Lectura del Evangelio según san Juan 1,35

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REFLEXIONES CATÓLICAS SOBRE LA BIBLIA
Arquidiócesis de Miami - Ministerio de formación cristiana
18 de enero de 2009
2o Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo B)
Lectura del Evangelio según san Juan 1,35-42
En aquel tiempo, estaba allí Juan con dos de sus discípulos. Al ver que
Jesús iba pasando, dijo: “Ese es el Cordero de Dios”. Cuando lo oyeron
esos dos discípulos, siguieron a Jesús. Se volvió Jesús, y al ver que lo
seguían, les preguntó: “¿Qué buscan?” Le contestaron: “Rabbí (o sea
Maestro), ¿dónde vives?” Jesús les dijo: “Vengan y lo verán”. Fueron y
vieron dónde vivía. Eran como las cuatro de la tarde y se quedaron con él
el resto del día. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de estos dos
que siguieron a Jesús por la palabra de Juan. Andrés fue a buscar primero
a su hermano Simón y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías, al Cristo”. Y
se lo presentó a Jesús. Jesús miró fijamente a Simón y le dijo: “Tu eres
Simón, hijo de Juan: te llamarás Kefas”, lo que quiere decir, Piedra.
Comentario breve:
La segunda parte del capítulo 1 del Evangelio de San Juan contiene una serie de
testimonios que revelan para los lectores la identidad de Jesús. Hoy le toca a Juan Bautista
quien da testimonio público al ver llegar a Jesús: “Ahí viene el Cordero de Dios, el que quita el
pecado del mundo”. Estas palabras pueden referirse al cordero pascual cuya sangre salvó a
Israel (Éxodo 12), o al cordero apocalíptico que destruiría el mal del mundo (Revelación 5-7;
17,14). En el idioma de los judíos se usaba la misma palabra para significar siervo y cordero.
Jesús es el Siervo de Dios, anunciado por los profetas, el que debía sacrificarse por sus
hermanos. Juan indica el camino a dos de sus discípulos y esto hace posible que ellos también
sigan a Jesús. Tradicionalmente estos dos han sido reconocidos como Andrés y Juan, hijo de
Zebedeo. Andrés, a su vez se convierte en un testigo cuando le anuncia a su hermano Simón
Pedro: “Hemos encontrado al Mesías, al Cristo”.
La lectura de hoy nos presenta tres ideas importantes:
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Los discípulos de Jesús “van a ver”, pero también deben “quedarse con él”. El
discipulado exige una entrega total.
Este texto nos explica lo que es la vocación. El testimonio de Juan lleva a Andrés a
creer, y el de Andrés atrae a su hermano Simón Pedro.
“Quedarse con Jesús” no es una visita temporal. Es un volver a Dios de quien venimos.
Para la reflexión personal o comunitaria:
Después de una pausa breve para reflexionar en silencio, comparta con otros sus ideas o sentimientos.
1.
¿De qué forma soy un testigo de Jesús como Mesías en mi familia o centro de trabajo?
2.
Juan se veía a sí mismo como el “número 2", no como el “número 1.” ¿Cómo actúo
cuando sirvo a los demás?
Lecturas recomendadas: Catecismo de la Iglesia Católica, párrafos 408; 438; 523; 608.
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