PRÓLOGO. 3 Así, una multitud de naturalistas franceses, ingleses y alemanes, salidos de las mas famosas universidades de Europa, visitaron sucesivamente el vasto imperio del Brasil, las ricas repúblicas de Méjico, de Colombia, de la Plata y del Perú; y si exento quedó Chile por entonces de ese jénero de investigaciones, acaso consistiera en que, con enseñar una fisonomía casi europea , sin el aliciente que buscan los viajeros en sus largas peregrinaciones se 11 egai'a á presumir. Sentí yo el deseo de llenar semejante vacío, pues que también apetecía rendir el correspondiente tributo á esas ciencias, en cuyo cultivo encontré siempre la dicha, y el embeleso de mi vida, y por consiguiente en el año de 1829 me trasladé á aquel delicioso pais , entregándome sin descanso en busca de los necesarios materiales, para enseñar despues cuales son sus producciones naturales, cual igualmente el estado de su climatolojía. Para ese jénero de investigaciones habia en mí una pasión decidida, no poca actividad, y ademas el entusiasmo propio de la juventud; pero fue todavia mayor fortuna el dar con la distinguida protección de un gobierno jeneroso é ilustrado, que salió facilitándome cuanto fue menester para visitar minuciosa y detalladamente el vasto territorio de la república, hasta penetrar diferentes veces en esa arrogante Araucania cuya independencia se mantiene ilesa, y enfin, para correr en latitudes varias las altas crestas de las gigantescas cordilleras.