1 La estructura forclusiva de la psicosis Gustavo H. González “En el origen hay pues Bejahung, a saber, afirmación de lo que es, o Verwerfung”1, nos dice Lacan en su seminario de Las Psicosis. Nos abre, de esta manera, dos caminos en el encuentro del sujeto con el significante; encuentro donde se producirá una afirmación primordial - simbolización primera- o el rechazo –forclusión- que constituye una abolición simbólica. Caminos divergentes que conducen uno a la problemática de la represión, el deseo, y su insatisfacción, y el otro a la problemática del goce desanudado del falo. “Si Freud insistió tanto en el complejo de Edipo que llegó hasta construir una sociología de tótemes y tabúes, es, manifiestamente, porque la Ley está ahí ab origine. Está excluido en consecuencia, preguntarse por el problema de los orígenes: la Ley está ahí justamente desde el inicio, desde siempre, y la sexualidad humana debe realizarse a través de ella. Esta Ley fundamental es sencillamente una ley de simbolización. Esto quiere decir el Edipo.”2 Siguiendo a Lacan podemos decir que, de hecho, y no de facto, el sujeto es efecto del significante y no a la inversa. No es la realidad sino lo simbólico lo que lo preexiste. Lacan no retrocede ante la psicosis, sino que avanza rechazando las “respuestas blandengues” de las teorías que intentan explicar la estructura psicótica en función de biografías y anamnesis, como así también criticando a las corrientes psicologizantes que ubican en el lugar de la causa “las Lacan, Jacques. Clase VI: “El fenómeno psicótico y su mecanismo” (1955-1956). En: El Seminario de Jacques Lacan Libro 3 Las Psicosis. Traducción de Juan-Luis Delmont-Mauri y Diana S Rabinovich; Texto establecido por Jacques-Alain Miller. Buenos Aires, Paidós, 1991; pág. 120. 2 Idem.; p.p. 121-122. 1 2 coordenadas del ambiente” y “las relaciones interhumanas” del círculo del psicótico. La palabra clave que resume el aporte de Lacan a la cuestión de las psicosis es el término Forclusión del Nombre del Padre, si bien la función del padre en la psicosis ya había sido puesta en un lugar determinante por Freud en su análisis del caso Schreber. El padre es un significante, y en tanto tal se rige por su misma ley, la ley del todo o nada; en consecuencia, volvemos a la fórmula original Bejahung o Verwerfung. Jacques-Alain Miller en “Suplemento topológico” a “De una cuestión preliminar...”, realiza un recorrido por el escrito que lleva el mismo nombre (“De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”), del término Forclusión del Nombre del Padre. Sitúa allí la forclusión como manifestación transfenoménica de la psicosis, es decir que la falla en la estructura simbólica repercute sobre la estructura imaginaria y su consecuencia son los fenómenos observables en la clínica. Por ello, si el Nombre-del-Padre no está ubicado en el Otro como tesoro del significante tendrá repercusiones en el campo de la realidad. Podríamos decir que este significante primordial es lo que da anclaje y organiza lo imaginario. La función de este significante primordial es la de “almohadillar el orden simbólico. En ese sentido es un punto de almohadillado, es el punto de almohadillado en el orden simbólico, y en tanto que opera la metáfora llamada paterna, es el significante que detiene el deslizamiento de la significación”.3 “La Verwerfung será pues considerada por nosotros como forclusión del significante. En el punto donde, ya veremos cómo, es llamado el Nombre del- Padre, puede pues responder en el Otro un puro y simple agujero, el Miller, Jacques-Alain. “Suplemento topológico a `De una cuestión preliminar´...”. En: Matemas I (1987). Traductores: Juan Carlos Indart, Diana S. Rabinovich y otros. Buenos Aires, Manantial, 1994; pág. 140. 3 3 cual por la carencia del efecto metafórico provocará un agujero correspondiente en el lugar de la significación fálica.”4 Entonces, como consecuencia de la forclusión del Nombre del Padre encontramos en la psicosis como manifestación un agujero en la significación, como, desde el decir de Lacan acerca del caso Schreber, “un daño que no está capacitado para develar”. En la estructura psicótica hay una relación del sujeto con el significante determinada por la forclusión. La consecuencia es una invasión de goce desde lo real sobre el sujeto, un goce no regulado por el falo. La estructura neurótica se define por la represión y el retorno de lo reprimido, porque la Metáfora Paterna produce la significación fálica, regula el goce del sujeto. Sería como un “se goza de esta manera y no de otra”. El falo modera el goce, lo localiza. La función paterna coordina el goce al falo. El falo como significante de la falta nos orienta en la oposición entre deseo y goce. Cada vez que hay un efecto de pérdida de goce se genera una posibilidad de deseo, y cada vez que el sujeto realiza un deseo en un acto pierde goce, por el simple hecho de que nunca la satisfacción obtenida es como la esperada, y en eso siempre hay un efecto de pérdida. El solo hecho de la “interpretación” que hace el significante del nombre del padre sobre el significante del deseo materno, produce significación fálica, que es algo del orden de una falta. En ese nivel la significación en sí misma es equivalente a una pérdida de goce. Toda metáfora, en la medida en que se produce sobre la base de este primer modelo, por un lado tiene un efecto de significación fálica, y por otro, la otra cara de esa significación fálica que es siempre la pérdida de goce. También en la duplicación de la neurosis, entre la neurosis artificialmente producida en el análisis y la neurosis primitiva, en la medida en que tiende a duplicar el goce del síntoma, el efecto que produce es más bien el de abolirlo. Lacan, Jacques. “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”. En: Escritos 2 (2 volúmenes) – décimo cuarta edición en español Traducción Tomás Segovia, Buenos Aires, siglo veintiuno editores, 1991; pág. 540. 4 4 ¿Qué quiere decir esto?, que si hasta ahora el sujeto gozaba del síntoma de la neurosis primitiva, en la medida en que se transforma en síntoma de transferencia, ese síntoma ya no tiene el mismo valor de goce que antes, y en ese sentido ya la transferencia misma induce un efecto de atenuación de la repetición del goce. La neurosis de transferencia al duplicar el goce, produce entonces un efecto de diferenciación entre transferencia y repetición. El goce es satisfacción, mientras que el deseo es un estado esencial de insatisfacción, un estado sin embargo esencial para el sujeto; La falta de posibilidad de sustitución engendra efectos que son de goce, pero de un goce mortificante, un goce sin deseo. Se trata de un goce que no es reprimido. La falla significante se traduce en un exceso de goce en lo real, exceso producto de la carencia de la ley paterna que constituye una barrera a ese goce. “Para que la psicosis se desencadene, es necesario que el Nombre-delPadre, verworfen, forcluído, es decir sin haber llegado nunca al lugar del Otro, sea llamado allí en oposición simbólica al sujeto.”5 Lacan hace hincapié en ese “sea llamado”, es decir, algo de lo que fue rechazado en lo simbólico reaparecerá en lo real, algo tiene que venir ahí en ese lugar, en ese lugar de lo forcluído. A partir de ese agujero del significado, de ese agujero de la significación fálica, algo advendrá en su lugar, retornará desde una dimensión otra, desde un más allá del falo. “El psicótico es mártir del inconsciente”, frase que intenta designar que el retorno en lo real de lo que fue forcluído de los simbólico, se impone al sujeto para su tormento y perplejidad. Por ello la forclusión es solidaria del significante surgiendo solo, fuera de la cadena, en lo real y generando así emergencias correlativas de goce. Vemos con claridad que Jacques Lacan se propone demostrar que la psicosis no es abordable desde la perspectiva de la realidad, por ello es que procura esclarecerla desde una perspectiva estructural. 5 Bibliografía - Freud, Sigmund. El yo y el ello y otras obras (1923-1925) Volumen VII Sigmund Freud Obras completas (24 volúmenes) - 1ª edición en castellano, 1978 - Traducción José Luis Etcheverry, 4ª reimpresión. Buenos Aires, Amorrortu editores, 1989; 334 páginas. - Lacan, Jacques. Escritos 2 (2 volúmenes) – décimo cuarta edición en español – Traducción Tomás Segovia. Buenos Aires, siglo veintiuno editores, 1991; p.p. 507-900. - Lacan, Jacques. El Seminario Libro 3 Las Psicosis (1955-1956). Traducción de Juan-Luis Delmont-Mauri y Diana Rabinovich; Texto establecido por Jacques-Alain Miller. Buenos Aires, Paidós, 1991; 460 páginas. - Miller, Jacques-Alain. Matemas I (1987). Traductores: Juan Carlos Indart, Diana S. Rabinovich y otros. Buenos aires, Manantial, 1994; 190 páginas. 5 Idem.; p.p. 558-559.