pagina 8. - La gaceta de la Universidad de Guadalajara

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miradas
MEDIO AMBIENTE
Herbicidas contaminan
frutas y verduras
Especialista colombiano alerta sobre el consumo de productos agrícolas que han sido tratados con veneno.
Recomienda comprar productos orgánicos o verificar que los comprados en el supermercado no tengan herbicidas
Gloria R. Muñoz
A
larmantes son las consecuencias del uso de herbicidas que están prohibidos por su toxicidad en
Europa, pero que, aun así, países
como México importan para emplearlos en sus áreas de cultivo. A
causa de ello, el campesino fallece
de manera fulminante, el consumidor se envenena poco a poco y el
suelo se convierte en estéril.
Las cifras mortales que arroja
el uso de insumos químicos venenosos para evitar las plagas en los
campos de América Latina, África y
Asia son preocupantes, de acuerdo
con Jairo Restrepo Rivera, maestro
en ingeniería agronómica de origen
colombiano, quien informa que al
año mueren 10 mil agricultores.
Unos 24 millones, pese al impacto
tóxico, se salvan, pero después padecen enfermedades crónico–degenerativas como cáncer de próstata,
de vejiga, de riñón, problemas de
médula ósea y neurotóxicos. Cinco
millones de enfermos crónicos se
van acumulando y de estos, 120 mil
fallecen.
Otra consecuencia del empleo de
fungicidas en el campo es que los
bebés llegan a este mundo muertos, los muchachos son impotentes
sexuales y las jovencitas son estéri-
4Las manzanas
son frutas que en
algunas tiendas las
venden “protegidas” con una cera
tóxica, para darles
brillo. Foto: Abel
Hernández
les. Los adultos mayores presentan
enfermedades parecidas al mal de
Parkinson. Los hombres maduros,
de entre 40 y 45 años de edad, se
vuelven impotentes sexuales. Las
mujeres presentan dificultades en
el embarazo, cáncer de mama y esterilidad.
Restrepo Rivera, entrevistado en
el Centro Universitario de Ciencias
Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), de la Universidad de Guadalajara, lamentó que pese a que las 20
empresas transnacionales ––entre
ellas Novartis, Bayer, ICI y Ciba––
tienen prohibido distribuir sus productos tóxicos en el Viejo continente, a los países subdesarrollados les
“imponen un paquete de insumos
químicos, como fungicidas, insecticidas, fornicidas, acaricidas, nematicidas, que provocan la muerte por
intoxicación de cinco campesinos
por día”. Y lo peor es que “diariamente les facturan seis millones de
dólares de sus venenos”.
La única opción para terminar
con hechos tan drásticos es acogerse a la agricultura orgánica. En 1979
había 300 mil hectáreas, hoy se con-
MEDIO AMBIENTE
Se hará tarde con los
transgénicos
Gloria R. Muñoz
P
ara comprobar que las semillas transgénicas –modificadas
genéticamente para resistir
plagas e insecticidas– causan
algún efecto sobre la salud humana, deberán pasar más de 300 años, “y nadie
tiene tanto tiempo de vida para realizar
los ensayos”, refiere el doctor de origen
brasileño Sebastiao Pinheiro, quien es-
lunes 29 de mayo de 2006
tuvo en la Universidad de Guadalajara
para participar en un encuentro académico en el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias.
Aunque por ley son necesarios los estudios que comprueben que no hay repercusión para la salud, “los gobiernos se
hacen de la vista gorda”, pues lo más importante es proteger los intereses económicos de las empresas fabricantes de las
semillas transgénicas, que son también
las creadoras de los plaguicidas para los
cultivos y que han invertido más de 200
millones de dólares en sus investigaciones. “Si pasaron 50 años para verificar
que el DDT produce cáncer de mama, de
próstata, ahora con tal apoyo no se puede
competir”, comenta el doctor.
Esto ha provocado que las empresas
transnacionales tengan una exclusividad y ganen dos mercados al mismo
tiempo: el del productor y el del consu-
tabilizan 72 mil millones de hectáreas en todo el mundo.
Restrepo Rivera ejemplifica que
en el caso de la manzana, esta trae
en su cáscara una capa de cera que
le colocan los productores para que
brille, que no es soluble al agua y
contiene veneno. “Cuando tú dejas
una manzana olvidada en el refrigerador se va arrugando, pero no
se pudre porque está protegida con
fungicida”.
Otra fruta que demuestra a simple vista que contiene residuos tóxicos es la uva. “Cuando tú la coges,
vas a ver que hay un anillito, que es
puro veneno que se secó ahí. Y por
mucho que tú las laves, siempre entre una y otra queda una gota que
contiene el polvo del veneno”, explicó el especialista.
En el caso de las hortalizas que llevan restos de fungicidas y se cuecen,
“se provoca una potencialización del
veneno, y se genera una sustancia
llamada heteutilieno urea que es altamente cancerígena, por lo que lo
mejor es consumirlos crudos”.
Sobre cómo evitar la ingesta de
productos cultivados con pesticidas, Restrepo Rivera recomendó
comprar alimentos directamente
con los productores o en los tianguis, y evitar los provenientes de
California y Chile, en especial las
uvas y los plátanos. [
midor. El primero, porque la semilla tiene bajo costo de producción, entonces el
campesino opta por plantarla. Y el consumidor compra los productos transgénicos que son más baratos, “Todo mundo debe de comer y como en ocasiones
no ajusta el dinero, los adquieren”,
apunta.
Para abatir la tendencia de las semillas transgénicas se requiere que los
campesinos mantengan y protejan “su
semilla y su tierra”, ya que las empresas
poseen su producto modificado genéticamente, pero no “tienen el ambiente”,
dice Pinheiro. Además, se debe adoptar
la agricultura orgánica.
Los transgénicos “son un riesgo potencial para la humanidad, por lo que es
necesario tener la precaución de estudiarlos más”, alienta.[
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