Curiosidades La Teoría de la Generación Espontánea.-­‐ Es esta teoría se difunde durante la Edad Media y se mantiene hasta el siglo XVI; en ella se dice que los seres vivos nacen de la tierra o de cualquier otro medio inerte. Pero las antiguas culturas también creían que ciertos organismos se generaban espontáneamente, tal es el caso de los egipcios (400 a 300 años a.c.) quienes creían que los gusanos, sapos, víboras y ratones se formaban así a partir del lodo del río Nilo. Uno de los seguidores de esta hipótesis fue Aristóteles (384 -­‐ 322 a.c.) destacado filósofo y naturista griego, quien afirmo que ciertos organismos (ranas, peces, gusanos e insectos) se originaban no sólo por la reproducción sino también a partir de la tierra, suciedad o la materia orgánica en descomposición por la participación de una "fuerza activa" supranatural. Según esta hipótesis, dicha fuerza podía encontrarse en cuatro elementos (tierra, agua, aire y fuego) e incluso la luz solar era capaz de dar vida a aquello que no la poseía. El cirujano Ambroise Paré, que vivió en el siglo XVI, sostuvo que había desenterrado en su viña una piedra "hueca y cerrada por todas sus partes" que aprisionaba en su interior un grueso sapo "que sólo podía haber nacido de la humedad putrefacta". En la segunda mitad del siglo XVII, Francesco Redi demostró que, al menos para los animales visibles, la idea de la generación espontánea era falsa, que los gusanos blancos que colonizan la carne nacen en realidad de huevos depositados por las moscas. Para ello, colocó trozos de carne en tres recipientes iguales, al primero lo cerró herméticamente, el segundo lo cubrió con una gasa, el tercero lo dejó descubierto, observo que en el frasco tapado no había gusanos aunque la carne estaba podrida y mal oliente, en el segundo pudo observar que, sobre la tela, había huevecillos de las moscas que no pudieron atravesarla, la carne del tercer frasco tenia gran cantidad de larvas y moscas. Con dicho experimento se empezó a demostrar la falsedad de la teoría de la generación espontánea, al menos para los seres visibles. Cuando Leewenhoek descubrió las bacterias, se reabre la polémica: ¿surgen espontáneamente? En 1667, Johann B, van Helmont, medico holandés, propuso una receta que permitía la generación espontánea de ratones: "las criaturas tales como los piojos, garrapatas, pulgas, y gusanos, son nuestros huéspedes y vecinos, pero nacen de nuestras entrañas y excrementos. Porque si colocamos ropa interior llena de sudor junto con trigo en un recipiente de boca ancha, al cabo de 21 días el olor cambia y penetra a través de las cáscaras del trigo, cambiando el trigo en ratones. Pero lo más notable es que estos ratones son de ambos sexos y se pueden cruzar con ratones que hayan surgido de manera normal..." Needham diseñó, en 1745, un experimento. Preparó un jugo de cordero y lo hirvió para destruir los gérmenes que, según sus opositores, contendría. Para esa época se sabía que el calor mataba los microorganismos. Sin embargo, después de un tiempo se llenó de “animálculos”, algo que Needham interpretó como una afirmación de la teoría de generación espontánea. También Spallanzani entró en ella. Realizó los mismos experimentos de Needhad, pero sellando las botellas, las ponía a hervir, la dejaba reposar varios días y cuando hacia observaciones no encontraba organismos vivos. Esto lo llevo a concluir que los organismos encontrados por Needhad procedían del aire que penetraba a través del corcho. El mayor oponente a esta teoría, la generación espontánea, fue el químico francés Louis Pasteur, que demostró en primer lugar que en el aire había estructuras que se parecían mucho a los microorganismos encontrados en el material putrefacto. Esto lo logró pasando aire a través de filtros, cuyas fibras retenían las partículas sólidas. Después de disolver los filtros con una mezcla de alcohol y éter, las partículas que habían sido atrapadas se recogían en el fondo del líquido y se examinaban al microscopio. Por tanto, concluyó que los organismos encontrados en tales materiales se originaban a partir de microorganismos presentes en el aire. Además, postuló que dichas células en suspensión se depositan constantemente sobre todos los objetos. Las conclusiones son claras y le empujaron a emplear el calor para eliminar los contaminantes, pues se conocía que el calor destruye con efectividad los organismos vivos. Los defensores de la generación espontánea criticaban los experimentos, argumentando que el aire dentro del matraz cerrado se modificaba por el calentamiento de tal manera que no era capaz de permitir la generación espontánea. Pasteur construyó para refutar este argumento, un matraz en forma de cuello de cisne, que ahora se designa corno unmatraz de Pasteur. En estos matraces, la curvatura de su cuello evitaba que el material externo, bacterias y otros microorganismos, alcanzasen el interior. El resultado: no aparecían microorganismos pero bastaba con que el matraz se inclinara hasta permitir que el líquido estéril contactara con el cuello, para que el líquido se llenara de microorganismos. Este simple experimento bastó para acabar con la generación espontánea. Eliminar todas las bacterias o microorganismos de un objeto es un proceso que ahora denominamos esterilización y que condujo al desarrollo de procedimientos eficaces de esterilización y al avance de la microbiología y de la ciencia de los alimentos.