044-2011-9 CAMARA TERCERA DE LO PENAL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO, San Salvador, a las quince horas y cincuenta y cinco minutos del día diez de Marzo del año dos mil once. Por recibido el oficio número 772, de fecha 07 de Marzo del año en curso, suscrito por el licenciado Romeo Aurora Giammattei, en su calidad de Juez de Noveno de Paz de ésta ciudad, mediante el cual remite a este Tribunal, constando de cincuenta y dos folios que contienen documentación en copia simple y diez en original del proceso penal instruido contra el imputado José Manuel Melara Martínez, por atribuírsele la comisión del delito de Lesiones, previsto y sancionado en el Art. 142 CPn. en perjuicio de la integridad personal del señor […], a efecto se resuelva el recurso de apelación interpuesto por el mismo imputado, en contra de la decisión por medio de la cual se le impuso la medida cautelar de detención provisional en su contra. Decisión del Juez A Quo El Juez Noveno de Paz de ésta ciudad, resolvió en audiencia de las once horas del día' tres de Marzo del presente año, ordenar la instrucción formal del proceso aplicando la medida cautelar de la detención provisional contra el imputado Melara Martínez, realizando las siguientes consideraciones: "En cuanto a la medida cautelar es procedente decretar la detención ya que se cumple con lo establecido en el artículo trescientos veintinueve del código procesal penal ya que estamos en presencia de un delito que nuestra legislación lo considera como menos grave de conformidad al artículo dieciocho del código penal por lo que es prudente pensar que el Imputado al verse enfrentado con dicha sanción pueda sustraerse de la Justicia, además puedan entorpecer la acción de la justicia al Influir en los testigos e Intimidar a la víctima y obstaculizar cualquier otro acto de investigación, si bien es cierto que la normativa Internacional como el pacto Internacional de derechos civiles y políticos, articulo nueve punto tres, y la convención americana sobre derechos humanos articulo setenta y cinco; mismo que por haber sido ratificados por el gobierno de El Salador, constituyen leyes de la república; establece que la prisión preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas no debe de ser la regla general y que la misma puede estar subordinada a garantías que aseguren la comparecencia del acusado en el acto del Juicio o en cualquier otro momento de las diligencias procesales, y en su calo para la ejecución del fallo, en el presente caso es de restringir la libertad del imputado, como excepción a la regla general lo cual no debe de verse como una pena anticipada puesto que el fin de ella es precisamente asegurar la comparecencia del encausado a cualquier llamamiento judicial o extrajudicial que se haga..." Origen del recurso. El imputado José Manuel Melara Martínez, presentó escrito por medio del licenciado Carlos Ricardo Monroy Orellana, el cual cuenta con el correspondiente sello de la Comandancia de Guardia del Centro Penitenciario La Esperanza, escrito en el que interpuso recurso de apelación contra la decisión del juez a quo, expresando su inconformidad con dicha decisión por considerar que no hay elementos para decretarle una detención provisional, puesto que las lesiones que presenta la víctima no concuerdan con lo manifestado por éste de cómo sucedieron los hechos, además de no haber tenido la oportunidad de esclarecer la situación, que le sería imposible tratar de influir en los testigos, que no se ha determinado la forma en la cual podría él obstaculizar los actos de investigación y que además presenta arraigos familiares y laborales a efecto sean valorados para que se modifique la resolución pronunciada y se establezcan medidas cautelares sustitutivas de la detención. Relación Fáctica. De acuerdo al requerimiento y acusación fiscal, los hechos se dieron de la siguiente forma: "El día veintiséis de febrero de este año, como a eso de las dieciocho horas con veinte minutos apróximadamente, el señor […], se conducía sobre la alameda Manuel enrique Araujo y boulevard Venezuela, se dirigía su casa de habitación ubicada en Lourdes colon, y se subió a un bus de la ruta setenta y nueve, cuando se disponía a pagarle al motorista, este le manifestó que no llevaba bolos en la unidad, a lo que la víctima le respondió que él no iba bolo ya que solamente se había tomado unos tragos, pero igual el imputado le pegó una patada en el pecho, y arranco el bus, pero la victima logro sujetarse de los barrotes que van en la por la puerta, pero el imputado le volvió a dar otra patada cuando el bus seguían en marcha, aclarando la victima que después de eso ya no recuerda nada, ya que cuando despertó se encontraba en el hospital san Rafael de santa tecla. Posteriormente manifiestan los agentes captores Marvin Antonio Jiménez y Martín de Jesús Mendoza, ambos agentes destacados en la división de protección a personalidades importantes de la policía nacional civil, que cuando patrullaban el sector de responsabilidad fueron informados por una persona que circulaba en la zona, que el motorista, de un bus de la ruta 79, había lanzado a un sujeto hacia la acera, señalando la unidad de trasporte ya qué se encontraba cerca, y al verificar la emergencia los agentes encontraron a la víctima, y al motorista de la unidad, coordinando los agentes para trasladar a. la víctima un centro hospitalario y al imputado a la delegación centro, luego en medicina legal se determino que las lesiones que presentaba el señor […] curarían en un período de doce días, generando una incapacidad por un período de diez días..." De las actuaciones y de los argumentos de la partes, esta cámara procede a realizar las siguientes consideraciones: Del análisis del recurso presentado se obtiene que, el mismo ha sido promovido en tiempo y forma, de conformidad con lo establecido en los Arts. 452, 464, 465 y 467 del Código Procesal Penal, por quien tiene el derecho procesal para hacerlo, por lo que es procedente la admisibilidad del mismo. En lo que a Doctrina respecta, la detención provisional es una medida que asegura el procedimiento, supone una injerencia más grave en la esfera de libertad individual; en algunos casos, resulta indispensable para conseguir una administración de justicia eficaz; siendo por esto que las legislaciones la admiten como medida cautelar de naturaleza personal, acordada durante la tramitación del proceso penal, consistente en la privación de la libertad personal del acusado decretada por orden judicial sujeta a un tiempo máximo establecido legalmente, con la exclusiva finalidad de asegurar su presencia en el juicio y la ejecución de una posible pena, con lo cual se evitaría la frustración del proceso y se concreta en asegurar la ejecución de la sentencia del inculpado. En un sistema procesal como el vigente, resulta evidente que la fuga del reo frustra el proceso y la ejecución de la eventual condena; de igual forma se debe tomar en cuenta que la finalidad de la detención provisional se reduce a asegurar la presencia del imputado dentro del proceso, no es punitiva ni consiste en anticipar un castigo, siendo fundamental que en ningún caso pueda perseguirse con esta, fines punitivos o de cumplimiento anticipado de una pena. Para la imposición de toda medida cautelar deben concurrir ciertos requisitos o presupuestos, haciéndose especial referencia a dos de ellos: a)- Fomus Boni Iuris o Apariencia de Buen Derecho, según el cual se debe dejar por establecido que efectivamente se haya comprobado la existencia de un delito' y que existan elementos de convicción suficientes para sostener razonablemente que el imputado es con probabilidad su autor o partícipe; es decir consiste en un juicio de responsabilidad, penal del sujeto activo y en consecuencia, sobre la imposición de una pena; y b) Pericultim in Mora, el que se entiende como el daño jurídico que viene determinado por el retardo en el procedimiento derivado del peligro de fuga o evasión del imputado. Según este presupuesto para poder decretar la prisión preventiva, es necesario comprobar que existe el riesgo inminente que el procesado pueda sustraerse del proceso penal en el cual es señalado como autor de un hecho punible; es decir, este presupuesto representa un carácter cuantitativo ya que el peligro de evasión de un acusado aumenta en la medida que el hecho cometido es de mayor gravedad y como consecuencia la posible pena a imponer se vuelve más gravosa, éstos presupuestos se encuentran materializados en el Art. 329 CPrPn En lo que respecta al primer presupuesto de Apariencia de Buen Derecho, la existencia de indicios racionales de la comisión de una acción delictiva, se tiene por establecida con el Reconocimiento Médico Legal de Sangre, con el cual se tiene por comprobado el delito de Lesiones en la integridad física del señor […], la conducta típica de éste ilícito consiste, de acuerdo al Art. 142 CPn, en "que por cualquier medio; incluso por contagio, ocasionare a otro un daño en su salud, que menoscabe su integridad personal, hubiere producido incapacidad para atender las ocupaciones ordinarias o enfermedades por un período de cinco a veinte días, habiendo sido necesaria asistencia médica o quirúrgica será sancionado con prisión de uno a tres años". Por otra parte la probable participación de la persona a quien se le imputa el ilícito se establece con él hecho que el imputado fue capturado en el término de la flagrancia, después de cometer el hecho y haber sido señalado por los transeúntes a las autoridades, como la persona que agredió al señor […], lo cual constituye por el momento, una probabilidad positiva de autoría o participación de éste en el delito de Lesiones, lo cual a su vez ha dado lugar a pasar a la siguiente etapa procesal de producción de elementos que determinará hay responsabilidad por parte del imputado en el hecho que se le atribuye. Por tanto se tiene por establecido el presupuesto de apariencia de buen derecho. En lo concerniente al PERICULUM IN MORA o peligro de fuga, resulta imprescindible el estudio de dos tipos de parámetros, uno objetivo, referido al presunto delito cometido, para lo que se debe de tomar en cuenta la gravedad del delito y la posible pena a imponer; y el parámetro subjetivo, el cual está relacionado directamente con el imputado y sus arraigos. En lo que concierne al parámetro objetivo, en el caso que nos ocupa, es necesario considerar la gravedad del hecho y la posible severidad de la pena a imponer para determinar medidas que aseguren la efectiva realización de los fines del proceso; que la acción perpetrada se ha calificado provisionalmente como Lesiones, previsto y sancionado en el Art. 142 del Código Penal, éste tipo de conducta atenta contra el bien jurídico denominado integridad personal, es un delito que atenta contra la integridad física de las personas, especialmente en la actual situación por la que atraviesa nuestro país en cuanto a los elevados índices de, homicidios, lesiones, asaltos y otro tipo de delitos, en los cuales ha resultado recurrente el involucramiento de personas dedicadas a la conducción de unidades de transporte colectivo de pasajeros y que han devenido en numerosas muertes y personas lesionadas, situación que causa, una alarma social totalmente justificada por parte de la población, ante el patrón de comportamiento genérico de éste grupo de personas, que demuestran con sus acciones un alto grado de indiferencia y desafío contra las autoridades nacionales, el sistema legal vigente y en general contra el estado de derecho; a juzgar por la conducta violenta mostrada por el imputado, en la cual no solamente presuntamente le ocasionó las lesiones a la víctima, sino también le deja tirado en la vía pública sin importarle la condición en que éste quedaba, da lugar a establecer la grave sospecha de que éste podría tratar de influir en la víctima para que éste actúe con reticencia o a que no comparezca en el momento en que se le requiera En cuanto al parámetro subjetivo hay que mencionar que en efecto, el Art. 331 CPrPn. permite la sustitución de la detención provisional por otra medida cautelar cuando se pueda creer razonablemente que el imputado no tratará de sustraerse a la acción de la justicia; para esto es necesario probar la existencia de un arraigo suficiente por parte del imputado a la vida cotidiana, esto mediante el establecimiento de vínculos familiares, laborales, domiciliares, patrimoniales, etc, que constituyan por sí un arraigo suficiente para poder establecer una presunción de que no trataría de evadir, mediante fuga, la responsabilidad de afrontar el proceso penal en todas sus fases de ejecución; esto no se ha dado en el presente proceso penal de forma satisfactoria, puesto que la documentación presentada en la audiencia inicial no resultó suficiente para demostrar tales vínculos y la documentación que pretende comprobar dichos vínculos que acompaña al escrito de apelación no se puede tornar en cuenta, puesto que ésta tendría que ser objeto de análisis del juez correspondiente y no por éste tribunal. Por lo anteriormente relacionado, ésta cámara considera que la Detención Provisional decretada por el Juez A-Quo, resulta estar conforme a derecho. Por lo que, lo procedente es ratificar la resolución que decreta la medida cautelar de la detención provisional al imputado José Manuel Melara Martínez, lo cual se hará constar en el fallo respectivo. POR TANTO: Con base a los razonamientos y análisis expuestos, disposiciones legales citadas; y a los Arts., 341, 452, 453 y 464 CPrPn. este tribunal resuelve: a) Admítese el recurso de apelación interpuesto por el imputado José Manuel Melara Martínez; b) Ratificase la decisión del señor Juez Noveno de Paz de San Salvador, respecto de decretar la medida cautelar de detención provisional contra el imputado José Manuel Melara Martínez, por atribuírsele la comisión del delito de Lesiones, previsto y sancionado en el Art. 142 CPn. en perjuicio de la integridad personal del señor […]; c) Remítase lo pertinente a los Juzgados Noveno de Paz y Noveno de Instrucción de ésta ciudad. NOTIFÍQUESE. PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN.