El Derecho a la Defensa Técnica Eficaz y el Defensor Público en el Perú. Por: Hugo Müller Solón (*) [email protected] La Constitución Política del Perú precisa como una garantía de la función jurisdiccional (Art.139.14) el principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso, así como a comunicarse personalmente con un defensor de su elección; igualmente se refiere a la defensa gratuita (Art.139.16) para las personas de escasos recursos; y, para todos, en los casos que la ley señala. Por su parte el Código Procesal Penal señala que el Servicio Nacional de la Defensa de Oficio (hoy Dirección General de Defensa Pública y Acceso a la Justicia - (DGDPAJ) a cargo del Ministerio de Justicia, proveerá de defensa gratuita a todos aquellos que dentro del proceso penal, por sus escasos recursos no puedan designar Abogado Defensor de su elección, o cuando resulte indispensable el nombramiento de un Abogado Defensor de Oficio (Defensor Público) para garantizar la legalidad de una diligencia y el debido proceso. Pero lo que no señala la ley respecto al Defensor Público, es que el imputado al no serle posible escoger su propio defensor por razones económicas, debe tener la garantía y la confianza absoluta de que quien lo va a representar de manera gratuita en juicio desde que es nombrado, es una persona remunerada por el Estado y que a pesar de que él no lo elige, va a desarrollar sus labores de defensor, técnicamente independiente y absolutamente basado en su idoneidad profesional y personal. Felizmente, el Tribunal Constitucional anticipándose a las expectativas precisadas, en su Sentencia del 22 de Julio del 2011, expedida en el Exp. N° 02098-2010-PA/TC. Caso Eladio Oscar Iván Guzmán Hurtado; ha señalado respecto al derecho a la asistencia letrada; que: “(…) no basta con la designación del abogado defensor de oficio, sino que es preciso garantizar la efectividad de su asistencia al detenido, acusado o procesado, de forma que en el caso de que aquél eluda sus deberes, si han sido advertidas de ello, las autoridades deben sustituirlo u obligarle a cumplir su deber”.(…) el derecho a la asistencia letrada implica no sólo el nombramiento libre de un letrado, sino también la asistencia efectiva de este.(…)”. Nos estamos refiriendo entonces, a un Defensor Público de quien se espera en todos los casos, en consideración a su habilidad para utilizar con propiedad los medios de defensa instituidos en la ley, que desarrolle una actuación diligente y eficaz, dirigida asegurar no solo el respeto por las garantías del acusado, sino también a que las decisiones proferidas en el curso del proceso se encuentren ajustadas al derecho y a la justicia. El Defensor Público debe tener siempre presente que en el proceso penal, el ejercicio del derecho a la defensa se circunscribe a las facultades que la ley le reconoce a la parte imputada, las cuales se concretan básicamente en la posibilidad de pedir y aportar pruebas, de controvertir aquellas que han sido allegadas al proceso y de impugnar las decisiones adoptadas en el mismo. Por otra parte, nuestro sistema procesal penal acepta que se procese penalmente a un imputado declarado contumaz o ausente sin suspenderse la Investigación Preparatoria; el Juez de la Investigación Preparatoria que declara la contumacia o ausencia de un imputado, dispondrá se le nombre Defensor Público. Ello requiere, sin embargo, que dentro del proceso, los derechos e intereses de la persona contumaz o ausente estén representados por el abogado defensor designado que, en la medida en que la misma norma lo exige “intervendrá en todas las diligencias y podrá hacer uso de todos los medios de defensa que la ley reconoce”. (Art. 79.3 CPP). En estos casos, la responsabilidad sobre la defensa del declarado ausente recae totalmente sobre el Defensor Público, lo cual implica que debe ser particularmente diligente, pues está representando los intereses de una persona que, además de ver comprometida su libertad individual, no tiene la posibilidad de ejercer por sí mismo sus derechos. Ahora, si bien es cierto no todas las fallas o deficiencias de la Defensa Técnica del procesado constituyen presupuestos fácticos que pudieran determinar la procedencia de una acción de tutela o de impugnación contra Resoluciones Judiciales; si podría darse el caso que aquellas que verdaderamente generen indefección del procesado si pudieran constituirse en causales de nulidad de las Resoluciones o de aquellas etapas del proceso en que la inercia, pasividad o inactividad del Defensor Público puso en evidencia una verdadera vulneración del debido proceso, respecto al derecho de defensa. La doctrina y la jurisprudencia irán definiendo una línea garantista uniforme a favor de los derechos de los imputados que es el interés general que tenemos todos los Abogados y ciudadanos en general, pues nadie está libre de enfrentar a la justicia en cualquier circunstancia o etapa de su vida. (*) Hugo Müller Solón. Coronel de la Policía Nacional del Perú (R), Abogado Penalista, ex Fiscal Superior Penal (P) asignado a la Cuarta Fiscalía Penal del Distrito Fiscal Huánuco, ex Fiscal Provincial Penal (P) de Juanjuí - Distrito Fiscal de San Martín, ex Juez Penal (T) y Fiscal Superior (P) del Fuero Penal Militar Policial - Lima, ha ocupado el cargo público de Defensor del Policía. Conferencista internacional y Capacitador en temas de adecuación al Nuevo Sistema Penal Acusatorio. Fundador y director del Proyecto “Policía Comunitaria” en la ciudad de Trujillo –PERÚ. Se ha desempeñado como Gerente Regional de Defensa Nacional en el Gobierno Regional La Libertad. Egresado del Centro de Altos Estudios Nacionales - CAEN como integrante de la LII Promoción del Programa de Desarrollo y Defensa Nacional. Docente universitario en los Cursos de Criminalística, Criminología, Derecho Procesal Penal, Derecho Penal, Derecho Penal Militar Policial y Asesoría de Tesis. Autor del Libro “La Policía en el Nuevo Sistema Penal Acusatorio”, puedes bajar el libro completo en su edición PDF haciendo click o copiando el siguiente link en tu navegador: https://policiacomunitariaperu.files.wordpress.com/2015/05/libro.pdf