BUEN VIAJE, SEÑOR PRESIDENTE En enero de 2010, nuestra organización, ACCAM-Bankia, saludó la llegada de un nuevo Presidente, tras un dilatado período de asedio mediático contra lo que entonces era Caja Madrid. Ese Presidente acometió la tarea de unir a varias Entidades, con mayores o menores dificultades, en torno a una única figura jurídica, en un proceso inédito en España y bajo todas las miradas, no todas ellas amistosas. La creación de un SIP a partir de siete Cajas, con orígenes, estructuras, procesos y características muy distintas, era un reto de enorme complejidad. Se ha hecho, o se está en los últimos pasos para culminarla y el éxito organizativo es innegable. La salida a Bolsa de este conglomerado de nueva creación provocó, desde el primer momento, un inusitado interés en los mercados e inversores, que acudieron masivamente a la OPS realizada el verano pasado. Son hechos en los que, objetivamente, se ha avanzado con acierto, al igual que en los acuerdos de diciembre de 2010, que establecieron las condiciones y garantías básicas que ahora constituyen el acervo del que se ha de nutrir el Acuerdo Laboral que se encuentra en negociación, que –no obstante- debería haberse cerrado hace tiempo. Han sido poco más de dos años al frente de nuestra Entidad. Debemos ser honestos y objetivos y reconocer en su justa medida la aportación que ha realizado en este tiempo. Una aportación que a veces no ha sido bien entendida, incluso ocasionalmente equivocada. Pero que siempre ha sido leal a los intereses de Bankia. ACCAM-Bankia ha sido reconocida durante este tiempo como un interlocutor imprescindible, serio, eficaz y leal, con quien se puede negociar con franqueza, con quien se puede dialogar con talante democrático y con quien se puede contar a la hora de enfrentar dificultades, pero también de quien se han de esperar las críticas más sinceras, siempre desde un punto de vista objetivo y colaborativo. Ahora este Presidente ha decidido poner fin a esta etapa, sin duda debido a factores de diversa índole, algunos exógenos a la Entidad, que siempre ha reconocido en su persona un líder serio, eficaz y cercano. Los mercados, las autoridades monetarias, incluso el mundo de la política, tienen su propia forma de evaluar los resultados y han sido menos generosos que nosotros a la hora de hacer esa valoración. Vaya donde vaya, Sr. Rato, aquí deja colaboradores leales y fieles. Buen viaje.