h. • l{abiendo hablado c;tlgo en el texto respecto ~ que 19s , ~¡a9!j~~t,d~.:mi Sástreria desafian toda competencia~ srse-cómp-arán-con sus respectivos precios, debido á la economi:;t ode así como á la reconocida habi. . ,.instaIacion . -lidad de~su "cortador en gefe, debo manifestar que hay tambien la circunstancia de no trabajar más que al contado, lo que trae la economia de tenedor de libros, co.. brador y .... otros .... cuyo sistema agrada más á muchos ricos sensatos, ' que poco aprecian el largo plazo que les brindan ciertas sastrerias de esta capital, sabiendo . bien que s~ fu_e sen pobres, ni un dia de plazo se les concederia., ·:ci menos de tener un fiador solvente. Así es que el plazo no es más que un falso atractivo, á cuya sombra se cobra más caro, y por lo tanto no debe ser considerado por la gente sensata, por ser en realidad menos ventajoso que el conta.do, tanto para el cliente como para el sastre. Por lo demás, los crecidos gastos de una instalacion ostentosa no valen ni un comino para un artista., ya que se puede cortar una prenda en un Callejon con la. misma preci!.\ion que en un Bouleva.rd, y creo que tampoco deben importar mucho al cliente que busca bueno y barato, sobre todo (forrado de seda, $ 40) cuan· ..wj.~'~;&H~jtln , permite de venderá . un2Qy. ;.~5~. por ,ciento menos caro que en las mas vislumbrantes sas:. trerias, qu' éclaire le cli~nt qui paye. C. HOURCADE. ~; I -- a -e~ be - risíD. • r ~G so<?5~ u ~ • , Al autor del opusculo intitulado: LA VERDADERA IGLESIA CRISTIANA . • sana filosofía reconoce que la definición de una palabra suele ser la definición de una cosa; y si como dice Tomás de Aquino en su célebre Teodicea, la palabra COSA expresa cualquier concepción intelectual, bien podemos erqprender el definir-la palabra LEY, para entender mejor qué sea la LEY de Cristo. Pocas observaciones filológicas nos servirán de auxilio, pero serán en número suficiente para darle claridad á nuestro asunto. LEY nos viene del Latín, del sustantivo lex y del verbo kgo, que significa leer. El griego tíf'}IC nómu8, que se (h:riva <le némo, y que es tanto como arreglar', dar reglas ó ]eye~. El Hebreo posee jok, cuya raíz es jalcálc, y cuyo significado es grahar, bWl'ila'l', porque las 1e- -2yes se grababan antiguamente en placas ó en piedras. Entonces la leyes algo que está grabado ó escrito, ya con el cincel, el buril, ó la pluma; y por la misma razón es algo que se lee. ' Este sistema de escritura fué usado por Dios y por Moisés, conforme á los textos del Pentateuco en que 'consta, que escribieron el De<!álogo ó las Diez P~labras, EN TABLAS DE PIEDRA. Exodo XXXII. 15 Y 16; XXXIV. 27 y 28. Pero para nuestro intento, necesitamos contrastar el Decálogo con lo que llamamos, ' á Írnitación de Pablo, (Gálatas VI. 2, ) la Ley' de Cristo; porque ésta, como vamos á demostrar, no se escribió en tablas de piedra, sino en el corazón del hombre. Por muchos siglos el criterio moral se redujo á los preceptos morales' sinaíticos, especialmente entre los Is~aelitas, que forman el pueblo escogido de Dios, no obstante el hallarse esparcido por t¿da la faz de ·la tierra. Con todo esto, por lo menos en el siglo VII antes de Cristo, ya se había anunciado la idea de una nueva ley, pues en los escritos proféticos constan las pluebas, en términos tan claros como terminantes. Atiéndase, por tjemplo, á las siguientes palabras de Jeremías: , "Mas este será el PA OTO que han: con la casa de Israel después de a'1uellos días, dl'ce el Señor: Pondré mi LEY en las entrañas de ellos, l/ la ESCRIBIRE en sus corazones; y yo seré . .' -3, su, Dios, 'U ~llos serán ini pueblo." Jeremías XXXI 33. . . ·El príncipe de los profetas, el profeta evan-' gélico, cuyo nombre es Isaíás, · revelando el porvenir cristiano, mllcho antes de .que Cristo naciese, dijo: "E irán muckos pueblos,!/ di'}'án.~ Venid, y subamos al·monte del Señor, y á la cas-a del Dios de J acoh, y nos en8eñ~rá sus caminos, y andaremos en sus 3enderos: porq'ue DE SI01V SALDRA ' LA LEY, Y LA . PALABRA DEL SENOR DE JERUSA~ÉM." Isaías 11 3. . . Sin considerar ahora que enseñan la misma doctrina otros profetas, por las citas' hechas deducimos, que si aquellos vaticinios no' son vanos~ . debía haber y efectivamente ya lo hay, un Nuevo Pacto, no eHorjto en tabl'as de piedra, no promulgado en el Sinaí, sino escrito en corazones de carne á su promulg~ción en Jerusalem. El día de la Ascensión del Señor hizo recordación de esta doctrina á sus Apóstoles diciéndoles: "Así está escrito, y así era menester que el Cristo padeúese, y resucitase al tercero día de entre los muertos; Y que se pre(üca,;;e en su nombre penitencia .'1 remisión de pecados á todcu; 1('(,.'; naciones, COJlfl!.'NZANDO PO.ll JERUSALHM." Lucas XXIV 46 Y 47. Además, fijándose UllO en los primeros capítulos del lIbro de los Hechos de lo~ Apóstoles, el resistir es imposible, y se tiene que reconocer como la NUEVA LE'Y al ~ -4Evangelio de J esu~Cristo. De todas estas ver· dades, una nos llama en gra·n manera la atención, y es, que el Decálo.go se dió á 1o.s CIN" CUENTA DIAS ·. despues de la salida de Egipto., · po.r la mañana, cuyo. hecho. 'se co.nmemoraba el día de la fiesta. de lo.s Tabernáculos. Ahora bien~ decir PENTECOSTÉS es como decir en grie..., go qNCUENT4' y créese fllndadamente que la venida; del Espíritu S:JJnto., y predicación po.r Pedro. del Evangelio. en J ~rusalern, se verificó' · ~ lo.ti CINCUENTA DIAS, por la mañana, después de la resurrección 'de Jesu-Cristo.; de lnanera que en sentido. cro.no.lógi9o., si la Ley:antigtia. tuvo. su penteco.stés, también lo. tuvo. la Nueva Ley. no.tándo.se po.r muchas razones,qlle es superio.r el .segundo. al primer penteco.stés .. · ¿Quer.éi~ la prueb~1 Pues oidla. · El número. cincuenta es ntisterioso y co.nmelI!orativo.. Dejando pasar siete H<?rnanas de 'año.s, que ha~en 1:9, el sig.u iente es el ANo. CIN": CUEN.TA, llamado. entre los judío.S, el' año del jubileo, po.rque ~ra de libertad general. Levítico., XXV~ 10. Ese año. figuraba el Penteco.stés de 10.3 cristiano.s~ en que se anunció á todo.s lo.s. siervo.s del pecado., el 'perdón ' y la libertad glqrio.sapo.r el arreperitilniento. y po.r la fe en Cristo., co.n cuyo. aco.ntecimiento. se cu~nplió lo. que fué ,dicho. po.r el Pro.feta: De Sion saldrá la LeY,?J tie Jel'usalmn la palabra del Señor. . '. Expliqu~mo.Jlo.s más. Antes de que se Co.l . -. 5. - nociese '-el D~cálogo, la ley dela 'conciencia guíaba á los . hom~res, y no estaba.escrita ó . <!rabada en pi~dras. Antes ' del~'cálogo el Señor dió á Moisés preceptos esp~cial~8 para que rigies.en en el pueblo: .clarame'nte se l~e: "Allí le dióp'(eceptos 11 orden.a~zas". Exodo, ' XV. 25; Y el allí de estas palabras, no de.signa por cierto 'el Sinal. Así pues, antes de Pe:p:tecostés, ya había mandamieRto~ eyangélicos, enseñados por J esu-~risto mismo; pero no habían .sido· comprendidos . bien, ,ni p.resentados tí. la aceptación universal como ·un sistema completo y divino, ·sino hasta los cincuenta días despues de la Ascensión .del Se~ ñor. La venida del EspírituSanto,_fué pro.:. píamente la "Potencia de lo Alto," ~ y. desde que c~n tal auxilio principió-la predicación forma] del Evangelio; en la cual era menester anuDciar á Cristo, considerando sus doctrinas y ejemplos de virtud; su pasión, muerte, resurrecci6n y subida gloriosa á la diestra del Padre en]a gloria celestial; desde ent{)nees, . repetimos. es ·más propio hablar de la Ley de Cristo, como de unrl. ley ya promulgada y vigente. Hay un versículo en el Antiguo Testamento, que no deja lugar á (ludas, y que se refiere á leye8 de D1·0.9 '110 escritas, y por cuyo cumplimiento se concedieron grandes privilegios; los citaremos textualnlente: "Por Guantoobedeció Abraham -á mi voz, y fluar( ló m l;:' • . -6- ]J?'eceptos y mandamientos', y ,observó mis sel'eí1W1lias 1{ le1{es." Génesis XXVI. 5. Los teólogos recurrirán aquí ,y no tienen necesidaü de hacerlo, al subterfugio de sus. clasificaciones, para decirnos que no se trata de LA LEY ' MORAL, sino de LA CEREMONIAL. Los términos , OBSERVO MIS CEREMONIAS Y LEYES no se prestan á las prestidigitaciones teológicas. Uno de los preceptos dad08 á Moisés fué . recordado 'en el Decálogo, como se vé en el relativo al trabajo, que dice: "Acuérdate del día de descanso, para santificarlo." Quando la casa de J acob salió del pueblo bárbaro, es decir, cuando salieron los Israelitas de Egipto; después de haber pasado milagroRamente el Mar Rojo; cuando ya habían g'ustado las aguas de .Mará, .amargas en sí mismas, peto endulzadas por la misericordia ele Dios; después de haber respirado tranquilos, bajo la fresca sombra de las palmas de Elim; cuando ya no dista ban mucho del Monte Sinaí, la Escritura ' dice, hablando del Maná que les llovió del cielo: que el día sexto recogían doble, para no trabajar, se entiende, en el día sétimo. Exodo. XVI, 5. De modo que no obstinándose en exagerar el valor intrínseco del Decálogo, es necesario reconocer lisa y llanamente su inferioridad respecto de la Ley de Cristo .. Si el Decálogo se acepta con una reminiscencia de un precepto de Dios no escrito, ipor qué no se hace lo lnismo con los manda- . 7 _.' mientos cristianos <¡ue le son afines en lo no escrito, más que sea s~lame~te, en a.quello de que no se eséribieron en tablas de ·piedr.a1 . '. Con estas refle$nes se comprende muy claramente la' doCtrina ,que pr.edicó San Pablo; no porque nos juzgl1emos cómentadores sabios, sino porque se deducen de princ~pios ciertos,. y de un modo lógico.. Una 'vez señalados los contraste.s atlt~riores, -con ene:rgía debe sosten~rse, 'que la Ley"de Cristo es es-J!l~r'it'llal. RQmanos. VIII, 2. Este caráeter explica además la naturaleza del ministerio eviu:lgélico, opuesto d Ip.ini~terio levítico, en el Nuevo Testamento. La ep'!stola de . Pablo á, los Hebreos, da abundantes ·pruebas de que el pri~ero es ISUpel iur al segundo, así que, un discípulo de Cristo es más libre que el sumo sacerdote de los judíos de los tiempos antiguos. Pero citemos un poco la Escritura: ¿OO'lJ1,(Jllzamos de l1uero á alabar1ws á nosotros mismos? ¿ ó tenemos necesidad.«('omo algunos) de cartas de récomendaeión pa'l'a vosOtTOS, Ó de vosotros? Nuestra carta sois 'cosotr08, l'scrita'en nuestros corazones, que es 1'ecotlOCida y leida de todos los hombres; siendv 'manifiesto que vosotros suis curta de en'sto, lleclta PO'I' nuestro mim'sten'o, l! escrita no <:on tinta, si,lto con Espírit,tt de Dios vivo; nu en tablas de piedra, sino en .tablas de carne del corazón. 2 Corintios. JII, I á 3. P01'fp.fe este es el testamerito que ordencwé r.t la casr( de l~rael después -8de aquellos días, elice el Señor: Dandu m'ls leyes en la mente de ellos, las escribiré también sobre su corazon; y seré su Dio.), y ellos serán mi pueblo; pues, llamandolo" nuevo, dl:Ó por ánticuado el primero. Y lo que se da pO?; anticuado yvie.fo, cerca está de perecer. Hebreos. cap. . VIII, vs. 10 y 13. Algunos católicos y protestantes, estimados como lumbreras de sus sectas, han convenido en las doctrinas' que estamos soeteniendo. El llamado San Agustín dijo: "La Ley amenazaba, no socorría; mandaba, no ayudaba," y , la ley que así calificaba, es la misma que se menciona en las siguientes palabras de Pa- blo: Y si sois guíados del espírdu, no estais balo de la ley. Gálatas. V, 18. Esta notable opinión se puede encontrar en la Biblia de Scio como nota al pasaje citado. El Angel de las ESQuelas que es el citado Santo Tomás, no vaciló en asentar que: "La Ley antigua, que pronletió cosas temporales, propuso pocas cosas que excedieran á la indagación racional 'humana. -Lutero en sus famosas tésis, y con la bizarría que fué propia de su carácter, sostuvo; "EL VERDADERO Y PRE- . CIOSO TESORO DE LA IGLESIA, ES EL SANTO EV ANGELIO DE LA GLORIA Y DE LA GRACIA DE DIOS." , ' Tesii 62. Por esto aun en los sumarios del cap. VIII de la epístola á 108 Hebreos, 8e lee: "Es JESUCRISTO MEDIADOR DEL NUEVO PACTO, EL, CUAL ES MUCHO MÁS EXCELENTE 6 PERFECTO QUE , , - 9 ·- EL ANTIG uo.ANULACION DE ESTE POR . EL NU EVO PACTO." Edicion madrileña de 1871. "LA ABOLICION 'D'EL VIEJO TESTAMENTO y LA INTRODUCCIONDEL NUEVO." Ediciones <le la Sociedad Bíblica Americana. Y por_DO dejar dudas sobre el particular, hasta el arte rinde á la cuestión su. testimomos favorable.s. En una escultura de la catedral de Strasburgo, verteneciente al siglo XIII, se ve i'epresentada la religión judía en la forma de una mujer, asistiendo á , la . muerte de Cristo, con los ojos vendados, yel Decálogo escapándosele de las manos, y una lanza rota; Veáse la. obra de Lacroix sobre la Vi."da religiosa 11. milita/' en la Edad Media. ,En el brahnl~lnismo h,1,y también un DECÁLOGO que bien se pudiera poner al lado del Decálogo mosaico, y con algunas particularidade~ dign:'l.s de apreciarse. En aquel cuentan los brahmanes DIEZ VIRTUD'ES, como si dijesen imitándonos, DIEZ MANDAMIENTOR; y de esos diez nos llaman la atención DOS, de los cuales no se h ;\Ua en la Ley d er Sinaí, y Ron: LA TEMPLAN~A que e~ opuest:t al r epug'nante vicio de la embriaguez, y LA PRESCRIPClON de la lectura de los Libros Sagrados. rranto equivaldría á decir en estilo mosaico: N o t e embriagar~s: Lee las Sagradas Escritllr;\~; pero nada de esto hay en el Decálogo. En consecuencia no debemos exagerar :-;u valor, por que en luda exageradón hay algo de , , • -10, lnentira, y ésta es hija del Diablo. Al menos así lo enseña el N nevo Testamento. , Son muy conocido~ los mandamientos de J esu-Cristo para que no se nos cul pe, si omitimos su enumer;lción; .pero no dejaremos de decir: que el conjunto de esos mandaruientos. es propialllent~ la Ley de Cristo. Esta Ley, hablando rigurosamente, es la que debe normal' la conducta dd cristiano. La. h "1 dado una autoridaJ cOlnpetente: Cristo. Enseña-el bien y repnleba el mal; y ~sto 10 hace de tal manera, que analizados cada uno de sns mandamientos, Sé puede decir sin mencionar bue- . yes ni asnos: que la Ley de CriMto es ~l Amor. De elb diríamos lo que dijo Demóstenes hablando de la leven abstracto: Es UN PRESEN, ~ . TE DEL CIELO, Y POR ELLA REINAN LA JUSTICIA Y Habiendo dicho, que la leyes gcner:llmente, algo que se lee; diremos ya, que es el derecho escrito. La Ley de Moisés fué el derecho antiguo; 'la Ley de Cristo es el derecho nuevo, ó el. derecho cristiano. En cuanto á su origen, hemos visto, que uno se grabó en pieuras, y el otro en el corazón. Pero esto no es un obstáculo para. que se haya escritv pmitel'iurmellte el uno en el Pentateuco ó los Cinco Libros de Moisés, y el otro en los Evangelios. Nosotros preguntamos: ¿no es cierto que la Ley de Cristo es nueva, por haberse prOlnulgado en el primer sÜ)·ln dA mWAtra él'a: II ue no es pasaiera. sino , LA PAZ EN'fRE LOS HOMBRES. -11- eterna; que no es carnal, sino espÍ1'itual; y que cada día se extiende su conocimiento már-:; en el mundo, por las diferentes. versiones que sé han hecho del EvangeliQ, en multitud de idiomas, tanto antiguos . como nlOderilOs~ Y además si como enseñan todos los legistas, .las leyes · s~ derogan T~.(CITA,MENTE . cuando se dan OTRAS NUEVAS, cuando por su naturaleza son PASAJERAS, y cuando caen en DE~U SO NOTORIO; preguntamos, ino es cierto que laLey de Cristo es nueva, espiritual, no escrita en tablas de piedras; que no es pasajera sino eterna, ' y que cada día su 'uso se g eneraliza más en el nlundo~ Entonces iqué sucede con la Ley de b , carne, con la Ley del Pecado, con la.Ley de la Muerte? . Dejamos la respuesta á la conciencia de nuestros h ermanos, y no dudamos que se la , den conforme á la verdad. Vivimos en una época en la que, pOl' indiferencia r elig iosa y alarde de incredu~idad, pretenden alg unos desprestigiar ó poner en caricatura las co as concernientes á nuustro Salvador; muy mal representadas sus doctrinas, aun por los que se'supone peritos en la materia, las dificultades aum entall, y también los nloti vos para cla~ar, en caso posible, on celo proféti . - En nuestro país, quizá más que en otro cualquiera, es menester hablar muy laro, sin miramientos de ninguna clase. No conclui~emoB pues este escrito, sin exhortar humildemen- -12te á los ministros evangélicos, á fin de que, meditando con seriedad sobre éste trascendental asunto, y sobrepoméndese á todo inter~s lnund~o; prediquen al pueblo con la bizarría y vErdad de los Apóstoles, que nada hay ~ás excelente, ni más importante para el género humano, que la pura obserVancia de la Ley del Espíritu, de la Ley de Libertad, de la Ley . de Gracia, ó lo que es lo mismo, de LA · L E Y DE e R 1 STO. NICODEMO. MÉXICO. 1,884 . , • Calle de. Chiconautla número 14. AVISO. En la alacena núm. 18 del portal de Agustinos "El c~nibio" se -reparten gratis; tanto este ~ratadito~ eOlno · los siguientes: . Disertación sobre los nlt\ndamientos de Dios, y los sacramentos de la iglesia. La Casa de Dios. DebenlOs velar si quer emos ser salvos. La verdadera ·Iglesia cristiana. El Bautislno de los niños. La Ley de la fe. La Ley del ·pecado. La Ley de la muerte. .