio y Cuenta en la Suprema Corte, normalmente había que fungir con anterioridad en los cargos de Oficial Judicial, Actuario, Secretario de Juzgado y Secretario de Tribunal o, al menos, alguno de estos dos últimos, pues los Ministros llevaban a cabo su selección de entre ellos. Hecha esta última, el Ministro al que por razón de turno le correspondiera hacer la propuesta, sometía el nombramiento de Juez o Magistrado al Pleno de la Suprema Corte, a efecto de que éste emitiera la votación correspondiente. Por la larga permanencia de los Secretarios o Jueces en este periodo, es de suponerse los Ministros tenían un profundo conocimiento de ellos, que habrían de nombrarlos, por lo que siendo escasa la rotación del personal y la creación de órganos, también es factible suponer que las propuestas de candidatos no recaían en personas de escasa comportamiento hubiera dudas. preparación o respecto de cuyo Entre 1917 y 1982 hubo un total de 161 ministros. Si analizamos el crecimiento de los órganos del Poder Judicial de la Federación entre 1917 y 1982, encontraremos que el mismo fue particularmente modesto. 171 Igualmente, si consideramos el porcentaje del Presupuesto de Egresos de la Federación que en esos años se le asignó al Poder Judicial de la Federación. Órganos Jurisdiccionales del Poder Judicial de la Federación (1930-1995) Año Tribunales Tribunales unitarios colegiados Juzgados 1930 6 46 1940 6 46 1950 6 46 1951 6 5 46 1960 6 6 48 1970 9 13 55 1980 12 23 89 1982 16 24 98 1985 18 30 102 1988 25 57 131 1990 29 65 146 1993 44 78 162 1995 47 83 176 Fuente: Centro de Documentación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Nota: Los Tribunales Colegiados de Circuito se crean en 1951. 172 Gráfica 2: Órganos Jurisdiccionales del Poder de la Federación (19301955) Cuadro comparativo del Presupuesto de Egresos de la Federación y el Presupuesto de Egresos del Poder Judicial de la Federación (1933-1996). AÑO FEDERACIÓN PODER JUDICIAL PORCENTAJE 1933 $215’541,737.30 $2’859,303.56 1.33% 1934 $242,732,968.03 $3’000,000.00 1.24% 1935 275’795,000.00 $3’150,000.00 1.14% 1940 $448,769,299.63 $4,100,000.00 0.91% 1945 $1’’006’630,812.40 $6’105,000.00 0.61% 1950 $2’’746’057,100.00 $10’271,000.00 0.37% 1955 $5’’681’399,000.00 $29’277,000.00 0.52% 1960 $10’’256’341,000.00 $45’878,000.00 0.45% 1965 $37’’008’080,000.00 $67’352,000.00 0.18% 1970 $72’’229’308,000.00 $109’736,000.00 0.15% 173 1975 $346’’658’425,000.00 $265’358,000.00 0.08% 1980 $1’’’683’’412’,335,000.00 $1’’000’017,000.00 0.06% 1981 $2’’’332’’724’000,000.00 $1’’600’000,000.00 0.07% 1982 $3’’’320’’569’238,000.00 $2’’399’530,000.00 0.07% 1983 $7’’’118’’774’478,000.00 $2’’783’752,000.00 0.04% 1984 $12’’’023’366,406,000.00 $8’’306’700,000.00 0.07% 1985 $18’’’589’’980’461,000.00 $15’’168’687,000.00 0.08% 1986 $32’’’224’’612’700,000.00 $22’’401’800,000.00 0.07% 1987 $86’’’211’’864’300,000.00 $42’’810’800,000.00 0.05% 1988 $208’’’879’’100’000,000.00 $131’’383’800,000.00 0.06% 1989 $246’’’506’’934’400,000.00 $171’’146’000,000.00 0.07% 1990 $197’’’009’’066,200,000.00 $257’’000’000,000.00 0.13% 1991 $233’’’802’’021’800,000.00 $394’’823’500,000.00 0.17% 1992 $249’’’245’’241’400,000.00 $555’’661’300,000.00 0.22% 1993 N$ 275’’532’254,600.00 N$ 727’190,000.00 0.26% 1994 N$ 309’’676,900,000.00 N$ 850’131,000.00 0.27% 1995 N$ 352’’488’708,600.00 N$ 1’’385’915,000.00 0.39% 1996 N$ 553’’718’000,000.00 N$ 2’’343’608,000.00 0.42% Porcentaje del Presupuesto del Poder Judicial de la Federación respecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (1933-1996) 174 Gráfica 3: Presupuesto de Egresos de la Federación (1933-1996) Gráfica 4: Presupuesto del Poder Judicial de la Federación (1933-1996) 175 Conforme a los datos anteriores, se puede suponer que durante estos años el crecimiento del Poder Judicial de la Federación fue bajo en la creación de órganos jurisdiccionales y en el nombramiento y contratación de personal. Si se relaciona la manera de designar a los jueces de Distrito con el bajo crecimiento del Poder Judicial, encontraremos las claves de lo que denominamos un "modelo tutorial", en tanto que el ingreso a la carrera judicial (juez de Distrito) se efectuaba una vez que estuviera laborando para un Ministro durante varios años (de seis a siete en promedio), en los cuales no sólo desempeñaba la función específica por la cual era remunerada, sino que de manera primordial era entrenada en el análisis de los asuntos y la preparación de los proyectos, en el conocimiento de los precedentes y de las interpretaciones admitidas de los preceptos jurídicos, y en el conocimiento de la "filosofía" del Poder Judicial, por lo que es factible afirmar que estos conocimientos y experiencias eran adquiridos por los secretarios a través del trato cotidiano y directo con el respectivo Ministro, y que ambos eran reproducidos durante el desempeño en las funciones judiciales. Si los argumentos anteriores representan de manera cercana lo acontecido en la Suprema Corte de Justicia en los años en cuestión, cabe mencionar que tal práctica presentaba ventajas e inconvenientes. Dentro de los primeros cabe destacar, ante todo, que el aprendizaje se diera de manera personalizada a partir de las enseñanzas de un Ministro, bajo la vigilancia permanente de los integrantes del Pleno o de las Salas de la Suprema Corte. Dentro de las desventajas debemos identificar el hecho de que los conocimientos y las experiencias adquiridas por las personas que luego fungían como jueces y, como magistrados, tendían a repetir los conocimientos y experiencias de hombres de generaciones anteriores o con determinados intereses, lo cual hacía poco probable la renovación de ideas o criterios dentro del mismo Poder Judicial de la Federación. 176 Modelo cooperativo (1983-1994) Estando en vigor los supuestos normativos que permitían la designación de jueces y magistrados, en 1983 hubo una serie de cambios que conllevan la modificación del modelo tutorial, en ese año, comenzó a crecer el número de Órganos del Poder Judicial de la Federación en cerca de veintiún por año. Igualmente, en ese año comenzó a incrementarse en términos reales el Presupuesto de Egresos del Poder Judicial, en una tendencia que habría de mantenerse a lo largo de la década de los años ochenta y noventa. Finalmente, se estableció un catálogo de puestos y un nuevo tabulador de sueldos homologados a los de la administración pública federal, terminando así con el rezago que habían padecido los servidores públicos del ramo judicial federal. Las variaciones presupuestales y en el crecimiento del número de órganos fueron causa suficiente para romper los supuestos del modelo tutorial, dada la necesidad de nombrar constantemente a un número importante de jueces y magistrados. En adelante, la permanencia en el cargo de Secretario de Estudio y Cuenta de Ministro se redujo considerablemente respecto de los años que en promedio se requerían hasta 1983. Al incrementarse el número de personas a nombrar, también creció el número de turnos de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia para proponer al Pleno el nombramiento de jueces y de magistrados. Si, en efecto, cada año se creaban en promedio veintiún órganos jurisdiccionales, y si pudiéramos suponer que éstos eran siete juzgados, siete tribunales unitarios y siete colegiados, ello implicaba la necesidad de designar a 35 funcionarios judiciales por año, es decir, un promedio de 1.6 nombramientos de cada ministro en ese periodo, esto sin tomar en cuenta las vacantes que pudieran producirse por otros motivos. 177 El poco crecimiento entre los años de 1917 a 1982 ocasionó que los nombramientos judiciales no fueran de por sí un problema, a partir de 1983 se convirtió en un tema de importancia, por la frecuencia y cantidad de las designaciones. Ya que en el modelo tutorial la falta de normas generales que regularan la designación o adscripción quedaba salvada por las virtudes propias del modelo y sus condiciones de operación, al iniciarse el crecimiento esa misma falta de reglas hizo recaer todo el peso de las decisiones en el ministro que proponía al candidato y en el Pleno que debía pronunciarse sobre la propuesta. Tratando de obtener una explicación plausible del comportamiento de los ministros en ese periodo, y ante la carencia de información interna o de normas de conocimiento público, nos parece conveniente proponer a tal efecto la aplicación de un modelo formal, partiendo de la teoría de la elección o cálculo de la utilidad esperada. Presuponiendo esta función, resulta factible apuntar que los individuos que participaban en la toma de las decisiones a estudiar actuaban de cierta manera cuando incrementaban su utilidad y de otra manera en caso contrario. Futuros estudios, más acuciosos y completos que el nuestro, podrán determinar, de acuerdo con los datos que se recopilen, si tal modelo formal tuvo o no capacidad explicativa. En este sentido, y conforme a la situación prevaleciente en 1983-1994, cabe señalar algunos presupuestos: • Que el Pleno de la Suprema Corte se componía de veintiún ministros. • Que los nombramientos de jueces y magistrados eran hechos por el Pleno a partir de la propuesta que le sometía uno de los ministros. 178 • Que las propuestas correspondían a los veintiún ministros numerarios en razón de un turno establecido por sorteo y renovable una vez que todos hubieren hecho una propuesta. • Que para realizar un nombramiento bastaba una votación mayoritaria simple. • Que no existían normas generales que regularan los procedimientos de designación ni la posibilidad de controlar objetivamente las decisiones tomadas por la Suprema Corte. Admitido el carácter racional de las conductas, y ubicadas éstas en el contexto específico de la carrera judicial, puede suponerse que los ministros mantenían respecto de ella tres objetivos constantes: • Lograr el nombramiento de los jueces y magistrados que proponían. • Proponer candidatos respecto de los cuales se guardara una mínima vinculación personal. • Lograr que los jueces o magistrados nombrados fueran adscritos a órganos con una específica competencia material o territorial. Establecidos sus supuestos, condiciones y objetivos, cabe analizar el modelo desde el punto de vista dinámico. Para obtener la operación de este último, supongamos la situación en la que un ministro tuviera que proponer al Pleno de la Suprema Corte de Justicia el nombramiento de una persona para el cargo de juez o magistrado. Ante una situación de este tipo, puede suponerse que ese ministro buscaría asegurar el número suficiente de votos de otros ministros a efecto de que su candidato resultara aprobado. Debido a que las designaciones se llevaban a cabo en condiciones estables (i. e., mediante la actuación de un grupo identificado y cerrado de personas a lo largo de periodos de actuación individualmente conocidos), era factible suponer el mantenimiento 179 de los intercambios de votos entre las mismas personas a lo largo de cierto tiempo. Si, como también es posible pensar, las personas involucradas en los intercambios decidían mantenerlo siempre que la parte respecto de la cual actuaban en un caso concreto mantuviera la reciprocidad de su conducta, resulta factible admitir la consolidación de compromisos de votación entre los ministros. Esto último en tanto que, de conformidad con los artículos 2o. y 3o. del "Decreto que establece las causas del retiro forzoso o voluntario de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación", los propios integrantes del Pleno sabían con precisión la fecha en que cada uno de ellos habría de abandonar el cargo. Aceptar esta situación implica suponer que los veintiún ministros intercambiarían entre sí su voto, dando lugar con ello a la formación de un universo completo y cerrado. Como lo han estudiado con detalle las teorías de la elección racional, el mantenimiento de un universo de votantes con tales características resulta sumamente difícil en lo que respecta a los elevados costos de transacción, por un lado, y, por el otro, es irreal en cuanto parte del supuesto de que la totalidad de los integrantes mantienen intereses estables y compartidos. Por lo que hace a los costos de transacción, cabe apuntar que pretender la unanimidad resulta en extremo gravoso, de ahí que sea más sencillo admitir la existencia de grupos formados por el mínimo de los votos necesarios para obtener un nombramiento. Debido a que el quórum de asistencia del Pleno en la Ley Orgánica derogada era de quince integrantes, y el de votación de mayoría simple de éstos, para lograr la aprobación de los candidatos propuestos bastaba un mínimo de ocho votos siempre que se satisficiera el primer tipo de quórum. 180 Sin embargo, desde el momento en que resultaba factible la integración del Pleno con sus veintiún miembros, el mínimo de votación requerida era de once ministros, siendo más racional lograr el compromiso de once que de veintiún integrantes. En los artículos 3 y 4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación del 5 de enero de 1988, se determinan respectivamente los quorums de asistencia y de votación en el Pleno de la Suprema Corte. En lo que respecta al segundo problema, pueden hacerse varias anotaciones. En primer lugar, si analizamos el funcionamiento de la Suprema Corte de Justicia entre 1983 y 1994, nos encontramos que, sobre todo en los años finales del periodo, las decisiones se tomaban mediante votaciones muy desmedidas; en segundo lugar, que el número de designaciones de ministros a lo largo del mismo fue particularmente alto, y en tercer lugar, que un número alto de esas designaciones recayeron en personas que no provenían del Poder Judicial de la Federación. De los 30 nombramientos habidos entre 1983 y 1994, 16 recayeron en personas no provenientes del Poder Judicial de la Federación105. Analizando en conjunto los tres puntos anteriores, no es posible suponer la existencia de un grupo homogéneo o estable entre los veintiún ministros dada su votación, los diferentes antecedentes de los ministros y las diversas visiones de éstos respecto del Poder Judicial de la Federación. Si partimos de que para lograr el nombramiento resulta más racional conseguir el voto de once que de veintiún ministros, que entre los ministros existen diversos intereses o visiones, y que en las acciones individuales al interior de una colectividad la más racional es aquella que adopta el mismo sentido que la acción precedente de otros 105 FIX-ZAMUDIO, Héctor y COSSÍO DÍAZ, José Ramón, El poder judicial en el ordenamiento mexicano, México, Ed. FCE, 1996. 181 miembros del grupo, puede comprenderse fácilmente que se hayan formado dos grupos entre los ministros del Pleno. En el modelo tutorial resultaba difícil llegar a la formación de dos grupos, dado que la muy baja frecuencia en el nombramiento de jueces y magistrados y el conocimiento personal de los candidatos por parte de los ministros, provocaba que las postulaciones y los nombramientos gozaran de mayor objetividad y la menor necesidad de formar compromisos, aunque sí pareciera factible suponer la existencia de estos últimos respecto de hechos o situaciones más transitorias o específicas que permanentes. En todo caso, la falta de normas escritas permite suponer la existencia de una práctica interna y reiterada que, a su vez, hace suponer el mantenimiento de cierta homogeneidad respecto, al menos, de las cuestiones no jurisdiccionales. Una vez formados estos grupos en virtud y para efectos de los nombramientos de jueces y magistrados resulta factible suponer, también, que la estrategia cooperativa tendría que haberse mantenido respecto de materias diversas a la designación, como podrían haber sido las facultades no jurisdiccionales contenidas en el artículo 13 de la derogada Ley Orgánica de 1988. Si, en efecto, pudiera admitirse que en la Suprema Corte llegaron a formarse dos grupos de ministros y, consiguientemente, dos tipos distintos de intereses que competían entre sí para representar el punto de vista institucional, resultan explicables muchos de los acontecimientos acaecidos entre 1983 y 1994. Ante una falta casi absoluta de información pública respecto del funcionamiento de la Suprema Corte en la prensa o proveniente de los académicos, el modelo presentado permite conocer algunos acontecimientos internos de ese órgano y de la conducta de sus integrantes, y la explicación causal de diversos hechos externos, entre los cuales podría estar la reforma judicial de diciembre de 1994. 182 Al comparar las disposiciones generales emitidas por la Suprema Corte entre 1917 y 1982 con las establecidas de 1983 a 1994, es manifiesto el incremento de éstas en este segundo periodo. Debido a que las normas jurídicas que regulaban el funcionamiento de la Suprema Corte se mantuvieron en vigor durante los periodos apuntados, no cabe aceptar que el incremento regulador fue la consecuencia de cambios normativos de jerarquía superior, si bien es cierto que en las reformas constitucionales de 1988 se le dieron competencias para emitir acuerdos generales (artículo 96 constitucional). Adicionalmente, tampoco nos parece que durante los primeros años del lapso 1983-1994 se hayan dado cambios sustanciales en la percepción pública o privada hacia la Suprema Corte, de manera tal que esta última haya reaccionado (internamente) a causa de tal presión externa. Esta afirmación se basa, primordialmente, en el tono de los discursos rendidos por los entonces presidentes de la Suprema Corte don Jorge Iñárritu y don Carlos del Río, así como por la ausencia absoluta de discusión pública sobre su funcionamiento o sus prácticas internas. Si durante los años en cuestión no se dan modificaciones normativas ni una presión externa relevante, el incremento normativo interno puede tener su explicación en el conflicto entre los grupos de ministros. La regulación existente estaba relacionada con el control de las actividades de los ministros primordialmente respecto de la actuación de los jueces y magistrados y de los respectivos empleados de éstos. En todos los casos señalados, y bien fuera por la determinación interna del Pleno o por la actuación del órgano legislativo, mediante tales normas se buscaba que los tribunales y juzgados fueran visitados con fundamento en reglas objetivas; consolidar la posición del presidente de la Suprema Corte como ejecutor de las funciones 183 administrativas de ésta, o introducir las vías para la determinación de las faltas administrativas y las correspondientes sanciones. Paradójicamente, mientras que a primera vista pudiera parecer que la progresiva regulación aparecida en el periodo 1983-1994 significaba el mantenimiento de ciertas condiciones de unidad al interior del Pleno de la Suprema Corte, nos parece que cabe afirmar lo contrario. El hecho de que en los once años que estamos considerando se haya establecido un número importante de normas para regular situaciones que, aun cuando presentes desde siempre en el Poder Judicial se habían resuelto consuetudinariamente, nos lleva a concluir que su aparición obedece a la existencia del conflicto generado por los dos grupos formados por ministros. Ante visiones diferentes de la función del Poder Judicial y de su posición y atribuciones respecto de él, es fácil suponer la necesidad de establecer normas objetivas mediante las cuales, o se impusiera una visión sobre otra o bien se llegara a un acuerdo que permitiera el funcionamiento del órgano mismo y, por ende, del Poder Judicial en su integridad. Dada la aparición de dos grupos distintos en la Suprema Corte, es fácil suponer la progresiva radicalización de las posiciones, de manera tal que los mismos buscaron abarcar más aspectos que la mera designación que nos sirvió como punto de partida. De ello puede ser un ejemplo, como antes se dijo, la forma como se votaron las postulaciones de los últimos presidentes de la Suprema Corte, la resolución de las quejas administrativas o las adscripciones de jueces y magistrados. Respecto del sentido que el Pleno de la Suprema Corte dio a las quejas administrativas en tiempos recientes, y por el gobierno mismo, primordialmente a través de la Procuraduría General de la República y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (véase la tabla siguiente): 184 Número de quejas administrativas presentadas en contra de jueces y magistrados 1990 1991 1992 1993 1994 1995 Total 24 58 165 109 30 28 414 Número de quejas presentadas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos contra órganos del Poder Judicial de la Federación (Junio 1990Enero 1992) Periodo Quejas Junio 19990-diciembre, 1990 32 Diciembre, 1990-junio, 1991 39 Junio, 1991-diciembre, 1991 93 Diciembre, 1991-enero, 1992 9 Fuente: Informes de la CNDH Nota: La CNDH dejó de conocer de este tipo de quejas con motivo de la reforma al artículo 102 constitucional, publicada el 28 de enero de 1992, la cual excluyó a los órganos del Poder Judicial de la Federación del ámbito de competencia de dicha Comisión. Adicionalmente, los cambios habidos en las relaciones sociales y políticas del país y el creciente pluralismo social, pusieron de manifiesto la necesidad de contar con una Suprema Corte que actuara como "árbitro" en un número cada vez mayor de conflictos entre los grupos sociales y políticos. 185 La percepción pública (correcta o incorrecta) sobre el funcionamiento del Poder Judicial de la Federación o, al menos de algunas de las normas que regulaban su funcionamiento, o de las prácticas seguidas en su interior, fue recogida de manera destacada en la campaña presidencial de 1994. Así, el entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Ernesto Zedillo, en el discurso pronunciado en la ciudad de Guadalajara el día 14 de julio, señalaba que por ser la modernización del Poder Judicial "[...]un sentido reclamo de todos los mexicanos[...]", se realizaría una reforma integral a efecto de asignar a diversos órganos el ejercicio de las funciones jurisdiccionales y administrativas, fortalecer la independencia judicial y establecer un riguroso sistema de carrera judicial106. Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), sostuvo en sus "94 Compromisos de Gobierno", el propósito de "garantizar la excelencia, probidad y funcionalidad del Poder Judicial y designar a los ministros de la Suprema Corte por mayoría calificada del Congreso. Establecer un servicio judicial de carrera regida por estrictos criterios de competencia y honorabilidad[...]". Finalmente, en la plataforma electoral del Partido Acción Nacional (PAN) para esa elección se estableció que: Con el argumento de que el Poder Judicial es el garante último de la Constitución y, por ende, no puede quedar sometido a otro poder, se ha generado una tendencia a la irresponsabilidad política y funcional de sus núcleos. Los controles internos de solvencia moral y capacidad subjetiva para desempeñar la función directamente del Pleno. 106 186 son prácticamente inexistentes y dependen Es necesario garantizar la autonomía del Poder ZEDILLO PONCE DE LEÓN, Ernesto, Propuestas y compromisos, México, Ed. Noriega, 1994, pp. 200, 202-203. Judicial de la Federación al mismo tiempo que se establecen disposiciones para obligar a los jueces al cumplimiento de su deber constitucional. Es este clima de opinión hacia el Poder Judicial en general, y hacia el sistema de designación, adscripción y remoción de jueces y magistrados, en particular, a finales del periodo que denominamos cooperativo, el que, en buena medida, permite explicar las reformas de diciembre de 1994. 2.2. Análisis de la Carrera Judicial en México De conformidad con lo establecido por los artículos 94 y 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como del contenido de los títulos sexto y séptimo de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se desprende que el órgano administrativo del Poder Judicial de la Federación que regula la vigilancia, disciplina y carrera judicial, es el Consejo de la Judicatura Federal. Carrera Judicial que se regirá por los principios de excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia107. Carnelutti, ha definido a la carrera judicial, como al conjunto o a la escala de los grados del oficio judicial; o bien, a la profesión que ejercen los funcionarios judiciales o la serie de grados desde el inferior hasta el superior, por los cuales van ascendiendo los funcionarios judiciales108. Por su parte, el Doctor e Investigador Emérito, Héctor Fix-Zamudio, define a la carrera judicial como “el tránsito de etapas o escalafones progresivos que pueden recorrer los jueces profesionales (con título o licencia para ejercer las profesiones jurídicas o el especial desempeño de la judicatura...), abarcando en 107 GUERRERO, Omar. “El funcionario, el diplomático” ... Citado por Jesús Boanerges Guinto López. Servicio Civil de Carrera en la Administración de Justicia Federal”. Instituto de la Judicatura Federal. México, 2000. P.24. 108 Ibid. 187 periodo preliminar, como los cursos en la escuela judicial dada la condición propia de los conocimientos y experiencias de la función del juzgador; el ingreso, no por designación favoritista, sino por reconocimiento de los méritos del aspirante; las promociones, obtenidas por el fiel cumplimiento de los quehaceres judiciales; y finalmente, el retiro reglamentario109. En este trayecto judicial resulta deseable que se demuestre y confirme la vocación de administrar justicia, con un desempeño no rutinario sino ejemplar de sus integrantes y debe incorporarse como un atributo esencial de la carrera judicial, el estricto apego a un estatuto judicial, que involucre, por un lado, la dignidad indispensable de los derechos subjetivos de jueces y magistrados, terminología preferible a la de las garantías judiciales que deben referirse al instrumento titular de esas facultades sustanciales de los juzgadores: independencia, inamovilidad, derechos económicos, presupuestales, de seguridad social, honoríficos, de respeto a su persona y de eficiencia en su mandato; y, por otro, el catálogo de los deberes judiciales que comprenda las prohibiciones, incompatibilidades y obligaciones congruentes con su delicada tarea. Sagüés en su obra “Las escuelas judiciales”, establece que no por estar mucho tiempo en un determinado puesto judicial, el servidor público en cuestión será de carrera, por otra parte, el paso por distintos escalones judiciales aunque sea lo más parecido a una carrera profesional, tampoco quiere decir que ésta exista, en tanto que tal recorrido haya dependido de nombramientos discrecionales subordinados al arbitrio de quien produjo los nombramientos. Por lo que para que exista una auténtica carrera judicial, se requiere de los siguientes factores: función judicial, formación y selección de personal, 109 188 BÁEZ SILVA, Carlos. La Carrera Judicial Mexicana. Instituto de la Judicatura Federal. México, 2002. P. 9. escalafón con derecho subjetivo a recorrerlo, estabilidad y régimen adecuado de retiro110. Cabe señalar que algunos autores estiman que para que exista carrera judicial, es suficiente la simple permanencia o continuidad en la función de juzgar; para otros, es menester que los nombramientos para desempeñar los cargos judiciales tengan el carácter de definitivos, agregando como característica de la carrera judicial, el requerimiento de una profesión jurídica especial con conocimientos propios de la actividad. Asimismo esos profesionistas deben estar adscritos a ese sector del servicio público, en las que el escalafón esté ligado con la carrera judicial. Es así, como a la carrera judicial se le ha conceptuado como el conjunto de personas, con formación profesional, que tienen a su cargo la función juzgadora, con carácter de permanente y con derecho a ocupar distintos puestos, según su antigüedad, méritos y circunstancias, de acuerdo con lo que establezcan y regulen las disposiciones orgánicas. Desde sus antecedentes más remotos, durante el año de 1821, se comenzó por proveer de recursos a jueces y escribanos, velar por sus sueldos y cuidar su conducta; sin embrago casi no había ni unos ni otros, estaban mal pagados y algunos ni sueldo tenían. Con grandes limitaciones para implantar la organización judicial en nuestro país, fue la Secretaría de Justicia y Negocios Eclesiásticos la encargada de la renovación de la justicia, ya que esta no estaba ni impartida ni administrada de manera adecuada, porque los cargos de subdelegados, creados para hombres ilustrados, estaban en manos de personas impreparadas, y en ocasiones, ineptas y corruptas. El remedio inmediato adoptado, fue dotar al cargo, con sueldo suficiente en el nivel de 110 Ibid. 189 jueces de primera instancia, estableciéndose a su vez inflexibles exámenes de selección para los aspirantes. Sin embargo, a pesar de dicho método de selección, los titulares de la Secretaría se encontraban en la disyuntiva de su insatisfacción por la demasía de oficiales y por los elevados sueldos que devengaban y la necesidad de multiplicar plazas de los juzgadores y sus colaboradores, por lo que Miguel Ramos Arizpe, sugirió la creación de plazas de promotor fiscal en el Distrito Federal para auxiliar a los jueces. Fue entonces, cuando una vez que la administración de justicia había pasado del gobierno del Estado de México al Gobierno Federal, ésta seguía en manos de los antiguos jueces como primera instancia, mientras que la Suprema Corte de Justicia continuaba como segunda y tercera instancia111. La carrera judicial tal y como la conocemos el día de hoy, fue implantada en 1994, anteriormente el tránsito de una categoría a otra dependía, del jefe inmediato superior, quien adoptaba la figura de tutor del empleado de menor jerarquía, a quien adiestraba en las prácticas, conocimientos y actitudes del cuerpo judicial112. Es así como el sistema que existía en México, para designar a jueces y magistrados federales, respondía a los sistemas del common law y al principio del autogobierno del Poder Judicial Federal, ya que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación los designaba sin la menor intervención de ningún otro poder. Sin embargo el sistema se degeneró y dio cabida a situaciones tan inconvenientes como el régimen del clientelismo, es decir, un ministro hacía la proposición para designar a un juez o magistrado “por turno” y su propuesta era automáticamente aceptada por los demás ministros, para que cuando a otro le tocara el turno, no se le realizara ninguna objeción. Así el ministro tenía su clientela a la que cuidaba y protegía para lograr buenas 111 GUERRERO, Omar. El funcionario, el diplomático... P. 660. 112 Ibid. 190 adscripciones y promociones, y aunque el magistrado o juez cometieran alguna infracción leve, regular o grave, lo protegía113. Bajo el principio del escándalo que lesionara al Poder Judicial Federal, se llegó a proteger a magistrados y jueces incapaces o deshonestos, ya que si la falta era leve o regular simplemente se les cambiaba de adscripción, y si era grave se les solicitaba su renuncia. Este sistema trajo como consecuencia que las quejas administrativas contra un juzgador federal se estrellaran ante ese muro siendo casi imposible que prosperaran114. El Ministro y Doctor en Derecho José Ramón Cossío Díaz, en su obra “Jurisdicción Federal y Carrera Judicial en México”, señala que el nuevo modelo de carrera judicial es fruto de la manera como se percibieron los defectos del modelo anterior, siendo resultado de una larga evolución histórica. Dentro de esta evolución, señala el mismo autor, se distinguen dos sistemas, el tutorial y el cooperativo. El primero de ellos, engloba a esa antigua de designación de jueces y magistrados en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quedando comprendidas a su vez la formación, designación y adscripción de dichos juzgadores, vigente desde 1917 hasta 1982; y con el cooperativo, primordialmente de designación y no ya de formación, vigente desde 1983 hasta 1994115. En 1917, el texto del artículo 94 constitucional disponía lo siguiente: “Los magistrados y jueces de distrito serán nombrados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tendrán los requisitos que exija la ley y durarán cuatro 113 CARPIZO MAC GREGOR, Jorge. Nuevos Estudios Constitucionales. Nacional Autónoma de México y Porrúa. México, 2000. Pp. 479-480. 114 Ibid. 115 COSSÍO DÍAZ, José Ramón. Jurisdicción federal y carrera judicial en México. Universidad Nacional Autónoma de México. México, 1996. P. 45. Ed. Universidad 191 años en el ejercicio de su encargo, al termino de los cuales, si fueren reelectos o promovidos a cargos superiores, sólo podrán ser privados de sus puestos cuando observen mala conducta, de acuerdo con la parte final del artículo 111, o previo juicio de responsabilidad correspondiente”116. En este orden de ideas, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, de 1917, disponía que dichos nombramientos, debían ser por mayoría absoluta del Pleno de la Corte, y que el mismo tenía la facultad de cambiar las adscripciones sin rebajar el sueldo o la categoría; repitiendo el artículo 44 que los jueces y magistrados durarán en su encargo cuatro años, pero que aquellos nombrados con posterioridad a 1923, durarían indefinidamente en él117. Es hasta el 20 de agosto de 1928, cuando se reforma el artículo 97, suprimiéndose en término del nombramiento y otorgándole la facultad al titular del Poder Ejecutivo Federal, de pedir la Congreso de la Unión, la destitución por mala conducta, de ministros, magistrados y jueces. Es así como el 12 de diciembre del mismo año, se expide una nueva Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, ratificándose las facultades del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para nombrar a jueces y magistrados, para conocer de sus renuncias, suspenderlos y consignarlos al Ministerio Público, por la comisión de delitos oficiales, así como para cambiarlos de adscripción sin rebajarles el sueldo o categoría118. En la ley de 1934 se prevé la inamovilidad de dichos juzgadores y es hasta la de 1936 donde se limita a seis años el ejercicio de su encargo, pudiendo ser removidos por lo que preveía el artículo 111 constitucional, sin embargo el 19 116 CARRANCÁ Y TRUJILLO, Raúl. “La Administración de Justicia”, en México 50 años de Revolución. Ed. FCE. México, 1961. P.136. 117 COSSÍO DÍAZ, José Ramón. Op. cit. P. 46-71. 118 Ibid. 192 de febrero de 1951, nuevamente se reforma el artículo 97 constitucional, estableciéndose que los jueces y magistrados serían nombrados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y durarían en su encargo cuatro años, al término de los cuales podían ser removidos o reelectos a otro superior119. En la trascendental reforma de 1982, al título cuarto de la Constitución, en la que se suprime la facultad del presidente de la República para pedir al Congreso la destitución de los jueces federales, y es hasta 1986, cuando se establece en la Constitución que las vacantes de jueces, se cubrirían tomando en cuenta la capacidad y aptitud de los aspirantes, prefiriéndose a los jueces de Distrito reelectos para cubrir las vacantes de magistrados y se dispuso que sólo en casos excepcionales podrían designarse a personas externas al Poder Judicial de la Federación en razón a sus antecedentes, honorabilidad y competencia120. En el modelo tutorial al que se refiere el Ministro Cossío, mismo que duró buena parte del siglo XX, en el que se observan las atribuciones de la Suprema Corte de nombrar a magistrados y jueces, adscribirlos, y hasta 1934 a cubrir vacantes mediante un sistema escalafonario, sin embargo dicho sistema se tradujo en la forma habitual del Pleno de la Corte, para nombrar tanto a los citados juzgadores como a los secretarios de estudio y cuenta de los ministros. Siendo hasta 1983 cuando se modifica el modelo tutorial, incrementándose de manera considerable el presupuesto asignado al Poder Judicial de la Federación, estableciéndose un catálogo de puestos y un tabulador de sueldos homologados a los de la administración pública federal. Tales variaciones fueron causa suficiente para romper los supuestos de la “tutela” bajo la cual se 119 Ibid. 120 Ibid. 193 encontraban magistrados de Circuito y jueces de Distrito, en virtud de la necesidad de nombrar constantemente a estos juzgadores121. Durante el modelo cooperativo, que duró de 1983 a 1994, existieron varias normas expedidas en esa época: “primero, el Acuerdo 1/88, mediante el cual se delimitaran los circuitos y distritos; segundo, el Reglamento de Escalafón del Poder Judicial de la Federación, de fecha 16 de agosto de 1988, reglamentario del artículo 46 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado; tercero, los Acuerdos Plenarios 5/89, del cuatro de julio y III/93, del 13 de enero, mediante los cuales se reglamentaron las visitas de inspección, que, en términos del derogado párrafo quinto del artículo 97 constitucional, los ministros debían realizar periódicamente a los juzgados y tribunales; cuarto, el Acuerdo Plenario 8/1989, del veinte de septiembre, que contiene el Reglamento de Trabajo de la Comisión Substanciadora, mismo que regula los supuestos del título noveno de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, relativos a la resolución de los conflictos laborales del Poder Judicial de la Federación y sus empleados: quinto, el Acuerdo 7/89, del cinco de Septiembre, por el cual se establecieron los órganos y sistemas para identificar, investigar y determinar las responsabilidades administrativas de los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, reglamentándose así lo dispuesto por el artículo 51 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos; sexto, la integración en el mes de agosto de 1990, de la Comisión del Reglamento Interior del Poder Judicial de la Federación, misma que aun cuando llevó a cabo diversas tareas, no logró concluir la formulación del reglamento encomendado; séptimo, las reformas a los artículos 6, 12 y 30 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, publicadas en el Diario Oficial de 121 194 Ibid. la Federación del 19 de junio de 1991, mismas que en palabras del entonces presidente Don Ulises Schmill, “...buscan profesionalizar a los órganos administrativos de la Suprema Corte y distinguir las atribuciones administrativas de las jurisdiccionales”; y octavo, el Acuerdo 3/1992, del once de Septiembre, mediante el cual se establecieron los órganos y los sistemas de registro y seguimiento de la evolución de la situación patrimonial de los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, derivadas de las reformas a los artículos 79 a 90 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, publicadas en el Diario Oficial del 21 de julio de 1992”122. Finalmente, es hasta el 5 de diciembre de 1994, cuando el entonces Presidente, Ernesto Zedillo envía una serie de reformas a la Constitución federal, proponiéndose la introducción de la carrera judicial; consagrándose la facultad del nombramiento de jueces y magistrados federales al Consejo de la Judicatura Federal, el cual la ejercería tomando en consideración criterios objetivos, y apegándose a los requisitos y procedimientos establecidos por la ley para su designación, estableciéndose los principios que la regirían, siendo claramente explicados por la comisión respectiva del Senado de la República, en su dictamen sobre la iniciativa de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación123. “La reforma judicial ofrecía dos vertientes principales, la reestructuración orgánica y funcional de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el establecimiento del Consejo de la Judicatura Federal. La primera consistió en reducir la composición de la Corte Suprema a 11 ministros y, al mismo tiempo, contraer su competencia toral al conocimiento de cuestiones sobre 122 Ibid. 123 BÁEZ SILVA, Carlos. La carrera judicial mexicana. Op. cit. Instituto de la Judicatura. P. 10. 195 constitucionalidad de leyes, tratados y reglamentos por vía de amparo y a la decisión de controversias suscitadas entre entidades del Estado sobre la constitucionalidad de leyes y normas generales que de ella emanen. En tanto que la segunda vertiente estriba en la creación de un nuevo organismo al que se encomienda la administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial de la Federación, excluida la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con la facultad de nombrar, adscribir, promover y remover a magistrados de Circuito y jueces de Distrito, así como determinar el número, división de circuitos, competencia territorial y material de dichos tribunales y juzgados”124. Dicha iniciativa presidencial fue aprobada, trayendo como resultado que las citadas reformas constitucionales, establecieran que el ingreso y promoción de los servidores públicos de carácter jurisdiccional, se hiciera mediante el sistema de carrera judicial, el cual se regirá por los principios de excelencia, profesionalismo, objetividad, imparcialidad e independencia125. Don Vicente Aguinaco Alemán, Ministro Expresidente Fundador de la Nueva Época de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, nos ilustra: “La presencia del Consejo de la Judicatura Federal mexicano forma parte de la decisión política de iniciar una reforma judicial de grandes aspiraciones. Persigue el fortalecimiento del Poder Judicial Federal al conformar el papel central de la Suprema Corte de Justicia como institución que ha sido de trascendental presencia en la historia y política de México. La figura de aquél constituye una verdadera revolución académica y política en cuanto a la organización administrativa y de gobierno del Poder Judicial en México; se ha aceptado con interés, con firmeza y con la profunda 124 AGUINACO ALEMÁN, Vicente. El nuevo Poder Judicial de la Federación. Edición Suprema Corte de Justicia de la Nación. Primera Edición. México, 1997. Pp. 17-18. 125 Artículo 100 Constitucional y 105 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 196 convicción que permitirá el funcionamiento del Poder Judicial de la Federación con mayor autonomía e independencia para realizar la elevada tarea que la sociedad le ha confiado”126. En cuanto a la independencia, el Doctor en Derecho y exConsejero del Consejo de la Judicatura Federal, Mario Melgar Adalid, afirma que la independencia del Poder Judicial es una pieza esencial del Estado de Derecho, señalando que el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos consigna que las leyes federales y locales establecerán los medios necesarios para que se garantice la independencia de los tribunales. Aún más, la Constitución mexicana refiere en forma expresa la independencia de los integrantes del Consejo de la Judicatura Federal, lo que no hace en relación de quienes forman parte del Poder Legislativo o del Presidente de la República. La independencia del Consejo de la Judicatura Federal no tendría sentido, si no fuera para garantizar la propia independencia de los jueces y magistrados federales cuya selección, nombramiento y adscripción les compete127. En el aspecto administrativo, la función del Consejo es instrumental y, por lo tanto, el éxito en la consecución de sus metas está vinculado con el servicio público con el que se relaciona la impartición de justicia. Entonces, la responsabilidad esencial es que este servicio se preste en forma regular, continua y uniforme, es decir, que los gobernados cuenten con una instancia estatal accesible que administre justicia: en la medida en que sea mayor esa oportunidad, el Consejo aumentará su utilidad social128. 126 AGUINACO ALEMÁN. Vicente. Op. cit. 127 MELGAR ADALID, Mario. Op. cit. P. 33. 128 VALLS HERNÁNDEZ, Sergio. Consejo de la Judicatura Federal y modernidad en la impartición de Justicia”. Ed. Taxxx Editores. México, 2002. P.p. 31-32. 197 2.3. Principios rectores de la Carrera Judicial Como se ha mencionado en párrafos anteriores, el dictamen de la Comisión del Senado de la República, definió claramente los principios rectores del sistema de carrera judicial, lo cual se hizo en los siguientes términos: a. “Excelencia: Una forma de aptitud y aplicación de los juzgadores que aspire al nivel de la perfección en la función de aplicar la ley o de interpretarla al resolver los conflictos de interés público y particular; b. Profesionalismo: condición de capacidad técnica y formativa de las personas a quien corresponde elaborar el racionamiento jurídico (sic) que concluye en la forma de resolución sobre las premisas constitutivas de la litis de toda causa jurisdiccional; c. Objetividad: cualidad suficiente y plena de interpretación de la ley y de comprobación de los hechos contrastados por las partes, despejada hasta lo humanamente posible de cualquier asomo de subjetividad o relatividad que pueda entorpecer la función del juzgador, en agravio de la impartición de justicia; d. Imparcialidad: hábito de conducta y de disposición abierta que bien puede obtenerse con el desempeño de las labores dentro de una carrera judicial y que va modulando el raciocinio por encima de la apreciación particular, natural de las partes de todo conflicto, para poner al juzgador por encima de la litis y sometido sólo al imperio de la ley; e. Independencia: nota que no puede conseguirse más que con la seguridad en el desempeño laboral de los juzgadores, con la certeza del nombramiento y la de saberse sujetos a la promoción y con la adecuada retribución de estímulos que les brinde tranquilidad personal, lo que en su conjunto significará un Poder Judicial que no guarde dependencia en 198 ningún sentido, ni mucho menos relación jerárquica con los funcionarios de los otros poderes de la República, a fin de estar en capacidad de cumplir con el papel que la Carta Magna le ha asignado”129. Con la iniciativa de reformas constitucionales del presidente Zedillo, una vez aprobadas por el Congreso de la Unión, fue necesaria la expedición de una nueva Ley Orgánica para el Poder Judicial de la Federación, por lo que la Ley Orgánica de 5 de enero de 1988, fue abrogada por la publicación de la Ley Orgánica del 26 de mayo de 1995, que es la que actualmente se encuentra en vigor, regulando en su título séptimo a la carrera judicial. Siendo el Consejo de la Judicatura Federal, el órgano administrativo del Poder Judicial de la Federación, éste encuentra sus atribuciones en el artículo 81 de la Ley Orgánica, el cual le confiere en materia de carrera judicial las siguientes atribuciones: • Expedir los reglamentos interiores en materia administrativa, de carrera judicial, de escalafón y régimen disciplinario del Poder Judicial de la Federación, así como todos aquellos acuerdos generales que le fueren necesarios para el adecuado ejercicio de sus funciones130. • Fijar las bases, convocar y realizar el procedimiento de insaculación para cubrir las plazas vacantes al Consejo de la Judicatura Federal, entre aquellos jueces de distrito y magistrados de circuito que hubieren sido ratificados en términos del artículo 97 constitucional, y no hubieren sido sancionados por falta grave con motivo de una queja administrativa. En la licencia que se otorgue a los jueces de distrito y 129 Dictamen del Senado de la República. Citado por Carlos Báez Silva. La Carrera Judicial.... Instituto de la Judicatura Federal. México, 2002. Pp. 10-11. 130 Artículo 81, fracción II de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 199 magistrados de circuito insaculados, deberá garantizarse el cargo y adscripción que vinieren desempeñando131. • Hacer el nombramiento de magistrados de circuito y jueces de distrito, y resolver sobre su ratificación, adscripción y remoción132. • Acordar las renuncias que presenten los magistrados de circuito y jueces de distrito133. • Acordar el retiro forzoso de los magistrados de circuito y jueces de distrito134. • Suspender en sus cargos a los magistrados de circuito y jueces de distrito a solicitud de autoridad judicial que conozca del procedimiento penal en su contra135. • Fijar los periodos vacacionales de los magistrados de circuito y jueces de distrito136. • Inspeccionar el funcionamiento de los tribunales de circuito y juzgados de distrito a través de la Visitaduría judicial137. • Investigar y determinar las responsabilidades y sanciones a los servidores públicos y empleados de los tribunales de circuito y juzgados de distrito, en los términos y mediante los procedimientos 131 Artículo 81, fracción III de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 132 Artículo 81, fracción VII de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 133 Artículo 81, fracción VIII de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 134 Artículo 81, fracción IX de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 135 Artículo 81, fracción X y XI de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 136 Artículo 81, fracción XXXIII de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 137 Artículo 98 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 200 establecidos en la Ley, los reglamentos y acuerdos que el Consejo dicte en materia disciplinaria138, y • Realizar visitas extraordinarias o integrar comités de investigación, cuando se estime que se ha cometido una falta grave o cuando así lo solicite el Pleno de la Suprema Corte de Justicia, sin perjuicio de las facultades que correspondan a la Visitaduría Judicial o a la Contraloría del Poder Judicial de la Federación139. Finalmente, las cualidades de prontitud, gratuidad, plenitud e imparcialidad que debe satisfacer la administración de justicia, plasmadas en el artículo 17 constitucional, características que debe satisfacer la administración de justicia, deben ir acompañadas de las características que requieren reunir los tribunales para lograr vigencia y eficacia de la propia justicia. La independencia del Poder Judicial y de los juzgadores es la característica y condición indispensable para que el órgano cumpla cabalmente su función, pues solamente de tribunales y juzgadores independientes puede esperarse justicia pronta, gratuita, completa e imparcial140. 2.3.1. Categorías y etapas de la carrera judicial De conformidad con lo establecido por el artículo 110 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, la carrera judicial se encuentra integrada por las siguientes categorías: • Magistrados de Circuito; • Jueces de Distrito; 138 Artículo 81, fracción XXXVI de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 139 Artículo 81, fracción XXXVII de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 140 ORTEGA LOMELÍN, Roberto. El Nuevo Federalismo la Descentralización. Ed. Porrúa. Primera Edición. México, 1988. P.182. 201 • Secretario General de Acuerdos de la Suprema Corte de Justicia; • Subsecretario General de Acuerdos de la Suprema Corte de Justicia; • Secretario de Estudio y Cuenta de Ministro; • Secretario de Acuerdos de Sala; • Subsecretario de Acuerdos de Sala; • Secretario de Tribunal de Circuito; • Secretario de Juzgado de Distrito; y • Actuario del Poder Judicial de la Federación. La categoría de Actuario del Poder Judicial de la Federación, será el primer escalón de la carrera judicial, en este quedarán comprendidos tanto los actuarios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como los de los Tribunales de Circuito y Juzgados de Distrito. El artículo 109 de la Ley Orgánica establece, que los actuarios deberán “ser ciudadanos mexicanos, en pleno ejercicio de sus derechos, contar con título de licenciado en derecho expedido legalmente, gozar de buena reputación y no haber sido condenado por delito intencional con sanción privativa de la libertad mayor de un año”, obteniendo su nombramiento conforme a las disposiciones relativas a la carrera judicial, es decir, deberán acreditar el examen de aptitud correspondiente. Asimismo será requisito indispensable haber acreditado previamente el curso de preparación y Capacitación para Actuarios del Poder Judicial de la Federación, que imparte el Instituto de la Judicatura Federal. Cabe señalar que el examen de aptitud, está íntimamente ligado al principio del “mérito”, por lo que se otorgará el nombramiento a quien más aptitud posea, otorgándose el 202 nombramiento a quien mejor aptitud posea: “experiencia profesional, mayor grado académico, mejor reputación laboral y moral, antigüedad, etc...”141. A la categoría de Secretario de Juzgado de Distrito, también se accede mediante la acreditación del examen de aptitud ya señalado, cuya celebración y organización estará a cargo del Instituto de la Judicatura Federal, en los términos que determine el Consejo de la Judicatura, siendo los requisitos para ocupar el cargo los siguientes: contar con experiencia profesional de al menos tres años; satisfacer los requisitos mínimos que para ser juez, salvo el de la edad mínima, que es mayor de 30 años; acreditar el examen de aptitud; ser designado de conformidad con la normatividad vigente de la carrera judicial y, haber participado en el Curso Básico de Preparación y Capacitación para los secretarios de Juzgados de Distrito que imparta el Instituto142. La siguiente categoría será la de Secretario de Tribunal de Circuito, cuyos requisitos encuentran su fundamentación en el artículo 107 de la Ley Orgánica, mismo que al efecto establece que para ser secretario de tribunal de circuito se deberá contar con experiencia profesional de al menos tres años y satisfacer los requisitos para ser magistrado, salvo el de la edad mínima, además de haber aprobado el examen de aptitud correspondiente. En este orden de ideas, mediante acuerdo general 26/2004, del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal que reglamenta los cursos del Instituto de la Judicatura Federal: fija las bases para celebrar y organizar los exámenes de aptitud a que se refiere el artículo 115 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, establece el procedimiento para la expedición y nombramiento de secretarios de tribunal de Circuito, de juzgados de Distrito y Actuarios del 141 BOANERGES GUINTO LÓPEZ, Jesús. El servicio civil de carrera... Op. cit. Instituto de la Judicatura Federal. P. 33. 142 Ibid. 203 Poder Judicial de la Federación, y abroga el acuerdo general 3/2002, del propio órgano colegiado, publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 17 de mayo de 2004, se reglamenta los cursos que debe impartir el Instituto, así como el ingreso a las categorías de secretario de tribunal de Circuito, de juzgado de Distrito y de actuario del Poder Judicial de la Federación, estableciendo que el examen de aptitud correspondiente estará a cargo del citado Instituto, sin que el haber participado en las Especialidades que éste imparta, ya sea para Secretario o Actuario tengan el carácter de obligatorias, ya que sin haberlos cursado, si un candidato es propuesto, por los titulares de los órganos jurisdiccionales y aprueba satisfactoriamente el examen de aptitud, podrá ingresar a la categoría correspondiente, siempre y cuando una vez que su nombre figure en la lista, el titular de algún órgano jurisdiccional, lo decida nombrar, ya que de conformidad con el artículo 97, cuarto párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los magistrados y jueces nombrarán y removerán a los respetivos funcionarios a su cargo. Por la categoría de Subsecretario de Acuerdos de Sala, debe entenderse al servidor público designado por las salas, a propuesta del presidente de cada una de ellas. Siendo requisito para ocupar dicho cargo, de conformidad con el artículo 20, párrafo tercero de la Ley, el ser licenciado en derecho, contar con buena reputación, no haber sido condenado por delito intencional que amerite sanción privativa de la libertad mayor de un año, y contar con una práctica profesional de al menos tres años. Al igual que el las otras categorías, deberá de aprobarse el examen de aptitud correspondiente, debiendo ser vinculativo de acuerdo con el autor Jesús Boanerges Guinto López, el haber participado en Curso de Preparación y Capacitación para los Secretarios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 204 En cuanto al Secretario de Acuerdos de Sala, con fundamento en el artículo 112, segundo párrafo de la Ley, a ésta categoría se accede previo acreditamiento de un examen de aptitud, con independencia de la facultad legal de nombramiento de cada sala, a propuesta que haga su presidente. Además debe cumplirse con los requisitos del artículo 20 de la Ley, mismos que ya han sido señalados. La siguiente categoría será la de Secretario de Estudio y Cuenta, quien será designado por los correspondientes ministros, y de conformidad con el artículo 115 de la Ley, que se refiere al examen de aptitud, exigiéndose además de cuando menos dos terceras partes de las plazas de cada ministro, se ocupen por personas que hayan desempeñado durante dos o más años, en alguna de las categorías de secretario de tribunal de Circuito o de juzgado de Distrito. “No obstante que por disposición legal, el acceso a la categoría de Secretario de Estudio y Cuenta de ministro, es mediante examen de aptitud, el Consejo de la Judicatura Federal emitió el martes 28 de septiembre de 1999, el Acuerdo General 27/1999 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, que fija las bases para la selección de aspirantes a Secretario de Estudio y Cuenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación” y establece una excepción al mandato legal, publicándose el 29 de septiembre de 1999, la convocatoria143. Estableciendo dicho Acuerdo que los interesados, deberán reunir los requisitos establecidos por el artículo 9, cuarto párrafo, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, consistentes en: Contar con título de licenciado en derecho expedido legalmente, gozar de buena reputación y tener por lo menos tres años de práctica profesional, preferentemente en el Poder Judicial de la Federación. Con lo anterior se excluye al examen de aptitud, y los cinco años 143 Ibid P. 39. 205 de práctica profesional a los que alude el citado artículo 9, se reducen a tres, solicitándose como requisito adicional, una carta de recomendación expedida por el Magistrado que lo propone, en la que explique las razones por las cuales recomienda al candidato; y en caso de que el aspirante haya laborado en otros órganos jurisdiccionales, deberá presentar cartas de los dos últimos titulares de los mismos, acompañando las referidas cartas con tres proyectos de sentencia que haya realizado el solicitante. La categoría de Subsecretario General de Acuerdos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el artículo 9 de la Ley Orgánica, establece como requisitos, el ser licenciado en derecho, gozar de buena reputación, no haber sido condenado por delito intencional con sanción privativa de libertad mayor a un año, y contar con tres años de experiencia profesional, preferentemente en el Poder Judicial de la Federación, además de aprobar el correspondiente examen de aptitud. Para la categoría de Secretario General de Acuerdos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al igual que en las categorías de secretarios auxiliares de acuerdos, secretarios de estudio y cuenta, y actuarios, se deberá ser licenciado en Derecho, gozar de buena reputación y no haber sido condenado por delito intencional con sanción privativa de libertad mayor a un año, y contar con cinco años de experiencia profesional, preferentemente en el Poder Judicial de la Federación. Lo anterior, con fundamento en el artículo 9 párrafo cuarto. Asimismo el artículo 112 de la Ley, establece el requisito de haber aprobado el examen de aptitud. Finalmente se encuentra la categoría de magistrados de Circuito y jueces de Distrito, será la categoría más alta en la carrera judicial, estableciendo los artículos 106 y 108 de la Ley Orgánica, los requisitos que deben cubrirse para obtener dicho nombramiento. De tal suerte, el artículo 106 establece que para 206 ser designado magistrado de Circuito, se requiere ser ciudadano mexicano por nacimiento, que no se adquiera otra nacionalidad, estar en pleno goce y ejercicio de sus derechos civiles y políticos, ser mayor de treinta y cinco años, gozar de buena reputación, no haber sido condenado por delito intencional que amerite sanción privativa de la libertad mayor a un año, contar con título de licenciado en derecho expedido legalmente y practica profesional de cuando menos cinco años, además de los requisitos que rigen a la carrera judicial, como lo es el examen de aptitud. Finalmente el cargo será de seis años, al término de los cuales, si fueren ratificados, sólo podrán ser privados de sus cargos por las causas que señala la ley o bien por retiro forzoso a los sesenta y cinco años de edad, además de la idoneidad moral y el oficio de impartir justicia. En cuanto a los jueces de Distrito, estos deberán cubrir los mismos requisitos que para ser magistrados, a excepción de la edad, ya que la edad mínima será de treinta años para poder ocupar el cargo. Cabe señalar, que para el caso de magistrados de Circuito y jueces de Distrito, se deberá aprobar el examen de oposición correspondiente, para posteriormente, de manera forzosa los Cursos Básicos de Preparación y Capacitación del Instituto de la Judicatura Federal (periodo de formación inicial: un año); posteriormente, acreditar el curso de especialización judicial (segunda etapa de formación inicial: un año); a la par de los estudios anteriores, cubrir en esos dos años un periodo de estancia en tribunales y juzgados del Poder Judicial de la Federación144. 144 BOANERGES GUINTO LÓPEZ, Jesús. El servicio civil de carrera... Op. cit. Instituto de la Judicatura Federal. México, 2000. P.45. 207 Finalmente, el procedimiento a que se sujetan los concursos de oposición, libre e interno, para el ingreso a las categorías que los exigen, encuentran su fundamentación en el artículo 114 de la Ley Orgánica145, el cual establece el procedimiento al que habrán de sujetarse los mismos, tanto para la categoría de magistrado de Circuito como de juez de Distrito, que consiste en lo siguiente: I. El Consejo de la Judicatura Federal, emitirá una convocatoria que será publicada una vez en el Diario Oficial de la Federación y por dos veces en los diarios de mayor circulación, con un intervalo de cinco días hábiles entre cada publicación. En la convocatoria se especificará si el concurso se trata de oposición libre o de concurso interno de oposición, señalándose las categorías y el número de vacantes sujetas a concurso, el lugar, día y hora en que se llevarán a cabo los exámenes, así como el plazo, lugar de inscripción y demás elementos que se estimen necesarios. II. Los aspirantes deberán contestar por escrito un cuestionario cuyo contenido versará sobre las materias que se relacionen con la plaza para la que se concursa. Del número total de aspirantes sólo tendrán derecho a pasar a la siguiente etapa las cinco personas que por cada una de las vacantes sujetas a concurso, obtengan la calificación más alta. III. Los aspirantes seleccionados, resolverán los casos prácticos que les asignen, mediante la redacción de las respectivas sentencias. Posteriormente se procederá a un examen oral público, siendo válidas preguntas e interpelaciones que formulen los miembros del jurado, relativas a la función de magistrado de Circuito o juez de Distrito. 145 208 Ibid. Determinándose la calificación con el promedio de puntos que cada miembro del jurado le asigne al sustentante. Al llevar a cabo la evaluación, el jurado considerará los cursos que haya realizado el sustentante en el Instituto de la Judicatura Federal, su antigüedad en el Poder Judicial de la Federación, el desempeño, el grado académico y los cursos de actualización y especialización que haya acreditado. Cuando ningún sustentante alcance el puntaje requerido el concurso se declarará desierto; y IV. Concluidos los exámenes orales, se levantará acta final y el presidente del jurado declarará quienes son los concursantes que hubieren resultado vencedores y el medio de selección utilizado, e informará de inmediato al Consejo de la Judicatura Federal para que se realicen los nombramientos respectivos y se publiquen en el Semanario Judicial de la Federación. Cabe precisar, que tal y como ya se ha mencionado, las plazas de magistrado de Circuito y juez de Distrito, se obtendrán mediante examen de interno de oposición o de oposición libre, mientras que para el resto de las categorías de la carrera judicial, únicamente deberá presentarse el examen de aptitud correspondiente. En cuanto al concurso interno de oposición para ocupar la categoría de magistrado únicamente podrán participar , por mandato del artículo 113 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, los jueces de distrito; y en el concurso de oposición para designar jueces de Distrito, lo harán desde la categoría de Secretario de juzgado de Distrito, hasta la de Secretario General de Acuerdos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es decir, secretarios de los órganos jurisdiccionales; mientras que en los concursos de oposición libre, podrá participar cualquier persona, con los requisitos que fije el Consejo de la Judicatura Federal. 209 Mediante Acuerdo General 49/2006, aprobado el 28 de junio de 2006, el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, reglamentó el capítulo I del título séptimo de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación por el que se establecen los lineamientos generales para la celebración de concursos internos de oposición para la designación de jueces de Distrito. Asimismo, ha expedido el Acuerdo General 63/2006, aprobado el 20 de septiembre de 2006, para própositos similares de concursos internos de oposición para la designación de magistrados de Circuito; y, con fecha 27 de septiembre del mismo año, se expidieron los Lineamientos generales para la celebración de concursos libres de oposición para la designación de jueces de Distrito y magistrados de Circuito, mediante Acuerdo General 64/2006. De conformidad con el artículo 118 de la Ley Orgánica, corresponderá al Consejo de la Judicatura Federal readscribir a los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, a una competencia territorial o a un órgano jurisdiccional de materia distinta, siempre que las necesidades del servicio, así lo requieran y haya causa fundada y suficiente para su readscripción, estableciendo a su vez, las bases para que los magistrados y jueces puedan elegir la plaza y materia del órgano de adscripción. En cuanto a la ratificación, el Consejo de la Judicatura Federal, tomará en consideración, los siguientes elementos: el desempeño que el juzgador haya tenido en el ejercicio de sus funciones, los resultados de las visitas de inspección, el grado académico que comprende el nivel de estudios con que cuente el servidor público, así como los cursos de capacitación y especialización acreditados de manera fehaciente, no haber sido sancionado por falta grave, con motivo de una queja de carácter administrativa, y las demás que se estimen pertinentes siempre que consten en acuerdos generales publicados con seis meses de anticipación a la fecha de ratificación. 210 Finalmente, existirá un recurso de revisión, a fin de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, determine si el Consejo, nombró, readscribió o removió a un magistrado de Circuito o juez de Distrito, con estricto apego a los requisitos formales previstos en la Ley, o en los reglamentos interiores y acuerdos generales aplicables. A manera de reflexión, cabe señalar que a más de diez años de la instauración del Consejo de la Judicatura Federal, y a pesar del escepticismo que en determinado momento se percibió, el Consejo de la Judicatura Federal ha probado su eficiencia como órgano auxiliar en la administración de justicia; su labor ha sido determinante para alcanzar muchos objetivos que antes eran solo buenos deseos. Por ejemplo, la instrumentación de la carrera judicial, en la cual para tener acceso a los cargos de jueces y magistrados, los aspirantes, deben superar un riguroso concurso y sólo con base en sus méritos es factible el nombramiento. Este hecho no puede desvincularse de los esfuerzos para establecer una auténtica escuela judicial que capacite a los futuros juzgadores, como tampoco es posible desconocer que la carrera judicial conlleva una mayor independencia del juzgador, lo que se traduce en un Poder Judicial independiente146. El Libro Blanco de la Reforma Judicial147 reconoce la consolidación de la carrera judicial y propone 7 ventanas de oportunidad: a. Una aplicación rigurosa de la regulación existente en materia de carrera judicial para asegurar que la selección, designación, adscripción, ratificación, promoción y remoción de sus miembros respondan exclusivamente a los criterios contenidos en ella; 146 147 GUDIÑO PELAYO, José de Jesús. Ingeniería Judicial y Reforma del Estado. Ed. Porrúa. Segunda Edición. México, 2003. P. 190. Op. Cit.. P.p. 395 y 396. 211 b. Transparentar su administración; c. Definir con mayor rigor y precisión el perfil de los jueces, magistrados y funcionarios jurisdiccionales en general; d. Fomentar el reclutamiento de los egresados más destacados de las escuelas y facultades de derecho del país; e. Convocar a concursos abiertos de oposición que permitan a los poderes judiciales reclutar profesionales ya formados y con experiencia que sólo requieran cursos de iniciación y talleres de prácticas judiciales para desempeñarse en funciones jurisdiccionales y aporten a éstas nuevos enfoques y experiencias que enriquecerán la propia carrera judicial. f. Propiciar una capacitación amplia y continua que responda a las diferentes necesidades derivadas de los perfiles de los funcionarios judiciales y que se beneficie de expertos nacionales e internacionales, internos y externos a los poderes judiciales; y g. Establecer sistemas objetivos de evaluación del desempeño judicial y relacionarlos con el régimen de disciplina y estímulos. 2.3.2. Propuesta de un Sistema Complementario de Previsión Social para jueces de Distrito y magistrados de Circuito La Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro (LSAR) publicada en el Diario oficial de la Federación el 23 de mayo de 1996, establece un nuevo esquema de pensiones que se fundamenta sobre un sistema de capitalización individual, en donde las contribuciones que realicen los trabajadores, patrones y el propio gobierno sean canalizadas a cuentas individuales pertenecientes a cada trabajador, a fin de fortalecer la participación estatal y estimular el ahorro de los trabajadores al contemplar aportaciones voluntarias a cuentas individuales. Por 212 medio de las cuales el trabajador no pierde sus derechos sobre las aportaciones realizadas, aún cuando deje de cotizar al seguro social148. Ya en la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro se reglamenta la organización y funcionamiento de las AFORES y SIEFORES149, así como lo relativo a la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, a las empresas Operadoras de la Base de Datos Nacional del SAR, a las cuentas individuales, a los planes de pensiones establecidos por patrones o derivados de contratación colectiva, a la contabilidad, supervisión, sanciones y delitos así como el procedimiento de conciliación y arbitraje150. La cuenta individual a la que nos hemos referido se integra de las siguientes subcuentas151: 1. La de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez, relativa al seguro, en la cual deberán de identificarse por separado los recursos correspondientes a las cuotas por el ramo de retiro, recursos correspondientes a las cuotas y aportaciones por los ramos de edad avanzada y vejez, así como los de la cuota social. 2. La vivienda. 3. Las aportaciones voluntarias. 148 DE LA FUENTE RODRÍGUEZ, Jesús. Tratado de Derecho Bancario y Bursátil. Tomo II. Ed. Porrúa. Cuarta Edición. México, 2002. Pp. 1039-1056. 149 En cuanto a las SIEFORES, Humberto Ruiz Torres, las define en su libro de Derecho Bancario como sociedades de inversión especializadas en fondos para el retiro, que se rigen por su ordenamiento especial: la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro. Ed. Oxford. México, 2003. 150 PRECIADO BRISEÑO, Eduardo y MENDOZA MARTELL, Pablo. Lecciones de Derecho Bancario. Ed. Porrúa. Segunda Edición 2003. P. 93-96. 151 Ibid. 213 En cuanto a las aportaciones, el Gobierno Federal, aportará mensualmente por concepto de cuota social, una cantidad inicial equivalente al 5.5% del salario mínimo general para el Distrito Federal, por cada día de salario cotizado, la que se depositará en la cuenta individual de cada trabajador asegurado152. Además de la prestación anterior, a que tienen derecho los servidores públicos, del Poder Judicial de la Federación, el artículo 43 del Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2005, establece como obligación a cargo del Poder Judicial de la Federación, el publicar a más tardar el 28 de febrero, el Manual de Percepciones para los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, así como del personal restante de mando con que éste cuente, publicación en la que se debe proporcionar información completa y detallada relativa a las percepciones monetarias y en especie, prestaciones y demás beneficios que se cubran para cada uno de los niveles jerárquicos que la conforman. De tal suerte, se publicó el Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal por el cual se autoriza el Manual de Sueldos, Prestaciones y demás beneficios de los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral, para el ejercicio fiscal 2005. Es así como se establecieron una serie de prestaciones inherentes al puesto para magistrados de Circuito como para jueces de Distrito, clasificándolas en seguros, prestaciones económicas, otras prestaciones y prestaciones de seguridad social, mismas que para ambos juzgadores consisten en lo siguiente: 152 214 Ibid. Seguros • Seguro de vida de cuarenta meses, con opción de potenciación hasta 108 meses, la diferencia sería por cuenta del servidor público. • Seguro colectivo de retiro, de veinticinco mil pesos. • Seguro de gastos médicos mayores de 592 salarios mínimos generales vigentes del Distrito Federal. • Seguro de Separación Individualizado, en el cual el servidor público aporta ya sea el 2, 4, 5 ó 10% de sus percepciones monetarias, y al momento de la separación el Consejo de la Judicatura pone una parte igual de lo que se haya aportado. Prestaciones económicas • Prima vacacional del cincuenta por ciento de diez días de sueldo base. • Prima quincenal. • Aguinaldo o gratificación de fin de año, a razón de 40 días por año. • Pagas de defunción de hasta cuatro meses del último sueldo tabular o pensión que se hubiere recibido. • Vacaciones de veinte días hábiles al año. Otras prestaciones • Ayuda para medicinas. • Despensa. • Subsidio renta. • Ayuda gasolina. 215 • Gastos de representación. • Becas o ayuda económica para estudios profesionales. • Estímulo por jubilación. • Ayuda económica por defunción. • Pago por incapacidad médica. • Pago por incapacidad médica permanente, y • Ayuda para lentes. Tal y como se desprende de las prestaciones que anteceden, existe un seguro colectivo de retiro por la cantidad de veinticinco mil pesos, así como un estímulo por jubilación, que será determinado por la Comisión de Administración, sin embargo, tanto el seguro colectivo por retiro, como el estímulo por jubilación se consideran insuficientes para aquellos magistrados de Circuito y jueces de Distrito, motivo por el cual, el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, mediante el Acuerdo General 48/1998 que regula el funcionamiento y organización del Consejo de la Judicatura Federal, estableció la posibilidad de que existiera un sistema de pensiones complementarias a las otorgadas por el Instituto de Seguridad Social y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado, en beneficio de los funcionarios que se hubiesen retirado, o que en el futuro se retiren de los cargos de jueces de Distrito y magistrados de Circuito. Para ello, constituirá un fideicomiso del que serán beneficiarios los jueces y magistrados que hayan cumplido la edad de setenta y cinco años, o no teniéndola, llegaren a sufrir invalidez total y permanente que los incapacite para continuar en el activo de su función; o bien, cuando sin encontrarse en ninguno de los supuestos anteriores, tengan derecho al cien por ciento de la pensión de retiro, en los términos de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales 216 de los Trabajadores del Estado, y además posean una antigüedad no menor a veinticinco años en el Poder Judicial de la Federación. Asimismo el artículo 133 del mismo Acuerdo General, facultó al Pleno del Consejo a fin de que determinara los términos del contrato de fideicomiso, procurando en todo momento el beneficio para los magistrados de Circuito y jueces de Distrito. Sin embargo, se estima que deben establecerse prestaciones para incrementar la calidad del sistema complementario, considerando la alta responsabilidad pública inherente a la función jurisdiccional, y como un reconocimiento y dignificación a la labor judicial al concluir ésta por retiro anticipado o forzoso. Es así, como deberá de tomarse en consideración que la calidad de magistrados de Circuito y jueces de Distrito como integrantes del Poder Judicial de la Federación, proviene de la relación jurídico, administrativa y laboral que mantienen con él. Así en el ámbito jurídico, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, les confieren la calidad de titulares de órganos jurisdiccionales, a través de los cuales el Poder Judicial de la Federación, ejerce su función primordial, que es la administración e impartición de Justicia. En el ámbito administrativo, tanto magistrados de Circuito como jueces de Distrito cuentan, junto con los demás servidores públicos que ocupan las diferentes categorías de la carrera judicial, con un estatuto propio de carrera judicial; mientras que en el ámbito laboral, están sujetos genéricamente a los derechos y obligaciones que les imponen la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado y la Ley del Instituto de Seguridad Social y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, pero en la especie, mantienen una diferencia trascendente: su relación jurídico laboral es singular, porque si bien prestan un servicio personal remunerado derivado de un nombramiento, esta 217 relación no es de estricta subordinación, sino de coordinación con el fin de salvaguardar la independencia e imparcialidad de sus resoluciones, condiciones que establece la propia Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Asimismo, tomando en consideración que el Consejo se encuentra facultado para ejercer su propio presupuesto de egresos, así como acordar el retiro forzoso de tales juzgadores, se estima que deben establecerse prestaciones para incrementar la calidad del sistema complementario, considerando la alta responsabilidad pública inherente a la función jurisdiccional, y como un reconocimiento y dignificación a la labor judicial al concluir ésta por retiro anticipado o forzoso. En consecuencia, se propone la creación de un sistema de adhesión voluntaria y complementario de pensiones de retiro para los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, en el que se determine la forma, monto y plazos que regulen el otorgamiento de dichas prestaciones, y establecer su fuente de financiamiento. Prestaciones complementarias y voluntarias en su adhesión, siendo compatibles a las establecidas por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado, sin menoscabo de las prestaciones derivadas en el ejercicio de su encargo. En este sistema, se diferenciarán los conceptos de retiro anticipado, retiro forzoso, y retiro por incapacidad, mismos que se definen en los siguientes términos: a. Retiro anticipado. Se entiende por retiro anticipado la separación voluntaria del servicio de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, con motivo de la edad o tiempo de servicios prestados para el Poder Judicial de la Federación, debiendo cumplir con cincuenta y cinco años de edad o veinticinco años de servicios efectivos. 218 b. Retiro forzoso. Se entiende por retiro forzoso, la separación del servicio de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, al cumplir los setenta y cinco años de edad153. c. Retiro por incapacidad. Se entiende por retiro por incapacidad, la separación de los magistrados y jueces de distrito, del servicio activo en el Poder Judicial de la Federación, derivado de una incapacidad total y permanente, que por razón de sus funciones, les impida desempeñar su trabajo por el resto de su vida. Dicha incapacidad total o permanente deberá ser declarada por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. Requisitos para el otorgamiento de las pensiones por retiro Además de encontrarse en algunos de los supuestos de retiro antes señalados, se deberá cumplir con los siguientes requisitos: • Haber estado en servicio activo hasta la fecha de retiro, • Contar con el nombramiento respectivo, y • No haber tenido ninguna suspensión con motivo de su encargo, derivada de una sanción de carácter administrativo, impuesta por el Consejo de la Judicatura Federal. Monto de las pensiones por retiro 153 Dicho retiro forzoso, ya lo contempla la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en sus artículos 106 y 108. 219 Para el pago de la pensión por retiro anticipado, forzoso, o por incapacidad total o permanente, se sugiere como límite mínimo el treinta por ciento, y como máximo el ochenta por ciento, del promedio del salario vigente percibido durante los seis meses anteriores al retiro, tomando en consideración el tiempo laborado en el cargo de que se trate, de conformidad con la siguiente tabla de porcentajes: Tiempo laborado en el cargo Porcentaje De uno a cuatro años 30% De cinco a ocho años 40% De nueve a doce años 50% De doce a catorce años 65% De quince en adelante 80% Dicha pensión se suspenderá de manera temporal cuando el magistrado de Circuito o juez de Distrito, se encuentre en los siguientes supuestos: I. Cuando dentro de los dos años siguientes a la fecha de su retiro, se compruebe que el beneficiario actúa como patrono, abogado o representante en cualquier proceso ante los órganos del Poder Judicial de la Federación. II. Cuando después de haberse retirado del cargo, el beneficiario sea condenado por delito que amerite pena corporal de más de un año de prisión, o cualquier otro delito que lastime seriamente la buena fama del Poder Judicial de la Federación, cualquiera que sea la pena, o 220 III. Si se comprueba que el magistrado de Circuito o juez de Distrito proporcionó información falsa para el otorgamiento del retiro. Finalmente, las pensiones de retiro terminarán al ocurrir el fallecimiento del magistrado de Circuito o juez de Distrito. De manera adicional a las pensiones ya señaladas, existirá una compensación por retiro, que consistirá en un pago único, proveniente de las aportaciones que realicen los magistrados y jueces, en el orden de un porcentaje sobre su salario vigente, establecido de conformidad con estudios actuariales que para tal efecto realice la Secretaría Ejecutiva de Finanzas, compensación que será equivalente a cuatro salarios vigentes mensuales, percibidos por el magistrado de Circuito o juez de Distrito al momento de su retiro. Debiendo otorgarse dentro de los sesenta días naturales posteriores a la fecha de retiro. Si el magistrado de Circuito o juez de Distrito llegara a fallecer en el lapso de los sesenta días del párrafo que antecede, tendrá derecho a percibir la compensación por retiro su cónyuge, y a falta de éste sus descendientes en primer grado y por partes iguales. Para el financiamiento del sistema complementario que se propone, el Consejo establecerá un fondo con cuentas individuales, para recibir, administrar y erogar, en su caso, las aportaciones que realicen los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, en el orden de un porcentaje sobre su salario vigente, establecido de conformidad con los estudios actuariales de la Secretaría Ejecutiva de Finanzas. De tal manera, el Consejo incrementará en ese mismo porcentaje el salario vigente de los juzgadores en comento, bajo la condición de que lo aporten al fondo; y para el caso de que el juez o magistrado no lo haga, o suspenda su aportación, su cuenta individual no tendrá ningún incremento, y sólo hasta por su monto, se administrará o erogará según sea el caso. 221 Dicho fondo con cuentas individuales, constituido por las aportaciones de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, será administrado por medio de un fideicomiso, cuyo contrato y reglas de operación deberán ser aprobados por el Pleno del Consejo. No se omite señalar que existe una iniciativa de Ley presentada por el Senador y Doctor en Derecho, David Jiménez González154, con propósitos similares al de nuestra propuesta, por lo que en cuadro analítico se presentan las congruencias y divergencias: INICIATIVA PROPUESTA DE ACUERDO Se trata de una iniciativa de reforma a Se trata de una propuesta de Acuerdo la Ley Orgánica del Poder Judicial de General. la Federación. Contempla el retiro ya sea por haber Contempla cumplido la edad para el retiro forzoso forzoso el así retiro como anticipado, el retiro el por o por sufrir incapacidad permanente incapacidad, previendo un esquema de debidamente dictaminada, así como la financiamiento para dicho sistema figura del retiro anticipado, sin que se complementario, en el orden de un establezca la forma en que se porcentaje sobre su salario vigente y financiarán las pensiones que deba de esta manera el salario de los jueces cubrir el Poder Judicial de la y magistrados con la condición de que Federación. 154 222 Disponible en http://www.senado.gob.mx. lo aporten al fondo. La pensión por retiro anticipado, se La pensión por retiro anticipado será la determinará conforme a la tabla que separación voluntaria del servicio de mediante acuerdo general establezca los magistrados de Circuito y jueces de el Consejo de la Judicatura Federal. Distrito, con motivo de edad o tiempo Para la elaboración de la tabla de servicios prestados para el Poder mencionada y el consiguiente cálculo Judicial, debiendo cumplir con proporcional ascendente de la pensión cincuenta y cinco años de edad o correspondiente se tomarán en veinticinco años de servicios efectivos. consideración un mínimo de 25 años El porcentaje de la pensión dependerá de servicios efectivos, cinco años por del tiempo laborado en los cargos de lo menos, en el cargo de juez de juez de Distrito o magistrado de Distrito o magistrado de Circuito, según Circuito; siendo de 1 a 4 años, el sea el caso, y una edad mínima de 65 equivalente al 30%; de 5 a 8 años, el años, siendo en este caso la pensión equivalente a 40%; de 9 a 11 años, el por un equivalente al 45% del ingreso equivalente a 50%; de 12 a 14 años, el mensual que corresponda a los equivalente a 65%; y de 15 años en adelante el equivalente al 80% del mismos funcionarios en activo. ingreso mensual que corresponda a los mismos funcionarios en activo. Contempla para el retiro forzoso ya sea El monto de la pensión por retiro por haber cumplido la edad, o por sufrir forzoso o por incapacidad dependerá incapacidad permanente debidamente de los años de servicio, aplicándose la dictaminada una pensión vitalicia del misma tabla a los tres tipos de retiro. 80% del ingreso mensual que corresponda a los mismos funcionarios en activo, sin importar el tiempo de servicio. 223 El derecho a la pensión se pierde si el Se cancela la pensión por retiro juez o magistrado desempeñan de retirados, cualquier se anticipado y forzoso si cuando dentro manera de los dos años siguientes a la fecha como asesores, consejeros jurídicos, de retiro, se abogados patronos o cualquiera otra beneficiario forma de ejercicio profesional comprueba actúa como que el abogado de patrono o representante en cualquier licenciado en derecho, salvo los cargos proceso ante los órganos del Poder no remunerados en asociaciones Judicial; o cuando después de haberse científicas, docentes, literarias o de retirado del cargo, el beneficiario haya beneficencia. sido condenado por delito que amerite pena corporal de más de un año, o cualquier otro delito que lastime seriamente la buena fe y fama en el concepto público, cualquiera que sea la pena; o si se comprueba que proporcionó información falsa para el otorgamiento del retiro. En caso de fallecimiento del juez o Las pensiones por retiro terminan al magistrado durante el ejercicio o ocurrir el fallecimiento del magistrado o después de concluido, su cónyuge y juez, sin embargo si éste fallece en el sus hijos menores incapaces tendrán lapso de 60 días naturales a la fecha derecho a una pensión equivalente al de retiro, se otorgará una 50% de la remuneración que debía compensación consistente en un pago corresponder al funcionario. cónyuge perderá ese contraer matrimonio o El único, equivalente a 4 salarios vigentes derecho al mensuales, a la que tendrán derecho entrar en su cónyuge, y a falta de éste sus concubinato y los menores al cumplir la descendientes en primer grado y por mayoría de edad. 224 partes iguales. En consecuencia, y con fundamento en las disposiciones constitucionales y legales citadas, se propone el siguiente acuerdo general: 2.3.3. Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se regula el Sistema Complementario de Pensiones, Retiro y Compensaciones Adicionales, para jueces de Distrito y magistrados de Circuito del Poder Judicial de la Federación CONSIDERANDO PRIMERO.- Que por decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro, veintidós de agosto de mil novecientos noventa y seis, y once de junio de mil novecientos noventa y nueve, se reformaron, entre otros, los artículos 94, 99 y 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, modificando la estructura y competencia del Poder Judicial de la Federación; SEGUNDO.- Que de conformidad con lo dispuesto por los artículos 94, párrafo segundo, y 100, párrafos primero, octavo y décimo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y 68 y 81, fracciones II y XIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, el Consejo de la Judicatura Federal es el órgano encargado de la administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral, con independencia técnica, de gestión y para emitir acuerdos generales que permitan el adecuado ejercicio de sus funciones, y al cual corresponde elaborar el Presupuesto de Egresos del Poder Judicial de la Federación, con las excepciones antes señaladas; 225 TERCERO.- Que la calidad de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito como integrantes del Poder Judicial de la Federación, proviene de la relación jurídico-administrativa y laboral que mantienen con él y que les es propia. En el ámbito jurídico-administrativo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, les confieren la calidad de titulares de órganos jurisdiccionales, mediante los cuales el Poder Judicial de la Federación ejerce su función primordial, y cuentan junto con otros funcionarios judiciales, con un estatuto propio de carrera judicial, vigilancia, disciplina, supervisión y control; mientras que en el ámbito laboral, están sujetos genéricamente a los derechos y obligaciones de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado y de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, pero mantienen una diferencia trascendente: su relación jurídico-laboral es muy singular, porque si bien prestan un servicio personal remunerado derivado de un nombramiento, esta relación no es de estricta subordinación, sino de coordinación, con el fin de salvaguardar la independencia e imparcialidad judicial, condiciones que establece la propia Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; CUARTO.- Que el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal se encuentra facultado para ejercer el Presupuesto de Egresos del Poder Judicial de la Federación, así como para acordar el retiro forzoso o anticipado de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, en su caso, de acuerdo a las fracciones IX y XXX, del artículo 81 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; QUINTO.- Que entre las disposiciones contenidas en el Presupuesto de Egresos de la Federación, en su artículo 43 se señala la facultad del Poder Judicial de la Federación para establecer un manual de percepciones que determine los salarios, prestaciones y demás ingresos adicionales a los que 226 tienen derecho los magistrados de Circuito y jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación; SEXTO.- Que debido a los requerimientos de financiamiento del sistema, se hace necesario un mecanismo con sustentabilidad financiera, que permita garantizar la cobertura de las pensiones complementarias y ampliar el número de prestaciones sociales; SÉPTIMO.- Que el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal estima que deben establecerse prestaciones para incrementar la calidad del sistema complementario, considerando la alta responsabilidad pública inherente a la función jurisdiccional, y como un reconocimiento y dignificación a la labor judicial al concluir ésta por retiro anticipado o forzoso. En consecuencia, con fundamento en las disposiciones constitucionales y legales citadas, el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal expide el siguiente ACUERDO CAPÍTULO PRIMERO DISPOSICIONES GENERALES Artículo 1º.- DEL OBJETO. El presente acuerdo tiene por objeto regular el sistema complementario de pensiones y retiro para los magistrados de Circuito y jueces de Distrito; así como determinar la forma, monto, plazos y demás supuestos que regularán el otorgamiento de dichas prestaciones, y establecer su fuente de financiamiento. Artículo 2º.- DEL GLOSARIO DE TÉRMINOS. Para los efectos de este acuerdo, se entenderá por: 227 Acuerdo: El Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se establece el sistema complementario de pensiones y retiro, para magistrados de Circuito y jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación; Administración: La Secretaría Ejecutiva de Administración del Consejo de la Judicatura Federal; Carrera Judicial: La Secretaría Ejecutiva de Carrera Judicial, Adscripción y Creación de Nuevo Órganos; Comisión: La Comisión de Administración del Consejo de la Judicatura Federal; Consejo: El Consejo de la Judicatura Federal; Finanzas: La Secretaría Ejecutiva de Finanzas del Consejo de la Judicatura Federal; Jueces: Los jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación; Jurídico: La Dirección General de Asuntos Jurídicos del Consejo de la Judicatura Federal; Magistrados: Los magistrados de Circuito del Poder Judicial de la Federación; Pleno: El Pleno del Consejo de la Judicatura Federal; Poder Judicial: El Poder Judicial de la Federación; Recursos Humanos: La Dirección General de Recursos Humanos del Consejo de la Judicatura Federal; Salario Vigente: La percepción ordinaria neta mensual consistente en el sueldo base más la compensación garantizada, sin considerar ningún tipo de percepción extraordinaria; 228 Servicios Médicos: La Dirección General de Servicios Médicos y Desarrollo Infantil del Consejo de la Judicatura Federal; Sistema Complementario: El sistema complementario de pensiones y retiro, para magistrados de Circuito y jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación, establecido en el presente Acuerdo; Artículo 3º.- VOLUNTARIO. DE LA COMPLEMENTARIEDAD Y EL CARÁCTER Las prestaciones establecidas en el presente Acuerdo, son complementarias a las prestaciones sociales a las que tienen derecho los Magistrados y Jueces por ejercicio de su encargo; asimismo, la adhesión al Sistema complementario tendrá el carácter de voluntario. Artículo 4º.- DE LA COMPATIBILIDAD DE LAS PRESTACIONES. Las prestaciones establecidas en el presente Acuerdo, son complementarias y voluntarias en su adhesión, por lo que resultan compatibles con las prestaciones establecidas por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, y se otorgarán a los Magistrados y Jueces, sin menoscabo de otras prestaciones derivadas del ejercicio de su encargo. Artículo 5º.- DE LA INSTANCIA COMPETENTE PARA HACER CUMPLIR LA NORMATIVIDAD DEL ACUERDO. La Comisión será la encargada de observar y hacer cumplir las disposiciones del presente Acuerdo; así como de interpretarlo en el orden administrativo, con la opinión del Jurídico en el ámbito de sus atribuciones. Artículo 6º.- DE LAS SECRETARÍAS EJECUTIVAS. Las Secretarías Ejecutivas de Administración, Carrera Judicial y Finanzas, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 70 fracción III del Acuerdo General número 48/1998 y, según lo establecido en el Acuerdo General número 5/2000, deberán proporcionar, en el ámbito de sus respectivas atribuciones, la información, 229 colaboración y apoyo, que les sea solicitado por la Comisión, para el cabal cumplimiento del presente Acuerdo, en los términos que el mismo establece. Artículo 7º.- DE LA ADMINISTRACIÓN, CONTROL Y VIGILANCIA DEL SISTEMA COMPLEMENTARIO. La administración, control y vigilancia presupuestal del sistema complementario corresponde, en el ámbito de sus respectivas competencias y atribuciones, a Finanzas y a Recursos Humanos, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 20, 21, 24 y 25 del Acuerdo General número 5/2000; y a la Contraloría del Poder Judicial de la Federación, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 103 y 104 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, el artículo 94 del Acuerdo General número 48/1998, y demás disposiciones legales aplicables. Artículo 8º.- DEL OTORGAMIENTO DE LAS PRESTACIONES DEL SISTEMA COMPLEMENTARIO. La Comisión, de conformidad con la información que para tal efecto le proporcione Carrera Judicial, determinará a través de Recursos Humanos, los Magistrados y Jueces con derecho a percibir las prestaciones del sistema complementario. Artículo 9º.- DE LAS OBLIGACIONES FISCALES. Las prestaciones establecidas en el sistema complementario, estarán sujetas a las disposiciones fiscales vigentes, siendo obligación del Consejo llevar a cabo las retenciones correspondientes, así como ejercer y cumplir con las demás facultades y obligaciones fiscales a que hubiere lugar. CAPÍTULO SEGUNDO SISTEMA DE PENSIONES COMPLEMENTARIAS Artículo 10.- DEL RETIRO ANTICIPADO. Se entiende por retiro anticipado, la separación voluntaria del servicio de los Magistrados y Jueces, con motivo de la 230 edad o tiempo de servicios prestados para el Poder Judicial, debiendo cumplir con cincuenta y cinco años de edad o veinticinco años de servicios efectivos. Artículo 11.- DEL RETIRO FORZOSO. Se entiende por retiro forzoso, la separación del servicio de los Magistrados y Jueces, al cumplir setenta y cinco años de edad. Artículo 12.- DEL RETIRO POR INCAPACIDAD. Se entiende por retiro por incapacidad, la separación de los Magistrados y Jueces, del servicio activo del Poder Judicial, derivado de una incapacidad total y permanente, que en razón de sus funciones, les impida desempeñar su trabajo por el resto de su vida. Dicha incapacidad total y permanente deberá ser declarada por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, para ello, Servicios Médicos apoyará en la gestión de la declaración de la incapacidad. Artículo 13.- DE LOS REQUISITOS PARA EL OTORGAMIENTO DE LAS PENSIONES POR RETIRO. Además de ajustarse a lo señalado en los artículos 10, 11 y 12 del presente Acuerdo, para obtener los beneficios del sistema complementario de pensiones, se deberá cumplir con los siguientes requisitos: I. Haber estado en servicio activo hasta la fecha del retiro; II. Contar con una antigüedad mínima de un año en el cargo de Magistrado o Juez; y, III. No haber tenido ninguna suspensión de su cargo, derivada de una sanción de carácter administrativo, impuesta por el Consejo. Artículo 14.- DEL MONTO DE LAS PENSIONES POR RETIRO. Para el pago de la pensión por retiro anticipado, forzoso y por incapacidad total y permanente, se establece como límite mínimo el treinta por ciento, y como máximo el ochenta por ciento, del promedio salario vigente percibido durante 231 los seis meses anteriores al retiro, de conformidad con la tabla de porcentajes contenida en este Acuerdo. Artículo 15.- TABLA DE PORCENTAJES PARA EL OTORGAMIENTO DE LAS PENSIONES POR RETIRO. El pago de la pensión por retiro anticipado, forzoso o por incapacidad total y permanente, se establecerá en función de la suma del tiempo laborado en los cargos de Magistrado o Juez, según lo dispuesto en la siguiente tabla: Tiempo laborado en el cargo Porcentaje De uno a cuatro años 30% De cinco a ocho años 40% De nueve a once años 50% De doce a catorce años 65% De quince en adelante 80% Artículo 16.- CAUSA DE SUSPENSIÓN TEMPORAL DE LA PENSIÓN POR RETIRO ANTICIPADO. Será causa de suspensión temporal de la pensión por retiro anticipado, que el Magistrado o Juez regrese al servicio activo. Artículo 17.- DE LA CANCELACIÓN DE LA PENSIÓN POR RETIRO ANTICIPADO Y FORZOSO. La cancelación de la pensión por retiro anticipado y forzoso, acontecerá en los siguientes supuestos: IV. Cuando dentro de los dos años siguientes a la fecha de su retiro se comprobase que el beneficiario actúa como patrono, abogado o representante en cualquier proceso ante los órganos del Poder Judicial; 232 V. Cuando después de haberse retirado del cargo, el beneficiario sea condenado por delito que amerite pena corporal de más de un año de prisión; o cualquier otro delito que lastime seriamente la buena fama en el concepto público, cualquiera que sea la pena; o, VI. Si se comprueba que se proporcionó información falsa para el otorgamiento del retiro. Artículo 18.- DEL TÉRMINO DE LAS PENSIONES POR RETIRO. Las pensiones por retiro, terminarán al ocurrir el fallecimiento del Magistrado o Juez. CAPÍTULO TERCERO COMPENSACIÓN POR RETIRO Artículo 19.- DE LOS REQUISITOS PARA EL OTORGAMIENTO DE LA COMPENSACIÓN POR RETIRO. La compensación por retiro será otorgada a los Magistrados y Jueces, que se retiren de sus funciones de manera anticipada o forzosa, de conformidad con lo establecido en el presente Acuerdo. No se tendrá derecho a esta compensación, en caso de que el Magistrado o Juez se separen del cargo por causas distintas a las que actualizan el retiro anticipado o forzoso. Artículo 20.- DEL MONTO DE LA COMPENSACIÓN POR RETIRO. La compensación por retiro consistirá en un pago único, proveniente de cuentas individuales, equivalente a cuatro salarios vigentes mensuales, percibidos por el Magistrado o Juez, al momento de su retiro. Artículo 21.- DEL TÉRMINO PARA OTORGAR LA COMPENSACIÓN POR RETIRO. La compensación por retiro se otorgará dentro de los 60 días naturales posteriores a la fecha del retiro. 233 Artículo 22.- DE LA COMPENSACIÓN POR RETIRO EN CASO DE FALLECIMIENTO. Si el Magistrado o Juez llegara a fallecer en el lapso de 60 días naturales posteriores a la fecha del retiro, tendrá derecho a percibir la compensación por retiro su cónyuge, y a falta de éste, sus descendientes en primer grado y por partes iguales. CAPÍTULO IV SOBRE EL FINANCIAMIENTO DEL SISTEMA COMPLEMENTARIO Artículo 23.- DEL FONDO DE FINANCIAMIENTO. Para el financiamiento del Sistema complementario, el Consejo establecerá un fondo con cuentas individuales para recibir, administrar y erogar, en su caso, las aportaciones que realicen los Magistrados y Jueces, en el orden de un porcentaje sobre su salario vigente, establecido de conformidad con estudios actuariales, que para tal efecto realice Finanzas. De esta manera, el Consejo incrementará en ese mismo porcentaje el salario vigente de los Magistrados y Jueces, bajo la condición de que lo aporten al fondo; en caso de que el Magistrado o Juez no lo haga o suspenda su aportación, su cuenta individual no tendrá ningún incremento, y sólo hasta por su monto, se administrará o erogará, según sea el caso. Artículo 24.- DE LA ADMINISTRACIÓN DEL FONDO. El fondo con cuentas individuales, constituido por las aportaciones de los Magistrados y Jueces, será administrado por medio de un fideicomiso, cuyo contrato y reglas de operación deberán ser aprobados por el Pleno. TRANSITORIOS PRIMERO.- El presente Acuerdo entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. 234 SEGUNDO.- El Sistema complementario funcionará a partir de la constitución del fideicomiso y las aportaciones que a él realicen los Magistrados y Jueces, de conformidad con lo establecido en el presente Acuerdo. TERCERO.- Los Magistrados y Jueces que formen parte del Fideicomiso creado en 1994, retomado en el Acuerdo General 8/2000, emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por el que se otorgan beneficios cuando se jubilen, separen del puesto, renuncien, sean declarados incapaces o fallezcan, podrán acceder a las prestaciones establecidas en el presente Acuerdo, de conformidad con los lineamientos que para tales efectos emita la Comisión, dentro de un plazo de 90 días posteriores a la entrada en vigencia del presente Acuerdo. CUARTO.- Finanzas, en un plazo de sesenta días posteriores a la entrada en vigencia del presente Acuerdo, deberá determinar, en función de los estudios actuariales que para tal efecto realice, el porcentaje establecido en el artículo 23 del Acuerdo. QUINTO.- La Comisión, en un plazo de noventa días posteriores a la entrada en vigencia del presente Acuerdo, pondrá a consideración del Pleno, el contrato y reglas de operación del fideicomiso, para su aprobación, de conformidad con lo establecido en el artículo 24 del presente Acuerdo. SEXTO.- Publíquese este Acuerdo en el Diario Oficial de la Federación, así como en el Semanario Judicial de la Federación y en su Gaceta. El acuerdo antes propuesto, fue presentado y registrado (Indautor 03-2005052711515200-01) por el autor, en una primera obra inédita, el 10 de junio de 2005; meses después el pleno del Consejo de la Judicatura Federal expidió el Acuerdo General 28/2005, que regula el plan de pensiones complementarias de 235 magistrados de Circuito y jueces de Distrito, publicado en el Diario Oficial de la Federación, del 12 de agosto de 2005, al cual ya le recayó una modificación mediante el Acuerdo General 20/2006, aprobado por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, en sesión de 15 de marzo de 2006. El acuerdo referido, que comenzó su vigencia el 1º de septiembre de 2005, guarda similitud con el propuesto por el autor, con las siguientes diferencias: 1. No se prevé un financiamiento a base de cuentas individuales, sino que mantiene el sistema de reparto de un patrimonio común que genera rendimientos que se destinan al pago de pensiones complementarias a las otorgadas por el ISSSTE. 2. No prevé el supuesto del retiro por incapacidad, a diferencia de lo propuesto por nosotros. 3. Denomina jubilación a nuestro concepto de retiro, con las mismas modalidades: forzoso y anticipado. En el caso de la jubilación anticipada establece una serie de porcentajes, que se resumen: EDAD % 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 236 25 45 47.5 50 52.5 55 57.5 69 73 76 78 80 26 47.5 50 52.5 55 57.5 69 73 76 78 80 80 27 50 52.5 55 57.5 69 73 76 78 80 80 80 28 52.5 55 57.5 69 73 76 78 80 80 80 80 ANTIGÜEDAD 29 30 31 55 57.5 69 57.5 69 73 69 73 76 73 76 78 76 78 80 78 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 32 73 76 78 80 80 80 80 80 80 80 80 33 76 78 80 80 80 80 80 80 80 80 80 34 78 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 35 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 80 El Consejo de la Judicatura Federal estableció para la jubilación anticipada, una edad de 65 años y 25 de servicios; nosotros partimos de una edad de 55 años y los mismos de servicios. Nuestra tabla es de mayor simplificación, a saber: TIEMPO LABORADO EN EL CARGO PORCENTAJE 1 a 4 años 30% 5 a 8 años 40% 9 a 11 años 50% 12 a 14 años 65% 15 años en adelante 80% Lo importante al final del día, será lograr la consolidación en el establecimiento de un Sistema Complementario de Previsión Social para jueces de Distrito y magistrados de Circuito. En donde sí hemos encontrado eco en nuestra propuesta original, es en la estructura del Acuerdo General 16/2006 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se otorga la prestación del fondo de reserva individualizado por el personal operativo de los Organos Jurisdiccionales Federales y del Consejo de la Judicatura Federal, reconociendo su aportación, trascendencia y precursor para la justicia distributiva y de equidad para los servidores públicos no judiciales. El Acuerdo General en comento, fue aprobado por el Pleno en sesión del 28 de febrero de 2006, siendo sus contenidos principales los siguientes: 237 • Se establece como prestación el Fondo de Reserva Individualizado para los sirvidores públicos de nivel operativo con excepción de los de la Suprema Corte de Jusiticia de la Nación y del Tribunal Electoral. • Su incrporación es voluntaria y para el propósito de fomentar el ahorro de los servidores públicos de nivel operativo, adscritos a los organos jurisdiccionales y del Consejo de la Judicatura. • Las aportaciones voluntarias serán del 2% de su sueldo integrado y con posibilidad de aportaciones de adicionales; con aportaciones en par y pasu por el Consejo de la Judicatura Federal. • Se onstituyen consultas individuales para los beneficiarios (servidores no judiciales y quienes ellos designen). • Los recursos del Fondo se invertirán en los portafolios de inversión que aseguren un rendimiento real favorable. • El rescate del Fondo procede por causar baja definitiva o en caso de fallecimiento, por la totalidad y en una sola exhibición. • Si el servidor no judicial se da de baja del Fondo, el Consejo suspenderá el pago que venía realizando por éste, limitandose el derecho del servidor público al solo rescate de sus aportaciones adicionales, incluidos sus rendimientos. La cuenta individual solo podrá ser rescatada hasta que cause baja definitiva. • Si el personal es promovido a un puesto de confianza, se rescatará el fondo como si hubiera causado baja. • Si pasa a formar parte de la Suprema Corte de Jusitica o del Tribunal Electoral, tendrá la alternativa de rescatar su fondo acumulado o solicitar el traspaso a su nuevo centro de trabajo. 238 • El servidor público podrá solicitar el rescate del importe total o parcial de sus aportaciones adicionales, incluidos rendimientos, siempre que medien entre cada rescate cuando menos seis meses. El primer rescate de las aportaciones, podrá ser retirado a partir de 2007. 2.3.4. Propuesta para brindar seguridad y protección a jueces de Distrito y magistrados de Circuito Conceptos de seguridad pública y guardias de custodia A) Seguridad pública Durante la época colonial en nuestro país se entendía a la seguridad pública como “la función de vigilancia preventiva, es decir, la labor encomendada a los gendarmes o policías preventivos, generalmente realizada por policías municipales para prevenir infracciones a reglamentos de bandos de policía y buen gobierno. Eran entonces, como ahora, objeto de esta materia, las reglas de comportamiento de los ciudadanos y de la población en general, en vías públicas, calles, plazas, caminos y lugares de concurrencia. Hoy en día, la seguridad pública es concebida, no sólo como una función que comprende las actividades ejecutivas de prevención, sino también como las acciones de investigación y persecución para que los delincuentes sean enjuiciados, sancionados y readaptados conforme a las leyes. También se define como aquellas actividades encaminadas a prevenir y disminuir las infracciones y delitos, así como las acciones que realizan tanto el Ministerio Público, a través de la procuración de justicia, como las autoridades administrativas responsables de la readaptación social del delincuente y la adaptación del menor infractor; asimismo, la labor de las instituciones 239 encargadas de la protección de instalaciones y servicios estratégicos del país, y en general, todas las que realicen directa o indirectamente las dependencias y entidades que deban contribuir a los fines de la seguridad pública, como podrían ser: • Mantener el orden público; • Proteger la integridad física de las personas, así como la de sus bienes; • Prevenir la comisión de delitos e infracciones a los reglamentos gubernativos y de policía; • Colaborar en la investigación y persecución de los delitos; y • Auxiliar a la población en los casos de siniestros y desastres. Cabe señalar, que con la reforma del 31 de diciembre de 1994, es cuando se incluye en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el fundamento legal de la seguridad pública, estableciendo dicha disposición lo siguiente: Artículo 21. La seguridad pública es una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal, los estados y municipios, en las respectivas competencias que esta Constitución señala. La actuación de las instituciones policiales se regirá por los principios de legalidad, eficiencia, profesionalismo y honradez. La Federación, el Distrito Federal, los estados y los municipios se coordinarán, en los términos que la ley señale, para establecer un sistema nacional de seguridad pública. De igual manera, nuestra Carta Magna, en su artículo 73 fracción XXIII, confiere facultades al Congreso de la Unión para legislar las bases de coordinación 240 entre la Federación, el Distrito Federal, los estados y los municipios, en materia de seguridad pública, así como para la organización y funcionamiento, el ingreso, selección, promoción y reconocimiento de los integrantes de las instituciones de seguridad pública en el ámbito federal. En este orden de ideas, y derivado de la citada reforma constitucional del 31 de diciembre de 1994, se expide la Ley General que Establece las Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, publicada en el Diario Oficial de la Federación, el día 11 de diciembre de 1995, misma que en su artículo 3 define a la Seguridad Pública de la siguiente manera: Artículo 3. Conforme al artículo 21 constitucional y para los efectos de esta ley, la seguridad pública es la función a cargo del Estado que tiene como fines salvaguardar la integridad y derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz públicos. Las autoridades competentes alcanzarán los fines de la seguridad pública mediante la prevención, persecución y sanción de las infracciones y delitos, así como la reinserción social del delincuente y del menor infractor. El Estado combatirá las causas que generen la comisión de delitos y conductas antisociales y desarrollará políticas, programas y acciones para fomentar en la sociedad valores culturales y cívicos, que induzcan el respecto a la legalidad. La función de seguridad pública se realizará en los diversos ámbitos de competencia, por conducto de las autoridades de policía preventiva, del Ministerio Público, de los tribunales, de los responsables de la prisión preventiva, ejecución de penas y tratamiento de menores infractores, de las encargadas de la 241 protección de las instalaciones y servicios estratégicos del país; así como por las demás autoridades que en razón de sus funciones deban contribuir directa o indirectamente al objeto de esta ley. En atención a los ordenamientos legales antes citados, se desprende que la seguridad pública tendrá las siguientes connotaciones: • Encuentra su fundamento constitucional en el artículo 21, entendiéndola como una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal, los estados y municipios, en el ámbito de sus respectivas competencias. • Nuestra Carta Magna, confiere facultades al Congreso de la Unión para legislar en materia de seguridad pública. • La Ley Orgánica de la Administración Pública Federal en su artículo 30 bis establece que la Secretaría de Seguridad Pública tendrá entre sus atribuciones: la de desarrollar y establecer las políticas de seguridad pública, representar al Poder Ejecutivo Federal en el Sistema de Seguridad Pública, así como celebrar convenios de colaboración, en el ámbito de su competencia y en el marco del Sistema Nacional de Seguridad Pública, con otras autoridades federales, estatales, municipales y del Distrito Federal. • Será una función a cargo del Estado, sin embargo, y por disposición constitucional existe coordinación entre los tres niveles de gobierno, creándose un Sistema Nacional de Seguridad Pública. • Serán autoridades competentes, el Ministerio Público, a través de la procuración de justicia, como las autoridades administrativas responsables de la readaptación social del delincuente y la 242 adaptación del menor infractor; así como las autoridades y dependencias que deban contribuir a los fines de seguridad pública. • Establece los principios bajo los que deben de actuar y ser formados los integrantes de las instituciones policiales, introduciéndose la figura de la carrera policial, con el carácter de obligatoria y permanente, como elemento básico para la formación de éstos, a fin de cumplir con los principios constitucionales de actuación y desempeño. • Regula a los prestatarios de servicios privados de seguridad como auxiliares de la función de seguridad pública, a fin de que sus integrantes coadyuven con las autoridades e instituciones policiales en situaciones de urgencia, desastre o cuando así lo solicite la autoridad competente federal, local o municipal, de acuerdo con los requisitos y condiciones que establezca la autoridad respectiva. Lo anterior, además de darnos un concepto claro de “seguridad Pública”, delimita su campo de actuación del Estado en materia de seguridad pública. B) Guardias de custodia La palabra custodia, proviene del vocablo latino custos, que significa guarda o guardián, y éste a su vez deriva de curtos, forma del verbo curare, que quiere decir cuidar. Es por lo tanto la acción y el efecto de custodiar, o sea guardar con cuidado una cosa. Para el caso que nos ocupa, dicha custodia será para los jueces de Distrito y magistrados de Circuito que por el ejercicio las atribuciones que su cargo impone, puedan poner en riesgo su integridad física o la de su familia. Lo anterior, por lo que a la seguridad de dichos servidores públicos se refiere, podría encontrar su fundamento constitucional en la garantía individual que 243 confiere el derecho a la seguridad, contemplada en su artículo 10, mismo que a la letra establece: Artículo 10. Los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen derecho a poseer armas en su domicilio, para su seguridad y legítima defensa, con excepción de las prohibidas por la ley federal y de las reservadas para uso exclusivo del Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Guardia Nacional. La ley federal determinará los casos, condiciones, requisitos y lugares en que se podrá autorizar a los habitantes la portación de armas. Ahora bien, si bien es cierto que los jueces de Distrito y magistrados de Circuito no portarán en lo personal armas de las que no sean para el uso exclusivo del Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Guardia Nacional, los guardias de custodia que protejan a éstos servidores públicos, sí las portaran, con la única finalidad de salvaguardar la seguridad de éstos y de sus familiares. En conclusión, los aspectos que diferencian a la seguridad pública y guardias de custodia, serán los siguientes: SEGURIDAD PÚBLICA GUARDIAS DE CUSTODIA Se trata de una función a cargo de la Se trata de un servicio que puede ser Federación, el Distrito Federal, los prestado por personal que para los estados y municipios. efectos antes señalados contrate el Poder Judicial de la Federación. Va enfocada a salvaguardar la Se enfoca, para el caso que nos integridad y derechos de la población ocupa, únicamente a jueces de Distrito en general. y magistrados de Circuito. Encuentra su fundamento en el Encuentra su fundamento en el artículo 21 constitucional. artículo 10 constitucional. Existe por ministerio de ley No existe dicha coordinación. coordinación en los tres niveles de gobierno Las autoridades competentes serán el La única autoridad competente será la Ministerio Público, a través de la Secretaría de Seguridad Pública, pero 244 procuración de justicia, como las autoridades administrativas responsables de la readaptación social del delincuente y la adaptación del menor infractor, así como las autoridades y dependencias que deban contribuir para los fines de seguridad pública. Le es aplicable la Ley General que Establece las Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Los parámetros de la actuación y formación de los integrantes de instituciones policiales los fija el artículo 22 de la Ley antes citada. Existe un registro del personal de Seguridad Pública, mismo que contendrá información relativa a los integrantes de las instituciones de la Federación, el Distrito Federal, los estados y municipios. La seguridad pública se destinará entre otras cosas, a la protección de las instalaciones y servicios estratégicos del país. únicamente a fin de otorgar los permisos de portación de arma a los guardias de custodia que sean contratados. Los guardias de custodia no forman parte del Sistema. No existen parámetros, los mismos se tendrán que establecer en la normatividad interna. Los guardias de custodia no estarán inscritos en dicho registro, toda vez que el Consejo de la Judicatura Federal, no tiene dentro de sus atribuciones el ejercer funciones de seguridad pública. Los guardias de custodia, si bien se encontraran en los recintos en que el juez de Distrito o magistrado de circuito se encuentre, la protección se extiende a la persona y familiares de dichos servidores públicos. Tratamiento en otras instituciones Por lo que hace al tratamiento en otras instituciones, cabe señalar que de conformidad a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, artículo 13, fracción IV, le da el carácter de reservada, estableciendo dicha disposición lo siguiente: Artículo 13. Como información reservada podrá clasificarse aquella cuya difusión pueda: 245 IV. Poner en riesgo la vida, la seguridad o la salud de cualquier persona. En tal virtud, y dado el carácter de dicha información, la misma no se encuentra disponible. Ámbito internacional A) España Los gobiernos Vasco y Central, la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia del país Vasco y el Ministerio Fiscal acordaron el 13 de noviembre de 2001, un plan de seguridad que incluye la asignación de una escolta personal para cada juez, magistrado y fiscal que desarrolla su labor. Además de la protección individualizada y colectiva, se adoptó el compromiso de reforzar la vigilancia en los recintos de impartición de justicia, por lo que las administraciones públicas se comprometieron a ejecutar de manera inmediata el plan y a determinar la situación de cada juez, magistrado o fiscal, cooperando éstos últimos en la adopción de las medidas de autoprotección que se les aconsejen. Respecto a la posibilidad de que algunos de los servidores públicos ya citados decidan no acogerse al plan, y deciden rechazar el llevar escolta, no se les podrá obligar, sin embargo deberán presentar por escrito su renuncia a la misma, asumiendo los riesgos derivados de tal decisión. B) Perú En este país se concibe la existencia de un Poder Judicial democrático, esto es, con una estructura institucional que permita el ejercicio de la administración de 246 justicia que garantice el derecho al debido proceso, lo que resulta indispensable para la vigencia del Estado de Derecho. En la legislación antiterrorista se daba protección a los jueces, magistrados y fiscales superiores, de una manera diferente a las escoltas previstas en España, ya que ante delitos de terrorismo, conocían de éstos “Jueces sin rostro”. La necesidad de implementar la figura de los “Jueces sin rostro” surge de los irremediables problemas de seguridad, lo que permitía que los jueces, magistrados y fiscales superiores, ejercieran sus atribuciones sin poner en peligro su integridad o la de su familia. Sin embargo dicha figura fue derogada de la legislación antiterrorista dado a que esta implicaba serias limitaciones al derecho de defensa. C) Colombia El Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias; del Relator Especial sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias; de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos; de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; y del Representante Especial del Secretariado General sobre los Defensores de Derechos Humanos, todos estos de la Organización de Naciones Unidas, manifestó mediante diversas recomendaciones al gobierno de éste país, que es indudable que la más acosada de las instituciones es el poder judicial, y que gran número de jueces han perdido la vida o han sido amenazados de muerte en el ejercicio de sus funciones, lo que obstaculiza la impartición de justicia y contribuye al fenómeno conocido corno a la impunidad, por lo que es de suma importancia brindar protección adecuada a cuantos participan en la impartición de justicia. 247 Si bien dicho gobierno, conciente del problema dictó el 18 de agosto de 1989, un decreto por el que se establecía un fondo para sufragar la protección eficaz de los jueces y de sus familiares, al momento de la visita del Relator Especial de la ONU (1990), no existía ningún fondo por falta de recursos. Derivado de lo anterior se recomendó la protección eficaz de los miembros del Poder Judicial y del Ministerio Público contra cualquier amenaza de muerte o ante atentados contra su integridad física, y deberían de investigarse esas amenazas y atentados con miras a determinar su origen e iniciar procedimientos penales o disciplinarios en su caso. Por su parte la Alta Comisionada de Naciones Unidas exhortó al Estado colombiano a asumir la responsabilidad de proteger la vida e integridad de los fiscales, jueces, funcionarios de policía judicial, víctimas y testigos, instando a hacer los esfuerzos necesarios para dotar con recursos suficientes los programas de protección. Derivado de lo anterior, el 30 de agosto de 2000, surge el “Plan Colombia”, mismo en el que el gobierno de los Estados Unidos de América, además de otorgar recursos para mejorar las condiciones de los derechos humanos en Colombia, también lo hace para mejorar la seguridad de los individuos amenazados, incluyéndose programas de protección para miembros del sistema judicial, entre los que se encuentran jueces y fiscales. Como parte de este programa de seguridad judicial se han donado chalecos antibalas, radios, y automóviles blindados para los individuos más amenazados. 248 D) Estados Unidos En este país existe el denominado “Marshal Service”, cuya función primordial será la de salvaguardar la seguridad en procedimientos judiciales, protegiendo a jueces federales, miembros del jurado y otros miembros de la judicatura. Los miembros de dicho servicio y los oficiales de seguridad contratados, proporcionan seguridad dentro de los recintos de las cortes federales, en cada uno de los 94 distritos y en la Suprema Corte. Este servicio protege a casi 2000 jueces así como a otros funcionarios públicos de los tribunales federales. La razón de lo anterior estriba en el hecho de que en años recientes las amenazas contra los miembros de la judicatura y otros servidores de la corte, ha aumentado. Las amenazas explícitas contra la judicatura son analizadas por éste servicio de seguridad, determinando su grado de peligrosidad. En base en lo anterior y atendiendo al grado de peligrosidad, el presupuesto asignado a este servicio da la posibilidad de que el juez, ante amenazas potenciales o comunicaciones inadecuadas, cuente con protección las 24 horas del día. Asimismo, este servicio se encarga tanto de la instalación de sistemas electrónicos de seguridad para proteger a jueces federales, miembros del palacio de justicia, así como los recintos de los tribunales federales. En el ámbito nacional, y tomando en consideración que la protección que se otorgue a magistrados de Circuito y jueces de Distrito, será para dotarlos de mayor autonomía al emitir sus resoluciones, sin que teman por su integridad personal o la de su familia, por el cumplimiento de las funciones que les confiere su nombramiento. Por lo que en este orden de ideas cabe realizar las siguientes precisiones: 249 • Los conceptos de seguridad pública y los guardias de custodia no tienen el mismo significado, incluso su fundamento constitucional es diverso. • La seguridad pública es una función a cargo de la Federación, Distrito Federal, estados y municipios, mientras que los guardias de custodia serán personas a cargo del Poder Judicial de la Federación. • La seguridad pública salvaguarda a la población en general, y los guardias de custodia, únicamente a los jueces de Distrito y magistrados de Circuito, que por el desempeño de sus funciones puedan poner en riesgo su vida, integridad física o la de su familia. • A la seguridad pública le es aplicable la Ley General que Establece las Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, mientras que los guardias de custodia no forman parte de dicho Sistema. • La seguridad pública se destinará entre otras cosas a la protección de instalaciones y servicios estratégicos, y los guardias de custodia protegerán a los jueces de Distrito y magistrados de Circuito, extendiéndose dicha protección a sus familiares de éstos, y a los recintos en los que se encuentren dichos servidores públicos. • La seguridad para jueces de Distrito y magistrados de Circuito, así como la de otros servidores públicos, será información clasificada de “reservada” en términos de lo dispuesto por la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental. • En otros países se ha previsto la necesidad de proteger a los miembros del Poder Judicial, a tal grado, que ha sido motivo de recomendaciones por la Organización de Naciones Unidas, como es 250 el caso del “Plan Colombia”, recomendaciones que también podría recibir nuestro país si no se adoptan medidas al respecto. Es por ello que se propone un cuerpo de seguridad para el Consejo de la Judicatura Federal, para lo cual resulta procedente el siguiente análisis jurídico: A) Relación jurídica del Consejo de la Judicatura Federal con magistrados de Circuito y jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación Como ya se mencionó al analizar la carrera judicial en México, la calidad de magistrados de Circuito y jueces de Distrito como integrantes del Poder Judicial de la Federación, proviene de la relación jurídica, administrativa y laboral que mantienen con él. Así en el ámbito jurídico, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, les confieren la calidad de titulares de los órganos jurisdiccionales, a través de los cuales el Poder Judicial de la Federación ejerce su función primordial. En el ámbito administrativo cuentan, junto con otros funcionarios judiciales, con un estatuto propio de carrera judicial, vigilancia, disciplina, supervisión y control; mientras que en el ámbito laboral, están sujetos genéricamente a los derechos y obligaciones que les imponen la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado y la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, pero en la especie, mantienen una diferencia trascendente: su relación jurídico-laboral es singular, porque si bien prestan un servicio personal remunerado derivado de un nombramiento, esta relación no es de estricta subordinación, sino de coordinación, con el fin de salvaguardar la independencia e imparcialidad de sus resoluciones, condiciones que establece la propia Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; razonamiento por el cual resulta procedente otorgar tanto a magistrados de Circuito como a jueces de Distrito, la seguridad y protección para aquellos que se encuentren en alguna situación de riesgo 251 derivada de una amenaza o actos que presupongan que peligra su integridad o la de su familia. Cabe señalar que dicho cuerpo de seguridad deberá ser considerado como una prestación adicional y excepcional o temporal, derivada justamente de relación laboral entre los magistrados de Circuito y jueces de Distrito con el Consejo de la Judicatura Federal, en términos de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado. En este sentido y conforme al artículo 43 del Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2005, el Poder Judicial de la Federación tiene la obligación de publicar en el Diario Oficial de la Federación a más tardar antes del 28 de febrero de 2005, el Manual de Percepciones para los Servidores Públicos a su servicio, en el que se proporcione la información completa y detallada relativa a las percepciones monetarias y en especie, prestaciones y demás beneficios que se cubran para cada uno de los niveles jerárquicos que los conforman, debiendo incluir en el Acuerdo de Actualización de los Sueldos y Prestaciones de los Servidores Públicos del Poder Judicial de la Federación, la prestación de seguridad en cuestión. B) Relación jurídica con la Secretaría de Seguridad Pública De conformidad con la coordinación de Poderes Federales a que se refiere el artículo 89, fracción XII de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y con fundamento en el artículo 30 bis, fracciones XX y XXII de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, resulta procedente la celebración de un Convenio de Colaboración Institucional con la Secretaría de Seguridad Pública, cuyo objeto sería la capacitación en materia de seguridad de las personas que designe el Consejo de la Judicatura Federal. De ser el caso, en que la capacitación señalada implique erogación de recursos, deberá contarse con la suficiencia presupuestal respectiva y para el 252 caso de significar obligaciones con cargo a presupuestos de años posteriores, la autorización del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, en términos del artículo 50 del Acuerdo General 28/1997, por el que se Reglamenta el Presupuesto por Programa del Consejo. C) Relación jurídica con los guardias de seguridad I. Aspecto laboral Debe entenderse que la relación entre el Consejo de la Judicatura Federal y los elementos a ser capacitados en materia de seguridad, para su posterior inclusión en el cuerpo de seguridad materia de estudio, se rige por el artículo 123, apartado “B”, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por su Ley Reglamentaria. En éste orden de ideas, debe entenderse que para que exista la relación laboral entre los servidores públicos y los entes estaduales, debe mediar nombramiento o figurar en la lista de raya de los trabajadores temporales, tal y como lo previene el numeral 3 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicios del Estado; consecuentemente, se puede presumir la existencia del vínculo laboral, con la específica y adicional diferencia de las contrataciones reguladas por la Ley Federal del Trabajo. De esta forma y ubicados los elementos de seguridad en alguno de los cuatro diferentes tipos de nombramiento que determina la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, en su artículo 15, fracción III (definitivo, interino, provisional, por tiempo fijo o por obra determinada) se encuentran amparados con todas sus consecuencias jurídicas y económicas, debido a que tienen derecho a percibir vacaciones, prima vacacional, aguinaldo y las demás remuneraciones que otorga el Poder Judicial de la Federación a sus empleados. 253 Por otro lado, las funciones que desarrollen los elementos de seguridad contratados serán consideradas de confianza en términos de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, de forma tal que éste tipo de servidores públicos no se encuentren amparados por la Ley de la Materia, en cuanto a la estabilidad en el empleo, pero gozan de las medidas protectoras del salario y de la seguridad social, misma que comprende los seguros institucionales que otorga el Consejo de la Judicatura Federal a sus trabajadores. II. Aspecto presupuestal Considerando que la contratación de elementos de seguridad para magistrados de Circuito y jueces de Distrito se traduce en la necesidad de creación de nuevas plazas laborales al interior del Consejo del Judicatura Federal, con fundamento en el artículo 34 del Acuerdo General 28/1997, estas deberán estar plenamente justificadas, autorizadas por el Pleno y concordantes con una ampliación real de los servicios en el Poder Judicial de la Federación, ya sea por incremento de plantillas de órganos existentes o por la creación de nuevos órganos jurisdiccionales auxiliares o administrativos. Asimismo, se estima que la creación de un órgano de seguridad debe incluirse en el anteproyecto de presupuesto de egresos del Consejo, conforme al artículo 20 del propio Acuerdo General 28/1997, e integrar las partidas 3823 “Gastos de Seguridad Pública y Nacional” y 4310 “Transferencias para gastos de Seguridad Pública y Nacional”, en términos del artículo 167 del Manual de Normas Presupuestarias. Por su parte, el artículo 30/1998 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal por el que delega diversas Facultades en Materia de Recursos Humanos, establece en su artículo Décimo Segundo, que la Comisión de Administración estará facultada para autorizar programas específicos de recursos humanos en materia de ingreso, capacitación administrativa, estímulos, salarios, prestaciones y servicios, y de administración personal del Poder Judicial de la 254 Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Tribunal Federal Electoral. Asimismo, dicho Acuerdo General establece en su artículo Décimo Quinto, que los aspectos de recursos humanos no previstos en el mismo, o que presenten características especiales, se sometan a consideración del Pleno, previo dictamen de la Comisión de Administración. Por lo que de lo anterior se desprende que el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, cuenta con amplias facultades a fin de contratar personal de seguridad para proteger tanto a magistrados de Circuito como a jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación, que con motivo del desempeño de sus funciones se encuentren en alguna situación en la que peligre su vida, integridad física o la de su familia. III. Aspecto fiscal De conformidad con el artículo 106 y 110 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, vigente para el año 2003, no se considerará como ingreso la prestación consistente en guardias de seguridad para magistrados de Circuito y jueces de Distrito, motivo por el cual éstos no serán gravados de manera adicional por concepto de ISR. Sin embargo, los guardias de seguridad de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, en lo personal serán sujetos del Impuesto Sobre la Renta sobre la remuneración que reciban, con fundamento en el artículo 110 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta. Asimismo, de conformidad con el artículo 1 de la Ley del Impuesto al Valor Agregado, ésta prestación tampoco causará Impuesto al Valor Agregado a cargo de Jueces de Distrito y Magistrados, sujetos de la prestación motivo del presente análisis. 255 IV. Aspecto administrativo De conformidad con lo establecido en el artículo 2 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, los guardias de seguridad como empleados del Consejo de la Judicatura Federal, serán sujetos de la referida ley y en consecuencia tendrán las obligaciones establecidas en su artículo 8º, siendo acreedores a sanciones administrativas para el caso de incumplimiento. Estimando la necesidad de que los elementos de seguridad cuenten con el equipo y armamento pertinente para el desarrollo de sus funciones, en términos generales, las adjudicaciones correspondientes podrán llevarse a través de procedimientos distintos al de licitación pública, de conformidad con el artículo 37, fracción VI, del Acuerdo General 75/2000, y considerar la partida 5802 “Equipo de Seguridad Pública y Nacional” a que se refiere el oficio circular 801.1.0524 de la Subsecretaría de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, mediante el cual se establecen las adiciones y modificaciones al Acuerdo por el que se expide el Clasificador por Objeto del Gasto para la Administración Pública Federal. (De aplicación supletoria para registro y rendición de cuentas) V. Aspecto penal De conformidad con lo previsto en la fracción XVI, del artículo 29 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, deberá de solicitarse a la Secretaría de la Defensa Nacional, la expedición de licencias para la portación de armas de fuego, para los elementos de seguridad supracitados, evitando con ello la comisión de un delito grave, previsto y sancionado por los artículos 139 del Código Penal Federal y 194, fracción III del Código Federal de Procedimientos Penales, licencias que en términos de la Ley Federal de Derechos, se deberán de sufragar por Servicios Privados de Seguridad y Armas 256 de Fuego, de conformidad con los artículos Articulo 195-X-1 y 195-X-2, del cuerpo legal en cita. Finalmente, en atención a lo estipulado en los artículos 33 y 52 de la Ley General que establece las bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, cualquier persona que ejerza funciones de seguridad pública, sólo podrá portar las armas de cargo que le hayan sido autorizadas individualmente o aquellas que se le hubiesen asignado en lo particular y que estén registradas colectivamente para la institución de seguridad pública a que pertenezcan, de conformidad con la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, además de que deberá cumplir con las disposiciones que la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, exige para los particulares que presten servicios de seguridad, protección, vigilancia o custodia de personas, lugares o establecimientos, de bienes o valores. Asimismo, cabe señalar que para el caso de que en el ejercicio de sus funciones algún elemento de seguridad, prive de la vida a un tercero, será el mismo acreedor a las sanciones penales que resulten aplicables al delito de homicidio; sin embargo, cabría la posibilidad de analizar los casos de excepción para la imposición de las sanciones correspondientes, mismos que se prevén en las excluyentes de responsabilidad señaladas en el Código Penal Federal, para el cumplimiento de un deber. Por lo que respecta a la reparación del daño causado a terceros ocasionados por bienes, propiedad del Consejo, los mismos, así como los daños causados por una responsabilidad penal deberán de ser cubiertos por éste cuerpo colegiado, siempre y cuando lo anterior se suscite en cumplimiento de un deber. VI. Responsabilidad civil Tomando en consideración que en el ejercicio de sus funciones, los elementos del cuerpo de seguridad contratados pudiesen ocasionar daños y perjuicios a 257 terceros, resulta aplicable el artículo 1924 del Código Civil Federal, conforme al cual, el patrón está obligado a cubrir la responsabilidad civil derivada de los actos de sus trabajadores, cesando dicha responsabilidad si se demuestra que en la comisión del daño no se pueda imputar a los trabajadores ninguna culpa o negligencia. Tomando cada uno de los puntos ya señalados, resulta procedente tomar en cuenta los siguientes aspectos: • Previo cumplimiento de la normatividad propia de cada uno de los aspectos antes desarrollados, se estima que no existe impedimento legal o administrativo para que el Consejo de la Judicatura Federal, cuente con un cuerpo propio de seguridad destinado a la protección de aquellos magistrados de Circuito y jueces de Distrito que en el ejercicio de sus funciones presenten riesgos en su integridad y en la de su familia. • En términos constitucionales y de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, es procedente la celebración con la Secretaría de Seguridad Pública de un Convenio de Colaboración, en el que de manera particular, se plasme la asesoría y capacitación por parte de dicha Secretaría a los elementos que integrarían el cuerpo de seguridad del Consejo de la Judicatura Federal, y sin que éste se constituya como un cuerpo de seguridad privado, toda vez que desarrollaría actividades de carácter estratégico en materia de seguridad pública. • En el ámbito presupuestal deberán incluirse las partidas 3823 “Gastos de Seguridad Pública y Nacional”, 4310 “Transferencias para Gastos de Seguridad Pública y Nacional” y 5802 “Equipo de Seguridad Pública y Nacional”. 258 • La relación entre los elementos del cuerpo de seguridad y el Consejo de la Judicatura Federal, es de carácter eminentemente laboral con los derechos y obligaciones propios de ese tipo de relaciones jurídicas. • Las responsabilidades civiles, y en su caso las derivadas de situaciones de carácter penal en que incurran los elementos del cuerpo de seguridad, estarán sujetas a las disposiciones generales en materia laboral, civil y penal. La delincuencia organizada en el país no tiene límites y ya alcanzó a varios jueces de Distrito y magistrados de Circuito, que en fechas recientes han sido amenazados de muerte por integrantes de grupos delictivos. Elvia Díaz de León, magistrada integrante del Consejo de la Judicatura Federal, informó que la Procuraduría General de la República, a solicitud del Poder Judicial Federal, brinda escoltas de seguridad personal (y a los familiares de éstos), debido a que han recibido “amenazas” por motivo de su trabajo como juzgadores155. El 25 de agosto de 2006 se dio a conocer (periódico Reforma, primera plana), que el Consejo de la Judicatura Federal solicitó formalmente que elementos de la Policía Federal Preventiva sean asignados como escoltas para la seguridad de jueces y magistrados, y se daría preferencia a los funcionarios que tienen casos relacionados con el narcotráfico y la delincuencia organizada. Asimismo, destinaría 62 millones para contratar a 50 empresas que vigilarían sus instalaciones en el país y 5.2 millones para blindar automóviles. 155 DÍAZ DE LEÓN, Elvia. Alcanzan amenazas de la delincuencia organizada a jueces y magistrados, en: http://www.jornada.unam.mx/2005/08/25/019N/pol.php. 259 En consecuencia y con fundamento en las disposiciones constitucionales y legales citadas, el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, se propone el siguiente: 2.3.5. Anteproyecto de Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se Establece un Sistema de Seguridad y Protección para Jueces de Distrito y Magistrados de Circuito que por el desempeño de la función jurisdiccional, se encuentren en alguna situación en la que peligre su vida, integridad física o la de su familia CONSIDERANDO PRIMERO.- Que por decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro, veintidós de agosto de mil novecientos noventa y seis, y once de junio de mil novecientos noventa y nueve, se reformaron, entre otros, los artículos 94, 99 y 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, modificando la estructura y competencia del Poder Judicial de la Federación; SEGUNDO.- Que de conformidad con lo establecido por los artículos 94, párrafo segundo, y 100 párrafos primero, octavo y décimo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y 68 y 81, fracciones II y XIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, el Consejo de la Judicatura Federal es el órgano encargado de la administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral, con independencia técnica y de gestión para emitir acuerdos generales que permitan el adecuado ejercicio de sus funciones, y al cual le corresponde elaborar el Presupuesto de Egresos del Poder Judicial de la Federación, con las excepciones antes señaladas; 260 TERCERO.- Que la calidad de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito como integrantes del Poder Judicial de la Federación, proviene de la relación jurídica, administrativa y laboral que mantienen con él. Así, en el ámbito jurídico, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, les confieren la calidad de titulares de los órganos jurisdiccionales, a través de los cuales el Poder Judicial de la Federación ejerce su función primordial. En el ámbito administrativo, cuentan, junto con otros funcionarios judiciales, con un estatuto propio de carrera judicial, vigilancia, disciplina, supervisión y control; mientras que, en el ámbito laboral, están sujetos genéricamente a los derechos y obligaciones que les imponen la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, pero en la especie, mantienen una diferencia trascendente: su relación jurídico laboral es singular, porque si bien prestan un servicio personal remunerado derivado de un nombramiento, esta relación no es de estricta subordinación, sino de coordinación, con el fin de salvaguardar la independencia e imparcialidad de sus resoluciones, condiciones que establece la propia Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; razonamiento por el cual resulta procedente otorgar tanto a magistrados de Circuito como a jueces de Distrito, la seguridad y protección para aquellos que se encuentren en alguna situación de riesgo derivada del desempeño de la función jurisdiccional, derivada de alguna amenaza o actos que supongan que peligra su integridad o la de su familia; CUARTO.- Que entre las disposiciones contenidas en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2005, en su artículo 43 se señala la facultad del Poder Judicial de la Federación para establecer un Manual de Percepciones para los servidores públicos a su servicio, entre los que se encuentran los magistrados de Circuito y jueces de Distrito; 261 QUINTO.- Que el cuerpo de seguridad para jueces de Distrito y magistrados de Circuito deberá ser considerado como una prestación adicional y excepcional, con carácter de temporal, derivada justamente de la relación laboral entre éstos y el Consejo de la Judicatura Federal, en aras de preservar la imparcialidad y autonomía al dictar sus resoluciones; SEXTO.- Que la contratación de elementos de seguridad para magistrados de Circuito y jueces de Distrito, se traduce en la necesidad de creación de plazas laborales al interior del Consejo, por lo que al efecto, el artículo 81, fracción XXX de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, dispone que corresponde al Consejo de la Judicatura Federal ejercer su propio Presupuesto de Egresos del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral; SÉPTIMO.- La propuesta de seguridad para impartidores de justicia, parte de la diferenciación de los conceptos de seguridad pública y los guardias de custodia; para destinar la seguridad pública a la protección de las instituciones y servicios estratégicos, y los guardias de custodia protegerán a los juzgadores, extendiéndose dicha protección a sus familias a los recintos en que se encuentren. OCTAVO.- Que por su parte, el acuerdo general 30/1998 delega diversas facultades en materia de recursos humanos, a la Comisión de Administración, quien se encuentra facultada para autorizar programas específicos de recursos humanos en materia de ingreso, capacitación, estímulos, salarios y prestaciones y servicios de administración de personal del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Electoral; NOVENO.- Que dicho acuerdo general, en su artículo décimo quinto, establece que los aspectos de recursos humanos no previstos en el mismo, o que 262 presenten características especiales, se someterán a consideración del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, previo dictamen de la Comisión de Administración; DÉCIMO.- Que el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal estima que debe de establecerse un cuerpo de seguridad para magistrados de Circuito y jueces de Distrito, considerando la alta responsabilidad pública inherente a la función jurisdiccional, y como garantía a la imparcialidad y autonomía de la labor judicial. En consecuencia y con fundamento en las disposiciones constitucionales y legales citadas, el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal expide el siguiente: ACUERDO PRIMERO.- El presente acuerdo tiene por objeto regular un sistema de seguridad y protección para magistrados de Circuito y jueces de Distrito, que con motivo del desempeño de su función jurisdiccional, se encuentren en alguna situación en la que peligre su vida, su integridad física o moral o la de su familia, y así brindarles la seguridad y el amparo necesarios, a fin de preservar la autonomía e independencia en el ejercicio de la función pública judicial. SEGUNDO.- La seguridad y amparo a que alude el artículo anterior, será una prestación adicional y excepcional, de carácter temporal, derivada justamente de la relación laboral entre los magistrados de Circuito y jueces de Distrito con el Consejo de la Judicatura Federal, prestación que concluirá cuando la situación de peligro desparezca. TERCERO.- En el momento en que exista una situación que ponga en riesgo al magistrado de Circuito o juez de Distrito, o a su familia, el servidor público 263 deberá notificar a la Comisión de Carrera Judicial, a fin de que ésta con apoyo de la Comisión de Administración, ponga de inmediato a su disposición a los guardias de custodia necesarios, notificándose de ésta situación al Pleno del Consejo de la Judicatura Federal. CUARTO.- El magistrado de Circuito o juez de Distrito, remitirá la Consejo de la Judicatura Federal, por conducto de la Comisión de Carrera Judicial, copia certificada del expediente que originó la situación de riesgo, a fin de que ésta junto con la Comisión de Administración, lo sometan a consideración del Pleno y este determine en definitiva. QUINTO.- Para el caso de que el magistrado de Circuito o juez de Distrito, sufra algún daño en su persona o en los de su familia, con motivo de la situación de riesgo provocada con motivo del ejercicio de la función judicial, el Consejo de la Judicatura Federal, absorberá los gastos inherentes a los daños causados. SEXTO.- Para el caso de que el magistrado de Circuito o juez de Distrito fallezca con motivo de algún atentado derivado de la situación de riesgo con motivo del ejercicio de la función judicial, el Consejo de la Judicatura Federal otorgará a su cónyuge e hijos, una pensión correspondiente al 50%, del salario que perciben los servidores públicos del mismo nivel en activo. SÉPTIMO.- El derecho a percibir la pensión por viudez u orfandad cesará cuando el cónyuge contraiga nuevas nupcias o se una en concubinato, y para el caso de los hijos, cuando estos cumplan los veinticinco años de edad. OCTAVO.- El Consejo de la Judicatura Federal contará con un cuerpo de seguridad a fin de atender las necesidades de los Jueces de Distrito y magistrados de Circuito, cuerpo que será contratado por el propio Consejo, teniendo los guardias de custodia, el carácter de trabajadores de confianza de éste, en términos de lo establecido por el artículo 181 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 264 NOVENO.- Dicho Cuerpo de Seguridad deberá estar disponible las 24 horas del día para atender las situaciones de emergencia y presentarse por instrucciones de la Comisión de Carrera Judicial, con el magistrado de Circuito o juez de Distrito que requiera de protección. Por lo que al efecto el Consejo contará con los turnos que le sean necesarios. DÉCIMO.- Para el caso de que el magistrado de Circuito o juez de Distrito elaboren situaciones de riesgo falsas, serán acreedores a las responsabilidades administrativas conducentes. DÉCIMO PRIMERO.- No se considerará como ingreso adicional la prestación consistente en los guardias de custodia para magistrados de Circuito y jueces de Distrito, motivo por el cual, éstos no serán gravados de manera adicional por concepto de Impuesto Sobre la Renta. DÉCIMO SEGUNDO.- Los guardias de custodia, en lo personal sí serán sujetos del Impuesto Sobre la Renta sobre la remuneración que reciban. DÉCIMO TERCERO.- Los guardias de custodia, en su carácter de servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, serán sujetos de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, y en consecuencia tendrán las obligaciones establecidas en la referida Ley, siendo acreedores a sanciones administrativas para el caso de incumplimiento. DÉCIMO CUARTO.- Para la contratación de guardias de custodia, se observará en todo momento que los candidatos no cuenten con antecedentes penales de ninguna naturaleza, se les aplicarán las pruebas psicométricas y de polígrafo que se requieran, y se constatará la pericia que estos tengan en el manejo de armas de fuego. DÉCIMO QUINTO.- Estimando la necesidad de que los guardias de custodia cuenten con el equipo y armamento pertinente para el desarrollo de sus 265 funciones, deberá solicitarse a la Secretaría de la Defensa Nacional, la Dirección General de Recursos Humanos, tramitará la expedición de licencias para la portación de armas de fuego, para los elementos de seguridad que hayan acreditado estar supracapacitados. DÉCIMO SEXTO.- Si algún guardia de custodia en el ejercicio de sus funciones, ocasiona daños y perjuicios a terceros, el Consejo de la Judicatura Federal cubrirá dicha responsabilidad civil, cesando dicha responsabilidad si se demuestra que en la comisión del daño, el guardia de custodia actuó con culpa o negligencia. TRANSITORIOS PRIMERO.- El presente Acuerdo entrará en vigor el día de su publicación. SEGUNDO.- Publíquese este acuerdo en el Diario Oficial de la Federación y en el Semanario Judicial de la Federación. 266 CAPÍTULO 3. RENDICIÓN DE CUENTAS EN LA IMPARTICIÓN Y LA ADMINISTRACIÓN PARA LA JUSTICIA 3.1. Ética y rendición de cuentas como parte de la Reforma Judicial La rendición de cuentas es un concepto relativamente nuevo en su aplicación al poder judicial. Comúnmente se entendía que la independencia del poder judicial exigía una independencia del resto de las entidades del Estado y de la Sociedad, por lo que prácticamente se ignoraba o se consideraba imposible que rindiera cuenta de sus fallos o de su administración interna. “Conceptualmente la rendición de cuentas es el resultado de un acuerdo social mediante el cual las partes confieren y aceptan derechos y responsabilidades, incluyendo la provisión de recursos para cumplir tales fines; las partes que adquieren responsabilidades informan sobre el cumplimiento de las mismas, o por lo menos, ponen a disposición la información sobre su desempeño; asimismo las partes delegantes de responsabilidades cumplen su deber de requerir tales informes, y finalmente se establecen recompensas y sanciones relacionadas con los resultados obtenidos y con los recursos asignados. Por consiguiente la rendición de cuentas involucra el ejercicio de la autoridad y la responsabilidad, tanto por parte de aquél en quien se deposita la confianza y recursos, como por parte de quien esta delegando su confianza. También implica la definición de obligaciones respectivas, la especificación de las reglas del juego, de los resultados esperados, de indicadores de su cumplimiento y la definición de los instrumentos de compensación por los productos o resultados obtenidos156. 156 MANJARREZ RIVERA, Jorge. La Construcción democrática de la rendición de cuentas y la fiscalización en la Administración Pública de México. Ed. INAP, México, 2003. P. 43-45. 267 Dicha rendición de cuentas implica la facultad de fiscalizar e imponer sanciones, en los gobiernos democráticos existe el mecanismo denominado rendición horizontal de cuentas, que consiste en que los Poderes de la Unión, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, tienen la obligación de responder, entre ellos, y cada uno ante los ciudadanos157. Esta forma de concebir el tema está cambiando a pasos acelerados, sin embargo no dejan de oírse voces críticas que dudan de la pertinencia de aplicar este concepto al Poder Judicial. Vamos a continuación a procurar responder a estas objeciones, fundamentando, por lo tanto la necesidad y conveniencia de la rendición de cuentas aplicada al Judicial como se le aplica ya al Poder Ejecutivo. En una formulación afortunada, Chistian Gruenberg establece la naturaleza del problema: “porque las decisiones judiciales ayudan a determinar la distribución de poder y riqueza, el sistema judicial estuvo desde sus orígenes expuesto a ser capturado para beneficio de intereses sectoriales”158. Cuando se dice que el poder judicial existe para garantizar derechos, en otras palabras estamos diciendo que existe para proteger asignaciones e incluso generarlas. Es natural que en la misma medida en que las personas acuden a reclamar sus derechos, también están reclamando asignaciones y por lo tanto están altamente interesados y son altamente proclives a inclinar la balanza de la justicia a su favor. Es entonces difícil aceptar que la impartición de justicia se explique sólo como un asunto jurídico positivo y signifique necesariamente un asunto económico central. Por una parte, Gruenberg nos da cuenta de que el Poder 157 Ibid. 158 Veáse: GRUENBERG, Ch. Rol de los programas de acceso a la justicia y participación ciudadana en la lucha contra la corrupción, Apuntes del Curso Reforma Legal y Judicial y control de la Corrupción en América Latina y el Caribe, Instituto del Banco Mundial, 2002. p.1. 268 Judicial sufre el acecho permanente de aquellos que esperan no sólo en el caso de una resolución particular, sino de la estructura misma del poder judicial, que esté adecuada a sus intereses y que por lo tanto no sea imparcial. El interés del Estado, por su parte, exige proteger la imparcialidad del poder judicial, por lo que se da una permanente tensión, un “estira y afloja” entre los mencionados actores. En el origen de las instituciones republicanas democráticas ya se encuentra formulada esta problemática, baste para nuestros efectos recordar cómo Hamilton establecía la posibilidad de que se aplicara el juicio por jurados en materia tributaria para evitar la opresión del ciudadano: “Es evidente que no puede influir sobre la legislatura por lo que hace al monto de los impuestos por establecer, a los objetos que gravarán o a la regla que normará su repartición. Si ha de ejercer alguna influencia, será sobre la manera de efectuar la recaudación y sobre la conducta de los funcionarios encargados de la aplicación de las leyes tributarias”159. Hamilton se manifiesta preocupado, no porque el orden social exija el establecimiento de determinadas costas y contribuciones a los particulares, quienes en todo momento son reconocidos como subordinados a la ley, sino por el riesgo que supone dejar a los funcionarios públicos sin un conjunto de limitaciones en su función, que salvaguarden el interés de los particulares en sus asuntos propios, tanto como de un ilegal abuso por parte de los funcionarios gubernamentales. Es esta preocupación la que exige idear los mecanismos adecuados y suficientes para contrarrestar dicho riesgo. El mejor mecanismo, consiste en procurar un juego de contrapesos y controles, que operen limitándose mutuamente, salvando a todos de la opresión. 159 Así que HAMILTON, J. El Federalista, LXXXIII, p. 357. 269 propone: “La bondad del juicio por jurados en los casos civiles, parece depender de circunstancias ajenas a la conservación de la libertad. El argumento más fuerte a su favor consiste en que protege contra la corrupción. Como siempre hay más tiempo y mejores oportunidades para interesar a un cuerpo permanente de magistrados que a un jurado que se reúne especialmente en cada ocasión, se supone con fundamento que las malas influencias se abrirán paso más fácilmente en el caso del primero que del último”160. Hamilton establece que 1) en materia judicial está de por medio la distribución de cargas y beneficios —en algunas materias más que en otras, o bien, cargas y beneficios de diferentes naturalezas—, 2) que por ello, los interesados buscarán influir en aquellas personas encargadas de las resoluciones judiciales 3) que si el sistema se los propicia como ocurre con funcionarios permanentes, podrán hacerlo. 4) Que para evitar este fenómeno de “corrupción” o “captura del Estado”161 se requieren mecanismos de control, como lo es un jurado sumado a un tribunal para juzgar una causa. Para que la justicia se realice, se requiere que el Poder Judicial sea independiente, a su vez, el precepto “igual justicia bajo la ley”, requiere imparcialidad y la imparcialidad demanda libertad de las presiones políticas o extrajudiciales162. Aquí aparecen los tres conceptos fundamentales de la ética del poder judicial: independencia, objetividad e imparcialidad. 160 Ibid. p. 358. 161 De acuerdo al Banco Mundial, la captura del Estado consiste en acciones de individuos, grupos o empresas, tanto del sector público como privado para influir la creación de leyes, regulaciones, decretos y otras políticas gubernamentales a fin de sacar ventajas mediante beneficios privados ilícitos u oscuros. Cfr. Anticorruption in Transition: A Contribution to the Policy Debate, The World Bank, Washington, D.C., First printing September 2000, p. 3ss. 162 MALEM SEÑA, Jorge, La Corrupción, Ed. Gedisa, Barcelona, 2000, p. 150. 270 El eje que permite comprender el sentido de la independencia del Poder Judicial es la protección del derecho de los ciudadanos, que sufriría menoscabo si prevaleciera la fuerza o influencia contra la ley y el derecho. Forma parte, como se verá más adelante, la independencia, del sistema republicano de pesos y contrapesos destinados a evitar la concentración del poder y por lo tanto la opresión de los ciudadanos. Chistopher Larkins considera que “la independencia judicial hace referencia a la existencia de jueces que no son manipulados para lograr beneficios políticos, que son imparciales respecto de las partes en una contienda y que forman una organización judicial que como institución tiene el poder de regular la legalidad de las acciones gubernamentales, impartir una justicia “neutral” y determinar los valores constitucionales y legales importantes”163. De acuerdo con Binder, la independencia del Poder Judicial tiene tres dimensiones: “una externa, que señala el hecho de que los jueces no pueden recibir órdenes o indicaciones de ningún otro sector del Estado; otra interna, que indica que tampoco pueden recibir esas indicaciones de otros jueces de su propia organización, salvo cuando se trata de cuestiones que se ventilan a través de los recursos previstos en los sistemas procesales o de normas prácticas y vinculadas a la administración de los recursos (por ejemplo, horarios de los empleados, etc); y, por último una independencia organizacional que debe asegurar al juez libertad frente a las grandes oficinas burocráticas de la organización judicial (administración, tesorería, etc.) (...) Vemos, pues, que el concepto de independencia judicial sólo hace referencia al conjunto de 163 LARKINS Christopher, “Judicial Independence and Democratization: a Teoretical and Conceptual Analysis” en: The American Journal of Comparative Law, vol. XLIV, no. 4, 1996, pág 611, citado por MALEN SEÑA, Jorge, La Corrupción, P. 151. 271 mecanismos que protegen al juez concreto, no para darle una situación de privilegio sino para asegurar la imparcialidad que necesitan los ciudadanos”164. De acuerdo al Código de Ética para el Poder Judicial Federal, la independencia “es la actitud del juzgador frente a influencias extrañas al Derecho, provenientes del sistema social. Consiste en juzgar desde la perspectiva del Derecho y no a partir de relaciones de poder o juegos de intereses, extraños a aquél” (Cap. 1, num. 1). De acuerdo a Malem Seña, no puede descuidarse el que la independencia del juez está co-implicada necesariamente con la separación de poderes. No puede haber independencia judicial, si no existe la preocupación y los mecanismos que hagan efectivo este requisito del régimen republicano democrático: la separación de poderes. Pero, como se puede apreciar claramente, esta separación de poderes no puede tomarse como sinónimo de no-rendición de cuentas, ni mucho menos como un mecanismo que promueva la irresponsabilidad política y jurídica de jueces y servidores públicos. Por lo que este autor sigue haciendo una importante reflexión en el sentido de que la independencia de los jueces siempre es relativa y depende en primera instancia de la arquitectura del Estado al que pertenecen, ya que ésta establece que “los jueces tienen que decidir con cierta frecuencia conflictos no individuales, ya sea porque los legisladores así lo 164 272 BINDER A., Reforma judicial, impresión preliminar limitada para el Curso Internacional sobre Instrumentos para las Reformas Judiciales, enero de 2002, Santiago de Chile. Citado por GRUENBERG, Op. Cit. p. 6. Véase también OWEN Fiss, “The limits of judicial independence”, en The University of Miami Inter-American Law Review, vol. 25, no. 1, 1993, págs 59-60, citado por MALEM, Op. Cit. p. 150. han previsto, ya sea porque al aplicar la constitución se han de aplicar cláusulas de una gran textura abierta que afectan derechos fundamentales”165. Tenemos entonces una resonancia jurídica, política y social a las resoluciones judiciales, como lo demuestra claramente la responsabilidad del Judicial en el manejo de casos como el del Secreto Bancario166, del Anatocismo167, en nuestro país o del “Corralito” en la Argentina donde la Corte Suprema aprobó la pesificación de los depósitos originalmente hechos en dólares168. En segundo lugar, la independencia de los jueces es relativa al universo social, del cual no pueden sustraerse, así un determinado contexto económico o de agitación social no pueden perderse de vista, aunque con frecuencia ocurre, a la hora de establecer un fallo. Si bien, Malem considera que, cuando se habla de independencia, “se tiene que pensar en el núcleo de la función y no a sus aspectos marginales”, nos parece que mirar al detalle la problemática implicada deja numerosas interrogantes: ¿de qué manera se pueden establecer compromisos “invisibles” como aquellos resultantes de la filiación partidista explícita o implícita? ¿la intención de congraciarse con las autoridades superiores del Poder Judicial, a fin de obtener ascensos más rápidos y sin 165 MALEM, Op. Cit. p. 151. 166 Caso en el que la SCJN declaró —en torno del caso FOBAPROA— que el secreto bancario no puede utilizarse para proteger o encubrir presuntos delincuentes, el 24 de agosto de 2000, véase: http://www.jornada.unam.mx/2000/ago00/000825/010n1gen.html. 167 Que se resolvieron mediante resolución de la Suprema Corte el 7 de octubre de 1998. La SCJN estableció que no existe limitación alguna ni en el Código Civil ni en el de Comercio que impida la capitalización de intereses sobre intereses, y precisó que en los contratos de apertura de crédito bancario “opera el principio de la voluntad de las partes para señalar la forma del cobro y el pago de los intereses”, por lo que la única obligación de las instituciones crediticias es la de “sujetarse a los lineamientos que sobre el particular” señale el banco central. 168 El 26 de octubre de 2004, la Corte Suprema de Justicia de Argentina consideró que la ley de emergencia económica y toda la gama de decretos que pesificaron los depósitos bancarios son constitucionales. Por eso, el titular de un depósito sólo tiene derecho a recibir, por cada dólar que tenía depositado, 2.136 pesos. 273 sobresaltos, es decir, aquellos condicionamientos inherentes a una judicatura burocratizada? Seguramente los razonamientos anteriores han sido de vital contribución para la pertinencia en la aplicación del concepto de rendición de cuentas en el Poder Judicial Mexicano; es así, que encontramos en la Declaración de Jurica169, a resultas del Primer Encuentro Nacional de Impartidores de Justicia, que tuvo lugar en la exhacienda de Jurica, Querétaro; que los integrantes del Sistema Nacional de Investigadores de Justicia, ratificaron su compromiso en la adopción de normas éticas comunes a todos los impartidores de justicia y al establecimiento de parámetros de desempeño compatibles y comunes. Asimismo, convinieron en establecer un Código de Ética Nacional para los impartidores de justicia; y, en sentar las bases para la creación de una Red Nacional de Información Judicial que incluya elementos de estadística bajo un formato común, que permita la creación de un Sistema Nacional de Medición del Desempeño Judicial. 3.1.1. Reforma Judicial y Fortalecimiento del Estado de Derecho La Reforma Judicial ocupa un lugar importante en la agenda pública, de los últimos años, la razón es fácil de adivinar si se reconoce el papel absolutamente prioritario que juega la impartición de justicia para el funcionamiento del Estado, la certidumbre para los asuntos privados y el orden público. Se impone por lo tanto encuadrar la agenda de la reforma del Poder Judicial en el proceso general de Reforma del Estado en orden a consolidar las instituciones democráticas y el Estado de Derecho. 169 274 Expedida el 2 de diciembre de 2005, y publicada el día 6 del mismo mes y año en La Jornada. “Desde un ángulo positivo, el estado de derecho significa la aspiración de una sociedad armónica y bien ordenada, alcanzada mediante la observancia de las normas, normas que comportan tanto derechos como obligaciones. Desde un ángulo negativo, el estado de derecho de un estado liberal es percibido como un mecanismo de control a través del aparato coercitivo del estado que, en efecto, opera en el interés de los sectores económica y políticamente dominantes y la observación de un desigual orden social capitalista”170. No obstante, estas dos dimensiones, presentadas por Domingo, no tienen que ser vistas ni como una disyuntiva, ni como una negación mutua, sino de hecho como dos aspectos que ejercen un papel necesario para el buen orden social, esto es, tanto la existencia de leyes que sean eficazmente cumplidas y condiciones derivadas de seguridad jurídica que permitan el funcionamiento de esos “sectores de poder”, que ejercen una función de liderazgo e impulsan el desarrollo económico y social del país. El Estado de Derecho es entonces una condición de posibilidad para el funcionamiento tanto de las instituciones estatales como de la vida pública y por lo tanto de la prosperidad general. Sin embargo, el Estado de Derecho, no es sólo un concepto, es un estado ideal al cual se tiene que ir conformando el ejercicio efectivo del poder. Ninguna sociedad satisface ese ideal, existe, por el contrario, un rango de cumplimiento e imperio de la Ley que puede ser mayor o menor. Se reconoce entonces que, aunque formalmente existe un Sistema Judicial, no siempre cumple este eficazmente con su papel en la construcción y mantenimiento del Estado de Derecho. Existe un conjunto de funciones de justicia administrativa y control constitucional que debe satisfacer el Sistema Judicial, frecuentemente el grado de cumplimiento es inadecuado. 170 DOMINGO VILLEGAS, Pilar. Rule of Law and Judicial Systems in the Context of Democratisation and Economic Liberalisation: a framework for comparison and analysis in Latin America, Ed. CIDE, México 1995. P. 4. 275 José Ayala Espino, Doctor en Economía171, nos ofrece una problemática, diagnóstico y propuestas de mejoramiento para el poder judicial: I. Existe una problemática: i) Desconfianza ciudadana continua en el Poder Judicial y en la seriedad de sus esfuerzos para mejorar la cantidad y calidad de los servicios que proporciona. ii) Debilidad específica en resultados y operaciones internas (tiempo límite, relevancia y certidumbre de decisiones, acceso, transparencia, independencia y equidad), los cuales son objetivos de la mayoría de las quejas y presumiblemente de la reforma. iii) La reputación del sistema judicial impacta negativamente en metas que están, más allá de él, como el desarrollo económico, la equidad, la reducción de la pobreza y la legitimidad política. II. La reforma judicial es compleja porque comprende distintos aspectos relevantes: 171 i) Cultura jurídica; ii) Diseño orgánico; iii) Diseño funcional; iv) Modo de gobierno judicial; y AYALA ESPINO, José. Instituciones para mejorar el desarrollo: un nuevo pacto social para el crecimiento y el bienestar Fondo de Cultura Económica. México, 2003. Este diagnóstico sale de: GIONDALE M., Lafourcade O. y NEUYNEN N. “Mexico, a Comprensive Development Agenda for the New Era”, Banco Mundial. Washington 2001, p.p. 740-741. 276 v) Evaluación de justicia aplicada y justicia esperada. El sólo enunciado de estos aspectos sugiere lo mucho que falta por hacer en el control social del poder judicial. III. Propuesta de mejoramiento institucional: i) Es necesario considerar el establecimiento de un tribunal especial con jueces que vigilen la actuación de otros jueces, es decir, que limite el poder de cohesión del Estado para evitar que éste sea utilizado de manera discrecional, o bien para fines distintos a los establecidos en las leyes. ii) Deben fijarse incentivos (o sanciones) más fuertes para que los jueces no demoren indebidamente la resolución de un caso. iii) Es importante crear instrumentos nuevos, o mejorar los existentes, para que los distintos grupos no gubernamentales obliguen a las autoridades a cumplir sus deberes en la aplicación de las leyes. Fabián Aguinaco Bravo, Profesor de la Universidad Panamericana, opina que es necesario encarar con premura, pero con eficacia, las reformas al Poder Judicial Federal, imaginando las circunstancias que pueden modificar el estado de cosas, que día a día se aleja de la modernidad y se acerca al fracaso o colapso, pues el actual servicio de impartición de justicia, a pesar de la rectitud y el empeño de muchísimos jueces y abogados, se sigue deteriorando, como lo 277 revelan la balumba de quejas por la degradación del servicio público de la impartición de justicia172. El papel del Poder Judicial no puede ser escatimado, se trata del garante supremo del orden constitucional y la legalidad, que se sustenta en la división de poderes, la independencia del poder judicial, operando en una estructura de pesos y contrapesos. La efectividad en el cumplimiento de este rol, depende, según Domingo, de tres factores173: 1. El grado en el que el Judicial es efectivamente independiente y autónomo de los otros poderes del Estado y de las presiones económicas, en su rol de adjudicación. Su independencia depende especialmente de los mecanismos de nombramiento y del soporte financiero. 2. El rango de poderes de control asignados al Judicial en términos de control constitucional y revisión judicial. 3. El uso que hace el Judicial de sus poderes de cara a los otro poderes. La independencia del Judicial es dependiente del grado de autonomía financiera de que goce. Los poderes constitucionales de control que formalmente posee, pueden verse seriamente restringidos por la dependencia financiera, según Domingo, la causa de que la independencia judicial no se obtenga, depende de diversos factores como la falta de recursos, la inestabilidad del régimen o la presencia de fuertes prácticas o fuerzas antidemocráticas. 172 AGUINACO BRAVO, Fabián. “Independizar auténticamente al Consejo de la Judicatura Federal y al Tribunal Electoral”, en: 65 Propuestas para modernizar el sistema penal en México. Instituto Nacional de Ciencias Penales. Primera Edición. México, 2006. P. 12. 173 Cfr. Ibid, p. 13-14. 278 Se pasa entonces a revisar los principales obstáculos que tiene que enfrentar el proceso de reforma judicial si se espera una consolidación del papel del Poder Judicial en la consolidación del Estado de Derecho en el sistema democrático. La debilidad del Judicial puede explicarse por factores jurídicos, tanto como prácticos, ya sean políticos, culturales o administrativos. En el caso de México, un factor histórico y constitucional es el papel omni-potente asignado al Presidente de la República. Durante casi todo el siglo XX, fue éste el fiel de la balanza dotado de amplios poderes que eclipsaban o incluso cancelaban la autonomía del Judicial: por ejemplo, en el caso de la nacionalización de la banca. En 1982, la posibilidad de que el Judicial se opusiera al mandato presidencial era prácticamente nula. También es un factor la falta de cultura política democrática. Anteponer criterios políticos de partido a la propia legalidad y el logro de objetivos de corto plazo a costa de un proyecto de nación, es un hecho lamentablemente frecuente en México. Presionar para que determinadas causas sean sobreseídas o concluyan en fallos a modo, es un hecho que anula el respeto que merece el Poder Judicial y debilita el Estado Democrático, hechos como estos están documentados en causas de “reos políticos” como lo fue Joaquín Hernández Galicia (la Quina), quien salió libre tras una negociación que suponía su retiro definitivo de la política174. Las condiciones administrativas inadecuadas es uno de los aspectos —quizá políticamente menos apreciados, pero de los más significativos: inmuebles inadecuados, mobiliario destruido, falta de equipo y papelería, se unen a cuestiones como la falta de capacitación de los empleados, la baja remuneración y la “cultura” de la mordida, como mecanismos de compensación 174 Cfr. Ibid. p. 16. 279 para poner a funcionar la maquinaria burocrática de la impartición de justicia. El Consejo de la Judicatura Federal ha remontado, con creces, estas condiciones. El nombramiento de jueces y su permanencia en el cargo es una pieza decisiva si se espera ganar autonomía. En el caso de México, a partir de la Reforma Constitucional del Poder Judicial de 31 de diciembre de 1994, los ministros de la Suprema Corte, han adquirido una estabilidad duradera en el cargo por 15 años, se ha reducido su número, se creó el Consejo de la Judicatura Federal. Mediante la Ley Orgánica del Poder Judicial se creó la carrera judicial, previendo los principios de excelencia, profesionales, objetividad, independencia y antigüedad como criterios a considerarse, así como procedimientos constitucionales para la remoción de jueces y magistrados. Se incrementó el papel político de la Suprema Corte, al favorecer el sistema de Controversia Constitucional entre Poderes y entre las entidades de la Federación. No obstante todavía sigue habiendo muchos riesgos, para un óptimo y justo funcionamiento del Poder Judicial. Desde el punto de vista de la estructura institucional de la que depende el ejercicio de los Jueces, están las mismas leyes que inducen una serie de medidas que favorecen una distorsión respecto a los fines constitucionales del Sistema Judicial: por ejemplo, incertidumbre y prolongadas detenciones preventivas, prisiones inadecuadas y sobre-pobladas, insuficiencia en el acceso a la defensoría de oficio, la violación de los derechos individuales. Como se ha documentado175, el incremento de la criminalidad, desemboca en la saturación del Sistema Judicial, cuya estructura, normativa y administrativa en lugar de fundamentar su operación eficiente, lo induce a la burocratización y a la parálisis... los resultados son gravemente perniciosos, se alimenta la 175 280 Cfr. Ibid. P. 24. ZAFFARONI E.R. (ed), Sistemas penales y derechos humanos en América Latina, De Palma, Buenos Aires, 1986. RICO J.M., SALAS L., Independencia Judicial en América Latina: replanteamiento de un tema tradicional, Centre for the Administration of Justice, Miami, 1990. RICO M., Crimen y justicia en América Latina, Siglo XXI, México, 1981. corrupción como un mecanismo para acelerar los procesos. Esto termina en mecanismos de compra de jueces, el menoscabo del acceso a la justicia para los detenidos más pobres o ignorantes y la falta de control y supervisión general del sistema. La crisis del sistema penal y los escándalos de corrupción documentados recientemente indican la urgente necesidad de la Reforma del Poder Judicial que marque, en lo administrativo: la eficiencia y la eficacia en su operación, en lo jurídico: la legalidad de sus fallos y en lo político: control, rendición de cuentas y transparencia. Domingo señala una frase lapidaria, uno de los aspectos más dolorosos y desafiantes si se espera la renovación y consolidación del Poder Judicial: un sistemático desconocimiento del mismo, de su papel, de su problemática, de sus potencialidades y obstáculos por la falta de estudios al respecto: “Una explicación de la falta de estudios políticos comprehensivos de los sistemas judiciales en América Latina puede encontrarse, posiblemente, en la notable ausencia en el pasado de los Poderes Judiciales como actores relevantes o importantes en los procesos políticos de estos países. [ ] Típicamente los Judiciales son débiles, faltos de infraestructura y recursos y frecuentemente asociados con la corrupción, la ineficiencia y la burocratización. Más aún, hay un marcado (y bien fundado) sentimiento de que la ley no se aplica por igual, que la impunidad es la norma para muchos y que muchos están por encima de la ley”176. Entender la manera en que la administración para la justicia trabaja, refleja ampliamente el grado en el que el Estado de Derecho está basado en la 176 Ibid. 281 sociedad, y en último término el grado de autoridad y legitimidad del aparato estatal177, condiciones indispensables para que opere el régimen democrático, basado en la confianza que tenga la ciudadanía en un sistema legal y judicial confiable, transparente y accesible. Domingo, presenta una serie de temas para la Agenda de la Reforma Judicial178: • Establecer un adecuado sistema de contratación y ascensos para los servidores del Sistema, de modo que se garantice la continuidad institucional. • Resolver la escasez de recursos físicos, humanos y materiales, situación crítica en el momento actual en que el estado se ha achicado y encara constantemente el riesgo del déficit fiscal. • La escasez también afecta el proceso de los casos, hay atraso y manejo inadecuado de las instancias, en virtud de la saturación. Se tiene que remediar un sistema administrativo que favorece la burocratización y la complejidad, el régimen de juicios escritos opera directamente a favor de la saturación y el alentamiento en la administración de justicia. Pero, como señala la autora, esto será de poco o nula utilidad si el sistema no aprende a racionalizar y colocar recursos de manera eficiente. • Se tiene documentado que algunas materias judiciales, son más eficientes que otras, por ejemplo la que tiene que ver con materia administrativa en comparación con materia penal. Esta realidad debe ser estudiada de manera puntual a fin de establecer qué mecanismos 177 Cfr. Ibid, p. 21. 178 Cfr. Ibid. pp. 21-23. 282 pueden favorecer la eficacia y eficiencia general del Sistema Judicial, según la autora, esta situación refleja la importancia de las presiones que ejercen ciertos sectores con mayores recursos de poder, de información y asesoría legal para ir “marcándole el paso” al Judicial. 3.1.2. Bases Económicas de la Reforma Judicial Para establecer las bases económicas de la Reforma Judicial, nos referiremos a continuación a una conferencia impartida por el Premio Nobel de Economía, Amartya Sen, titulada What is the role of legal and judicial reform in the development process179, la cual fue impartida en la Conferencia Legal del Banco Mundial, el 5 de junio de 2000 en Washington, DC. En este texto, Sen nos presenta una reflexión de carácter filosófico-política y filosófico-económica de la naturaleza e importancia de la Reforma Judicial y Legal como parte de las exigencias intrínsecas al proceso de desarrollo nacional. La invitación general es ver el tema de la Reforma Judicial en la perspectiva de conjunto del desarrollo, vinculando esta Reforma con la expansión económica, el progreso social, el enriquecimiento político y otros tipos de desarrollo que se complementan y refuerzan mutuamente. Este enfoque de tomar en conjunto lo que viene agrupado naturalmente, se denomina Marco de Desarrollo Comprehensivo (Comprehensive Development Framework. CDF)180. Es decir se postula una interdependencia causal de estas variables, ya que hay entre ellas una integridad conceptual y una interrelación operante. 179 SEN Amartya, What is the role of legal and judicial reform in the development process?, versión disponible en www1.worldbank.org/publicsector/ legal/legalandjudiciail.pdf (sic). 180 WOLFENSOHN James, Comprehensive Development Framework, World Bank, 1999. mimeo. Citado por Ibid. 283 Aunque podemos hablar de “desarrollo” tomándolo en un sentido general, es posible y conveniente hablar de desarrollo económico, político y social de manera relacionada. El desarrollo humano implica todas estas dimensiones de tal forma que sólo pueden ser vistas en conjunto y nunca aisladas una de otra. De ahí que el desarrollo de los Sistemas Legal y Judicial en conjunto con otros factores de la renovación del Estado, permiten alcanzar determinados horizontes de desarrollo en beneficio de la población. “El desarrollo legal no es sólo lo que la ley es y lo que el sistema judicial formalmente acepta y dice. El desarrollo legal debe constitutivamente tomar nota del mejoramiento de las capacidades de la gente, su libertad para ejercer sus derechos, que están asociados con el progreso legal. Dada esta necesidad de integridad conceptual, (en este caso, la necesidad de un desarrollo legal debe ser vista no sólo en términos de la legislación y las leyes, sino en términos de libertades efectivas y capacidades), todos los instrumentos que causalmente influyen en estas libertades deben ser tomados en cuenta para lograr que el progreso se concrete en un mejoramiento o en potenciar el desarrollo de un sistema legal y judicial exitoso”181. Para poner de relieve la interdependencia de estas reformas con el desarrollo económico de la región y el mejoramiento del acceso a las libertades y derechos, nos recuerda Sen que el capitalismo no surgió hasta que la evolución del orden y el derecho permitieron un sistema que garantizaba los derechos de propiedad como base de accesible. la economía y un sistema de garantías eficaz y Así, el intercambio funciona, gracias a convenios libremente realizados y contratos eficaces en su cumplimiento. Lo mismo ocurre con la inversión productiva, el financiamiento, las instituciones de crédito, etc. 181 284 Ibid. p. 11. Se requiere que los ciudadanos accedan a un sistema legal que les garantice confianza y les permita interactuar. Se considera que la independencia judicial, es un prerrequisito importante para generar confianza en un sistema democrático con varios partidos, donde se favorezca la participación del pueblo sin restricciones. Respecto al proceso de reforma judicial, visto en el contexto de América Latina, Maria Dakolias sostiene que “la región latinoamericana actualmente es política, económica y socialmente más propicia para la Reforma Judicial de lo que lo era en los años 1960s y 1970s. Hay una mayor estabilidad económica en la región, que ha permitido a estos países iniciar ‘una segunda generación de reformas’”182. El proyecto de reforma judicial tiene sustento en la mejoría administrativa y en el establecimiento de un sistema que facilite la liberación y el intercambio de los recursos creativos de una sociedad183. Asimismo, la reforma debe garantizar el ejercicio del Estado de derecho promoviendo mecanismos que permitan una mayor observancia del cumplimiento de las normas184. Por lo tanto, la Reforma reducirá el derroche, la ineficiencia en la administración de la justicia, garantizará la tutela de los derechos, la observación aún mas objetiva de las normas, generando la creatividad en los actores sociales que pueden crear el intercambio de bienes, realizando así, el Estado de derecho en mayor y mejor medida. Por otra parte, hay que considerar que la desigualdad económica en las sociedades, es producto de un aparato judicial deficiente, pues la economía 182 DAKOLIAS, María, A strategy for Judicial Reform: the experience in Latin America en Virginia Journal of International Law, 36, Fall, 1995. p. 230. Citado por Ibid. 183 Cfr. Ibid. p. 96. 184 Para tal efecto, el Poder Judicial debe ser independiente, competente y eficiente. 285 depende de las instituciones185 que determinan los modos de operación de los agentes económicos, los cuales tendrán lineamientos de acción, de intercambio186 y derechos protegidos, respaldados y vigilados según la regulación del poder judicial. Cuando la regulación necesaria del movimiento económico resulta deficiente, los costos de transacción se elevan restringiendo el funcionamiento del mercado187, ocasionando la expansión de monopolios y oligopolios, dificultando los acuerdos contractuales mientras estos requieren mayores inversiones monetarias para la agilización de sus procesos. Ante esto, es importante también señalar que las reformas que reforzarían las instituciones de regulación económica, mejorando la participación poblacional, han recibido poca atención188, y por lo tanto se hace patente el requerimiento de la acción estatal para generar el mejoramiento en las fallas de los funcionamientos del mercado mencionadas, situación que permitiría reducir la desigualdad en los ingresos de la sociedad. Por lo tanto, el sistema judicial tendrá que definir los derechos y las normas de acción económica de los agentes, visualizando un impacto satisfactorio en el desarrollo equitativo de ingresos en la sociedad, en los procesos contractuales y en la provisión de un respaldo de leyes que permitan el progreso económico. Para el trabajo público el principal problema es aquél de la organización del trabajo en un modo verdaderamente racional: no solo en el sentido de la 185 Las instituciones son clasificadas en: Formales (constitución y leyes), e informales (normas sociales, códigos de conducta). 186 El intercambio, comprende la negociación de los acuerdos o contratos de intercambio, el monitoreo del cumplimiento de los contratos y la sanción en caso de incumplimiento. 187 Cfr. Ibid. p.103. 188 Vid. BENHAM, A., et. al, Institutional Reform in Central and Eastern Europe: Altering paths with incentives and information, Working Paper, ICEG, U.S.A., 1995. 286 racionalidad instrumental, es decir, de la funcionalidad y productividad, sino también pero sobre todo, en aquél de la razón que valora y por lo tanto de la justicia, de los objetivos y de la finalidad, de sus prioridades y de la distribución de deberes y derechos189. 3.1.3. Recomendaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y del Banco Mundial para fortalecer el Estado de Derecho y al Poder Judicial En el marco de la segunda Conferencia sobre Justicia y Desarrollo en América Latina y el Caribe, se estableció la necesidad de realizar reformas judiciales en los países de América latina, con el fin de promover la consecución de una justicia independiente, competente y eficiente190, que garantizara el ejercicio de los derechos de propiedad y contrato, el bienestar de los gobernados, la generación de acciones sociales provechosas y la disminución de la conflictividad ocasionada por la mala administración de justicia y el mal manejo de los procesos judiciales191. Sin embargo, es necesario considerar la relación de dependencia mutua que existe entre el sistema jurídico y el sistema económico, en donde encontramos que el primero proveerá de garantías para la existencia de la vida social, mientras que el desarrollo económico proveerá las mejoras requeribles en la protección y garantía de los derechos. 189 MARTINI, Carlo María. ¿Existe una ética del trabajo público? en Antropología Laboral. Centro Universitario México, División de Estudios Superiores. México, 2000. P. 310. 190 Cfr. PASTOR, Santos, ¿Qué es la reforma judicial y qué cabe esperar de ella?, en La economía política y la Reforma judicial, Banco Interamericano del Desarrollo, Washington, 1997, p. 87. 191 Al respecto, cabe señalar que el sistema judicial, goza de carácter relevante para la sociedad, pues éste será el soporte fundamental del sistema de derechos de propiedad y contratos, que asimismo, proveerán el valor y el bienestar social esperado en el ejercicio político. 287 Así pues, el garante de los derechos, está respaldado por el Sistema Judicial, que ha de comprender a la justicia como pieza central. Ésta hará depender al Sistema Judicial del valor esperado192, el cual se refiere a la garantía de la conservación de los derechos, ya sea en su aplicación o en su tutela. 3.1.4. Justificación, Objetivos y Mecanismos de la Reforma Judicial Para poder establecer la necesidad de implementar una Reforma judicial, es necesario hacer hincapié en los problemas plenamente identificados y calibrados que ésta presenta, y que impiden una adecuada constitución del sistema jurídico. Éstos problemas se definen de acuerdo a las deficiencias que presenta el aparato de justicia, y pueden observarse en la falta de independencia del poder judicial frente a las otras esferas políticas administrativas, también podemos observarlos en la carencia de la formación y medios de la administración de la justicia, los cuales a su vez generan congestión y dilación en los procesos jurídicos, o despilfarro de los recursos disponibles193. Estas limitaciones o deficiencias en los órganos de administración y efectividad de la justicia, establecen los objetivos de la Reforma Judicial, que contemplarán la cubierta de las necesidades previstas, o bien, la transformación de algunos elementos del Sistema Judicial, el cual no es un fin en sí mismo, sino uno de los instrumentos disponibles para asegurar la tutela de los derechos y la observancia de las normas194. 192 “…El valor esperado de una disposición que otorga un remedio ante violaciones de derechos es el resultado de multiplicar el valor de ese remedio por la probabilidad que se aplique. La probabilidad puede interpretarse, grosso modo, como la frecuencia con que se aplica ese remedio…” Ibid. p. 87. 193 Cfr. Ibid. p. 88. 194 Cfr. Ibid. 288 La aplicación de la Reforma Judicial, contempla el ordenamiento de toda la administración de justicia en sus tres dimensiones básicas: • Operadores. Que incluyen a los jueces, secretarios, oficiales, agentes de la administración judicial, abogados, peritos, juzgadores y usuarios. • Organizaciones. Que contemplan todas las instancias del gobierno del poder judicial, a las cuales se les aplicará un reordenamiento estructural, funcional y económico. • Reglas (procesales y sustantivas). Que han de modificarse según el proyecto de Reforma Judicial, con el fin de apropiarlas a los requerimientos de la impartición de justicia. Para poder efectuar el proyecto de Reforma Judicial, se han de definir los dos tipos de mecanismo que han de utilizarse: Incentivos a las personas y organizaciones y mecanismos de supervisión y control195. Asimismo, cabe apuntar que estos mecanismos deben disponer de un sistema de información sobre la administración de la justicia con el fin de agilizar administraciones futuras y de disponer de un sistema de rendición de cuentas para la generación de confianza en la gobernabilidad. Para poder establecer un sistema de rendición de cuentas, es necesario contar con los indicadores de la actividad judicial, los cuales nos permitirán saber la producción y la calidad de sentencias contra los autos en cada orden jurisdiccional, también nos permitirá saber la duración de los procesos, los medios personales y materiales con los que se cuenta, así como los recursos económicos para la provisión pública, el signo de los fallos, la cuantificación de 195 Cfr. Ibid. p. 89. 289 las dilaciones en una perspectiva temporal o transversal comparada y el trato recibido por los usuarios. Estos indicadores nos permitirán conocer el nivel de eficiencia de los tribunales, que tendrán que ajustarse a un reordenamiento que satisfaga las condiciones carentes o turbias en la administración e impartición de la justicia. Entre las previsiones de largo alcance como producto de la Reforma Judicial, se contemplan las siguientes: • La descentralización administrativa con el fin de especificar con mayor claridad la organización de todos los miembros de la administración (desde los juzgados de primera instancia, hasta el Tribunal Supremo de Justicia), evitando así, los abusos autoritarios y patentando una mayor eficiencia en la impartición de justicia. • Las gestiones sobre los procesos serán encomendadas a los secretarios judiciales quienes deben ser formados y remunerados para ello, con el fin de que los jueces únicamente se dediquen a juzgar. • Los recursos materiales, personales, legislativos, deben ser aprovechados al máximo. Ante esto, cabe apuntar que se sugiere el aumento de los medios para que los funcionarios realicen sus actividades con mayor disponibilidad, reduciendo asimismo, la resistencia a la reforma en algunos sectores por la reducción de medios. • El impacto de estas reformas, propiciará la mejoría en la eficiencia, la proporción de mayor tutela con los recursos dados, reducción en la dilación de los procesos, y el mejoramiento en la calidad y en el acceso a los casos. 290 Para examinar y explicar las reformas que afectan “la demanda de tutela”, se requiere de información sobre la evolución de las demandas, sobre quién o qué se pleitea, así como los honorarios que pagan los usuarios. Ante el análisis del contenido y funcionamiento de la demanda de tutela, surgen las propuestas para realizar la reforma, ellas son las siguientes: • Establecer claramente lo que es judiciable y definir lo que se puede resolver mediante mecanismos alternativos a los procesos judiciales196. • Evitar apelaciones excesivas, subsidiando lo necesario y penalizando los conflictos innecesarios. • Cuando se establecen las medidas reductoras, se posibilitan los ahorros del gasto público y particular. Sin embargo, para extender el análisis sobre la reforma judicial en cuestiones de tutela, es necesario hacer hincapié en el concepto de “dilación” como expresión de la degradación de la calidad de la tutela judicial que constituye un factor generador de posibles errores o corrupciones judiciales197. El análisis de este concepto, permitirá establecer la calidad de la demanda y administración de la tutela, y por tanto, permitirá proyectar ajustes en sus campos permitiendo reducir la demanda, aumentando por otra parte, la oferta de dicha tutela. Por otra parte, la reforma judicial debe contemplar un mayor acceso social a la justicia, bajo el aseguramiento de una mayor tutela, además del ordenamiento 196 Los mecanismos de mediación alternos a la resolución jurídica, son: la mediación, el arbitraje, la conciliación, la vía administrativa, la liberación de mercados y la provisión de información. 197 Cfr. Ibid. p. 93. 291 de las cuotas de quienes prestan los servicios profesionales referentes a la justicia, revisando asimismo, las dotaciones adecuadas, atendiendo a la porción social más desasistida, garantizando una buena administración de los recursos y la libertad de elección. El pobre desempeño de los poderes judiciales, tiene cuatro características198: 1. La ineficiencia. Que se define de acuerdo a la lentitud y los gastos excesivos de los procesos judiciales199. 2. La incertidumbre. Que señala la desconfianza en los que utilizan el servicio judicial, ya sea por falta de información pertinente sobre los procesos que han de seguirse, o sobre la licitud de las decisiones, sentencias y demás actos judiciales efectuados. 3. Desigualdad en el acceso. Caracterizada en sistemas judiciales cuyos procesos son muy costosos y por lo tanto, inaccesibles para cierta porción de la sociedad. 4. Corrupción. Que consiste en el desvío del ejercicio lícito de la administración de justicia, conscientemente, desatendiendo los intereses de los solicitantes de la justicia con fines de provecho personal. Para realizar un análisis sobre el impacto económico de un aparato judicial deficiente, es necesario recordar que éste suele ocasionar el entorpecimiento en las actividades económicas: aumentando los costos, dificultando los procesos y las relaciones contractuales, restringiendo el mercado, 198 Cfr. JARQUIN, E., La economía… Op. cit. P.p 107-109. 199 Cabe señalar que es necesario estudiar la efectividad en el uso de los recursos en el sistema judicial, que en América Latina se utilizan en el pago de remuneraciones, beneficios y pensiones, cuando la infraestructura del sistema judicial recibe poco apoyo económico. 292 disminuyendo la competencia y la especialización, incentivando el incumplimiento de contratos, aumentando la posibilidad de actividades de corrupción y criminales. Por otra parte, la desigualdad en la recepción de ingresos monetarios, afecta a una gran porción de la población, impidiendo que esta desarrolle su potencial económico por estar limitado, no gozando por tanto, de los beneficios del mercado desde una economía moderna dominada por transacciones intertemporales e impersonales200. 3.1.5. Factores Predisponentes de los Conflictos en el Sistema Judicial El análisis de los conflictos y omisiones administrativas en el poder judicial, exige especificar las características de su funcionalidad, las cuales son referidas por Hugo Eyzaguirre201, quien entiende que el sistema es en la práctica un mercado en el cual confluyen una oferta y una demanda por un servicio, el servicio judicial. Individuos demandan solución a sus conflictos y el poder judicial provee tal solución202. Asimismo, la demanda del servicio judicial consiste en una decisión de comprar o no un producto o servicio203, y los usuarios decidirán la intervención del poder judicial de acuerdo a la información que posean sobre los costos del proceso o los procesos judiciales que han de seguirse, así como la previsión de los honorarios de los agentes intermediarios (abogados), y finalmente la provisión sobre la información que brinde certeza referente a los posibles efectos de la demanda. 200 Cfr. Ibid. p. 111. 201 Vid. “Marco institucional y desarrollo económico: la reforma judicial en América Latina”, Capítulo 8, en La economía política de la Reforma judicial. Op. cit. pp. 100-127. 202 Cfr. Ibid. p. 113. 203 Cfr. ibid. p. 119. 293 Por otra parte el análisis también exige definir los incentivos de la oferta y demanda por el servicio judicial para determinar qué agentes participan en el mercado y qué factores determinan las formas en que éstos actúan204. Así pues, a continuación se presentará un esbozo sobre los actores y sus incentivos en el poder judicial: • Los actores del mercado del servicio judicial, son: las partes (usuarios o solicitantes del servicio de justicia y sus procesos). Y los agentes: los abogados que representan a las partes, los fiscales, los jueces, los secretarios y el personal administrativo. Cabe señalar que los agentes (quienes efectúan los procesos judiciales), actúan de acuerdo a los incentivos que brindan bienestar o retribuciones particulares delineadas por las oportunidades y las restricciones disponibles en el sistema205. • Entre las restricciones que incentivan, o promueven omisión o desvío de los procesos judiciales, se encuentran las reglas206, las cuales definirán la actuación de los agentes. Por otro lado, las oportunidades para el ejercicio pertinente de las actividades del Poder Judicial, son respaldadas por la información sobre las legislaciones vigentes, la capacidad profesional y los recursos disponibles. Por lo tanto, será necesario analizar las estructuras que conforman dichas restricciones u oportunidades para el desempeño judicial. 204 Cfr. Ibid. 205 Esta consideración, ha sido valorada como agente preponderante en el ejercicio de la administración y resolución judicial. Vid PRATT, John, ZECKHAUSER, Richard, “Principals and Agents: An overview”, en Principals and Agents: The structure of business, Harvard Business School Press, Boston, 1985. 206 Estas reglas son formales (leyes) o informales (normas sociales, códigos de conducta, prácticas comerciales, prácticas burocráticas, etc.). 294 • Pratt y Zeckhauser, señalan el problema del “Principal agente” quien demanda el uso de los servicios judiciales y que delega el ejercicio de los procesos a profesionales destinados para ello (agente efectivo). Sin embargo, el incentivo del agente efectivo, no es precisamente el bienestar del principal agente en sí. Así pues, puede presentarse manipulación en la información judicial que el agente principal no posee. Por lo tanto, ha de observarse esta problemática con el fin de normar los contenidos necesarios de la información pertinente que se le debe otorgar a los agentes principales, a través de diseños contractuales entre los agentes de los procesos judiciales. Por lo tanto, un análisis objetivo de los incentivos en los funcionarios del sector público, será mediante el modelo del principal agente. • A través de estos análisis, han de definirse los factores que determinan la acción cuantitativa y cualitativa de los agentes públicos, que asimismo establecen la calidad y cantidad de la fiscalía (que también ha de examinarse cuidadosamente) y del sistema judicial general. • La discrecionalidad es un poder alterno del aparato judicial. Esto puede ser un incentivo para la corrupción y la desviación u omisión en la administración judicial. Ante esto, será necesario monitorear y controlar los problemas tales como la discriminación o inconsistencia en la prestación del servicio. • Los aspectos circundantes a los incentivos de los agentes efectivos del servicio judicial, tales como la competencia, el monitoreo, “los premios y castigos”, el entorno social deben ser promovidos hacia una mayor calidad y cantidad. 295 • No existe el derecho de propiedad, es decir, el servicio judicial es prestado por el Estado, y provee la aplicación de la justicia a la sociedad en general y no al individuo en particular. Por lo tanto, el la racionalización sobre el precio no es objetiva y se promueve la deficiencia judicial. Ante esto, la propuesta de resolución, sería la promoción de la competencia en las funciones de los agentes públicos207 a fin de disminuir la corrupción, permitiendo también la evaluación de los agentes a través de medidas comparativas que tendrán materia según la aplicación alterna de leyes de “premio o castigo”. • El entorno social determinará en una importante medida, las acciones de los agentes. Debe promoverse por tanto, la valoración de la honestidad, del servicio y de la eficiencia en éste. Asimismo, ha de vigilarse la real independencia del Poder Judicial con respecto al Poder Ejecutivo. Esta medida puede aplicarse a través de la observación de cambios de personal con respecto a los cambios del Poder Ejecutivo, entre otras medidas, que bien deben desvelarse a partir de la evaluación aplicada. 3.1.6. Lineamientos para el Diseño de las Reformas A partir del análisis estructural del aparato judicial, y habiendo observado las dificultades referentes al óptimo funcionamiento de éste, surge la necesidad de una reforma judicial que ha de ser respaldada por una serie de condiciones que posibiliten el progreso del Estado de Derecho. 207 296 Vid SHLEIFER, A., VISHNY, R. Corruption, The Quarterly Journal of Economics, Vol. 18, pp. 599-617. Estas condiciones han de particularizarse, en primer lugar, de acuerdo al análisis del estado y características del Sistema Judicial realizado en el país. A partir de este análisis, en segundo lugar, se intentará confrontar la realidad judicial del país solicitante con respecto a otros países a fin de evaluar los efectos de la Reforma208. Para establecer el proyecto de Reforma Judicial, deberán observarse los factores problemáticos que ocasionan la ineficiencia de la administración, entre estos, debemos ocupar como guía los siguientes aspectos: • La lentitud de los procesos judiciales. • El uso ineficiente de recursos públicos. • Los costos excesivos para los usuarios. • La incertidumbre sobre las decisiones judiciales. • La desigualdad en el acceso y la provisión del servicio judicial209. A través del análisis de experiencias sobre la aplicación de las Reformas en países en desarrollo, se desprende el diseño de políticas adoptables a fin de prever los aspectos básicos en futuras Reformas Judiciales210: 1. ¿Cómo se selecciona el personal contratado y a qué entrenamiento es sometido? 2. ¿Cuáles son los objetivos específicos asignados a las diferentes actividades que componen el Poder Judicial? 208 Cfr. EYZAGUIRRE, Hugo, Marco institucional… Op. cit. p. 121. 209 Cfr. Ibid. 210 Vid. KLITGAARD, R., Adjusting to Reality Beyond: State versus Market en Economic development, ICS Press, San Francisco, 1994. 297 3. ¿Qué indicadores existen sobre el desempeño del sector en función de tales objetivos? 4. ¿Qué información sobre estos indicadores está disponible? ¿Cómo se recoge dicha información? 5. ¿Qué sistemas de monitoreo existen y cómo funcionan en la práctica? 6. ¿Cómo se premia y castiga al servidor público en función a su actuación? ¿Cómo se determinan los ascensos, el incremento en los salarios? ¿Cuáles son las causales de despido? ¿Cuáles son los criterios y el procedimiento seguido en tales casos? 7. ¿Cómo se premia y se castiga al Poder Judicial en su conjunto y a sus diferentes unidades en función a su actuación? ¿Cómo se asignan los presupuestos? 8. ¿Qué tan difundida está la corrupción en el sistema? 9. ¿Qué nivel de competencia existe dentro del sistema judicial, comparado con otras oficinas públicas y con el sector privado? ¿Qué factores bloquean la existencia de competencia y cuál es su justificación, en caso de existir alguna? ¿Cuál es el desempeño de los sistemas alternativos y qué factores afectan tal desempeño? 10. ¿Qué grado de discreción tienen en la práctica los diferentes funcionarios públicos?211. 11. ¿Existe real independencia del Poder Judicial con respecto al Poder Ejecutivo? ¿Cuáles son las normas legales que garantizan objetivamente dicha independencia? ¿Cómo son aplicadas dichas normas? 211 298 Vid. KLITGAARD, R., Incentive myopia, en World Development, Vol. 17, ICS, Press, 1989. 12. ¿Cuáles son los aspectos analizables de la demanda en las partes? ¿Cuáles son los factores que ocasionan tales demandas? 3.1.7. Incidencia y Combate a la Corrupción Un investigador indispensable sobre el tema de la corrupción y su combate en varios frentes institucionales es Daniel Kaufmann Director del Instituto del Banco Mundial. En primer lugar, conviene tener a la vista las mediciones y ranking preparados por “Transparencia Internacional”, para establecer el nivel de corrupción entre los países. Kaufmann reflexiona acerca de algunas deficiencias en ese sistema de medición ya que no permite apreciar importantes diferencias entre países acomodados en un orden de entre 10 y 0 de calificación212. Lo que no se presta a ambigüedad es el peso que tiene la corrupción en el rezago del país. Según la evidencia empírica recabada: “Los mecanismos a través de los cuales la corrupción retarda el crecimiento económico parecen ser multifacéticos (Schleifer y Vishny 1998, Mauro 1997; Johnson, Kaufmann y Zoido-Lobatón, 1996 y Tanzi y Davoodi, 1997. La evidencia sugiere que la corrupción lleva a que las personas más talentosas se dediquen a pensar en cómo beneficiarse de la corrupción y no a desarrollar actividades productivas que creen riqueza; favorece los gastos públicos excesivos e improductivos y la proliferación de elefantes blancos; merma recursos para mantener la infraestructura física; estimula el crecimiento de la economía informal y los mercados negros; disminuye los ingresos tributarios y con ello debilita a las 212 KAUFMANN, D., A. KRAAY Y P. ZOIDO-LOBATÓN, Aggregating Governance Indicators, World Bank Research Working Paper Series N° 2195, 1999 en www.worldbank.org/wbi/gac. 299 instituciones, y orada la capacidad de las instituciones judiciales de hacer cumplir la ley”213. Según Kaufmann entre las causas de la corrupción han de citarse: 1. Los determinantes políticos, los derechos fundamentales y libertades civiles: el estado de derecho es frecuentemente sacrificado por la captura del estado para fines particulares. El régimen de control de las libertades civiles inhibe la auditoría y favorece un uso discrecional del poder. 2. El Entorno económico, regulatorio y de finanzas públicas: que frecuentemente está saturado de normativas e impuestos. Situación que induce la proliferación de mercados negros y distorsiones económicas. 3. El profesionalismo de la administración pública se asocia con menos corrupción. “Aunque a menudo se menciona la importancia de los salarios, la evidencia empírica entre corrupción y el nivel de salarios es algo ambigua. En términos generales, la evidencia sugiere que no es suficiente igualar los salarios públicos con los privados, si al mismo tiempo se aísla la contratación y promoción del personal de un sistema basado en el mérito, y no se entrena un cuadro profesional de funcionarios públicos motivado para servir al público”214. 4. Nivel general de desarrollo del país. La gobernabilidad y la calidad institucional mejoran a medida que aumenta el grado de desarrollo. (Ver gráfica 5). 213 KAUFMANN Daniel, “Corrupción y reforma institucional: el poder de la evidencia empírica” en Revista Perspectivas, Departamento de Ingeniería Industrial, Universidad de Chile, vol. 3, Nº 2, 2000, p. 369. 214 Ibid. p. 374. 300 Gráfica 5215 El problema de la corrupción encuentra un campo propicio en el Poder Judicial, según revela también la evidencia empírica ofrecida por los estudios del Banco Mundial. Los datos aportados por Kaufmann se basan tanto en varias encuestas aplicadas a empresarios y funcionarios públicos, como a estimaciones elaboradas por economistas, acerca de las correlaciones y relaciones de causalidad o dependencia entre variables216. Uno de los objetivos de estas encuestas es determinar cuál sería el obstáculo más importante para alcanzar la transparencia y la imparcialidad del Poder 215 KAUFMANN, Misrule of Law Does the Evidence Challenge conventions in Judiciary and Legal Reforms?, Draft for discussion, July 2001, en: http://www.worldbank.org/wbi/governance. 216 Como las encuestas de gobernabilidad de las empresas, Worldwide World Business Environment Survey (WBES) y la Business Environment and Enterprise Performance Survey (BEEPS). También en un sondeo elaborado durante la Primera Conferencia Global sobre Reforma Judicial celebrada en Washington 5-7 de junio de 2000. 301 Judicial. Las preocupaciones se concentraron en garantizar la independencia respecto del Poder Ejecutivo. También aparecía la preocupación por el peso de grupos económicos de poder, capaces de captura del Estado. Especialistas de las economías en transición, expresaban más inquietud por las influencias económicas que por las políticas, mientras que en las economías emergentes la preocupación era más concretamente sobre las influencias del Ejecutivo. (Ver gráfica 6). 302 Gráfica 6: El mayor obstáculo para una justicia imparcial y transparente. Economías en Transición y Países en Desarrollo217 Entre los datos aportados por la Primera Conferencia Anticorrupción realizada en Perú en el 2000, apareció que el poder judicial contaba con la peor estimación pública en cuanto a desempeño, imparcialidad, honestidad, y ponía a la captura económica como su principal explicación. (Ver gráfica 7): 217 Ibid. p. 8. 303 Gráfica 7218 La gráfica 8 presenta un modelo comparativo elaborado para las economías en transición, es decir, los países exsocialistas. Se representan en dos dimensiones, cuatro variables relacionadas al estado del Sistema Judicial, que se miden desde 1, es decir, completo cumplimiento, hasta 0, nulo cumplimiento: A=Honestidad (uncorrupt), B= imparcialidad (fair), C =Confiabilidad (reliable), D= Acatamiento de sus decisiones (enforces decisions). aprecian los resultados de cada país. 218 304 Ibid. p. 12. En color rojo se En la esquina inferior derecha aparece un estado perfecto (Nirvana) en que los tres aspectos tengan un pleno cumplimiento, y se encuentran en la fila superior, los casos de Kazakhstan, Rusia y Ucrania, que se destacan por un muy pobre desempeño en las cuatro dimensiones, cercano a 0. Mientras que Estonia y Hungría presentan mucho mejores resultados. Gráfica 8: Calidad de las Cortes en Varios Países según el sector privado 219 Las recomendaciones que el Instituto del Banco Mundial ofrece para el combate a la corrupción y que implican en no poca medida, la Reforma al Poder Judicial y al sistema de administración de justicia son: 219 Ibid. p. 14. 305 1) “Frenos y contrapesos entre el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y entre los gobiernos federales y subnacionales, incluido un Poder Judicial independiente y un sistema jurídico-judicial eficaz, además de una adecuada descentralización, en la que se actúe con transparencia y se rinda cuenta de las acciones”220. 2) Instituciones de la sociedad civil y medios de información independientes. 3) Una economía de mercado competitiva, sin excesiva intervención o regulación. 4) Mecanismos para las autoridades políticas, como el acceso del público a la información sobre las votaciones parlamentarias y las fuentes de financiamiento de los partidos; la declaración de ingresos y bienes de las autoridades, tanto antes de asumir un cargo como al dejarlo, y la prevención de conflictos de interés. 5) Una administración pública con orientación de servicio y basada en el mérito, con un sistema de remuneraciones transparente, donde los clientes puedan informar sobre el nivel de los servicios prestados. 6) Transparencia y responsabilidad en el manejo de los recursos públicos; plena cobertura presupuestaria; un sistema de hacienda fuerte e integral; un sistema de adquisiciones públicas transparente y competitivo, y auditorías externas e independientes. 220 306 KAUFMANN Daniel, Corrupción y reforma institucional. Op. Cit., pp. 375-377. Gráfica 9: Estrategia Integrada de Combate a la Corrupción221 3.2. Obligaciones Financieras del Poder Judicial de la Federación Por lo que al aspecto financiero se refiere, el Poder Judicial de la Federación, deberá apegarse a lo establecido por la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, el Presupuesto de Egresos de la Federación y finalmente el Manual de Percepciones del mismo. Las razones de la derogación de la Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público Federal de 1976 parecen evidentes. Ésta era una ley que ya no alcanzaba a regular todo el ciclo presupuestario, pues la normativa secundaria suplía, de alguna forma, todas estas lagunas jurídicas que fueron aumentando con el transcurso del tiempo, convirtiéndola en obsoleta. 221 Ibid. p. 377. 307 Pero, fundamentalmente, era el Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) que año con año, sustituía ese vacio legal. El Doctor en Derecho Óscar Nava Escudero, también opina que la derogación de la anterior fue porque la realidad económica la había rebasado y por carecer de principios básicos de derecho presupuestario222. La misma Ley, define al gasto público federal como aquel que comprende las erogaciones por concepto de gasto corriente, incluyendo los pagos de pasivo de la deuda pública, inversión física, inversión financiera, así como responsabilidad patrimonial que realiza el Poder Judicial de la Federación223. Esta nueva ley, establece algunas disposiciones aplicables al Poder Judicial Federal, en su carácter de ejecutor del gasto224: 1. De autonomía presupuestaria: Aprobar su proyecto de presupuesto y enviarlo a la SHCP para su integración al proyecto del PEF; ejercer su presupuesto; autorizar adecuaciones a su presupuesto; realizar los pagos a través de sus tesoresías; determinar los ajustes presupuestarios en caso de disminución de ingresos; llevar la contabilidad y elaborar sus informes. 2. Observar los criterios generales de política económica. 3. Ejecutar el gasto con base en los principios de eficiencia, eficacia y transparencia. 222 NAVA ESCUDERO, Oscar. Algunos aspectos jurídicos de la nueva Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. Revista Justicia Fiscal y Administrativa No. 3, Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal. México, 2006. Cuarta época. P.p. 137-138. 223 Artículo 4, fracción II de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. 224 Artículos 2 fracción XIII; 3, 5, 6, 9, 12, 13, 14, 20, 21, 27, 28, 30, 45, 47, 50, 60, 66, 70, 95, 98, 111 y 8º transitorio. 308 4. Establecer y publicar en el Diario Oficial de la Federación las disposiciones generales para la correcta aplicación de esta ley. 5. Iniciar indicadores de desempeño y metas que faciliten el examen de sus proyectos de presupuesto de egresos. 6. Establecer sistemas de control presupuestario. 7. Emitir su manual de remuneraciones, incluyendo el tabulador. 8. Autorizar la celebración de contratos plurinominales. 9. Los fideicomisos que constituya el Poder Judicial son fideicomisos públicos (aplicable al Fondo de Apoyo a la Administración de Justicia, previsto en el artículo 242 y siguientes, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación). 10. Celebrar convenios de coordinación con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en materia de esta ley. En el ámbito del Consejo de la Judicatura Federal, será la Comisión de Administración, la facultada para presentar al Pleno del Consejo, conforme a las disposiciones legales aplicables en materia de planeación y presupuesto, el anteproyecto de presupuesto de egresos del Poder Judicial de la Federación, coordinar con los órganos facultados la administración del ejercicio presupuestal del Consejo, informar al Pleno, conforme a los plazos legales establecidos, los avances en el ejercicio presupuestal; y presentar al Pleno para su análisis y aprobación el anteproyecto de cuenta pública que se enviará al Congreso de la Unión. Cabe señalar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación a su vez elaborará su propio anteproyecto de presupuesto de egresos, y el Consejo de la Judicatura Federal, lo hará para el resto del Poder Judicial de la Federación, integrándose ambos por el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la 309 Nación, y remitiéndose al titular del Poder Ejecutivo Federal, para su inclusión en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, diez días naturales antes de la fecha de presentación del mismo. La ley prevé que, a más tardar, el 8 de septiembre el Ejecutivo Federal lo remitirá al Congreso de la Unión. En la elaboración de las leyes de presupuesto, señala el tratadista Ernesto Gutiérrez y González, deben de observarse los siguientes principios de técnica jurídica: Universalidad del Presupuesto, Unidad o unicidad del Presupuesto, Especialidad del Presupuesto, y Anualidad del Presupuesto225. A) Universalidad del Presupuesto. Este principio rige tanto al presupuesto de egresos como al de ingresos, y significa por lo que toca al Presupuesto de Egresos de la Federación, que si no se registra un gasto específico, el mismo en teoría, no se podrá efectuar, pues así lo establece el artículo 126 de nuestra Carta Magna226. B) Principio de Unicidad del Presupuesto. Esto implica que exista sólo un presupuesto, pues si hubiere varios no se podría apreciar con exactitud las facultades que tiene el Estado en el aspecto presupuestal; por lo cual existe un solo presupuesto, traduciéndose lo anterior en una garantía para los gobernados, informándoseles desde el principio de cada ejercicio cuales van a ser los alcances de la actividad económica del país en ese año227. C) Especialidad del Presupuesto. Este principio es de suma importancia, pues permitirá al Titular del Poder Ejecutivo hacer la aplicación práctica del Presupuesto de Egresos, pues si no lo hiciera de esta manera resultaría muy difícil el manejo del mismo. Por ello, es que en términos de la ley, se hacen las 225 GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto. Derecho Administrativo y Derecho Administrativo al Estilo Mexicano. Ed. Porrúa. México, 2002. Pp. 941-944. 226 Ibid. 227 Ibid. 310 categorías, y así primero se hace una asignación a cada uno de los Poderes de la Unión, para después hacer dentro del órgano ejecutivo o administrativo, una asignación especializada también de ingresos y egresos. Después, de lo cual, se asigna a cada Secretaría y se hacen partidas o capítulos228. D) Anualidad del Presupuesto. Este principio atiende a que tanto el Presupuesto de Egresos, como la Ley de Ingresos sólo tendrán vigencia un año, del primero de enero al treinta y uno de diciembre del mismo año, pues para el siguiente ejercicio fiscal habrán de expedirse los correspondientes al mismo229. De tal suerte, y acatando lo dispuesto por el artículo 74, fracción IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con fecha 22 de diciembre de 2005, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2006, estableciendo en este último, de manera calendarizada las obligaciones financieras a cargo del Poder Judicial de la Federación. Es así como el Presupuesto de Egresos de la Federación, establece en su artículo primero que el Poder Judicial se sujetará a las disposiciones de este decreto en lo que no se contraponga a sus ordenamientos legales que lo rigen, siendo sancionado en caso de incumplimiento por parte de los servidores públicos a que se refiere el artículo 108 de la Constitución Política, en términos de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos y demás disposiciones aplicables. Asimismo, el Presupuesto de Egresos de la Federación, da el carácter de autónomo al ramo por medio del cual se asignan recursos al Poder Judicial de 228 Ibid. 229 Ibid. 311 la Federación230, dándole a su vez el carácter de percepciones ordinarias a los pagos, incluyendo las respectivas prestaciones que se cubren a los servidores públicos de manera regular como contraprestación por el desempeño de sus labores cotidianas en éste. Las citadas obligaciones financieras a cargo del Consejo de la Judicatura Federal, que derivan del multicitado decreto, pueden clasificarse en tres categorías: Obligaciones con término, Obligaciones Trimestrales, y las Obligaciones que deben de observarse durante el Ejercicio. 3.2.1. Obligaciones con Término • A más tardar, el día quince de febrero se deberá publicar en el Diario Oficial de la Federación, un reporte detallado de los recursos que se encuentran devengados y aquellos no devengados al 31 de diciembre231. • A más tardar, el día 28 de febrero se deberá publicar en el Diario Oficial de la Federación, el Manual de Percepciones para los servidores públicos a su servicio, proporcionando información completa y detallada relativa a las percepciones monetarias y en especie, prestaciones y demás beneficios que se cubran a cada uno de los niveles jerárquicos que la conforman232. • Adicionalmente, se deberá publicar en el Diario Oficial de la Federación, a más tardar, el 28 de febrero, la estructura ocupacional que conténgala integración de recursos aprobados en el capítulo de 230 Artículo 2, fracción XXXVII del Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2006. 231 Ibid. Artículo 28, segundo párrafo. 232 Ibid. Artículo 45, segundo párrafo. 312 servicios personales, con la desagregación de su plantilla total de servidores públicos de mando, operativo, eventual y contratado bajo el régimen de honorarios, en las que se identifiquen todos los conceptos de pago y las aportaciones de seguridad social, así como la totalidad de plazas vacantes con las que se cuente a dicha fecha. En tanto no se publique lo anterior, no se procederá al pago de estímulos, incentivos, reconocimientos, o gastos equivalentes a los mismos. Asimismo, se deberá de proporcionar a la Auditoría Superior de la Federación, dicha información233. • A más tardar, el 31 de Agosto, remitir a la Auditoría Superior de la Federación, el informe de Avance de Gestión Financiera sobre resultados físicos y financieros de los programas a su cargo, por el periodo comprendido del 1º de enero al 30 de junio del 2005. Dicho informe será consolidado y remitido por el Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público234. • En el decreto presupuestario de 2005, se establecía en el Artículo 78, primer párrafo, que a más tardar, el 30 de septiembre se deberá enviar a la Cámara de Diputados por conducto de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, los resultados de la evaluación financiera del ejercicio del presupuesto, para que sean considerados en el proceso de análisis y aprobación de las erogaciones correspondientes; tal obligación ya no se consigna para 2006. 233 Ibid. Artículo 45, tercer y cuarto párrafo. 234 Ibid. Artículo 26, segundo párrafo. 313 • En el mes de diciembre, dentro de los quince días naturales siguientes al cierre del ejercicio, si por cualquier motivo al término del ejercicio fiscal aún se conservan recursos previstos en el Presupuesto de Egresos, y en su caso rendimientos obtenidos, deberá reintegrarse su importe a la Tesorería de la Federación235. 3.2.2. Obligaciones Trimestrales • El Poder Judicial de la Federación a través de sus órganos competentes, podrá autorizar las adecuaciones a su presupuesto que permitan un mejor cumplimiento de los objetivos de los programas a su cargo. Debiendo ser informadas dichas adecuaciones a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para efectos de la integración de los informes trimestrales, así como del Avance de Gestión Financiera y Cuenta Pública, en términos de lo dispuesto por la Ley de Fiscalización Superior de la Federación236. • Cuando las adecuaciones a los montos presupuestarios ocasionen en su conjunto una variación mayor al 10% del presupuesto total del ramo, o representen individualmente un monto mayor al 1% del gasto programable, se deberán reportar a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, en los informes trimestrales, la cual podrá emitir opinión sobre dichos traspasos237. • El Poder Judicial deberá informar trimestralmente a la Auditoría Superior de la Federación, y publicar en el Diario Oficial, los saldos, incluyendo los productos financieros de los fideicomisos en los que 235 Ibid. Artículo 29, tercer párrafo. 236 Ibid. Artículo 18, tercer párrafo. 237 Ibid. Artículo 18, cuarto párrafo. 314 participe. Dicha información deberá presentarse dentro de los quince días naturales después de terminado el trimestre de que se trate238. • Una obligación adicional que incluye el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2006, consiste en que la información que remita el Poder Judicial, para la integración de los informes trimestrales a que se refieren los artículos 69 y 70 antepenúltimo párrafo del mismo decreto, consiste en que dicha información será accesible al público, en términos de lo dispuesto por la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, y para tal efecto deberá publicarse en sus respectivas páginas de Internet desde su portal principal, así como en el Diario Oficial de la Federación239. • El Consejo de la Judicatura Federal en su carácter de órgano encargado de la administración del Poder Judicial, podrá autorizar ampliaciones a su presupuesto con cargo a ingresos excedentes, siempre y cuando se registren ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público dichos ingresos en los correspondientes del artículo 20, fracción IV de la Ley de Ingresos de la Federación, para el ejercicio fiscal 2006, publicada en el Diario Oficial de la Federación, del 14 de diciembre del 2005, registrando los ingresos que obtenga y cualquier concepto en el rubro que corresponda a dicha ley240. • El Poder Judicial de la Federación procurará coadyuvar al cumplimiento de las normas de disciplina presupuestaria, a través de 238 Ibid. Artículo 26, treceavo párrafo. 239 Ibid. Artículo 26, catorceavo párrafo. 240 Ibid. Artículo 26. 315 ajustes a su respectivo presupuesto, debiendo reportar los ajustes realizados en los informes trimestrales y de cuenta pública241. • Asimismo el Poder Judicial de la Federación, deberá cumplir con las obligaciones de transparencia presupuestaria establecida en los artículos 7 y 12 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental242. Estableciendo dicho ordenamiento en su artículo 7º, la información que deberá ponerse a disposición del público en general, con excepción de la reservada o confidencial. La información a que se refiere dicho precepto legal, en su fracción IX, establece que deberá ponerse a disposición en la misma fecha en que se rindan los informes trimestrales. • En los informes trimestrales, el Poder Judicial de la Federación, deberá de proporcionar la información necesaria para efectos de su integración al informe trimestral a que se refiere el artículo 69 del Presupuesto de Egresos, a más tardar 10 días hábiles antes de la entrega del informe trimestral correspondiente. 3.2.3. Obligaciones durante el Ejercicio • Sujetarse a los montos autorizados en el Presupuesto de Egresos de la Federación para sus respectivos programas, salvo que se autoricen adecuaciones presupuestarias. Asimismo, los recursos económicos que recaude u obtenga por cualquier otro concepto sólo podrá 241 Ibid. Artículo 27 último párrafo. 242 Ibid. Artículo 69, primer párrafo. 316 ejercerlos conforme a su presupuesto autorizado, y en su caso a través de ampliaciones243. • Cubrirá con cargo a su presupuesto las obligaciones contingentes que se deriven de resoluciones emitidas por autoridad competente244. • Las adecuaciones presupuestarias que en su caso sean necesarias para el pago de obligaciones contingentes, no podrán afectar el cumplimiento de los objetivos y metas de los programas prioritario aprobados en el presupuesto ni afectar el eficaz cumplimiento de las obligaciones de los ejecutores del gasto público federal, observándose dichos requisitos para el caso de que se establezcan mecanismos para el pago de obligaciones contingentes245. • El Poder Judicial, en caso de ser necesario, podrá establecer sus propios mecanismos para el pago de obligaciones contingentes246. • En el Artículo 14 del PEF 2005 se establecía que, se podrá autorizar la celebración arrendamiento, de contratos adquisiciones multianuales y servicios, de obra siempre pública, que esto represente mejores condiciones respecto de la celebración de dichos contratos que por un solo ejercicio fiscal, y en el entendido de que el pago de los compromisos en años subsecuentes, quedará sujeto a la disponibilidad presupuestaria, que autorice la Cámara de Diputados; sin embargo, para el ejercicio fiscal 2006, ya no aparece dicho derecho. 243 Ibid. Artículo 17, primer párrafo. 244 Ibid. Artículo 19, primer párrafo. 245 Ibid. Artículo 19, segundo párrafo. 246 Ibid. Artículo 19, último párrafo. 317 • El Consejo de la Judicatura Federal, en su carácter de responsable de la administración del Poder Judicial de la Federación, será el responsable de la administración por resultados; para ello, deberá de cumplir con oportunidad y eficiencia las metas y objetivos previstos en sus respectivos programas, conforme a lo dispuesto en el Presupuesto de Egresos y demás disposiciones legales aplicables247. • Queda prohibido realizar erogaciones durante el ejercicio con cargo a ahorros y economías del Presupuesto, que tengan por objetivo evitar la concentración de recursos248. • A manera de comentario, cabe señalar que el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2004, establecía en su artículo 30, fracción XI, que el Poder Judicial de la Federación, sin detrimento de la mejoría en el cumplimiento de sus funciones, sobre todo en lo que se refiere a la impartición de justicia pronta y expedita, estaba obligado a la utilización de sus recursos humanos y materiales para detectar posibles ahorros en su presupuesto de egresos, en correspondencia a los otros Poderes de la Unión. • Sin embargo, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2006, impone mayores medidas para racionalizar el gasto destinado a las actividades administrativas y de apoyo, sin afectar el cumplimiento de los objetivos y metas aprobados. Medidas que establecen lo siguiente249: 247 Ibid. Artículo 1º. 248 Ibid. Artículo 29 último párrafo. 249 Ibid. Artículo 31. 318 1. No se otorgarán incrementos salariales a los servidores públicos de mandos medios y superiores, ni a los niveles homólogos. 2. Respecto de las contrataciones de asesorías, estudios e investigaciones, estas deberán de sujetarse a lo establecido por la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y demás disposiciones aplicables. 3. Para realizar erogaciones por concepto de orden social, congresos, convenciones, exposiciones, seminarios, espectáculos culturales, simposios o cualquier otro tipo de foro o evento análogo, las unidades administrativas que realicen dichas erogaciones deberán de integrar expedientes que incluyan entre otros los documentos con los que se acredite la contratación u organización requerida, la justificación del gasto, los beneficiarios, los objetivos y programas a los que se dará cumplimiento. 4. Las comisiones de personal al extranjero, deberá reducirse al número de integrantes estrictamente necesario para la atención de los asuntos de su competencia así como deberán reducirse los gastos menores y de ceremonial. 5. Sólo se podrán aportar cuotas a organismos internacionales cuando las mismas se encuentren previstas en sus presupuestos autorizados y sean estrictamente indispensables. 6. El Poder Judicial de la Federación, deberá optimizar la utilización de espacios físicos y establecer los convenios necesarios con la Secretaría de la Función Pública, a fin de utilizar bienes nacionales disponibles en los términos de las disposiciones aplicables. 319 • Asimismo, durante el ejercicio, los tiempos que por ley otorgan al Estado las empresas de comunicación que operan mediante concesión federal, corresponderá al 10% para el Poder Judicial de la Federación250. • El monto de percepciones totales que se cubran a favor de la máxima representación del Poder Judicial de la Federación, no podrá rebasar la percepción total asignada al titular del Ejecutivo Federal251. • Se podrán otorgar estímulos, incentivos o reconocimientos o ejercer gastos equivalentes a los mismos, de acuerdo con las disposiciones que emitan las autoridades competentes, sin que proceda su pago en tanto no se publique el Manual de Percepciones252. • Finalmente, el órgano interno de control del Poder Judicial de la Federación, en ejercicio de sus atribuciones de control, inspección y vigilancia, establecerá sistemas de evaluación a fin de identificar la participación del gasto público en el logro de objetivos para los que se destina, así como para comprobar el cumplimiento de las obligaciones derivadas del Presupuesto de Egresos. Para tal efecto, dispondrá lo conducente para que se lleven a cabo las inspecciones y auditorías que se requieran, así como para que se finiquiten las responsabilidades y se apliquen las sanciones que procedan conforme a las disposiciones legales aplicables253. 250 Ibid. Artículo 32 tercer párrafo. 251 Ibid. Artículo 45, antepenúltimo párrafo. 252 Ibid. Artículo 45. 253 Ibid. Artículo 76, último párrafo. 320 De lo anterior se concluye, que la autonomía del Poder Judicial de la Federación, únicamente será técnica y de gestión, tal y como lo establece el artículo 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que en el ámbito presupuestal, al titular del Poder Ejecutivo corresponderá el monopolio de la iniciativa del presupuesto de egresos del Poder Judicial, y a su vez el legislativo tendrá facultades de inspección sobre el ejercicio del mismo a través de la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados. Lo anterior se traduce, en que la dependencia económica del Poder Judicial de la Federación sea otro de los aspectos que disminuyen su fortaleza. Por lo que lo ideal, es conceder a éste la facultad de iniciar leyes, formular su presupuesto de egresos, para la asignación presupuestal correspondiente, sin necesidad de obligar o negociar los montos y términos del presupuesto254. No obstante lo anterior, un fundamento imprescindible de la autonomía del Poder Judicial de la Federación, se refiere no únicamente a su independencia técnica sino principalmente a su soberanía jurisdiccional. Pero a su vez ésta dependencia de su libertad presupuestal, de desentenderse podría provocar posibilidades angustiosas de no llenar satisfactoriamente el costo de su aparato administrativo y técnico; y si el poder encargado de impartir justicia, no puede llenar su presupuesto, simple y sencillamente no se podrá impartir justicia. Tan es así, que hasta Dato Param Coomaraswamy255 con congruencia en su informe a la ONU, y con poca simpatía a nuestro sistema judicial, tuvo que reflexionar así: “Debe asignarse al Poder Judicial un porcentaje fijo anual del Presupuesto Federal”256. En Iberoamérica de 22 países que integran la región, 254 CARRANCO ZÚÑIGA, Joel. El Poder Judicial. Ed. Porrúa. México, 2000. Pp. 273-274. 255 Relator de la Organización de las Naciones Unidas. 256 CASTRO V., Juventino. La Jurisdicción Mexicana. Ed. Porrúa. Primera Edición. México, 2003. Pp. 161-162. 321 8 de ellos, esto es, el 36% han propuesto en sus constituciones un porcentaje mínimo del Presupuesto asignado al Poder Judicial257. La autonomía presupuestal al poder judicial se aplica en varios estados de la República Mexicana, Países Latinoamericanos y de Europa Occidental. En los estados de Baja California, Guerrero y Jalisco y en varios países como Bolivia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Panamá, la autonomía del Poder Judicial en materia presupuestaria se regula en su carta fundamental principalmente y en disposiciones secundarias en varios países de Europa Occidentel (España, Francia y Portugal), en tres aspectos fundamentales: 1. El sujeto que elabora el proyecto de presupuesto: • El Consejo de la Judicatura (Colombia, artículo 256 constitucional. Baja California, artículo 65 y Jalisco, artículo 57 de sus respectivas constituciones) y lo remite a la Asamblea Legislativa (España, artículo 109 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y, en Bolivia, artículo 123 de su constitución política). • La Corte Suprema de Justicia elabora el presupuesto y lo envía al órgano ejecutivo (El Salvador, artículo 182, inciso XIII de su Carta Magna; Honduras, artículo 319 constitucional; y, en la constitución panameña, artículo 211), mismo que no puede modificar el proyecto de presupuesto general (El Salvador, mismo artículo citado). • La Corte Suprema formulará el presupuesto del ramo (Guatemala, artículo 213 de la constitución). • El Tribunal Superior de Justicia lo formula y lo remite al Ejecutivo (artículo 89 de la Constitución de Guerrero). 257 322 GÓNGORA PIMENTEL, Genaro. La justicia federal en los retos actuales. En Memorias 2001 IPERGOB-MÉXICO. Ed. Porrúa, México, 2002, P. 526. • El Tribunal Supremo de las elecciones presenta ante el departamento especializado del Ejecutivo, quien no lo puede modificar (artículo 177 de la Constitución de Costa Rica). 2. Monto del presupuesto del Poder Judicial: • La suma que se le asignará al Poder Judicial será: no menor al 6% de los ingresos ordinarios, con posibilidad de recibir una cantidad mayor (artículo 177 de la constitución de Costa Rica); no menor al 3% del Presupuesto de Ingresos (mismo artículo de Costa Rica); no menor del 2% del Presupuesto de Ingresos ordinarios del Estado (artículo 213 constitucional de Guatemala); de los ingresos corrientes del gobierno central y con posibilidad de recibir una cantidad superior (artículo 211 de la constitución política de Panamá); y, el presupuesto no será menor al del ejercicio presupuestal del año anterior (Baja California, artículo 90 y artículo 57 de Jalisco, en sus respectivas constituciones). En Europa Occiental la autonomía presupuestal de los jueces no es regulada en sus constituciones políticas, ya que es tal el respeto a dichas instituciones, que nadie pensaría en negociarlo. 3. Atribuciones para modificar el proyecto de presupuesto. • La Asamblea Legislativa puede modificar el proyecto del presupuesto previa consulta con la Corte Suprema de Justicia (artículo 182, inciso 13 de la constitución política de El Salvador. 323 • La Suprema Corte de Justicia puede efectuar transferencias entre partidas presupuestales (artículo ya citado)258. • La Suprema Corte de Justicia de la Nación autoriza la transferencia de recursos económicos al Consejo de la Judicatura Federal (México. Acuerdo No. 10/2004, del 4 de octubre de 2004, del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación). En el 2004 y el 2005, la corte envió al Consejo de la Judicatura Federal mil 303 millones, para ayudarlo a pagar las cuotas al ISSSTE y SAR de unos 28 mil empleados judiciales. En el Libro Blanco de la Reforma Judicial encontramos la siguiente propuesta259: Acción 7. Garantizar el presupuesto de los poderes judiciales: Se sugiere una reforma constitucional que asegure que los poderes judiciales y demás órganos de impartición de justicia reciban anualmente un nivel de gasto corriente no menor en términos reales al del año inmediato anterior. Por su parte, el gasto de inversión deberá ligarse a programas multianuales con objetivos definidos y mecanismos transparentes de rendición de cuentas. Resulta pertinente destacar, la iniciativa de adición del título décimo segundo a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, promovida por el Diputado José Porfirio Alarcón Hernández, en la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, disponible en: http://gaceta.diputados.gob.mx/; por medio de la cual: Se propone por objeto la creación de un Fondo de Apoyo a la Administración de Justicia que se destinará a: 258 259 ISLAS COLIN, Alfredo y LEZÉ LEROND, Florence. Temas de Derecho Electoral y Político. Universidad Autónoma de Durango y Editorial Porrúa. Primera edición. México, 2004. P.p. 293-296. Op. cit. P. 395. 324 • La adquisición, construcción y remodelación de bienes inmuebles destinados a sedes de órganos jurisdiccionales del Poder Judicial de la Federación. • Comprar, rentar o mantener el mobiliario y el equipo necesario para el funcionamiento de las sedes de los órganos jurisdiccionales; y • La capacitación, mejoramiento y especialización profesional del personal del Poder Judicial de la Federación. La creación de dicho fondo no gravaría al erario federal, pues su patrimonio se formaría con recursos generados a partir del quehacer jurisdiccional. Es decir, se construiría con los intereses de las inversiones de recursos propios y ajenos que se realice ante las autoridades jurisdiccionales, tomando en cuenta que existe una importante cantidad de depósitos que permanecen sin provecho o que sólo benefician a las instituciones depositarias. La iniciativa en referencia fue aprobada por la Cámara de Diputados el 8 de diciembre de 2005, y el día 15 del mismo mes y año, por el Senado de la República; pasando al Ejecutivo Federal para los efectos constitucionales, quien lo publicó en el Diario Oficial de la Federación del 14 de febrero de 2006 (artículos 242 al 251). Derivado de la reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial, el Pleno del Consejo de la Judicatura ha emitido 2 Acuerdos Generales para regular su organización y funcionamiento (22/2006, publicado el 4 de abril de 2006) y para regular la disponibilidad de sus recursos (52/2006, publicado el 7 de junio de 2006). Las Reglas de Operación del fondo, fueron aprobadas por el Pleno el 14 de diciembre de 2006. 325 3.3. Régimen de Responsabilidades La esfera política siempre se muestra como una arista en los distintos debates teóricos sobre la división de poderes260. Pues, a partir de los primeros teóricos políticos, se comenzó a afirmar, casi con carácter de dogma, que el óptimo gobierno sólo puede desenvolverse en un Estado jurídicamente constituido a partir de los tres órganos y funciones independientes inseparables entre sí, pero que requieren de manera necesaria el equilibrio básico que permita el ejercicio propio de su naturaleza jurídica261. De esta manera, el control interinstitucional debe brindar seguridad jurídica y garantizar el ejercicio de los órganos constitucionales y que sea posible sancionar y controlar el mal uso y desvío de las distintas capacidades políticas que los órganos constitucionales poseen262. Por otro lado, es un hecho que el surgimiento del Estado moderno está basado en la teoría de la división de poderes, pero más allá de los acontecimientos históricos que han determinado el desarrollo histórico de la mencionada teoría, puede considerarse que su establecimiento como “dogma o principio 260 De manera cotidiana se utilizan los términos de “separación” y “división” a modo de sinónimos, también y aún en el discurso político contemporáneo. Sin embargo, la diferenciación de los distintos departamentos estatales, a saber: el ejecutivo, legislativo y judicial, es sólo aplicable a los sistemas de gobierno regidos por una monarquía limitada y/o presidencialista. Sin embargo, es más propio hablar de “división de poderes”, pero no de “separación de poderes”. Cfr. HIDALGO, Enrique, controles constitucionales sobre funcionarios y magistrados: un estudio sobre el juicio político y el consejo de la magistratura en la República Argentina, Depalma, Buenos Aires, 1997, p. 33. 261 Con lo anterior se está afirmando implícitamente que las relaciones entre estos órganos presentan multiplicidad de cuestiones de relevancia, pero cuyo desarrollo escapa a la pertinencia del tema aquí abordado. 262 En este sentido, en todas las teorías políticas la separación en los distintos poderes requiere que ninguno de ellos tenga la capacidad de dominar a los demás, ni tampoco quedar subsumido por aquellos, lo que determina que el control entre los distintos órganos institucionales deba ser eficaz y real. HIDALGO, Enrique, controles constitucionales sobre funcionaros y magistrados…, op. cit., p. 33. 326 irremplazable” de todo estado constitucional y democrático, o cuando menos no autoritario o absolutista, se engloba en el triunfo de la burguesía y de las consecuencias jurídicas que implicó, a saber: los derechos individuales y el “Estado Mínimo”. Sin embargo, en la lógica interna de tal teoría parecería ser que en el caso de que existan los derechos individuales, no debe existir un órgano o sistema que tenga la capacidad y autoridad para quebrantarlos. Por lo que se requiere de manera inevitable una división de poderes. Ahora bien, desde el filón económico, la renuncia que realiza el Estado en favor del ejercicio de los derechos fundamentales del ser humano, determina que el Estado quede caracterizado por la abstención, es decir, el Estado sea abstencionista, el cual sólo “permita hacer”, adoptando decisiones imparciales. En este sentido, la tradición liberal sostiene la división de poderes y orienta la existencia de tres funciones fundamentales dentro del Estado, a saber: la ejecutiva, la legislativa y la judicial o jurisdiccional. A pesar de que tal división otorga poderes análogos e independencia entre los mismos, existe primacía del orden legislativo, el cual mediante sus decisiones establece los derechos, límites y obligaciones tanto de las personas como de las distintas instituciones. Ante lo cual, el orden ejecutivo debe limitarse a cumplir con tales responsabilidades, mientras que los jueces deben defender los derechos individuales, garantizando con su actuación en los casos particulares la intención del legislador expresada en una ley de manera general y positiva. Asimismo, la división de poderes supone una separación conceptual de la sociedad civil y del Estado, así como de la participación electoral para la 327 votación de, cuando menos, una de las cámaras legislativas. Y, también de un control que garantice el equilibrio entre los tres órganos de poder263. En el origen de las instituciones republicanas democráticas ya se encuentra formulada la necesidad de garantizar el ejercicio de participación política, entre otras razones, para mantener la virtud del gobernante, baste recordar cómo Madison establecía que “El fin de toda constitución política es, o debería ser, primeramente, conseguir como gobernantes a los hombres que posean mayor sabiduría para discernir y más virtud para procurar el bien público; y en segundo lugar, tomar las precauciones más eficaces para mantener esa virtud mientras dure su misión oficial”264. Uno de los mecanismos para lograr la participación y el acotamiento del poder es la transparencia. Denominamos “transparencia” a la obligación por parte del Estado para poner a disposición de todos los ciudadanos la información, relativa a sus funciones, acciones, normativas, etc., que son de interés público, dado que regulan el funcionamiento del estado y el uso de los bienes públicos. Transparencia es la obligación del gobierno de permitir el acceso a la información pública en su poder, conforme lo establece el artículo 6º Constitucional en lo que se refiere al derecho a la información. Se trata de un derecho indispensable para ejercer la ciudadanía y la participación política, bienes ambos, que no podrían ejercerse sin las condiciones necesarias, una de las cuales, es precisamente, el conocimiento del marco normativo vigente, de los mecanismos operativos del gobierno y en general toda información relevante para la toma de decisiones en el ámbito público. 263 “Por ello, el ejecutivo puede vetar una ley. Y el legislativo juzgar la responsabilidad política de los altos funcionarios del ejecutivo y de los órganos jurisdiccionales y señalar, en ciertos casos, el modo de funcionamiento de los órganos ejecutivos y jurisdiccionales, además de determinar los modos y formas de los ingresos y egresos del Estado”. Ibid. p. 35. 264 MADISON J., El Federalista (LVIII), FCE, México, 1998, p. 242. 328 Y es que, se nos presenta la interesante necesidad de establecer la relación (y ante todo la obligación) que hay entre democracia y transparencia, según Przeworski, comúnmente la teoría sobre la democracia considera que el centro de interés de ésta se encuentra en los mecanismos de elección de los representantes populares —a eso se dirigía la preocupación inicial de Madison— pero, siguiendo a Dahl puntualiza que más bien “la clave principal de la democracia es la continua responsabilidad del gobierno con las preferencias de los ciudadanos”265. Abundando en lo anterior y citando a Karl: “la democracia política moderna es un sistema de gobernancia en que los mandatarios responden de sus acciones en el ámbito público a los ciudadanos”266. La democracia supone que existe representatividad de los intereses de los ciudadanos por parte de los gobernantes, que se convierten en portadores o mandatarios de la voluntad ciudadana. No obstante, no puede dejar de reconocerse el problema —que no corresponde a esta investigación— de a qué intereses representa el gobierno democrático en una sociedad plural, marcada por numerosos intereses ciudadanos, muchos de los cuales son conflictivos dado que son excluyentes entre sí267. 265 PRZEWORSKI, Introduction, en PRZEWORSKI A., STOKES S., MANIN B., Democracy, Accountability and Representation, Cambridge University Press, USA, 1999: ”a key characteristic of a democracy is the continued responsiveness of the government to the preferences of its citizens” p. 4. 266 Citado por Ibid: “modern political democracy is a system of governance in which rulers are held accountable for their actions in the public realm by citizens”. 267 Sobre este tema no deben perderse de vista las importantes teorizaciones realizadas por Theodor Lowi, quien propone que en el ámbito público se constituye una arena de lucha por recursos de poder. La agenda es determinada por la capacidad de movilizar recursos e imponer la agenda de alguno de los actores políticos al conjunto de la sociedad. Cfr. LOWI T. “American Business and Public Policy Case Studies and Political Theory” en World Politics, XVI, 1964. “Four Systems of Policy Analysis” en The Future and the Past: Essays on Programs, Russell Sage Foundation, 1978. Citados por AGUILAR L, “Estudio Introductorio” en La Hechura de las Políticas, Porrúa, México 1992. pp. 32-33. 329 Adam Przeworski establece que un gobierno es representativo si actúa basándose en el mejor conocimiento disponible y si los ciudadanos están suficientemente informados, de manera que está habilitado para tomar “o acercarse a tomar” la mejor decisión. Naturalmente que esta información se pone a disposición del público, a veces de manera privada, mediante una comunicación particular, pero normalmente lo es en un contexto abierto, a través de los medios de comunicación u otros medios apropiados. Esto desencadena reacciones sociales, que van configurando una determinada agenda pública. Conforme al diseño original de la república democrática, que encontramos en El Federalista, el principal mecanismo para exigir la responsabilidad de los gobernantes respecto a su efectiva representatividad de los intereses ciudadanos, está en el proceso de elecciones periódicas, que permite en su momento, sancionar al gobernante, excluyéndolo del ejercicio del poder, en caso de que no represente eficazmente a la ciudadanía. Sin embargo, O'Donell ve este mecanismo demasiado rezagado e ineficaz respecto a los reales problemas de representatividad que enfrentan los estados latinoamericanos. Este autor comienza por definir los regímenes actuales como “poliarquías” en virtud de la existencia de diferentes agentes y núcleos de poder. En buena medida, los movimientos sociales, ya sean reconocidos o no, constituyen reales núcleos de poder que pueden ser influyentes en la determinación de la agenda pública y su manejo. O'Donell propone la introducción de mecanismos de accountability horizontal, esto es, si las elecciones son el mecanismo vertical, entonces accountability horizontal “es la existencia de agencias estatales que están legalmente facultadas, y de hecho capacitadas y decididas para tomar acciones que van desde la supervisión rutinaria hasta sanciones criminales o la interdicción en 330 relación a acciones u omisiones de otros agentes o agencias del estado, que pueden ser calificadas de ilegales”268. El modelo republicano de El Federalista, es un sistema de pesos y contrapesos, que opera mediante tres mecanismos principales: la división de poderes, la división en entidades federadas y las elecciones periódicas. En este sistema la ciudadanía misma no juega ningún papel, pues la obligación de supervisión y rendición de cuentas se da de manera formal y burocratizada entre las mismas autoridades delegadas. De lo que se habla actualmente es de dar paso a una democracia participativa, en la que los ciudadanos, en lo particular, y sin la necesidad de instancias de mediación puedan incidir en la configuración de las agendas públicas, en la defensa de sus derechos y en el aprovechamiento de los recursos públicos. La obligación por parte del gobierno y los servidores públicos de dar cuenta y asumir responsabilidades de sus actos ante los ciudadanos que representan y que están obligados a servir, es lo que se denomina accountability269. reforma institucional que hace operativo este derecho La ciudadano, correspondiente a la soberanía popular, puede ubicarse por ejemplo, en la “Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental”, publicada el 12 de junio de 2002. Pero de ninguna manera puede ser 268 “Now I define what I mean by horizontal accountability: it is the existence of state agencies that are legaly enabled and empowered, and factually willing and able, to take actions that span from routine overseeing to criminal sanctions or impeachment in relation to actions or omissions by other agents or agencies of the state that may, presumably, be qualified as unlawful”. 269 Según Delmer DUNN “Accountability focuses on the obligation owed by all public officials to the public, the ultimate sovereign in a democracy, for explanation and justification of their use of public office and the delegated powers confered on the government through constitutional processes”. Dunn remite también a BANFIELD Edward, “Corruption as a Feature of Governmental Organizations”, Journal of Law and Economics, # 18, ,diciembre 1975. y UHR John, Public Accountabilities and Private Responsibilities: The Westminster World at the Crossroads, ponencia presentada en The annual meeting of the American Political Science Association, Chicago, 1992. 331 suficiente, dado que siempre hay cierta ventaja a favor de quienes producen y administran esa información, respecto a aquella que queda ajena a los ciudadanos. Las razones de esta “des-información” pueden ser muy variadas, aún con iniciativas tan interesantes como la “Ley de Acceso a la Información” —ya sea por su volumen, por su interconexión o por el conocimiento técnico requerido para interpretarla—, esto los margina de la toma de decisiones e impide que los ciudadanos actúen en caso de que sientan que sus intereses son afectados270. De acuerdo al estudio elaborado por “Transparencia Internacional” (TI), sobre el Sistema Judicial271, el poder judicial independiente es “una condición para un gobierno justo, honesto, transparente y responsable”. Llama la atención, que para TI, mientras que las otros poderes públicos le rinden cuentas al pueblo de manera más o menos directa, el “Poder Judicial, y solamente él, es responsable ante valores más altos y normas de rectitud judicial”. Lo cual nos parece que deja por fuera el muy necesario asunto del establecimiento de sistemas de responsabilidades para los jueces, de rendición de cuentas, transparencia, generación de incentivos, que hagan que la responsabilidad no sólo sea moral, ante valores elevados, sino material y exigible: supuestos concretos que tengan consecuencias jurídicas concretas. Pero el asunto tiene otra faceta, ya que el informe de TI formula una pregunta decisiva: “¿Cómo se puede responsabilizar a jueces individuales sin socavar el concepto esencial y central de la independencia judicial?”. Si por una parte nos 270 Al respecto, John FEREJOHN saca la conclusión de que los agentes políticos intentarán reducir la información a un esquema unidimensional, sobre el cual tengan mayor control, pero ante todo, uno en el que la realidad sea simplificada de manera que aparezcan las decisiones mucho más obvias, sin atender al contexto complejo en el cual se tienen que tomar. “Accountability and Authorit: toward a Theory of Political Accountability” en PRZEWORSKI, Op. Cit. p. 151. 271 Cft. Transparencia Internacional Latinoamérica, Source Book, p. 114 ss. 332 parece inconveniente que se dé una interferencia de intereses y poderes extralegales en la impartición de justicia, por otra parte, nos convencemos de que los jueces deben someterse a la auditoría pública con objeto de evitar un abuso del poder y crear un mayor rigor profesional. ¿Resulta esto en un dilema irremediable? ¿o es la independencia o es la rendición de cuentas? Instancias de Rendición de Cuentas del Poder Judicial: • Los jueces se reúnen en Cortes abiertas al público • Están sujetos a una apelación • Están sujetos a una revisión judicial • Obligados por la ley a explicar sus resoluciones • Están sujetos a leyes de responsabilidades • Sujetos a críticas por parte de los medios de comunicación • Rendición de cuentas ante la legislatura, posibilidad de destitución. • Rendición de cuentas ante sus pares, posibilidad de destitución. Cabe hacerse la pregunta, sin embargo, ¿acaso la rendición de cuentas compromete o debilita la independencia del poder Judicial?. Justamente es lo que hay que dejar en claro. Aunque para muchos la rendición de cuentas les parece un atentado a la independencia del Poder Judicial, es justamente al contrario. Establecer la obligación de responder públicamente es una forma de ajustar este poder a sus fines auténticos, es decir, impedir que sean los peores intereses: aquellos dirigidos a la corrupción, a la captura y sesgo permanente del Poder Judicial los que prevalezcan, por el contrario ponerlo al servicio del derecho garantizando la imparcialidad. Poniéndolo en blanco y negro: así como la independencia va de la mano con la división de poderes, la rendición de cuentas va de la mano con la imparcialidad y objetividad de la judicatura. 333 A pesar de la sistematización y argumentación de la teoría de la división de poderes, con la aparición de las políticas intervencionistas, el orden político requirió una reestructuración que permitiera un nuevo esquema que no suprimiera las garantías individuales, sino que, por el contrario, permitiera una nueva dimensión y ampliación de las mismas272. Simultáneamente, los jueces fueron abandonando el papel de “voceros” de la ley, ya que, si su actividad debía enderezarse a determinar cuál era el derecho aplicable, entonces fue necesaria la aplicación de un amplio margen para el ejercicio de la discrecionalidad y la transformación de las condiciones que le permitieran realizarse como un órgano creador de derecho. Ahora bien, este esquema de división de poderes no concibe la incidencia de elementos como los partidos políticos y los medios de comunicación masiva, los cuales distorsionan ese equilibrio armónico señalado por la teoría de la división de poderes, y eso lo muestra la experiencia política de los años recientes, donde los integrantes de cada poder generalmente no son ajenos a los intereses representados por los partidos que conforman. Los partidos políticos que ejercen el gobierno de un Estado (o que, al menos, tienen la expectativa cierta de hacerlo) operan e intentan ingresar a todos los modos del Estado en que se adoptan decisiones relevantes. Y, puede suponerse, sólo existirá en la realidad el control recíproco pensado en la teoría si quienes integran los distintos órganos de Estado representan intereses diversos, aún cuando no necesariamente contrapuestos. Es que, suponer que en una sociedad plagada de fuertes intereses políticos y económicos 272 334 En este sentido, el nuevo modelo liberal concebía fundamentalmente el derecho a la libertad, incorporó los derechos políticos (fundamentalmente la democracia y la participación electoral) y los derechos sociales, como el de bienestar. De la misma manera , el Estado se convirtió en promotor de la del desarrollo económico y social mediante la legislación de normas promotoras y el financiamiento económico, la gestión directa y el ofrecimiento de servicios a la población. Ibid., p. 36. contradictorios, por la sola asignación normativa de una función pública se determina la conducta de un funcionario público (político) es un error que la teoría no puede cometer”273. De esta manera, el Estado de Derecho será el ámbito de acción de los poderes públicos el cual está determinado por la Ley y los agentes estatales responden ante ésta por el uso de las facultades que expresamente se les confieren. En este sentido, la irresponsabilidad del servidor público genera ilegalidad, inmoralidad social y corrupción; la irresponsabilidad erosiona el Estado de Derecho y actúa contra la democracia y contra el desarrollo político de la sociedad. El Estado de Derecho exige, por ello, que los servidores públicos sean responsables. Su responsabilidad no se da en la realidad cuando las obligaciones son meramente declarativas, cuando no son exigibles, cuando hay impunidad, o cuando las sanciones por su incumplimiento son inadecuadas. Tampoco hay responsabilidad cuando el afectado no puede exigir fácil, práctica y eficazmente el cumplimiento de las obligaciones de los servidores públicos. La renovación moral de la sociedad exige un esfuerzo constante por abrir y crear todas las facilidades institucionales para que los afectados por actos ilícitos o arbitrarios puedan hacer valer sus derechos. Además, de crear nuevas estructuras donde los servidores públicos puedan realizar su ejercicio profesional con base en la honradez, lealtad, imparcialidad, economía y eficacia. De tal forma, la legislación vigente establece un juicio de carácter político para quienes tienen responsabilidad por el despacho de intereses públicos fundamentales. Sin embargo, existe una debilidad legislativa respecto a las 273 Ibid. p. 38. 335 obligaciones que debe seguir todo servidor público frente a la sociedad y el Estado, así como respecto a las responsabilidades por su incumplimiento y las sanciones y los procedimientos administrativos para aplicarlas. Ciertamente, es necesario aplicar contextualmente el Título Cuarto de la Constitución Política, el Código Penal, el Código Civil y la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos; los cuales, establecen bases jurídicas para prevenir y castigar la corrupción en el servicio público, que desnaturaliza la función encomendada, pero también, permiten realizar una óptima prestación del servicio público. La congruencia prevista entre los distintos órdenes jurídicos, administrativos y morales, permitirá disponer de elementos más amplios, al considerar el servicio profesional para la impartición y administración de justicia. La problemática expuesta hasta ahora tiene como objetivo presentar, de manera general, la responsabilidad constitucional de los servidores públicos en la administración e impartición de justicia desde cuatro modalidades o tipos de responsabilidad, a saber: penal y civil, sujetas a las leyes relativas; y, la política y administrativa, que se regularían por la ley reglamentaria del Título Cuarto Constitucional. Así también, presentar las implicaciones del debate sobre el ejercicio de la discrecionalidad en el Poder Judicial, específicamente en aquellos responsables de la repartición y administración de justicia y presentar algunos elementos de carácter ético que regule la actividad en el servicio de administrar y suministrar la justicia, ya que los jueces “tienen la legitimidad del Derecho que están llamados a aplicar: su independencia es la expresión misma de la objetividad de ese Derecho”274. 274 336 “Nada añadiría a su función una designación electiva, que más bien pondría en riesgo ese valor esencial de su función que es la independencia, y desde luego el de la competencia, exigencia también de esa independencia misma”. GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo, Democracia, jueces y control de la administración, Civitas, España, 2000, p. 34. 3.3.1. Responsabilidad Constitucional La responsabilidad de los funcionarios, esto es, de aquellos que ejercen las funciones del Estado, es un tema básico en la Teoría del Estado y en el derecho constitucional. Así, la teoría de la responsabilidad del gobernante ha ido evolucionando paralelamente de otros elementos importantes dentro de la misma teoría como el origen y el fundamento de la legitimidad del gobernante. El principio de legalidad, desde finales del siglo antepasado, ha manifestado una gran evolución, que partiendo de la crítica del Estado Absoluto, donde los poderes del soberano eran considerados legibus soluti, se ha llegado a la regla según la cual los comportamientos de todos los poderes públicos deben basarse sobre una norma jurídica previa. Sin embargo, esta misma norma jurídica, que vincula las relaciones entre la ley y la actividad administrativa, representa un límite para el mismo legislador, en el sentido de que la ley y los actos dotados de fuerza de ley deben resultar conformes o compatibles con las disposiciones constitucionales. El sistema de impartición y administración de justicia ha manifestado un salto cualitativo en lo que se refiere al control de la constitucionalidad. Y este salto puede ser más notorio si se considera que la justicia constitucional se distingue principalmente del control de constitucionalidad por tres razones, a saber: • “El control se realiza por un órgano externo al procedimiento legislativo, provisto de unos requisitos de imparcialidad y de profesionalismo muy marcados • “Tiene sobre la base de un procedimiento que presenta los caracteres típicos de un proceso 337 • “Se concluye con una decisión adoptada utilizando las técnicas propias del método jurídico”275. Los elementos mencionados indican la presencia de un “juez” quien es el que decide las cuestiones al final de un proceso. Proceso de derecho objetivo dirigido a afirmar la legalidad que se desarrolla en el marco del interés supremo y en el nombre del Estado de Derecho. Puesto que el objetivo principal del juez radica en ser capaz de “favorecer la coherencia del sistema jurídico, no sólo eliminando las posibles antinomias internas del ordenamiento jurídico, sino también asumiendo una función de interpretación auténtica del significado de las disposiciones constitucionales o de unificación de las tesis jurisprudenciales de acuerdo con el significado de las normas primarias. Por ello, cabe señalar que durante el proceso de impartición y distribución de justicia se tiende a privilegiar el interés del ordenamiento respecto al de las partes; por tal situación, sería incorrecto y carente de honestidad negar el hecho de que detrás de la objetividad del juicio se esconde también la voluntad de tutelar los derechos concretos lesionados por el uso incorrecto por parte del legislador respecto de la discrecionalidad política. Por otro lado, la tutela del ordenamiento y la tutela de las diferentes posiciones subjetivas no son mutuamente excluyentes, sino que representan dos aspectos complementarios, en caso de que se considere de que el ordenamiento es más objetivo y justo cuanto más grande, intensa y directa es la defensa de los derechos. Además, este proceso se caracteriza por una significativa elasticidad de las reglas procesales, no porque falten normas significativas que regulen tal proceso, sino porque el juez disfruta de una notable discrecionalidad en materia de interpretación y de aplicación de las reglas procesales; y es en virtud de tal 275 338 ROLLA, Giancarlo, El papel de la justicia constitucional en el marco del constitucionalismo contemporáneo, en http://www.bibliojuridica.org/libros/1/343/19.pdf. facultad por la cual se puede innovar el propio comportamiento respecto a la práctica precedente, así como derogar la normativa vigente con la finalidad de obtener de la mejor forma posible el resultado perseguido. Es decir, de los distintos caracteres, elementos e instancias que se someten a la apreciación prudente del Tribunal Institucional. Por último, el juez, aparte de aplicar una norma constitucional a una situación específica y concreta, realiza una función eminentemente interpretativa debiendo individualizar entre las múltiples posibilidades normativas, aquella más adecuada y coherente con las disposiciones constitucionales y con otras disposiciones de ley. Estos tres elementos manifiestan el carácter del proceso que se realiza en la aplicación de justicia ante el órgano de gobierno judicial. Y es notable que la acción y actividad que realiza el juez constitucional implique una facultad suprema para expresar la última palabra en materia de interpretación de las leyes constitucionales. Sobre todo, esta última palabra tiene un valor vinculante para los litigantes del derecho, esta característica atribuye a las decisiones de los Tribunales Constitucionales un alcance particular, muy diferente a las posibles sentencias emitidas por otros jueces, la de producir efectos similares a los de las fuentes del derecho. De esta manera, se afirma pues, que el Tribunal Constitucional no es sólo juez, sino también creador de normas jurídicas, lo cual resulta de la conjugación de dos características fundamentales de las decisiones constitucionales; por una parte, su naturaleza de cosa juzgada con eficacia; y, por otra parte, “la inducción de una gama tipológica de decisiones en las que la declaración de 339 inconstitucionalidad permite la introducción en el ordenamiento de nuevas normas extraíbles de la misma disposición”276. Por estas razones, se vuelve necesario anclar la atención en las distintas posibilidades de regulación de la actividad en la administración de justicia, puesto que de la transparencia y del óptimo desempeño de dicha actividad depende, en gran medida, tal ejercicio. Pues, el Estado de Derecho es necesariamente un Estado de Justicia, frente a la cual el poder público, o más precisamente sus ocasionales titulares, no pueden pretender ninguna inmunidad. Tipos de responsabilidades Anteriormente se ha señalado que la rendición de cuentas es un concepto relativamente nuevo en su aplicación al poder judicial. Comúnmente se entendía que la independencia del poder judicial exigía una independencia del resto de las entidades del Estado y de la Sociedad, por lo que prácticamente se ignoraba o se consideraba imposible que rindiera cuenta de sus fallos o de su administración interna. Esta forma de concebir el tema está cambiando a pasos acelerados, sin embargo no dejan de oírse voces críticas que dudan de la pertinencia de aplicar este concepto al Poder Judicial. En México, a nivel Constitucional, se contienen las disposiciones relativas a los tipos de responsabilidades en las que pueden incurrir los servidores públicos, en el ejercicio de sus funciones, mismas que pueden ser de carácter civil, administrativo, político y penal. De esta manera, los tipos de responsabilidades a las que pueden estar sujetos son las siguientes, a saber: 276 340 Ibid. 1. "La responsabilidad civil del servidor público, se manifiesta en la reparación pecuniaria”. 2. “La responsabilidad administrativa se presenta para sancionar actos y omisiones de legalidad, honradez, imparcialidad, economía y eficacia, en la administración pública. 3. “La responsabilidad política, objeto del juicio político, se refiere a actos u omisiones que redunden en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o de su buen despacho. 4. “La responsabilidad penal, será aplicable sólo después de una declaración de procedencia”277. En este sentido, cabe señalar, que la facultad de mayor relevancia en el aspecto disciplinario, a cargo del Consejo de la Judicatura Federal, es la de investigar y determinar sanciones de los servidores públicos y empleados del propio Consejo, así como de los tribunales y juzgados. La resolución de las quejas administrativas, constituye una forma de pseudojurisdicción o actividad disciplinaria que permite valorar y sancionar conductas irregulares, inadecuadas o francamente negligentes, o dudosas de los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, incluidos jueces de Distrito y magistrados de Circuito. El Consejo tiene la facultad de resolver sobre aquellas y sobre la responsabilidad de los servidores públicos, más las derivadas de la violación a los impedimentos que consigna la Constitución General278. Vinculadas a la función disciplinaria del Consejo de la Judicatura Federal, están las atribuciones por una parte de realizar visitas extraordinarias o integrar 277 Diccionario Jurídico Mexicano, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, Porrúa, letras de la L a la O, México, 1999, pp. 187. 278 MELGAR ADALID, Mario. Op. cit. P. 132. 341 comités de investigación, cuando estime que existe una causa grave o que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así lo solicite, y por la otra, dictar medidas que exijan el buen servicio y la disciplina en las oficinas de juzgados y tribunales y en los órganos auxiliares del Consejo de la Judicatura279. 3.3.2. Responsabilidad Administrativa Es evidente la falta de un sistema que regule la responsabilidad administrativa, sin perjuicio de las de naturaleza penal, política, civil y laboral. De esta manera, en el Título Cuarto de la Carta Fundamental, se establecen las bases de la responsabilidad administrativa, en la que se incurre por actos u omisiones que afecten los criterios de legalidad, honradez, imparcialidad, economía y eficacia, que orientan a la administración pública y que garantizan el buen servicio público. Un antecedente inédito nos lo ofrece Don Raúl Carrancá y Rivas, “la necesidad de una nueva Ley de Responsabilidades de los funcionarios judiciales, como consecuencia de la inamovilidad, movió al Ejecutivo a enviar a las Cámaras un proyecto de Ley de Responsabilidades y de Mejoramiento de la Administración de Justicia”, en 1944; proyecto que puso de manifiesto la preocupación del Ejecutivo por el problema judicial. Conforme al proyecto quedaría constituida una Comisión, integrada por representantes de la Suprema Corte de Justicia, del Tribunal Superior, de las Procuradurías de Justicia y de las Asociaciones de Abogados, para asesorar al Ejecutivo en cuanto a las medidas convenientes para el mejoramiento de la administración de justicia, exigencia de responsabilidades, procedimientos a seguir, eficaz y no impidiente de las debidas garantías del juicio, para dar plena justificación al mismo tiempo que la 279 342 Ibid. mayor expedición a la facultad que constitucionalmente tiene el Ejecutivo para eliminar de la administración de la justicia a los elementos indignos de pertenecer a ella. Infortunadamente el proyecto de 1944 no alcanzó consagración legislativa”280. Conforme a ellos, es necesario un nuevo sistema que tenga bases sólidas y efectividad creciente. El procedimiento administrativo debe ser autónomo respecto del político y del penal, como lo establece el artículo 109; el cual ofrece al inculpado las garantías constitucionales de los artículos 14 y 16 y sus resultados no prevén la privación de la libertad del responsable, por tratarse de una sanción que sólo puede imponerse por el juez penal. Las leyes sobre responsabilidades administrativas de los servidores públicos, determinan sus obligaciones a fin de salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia en el desempeño de sus funciones, empleos, cargos o comisiones, las sanciones aplicables por actos u omisiones en las que incurran, así como los procedimientos y autoridades para aplicarlas. Dichas sanciones además de las que señalan las leyes, podrán consistir en la suspensión, destitución o inhabilitación, así como en sanciones económicas, y deberán establecerse de acuerdo con los beneficios económicos obtenidos por el responsable y los daños y perjuicios patrimoniales causados por sus actos u omisiones281. Lo anterior establece algunos elementos que permiten prevenir y sancionar las faltas administrativas las cuales, según el caso, también podrían ser sancionadas conforme a la legislación penal. Las responsabilidades 280 CARRANCÁ Y TRUJILLO, Raúl. La Administración de Justicia en México. Op. cit. P.144. 281 CHANES NIETO, José. “La Constitucionalización de los Servidores Públicos” en Las Ciencias Sociales y el Colegio Nacional. Héctor Fix-Zamudio. Ed. El Colegio Nacional. México, 1985. P.103. 343 consecuentes pueden exigirse por cualquiera de las dos vías, pero siempre respetando el principio establecido en el mismo artículo de que no se podrá castigar dos veces una misma conducta con sanciones de la misma naturaleza. Estos elementos, parten de un catálogo de obligaciones establecidas por el legislador que sujeta a todo servidor público. La vigilancia de su cumplimiento estará a cargo, en primer lugar, de los superiores jerárquicos y de los órganos de control de las dependencias y entidades, los que quedan facultados para imponer las sanciones disciplinarias que requiere una administración eficaz y honrada, tales como sanciones limitadas como el apercibimiento, amonestación privada y pública, destitución para los trabajadores de confianza y suspensión hasta por tres meses, sin perjuicio de lo que otras leyes dispongan. Derivado de lo anterior, para que exista responsabilidad administrativa, “es indispensable la manifestación de una conducta, positiva o negativa, que sea contraria a lo establecido por la norma jurídica. Se trata de manifestaciones de la voluntad de la persona, materializadas en una acción o en una abstención; no basta solamente querer realizar la conducta, sino que es necesario que esta se manifieste”282. En este sentido es la Secretaría de la Función Pública anteriormente de la Contraloría General de la Federación o donde radica la autoridad centralizada y especializada para vigilar el cumplimiento de las obligaciones de los servidores públicos, para identificar las responsabilidades administrativas en que incurran por su incumplimiento, y para aplicar las sanciones disciplinarias283. 282 DELGADILLO, Luis Humberto. El sistema de responsabilidades de los servidores públicos. Ed. Porrúa, Segunda Edición. México, 1998. 283 Estas sanciones pueden ser destitución de cualquier servidor público no designado por el Presidente de la República, sanción económica de tres veces el monto del beneficio económico obtenido o del daño causado por su comportamiento ilícito e inhabilitación por 344 Asimismo se establece que cada dependencia deberá establecer órganos específicos a los que el gobernado tenga fácil acceso para presentar quejas y denuncias por incumplimiento de las obligaciones de los servidores públicos. Al coordinador de sector también se le confieren facultades limitadas para sancionar tratándose de entidades paraestatales. Por otro lado, los procedimientos sancionadores se ciñen a las garantías constitucionales, de tal manera que los órganos deben actuar con celeridad e imparcialidad propia, al igual que los servidores públicos tendrán oportunidad de ser debidamente escuchados. Además, los recursos administrativos de agotamiento optativo deben permitir la impugnación de los actos sancionadores, sin perjuicio de que se prevé la ampliación de la competencia del Tribunal Fiscal de la Federación, a efecto de que conozca de las controversias que susciten los actos disciplinarios y se avance así en su conversión paulatina en un verdadero tribunal de justicia administrativa. Por último, es de destacar que el régimen de responsabilidad administrativa, siempre en concordancia con lo dispuesto por otras leyes, abarcará no sólo al personal de los Poderes de la Unión y de los organismos descentralizados, empresas de participación estatal mayoritaria, asociaciones y sociedades asimiladas a éstas y fideicomisos públicos, sino también a los administradores y procuradores de justicia, de tal manera que las leyes que regulen al Congreso de la Unión y a los Poderes Judicial Federal y del Distrito Federal, determinarán los órganos y sistemas sancionadores así como las demás cuestiones relativas dentro del plazo y forma. Es así como en el ámbito del Consejo de la Judicatura Federal, corresponderá a la Contraloría del Poder Judicial de la Federación, identificar y determinar las resolución jurisdiccional para volver a desempeñar un empleo, cargo o comisión en el servicio público hasta por veinte años. 345 responsabilidades derivadas del incumplimiento a la ley, y por lo que toca a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dichas facultades corresponderán a su contraloría. De tal suerte, el artículo 103 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, establece que la Contraloría tendrá a su cargo las facultades de control y la inspección del cumplimiento de las normas de funcionamiento administrativo que rijan a los órganos, servidores públicos y empleados del propio Poder Judicial, a excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La misma Ley Orgánica, en su Título Octavo, artículo 131, establece como causas de responsabilidad: realizar conductas que atenten contra la independencia del Poder Judicial; inmiscuirse indebidamente en cuestiones de orden jurisdiccional que competan a otros órganos del Poder Judicial; tener notoria ineptitud o descuido en el desempeño de sus funciones; impedir en los procedimientos judiciales que las partes ejerzan sus derechos que legalmente les corresponden en los procedimientos; conocer de algún asunto o participar en algún acto para el cual se encuentren impedidos; realizar nombramientos, promociones o ratificaciones infringiendo las disposiciones correspondientes; no preservar la dignidad, imparcialidad y profesionalismo propios de la función judicial en el desempeño de sus funciones; emitir opinión pública que implique prejuzgar sobre un asunto de su conocimiento; abandonar la residencia del tribunal de Circuito y juzgado de Distrito al que esté adscrito o dejar de desempeñar las funciones que tenga a su cargo, así como las previstas en el artículo 47 de la Ley Federal de Responsabilidades (actual artículo 8 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos). Una de las alternativas que permiten el cumplimiento óptimo de la administración de justicia es el registro de situación patrimonial. 346 Pues, lo anterior responde al propósito de completar y modernizar la manifestación de bienes de los servidores públicos que rige la Ley en vigor para que se asegure su operatividad y eficacia. Así, se evita el desvío de los recursos públicos al imponer a todo servidor público la obligación de manifestar sus bienes al asumir el cargo y al dejarlo de desempeñar, pues el volumen y la irrelevancia de la información que se genera, impide su cabal cumplimiento: sólo tendrán esa obligación los servidores públicos superiores al nivel de jefe de departamento o cargo paraestatal equivalente. Se puede establecer, asimismo, la obligación de presentar esa declaración de situación patrimonial anualmente para que la autoridad competente pueda, durante el encargo, hacer las verificaciones pertinentes. El registro de declaraciones es llevado por la Secretaría de la Función Pública. Por último, se considera necesario recalcar la preocupación en reglamentar la práctica muy arraigada, que resulta fuente de corrupción y atenta contra la imparcialidad del buen servicio público, por eso es necesario establecer criterios para que los servidores públicos, sobre todo los administradores y suministradores de justicia, se abstengan de recibir dádivas u obsequios de personas vinculadas con las facultades de que están investidos o de aquellos que requieran de su práctica objetiva. Puesto que la violación a ese precepto se equipara al cohecho284. Sin embargo, las sanciones de tipo administrativo no se limitan a las antes mencionadas, sino que implican otros modos y/o maneras de sanción que van desde el apercibimiento privado o público hasta la cesación en el servicio de 284 Es de considerar las recomendaciones que ha realizado la OCDE para promover reformas judiciales a nivel internacional buscando la transparencia en el ejercicio y desempeño de la administración de justicia, a través de indicadores que permitan transparentar el desempeño de la administración de justicia antes mencionado. Cfr. PALMA, Luis María. La búsqueda de la transparencia. http://www.unidos.org.ar. 347 impartición de justicia, según establece La Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos art. 53. 285. 3.3.3. Responsabilidad Política La Ley de Responsabilidades determina las conductas por las cuales, al afectar los intereses públicos fundamentales y a su buen despacho, se incurre en responsabilidad política y se imponen sanciones de esa naturaleza. Los sujetos de responsabilidad política, por integrar un poder público, por su jerarquía o bien por la trascendencia de sus funciones son los senadores y diputados al Congreso de la Unión, ministros, magistrados y jueces de Distrito, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, magistrados y jueces del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, los Secretarios de despacho, los Jefes de Departamento administrativo, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, el Procurador General de la República, el Procurador General de Justicia del Distrito Federal, los Gobernadores de los Estados, los diputados a las legislaturas locales y los Magistrados de los Tribunales Superiores de Justicia de los Estados. Estos últimos por violaciones a la Constitución, a las leyes federales y por el manejo indebido de fondos y recursos federales. Con fundamento en lo contemplado en el Título Cuarto, se agrega en la Iniciativa a los Directores Generales de los organismos descentralizados y empresas de participación estatal mayoritaria, como sujetos de responsabilidad política, considerando que el artículo 93 Constitucional reconoce naturaleza política a sus funciones, al asimilarlos a los secretarios de despacho y jefes de 285 348 Cabe señalar que en el caso de los jueces aún no se tiene noticia de la privación de la libertad, ni tampoco de servidores públicos puesto que la ley establece como castigo máximo la inhabilitación en el servicio público por un determinado periodo, dependiendo de la responsabilidad y de la antigüedad en el puesto. Cfr. http://www.funcionpublica.gob.mx/leyes/leyresp/tit3_II.html. departamento administrativo, por lo que se refiere a sus relaciones con el Congreso de la Unión. Esos funcionarios cuidan recursos y tienen a su cargo funciones de tal trascendencia, que más allá de las esferas administrativa y penal, pueden ser sancionados con penas políticas, si su conducta redunda en perjuicio de los intereses públicos fundamentales y de su buen despacho. Las responsabilidades políticas que se sancionan con destitución e inhabilitación, se sujetan a un procedimiento que se arregla a las garantías que consagra el artículo 16 Constitucional y que es denominado Juicio Político, por su naturaleza materialmente jurisdiccional. Asimismo, se aseguran los principios procesales de expedités, imparcialidad y audiencia. Conforme a la tradición constitucional y a la vocación de equilibrio del Poder Legislativo, el Juicio Político es bicameral, de manera que la H. Cámara de Diputados, erigida en Jurado de Acusación, instruya el procedimiento y sostenga la causa ante el Senado, erigido en Jurado de Sentencia, para que éste resuelva en definitiva. De otra parte, se incorporan las conductas que la ley en vigor considera que pueden redundar en perjuicio de los intereses públicos y del buen despacho, añadiéndose una conducta que deteriora las finanzas públicas y afecta la buena marcha administrativa: Las violaciones graves y sistemáticas a los planes, programas y presupuestos y a las leyes que determinan el manejo de los fondos públicos. Sin embargo, conservar el carácter unicameral del procedimiento de referencia, a fin de que sea expedito y toda vez que no tiene naturaleza jurisdiccional no resuelve el fondo de la cuestión planteada, sino que, sin prejuzgar, remueve un obstáculo; se trata de un requisito de procedibilidad. En caso de que las autoridades comunes lo absuelvan podrá el servidor público reasumir sus funciones. 349 Debe destacarse, además, que en tanto el servidor no haya sido despojado del fuero, no correrá la prescripción, para que así pueda hacerse justicia como si fuere un infractor cualquiera. Lo que se busca es que el fuero temporal para preservar políticamente el buen despacho de los intereses públicos fundamentales no se convierta en inmunidad por los delitos que pueden cometer los servidores públicos encargados de ella y, en consecuencia, en burla de la Ley. El procedimiento se ajusta también a los principios procesales de expedités, audiencia e imparcialidad ya invocados, que orientan tanto a los procesos como a los procedimientos de naturaleza no jurisdiccional, y que aseguran que decisiones tan graves como el llamado desafuero se tomen con equidad y reflexión, sobre todo en los responsables de la administración y suministración de justicia. 3.3.4. Responsabilidad Penal286 Otro de los elementos a considerar es la responsabilidad penal, la cual responde al criterio primigenio de la democracia, a saber: todos los ciudadanos son iguales ante la Ley y no hay cabida para fueros ni tribunales especiales. En este sentido los administradores de justicia que cometan delito podrán ser encausados por el juez capacitado con sujeción a la ley penal como cualquier ciudadano y sin más requisito, cuando se trate de servidores públicos con fuero, la declaratoria de procedencia será dictada por la H. Cámara de Diputados. 286 350 Cabe mencionar que la reflexión que a continuación se comparte, no radica sobre el fundamento de las distintas aplicaciones legales que han devenido en responsabilidades penales y que hayan sido sometidos a ésta, puesto que no se cuenta con noticia de alguna sobre ello. Por tal motivo surge como una reflexión a partir de la realidad mexicana en la que se aprecia una gran laguna en la aplicación de las responsabilidades penales tanto a los administradores de justicia como a los servidores públicos de distinto orden. Por eso las distintas responsabilidades de los jueces deben revisarse para que se desarrollen los principios que sobre la responsabilidad política se definen en el Título Cuarto de la Constitución. Lo cual implica, en primer término, explicitar la desafortunada confusión entre "delitos y faltas oficiales" y "delitos comunes", que son los factores que contribuyen a la inaplicación de las leyes que en esta materia han estado en vigor: la responsabilidad penal, como ya se asentó, se regula por las leyes penales287. Sin embargo, a pesar de que debe haber congruencia entre las distintas leyes que regulan el servicio público el posible juicio que se realice al servidor público sólo tiene por objeto “destituir al acusado”288. Es decir, si se ha dado la designación de un juez para ejercer otro cargo, y éste aceptó, juró y se desempeña en esa función, ya no ocupa más el cargo del que se pretende su destitución, por ello no opera la misma. 3.3.5. Vigilancia y Rendición de Cuentas De manera general entendemos por rendición de cuentas, la obligación que tiene el estado democrático de justificar ante los ciudadanos sus acciones, decisiones u omisiones. Particularmente se reconoce que las personas investidas de autoridad y gobierno en el estado democrático, están obligadas, en sus respectivas esferas de responsabilidad, a rendir cuenta puntual de sus acciones; no sólo, aunque sí principalmente, con referencia al sistema jurídico vigente, pero también frente a las propuestas electorales y programas ejecutivos respaldados por la vía electoral, de manera que se esté procurando 287 Para una mayor explicitación y clarificación de los términos “delitos y faltas oficiales” y “los delitos comunes”, así como de una clarificación de los artículos implicados en el juicio político, los sujetos a los que se les puede aplicar el mismo y su procedencia se recomienda el sitio: http//www.stps.gob.mx/02_sub_trabajo/01_dgaj/ley_servidores.pdf. 288 Cfr. HIDALGO, Enrique, Controles constitucionales sobre funcionarios y magistrados. Op. cit., p. 88. 351 satisfacer las expectativas acrisoladas por la ciudadanía. Con frecuencia son cuestiones morales o culturales las que presionan la rendición de cuentas, ya que son valores compartidos por las comunidades los que obligan a servidores públicos a exponer sus acciones y justificarlas. El juzgador representa una rama central del Estado y por ello, en el ámbito de sus responsabilidades, es decir, los fallos que emite y las formas en que llega a estos, deben ser debidamente justificadas ante la ciudadanía, representada en primera instancia por las partes que se le presentan, pero también ante instancias más amplias. Las sentencias vienen acompañadas por una exposición de motivos que es el mecanismo ordinario mediante el cual, en la praxis judicial de nuestro país, se inicia la rendición de cuentas de jueces y magistrados, pero no basta. El juez como el resto de los servidores públicos está obligado a una serie de medidas de control, como hacer pública su declaración patrimonial (Artículo 108 Constitucional y Artículo 8, fracción XV de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos). La responsabilidad es la condición de estar sometido a la obligación de rendir cuentas, de justificar las acciones propias, ya se trate de un individuo o de un organismo. El Estado democrático establece la obligación de rendir cuentas, es decir, la condición de ser responsable a todos los servidores públicos y los órganos que encabezan, como un mecanismo para evitar la concentración y el abuso del poder. En el caso de la impartición de justicia, la responsabilidad es la garantía que tiene el juzgador de que será tratado de manera justa, objetiva e imparcial. Las responsabilidades de los jueces, dependen de la forma en que éstos ejerzan su cargo y pueden catalogarse como civiles, penales, administrativas y políticas. El resultado natural de estar sometido a un régimen de responsabilidades es que se gana o se pierde legitimidad. 352 El hecho de que en el Estado se establezcan claramente mecanismos de responsabilidad de los servidores públicos y de rendición de cuentas, permite ir construyendo legitimidad, condición necesaria para una gobernabilidad democrática y la operación regular y eficaz de las instituciones públicas, lo que redunda en un marco propicio para el desarrollo del país y el ejercicio de los derechos por parte de los ciudadanos. García de Enterría abunda sobre la importancia de que las responsabilidades correspondan a una argumentación sólida y coherente, ya que los principios generales del Derecho se manifiestan como los elementos esenciales en el proceso aplicativo del mismo, lo cual permite subrayar que dicho proceso enlaza en sus efectos con uno de los valores centrales en la vida democrática, el consenso. Pues la exigencia de racionalidad en el ejercicio de la administración e impartición de justicia, que se encuentra como “telón de fondo” en el principio de interdicción de la arbitrariedad, la necesidad de que las decisiones administrativas puedan soportar una explicación objetiva, se muestra como una “forma imprescindible de búsqueda del consenso democrático en la sociedad actual”289. Ya que implica un “esfuerzo permanente de la justificación de las decisiones que muestre su carácter razonable y plausible cuando menos y pueda acreditar por ello la imprescindible legitimidad de ejercicio de sus actores, que la comunidad, que no acepta ya la mera imposición de la misma por vía coactiva, inexcusablemente reclama”290. De esta manera, lo anterior se muestra como un intento de buscar un fundamento adicional a la mera fuerza, un fundamento que sea capaz de 289 GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo, Democracia, jueces y control administrativo. Op. cit., p. 153. 290 FERNÁNDEZ, T. R., “¿Debe la administración actuar racional y razonablemente?”, en REDA, num. 83, además en su recopilación final de: La arbitrariedad de la administración, pp., 395-396, citado en Ibid, pp., 153-154. 353 legitimar el poder, de encontrar para el poder mismo una respuesta susceptible de ser aceptada en el centro de la comunidad en la que se expone positivamente por y para una parte significativa de sus miembros, sin lo cual, ningún poder puede mantenerse. Pues en la administración de justicia, no debe bastar con una decisión cualquiera en forma de dictamen o veredicto para hacer aparecer el poder ante los demás como forma de un poder legitimado, ni tampoco es suficiente que sea aceptada de manera pasiva por una parte de la sociedad, por el contrario, lo antes mencionado requiere de una respuesta satisfactoria, que sea un dictamen capaz de convencer y de ser razonable, sostenible, susceptible de resistir las argumentaciones de las posibilidades reales de otros dictámenes o veredictos; lo cual requiere la capacidad de la adhesión de los miembros de la comunidad, la neutralidad del resto, de modo que, si existe oposición manifiesta, ésta sea marginal y, por lo mismo, objetable. En este sentido, la propuesta de García de Enterría nos permite establecer la vinculación entre transparencia, rendición de cuentas y responsabilidades, puesto que el Estado de Derecho, como idea regulativa, tiene como centro el sometimiento del Estado al poder a la razón, y no la razón está sometida al poder, pues el Derecho es el instrumento de la forma en que el poder es razonable. Por eso, las decisiones que los distintos órganos realizan no se justifican, cuando menos no deben darse por bien justificadas, simplemente por la autoridad que las emite, sino que debe aportar razones intersubjetivamente válidas, iluminadas por los criterios generales de la racionalidad práctica y de los criterios establecidos positivamente en los distintos ordenamientos jurídicos. Este es un giro necesario que requiere la administración de justicia de las sociedades actuales, pues se ha realizado un cambio paradigmático, señalado por Aarnio, que se manifiesta en el acto de reemplazar la fe en las autoridades 354 por la exigencia de que las opiniones sean justificadas, ya que la exigencia de la justificación racional ha desplazado al ejercicio en la fe pública291. Afirmar la legitimidad del origen del poder de los administradores de justicia para justificar en su ejercicio una presunta exactitud y de justicia en sus decisiones y veredictos, implica olvidar el principio de legitimidad democrática, esa legitimidad en el ejercicio de la administración e impartición de justicia, que exige a los funcionarios dar razón de sus actos, justificarse ante los ciudadanos, responder a las quejas, aunque éstas sean eventuales, y demostrar que sus actos están impregnados de objetividad y razonabilidad, mas no de arbitrariedad y corrupción. En este sentido, la justicia administrativa esta ordenada a ésta necesidad que dimana del principio de legitimidad democrática de ejercicio, por eso la afectan menos las cuestiones relativas a la legitimidad del origen de los servidores públicos, la cual por sí misma no parece trasladar, inicialmente al menos, una virtud especial a sus actos jurídicos, fuera de la elemental competencia que resulta para ellas del sistema constitucional. Por eso, si los administradores de justicia son capaces de justificarse frente a los ciudadanos, con respecto a las distintas peticiones que éstos les dirigen a aquellos, las “sentencias desestimatorias” y las “sentencias estimatorias” hacen presente que el ejercicio en la administración y repartición de justicia, apegada al derecho, son algo más que desnudas manifestaciones de superioridad, a los actos que pueden explicarse como racionales y razonables, como impregnadas de principios jurídicos, ante un juez objetivo, esto es, como no arbitrarias292. 291 AARNIO, A., Lo racional como razonable: un tratado sobre la justificación jurídica, s. d., Madrid, 1991, p. 15 en Ibid., p. 155. 292 Las sentencias desestimatorias son las que realizan una función positiva, la cual consiste en despejar las dudas sobre la acción del servidor público y de ilustrar, por tanto, al cuerpo 355 Concluyendo: para que la compleja sistematización en la administración y repartición de justicia tenga autoridad ante los ciudadanos está ligada a la capacidad de explicar la razonabilidad todos los actos, incluidos los actos discrecionales. Por eso, el juez contencioso-administrativo es un instrumento especialmente adecuado para esta exigencia como valor básico de la sociedad democrática, ya que desde la óptica de la ejecución la eficacia no está del lado de la autoridad, aun siendo tecnócrata, sino del lado de la adhesión, es decir, de la democracia”293. La legitimidad democrática se encuentra estrecha e indivisiblemente vinculada con la gobernabilidad. Antonio Camou294 señala que la gobernabilidad adquiere distintas facetas de acuerdo a la relación que mantenga con la democracia: por una parte, su relación puede coincidir en tanto los procesos de conformación del gobierno sean legítimos y apegados a una vida electoral saludable, además de que el ejercicio gubernamental se realice con eficiencia y conciencia de servicio al ciudadano. Por otra parte, la gobernabilidad se corrompe y pasa a convertirse en autoritarismo295 si ésta se presenta paralela a la vida democrática, en hechos concretos tales como: la ineficacia en el manejo económico, la incapacidad del gobierno para responder a los asuntos sociales, las tensiones institucionales al interior del poder, el desorden y la rebeldía social. Y finalmente la erosión de la social; mientras que las sentencias estimatorias hacen presentes a los reclamantes de manera victoriosa, tanto al público como al mismo administrador de justicia, que la justificación del Derecho sólo es posible otorgarla a los actos de poder. Ibid., p. 157. 293 FRIEDRICH, Carl, J., Authority: reason and discretion, Vol. 1, Harvard University Press, 1958, pp. 28-35, Citado por Ibid. 294 Cf. CAMOU, Antonio, Gobernabilidad y democracia, Ed. Instituto Federal Electoral, México D. F, 1995, 61p. 295 Tendiendo siempre hacia una autonomía, jamás absoluta, del poder frente a la vida democrática. 356 legitimidad democrática296, que se entiende como una auténtica ingobernabilidad en ausencia de la conciencia de servicio y honestidad, manifestándose en la corrupción política y en el enriquecimiento ilícito en los funcionarios públicos. Sin embargo, Antonio Camou plantea la dificultad para establecer una adecuada ecuación entre gobernabilidad y democracia, pues implica un sentido de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas sociales y la capacidad de respuesta gubernamental297. Al respecto, intenta resolver el problema con base en tres tradiciones teóricas y valorativas que aportan el concepto de gobernabilidad298. Por otra parte, sugiere el establecimiento de indicadores y grados de gobernabilidad, los cuales definirán con mayor objetividad la relación entre la democracia y el gobierno, la cual, en todos los casos concretos se manifiesta en múltiples situaciones intermedias entre el gobierno perfecto y el desorden total, y jamás en una dimensión absoluta. Por lo tanto, el término real deberá acuñarse como relación de gobierno, es decir, la relación entre gobernantes y gobernados, y la gobernabilidad o ingobernabilidad deberá entenderse como una dimensión o un estado específico de esa relación299. Camou reafirma esta teoría a partir de Juan Rial quien concibe a la gobernabilidad como la capacidad y el grado de eficacia para realizar las metas previamente definidas del gobierno de acuerdo con sus actividades propias, y 296 Cf. Ibid. p. 11. 297 Cf. Ibid. p. 13. 298 Al Respecto, Camou advierte la tradición de la “razón de Estado” y su continuidad en términos del paradigma del gobierno eficaz; la tradición del “buen gobierno” en la reflexión de Platón y Aristóteles, y la tradición del problema del orden político y su continuidad en la preocupación de la ciencia política contemporánea por la “estabilidad” política. 299 Cf. Ibid. p. 15. 357 asimismo, el encuadre de éstas con los gobernados300. Esta propuesta es reafirmada con las concepciones de gobernabilidad de Angel Flisfisch, Xabier Arbós, Salvador Giner, Michel Crozier, Samuel Huntington y Joji Watanuki, quienes, ante el análisis de Camou proponen que la eficacia, la legitimidad y estabilidad en el ejercicio del poder político son componentes básicos en la gobernabilidad. A través de los siglos, el pensamiento político ha dado lugar a dos concepciones opuestas sobre el gobierno: por un lado, una tradición que acuña la visión ética del “buen gobierno”, otra, la denominada “razón del Estado” que contempla el ideal del ejercicio del poder301. Ante esto, cabe afirmar que La primera noción tiene como guía la noción de justicia, la segunda, la noción de eficacia302. Estas nociones de gobernabilidad, adhieren la visión de estabilidad para darle mayor sentido a la calidad y al ejercicio gubernamental. La estabilidad se realizará cuando el sistema sea más gobernable, es decir, cuando posea mayor capacidad de adaptación y mayor flexibilidad institucional respecto de los cambios de su entorno nacional e internacional, económico, social y político303 para que dicho sistema permanezca en el tiempo en continua adaptación. 300 Vid RIAL, Juan, “Gobernabilidad, partidos y reforma política en Uruguay”, en Revista Mexicana de sociología, No. 2, 1988, p. 11. 301 La tradición de “razón de Estado”, pone de relieve la eficiencia en el ejercicio del poder político, calificada de acuerdo a la capacidad para alcanzar objetivos previamente definidos al menor costo posible. Por otro lado, la tradición de la gobernabilidad y legitimidad o tradición del “buen gobierno”, contempla la obligación del gobierno para otorgar el bienestar general social respetando los derechos humanos. La legitimidad, por tanto, cobra sentido cuando el gobierno aplica los valores de moral, razón, justicia y orden, para conseguir “la paz, la seguridad y el bien de la población”. 302 Cf. GUARIGLIA, Osvaldo, “Max Weber y su sombra: la legitimación de la dominación política”, en Ideología. Verdad y Legitimación. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1986, p. 203. 303 Cf. CAMOU, A., gobernabilidad… op. cit. p. 22. 358 Al sintetizar los elementos de la gobernabilidad, Camou define ésta como un estado de equilibrio dinámico entre demandas sociales y capacidad de respuesta gubernamental304, logrando articular los principios de eficacia, legitimidad y estabilidad gubernamental en relación con la sociedad y sus necesidades en el tiempo. Sin embargo, Camou insistirá en evitar la polarización radical entre gobernabilidad e ingobernabilidad, estableciendo diversos grados de gobernabilidad. Esta visión permitirá afirmar que toda sociedad es en cierta medida gobernable, es decir, que siempre se encuentra la presencia de problemas de gobernabilidad en mayor o menor grado, dependiendo del momento histórico y del tipo de vinculación entre gobierno y sociedad que ocurran en cada etapa. Esta dinámica de relación entre gobierno y gobernados, se conforma por un movimiento político normal en el que se conjugan demandas de la sociedad y respuestas de su gobierno, que a la vez, constituirán un nivel de discrepancia o desigualdad manifestadas en conflictos tolerados. Sin embargo, las respuestas del gobierno pueden comenzar a rebasar el nivel de tolerancia llegando a provocar la llamada “crisis de la gobernabilidad”, que bien, impulsará la reforma en la relación entre el Estado y la Sociedad. A continuación, se presentan los grados de gobernabilidad considerados por Camou: • Gobernabilidad ideal. Es un estado virtual y límite del equilibrio entre las demandas sociales y las respuestas del gobierno. Este modelo implicaría una neutralidad de las demandas. Comprendería una situación de estaticidad en la relación estado y sociedad. 304 Cf. Ibid. 359 • Gobernabilidad normal. Implica el llamado equilibrio dinámico entre las demandas de la sociedad y la respuesta del gobierno, manteniendo un margen de tolerancia con respecto lo irresuelto y lo esperado. • Déficit de gobernabilidad. Cuando el nivel de desequilibrio entre demandas sociales y respuesta gubernamental excede el margen de tolerancia, se presentan las anomalías en la economía, política y seguridad ciudadana por la falta de capacidad del gobierno que es amenazada por los actores políticos. • Crisis de gobernabilidad. Donde las anomalías proliferan, conjugándose los desequilibrios en la relación gobierno-sociedad promoviendo una intolerancia considerable. • Ingobernabilidad. Es un concepto virtual que establece la disolución de la relación que une por ambos lados a los miembros de una comunidad política305. Una vez establecido el marco conceptual y la catalogación de la gobernabilidad, ofrecida por este autor, procedamos a puntualizar la importancia que guarda el tema para la impartición de justicia. El acceso a una justicia gratuita y rápida es un derecho Constitucional establecido para todos los mexicanos, sin embargo, cuando esto no ocurre, por numerosos factores, como pueden ser la lentitud de los procesos, sus costos indirectos, la ineptitud o falta de profesionalismo de las personas que intervienen, la corrupción, la desorganización administrativa, la falta de recursos suficientes, la insuficiencia o anacronismo del marco normativo aplicable, etc. redundan en una insatisfacción de ese derecho y se convierten en un determinado nivel de ingobernabilidad. 305 360 Ibid. P. 28. En sí mismo, este diagnóstico debe preocupar a las más altas instancias del Gobierno, particularmente a quienes encabezan los tres poderes públicos, quienes poseen la responsabilidad de defender los intereses del Estado y esto es imposible si existe un déficit de gobernabilidad, es decir, si resultan incapaces para hacerse acatar, socavando la eficacia de todo el aparato Estatal. Precisamente, la razón de que se tenga que analizar la profesionalización y mejora de la calidad de los jueces y del sistema administrativo del Poder Judicial es la importancia que tiene para consolidar la gobernabilidad del Estado y legitimar el régimen republicano. Dado que, como señala Camou, no existe un Estado sin problemas en la aplicación de la ley y el resto de la provisión de derechos correspondientes a las demandas ciudadanas, entonces, nos encontramos en un escenario que exige idear los mecanismos que permitan un mejor desempeño judicial, legal, eficaz, transparente y reconocido por la sociedad. Entre los aspectos a tomar en cuenta en este proceso de mejora administrativa y profesionalización, hay que tener en cuenta, a partir de las observaciones de Camou, pertinentes al caso del poder judicial: • El mantenimiento del orden y de la ley306 . Que implica la capacidad gubernamental para mantener un equilibrio en el cumplimiento de la ley, y ejecuciones. Al respecto podemos encontrar que un déficit de gobernabilidad se efectúa a través del incumplimiento de la ley en un número relevante de situaciones307 que señala asimismo, un desequilibrio entre el marco jurídico y la demanda social de justicia. 306 Cf. Ibid. 307 Cf. Ibid. p. 29. 361 El autor también hace referencia a tres dimensiones que están más relacionadas al ámbito del Ejecutivo, pero que en cierta medida también le competen al Judicial, en cuanto garante último de la constitucionalidad: • La eficacia gubernamental en el manejo económico. En este campo, el déficit de gobernabilidad se presenta a través de la ineficacia del gobierno por mantener equilibradas las estructuras macroeconómicas o la dificultad por generar un desarrollo económico propicio. • La capacidad gubernamental para garantizar la satisfacción de los servicios sociales necesarios. En este rubro, podemos encontrar que la falta de eficacia en la respuesta a las necesidades sociales, puede desencadenar la protesta social. • El control del orden político y la estabilidad institucional, delineando la ubicación de los actores políticos en el gobierno. En los regímenes republicanos, podemos encontrar que son factibles las tensiones gubernamentales al interior de las diferentes dependencias del gobierno. Esto a su vez, suele desencadenar deficiencias en la gobernabilidad generalmente por la falta de acuerdos. De la acumulación de déficits en la gobernabilidad, se sigue el estado de crisis que se origina a causa de un desequilibrio entre las demandas sociales, por un lado, y los recursos y prestaciones del sistema político por el otro308. En respuesta a este déficit, se ofrece como salida “la planificación tecnocrática”, que consiste en modernizar las estructuras del estado para desahogar la respuesta a las exigencias de una sociedad compleja. Asimismo, se promueve la teoría de esta planificación tecnocrática con anclaje en “la ingeniería constitucional e institucional” que propone racionalizar la función gubernamental 308 362 Cfr. DONOLO, Carlo, et. al., Il Governo Debole, De Donato, Bari, 1981, p. 10. agilizando los mecanismos de toma de decisiones, unificando y consolidando también, las formas de gobierno a través del llamado “Neocorporativismo”309. Fortalecer las instituciones, permitiendo se regulen por procedimientos, estabilizando así la relación elevada al carácter institucional, previsible y generalmente aceptada para conformar, lo que Camou denomina: “Paradigma de la gobernabilidad”, que asimismo, ha de pretender amalgamar los ideales, valores y creencias de los actores políticos con el fin de establecer los acuerdos básicos que han de 310 De esta manera, el paradigma de gobernabilidad se eficacia/eficiencia actualiza . realizarse mediante criterios generales de formulando el equilibrio dinámico entre demandas y respuestas toleradas y esperables para los miembros de la comunidad política, que incluyan la participación, en algún grado, de los interesados, la deliberación, el disentimiento y el veto de las decisiones311. Para demarcar objetivamente el equilibrio exigido entre la gobernabilidad y la democracia, Camou propone aspectos específicos de garantías en los diversos órdenes de la administración gubernamental, se enfoca principalmente en el ejecutivo y el régimen de partidos, aunque sobre el poder judicial recomienda que para garantizar el orden público, se requiere darle al gobierno herramientas eficaces para combatir el delito, desarrollando también la capacidad judicial para la respuesta ágil de las demandas ciudadanas, y alcanzando una independencia que libere a este poder de la arbitrariedad e impunidad312. 309 Definido como “Un tipo ideal de arreglo institucional para articular los intereses organizados de la sociedad civil con las estructuras decisionales del estado” Vid. SCHMITTER, Philippe, “Neocorporativismo I. Más allá del Estado y el mercado”, Alianza, México, 1992, p. 17. 310 Cfr. Ibid. p. 48. 311 Cfr. Ibid. pp. 40-41. 312 Cfr.Ibid. pp. 54-56. 363 3.4. Criterios para la evaluación del desempeño judicial Los indicadores de desempeño pueden ser definidos como las herramientas que a través de parámetros cuantitativos y cualitativos, evalúan la gestión, impacto, cobertura y resultados, de una acción determinada. Para Myriam Cardozo, la evaluación es “un proceso que implica: a). Identificar los efectos provocados por la acción o el conjunto de acciones que se van a evaluar; b). Aplicar una escala de medición, ya sea nominal, ordinal o de intervalo, a los efectos identificados; c). Comparar la medida obtenida con otra que sirva de parámetro para la evaluación, por ejemplo, la determinada en los programas como meta esperada o la medida de los efectos logrados en periodos previos por la misma institución o persona, y d). Emitir un juicio de valor que califique la comparación anterior […] “Evaluar constituye una forma particular de hacer investigación, cuyo objetivo puede circunscribirse a conocer y explicar una realidad. No obstante, en la mayor parte de los casos, por medio de la evaluación se pretende aportar elementos a un proceso de toma de decisiones que permita mejorar los efectos de la actividad evaluada, es decir, constituirse en investigación aplicada”313. Por su parte, la nueva Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 10 de abril de 2003, contiene un capítulo dedicado al llamado “Subsistema 313 364 CARDOZO, Myriam. “La evaluación del desempeño: un camino necesario y sembrado de obstáculos hacia el profesionalismo en las organizaciones públicas”, en Méndez José Luis y Raich Uri, comp. Evaluación del desempeño y Servicio Civil de Carrera en la Administración Pública y los Organismos Electorales, Instituto Nacional de Administración Pública e Instituto Federal Electoral, México, 2000, p. 126. de Evaluación del Desempeño, en donde se contienen una serie de definiciones jurídicas que bien sirven para explicar el concepto de evaluación del desempeño. En el artículo 54 de la mencionada ley, se define a la evaluación del desempeño como: “el método mediante el cual se miden, tanto en forma individual como colectiva, los aspectos cualitativos y cuantitativos del cumplimiento de las funciones y metas asignadas a los servidores públicos, en función de sus habilidades, capacidades y adecuación al puesto”. Para esta ley, de conformidad con su artículo 55, la evaluación del desempeño “tiene como principales objetivos los siguientes: I. Valorar el comportamiento de los servidores públicos de carrera en el cumplimiento de sus funciones, tomando en cuenta las metas programáticas establecidas, la capacitación lograda y las aportaciones realizadas; II. Determinar, en su caso, el otorgamiento de estímulos al desempeño destacado a que se refiere esta Ley; III. Aportar información para mejorar el funcionamiento de la dependencia en términos de eficiencia, efectividad, honestidad, calidad del servicio y aspectos financieros; IV. Servir como instrumento para detectar necesidades de capacitación que se requieran en el ámbito de la dependencia, y V. Identificar los casos de desempeño no satisfactorio para adoptar medidas correctivas, de conformidad con lo dispuesto por esta Ley y su Reglamento.” Finalmente, el artículo 56 de la ley en comento, define a los estímulos al desempeño como “la cantidad neta que se entrega al Servidor Público de 365 Carrera de manera extraordinaria con motivo de la productividad, eficacia y eficiencia”, y establece en su segundo párrafo que: “las percepciones extraordinarias en ningún caso se considerarán un ingreso fijo, regular o permanente ni formarán parte de los sueldos u honorarios que perciben en forma ordinaria los servidores públicos”. En diversos procesos de reforma judicial, se ha insistido en la importancia de implementar mecanismos que permitan avanzar en la profesionalización del Poder Judicial a través de la implementación de programas estratégicos, entre los cuales se encuentra la utilización de indicadores de desempeño judicial. Para Jesús Boanerges Guinto López, el control del desempeño, “juega un papel esencial en cualquier sistema de profesionalización y servicio civil de carrera”. Para este autor, mediante la medición del desempeño se buscan dos propósitos: “estimular una actuación sobresaliente e identificar y separar a los miembros cuya actuación no cubra los niveles mínimos requeridos”314. El uso de indicadores de desempeño es una estrategia para la innovación, la evaluación continua, la orientación a resultados y el cambio organizacional. Su utilización tiene un uso intensivo en las agencias y entidades que componen a la administración pública y, de manera gradual, empiezan a implementarse en la evaluación de la gestión pública que realizan los otros Poderes Políticos del Estado: el Poder Legislativo y el Poder Judicial. La utilización de indicadores de desempeño parte de un proceso muy amplio iniciado de tiempo atrás entre los estudiosos de la administración pública y los hacedores de políticas públicas, los cuales, desde diversos enfoques metodológicos, se dieron a la tarea de generar instrumentos útiles para la cuantificación de los resultados de las agencias públicas. La idea fundamental 314 366 BOANERGES GUINTO LÓPEZ, Jesús. Op. cit. P.59. era generar mecanismos objetivos, precisos e imparciales, para evaluar el desempeño de la gestión gubernamental, ya desde la función pública que realizan los trabajadores y funcionarios que componen una organización, ya desde la gestión global y agregada de toda una entidad de gobierno, todo ello con el objetivo de fomentar una cultura no sólo de la eficiencia, sino también de la transparencia y la rendición de cuentas. Dice Cardozo: “Son múltiples los motivos que inducen a aplicar esta evaluación. Entre ellos la necesidad de medir el cumplimiento de los compromisos adquiridos por los empleados, de retroalimentar a éstos sobre el desempeño de sus funciones, de recompensarlos por su esfuerzo, de originar programas de capacitación para quienes lo requieran, de tomar decisiones como transferencias o terminaciones de contratos, o de determinar la eficacia de los programas de selección, capacitación y desarrollo. “Sin embargo, el objetivo final es mejorar el desarrollo de las actividades individuales para contribuir al logro de los fines del grupo y/o la organización […] “En el caso particular de las actividades gubernamentales, Osborne y Gaebler señalan que la evaluación del desempeño es un instrumento muy poderoso, ya que hay más posibilidades de que se haga lo que se sabe que será evaluado. Asimismo, al medir los resultados es posible distinguir entre el éxito y el fracaso; reconocer, recompensar y aprender del primero y corregir el segundo. Si los éxitos no se recompensan, es probable que se estén recompensando los fracasos. Por otra parte, si se pueden exhibir resultados, la institución gubernamental evaluada puede ganar apoyo social”315. 315 Ibid, pp. 127-128. 367 La utilización de indicadores de desempeño, surge no sólo como parte de los procesos de reforma administrativa desarrollados a partir de la crisis del modelo de Estado de Bienestar, sino también son una herramienta que se genera en el contexto de los procesos de apertura, transparencia y rendición de cuentas, que caracterizan a las tendencias contemporáneas de modernización gubernamental. Para asociar conceptualmente el tema de indicadores y rendición de cuentas, Jorge Manjarréz Rivera, Doctor en Ciencia Política, establece que: “Conceptualmente la rendición de cuentas es el resultado de un acuerdo social mediante el cual: a) las partes confieren y aceptan derechos y responsabilidades, incluyendo la especificación de fines, metas, regulaciones y la provisión de recursos para cumplir tales fines; b) las partes que adquieren responsabilidades informan sobre el cumplimiento de las mismas o, por lo menos, ponen a disponibilidad información sobre su desempeño; c) las partes delegantes de responsabilidades cumplen su deber de requerir tales informes, y; d) se establecen recompensas y sanciones asociadas conforme a los resultados obtenidos en el uso de las responsabilidades y los recursos asignados. “Por consiguiente, la rendición de cuentas involucra el ejercicio de autoridad y responsabilidad, tanto por parte de aquel en quien se deposita confianza y recursos, como por parte de quien está delegando su confianza. También implica la definición de obligaciones respectivas, la especificación de reglas del juego, de resultados esperados e indicadores de su cumplimiento, y la definición de los instrumentos de compensación de los productos y resultados obtenidos. “Así, la rendición de cuentas requiere, primero, la asignación de responsabilidades y de recursos para cumplir fines y propósitos; segundo, la 368 obligación de cumplir responsabilidades; tercero, la obligación de exigir dicho cumplimiento y cuarto, la existencia de sistemas que compensen por el cumplimiento o no de las obligaciones […] “Básicamente, para que un funcionario u organismo público estén en posibilidades de rendir cuentas, son necesarios los principios siguientes: • Contar con una estructura que garantice el desempeño adecuado de sus operaciones. • Definir claramente sus objetivos, metas y programas específicos. • Registrar y proporcionar información oportuna y confiable”316. “Entre los diversos enfoques de política pública que incentivaron el análisis y utilización de los indicadores de desempeño como instrumentos fundamentales para el proceso de reforma gubernamental, se encuentra la llamada escuela de la “nueva gerencia pública”,317 a la cual debemos la creación de diversas metodologías para la reforma e innovación gubernamental: planeación estratégica, orientación al cliente, calidad total, enfoque a resultados y reingeniería de procesos, entre otras muchas herramientas. 316 MANJARRÉZ RIVERA, Jorge. La Construcción Democrática de la Rendición de Cuentas y la Fiscalización en la Administración Pública en México: 1997-2001, Instituto Nacional de Administración Pública, México, 2003, pp. 44-45. 317 Sobre el concepto de “nueva gerencia pública”, Alejandro Carrillo Castro y Gildardo Campero comentan que: “Al inicio de los años ochenta surge en el ámbito internacional un movimiento global de reforma cuya dimensión ideológica exigió un cambio de valores en el sector público, identificados con el paradigma del ‘racionalismo económico’ y la gerencia de la empresa privada. Sobre este fundamento ideológico se formuló todo un conjunto de técnicas y comportamientos que constituyen el contenido de la “Nueva Gerencia Pública” y la “Reinvención del Gobierno”, cuyo objetivo ha sido reducir su tamaño, imponerle una disciplina e incentivos tipo mercado, aminorar los costos y mejorar su desempeño.” En Carrillo Castro Alejandro y Gildardo Campero, “La reforma administrativa en México desde la perspectiva de la formación de los funcionarios públicos”, Revista de Administración Pública, No. 110, Instituto Nacional de Administración Pública, México, 2004, p. 21. 369 Los indicadores de desempeño constituyen instrumentos útiles y necesarios para el diagnóstico, la planeación, la evaluación y el monitoreo de una agencia pública gubernamental, así como para la hechura de políticas y la toma de decisiones que realizan los hacedores de política pública. a). Indicadores y diagnóstico: Los indicadores se utilizan para cuantificar el “estado de cosas” que prevalecen dentro de una organización. Son herramientas que permiten un diagnóstico completo de la forma en que se viene gestando la función de una agencia pública. identificar problemas y resultados, oportunidades y amenazas. fortalezas y Permiten debilidades, Son un instrumento útil para iniciar cualquier proceso de reforma o ajuste, pues a través de ellos se obtiene la información necesaria para modificar o conservar, total y/o parcialmente, la estructura y funcionamiento de una entidad organizacional. b). Indicadores y planeación: Los indicadores son también herramientas útiles que permiten la planeación que orienta el proceso de reforma para la realización de fines y metas organizacionales, es decir, para alcanzar el objetivo esperado de una agencia pública. A través de los indicadores se facilita la identificación de la misión y visión organizacional en tanto objetivos concretos que guían la acción colectiva de una entidad, dándole rumbo, identidad, justificación y sentido. c). Indicadores y evaluación: La utilización de indicadores de desempeño son fundamentales para la calificación de la gestión pública realizada, permiten la cuantificación de los costos incurridos y los beneficios alcanzados, la obtención de objetivos y metas organizacionales, la medición de tiempos y resultados y, lo más importante, permiten saber 370 de forma precisa si los resultados alcanzados son eficaces, eficientes y óptimos. d). Indicadores y monitoreo: Finalmente, los indicadores permiten un ejercicio de evaluación continua, que posibilita adelantar estrategias, prevenir errores y corregir problemas. Además, facilitan el proceso de mejora continua, dotan de mayor transparencia a la gestión realizada y refuerzan una cultura organizacional orientada a los resultados. El diseño y utilización de indicadores de desempeño no está exento de complicaciones, dado que existen algunos procesos administrativos y de gestión que por su naturaleza y especificidad, dificultan la identificación y cuantificación de los resultados más eficaces, eficientes u óptimos. Dice Philip G. Joyce: “La medición del desempeño tiene una capacidad limitada para producir cambios sustanciales. Algunos de estos factores no tienen nada que ver con la legislación ni con el compromiso de la rama ejecutiva, sino sencillamente con la dificultad de medir el propio desempeño del gobierno. Planear sistemas que vinculen apropiadamente las metas de los programas con los resultados y que relacionen los resultados con la información presupuestaria y financiera es una tarea extraordinariamente compleja […] el mayor obstáculo para el empleo de medidas de desempeño se encuentra en definir, para empezar, los objetivos, y en identificar las medidas […] Las medidas de desempeño no deben considerarse un fin en sí mismas. Las más de las veces sólo pueden ofrecer claves sobre el resultado de un programa. En muchos casos, es necesaria una evaluación completa de un programa para determinar si está actuando satisfactoriamente […] Por esta razón, es necesario tener 371 presente las limitaciones de las medidas de desempeño e interpretarlas en consecuencia”318. A estos problemas de tipo metodológico en el diseño e implementación de indicadores de desempeño, Myriam Cardozo identifica también algunos obstáculos que resultan de intereses de tipo personal, organizacional e institucional, dice esta autora: “Toda evaluación se mueve en un campo minado de intereses: institucionales de los evaluados, de los evaluadores, etcétera. En particular, la evaluación del desempeño tiene consecuencias psicosociales que afectan aspectos fundamentales de la vida de los individuos, como el mantenimiento de su empleo, su nivel de ingreso, reconocimientos, prestigio, estatus, autoestima, etcétera. Esta incertidumbre que el proceso provoca es la razón principal por la que muchos empleados se oponen a la instauración de los sistemas de evaluación del desempeño casi en forma automática, como mecanismo de defensa ante el riesgo y, en caso de que se aplique, ponen en práctica mecanismos de evasión, justificación o de cumplimiento meramente formal de la meta, sin comprometerse realmente con el efecto de su actuación”319. Sin embargo, a pesar de las complicaciones para la integración de indicadores de desempeño, un cuidadoso ejercicio de diseño que tome en cuenta elementos básicos de relación entre factores, puede generar medidas útiles para la correcta evaluación; para ello, se deben tener presentes tres tipos de relaciones que facilitan el establecimiento de parámetros correctos: a). Relación medios-fines: Lo que supone una clara identificación de los objetivos organizacionales y la infraestructura material, financiera y 318 SHAFRITZ, Jay y HYDE, Albert, comp. Clásicos de la Administración Pública, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pp. 1024-1026. 319 Op. Cit. P. 131. 372 humana de los que dispone la organización para alcanzar sus metas. De esta relación depende la cuantificación de la eficacia. b). Relación costo-beneficio: Lo que supone capacidad de cuantificación de los costos organizacionales para la generación de resultados y la evaluación de las metas alcanzadas, buscando siempre que esta relación procure el mayor grado de utilidad organizacional al menor costo posible. De esta relación depende la cuantificación de la eficiencia. c). Relación acción-impacto-cobertura: Lo que supone considerar además, los efectos externos de la gestión que realiza la entidad organizacional, su amplitud y consistencia. De esta relación depende, en función de la naturaleza de la gestión que realiza la entidad, la legalidad, legitimidad, confianza y/o transparencia de la organización. 3.4.1. Servicio profesional e indicadores de desempeño judicial La administración del Poder Judicial, la carrera judicial y la implementación de estímulos económicos basados en la evaluación del desempeño, son conceptos incorporados a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, y forman parte de las funciones que realiza el Consejo de la Judicatura Federal. De conformidad con el artículo 111 de la Ley Orgánica: “El Consejo de la Judicatura Federal establecerá, de acuerdo con su presupuesto y mediante disposiciones generales, un sistema de estímulos para aquellas personas comprendidas en las categorías señaladas en el artículo anterior. Dicho sistema podrá incluir estímulos económicos y tomará en cuenta el desempeño en el ejercicio de su función, los cursos realizados dentro del Instituto de la Judicatura, la antigüedad, grado académico, arraigo y los demás que el propio Consejo estime necesarios […].” 373 La utilización de indicadores de desempeño para la gestión judicial, no está exenta de reticencias y escepticismo respecto a su utilidad, posturas todas en las que se mezcla un fuerte y rígido contenido normativo que aún influye en la concepción paradigmática del derecho y sus instituciones. Todo ello, como resultado de la forma tradicional en la que se sigue viendo a la función jurisdiccional. Si reconocemos que las instituciones judiciales cuentan para su funcionamiento con una estructura material, financiera y humana, igual que cualquier otra organización pública o privada, nos podemos dar cuenta de la importancia que tiene el que la administración de esos recursos se realice de la manera más eficaz, eficiente y óptima, para la consecución de las metas y fines que la sociedad espera de las organizaciones encargadas de la impartición de justicia, en tanto una de las funciones básicas que dan sentido y justificación a la existencia misma del Estado. Establecer el análisis y estudio de las instituciones que componen el cuerpo de entidades encargadas de impartir justicia en términos de la gestión y función pública que realizan, significa reconsiderar la conceptualización del quehacer judicial en términos restrictivos, normativos y abstractos, para hacerlo de forma más amplia en términos de eficacia, eficiencia y productividad, buscando diseñar e implementar las estrategias, programas e instrumentos administrativos que permitan alcanzar una gestión judicial más óptima, de calidad y con impacto, que genere los más altos beneficios colectivos al menor costo social posible. Por otra parte, es importante señalar algunos aspectos que caracterizan al servicio público que prestan los órganos jurisdiccionales a través de la gestión judicial que realizan: la justicia es un bien privado escaso y un servicio que genera externalidades positivas para la sociedad. 374 Más allá de consideraciones de tipo normativo o axiológico, la justicia es un bien privado en sentido económico y, por lo tanto, no es un bien abundante sino escaso, que genera costos y está sujeto a una oferta y demanda. A pesar del principio de gratuidad establecido en el artículo 17 constitucional, en los hechos, la impartición de justicia opera bajo los principios económicos que caracterizan a los bienes privados: hay “exclusividad en su uso” y “rivalidad en su consumo”, pues se puede excluir a una persona del disfrute del bien judicial y existen costos marginales al permitir que otra persona acceda a los servicios de justicia. Adicionalmente a esta consideración debe agregarse que los servicios judiciales tienden a congestionarse, pues no existe un número limitado de conflictos en la sociedad, y la experiencia de reforma judicial demuestra que, si los procesos de cambio organizacional se limitan únicamente a la ampliación de la oferta judicial sin atender a su demanda (incrementar el número de tribunales y juzgados), en el largo plazo, tienden a congestionarse nuevamente como efecto de la ampliación de la demanda por justicia, lo que se traduce reiteradamente en una gestión judicial escasa.320. Ver a la gestión judicial como un bien privado en sentido económico, pone de manifiesto la realidad de su escasez321. 320 Véase el trabajo de Deborah Hensler: The Contribution of Judicial Reform to the Rule of Law, ponencia presentada en la Conferencia Regional “Nuevos Enfoques Para Atender la Demanda de Justicia”, celebrada en el Centro de Investigación y Docencia Económicas y organizada por el Banco Mundial, México, 2001. 321 Dice Juan Enrique Vargas, Director Ejecutivo del Centro de Estudios de Justicia de las Américas: “Circunscribir la justicia a un problema de principios o valores importa ignorar un problema básico, el de la escasez. En este tema, como en cualquier otro que preocupa a las políticas públicas, las necesidades superan a los recursos destinados a satisfacerlas. Aunque nos pese, no es posible dar justicia de idéntica calidad a un número ilimitado de demandantes. No es posible porque, como decíamos, la justicia tiene costos: cada caso adicional consume parte de los recursos del sistema, por lo que tienden a agotarse desde el momento en que no existe capacidad instalada ociosa o, dicho en otros términos, desde que hay congestión”. En Vargas, Juan Enrique, Opciones de política pública para acercar oferta y demanda por justicia civil y comercial, ponencia presentada en la Conferencia Regional “Nuevos Enfoques Para Atender la Demanda de Justicia”, celebrada en el Centro 375 El servicio que prestan los órganos jurisdiccionales, también genera externalidades positivas para la sociedad, que justifican la inversión pública en impartición y administración de la justicia. Se trata de externalidades de tipo social, pues la gestión judicial proporciona una estructura de incentivos a través de la resolución de los conflictos y el dictado de las sentencias, regula los actos entre particulares y garantiza la observación del principio de legalidad en los actos de autoridad. En un espacio más amplio y agregado, todo ello se traduce en confianza institucional, cultura de la legalidad y vigencia de los principios que componen al Estado de Derecho, todo lo cual tiene impacto en el desarrollo económico, la estabilidad política y la confianza social de una Nación. Ahora bien, con anterioridad se ha mencionado que el diseño e implementación de indicadores de desempeño requiere de un ejercicio cuidadoso de diseño, pues no siempre es fácil cuantificar los resultados más eficaces, eficientes y óptimos. Esta consideración debe ser especialmente señalada para el caso de la evaluación judicial. En la resolución de un litigio judicial siempre se involucran costos y beneficios, algunos de los cuales son distribuidos entre las partes actora y demandante, y otros, que son inherentes a toda la estructura judicial y tienen un impacto social (ya sea respecto del presupuesto que se destina al funcionamiento de todo el aparato judicial —recuérdese lo mencionado respecto a la escasez y la justicia como bien privado—, ya respecto de los beneficios sociales que genera la función jurisdiccional —recuérdese lo mencionado respecto a las externalidades positivas de la gestión judicial—). Estos costos y beneficios, al concretarse en una sentencia que pone fin a un litigio, no siempre se traducen en los más equitativos o justos, lo que viene a de Investigación y Docencia Económicas y organizada por el Banco Mundial, México, 2001, pp. 7-8. 376 demostrar que la determinación de los parámetros para evaluar a la gestión judicial constituye un ejercicio bastante complejo; pues calificar de justa o injusta una sentencia conlleva problemas abstractos y valorativos que dificultan la evaluación judicial. A la par de estas consideraciones de tipo axiológico, existen limitaciones técnicas para el diseño de indicadores aplicados al Poder Judicial, tales como la definición de metas y objetivos, el establecimiento de parámetros de medición, la cuantificación de resultados y su correcta utilización para la evaluación judicial. Aunado a lo anterior, debe insistirse en que la administración de los sistemas de evaluación del desempeño judicial, deben administrarse a través de sistemas transparentes, confiables, independientes, imparciales y verificables, pues de lo contrario, su uso discrecional lesionaría los procesos de profesionalización lo que generaría más problemas que soluciones y resultaría en una situación adversa para el buen desempeño organizacional del Poder Judicial. Este riesgo, ha sido señalado para el caso de las entidades que componen la administración pública federal, por Mario Alberto Fócil, a propósito de los comentarios que realiza respecto a los sistemas de evaluación del desempeño establecidos en la Ley del Servicio Profesional de Carrera. Dice Fócil: “Es necesario recordar que una de las principales críticas a la Administración Pública Federal, ha sido la falta de transparencia en la integración de las percepciones de los funcionarios públicos, lo que obliga a diseñar un sistema transparente de estímulos al desempeño para que la sociedad lo entienda y lo 377 supervise; que cuente con reglas claras, para evitar caer en el vicio que ya se superó de convertir a los estímulos en una parte del salario fijo”322. Sin embargo, a pesar de estos retos, la experiencia en otros países demuestra que se pueden establecer parámetros cuantitativos y cualitativos para evaluar a la gestión judicial como eficaz, eficiente y óptima; esto es, aquel resultado de la actividad del órgano jurisdiccional que maximice la utilidad social de resolver el mayor número de conflictos judiciales al menor costo posible. Dentro de un proceso judicial podemos identificar elementos que permiten evaluar la calidad del resultado de la gestión de un magistrado o juez: procesos desarrollados conforme a derecho, resoluciones (autos y sentencias) bien argumentadas (debida motivación), correcta interpretación legal y jurisprudencial (debida fundamentación), tiempos de resolución, volumen de rezago, costos judiciales, etc. La necesidad de utilizar indicadores de desempeño, se convierte en una condición fundamental sobre todo cuando consideramos al servicio profesional para la impartición y administración de la justicia; es decir, a la carrera judicial con sus ventajas y desventajas. Recordemos que el servicio profesional a través de la carrera judicial aplicada a los servidores públicos que conforman los órganos de impartición y administración de la justicia tiene ventajas y desventajas. Tiene la ventaja de crear estructuras organizacionales a la manera de mercados internos de trabajo que incentiva a magistrados y jueces o, en su caso, a otros funcionarios judiciales o administrativos que componen a la judicatura, a competir por la vía 322 378 FÓCIL, Mario Alberto, El servicio profesional de carrera en México: las implicaciones en la operación del nuevo modelo de la administración del personal público, Revista de Administración Pública, No. 110, Instituto Nacional de Administración Pública, México, 2004, p. 47. de la capacitación, la evaluación y los resultados, para acceder a un cargo jurisdiccional o administrativo, de mayor jerarquía dentro de la organización judicial. Tiene la desventaja de generar friccionalidades que pueden ser producidas por la probable inmovilidad que resulta de la estabilidad laboral que deviene de la carrera judicial, lo que afecta negativamente al buen desempeño judicial, a su eficacia, eficiencia y productividad, por lo que se hace necesario la evaluación continua, el monitoreo y el control, y todo ello se puede obtener a través de la implementación de indicadores de desempeño. Es por ello, que los indicadores de desempeño aplicados a la evaluación de la gestión judicial, son condiciones fundamentales para garantizar las ventajas y beneficios de la carrera judicial y disminuir sus costos y riesgos. Adicionalmente a esta utilidad que encontramos en los indicadores de desempeño, podemos afirmar que, cuando de éstos se deriva no sólo la promoción laboral de tipo vertical, sino también la obtención de ciertas compensaciones o incentivos de carácter económico, administrativo o, incluso, honorario, se puede obtener influencia en la conducta de los magistrados, jueces y demás funcionarios judiciales y administrativos que componen a la judicatura, por medio de indicadores de desempeño que se traduzcan en incentivos para el mejor desempeño judicial, premiando las mejores prácticas y los mejores resultados. Lo cual, de forma agregada, puede tener un fuerte impacto en el cambio organizacional del conjunto de órganos jurisdiccionales que componen al Poder Judicial. Dice José Ramón Cossío: “La eficiencia de un mercado interno de trabajo también se mide por la posibilidad de que existan mecanismos para recompensar los esfuerzos laborales individuales, y no mantenerse exclusivamente en la recompensa general por el nivel que se ocupa. Nuevamente, en una situación laboral ciertamente estática, es necesario 379 introducir mecanismos que prevean el esfuerzo individual, pues de otra manera se caería en lo que antes describimos como homogeneidad. Sobre este particular, en la Ley [Orgánica del Poder Judicial de la Federación] de 1995 se introdujo el sistema de recompensas individuales ya antes citado. “En el artículo 111 de ese ordenamiento, en efecto, se prevé que de acuerdo con el presupuesto y las reglas generales que emita, el Consejo de la Judicatura Federal podrá establecer: primero, un sistema de estímulos económicos para los servidores públicos a que se refiere el artículo 110, tomando en cuenta el desempeño, los cursos realizados en el Instituto de la Judicatura, la antigüedad, el grado académico, el arraigo y los demás que el Consejo determine y, segundo, el otorgamiento de años sabáticos y becas para estudios e investigaciones en el extranjero. Habiéndose previsto a nivel legal la existencia de incentivos para un trabajo más profesional y productivo, resulta de la mayor importancia la adecuada reglamentación por parte del Consejo de la Judicatura Federal, pues de ello dependerá que la actuación judicial no se constituya o mantenga como un trabajo rutinario u homogéneo, aspectos sumamente graves en la impartición de justicia”323. Los indicadores de desempeño permiten la generación de datos empíricos objetivos e imparciales, para evaluar la gestión de magistrados y jueces, u otros funcionarios judiciales y administrativos de la judicatura; fortalecen los procesos sustantivos que llevan a cabo los Consejos de la Judicatura, tales como la administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial; y enriquecen significativamente los elementos de análisis para la toma de decisiones que facilite la reforma judicial integral, coherente y estratégica. Su utilización, además de útil para la administración de la judicatura, sirve como fuente de 323 380 COSSÍO, José Ramón, Jurisdicción Federal y Carrera Judicial en México. Op. cit. P.p. 99100. información para el resto de los Poderes Políticos del Estado, para las partes en litigio y para el ciudadano en general. También permiten calificar la calidad con que los magistrados y jueces llevan a cabo la delicada tarea de impartir justicia, dota de mayor transparencia al Poder Judicial y somete a la judicatura y sus integrantes a un proceso constante de generación de resultados y rendición de cuentas. Siendo Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Ministro Genaro Góngora Pimentel señaló: “El Poder Judicial de la Federación está inmerso en una reforma judicial con un crecimiento cuantitativo como criterio predominante, debido principalmente a la existencia de una amplia demanda de justicia que sólo podría haberse empezado a paliar con una reforma cuantitativa, la cual consideramos en su momento como la más adecuada para cumplir con el mandato del artículo 17 constitucional de una justicia expedita, pronta, completa e imparcial. No obstante ello, actualmente estamos considerando indicadores diversos que nos están permitiendo incursionar alentadoramente en este campo y marcar una política de razonabilidad en la creación de nuevos órganos jurisdiccionales. Estos elementos nos serán de gran utilidad para una evaluación más amplia de diversos aspectos judiciales”324. 324 GÓNGORA PIMENTEL, Genaro, “Nuevos elementos de análisis en la reforma de los sistemas de justicia”, ponencia presentada en la Conferencia Regional Nuevos Enfoques Para Atender la Demanda de Justicia, celebrada en el Centro de Investigación y Docencia Económicas y organizada por el Banco Mundial, México, 2001, p. 21. 381 3.4.2. Propuesta de indicadores del desempeño judicial325. El indicador de gestión que utiliza el Consejo de la Judicatura Federal para evaluar el desempeño de los jueces y magistrados es el número de asuntos pendientes anuales (ap). Se trata de un indicador muy importante para el momento de analizar la carrera judicial de un magistrado o juez, y es prácticamente, el único indicador que reportan los Informes Estadísticos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Consejo de la Judicatura Federal sobre la gestión judicial. El número de asuntos pendientes se calcula de la siguiente manera: (apa+ai) – ae =asuntos pendientes donde: apa= es el número de asuntos pendientes del año anterior, ai= es el número de asuntos que ingresaron al órgano judicial en el año, y ae= es el número de asuntos que egresaron del órgano judicial en el año. Se trata de un indicador parcial sobre la calidad de la justicia impartida cuyos resultados han sido variados en su aplicación. Si bien el rezago judicial es uno de los problemas más importantes a resolver, pues implica costos judiciales para las partes en litigio y mayor gasto público para sostener un aparato judicial lento, toda la cuantificación de la eficiencia 325 382 En la redacción del siguiente apartado se siguió la propuesta de indicador de desempeño en FLORES MANCILLA, César, Un análisis estratégico y comparado sobre la Administración del Poder Judicial Federal en México, tesis para obtener el grado de Maestro en Administración y Políticas Públicas, por el Centro de Investigación y Docencia Económicas. México, 2003. judicial no puede reducirse a un indicador que sólo reporta el número de asuntos pendientes326. Frente a las limitaciones de este indicador de gestión judicial se propone un indicador que considere la tasa de revocación de asuntos judiciales. Tratándose del Poder Judicial de la Federación, éste conoce de varios asuntos en distintas materias y tipos de proceso. Cada proceso guarda su propia especificidad en cuanto a acciones y recursos procesales; pero haciendo un ejercicio de generalización se puede señalar que la sentencia dictada en una instancia inferior puede ser apelada o revisada en una instancia superior. Pongamos algunos ejemplos de procesos regulados por leyes federales: MATERIA ORDENAMIENTO LEGAL Civil Código Federal de Procedimientos Civiles Penal Código Federal de Procedimientos Penales 326 DISPOSICIONES art. 231: El recurso de apelación tiene por objeto que el tribunal superior confirme, revoque o modifique la sentencia o el auto dictado en la primera instancia, en los puntos relativos a los agravios expresados. art. 364: La segunda instancia solamente se abrirá a petición de parte legítima, para resolver sobre los agravios que estime el apelante le cause la resolución recurrida. […] Véase MAGALONI, Ana Laura, y NEGRETE, Layda. El Poder Judicial de la Federación y su política de decir sin resolver, Ed. Mimeo, División de Administración Pública. CIDE, México, 2000. 383 art. 383: Declarado visto el asunto, quedará cerrado el debate y el tribunal de apelación pronunciará el fallo que corresponda, a más tardar dentro de ocho días, confirmando, revocando o modificando la resolución apelada. Amparo Constitución Política de los art. 104: Corresponde a los tribunales Estados Unidos Unidos de la Federación conocer: I-A. De todas las controversias del orden civil o criminal que se susciten sobre el cumplimiento y aplicación de leyes federales o de los tratados internacionales […]. Las sentencias de primera instancia podrán ser apelables ante el superior inmediato del juez que conozca el asunto en primer grado; […] art. 105: La Suprema Corte de Justicia de la Nación conocerá, […], de los asuntos siguientes: III. […] de los recursos de apelación en contra de sentencias de Jueces de Distrito dictadas en aquellos procesos en que la Federación sea parte y que por su interés y trascendencia así lo ameriten. art. 107, fracc. V: El amparo contra sentencias definitivas o laudos o resoluciones que pongan fin al juicio, sea que la violación se cometa durante el procedimiento o en la 384 sentencia misma, se promoverá ante el tribunal colegiado de circuito que corresponda, […]. fracc. VII: El amparo contra actos en juicio, fuera de juicio o después de concluido, o que afecten a personas extrañas al juicio, contra leyes o actos de autoridad administrativa se interpondrá ante el juez de Distrito […]. fracc. VIII: Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito o los Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la Suprema Corte de Justicia; […]. fracc. IX: Las resoluciones que en materia de amparo directo pronuncien los Tribunales Colegiados de Circuito no admiten recurso alguno, a menos de que decidan sobre la inconstitucionalidad de una ley o establezcan la interpretación directa de un precepto de la Constitución cuya resolución, a juicio de la Suprema Corte de Justicia y conforme a acuerdos generales, extrañe la fijación de un criterio de importancia y trascendencia. Sólo en esa hipótesis procederá la revisión ante la Suprema Corte de Justicia, […]. 385 Como puede verse en estos ejemplos legales, dictada una sentencia, ésta puede ser apelada o revisada por una instancia superior, la cual puede resolver en tres sentidos: confirmando la sentencia de la instancia anterior, modificando la sentencia, o revocándola. La revocación de una sentencia nos indica que la instancia inferior no juzgó de manera adecuada, de forma que la instancia superior desecha la sentencia de la instancia inferior. Si la revocación empieza a ocupar un porcentaje considerable del total de sentencias del juzgador, definitivamente estamos ante un órgano judicial que no está juzgando de manera eficaz ni eficiente, pues sus sentencias no están resolviendo los litigios que están sometidos a su jurisdicción, están siendo revisadas en una instancia superior y, además, están siendo revocadas. Si calculamos una tasa de revocación, ésta nos indicará qué porcentaje de las sentencias emitidas por el órgano judicial (tribunales y juzgados) son revocadas por una instancia superior. Se propone que la tasa de revocación (trev) se calcule de la siguiente forma: sr / se = crev, crev*100 = trev donde: sr: es el número de sentencias del órgano judicial revocadas por una instancia superior en un periodo determinado de tiempo, se: es el número de sentencias emitidas por el órgano judicial en un periodo determinado de tiempo, crev: es el cociente de revocación del órgano judicial en un periodo determinado de tiempo, y trev: es la tasa de revocación del órgano judicial en un periodo determinado de tiempo. 386 de manera que: una tasa cercana a 0 indica que es muy bajo el porcentaje de sentencias que están siendo revocadas por la instancia superior, y una tasa cercana a 100 indica que es muy alto el porcentaje de sentencias que están siendo revocadas por la instancia superior. Con el cálculo de la tasa de revocación, podemos inferir la eficacia con la que un órgano judicial está realizando su gestión pública de impartir justicia al cuantificar el porcentaje de las sentencias de la instancia inferior que están siendo revocadas por la instancia superior. Un alto porcentaje de revocación nos indica que ese órgano judicial no está juzgando eficazmente. Por nuestra parte, consideramos que para el indicador propuesto, hay que hacer algunas consideraciones adicionales respecto a la cuantificación de las sentencias: aquellas sentencias que no sean revisadas por una instancia superior podrán considerarse como no revocadas, pues podemos suponer que las partes en litigio han considerado agotado el proceso y se muestran conformes con la resolución judicial; respecto de las sentencias que sean modificadas en parte, puede establecerse un sistema distinto de cuantificación para efectos de calcular la tasa de revocación, por ejemplo, a través de una ponderación como sentencia revocada evaluada entre 0 y 1. Lo anterior, permitirá equilibrar la ponderación del cociente de rezago entre Juzgados de Distrito y Tribunales de Circuito. Mayor eficacia al momento de juzgar y que la sentencia no sea revocada, también se traduce en una mayor eficiencia judicial tanto para las partes en litigio como para el gasto en el aparato judicial. Para las partes en litigio el indicador puede incentivar un comportamiento más eficiente del órgano jurisdiccional, a través de la reducción en los costos judiciales: cuando un asunto pasa a segunda instancia para ser revisado, independientemente de su 387 resultado, se incurre en un proceso judicial más largo y por lo tanto más costoso, son una especie de costos hundidos, los cuales se pueden recuperar cuando dentro del proceso en segunda instancia se gana el litigio y junto a ello (como regularmente ocurre cuando se obtiene una sentencia favorable) una indemnización a cargo de la contraparte por costos judiciales. Ahora bien, se podría decir que a pesar de que este indicador nos da elementos para evaluar al juzgador, no se traduce en una reducción de gasto público en el sistema de justicia, pues independientemente de haber sido o no revocada una sentencia, ya se incurrió en los gastos de una instancia superior. Sin embargo, este indicador sí fomenta mayor eficiencia respecto al gasto en los aparatos de justicia, pues al incentivar a los juzgadores a ser cuidadosos con su tasa de revocación, se esperará que juzguen con más detenimiento aportando más elementos de juicio que sustenten y fundamenten su sentencia, lo que facilitaría la tarea resolutiva de la instancia superior y, por lo tanto, procesos más cortos en la instancia revisora. Aplicar este indicador como una forma de evaluar a los juzgadores de instancias inferiores, puede hacer que los procesos en esa instancia se vuelvan algo lentos, para juzgar con más cuidado y detenimiento, y que no se revoque la sentencia en una instancia superior. Lo ganado en calidad puede perderse en tiempo, así que no debe desecharse el indicador de rezago, el cual debe calcularse en forma de tasa de rezago (trez) de la siguiente forma: {(apa+ai)-ae}/(apa+ai) = crez, crez*100 = trez donde: apa: es el número de asuntos pendientes en un periodo determinado de tiempo, 388 ai: es el número de asuntos que ingresaron al órgano judicial en un periodo determinado de tiempo, ae: es el número de asuntos que egresaron del órgano judicial en un periodo determinado de tiempo, crez: es el cociente de rezago del órgano judicial en un periodo determinado de tiempo, y trez: es la tasa de rezago del órgano judicial en un periodo determinado de tiempo. de manera que: una tasa cercana a 0 indica que es muy bajo el porcentaje de asuntos que no están siendo resueltos, y una tasa cercana a 100 indica que es muy alto el porcentaje de asuntos que no están siendo resueltos. Con el cálculo de la tasa de rezago, podemos inferir la eficiencia con la que un órgano judicial está realizando su gestión pública de impartir justicia al cuantificar el porcentaje de los asuntos que está dejando pendientes de resolución. Un alto porcentaje de rezago nos indica que ese órgano judicial no está juzgando eficientemente. De esta forma tenemos un indicador de eficacia: la tasa de revocación, y un indicador de eficiencia: la tasa de rezago, para poder evaluar a los órganos judiciales y calificar la gestión pública que realiza en dos aspectos concretos de su actuar jurisdiccional. El Doctor Alejandro Carrillo Castro, Presidente del Instituto Nacional de Administración Pública, define con claridad meridiana los conceptos de 389 eficiencia y eficacia. Eficiencia es la relación entre los recursos que se utilizan y los productos que se obtienen; y por, eficacia se entiende como el mayor o menor logro de los objetivos propuestos con los productos obtenidos327. Estos indicadores pueden influir en la conducta del juzgador por medio de una estructura de incentivos. Se trata de utilizar estos indicadores que cuantifican un aspecto de la gestión que realiza un actor dentro de una organización, para convertirlos en una estructura de incentivos que genere un cambio organizacional. Para ello hay que establecer objetivos (metas), establecer medidas para cuantificar esos objetivos (indicadores) y traducirlos en un sistema de incentivos (premios y castigos). Tratándose del Poder Judicial de la Federación, nos interesa que su gestión sea más eficiente, eficaz y transparente. Esto implica, dentro de un conjunto amplio de factores, que el Poder Judicial tenga como meta resolver el mayor número de litigios al menor costo posible. Una forma de cuantificar este objetivo es por medio de las tasas de revocación y rezago, las cuales pueden traducirse en un esquema de incentivos materiales dentro de la estructura salarial de los magistrados y jueces. La manera de hacerlo es estableciendo un porcentaje salarial adicional, determinado en función del desempeño del juzgador cuantificado por las tasas de revocación y rezago, de manera que un magistrado o juez con bajas tasas de revocación y rezago sea premiado con un ingreso salarial adicional, y un magistrado o juez con altas tasas de revocación y rezago sea castigado privándolo de un ingreso salarial adicional. Para ello se propone determinar el ingreso salarial total de un magistrado y juez, a partir de un salario base más un estímulo económico, la forma de cuantificarlo es de la siguiente manera: 327 390 CARRILLO CASTRO, Alejandro. La reforma Administrativa en México. Op. cit. P. 21. st = sb+ee, ee = {[(1-crev)*psd]+[(1-crez)*psd]}*sb donde: st: es el salario total del juzgador en un periodo determinado de tiempo, sb: es el salario base del juzgador en un periodo determinado de tiempo, ee: es el estímulo económico adicional del juzgador en un periodo determinado de tiempo, psd: es un porcentaje salarial en términos decimales que establece la proporción que ocupa el estímulo económico en el total del ingreso salarial del juzgador en un periodo determinado de tiempo, crev: es el cociente de revocación del juzgador en un periodo determinado de tiempo, y crez: es el cociente de rezago del juzgador en un periodo determinado de tiempo. de manera que: un juzgador con tasas de revocación y rezago cercanas a 0 tendrá la casi totalidad del estímulo económico adicional a su salario base, y un juzgador con tasas de revocación y rezago cercanas a 100 perderá la casi totalidad del estímulo económico adicional a su salario base. 391 Para observar la forma en que funciona este sistema de incentivos podemos poner un ejemplo: supóngase que el ingreso base de un juzgador es de $1,000 en un periodo determinado de tiempo, y que tendrá un estímulo económico adicional del 20% distribuido de la siguiente manera: 10% (psd=0.1) en función de su tasa de revocación y 10% (psd=0.1) en función de su tasa de rezago. Sabemos que una tasa cercana a 0 significa un mejor desempeño y una tasa cercana a 100 significa un mal desempeño. Supóngase entonces que existen tres posibilidades de calificación para el juzgador: que sus tasas de revocación y rezago sean, ambas, igual a 0% (crev=0 y crez=0); igual a 50% (crev=0.5 y crez=0.5); o igual a 100% (crev=1 y crez=1). Su ingreso salarial total para estos tres escenarios posibles será: tasas: cocientes: de revocación de revocación 0% 0 1-0=1 1*0.1=0.1 50% 0.5 1-0.5=0.5 0.5*0.1=0.05 100% 1 1-1=0 0*0.1=0 de rezago de rezago 0% 0 1-0=1 1*0.1=0.1 50% 0.5 1-0.5=0.5 0.5*0.1=0.05 100% 1 1-1=0 0*0.1=0 tasas: 1-cocientes con un psd=0.1 con un psd=0.1 [(1-crev)*psd]+[(1-crez)*psd] de revocación y rezago (1-cocientes)*psd [(1-crev)*psd]+[(1-crez)*psd]*sb con un sb=1000 0% 0.1+0.1=0.2 0.2*1000=200 50% 0.05+0.05=0.1 0.1*1000=100 100% 0+0=0 0*1000=0 392 Por lo tanto el salario total del juzgador para los tres escenarios posibles será: a). con una tasa de revocación y rezago del 0%: $1,000 de salario base más un estímulo económico de $200 = $1,200 de salario total. b). con una tasa de revocación y rezago del 50%: $1,000 de salario base más un estímulo económico de $100 = $1,100 de salario total. c). con una tasa de revocación y rezago del 100%: $1,000 de salario base sin ningún estímulo económico en el salario total. Para la implementación de este tipo de incentivos se requiere de una infraestructura de monitoreo y administración de la información que permita cuantificar las tasas, y una reforma legal de tipo laboral que permita su uso como mecanismo de asignación de estímulos económicos. Su utilización puede establecerse de forma anual o incluso mensual, si existe la adecuada estructura informática para cuantificar lo indicadores y asignar los estímulos. Debe quedar claro, que este es un indicador que debe ser considerado como una herramienta puntual para evaluar el desempeño y asignar estímulos. No es el único indicador ni el único estímulo que puede ponerse en práctica. Tampoco su aplicación corregirá de manera automática los problemas de impartición de justicia; al contrario, esta propuesta debe ser un primer paso para que, junto con este instrumento, se implementen otro tipo de indicadores que midan otros aspectos de la actividad jurisdiccional. Por ejemplo, se propone agrupar tres tipos de indicadores con distintos parámetros a cuantificar: 393 TIPO DE INDICADOR 1. Indicadores de eficiencia RUBROS A CUANTIFICAR 1. Costo por causa ingresada 2. Costo por causa resuelta 3. Costo de funcionamiento por materia, instancia y juzgado 4. Costos administrativos 5. Asignaciones y presupuestarios 2. Indicadores de eficacia ejercicios 1. Tasa de sentencia 2. Tasa de resolución 3. Tasa de demora inicial 3. Indicadores de calidad 1. Tasa de revocaciones 2. Tasa de nulidades 3. Tasa de elevación a juicio 4. Tasa de esclarecimiento Donde, las distintas tasas se calculan a partir de las siguientes ecuaciones: TASA (t) De sentencia RELACIÓN (t = a/b) Cantidad de sentencias dictadas (a) Cantidad de litigios resueltos (b) De elevación a juicio Causas elevadas a juicio (a) Cantidad de litigios resueltos (b) De demora y/o Índice de congestionamiento 394 Cantidad de asuntos pendientes y/o en trámite (a) Cantidad de asuntos resueltos en el año (b) De resolución Cantidad de asuntos resueltos en el año (a) Cantidad de asuntos ingresados en el año (b) Finalmente, hay que señalar que todos estos indicadores, deben ser complementados con otras herramientas de cuantificación del desempeño, que constituyen una importante fuente de información para el servicio profesional de carrera judicial: estadísticas judiciales, consultas de opinión, análisis de ambiente organizacional, cuestionarios de percepción ciudadana y confianza pública, así como libros de gobierno o bitácoras de gestión. Hugo S. Ramírez García, Doctor en Derecho y Profesor Investigador de la Universidad Panamericana, ha planteado con toda pertinencia una serie de dilemas en torno a los indicadores de eficiencia que se sintetizan de la siguiente manera328: Con relación a los elementos sustantivos de la tesis, quisiera enfocarme en un tema que, desde mi punto de vista, es clave para la investigación en general. Se trata de los indicadores de eficacia de la labor del juez, concretamente de la tasa de revocación de asuntos judiciales. La importancia de esta cuestión radica en que tal indicador tiene por objeto mostrar datos e información relevantes para tomar decisiones con relación a un factor destacadísimo en la praxis jurídica. Se trata, dicho con otras palabras, de una herramienta metodológica que ayuda a fundamentar decisiones públicas, que atañen 328 RAMÍREZ GARCÍA, Hugo Saúl. Réplica a la tesis: Servicio Profesional para la Impartición y para la Administración para la Justicia de Alejandro Romero Gudiño, presentada durante el examen de Doctorado en Derecho y en su calidad de Vocal del Tribunal de Grado Académico. Universidad Panamericana, Facultad de Derecho. México, 12 de marzo de 2007. 395 directamente a la actividad judicial. Sostengo que la tasa de revocación, bajo ciertas circunstancias, puede producir efectos ambivalentes. En efecto, la tasa de revocación puede evidenciar, el hecho de que la instancia inferior realiza de manera inadecuada su cometido y la misma tasa de revocación puede generar cierto grado de incapacidad en el juzgador que, en último término, le impediría participar auténticamente, proprio vigore, en el complejo y arduo proceso de la majora del Derecho. La tasa de revocación es un indicador que se fundamenta, entre otros, en el principio de cosa juzgada. A su vez, el principio de cosa juzgada está directamente vinculado al valor de seguridad: todos entendemos que la ausencia de una instancia cuya decisión con relación al litigio es inatacable, provoca una incertidumbre de tal grado que inhibiría la cooperación: haría de las relaciones interpersonales una situación de alto riesgo; en definitiva, se provocaría un colapso jurídico-institucional de una sociedad. Aunado a lo anterior, es importante señalar que el principio de cosa juzgada opera conjuntamente con otros principios jurídicos, así como argumentos teóricos destacándose, entre estos últimos, el de pretensión de correccción moral o de justicia del Derecho. Robert Alexy ha explicado que la pretensión de corrección moral del Derecho apunta hacia la idoneidad ética del mismo, de tal manera que la juridicidad de los elementos de un sistema jurídico, incluidas las sentencias judiciales, no se agota en criterios formales, sino que implica una valoración ética. Según Alexy sería moral y jurídicamente defectuoso un artículo constitucional que rezara: “X es una república soberana, federal e injusta”; y ello, a pesar de la honestidad del constituyente al reconocer, supongamos, que en este Estado se violan sistemáticamente, a través de la legislación, derechos a una minoría racial. 396 ¿Qué sucede si el principio de cosa juzgada no se acompaña de la corrección jurídica? Pienso que el efecto sería el empleo de una ficción para satisfacer el carácter teórico de completitud del sistema jurídico. Esta ficción consiste en admitir que la instancia judicial superior, en la medida en que provee una resolución incontrovertible, es infalible; y la resolución en sí es siempre adecuada, justa, legítima, acertada, de valor positivo. Concretamente, el problema que he observado en la propuesta de la tasa de revocación desarrollada en la tesis, es la omisión del nexo entre los principios de cosa juzgada y de corrección. De lo anterior interpreto, en pocas palabras, que la valoración axiológica de las resoluciones judiciales puede constituirse en un obstáculo para la evaluación del trabajo del juez. Si esto es así, el empleo de la tasa de revocación para calificar el desempeño de un juez podría maniatarlo al enfrentarse a una norma injusta que es aplicable al litigio sobre el cual debe pronunciarse. Analicemos, brevemente, las posibilidades de acción y sus consecuencias, suponiendo que se ha confirmado, a partir de un razonamiento práctico, que efectivamente la norma aplicable lesiona grave e injustificadamente bienes y derechos de alguno o algunos de los implicados. Un primer supuesto es que el juzgador, a sabiendas de lo anterior, aplique la norma. Con toda seguridad, la sentencia no será revocada, o en todo caso, la causa de su invalidación no sería imputable directamente al juez (puede ser el caso de la impugnación de la norma aplicada al caso). Una segunda posibilidad es que el juez proponga una interpretación de la norma que no lesione exigencias básicas y respete al mismo tiempo el texto 397 positivo. En este caso, su interpretación puede dar lugar a la revocación de la sentencia imputable al juez. Un tercer supuesto implica la posibilidad de realizar esa interpretación benigna, ante lo cual el juez puede omitir la aplicación de la norma. Seguramente, en este caso, la resolución será revocada. En las tres hipótesis el juez se encuentra en una posición vulnerable. En la primera, supera el efecto nocivo que provoca la revocación dentro de su expediente, pero al precio de resolver contrariando su conciencia. En el segundo, se arriesga a que una interpretación benigna no sea compartida por el superior jerérquico, con las consecuencias negativas que supone. En la tercera, se enfrenta directamente al derecho injusto, asumiendo enteramente el costo de su “rebeldía”. La pregunta es ¿cómo evitar esta situación de vulnerabilidad del juez, por la aplicación de la tasa de revocación? Creo que debe replantearse este índice tal vez asumiendo la posibilidad de la objeción de conciencia a favor del juzgador. Ante los dilemas planteados, recurrimos a las propuestas de la Doctora Ángela Aparisi Miralles329: Una norma puede ser considerada injusta si causa lesión de un derecho o es contraria al bien común. La situación creada por este tipo de leyes es diferente para los distintos profesionales del Derecho. La profesión del juez es netamente jurídica. Con sus decisiones da vida y efectividad al Derecho. Tiene la obligación de aplicar la ley, pero el objeto específico de su ministerio es la justicia. 329 APARISI MIRALLES, Ángela. Ética y deontología para juristas. Ediciones Universidad de Navarra. Primera edición. Pamplona, España. P.p. 371 y 376 a 393. 398 En consecuencia el conflicto de conciencia, cuando el juez estima que una ley es injusta, afecta sustancialmente al núcleo mismo de su función. En algunos casos, la tensión entre la ley injusta y la conciencia puede llegar a ser extremadamente fuerte. En estos supuestos, se podrían tener en cuenta los siguientes aspectos: a. El juez deberá considerar si es posible llevar a cabo una interpretación de la norma que no lesione exigencias básicas de justicia, respetando, al mismo tiempo, el texto positivo, las facultades interpretativas y concretamente la equidad, puede servir para paliar la confrontación entre ley y justicia. La Constitución Mexicana dispone el principio de supremacía constitucional en su artículo 133, por lo que los juzgadores se subordinan a dicho precepto. En los principios que rigen a la carrera judicial, no encontramos referencia a la equidad (artículo 105 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación). b. Ante una ley cuya interpretación es clara y cuya aplicación tendrá consecuencias injustas, el juez deberá recurrir, en primera instancia, a los procedimientos previstos para conseguir su derogación. La Constitución Mexicana dispone en su artículo 72 (inciso F) que en la interpretación, reforma o derogación de las leyes o decretos se observarán los mismos trámites establecidos para su formación. De aprobarse la facultad del Poder Judicial Federal para iniciar leyes, este aspecto se podría subsanar (ver 1.6). c. El juez no está legitimado para llevar a cabo una acción intrínseca y gravemente injusta, aunque exista una obligación legal de actuar en este sentido, y tampoco puede trasladar la responsabilidad a su superior jerárquico o al legislador. El juez debe tener en cuenta que una parte 399 importante de la ética de su profesión se encuentra en el terreno de la asunción de su propia responsabilidad, no sólo con la letra de la ley, sino también con la justicia. La Ley de Amparo es tajante en su artículo 66 al señalar que las excusas voluntarias no son admisibles y sólo se pueden invocar las contenidas en ese precepto, en caso contrario incurre en responsabilidad. d. Tener en cuenta las posibles causales de abstención y recusación, previstas en ley, argumentando tener interés directo o indirecto en la causa. Es claro que si el juzgador encuentra en su conciencia algún sentimiento que pueda afectar su imparcialidad, deberá buscar solución para no juzgar el caso. La Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, establece en su artículo 146, las causas de impedimento para conocer de algún asunto, entre las cuales, no encontramos alguna relativa a la objeción de conciencia, si acaso, bajo el argumento de analogía (fracción XVIII). A diferencia de nuestro sistema jurídico, la objeción de conciencia la ha reconocido el Tribunal Constitucional Español en su sentencia del 11 de abril de 1985. La Constitución Europea, la reconoce expresamente, como el derecho fundamental a la objeción de conciencia en el artículo II.70; y, también el Convenio Europeo de Derechos Humanos alude a este derecho en su artículo 9. La Profesora de Filosofía del Derecho, afirma que, la vía de la objeción de conciencia se presenta como un camino adecuado para integrar, en un sistema democrático, los inevitables conflictos que genera la tensión entre legalidad y justicia. La objeción de conciencia se caracteriza, fundamentalmente por las siguientes notas: 400 • Presupone la existencia de una obligación legal de actuar en un determinado sentido. • El comporamiento que demanda el objetor tiene carácter omisivo. • Este comportamiento omisivo se apoya en razones religiosas, éticas, morales, axiológicas o de justicia. • La objeción de conciencia es un derecho fundamental subjetivo, por lo que sólo puede ser limitada constitucionalmente por razones de orden público, seguridad jurídica e igualdad. • En consecuencia, la objeción de conciencia puede ser legal o ilegal, según el ordenamiento jurídico la reconozca como derecho o no lo haga. e. Por último y enfáticamente, considera necesario un cambio de perspectiva en la formación para la profesión judicial. Para ello hace falta, en primer lugar revalorizar la formación ética de los jueces e inlcuir a la deontología profesional en la escuela judicial. La instauración en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, del Instituto de Investigaciones Jurisprudenciales y de Promoción y Difusión de la Ética Judicial, habrán sin duda de hacer realidad esta premisa. 3.4.3. Recomendaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) para la Evaluación del Desempeño Judicial El ejercicio público es un valor social, por ello, cada uno de los ciudadanos esperan de los servidores públicos, en este caso los administradores de justicia, atiendan al interés público con simetría y equidad, así que en la cotidianidad de su servicio se muestre la óptima administración de los recursos públicos. 401 Así, un servicio justo y fiable genera confianza en los ciudadanos y crea un ambiente propicio para las empresas, contribuyendo al buen funcionamiento de los mercados y al crecimiento económico de la sociedad a la que sirven330. De la misma manera, los estándares elevados de conducta en el servicio público, sobre todo en el referido a la administración e impartición de justicia, se ha transformado en un asunto crítico para los gobiernos de los últimos años, de ahí que las reformas a la administración pública implica necesariamente una delegación mucho más amplia de responsabilidad y discreción para los administradores públicos, presiones presupuestales y nuevas formas de entrega de servicios públicos han cuestionado los valores tradicionales en el servicio administrativo. La globalización y el desarrollo más intenso de relaciones internacionales, económicas incluyendo el comercio y las inversiones, exigen modelos de conducta altos y verificables en el servicio público. La prevención de conductas indebidas es tan compleja como la conducta indebida en sí misma considerada, y se requiere una gran variedad de mecanismos integrados para garantizar, en la medida de lo posible, el éxito, incluyendo sistemas sólidos de administración de ética. La creciente preocupación sobre la declinación de confianza en el gobierno y en su capacidad de administrar la justicia a los ciudadanos, así también la presencia constante de corrupción lanzan a las distintas instancias al análisis de los enfoques requeridos en la administración pública hacia la conducta ética. Los economistas le confieren un papel estratégico al Poder Judicial, refiriendo que “una de las condiciones indispensables para que una economía se desenvuelva en un sistema de libertades que se traduzca en un crecimiento económico sostenido, es contar con un Poder Judicial independiente e imparcial 330 402 OCDE, Aumentar la confianza del público: medidas de ética en los países de la OCDE, en: Notas de Políticas Públicas OCDE, No. 7, septiembre de 2000, p. 1. que garantice los derechos privados de propiedad así como el cumplimiento de los contratos entre particulares y, más aún, entre éstos y el gobierno331. Los estudiosos del análisis económico del derecho, han planteado gran parte de su trabajo en demostrar porque los jueces ordinariamente seleccionan patrones de decisión, asignando derechos e imponiendo obligaciones en forma eficiente para maximizar la satisfacción total de las preferencias. Al plantear la necesidad de realizar el análisis acerca de la eficiencia legal, la ley puede ser utilizada como un instrumento para incrementar el tamaño del pastel económico332. Por ello, la identificación de los valores básicos es el primer paso para crear un entendimiento común en las distintas sociedades con respecto a la conducta que se espera que observe aquellos quienes detentan la administración de justicia. Estos valores no son adicionales al orden de servicio, sino que dimanan de las normas sociales, los principios democráticos y de la misma ética profesional333. Por tal situación, los valores deben actualizarse no sólo en el ámbito de la justificación racional, sino, más bien, en la aplicación cotidiana que cada uno de los administradores de justicia realiza en su trato diario con quien les requiere. Por lo anterior, continuamente se deben realizar revisiones a la forma de aplicar los valores “tradicionales”, para que se generen estrategias que permitan otorgarles un contenido más contextual. 331 KATZ, Issac M. La Constitución y el Desarrollo Económico de México. Ediciones Cal y Arena, primera edición, México, 1999. P. 184. 332 ROEMER, Andrés. Introducción al Análisis Económico del Derecho. Instituto Tecnológico Autónomo de México, Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y Fondo de Cultura Económica. México, 1998.Pp. 5 a 15. 333 OCDE. Aumentar la confianza del Público… Op. cit. 403 Lo anterior permitirá añadir nuevos valores y resignificar los anteriores, aportando una mayor consideración tanto en las fortalezas y oportunidades, como en las debilidades y aciertos, lo cual se refleje en una creciente cultura de servicio público basada en la obtención de resultados caracterizados por la eficiencia y productividad, no en la mediocridad cotidiana que continuamente caracterizan a los servidores públicos334. Para traducir esos valores a la práctica es necesario legislar algunos estándares de conducta, sobre todo y de manera particular aquellos que refieren a las conductas indebidas, sospechas de corrupción y a la violación de los estándares del servicio público. Por ello, las normas generales a las que deben sujetarse los administradores de justicia, como todos los servidores públicos, se han establecido por parte de la OCDE a modo de orientaciones complementarias para ciertos grupos o profesiones desempeñados en áreas sensibles o, cuando menos, donde exista una alta tendencia a la conflictividad entre intereses335. En el mismo filón se encuentra Linn Hammergren quien propone, en su trabajo realizado para el Banco Mundial y Transparencia Internacional, una lista que permite la consideración de distintos elementos (general categories), que coadyuven a una evaluación continua en la administración de justicia336. Estas 334 Ibid. A continuación se presenta el número de veces que se cita cada valor, de acuerdo a la lista de los ocho valores esenciales para la administración pública más citados en los países de la OCDE. Imparcialidad 24 veces; legalidad 22 veces; integridad 18 veces; eficacia 14 veces; transparencia 14 veces; responsabilidad 11 veces; igualdad 11 veces; y justicia 10 veces. 335 OCDE, Trust in government: ethics measures in OECD countries, trad. Comisión Permanente de Controladores Estados-Federación, OCDE Confianza en el gobierno: medidas para fortalecer el marco ético en los países de la OCDE, Organización para la cooperación y el Desarrollo Económico, México, 2000, 104 pp. El texto se puede encontrar en el siguiente sitio de internet: http://ocde.org/dataocde/51/1/1912736.pdf. 336 HAMMERGREN, Linn, Diagnosing judicial performance, World Bank, s. d., p. 16. 404 consideraciones van desde algunas sugerencias en la selección de los jueces hasta directrices que permitan el desarrollo óptimo, con apego a derecho, en el proceso judicial. Lo anterior, tiene como finalidad transparentar el desarrollo en la administración y aplicación de justicia. Puesto que la obsolescencia de los procedimientos legales, la lentitud de los trámites, la ausencia de sistemas modernos para la administración de los despachos y la falta de control sobre los funcionarios y empleados judiciales, propician corrupción e ineficiencia. Por ello, una reestructuración que permita la reforma en la administración de justicia debe dirigirse a impedir que ésta genere y encubra un sistema de impunidad y corrupción. Una prioridad en este respecto es volver los ojos al sistema de administración de justicia, de manera que revierta la ineficacia, se erradique la corrupción, se garantice el libre acceso a la justicia, la imparcialidad en su aplicación, la independencia judicial, la autoridad ética, la probidad del sistema en su conjunto y su actualización337. En este sentido, Hammergren afirma338 que es necesaria una previa selección de jueces como parte de un proceso de selección abierto y transparente339. Esto garantiza, de alguna manera, un sistema de competencia que permite la eficiencia y el aprovechamiento de los recursos humanos con los cuales se dispone en la administración de justicia. Así, se garantizará la transparencia de 337 Acuerdo para el Fortalecimiento del Poder Civil , Considerando III, numerales 8-10. 338 HAMMERGREN, Linn, Diagnosing judicial performance, op. cit., pp., 19-22. Es de resaltar la reflexión que realiza sobre la integridad institucional (institutional integrity), sobre la independencia de los jueces (independence) y sobre la transparencia (transparency/ accountabiity), las cuales se presentarán en un cuadro que permita comparar la relación tripartita, de los distintos rubros que Hammergren realiza, a modo de listas que permiten la evaluación del desempeño judicial. 339 “A selection of judges[:] Public input is solicited as a part of the judicial selection process[;] Appointments are adequately publicized[;] Selection process is open and transparent”. Ibid, p. 21-22. 405 sus procesos de selección mediante la publicación tanto de las reglas de reclutamiento como necesariamente en de las vacantes, consideración de distintas esta manera tendencias se éticas tomarán por las evaluaciones de reclutamiento y desempeño. Otro de los elementos en los que reflexiona Hammergren es el modo y manera en que se conduce la “carrera” judicial, puesto que se requiere prestar una atención especial, a los distintos funcionarios que se ubican en puestos que los exponen a mayores riesgos de corrupción como de otras posibles faltas administrativas, políticas y/o penales340. Para evitar tales situaciones se requiere la detección y la declaración de las áreas conflictivas y de interés, así como elaborar medidas específicas contra la corrupción en áreas como las de contratación pública, aplicando algunas alternativas como los reglamentos y orientaciones específicas, controles estrictos de la actividad administrativa y, por último, la rotación periódica del personal. La administración interna, es otro de los puntos en el que la autora manifiesta la existencia de un proceso para registrar las quejas sobre la mala conducta administrativa, así como la necesidad de información pública adecuada de los roles y responsabilidades de los oficiales administrativos que prestan su servicio a los ciudadanos341. Es decir, Hammergren considera necesario ofrecer al conocimiento del público algunos elementos de los servidores públicos, pues el conocer los distintos intereses implica la toma de decisiones de manera más transparente al minimizar la posibilidad de conflictos que surjan entre los 340 “Management of the Judicial Career [:] Standards for judicial performance and ethical behavior are publicized[;] There is a process for registering complaints about judicial misconduct[;] Public input is solicited as part of the judicial evaluation process”. Ibid., p. 22. 341 “Internal Administration[:] There is a process for registering complaints about administrative misconduct[;] Adequate information is publicly provided on the roles and responsibilities of administrative officials attending the public”. Ibid. 406 deberes públicos y los intereses privados. Y un elemento que permite distinguir con mayor claridad esta convergencia de intereses, tanto públicos como privados, es la declaración de los intereses financieros personales, así como el informe sobre puestos o actividades externas a su función. No menos importante es la consideración de los recursos342. Es decir, el presupuesto que recibe el aparato judicial debe estar abierto a la opinión pública, esto es, la estimación programada de manera sistemática, de las condiciones de operación y de los resultados a obtener por un organismo en un periodo determinado, deben garantizar y facilitar la difusión de la información de manera actualizada y precisa, tanto a los medios de comunicación masiva, como a la sociedad, para que los salarios, los presupuestos judiciales y recursos adicionales puedan formar parte del dominio público y permitan abrir a la sociedad el proceso de ofertas en licitaciones públicas y privatizaciones; es decir, cuanto más alto sea el puesto, mayor será la transparencia que se exija343. El proceso judicial se presenta como un especial rubro a considerar344. En este sentido, los controles internos se deben utilizar ampliamente para detectar irregularidades individuales y fallos sistémicos. Pues, a pesar de los distintos 342 “Resources[:] Judicial budgets, salaries, and results of audits are publicly available[;] Judicial requests for additional resources are presented publicly[;] Proposals for major investments in infrastructure or equipment are presented publicly with opportunity for discussion”. Ibid. 343 Cabe señalar que la libertad de información no es suficiente, puesto que no importa el grado de profesionalismo y precisión con el que se procese la información, la corrupción continuará prosperando si los medios y la sociedad civil no ejercen su función de observadores. 344 “Judicial Processes[:] The rules for how cases will be processed are well publicized[;] Court users have access to information on the status of their case[;] Hearings are publicly announced and open to the public Judicial decisions are publicized[;] Press and other nonjudicial groups may comment on decisions without fear of reprisals[;] Courts services are readily accessible to the entire population, and there are no unreasonable geographic, monetary, or legal barriers.” HAMMERGREN, Linn, Diagnosing judicial performance, op. cit., p. 22. 407 marcos legales que regulan los procesos no se deben circunscribir a los administradores de justicia, sino que también deberán ser publicados y los distintos procesos de índole judicial deben ser públicamente anunciados y abiertos al público, de tal manera que los dictámenes y veredictos puedan ser comentados por los ciudadanos, tanto en público como en privado, sin represalia alguna. De esta manera se recomiendan medidas que mejoren la gestión judicial, como la publicación de manera directa al nivel político o al público en general a través de los medios de difusión masiva. En cuanto a la vigilancia y a la rendición de cuentas, Hammergren se refiere a la “profesión legal”, legal profesión, como un mecanismo que permite evitar la corrupción y favorecer la transparencia345. De esta manera, la información que acredite a los abogados como miembros de una asociación profesional, será fácilmente disponible al público a través de un proceso sencillo, tanto de información de los administradores de justicia, como de acciones que permitan el develamiento de los actos de corrupción y de las faltas del servidor público. Por último, este tipo de auditorias conduce a que los servidores públicos, incluidos los administradores de justicia, rindan cuentas por sus actos en última instancia frente a la ciudadanía. Así que la denuncia, por parte de los ciudadanos u otros funcionarios, de faltas de conducta es o bien una obligación moral o bien está motivada por reglas organizacionales, puesto que la creciente necesidad de otorgar protección a quienes denuncian estas faltas dentro de la administración de justicia está respaldada por un marco legal de la función pública, donde las garantías más comunes consisten en una declaración legal general orientada a proteger a los denunciantes y el anonimato de la denuncia, 345 408 “Legal Profession[:] Information as to accredited bar members and any paralegal profession is easily available to public[;] Disciplinary actions and disbarments are publicized[;] There is an easily accessible process for providing complaints about attorney’s actions”. Ibid. por lo que la ciudadanía tiene acceso a procedimientos de agravios y quejas, sea al Defensor del Pueblo (Ombudsman), al Contralor General y a servicios de atención al usuario o a líneas telefónicas establecidas con esa finalidad, que permiten denunciar faltas o conductas poco éticas por parte de servidores públicos. La vigilancia activa, a través de la información pública, deviene necesariamente en la transparencia del ejercicio público. De esta manera, la transparencia, considerada en sí misma, no es una finalidad sino un instrumento que permite tanto asegurar la responsabilidad de los servidores públicos como sirve para combatir la corrupción, aunque en algunos casos su razón principal es la promoción de participación democrática mediante la ya muy mencionada información y participación de los ciudadanos. En este sentido los medios de información juegan un papel clave en la generación de una demanda de mayor transparencia y responsabilidad cuando éstos juegan su papel de escrutinio. De la misma manera la vigilancia continua, que permiten la transparencia, es uno de los instrumentos más eficaces para promover la integridad y prevenir la corrupción. Ejemplo de lo anterior son los países nórdicos, en donde la transparencia y la apertura de la administración, en especial el acceso directo a documentos públicos, han contribuido en forma significativa en la reducción y supresión de las conductas que destruyen el tejido político y gubernamental de una sociedad346. Así, los ciudadanos preparados gracias al incremento en el acceso de la información tienen elementos mayores para plantear decisiones sobre la base de equidad, justicia u otros criterios. En este contexto los escándalos por conductas indebidas que salen a la luz pueden verse, no sólo 346 En los países con una economía emergente, miembros de la OCDE como es el caso de México, la vigilancia y la transparencia fueron identificadas como el objetivo general para impulsar los procesos de democratización y modernización en la administración para el logro de servicios públicos amables para los ciudadanos. 409 como el domino de la corrupción, ingobernabilidad y la privación de un Estado de Derecho, sino como una señal, positiva que los controles de responsabilidad están funcionando. LISTA PARA EVALUAR EL DESEMPEÑO JUDICIAL 1. Integridad 2. Independencia Institucional 3. Transparencia (Accountability) * Criterios claros y * La intervención externa y * Se apela a la opinión publicados. de sectores del gobierno pública. * Basado en el mérito es clara y bajo reglas * El proceso está * Criterios de exclusión transparentes. agendado y es Selección por malos * La evaluación de transparente. de Jueces antecedentes. candidatos es hecha por A un cuerpo independiente del que hace la selección final. B *Los jueces son * Salarios adecuados a * Se publican estándares estables o sujetos a un niveles de bienestar y de desempeño y ética proceso de renovación comparables a los del judicial. fijo. sector público. * Se permite y favorece la * Reglas de conducta y * Las Prestaciones se opinión del público sobre estándares de asignan de manera clara y el desempeño judicial y desempeño se utilizan. sin injerencia de elementos quejas. Manejo de la * Criterios de externos al Poder Judicial. Carrera promoción, * En caso de supervisión Judicial transferencia y de elementos externos, revocación esto ocurre a través de un transparentes. proceso ordinario. * Programas de actualización y capacitación obligatorios. 410 C Administración Interna * Procesos * La selección de apoyos * Hay un proceso para administrativos fijos. administrativos se da registrar antecedentes de * La asignación y gasto mediante un proceso mala conducta. del presupuesto es regulado y sin la * Se proporciona monitoriado y auditado. intervención de agentes información adecuada y * El personal autorizados previamente. oportuna sobre roles y administrativo es * La supervisión y auditoria responsabilidades de los profesional y su responde a las situación laboral es necesidades judiciales y transparente. no a la agenda de los funcionarios. administradores. D Recursos * El presupuesto del * Los salarios y su * Las cifras del poder judicial se ajusta distribución no pueden presupuesto y los sólo en relación con el afectarse por otra Rama resultados de auditorias gasto general del del Poder Público. están públicamente Estado o la demanda * Cuando las cargas que disponibles. de sus servicios. tiene que resolver el * La solicitud de más * El equipamiento es Judicial lo exceden, puede presupuesto para el suficiente y apropiado. obtener más recursos. judicial se hace * Los recursos se públicamente. asigna conforme a las * La solicitud de necesidades. infraestructura se hace públicamente. 411 *Hay procedimientos * Los otros Poderes * Se publican las reglas para la distribución y el Públicos tienen que acatar que sirven para el manejo de los casos, las disposiciones del procesamiento de casos. de manera ordenada y judicial y de no hacerlo * Las audiencias y equilibrada. estarán sometidas a sentencias son * Hay reglas para tomar acción legal. E disponibles al público. y juzgar las evidencias. * El Judicial es capaz de * La prensa puede * Los jueces pueden fijar sus reglas de comentar, sin temor, las eficientar el trabajo y operación. decisiones judiciales. Procesos medios para acelerar * Los servicios judiciales Judiciales los casos. están al alcance de la * Apelaciones y población, sin barreras controversias son geográficas, económicas resueltas por las o legales. Cortes. * El arreglo pre-judicial de controversias se promueve pero no se obliga. 412 * Hay un proceso * El acceso y manejo de la transparente de entrada profesión ocurre bajo a la profesión basado principalmente en la educación. F reglas claras. Barras está disponible al público. * Sanciones o exclusión de * Se publican las acciones la profesión se da según disciplinarias o * Existen leyes y las reglas del Judicial o de exclusiones de la Barra. códigos que rigen la las Barras. No intervienen ética en la conducta de agentes externos. Profesión Legal * La información de las los abogados. * Hay procesos fáciles para quejarse del * Es libre la posibilidad de comportamiento de los * La exclusión de la que haya Barras y que abogados. profesión se da con éstas dirijan sus reglas claras y actividades. posibilidad de apelación. 3.4.4. Régimen Disciplinario El desarrollo de la integridad comienza con valores y estándares claros. Sin embargo, mecanismos de apoyo deben, por un lado, comunicar e inculcar valores y estándares altos, monitorear el cumplimiento y dar reconocimiento a la conducta ética y, por otro, reportar, detectar y disciplinar las conductas indebidas. 413 En este sentido, a continuación se presentan algunos procedimientos que utilizan los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico para promover estándares altos y detectar las conductas indebidas347. Es necesario considerar que el ambiente general de la organización guarda un impacto sobre la práctica diaria de valores dentro del servicio público y crea estándares éticos. De esta manera, las políticas y prácticas de administración crean el marco en el cual se engloba el compromiso de una organización hacia los estándares éticos. Estos estándares aseguran el funcionamiento adecuado de los principios generales y valores esenciales del servicio público, tales como la imparcialidad, legalidad, transparencia, o dar razón de las mismas al garantizar de antemano las garantías e incentivos adecuados para la conducta ética. Con esto se busca asegurar la transparencia en la administración de justicia, sobre todo al establecer estándares para responder a solicitudes, requiriendo motivos para las decisiones administrativas y proporcionar alternativas de solución factibles a la ciudadanía o público en contra de las mismas decisiones. Se trata, pues, de evitar las situaciones de conflicto de intereses en el servicio 347 414 Es necesario señalar materialmente lo que se afirma de manera formal como conductas indebidas. Algunas de las conductas indebidas sancionables a los servidores públicos, incluyendo a los administradores de justicia son las siguientes: violación de confidencialidad, uso no autorizado de información confidencial, uso indebido de información personal, mala administración, abuso de instalaciones públicas, abuso de finanzas o de recursos públicos, negociación o tráfico de influencias, ejercicio de influencia a cambio de incentivos, limitaciones en trabajos externos y en el sector privado, falsas declaraciones para engañar a funcionarios, alteración o formulación de documentos oficiales y/o públicos falsos, prohibición de aceptación de obsequios o beneficios, fraude o interferencia electoral, interferencia o impedimento en la procuración de justicia o demás procesos públicos, restricción de actividades políticas, discriminación, rehusarse a cumplir con obligaciones legales, deserción del puesto, abandono de deberes, nepotismo, repetición de negligencias serias o negligencia de deberes oficiales, represalias en contra de personas que reportan conductas indebidas en el interés público, enriquecimiento ilícito. OCDE, Trust in government: ethics measures in OECD countries, op. cit., p. 53. público reportando situaciones donde se manifiesta tal situación. Además, es necesario enfocar la atención en áreas susceptibles a la corrupción a través del establecimiento de controles específicos sobre procedimientos de procuración pública en general348. Por ello, algunas medidas preventivas y de sanción permiten establecer un régimen disciplinario mínimo que permita evitar y prevenir la corrupción, y considera como punto de partida la esfera de los recursos humanos llegando hasta la capacitación de los servidores públicos en materia de ética. A) Recursos humanos La administración de recursos humanos juega un papel clave en la promoción de un ambiente ético, puesto que pone en vigencia valores esenciales al ejercer con profesionalismo, competencia y transparencia en las prácticas cotidianas. Así, la creación de reglas, lineamientos y políticas para los procedimientos de reclutamientos y promoción deben tener su fundamento en méritos dentro del servicio público. Además, establecer mecanismos para asegurar la apertura de procedimientos de selección al publicar estas reglas, lineamientos y políticas de reclutamiento, así como promocionar los puestos vacantes y monitorear los procesos de selección de los candidatos al ejercicio en la actividad pública. Por ello, se pueden tomar en cuenta las siguientes consideraciones éticas en el proceso de reclutamiento, a saber349: 348 Vale el ejemplo al considerar los distintos casos de corrupción dentro del ámbito político, pues la falta evidente de ciertas disposiciones anticorrupción específicas en contratos públicos, se permitió la participación de contratistas y proveedores en ofertas durante algún tiempo fuera del marco de la ley, omitiendo la evaluación de riesgos en áreas susceptibles a conductas indebidas. 349 Estas consideraciones en el proceso de reclutamiento de personal son guiadas bajo los lineamientos de la OCDE. OCDE, Trust in government: ethics measures in OECD countries, Op. cit., p. 55. 415 • Reclutamiento basado en méritos. • Apertura en la selección. • Reglas claras en la apertura de la selección y/o promoción. • Consideraciones éticas en el reclutamiento. • La investigación de los antecedentes de los candidatos a funcionarios, realizando inspecciones de seguridad para puestos administrativos de alto nivel350. • Investigación de antecedentes penales351. • La evaluación de los estándares éticos de los candidatos al servicio público a través de la entrevista y el periodo de prueba del candidato como parte de una evaluación integral de su capacidad para el puesto352. B) Medidas complementarias En áreas que requieren de una especial atención para mantener la justa administración como una alternativa viable, ya comúnmente utilizada pero no en todas las áreas de la administración e impartición de justicia, es la rotación frecuente del personal así como la no permanencia en el mismo puesto durante un periodo prolongado, así como la auditoria e inspección a modo de controles internos de los servidores públicos. De la misma forma se requiere una declaración más rigurosa de intereses financieros, propiedades, evaluación de riesgos e investigaciones de antecedentes de una manera más exhaustiva y, 350 Lo anterior se realiza con mucho éxito en Hungría, Estados Unidos y Austria. Ibid. 351 Se lleva a cabo en Polonia, México y Turquía. Ibid. 352 Se realiza en Australia, Japón, Noruega, Suiza y la República Checa. Ibid. 416 por lo mismo garante de transparencia en el ejercicio de la administración pública. Otra de las alternativas es la implantación de principios de presencia múltiple en la cual los administradores públicos no puedan tomar decisiones de manera individual, teniendo en consideración las necesidades y características específicas del cargo y de las exigencias particulares y de contexto. Así, la especial atención y los esfuerzos realizados permiten, en distintas áreas de la administración pública, no sólo la adopción de medidas concretas y eficaces para la prevención de corrupción, sino que también permite las condiciones necesarias y suficientes para que se exalte el ambiente ético en el servicio público mediante su testimonio, lo que coadyuvaría la división clara de autoridad entre la institución de administración central y los departamentos individuales del ejercicio público353. C) Capacitación ética La socialización profesional capacita a los servidores públicos a aplicar los valores esenciales en circunstancias concretas, lo cual requiere de mayor información sobre las expectativas de los estándares de conducta, así como la preparación y habilitación en la resolución de dilemas éticos. Por tal motivo, es necesario otorgar y suministrar una profunda capacitación sobre los asuntos éticos. Así, los cursos sobre información y capacitación para servidores públicos acerca de los asuntos éticos deberán ser voluntarios u obligatorios, 353 En este sentido, Estados Unidos de Norte América, por ejemplo, la oficina de ética en el gobierno expide la política de ética, de forma amplia y general, que regula al gobierno, mientras que las distintas agencias y departamentos individuales tienen la autoridad y la capacidad para expedir sus propios estándares complementarios para el personal específico que depende directamente de ellos. Ibid, p. 58. 417 dependiendo de la disposición de los servidores públicos, y deberá ser obligatoria, sólo y únicamente cuando una agencia identifique una necesidad específica, de la misma manera se propone que se realice para todos los servidores públicos que acceden al sistema de administración por vez primera354. D) Solución de problemas éticos Otra de las alternativas que contribuyen a la construcción de una óptima base de conciencia ética e integridad en el servicio público es la orientación, asesoría y consultoría que otorgue elementos orientadores para la solución de problemas de ética relacionadas con el trabajo. De tal manera que en la mayoría de los países miembros de la OCDE, las esferas con mayor responsabilidad y los directivos jerárquicos inmediatos son responsables de otorgar orientación, asesoría y consultoría a los servidores públicos para resolver dilemas éticos en el trabajo355. Sin embargo, y a pesar de la experiencia, los directivos jerárquicos inmediatos no son los proveedores exclusivos de tales servicios, sino que lo comparten con agencias y comunidades legales, funcionarios de integridad, comités de ética, 354 “El alcance de la capacitación ética varía mucho de un país a otro. Algunos países cuentan con un esquema general de capacitación, el cual incluye a todo el servicio público, mientras que otros sólo cuentan con programas específicos determinados por ministerios y agencias en particular. En el caso de esquemas generales de capacitación, la capacitación sobre asuntos de ética es por lo general obligatoria. Sin embargo, aun dentro de un esquema general de capacitación, los países varían en el alcance de aplicación de capacitación obligatoria, y pueden ir desde un objetivo general a grupos específicos. En Alemania e Italia, por ejemplo, la capacitación es obligatoria para todos los empleados del servicio público. En corea, esto aplica para todos los funcionarios, y en Grecia, para la mayoría de los servidores civiles. La capacitación de ética, por lo general, se requiere para todos los servidores públicos nuevos en países como Finlandia, Hungría, Luxemburgo y Estados Unidos”. Ibid. pp., 58-59. 355 Los países aludidos fueron Austria, Dinamarca, Italia, España, Portugal y Suecia, Canadá, la República Checa, Finlandia, Grecia, Islandia, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia y el Reino Unido. Ibid. p. 60. 418 agencias centrales o especiales o comisiones de ética pública o por personas dedicadas disponibles, de manera personal, por teléfono o correo electrónico, puesto que es necesario reconocer la ventaja y el beneficio potencial del uso de nueva tecnología para informar y capacitar a los administradores en asuntos de ética, pues la internet se ha convertido en una herramienta ampliamente utilizada. Por ello, y concientes de tal situación, han surgido instituciones que proveen códigos de prácticas en el servicio público y con no poca frecuencia han desarrollado sitios en la red, con información sobre leyes relevantes, documentos de orientación y otros recursos y materiales relacionados con programas de ética356. E) Declaración de patrimonio Actualmente todos los gobiernos buscan reducir al mínimo la posibilidad de conflictos entre los intereses privados y los deberes públicos, sobre todo de los titulares en los puestos públicos. Por ello, muchos de ellos establecen reglas claras y proveen más lineamientos para regular la conducta en relación con los conflictos de intereses. Sin embargo, es importante reconocer cuándo alguien tiene un interés personal en un proceso determinado. Pues el hecho de dar información sobre intereses privados hace la toma de decisiones más transparente al prevenir y detectar convergencias posibles entre intereses públicos y privados. El objetivo general de la política de declaración determina el modo y manera en que la información recopilada es utilizada, además de evitar el conflicto de 356 Son buenos ejemplos las siguientes páginas o sitios de internet: www.cabinetoffice.gov.uk/central/index/cse.htm; www.stategis.ic.gc.ca/SSG/oe00001e.htm; www.usoge.gov/usoge006.htm#games; www.EthicsLearn.com. 419 intereses y proveer orientación, o detectar enriquecimiento ilícito y contribuir con investigaciones y procedimientos disciplinarios357. Por eso, es necesaria la declaración patrimonial o de intereses de índole financiera en el ejercicio del servicio público sobre las propiedades y deudas, sobre la fuente y los niveles de ingresos, así como los obsequios, préstamos, empleos anteriores y otras materias que permitan tener en consideración, pues la creciente demanda de transparencia motivada por el cambiante entorno socioeconómico exige que los gobiernos revisen, adecuen y ajusten los mecanismos que garanticen las normas de conducta en el ejercicio de la administración pública y, prioritariamente de la justicia, de cuya impartición depende la estabilidad social, política y económica que permiten conformar las condiciones de desarrollo integral de las sociedades contemporáneas. 3.4.5. Consideraciones para Indicadores de Desempeño Judicial Los países miembros de la OCDE han desarrollados doce principios de administración, diseñados para ayudar a que los países analicen sus instituciones, sistemas y mecanismos, con el fin de promover la ética en el servicio público. Los principios identifican las funciones de orientación, administración o control contra los sistemas de administración de ética que pueden ser verificados. Estos principios consideran la experiencia de los países de la OCDE y reflejan puntos de vista compartidos sobre una administración de ética sólida. Los países miembros encontrarán su propia forma de equilibrar los diversos momentos pretendidos y obligatorios para llegar a un marco eficaz que se adecue a sus propias circunstancias. 357 420 Considero necesario señalar que la recomendación que la OCDE realiza en este rubro consiste en que “la información [de la declaración patrimonial o de intereses financieros] es exclusiva para uso oficial interno y permanece confidencial”. OCDE, Trust in government: ethics measures in OECD countries, op. cit., p. 65. Los principios pueden ser utilizados en todos los niveles nacionales y regionales del gobierno. Los líderes políticos pueden utilizarlos para analizar regímenes de administración de ética y evaluar el punto hasta que la ética es aplicada a todo el gobierno. Los principios están destinados a ser un instrumento que los países adapten a sus condiciones nacionales. No son suficientes en sí mismos, sino que deben ser considerados como una forma de integración de la administración ética en un ambiente de administración pública más amplio. 1. Los estándares éticos para el servicio público deben ser claros Los servidores públicos necesitan conocer los principios y estándares que se espera que apliquen estos servidores en su trabajo, así como saber dónde se localizan los límites de una conducta aceptable. Una declaración concisa, bien enunciada de estándares éticos elementales y principios que orienten el servicio público, por ejemplo, en la forma de un código de conducta, pueden lograr que los servidores públicos cumplan con estas expectativas al crear un entendimiento compartido en todo el gobierno y dentro de la comunidad. 2. Los estándares éticos deben reflejarse en el marco legal El marco legal es la base de la comunicación de los estándares obligatorios mínimos y los principios de conducta para cada servidor público. Las leyes y los reglamentos pueden establecer los valores fundamentales del servicio público y deben prever el marco para la orientación, investigación, acción disciplinaria y enjuiciamiento. 3. La orientación ética deben estar disponible para todos los servidores públicos La socialización profesional debe contribuir al desarrollo de juicio y habilidades que hagan posible que el servidor público aplique principios públicos en circunstancias concretas. La capacitación facilita la toma de conciencia sobre 421 ética y pueden desarrollar habilidades esenciales para el análisis de ética y el razonamiento moral. La asesoría imparcial ayuda a crear un ambiente donde los servidores públicos están más dispuestos a enfrentar y resolver tensiones y problemas éticos. Se deben poner a disposición de los servidores mecanismos de consulta interna y orientación, con el fin de que puedan aplicar estándares éticos básicos en el lugar de trabajo. 4. Los servidores públicos deben conocer sus derechos y obligaciones al exponer conductas indebidas Los servidores públicos necesitan conocer sus derechos y obligaciones, en lo que refiere a la exposición de conductas indebidas, que sean reales o supuestas, dentro del servicio público. Estos deben incluir reglas y procedimientos claros que los funcionarios deben seguir, así como una cadena formal de responsabilidad. Los servidores públicos también necesitan saber qué tipo de protección puede brindárseles en caso de exposición de conductas indebidas. 5. El compromiso político hacia la ética debe reforzar la conducta ética de los servidores públicos Los líderes políticos son responsables de mantener un estándar alto de decencia en el desempeño de sus deberes oficiales. Su compromiso se demuestra mediante el ejemplo y el asumir acciones que sólo estén disponibles en el nivel público, por ejemplo, la creación de convenios legislativos e institucionales que refuercen la conducta ética y originen sanciones en contra de conductas indebidas, ofrecer apoyo y recursos adecuados para actividades relacionadas con ética en todo el gobierno y prevención de la explotación de reglas y leyes de ética para propósitos políticos. 6. El proceso de toma de decisiones de ser transparente y abierto al escrutinio 422 El público tiene derecho a saber la forma en que las instituciones públicas aplican el poder y los recursos que se les encomiendan. El escrutinio público debe ser facilitado mediante procesos transparentes y democráticos, los cuales deben ser supervisados por la legislatura y accesibles para la información pública. La transparencia debe ser intensificada por medidas como sistemas de declaración y el reconocimiento del papel de medios activos e independientes. 7. Debe haber lineamientos claros para la interacción entre los sectores público y privado Reglas claras que definan los estándares éticos deben guiar la conducta de servidores públicos en el trato con el sector privado, por ejemplo, en relación con la procuración pública, fuentes externas o condiciones de empleo público. El incremento de interacción entre los sectores público y privado exige que se dé mayor atención a los valores públicos y requieren que los participantes externos respeten esos mismos valores. 8. Los administradores deben demostrar y promover la conducta ética Se recomienda un ambiente organizacional donde se fomenten estándares altos de conducta dando incentivos adecuados a la conducta ética, tales como condiciones adecuadas de trabajo y evaluación efectiva del desempeño. Este ambiente tiene un impacto directo en la práctica diaria de valores del servicio público y estándares éticos. Los administradores tienen un papel importante al respecto, ya que tienen que proveer un liderazgo consistente y servir como modelos de ética y conducta en su relación profesional con líderes políticos, otros servidores públicos y ciudadanos. 9. Los procedimientos, políticas y prácticas deben promover la conducta ética 423 Las políticas y prácticas administrativas deben mostrar compromiso de la organización hacia estándares éticos. No es suficiente para los gobiernos el contar sólo con estructuras basadas en reglas o en cumplimiento. Los sistemas de cumplimiento, por sí solos, pueden alentar, de manera inadvertida, a que algunos servidores públicos se desempeñen en el límite de la conducta indebida, argumentando que si no están violando la ley, están actuando en forma ética. La política de gobierno no sólo debe delinear los estándares mínimos debajo de los que no se han de tolerar las acciones de funcionarios gubernamentales, sino también articular claramente un conjunto de valores del servicio a los que los empleados deben aspirar. 10. Las condiciones del servicio público y la administración de recursos humanos debe promover la conducta ética. Las condiciones de empleo del servicio público, como perspectivas profesionales, desarrollo profesional, remuneración y políticas de recursos humanos adecuadas, deben crear un ambiente que conduce a la conducta ética. El uso consistente de principios básicos, como méritos, en el proceso diario de reclutamiento y promoción, ayuda a mantener la integridad en el servicio público. 11. Los mecanismos adecuados de responsabilidad deben encontrarse dentro del servicio público. Los servidores públicos deben dar cuenta de sus acciones a sus superiores y, de manera más amplia, al público. La responsabilidad se enfoca tanto en el cumplimiento con reglas y principios éticos como en el logro de resultados. Los mecanismos de responsabilidades pueden ser internos en una agencia o en todo el gobierno, o pueden ser provistos por la sociedad civil. Los mecanismos que promueven responsabilidad pueden ser diseñados para ofrecer controles 424 adecuados, al mismo tiempo que permitan una administración flexible adecuada. 12. Deben existir procedimientos y sanciones adecuados para el manejo de conductas indebidas. Los mecanismos para la detección e investigación de conductas indebidas, como la corrupción, son una parte necesaria de una infraestructura de ética. Se necesita contar con procedimientos y recursos confiables para monitorear, reportar e investigar violaciones de reglas en el servicio público, así como sanciones administrativas o disciplinarias proporcionadas para desalentar las conductas indebidas. Los administradores deben ejercer un juicio adecuado al utilizar estos mecanismos cuando necesiten adoptar acciones. 3.4.6. Propuesta para la aplicación de un Sistema Complementario de estímulos económicos para jueces de Distrito y magistrados de Circuito En relación con las facultades materialmente legislativas del Consejo de la Judicatura Federal, el Doctor en Derecho Héctor Fix-Zamudio, manifiesta que éste “posee amplias facultades para emitir reglamentos en materia administrativa, de carrera judicial, de escalafón y de régimen disciplinario, así como acuerdos generales y otras normas que sean necesarias para su propio funcionamiento y el de sus órganos auxiliares. Como se ha dicho anteriormente, el artículo 100 constitucional sólo confiere al Consejo la atribución de expedir acuerdos generales para el adecuado ejercicio de sus funciones según lo establezca la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, estableciendo esta en su artículo 81, fracción II, la facultad de expedir los reglamentos interiores, sobre las materias mencionadas, además de que en numerosos preceptos confiere al Consejo, el poder de expedir acuerdos generales y las disposiciones necesarias para regular sus actividades. Estas atribuciones que tienen claramente un carácter legislativo desde el punto de 425 vista material, y en la forma tan amplia como fueron otorgadas, constituyen un paso adelante en la autonomía e independencia del Poder Judicial de la Federación, ya que previo a las reformas de 1994, se concedía de manera muy limitada a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la facultad de dictar su reglamento interno, lo que hizo en pocas ocasiones, pero se veía con desconfianza la posibilidad de que pudiera dictar acuerdos generales, no obstante que la tradición colonial de los autos acordados, que expedían con frecuencia las audiencias americanas y que se han conservado en otras cortes o tribunales supremos en América Latina358. En este orden de ideas, cabe recordar que por decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación, del treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro, veintidós de agosto de mil novecientos noventa y seis, y once de junio de mil novecientos noventa y nueve, se reformaron, entre otros, los artículos 94, 99 y 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, modificaron la estructura y competencia del Poder Judicial de la Federación, estableciéndose en estos así como en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación en su artículos 68 y 81 fracciones II y XIII, que el Consejo de la Judicatura Federal es el órgano encargado de la administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral, con independencia técnica, de gestión y para emitir acuerdos generales que permitan el adecuado ejercicio de sus funciones, y al cual corresponde elaborar el Presupuesto de Egresos del Poder Judicial de la Federación, con las excepciones antes señaladas. Siendo dichos preceptos el fundamento legal de 358 426 FIX-ZAMUDIO, Héctor. Breves reflexiones sobre el Consejo de la Judicatura. Ed. UNAM. México, 1997. Pp. 76-77. las atribuciones de carácter legislativo del Poder Judicial de la Federación, toda vez que los acuerdos generales, tienen el rango de leyes en el sentido material. Ahora bien, la calidad de magistrados de Circuito y jueces de Distrito como integrantes del Poder Judicial de la Federación, proviene de la relación jurídicoadministrativa y laboral que mantienen con él y que les es propia. En el ámbito jurídico-administrativo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, les confieren la calidad de titulares de órganos jurisdiccionales, mediante los cuales el Poder Judicial de la Federación ejerce su función primordial, y cuentan junto con otros funcionarios judiciales, con un estatuto propio de carrera judicial, vigilancia, disciplina, supervisión y control; mientras que en el ámbito laboral, están sujetos genéricamente a los derechos y obligaciones de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado y de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, pero mantienen una diferencia trascendente: su relación jurídico-laboral es muy singular, porque si bien prestan un servicio personal remunerado y por nombramiento, esta relación no es de subordinación, sino de coordinación, con el fin de salvaguardar la independencia e imparcialidad judicial, condiciones que establece la propia Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; por lo que se propone establecer un sistema complementario de estímulos económicos para magistrados de Circuito y jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación, en reconocimiento a la función judicial que realizan. Estableciéndose un estímulo riesgo, tomando en consideración que dichos juzgadores, en el desempeño de sus funciones puede sufrir algún tipo de afectación, en su integridad física, moral o patrimonial, por causas asociadas a su actividad jurisdiccional; y otra por desempeño, que consistiría en una suma adicional al salario vigente mensual que perciben, calculada sobre la base de 427 un cociente de rezago y un cociente de revocación, que reporte durante el desempeño anual de sus funciones. Al respecto, el artículo 111 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, establece la posibilidad de crear un sistema de estímulos, entre otros de carácter económico, para los servidores públicos desde nivel Actuario, hasta Magistrado de Circuito, debiendo para ello, tomar en cuenta el desempeño en el ejercicio de su función, los cursos realizados dentro del Instituto de la Judicatura, la antigüedad, el grado académico, y los demás que el propio Consejo Estime necesarios, aclarando que dicho estímulo estaría condicionado a la disponibilidad presupuestal, debiendo regularse mediante disposiciones generales. Por su parte, entre las disposiciones contenidas en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2005, en su artículo 43, establece que el Poder Judicial de la Federación podrá otorgar estímulos, incentivos y reconocimientos, o ejercer gastos equivalentes a los mismos, en los términos del artículo 40 y 41 del mismo decreto. En este sentido, los artículos 40 y 41 antes referidos, establecen la posibilidad de que en aquellos puestos de personal civil, cuyo desempeño ponga en riesgo la seguridad del servidor público, podrá otorgarse un pago por riesgo de hasta el treinta por ciento sobre la percepción ordinaria bruta mensual, así como que con el fin de promover un desempeño colectivo se podrá autorizar el otorgamiento de un estímulo anual por cumplimiento de metas institucionales, a los servidores públicos de mando contemplados en la Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal, y para el resto de los servidores públicos, se otorgará conforme a la Ley de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles. 428 En este orden de ideas, y en el ámbito del Poder Judicial de la Federación, podrá otorgarlos, en términos de los artículos 40 y 43 ya señalados, sujetándose dada su autonomía a sus acuerdos respectivos, cubriéndose estos con cargo a ahorros que genere en su presupuesto el Poder Judicial de la Federación, para racionalizar el gasto destinado a actividades administrativas. Tomando en cuenta las ya citadas obligaciones financieras a cargo del Poder Judicial de la Federación, el Consejo de la Judicatura Federal, deberá establecer un manual de percepciones, en el que se determinen los salarios, prestaciones y demás ingresos adicionales a los que tienen derecho los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, a fin de mantener la equidad y transparencia en las remuneraciones, y al formar parte integrante del Poder Judicial de la Federación, deben estar sujetos a un sistema equitativo, preferencial y diferenciado de estímulos económicos, considerando la alta responsabilidad pública inherente a la función jurisdiccional, la cual merece ser fortalecida. Cabe señalar, que los estímulos económicos que se proponen, constituyen una retribución diferente al salario, y se establecen como un reconocimiento para aquellos magistrados de Circuito y jueces de Distrito que se distinguen por su ética, honestidad, profesionalismo y eficiencia. Además, son un instrumento que, traducido en una estructura de incentivos, puede fomentar el mejoramiento en la calidad de la impartición de justicia. Dadas las características de la actividad jurisdiccional, los estímulos económicos deben tomar en cuenta algunos rubros, tales como el riesgo y el desempeño, de manera tal, que compensen el riesgo inherente a la función judicial, y con ello salvaguarden la independencia e imparcialidad de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, así como premien el buen desempeño, y con ello incentiven una mejor gestión judicial. 429 De tal suerte, el estímulo por riesgo, debe ser considerado a partir de la experiencia del Poder Judicial de la Federación, la cual muestra, que han acontecido eventos que vulneran la integridad de magistrados de Circuito y jueces de Distrito, así como determinadas materias procesales, ciertas zonas geográficas del país, o procesos judiciales específicos, que les implican un riesgo en la integridad física, moral o patrimonial, y que puede llevar a afectar la independencia e imparcialidad de los integrantes del Poder Judicial de la Federación, y la autonomía de los órganos jurisdiccionales. Por lo que al estímulo por desempeño se refiere, cabe señalar que un desempeño judicial de mayor calidad en menor tiempo, repercute en un ahorro de recursos y en una impartición de justicia más eficiente, eficaz, pronta y expedita, completa e imparcial, y del análisis comparado entre distintos indicadores de desempeño utilizados para medir la calidad de la gestión judicial, se puede identificar que una de las mejores formas para evaluar el desempeño judicial, dadas las facilidades de implementación, es por medio del cociente de rezago y el cociente de revocación; siendo el primero, un indicador que mide la proporción de asuntos pendientes de resolver del total de asuntos ingresados a un órgano jurisdiccional; y el segundo, un indicador que mide la proporción de sentencias dictadas por un órgano jurisdiccional, que son revocadas por una instancia judicial superior; ambos, en un periodo determinado de tiempo. En este orden de ideas, y a manera de comentario, de la información estadística proveniente de los Informes de Labores de la Suprema Corte de Justicia de los años correspondientes a dos mil, dos mil uno y dos mil dos, es posible observar que, un porcentaje considerable de los órganos jurisdiccionales federales, reportaron en esos años tasas de rezago de un uno a un siete por ciento, por lo que los indicadores de desempeño deben establecer un parámetro que incorpore esta información y establezca niveles de rezago y revocación eficientes y óptimos. 430 En el Libro Blanco de la Reforma Judicial aparecen dos conclusiones que sustentan y fortalecen nuestra propuesta:359 • Acción 11. Judicial: Incorporar la Planeación Estratégica en el Gobierno Los órganos de gobierno judicial tendrán que utilizar instrumentos adecuados de planeación estratégica, particularmente el uso de herramientas de información y evaluación del desempeño. • Acción 24. Crear un Sistema Nacional de Información y Evaluación del Desempeño: No existen parámetros claros para la medición del desempeño judicial. Resulta necesario iniciar las acciones necesarias de corto plazo para diseñar un sistema de evaluación del desempeño judicial, que considere tanto aspectos cuantitativos como cualitativos. Este sistema, para ser realmente significativo, debería tener alcances nacionales. En consecuencia, con fundamento en las disposiciones constitucionales y legales citadas, el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal propone el siguiente: 359 Op. Cit. P.p. 396, 397, 404 y 405. 431 3.4.7. Anteproyecto de Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se establece el Sistema Complementario de estímulos económicos, para jueces de Distrito y magistrados de Circuito del Poder Judicial de la Federación CONSIDERANDO PRIMERO.- Que por decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro, veintidós de agosto de mil novecientos noventa y seis, y once de junio de mil novecientos noventa y nueve, se reformaron, entre otros, los artículos 94, 99 y 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, modificando la estructura y competencia del Poder Judicial de la Federación; SEGUNDO.- Que de conformidad con lo dispuesto por los artículos 94, párrafo segundo, y 100, párrafos primero, octavo y décimo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y 68 y 81, fracciones II y XIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, el Consejo de la Judicatura Federal es el órgano encargado de la administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral, con independencia técnica, de gestión y para emitir acuerdos generales que permitan el adecuado ejercicio de sus funciones, y al cual corresponde elaborar el Presupuesto de Egresos del Poder Judicial de la Federación, con las excepciones antes señaladas; TERCERO.- Que la calidad de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito como integrantes del Poder Judicial de la Federación, proviene de la relación jurídico-administrativa y laboral que mantienen con él y que les es propia. En el ámbito jurídico-administrativo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, les confieren 432 la calidad de titulares de órganos jurisdiccionales, mediante los cuales el Poder Judicial de la Federación ejerce su función primordial, y cuentan junto con otros funcionarios judiciales, con un estatuto propio de carrera judicial, vigilancia, disciplina, supervisión y control; mientras que en el ámbito laboral, están sujetos genéricamente a los derechos y obligaciones de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado y de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, pero mantienen una diferencia trascendente: su relación jurídico-laboral es muy singular, porque si bien prestan un servicio personal remunerado y por nombramiento, esta relación no es de subordinación, sino de coordinación, con el fin de salvaguardar la independencia e imparcialidad judicial, condiciones que establece la propia Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; por lo que resulta procedente establecer un sistema complementario de estímulos económicos para magistrados de Circuito y jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación; CUARTO.- Que corresponde al Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, según lo dispuesto en el artículo 111 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, establecer, de acuerdo con su presupuesto y mediante disposiciones generales, un sistema complementario de estímulos económicos para magistrados de Circuito y jueces de Distrito, donde se podrá tomar en cuenta el desempeño en el ejercicio de la función; QUINTO.- Que entre las disposiciones contenidas en el Presupuesto de Egresos de la Federación, en su artículo 43 se señala la facultad del Poder Judicial de la Federación para establecer un manual de percepciones que determine los salarios, prestaciones y demás ingresos adicionales a los que tienen derecho los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, los cuales han mantenido la equidad y transparencia en las remuneraciones, y al formar parte integrante del Poder Judicial de la Federación, deben estar sujetos a un sistema 433 equitativo, preferencial y diferenciado de estímulos económicos, considerando la alta responsabilidad pública inherente a la función jurisdiccional, la cual merece ser fortalecida; SEXTO.- Que los estímulos económicos constituyen una retribución diferente al salario, y se establecen como un reconocimiento para aquellos magistrados de Circuito y jueces de Distrito que se distinguen por su ética, honestidad, profesionalismo y eficiencia. Además, son un instrumento que, traducido en una estructura de incentivos, puede fomentar el mejoramiento en la calidad de la impartición de justicia. Dadas las características de la actividad jurisdiccional, los estímulos económicos deben tomar en cuenta algunos rubros, tales como el riesgo y el desempeño, de manera tal, que compensen el riesgo inherente a la función judicial, y con ello salvaguarden la independencia e imparcialidad de los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, así como premien el buen desempeño, y con ello incentiven una mejor gestión judicial; SÉPTIMO.- Que el estímulo por riesgo, debe ser considerado a partir de la experiencia del Poder Judicial de la Federación, la cual muestra, que han acontecido eventos que vulneran la integridad de magistrados de Circuito y jueces de Distrito, así como determinadas materias procesales, ciertas zonas geográficas del país, o procesos judiciales específicos, que les implican un riesgo en la integridad física, moral o patrimonial, y que puede llevar a afectar la independencia e imparcialidad de los integrantes del Poder Judicial de la Federación, y la autonomía de los órganos jurisdiccionales; OCTAVO.- Que un desempeño judicial de mayor calidad en menor tiempo, repercute en un ahorro de recursos y en una impartición de justicia más eficiente, eficaz, pronta y expedita, completa e imparcial. NOVENO.- Que del análisis comparado entre distintos indicadores de desempeño utilizados para medir la calidad de la gestión judicial, se puede 434 identificar que una de las mejores formas para evaluar el desempeño judicial, dadas las facilidades de implementación, es por medio del cociente de rezago y el cociente de revocación; siendo el primero, un indicador que mide la proporción de asuntos pendientes de resolver del total de asuntos ingresados a un órgano jurisdiccional; y el segundo, un indicador que mide la proporción de sentencias dictadas por un órgano jurisdiccional, que son revocadas por una instancia judicial superior; ambos, en un periodo determinado de tiempo; DÉCIMO.- Que de la información estadística proveniente de los Informes de Labores de la Suprema Corte de Justicia de los años correspondientes a dos mil, dos mil uno y dos mil dos, es posible observar que, un porcentaje considerable de los órganos jurisdiccionales federales, reportaron en esos años tasas de rezago de un uno a un siete por ciento, por lo que los indicadores de desempeño deben establecer un parámetro que incorpore esta información y establezca niveles de rezago y revocación eficientes y óptimos; DÉCIMO PRIMERO.- Que debido a los requerimientos de financiamiento de los estímulos económicos, se hace necesario un mecanismo con sustentabilidad y diversificación financiera, que permita garantizar y ampliar su cobertura; En consecuencia, con fundamento en las disposiciones constitucionales y legales citadas, el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal expide el siguiente: 435 ACUERDO CAPÍTULO PRIMERO DISPOSICIONES GENERALES Artículo 1º.- DEL OBJETO. El presente acuerdo tiene por objeto regular los estímulos económicos para los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, como reconocimiento a su calidad de integrantes del Poder Judicial de la Federación, al desempeño de las funciones que vienen desarrollando y a la alta responsabilidad que ello implica, así como determinar la forma, monto, plazos y demás supuestos que regularán el otorgamiento de dichos estímulos, y establecer su fuente de financiamiento. Artículo 2º.- DEL GLOSARIO DE TÉRMINOS. Para los efectos de este acuerdo, se entenderá por: Acuerdo: El Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se establece el sistema de estímulos económicos, para Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación; Administración: La Secretaría Ejecutiva de Administración del Consejo de la Judicatura Federal; Carrera Judicial, Adscripción y Nuevos Órganos: La Secretaría Ejecutiva de Carrera Judicial, Adscripción y Nuevos Órganos; Comisión: La Comisión de Administración del Consejo de la Judicatura Federal; Comité: El Comité de operación del sistema de estímulos económicos para Jueces y Magistrados del Poder Judicial de la Federación; Consejo: El Consejo de la Judicatura Federal; 436 Disciplina: La Secretaría Ejecutiva de Disciplina del Consejo de la Judicatura Federal; Finanzas: La Secretaría Ejecutiva de Finanzas del Consejo de la Judicatura Federal; Jueces: Los jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación; Jurídico: La Dirección General de Asuntos Jurídicos del Consejo de la Judicatura Federal; Magistrados: Los magistrados de Circuito del Poder Judicial de la Federación; Poder Judicial: El Poder Judicial de la Federación; Salario vigente: La percepción ordinaria neta mensual consistente en el sueldo base más la compensación garantizada, sin considerar ningún tipo de percepción extraordinaria; Vigilancia, Información y Evaluación: La Secretaría Ejecutiva de Vigilancia, Información y Evaluación del Consejo de la Judicatura Federal. Artículo 3º.- DE LA COMPOSICIÓN DEL SISTEMA DE ESTÍMULOS ECONÓMICOS. El sistema de estímulos económicos para Magistrados y Jueces, consistirá en un estímulo por riesgo y uno por desempeño, los cuales serán determinados y otorgados de conformidad a los procedimientos establecidos en el presente Acuerdo. Artículo 4º.- DE LA COMPLEMENTARIEDAD DE LOS ESTÍMULOS ECONÓMICOS. Los estímulos económicos establecidos en el presente Acuerdo a favor de Magistrados y Jueces, se otorgarán sin menoscabo de otras prestaciones derivadas del ejercicio de su encargo a las que tienen derecho. Artículo 5º.- DE LA INSTANCIA COMPETENTE PARA HACER CUMPLIR LA NORMATIVIDAD DEL ACUERDO. La Comisión será la encargada de hacer 437 cumplir las disposiciones del presente Acuerdo; así como de interpretarlo en el orden administrativo, con la opinión del Jurídico en el ámbito de sus atribuciones. Artículo 6º.- DE LA OPERACIÓN DEL SISTEMA DE ESTÍMULOS ECONÓMICOS. La operación del sistema de estímulos económicos, estará a cargo del Comité, al que se le otorgan las atribuciones establecidas en el presente Acuerdo, sin perjuicio de que la Comisión las ejerza de manera directa en cualquier momento. Artículo 7º.- DE LAS SECRETARÍAS EJECUTIVAS. Las Secretarías Ejecutivas de Administración; Carrera Judicial, Adscripción y Nuevos Órganos; Disciplina; Finanzas; Vigilancia, Información y Evaluación; de conformidad con lo dispuesto por el artículo 70 fracción III del Acuerdo General número 48/1998 y, según lo establecido en los Acuerdos Generales 26/1999 y 5/2000, deberán proporcionar, en el ámbito de sus respectivas atribuciones, la información, colaboración y apoyo, que les sean solicitado por el Comité, para el cabal cumplimiento del presente Acuerdo, en los términos que el mismo establece. Artículo 8º.- DEL COMPLEMENTARIO. CONTROL Y VIGILANCIA DEL SISTEMA El control y vigilancia presupuestal de los estímulos económicos, en el ámbito de sus respectivas competencias y atribuciones corresponderá a Finanzas, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 24 y 25 del Acuerdo General número 5/2000; y a la Contraloría del Poder Judicial de la Federación, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 103 y 104 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, el artículo 94 del Acuerdo General número 48/1998, y demás disposiciones legales aplicables. Artículo 9º.- DE LAS OBLIGACIONES FISCALES. Los estímulos económicos, estarán sujetos a las disposiciones fiscales vigentes, siendo obligación del Consejo llevar a cabo las retenciones correspondientes, así como 438 ejercer y cumplir con las demás facultades y obligaciones fiscales a que hubiere lugar. CAPÍTULO SEGUNDO DEL COMITÉ DE OPERACIÓN Artículo 10.- DE LA INTEGRACIÓN DEL COMITÉ. El Comité estará integrado en los siguientes términos: Presidente: El Secretario Ejecutivo de Administración; Vocales: El Secretario Ejecutivo de Finanzas; el Secretario Ejecutivo de Vigilancia, Información y Evaluación; el Director General de Asuntos Jurídicos; el Director General de Recursos Humanos; Los citados integrantes tendrá derecho a voz y voto durantes las sesiones. Artículo 11.- DE LAS ATRIBUCIONES DEL COMITÉ. El Comité tendrá las siguientes atribuciones: I. Interpretar en el orden administrativo el presente Acuerdo; II. Requerir la información correspondiente para el otorgamiento de los estímulos por riesgo y desempeño; III. Proponer a los Magistrados y Jueces con derecho a percibir los estímulos por riesgo y desempeño; IV. Elaborar la lista de Magistrados y Jueces para el otorgamiento del estímulo por riesgo; V. Evaluar la procedencia de las solicitudes para el estímulo por riesgo en procesos judiciales específicos; VI. Emitir la convocatoria de inscripción al padrón de estímulo por desempeño; 439 VII. Elaborar el padrón de Magistrados y Jueces para el otorgamiento del estímulo por desempeño; y VIII. Las demás que le sean encomendadas por la Comisión. Artículo 12.- DE LAS FUNCIONES DEL PRESIDENTE. El Presidente del Comité tendrá las funciones siguientes: I. Dirigir y moderar los debates durantes las sesiones y emitir en caso de empate, voto de calidad sobre los asuntos puestos a consideración del Comité; II. Verificar que el desarrollo de las sesiones del Comité se realice de acuerdo con los lineamientos de integración y funcionamiento del mismo; III. Representar al Comité para el desahogo de los asuntos de su competencia; IV. Autorizar el orden del día de las sesiones a celebrar; V. Vigilar el correcto funcionamiento del Comité; VI. Cumplir y hacer cumplir las disposiciones establecidas en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, el presente Acuerdo y demás ordenamientos aplicables de la materia; y VII. Las demás que le sean encomendadas por la Comisión. Artículo 13.- DE LAS FUNCIONES DE LOS VOCALES. Los Vocales del Comité tendrán las funciones siguientes: I. Asistir a las sesiones que convoque el Comité; II. Analizar el orden del día y los documentos sobre los asuntos a tratar; 440 III. Dar su opinión y votar sobre los asuntos a tratar en la sesión correspondiente; IV. Remitir al Secretario del Comité, con tres días hábiles antes de la sesión los documentos de los asuntos que deseen someter a la consideración del Comité; V. Verificar que el desarrollo de las sesiones del Comité se realice de acuerdo con los lineamientos de integración y funcionamiento del Comité; VI. Cumplir y hacer cumplir las disposiciones establecidas en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, el presente Acuerdo y demás ordenamientos aplicables de la materia; y VII. Las demás que le sean encomendadas por el Presidente del Comité. Artículo 14.- DE LAS FUNCIONES DEL SECRETARIO. El Comité se auxiliará en lo administrativo por un Secretario, que será un Secretario Técnico designado por el Secretario Ejecutivo de Administración, quien se encargará de lo siguiente: I. Convocar a las reuniones del Comité; II. Preparar y presentar el orden del día de la sesión, así como los listados de los asuntos que se tratarán, incluyendo los documentos necesarios y los apoyos que se requieran, de lo cual remitirá copia a cada integrante del Comité; III. Pasar lista de asistencia para determinar si existe quórum en la sesión a celebrarse; IV. Suscribir los oficios cuya expedición haya acorado el Comité; 441 V. Elaborar las actas de las sesiones para la aprobación del Comité e integración en el expediente respectivo; VI. Cuidar que se registren los acuerdos del Comité y vigilar que se cumplan; VII. Vigilar que el archivo de los documentos analizados por el Comité este completo y se mantenga actualizado, cuidando su conservación por el tiempo mínimo que marca la ley; VIII. Vigilar que cada asunto aprobado por el Comité este respaldado con la firma de los miembros asistentes a la sesión celebrada; IX. Cumplir y hacer cumplir las disposiciones establecidas en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, el presente Acuerdo y demás ordenamientos aplicables de la materia; y X. Las demás que le sean encomendadas por el Comité. Artículo 15.- DEL FUNCIONAMIENTO DEL COMITÉ. Las sesiones del Comité se celebraran de la manera siguiente: I. Tendrán lugar siempre que sea necesario considerando los términos y plazos establecidos en el presente Acuerdo; II. Las decisiones se tomarán por unanimidad o por mayoría de votos; III. Para que se realicen las sesiones será necesaria la presencia del Presidente y dos Vocales; IV. En casos de ausencia del Presidente del Comité, éste podrá ser sustituido por el Secretario Ejecutivo de Vigilancia, Información y Evaluación; 442 V. La convocatoria se notificará a los miembros del Comité con un día hábil de anticipación, adjuntando también el orden del día y la documentación correspondiente; VI. De cada sesión se levantará un acta con los acuerdos tomados, la cual será suscrita por los integrantes asistentes; VII. El Comité presentará los informes requeridos sobre los asuntos tratados y de los que tenga conocimiento con motivo de su ámbito de competencia a la Comisión; y VIII. Deberá incluirse en el orden del día un apartado correspondiente al seguimiento de acuerdos emitidos en las reuniones anteriores. En el punto correspondiente a asuntos generales podrán incluirse los de carácter informativo. CAPÍTULO TERCERO ESTÍMULO POR RIESGO Artículo 16.- DEL ESTÍMULO POR RIESGO PARA MAGISTRADOS Y JUECES. El estímulo por riesgo consistirá en una suma adicional al salario vigente mensual percibido por el Magistrado o Juez, que en el desempeño de sus funciones, pueda sufrir de algún tipo de afectación probable, en su integridad física, moral o patrimonial, por causas asociadas a su actividad jurisdiccional, en función de la naturaleza de los asuntos tramitados o a las características propias del Circuito. Artículo 17.- DEL OTORGAMIENTO DEL ESTÍMULO POR RIESGO. El Comité, de conformidad con la información que para tal efecto le proporcione Administración; Carrera Judicial, Adscripción y Nuevos Órganos; y Vigilancia, Información y Evaluación; propondrá anualmente los Magistrados y Jueces que 443 tienen derecho a percibir el estímulo por riesgo, cuyo otorgamiento se sujetará a los siguientes supuestos: I. Materia procesal: Que el órgano jurisdiccional conozca de asuntos en materia penal; II. Zona geográfica: Que el órgano jurisdiccional esté radicado en zonas geográficas consideradas de alto riesgo, en función de las condiciones de seguridad, delincuencia y crimen organizado, prevalecientes en la localidad, de conformidad con los estudios estadísticos que realiza Carrera Judicial, Adscripción y Nuevos Órganos, y con los reportes que presenta el Sistema Integral de Seguimientos de Expedientes; y, III. Riesgo fundado: Que el Magistrado o Juez pueda sufrir algún tipo de afectación probable, en su integridad física, moral o patrimonial. Artículo 18.- DEL ESTÍMULO POR RIESGO EN PROCESOS JUDICIALES ESPECÍFICOS. La Comisión, tiene la facultad de otorgar, de manera excepcional, un estímulo por riesgo para aquellos Magistrados o Jueces que, con independencia de los supuestos establecidos en el artículo anterior, conozcan de un proceso judicial específico que, en su consideración, pueda significarles algún tipo de afectación probable, en su integridad física, moral o patrimonial. Artículo 19.- DEL MONTO DEL ESTÍMULO POR RIESGO. El estímulo por riesgo consistirá en un 30 por ciento adicional al salario vigente mensual percibido por el Magistrado o Juez. Artículo 20.- DEL PROCEDIMIENTO DE OTORGAMIENTO DEL ESTÍMULO POR RIESGO. Para el otorgamiento del estímulo por riesgo, se seguirá el siguiente procedimiento: 444 I. El Comité, durante el segundo semestre de cada año, requerirá a las Secretarías Ejecutivas correspondientes, de conformidad con el artículo 17 de este Acuerdo, la información necesaria para determinar aquellos Magistrados y Jueces que tienen derecho a percibir el estímulo por riesgo; II. Durante la segunda quincena del mes de octubre, el Comité deberá presentar a la Comisión, la lista de los Magistrados y Jueces con derecho a percibir el estímulo por riesgo, para su discusión, y en su caso, aprobación; y III. Aprobada la lista por la Comisión, los beneficiados con el estímulo por riesgo, serán notificados por los medios correspondientes, y la lista será publicada en el Semanario Judicial de la Federación, durante la segunda quincena de noviembre. Artículo 21.- DEL PROCEDIMIENTO DE OTORGAMIENTO DEL ESTÍMULO POR RIESGO EN PROCESOS JUDICIALES ESPECÍFICOS. El estímulo por riesgo en procesos judiciales específicos, será otorgado conforme al siguiente procedimiento: I. Corresponderá al titular del órgano jurisdiccional que conoce del caso, hacer la solicitud correspondiente por escrito al Comité, de forma fundada y motivada; II. Tratándose de los Tribunales Colegiados de Circuito, la solicitud deberá hacerse por medio de su presidente, de conformidad con lo establecido en el artículo 41 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; III. En la solicitud se deberá demostrar la excepcionalidad y el riesgo del caso, aportando para ello la documentación que fuere necesaria, con las reservas de ley a que hubiere lugar; 445 IV. La solicitud deberá presentarse ante el Comité, desde el momento en que se tenga conocimiento de un proceso judicial que, en opinión del Magistrado o Juez, implique algún tipo de riesgo asociado al desempeño de sus funciones; V. Presentada la solicitud, el Comité evaluará su procedencia, y en su caso, podrá solicitar a Vigilancia, Información y Evaluación, la comprobación de los hechos que la motivan; VI. El Comité, una vez analizada la solicitud, y en un plazo no mayor a treinta días naturales, contados a partir de la fecha de su presentación, elaborará un dictamen que presentará a la Comisión para su discusión, y en su caso aprobación; y VII. La Comisión, en sesión ordinaria, determinará si hubiere lugar a otorgar el estímulo por riesgo. La resolución será dada a conocer al titular del órgano jurisdiccional correspondiente. Artículo 22.- DE LA NO ACUMULACIÓN DEL ESTÍMULO POR RIESGO EN PROCESOS JUDICIALES ESPECÍFICOS. El estímulo por riesgo en procesos judiciales específicos no es acumulable, por lo que, si la Comisión determina otorgar el estímulo por riesgo, no podrá solicitarse un estímulo por riesgo adicional. Artículo 23.- DE LA NEGATIVA A OTORGAR EL ESTÍMULO POR RIESGO EN PROCESOS JUDICIALES ESPECÍFICOS. Si la Comisión determina negar el estímulo por riesgo en procesos judiciales específicos, el titular del órgano jurisdiccional sólo podrá presentar una nueva solicitud, tratándose de otro proceso judicial que, en su opinión, implique algún tipo de riesgo asociado al desempeño de sus funciones. 446 Artículo 24.- DE LOS PLAZOS Y TÉRMINOS DE OTORGAMIENTO DEL ESTÍMULO POR RIESGO. Una vez que se haya publicado la lista de Magistrados y Jueces beneficiados con el estímulo por riesgo, éste se otorgará a partir de la primera quincena de enero y hasta la última quincena de diciembre. Concluido este plazo, el Comité evaluará su renovación o revocación, de conformidad con lo establecido en el artículo 17, y siguiendo el procedimiento establecido en el artículo 20 del presente Acuerdo. Artículo 25.- DE LOS PLAZOS Y TÉRMINOS DE OTORGAMIENTO DEL ESTÍMULO POR RIESGO EN PROCESOS JUDICIALES ESPECÍFICOS. Tratándose del estímulo por riesgo en procesos judiciales específicos, éste empezará a otorgarse desde el momento en que es aprobado por la Comisión y sea notificado al titular del órgano jurisdiccional, y se suspenderá al momento en que la sentencia cause ejecutoria o al término de un año, lo que ocurra primero. El titular del órgano jurisdiccional está obligado a notificar al Comité la resolución del caso, dentro de los quince días posteriores a la fecha en que la sentencia haya causado ejecutoria; de lo contrario, no podrá volver a solicitar un estímulo por riesgo en procesos judiciales específicos. Causada ejecutoria la sentencia, el titular del órgano jurisdiccional tendrá derecho a solicitar otro estímulo por riesgo, de conformidad con lo establecido en los artículos 18 y 21 del presente Acuerdo. En caso de que la sentencia no haya causado ejecutoria y se haya cumplido el término de un año, el titular del órgano jurisdiccional, deberá nuevamente hacer la solicitud correspondiente, de conformidad con los artículos anteriormente señalados. 447 CAPÍTULO CUARTO ESTÍMULO POR DESEMPEÑO Artículo 26.- DEL ESTÍMULO POR DESEMPEÑO. Los Magistrados y Jueces en activo, tendrán derecho a un estímulo por desempeño, el cual consistirá en una suma adicional al salario vigente mensual, calculado sobre la base de un cociente de rezago y un cociente de revocación, que reporte durante el desempeño anual de sus funciones. El estímulo será otorgado únicamente a los Magistrados y Jueces que reporten, un rezago y una revocación, iguales o inferiores al tres por ciento del total de asuntos tramitados a lo largo de un año. Artículo 27.- DEL CARÁCTER VOLUNTARIO DEL ESTÍMULO POR DESEMPEÑO. Aquellos Magistrados y Jueces que así lo deseen, podrán solicitar su inscripción al padrón de estímulo por desempeño. Artículo 28.- DEL OTORGAMIENTO DEL ESTÍMULO POR DESEMPEÑO. El Comité, de conformidad con la información que para tal efecto le proporcione Administración; Disciplina; y Vigilancia, Información y Evaluación; propondrá anualmente los Jueces y Magistrados que tienen derecho a percibir el estímulo por desempeño. Artículo 29.- DEL PROCEDIMIENTO DE OTORGAMIENTO DEL ESTÍMULO POR DESEMPEÑO. El estímulo por desempeño, será otorgado conforme al siguiente procedimiento: I. El Comité, durante la primera quincena de septiembre de cada año, emitirá una convocatoria para que los Magistrados y Jueces que así lo deseen, se inscriban de forma voluntaria, al padrón de estímulo por desempeño; 448 II. Corresponderá al Magistrado o Juez, hacer la solicitud de inscripción al padrón, en los términos establecidos en la convocatoria; III. Tratándose de los Tribunales Colegiados de Circuito, la solicitud deberá hacerse por medio de su presidente, de conformidad con lo establecido en el artículo 41 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, y en los términos establecidos por la respectiva convocatoria; IV. La solicitud deberá acompañarse con copia de los dictámenes recaídos a la visita de inspección y al informe circunstanciado, donde se demuestre que el órgano jurisdiccional a su cargo, ha obtenido tasas de rezago y de revocación, iguales o inferiores al tres por ciento en promedio, del total de asuntos tramitados a lo largo de un año; V. Cerrado el periodo de solicitud de inscripción establecido en la convocatoria, el Comité analizará cada una de las solicitudes. En caso de ser necesario, para verificar la autenticidad de la información presentada, podrá requerir el apoyo de las Secretarías Ejecutivas correspondientes, de conformidad con el artículo 28 de este Acuerdo; VI. Revisadas la solicitudes, el Comité deberá presentar a la Comisión, durante la segunda quincena del mes de octubre, el padrón donde se contenga la lista de los Magistrados y Jueces con derecho a percibir el estímulo por desempeño, para su discusión, y en su caso, aprobación; y VII. Aprobado el padrón por la Comisión, los beneficiados con el estímulo por desempeño, serán notificados por los medios correspondientes, y el padrón será publicado en el Semanario Judicial de la Federación, durante la segunda quincena del mes de noviembre. 449 Artículo 30.- DE LOS REQUISITOS PARA INSCRIPCIÓN EN EL PADRÓN DE ESTÍMULO POR DESEMPEÑO. Para poder inscribirse en el padrón de estímulo por desempeño, los Magistrados y Jueces, deberán cumplir con los siguientes requisitos: I. Haber cumplido un año adscrito al órgano jurisdiccional por el que se solicita el estímulo por desempeño; II. No haber sido sancionado administrativamente o por faltas disciplinarias durante el desempeño de sus funciones; III. Haber obtenido en las dos últimas visitas ordinarias, tasas de rezago y de revocación, iguales o inferiores al tres por ciento en promedio, del total de asuntos tramitados a lo largo de un año; y IV. Distinguirse por su desempeño profesional, de conformidad con los principios que rigen la carrera judicial, según lo dispuesto por el artículo 105 y demás aplicables de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Artículo 31.- DE LA NEGATIVA A OTORGAR EL ESTÍMULO POR DESEMPEÑO. Toda solicitud que no cumpla con los requisitos establecidos en el artículo anterior, y en la convocatoria respectiva, será denegada. Artículo 32.- DEL MONTO DEL ESTÍMULO POR DESEMPEÑO. Aquellos Magistrados y Jueces, con niveles de rezago y de revocación, iguales o inferiores al tres por ciento en promedio del total de asuntos tramitados a lo largo del año anterior, podrán obtener, por concepto de desempeño, hasta un treinta por ciento adicional a su salario vigente mensual. Artículo 33.- DEL CÁLCULO DEL COCIENTE DE REZAGO. Para el cálculo del cociente de rezago se seguirá el procedimiento siguiente: 450 I. Se sumarán las dos tasas de porcentaje de rezago, reportadas en las últimas dos visitas ordinarias, y el resultado de la adición se dividirá entre dos; II. El resultado de la operación anterior será dividido entre cien; y III. Al resultado de esta operación se le denominará cociente de rezago. Artículo 34.- DEL CÁLCULO DEL COCIENTE DE REVOCACIÓN. Para el cálculo del cociente de revocación se seguirá el procedimiento siguiente: I. Se sumarán las dos tasas de porcentaje de revocación, reportadas en las últimas dos visitas ordinarias, y el resultado de la adición se dividirá entre dos; II. El resultado de la operación anterior será dividido entre cien; y III. Al resultado de esta operación se le denominará cociente de revocación. Artículo 35.- DEL CÁLCULO DEL ESTÍMULO POR DESEMPEÑO. El cálculo del estímulo por desempeño resulta del siguiente procedimiento: I. A una unidad, se le restará el cociente de rezago obtenido por el órgano jurisdiccional; al resultado de esta sustracción, se le multiplicará por 0.15; II. A una unidad, se le restará el cociente de revocación obtenido por el órgano jurisdiccional; al resultado de esta sustracción, se le multiplicará por 0.15; III. Posteriormente, habrá de sumarse la cantidad obtenida en la operación descrita en la fracción primera de este artículo, más la cantidad obtenida en la operación descrita en la fracción segunda de este artículo; y IV. El resultado de la operación anterior será multiplicado por el salario vigente mensual del titular jurisdiccional, lo que determinará el monto del 451 estímulo por desempeño, que se adicionará al salario vigente mensual del Magistrado o Juez, a lo largo del año. Artículo 36.- DE LOS PLAZOS Y TÉRMINOS DE OTORGAMIENTO DEL ESTÍMULO POR DESEMPEÑO. Una vez que se ha publicado el padrón de Magistrados y Jueces beneficiados con el estímulo por desempeño, éste se otorgará a partir de la primera quincena de enero y hasta la última quincena de diciembre. Concluido este plazo, el Comité evaluará su renovación o revocación, de conformidad con lo establecido en los artículos 29 y 30 del presente Acuerdo. CAPÍTULO QUINTO SOBRE EL FINANCIAMIENTO DE LOS ESTÍMULOS ECONÓMICOS Artículo 37.- DEL FINANCIAMIENTO A LOS ESTÍMULOS ECONÓMICOS. Los estímulos económicos otorgados en el presente Acuerdo, se financiarán con los recursos que resulten de los programas de ahorro que se generen en el presupuesto del el Consejo, para racionalizar el gasto destinado a actividades administrativas, según lo dispuesto por las disposiciones presupuestales vigentes; en el entendido que las cantidades obtenidas por tales ahorros deben ejercerse dentro del año que transcurra y de acuerdo a los programas que se instrumenten para tal fin. TRANSITORIOS PRIMERO.- El presente Acuerdo entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. SEGUNDO.- Los estímulos económicos otorgados en el presente Acuerdo, constituyen retribuciones excepcionales sujetas a requisitos y condiciones futuras de realización incierta, y no forman parte del salario, de las prestaciones 452 del sistema de previsión social, y demás percepciones ordinarias y extraordinarias percibidas por los Magistrados y Jueces en el desempeño de su encargo. TERCERO.- La Comisión determinará los plazos y términos para el otorgamiento de los estímulos económicos establecidos en el presente Acuerdo, correspondientes al año dos mil cuatro, para que sean percibidos durante el segundo semestre del referido año, por única vez. CUARTO.- Las disposiciones emitidas por el Consejo de la Judicatura Federal que contravengan lo dispuesto en el presente Acuerdo, se entenderán derogadas. QUINTO.- Publíquese este Acuerdo en el Diario Oficial de la Federación, así como en el Semanario Judicial de la Federación y en su Gaceta. Comentario final: De acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C., en México el 99% de los delitos no reciben castigo; la probabilidad de ser condenado en México es de las más bajas del mundo con 1.06%, contra 22.57% de Inglaterra, 12% de Argentina, 11.48% de Italia, 9.8% de Rusia, 9.06% de Estados Unidos y 4.95% de Canadá. Estimular el desempeño y disminuir el riesgo a los juzgadores mexicanos, en algo contribuirá al abatimiento de tan deplorable estadística360. 360 Fuente: IMCO, Impacto de la Iniciativa al Sistema de Seguridad Pública y Justicia Penal Mexicano. México, abril de 2005. Con datos de: ZEPEDA, Guillermo, Crimen sin castigo, FCE-CIDAC; 2004. 453 Anteproyecto del Sistema Complementario de Estímulos Económicos, para Jueces y Magistrados del Poder Judicial de la Federación Ejemplo de Aplicación del Estímulo por Desempeño para un Juez de Distrito Disposición establecida en Fórmula matemática: Aplicación: el Anteproyecto de Acuerdo General: Tratándose de un Juez de Distrito, con una percepción neta mensual de $90,000.00, y una tasa de rezago del 3% y de revocación del 3%, obtenidas por igual, en cada una de las dos últimas visitas ordinarias (física e informe) Artículo 26.- Del estímulo por desempeño. Los Jueces y Magistrados en activo, tendrán derecho a un estímulo por desempeño, el cual consistirá en una suma adicional al salario vigente mensual, calculado sobre la base de un cociente de rezago y un cociente de revocación, que reporte durante el desempeño anual de sus funciones. El 454 estímulo será otorgado únicamente a los Jueces y Magistrados que reporten, un rezago y una revocación, iguales o inferiores al tres por ciento del total de asuntos tramitados a lo largo de un año. Artículo 32.- Del monto del estímulo por Aquellos desempeño. Jueces y Magistrados, con niveles de rezago y de revocación, iguales o inferiores al tres por ciento en promedio del total de asuntos tramitados a lo largo del año anterior, obtener, por podrán concepto de desempeño, hasta un treinta por ciento adicional a su salario vigente mensual. Artículo 33.- Del cálculo del cociente de rezago. Para el cálculo del cociente de rezago se seguirá el siguiente procedimiento: (Trez0 + Trez1) / 2 I. Se sumarán las dos tasas de porcentaje de rezago, reportadas en las últimas dos visitas ordinarias, y al (3 + 3) / 2 = 6 / 2 = 3 Donde: Trez0 = tasa de rezago de la primera visita ordinaria en el año (física o informe) resultado de la adición se Trez1 = tasa de rezago de la 455 dividirá entre dos; segunda visita ordinaria del año (física o informe) 3 / 100 = 0.03 [(Trez0 + Trez1) / 2] / 100 II. El resultado de la operación anterior será dividido entre cien; y 0.03 [(Trez0 + Trez1) / 2] / 100 = Crez III. Al resultado de esta operación se le denominará Donde: Crez = cociente de rezago cociente de rezago. Artículo 34.- Del cálculo del cociente de revocación. Para el cálculo del cociente de revocación se seguirá el siguiente procedimiento: I. Se sumarán las dos tasas de porcentaje de revocación, (Trev0 + Trev1) / 2 (3 + 3) / 2 = 6 / 2 = 3 Donde: reportadas en las últimas dos al Trev0 = tasa de revocación de resultado de la adición se la primera visita ordinaria en dividirá entre dos; el año (física o informe) visitas ordinarias, y Trev1 = tasa de revocación de la segunda visita ordinaria del año (física o informe) 3 / 100 = 0.03 II. El resultado de la operación anterior será dividido entre 456 [(Trev0 + Trev1) / 2] / 100 cien; y [(Trev0 + Trev1) / 2] / 100 = III. Al resultado de esta operación se le denominará cociente de revocación. 0.03 Crev Donde: Crev = cociente de revocación Artículo 35.- Del cálculo del estímulo por desempeño. El cálculo del desempeño estímulo por resulta del siguiente procedimiento: I. A una unidad, se le restará el cociente de rezago obtenido (1 – Crez) * 0.15 (1-0.03) * 0.15 = (0.97) * 0.15 = 0.97 * 0.15 Donde: por el órgano jurisdiccional; al resultado de esta sustracción, = 0.1455 Crez = cociente de rezago se le multiplicará por 0.15; II. A una unidad, se le restará el cociente obtenido de por revocación el (1 – Crev) * 0.15 (1-0.03) * 0.15 = (0.97) * 0.15 Donde: órgano = 0.97 * 0.15 jurisdiccional; al resultado de Crev esta revocación sustracción, se le = cociente de = 0.1455 multiplicará por 0.15; III. Posteriormente, habrá de [(1 – Crez) * 0.15]+[(1 – sumarse la cantidad obtenida Crev) * 0.15] [0.1455] + [0.1455] = 0.291 en la operación descrita en la fracción primera de este 457 artículo, más obtenida en la la cantidad operación descrita en la fracción segunda de este artículo; y IV. El resultado de la adición anterior será multiplicado por el salario vigente mensual del titular del titular jurisdiccional, {[(1 – Crez) * 0.15]+[(1 – 0.291 * 90,000 = 26,190 Crev) * 0.15]}*Svm = ED Donde: Salario vigente mensual: $ lo que determinará el monto del estímulo por desempeño, Svm = que se adicionará al salario mensual vigente mensual del Juez o ED Magistrado, a lo largo del año. desempeño = salario vigente + ED: + estímulo por que se adicionará al salario vigente mensual 90,000.00 $ 26,190.00 TOTAL DE PERCEPCIÓN MENSUAL $116,190.00 458 CON ED: Ejemplo de Aplicación del Estímulo por Desempeño para un Magistrado de Circuito Disposición establecida en Fórmula matemática: Aplicación: el Anteproyecto de Acuerdo General: Tratándose de un Magistrado de Circuito, con una percepción neta mensual de $110,000.00, y una tasa de rezago del 3% y de revocación del 3%, obtenidas por igual, en cada una de las dos últimas visitas ordinarias (física e informe) Artículo 26.- Del estímulo por desempeño. Los Jueces y Magistrados en activo, tendrán derecho a un estímulo por desempeño, el cual consistirá en una suma adicional al salario vigente mensual, calculado sobre la base de un cociente de rezago y un cociente de revocación, que reporte durante el desempeño anual de sus funciones. El estímulo será otorgado únicamente a los Jueces y Magistrados que reporten, un rezago y una revocación, iguales o inferiores al tres por ciento del total de asuntos 459 tramitados a lo largo de un año. Artículo 32.- Del monto del estímulo por Aquellos desempeño. Jueces y Magistrados, con niveles de rezago y de revocación, iguales o inferiores al tres por ciento en promedio del total de asuntos tramitados a lo largo del año anterior, obtener, por podrán concepto de desempeño, hasta un treinta por ciento adicional a su salario vigente mensual. Artículo 33.- Del cálculo del cociente de rezago. Para el cálculo del cociente de rezago se seguirá el siguiente procedimiento: (Trez0 + Trez1) / 2 I. Se sumarán las dos tasas de porcentaje de rezago, reportadas en las últimas dos visitas ordinarias, y al (3 + 3) / 2 = 6 / 2 = 3 Donde: Trez0 = tasa de rezago de la primera visita ordinaria en el año (física o informe) resultado de la adición se dividirá entre dos; Trez1 = tasa de rezago de la segunda visita ordinaria del año (física o informe) 3 / 100 = 0.03 [(Trez0 + Trez1) / 2] / 100 460 II. El resultado de la operación anterior será dividido entre 0.03 cien; y [(Trez0 + Trez1) / 2] / 100 = Crez III. Al resultado de esta Donde: operación se le denominará Crez = cociente de rezago cociente de rezago. Artículo 34.- Del cálculo del cociente de revocación. Para el cálculo del cociente de revocación se seguirá el siguiente procedimiento: I. Se sumarán las dos tasas de porcentaje de revocación, (Trev0 + Trev1) / 2 (3 + 3) / 2 = 6 / 2 = 3 Donde: reportadas en las últimas dos al Trev0 = tasa de revocación resultado de la adición se de la primera visita ordinaria dividirá entre dos; en el año (física o informe) visitas ordinarias, y Trev1 = tasa de revocación de la segunda visita ordinaria del año (física o informe) 3 / 100 = 0.03 II. El resultado de la operación [(TRev0 + Trev1) / 2] / 100 anterior será dividido entre cien; y 0.03 III. Al resultado de esta [(Trev0 + Trev1) / 2] / 100 = operación se le denominará Crev cociente de revocación. Donde: 461 Crev = cociente de revocación Artículo 35.- Del cálculo del estímulo por desempeño. El cálculo del desempeño estímulo por resulta del siguiente procedimiento: (1 – Crez) * 0.15 (1-0.03) * 0.15 = (0.97) * 0.15 cociente de rezago obtenido Donde: = 0.97 * 0.15 por el órgano jurisdiccional; al Crez = cociente de rezago = 0.1455 I. A una unidad, se le restará el resultado de esta sustracción, se le multiplicará por 0.15; (1 – Crev) * 0.15 II. A una unidad, se le restará el cociente obtenido de revocación por el órgano jurisdiccional; al resultado de esta sustracción, se (1-0.03) * 0.15 = (0.97) * 0.15 Donde: Crev = cociente de revocación = 0.97 * 0.15 = 0.1455 le multiplicará por 0.15; [(1 – Crez) * 0.15]+[(1 – III. Posteriormente, habrá de Crev) * 0.15] [0.1455] + [0.1455] = 0.291 {[(1 – Crez) * 0.15]+[(1 – 0.291 * 110,000 = 32,010 sumarse la cantidad obtenida en la operación descrita en la fracción primera artículo, más obtenida en la la de este cantidad operación descrita en la fracción segunda de este artículo; y 462 IV. El resultado de la adición Crev) * 0.15]}*Svm anterior será multiplicado por = ED el salario vigente mensual del titular del titular jurisdiccional, lo que determinará el monto del estímulo por desempeño, Donde: Svm Salario vigente mensual: = salario $110,000.00 vigente mensual + ED: que se adicionará al salario ED = estímulo por vigente mensual del Juez o desempeño que se Magistrado, a lo largo del año. adicionará al salario vigente + $ 32,010.00 TOTAL DE PERCEPCIÓN mensual MENSUAL CON ED: $142,010.00 3.5. Ética Judicial La ética presupone la existencia de un orden en la naturaleza, pero no un orden espontáneo, que nos viene dado, sino que tenemos que conquistar. Como señala la Doctora en Derecho, Ángela Aparisi Miralles, Profesora de la Universidad de Navarra, es imprescindible también la busqueda de la noción del bien humano y de la virtud moral de sus agentes. Por ello, señala en una visión integradora de la ética, que debe tener en cuenta, al mismo tiempo, tres aspectos: las normas, los bienes y las virtudes361. La introducción de códigos de ética para el funcionamiento de las organizaciones, sean públicas o privadas, está siendo apreciado cada vez más como un mecanismo que contribuye al fortalecimiento institucional mediante prácticas más profesionales, comprometidas y conscientes de la responsabilidad interna, personal y social que poseen. 361 APARISI MIRALLES, Ángela. Op Cit. P. 106. 463 Los códigos de ética provienen de los códigos de conducta profesionales y gremiales, que durante siglos se han aplicado como mecanismos para mantener un control y una auditoria de las prácticas de los agremiados. En atención a su matriz gremial, los códigos de ética pueden jugar un determinado papel, sea hacia el exterior de la organización como un instrumento de legitimación ante la opinión pública, que mejore la imagen y genere la impresión de un compromiso general, con algún grado de realidad, y por otra parte, hacia el interior como un instrumento de control respecto de los miembros de la organización. El Comité de Expertos del Mecanismo de la Implementación de la Convención Interamericana contra la Corrupción, de la OEA, presentó el pasado marzo de 2005 un informe sobre nuestro país. Una de sus principales sugerencias fue que México fortaleciera el aspecto ético, planteó la necesidad de que todas las instituciones públicas del gobierno contaran con un Código de Conducta362. A continuación analizaremos algunos de los elementos más positivos que tienen por aportar los códigos éticos en el esfuerzo general por contribuir a un mejoramiento de las prácticas y un incremento en la calidad y accountability de la función pública y judicial. 3.5.1. Análisis del Código de Ética Judicial Joseph Lozano, autorizado en esta materia, considera indispensable hacer la distinción entre los niveles de sistema, organización e individuo, ya que “el desarrollo de una ética de las organizaciones sólo es posible si tomamos a la organización como objeto específico de la ética y no nos limitamos a proyectar en ella mecánicamente los resultados de las reflexiones éticas sobre los 362 464 GONZÁLEZ LLACA, Edmundo. La Corrupción. Patología Colectiva. Instituto Nacional de Administración Pública, A.C.; Comisión Nacional de los Derechos Humanos; y Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. México. Abril de 2005. p. 157. individuos o el sistema”363. Hay en la observación de Lozano una importante llamada de atención respecto a la extrapolación indebida que al errar en el foco de la responsabilidad, imposibilita la práctica de lo que se enuncia en el código, pues el usuario se encontrará que lo que se pide corresponde a un ámbito que no le pertenece y que por lo tanto queda imposibilitado de cumplir, generando en el individuo la impresión de que no tiene obligaciones éticas que cumplir. Más grave es el que se haga creer al individuo que la responsabilidad y compromiso por una conducta íntegra y ética le corresponde sólo al particular y que la institución como tal está por encima, carente de responsabilidades, esta parece ser la más importante de las problemáticas a las que se enfrenta la ética institucional en nuestra época364. De inmediato apreciamos que en materia judicial, se configuran exigencias éticas propias para la institución sea el Poder Judicial en su conjunto o sus diferentes dependencias administrativo-jurisdiccionales, sea cada uno de los jueces en el ámbito de su responsabilidad. De esta observación se deberían derivar dos modalidades de códigos de ética, aquellos aplicables a la institución del Poder Judicial y el código propio de los jueces. Con Lozano, coincidimos en distinguir y relacionar deontología y ética. Si bien, a primera vista ambos ámbitos pueden parecer idénticos o convergentes, el hecho es que se distinguen y juegan papeles complementarios. Líneas arriba llamábamos la atención respecto a la posibilidad de que un código ético juegue un papel ambiguo, al no quedar claro si se le está promoviendo en razón de un compromiso social o más bien como elemento de control o de imagen. Esta preocupación descansa en el hecho de que todo código, formulado a modo de 363 LOZANO Joseph, Ética y Empresa, Trotta, Madrid 1999. p. 141. 364 Ver: SERRANO Jesús, La Ética de la Administración Pública, Op. Cit., pp. 105-116. Ver también THOMPSON Dennis, La ética política y el ejercicio de cargos públicos, Gedisa, Barcelona 1998. 465 “decálogo” constituye una deontología, es decir, un conjunto de normas que indican que si se cumplen entonces se está logrando un paradigma o modelo prefijado. Según Lozano “La deontología remite a la formulación de los deberes y las obligaciones exigibles en el ejercicio de una determinada profesión, por el hecho de ser inherentes a ésta; mientras que la ética hace referencia, más globalmente, al bien propio de la actividad profesional, a su inserción social y al principio de humanidad”365. De manera personal, coincidimos con la necesidad de establecer la distinción, tanto como la articulación, entre los dos ámbitos mencionados, si bien, nos parece que es más apropiado decir que en cuanto deontología su papel es el de proponer un modelo al que hay que conformarse —y que en cuanto tal es rígido e ininterpretable—, mientras que la ética debe tomarse como una regla prudencial de decisión, o en otras palabras, la capacidad de saber aplicar los principios para dilucidar una situación y determinar qué debe hacerse de cara a las más altas responsabilidades y al “principio de humanidad”. Con estas consideraciones a la vista, podemos referirnos a la propuesta de De George respecto a los contenidos de un código de ética profesional: “ha de ser regulativo (y, por tanto, ha de distinguir entre la formulación de ideales y la explicitación de lo que puede ser sancionado); ha de proteger el interés público 365 466 LOZANO, Op. Cit. p. 144. Hortal en cambio propone otro tipo de distinción, con la que no coincidimos, conforme al argumento que se expondrá a continuación: “Sin la perspectiva ética, la deontología se queda sin su horizonte de referencia. No acaba de quedar claro el sentido y el porqué de las normas deontológicas, no se ve claro hacia dónde apuntan, qué clase de bien tratan de alcanzar. [...] El bien es pluriforme; tiene muchas facetas. De ahí que no sea exigible a todos en todos sus aspectos. Por eso hacen falta normas. [...] La deontología habla de lo que es vinculante para todos. De los espacios abiertos y plurales que quedan para el bien, se ocupa la ética. La ética tiene como instancia última la conciencia individual. La deontología se mueve más en el campo de lo que es aprobado por un colectivo” HORTAL A., “Planteamiento de una ética profesional” en FERNÁNDEZ J.L. y HORTAL A. (comps), Ética de las profesiones, Comillas, Madrid, 1994, pp. 57-58. Citado por LOZANO, Op. Cit. pp. 144-145. Conforme a la nomenclatura manejada en esta investigación Hortal está convirtiendo, la ética en moral y la ética en deontología. y el de los que reciben los servicios de la profesión; no ha de estar al servicio corporativo de la profesión; ha de referirse específicamente a la práctica profesional, y no limitarse a recordar referencias morales que se exigen a todos; ha de ser controlable y controlado”366. Encontramos por lo tanto: un necesario nivel deontológico que se explicite de la manera más concreta posible en un modelo a seguir. Luego, un conjunto de conductas –descritas tan claramente como sea posible- que deben ser objeto de auditoría pública y en su caso de sanción. También nos parece necesario matizar el hecho de que, el código no sólo debe servir para los clientes que reciben los servicios profesionales, y la sociedad por extensión, sino que sirve a los mismos profesionales a quienes se les facilita el cumplir con un estándar de conducta que debe ser exigente pero a la vez, debe ser recomenzado, ya sea por el aprecio público y en su caso con las prerrogativas profesionales, laborales y pecuniarias que pudieran vincularse. Insistiendo en las finalidades del código, Lozano enlista una serie que comprende: “a) recalcan que la profesionalidad incluye la referencia a valores y no sólo a la competencia técnica, y en este sentido pueden expresar una cultura de grupo; b) permiten la autorregulación profesional, incluso en lo que hace referencia a los aspectos sancionadores; c) permiten distinguir entre los mínimos de conducta que han de cumplir (o evitar) los profesionales y las aspiraciones que pueden compartir; d) pueden tener una función educativa y orientar la formación de los profesionales; e) el hecho de tener un código formulado supone disponer 366 De GEORGE Business Ethics, MacMillan, New York, 1990, citado por LOZANO, Op.Cit. p. 146. 467 de una referencia que facilita que los profesionales reconozcan los problemas éticos; f) pueden facilitar la socialización de sus miembros”367. De esta lista, dos llaman nuestra atención, la que remite al hecho de que en el ejercicio profesional no basta la competencia técnica, esto es, el know how o expertisse inherente al que domina su oficio, sino a la referencia a valores. Y si se trata de valores, entonces hablamos de aquel paradigma ulterior al que está llamado a servir el profesional como el máximo horizonte de cumplimiento de su función, y que en materia del servicio judicial no puede ser otro que el servir a la justicia: “Se requiere del conocimiento y oficio propio de los jurisprudentes, pero dado que en ese ‘decir el derecho’ (iuris dictio) no es posible ‘demostrar’ la verdad del juicio judicial, ello se suple confiando en la calidad ética de aquellos que cumplen la función”368. Sergio E. Casanueva Reguart, Doctor en Derecho, establece que la interpretación de las normas jurídicas es una de las tareas más importantes de los impartidores de justicia y que la deben realizar a partir de la realidad que establece y sanciona el Estado, realidad que, además de depender del marco jurídico implica la existencia de una ética jurídica. Y, por tanto, los jueces deben actuar en razón de la ética (o conjunto de éticas) que convergen en el desempeño de sus funciones y que deben ser valoradas plenamente369. 367 LOZANO, Op. Cit., p. 147. 368 Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe, Código de Ética, Santa Fe, 2002, p. 11. 369 CASANUEVA REGUART, Sergio E. Ética Judicial. Bases para la construcción de una ética judicial. Editorial Porrúa. Primera Edición. México, 2006. P.p. 210 y 211. 468 El Ministro argentino Rodolfo Luis Vigo370, considera que el horizonte de la ética es más amplio que el de la deontología de origen benthamista: centra su atención en el papel elevado e influyente que ocupa el juez, capaz de afectar positiva o negativamente a la sociedad, de lo que concluye la importancia de trabajar por “hacer del juez el mejor posible”. En esa perspectiva, Vigo propone varios elementos para ir construyendo la ética judicial, que se expresará de manera concreta en un código de conducta para el juez. Se fundamenta primero que nada en la distinción que puede establecerse entre ética y derecho, este último amparado en la legitimidad formal jurídica, no puede considerarse suficiente, sino que requiere de validez ética, referida a valores más fundamentales como los derechos humanos. Vigo nos propone entonces contrastar ética y derecho. En primer lugar apreciamos que el derecho es impuesto considerando la objetividad de la conducta, mientras que la ética apela a la intención y a la conciencia que puede no manifestarse en una conducta exterior, sino quedarse en la intimidad de la conciencia. El Derecho se aplica post facto, dada la conducta considerada se establece que habrá de seguirse un fallo y una sanción. En cambio la ética se postula ex ante, mira hacia delante, considerando lo que debe hacerse y cómo debe comportarse el individuo, de tal forma que no se tenga que seguir una punición, sino que descansa en la autorregulación propia del dominio de la propia conducta. Vigo considera que de este hecho se sigue la posibilidad de dar un trato especial al infractor arrepentido. 370 Seguimos aquí, las propuestas hechas por el Doctor Rodolfo Luis Vigo, Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe, Argentina, en la conferencia impartida en 2004, en el Instituto de la Judicatura Federal en México. 469 Mientras que el Derecho busca buenos ciudadanos, cumplidores de la ley externamente, la ética apela a la integralidad del destinatario. No puede considerarse satisfactoria la conducta externamente conformada a la ley que es cumplida por motivos opuestos a lo que se encuentra en la conciencia o que es cumplida siendo que sin el temor de la sanción serían diferentes. El ideal ético establece que la conducta debe configurarse a la ley motivada por la convicción y el compromiso personal. Mientras que el Derecho existe y opera en función de un orden justo, al que denominamos bien común, la ética busca la realización de numerosos bienes: • Los justificables • De los abogados • De los colegas jueces • De los auxiliares del juez derecho • De la sociedad • Del mismo juez del derecho Nos parece que en esta materia, la propuesta de Vigo ganaría en claridad y operatividad si se precisara que si bien el derecho se orienta a la realización de un orden de justicia entendida como legalidad, la ética propone alcanzar de manera simultánea el bien todos y cada uno de los actores aludidos. Es la dimensión de complejidad e interdependencia propia de la ética en su dimensión política371. 371 470 Cfr. GREEN Thomas, Policy Questions. El autor sostiene de manera amplia de qué manera la misión más desafiante y satisfactoria de la realización de la ética es la formación de ciudadanos, capaces de convivir –de construir- un orden social mediante el diálogo y el acuerdo, no basado en la ilusión del consenso, sino reconociendo que la sociedad es un mosaico de pretensiones recíprocamente contradictorias y marcadas por la escasez. Son, según Green, el discenso y la escasez las razones por las cuales existe la política. En este mismo sentido, Ángela Aparisi señala que, en última instancia, tanto el Derecho como la ética tienen su raíz última en la dignidad humana. El derecho es un sistema de normas cuyas pretensiones son mucho más limitadas que las de la moral: su finalidad es, básicamente, lograr una convivencia pacífica y justa. No persigue, como la ética, el bien humano integral. Tan sólo pretende garantizar las condiciones sociales necesarias para que el ser humano pueda desarrollarse en plenitud372. En una de las secciones más interesantes e inquietantes de su propuesta, Vigo trae a consideración el principio in dubio pro reo que para el derecho impone la obligación de beneficiar al inculpado en caso de que no llegue a establecerse fehacientemente su responsabilidad, mientras que para la ética el juez debe ponerse en lugar de la sociedad. En el mismo sentido considera que si bien para el derecho rige la prescripción, en la ética no prescribe un crimen. Lo mismo sobre el desistimiento. Hay en la ética siempre la obligación de mirar más lejos que el caso particular, establecer las implicaciones sociales e intertemporales de una determinada decisión. En el camino hacia un código ético para el juez, Vigo ve necesario también establecer las peculiaridades propias de lo que será la idoneidad, frente a la responsabilidad del juez. Por una parte, si se consideran las condiciones que deberá cumplir el que aspire a ocupar la función judicial o a mantenerla, es necesario demostrar que físicamente se es capaz de asumir tal responsabilidad, que existe una suficiencia técnico-profesional para desempeñar adecuadamente el cargo. No menos importante es la capacidad gerencial que el juez requiere para administrar su propio juzgado, su personal y sus cargas de trabajo. 372 Finalmente debe demostrarse la idoneidad ética, cuestión que es APARISI MIRALLES, Ángela. Op. Cit. P. 160. 471 presentada aquí, como se ha venido haciendo a lo largo del trabajo, mediante el cumplimiento de determinadas reglas de decisión o métodos éticamente determinados de operación, según Vigo, ésta se acredita mediante testimonios. En cuanto a la cuestión de la Responsabilidad, siguiendo el Estatuto del Juez Iberoamericano, proclamado en Canarias el año 2001, Vigo puntualiza ocho niveles de responsabilidad del juez: penal, civil, administrativa, política, constitucional, corporativa, científica y ética. Aunque para muchos la pura positividad de la ley basta para considerar el cumplimiento de las responsabilidades —supuestamente éticas del individuo— es necesario responder a la cuestión de ¿por qué ocuparnos de la ética judicial? La respuesta más obvia es que la misma ley manda que el cumplimiento de las funciones jurisdiccionales se realice con base en una ética, también se constata que la necesidad de un performance ético es parte de la agenda para la reforma de los poderes judiciales, como se ha venido presentando de manera profusa a lo largo de esta investigación, está además contemplada esta responsabilidad en el artículo 100 de nuestra Constitución, que garantiza tanto la independencia e imparcialidad de los magistrados como los principios de excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia. No puede perderse de vista el fenómeno de pérdida de autoridad moral y legitimidad que sufre el poder judicial y que reclama acciones concretas que tanto sirvan para fortalecer el desempeño, la conducta y la integridad del cuerpo judicial como mejorar la confianza ciudadana en éste, posibilitando así que se recurra a la controversia jurídica como forma de resolver los diferendos públicos fortaleciendo así el estado de derecho. 472 El logro de determinados estándares éticos permitirá, mejorar la certidumbre, consolidar la eficiencia económica y la relación entre las partes en todo proceso. Y en el sistema social como un todo. Se quiere, que el juez sea un “hombre bueno” —en expresión de Vigo— que sepa Derecho. Hay por lo tanto, una pro-posición de la realización de la persona y de la integralidad de ésta abarcando el papel que cumple como juez en lugar de mirar este desempeño como un puro acto de un profesional competente técnicamente. En este sentido encuentra una cabal aplicabilidad el señalamiento presentado más arriba respecto a la articulación de la ética profesional. Vigo reacciona fervorosamente en el sentido de considerar que la libertad, siendo la condición humana, hace de la ética una dimensión indivisible de la naturaleza humana y que por lo tanto no puede dejar de exigirse a la conducta de toda persona en cuanto al mismo trabajo que realiza y la responsabilidad ajena. “La materia de la ética judicial serán los jueces, o sea esas personas a las que la sociedad les ha dado el imperium y el poder- en base a su idoneidad técnicajurídica y ética- para resolver racionalmente lo justo desde el derecho en todos aquellos conflictos jurídicos que se ponen bajo su competencia. Pero la ética judicial reflexiona sobre los jueces con el propósito de delinear aquellas exigencias que resultan constitutivas de los ‘buenos, mejores o perfectos’ magistrados”373. El código de ética para el juez, surge de las exigencias planteadas respecto a las responsabilidades éticas en los niveles sistema, organización e individuo, no obstante le corresponde a una “profesión” cuya responsabilidad y trascendencia 373 Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe. Op. Cit. p. 13. El énfasis se ha añadido. 473 social son determinantes para cualquier configuración de la sociedad. En esto seguimos las iluminadoras consideraciones del juez argentino. El código de ética para el juez se requiere: Para calificar conductas. Fijamos pautas que no quedan a la interpretación, sino que traten de ser dibujadas de la manera más clara posible sacando de la equivocidad y de la ambigüedad su interpretación que volviera inoperante la regulación o hiciera creer a sus destinatarios que en realidad, tal precepto “no les aplica”. Se requiere entonces para facilitarnos conductas éticas. En la medida en que se haga consciente el individuo de lo que se espera de él, en virtud de estas responsabilidades y el papel que desempeña, se debe volver más fácil o más obvia la acción conforme con la ética. En virtud de la presencia de criterios claros, éstos pueden ser aplicados para ponderar la calidad ética del juez, permitirle ser auditado y comprometerse en un proceso de mejora continua. Está también el hecho de que ante los criterios éticos pedidos, entonces el público, e incluso los mismos colegas, compañeros y subordinados del juez pueden más fácilmente formular quejas y denuncias en caso de un comportamiento indebido. Por su parte Anthony Kennedy, Presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América374, nos da su Código de Ética, que le llama los ocho cánones de la ética judicial: 374 474 KENNEDY, Anthony. “La Ética Judicial y el Imperio del Derecho”, citado por CARBAJAL, Juan Alberto. Estudios Sobre la Justicia. Ed. Porrúa. México, 2001. P. 80. • Los jueces deben de mantener la integridad e independencia del Poder Judicial, • Los jueces no deberán tener un interés financiero o personal en la causa que se examina; • Los jueces deberán desempeñar los deberes de su cargo en forma imparcial y con diligencia; • Lo jueces deberán evitar la incorrección y apariencia de incorrección en todas sus actividades; • Los jueces deberán someter informes periódicamente sobre la compensación recibida por actividades relacionadas con la ley y extrajudiciales; • Los jueces deberán ordenar sus actividades extrajudiciales de manera de reducir al mínimo el riesgo de conflicto con sus deberes judiciales; • Los jueces pueden realizar actividades extrajudiciales para perfeccionar la ley, el orden jurídico y la administración de justicia; y • Los jueces deberán de abstenerse de actividades políticas. Otro valioso referente lo proporciona el Teólogo, Filósofo y Doctor en Derecho, Francisco Javier de la Torre Díaz al enunciar y explicar los 26 deberes del juez: De imparcialidad e independencia; de audiencia y de facilitar la contradicción; de prevenir y reprimir las conductas contrarias a la buena fe y la deslealtad profesional; de residencia; de diligencia; de respeto; de secreto; de formar la conciencia y un juicio moderado y ecuánime; de fidelidad a la ley (en la interpretación y aplicación); de ser equitativo y deber de aplicar la equidad en los casos que correspondan; de evitar un rígido dualismo y deber de atender al 475 caso concreto; de facilitar la conclusión previa y el acuerdo amistoso; de estudio; de realiazar bien el trabajo; de dedicación; de responsabilidad; de reparación por actuaciones o sentencias injustas; de no afiliarse a asociaciones profesionales politizadas; de cuidar y vigilar un acceso justo a la judicatura; de vigilar y cuidar por una provisión de plazas justas en los concursos y oposiciones de los que se forma parte; de juzgar y fallar buscando una certeza moral; de evitar las muestras de agradecimiento (regalos, sobornos) y de no dejarse influir por recomendaciones y presiones; de actuar en conciencia ante la aplicación de la ley injusta; de acercamiento y sensibilidad hacia los más desfavorecidos de la sociedad y de inserción en su comunidad; de acercar la justicia a los ciudadanos y de utilizar un lenguaje más accesible; y, de formarse en la sensibilidad, imaginación y emoción poéticas375. De una conducta más proba y del reconocimiento público que debe acompañar a quien se esfuerza por una conducta intachable, debe también fortalecerse la “identidad judicial”. Suscitarse el compromiso por mantener una reputación de confianza, construir una mística de servicio y el espíritu de cuerpo. En el peor de los casos, un código de ética debe servir para fortalecer las voluntades débiles, incapaces de distinguir la conducta correcta o de mantener la voluntad de su cumplimiento, teniendo a la vista un parámetro de conducta. La ética judicial también fue motivo de atención y propuesta en el Libro Blanco de la Reforma Judicial, donde encontramos la siguiente conclusión376: Acción 32: Aplicar estándares estrictos de ética profesional: Se deben desarrollar códigos de ética, tanto para los jueces como para los abogados. La 375 DE LA TORRE DÍAZ, Francisco Javier. Ética y Deontología Jurídica. Editorial Dykinson. Primera Edición. Madrid, España, 2000. P.p. 358-380. Sólo hemos enunciado los deberes del juez, cuya explicación, remitimos a la obra citada. 376 Op. Cit. P. 408. 476 responsabilidad de su elaboración corresponde a los poderes judiciales en su conjunto, como a las asociaciones profesionales de abogados. Se recomienda que estos códigos se adopten a nivel nacional para asegurar criterios conformes y consensuados en todo el país. 3.5.2. El Código de Ética del Poder Judicial de la Federación Un paso trascendental en la modernización y moralización de la Función Judicial mexicana ha sido la publicación del Código de Ética del Poder Judicial de la Federación. “México vive un proceso de transformación muy amplio y variado. Uno de esos terrenos en donde se verifican los cambios es en el Poder Judicial, y creemos que una manifestación concreta de los vientos actuales que soplan en ese espacio es la preocupación por la ética y la transparencia”377. La fundamentación básica a que se refiere el Código es el cumplimiento de la garantía constitucional prevista en el artículo 17 Constitucional, que establece que toda persona tiene derecho a que se le administre una justicia pronta, completa e imparcial, y que estos valores sólo se consiguen con independencia en el ejercicio de las funciones jurisdiccionales. Es así como el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación tiene como visión consolidar un Estado de Derecho, basado en el principio de legalidad, que fomente en cada juzgador una cultura de respeto irrestricto a la ley, al Estado y a sus instituciones, tomando en cuenta que el mejor sistema de impartición de justicia, es el camino para la consecución de un México más justo, libre e igualitario, donde se respeten las garantías individuales, se 377 VIGO, Rodolfo Luis. Hacia el Código de Ética Judicial del Poder Judicial de México. Serie Ética Judicial número 1, Suprema Corte de Justicia de la Nación, México, 2004. p. 9. El autor es Ministro de la Corte Suprema de la Provincia de Santa Fe, Argentina. 477 garantice la separación de poderes, y se tutele la solución pacífica de controversias. Tomando en consideración lo anterior, sin lugar a dudas hay un notable avance en la vida republicana y democrática de México con la publicación del código de ética del Poder Judicial Federal. Se puede decir que trasciende los límites de un sentido del derecho y de la justicia puramente vinculado a la legalidad sin sensibilidad suficiente para los fenómenos que condicionan o pueden desviar del cumplimiento efectivo de la norma. En sí mismo el documento se expone bajo un esquema simple con cinco ideas centrales, que no adquieren la forma de una serie de conductas concretas tipificadas y asociadas a una serie de consecuencias, sino de valores fundamentales que deben orientar el ejercicio de todo juez, con base en las obligaciones profesionales inherentes. Este formato lo hace de fácil memorización y evocación en situaciones particulares, de las que se pudieran encontrar innumerables distinciones y derivaciones. Estos valores fundamentales se siguen de las disposiciones establecidas por la Carta Magna en su artículo 100, referido a las condiciones de la carrera judicial. No hay por lo tanto improvisación, por el contrario se ha buscado la explicitación de elementos ya contenidos en nuestro sistema legal, lejos de modas o populismos, exponiendo elementos que le son propios a la tradición republicana de nuestro país. La presentación del documento, no obstante, adolece de falta de claridad en algunos puntos. Concretamente la exposición de motivos que acompañan al Código hace referencia en sus dos primeros párrafos a “las innovadoras transformaciones que vive cada día la sociedad mexicana [...] dando ocasión a la generación de ligas de interés que podrían afectar su libre conciencia [de los juzgadores] y papel esencial en la impartición de justicia”. Aparece entonces 478 una interpretación prejuiciada de la historia que estima que las innovadoras transformaciones son riesgosas dando lugar a “ligas de interés”, como si éstas fueran invención del presente o como si las ligas de interés no fueran más bien un riesgo perpetuo al oficio del juzgador. El segundo párrafo indica que “Cada día la sociedad busca estar informada y el Estado ha venido fortaleciendo los canales de acceso a la información pública, condiciones que la hacen cuestionar o emitir juicios que pueden trascender en la conciencia libre del juzgador, en virtud de que sus actos judiciales son sometidos al escrutinio público a través de los instrumentos de impacto social, lo que puede ocasionar pérdida de confianza en los órganos de administración de justicia, si éstos no actúan con independencia, imparcialidad, objetividad, profesionalismo y transparencia”. La redacción no podía ser más desafortunada. Debiendo comenzar por el principio, es decir, por la obligación que tienen los órganos de administración de justicia de actuar con independencia, imparcialidad, objetividad, profesionalismo y transparencia, porque así lo establece la ley y porque así lo espera la sociedad, se inicia con una mirada de sospecha respecto a una sociedad que cuestiona y emite juicios lo que puede derivar en la pérdida de confianza en los órganos de administración de justicia... sin notar que son los actos ilegales e inmorales los que ocasionan la pérdida de confianza, no las opiniones, que en todo caso, se vierten respecto a la conducta honorable o deleznable de quienes deben comportarse a la altura de la responsabilidad que les ha sido confiada. Esta última idea, en cambio, es la que prevalece en el tercer párrafo en que se enfatiza el derecho de los juzgadores a una administración de justicia “impartida por jueces con autoridad moral que garanticen una justicia accesible, pronta, completa, imparcial y previsible...” De todos, el que nos parece el párrafo más político y sensible al momento histórico del país es el cuarto, en el que se reconoce tácitamente que antes, los 479 conflictos se resolvían por vías extralegales: “El incremento de los litigios en los órganos de administración de Justicia del Poder Judicial de la Federación, evidencia la judicialización de los diferendos sociales y hace patente la confianza social depositada en los tribunales, así como la importancia de la actividad jurisdiccional, lo que obliga a actualizar los sistemas de trabajo y actitudes ante esas nuevas exigencias”. Sobresale el énfasis que se da al creciente papel que juegan las leyes y las instituciones republicanas para el imperio de la ley y la regulación de la convivencia social. Siendo así que como nunca en la historia independiente de nuestro país, el Poder Judicial ocupa un lugar privilegiado, cargado de responsabilidad política y por eso mismo urgido de consolidarse internamente con instrumentos de la naturaleza del Código de Ética. Cada uno de los cinco principios constitutivos del Código de ética son expuestos en un capítulo respectivo, los tres primeros principios corresponden al principio central de independencia judicial, manifiesta en los niveles de: independencia, imparcialidad y objetividad. Se define la independencia como “la actitud del juzgador frente a influencias extrañas al Derecho, provenientes del sistema social. Consiste en juzgar desde la perspectiva del Derecho y no a partir de relaciones de poder o intereses extraños a aquél” (Capítulo 1, No. 1). Está latente en este principio, la prevención a la ingerencia de actores de poder, pertenecientes al mismo estado, ya sean de los otros dos Poderes Federales – que no se mencionan- o ya sea por parte de demás juzgadores, se deja entonces a salvo al juez de aquellos que pretendieran torcer sus consideraciones a terrenos extralegales al “recomendar, insinuar o sugerir el sentido en que deban emitir sus resoluciones” (Capítulo 1, No. 1.4). 480 Por imparcialidad se entiende “la actitud del juzgador frente a influencias extrañas al Derecho, provenientes de las partes en los procesos sometidos a su potestad. Consiste en juzgar, con ausencia absoluta de designio anticipado o de prevención a favor o en contra de alguno de los juzgadors” (Capítulo 2, No. 2). Teniendo ante sí a las partes, el juzgador puede verse tentado a favorecer a alguna de las partes, ya sea por motivos de clase social o poder económico o social, pero no menos peligrosos es el hecho de ser cohechado por alguna de las partes, que compren al juez mediante regalos o dádivas de cualquier naturaleza. El principio no sólo se operativiza previniendo al juez de dejarse llevar por este tipo de predisposiciones, sino incluso por no colocarse en una situación de la que pudiera surgir parcialidad en la causa, por ejemplo al “concertar citas con alguna de las partes o personas vinculadas con ellas, fuera de las oficinas del órgano jurisdiccional en el que ejerza su función” (Capítulo 2, No. 2.4). En cuanto a la objetividad, ésta se define como “la actitud del juzgador frente a influencias extrañas al Derecho, provenientes de sí mismo. Consiste en emitir sus fallos por las razones que el Derecho le suministra, y no por las que se deriven de su modo personal de pensar o de sentir” (Capítulo 3, No. 3). Hay por lo tanto el reconocimiento al peligro derivado de la propia educación, moralidad, simpatía o antipatía por alguna de las partes, o cualquier otra consideración que se anteponga a le ley, como podría ser el interés de obtener el reconocimiento público, popularidad o prevenirse de la crítica pública fallando en determinado sentido. En un lugar aparte, pero sin duda, en un carácter amplio que permite que fácilmente el juzgador encuentre motivaciones e incentivos para un obrar ético, se encuentra el principio de profesionalismo, que en el código se define como 481 “la disposición para ejercer de manera responsable y seria la función jurisdiccional, con relevante capacidad y aplicación” (Capítulo 4, No. 4). Del principio de profesionalismo se sigue una serie de recomendaciones concretas que miran por alcanzar ese “mejor juez posible” que se concreta mediante acciones como la conservación de la respetabilidad del cargo en el ámbito público y privado (No. 4.1). La actualización de conocimientos tanto jurídicos (No. 4.2) como de cultura general (No. 4.3); el estudio de los expedientes (No. 4.4). La fundamentación de las resoluciones (No. 4.5) la buena administración del despacho (Nos. 4.6, 4.14, 4.15), la conservación del secreto profesional (No. 4.9), así como no delegar trabajo que corresponda al juzgador (No. 4.10), la escucha detallada y el trato respetuoso a las partes (Nos. 4.12 y 4.13) van haciendo parte del profesionalismo inherente a la alta investidura del juez. En un género aparte, a modo de actitudes que deben caracterizar a la persona, está el reconocer los propios errores (No. 4.8), el trato respetuosos a los subalternos (No. 4.11) y a capacidad de separarse del cargo cuando éste no pueda ser cumplido a cabalidad (No. 4.16). Nos parece desconcertante el No. 4.17 que precisa que el juez: “Se abstiene de emitir opiniones sobre la conducta de sus pares”. El desconcierto no obedece en lo que a primera instancia debe ser el respeto a la honorabilidad, profesionalismo e independencia que merece todo juzgador, lo que en sí mismo debe formar parte de las obligaciones profesionales y éticas del juez, sino al hecho de que en su conjunto, el Código no establece ninguna posibilidad de que aquel juez que no ajuste su conducta con base en los principios establecidos aquí, sea amonestado. Así, ¿qué pasa si el juez es un mal administrador, si no estudia constantemente, si no trata con respeto a las partes o si su conducta pública o privada no son respetables? ¿Quién podría 482 pronunciarse con conocimiento de causa y con la sensibilidad propia para juzgar las exigencias y prerrogativas del oficio judicial, que no fuera un miembro del propio gremio? ¿O caso deberán ser los medios de comunicación, la opinión pública los únicos que puedan opinar sobre la conducta del juez, generando entonces un cierto tipo de “regla de silencios”? El quinto capítulo del Código se ocupa de un catálogo de virtudes del juez. El enfoque que se ofrece permite superar el enfoque puramente enunciativo de una serie de obligaciones concretas, que podrían generar la impresión de que aquel que observa externamente semejantes conductas, logra un nivel de suficiencia moral y excelencia profesional. El sentido de excelencia implica tanto lo personal como lo profesional y es desarrollado mediante la exposición de quince virtudes que al realizarse en la persona del juez, constituyen una personalidad definida y comprometida desde las actitudes más originales y profundas, llegando a la exterioridad de sus acciones. El catálogo de virtudes a su vez, representa un importante logro, ya que se entiende por virtudes aquellos hábitos operativos buenos o, acciones que por su reiteración, se convierten en una segunda naturaleza, resultando para la persona espontáneas y obvias dado su nivel de apropiación. Exactamente ese debe ser el nivel que alcance la eticidad en la conducta del juez, quien está llamado a representar en sí mismo los más altos estándares definidos por la sociedad humana a lo largo de su historia. Catálogo de Virtudes que comprende la Excelencia del Juez (Capítulo 5, No. 5): 1. Justicia 2. Prudencia 3. Responsabilidad 483 4. Fortaleza 5. Patriotismo 6. Compromiso social 7. Lealtad 8. Orden 9. Respeto 10. Laboriosidad 11. Perseverancia 12. Humildad 13. Sencillez 14. Sobriedad Este elenco se acompaña de una breve descripción, a veces definiendo el concepto y otras, indicando el contenido de esta virtud en el caso del juez. Hay, a nuestro juicio, en algunos casos una simple reiteración de nociones bien conocidas y en otros aportaciones originales e iluminadoras. Clasificaremos a continuación estas virtudes en grupos: a). Aquellas virtudes universales e inherentes a la persona, no obstante, adquieren una connotación especial en el caso del juez. “5.1. Justicia: En cada uno de los asuntos sometidos a su potestad, se esfuerza por dar a cada quien lo que le es debido. 5.2. Prudencia: En su trabajo jurisdiccional y en las relaciones con sus colaboradores, recoge la información a su alcance con criterios rectos y objetivos; consulta detenidamente las normas del caso, pondera las consecuencias favorables y desfavorables que 484 puedan producirse por su decisión, y luego toma ésta y actúa conforme a lo decidido. 5.3. Responsabilidad: Asume plenamente las consecuencias de sus actos, resultado de las decisiones que tome, procurando que sus subordinados hagan lo mismo. 5.4. Fortaleza: En situaciones adversas, resiste las influencias nocivas, soporta las molestias y se entrega con valentía para vencer las dificultades y cumplir con su función jurisdiccional.” Llaman la atención, tanto la anotación sobre la justicia, que se esperaría, mucho más compleja y elaborada, dirigiéndose a los jueces; aunque no falla en la medida en que se respalda en la definición clásica. Cabe preguntarse si el “dar a cada uno lo que le es debido” debe entenderse exclusivamente conforme a la legalidad prevaleciente o conforme a los principios fundamentales del derecho, o más aún si debe articularse con la prudencia para dar espacio a la epiqueia, que por definición es una modalidad correctiva respecto a la ley y que sin temor a equivocarnos, tiene al juez como su sujeto natural. La exposición de la prudencia compagina con el sentido ético del oficio del juez, ya que le exige informarse, reflexionar, sopesar cada uno de los argumentos y de las consecuencias de las posibles decisiones, es como suele definirse, la capacidad de emitir juicios respecto a lo mejor, o bien, pronunciarse respecto a los mejores medios para alcanzar determinados fines. Deja por ilustrarse si la prudencia en el juez debe remitirlo a una serie de efectos o responsabilidades metajurídicas, ya sean sociales o políticas y si por lo tanto, el juez podría pronunciarse con base en 485 más elementos de los que le son presentados por las partes, lo que eventualmente podría afectar su independencia y objetividad. No obstante, ¿de qué serviría un juez que no pudiera ejercer la prudencia? Por su parte, la prudencia resulta ser la pieza fundamental del edificio ético, sin la cual todo intento de regir la conducta considerando el deber ser, resulta vano. Aunque podría parecer obvia, la mención a la responsabilidad como una forma constante de ser y una disciplina que debe permear al equipo con el que trabaja el juzgador, no resulta superflua, por el contrario, hace hincapié, articulada con la justicia y con la prudencia, en los más indispensables y cotidianos desafíos a los que se enfrenta. Finalmente, la fortaleza debe mirarse no sólo como la virtud que posibilita ir realizando y cumpliendo las altas responsabilidades que reviste el oficio judicial, y que demandan dedicación y sacrificio al individuo, sino que en la formulación que se le ha dado, constituyen la condición de posibilidad para mantener la independencia judicial respecto a aquellas presiones, reales e insidiosas, que acechan al juzgador pretendiendo orientar sus decisiones o intimidarlo respecto a otras. b). Aquellas virtudes relacionadas con el papel social y político que cumple el juez en el Estado. “5.5. Patriotismo: Tributa a la Patria el honor y servicio debidos, defendiendo el conjunto de valores que, como juzgador federal del Estado Mexicano, representa. 5.6. Compromiso social: Tiene presentes las condiciones de inequidad que han afectado a una gran parte de la sociedad a lo 486 largo de nuestra historia, y advierte que la confianza y el respeto sociales que merezca serán el resultado de un trabajo dedicado, responsable y honesto. 5.7. Lealtad: Acepta los vínculos implícitos en su adhesión a la Institución a la que pertenece, de tal modo que refuerza y protege, en su trabajo cotidiano, el conjunto de valores que aquélla representa. 5.8. Orden: Se comporta de acuerdo con normas lógicas, necesarias para la organización del trabajo a su cargo. 5.9. Respeto: Procura no lesionar los derechos y dignidad de los demás. 5.10. Decoro: Cuida que su comportamiento habitual en el hablar, en el vestir y en el actuar, tanto en su vida pública como privada, esté en concordancia con el cargo y función que desempeña. 5.11. Laboriosidad: Cumple diligentemente sus obligaciones de juzgador. 5.12.Perseverancia: Una vez tomada una decisión, lleva a cabo los actos necesarios para su cumplimiento, aunque surjan dificultades externas o internas.” El conjunto de las siete virtudes dedicadas al papel social del juzgador, representan obligaciones que completan plenamente y perfeccionan al juzgador a partir de rebasar esos mínimos establecidos por la normativa. El Patriotismo, el Compromiso Social y la Lealtad suponen mirar más allá del plano inmediato y del interés personal, para dedicar su trabajo a la realización de altos ideales, comprendidos en la misión del Estado y en la 487 orientación social de toda la legislación. El juez considera entonces el contexto en el que se encuentra y la condición subjetiva de los juzgadores, a fin de que en la particularidad se vayan concretando las perspectivas que a nivel general impone la legislación. El Orden, Decoro, Laboriosidad y Perseverancia, son partes integrantes de toda ética profesional y laboral, y que por lo tanto, se aplican a cualquier persona, que debe propugnar por el cumplimiento diligente, expedito, limpio y constante de sus responsabilidades. Estos elementos permiten, al formar parte de la forma habitual de ser de la persona, construir un perfil de profesionalismo, como señala el capítulo cuarto de nuestro Código. Una parte importante en la formulación de estas virtudes es la que corresponde a las formas de relacionarse y tratar el juez a los demás, ya sean los juzgadores que se le presentan, o ya sean sus subordinados; sin que se excluya el trato y convivencia que debe tener con el resto de las personas y que debe distinguirse por la sensibilidad, el respeto, las conductas exteriores y el uso del lenguaje, que en lugar de generar la impresión de autosuficiencia representen el compromiso social, el papel institucional y la honra que le corresponden al Poder Judicial. c). c) Aquellas virtudes que representan un Sentido Republicano y que pudieran o no estar en relación con los valores del medio social imperante. “5.13.Humildad: Es consciente de sus insuficiencias, cualidades y capacidades, y las aprovecha para emitir de la mejor manera 488 posible sus resoluciones, sin pretender llamar la atención ni esperar reconocimientos. 5.14. Sencillez: Evita en el trato con los demás actitudes que denoten alarde de poder. 5.15.Sobriedad: Distingue lo que es razonable de lo que es inmoderado y evita actos de ostentación que vayan en demérito de la respetabilidad de su cargo.” Encontramos en este conjunto de virtudes, unas que bien pudieron no incluirse, ya que si consideramos que el valor que frecuentemente se da en la sociedad mexicana a la investidura de los jueces y la forma en que muchos de ellos se asumen, no da lugar ni a la humildad ni a la sobriedad, parece que se autojustifica el “haber llegado a una posición” con el disfrute de una serie de privilegios. La enunciación de estas tres virtudes en el código envía un mensaje muy claro a quienes piensan de esa manera. El detentar la calidad de juez, no es materia de privilegio sino de responsabilidad pública por lo que la sencillez y sobriedad, deben representar el compromiso personal con el servicio público. Según palabras del Magistrado Rodolfo Luis Vigo, si a alguien le resulta particularmente difícil cumplir con estos niveles de disciplina y compromiso, entonces no debe ser juez, sería mejor que se retirara a realizar otras actividades en las que la soberbia y la ostentación no sean incompatibles. Como se dijo líneas arriba, estas tres virtudes bien pudieron no haber sido señaladas de cara a lo que actualmente se acostumbra, mas no, si se tiene en cuenta que el código está destinado a apreciar y promover conductas que aunque no se den 489 actualmente, conviene que se manifiesten y ganen su lugar en la costumbre pública y la cultura cívica de nuestro país. De manera general, sobre el Código, deben reconocerse su matriz Constitucional, es decir, que no se ha venido a inventar una ética que no esté contenida ya y forme parte de la orientación general que el Constituyente ha hecho respecto al oficio judicial. Hay también en este Código la preocupación por el consenso, ya que no sólo ha seguido varias etapas de elaboración y se ha dado a conocer a modo de Proyecto para que los especialistas y la sociedad en general pudieran analizarlo y comentarlo. En el proceso de elaboración también se ha hecho un trabajo muy serio de recuperación de las experiencias de otros países y de cómo se ha dado la formalización ética en cada uno de ellos, se encuentran cuadros comparativos, por ejemplo, respecto a la presencia de determinados valores en los códigos éticos de tales países, etc. Encontramos también el hecho de que no es corporativo sino que expresa la sensibilidad social inspiradora del Constituyente de 1917, pero sin dejar de reconocer las tendencias actuales que propician la modernización y profesionalización de los poderes judiciales. Su formulación es equilibrada en cuanto que busca darle continuidad a los valores que históricamente caracterizan al Poder Judicial de la Federación, pero también promueve el cambio de actitudes y el mejoramiento de las prácticas con base en los principios orientadores que presenta. Hace falta, por ello, que el Poder Judicial en sus diferentes instancias vaya procurando la 490 interiorización y adaptación estructural para materializar las orientaciones aludidas. 3.5.3. Propuesta para establecer un procedimiento de Responsabilidad Ética en el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación El problema central del concepto de ética judicial, es la relación entre derecho y moral; por lo que al respecto existen dos vertientes, la positivista y la no positivista. En la visión ius positivista, el derecho se convierte en un fin que se basta a sí mismo, se convierte en una isla sin conexiones que solo se explica con el derecho, rechazando de tal suerte a la política, moral, religión y juridicismo, mientras que en la no positivista se ubica la relación entre moral y derecho378. Según el Ministro y Doctor en Derecho, Rodolfo Luis Vigo, la eticidad no se puede ocultar y siempre ha existido, siendo substituto de la discrecionalidad de la que gozan los juzgadores justamente la ética judicial, siendo necesario ser hombre bueno en primer lugar y experto en el derecho en segundo. Al respecto, el mismo Ministro señala que las idoneidades requeridas para los jueces son las siguientes379: a). Idoneidad científica, técnica, operativa y prudencial, es decir, que sean iuris prudentes, lo que implica que para convertir a alguien en juez no basta que sea brillante en el derecho, se debe ser capaz de argumentar en ambos sentidos. No pudiendo ser prudentes los soberbios. b). Capacidad de diálogo. El diálogo tiene que ver con la dialéctica, quien no esta propuesto para argumentar y contra argumentar no es prudente. 378 VIGO, Rodolfo, Ministro de la Suprema Corte de Justicia de Argentina, en la Conferencia “Ética y Derecho”, organizada por la Barra Mexicana Colegio de Abogados y la Universidad Panamericana. México, 2005. 379 Ibid. 491 c). Posibilidad de los cambios, es decir, estar conciente de que las circunstancias obligan a adaptaciones. d). Idoneidad física y psicológica. Siendo necesario establecer estándares a fin de determinar quienes son aptos para desempeñar la función judicial, desde el punto de vista físico y psicológico. e). Idoneidad gerencial. Justamente en el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, aparece la idoneidad gerencial, regulada por los principios de independencia, imparcialidad, objetividad, profesionalismo y excelencia judicial. Lo cual también implica orden y planeación en la función a su cargo. f). Idoneidad Ética. La cual abarca lo que se piensa del juzgador, así como el pensamiento de éste respecto de temas éticos, a fin de reconocer los principios axiológicos. Derivado de lo anterior, tal y como lo establece Rodolfo Luis Vigo, el objeto material de la ética judicial es el juzgador y como en el ámbito social y jurídico se habilita a alguien para serlo. Es la ética judicial la que trata de establecer exigencias para lograr al mejor juez posible, tachando no solo al mal juez, sino también al mediocre380. Es así como las responsabilidades éticas, que se traducen responsabilidades judiciales, pueden ser las siguientes381: 1. Responsabilidad Civil. Daños y Perjuicios en sentido estricto. 2. Responsabilidad Penal. 3. Responsabilidad Administrativa. 380 Ibid. 381 Ibid. 492 en 4. Responsabilidad Política o Constitucional. 5. Responsabilidad corporativa. Que existe si el juzgador actúa en contra de los estatutos. 6. Responsabilidad social. Nivel de sintonía, sensibilidad, comprensión de tiempo, lugar y momento. 7. Responsabilidad científica. Lo que los juzgadores hacen con el derecho, reconocer premios y castigos. 8. Responsabilidad Ética, que es una responsabilidad específica, remanente de todas las responsabilidades anteriores. Para Michael W. Runner382, los códigos de ética deben incorporar mecanismos y procedimientos aptos para la admisión de quejas para la valoración de su validez y procedencia para investigar la legitimidad de los agravios expresados y para disciplinar a los jueces que violen o infrinjan los preceptos éticos. Justamente respecto a dicha responsabilidad ética, cabe señalar lo que establece el Código de Ética para Magistrados y Jueces del Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe, Argentina383, mismo que además de establecer un Consejo Consultivo al cual se pueden dirigir los jueces y la Corte Suprema de Justicia, sobre la interpretación y aplicación de las normas contenidas en dicho Código, establece el procedimiento de responsabilidad ética y un Tribunal de Ética, mismo que estará integrado por un ministro de la Corte Suprema de Justicia, que lo preside; un magistrado jubilado que no ejerce la profesión de escribano, abogado o procurador, y por un abogado jubilado que no ejerza la 382 RUNNER trabaja como Director del Centro Nacional de Tribunales Estatales del Programa de Colaboración Judicial MÉXICO-EUA. RUNNER, MICHAEL W. “Prácticas Provisoras en la Capacitación Judicial, En Enseñanza del Derecho, Revista Cauces de la Facultad de Derecho de la UNAM, año II, número 5-7. Enero-Septiembre de 2003. P. 73. 383 http://www.poderjudicial-sfe.gov.ar/etica/indice.htm. 493 profesión. Correspondiendo a la Corte Suprema su designación y la duración en sus funciones, las que serán ad honorem en todos los casos. Respecto al Procedimiento de Responsabilidad Ética, este iniciará por la denuncia, hecha por cualquier persona, miembro o no del Poder Judicial, pudiendo denunciar ante el juez de la provincia, por la infracción a las normas contenidas en dicho Código, requiriéndose patrocinio letrado si el denunciante no fuera abogado. Dicha denuncia se remitirá al presidente de la Corte Suprema de Justicia o el presidente de la Cámara de Apelación en lo Penal de la circunscripción judicial que corresponda a la residencia del órgano jurisdiccional al que pertenece el denunciado. Remitiéndose la denuncia en sobre cerrado y con la leyenda de que el contenido es personal y reservado, al ministro de la Corte Suprema de Justicia que preside el Tribunal de Ética. Recibida la denuncia, el Tribunal de Ética podrá desestimarla o disponer la apertura de una investigación preliminar. En caso de desestimación, remitirá las actuaciones a la Corte Suprema de Justicia; la falta de pronunciamiento de la misma en el plazo de tres meses importará el archivo automático de las actuaciones. Pero para el caso de que se disponga abrir una investigación, ésta se desarrollará de acuerdo con los principios del debido proceso, ajustados a la materia objeto del mismo, quedando facultado el tribunal de Ética para flexibilizarlo y orientarlo conforme a sus funciones propias. La investigación preliminar concluirá con un dictamen del Tribunal de Ética en el que se dará o no por acreditada la infracción denunciada, dictamen que se elevará junto con las actuaciones respectivas a la Corte Suprema de Justicia, misma que al recibirlas podrá aplicar un llamado de atención o alguna de las sanciones previstas en la Ley Orgánica del Poder Judicial; ordenar la apertura de un procedimiento sumario administrativo; o promover el enjuiciamiento del 494 denunciado. Pudiéndose aplicar supletoriamente al procedimiento de responsabilidad ética las normas de la Ley Orgánica del Poder Judicial en la medida en que resulten compatibles con el mismo, a juicio del Tribunal de Ética. En México, por lo que toca al Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, mismo que ya hemos analizado, con éste se pretende contar con un nuevo elemento que coadyuve a garantizar que la jurisdicción sea realizada por personas en las que se sumen la confianza, calidad técnica y la ética, por lo que al efecto, establece principios, reglas y virtudes judiciales dirigidas a los titulares de los órganos jurisdiccionales del Poder Judicial de la Federación, así como a los demás integrantes de dichos órganos en la medida en que tales principios, reglas y virtudes judiciales resulten aplicables a la función que cada uno de ellos desempeña, a fin de que no sólo guíen su conducta, sino para facilitar la reflexión ética sobre los diversos aspectos de la función que desempeñan, sin que tengan como fin “complementar o reglamentar la legislación vigente en materia de cualquier tipo de responsabilidad jurídica de los miembros del Poder Judicial de la Federación”. En cuanto a este último punto, cabe destacar que se considera necesario establecer mecanismos para la presentación de denuncias para el caso de infracción a las disposiciones contenidas en el Código de Ética, a fin de salvaguardar una justicia accesible, pronta, completa e imparcial y previsible, basada tal y como lo establece el Código de Ética, en la letra o la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta, en los principios generales del derecho sin que se privilegie a cualquier otro interés, por lo que al efecto se sugiere que mediante este Código se establezca la Responsabilidad Ética, tal y como sucede en la experiencia Argentina, y así se garantizará el comportamiento ético de aquellos que desempeñan la función jurisdiccional. Además de considerarse conveniente la creación de un órgano de consulta, al que dichos 495 servidores públicos puedan acudir para el caso de duda en la aplicación e interpretación del Código de Ética. En este orden de ideas, cabe precisar dos ámbitos a saber, el de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el del Consejo de la Judicatura Federal, ya que éstos a pesar de ser integrantes del Poder Judicial de la Federación, actúan con absoluta independencia. Suprema Corte de Justicia de la Nación Respecto a la aplicación del Código de Ética en el ámbito de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se propone que se adicione el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, a fin de que sea el Comité de Gobierno y Administración, el encargado de recibir las quejas por violaciones al Código de Ética, mismas que podrán ser presentadas por cualquier persona, dicho Comité estará facultado para desecharla por improcedente o en su caso realizar todas las investigaciones correspondientes, a fin de estar en posibilidades de rendir un dictamen, mismo que junto con todas las actuaciones será turnado al Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a fin de que ésta determine aplicar un llamado de atención, u ordenar a su contraloría interna la instauración de un procedimiento de responsabilidad, a fin de aplicar alguna de las sanciones previstas en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, o en su caso, promover el enjuiciamiento del denunciado, únicamente para el caso de faltas graves, tipificadas en el Código Penal Federal. En cuanto al Comité de Gobierno y Administración, cabe señalar que éste fue creado mediante Acuerdo 2/2003 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y se ocupará de conformidad con el artículo tercero del mismo Acuerdo, del ejercicio presupuestal y de todas las demás cuestiones que no sean competencia de los otros Comités. 496 El funcionamiento del Comité de Gobierno y Administración, se regulará por lo establecido en el mismo Acuerdo 2/2003, que establece que se reunirá cuando menos una vez al mes, en las fechas que determine el Pleno, y a convocatoria oportuna del Presidente384, especificándose los asuntos a tratar y acompañando la documentación correspondiente. El quórum para sesionar será por lo menos con la presencia de dos de sus miembros y tomarán decisiones condicionadas en cuanto a su ejecución; si el Presidente fuese el ausente, se procederá a su ejecución, y cuando disienta de ellas, se replantearán en la siguiente sesión a la que asista. Sus decisiones serán por unanimidad o mayoría de votos, sin embargo, si el Presidente queda en minoría y estima que el asunto lo amerita, podrá llevarlo a la consideración del Pleno para que éste decida. Asimismo, cada Comité designará al Secretario que estime pertinente, y habrá un Secretario de Coordinación y Seguimiento de los Comités para, entre otras funciones levantar las actas correspondientes y dar a conocer a los Ministros, en forma breve, los acuerdos tomados; en el entendido de que las actas estarán a disposición de los Ministros que la soliciten. Pudiendo éstos últimos cuando consideren que debe tomarse una decisión, elaborar un dictamen que distribuirán oportunamente entre los Ministros. Por lo que a las consultas y elaboración de dictámenes de responsabilidad ética, el Comité llamará a comparecer al servidor público que presuntamente haya infringido el Código de Ética, realizará las investigaciones pertinentes, y en caso de encontrar responsabilidad, elaborará y turnará el dictamen al Pleno de 384 El Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a su vez presidirá cada uno de los Comités. Acuerdo Plenario 2/2003 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 497 la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que este decida y en su caso aplique la sanción correspondiente. Determinar una responsabilidad ética según concepto del Doctor Rodolfo Luis Vigo (líneas arriba), es una tarea compleja y que demanda de las vertientes positivista y no positivista, ante lo cual se propone que el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación pueda contar con un Comité Consultivo para la interpretación y aplicación del Código de Ética, integrado por 5 notables: el Ministro Presidente, quien lo presidirá; un Ministro Jubilado, designado por el Comité de Gobierno y Administración; el Presidente de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho y dos miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), cuyas líneas de investigación sean la ética y la filosofía, designados por el pleno de la Corte, de entre los miembros idóneos de los niveles II o III del SNI. De las sanciones, podemos referir la experiencia que ocurre en el Sistema Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, cuyo Código de Ética385, prevé en el numeral II las siguientes sanciones: • Advertencia privada • Advertencia pública • Amonestación pública • Suspensión temporal del reconocimiento de evaluador, o • Baja definitiva del evaluador dentro del registro Conacyt de evaluadores acreditados. Tropicalizando estas sanciones para el Poder Judicial Federal, podríamos sugerir las siguientes: 385 498 Disponible en: http://www.conacyt.mx. • Advertencia privada • Advertencia pública • Amonestación pública • Reducción temporal de su antigüedad en la carrera judicial • Separación definitiva del juzgador en su participación en la carrera judicial Las sanciones que se consideran encuentran fundamento en el artículo 138 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, relacionado con los artículos 131, fracción VIII; 135 fracciones I, II, IV y V; 136; y, 137 fracción II. Consejo de la Judicatura Federal En el ámbito del Consejo de la Judicatura Federal, se propone que la Comisión de Disciplina sea la encargada de conocer de las quejas presentadas por infracciones al Código de Ética, mismas que de igual forma podrán ser presentadas por cualquier persona. Dicha Comisión tendrá la facultad de desecharlas por improcedentes o en su caso de realizar todas las investigaciones conducentes a fin de determinar la responsabilidad Ética, en cuyo caso elaborará un dictamen, que será turnado al Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, junto con todas las actuaciones llevadas a cabo, a fin de que éste determine, la sanción correspondiente, pudiendo ser un llamado de atención, u ordenar a su contraloría interna la instauración de un procedimiento de responsabilidad, a fin de aplicar alguna de las sanciones previstas en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, o en su caso, promover el enjuiciamiento del denunciado, únicamente para el caso de faltas graves, tipificadas en el Código Penal Federal. 499 Cabe señalar que el Acuerdo Plenario 48/1998 del Consejo de la Judicatura Federal, en su artículo 62 establece que la Comisión de Disciplina tiene como función primordial, conocer de las conductas de los servidores públicos y del funcionamiento de los órganos jurisdiccionales y oficinas de correspondencia común del Poder Judicial de la Federación, a fin de lograr un ejercicio responsable, profesional e independiente en la función jurisdiccional, así como evitar actos que la demeriten, por lo que éste será el fundamento legal para dotar a la Comisión de Disciplina de facultades suficientes para conocer de quejas presentadas y en su caso realizar las investigaciones conducentes, a fin de remitir el dictamen al Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, para que éste determine en definitiva; así como el ser órgano consultor en cuanto a la interpretación y aplicación del Código de Ética del Poder Judicial de la Federación. Con los mismos comentarios vertidos para la SCJN, sobre sanciones y Comité Consultivo, sólo tropicalizaríamos este último de la siguiente manera: lo presidiría el Ministro Presidente y se invitaría a integrarlo, además, un magistrado de Circuito jubilado, un juez de Distrito jubilado, designados ambos por la Comisión de Vigilancia; el Presidente de la Barra Mexicana Colegio de Abogados y un investigador nivel II o III, del Sistema Nacional de Investigadores y cuya línea de investigación sea la ética, designado por el pleno del CJF, de entre los miembros idóneos del SNI. 3.5.4. Aplicación de Metodologías Éticas, de Factibilidad de Políticas Públicas y de Multiplismo Crítico Una de las aportaciones metodológicas más interesantes aplicables al terreno que nos ocupa, y que por lo tanto, compaginan con las tendencias internacionales que impulsan un mejoramiento de la calidad y eficiencia del Poder Judicial, de modo que cumpliendo mejor su papel en la construcción y 500 protección del Estado de Derecho, contribuya a la certidumbre jurídica y al mejoramiento de las condiciones estructurales que posibiliten el desarrollo del país es el multiplismo crítico. Según Cook386, el “multiplismo” es un conjunto de métodos, o un método interdisciplinario que tiene las siguientes características: • Operacionismo múltiple: diversas medidas se aplican a un mismo objeto. • Investigación multimétodo: se aplican diferentes métodos para analizar una misma decisión y sus resultados. • Síntesis analítica múltiple: consiste en recopilar y analizar estudios de casos similares. • Análisis multivariable: implica tanto emplear diferentes variables en un mismo método como métodos rivales para el mismo estudio. • Análisis múltiple de los participantes: estudiar las perspectivas de los diversos actores involucrados en una problemática. • Análisis multiperspectiva: Incorporar varias perspectivas como la ética, política, organizacional, económica, social, cultural, psicológica y tecnológica como formas de representar los problemas y sus soluciones. • Comunicaciones multimedia: Es importante emplear diversos medios de comunicación para hacerse llegar información. Se puede decir que el multiplismo, más que un método es una disciplina metodológica o una propuesta metodológica en la medida en que no propone 386 COOK Thomas, Postpositivist Critical Multiplism en LANE SHOTLAND ed. Social Science and Social Policy, Sage, 1985. Citado por DUNN p. 6. 501 un método concreto, sino que nos invita a emplear todos los métodos que estén a nuestro alcance con el objeto de responder mejor a una situación. Se ha propuesto en este trabajo, y en continuidad con la propuesta de métodos éticos marcada líneas abajo, al “multiplismo crítico” como una herramienta apta para el análisis de problemáticas complejas que implican la intervención de diferentes sub-sistemas de racionalidad, esta metodología es aplicada a su vez, por Jesús Serrano, en lo que corresponde a los métodos éticos de análisis y solución de problemas morales387. El punto de partida de la propuesta de Jesús Serrano Sánchez, Filósofo y Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, y en Estudios Latinoamericanos, es “que el análisis ético de las políticas públicas sea un paquete de herramientas capaz de ayudar al directivo a tomar mejores decisiones, que consideren más ampliamente las condiciones, limitantes y efectos de una política determinada, proyectada o actual”388. Subyace a esta concepción, la crítica a la reducción del funcionario al papel de tecnócrata en el que la incapacidad para tomar el control de los procedimientos que administra lo ocasiona que las decisiones carezcan de sentido. Se dice, “la ética de la administración pública exige que el funcionario otorgue sentido a su función, que la conciba en el amplio abanico de la ética política, que la encuadre ante todo como una acción política y jurídica y por lo tanto comprometida con el bien común”389. La propuesta metodológica, comprende dos grandes secciones, una relativa a la argumentación como forma de puntualizar las razones que fundan una decisión que sea incluyente de las posibles contrapartes o replicas a la misma. 387 SERRANO J., La ética de la Administración Pública, UNEDAL, México 2002. 388 Ibid, p.118. 389 Ibid. 502 La segunda sección corresponde propiamente a los métodos éticos que recorren diferentes reglas de decisión que hacen parte del legado de la historia de la ética, a través de varios autores: “La ética posee métodos propios que son el resultado de los diferentes sistemas filosóficos o de interpretación de la realidad”390. La argumentación se funda a partir del conocimiento disponible, por lo que la disponibilidad de información es la primer condición necesaria. Generalmente los problemas se resuelven gracias a la posibilidad de emplear prudencialmente la información, no obstante, como nos indica este autor, frecuentemente en los problemas éticos, la dificultad no radica en la insuficiencia de información sino en los sistemas –y valores- para procesarla. “El objetivo de la argumentación política es alcanzar conocimientos útiles para tomar y sostener una decisión”391. La argumentación resulta de la posibilidad de exhibir la información como argumento que justifique determinada conclusión. Es una herramienta de la lógica aplicada a problemas de racionalidad interaccional. 390 Ibid. p. 131. 391 Ibid. p. 118. 503 Gráfica 10: Racionalidad interaccional La decisión se adopta con base en una serie de datos, que son interpretados y convertidos en información relevante. La información conduce a un proceso de razonamiento y a la adopción de una decisión. En esta materia, los argumentos sirven no a modo de demostraciones lógicas, ya que “en la vida real, las conexiones entre los hechos rara vez se dan de manera directa, por lo que se justifica que, a falta de una absoluta seguridad en el conocimiento de las causas, basta con un conocimiento probable de las mismas para asumir que x puede ser condición de y. De ahí que los argumentos políticos no se amparan en una demostración puntual, objetiva, científica, sino en un razonamiento 504 cierto, informado y probable”392. La elección se ampara en un buen razonamiento que debe ser público, debatido y ganado. El esquema propuesto por el autor, que en esto sigue a William Dunn393, comprende una serie de elementos, denotados por la letra que inicia cada párrafo: I. Información relevante: Punto de partida. C. Conclusión política: Es el punto de llegada tras sopesar cada uno de los elementos a favor y en contra. G. Garantías: se trata de pruebas que se aportan a favor de cierta conclusión. B. Apoyo o respaldo: El respaldo es una prueba que se aporta en beneficio de la garantía o de la refutación. R. Refutación o contra-argumento: la refutación representa cualquier posible objeción o contraejemplo que pudiera derivar en una conclusión distinta de la que se perfila como más segura. Q. Cualificador: el cualificador representa la probabilidad o seguridad en la afirmación de la conclusión. A su vez, la Argumentación se clasifica en varios Métodos: Autoridad Se basa en el reconocimiento a la autoridad de quien es considerado experto Estadístico Estimación sobre las características de una población 392 Ibid. p. 119. 393 DUNN, William, Public Policy Analysis: an introduction, Prentice Hall, N.J. 1994. Capítulo 4. 505 De clase Establece una similitud en las características entre los miembros de una clase. Intuitivo Se fundamenta en el estado mental de los actores (emociones, juicios o conocimiento) Epistémico Validez de los métodos analíticos o reglas empleadas para el estudio del asunto (economía, matemáticas, análisis de sistemas, etc.) Explicativo causal Se basa en la evidencia de las causas de un hecho. Axiológico Bondad o maldad, corrección o incorrección de las políticas y sus consecuencias Líneas más abajo se aplicará este esquema para el análisis del caso de reforma judicial en Argentina. “Han surgido métodos éticos, capaces de explicar nuestros actos, pero sobre todo, de dirigirnos en la toma de decisiones. Así como las políticas públicas recurren a un análisis multimétodo, el análisis de la ética de las políticas se vale de los múltiples métodos que los filósofos han ideado”394. Los métodos éticos analizados son: 1. La Regla de Oro 2. El Principio de Doble Efecto 3. El Imperativo Categórico 394 506 SERRANO J., La ética de la Administración Pública. Op. Cit. p. 118. 4. La Jerarquía Axiológica 5. El Principio Utilitarista 6. La Ética del Discurso Estos métodos, que serán expuestos de manera breve a continuación, también nos ayudarán a precisar los alcances de una ética aplicable a la reforma del Poder Judicial. La Regla de Oro suele enunciarse como “Haz el bien y evita el mal”. También se suele formular como “trata a los demás como quieras que te traten”, “no hagas a otros lo que no quieras para ti”. La primera formulación permite suponer la existencia de un principio absolutamente general y fundamental que debe orientar toda practica que se estime moral, según consideran algunos autores, encontramos en esta fórmula el primer principio práctico de aplicación formal y general. No obstante, la Regla de Oro no explica qué es el bien y qué es el mal. Pasa entonces el problema a los terrenos de la epistemología o bien a los contenidos de las disposiciones morales convencionales, en la legislación y en la capacidad abstractiva de la razón en su descubrimiento de la ley natural395. La Regla de Oro es ante todo un principio formal, si bien, algunos autores, como Serrano y Enrique Dussel, al relacionarlo con los códigos de conducta de la antigüedad como el Código de Hammurabi, el Código Hitita, el Decreto de Horemheb, en el Libro de los Muertos egipcio y en Filón de Alejandría, lo traducen en un criterio material de bienes, así por ejemplo se cita al Libro de los Muertos egipcio donde el alma se presenta a juicio y expone: 395 De manera amplia se expone la teoría de la ley natural y sus vinculaciones con el sistema legal en conjunto en LOZA Manuel, Ética General, UPM, México, 1998, pp. 49-70. 507 “No cometí inequidad contra los hombres… no empobrecí a un pobre en sus bienes… No hice padecer hambre… No añadí peso a la medida de la balanza… No robé con violencia… No robé pan… Satisfice al dios cumpliendo lo que él deseaba. Di pan al hambriento, agua al sediento, vestí al que estaba desnudo y di una barca al náufrago” (Cap. 125). Encontramos que en la propuesta de Reforma al Sistema Judicial se están recuperando al menos dos manifestaciones de la Regla de Oro, por una parte cuando se considera que el imperio de la ley debe prevalecer y que por lo tanto, todo aquello que contribuya a la consideración del Derecho y la Justicia cumple con una de las razones más elementales de ser del Estado, con lo que es un bien que debe realizarse, más enfatizamos, que esta noción, como nos indica la filosofía del derecho es del todo formal, con lo que la formalidad de la Regla de Oro concreta la formalidad del Derecho396. Por otra parte, la Reforma al Sistema Judicial opera en un sentido material y sustantivo en cuanto que parte de una serie de diagnósticos objetivos respecto a la efectividad y eficiencia con que viene operando el Poder Judicial para de ahí derivar una serie de conclusiones operativas que buscan traducir la noción normativa fundamental de que el Sistema Judicial debe funcionar y debe hacerlo con eficiencia y eficacia para prestar un mejor servicio a la ciudadanía. Se enumeran una serie de asuntos que deben atenderse como el mejoramiento tecnológico, la capacitación, la publicidad de indicadores de desempeño, etc. temas todos que podría traducirse en el lenguaje del Libro de los Muertos, el sistema rinde 396 508 Cfr. PRECIADO HERNÁNDEZ Rafael, Lecciones de Filosofía del Derecho. Facultad de Derecho UNAM, México 1997. Cap. III, pp. 31ss. Cfr. También, aunque su exposición de la materia es más general. PECES-BARBA, Gregorio. Introducción a la Filosofía del Derecho. Ed. Debate. Madrid, 1983, Caps. IV y V, Pp. 251-280. cuentas: No fui omiso en mis obligaciones, procuré atender mejor a los juzgadores, evité la corrupción, evité la pérdida de tiempo y recursos... El segundo método ético es el Principio de Doble Efecto, formulado por Tomás de Aquino: “Nada impide que de un solo acto haya dos efectos, de los cuales uno sólo es intencionado y el otro no. Pero los actos morales reciben su especie de lo que está en la intención y no, por el contrario, de lo que es ajeno a ella, ya que esto les es accidental”397. La comprensión del principio no es fácil y frecuentemente se le llega a identificar con la máxima Maquiavélica de que el fin justifica los medios. Según Santo Tomás nos encontramos frecuentemente en situaciones en las cuales debemos actuar en pos de un bien querido por la voluntad y conveniente en sí mismo, pero que inevitablemente viene acompañado de una serie de “costos” o de externalidades negativas —moralmente censurables— que no obstante obligaría en un exceso de celo moralista a evitar toda acción por temor a responsabilizarse de uno de estos subproductos. “Efectivamente, es muy frecuente que nos encontremos en la necesidad de actuar, dando por supuesto que no actuar traería peores consecuencias, y que la acción requerida implica dos efectos, uno intencional, consciente y voluntario, otro involuntario e inevitable”398. Lo que nos dice Tomás de Aquino es que en estas situaciones podemos actuar siempre y cuando se satisfagan una serie de restricciones: a). El mal no es querido nunca por la voluntad, sino tolerado. b). El mal no es un medio para el bien —condición que distingue el principio de Doble Efecto de Maquiavelo—. 397 AQUINO S. Tomás de, Suma Teológica, II-II q.64, a.7 sol. 398 SERRANO. Op. Cit. p. 132. 509 c). El mal es inferior en proporción al bien que se espera lograr. d). La imposibilidad de no actuar o bien que no se disponga de otras opciones que eviten el mal descubierto. Es fácil notar que este método encuentra su aplicación de modo común en los problemas políticos que se caracterizan por enfrentar a diversos actores con pretensiones de utilidad contrapuestas, de modo tal, que lo que puede ser un bien para unos resulta en perjuicio para otros, mas no porque el bien sea obtenido mediante el mal, con lo cual habría una responsabilidad directa. En este tipo de casos el juicio prudencial, auxiliado por el método, permite establecer cuándo se puede actuar y dónde están los límites; así como en qué situaciones es mejor abstenerse de una acción dañina e indebidamente legitimada. Una vez hecha esta puntualización podríamos dirigirnos a la cuestión de la Reforma en el Sistema Judicial ¿hay en este proceso alguna decisión que suponga un costo, un mal no querido sino tolerado? Por ejemplo si la implementación de nuevas tecnologías que procuren la eficiencia en beneficio del público, y esta medida deriva en el despido de empleados. Sin duda el generar desempleo no está entre los deseos de los tomadores de decisiones, sin embargo, no puede alcanzarse determinados objetivos de eficiencia administrativa sin una medida de esta naturaleza. Hay que cerciorarse que cada una de las restricciones expuestas sea cumplida en este y en parecidos casos. El tercer método presentado es el Imperativo Categórico de Emmanuel Kant. El enfoque kantiano, como es sabido, descansa en el formalismo de la ética, es decir, en una voluntad buena que sea fuente de una legislación para sí misma en virtud de la forma de ley de su máxima. Kant reconoce que la persona se enfrenta y se da a sí misma numerosos preceptos y máximas de la voluntad, sin 510 embargo, la mayoría de ellas sólo pueden tener validez para mí mismo o para un pequeño grupo de individuos, y está vinculada a una serie de condiciones a la luz de las cuales determinado precepto es más útil que otro para alcanzar determinados fines. Para vencer esta dificultad y alcanzar una norma ética que sea universalmente válida y exenta de condiciones materiales o utilitarias recomienda poner atención en un criterio formal o general para aceptar o no un “principio práctico” o política o decisión ejecutiva. “Si un ser racional debe pensar sus máximas como leyes prácticas universales, puede sólo pensarlas como principios tales que contengan el fundamento de determinación de la voluntad, no según la materia, sino sólo según la forma”399. El principio formal kantiano, entonces, se diferencia de la regla de oro tomada en su sentido material y se identifica con ésta si se le considera como principio formal, según se expuso líneas arriba. Los elementos característicos del principio de este filósofo son: puridad, autonomía y universalidad. Si estas tres condiciones se reúnen entonces podemos tener seguridad en la validez universal e incondicionada de nuestra línea de conducta. De manera más general y fundamental, dice el conocido Imperativo: “Obra de tal modo, que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre, al mismo tiempo, como principio de una legislación universal”400. En otra formulación enfatiza más bien el hecho de que esta máxima resulta de la libre autonomía y razón del individuo quien es capaz de ser un legislador para sí mismo, por eso dice: 399 KANT. E., Crítica de la Razón Práctica, Libro I, cap. 1, §4. 400 Ibid §7. 511 “El imperativo práctico será, pues, como sigue: obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio”401. Aunque a primera vista el Imperativo Categórico representa una mayor dificultad para su comprensión y aplicación de hecho si se reduce a sus dos expresiones básicas, es decir a la universalidad y a la absolutización de la persona, sus implicaciones programáticas se vuelven más claras. ¿Cuál es la razón de ser de un proceso de reforma y eficientización del Sistema Judicial y se las reglas de operación de la Carrera Judicial? ¿Son aquellas que debe cumplir cualquier sistema judicial como el respeto al derecho y la preservación de la justicia? ¿Es el derecho y el acceso a la justicia algo que considera a la persona como medio o como fin? No es difícil descubrir que el imperativo es la “prueba del ácido” para los procesos de reforma, ya que deben ser expuestos a la consideración de sus fines subjetivos tanto como a su trascendencia más allá de los límites en que se pretende llevar a la práctica. No es extraño en algunos casos de que al contrastar con el principio, resulte una franca insuficiencia de las reformas, que no pueden ser justificadas ya que no redundan claramente en un mejoramiento del servicio de cara a su finalidad sustantiva. ¿Cómo explicar que haya quienes pretendan mantener al Poder Judicial alejado del escrutinio público en aras de la Independencia Judicial sin reconocer que en último término sólo se justifica la Independencia en virtud de la justicia en un estado de derecho que le sirva al pueblo? 401 512 KANT. E, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Ed. Porrúa, México, 1996, Col. Sepan Cuantos no. 212, pp. 44-45. El cuarto método es el de la ética material de los valores de Max Scheler. El uso generalizado en nuestro tiempo del concepto de valor, como una forma de referirse a las orientaciones materiales que deben prevalecer en la conducta de las personas y las instituciones, se origina en la réplica que hace Scheler a las éticas de bienes (Aristóteles) y formal (Kant) ya que según él, ambas son incompletas. Por una parte, la ética aristotélica de bienes es siempre condicionada, ya que los bienes son realidades objetivas que satisfacen una necesidad concreta y que por lo tanto no superan el nivel de lo condicionado, por otra parte, la ética formal, que parecería trascender este último problema, es nula, ya que no contienen de manera explicita una normativa que cualquiera pudiera entender y seguir en su vida. La primera aportación de Scheler, entonces, es la propuesta de que: “…hay auténticas y verdaderas cualidades de valor, que representan un dominio propio de objetos, los cuales tienen sus particulares relaciones y conexiones, y que pueden ser, ya como cualidades de valor, más altas y más bajas, etc. Pero, si tal es el caso, puede también haber entre ellas un orden y una jerarquía, independientes de la existencia de un mundo de bienes, en el cual se manifiesten, y también independientes de las modificaciones y el movimiento que ese mundo de los bines sufra a través de la historia. Respecto a la experiencia de ese mundo de los bienes, los valores son a priori”402. Según este autor, los valores son cualidades ideales de la realidad que se expresan de manera concreta: el amor, la vida, la honestidad, la eficiencia, son valores que todos podemos fácilmente entender y practicar, sin embargo, se 402 SCHELER. M., Ética, tomo I, Revista de Occidente, Madrid, 1941, p. 42. 513 reconocen por el hecho de mantener un carácter formal, que es el hecho de ser “valores”, es decir, de suscitar la inclinación de la voluntad por sí mismos, sin necesidad de ser justificados. Se puede decir que con su propuesta Scheler iluminó en buena medida la práctica profesional y la posibilidad de establecer, como se hace actualmente “códigos de conducta” que contengan un elenco de valores apreciados y reconocidos por una sociedad. La segunda y posiblemente más importante aportación de este filósofo alemán es la jerarquía del valor o mejor, la posibilidad de establecer una jerarquía de valores gracias a unas reglas de prioridad403, que son: • Duración: un valor es superior en cuanto más durable sea, menor si es pasajero. • Divisibilidad: Los valores pueden ser disfrutados por uno o por varios, por ejemplo los valores materiales sólo pueden ser disfrutados por pocos, mientras que los espirituales pueden ser compartidos por muchos. Un valor es superior si es más divisible. • Satisfacción: Los valores generan diferentes grados de satisfacción, algunos sólo se disfrutan por un breve tiempo, los mayores son profundos y duraderos. • Fundamentación: un valor es superior en cuanto dependa menos de otros valores. 403 514 Cfr. COLOMER, Eusebi, El Pensamiento Alemán de Kant a Heidegger, Tomo III, Capítulo VII. P. 420-421. • Relatividad: Los valores se relacionan unos con otros, se vuelven dependientes entre sí. Un valor es mayor en cuanto más se acerque a ser absoluto. La propuesta de Scheler es sin duda una aportación valiosa, no sólo porque plantea seriamente a la sociedad del siglo XXI la posibilidad de una ética no relativa, sino porque nos ayuda en la pieza clave para superar el relativismo, y es justamente el contar con una regla de prioridad que permita construir una escalera jerárquica de valores. Las medidas en proceso para la aplicación y auditoria de la Carrera Judicial son formas de realizar valores, como puede ser la eficiencia frente al imperio de la ley, o la estabilidad laboral frente a la meritocracia, si todos estos son valores ¿cuáles serán superiores? En su obra El utilitarismo404 John Stuart Mill propone un principio de moralidad basado en la búsqueda del placer y la felicidad para el mayor número posible: El credo que acepta la Utilidad o Principio de la Mayor Felicidad como fundamento de la moral sostiene que las acciones son justas en la proporción con que tienden a promover la felicidad; e injustas en cuanto tienden a producir lo contrario de la felicidad. Se entiende por felicidad el placer, y la ausencia de dolor; por infelicidad el dolor y la ausencia de placer405. La propuesta de Mill presenta una notable importancia ya que el criterio utilitarista, comúnmente entendido como la maximización de los beneficios y la minimización de los costos es la premisa central de la administración moderna y en la misma medida, determina las reglas de la economía contemporánea. No obstante, el utilitarismo es ante todo una regla de elección moral, para la cual, lo 404 MILL, J.S. El Utilitarismo, Alianza, Madrid, 1999. 405 Ibid. pp. 49-50. 515 bueno consiste en la mencionada maximización de beneficios, apoyándose en una recta razón. Por otra parte, el criterio utilitarista es considerado inmoral por muchos dado que es egoísta y en aras de la maximización llega a ser inescrupuloso. Los defensores de Mill por el contrario, piensan que el autor quería mirar el conjunto de la realización de la conducta, por lo que alcanzar el mayor bien para el mayor número no puede alcanzarse si por otro lado en el sistema se obra mal. No es ese el objeto de esta reflexión, sino elevar el papel del principio utilitarista: el mayor bien para el mayor número406. La premisa por las que Serrano piensa que el utilitarismo debe ser incluido como una metodología ética es la importancia real que ocupa en la toma de decisiones y que, según él, no puede verse el interés del individuo como desligado del interés del sistema para el que trabaja. Por lo que el servidor público en la función que desempeña, persigue simultáneamente un legítimo interés personal y el interés público. El punto de equilibrio debe ser la recta comprensión del principio utilitarista. En el caso de las Reformas al Estado que se vienen implementando se trata en todos los casos de costos relacionados a la depuración, modernización y eficiencia de los órganos públicos. Sin duda los costos deben tomarse en cuenta, sin importar su naturaleza, pero los beneficios potenciales también tienen que ser establecidos muy claramente. No se legitima que la sociedad en su conjunto padezca malos servicios de administración de justicia cuando existe potencial aprovechable. Ética del Discurso. En la extensa obra Teoría de la acción comunicativa de 1981, Jürgen Habermas presenta un método decisivo para comprender y 406 516 Cfr. Ibid. p. 57. resolver problemáticas propias del ámbito público. Siguiendo las influencias propias de la filosofía fenomenológica y de la escuela de Frankfurt así como de la sociología marxista, propone la distinción entre sistema y mundo de la vida407. Por una parte se reconoce una racionalización de la vida cotidiana, manifiesta en interés utilitarios propios del ámbito económico y el administrativo (Estado). Estos subsistemas poseen sus propios medios de organización de las acciones y de comunicación (no verbal), a saber, el dinero y el poder; buscan "acciones orientadas al éxito" en contra del buscar "acciones orientadas a la comprensión", que rige en cambio el interés del mundo de la vida de los individuos —su cotidianidad. Los conflictos sociales resultan de la discrepancia entre ambos intereses y a que el sistema intenta colonizar al mundo de la vida. El interés de encontrarse entre sujeto y sujeto es sustituido por estas pretensiones dominadoras a-dialógicas del sistema, la ética del discurso postula procedimientos para "dirimir los conflictos de acción con base en una aveniencia racionalmente motivada"408. Se trata de dos principios constitutivos409: el principio "D" asienta que "sólo pueden reivindicar lícitamente validez aquellas normas que pudiesen recibir la aquiescencia de todos los afectados en tanto que participantes en un discurso práctico"410; según este principio, el discurso ("D") racional de los participantes se torna un imperativo categórico característico de toda norma de acción que se pretenda universal. Por su parte el principio "U", establece que "en las normas válidas, los resultados y los efectos secundarios que se deriven de su seguimiento universal 407 En alemán: "System und Lebenswelt". 408 HABERMAS, Jürgen. Aclaraciones a la ética del discurso, Trotta, Madrid 2000, p. 15. 409 Cfr. Ibid p. 16 ss. 410 Ibid, p. 16. 517 para la satisfacción de los intereses de todos y cada uno tienen que poder ser aceptados por todos sin coacción alguna"411; de esta forma, la universalización ("U") de las normas implica que puedan ser aceptadas libremente por los participantes motivados exclusivamente por la fuerza de las mejores razones. En su libro Facticidad y validez Habermas introduce un importante elemento para la operativización de los principios D y U de la ética del discurso412, el derecho positivo está en medio del sistema y el mundo de la vida como la instancia en la que se aplican ambos principios de la ética del discurso, intermedio entre la mera facticidad de la vida y la revisionabilidad de las normas. El derecho permite que el consenso radical que proponía en la primera obra se resuelva mediante una validez social. El derecho se rige por el criterio de razonabilidad es decir, una norma ha de poseer unas características propias (forma) que la hagan reconocible y digna de asentimiento por todo individuo racional. 3.5.5. Análisis de casos 3.5.5.1. Análisis ético del Proyecto para la Construcción del Aeropuerto Internacional de Texcoco, y la Respuesta de los Ejidatarios de San Salvador Atenco El caso en estudio representa un paradigma respecto a la importancia que tienen las consideraciones éticas en lo correspondiente a la toma de decisiones de política pública. El caso exhibe de qué manera, el mejor sustento técnico 411 Ibid. 412 Cfr. HABERMAS J., Facticidad y validez. Sobre el derecho y el estado democrático del derecho en términos de teoría del discurso, Madrid, Tecnos, pp. 184 ss. 518 respecto a la factibilidad y conveniencia de una decisión, puede naufragar por causa de la ausencia de consideraciones de carácter ético como parte del complejo entramado de estudios que apoyan una decisión. Por otra parte, en la medida en que este factor estuvo ausente, se generó un conflicto social con claros elementos de ingobernabilidad. Serrano413 ha insistido en el hecho de que la ingobernabilidad es el signo revelador de la falta de ética y viceversa, el respeto a la ética redunda en una mejor gobernabilidad. Los objetivos de presentar este caso en el marco del estudio de la importancia del mejoramiento de las condiciones laborales y la reforma al Poder Judicial es demostrar la utilidad de la metodología del análisis ético de políticas públicas para comprender mejor las exigencias ejecutivas que pesan sobre una decisión pública y cómo el manejo de ésta, en la medida en que hace presente un enfoque ético, puede redundar en mejor gobernabilidad. Dado que el caso del Proyecto para la construcción del Nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, no contó con este enfoque, generó una indebida presión en contra de la autonomía y objetividad del poder judicial, que tuvo que manejar un conflicto político. Evidenciaremos la importancia que tiene este hecho para el Poder Judicial. Como viene ocurriendo en los últimos años en México, en el periodo de la democracia, numerosos conflictos sociales han pasado de ser resueltos por las instancias políticas —tradicionalmente poderosas e incuestionables— a ser resueltos por instancias judiciales. Este hecho reviste la mayor importancia por cuanto parte de un diagnóstico que explica las causas efectivas de conflictos mediante factores jurídicos, la ausencia de respeto al derecho por desconocimiento o por dolo, genera atropellos que generan conflictos que 413 Cfr. SERRANO J., La Naturaleza Ética de las Políticas Públicas, Ed. UPM, México 2001, cap 5. 519 deben ser resueltos mediante mecanismos de restitución del derecho de los afectados. Son decisivas, las tendencias internacionales, expuestas en esta misma investigación, impulsando la certidumbre jurídica como un mecanismo de consolidación del mercado y confianza para los inversionistas. En el caso del proyecto para la construcción de un nuevo aeropuerto, parece clarísima la interconexión entre aplicación de la ley y efectividad del proyecto de inversión. Pero no fue así. Los operadores gubernamentales que tuvieron que hacer frente a las primeras oposiciones al proyecto rápidamente judicializaron el proceso, esperando evidenciar la legalidad del decreto expropiatorio, estableciendo de quién es el derecho y dejando a todas las partes satisfechas. La forma de interpretar los conflictos como déficits en la aplicación de la ley nos parece que es delicada, ya que, como se evidenció en este caso, no sólo no resolvieron la materia del conflicto en pro de la realización del proyecto, sino que ellas mismas quedaron atrapadas en un juego de poder entre políticos y sociedad. La judicialización del sistema de procesamiento de demandas sociales puede ser una muestra de que las instancias políticas son incapaces o están renunciando a fungir como intermediarias en el procesamiento de demandas y la satisfacción de necesidades. Y sobrecargan al Poder judicial con presiones que afectan su independencia y objetividad. En este caso, se crea un sistema complejo en el que encontramos la confluencia de varios subsistemas, los cuales trasladan, ya sea de ida o de ida y vuelta una serie de demandas y presiones a otros subsistemas. 520 Subsistemas414 participantes en el caso Aeropuerto-Atenco MA= Medio Ambiente EN= Ecología Nacional CT= Comunicaciones y Transportes SC= Social y Campesino PP= Partidos y Movimientos Políticos Ac= Academia SJ= Sistema Judicial Relación entre Subsistemas en el caso Aeropuerto-Atenco 414 Cfr. Dunn p. 140. Interdependence of Policy Problems. 521 De acuerdo a lo que propone Dunn cuando habla de la interdependencia entre problemas políticos, ninguna política puede verse como aislada del sistema del que forma parte, ya que se da una serie de influencias, ya sea en una o en doble vía, que van determinando y modelando el contexto en el cual se tienen que tomar las decisiones y, naturalmente, los objetivos que estas decisiones tienen que resolver. El cuadro anterior nos presenta un proceso que inicia en el subsistema de Comunicaciones y Transportes, que propone el proyecto de construcción del nuevo aeropuerto, su iniciativa pretende incidir en la economía nacional, mediante un mejoramiento de las posibilidades comerciales, así como por la derrama económica y la generación de empleos de un proyecto de esta envergadura. Como se verá uno de los primeros impactos del proyecto, es afectar el medio ambiente y los recursos naturales, situación que condiciona la sustentabilidad de la economía nacional. Los académicos por su parte, manifiestan interés en la protección del medio ambiente. En un momento dado, los objetivos de desarrollo económico (el aeropuerto), le pasan la factura al sector social y campesino, que se ve afectado directamente y atrayendo a su favor un importante apoyo del sector académico y de algunos partidos o movimientos políticos. El Sistema Judicial recibe y procesa las demandas de los subsistemas de comunicaciones y social, para emitir sentencias o resoluciones que afectan a dichos subsistemas. Ahora bien, tanto el Subsistema de Comunicaciones y Transportes, como el Social y Campesino dirigen directamente querellas y presiones sobre el Sistema Judicial, esperando que falle a su favor, pero no menos significativas son las presiones de la Economía Nacional —que, aunque no es un actor autónomo— es un factor que los jueces deben proteger con sus decisiones, pero los jueces también reciben la presión política de partidos y 522 movimientos políticos que les exigen congruencia con ideales / causas como la justicia agraria. Como se ve, los jueces, representantes del Subsistema Judicial, se encuentran en la encrucijada. 1) Información relevante del proyecto oficial415 El Poder Ejecutivo Federal anunció la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México en la zona rivereña de Texcoco, objetivo que el Gobierno del Estado de México promovió. Parte de las reacciones de oposición al aeropuerto, consistió en la denuncia de una serie de impactos ambientales, por lo que el Gobierno del Estado de México anunció, en la primera mitad de 2002, un plan denominado Proyecto Ambiental Nuevo Texcoco y Aeropuerto Internacional de México (AIM). que se definía, a la vez, como un proyecto de vida para los habitantes de la zona central del Valle de México que contemplaba un crecimiento social, económico, urbano y ambiental, con miras a un futuro prometedor. Para tal efecto, se integró una comisión técnica integrada por autoridades federales, estatales, del Distrito Federal, expertos en aeronáutica, ecologistas y especialistas en mecánica de suelos, para vigilar la definición final del Proyecto Ambiental Nuevo Texcoco. Se preveía también, el esquema financiero para la sustentabilidad del proyecto a largo plazo. Desde hace 20 años, se pretendía desarrollar un proyecto capaz de rescatar la zona ribereña del ex lago de Texcoco, así como la explotación de su terreno que en aquel entonces consistía en una extensión de 15000 hectáreas. Una explotación traducida en un desarrollo económico y social de la región central del Valle de México, que intentó resolver algunas de las más inquietantes objeciones. 415 Vid. http://www.edomex.gob.mx/newweb/archivo%20general/Texcoco/proyect2.htm. 523 Desde el punto de vista técnico se elaboraron pormenorizados estudios que consideraron los siguientes aspectos: 1.1. La avifauna del Lago de Texcoco Se establecieron estudios científicos que contemplaron el análisis de la población de las aves, determinando que ninguna de éstas era susceptible de una posible extinción en su especie. Asimismo, se impulsó el deber de realizar los planes especializados de manejo del medio ambiente, acordes con el Plan de Texcoco, para lograr la convivencia entre las aves y el AIM, atendiendo a las propuestas de la asociación Bird Strike Comitee con la participación de especialistas de todo el mundo en la evaluación de los programas de manejo de la fauna silvestre en aeropuertos. Por otra parte, se tenía pensado conservar a la avifauna a través de la rehabilitación v mantenimiento de las presas y lagos que proveen de agua a la Ciudad de México. 1.2. Análisis costo-beneficio Los análisis sobre los costos posiblemente generados en la construcción de este aeropuerto, incluían: • El costo ambiental y social provocado por las emisiones contaminantes provenientes del flujo vehicular, derivado de la construcción y operación del AIM. • Costo de oportunidad del uso del suelo en el área construida del nuevo AIM. • Costo total del suministro de agua requerido por la urbanización industrial, comercial y doméstica generada por la construcción del AIM. • Costo de la pérdida de capital natural derivada del uso adicional de combustibles fósiles para satisfacer la nueva demanda de trayectos. 524 • Costo del tiempo de los trayectos de los usuarios del AIM. • Costo de la pérdida de productividad y de competitividad derivada del tiempo de traslados. 1.3. Beneficios ambientales y sociales La proyección sobre la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, comprendía en esta información oficial, varios aspectos optimistas que pretendieron impulsar su comercialización. Entre estos aspectos podemos destacar los siguientes: • Incremento de la capacidad de regulación del sistema hidráulico del Valle de México. • Recarga de mantos acuíferos, a partir de programas de recuperación de suelos y bosques en la cuenca oriental. • Sistemas naturales de producción de oxígeno. • Incremento de la humedad relativa en la atmósfera. • Reforestación de especies nativas, en las áreas de compensación. • Generación de humedad y captura de contaminantes, como ozono y partículas suspendidas en el aire. • Acondicionamiento y manutención de los hábitats de las aves migratorias y otras especies. • Creación de grandes áreas verdes y recreativas (parques ecológicos) • Fijación de suelos. • La permisión de la construcción de un dren perimetral al área del lago de Texcoco que la delimite y evite su poblamiento. 525 • El establecimiento de áreas de compensación al norte y al oriente del aeropuerto, con lo que la zona se incrementaría. En el oriente hubiera reubicado la laguna artificial de Xalapango. • Promoción de la mejora de función regulatoria del lago de Texcoco, con la construcción de una laguna adicional en Chimalhuacán. • El AIM, tendría un impacto positivo en el rescate ecológico de la zona y muy importante en el desarrollo regional del centro del país, en los Estados de: Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos, Querétaro, Guerrero, Michoacán, México y el Distrito Federal, los cuales conforman una región cuya vocación consolidaría el crecimiento del país. 1.4. Impacto en la actividad económica • El proyecto impactaría a la región oriente del Valle de México en el crecimiento de su economía por arriba del nivel estimado para el país y el Estado de México en su conjunto. • Los sectores de la economía del Estado de México y de la región que se dinamizarían: transporte terrestre, equipamiento urbano, hoteles, restaurantes, centros comerciales, empresas de servicios complementarios, entre otros. • Sólo en el área comercial internacional la inversión potencial sería de más de 200 millones de dólares. 1.5. Mecánica de suelos De acuerdo a los estudios científicos sobre los suelos del AIM, se determinó que éste poseía un proceso de aguda desertización por salinidad, lo que confirmó su semejanza con la mecánica de suelos del AICM. Asimismo, se agregó el proyecto de tres pistas simultáneas que impedirían el desgaste que 526 asimismo sería evitado por el mantenimiento constante de acuerdo a las normas internacionales. 1.6. Atención Federal a criterios para la realización del proyecto Los criterios que se juzgaron prioritarios para la aceptación del proyecto se definieron como de carácter federal y asimismo se presentaron en los siguientes puntos: • Visión aeronáutica y regional de largo plazo. • Las necesidades de los usuarios. • Impacto económico, social y ambiental. • Sólidos criterios aeronáuticos. • El menor uso de recursos públicos. • El diseño e instrumentación de la política aeronáutica del país, era una responsabilidad del gobierno federal, debía promover un sector aeronáutico competitivo en el ámbito mundial. • En este marco, el Estado de México sugirió instrumentar una política aeronáutica que: en el corto plazo, consolide el cambio estructural experimentado en el sector en los últimos años, y en el largo plazo. impulse un sistema aeroportuario de calidad mundial. 1.7. Soporte aeronáutico En un reporte técnico de la corporación MITRE. se indicó que Texcoco era la mejor opción desde el punto de vista aeronáutico, ya que: • El espacio aéreo era adecuado; en su etapa máxima podrían realizarse 950 mil operaciones por año que movilizarían a 60 millones de pasajeros. 527 • Permitía operaciones triples simultáneas, que duplicarían la capacidad de 65 a 138 por hora. • Era el único terreno plano disponible en la ZMVM. • Se adaptaría a las necesidades de la demanda. • Tendría una vida útil de 50 años. 1.8. Sobre la viabilidad financiera Se estimaba una inversión de 2.800 millones de dólares, minimizando con esto, el uso de recursos públicos, lo que se consideraba una inversión que garantizaba seguridad y rentabilidad del proyecto. 1.9. Propiedad de la tierra Otra aportación de la propuesta oficial consistía en la situación de la propiedad de la tierra. Los terrenos del ex-lago de Texcoco eran propiedad pública, federal, estatal y ejidal. Teniendo la característica de ser planos y baldíos. Esta propiedad pública, presumía la exclusión de cualquier tipo de especulación sobre expropiaciones ilegales. 2) Cronología del conflicto. Diciembre 2001- Febrero de 2002416 El 23 de octubre de 2001 el gobierno federal anuncia que se construirá el aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco, con una inversión inicial de 18 mil millones de pesos. Se expropiarán 4,500 hectáreas de terrenos, y el 75% del proyecto se financiará con capital privado. Desde ese día comuneros de San Salvador Atenco y otros pueblos afectados se manifestaron en contra de la medida. El día 27 de octubre cerraron por primera vez caminos a la localidad. 416 528 Esta cronología, fue extraída de distintos diarios de circulación masiva en México. El mismo mes se supo que el pago de indemnizaciones por metro cuadrado sería de siete pesos. Ante la oposición tajante de los afectados, el Procurador Agrario, Valdemar Martínez acudió a Atenco para convencer a los campesinos de que otorgaran a esa dependencia la representación legal. Con la anuencia de comisariados ejidales y otros representantes, se logró que el jurista Ignacio Burgoa encabezara la defensa legal de los ejidatarios. El 1° de diciembre de 2001, los Ejidatarios de Atenco lograron la suspensión del decreto de expropiación federal de más de mil hectáreas en la zona donde se pretendía construir el Aeropuerto Internacional de México. La ONG que promueve que “Todos los derechos son para todos” exige investigar las amenazas contra los ejidatarios y afirma que estas acciones son parte del terrorismo encubierto con el fin amedrentar a los activistas sociales. Por otra parte, se observaron diversas reacciones: algunos comuneros fueron amenazados de muerte; diversas organizaciones ecologistas, como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, interpusieron un amparo contra la Terminal Aérea condicionando al gobierno para presentar una resolución convincente que atendiera el impacto ambiental que tendría la zona afectada. El 7 de diciembre de 2001, diputados panistas declararon que el Presidente cometió un error al expropiar las tierras en Texcoco. Por otra parte, el 8 de diciembre de 2001, los Integrantes del Consejo Nacional Indígena, provenientes de cuatro poblados de Morelos, se sumaron a la resistencia que llevaron a cabo los campesinos contra la construcción del nuevo aeropuerto en la zona, así como diversas organizaciones sociales y culturales que pugnaron por la retracción del proyecto con miras a la conservación de identidad cultural y social, de los derechos de propiedad sobre las tierras en disputa, de la defensa de los derechos humanos de los implicados de la defensa de la opinión de los poseedores de las tierras por derecho particular, así como la crítica al sistema 529 legislativo en su propuesta de reforma fiscal y la legislación actual aplicada a la promoción definitiva de la construcción del aeropuerto y por otra parte, la resistencia generada traducida en amenazas, atentados físicos y agresiones de todo tipo que pretendían proteger a toda costa el derecho de propiedad. Ante estas reacciones, en cierto periodo el Gobierno Federal se mantuvo inmutable y sosteniendo el proyecto. Así, el 12 de diciembre de 2001 Vicente Fox ratificó la construcción del aeropuerto en Texcoco, indicando que la decisión se había tomado con mucha responsabilidad. Así, el Gobierno a través de distintas instancias administrativas, inició el proceso de reubicación de varias familias asentadas "irregularmente" el espacio destinado a la construcción del proyecto. Para tal efecto, destinó aportaciones monetarias para la ubicación de dichas familias afectadas. Cabe señalar que también se suscitaron temores en los Ejidatarios, ante propuestas anónimas que señalaban la posible ocupación del Ejercito Mexicano en las tierras expropiadas por el gobierno. Estos temores a su vez, provocaron reacciones cada vez más agresivas y defensivas en los ejidatarios que incluso llegaron a solicitar refuerzos para la lucha, como por ejemplo al EZLN, a distintas organizaciones campesinas y estudiantes universitarios. Sin embargo, existen Ejidatarios que apoyaron el proyecto de la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional, empero, exigían una mayor cantidad de dinero por sus tierras. Ante esta situación, el gobierno estatal manifestó su negativa a ceder a presiones de fuerza y se mostró indispuesto para satisfacer las propuestas que no serían sino el reflejo de un estado sin ley417. 417 530 Cfr. Arturo Montiel, en una declaración el día 28 de diciembre de 2001. En este conflicto fue determinante la intervención judicial del Gobierno del Estado de México, que presentó denuncias contra varios de los activistas inconformes, realizó detenciones en varios actos en los que se dieron choques con la policía. El gobernador Arturo Montiel aseguró que detrás de los ejidatarios hay "agitadores profesionales" que se opone a la construcción de la terminal aérea. También se giraron órdenes de aprensión contra líderes como Ignacio del Valle y Jesús Espinosa. Tras una larga zozobra social, la reiterada protesta con machetes de los ejidatarios de Atenco, el 2 de agosto del año 2002, el Presidente Fox anunció la cancelación del proyecto. Dejando pasar para el país una importante oportunidad para detonar el desarrollo mediante el servicio público que ofrecería el aeropuerto, por la incapacidad para negociar políticamente. 3) Intervención del Poder Judicial FECHA JUEZ MATERIA UBICACIÓN NOTAS APROX Abriljulio 2002 31 de julio 22/0702 el juzgado sexto de distrito. Podría emitir la resolución de la demanda de amparo. con sede en Nezahualcóyotl. Juez quinto, Ignacio Darío González, a quien le entregarían el recurso de apelación. Debido a que el juez quinto de lo penal de Texcoco. Tribunales colegiados del segundo circuito de amparo. Los ocho ejidatarios de Penal de Atenco se les dictó auto de Chiconautla. formal prisión por los delitos de motín, etc. Enfrentamiento del 11 de julio. Los ocho ejidatarios de Atenco se les dictó auto de formal prisión por los delitos de motín, etc. Amparo contra el decreto con sede en Ganó los amparos para los Toluca. ejidos de Nexquipayac y Tocuila y, para los núcleos de San Bernardino, Santiago Cuautlalpan, Debido a que el juez quinto de lo penal se declaró incompetente para llevar el caso, el proceso judicial lo llevará su homólogo de Texcoco. 531 Fueron radicados en los juzgados quinto A, quinto B y sexto de distrito. Lunes 4 de febrero de 2002 martes 29 de julio de 2003 El juez quinto de distrito en materia penal Rafael Zamudio Arias, secretario del juzgado, Rubén Caballero Salas. Gustavo Rojas Florencio, Juez Primero de lo Penal. Huexotla, San Martín y Chimalhuacán, promovió siete recursos de revisión. La PA promovió nueve juicios de amparo en defensa de siete núcleos ejidales afectados, los cuales. Los quejosos están haciendo valer la violación a la garantía de legalidad que consagra el artículo 16 constitucional referente a la valuación hecha por la Comisión de Avalúos de Bienes Nacionales. En Nezahualcóyotl. Concedió suspensión provisional a Ignacio del Valle Medina. De la capital de la República. Dictó auto de libertad ayer por la tarde a Jesús Adán Espinosa Rojas e Ignacio del Valle de Medina, dirigentes del Frente de Pueblos en Defensa de las Tierra (FPDT). con sede en el Molino de Flores del municipio de Texcoco. 4) Análisis ético La visión ética, subsidiaria del resto de las estimaciones técnicas permite una decisión más equilibrada entre los diferentes actores y factores involucrados, haciendo que el proyecto se mire en perspectiva de la historia de los depositarios de dichas propuestas. Inscripción que por tanto ha de efectuarse adecuándose a la tradición e identidad de los pueblos afectados y con un 532 sentido de anclaje del nuevo proyecto hacia proyectos anteriores de desarrollo en las comunidades de incidencia. El Proyecto para la construcción del Aeropuerto Internacional de Texcoco que pretendía una elevación de niveles de vida mediante el crecimiento y consolidación en los ámbitos económico, financiero, social y ambiental como consecuencia de la construcción y operación del nuevo aeropuerto. Actores o Stakeholders participante en el caso Aeropuerto-Atenco 1.- Inversionistas 2.- Gobierno Federal: SCT y Presidencia 3.- Gobierno del Estado de México, Arturo Montiel 4.- Gobierno del Estado de Hidalgo, Manuel A. Núñez Soto 5.- El Público 6.- Ejidatarios de San Salvador Atenco y pueblos vecinos 7.- Académicos 8.- Jueces: Poder Judicial 9.- Fuerzas de seguridad El proyecto se sostenía en virtud de los estudios técnicos que lo respaldaban como la mejor opción. Proponía un crecimiento económico a largo plazo; que asimismo, elevarían la calidad de vida de la población, especialmente los residentes de la zona del nuevo aeropuerto, al percibir mayores ingresos por 533 esta gran fuente de trabajo. Asimismo, se contaba con un financiamiento seguro para la elaboración de dicho proyecto. Por otra parte, cabe señalar que los campesinos, poseedores de gran parte de los terrenos destinados para el proyecto, no fueron tomados en cuenta para la elaboración del mismo, no hubo un diálogo conciliador, el proyecto se les impuso, dadas sus indudables ventajas técnicas y económicas. Se estimó que no había impedimentos ya que legalmente estaban facultadas las autoridades para decretar expropiar los terrenos e indemnizar a los afectados. Dada la falta de trabajo político y a la percepción por parte de los campesinos de que no había garantías definitivas y ciertas sobre el destino social, que más bien se vislumbraba como quebrantado en distintos órdenes (individual, social, laboral, ético), los habitantes no considerados inicialmente para el proyecto, se orientaron hacia una rebelión. A este respecto se pueden invocar los diferentes métodos éticos para ir analizando los intereses éticos comprometidos entre las ocho variables (señaladas en el número 1 de este estudio) consideradas para respaldar esta decisión. El principio denominado por la literatura como "la regla de oro": Haz el bien, y evita el mal. El principio nos exige clarificar qué entender por bien y cómo puede aplicarse esta noción en el caso en estudio. El bien, es entendido como aquello que se presenta como apetecible, y por tanto, como aquello que provoca un disfrute o satisfacción. Ahora bien, este bien puede ser concebido desde distintos puntos de vista de acuerdo a la finalidad del sujeto(s), sus valores, su educación y su estado de necesidad circunstancial. No obstante, no debe confundirse o trasladarse la discusión ni al objetivismo —creer que los bienes son las cosas— ni al subjetivismo —creer que las cosas son buenas dependiendo de si benefician al sujeto— puesto que 534 las cosas adquieren su connotación de bien por ambas vertientes en cuanto que no basta la satisfacción personal si paralelamente se frustra a otros individuos u otros intereses. Ambas dimensiones deben conciliarse. En este caso, la concepción sobre el bien buscando una objetividad radical, es un problema que bien podría parecer irresoluble, debido a que los Actores de este caso difieren mucho entre sí en la ponderación que le dan a sus capacidades y expectativas de bienestar418. Para los proponentes del proyecto, el contenido primario de la jerarquización del dominio de bienes es la realización del AIM mientras que los ejidatarios y demás afectados, ponderan la conservación de sus tierras a toda costa. Tomando como punto de partida que no sólo las concepciones del bien son diferentes, sino incluso son mutuamente excluyentes, en este caso resultan tres alternativas, o el sentido del bien debe conciliarse en una única jerarquía de bienes, o debe privilegiarse a una de las partes, o deben buscarse puntos de equilibrio para ambas partes. En cuanto a la primera alternativa, a partir de Amartya Sen, en este caso existen metas de agencia generales distintas inter alia419, pues entran en juego factores distintos como la personalidad de cada individuo, su conjunto de capacidades desarrolladas o no, su rol social y por ende, la determinación de su libertad420. Estas cuestiones demarcarán en definitiva, las razones que el actor adoptará para la elección del bien. Esta situación, revela un problema de intransitividad, es decir, existe un orden distinto en las preferencias de los bienes en los actores. Por lo tanto, la regla 418 Cfr. SEN, Amartya. et. al., La calidad de vida, F.C.E., México, 1996. p. 56, en donde observamos que la identificación entre el objeto y valor. produce una ponderación positiva para el sujeto, y por tanto se produce una jerarquización de dominio de valores. 419 Cfr. Ibid. p. 61. 420 El mismo autor, afirma que las capacidades humanas constituyen una parte importante de la libertad individual. 535 de Oro, al no definir una normatividad para discriminar u ordenar los bienes de manera unívoca entre actores con concepciones diferentes del bien, se muestra incapaz para una objetivación radical sobre el bien en este caso. La segunda alternativa representa, como ocurrió, un escenario de suma cero, dado el nivel de alta conflictividad, la carencia de compensaciones proporcionadas y la negación al diálogo como mecanismo para conciliar concepciones del bien en las distintas etapas del proceso de diseño del proyecto y su ejecución. La tercera alternativa, empero, implica la posibilidad del descubrimiento de la conveniencia definitiva para todos los participantes en el proyecto, se presentará cuando se hayan logrado establecer las bases para contemplar el disfrute equiparable para los distintos Actores. El Principio de Doble Efecto, propuesto por Tomás de Aquino, juega un papel decisivo para iluminar las implicaciones éticas de este proyecto: "Nada impide que de un solo acto haya dos efectos, de los cuales uno sólo es intencionado y el otro no. Pero los actos morales reciben su especie de lo que está en la intención y no. por el contrario, de lo que es ajeno a ella, ya que esto les es accidental"421. Efectivamente es muy frecuente que nos encontremos en la necesidad de actuar, dando por supuesto que no actuar traería peores consecuencias, y que la acción requerida implica dos efectos, uno intencional, consciente y voluntario, otro involuntario e inevitable. Puesto que el acto es libre, ya que en apariencia somos responsables por el bien querido y por el resultado colateral involuntario de nuestra acción. La legitimación del principio del doble efecto radica en el cumplimiento de cuatro restricciones: 421 536 AQUINO, Tomás. Suma teológica, Il-ll q.64, a.7 sol. • La imposibilidad de no actuar, así como la ausencia de mejores medios. • Que el mal nunca es querido intencionalmente sino inevitable y por lo tanto. sólo es tolerado. • Que haya una proporción positiva entre el bien querido y el mal tolerado. • Que el bien no sea alcanzado tomando el mal como medio. El enfoque del proyecto de la construcción del AIM, brindaba grandes esperanzas sobre los efectos de progreso en la calidad de vida de los habitantes de la Zona central del Valle de México, en cuanto se trata de una ambiciosa estrategia de desarrollo urbano. ambiental y humano con el rescate de más de 15 mil hectáreas de reserva ecológica, así como la mejoría en el estado económico y social en los destinatarios de dicho proyecto. A simple vista. podríamos afirmar que el principio del doble efecto, serviría para apoyar el Proyecto de la construcción del Aeropuerto Internacional, pues sus beneficios en los diversos ámbitos ubicados como focos, sería vasta, aunque se tuvieran que sacrificar ciertos proyectos de vida particular, cultural y comunitaria de algunos ejidatarios y asimismo, la posibilidad de futuro poblacional irregular en el territorio destinado para dicho proyecto. En respaldo del proyecto oficial, no se puede perder de vista que sin la realización del Aeropuerto la expansión de la mancha urbana continuaría, consumándose muchos de los problemas y amenazas que los opositores al proyecto están aduciendo, salvo que, resultando en un escenario anárquico y sin mecanismos de amortiguación de estos efectos indeseables. Sin embargo, en contra del proyecto, hay que notar que la mejoría de la cantidad y la calidad de vida que se estima lograr, no quedan fehacientemente 537 demostradas pues los objetivos estudiados, contemplan progresos objetivos en los ámbitos de transporte y medio ambiente, así como de la inversión capitalista que redunda explícitamente en progreso para los inversionistas, pero no para los ejidatarios y otros sectores sociales afectados. El modo de vida tradicional debería ser valorado en todas sus variantes de expresión cultural y de las habilidades de cada individuo, pues no todos los individuos tienen cabida en un mercado laboral encasillado en pocas oportunidades de desarrollo personal, circunscritas dentro del servicio aeroportuario. Por otro lado, el desplazamiento aéreo, aumentaría el movimiento internacional y por ende, comercial y laboral para muchos beneficiarios primarios y secundarios. Pero esta incidencia es cuestionable objetivamente pues no fue suficientemente estudiada y por ende, no demostrada. Ante las imprecisiones objetivas del enfoque social, económico, antropológico y cultural del proyecto de construcción del Aeropuerto, faltan elementos para esclarecer la superioridad en la bondad en la realización de dicho proyecto para la aplicación rígida del Principio de Doble efecto. Cabe decir que se debían añadir componentes sobre un estudio político y estratégico serio. Este conjunto de externalidades positivas y negativas —cuestión bien conocida— forman parte de los problemas de decisión, el Principio de Doble Efecto resulta sumamente útil para deslindar el punto en el cual la decisión es consecuente y conveniente. A la luz del Imperativo kantiano: Trata a las personas como medios, y no como fines, podemos afirmar que la consideración que se hizo de los habitantes de los terrenos para el proyecto no los trató como fines, incluso las personas “fueron planeadas" como medios para la realización de determinados fines, pues primaba el interés económico de los financiadores, y evidentemente 538 aquellos que resultaban afectados durante la construcción del proyecto, fueron excluidos de la decisión y planeación con la enclenque garantía de un posterior beneficio social no garantizado por ningún medio propuesto objetivamente. No se consideraron posibles impactos negativos contra la calidad de vida individual y social, que podía disminuir durante la construcción del Proyecto y tal vez después de su conclusión material. Pues no se contempló la dispersión comunitaria, el individualismo consecuente, la alteración de los patrones educativos por la destrucción de una identidad social, la posible corrupción de los jóvenes, etc. El Principio Utilitarista El análisis utilitarista del caso que nos ocupa parece, a primera vista, no revelar la riqueza de matices que constituyen la problemática comprometida. Por una parte encontramos difícil de refutar, especialmente a la luz de la evidencia aportada, en el sentido de que el actual aeropuerto de la Ciudad de México opera al máximo de su capacidad y que es insostenible a largo plazo. Por el contrario, la argumentación aportada evidencia la necesidad del proyecto, lo que representa el mayor bien para el mayor número, puesto que se calcula que el aeropuerto de la Ciudad de México mueve anualmente a millones de pasajeros. Por otra parte se encuentra una serie de beneficiarios: • Grandes Inversionistas • Aerolíneas • Taxis y medios de transporte al aeropuerto • Locatarios y comerciantes • Personal auxiliar 539 • Vecinos, que aprovecharán una mejor infraestructura. Quedan una serie de afectados: • Habitantes y usufructuarios de la tierra, previos al aeropuerto. • Desplazados por las obras, ya sea en su vivienda o en su trabajo. El conflicto social, puso de manifiesto que las utilidades, según son entendidas por la sociedad en su conjunto frente a los ejidatarios, representa dos órdenes distintos de racionalidad: Desafortunadamente, la falta de diálogo impide que estos dos órdenes de racionalidad puedan llegar al punto de convergencia, mediante una solución de intercambio. El resultado es o la imposición por la fuerza del interés más amplio, o como desgraciadamente ocurrió, la imposición por la fuerza del interés más restringido. Definimos este como un caso de política activa. Parece ser distributivo pero en realidad es redistributivo, pues reasigna lo que tienen unos entre dos tiempos, de ahí que suscita el conflicto con los campesinos. 540 Hay una doble dimensión: A) La elección del proyecto del aeropuerto en Texcoco B) La política representada por el añejo del conflicto social en Atenco. Primero se ve la mala definición del tipo de problema y el tipo de decisión que representaba el proyecto de aeropuerto. Y luego, en consecuencia, la mala definición de la solución que requiere el problema y que radicaliza los enconos y anula el proyecto mismo. ESTRUCTURA UTILITARISTA DEL CONFLICTO DE ATENCO ELEMENTO A. LA ELECCIÓN DEL PROYECTO B. LA POLÍTICA REPRESENTADA POR DEL AEROPUERTO EN TEXCOCO EL ANEJO DEL CONFLICTO SOCIAL EN ATENCO Decisores Varios Muchos Alternativas Dos o tres Indefinidos Utilidades Calculables Conflicto Resultados Inciertos Imprevisibles Probabilidades Calculables Incalculables Desde la óptica de la Ética del Discurso de Habermas, observamos que la falta originaria de un diálogo conciliador, provocó que los habitantes al sentirse desplazados, reaccionaran oponiéndose enérgicamente. Las reglas del diálogo no permiten que se de por supuesto que los argumentos de una de las partes, aunque parezcan estupendos desde su perspectiva, sean automáticamente reconocidos por su contraparte, como ocurrió en este caso: éstas reglas 541 establecen que hay sinceridad de parte de los interlocutores y equivalencia entre las partes —es decir que ambas se disponen a dialogar y no a imponer su poder relativo, por el contrario se impuso el amedrentamiento recíproco en lugar de exhibir razones de manera objetiva. Otro vicio que impide la comunicación es la pseudo erudición, la imposición autoritaria de los argumentos de una de las partes dado que éstos han quedado "científicamente" avalados... sólo que las variables y los objetos de estudio pueden encontrarse manipulados y sesgados, haciendo que este no sea mas que un camuflado ejercicio de autoritarismo. Impropios son los argumentos pseudo-técnicos en este conflicto, por ejemplo el de la aceptación de los patos al proyecto. No sería extraño suponer que de antemano, la parte oficial conociera de la posición antagónica de los ejidatarios y por eso mismo haya rehuido el diálogo, apostando a un manejo no concertado, sino autoritario de la situación. En ambos casos, se vuelve imposible cualquier acuerdo ya que se han destruido los puentes de la comunicación, situación que se aprecia claramente en el desenvolvimiento del conflicto social de Atenco. La argumentación ética pretende explicar qué pasó o qué pasará a la luz de las preferencias y circunstancias de los actores. Por ello es necesario ante todo, poner de relieve tales preferencias. 542 Argumentación explicativa causal (Propuesta Oficial) 3.5.5.2. Análisis ético del caso del juez Liporaci El caso en estudio representa un paradigma respecto a la importancia que tienen la ética como parte constitutiva del normal funcionamiento del cuerpo laboral más importante del Poder Judicial: los jueces, susceptibles a sucumbir contra aquellos aspectos consagrados en la Norma Constitucional y en el Código de Ética correspondiente. El caso representa una singular importancia en relación con el México actual, dadas las siguientes consideraciones: 543 1). Tanto Argentina como México comparten una misma cultura jurídica, se trata de países en proceso de desarrollo con instituciones relativamente maduras y en procesos de reforma estructural. 2). Tanto en Argentina como en México se efectuaron reformas al Poder Judicial que derivaron tanto en esperanzas dada la existencia de cuerpos como el Consejo de la Magistratura y el Consejo de la Judicatura Federal, sin embargo esto no ha sido condición suficiente para evitar la corrupción entre los jueces. 3). Los principios consagrados en el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación encuentran un ejemplo, por la contraria, de su importancia, del papel al que están llamados a jugar como mecanismos que mantengan la integridad de la judicatura, su prestigio social y su función social y política. 4). No se aplicó en el estudio de este caso el multiplismo crítico, sino la metodología de análisis ético, dado que se encuentran dos factores que lo impiden, por una parte, que no nos enfrentamos a un dilema ético, ya que no se contraponen dos bienes que deban ser alcanzados y maximizados de manera simultánea, hecho que nos exigiría entender la naturaleza de los dos bienes mediante un estudio teórico al respecto. En segundo lugar, que tenemos un caso de mal rotundo, un delito o conducta antisocial, que no puede ser justificada como una “acción de buena fe”, más aun, la vemos agravada dada la colusión de servidores públicos. 5). La metodología ética es una herramienta para la toma de decisiones en el contexto de un dilema que espera ser esclarecido, determinando el justo medio. Se puede decir que en este estudio de caso, se evalúan los efectos utilitarios de una corrupción agregada. 544 6). Para fines analíticos asumiremos la hipótesis de la Razón de Estado como una justificación a la maquinaria corruptora que se observa en este caso. 1) Datos Relevantes El 1 de septiembre de 2000 se hizo público que los Senadores justicialistas Eduardo Bauzá, Angel Pardo, Ramón Ortega y Emilio Cantarero, habían sido sobornados para votar a favor de la Ley de Reforma Laboral, proyecto en el que el gobierno venía trabajando de manera secreta y que buscaba disminuir las prestaciones laborales, como ya lo había hecho al autorizar la rebaja de salarios de los empleados públicos422, según trascendió por la declaración del senador Antonio Cafiero423. El senador Jorge Yoma presentó las acusaciones correspondientes ante el juez Carlos Liporaci, quedando involucrados en la comisión del ilícito, además de los senadores, el titular de la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado), Fernando de Santibañes, y el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique. Las investigaciones permiten reconstruir los hechos: en algún momento concurrió el Ministro de Interior, Federico Storani a una reunión con los Senadores Justicialistas, dirigidos por Ramón Ortega, para pedirles su voto a favor de reformas que suponían el recorte de los planes de trabajo, porque "estaba comprometida la paz social". A cambio de su voto se otorgó una contraprestación que según algunos datos fluctuó entre seis y treinta millones de dólares, en conjunto. 422 El Proyecto tuvo un momento duro de negociaciones con los sindicatos en julio del año 2000, pero éstos no cedieron al proyecto oficial. 423 Se puede encontrar documentado en: http://www.eltribuno.com.ar/anteriores/2000/SEP/1/nacional.htm 545 En un periodo de apretada limitación presupuestal, la SIDE fue el único órgano público que obtuvo un complemento presupuestal por 30 millones de dólares. Durante los diez años de menemismo el organismo sobreejecutaba gastos que, por ser “reservados”, nunca fueron rendidos ni sometidos a auditoría alguna. La Justicia comprobó que la SIDE recibió en julio de 2000 una partida adicional de 30 millones de pesos a través de un decreto secreto firmado por el presidente Fernando de la Rúa, que servirían para sobornos que habrían cobrado varios senadores para aprobar la Reforma Laboral. En un primer momento, el presidente De la Rúa424 defendió la continuidad de Liporaci en la investigación del caso, ya que, "garantiza la independencia de poderes". El jefe de Estado añadió "Es cierto que hay incidentes y episodios políticos, pero las instituciones están donde deben estar". Recordó sus declaraciones anteriores de que: "Hemos llegado al poder con la bandera de la ética y la transparencia, y la vamos a asegurar en todos los terrenos". Apenas siete días después de iniciadas las investigaciones, el juez Carlos Liporaci, declaró "que tiene elementos suficientes como para solicitar el desafuero de ocho integrantes de la Cámara Alta". E insistió: "Yo quiero aclarar esto: para aquellos que pensaron, y desgraciadamente hicieron público que nuevamente no iba a pasar nada, a una semana de que esta magistratura tomó conocimiento de esta denuncia, tenemos este resultado. Entonces creo que esto no se termina acá"425. Durante el proceso, el senador Eduardo Bauzá, aseguró que votó la polémica norma porque “de entrada estaba convencido de que era necesario darle esa 424 Según declaraciones del 2 de septiembre de 2000. 425 Se puede encontrar documentado en:http://www.old.clarin.com.ar/diario/2000/09/02/p00402.htm. 546 herramienta al Gobierno”. No obstante, el senador Antonio Cafiero declaró que “el senador ‘A’" le entregó un sobre con una suma que entendió posteriormente que era una retribución por su voto. Por otra parte, obran como pruebas, los cheques por seis millones que la SIDE sacó de sus cuentas en el Banco Nación, el 11 y 13 de abril, pocas horas antes que el Gobierno anunciara que se habían destrabado las negociaciones para la sanción de la Reforma Laboral. El juez Carlos Liporaci intentó rastrear el destino de los recursos entregados a la SIDE, pero la Secretaría de Inteligencia respondió no estar dispuesta a mostrar el detalle de todos sus movimientos financieros, ya que sólo le rinde cuentas al Presidente. En promedio, la SIDE utiliza entre 12 y 14 millones de pesos por mes426. De esa cantidad, los hombres de Inteligencia aseguran que pueden presentar facturas y explicaciones sobre el 86 por ciento del total. Son lo que llaman "gastos justificables", que abarcan desde sueldos hasta gastos de infraestructura o mantenimiento. Del resto, unos 2 millones, hay de todo: dinero para informantes inconfesables, para protección contra el terrorismo, para operativos especiales o para asuntos que, según argumentan, son vitales para la seguridad del Estado. Después de un periodo de tres meses, para el 30 de diciembre de 2000, y a pesar de las indagatorias, los acusados fueron beneficiados por la falta de mérito, según determino el juez Carlos Liporaci, justo el último día antes de las vacaciones del Poder Judicial. En respuesta a este hecho, el entonces Vicepresidente Álvarez, declaró que la resolución judicial no fue otra cosa que "... un indulto al Senado", a la par que reiteró que "... la desprotección de la 426 http://www.lapatriagrande.com.ar/side.htm. 547 ciudadanía es total", como consecuencia de que contra el sentido igualitario de la Constitución, en el país existen ciudadanos de primera y de segunda... o de cuarta categoría. Álvarez solicitó la separación del juez cuestionado de la causa por los sobornos, "... ya que los fundamentos de la decisión del juez son poco sustentables"427. En aquel momento, según datos proporcionados por Ángel Rodríguez Kauth la opinión pública argentina, en más del 80% apostaba porque al caso se le daría carpetazo y que una vez más, no habrían responsables ni condenados por tan grave hecho428. Al cabo de unos meses, para el 30 de octubre Liporaci es acusado de enriquecimiento ilícito, ya que no logró justificar un incremento de $645,500 en su patrimonio entre octubre de 1998 y fines de 2002, que totalizan más de 1.2 millones de dólares. En ese periodo compró una mansión tasada en más de US$1 millón. Liporaci cobraba hasta su renuncia entre 5,333 y 5,521 pesos convertibles como juez, y de 568 a 611 pesos como docente. El 14 de febrero de 2001, cuando Liporaci tenía a su cargo el expediente por los presuntos sobornos en el Senado, fue suspendido por el Consejo de la Magistratura y quedó a un paso de la destitución, acusado por "mal desempeño, inconducta e inmoralidad", situación de la que salió mediante su renuncia429. El juez federal Jorge Ballestero optó por procesar a su ex colega, siendo la primera vez que la justicia federal procesó a quien fue uno de sus integrantes por un hecho de enriquecimiento ilícito. 427 Según indica el Dr. Angel Rodriguez Kauth en: http://www.revistaprobidad.info/013/art03.html. 428 Cfr. Ibid. 429 http://www.lacapital.com.ar/2004/02/18/politica/noticia_76366.shtml. 548 El 11 de diciembre de 2003, el ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto finalizó su declaración en la cual reveló al juez federal Norberto Oyarbide que en abril de 2000 el Gobierno del entonces presidente Fernando de la Rúa pagó sobornos a senadores a cambio de la aprobación de la ley de Reforma Laboral. Y precisó que le constaba ese hecho porque él llevó el dinero. El caso puso de manifiesto graves diferencias entre Presidente y Vicepresidente, el primero difícilmente puede quedar exculpado de haber propiciado o al menos tolerado actos de corrupción, mientras que el segundo se distinguió por librar una batalla en contra de este mal, creó el Órgano Anticorrupción del Estado Argentino, hasta que finalmente optó por renunciar al descubrir la espesa red de complicidades en torno al caso de soborno a senadores y jueces. A fines de 2003, el presidente Néstor Kirchner ordenó al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que estudiara si la Ley de Reforma Laboral debía ser derogada a partir de la denuncia que confirma el pago de coimas para su sanción. Declaraciones a las que se sumó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández." "Habrá que ver cuán viciada estaba la voluntad de los legisladores"430. En una interesante reflexión sobre este caso, el Dr. Angel Rodriguez Kauth431 cuestiona la forma en que los senadores gozan del fuero parlamentario, el cual les permite disfrutar prácticamente de impunidad ante la ley. Ya que, a pesar de lo que establezcan las leyes de responsabilidad constitucional, para poder retirarle el fuero a algún senador, es preciso que la propia Cámara lo determine por mayoría de sus miembros, lo cual no ocurrió en este caso. Al senador Antonio Cafiero, quien confesó su participación en el ilícito solo le impuso una 430 http://www.lanacion.com.ar/554814. 431 Corrupción en la Justicia y en el Senado Argentino en: http://www.revistaprobidad.info/013/art03.html op. cit. 549 suspensión de 60 días, plazo en el cual el juez Liporaci determinó no reconocerle mérito alguno en el delito confesado. Pero si las sospechas se dirigen al juez Liporaci, el órgano que debe juzgarlo es el Consejo de la Magistratura, que está compuesto -entre otros- por dirigentes políticos que se encuentran representando a las Cámaras de Diputados y Senadores —cuatro por cada una de las Cámaras— y un delegado del Poder Ejecutivo es decir, los mismos miembros de la "clase política" que deben ser juzgados por un magistrado son los que a su vez están juzgando al juez. Como epílogo de este caso, se encuentra la reflexión sobre el papel que se espera del juez en la Argentina, tras un prolongado periodo de corrupción y dependencia del Ejecutivo. Por una parte existe una dilatada lista de jueces corruptos que han sido señalados, derivándose tanto sus renuncias como su destitución: Es el caso del Juicio Político iniciado por la Cámara de Diputados contra el ministro de la Corte Suprema de Justicia Antonio Boggiano (7 de octubre de 2004). Se trata del último ministro de la denominada ´mayoría automática´ menemista indiciado por su actuación en las causas "Macri", "Dragonetti de Román" y "Meller". El Ministro Eduardo Moliné O´Connor fue el único juez de la Corte que no optó por renunciar frente al proceso de juicio político abierto en su contra y, como consecuencia, fue destituido por el Senado el 3 de diciembre del año 2003 por su actuación en el caso "Meller". Se abrió un sumario contra el juez de ejecución penal Sergio Delgado432 por la liberación indebida de más de 300 presos, que se inició en octubre de 2003 cuando el fiscal Hermelo lo denunció por supuesto desconocimiento del derecho, de las prohibiciones para liberar a los presos condenados cuando 432 550 http://www.lanacion.com.ar/04/06/19/dg_611519.asp. están a disposición de otro juzgado y de otorgar salidas transitorias de la cárcel ignorando las recomendaciones de los Consejos Correccionales. En junio de 2004, el Jurado de Enjuiciamiento destituyó al juez federal Roberto Marquevich, quien ingresó en la Justicia treinta años atrás y fue una pieza clave durante la gestión del ex presidente Carlos Menem. Entre sus acciones estuvo la detención de la directora del diario Clarín, Ernestina Herrera de Noble, que tanto la Cámara Federal como el Jurado de Enjuiciamiento consideraron totalmente injustificada, muestra de la tendencia a encarar la labor jurisdiccional en función de criterios vinculados "más con una impronta personal que con una recta y prudente administración de justicia". Pero estos hechos, no alcanzaron una medida ejemplar por parte del Consejo de la Magistratura, según el Editorial del Diario la Nación "Un particular cuestionamiento merece la actitud de algunos miembros del Consejo de la Magistratura -actualmente uno de los organismos más discutidos de la Justiciaque en varias oportunidades evitaron analizar el comportamiento del magistrado a raíz de hechos tan graves como el aludido anteriormente. Cuando el consejo decidió finalmente acusar al juez, en diciembre último, muchos consejeros, tanto equivocada como incomprensiblemente, debilitaron los cargos que se le formularon ante el Jurado de Enjuiciamiento"433. Ante estas acciones, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Enrique Petracchi admitió el 7 de octubre de 2004 que existió "una Corte menemista", pero dejó el tema a la historia: "eso es historia y por lo tanto tienen que encargarse los historiadores (...) Ahora somos un Tribunal que pretende ser independiente"434. 433 http://www.lanacion.com.ar/04/06/11/do_609235.asp. 434 http://www.lanacion.com.ar/642938. 551 Pero está además la voluntad del gobierno que encabeza Néstor Kirchner de impulsar una profunda Reforma Judicial que limite el poder de los jueces federales muchos de los cuales nombró el ex presidente Carlos Menem. Según el proyecto del Ministerio de Justicia, los jueces federales no serán doce —Jorge Urso, Juan Galeano, Jorge Ballestero, Norberto Oyarbide, Claudio Bonadío, María Servini de Cubría, Rodolfo Canicoba Corral y Sergio Torres; cuatro juzgados están vacantes—, sino que serán fusionados con los jueces en lo penal económico y de instrucción, formando un grupo de sesenta y nueve magistrados. La medida es para que el sorteo de causas se haga entre más jueces, limitando la posibilidad de influirlos. Según el periódico La Nación: "Hasta 1992, existían seis jueces federales en la Capital Federal y varios jueces federales en cada una de las provincias. Pero ese año el ex presidente Carlos Menem, que visualizó a la Justicia como un engranaje esencial del poder que construyó, logró que el Congreso ampliara el número de juzgados federales a doce y creó la justicia oral penal. Buena parte de esos cargos se cubrió con jueces cercanos al poder. Por entonces, todavía no existía el Consejo de la Magistratura y el presidente elegía directamente a los candidatos con acuerdo del Senado, que en la época de Menem no hizo oposición, pues estaba en manos del justicialismo"435. Pero de todas estas tendencias cabe preguntarse si no se repetirá la constitución de un poder judicial a conveniencia, dependiente de la voluntad del ejecutivo, incapaz de proceder con probidad, transparencia e independencia. 435 552 Diario La Nación. Domingo 27 de Julio de 2003. 2) Actores o Stakeholders, sus preferencias y decisiones PODER Poder Ejecutivo ACTORES Corruptores: Presidente, Ministro del Trabajo, Ministro del Interior, SIDE Órgano Anticorrupción Senadores Corruptos Poder Legislativo Juez Liporaci Poder Judicial Juez Federal Jorge Ballestero PREFERENCIAS a) Mantener el poder de contar con leyes a conveniencia b) Mantener la independencia entre poderes y obedecer a un régimen democrático a>b c) Perseguir la corrupción d) Solapar la corrupción c>d e) Obtener ingresos y poder sin mirar su procedencia f) Mantenerse imparciales y conformarse con su dieta. e>f g) Emitir fallos pactados a cambio de contraprestaciones. h) Respetar la ética del poder judicial: imparcialidad, objetividad e independencia. g>h i) Preservar la ética del Poder Judicial: imparcialidad, objetividad e independencia. j) Solapar la corrupción y la anti-ética del Poder Judicial. i>j DECISIONES-ACCIONES Mantener el poder de contar con leyes a conveniencia Perseguir la corrupción Emitir fallos pactados a cambio de contraprestaciones. Preservar la ética del Poder Judicial: imparcialidad, objetividad e independencia. 3) Análisis mediante la Aplicación de los Métodos Éticos de Decisión Axiología: “los valores deben ser jerarquizados de inferiores a superiores”. Encontramos que los bienes en entredicho son todos ellos valores, pero no se encuentran en el mismo nivel de la jerarquía: a). Los objetivos de la razón de estado, son valores, en cuento que mantener la gobernabilidad es una condición necesaria para el bien de la sociedad. Contar con leyes a conveniencia del poder mejora su gobernabilidad. 553 b). Son valores también el obtener ingresos y riquezas, prosperar como resultado del trabajo realizado, sea por los Senadores o por el Juez Liporaci. c). Son valores el mantenimiento del orden constitucional y la Independencia de Poderes, lo que se logra entre otros medios, evitando la corrupción y la venalidad. d). Es un valor el bienestar social, mediante leyes justas y gobernantes prudentes. A la vista de todos estos bienes, con su propio valor, hay que notar que los más altos en la jerarquía son d y c, y los más bajos a y b. Este juicio se sostiene dado que si se lleva a y b a sus últimas consecuencias se descubre que son contradictorias con el bien que dicen buscar: tanto la gobernabilidad se pierde con leyes injustas obtenidas por medios truculentos, como se pierden las riquezas individuales y sociales por un estado generalizado de corrupción en el que desaparece la seguridad jurídica. En el caso de c y d, por el contrario, se descubre que llevados a sus últimas consecuencias, redundan incluso en pro de los mejores objetivos definidos por a y b. Regla de Oro: “Haz el bien y evita el mal”. Sólo hay un bien que realizar y es respetar el orden legal vigente y las exigencias éticas de la democracia republicana, de manera que se respete la autonomía de poderes y se de en forma imparcial la tarea legislativa. No se trata de un dilema ético, ya que no se encuentran a la vista dos bienes que deban ser realizados de manera simultánea, siendo uno contradictorio con el otro. Tenemos un bien: el respeto al orden jurídico vigente. Y un mal: manipular el orden jurídico y las instituciones del Estado para tener leyes de conveniencia, así se amparen en la Razón de Estado. 554 Lo que vemos es una espiral de corrupción que se inicia en el Ejecutivo, cuando se establecen determinadas prioridades de gobierno y que, sabiendo que éstas decisiones no contarán con el respaldo de las demás instancias del Estado, se opta por comprarlas. La corrupción crece pues a la postre se extiende por el Poder Legislativo y por el Poder Judicial, sin dejar a salvo, ninguno de los cuerpos que deberían mantener y garantizar la legalidad y el control bajo un mecanismo de pesos y contrapesos. Hacer el bien en este caso, implica parar la corrupción en los diferentes puntos en los que se observa: Los “coimeros”, aquellos que cometen cohecho, deben abstenerse. Mantenerse al margen del Senado esperar su resolución. EL Órgano Anticorrupción no debe cejar en su esfuerzo por perseguir a los corruptos y hacerlos responder por sus conductas. El Presidente debe abandonar una dobla agenda, la que dice promover demagógicamente como si gobernara a favor del pueblo y la que impulsa obedeciendo a una cuestionable Razón de Estado, que tiene como objeto sacar a flote las finanzas públicas, afectadas por la corrupción y la mala gestión pública, a costa de la población, afectando —anticonstitucionalmente los derechos de los trabajadores—. Los Senadores siendo congruentes a su papel como representantes de la Soberanía Popular, mediando los más altos intereses del Estado con los legítimos intereses y derechos de la población. En esta responsabilidad ser congruentes y mantenerse al margen de un intento de influir en su decisión por otras vías que las de buenos argumentos y evidencias. El juez Liporaci, y los demás debe preservar el orden jurídico y ético de la Judicatura actuando con imparcialidad, autonomía, independencia y objetividad. 555 Los otros jueces, deben velar para que el orden ético de la judicatura sea respetado, cumpliendo con ello su responsabilidad constitucional y política. Principio de Doble Efecto: “Es lícito que de una acción se sigan dos efectos Un bien querido puede venir acompañado de un mal no querido, pero tolerado”. Suponiendo que la Razón de Estado que justifica impulsar una reforma legal anticonstitucional y antipopular, se deba a la necesidad impostergable de mantener a flote determinadas instituciones, sin las cuales el mal sería mayor para todo el Estado, tenemos que en este caso, no se cumplen las restricciones impuestas por el principio de doble efecto: I. que el bien no se alcance teniendo el mal como medio: en este caso sí se alcanzaría el bien mediante un mal, el cohecho. II. que haya una proporción positiva entre bien y mal: en este caso, no se pude decir que la corrupción generalizada de los Poderes del Estado sea a la larga un bien, aunque en un momento dado, una decisión pudiera ser buena. III. que el mal no sea querido intencionalmente, sino tolerado: en este caso, el mal, no sólo es querido, sino fraguado y operado por una multitud de funcionarios públicos. Imperativo Categórico 1: “Actúa de modo que tu acción pueda servir como base de una ley universal”. Si consideramos que de las acciones realizadas en este caso, puede ser universalizable: a). Mantener el poder de contar con leyes a conveniencia: Si todos pudieran contar con las ventajas de gozar de leyes a conveniencia, el estado de derecho desaparecería haciéndose obsoletas las mismas leyes. Imperaría el desorden anárquico. 556 b). Perseguir la corrupción: Es universalizable ya que, si todos combaten la corrupción se mejora la seguridad jurídica, que beneficia un estado de libertades para todos los ciudadanos. c). Emitir fallos pactados a cambio de contraprestaciones: Si todos los jueces emitieran fallos conforme al mejor postor, los jueces se harían inútiles, el estado de derecho desaparecería y su lugar lo ocuparía la anarquía. d). Preservar la ética del Poder Judicial: imparcialidad, objetividad e independencia: se trata de otra forma universalizable de defender el estado de derecho y mejorar la seguridad jurídica, que beneficia un estado de libertades para todos los ciudadanos. 5) Imperativo Categórico 2: “Actúa de modo que trates a la persona humana como un fin y nunca como simple medio”. El caso revela una relación perversa en la que tanto el Estado, como el presupuesto y las instituciones, se convierten en medios para fines personales. En la medida en que los corruptos instrumentalizan a su favor las instituciones, están instrumentalizando a todos los ciudadanos honestos que las hacen posibles. A la inversa, el acatamiento al Código de Ética y otros mecanismos, tratan a todos como personas, capaces de tomar decisiones y conscientes de su papel, de su responsabilidad y de su potencial para realizarse en lo personal y en lo profesional, como señala el Código de Ética del Poder Judicial de la Federación. 557 Argumentación Ética Ética del Discurso El Caso del Juez Liporaci, presenta interesantes matices, para la ética del discurso. No hay que perder de vista que el interés prioritario era impulsar una ley cuyo contenido representaba una renuncia a derechos ganados, lo que constituye un acto inconstitucional. No obstante, el pacto social, suficientemente discutido y libremente aceptado podría -eventualmente- llevar a que la sociedad aceptara, en razón de la urgente situación del país, asumir ese costo social. No obstante, no pueden perderse de vista los reiterados actos de corrupción y de abuso del poder, justo por parte de aquellos representantes gubernamentales que pretendían imponer la socialización de costos. Una situación crónica de inequidad social, no puede superarse por un solo acto, dada su naturaleza antipolítica. 558 En el caso Liporaci, se aprecia una brecha entre el mundo de la vida, en el que se encuentran los ciudadanos, sometidos a una aguda crisis social y económica, exigiendo justicia y la reparación de las instituciones políticas del país. El sistema por su parte, usufructúa dos medios que dispone, la ley y el poder, para distorsionar y torcer la justicia y el derecho, para cubrir ofensas y daños concretos. Es natural que este abuso del sistema sobre el mundo de la vida, sólo pueda desembocar en una gran crisis social y política. La ética del discurso, exige asumir frontalmente, como parece haber ocurrido, el hecho de no dejar pasar impunemente estas prácticas, sino señalarlas y perseguirlas con las mismas herramientas que da el derecho, que se convierte, según indicó Habermas en Facticidad y Validez, en el mecanismo intermedio para alcanzar un eficaz funcionamiento de las instituciones a pesar de las dificultades que pueden surgir entre conjuntos de preferencias, concepciones del bien o criterios de racionalidad distintos en una sociedad plural. Frente al secreto y al voluntarismo con que se “cocinó” mediante la corrupción esta reforma antijurídica a la ley, está la apertura al diálogo franco que justifica las medidas de prosecución y sanción de los infractores involucrados, de cara a la sociedad, fincándoles los procedimientos por las responsabilidades políticas y penales que correspondan. Se pone con ello un importante precedente, de alcance internacional a lo que corresponde la materia en estudio aquí, la ética de los profesionales del Poder Judicial. 559 CONCLUSIONES PRIMERA.- El Poder Judicial además de su misión para dirimir conflictos, también influye en el curso, implementación y buen desempeño de las políticas públicas, lo que constituye su visión. De la buena gestión de la función jurisdiccional, también depende la estabilidad política, el crecimiento económico y el desarrollo social. SEGUNDA.- Todo proceso de reforma del Estado estará inconcluso, si no se incluye dentro de su agenda de cambio institucional, los mecanismos que permitan dotar al Poder Judicial de más autonomía respecto de los otros poderes del Estado, y a los juzgadores de mayor independencia dentro de sus funciones jurisdiccionales. TERCERA.- Para consolidar la impartición y la administración para la justicia que realiza el Poder Judicial de la Federación, se hace necesario analizar y evaluar las relaciones jurídicas que lleva a cabo como empleador, así como las consecuencias laborales, administrativas y éticas que de ello se desprenden en la prestación de los servicios públicos judiciales. CUARTA.- El desarrollo y aplicación de la profesionalización, rendición de cuentas y ética en el Poder Judicial de la Federación redundan directamente en una mayor eficiencia administrativa, un mayor acatamiento al estado de derecho, un aumento en la democracia política nacional y en la gobernabilidad política del Estado; sea todo ello en un contexto y propósito de innovación judicial (Innovación = el arte de competir). QUINTA.- La profesionalización consiste en un proceso integral de reforma y modernización de la acción pública gubernamental, por medio del desarrollo y formación de capital humano para el mejor desempeño de la función pública, a través de normas y procedimientos de selección, capacitación y evaluación. 561 Estructurados, organizados y sistematizados mediante un servicio civil de carrera, que permita al Poder Judicial guardar bajo los principios de certeza, legalidad, independencia, eficiencia, objetividad, imparcialidad, equidad y competencia por mérito, el mejoramiento en la impartición y la administración para la justicia. SEXTA.- El proceso de profesionalización esta ligado al amplio concepto de función pública, que abarca mucho más allá de lo estrictamente gubernamental, pues involucra a toda la acción pública del Estado, por lo que es pertinente hablar de profesionalización en el Poder Judicial de la Federación. SÉPTIMA.- Como una peculiaridad y derivada de la interpretación armónica de las Leyes Orgánica del Poder Judicial de la Federación, y de los Trabajadores al Servicio del Estado, se precisa que para demostrar la calidad de servidor público judicial de confianza, se debe probar que el trabajador se encuentra contemplado en el Catálogo General de Puestos del Consejo de la Judicatura Federal, además, que las funciones que desempeña están catalogadas como de confianza en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. OCTAVA.- Al igual que los trabajadores de confianza que se encuentran regulados por el Régimen Federal Burocrático, no se les confiere la estabilidad en el empleo y la inamovilidad, por lo tanto carecen de legitimación activa para establecer acción legal ante la Comisión Substanciadora Única del Poder Judicial de la Federación, para demandar su indemnización o reinstalación. Esta situación de vulnerabilidad jurídica, puede ser subsanada compensatoriamente con la profesionalización, toda vez que se trata de una preparación peculiar destinada a quienes atienden funciones administrativas, teniendo como fin remoto la satisfacción de los ciudadanos. NOVENA.- La figura judicial de la inamovilidad para juzgadores, implica la certeza de que no serán arbitrariamente removidos de su puesto. Condición 562 vinculante con la independencia de la judicatura y frente al justiciable como garantía de imparcialidad al no depender ningún funcionario judicial más que de la ley. DÉCIMA.- El Consejo de la Judicatura Federal ha diseñado, implementado y consolidado un sistema bastante maduro de servicio civil enfocado a la carrera judicial, pero se carece para quienes desempeñan funciones meramente administrativas lo que significa en su establecimiento, una ventana de oportunidad en las actividades de rectoría del Poder Judicial y para el servidor público, la posibilidad de permanencia, en el puesto y promoción en el servicio por evaluaciones objetivas que aseguren la igualdad de oportunidades. En el Poder Judicial de la Federación mantenían, en 2006, una relación jurídicolaboral 31 mil 777 personas, y de ellas solamente 8 mil 96 (el 25.5%) participan en la carrera judicial; mientras que 23 mil 681 (74.5%) son servidores públicos no judiciales, lo que evidencia que el establecimiento de un servicio profesional de carrera, no solamente es un tema de justicia conmutativa, sino de justicia distributiva y de equidad. Se reconoce como un precursor para la justicia distributiva y la equidad para los servidores públicos no judiciales, el otorgamiento como prestación, la constitución de un fondo de reserva individualizado voluntario y con aportaciones en par y pasu, para fomentar el ahorro del personal operativo. DÉCIMA PRIMERA.- La profesionalización de los servidores públicos no judiciales y de confianza del Consejo de la Judicatura Federal, se sugiere esté integrada por los siguientes elementos: 1) Catálogo de puestos, 2) Reclutamiento y Selección, 3) Ingreso, 4) Formación y Desarrollo, 5) Evaluación permanente, 6) Promoción, 7) Incentivos, y 8) Separación. Al interior del Consejo de la Judicatura Federal se propone que sea la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación la encargada de regular la planeación, organización, 563 operación, desarrollo, control y evaluación del Sistema de Profesionalización Judicial, con apoyo de la Comisión de Administración y la participación que corresponda al Instituto de la Judicatura Federal. DÉCIMA SEGUNDA.- Para clarificar las facultades del Instituto de la Judicatura Federal, se propone una reforma al artículo 96 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para dotarlo de las facultades de formación y desarrollo, y de evaluación para la promoción, incentivos y obtención del nombramiento de servidor público de carrera en el Consejo de la Judicatura Federal. DÉCIMA TERCERA.- Asimismo, el Sistema de Profesionalización Judicial, requiere de la voluntad del H. Congreso de la Unión para su implantación, de manera que se propone, la reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación en sus artículos 68, 77, 86, 92, 96, y para adicionar los artículos 86, 95, 117 bis, bis 1, bis 2, bis 3, bis 4 y el capítulo I bis del título séptimo. Preceptos que harían realidad el Servicio Profesional de Carrera para los servidores públicos administrativos y de confianza que prestan sus servicios en el Consejo de la Judicatura Federal, sistema que estará sustentado en los principios de certeza, legalidad, independencia, eficiencia, objetividad, imparcialidad, equidad y competencia por mérito. DÉCIMA CUARTA.- La viabilidad de las propuestas de reformas y adiciones a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se fortalecería de aprobarse la iniciativa de reforma constitucional en curso para dotar al Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de facultades para iniciar proyectos de ley en las materias relativas al ejercicio de las funciones del Poder Judicial de la Federación. DÉCIMA QUINTA.- La instrumentación adecuada, mediante la evaluación del desempeño, posibilita superar las limitaciones eventuales del Servicio 564 Profesional de Carrera, asegurando que sus ventajas superen por mucho las probables limitaciones. Lo que resulta incontrovertible es que la profesionalización es la causa de generación de valor en los procesos administrativos de las organizaciones y de innovación en las relaciones laborales. DÉCIMA SEXTA.- La profesionalización en el Poder Judicial Mexicano es menester observarla en sus dos vertientes: el Servicio Profesional para la administración para la justicia ya referido, y la consolidación de la carrera judicial. DÉCIMA SÉPTIMA.- La Carrera Judicial encuentra un alto grado de madurez, en virtud de la instrumentación que ha realizado el Consejo de la Judicatura Federal, en la cual para tener acceso a los cargos de jueces y magistrados, los aspirantes, deben superar un riguroso concurso y sólo con base en su mérito es factible el nombramiento. Este estatus no puede desvincularse de los esfuerzos para establecer una auténtica escuela judicial, como tampoco es posible desconocer que la vinculación carrera-escuela judicial resulta en una mayor independencia e imparcialidad del juzgador y mayor solidez a la autonomía del Poder Judicial. DÉCIMA OCTAVA.- Otro componente indisoluble de la carrera judicial lo constituye la estabilidad y certeza de la remuneración por el encargo; con fundamento en el artículo 94 Constitucional, estas remuneraciones no podrán ser disminuidas durante su encargo. Es así, que el Consejo de la Judicatura Federal ha establecido una serie de prestaciones inherentes al puesto, clasificándolas en seguros, prestaciones económicas, otras prestaciones y prestaciones de seguridad social. DÉCIMA NOVENA.- Sin embargo, tanto el seguro colectivo por retiro, como el estímulo por jubilación se consideran insuficientes, por lo cual, se ha 565 establecido un sistema de pensiones complementarias a las otorgadas por el ISSSTE, en beneficio de los funcionarios que se hubiesen retirado, o que en un futuro se retiren de los cargos de jueces de Distrito y magistrados de Circuito. VIGÉSIMA.- En términos de consolidación de la carrera judicial y considerando la alta responsabilidad pública inherente a la función jurisdiccional, y como un reconocimiento y dignificación a la labor judicial al concluir esta por retiro voluntario o forzoso, y en su caso por incapacidad, se propone la consolidación del establecimiento de prestaciones para incrementar la calidad del sistema complementario de pensiones. VIGÉSIMA PRIMERA.- En consecuencia, se propone mediante un acuerdo general, el perfeccionamiento de un sistema de adhesión voluntaria y complementaria de pensiones de retiro forzoso y anticipado para los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, en el que se determinó la forma, monto y plazos que regulen el otorgamiento de dichas prestaciones y establecer su fuente de financiamiento, mediante un fondo con cuentas individuales. VIGÉSIMA SEGUNDA.- Con el mismo propósito de consolidación de la carrera judicial, se formaliza una propuesta para brindar seguridad a jueces de Distrito y magistrados de Circuito, que se fundamenta en los artículos 10 y 21 de la Carta Magna, y su motivación no es otra que dotarlos de mayor autonomía al emitir sus resoluciones sin que teman por su integridad personal o la de su familia, por el cumplimiento de las funciones que les confiere su nombramiento. VIGÉSIMA TERCERA.- La propuesta de seguridad para impartidores de justicia, parte de la diferenciación de los conceptos de seguridad pública y los guardias de custodia; para destinar la seguridad pública a la protección de las instituciones y servicios estratégicos, y los guardias de custodia protegerán a los juzgadores, extendiéndose dicha protección a sus familias y a los recintos en que se encuentren. 566 Esta propuesta se inspira también y en forma preventiva, en las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas, como ha sido el caso del “Plan Colombia”. VIGÉSIMA CUARTA.- Para mejorar la impartición y la administración para la justicia, ya se han explorado los incentivos y compromisos de la profesionalización, corresponde ahora concluir con los de la rendición de cuentas y de la ética judicial. VIGÉSIMA QUINTA.- La rendición de cuentas (entendiéndose como la obligación que tiene el Estado democrático de justificar ante los ciudadanos sus acciones decisiones u omisiones) en el Poder Judicial, no sólo es un concepto de aplicación joven, sino que constituye un elemento adicional de fortalecimiento a la independencia e imparcialidad judiciales, pues le proporciona blindaje a ser capturado para beneficios e intereses externos. VIGÉSIMA SEXTA.- La autonomía del Poder Judicial se refiere a su independencia técnica y, principalmente a su soberanía jurisdiccional. En este orden también son más fuertes las voces y acciones para dotarlo de independencia económica y libertad presupuestal. Tal es el caso de la iniciativa (aprobada por ambas cámaras y promulgada por el titular del Ejecutivo Federal) de reformas a su ley orgánica, para la creación de un Fondo de Apoyo a la Administración para la Justicia (artículos 242 al 251 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación). La viabilidad administrativa para las tres propuestas de incentivos a la profesionalización y rendición de cuentas, encuentra cabida en los fines de este fideicomiso. VIGÉSIMA SÉPTIMA.- El marco jurídico para la rendición de cuentas en el Poder Judicial Mexicano abarca la regulación presupuestal, obligaciones financieras y las facultades de inspección sobre el ejercicio presupuestal. 567 VIGÉSIMA OCTAVA.- A nivel constitucional se contienen las disposiciones relativas a los tipos de responsabilidades en que pueden incurrir los servidores públicos judiciales, a saber, civiles, administrativas, políticas, penales y laborales (éstas últimas ya referenciadas). VIGÉSIMA NOVENA.- La insatisfacción del acceso a una justicia gratuita y rápida, en tanto derecho establecido en la Constitución, se convierte en un determinado nivel de ingobernabilidad (disolución de la relación que une por ambos lados a los miembros de la comunidad política). Precisamente, la razón que se tenga que analizar la profesionalización para la impartición y la administración para la justicia, es la importancia que se tiene para consolidar la gobernabilidad del Estado, mediante el diseño de mecanismos que permitan un mejor desempeño judicial. TRIGÉSIMA.- Los indicadores de desempeño pueden ser definidos como las herramientas que a través de parámetros cuantitativos y cualitativos, evalúan la gestión, impacto, cobertura y resultados de una acción determinada. El uso de indicadores de desempeño es una estrategia para la innovación, la evaluación continua, la orientación a resultados y el cambio organizacional. TRIGÉSIMA PRIMERA.- En diversos procesos de reforma judicial se ha insistido en la importancia de implementar mecanismos que permitan avanzar en la profesionalización del Poder Judicial, a través de la instrumentación de programas estratégicos, entre los cuales se encuentra la utilización de indicadores de desempeño judicial. TRIGÉSIMA SEGUNDA.- El tema de indicadores y rendición de cuentas está asociado conceptualmente, ya que, la rendición de cuentas requiere: 1) la asignación de responsabilidades y de recursos para cumplir con fines y propósitos, 2) la obligación de cumplir responsabilidades, 3) la obligación de 568 exigir dicho cumplimiento, y 4) la existencia de sistemas que compensen por el cumplimiento o no de las obligaciones. TRIGÉSIMA TERCERA.- La implementación de estímulos económicos basados en la evaluación del desempeño, es un concepto que al igual que el de la carrera judicial, encuentra fundamento en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación (artículo 111), y su motivación está en la rendición de cuentas y como garante de las ventajas y beneficios de la profesionalización, disminuyendo sus costos y riesgos. La eficiencia de un mercado interno de trabajo, también se mide por la posibilidad de que existan mecanismos para recompensar los esfuerzos laborales individuales. TRIGÉSIMA CUARTA.- El único indicador de desempeño judicial que reportan los informes estadísticos sobre la gestión judicial es el número de asuntos pendientes anuales, contra los recibidos y resueltos, utilizado para el momento de analizar la carrera judicial de un magistrado o juez. Se trata de un indicador parcial sobre la calidad de la justicia impartida, porque toda cuantificación de la eficiencia judicial no puede reducirse a un indicador que solo reporta el número de asuntos pendientes. TRIGÉSIMA QUINTA.- Frente a las limitaciones de este indicador de gestión judicial, se propone un indicador que considere la tasa de revocación de asuntos judiciales, considerando en un ejercicio de generalización, que la sentencia dictada por una instancia inferior puede ser apelada o revisada en una instancia superior, la cual puede resolver en tres sentidos: confirmando, modificando o revocando. La revocación de una sentencia nos indica que la instancia inferior no juzgó de manera adecuada y si la revocación empieza a ocupar un porcentaje considerable estaremos frente a un órgano judicial no eficaz ni eficiente. 569 De esta forma tenemos un indicador de eficacia: la tasa de revocación, y un indicador de eficiencia: la tasa de rezago, para poder evaluar a los órganos jurisdiccionales y calificar la gestión pública que realiza en dos aspectos concretos de su actuar jurisdiccional. TRIGÉSIMA SEXTA.- Estos indicadores, además de la medición del desempeño del órgano jurisdiccional, también deben traducirse en una estructura de incentivos que pueda influir en la conducta del juzgador y genere un cambio organizacional. La manera de hacerlo es estableciendo un porcentaje salarial adicional, determinado en función del desempeño del juzgador cuantificado por las tasas de revocación y rezago, de manera que un juez o magistrado con bajas tasas de revocación y rezago sea premiado con un ingreso adicional, y un magistrado o un juez con altas tasas de revocación y rezago reciba como sanción la privación del ingreso salarial adicional. TRIGÉSIMA SÉPTIMA.- En consecuencia, se propone el establecimiento de un sistema complementario de estímulos económicos, para magistrados de Circuito y jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación, como reconocimiento a su calidad de integrantes del Poder Judicial mexicano, al desempeño de sus funciones y a la alta responsabilidad que ello implica, así como determinar, la forma, monto, plazos y demás supuestos que regulan el otorgamiento de dichos estímulos, y establecer su fuente de financiamiento. El sistema de estímulos económicos consistirá en un estímulo por riesgo para compensar algún tipo de afectación probable, en su integridad física, moral o patrimonial, por causas asociadas a su actividad jurisdiccional; y otro estímulo por desempeño, calculado sobre la base de un cociente de rezago y un cociente de revocación, que reporte durante el desempeño anual de sus funciones. 570 TRIGÉSIMA OCTAVA.- En los referentes internacionales, encontramos que los países miembros de la OCDE han desarrollado los principios de administración, diseñados para ayudar a que los países analicen sus instituciones, sistemas y mecanismos, con el fin de promover la ética en el servicio público. TRIGÉSIMA NOVENA.- Pensamos que la ética debe de tomarse como una regla prudencial de decisión (medida dinámica de conducta adecuada a cada caso), es decir, en saber aplicar los principios para dilucidar una situación o determinar que debe hacerse de cara a las altas responsabilidades y al “Principio de Humanidad” (el ser humano como medida máxima de valor). La ética tiene como instancia última la conciencia individual y su aplicación es ex ante. En materia de ética judicial, encontramos que, para integrar en un sistema democrático, los inevitables conflictos que genera la tensión entre legalidad y justicia, la vía de la objeción de conciencia se presenta como un camino adecuado si el juzgador encuentra en su conciencia algún sentimiento que pueda afectar su imparcialidad, deberá buscar solución para no juzgar el caso. CUADRAGÉSIMA.- Sostenemos que los elementos para la construcción de la ética judicial, se expresarán de manera concreta en un código de conducta para el juez, porque la ética judicial reflexiona sobre los jueces con el propósito de delinear aquellas exigencias que resultan constitutivas de los “buenos, mejores o perfectos juzgadores”. Los códigos de ética no indican positivamente las conductas que se consideren obligadas, sino que establecen grandes principios orientadores para la toma de decisiones que trascienden. CUADRAGÉSIMA PRIMERA.- Un paso trascendental en la modernización y moralización de la función judicial mexicana ha sido la publicación del Código de Ética del Poder Judicial de la Federación. La fundamentación básica a que se refiere el código es el cumplimiento de la garantía constitucional prevista en 571 el artículo 17 constitucional (impartición de justicia pronta, completa e imparcial). Tiene como visión consolidar un estado de derecho, basado en el principio de legalidad, que fomente en cada justiciable una cultura de respeto irrestricto a la ley, al Estado y a sus instituciones, tomando en cuenta que el mejor sistema de impartición de justicia, es el camino para la construcción de un México más justo, libre e igualitario, donde se respeten las garantías individuales, se garantice la separación de poderes, y se tutele la solución pacífica de controversias. Su formulación es equilibrada en cuanto que se busca darle continuidad a los valores que históricamente caracterizan al Poder Judicial de la Federación, pero también promueve el cambio de actitudes y el mejoramiento de las prácticas con base en los principios orientadores que presenta. CUADRAGÉSIMA SEGUNDA.- Tal y como sucede con el Código de Ética para magistrados y jueces del Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe en Argentina, se propone para nuestro Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, su perfeccionamiento mediante el establecimiento de un procedimiento de responsabilidad ética y así se garantizará el comportamiento ético de aquellos que desempeñan la función judicial. Además de considerarse conveniente la creación de un órgano de consulta para dilucidar en la aplicación e interpretación del código ético. Estas nuevas instancias permitirán darle al Código de Ética Judicial, un contenido factible y de congruencia, así como la fortaleza de un instrumento de control y auditoría de las prácticas de los miembros de la organización judicial. CUADRAGÉSIMA TERCERA.- Con el procedimiento de responsabilidad ética propuesto, también se dará cumplimiento a una de las doce recomendaciones de la OCDE, para promover la ética en el servicio público, la relativa a que “los estándares éticos deben reflejarse en el marco legal”. 572 CUADRAGÉSIMA CUARTA.- Asumimos al mutiplismo crítico (aplicable para cruzar datos y establecer inferencias, desde diferentes metodologías aplicadas a un tema que tiene diferentes facetas) como una de las aportaciones metodológicas aplicables al terreno de los métodos éticos de análisis y solución de problemas morales, y que se compagina con las tendencias internacionales que impulsan un mejoramiento de la calidad y eficiencia del Poder Judicial. El punto de partida es que el análisis ético de las políticas públicas sea un paquete de herramientas capaz de ayudar al directivo al tomar mejores decisiones, que consideren más ampliamente las condiciones, limitaciones y efectos de una política determinada, proyectada o actual. CUADRAGÉSIMA QUINTA.- En el análisis de casos, se emplearon las propuestas metodológicas sobre factibilidad de las políticas públicas y sobre los métodos éticos. Se acudió a seis métodos éticos, a saber: la regla de oro; el principio de doble efecto; el imperativo categórico; la jerarquía axiológica; el principio utilitarista; y, la ética del discurso. CUADRAGÉSIMA SEXTA.- Las cinco propuestas formuladas para el servicio profesional de carrera, el sistema complementario de previsión social, brindar seguridad a juzgadores, el sistema complementario de estímulos económicos y el procedimiento de responsabilidad ética, sólo persiguen un objetivo en común: mejorar la impartición y la administración para la justicia mediante los incentivos y compromisos de la profesionalización y de la rendición de cuentas, o dicho con otras palabras: tramitar y resolver “pronto y bien” los asuntos de competencia del Poder Judicial de la Federación. La profesionalización, la rendición de cuentas y la ética, propiciarán que la impartición y la administración para la justicia sean elementos de innovación y modernización judicial y una expresión del humanismo. 573 ANEXO I Resumen Ejecutivo (Como Input)436 436 Input: Es el valor o costo de los recursos que empleamos para producir el output. Es una tarea operativa (finita). Véase: LEÓN GARZA, Miguel y NOVOA ROJAS, Fabio. Innovación: el arte de competir. Nota técnica elaborada para el Programa ADIT del IPADE. México, 2005. p. 1 574 SERVICIO PROFESIONAL PARA LA IMPARTICIÓN Y LA ADMINISTRACIÓN PARA LA JUSTICIA RESUMEN EJECUTIVO El Poder Judicial encuentra su fundamento jurídico en la naturaleza misma de la función jurisdiccional y en los principios que emanan de nuestra Constitución, que en su artículo 39 dispone que: “todo el poder público dimana del pueblo y se constituye en beneficio de éste”; y en su artículo 17, otorga a toda persona el derecho de que se le administre justicia por “tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa, imparcial y gratuita”, añadiendo que “las leyes establecerán los medios necesarios para que se garantice la independencia de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones”. Por su parte, el artículo 40 prevé que: “es voluntad del pueblo mexicano, constituirse en una República representativa, democrática y federal…” Además de su misión para dirimir conflictos, también es la última instancia que garantiza la división de poderes, el respeto a las garantías individuales y la vigencia plena del principio de legalidad, es decir, es el guardián del Estado de Derecho que debe prevalecer en todo Estado democrático, lo que constituye su visión. De la buena gestión de la función judicial, también depende la estabilidad política, el crecimiento económico y el desarrollo social. Todo proceso de reforma de Estado estará inconcluso, si no se incluyen los mecanismos que permitan dotar al Poder Judicial de más autonomía y a los juzgadores de mayor independencia e imparcialidad. Se parte de la hipótesis principal de que para consolidar la impartición y la administración para la justicia, que realiza el Poder Judicial de la Federación, se 575 hace necesario analizar y evaluar las relaciones jurídicas que lleva a cabo como empleador, así como las consecuencias laborales, administrativas y éticas que de ello se desprenden en la prestación de los servicios públicos judiciales, para poder contar con un sistema de impartición de justicia que se traduzca en un Poder Judicial más autónomo, independiente e imparcial. Se utilizó conforme a las características de los diferentes fenómenos a estudiar, una metodología inductiva o deductiva, según corresponda a temas ya consolidados con productos concretos, siendo en este caso deductiva, o bien, para inducir esos productos y resultados abarcándolos desde hechos singulares a generalizaciones funcionales. Adicionalmente se emplearon métodos descriptivos y comparativos para referirse al estado que guardan actualmente determinados fenómenos. La presente tesis doctoral se enmarca como un tema de investigación aplicada, esto es, aquél conocimiento dirigido para adquirir nuevos conocimientos, pero que está dirigido fundamentalmente hacia un objetivo práctico específico. (Manual de Frascati 2002, P. 30, OCDE, 2003). El objetivo general se centra en analizar, sistematizar, proponer, evaluar y difundir la profesionalización y rendición de cuentas para la imparticiòn y la administración para la justicia, en orden al mejoramiento de su desempeño en términos de eficacia, productividad, régimen interno, y ética. El hilo conductor de esta investigación lo podemos sintetizar en el mejoramiento de la impartición y la administración para la justicia, mediante los incentivos y compromisos de la profesionalización, rendición de cuentas y ética judicial. A fin de instrumentar lo anterior, el sistema profesional va más allá de la capacitación y permanencia de la que puedan gozar los servidores públicos de carrera, ya que se trata de un proceso de cambio, compuesto por normas, reglas y procedimientos administrativos, que diseñan y regulan el trabajo 576 organizacional y su división, incluyéndose en la esfera institucional, los valores y conductas de los actores en la función pública judicial. Es por ello, que la profesionalización debe ser entendida como una serie de mecanismos que permitan hacer claras y transparentes las reglas que deben regir el desempeño de los servidores públicos, reglas que determinen su ingreso, movilidad, ascenso, incentivos, salida, y en su caso la aplicación de indicadores de desempeño, a fin de que ingresen y permanezcan los más capacitados. Desarrollo de la Tesis: • Se ofrece un marco conceptual de las relaciones jurídicas (laborales y administrativas), sistematizadas y que caracterizan la función pública judicial. Al concepto de profesionalización, se le asignan objetivos generales y se explican los problemas que la obstaculizan. • Se proponen reformas sustanciales a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para establecer el Servicio Profesional de Carrera para los servidores públicos no judiciales, que les ofrezca condiciones jurídicas para la estabilidad en el empleo e inamovilidad, los cuales constituyen poco más del 94% del total de ellos, lo que se presenta como un tema no solo de justicia conmutativa, sino también de justicia distributiva y de equidad. Los principios rectores que se proponen para el servicio profesional de carrera son: certeza, legalidad, independencia, eficiencia, objetividad, imparcialidad, equidad y competencia por el mérito. • Si bien la carrera judicial la encontramos en un grado maduro de desarrollo, se propone su consolidación, como la otra vertiente de la profesionalización, mediante acuerdos generales del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, para consolidar el establecimiento de un Sistema Complementario de Previsión Social (pensiones por 577 retiro, incapacidad, y forzoso) para jueces de Distrito y magistrados de Circuito; y otro, para brindarles seguridad y protección, cuando éstos o su familia se encuentren en peligro en virtud del ejercicio de la función judicial. • Con un enfoque de análisis deductivo se analiza el marco jurídico de la rendición de cuentas de la función pública judicial, que abarca la regulación presupuestal, obligaciones financieras y facultades de inspección sobre el ejercicio presupuestal; así como los tipos de responsabilidad en que pueden incurrir los servidores públicos del Poder Judicial. • El Servicio Profesional de Carrera, en su vertiente judicial y de funciones administrativas, requiere para una instrumentación adecuada e integral, de la rendición de cuentas y de la evaluación del desempeño, como elementos adicionales de fortalecimiento a la independencia e imparcialidad judicial, pues le proporcionan blindaje a ser capturadas para beneficios externos. • El tema de indicadores de desempeño y rendición de cuentas está asociado conceptualmente a la asignación de responsabilidades, a la obligación de cumplir éstas y a la existencia de sistemas que comprueben o no el cumplimiento de las obligaciones. • El único indicador de desempeño que reportan los informes estadísticos sobre la gestión judicial es el número de asuntos pendientes anuales, contra los recibidos y resueltos, utilizado para el momento de analizar la carrera judicial de un magistrado o juez. • 578 Frente a las limitaciones de éste indicador, se propone un indicador que considere la tasa de revocación de asuntos judiciales y la tasa de rezago, esto es, combinar un indicador de eficacia (tasa de revocación) y un indicador de eficiencia (tasa de rezago). • Estos indicadores además de la medición del desempeño del órgano jurisdiccional, también deben traducirse en una estructura de incentivos para el juzgador. En consecuencia, se propone el establecimiento, mediante un acuerdo general, de un sistema complementario de estímulos económicos para juzgadores, como reconocimiento a su calidad de integrantes del Poder Judicial de la Federación, al desempeño de sus funciones y a la alta responsabilidad que ello implica. El sistema de estímulos económicos consistirá en un estímulo por riesgo y otro por desempeño. • En los referentes internacionales (de la OCDE) encontramos principios de administración diseñados para promover la ética judicial en el servicio público. Los elementos para la construcción de la ética judicial, se expresarán de manera concreta en un Código de Conducta para el juez. La ética debe de tomarse como una regla prudencial de decisión, y que tiene como última instancia la conciencia individual. • Un paso trascendental en la modernización y moralización de la función judicial mexicana ha sido la publicación del Código de Ética del Poder Judicial de la Federación. Su perfeccionamiento en términos jurídicos, requiere del establecimiento de un procedimiento consultivo y de responsabilidad ética. • El análisis ético de las políticas públicas lo empleamos para analizar dos casos ejemplificativos del ejercicio jurisdiccional, uno mexicano y otro ocurrido en Argentina. En suma, la profesionalización, la rendición de cuentas y la ética, propiciarán que la impartición y la administración para la justicia sean elementos de modernización judicial y una expresión del humanismo. 579 ANEXO II. PRESENTACIÓN CON LA METODOLOGÍA DE ANÁLISIS DEL CASO (Como Output)437 437 Output: Valor y riquieza que genera una organización. Es una tarea estratégica (infinita). LEÓN GARZA, Miguel y Otro. Op. Cit. P. 2. 581 Alejandro Romero Gudiño 582 583 584 585 586 587 588 589 590 591 592 593 594 595 596 597 598 599 600 601 602 603 604 605 606 607 608 609 610 611 612 613 614 615 616 617 618 619 620 621 622 623 624 625 626 627 628 629 630 631 BIBLIOGRAFÍA 1. AARNIO, A. 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Código de Ética del Poder Judicial de la Federación. 4. Código de Ética, Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe, Argentina. 5. Código de Procedimientos Penales. 6. Código de Procedimientos Civiles. 7. Estatuto del Servicio Civil de la Cámara de Senadores. 8. Estatuto para la Organización Técnica y Administrativa y del Servicio Civil de Carrera de la Cámara de Diputados. 9. Ley de Amparo. 10. Ley de Ingresos de la Federación, para el ejercicio fiscal 2006. 11. Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental. 12. Ley del Impuesto al Valor Agregado. 13. Ley del Impuesto Sobre la Renta. 650 14. Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal. 15. Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. 16. Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado. 17. Ley Federal de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles. 18. Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. 19. Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos. 20. Ley Federal del Trabajo. 21. Ley General que Establece las Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública. 22. Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. 23. Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. 24. Presupuestos de Egresos de la Federación para los Ejercicios Fiscales 2004, 2005 y 2006. ACUERDOS 1. Acuerdo General 28/97 por el que se reglamenta el Presupuesto por programa del Consejo de la Judicatura Federal. 2. Acuerdo General 30/98 del pleno del Consejo de la Judicatura Federal por el que se delega diversas facultades en materia de recursos humanos. 3. Acuerdo General 48/98 que regula la organización y funcionamiento del Consejo de la Judicatura Federal. 651 4. Acuerdo General 26/1999 del pleno del Consejo de la Judicatura Federal por el que se crea la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación del Consejo de la Judicatura Federal y la Secretaría Ejecutiva correspondiente. 5. Acuerdo General 5/2000 del pleno del Consejo de la Judicatura Federal que determina la adscripción de diversas unidades administrativas a la presidencia del mismo, y actualiza las atribuciones del secretario ejecutivo con las direcciones generales que les corresponden. 6. Acuerdo General 3/2002 del pleno del Consejo de la Judicatura Federal que fija las bases para celebrar y organizar los exámenes de aptitud a que se refiere el artículo 115 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; establece el procedimiento para la expedición de nombramientos de secretarios de Tribunal de Circuito, de juzgado de Distrito y de actuarios del Poder Judicial de la Federación; y abroga el acuerdo general 72/2001 del propio órgano colegial. 7. Acuerdo General de Administración 1/2003, del dieciocho de febrero de dos mil tres, del Comité de Gobierno y Administración de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por el que se crea la Oficialía Mayor y se establecen sus atribuciones. 8. Acuerdo General 2/2003 del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, relativo a la creación, atribuciones, funcionamiento e integración de los comités del propio tribunal pleno. 9. Acuerdo 10/2004 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que autoriza la transferencia de recursos económicos al Consejo de la Judicatura Federal. 652 10. Acuerdo General 28/2005 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, que regula el plan de pensiones complementarias de magistrados de Circuito y jueces de Distrito. 11. Acuerdo General 16/2006 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se otorga la prestación del Fondo de Reserva Individualizado para el personal de nivel operativo de los órganos jurisdiccionales federales y del Consejo de la Judicatura Federal. 12. Acuerdo General 20/2006 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se adicionan y reforman diversas disposiciones del Acuerdo General 28/2005 del propio Pleno, que regula el plan pensiones complementarias de magistrados de Circuito y jueces de Distrito. 13. Acuerdo General 22/2006 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se regula la constitución, organización y funcionamiento del Fondo de Apoyo a la Administración de Justicia. 14. Acuerdo General 49/2006 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal que reglamenta el Capítulo I del Título Séptimo de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, por el que se establecen los lineamientos generales para la celebración de concursos internos de oposición para la designación de jueces de Distrito. 15. Acuerdo General 52/2006 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se regula la disponibilidad de los recursos del Fondo de Apoyo a la Administración de Justicia. 16. Acuerdo General 63/2006 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, que reglamenta el capítulo I del título séptimo de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, por el que se establecen los lineamientos 653 generales para la Celebración de Concursos Internos de Oposición para la Designación de magistrados de Circuito. 17. Acuerdo General 64/2006 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, que reglamenta el Capítulo I del Título Séptimo de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, por el que se establecen los lineamientos generales para la celebración de concursos libres de oposición para la designación de jueces de Distrito y magistrados de Circuito. 18. Acuerdo de la Secretaría de la Función Pública mediante el cual se expiden los Lineamientos para la evaluación del desempeño de los servidores públicos de la Administración Pública Federal, así como su anexo. 19. Acuerdo del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal por el que se autoriza el manual de sueldos, prestaciones y demás beneficios de los servidores públicos del Consejo de la Judicatura Federal con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal Electoral. 20. Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal que reglamenta el Capítulo I del Título Séptimo de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, por el que se establecen los lineamientos generales para la celebración de concursos internos de oposición para la designación de jueces de Distrito. 21. Circular SEA/011/96 de la Comisión de Administración del Consejo de la Judicatura Federal, en la que se establecen normas generales para el ingreso del personal administrativo del Consejo de la Judicatura Federal. 22. Circular SEA/004/2003 de la Comisión de Administración del Consejo de la Judicatura Federal, en la que se establecen los criterios para nombrar y prorrogar los nombramientos por tiempo indefinido a favor de los servidores públicos de confianza. 654 23. Norma para la capacitación de los servidores públicos de la Administración Pública Federal, así como su anexo. INTERNET 1. 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FÓCIL, Mario Alberto. “El servicio profesional de carrera en México”: “Las implicaciones en la operación del nuevo modelo de la administración del personal público”, Revista de Administración Pública, No 110, Instituto Nacional de Administración Pública, México, 2004. 7. LEÓN GARZA, Miguel y NOVOA ROJAS, Fabio. “Innovación: el arte de competir”. Nota técnica elaborada para el Programa de Alta Dirección en Innovación y Tecnología, en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa, Universidad Panamericana, México, 2005. 8. NAVA ESCUDERO, Óscar. Algunos aspectos jurídicos de la nueva Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. Revista Justicia Fiscal y Administrativa No. 3, Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal. México, 2006. Cuarta época. 9. PÁSARA, Luis. “Selección, carrera y control disciplinario en la magistratura”: “Principales tendencias actuales”, Reforma Judicial, Revista 658 Mexicana de Justicia No 4. 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Ponencia presentada en la conferencia regional “Nuevos enfoques para atender la demanda de justicia”, celebrada en el Centro de Investigación y Docencia Económicas y organizada por el Banco Mundial, México, 2001. 2. HENSLER, Deborah. “The contribution of judicial reforme to the rule of law”. Ponencia presentada en la conferencia regional “Nuevos enfoques para atender la demanda de justicia”, celebrada en el Centro de Investigación y Docencia Económicas y Organizada por el Banco Mundial, México 2001. 3. RAMÍREZ GARCÍA, Hugo Saúl. Réplica a la tesis: “Servicio Profesional para la Impartición y la Administración para la Justicia”, de Alejandro 659 Romero Gudiño, presentada durante el examen de Doctorado en Derecho y en su calidad de vocal del Tribunal de Grado Académico. Universidad Panamericana, Facultad de Derecho. México, 12 de marzo de 2007. 4. SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS, Olga. “Ciclo de conferencias sobre la publicación de la nueva ley de responsabilidades administrativas de los servidores públicos”. México 21 de mayo de 2002. 5. VARGAS, Juan Enrique. “Opciones de Política Pública para acercar Oferta y Demanda por Justicia Civil y Comercial”, Ponencia presentada en la conferencia regional “Nuevos enfoques para atender la demanda de justicia”, celebrada en el Centro de Investigación y Docencia Económicas y Organizada por el Banco Mundial, México 2001. 6. VIGO, Rodolfo Luis, Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe, Argentina, en la conferencia impartida en 2004 en el Instituto de la Judicatura Federal en México. 7. VIGO, Rodolfo Luis, en la conferencia “Ética y Derecho”, organizada por la Barra Mexicana Colegio de Abogados y la Universidad Panamericana. México, 2005. 660