Canciones populares e infantiles El Barquito Chiquitito Había una vez un barquito chiquitito, (bis) que no sabia, que no podía, que no podía navegar, pasaron un, dos, tres, cuatro , cinco, seis semanas, pasaron un, dos, tres, cuatro, cinco, seis semanas, y aquel barquito y aquel barquito y aquel barquito navegó. y si esta historia, parece corta, volveremos, volveremos, a empezar, había una vez un barquito chiquitito (bis) que no sabia, que no podía, que no podio, navegar..... etc El burrito oregón No llores mas vida mía que llega la navidad. San José con Maria vendrán en un burro orejón por aquí pasarán, San José con Maria vendrán en un burro orejón por aquí pasarán. No llores mas mi guagüita que estoy amasando el pan. Mazapán con miel, y la humita fiel, calentita en la sartén. Vendrán en un burrito caminito para Belén. Por aquí vendrán y te dejaran corazón de mazapán. Lalala, tururururu, lalala, tururururu, lalala, tururururururururururu, laralaralalala, turururu, lalala, tururururu, lalala, tururururururururururu. Amados todos amados, amados del niño Dios. Por aquí vendrán y te dejaran corazón de mazapán. Vendrán en un burrito caminito para Belén. Por aquí vendrán y te dejaran corazón de mazapán. Lalala, tururururu, lalala, tururururu, lalala, tururururururururururu, laralaralalala, turururu, lalala, tururururu, lalala, tururururururururururu. A belén a belén A Belén a Belén pastores A Belén a Belén llegar El amor de mis amores A nacido en un portal Si los ángeles cantaron Yo también quiero cantar Si los ángeles gozaron Yo también quiero gozar Navidad que felicidad Navidad que felicidad Que bueno llego la Navidad Cantando con alegría Cristo es la Navidad Y el que tiene a Cristo tiene alegríaaaaa Cristo es la Navidad y el que tiene a Cristo tiene alegría. Arbolito Esta noche es Nochebuena, vamos al bosque, hermanito, a cortar un arbolito, porque la noche es serena. Los reyes y los pastores andan siguiendo una estrella, le cantan a Jesús Niño, Hijo de la Virgen bella. Arbolito, arbolito, campanitas te pondré. Quiero que seas bonito, que al recién nacido te voy a ofrecer. Iremos por el camino, caminito de Belén. //Iremos, porque esta noche ha nacido el Niño Rey.// Feliz Navidad Feliz Navidad Feliz Navidad Feliz Navidad próspero año y felicidad. Feliz Navidad Feliz Navidad Feliz Navidad próspero año y felicidad. Adivinanzas Alto alto como un pino, pesa menos que un comino. El humo Adivina quién soy: cuanto más lavo, más sucia voy. El agua Tengo patas y no ando, soy plana y no canto, seme apoyan para escribir y no te puedo hacer reir. La mesa Quién es el que bebe por los pies? El árbol Una casita con dos ventanillas Si la miras, te pones bizco. La nariz Trabalenguas Pablito clavó un clavito. ¿Qué clavito clavó Pablito? Como poco coco como, poco coco compro. Erre con erre, guitarra; erre con erre, carril: rápido ruedan los carros, rápido el ferrocarril. Mariana Magaña desenmarañará mañana la maraña que enmarañara Mariana Mañara El hipopótamo Hipo está con hipo. ¿Quién le quita el hipo al hipopótamo Hipo? Poesías Cada cosa tiene un pulso: Pon la mano en su latido. Cada cosa dice algo: acerca humilde el oído. El lagarto está llorando. La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos. La poeta se casó con el poeto Y en vez de tener un niño Tuvieron un soneto. Doña Pito Piturra tiene unos guantes; Doña Pito Piturra, muy elegantes. Doña Pito Piturra tiene un sombrero; Doña Pito Piturra, con un plumero. Cuentos Musicales El bebé elefante Soy el oso hormiguero, y les voy a contar una historia única. Si les digo que en el zoológico había una excitación y un revuelo poco común, no les miento... a pesar de mi larga nariz. Nacía el primer día de otoño, mientras las hojas decoraban las calles, transformándolas en mullidos ríos dorados. El sol asomaba, todavía con un poco de sueño. Mientras se desperezaba, cumplía con su diaria tarea de iluminar la vida. Y hablando de vida y de iluminar... todos los animales estábamos esperando al nuevo integrante de la familia de los paquidermos. Justamente HOY era el día de llegada del nuevo pequeñín. La gente hacía cola para ver al bebé recién nacido. En la entrada del zoológico había largas filas de chicos para votar el nombre que le pondríamos. Mi jaula, que estaba justo frente al terreno de los elefantes, me permitía observar todo lo que allí ocurría, casi sin perder detalle. Pasó el tiempo, y Júnior, así lo habíamos llamado al bebé que hoy ya tiene 5 años, veía que era un tanto diferente de sus padres. La trompa no le crecía, su boca era enorme y llena de dientes, arrastraba la panza al caminar y tenía una larga y robusta cola. - Mamá -, decía el pequeño, - me da la sensación que no me parezco demasiado a ustedes... que soy muy diferente. Dos días transcurrieron con la inquietante pregunta de Júnior, hasta que una tarde, cuando la gente ya se había marchado, los orgullosos papás elefantes se sentaron a charlar con su pequeño hijo. Entonces le explicaron que como mamá no podía tener elefantitos en su panza, habían decidido adoptar un bebé... y tuvieron la suerte de tenerlo a él. Que es un tanto diferente, es cierto... después de todo había salido de la panza de una "cocodrila". Pero a quién podía importarle si tenía orejas grandes o casi invisibles...? Después de todo y con todo, un hijo es un hijo tal como es, y se lo conoce por el corazón y no por el color o la forma. "El amor es el único capaz de decidir quién es hijo de quién." El elefantito con aspecto de cocodrilo, se quedó pensando un buen rato. Luego, miró a sus padres y les dijo: - Mami, papi,... ahora sí que los quiero mucho más que antes.Desde mi jaula, pude entonces ver un nuevo milagro. Mientras Júnior dormía, comenzó a crecerle una pequeña y hermosa trompita. Y que a nadie le quepa duda, que esta transformación era debido al fuerte sentimiento de amor que unía a esta gran familia. Ustedes se preguntarán como es que yo sé tanto de esto... Bueno, les diré que la familia de este oso hormiguero que les habla, está formada por un papá oso gris y una mamá panda. El sol comenzó a esconderse dejando que la luna se refleje en el lago de los flamencos rosados... el silencio absorbió el bullicio de la multitud, y el otoño siguió su camino hacia el no tan frío invierno del Jardín zoológico. La vaca soñadora. Había una vez en un campo de Santa Fe, una vaca soñadora, que no veía las horas, para que pase el tren. Será talvez, por su aire de grandeza, es que movía su cabeza, para verlo pasar. Todos los días la misma historia, para ella seria la gloria, si algún día podría viajar. Conocer Buenos Aires, los teatros y las revistas. Y conseguir alguna entrevista con algún galán de novela, ese hombre que tanto la desvela y lo ve solo por la tele. Ella no lo podía fingir tanto nervio que sentía, su televisión. Como soñar no cuesta nada, todas las noches le pedía a su hada, que se hiciera realidad. Por esas cosas del destino o a lo mejor fue respuesta a sus pedidos, es que el tren un día paró, por desperfecto de la maquina y frente al campo se quedó. La vaca soñadora no lo podía creer y le pidió con tanta fe a su santo San Roque, ¡Por favor que hoy me toque! y le inviten a subir. El corazón le latía, mientras se despedía de las demás. Y así partió la vaca rumbo a la gran ciudad, sentada en soledad por la ventanilla saludaba, a sus amigas le tiraba besitos de despedida, prometiéndoles regresar. Mucho tiempo pasó, nadie supo mas de ella, quizás ya sea una estrella, que triunfa en Buenos Aires y de nosotras se olvidó. Pero un día el tren paró, en el campo de Santa Fe, y no podían creer cuando ella se bajó. Estaba distinta, estaba delgada y de las piernas le colgaba unas cadenas importantes y aunque no era como antes, sus amigas la querían igual y con gran algarabía la salieron a encontrar. Ya hablaba distinto, hablaba aporteñada, decía que añoraba a sus amigas de la infancia y con tantas ansias volvió a su campo natal. Contaba con lagrimas en los ojos que no pudo cumplir sus sueños ni antojos y que por caminar en una avenida estuvo presa en Buenos Aires. ¡Esto sí que es vida! ¡Esto es tranquilidad! Aquí en mi campo puedo caminar, aunque arrastrando mis cadenas. No será Buenos Aires, pero sí, es un Aire Distinto, si se vive en libertad. Un pollito llamado Llito Hace muchos, muchos años vivia con su familia un pollito llamado Llito. Todos los dias Mama Gallina salia con sus pollitos a pasear. Mama Gallina iba al frente y los pollitos marchaban detras. Llito era siempre el ultimo en la fila. De pronto vio algo que se movia en una hoja. Se quedó asombrado ante lo que vio. Era un gusanito. Mama Gallina y sus hermanos ya estaban muy lejos. Llito al ver que no tenia su familia cerca se puso a llorar. - ¡Pio, pio, pio, pio! - ¿Qué te pasa? - pregunto el gusanito. - Mi mama y mis hermanos se han ido y estoy perdido. - No te preocupes amiguito. Vamos a buscarlos. - le dijo el gusanito. - ¡Vamos, vamos! - dijeron los dos. En el camino se encontraron al gato, quien les pregunto: - Miau, ¿a donde van? - Mi mama y mis hermanos se han ido y estoy perdido - dijo muy triste Llito. - Yo iré con ustedes a buscarlos - dijo el gato. - ¡Vamos, vamos! - dijeron a coro. Al rato se encontraron con un perro. - Jau, ¿hacia donde se dirigen? -preguntó. - Mi mama y mis hermanos se han ido y estoy perdido - dijo llorando Llito. - Jau, iré con ustedes a buscarlos. - ¡Vamos, vamos! - dijeron a coro. Y asi el perro, el gato, el gusanito y Llito caminaron y caminaron buscando a Mama Gallina. - ¡Llito, Llito! ¿Donde estas? - gritaba a lo lejos Mama Gallina. - ¡Es mi mama! - exclamo Llito. El perro ladro "Jau, jau". El gato maullo "Miau, miau y el gusanito se arrastro. Todos brincaron alegremente. Al fin habian encontrado a Mama Gallina. El perro, el gato, el gusanito, Llito y su familia se abrazaron y rieron de felicidad. - Gracias por cuidar a mi hijo. Los invito a mi casa a comer bizcocho de maiz - dijo Mama Gallina. -¡Vamos, vamos! - dijeron todos. Al llegar a la casa Mama Gallina les sirvio el rico bizcocho. Nuestros amigos se lo comieron todo, todo, todo. Y como diria Don Mabo, este cuento se acabó. Pinocho En una vieja carpintería, Geppetto, un señor amable y simpático, terminaba más un día de trabajo dando los últimos retoques de pintura a un muñeco de madera que había construído este día. Al mirarlo, pensó: ¡qué bonito me ha quedado! Y como el muñeco había sido hecho de madera de pino, Geppetto decidió llamarlo Pinocho. Aquella noche, Geppeto se fue a dormir deseando que su muñeco fuese un niño de verdad. Siempre había deseado tener un hijo. Y al encontrarse profundamente dormido, llegó un hada buena y viendo a Pinocho tan bonito, quiso premiar al buen carpintero, dando, con su varita mágica, vida al muñeco. Al día siguiente, cuando se despertó, Geppetto no daba crédito a sus ojos. Pinocho se movía, caminaba, se reía y hablaba como un niño de verdad, para alegría del viejo carpintero. Feliz y muy satisfecho, Geppeto mandó a Pinocho a la escuela. Quería que fuese un niño muy listo y que aprendiera muchas cosas. Le acompañó su amigo Pepito Grillo, el consejero que le había dado el hada buena. Pero, en el camino del colegio, Pinocho se hizo amigo de dos niños muy malos, siguiendo sus travesuras, e ignorando los consejos del grillito. En lugar de ir a la escuela, Pinocho decidió seguir a sus nuevos amigos, buscando aventuras no muy buenas. Al ver esta situación, el hada buena le puso un hechizo. Por no ir a la escuela, le puso dos orejas de burro, y por portarse mal, cada vez que decía una mentira, se le crecía la nariz poniéndose colorada. Pinocho acabó reconociendo que no estaba siendo bueno, y arrepentido decidió buscar a Geppetto. Supo entonces que Geppeto, al salir en su busca por el mar, había sido tragado por una enorme ballena. Pinocho, con la ayuda del grillito, se fue a la mar para rescatar al pobre viejecito. Cuando Pinocho estuvo frente a la ballena le pidió que le devolviese a su papá, pero la ballena abrió muy grande su boca y se lo tragó también a él. Dentro de la tripa de la ballena, Geppetto y Pinocho se reencontraron. Y se pusieran a pensar cómo salir de allí. Y gracias a Pepito Grillo encontraron una salida. Hicieron una fogata. El fuego hizo estornudar a la enorme ballena, y la balsa salió volando con sus tres tripulantes. Todos se encontraban salvados. Pinocho volvió a casa y al colegio, y a partir de ese día siempre se ha comportado bien. Y en recompensa de su bondad el hada buena lo convirtió en un niño de carne y hueso, y fueron muy felices por muchos y muchos años. Rapunzel Habia una vez una pareja que hacía mucho tiempo deseaba tener un bebé. Un día, la mujer sintió que su deseo ¡por fin! se iba a realizar. Su casa tenía una pequeña ventana en la parte de atrás, desde donde se podía ver un jardín lleno de flores hermosas y de toda clase de plantas. Estaba rodeado por una muralla alta y nadie se atrevía a entrar porque allí vivía una bruja. Un día, mirando hacia el jardín, la mujer se fijó en un árbol cargadito de espléndidas manzanas que se veían tan frescas que ansiaba comerlas. Su deseo crecía día a día y como pensaba que nunca podría comerlas, comenzó a debilitarse, a perder peso y se puso enferma. Su marido, preocupado, decidió realizar los deseos de la mujer. En la oscuridad de la noche el hombre cruzó la muralla y entró en el jardín de la bruja. Rápidamente cogió algunas de aquellas manzanas tan rojas y corrió a entregárselas a su esposa. Inmediatemente la mujer empezó a comerlas y a ponerse buena. Pero su deseo aumentó, y para mantenerla satisfecha, su marido decidió volver al huerto para recoger mas manzanas. Pero cuando saltó la pared, se encontró cara a cara con la bruja. "¿Eres tu el ladrón de mís manzanas?" dijo la bruja furiosa. Temblando de miedo, el hombre explicó a la bruja que tubo que hacerlo para salvar la vida a su esposa. Entonces la bruja dijo, "Si es verdad lo que me has dicho, permitiré que recojas cuantas manzanas quieras, pero a cambio me tienes que dar el hijo que tu esposa va a tener. Yo seré su madre." El hombre estaba tan aterrorizado que aceptó. Cuando su esposa dio a luz una pequeña niña, la bruja vino a su casa y se la llevó. Era hermosa y se llamaba Rapunzel. Cuando cumplió doce años, la bruja la encerró en una torre en medio de un cerrado bosque. La torre no tenía escaleras ni puertas, sólo una pequeña ventana en lo alto. Cada vez que la bruja quería subir a lo alto de la torre, se paraba bajo la ventana y gritaba: "¡Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza! Rapunzel tenía un abundante cabello largo, dorado como el sol. Siempre que escuchaba el llamado de la bruja se soltaba el cabello, lo ataba en trenzas y lo dejaba caer al piso. Entonces la bruja trepaba por la trenza y se subía hasta la ventana. Un día un príncipe, que cabalgaba por el bosque, pasó por la torre y escuchó una canción tan gloriosa que se acercó para escuchar. Quien cantaba era Rapunzel. Atraído por tan melodiosa voz, el príncipe buscó entrar en la torre pero todo fue en vano. Sin embargo, la canción le había llegado tan profundo al corazón, que lo hizo regresar al bosque todos los días para escucharla. Uno de esos días, vio a la bruja acercarse a los pies de la torre. El príncipe se escondió detrás de un árbol para observar y la escuchó decir: "!Rapunzel! ¡Rapunzel!, ¡lanza tu trenza!" Rapunzel dejó caer su larga trenza y la bruja trepó hasta la ventana. Así, el principe supo como podría subir a la torre. Al día siguiente al oscurecer, fue a la torre y llamó: "¡Rapunzel!, ¡Rapunzel!, "¡lanza tu trenza!" El cabello de Rapunzel cayó de inmediato y el príncipe subió. Al principio Rapunzel se asustó, pero el príncipe le dijo gentilmente que la había escuchado cantar y que su dulce melodía le había robado el corazón. Entonces Rapunzel olvidó su temor. El príncipe le preguntó si le gustaría ser su esposa a lo cual accedió de inmediato y sin pensarlo mucho porque estaba enamorada del príncipe y porque estaba deseosa de salir del dominio de esa mala bruja que la tenía presa en aquel tenebroso castillo. El príncipe la venía a visitar todas las noches y la bruja, que venía sólo durante el día, no sabía nada. Hasta que un día, cuando la bruja bajaba por la trenza oyó a Rapunzel decir que ella pesaba mas que el príncipe. La bruja reaccionó gritando: "Así que ¿has estado engañándome?" Furiosa, la bruja decidió cortar todo el cabello de Rapunzel, abandonándola en un lugar lejano para que viviera en soledad. Al volver a la torre, la bruja se escondió detrás de un árbol hasta que vió llegar al príncipe y llamar a Rapunzel. Entonces enfurecida, la bruja salió del escondite y le dijo: "Has perdido a Rapunzel para siempre. Jamas volverás a verla". Por lo que el principe se quedó desolado. Además, la bruja le aplicó un hechizo dejando ciego al principe. Incapacitado de volver a su castillo, el principe acabó viviendo durante muchos años en el bosque hasta que un día por casualidad llegó al solitario lugar donde vivia Rapunzel. Al escuchar la melodiosa voz, se dirigió hacia ella. Cuando estaba cerca, Rapunzel lo reconoció. Al verlo se volvió loca de alegría, pero se puso triste cuando se dio cuenta de su ceguera. Lo abrazó tiernamente y lloró. Sus lágrimas cayeron sobre los ojos del príncipe ciego y de inmediato los ojos de él se llenaron de luz y pudo voler a ver como antes. Entonces, felizes por estaren reunido con su amor, los dos se casaron y vivieron muy felices. Juegos Populares Los Cromos Organización: Se puede jugar desde individualmente hasta gran grupo, según el juego al que juguemos. Material: Cromos de diferentes tipos y materiales. Hay muchos tipos de cromos: de papel, de cartón, de plástico (actualmente, los famosos "tazos" están causando furor en el colegio), de metal... Juego: Hay muchas variantes sobre juegos con cromos: • levantarlos golpeándolos con las manos, • con los propios cromos (tazos), • • lanzándolos desde una altura predeterminada junto a una pared, y ganando aquel que consigue montar el cromo lanzado sobre alguno de los que hay en el suelo, haciendo saltar los cromos hasta colocarlos hacia arriba.