SONETO XIII – GARCILASO DE LA VEGA: Aitor Serrano Bellart, 1º BTO B. “A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban; en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos qu'el oro escurecían; de áspera corteza se cubrían 5 los tiernos miembros que aun bullendo 'staban; los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza de llorar, crecer hacía 10 este árbol, que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño, que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba!” La obra pertenece al género lírico y su autor es Garcilaso de la Vega. Garcilaso nació en Toledo entre 1494 y 1503, posiblemente en 1501, y fue el tercer hijo de Garcilaso de la Vega y Sancha de Guzmán, a través de quien heredó el señorío de Arcos. Fue educado esmeradamente en la Corte Real tras la muerte de su padre, lugar donde conoció a su gran amigo Juan Boscán. Ambos entraron a servir a Carlos I en 1520, resultando herido Garcilaso y teniendo que regresar de Italia a España en 1524. Contrajo matrimonio un año después con Elena de Zúñiga, pese a ser la musa de algunas de sus obras la dama de Isabel de Portugal, Isabel Freire. En 1529 asistió a la investidura de Carlos I como emperador en Bolonia, pero fue desterrado a una isla del Danubio poco después por ejercer de testigo en una boda prohibida por el monarca. Posteriormente fue trasladado a Nápoles, donde estuvo en contacto con los escritores italianos de su época. Restablecida su honorabilidad con el emperador, fue herido en 1536 en el asalto a la fortaleza de Le Muy, en el ducado de Saboya, muriendo poco después en Niza. 1 Garcilaso de la Vega es el mayor representante de la lírica renacentista española, además de constituir el mayor exponente de cortesano renacentista de nuestra literatura: compaginaba las letras con la militancia en el ejército. Pertenece al Siglo de Oro de las letras españolas. decimotercero de los sonetos de Garcilaso, estrofa importada de la literatura italiana por Juan Boscán entre otros. Su obra es de carácter breve y está formada por cuarenta sonetos, cinco canciones, dos elegías, una epístola además de ocho poemas octosílabos de tipo cancioneril. Por tanto, la obra que a continuación analizaremos constituye el El tema del poema es el mito griego de Apolo y Dafne, en concreto, la parte final en la que el dios del río Peneo transforma a la ninfa en laurel para liberarla del acoso del dios solar; de ahí que se relacione el significado de los nombres Dafne y Laura (laurel). No aparece ningún tópico literario como tal, pero la voz poética externa parece hacer referencia al “reprobatio amoris” como una condena al sentimiento amoroso de Apolo hacia Dafne y las consecuencias de este para la ninfa. Dividimos el contenido en dos partes: descripción de la transformación del cabello, el tronco y los pues de Dafne en las hojas, las ramas, la corteza y las raíces del laurel respectivamente (1ª y 2ª estrofa: versos 1-8) ; y explicación del mito, en la que se señala a Apolo como el causante del trágico destino de la ninfa (3ª y 4ª estrofa: versos 9-14). La métrica del soneto es la característica de este tipo de poema, al igual que el esquema rítmico con rima consonante: 11A 11B 11B 11A; 11A 11B 11B 11A; 11C 11D; 11E 11C 11D 11E. Se aprecia un estilo sencillo y cargado de naturalidad expresiva, ideales promovidos por los autores renacentistas de la primera etapa de dicho movimiento literario, profundamente influido por el petrarquismo y las obras clásicas. El lenguaje resulta común y sencillo, y responde al estilo anteriormente descrito. Se advierte también el uso de abundante 2 adjetivación y del pretérito imperfecto de indicativo, dando a parte del poema un carácter narrativo, cuya acción se sucede a través de la omnisciencia del autor. Encontramos diversos recursos retóricos: hipérbaton en prácticamente todos los versos, destacando los de las dos primeras estrofas; encabalgamiento en los versos 5-6 o 10-11 como claros ejemplos (ambos recursos dotan al poema de una musicalidad suave); metáfora en los versos 4, 12 y 14; epíteto en los versos 3 y 5; hipérbole en el verso 11; personificación en el verso 4; y exclamación en los versos 12-14. Personalmente me ha gustado este soneto por el uso abundante de adjetivación y recursos retóricos que aportan gran belleza a la obra, además de la temática mitológica de la historia, que resulta tan bella como triste e injusta. Cabe destacar también la influencia petrarquista de Garcilaso de la Vega por el tema escogido para el poema y su forma de describir a la ninfa Dafne desde el ideal femenino renacentista del amor imposible. 3