Derecho Penal Internacional: “Los Principios de Validez Material de la Ley Penal como Límites de la Jurisdicción Estatal”: La regla de la libertad de jurisdicción no debe ser entendida como una regla que permite la arbitrariedad, pues si bien ella deja sometido a la discreción de cada Estado cuál será el alcance de su jurisdicción material, el derecho de gentes exige que entre el Estado regulador y el supuesto de hecho regulado exista una conexión plena de sentido. Este punto de conexión legitimante lo constituyen los llamados principios de validez material de la ley penal. Bajo la designación de validez material del derecho penal se reúnen las reglas que regulan a qué materias o casos (supuestos de hecho) se aplican las leyes penales internas de un Estado determinado. Se trata aquí del alcance del poder penal estatal, pues estos principios no sólo constituyen normas de derecho penal, sino, además, presupuestos procesales a) Principio de territorialidad. Según este principio, punto de conexión es el lugar de comisión del delito, de tal modo que la ley penal en un Estado se aplica a los delitos cometidos en el territorio de ese Estado. Es un punto de conexión universalmente reconocido, y suele derivárselo directamente del concepto de soberanía, en especial de su faz negativa que implica el reconocimiento de la potestad territorial. De acuerdo a la teoría de la ubicuidad el principio de territorialidad incluye dentro del concepto de comisión tanto el lugar de realización de la acción como el de producción del resultado típico. b) Principio real o de defensa. Según este principio, punto de conexión es el interés de un Estado en la defensa de determinados bienes jurídicos contra ataques o hechos que los ponen en peligro desde el extranjero. La justificación de este punto de conexión radicaría en el hecho de que esos bienes jurídicos concretos estarían bajo la protección del Estado que invoca el principio. c) Principio de la personalidad. Esta regla toma como punto de conexión para la determinación de la ley aplicable ciertos atributos personales del autor del hecho –y entonces recibe la denominación de principio de la personalidad activa– y otras veces de la víctima del delito –en cuyo caso recibe el nombre de principio de la personalidad pasiva–. Los atributos generalmente tenidos en cuenta como punto de conexión suelen ser o bien la nacionalidad o bien el domicilio. El principio de la personalidad activa es universalmente aceptado, al menos para delitos graves. Este principio sujeta al nacional de un Estado a la ley penal de ese Estado, sin importar el lugar de comisión del hecho delictivo. En muchos países este principio sigue en importancia al de territorialidad. El lazo de sujeción del nacional a la ley de su país es tan fuerte que ha llevado a aseverar que el nacional de un país lleva el código penal de su Estado en su equipaje. Desde esta perspectiva se suele exigir que el hecho esté amenazado con pena en el lugar de su comisión, y que el Estado con jurisdicción en el territorio en que fue cometido no lo haya sometido ya a su potestad territorial. El principio de personalidad pasiva parece también ser admitido por el derecho de gentes, aunque está sometido a gran resistencia por los países anglosajones, y en general es objeto de reservas. d) Principio universal. En general se reconoce que según el principio universal cualquier Estado puede perseguir todos los delitos dirigidos contra bienes jurídicos en cuya incolumidad todos los Estados están interesados, y que, por lo tanto, son tenidos por delicta Iuris Gentium, como lo son la piratería, el tráfico de mujeres, de niños, de esclavos y de drogas. e) Principio de representación. Bajo esta denominación suelen comprenderse los casos en los cuales un país que no tiene jurisdicción sobre el territorio en el que se cometió el delito, somete al delincuente a su ley y a sus tribunales al denegar la extradición o cuando consta que no procederá la extradición, aunque genéricamente la permita el hecho de que se trata. Además de ello, es requisito que el supuesto autor se encuentre en el territorio del Estado que aplica el principio. Funciona como la cara opuesta de la extradición, o cuando no se la ha requerido. En el derecho argentino funciona en principio sólo en el caso de denegación de la extradición de un nacional, cuando el hecho genéricamente es extraditable.__________________________________________________ _________ Fuente Original Post: -García, Luis M, “Auxilio Judicial Internacional y Soberanía Estatal” (“Problemas que plantean los principios de validez material del derecho penal: jurisdicción concurrente y múltiple persecución penal”). LA LEY. 1992- B, 928.-