LOS EDIFICADORES Desde hace algún tiempo, Dios nos ha estado

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LOS EDIFICADORES
Desde hace algún tiempo, Dios nos ha estado mostrando algunos
mensajes que El desea, sean trasladados a Su pueblo y aunque a veces
no ha coincidido lo que se ha preparado con anticipación para enseñar o
predicar; lo que debemos hacer es trasladar exactamente lo que Dios
diga para su pueblo en el momento que El así lo desee.
Hemos estado enseñando respecto a lo que es edificar, de acuerdo a lo
que está escrito en el libro de Esdras y Nehemías. También se ha
enseñado bastante respecto a lo que son los cinco ministerios como lo
muestra la Biblia:
Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas,
a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra
del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios,
a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y
llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de
los hombres, por las artimañas engañosas del error; sino que hablando
la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la
cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado
y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al
funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del
cuerpo para su propia edificación en amor.
Efesios 4:11­16
Lo cual, como lo podemos ver en la cita anterior; es para edificación del
cuerpo de Cristo y lo dice por medios otros siervos como el Apóstol
Pablo y el Apóstol Pedro. También se ha planteado que cuando Dios hizo
al hombre, lo hizo de la nada; después lo formó y por último vemos que
crea a la mujer, pero cuando creó a la mujer, o sea, a Eva; la palabra que
se utilizó para referirse que hizo o creó, la encontramos en los escritos
más antiguos como BAW­NAW (palabra hebrea No.1129 del diccionario
Strongs) y una de sus acepciones en la traducción al español es edificar.
Entonces lo que Dios estaba haciendo es edificando; del mismo Adán, lo
que sería su ayuda idónea.
De esa manera podemos ver en la Biblia que se describen varios
edificadores, de los cuales, podemos decir que empezaron con Adán
porque así como él fue edificado por la mano de Dios, Adán mismo
edificó después. Pero el punto es que notemos la importancia que tiene
el hecho de ser edificados y que edifiquemos un altar a Dios para que
eso marque el inicio de la edificación en nuestro hogar. De esto podemos
describir muchas cosas, pero estaríamos redundando porque son cosas
que se han descrito en temas anteriores respecto a lo que significa la
edificación.
En el Salmo 127, podemos ver que está hablando de la edificación de
nuestra casa, pero también está hablando de una ciudad segura; pero
una ciudad segura será la consecuencia de haber dejado que Dios
edifique nuestra casa. Una ciudad segura no se consigue con aumentar
el número de los miembros de seguridad, sean estos nacionales o
privados; sino que, cuando dejamos que sea Dios el que muestre la
forma en la que debemos edificar nuestra casa, el trabajo que haremos
en nuestro hogar como padres de familia, será bien hecho porque
habremos seguidos instrucciones de Dios, y eso nos dará como
consecuencia una buena sociedad.
En las sociedades de este tiempo, podemos notar que la mayoría de
personas que inician la empresa del matrimonio, creen saber como
edificar su casa porque en algunos casos, han ido a recibir cursos sobre
cómo ser buenos padres, pero olvidan lo que dice el Salmo 127:
Si el SEÑOR no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el
SEÑOR no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. Es en vano que os
levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de
afanosa labor, pues El da a su amado aun mientras duerme.
Salmo 127:1­2
Hoy día, vemos como es que grupos de personas que no fueron
edificados en su hogar, llevan cierto resentimiento o rencor en su
corazón por no haber tenido un hogar, lo que nos ha dado como
resultado grupos de jóvenes que manifiestan su descontento ante la
sociedad con actos de vandalismo.
Si alguna persona, al ser hijo o hija, tuvo malos ejemplos en su hogar,
todas esas cosas las sale a poner en practica a la calle, aumentando la
violencia que pudo experimentar o los malos ejemplos; y cuando vemos
cual es el origen, podemos decir que esas personas que salen a las
calles a cometer actos delictivos, tuvieron un mal ejemplo con sus
padre; pero cuando vemos el origen de lo que sus padres hicieron mal,
podemos decir que fueron los abuelos hasta llegar al mismo Adán, pero
el problema no empezó tampoco con Adán, porque cuando vemos la
familia divina, nos encontramos que está formada por el Padre y el Hijo,
pero hace falta la persona de la Madre, a lo cual no estamos diciendo
que haya sido la madre el origen de toda la violencia, y para este caso,
necesitamos leer y estudiar a profundidad ese tema el cual lo
encontramos en el tema LA REINA DEL CIELO.
Pero entonces; lo que el Padre hizo, cuando vio que el plan de edificar
había tenido cierto desvío en la humanidad; el Padre envía a Su Hijo con
un plan debidamente trazado, con el propósito de salvarnos y
edificarnos. Entonces, en el libro de los Salmos, desde mucho tiempo
antes que Jesús viniera a la tierra, se había escrito muchas cosas
acerca de nosotros como personas, de qué es lo que haríamos aquí,
pero también se habla de los nacimientos de Jesús:
Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre. Te
alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho;
maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien. No estaba oculto
de ti mi cuerpo, cuando en secreto fui formado, y entretejido en las
profundidades de la tierra. Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro se
escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno
solo de ellos.
Salmo 139:13­16
Esto nos muestra claramente cuando Jesús nace de María, su madre, y
después vemos que está naciendo de la tierra, cuando el Padre lo
levanta del lago de fuego, después de haber sido el holocausto de Cristo;
y vuelve a la vida derrotando a la muerte. Cuando vemos en algún
diccionario, incluso no cristiano, el significado de lo que es holocausto,
encontramos que una de sus acepciones dice que es un sacrificio de
ofrenda generosa. Entonces podemos decir que nuestro Señor
Jesucristo no se negó a ir a la cruz, sino por el contrario, en obediencia
al Padre y por amor a nosotros el fue y murió.
Volviendo al punto central del tema, el cual es la edificación; en el Salmo
139, podemos encontrar en el verso 16 que habla de un libro en el cual
tiene escritos todos los nuestros días; y cuando vemos la versión RV
1909 y la versión Aramea tiene en su libro las obras que habríamos de
hacer.
Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas
cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.
Salmo 139:16
RV 1909
Tus ojos vieron mi embrión, y en tus registros fueron escritas todas
estas cosas, antes que fueran los días y el hombre existiera.
Salmo 139:16
Aramea
Entonces hace millones de años, Dios escribió en Su libro y en ese libro
declaró lo que nosotros haríamos y lo que seríamos, y después de haber
escrito en su libro, nos envía a la tierra con propósitos definidos; pero el
diablo sabe lo ha sucedido y empieza a tratar de sobre escribir en el
corazón de las personas: incredulidad y falta de amor, para desviar el
propósito del Padre, sin embargo cuando El ve lo que esta sucediendo,
dice: lo que está escrito, se cumplirá; por eso es que cuando nuestro
Señor Jesucristo va a la cruz; deja clavados los decretos que nos eran
contrarios:
...habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos
contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio,
clavándolo en la cruz.
Colosenses 2:14
Para que posteriormente el Espíritu Santo nos empezara abrir los ojos
respecto a quiénes somos y a qué hemos venido a la tierra.
Pero surge entonces que a veces alguien quiere ser Pastor y eso no está
en el libro de las obras que Dios escribió respecto a lo que debíamos
hacer, al venir a la tierra; y cuando llega el momento de rendirle cuentas
a Dios, El pone el libro de la vida y el libro de las obras, para ver que es lo
que hicimos que estaba escrito y si llegamos a ser algo que El no
escribió, ciertamente habrá sido algo bueno, pero le será contado como
más aprobado lo que Dios escribió en Su libro y que se realizó a lo que
alguien fue sin dirección de Dios hizo. Hoy día vemos como es que
algunos siervos de Dios se niegan a ser lo que El ha escrito en Su libro,
negándose rotundamente al hecho de aceptar ser Apóstoles.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviéramos en ellas.
Efesios 2:10
La cita anterior nos habla de las obras que están escritas en el libro para
que nosotros las busquemos y las pongamos en práctica. Este último
punto podría dar lugar a confusión cuando se habla del matrimonio,
porque alguien podría decir que la persona que Dios tiene para él o para
ella, pasó por su vida pero se fue y que no podrá casarse con nadie más.
Sin embargo, la Biblia nos muestra que Dios deja más opciones, siempre
que sea en el Señor y que sea en el orden que El manda.
Entonces vemos que Dios destruye a la muerte y al diablo, y nos deja en
capacidad de edificar buenas obras como lo hizo el buen samaritano que
llevó a forastero al mesón para que fuera edificado; entiéndase que el
mesón es figura de la Iglesia de Jesucristo alrededor del mundo que
recibe a todos aquellos que llegan golpeados y los edifica. Pero también
están aquellos que tienen necesidad de ser edificados y tienen algo que
se los impide:
A su lado hicieron también reparaciones los tecoítas, pero sus nobles no
apoyaron la obra de sus señores.
Nehemías 3:5
A veces alguien está edificando y otros se sienten tan grandes que
sienten que serán humillados si permiten que otra persona los edifique.
Verdaderamente Dios escribió en Su libro lo que cada quien llegaríamos
a ser y hacer de lo cual, cada quien debe tener testimonio en su espíritu
del llamado que Dios le hace, sin embargo, un llamado al cual debemos
no podemos negar que todos los cristianos tenemos y que está escrito
en el libro de Dios, es que seríamos edificadores, aunque esto signifique
encontrarnos con muchos problemas, empezando con el obstáculo que
encontramos con las personas que no desean ser edificados.
Cuando leemos el libro de Nehemías en los primeros capítulos, nos
encontramos a 3 personajes que menospreciaron al pueblo, con
respecto a la edificación que estaban haciendo:
Y sucedió que cuando Sanbalat se enteró de que estábamos
reedificando la muralla, se enfureció y se enojó mucho. Y burlándose de
los judíos, habló en presencia de sus hermanos y de los ricos de
Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿La restaurarán para
sí mismos? ¿Podrán ofrecer sacrificios? ¿Terminarán en un día? ¿Harán
revivir las piedras de los escombros polvorientos, aun las quemadas?
Tobías el amonita estaba cerca de él, y dijo: Aun lo que están edificando,
si un zorro saltara sobre ello , derribaría su muralla de piedra.
Nehemías 4:1­3
Parte de los que nos encontraremos cuando estemos edificando, son
aquellos que se burlarán de nosotros, porque no saben lo que está
escrito en el libro de las obras respecto a nuestra vida y lo que debemos
hacer. Para muchos, podremos ser las personas más insignificantes de
este mundo, pero debemos recordar que lo vil y menospreciado de este
mundo es lo que ha escogido Dios para hacer su obra, y Dios ha
escogido a quien tenga un corazón dispuesto a edificar.
Otras veces nos dirán que somos muy jóvenes o muy viejos, pero ellos no
saben que escrito está sobre el vigor de los jóvenes y la experiencia de
los ancianos y si unimos las dos características podemos hacer un mejor
trabajo de edificación en la obra de Dios. Nosotros no necesitamos más
título que ser hijos de Dios para ser edificadores.
Cuando entré yo en casa de Semaías, hijo de Delaía, hijo de Mehetabel,
que estaba encerrado allí , él dijo: Reunámonos en la casa de Dios,
dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen a
matarte, vienen de noche a matarte.
Nehemias 6:10
Otra de las cosas con las que el enemigo nos pretenderá asustar para
impedirnos que edifiquemos, es el miedo, a través de las liberaciones en
las que tengamos oportunidad de presenciar o participar, porque lo que
un demonio hace es amenazar al que está liberando y le dice que tomará
venganza contra su familia, con lo cual tratará de acobardarlo, pero lo
que debemos hacer en ese momento es poner en claro que el diablo y
sus colaboradores ya fueron derrotados cuando nuestro Señor
Jesucristo se levantó del lago de fuego derrotando a todo diablo que se
había opuesto a El.
Si pensamos un poco en todo aquello que sucedió hace
aproximadamente 2,000 años, podemos ver que nuestro Señor
Jesucristo le dejó a los demonios y toda potestad de las tinieblas, que
escogieran el lugar, las armas y todo lo que ellos quisieran para el duelo
a muerte que tendrían, y no importó donde empezarían, que armas y
donde terminarían; de todas formas Cristo los derrotó. Ellos le dijeron
que utilizarían la cruz porque eso significaba maldición, Jesucristo no se
opuso; ellos le dijeron que terminarían con El en el lago de fuego,
tampoco se opuso; Jesucristo les dijo que ahí estaría; no hubo miedo que
lo detuviera hacer nada.
Cuando Jesucristo se levantó de la muerte, en medio del lago de fuego,
las potestades de la tinieblas temblaron de miedo al ver que no lo
pudieron derrotar; y por eso es que la bestia y el falso profeta que hacen
señales mentirosas, los lanzarán al lago de fuego vivos para ver si
pueden seguir imitando a Cristo y se levantan vivos como lo hizo nuestro
Señor Jesucristo.
El llevó nuestro pecado al lago de fuego, pero como El no tenía pecado
que lo detuviera, salió vivo y sin mancha y dejó todos nuestros pecados
en ese lugar.
Volviendo al punto central del tema; nuestro propósito entonces es
edificar y para eso también es necesario que notemos cierto proceso en
la edificación que debemos hacer; notemos: el Atrio en nuestra casa, el
Lugar Santo es la casa de nuestro prójimo y el Lugar Santísimo es
cuando Dios edifica nuestra casa.
Surge una interrogante: ¿Qué se necesita para ser edificador? Lo
principal es ser hijo de Dios, lo segundo es tener amor y lo tercero, tener
autoridad. Si alguien se ha comprometido a ser edificador, debe saber
que necesita tener los instrumentos para edificar; y una de las
principales cosas para edificar es la autoridad. ¿Cómo se consigue la
autoridad?
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Toma a Josué, hijo de Nun, hombre en quien
está el Espíritu, y pon tu mano sobre él; y haz que se ponga delante del
sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación, e impártele
autoridad a la vista de ellos.
Números 27:18­19
Cuando alguien ha sido llamado a ocupar un privilegio, el ministro que
está al frente de la congregación, debe orar para que los líderes reciban
de la autoridad que Dios ha depositado en él
Y cuando entró Jesús en Capernaúm se le acercó un centurión
suplicándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa,
paralítico, sufriendo mucho. Y Jesús le dijo: Yo iré y lo sanaré. Pero el
centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi
techo; mas solamente di la palabra y mi criado quedará sano. Porque yo
también soy hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo
a éste: "Ve", y va; y al otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo
hace. Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que le seguían: En verdad os
digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande. Y os digo
que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa
con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Pero los hijos del
reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el
crujir de dientes. Entonces Jesús dijo al centurión: Vete; así como has
creído, te sea hecho. Y el criado fue sanado en esa misma hora.
Mateo 8:5­13
A veces nos encontramos con personas que están fuera de autoridad y
tratan de justificarse diciendo que están tratando directamente con Dios
y que no se deben sujetar bajo autoridad de ninguna persona o ministros
de Dios. Ese es el prototipo de personas que no reconocen ningún tipo
de autoridad porque no se detienen ha reconocer que la necesitan y
andan como estrellas errantes.
Nosotros hemos sido llamados con propósitos definidos por Dios, con
tareas que debemos desarrollar mientras estemos en el mundo. Lo que
debemos hacer es buscar a Dios para que El nos muestre cual es el
camino por el que debemos conducirnos y hacer y ser lo que está escrito
en Su libro porque esa es Su voluntad. Entre las muchas cosas que
debemos ser está el llegar a ser edificadores y dentro de las cosas que
debemos hacer está: edificar.
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