Los orígenes de Roma

Anuncio
BLOQUE 2
UNIDAD
17
UNIDAD
18
UNIDAD
19
UNIDAD
20
UNIDAD
21
UNIDAD
22
UNIDAD
23
UNIDAD
24
UNIDAD
25
UNIDAD
26
UNIDAD
27
Los orígenes de Roma y la época monárquica
la república romana
el imperio romano
organización política de roma en época republicana
las clases sociales en roma
la organización familiar en roma
la educación y la enseñanza. LA RELIGIÓN
el calendario. la vida familiar. el arreglo personal
el derecho romano
los espectáculos públicos
la Romanización de hispania y las huellas de su
supervivencia
LOS ORÍGENES LEGENDARIOS DE ROMA
la historia de Eneas
la historia de Rómulo y Remo
explicación histórica
de los orígenes de Roma
LA MONARQUÍA PREETRUSCA
Rómulo
Numa Pompilio
Tulo Hostilio
Anco Marcio
LA MONARQUÍA ETRUSCA
Tarquinio Prisco
Servio Tulio
Tarquinio el Soberbio
LA REALIDAD HISTÓRICA
DE LA MONARQUÍA ROMANA
[ 142 ]
BLOQUE UNIDAD
2
17
LOS ORÍGENES DE ROMA
Y LA ÉPOCA MONÁRQUICA
objetivos de la unidad
conocer las leyendas que explican el
origen del pueblo romano.
valorar la realidad histórica de los orígenes de roma.
conocer lo que contaban los historiadores antiguos sobre los reyes romanos.
estudiar lo que la ciencia histórica
puede decir sobre la llamada época
monárquica de roma.
tomar conciencia de las constantes en
la historia del ser humano mediante
el contraste de la cultura romana y la
actual del alumno o alumna.
practicar la lectura comprensiva de un
texto.
iniciarse en la lectura y escritura de
representaciones cartográficas.
aprender a recopilar y sintetizar datos
procedentes de distintas fuentes.
[ 143 ]
B2
UNIDAD 17
Los orígenes de Roma
La leyenda
Las raíces más remotas del pueblo romano y su génesis fueron explicadas por escritores griegos y romanos (sobre todo en la época augusta, siglo i a. de C.), como Dionisio
de Halicarnaso, Tito Livio y Virgilio, a partir de leyendas previas.
La historia de Eneas
Esta leyenda fue inmortalizada, en la mayor parte de sus detalles, por el
poeta latino Virgilio (70-19 a. de C.), en la epopeya llamada Eneida.
Troya, ciudad situada en la actual Turquía, junto a una pequeña aldea
que hoy día se llama Truva, cercana al estrecho de los Dardanelos, fue
sitiada durante 10 años por los griegos. La justificación legendaria de
este enfrentamiento responde al rapto, por parte de Paris, uno de los
hijos del rey troyano Príamo, de He­lena, esposa de Menelao, rey de Esparta, una de las polis griegas.
Maqueta de la ciudad de Roma que se conserva en el Museo
de la Civilización Romana.
Como las murallas de Troya seguían siendo inexpugnables para los sitiadores griegos, el astuto Ulises propuso un plan: construir un gran caballo de madera hueco, en cuyo interior debían esconderse los
guerreros y fingir que abandonaban el cerco de la ciudad. Los troyanos
cayeron en la trampa y pensaron que el caballo era un ex voto a la diosa
Minerva. Lo introdujeron decididos y alegres en la ciudad. Durante la
noche, cuando los troyanos dormían profundamente, después de haber
celebrado su victoria sin escatimar comida ni bebida, Sinón, un griego
infiltrado entre los troyanos, a una señal de los griegos, que se hallaban
escondidos tras una isla próxima a Troya, abrió la puerta del caballo. La
lucha entre griegos y troyanos fue encarnizada.
Eneas, un troyano hijo de la diosa Venus y de Anquises, cuya estirpe tenía el mismo
origen que el rey Príamo, luchó con valor hasta que su madre se le apareció y le ordenó que reuniese a su familia y a sus amigos y huyese en busca de una nueva patria. El
pius Eneas obedeció: cogió las imágenes de los dioses patrios, subió a sus hombros
a su anciano padre, tomó de una mano a su pequeño hijo Ascanio (llamado también
Julo) y se llevó consigo a varios compatriotas.
En la versión virgiliana, Creúsa, esposa de Eneas, no le siguió, porque, tras quedar aislada en medio de los enemigos, había sido arrebatada de la tierra por la propia Venus.
Los troyanos montaron en naves y comenzaron un azaroso exilio. Buscando su nueva
patria en varias islas del mar Egeo, llegaron a Creta, donde los dioses penates se le
aparecieron en sueños a Eneas y le revelaron que tenían que fundar una nueva ciudad
en un lugar llamado Hesperia o Italia.
A continuación, navegaron por el mar Jónico costeando la península Balcánica y llegaron hasta Accio, gobernada por otro troyano, Heleno, quien les aconsejó que fuesen a
Sicilia para alcanzar desde allí Italia.
Pero la diosa Juno, esposa y hermana de Júpiter, dios supremo, odiaba a los troyanos
desde que Paris, al tener que decidir entre Juno, Venus y Minerva cuál era la más bella,
entregó la manzana triunfadora a Venus.
Así, cuando Eneas y sus compañeros, temerosos ante el volcán Etna, no llegaron a Sicilia y estuvieron dispuestos a alcanzar ya por fin Italia, Juno se lo impidió acudiendo al
rey de los vientos, Eolo. Éste desencadenó una gran tempestad que dispersó las naves
de los troyanos, provocó la muerte de algunos de ellos y llevó al resto a las costas de
África, al lugar donde surgió Cartago, cerca de Túnez.
[ 144 ]
Los orígenes de Roma y la época monárquica
Italia siue Hesperia
Pontus
Euxinus
Thybris H a M
dr ar
ia e
tic
Latium
um
Caieta
Thracia
Aenos
Cumae
Castrum
Mineruae
Mare
Tirrhenum
Drepanum
Acesta
Leucadia
Sicilia
Karthago
Cyclopes
África
Buthrotum
Zacynthus
Mare
Ionium
Actium
Ithaca
Strophades
Troia
Antandros
Phrygia
Delos
Pergamum
Recorrido de Eneas desde Troya al Lacio.
En Cartago nació un ardoroso idilio entre Dido, reina del lugar, y Eneas, que quedó interrumpido por mandato de los dioses: el mensajero de estos, Mercurio, advirtió al
héroe troyano que debía proseguir su viaje hasta Italia. La reina Dido, que se sintió
traicionada, se suicidó, lo que fue utilizado, más tarde, como explicación mítica del
encarnizado enfrentamiento entre cartagineses y romanos que se desa­rrolló durante
las llamadas guerras púnicas.
Las naves troyanas arribaron a Italia por la desembocadura del río Tíber. El rey de aquella región era Latino, a cuya hija Lavinia un oráculo y el dios Fauno le habían anunciado
que debía casarse con un extranjero. Sin embargo, a la llegada de Eneas estaba prometida a Turno, rey de los rútulos, que por razones xenófobas y, por supuesto, personales,
se opuso radicalmente al asentamiento de los troyanos. El enfrentamiento se saldó con
un duelo personal entre Eneas y Turno, que sucumbió en el combate.
Eneas, casado por fin con Lavinia, fundó la ciudad de Lavinio y luchó contra pueblos del
Lacio que se opusieron a su presencia en la península. Con el tiempo, el hijo de Eneas,
Ascanio, fundó una ciudad que se hallaba al pie de las colinas albanas y que recibió el
nombre de Alba Longa.
La historia de Rómulo y Remo
Relieve que representa la fundación de
Roma, Museo Nacional de Roma.
Según la segunda leyenda que explica el origen de Roma, Ascanio, hijo de Eneas, inauguró una larga dinastía. Como no tuvo descendencia, dejó el trono de Alba Longa a su
hermanastro Silvio. Tras la sucesión de varios reyes, el poder lo ocupó Proca, al que
sucedió Numitor. Pero este fue derrocado por su hermano Amulio, que lo expulsó de
la ciudad y obligó a Rea Silvia, única hija de Numitor, a profesar como vestal, sacerdocio
que exigía el voto de castidad. Sin embargo, el usurpador no contó con que el dios
Marte fuera a enamorarse de la joven y la dejase embarazada en el bosque sagrado al
que fue a buscar agua.
Cuando Rea Silvia dio a luz dos gemelos, Rómulo y Remo, y Amulio lo supo, ordenó
que fuesen arrojados al Tíber, y su madre, encarcelada. Pero los niños tuvieron la suerte de que las aguas los llevasen hasta la orilla, al pie del monte Palatino, y que allí una
loba se hiciese cargo de ellos y los amamantase. Después, la buena suerte les siguió
sonriendo: Faústulo, mayoral de los rebaños del rey, los encontró y los dejó al cuidado
de su esposa, Aca Larencia.
Rómulo y Remo, en cuanto conocieron su verdadera historia, retornaron a Alba Longa,
mataron a Amulio y devolvieron el poder a su abuelo Numitor. A continuación, se dirigieron a fundar lo que será Roma, a unos 25 km al noroeste de Alba Longa, en el lugar
desde el que habían sido arrojados al Tíber y en el que habían vivido de niños.
Eneas con su padre Anquises huyendo de
Troya en llamas. Escultura de Terracota,
comienzos del siglo V a. de C.
[ 145 ]
B2
UNIDAD 17
Hay versiones distintas que explican cómo llegó Rómulo a ser el primer rey de la ciudad. Una cuenta que acordaron los dos hermanos que fuera un augurio el que decidiera quién iba a ser el rey: lo sería quien viera más buitres juntos. Remo, colocado en el
Aventino, fue el primero que vio buitres, pero sólo divisó seis, mientras que Rómulo,
situado en el Palatino, vio 12, algo más tarde. Por esta razón, los dos hermanos reclamaron su triunfo. El acaloramiento en la disputa acabó con la muerte de Remo a manos de Rómulo.
La realidad histórica
Las leyendas expuestas sobre el origen de Roma encubren realidades históricas. En
primer lugar, la Troya a la que se refiere Homero en la Ilíada y la Odisea, y Virgilio en la
Eneida, según los trabajos arqueológicos comenzados en 1870 con las excavaciones
del alemán Heinrich Schliemann, fue una ciudad que formó parte de la cultura micénica y que fue destruida por el fuego en torno al año 1250 a. de C.
En cuanto a la llegada de habitantes al Lacio en la época en que hoy situamos la Troya
homérica, debemos decir que no existen pruebas arqueológicas que la corroboren,
aunque sí parece indiscutible que se habían establecido relaciones comerciales entre
la Grecia micénica e Italia. Por otra parte, la leyenda del héroe venido a través de los
mares se da en diversas culturas. Si nos referimos a la historia concreta de Eneas, la arqueología nos muestra que era ya conocida en la Italia central antes del año 500 a. de
C.: poseemos diversos hallazgos que representan a Eneas llevando a su padre sobre
los hombros, así como varias estatuillas de terracota.
Fresco etrusco con la imagen de guerreros
y mujeres etruscos, siglo v a. de C.
La anécdota de la loba era puesta en duda ya por el historiador romano Tito Livio, quien
dice que Larencia era llamada loba por los pastores debido a que se prostituía (en
efecto, el término lupa, ‘loba’, puede designar en latín a la prostituta). Los dos gemelos
puede que sean, simplemente, el resultado del desdoblamiento de un mismo nombre
en dos versiones (una etrusca y otra griega: Rumon y Rhomos, respectivamente), que,
además, se habría empleado para denominar a un héroe epónimo de la ciudad del
Tíber, inventado para engrandecer sus orígenes.
Sobre la veracidad de la fundación de Roma por Rómulo, que los antiguos romanos
databan en el 21 de abril del año 753 a. de C. (según el sa­­b­io romano de época clásica Varrón; otros señalaban el 747 a. de C.), y celebraban anualmente, la arqueología
nos demuestra algunas cuestiones. En la zona interior de los que fueron los muros de
Roma hay objetos de origen humano ya en el calcolítico, entre 1800 y 1500 a. de C.
Viminal
Quirinal
Tí
be
r
Janiculo
Aldea
Cispio
Aldea
Capitolio Fagutal
Aldea
Germal Palatino
Septimontium
Esquilino
Aldea Oppio
Aldea de Velia
Celio
Aventino
Aldea de
Palatual
Aldea del
Querquetual
Nadie en concreto fundó Roma; nació, probablemente, por la unión de varias aldeas de las colinas del Palatino, el Esquilino, el Quirinal y el Capitolio,
que, lentamente, fueron integrándose en una sola comunidad cerca de uno
de los escasos vados del Tíber. A estas cuatro colinas posteriormente se
añadieron las tres restantes, el Aventino, el Celio y el Viminal. Parece que la
fiesta anual del septimontium recordaba esta unión, si bien, en la actualidad,
es dudoso que el término se refiera en concreto a siete colinas. En cualquier
caso, no siempre hay acuerdo a la hora de identificarlas.
[ 146 ]
Después, aparecen restos de la edad de bronce y de inicios de
la de hierro. Se trata de una población que habitaba en pequeñas aldeas de cabañas, separadas unas de otras y situadas en
algunas de las colinas romanas. Eran pastores y cazadores que
practicaban una agricultura de subsistencia.
En torno al año 800 a. de C., ya en la edad de hierro, se observa que las aldeas se aglutinaban en comunidades mayores,
que practicaban una agricultura más avanzada y realizaban actividades artesanales y comerciales. De esta forma, se organizaron los primeros centros propiamente urbanos. El origen de
esta nueva población sería el resultado de la superposición de
indoeuropeos a preindoeuropeos de la edad de bronce. Se trata de un proceso relacionado tanto con el desarrollo de la cultura vilanoviana en Etruria y de importantes centros urbanos
etruscos, como con la aparición de colonias griegas en las costas del Tirreno, que entraron en contacto con los habitantes de
la zona del Tíber.
Los orígenes de Roma y la época monárquica
La época monárquica
La leyenda
La tradición habla de siete reyes romanos, cuatro latino-sabinos y tres etruscos.
La monarquía latino-sabina, preetrusca o preurbana
Durante el reinado de Rómulo (753-715 a. de
C.), la población de la nueva ciudad fue creciendo gracias a la llegada de habitantes de
zonas vecinas. El principal aporte fue el pueblo
sabino, que se recogió en la leyenda del rapto
de las sabinas. La lucha entre romanos y sabinos, que empezó tras haberse llevado los primeros a las mujeres de los segundos, tuvo
momentos duros y violentos, en los que los sabinos llegaron a apoderarse de la ciudadela de
Roma mediante la traición de una joven llamada Tarpeya. Pero las hostilidades terminaron
con la intervención de las propias raptadas, que
suplicaron el final de la guerra, y con un pacto
entre Rómulo y Tacio, el rey de los sabinos, que
acordaron unificar sus pueblos y gobernar juntos. Finalmente, Tacio fue asesinado. Rómulo,
único rey de nuevo, desapareció en medio de
una tormenta, cuando se celebraba una ceremonia religiosa, y se convirtió en una divinidad
con el nombre de Quirino, que, en principio,
designaba al dios sabino de la guerra.
Las sabinas se interponen entre los combatientes para impedir la lucha.
A Rómulo le sucedieron tres reyes sabinos. El primero, Numa Pompilio (715-673 a.
de C.), yerno de Tacio, fue elegido en la asamblea popular, propuesto por el senado.
Inspirado, según se decía, por la ninfa Egeria, su aportación fue, fundamentalmente, de
tipo administrativo y religioso. Creó los colegios sacerdotales; mandó construir el famoso templo de Jano, que permanecía abierto en época de guerra y cerrado en época
de paz; y, finalmente, añadió los meses de enero y febrero precediendo a los 10 (de
marzo a diciembre) de que constaba el calendario romano (de tipo lunar) hasta ese
momento.
Muerto Numa Pompilio, el senado eligió a Tulo Hostilio (672-640 a. de C.), que, por
contraste con el anterior, fue un rey guerrero (su nombre parece proceder de hostilis,
‘hostil, enemigo’). Primero luchó contra la metrópolis de Roma, Alba: la leyenda plasmó
este enfrentamiento en el combate heroico entre tres hermanos albanos, los Curiacios,
y tres romanos, los Horacios. Después, sometió a las ciudades etruscas de Veyes y Fidenas. Amplió Roma incluyendo en su perímetro el monte Celio. Murió porque Júpiter
lanzó un rayo sobre su casa: el dios supremo estaba airado con él por sus continuas
luchas.
Anco Marcio (640-616 a. de C.), sobrino de Numa Pompilio, fue el último rey sabino
de Roma. Luchó contra diversas ciudades latinas vecinas, y siguió desarrollando la urbanización de Roma: pobló el monte Aventino; construyó el puerto de Ostia («las bocas» de Roma, de ostium, ‘boca’); mandó excavar la prisión llamada Tuliano, en la
ladera del Capitolio; y construyó el primer puente, llamado Sublicio, sobre el Tíber,
y un acueducto que debía conducir el agua hasta Roma. Además, incluyó el Janículo
en el perímetro de la ciudad.
Busto de Numa Pompilio, primer sucesor
de Rómulo en el trono de Roma.
[ 147 ]
B2
UNIDAD 17
La monarquía etrusca o urbana
Restos de la muralla serviana, la cual cerraba estratégicamente el entorno de las
Siete Colinas.
Los tres últimos reyes de Roma fueron etruscos. Impulsaron un progreso definitivo en
la faz urbana de Roma. El primero, Tarquinio Prisco o el Antiguo (616-579 a. de C.),
procedía de la ciudad etrusca de Tarquinia, tenía el nombre etrusco de Lucumón y estaba casado con una etrusca de alto linaje, Tanaquil. En Roma, con su riqueza y su
afabilidad, se granjeó el favor de la sociedad romana, se introdujo en la corte de Anco
Marcio, llegó a ser tutor de sus hijos y, finalmente, consiguió que la asamblea popular
lo nombrase rey a él y no a uno de aquellos. Construyó el foro y el circo Máximo,
además de tiendas, escuelas y cloacas, incluida la cloaca Máxima. Aumentó el número de senadores. Derrotó a los latinos, los sabinos y los etruscos: fue el primero en
celebrar un triunfo militar en la ciudad de Roma. Murió a manos de los hijos de Anco
Marcio, cuyo poder había usurpado.
Pero Tanaquil consiguió, con la ayuda del senado, que fuese su yerno, Servio Tulio
(578-534 a. de C.), y no algunos de los hijos de Tar­­­qui­nio Prisco, quien alcanzase el
poder. Nombrado por el senado, prosiguió el desarrollo administrativo y urbanístico,
y estableció lo que podríamos llamar la primera constitución romana: or­de­­nó al
pueblo en cinco clases según el patrimonio familiar, para poder reclutar soldados más
fácilmente; amplió la extensión de la ciudad al incluir el Quirinal, el Viminal y el Esquilino en su territorio; la dividió en cuatro distritos y la rodeó con un fuerte muro. La historiografía romana lo consideró un buen rey.
Servio Tulio pereció víctima de un complot organizado por su hija y su yerno, Tarquinio el Soberbio (534-509 a. de C.), que le negó incluso la sepultura, y empezó a
mostrar así el talante aterrador de su futuro reinado: abolió la constitución de su predecesor y limitó los poderes del senado. Mantuvo guerras constantes con los latinos.
Sarcófago etrusco, 250 a. de C.
Su caída y la de la monarquía misma en Roma se recoge en
la leyenda siguiente: Sexto Tarquinio, uno de los hijos de
Tarquinio el Soberbio, violó a Lucrecia, matrona romana esposa de un pariente suyo, Tarquino Colatino. Ante tal deshonor, Lucrecia se lo confesó a su marido y se suicidó. Colatino,
ayudado por su primo, Lucio Junio Bruto, sublevó al pueblo.
Al regresar a Roma el rey, que en aquellos momentos se
hallaba sitiando la ciudad de Ardea, se encontró cerradas las
puertas y huyó con su familia a refugiarse en Etruria. Colatino y Bruto fueron los primeros cónsules, llamados en principio pretores, del nuevo sistema político; la llamada
República.
La realidad histórica
La impronta etrusca supuso una transformación económica que se materializó,
sobre todo, en un proyecto urbanístico
de Roma, que se llevó a cabo a partir del
año 600 a. de C., con la construcción de
calles regulares, obras públicas importantes y grandes edificios.
[ 148 ]
Lo que conocemos de esta época y de los siete reyes que la protagonizan es en buena
medida legendario. Para empezar, sin duda fueron más de siete: este número, que
coincide con el de las colinas, parece simbólico e intencionado, y aparece también en
otros muchos «catálogos» (los siete sabios de Grecia o las siete maravillas del mundo
antiguo). Solo es fiable una característica de los tres últimos: su similitud con los tiranos
griegos de la misma época. La cronología que suele asignarse a cada reinado (y que
nosostros hemos indicado) se deduce de los datos ofrecidos por los textos antiguos,
pero es muy discutible.
En general, la arqueología nos muestra que, entre el año 800 y el 575 a. de C., debemos hablar de una época preurbana de Roma, dividida en cuatro fases. Las dos primeras (siglo viii a. de C.) contemplan el poblamiento de algunas colinas (Palatino, Quirinal
y, probablemente, Celio), cuyos materiales son diversos y bastante caseros.
Los orígenes de Roma y la época monárquica
Las dos últimas fases, en cambio, muestran una población extendida por el resto de las
colinas y por los valles intermedios, con materiales más homogéneos, debido a la influencia de griegos y etruscos. Las aldeas se unen y forman una ciudad con casas
propiamente dichas, en vez de simples chozas de barro, y con gente que se diferencia,
poco a poco, según su fortuna.
El asentamiento de los etruscos en Roma, a finales del siglo vii a. de C., no se debe
a un hecho de conquista, sino a que ricos comerciantes etruscos llegaron a lugares
estratégicos del centro y del sur de Italia. La ruta terrestre que llevaba a la Campania,
donde se instalaron los etruscos, debía pasar, obligatoriamente, por el Lacio, por lo
que procuraron controlar los puntos estratégicos más importantes: Túsculo, Preneste
y Roma.
actividades
Lee el siguiente texto y responde a las cuestiones.
El templo de Jano fundado por Numa Pompilio
Existe suyo también un templo en Roma de dos puertas, al que llaman Puerta de la guerra. Pues es costumbre que esté abierto
siempre que hay guerra y que esté cerrado cuando hay paz. Esto, en verdad, era difícil y cosa que sucedía raramente, ya que el
Imperio siempre estaba implicado en alguna guerra, enfrentándose por su extensión a los pueblos bárbaros que se extendían por
la periferia en círculo. Ex­cep­cionalmente se cerró en época de César Augusto, tras haber derrotado a Antonio, y antes, con el consulado de Marco Atilio y Tito Manlio, no por mucho tiempo. En esta ocasión se abrió enseguida, por haber estallado la guerra.
En cambio, durante la monarquía de Numa, ningún día se le vio abierto, sino que, en cuarenta y tres años, sin interrupción permaneció cerrado. ¡De tal forma extirpó por completo las cosas de la guerra y de todas partes! Pues no sólo el pueblo de los romanos se había dulcificado y estaba encantado con la justicia y sencillez del rey, sino que también a las ciudades de la periferia, como
si alguna brisa o viento saludable les viniera de allí, las dominó un principio de transformación y en todas se infiltró un deseo de
buen orden y paz y de cultivar la tierra, criar a sus hijos con tranquilidad y honrar a los dioses.
Plutarco, Vidas paralelas, Licurgo-Numa, 20, 1-4
1 Plutarco es un autor griego de la época
imperial romana. Su opinión sobre el rey
Numa, ¿es buena o mala? Razona la respuesta.
Véneto
X
Transpadana
XI
po
Liguria
IX
2 Augusto derrotó a Antonio en la batalla
Emilia-Romagna
VIII
de Accio (31 a. de C.). ¿En qué se opone,
según Plutarco, esta época a la del rey
Numa?
V
Tíber
VII
XI
XIII
Campania
III
Brucio
V
III
Apulia
II
Lucania
muro
Aureliano
V
IV
VIII
XIV
I
muro
VII Serviano
VI
XIV
IV
Lacio
IX
res que se citan a lo largo de la unidad
(puente Sublicio, foro, circo Máximo...).
Samnio
Roma
er
Tíb
XIV
4 Sitúa en un plano de Roma todos los luga-
X
I
XII
II
Roma
0
División de Roma en distritos.
Piceno
VII
3 Utiliza un diccionario enciclopédico para
exponer alguna de las siguientes leyendas: lucha entre Curiacios y Horacios;
violación y suicidio de Lucrecia, esposa
de Tarquino Colatino.
Umbría
VI
Etruria
150 m
0
300 km
[ 149 ]
Descargar