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Poder Judicial de la Nación
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal
Causa 43.152.- Incidente de prescripción de la acción penal de M., M. en autos “G., J. J. y otros s/ malversación
de caudales públicos y otros”
Sala I ad hoc
///nos Aires, 17 de junio de 2009.
Juzgado Federal N° 4, Sec. 8
Reg: 583
Y VISTOS:
El 12 de junio próximo pasado se celebró la audiencia oral y pública
prevista en el artículo 454, CPPN, (Ley 26.374) en razón de la concesión del
recurso de apelación interpuesto por la Dra. Mariana Barbitta, defensora de M.
M., contra el auto de fs. 107/117 de este incidente en cuanto rechazó la excepción
de extinción de la acción penal por prescripción interpuesta a fs. 1/16.
Además de la letrada, concurrieron los Dres. Juan José Ribelli y
Luciano Hazan; luego del desarrollo de los agravios y debido a la complejidad de
la materia traída a conocimiento y decisión, se resolvió dictar un intervalo a
efectos de continuar con la deliberación y resolver sobre el fondo del asunto (cfr.
fs. 187).
Y CONSIDERANDO:
Sostuvo la recurrente que el auto del Sr. Juez de grado resulta
manifiestamente arbitrario pues omitió considerar todos los planteos articulados
por dicha parte. Al respecto, tiene dicho nuestro máximo tribunal que “los jueces
no están obligados a ponderar una por una y exhaustivamente todas las
constancias de la causa, sino sólo aquellas que estimen conducentes para fundar
sus conclusiones (Fallos, 311:571) y para la correcta solución del litigio
(311:836), y tampoco están obligados a tratar todas las cuestiones propuestas
por las partes ni analizar los argumentos utilizados que a su juicio no sean
decisivos (301:970 y 311:1191)”(citado por esta Sala en la causa N° 42.538,
“Incidente de recusación de Mullen, Eamon Gabriel y otros”, resuelta el 27 de
noviembre de 2008); por tanto, el argumento de la parte debe ser desechado.
Debe advertirse también que el Sr. juez de grado tampoco se expidió
con relación a la imprescriptibilidad de los hechos investigados, planteados por
algunas querellas y por el Fiscal Evers, sin perjuicio de señalar que había
considerado todos los argumentos expuestos, conforme expusiera en el punto “IV.
Análisis del planteo” de la decisión recurrida (ver fs. 115), donde dio los motivos
de ello.
Por otro lado, la impugnante refirió que de la lectura del auto
recurrido no podía entenderse cuál había sido el razonamiento del juez para
rechazar la excepción articulada, extremo que, a la vez de nulo, tornaba al auto
arbitrario. Discrepamos con lo expuesto por la recurrente pues, como se advierte
de los fundamentos vertidos, es claro el análisis que efectuó el magistrado de la
instancia anterior.
Así, consideró que si bien el hecho dataría de 1994, se habría
extendido hasta 2000, oportunidad en la cual A. J. K. E. fue convocado a prestar
declaración indagatoria y tuvo en cuenta que durante 1999 la ley 25.188 modificó
el artículo 67 del Código Penal, fecha en la que aún M. M. revestía la calidad de
funcionario público; por tanto, entendió que resultaba aplicable la suspensión
prevista en la norma de mención, hasta tanto el último de los funcionarios
intervinientes cesara en su cargo; en el caso, como surge del auto impugnado, J. J.
G., quien fue destituido el 3 de agosto de 2005 por el Jurado de Enjuiciamiento
del Consejo de la Magistratura. M. M., señaló el a quo, fue convocado a prestar
declaración indagatoria el 12 de noviembre de 2008 y tomó, a efectos de resolver
la cuestión, la hipótesis de falsedad ideológica –que surgía, entre otras, de la
denuncia presentada por el Fiscal Nisman-. En consecuencia, dado que entre una
y otra data no habían transcurrido los 6 años que preveía el código sustantivo para
dicho tipo penal, rechazó la excepción.
Para este Tribunal, no cabe duda que el criterio aplicado fue, mutatis
mutandi, el sostenido por el Procurador General de la Nación en el dictamen de la
causa J. 46. XXXVII, “Jofré, Teodora s/ denuncia”, del 24 de agosto de 2004,
adoptado también, en minoría, por el Juez Rodolfo Pociello Argerich en la causa
N° 34.566, “Pyrih, Luis Aníbal s/prescripción”, del registro de la Sala V de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, resuelta el 10 de
julio de 2008. Por lo demás, también fue el sostenido por el querellante Alejandro
Slokar en este mismo incidente, al responder la vista oportunamente conferida
(cfr. fs. 22/vta.).
Como dijimos, entonces, no puede sostenerse que la resolución
resulte arbitraria ni infundada (art. 123, CPPN), dado que cuenta con la debida
motivación y el órgano jurisdiccional, como señalara la CSJN, no está obligado a
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Causa 43.152.- Incidente de prescripción de la acción penal de M., M. en autos “G., J. J. y otros s/ malversación
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dar respuesta a todas las cuestiones introducidas por las partes sino tan sólo las
que considere relevantes para la resolución del asunto sometido a su decisión.
Respecto al derecho a ser juzgado en un plazo razonable, el que a
criterio de la defensa se vio vulnerado en estos actuados, no se comprende cuál es
la afectación que se reclama frente a un primer llamado a prestar declaración
indagatoria (art. 294, CPPN) de noviembre de 2008, en base a un requerimiento
de instrucción efectuado el 29 de mayo de 2008 (fs. 13.929/13.939) a raíz de una
presentación de la “UFI AMIA” del 22 de mayo del mismo año, por parte de una
defensa que ha reconocido en la audiencia haber articulado, paralelamente, tres
incidencias (falta de acción por inexistencia de delito, nulidad y prescripción).
Esta breve reseña demuestra, de un modo contundente, no sólo que los tiempos
cumplidos son razonables -en un caso de esta envergadura- sino que, además,
parte de ellos fueron necesarios para resolver los propios planteos de la asistencia
de M. M..
Con relación a la supuesta indeterminación del hecho imputado, las
exigencias de la defensa no se compadecen, a nuestro criterio, con los estándares
correspondientes a este momento inicial de investigación de esta parte de los
hechos. Además, la decisión de convocar a prestar declaración indagatoria al
imputado, conforme surge de fs. 14.638/14.641 del principal, se encuentra
debidamente motivada y precedida del requerimiento de fs. 13.929/13.939,
formulado en base a la denuncia del Fiscal Nisman en la cual se detallaron las
circunstancias concretas que deben ser investigadas.
Más allá de ello, es dable destacar que el núcleo central de la
investigación se encuentra suficientemente consolidado a través del auto de
procesamiento de fs. 10.472/10.711 vta., y el fallo confirmatorio de esta sala de
fs. 12.213/12.315 en el que, además, se fijó la necesidad de avanzar hacia otros
posibles responsables. En consecuencia, el agravio no puede tener acogida
favorable, dado que resulta válido a esta altura incorporar las diversas hipótesis
de imputación que introduzcan los acusadores, a efectos precisamente de su
investigación y determinación.
Lo expuesto precedentemente es la base para descartar, a su vez, el
último agravio planteado en la audiencia por la abogada Barbitta. La defensa
reclama que se aplique en el caso el art. 67, CP, de acuerdo a la redacción anterior
a la ley 25.188, en virtud del principio de benignidad (art. 2, CP) y por ser la
norma más favorable a su asistido, afirmando que la aplicación del art. 67
reformado, viola el principio de irretroactividad de la ley penal. En cuanto a las
distintas opiniones existentes en esta materia, remitimos a los fundamentos
vertidos en el dictamen del Procurador General de la Nación en causa “Jofré” y el
precedente “Pyrih” (y sus citas), ya mencionados.
Sin perjuicio de ello, no ingresaremos al análisis de esta concreta
cuestión por cuanto, incluso de seguirse la línea argumental de la defensa, lo
decidido por el juez a quo resulta también ajustado a derecho.
En efecto, conforme lo expusiera la querella representada por el
abogado Hazan en la audiencia, la parte acusadora evalúa en su integridad el
complejo fáctico materia de investigación. En otras palabras, para la querella se
habría generado la falsa pista de los policías bonaerenses para “tapar” el espurio
abandono de la línea de investigación cierta que conducía a K. E..
No resulta ocioso recordar, además, que los sucesos pesquisados
integraban el requerimiento de instrucción formulado a fs. 12/vta. del principal y
que por tratarse de un tramo de los mismos hechos del objeto procesal de la
presente causa N° 9789/2000, este Tribunal hubiera ordenado que la causa
7763/2008, inicialmente formada por el Juez Lijo, fuera acumulada a estos
actuados (ver causa N° 42.435, reg. 1260, del registro de este Tribunal, del 27 de
octubre de 2008).
Descripta la cuestión de este modo, por demás plausible como
hipótesis a dilucidar, y sin perder de vista que lo que debe resolverse es la
prescripción de la acción penal, no resulta posible descartar, en este momento de
la etapa preliminar, algún tipo de intervención penalmente relevante de M. M. en
los delitos cometidos para construir la “historia oficial”, que habría servido de
fachada para disimular la salida de K. E. del caso. En dicho conjunto, se
encuentra el peculado por el que, además, ya han sido sometidos a proceso otros
funcionarios dependientes de la Presidencia de la Nación, como el entonces titular
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Causa 43.152.- Incidente de prescripción de la acción penal de M., M. en autos “G., J. J. y otros s/ malversación
de caudales públicos y otros”
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de la SIDE, H. A. A..
Así las cosas, la aplicación de la redacción del art. 67, CP, que se
reclama, lleva a la misma conclusión a la que arribara, por otra vía, el juez a quo.
Ello es así, porque el peculado se encuentra tipificado en el capítulo VII del título
XI del libro II de nuestro Código Penal y, en consecuencia, el curso de la
prescripción de la acción se suspendió “mientras cualquiera de los que hayan
participado se encuentren desempeñando un cargo público”, concretamente,
como lo postuló el juez Lijo, hasta la remoción de J. J. G. por el Jurado de
Enjuiciamiento, el 3 de agosto de 2005. De este modo, sin adentrarnos en el
análisis sobre los posibles grados de intervención o sobre el modo en que
concurrirían los diversos ilícitos investigados dado que, por el carácter progresivo
del proceso penal, no es esta la etapa oportuna, cabe concluir que, incluso desde
la postura reclamada por la recurrente –es decir, aplicando la ley 17.567- la
acción penal respecto de M. M. no ha prescripto, por lo que la resolución
recurrida merece ser homologada (art. 455, in fine, CPPN).
Con costas, por no presentar el asunto circunstancias que permitan
apartarnos del principio general de su imposición a la vencida (arts. 530 y 531,
CPPN).
Como surge de las consideraciones precedentes, el Tribunal
RESUELVE:
Confirmar, con costas, el auto de fs. 107/117 en cuanto fuera
materia de recurso (arts. 62, inc. 2°, a contrario sensu, 67, CP, 455, in fine, 530 y
531, CPPN).
Regístrese y devuélvase, debiendo la instancia anterior realizar las
notificaciones correspondientes y sirva lo proveído de atenta nota de envío.
CARLOS ALBERTO GONZÁLEZ
Si//////////////////////
/////guen las firmas
JORGE LUIS RIMONDI
GUSTAVO A. BRUZZONE
Ante mí:
YAEL BLOJ
Secretaria de Cámara
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