Nuevas preocupaciones cafeteras

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Nuevas preocupaciones cafeteras*
Una grave situación atraviesa el campo cafetero colombiano. Después de los ingresos
alcanzados durante 2013 y 2014, en parte por la movilización adelantada por los
caficultores, los precios internos se elevaron -un poco- por la profunda devaluación del
peso. La caída de los precios internacionales no hizo más daño por la misma razón. Si se
revisa la tabla de precios del año 2015 y lo corrido de 2016, encontramos precios mensuales
promedio superiores a los del 2013* y 2014. Eso es bueno para los productores. Pero, otros
hechos afectan los cafetales y a los cafeteros. De esos queremos hablar en este artículo.
Ene-2013
526.810
Ene-2014
430.641
Ene-2015
771.159
Ene-2016
787.685
feb-13
503.831
feb-14
616.438
feb-15
723.300
feb-16
793.405
mar-13
512.054
mar-14
763.613
mar-15
683.972
mar-16
796.217
abr-13
514.813
abr-14
795.097
abr-15
686.381
may-13
510.315
may-14
745.511
may-15
631.565
jun-13
477.288
jun-14
663.542
jun-15
671.341
jul-13
468.717
jul-14
646.299
jul-15
679.625
ago-13
452.051
ago-14
715.083
ago-15
776.363
sep-13
435.839
sep-14
718.466
sep-15
719.756
oct-13
406.451
oct-14
803.060
oct-15
734.790
nov-13
384.411
nov-14
773.306
nov-15
734.601
dic-13
400.869
dic-14
783.418
dic-15
789.000
Tomado de las series estadísticas de la Federación Nacional de Cafeteros.
La relación que se presenta permite explicar que los precios han subido. Sin embargo, los
ingresos de los productores no han mejorado de igual manera. Y la razón tiene que ver con
la calidad del grano, derivada del prolongado verano que azotó los cafetales, y otros
cultivos del país, y que generó grandes pérdidas a los agricultores.
En el caso del café la pérdida de calidad llevó a que, para conseguir una arroba de café
pergamino -tipo federación- se requieren, si las condiciones de calidad del grano son las
normales, 60 kilos de café en cereza, para conseguir esa arroba (12,5kilos) de café
pergamino. Por el verano, la conversión, que es como se llama la operación, requiere de 75,
80, 100 o más kilos. Eso implica que se debe recoger más café en cereza para alcanzar la
misma arroba de pergamino. Y es ahí donde el ingreso de los productores se reduce de
manera dramática.
Por el verano se produce, lo que se conoce en el mundo del productor, como café
“averanado” que implica que el grano se seca, pierde el agua, no engruesa y tampoco
alcanza consistencia ni peso, se quema por el calor. En pruebas realizadas con los equipos
técnicos de la federación se encontró, en no pocas zonas del país, cafés “averanados” en
proporciones de pérdida superiores al 85%. Hubo muchas zonas del país donde los
propietarios prefirieron no recoger el grano, dejarlo perder, ya que era más lo que costaba
recogerlo que lo que valía al venderlo.
A lo anterior debe agregarse que plagas como la roya y la broca hacen también su “agosto”.
*Es de anotar que los precios de compra reseñados en la tabla -del año 2013- no incluyen el PIC que
recibieron los productores como resultado de los acuerdos que se firmaron en febrero de 2013 ya que, durante
casi todo el año, los precios reales de venta estuvieron por encima de los 700 mil pesos.
Pero lo más grave, tal vez, de la situación que se presenta en los campos cafeteros del país
es la escasez de mano de obra para adelantar las tareas propias del cultivo y sobre todo,
para la recolección del grano. Ya, en la mitaca, no se tuvo la cantidad necesaria de
trabajadores para adelantar la tarea de recolección. Millones de granos se perdieron
afectando el ingreso de los productores.
El verano prolongado que vivió el país produjo también otro fenómeno que modifica las
relaciones de los productores con el grano. En efecto, lo que se pudo observar es que la
floración de los cafetales se dio al tiempo en todo el país lo que implica que, para la
cosecha que comenzará a mediados de agosto, la escasez de mano de obra para las tareas de
recolección será mayor.
Muchos lectores se estarán preguntando por qué se presenta escasez de trabajadores en un
país con los niveles de desempleo que tiene la nación. La respuesta es sencilla. Los
cafeteros que contratan mano de obra asalariada para las labores que deben adelantar en sus
predios tienen que competir, con otros sectores de la economía, por esos trabajadores. En
varios de los sectores adonde pueden migrar esos trabajadores que salen del agro,
encuentran salarios y sobre todo prestaciones superiores a las que tienen en el campo
cafetero. La construcción de viviendas, las obras públicas locales, los megaproyectos de
infraestructura o los servicios de celaduría y otros permiten, y así debe ser, el pago de los
mínimos de Ley a esos trabajadores.
En vastos sectores del agro nacional los productores no gozan de condiciones que permitan
pagar prestaciones sociales, no porque no quieran pagarlas sino, porque los ingresos no lo
permiten. Así sucede en varios cultivos transitorios y en algunos permanentes como el café
y el cacao. Y esa desventaja, que se presenta de manera reiterada en los últimos años, se
convierte en una nueva amenaza para el sostenimiento de los cafetales más productivos,
tecnificados y empresariales de la caficultura.
Ante estas realidades, el café “averanado” y el fenómeno de la “niña” que ya se anuncia, la
merma en las calidades y por lo tanto la pérdida de ingreso y, la falta de trabajadores para la
recolección del grano, es que los cafeteros solicitan respaldo del Estado.
Varias son las políticas sociales que se pueden aplicar pero la fundamental es garantizar un
ingreso que permita atender las responsabilidades legales. Se plantean varias alternativas
pero no se ve la voluntad política de quienes gobiernan de atender esta situación.
Debería organizarse un sistema de salud que garantice a los trabajadores su atención en
cualquier zona del país donde la necesiten bien sea a través de un Sisben especial o por
medio de una empresa de salud que cubra sus necesidades. A la misma podrían aportar
tanto los empresarios como el gobierno. De igual manera se debería construir un sistema
pensional que identifique y cubra a estos trabajadores en el tema de la seguridad social. A
ese sistema deberían concurrir también tanto el Estado como los empresarios y los
trabajadores.
Estos problemas sociales requieren aportes del Estado para resolverlos. Es claro que los
trabajadores no tienen ingresos suficientes para aportar a la solución y los cafeteros y otros
productores agrarios tampoco. El gobierno tiene la palabra y la solución.
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