la guerrera pie oscuro

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LA GUERRERA
PIE OSCURO
Por Alba Gri
Alba Gri.
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La Guerrera Pie Oscuro.
ÍNDICE
1º Capítulo “La Campesinita”………………. Pág. 5
2º Capítulo “¿El regreso?”………………….. Pág. 7
3º Capítulo “Una confesión y un silencio”..... Pág. 9
4º Capítulo “La huida”……………………… Pág. 11
5º Capítulo “La Emboscada”……………….. Pág. 15
6º Capítulo “El Pasado”…………………….. Pág. 17
7º Capítulo “Los Lobos y él”……………...... Pág. 21
8º Capítulo “Reino de Dragones”…………... Pág. 25
9º Capítulo “El reencuentro”……………….. Pág. 29
10º Capítulo “La Revelación”……………….. Pág. 35
11º Capítulo “La Leyenda"…………………... Pág. 39
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Alba Gri.
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La Guerrera Pie Oscuro.
1º Capítulo "La Campesinita"
Había una vez una pobre campesina, que habiendo iniciado
su existencia en un mundo cruel y muy hostil, rodeada de
caballeros poderosos que no tardaron en robarle todo lo que
con esfuerzo había logrado, como pudo tomo sus harapos y
se dirigió hacia la primera luz que vio a lo largo del sendero,
hasta llegar a las puertas de un pueblo con un castillo
enorme. La recibieron varias damiselas, con desconfianza,
pues es lógico no la conocían aún, desde las sombras del
salón principal se oyó una voz fuerte y varonil, era la voz del
Señor feudal, que se apiadó de la joven y la hospedó en su
palacio, así rodeada de buenos caballeros fue pasando el
tiempo, y se convirtió en su aprendiz.
Fue así como conoció a un amigo del Señor, un gran
caballero, un poco solitario, quien se encargó de adiestrarla
en el manejo de las espadas, este noble debía partir a tierras
extrañas y muy lejanas en busca de nuevas aventuras y
decidió dejarle su fortuna a la campesinita, convirtiéndola en
duquesa.
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Alba Gri.
La joven siguió al servicio del Señor feudal, protegiendo las
riquezas que heredara del Duque. y al pasar el tiempo seguía
más intrigada sobre esa extraña voz, esa figura escondida en
la oscuridad que le hablaba de lejos, la cual nunca había
visto, fue creciendo en su interior la curiosidad, la intriga la
hacia soñar con que algún día podría llegar a verlo, a tocarlo
era como un ídolo inalcanzable.
Un día al despertar oye los ruidos de las carretas, al asomarse
por la ventana de su alcoba, ve que partía el coche real, bajo
apresuradamente las escaleras, y preguntó ansiosa a los
sirvientes:
-¿quién se marcha?Le responden que el Señor partía a tierras lejanas a buscar a
su amada esposa, en ese momento sintió que algo tan fuerte
como la punta de una lanza le destrozaba el corazón, se dio
cuenta de que había perdido al amor.
Ella siguió con su lucha en defensa de quienes la
protegieron, y le demostraron cariño, su pueblo el 18 de
agosto le envía canastas con flores frescas de las praderas, y
siempre llegaba desde lejos un ramo de rosas rojas de un
exquisito perfume. Se asomaba a la ventana y veía que había
luz en la casa del Duque.
¿Tal vez era él, el que le enviaba las flores? era la única vez
que la veían sonreír, o cuando llegaba triunfante de una
batalla.
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La Guerrera Pie Oscuro.
2º Capítulo “¿El regreso?”
Era una cálida tarde de otoño, cuando la joven Duquesa
decide encaminarse hacia el bosque en compañía de su
corcel como lo hacia cada vez que necesitaba escaparse,
según ella para acomodar sus ideas, solamente era uno de
esos días donde extrañaba más, ese día en especial sentía
mucha nostalgia y estaba ansiosa por llegar a la orilla del
lago y sentarse a contemplar esa hermosa naturaleza, de
aguas cristalinas, flores perfumadas, y trinos.
Estaba ya sentada sobre su roca preferida, recordando las
anécdotas de sus amigos en el pasado, cuando un sonido
extraño llamó su atención, se levantó sigilosamente, sin
hacer ruido y fue acercándose a ese murmullo, que le sonaba
tan familiar a su corazón. Al acercarse pudo ver a la orilla de
la cascada una figura varonil, que sujetaba las riendas de su
caballo, a la vez que lo acariciaba, no podía ver su rostro
pues la capucha de su capa se lo cubría, pero volvió a
escuchar su voz que decía:
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Alba Gri.
- No quiero llegar amigo, no la quiero ver, no la quiero
lastimar, no sé si va a comprender.
¿Qué hago amigo mío de tantas batallas compartidas?
Tampoco me quiero volver a ir.
Ella es la dueña de mi corazón. ¿Qué hago amigo?
Las hojas de los árboles se movían lentamente, cómo
cómplices de aquella escena.
La joven sintió como su corazón se aceleraba, sus ojos se
nublaron, pero con paso firme. Llegó hasta él, hasta esa voz
profunda que tanto tiempo había escuchado emergiendo
desde las sombras del castillo. Con mano segura bajó de un
tirón la capucha del abrigo y unos ojos negros como la noche
se clavaron llenos de tristeza en sus ojos colmados de
preguntas.
Ella solo pudo dejar escapar dos palabras de su boca, era
todo lo que su corazón le permitía murmurar, mientras su
blanca mano se estiró para tocar la mejilla de la voz sin
rostro.
-¿Eres tú?
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La Guerrera Pie Oscuro.
3º Capítulo “Una confesión y un silencio”
La mano de él, sujetó la de ella en el aire con firmeza, antes
de que rozara su piel y con una leve sonrisa, asintió y
mientras la sujetaba, inclinó su rostro y sus labios se posaron
en la boca fresca y tentadora de la ya no tan joven mujer
uniéndose en un beso suave, pero apasionado, aquel que
tantas veces habían soñado y postergado. Ya no eran
adolescentes, los años habían dejado sus huellas, pero sus
corazones aún temblaban de emoción.
Con una sola mirada, se tomaron de las manos y caminaron
por el sendero como dos enamorados hacia el interior del
castillo, sabían que tal vez después de ese otoño no volverían
a verse más.
Entonces. ¿Por qué dilatar una ruptura que tarde o temprano
llegaría? seria mejor cortar por lo sano, guardar en su mente
y en su corazón la tibieza de ese primer beso y nada más.
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Alba Gri.
Deteniendo la marcha la valiente joven lo miró a los ojos y
dijo:
- Debo contarte algo mi Señor, fueron varios años de
ausencias, sin recibir noticias sobre ti, pensando que tal vez
sin vida estarías, he luchado con todas mis fuerzas para
poder olvidarte y salía a las batallas a dar mi vida y lo mejor
de mí, para que te sintieras orgulloso.
Fue en una de esas emboscadas donde en una fuerte lucha,
mi espada al chocar contra la armadura de mi adversario, se
rompe y caí de mi caballo, el yelmo se desprendió y cayendo
Dejó mi rostro al descubierto ante la mirada atónita del joven
que no esperaba encontrar una mujer, nos miramos a los
ojos, no sé cuánto tiempo, tal vez segundos que parecieron
años, él extendió su mano y me ayudó a levantarme, así fue
como nos conocimos y en los posteriores enfrentamientos ya
no pudimos enfrentarnos más, él me miraba, sonreía y se iba,
hasta que hace unos meses llegó a mí un emisario de él,
proponiéndome la paz y pidiendo mi mano en matrimonio.
Un silencio angustiante invadió el lugar.
Pie entonces subiendo un poco el tono de voz dijo:
-¿Te callas? ¿No me preguntaras nada?
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