Carpeta N°1 Lección N°1ª: El cristiano y su salvación: El pecado Texto lema: el texto lema para esta primera lección será Colosenses 1:13: “El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al Reino de su amado Hijo”. Definición Podemos definir el pecado de modo general como todo hecho u omisión, palabra o pensamiento, que transgrede las leyes de Dios. El criterio, el parámetro de medición, es la persona de Cristo. En Él se encarnó la Ley de Dios. Todo aquello que hagamos, dejemos de hacer, pensemos o hablemos, y que no esté en perfecta armonía con el andar de Jesucristo, tal como lo presentan los evangelios y los escritos apostólicos, debemos denominarlo pecado. La realidad del pecado. Para algunas personas, el término pecado debería borrarse de los diccionarios por anacrónico. Piensan que aún es de mal gusto hablar acerca del pecado. Otros han fabricado sus propios parámetros morales y entonces nada es pecado. Ellos hacen la ley a su medida. “Vivir y dejar vivir”, es uno de sus lemas. Cada uno haga lo que quiera. Así nos encontramos con algunas corriente psicológicas, religiones diversas, que bajo acusación de “represivo” y otras, han eliminado el concepto de pecado. Nosotros vamos a ver, no solamente la realidad del pecado en la Biblia y la vida cotidiana, sino también las nefastas consecuencias de no guardar las leyes de Dios. En la Biblia La realidad del pecado en la Biblia parece obvia. Es sin lugar a dudas uno de los temas principales. Ya en Génesis 3, como lo estaremos ampliando, vemos como entra el pecado en la humanidad. En Génesis 4 el primer asesinato. En Génesis 6:5 dice: “Y vió Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos de ellos era de continuo solamente el mal”. Una y otra vez vemos el problema del pecado a través de la Biblia. Dios dio la Ley escrita para guiar a su pueblo desde muy temprano en su formación (Ex 20:1-17). Después instruyó a Moisés en todas las leyes para su pueblo, y ya estableció como debían ser los sacrificios para expiar los pecados cometidos (Lev 4-7). A los primeros cinco libros de la Biblia se les llama “los libros de la ley”, al0lí Dios estableció los mandamientos para que su pueblo viva en santidad y los sacrificios para cubrir los pecados cometidos. Los libros históricos desde Josué hasta Ester, registran el fracaso del pueblo en la obediencia a Dios. Así encontramos el tema presente en los salmos, en los profetas, hasta llegar al nuevo testamento donde encontramos a Cristo que viene a poner fin a este reinado del pecado sobre la humanidad. En la vida cotidiana. Basta echar una mirada a la realidad de nuestro mundo y de nuestra sociedad para reconocer la evidencia del pecado. Muchos se preguntan: ¿por qué tantos crímenes, guerras, hambre y miseria? La respuesta es: por el pecado. El hombre vive a su antojo sin respetar las leyes de Dios. Tal vez no tengamos que levantar tanto la vista. Observemos nuestra propia familia y los problemas que en ella hay. Aún más simplemente observemos nuestra persona, nuestro interior, nuestras propias reacciones. Sí, el pecado es una amarga realidad. El origen del pecado El pecado no existió desde siempre. Tiene un origen en la esfera celestial: el pecado de los ángeles. 1) Los ángeles fueron creados por Dios como una compañía de seres personales santos, cuya voluntad estaba inclinada a Dios en perfecta obediencia. 2) Lucero (o Satanás) era un ángel de prominencia. Gestó en su corazón el pecado. Profecías como Isaías 14:12-15 y Ezequiel 28:14-19 nos dan indicios de la causa de su pecado: orgullo, querer ser como Dios, enaltecimiento a causa de su hermosura y sabiduría, en fin independizarse de Dios, vivir para sí y buscar su propia gloria. 3) Satanás arrastró en esta conspiración a la 1/3 parte de los ángeles (Ap. 14:4) 4) Satanás y sus seguidores ya han sido juzgados y serán lanzados al lago de fuego y azufre (Ap. 20:10). En la esfera terrena: El pecado de la humanidad. Para ver el origen del pecado en la humanidad nos vamos a remitir a los siguientes textos: Gen 2:15-17 y Gen 3:1-24. De allí podemos extraer lo siguiente: 1) Había un mandamiento específico de Dios de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Había también un castigo establecido: la muerte (Gen 2:17). 2) Está implícita la posibilidad del hombre de elegir. Dios nos creó con libre albedrío, con capacidad de escoger. Así el hombre podía decidir voluntariamente amar y obedecer a Dios, o no. 3) La serpiente (Satanás) vino al hombre para contaminarle con su pecado y ponerlo así bajo su potestad. Es así como sugirió a Eva que Dios era malo y que los estaba privando de algo muy bueno (Gen 3:1). 4) Luego, la misma dijo abiertamente que Dios mentía y que no morirían (Gen 3:4). 5) Eva fue tentada junto a su marido a comer de este árbol (Gen 3:6). ¿Qué implicaba el comer del árbol de la ciencia del bien y del mal? El deseo del hombre de independizarse de Dios. De decidir él mismo lo bueno y lo malo. El vivir independientes de Dios es el peor de los pecados y razón de todo lo malo. Al igual que Satanás el hombre cae por su orgullo, el deseo de vivir para sí mismo. Consecuencias del pecado Una relación con Dios, rota. Apenas Adán y Eva pecan, experimentan la pérdida de la inocencia a través de un sentimiento de culpa y de vergüenza. Se esconden ante el llamado de Dios y luego comienzan a argumentar delante de Dios echándose mutuamente las culpas (Gen 3:7-13). Así culminaba trágicamente una hermosa y personal relación con Dios. La muerte espiritual empezaba a ser una realidad para el hombre. El árbol de la vida estaba fuera de su alcance (Gen 3:22-24). Este árbol nos habla de Cristo que se manifestaría en estos postreros tiempos por amor a nosotros (1 Pedro 1:20). Una naturaleza pecaminosa El pecado de Adán y Eva no solo corrompió sus corazones sino también los de sus descendientes. Como un veneno mortal pasó de generación en generación (Ro 5:12). La Biblia declara que nademos con una naturaleza caída (Salmo 51:5). Basta observar a nuestros hijos, que a pesar de su corta edad, ya evidencian esta naturaleza a través del egoísmo, los celos, las rebeldías, etc.… Textos que nos hablan de esta naturaleza pecaminosa: Ro 1:21-32, Ro 7:18-20, 1 Cor 2:14, 2 Cor 4:4, Ef :2:1,5, Ef 4:19, 1 Ti 4:2, Ro 7:21, entre otros. Una carga física Adán y Eva no conocían las enfermedades ni los dolores. El dolor, el agotamiento, finalmente la muerte, son consecuencias directas del pecado (Gen 3:16-19). Un ambiente hostil El universo entero sufre por la maldición del pecado (Gen 3:17-18). El hombre perdió el señorío sobre la creación y la misma se ha tornado en un ambiente hostil, cuando no peligroso. El mismo sustento es dificultoso de adquirir. Esta realidad de la creación se expresa también en Ro 8:19-22. Eterna separación y castigo El resultado más triste del pecado y que nos revela la Palabra de Dios, es el castigo eterno. No podemos cerrar los ojos a esta realidad. Veamos Mat 25:41, Mr 9:48, Ro 2:8-9, Judas 13, Ap 14:10-11. Textos que nos hablan de una eternidad de castigo, sufriendo lejos de Dios. Conclusión parcial Basta haber realizado diligentemente esta lección para comprender la gravedad del estado en que se encuentra el hombre sin Dios. La humanidad a causa de sus pecados se encontraba sin salida. Irremediablemente condenada. Todos nos hallábamos en esa condición: pobres y ricos, cultos o ignorantes, negros o blancos, el pecado no respetó ninguna barrera, a todos nos alcanzó y nos mató. “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” Efesios 2:4-5 ¡Gloria a Dios! En la próxima lección, vamos a ver en la segunda parte, la provisión divina frente al pecado. El cordero de Dios que quita el pecado del mundo. ¡La obra de Cristo en la cruz! Año 2014 Iglesia “Rey de Reyes” Pastores Claudio y Betty Freidzon