Número de registro: 18706 Novena Época Instancia: Primera Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
Número de registro: 18706
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXI, Marzo de 2005
Página: 77
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS SEGUNDO, QUINTO, OCTAVO Y DÉCIMO TERCERO,
TODOS EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
CONSIDERANDO:
CUARTO. Las consideraciones sostenidas por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Primer Circuito, al resolver el amparo directo civil número 8182/2000, el dieciséis
de enero de dos mil uno, en síntesis, en lo que interesa, son las siguientes:
1. Consideró fundados los conceptos de violación referentes a que el tribunal federal
responsable interpretó erróneamente la cláusula décimo tercera del contrato base de la acción,
además de que aplicó en forma incorrecta lo dispuesto por el artículo 1104 del Código de
Comercio, ya que en dicha cláusula consta que las partes se sometieron expresamente a la
jurisdicción de los tribunales federales competentes en la Ciudad de México o a los del
Municipio de Ocotepec, en el Estado de Morelos, para todo lo relativo a su cumplimiento,
contrariamente a lo estimado por la responsable, en el sentido de que las partes no
renunciaron clara y terminantemente al fuero que les corresponde conforme a la ley, al dejar
a elección de una de las partes cualquiera de las dos jurisdicciones, citando en apoyo las tesis
con los rubros de: "COMPETENCIA EN MATERIA MERCANTIL CONFORME AL
LUGAR DEL CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN. IMPLICA QUE ÉSTE SE
UBIQUE DENTRO DEL TERRITORIO NACIONAL.", "COMPETENCIA EN UN JUICIO
ORDINARIO MERCANTIL. CORRESPONDE AL JUEZ A QUIEN LAS PARTES SE
SOMETIERON EN EL CONTRATO.", "JUICIO MERCANTIL, COMPETENCIA EN,
CUANDO LAS PARTES SE SOMETEN, A SU ELECCIÓN A LOS TRIBUNALES DE
TRES CIUDADES. CORRESPONDE AL TRIBUNAL SELECCIONADO POR LA PARTE
QUE TENÍA FACULTADES PARA ELLO." y "COMPETENCIA, NO EXISTE
CONFLICTO, SI UNO DE LOS JUECES CONTENDIENTES LA PROMUEVE DE
OFICIO EN UN JUICIO ORDINARIO MERCANTIL."; que por consiguiente, resulta
inaplicable la tesis en que se apoya el tribunal responsable, de rubro: "COMPETENCIA EN
MATERIA MERCANTIL. NO HAY SUMISIÓN EXPRESA CUANDO LOS
INTERESADOS NO RENUNCIAN CLARA Y TERMINANTEMENTE AL FUERO QUE
LA LEY LES CONCEDE."
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2. Lo anterior lo estimó fundado el Tribunal Colegiado referido al explicar que el Tribunal
Unitario responsable partió de la premisa errónea de que el contenido de la cláusula décimo
tercera del contrato básico, no revela que exista una sumisión expresa de los contratantes para
que se pueda considerar que el Juez Sexto de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal
sea legalmente competente para conocer de la demanda natural presentada por la quejosa,
pues estimó que las partes en el contrato básico no renunciaron en forma clara y terminante al
fuero que les corresponde conforme al numeral 1093 del Código de Comercio, ya que
sostuvo que en dicha cláusula, por una parte, se expresó que para todo lo relativo a la
interpretación y cumplimiento del aludido contrato, las partes se someten expresamente a la
jurisdicción y competencia de los tribunales federales de la Ciudad de México, Distrito
Federal y, por otra, se indicó que para los mismos efectos también tendrán competencia los
tribunales federales del domicilio del demandado, quedando a la libre elección del actor la
determinación de a cuál de ellos acudir, además de que renunciaron a todo fuero que en razón
de su territorio les corresponde o en el futuro llegara a corresponderles, por lo que el
sometimiento es impreciso y, por ende, no puede afirmarse que exista un sometimiento
expreso.
3. La consideración precedente es inexacta, afirma el Tribunal Colegiado, porque de la recta
interpretación de la cláusula décimo tercera del contrato base de la acción, que dice: "Para
todo lo relativo a su interpretación y cumplimiento del presente contrato, las partes se
someten expresamente a la jurisdicción de los tribunales federales competentes con sede en la
Ciudad de México, Distrito Federal, o a los del domicilio del responsable social en términos
del inciso 3) de la declaración II del presente instrumento a elección de Fonaes, renunciando
a cualquier fuero presente o futuro que por razón de su domicilio pudieran corresponderles.";
en relación con el capítulo de declaraciones de dicho contrato que establece: "II. El
responsable social ... 3. Que tiene su domicilio en, domicilio conocido, carretera Cuernavaca
Tepoztlán, Km. 2, Ocotepec, Morelos ..."; se evidencia que se debe tener por válida la
sumisión a que alude la cláusula en comento y, en su caso, considerar que es competente para
conocer del negocio jurídico el Juez Sexto de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal
que previno en el conocimiento del asunto.
4. En efecto, explica el Tribunal Colegiado que dicha cláusula reúne los requisitos que al
efecto contempla el artículo 1093 del Código de Comercio, ya que dicho precepto dispone:
"Hay sumisión expresa cuando los interesados renuncien clara y terminantemente al fuero
que la ley les concede, y para el caso de controversias, señalen como tribunales competentes
los del domicilio de cualquiera de las partes, del lugar de cumplimiento de algunas de las
obligaciones contraídas, o de la ubicación de la cosa."; por tanto, si en la cláusula décimo
tercera del contrato base de la acción, las partes pactaron que en caso de controversia
respecto a la interpretación y cumplimiento de dicho contrato se sometían a la jurisdicción de
los tribunales federales de la Ciudad de México, Distrito Federal, o bien, a los de Ocotepec,
en el Estado de Morelos, quedando a elección de la actora, hoy quejosa, el acudir a cualquiera
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de los tribunales referidos y renunciando a cualquier fuero que por razón de su domicilio les
correspondiera, resulta incontrovertible que sí se cumplió con el requisito de precisión a que
alude el precepto legal invocado, pues se señalaron los órganos jurisdiccionales de dos
lugares, dejando la elección a la actora, la cual no podía escoger cualquier otra; y en cuanto a
la renuncia clara y terminante al fuero que la ley concede, dicho requisito de existencia del
pacto de sumisión expresa se cumple cuando las partes indican en la mencionada cláusula
que: "renunciando a cualquier fuero presente o futuro que por razón de su domicilio pudiera
corresponderles".
5. En consecuencia, concluye el Tribunal Colegiado, si la actora, hoy quejosa, demandó en la
vía ordinaria mercantil a la deudora, y presentó su demanda ante el Juez Sexto de Distrito en
Materia Civil en el Distrito Federal, es evidente que tal autoridad es la competente para
conocer de la misma, en los términos del artículo 1093 del Código de Comercio; no siendo
aplicable la tesis que invoca la responsable, dado que el requisito de la renuncia clara y
terminante al fuero que la ley concede a las partes, quedó satisfecho en los términos de la
cláusula décimo tercera del contrato base de la acción; además de que la tesis de mérito se
refiere al caso de que los contratantes indiquen como tribunal competente para resolver un
conflicto a uno que no corresponda al de sus domicilios, lo que no acontece en la
controversia, dado que las dos jurisdicciones en las que se puede promover el procedimiento
coinciden con los domicilios de las partes.
QUINTO. Las consideraciones sostenidas por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Primer Circuito, al resolver el amparo directo civil número 6445/2000, el nueve de
febrero de dos mil uno, en síntesis, en lo que interesa, son las siguientes:
1. Consideró sustancialmente fundado el primer concepto de violación de la quejosa, relativo
a que al confirmar el tribunal responsable en la resolución reclamada el auto apelado dictado
por el a quo federal, Juez Segundo de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal, en el
que éste se inhibió en el conocimiento de la demanda ejecutiva mercantil incoada en contra
de los demandados, por considerar que son competentes para conocer de la misma los
tribunales de la ciudad de Zacatecas, Estado de Zacatecas (por ser ese el lugar en que fueron
suscritos los pagarés básicos de la acción), tal resolución resulta contraria a sus garantías
individuales, a los preceptos que invoca y a la jurisprudencia de rubro: "COMPETENCIA
PARA CONOCER DE UN JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. SI EN LOS
DOCUMENTOS FUNDATORIOS DE LA ACCIÓN NO EXISTE SUMISIÓN EXPRESA
Y SE SEÑALAN VARIOS LUGARES PARA EL PAGO, CORRESPONDE AL JUEZ DE
UNO DE ELLOS, POR EL QUE HAYA OPTADO EL TENEDOR AL PLANTEAR LA
DEMANDA.", la cual resulta de aplicación obligatoria de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 192 de la Ley de Amparo.
2. Que lo anterior es así, atendiendo a lo dispuesto por los artículos 1092 y 1093 del Código
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de Comercio, que establecen: "Artículo 1092. Es Juez competente aquel a quien los litigantes
se hubieren sometido expresa o tácitamente." y "Artículo 1093. Hay sumisión expresa cuando
los interesados renuncien clara y terminantemente al fuero que la ley les concede, y para el
caso de controversia, señalan como tribunales competentes los del domicilio de cualquiera de
las partes, del lugar de cumplimiento de algunas de las obligaciones contraídas, o de la
ubicación de la cosa."; así como a la lectura de los pagarés base de la acción, de los cuales se
advierte que fueron suscritos por la sociedad demandada en la ciudad de Zacatecas, Estado de
Zacatecas, manifestándose en cada uno de ellos lo siguiente: "... Por el presente pagaré
debemos y pagaremos incondicionalmente a la orden de coordinación ... el día ... de ... de ...
en esta ciudad o en cualquier otra que se nos requiera la cantidad de ... valor recibido a
nuestra entera satisfacción, de acuerdo al contrato de concertación 2017/III-96 celebrado con
la coordinación. ... Este pagaré forma parte de una serie numerada del 1 al 12 y todos están
sujetos a la condición de que al no pagarse cualquiera de ellos a su vencimiento serán
exigibles todos los pagarés que le sigan en número, además de los ya vencidos: desde la fecha
de vencimiento de este documento hasta el día de su liquidación, causará interés moratorio
del 2% mensual, pagaderos en esta ciudad o en cualquier otra que se nos requiera
conjuntamente con el principal ... Sociedad de: ... presidente (rúbrica). Como avales de este
compromiso firman ... nombre ... (rúbrica) ..."
3. De lo mencionado no se desprende, en términos de lo dispuesto en el citado artículo 1093
del Código de Comercio, que los demandados hubiesen renunciado clara y terminantemente
al fuero que la ley les concede, ya que en los pagarés sólo aparece su obligación de pago en la
ciudad de Zacatecas, ‘o en cualquier otra que se nos requiera’, por lo que no puede decirse
que exista sumisión expresa de los demandados.
4. Asevera el Tribunal Colegiado que de la leyenda inscrita en los títulos de crédito se
desprenden dos elementos importantes para establecer con claridad cuál es el Juez
competente para conocer de la demanda ejecutiva mercantil promovida por la institución
quejosa, el primero de los cuales es el señalamiento de la ciudad de Zacatecas, en el Estado
de Zacatecas, lugar de suscripción de los pagarés o cualquiera otra ciudad para el
cumplimiento de la obligación consignada en los mismos y, como segundo elemento, la
facultad del tenedor de los títulos de crédito para elegir dicha ciudad o cualquiera otra, en el
caso, la Ciudad de México, Distrito Federal, para el cumplimiento de esa obligación.
5. El Tribunal Colegiado fundó lo anterior en lo dispuesto por los artículos 1104, fracción II,
del Código de Comercio, que establece: "Artículo 1104. Sea cual fuere la naturaleza del
juicio, serán preferidos a cualquier otro Juez: ... II. El del lugar designado en el contrato para
el cumplimiento de la obligación."; 77, último párrafo, de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, que prevé: "Artículo 77. ... Si en la letra se consignan varios lugares
para el pago, se entenderá que el tenedor podrá exigirlo en cualquiera de los lugares
señalados."; y 174 del último ordenamiento citado, que dispone: "Artículo 174. Son
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aplicables al pagaré, en lo conducente, los artículos 77, párrafo final ..."
6. Explicando el Tribunal Colegiado que de los preceptos legales referidos se concluye que si
en los pagarés base de la acción se señaló para el cumplimiento de la obligación de pago la
ciudad de Zacatecas o cualquiera otra ciudad en que se les requiera el mismo a los
demandados, no hay duda de que conforme al criterio sustentado en la jurisprudencia de
rubro: "COMPETENCIA PARA CONOCER DE UN JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL.
SI EN LOS DOCUMENTOS FUNDATORIOS DE LA ACCIÓN NO EXISTE SUMISIÓN
EXPRESA Y SE SEÑALAN VARIOS LUGARES PARA EL PAGO, CORRESPONDE AL
JUEZ DE UNO DE ELLOS, POR EL QUE HAYA OPTADO EL TENEDOR AL
PLANTEAR LA DEMANDA.", el a quo federal, Juez Segundo de Distrito en Materia Civil
en el Distrito Federal, por el que optó el tenedor, es legalmente competente para conocer del
escrito inicial de demanda promovida por la institución quejosa, y así debió considerarlo el
tribunal responsable en la resolución reclamada.
Con similares consideraciones, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito resolvió el amparo directo civil número 8705/2001, el trece de diciembre de dos mil
uno, por lo que no se sintetizan las mismas.
SEXTO. Las consideraciones sostenidas por el Décimo Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el amparo directo civil número 620/2000-13, el
once de enero de dos mil uno, en síntesis, en lo que interesa, son las siguientes:
1. La quejosa impugna la resolución, sosteniendo que contrariamente a lo considerado, sí
existió en forma clara y terminante la sumisión expresa de las partes de someterse a la
jurisdicción de los tribunales federales de la Ciudad de México o a los del domicilio de la
demandada (Tlaxcala), a elección de la actora.
2. El Tribunal Colegiado estimó esencialmente fundado ese argumento, explicando que la
competencia por territorio es prorrogable en términos de los artículos 1092 y 1093 del
Código de Comercio, partiendo de que el artículo 1090 de ese ordenamiento legal prevé:
"Toda demanda debe interponerse ante Juez competente.", y los artículos 1092 y 1093,
respectivamente, establecen: "Es Juez competente aquel a quien los litigantes se hubieren
sometido expresa o tácitamente." y "Hay sumisión expresa cuando los interesados renuncien
clara y terminantemente al fuero que la ley les concede, y para el caso de controversia,
señalan como tribunales competentes a los del domicilio de cualquiera de las partes, del lugar
de cumplimiento de algunas de las obligaciones contraídas, o de la ubicación de la cosa.".
3. Que del artículo 1093 del Código de Comercio se desprende que hay sumisión expresa
siempre y cuando se reúnan los siguientes elementos: 1) Cuando se renuncie clara y
terminantemente al fuero que la ley concede; y, 2) Que se señalen como tribunales
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competentes a cualquiera de los siguientes: a) los del domicilio de cualquiera de las partes; b)
los del lugar de cumplimiento de las obligaciones contraídas; o, c) los de la ubicación de la
cosa.
4. Que las consideraciones en que se basó el Tribunal Unitario responsable para confirmar el
proveído recurrido, fueron las siguientes: A) Que tomando en consideración la redacción de
la cláusula décimo tercera del contrato base de la acción, que se refiere a la competencia, se
desprende que para el cumplimiento de dicho contrato, las partes se sometían tanto a los
tribunales federales ubicados en esta ciudad como a los existentes en la ciudad de Tlaxcala, a
elección de la parte actora, lo cual no implica una sumisión expresa, en la medida en que no
se renuncia clara y terminantemente al fuero que le correspondía al dejar a elección de alguna
de las partes cualquiera de las jurisdicciones; B) que la redacción de dicha cláusula torna
impreciso el sometimiento referido y se traduce, conforme a los artículos 1092 y 1093 del
Código de Comercio, en la inoperancia del cuestionado sometimiento expreso; y, C) no existe
renuncia de manera clara y evidente a los tribunales que por derecho (ley) les corresponden,
por tanto, no se constituyó en términos del artículo 1093 del ordenamiento en cita, en forma
expresa la sumisión.
5. El Tribunal Colegiado de Circuito consideró incorrecto lo anterior, porque la parte actora y
la parte demandada celebraron en el Estado de Tlaxcala, contrato de concertación de acciones
para la implementación del programa al empleo productivo; del cual se desprende que en la
cláusula décimo tercera, se pactó: "Para todo lo relativo a su interpretación y cumplimiento
del presente contrato, las partes se someten expresamente a la jurisdicción de los tribunales
federales competentes con sede en la Ciudad de México, Distrito Federal o a los del
domicilio del ‘responsable social’, en términos del inciso 3) de la declaración II del presente
instrumento, a elección de ‘Fonaes’ renunciando a cualquier fuero presente o futuro que por
razón de su domicilio pudiera corresponderles.". Que de esa cláusula se aprecia que se reúnen
los requisitos exigidos en el artículo 1093 del Código de Comercio para que se actualice la
sumisión expresa, en virtud de que de la cláusula de referencia se colige que se dio la
renuncia clara y terminante al fuero que por razón de su domicilio pudiera corresponderles a
las partes, y se señalaron como tribunales competentes para la interpretación y cumplimiento
de dicho contrato los de la Ciudad de México, Distrito Federal, o los del domicilio de la
demandada (Tlaxcala), a elección de la actora; por lo que resultaba evidente la sumisión
expresa de la demandada a cualquiera de los tribunales federales competentes con sede en la
Ciudad de México, Distrito Federal, o a los del domicilio de la demandada (Tlaxcala), a
elección de la actora, en virtud que las partes renunciaron a la jurisdicción que por domicilio
les correspondía.
6. El Tribunal Colegiado, con base en lo anterior, concluyó que al existir la renuncia clara y
terminante al fuero que la ley les concede a las partes contratantes, y además al haberse
señalado de manera precisa como tribunales competentes a los de la Ciudad de México,
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Distrito Federal, o de la demandada (Tlaxcala), es claro que se acreditó la hipótesis
contemplada en el artículo 1093 del Código de Comercio, por tanto, quedó demostrada la
sumisión expresa de la demandada a cualquiera de los tribunales federales señalados en la
cláusula décimo tercera del contrato base de la acción, a elección de la actora, y toda vez que
esta última eligió presentar su demanda ante el Juez de Distrito en Materia Civil en el Distrito
Federal en turno, es evidente que éste es competente para conocer del asunto en cuestión,
citando en apoyo la tesis de jurisprudencia y aislada (ésta en lo conducente) con los rubros,
respectivamente, de: "COMPETENCIA EN UN JUICIO ORDINARIO MERCANTIL.
CORRESPONDE AL JUEZ A QUIEN LAS PARTES SE SOMETIERON EN EL
CONTRATO." y "JUICIO MERCANTIL, COMPETENCIA EN, CUANDO LAS PARTES
SE SOMETEN, A SU ELECCIÓN A TRIBUNALES DE TRES CIUDADES.
CORRESPONDE AL TRIBUNAL SELECCIONADO POR LA PARTE QUE TENÍA
FACULTADES PARA ELLO."
7. Aclarando el Tribunal Colegiado, por último, que el hecho de que se haya pactado dejar a
elección de la actora el acudir a cualquiera de dichos tribunales, no implica que no exista la
renuncia clara y terminante al fuero que les correspondía por razón de su domicilio, sólo
establece la posibilidad para la actora de acudir a cualquiera de los tribunales ubicados en
ambas ciudades, los cuales están debidamente precisados (Ciudad de México y Tlaxcala), por
lo que no se puede considerar que hay indeterminación.
SÉPTIMO. Las consideraciones sostenidas por el Octavo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Primer Circuito, al resolver el amparo directo civil número 518/2001, el treinta de
agosto de dos mil uno, en síntesis, en lo que interesa, son las siguientes:
1. El Tribunal Colegiado estimó infundado el concepto de violación relativo a que la
resolución impugnada no se encuentra fundada y motivada, pues el tribunal responsable sí
expuso los razonamientos con base en los cuales declaró infundados los agravios de la hoy
quejosa, así como el fundamento jurídico en el que se apoyó para tomar esa decisión.
2. El Tribunal Colegiado consideró inoperantes los argumentos de la quejosa, pues consideró
que de la comparación entre los argumentos expuestos en sus conceptos de violación y las
razones expuestas por el tribunal responsable, se desprende que no impugna las
consideraciones en las que se apoyó la resolución impugnada, pues no expuso razones
orientadas a demostrar que la responsable aplicó inexactamente o dejó de aplicar la ley en su
perjuicio, sino que se concretó a reiterar lo que en vía de agravios expresó, por lo que al no
haber sido impugnados los argumentos manifestados por el tribunal responsable, se
mantienen vivos para continuar rigiendo el sentido del fallo reclamado, pues no se está en
ninguno de los supuestos de suplencia de la queja.
3. Que en efecto, el tribunal responsable sostuvo que cuando en los títulos de crédito, el lugar
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para requerir el cumplimiento de la obligación cambiaria, se fija utilizando las frases "en esta
ciudad o en cualquier otra que se nos requiera", no es factible estimar que se estén señalando
varios lugares para el pago y, por ende, que el tenedor pueda exigirlo en cualquiera de éstos,
conforme al segundo párrafo del artículo 77 de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito, pues en esas condiciones no se está en el supuesto de que se hayan designado dos
lugares plenamente definidos e identificados para el pago, porque aunque el sitio de
expedición se encuentre determinado, no sucede lo mismo con el señalado con la frase "en
cualquiera otra ciudad", razón por la cual, conceptuó inaplicables los artículos 1092 y 1104
del Código de Comercio, agregando que al no existir sometimiento expreso a la jurisdicción
de un Juez determinado ni lugar para el cumplimiento de la obligación, y conforme a los
artículos 1105 del ordenamiento citado en último término y 171 de la Ley General de Títulos
y Operaciones de Crédito, resultaba competente el Juez del domicilio del deudor, que en el
caso lo era el que tiene jurisdicción en el Municipio de Metepec, Estado de México.
4. Que, por su parte, la quejosa expresó que el tribunal responsable, con base en una
presunción, la obliga a demandar en Metepec, Estado de México, siendo que la demandada se
obligó a pagar el importe de los títulos de crédito en la ciudad de suscripción o en cualquier
otra que se le requiriera, razón por la cual debe ser preferido el Juez que eligió la agraviada,
además de que el deudor se sometió expresamente a la jurisdicción de los Juzgados de
Distrito competentes en esta ciudad o en cualquier otra que se le requiriese, estando entonces
la quejosa facultada para requerirlo de pago y elegir como competentes los Juzgados de
Distrito de esta capital.
5. El Tribunal Colegiado también declaró inoperantes los conceptos de violación relativos a
que el Juez responsable sin base jurídica desechó su demanda y que no estaba en aptitud de
analizar de oficio la competencia en razón de territorio, porque esa cuestión sólo podía
promoverse a instancia de parte en términos del artículo 1102 del Código de Comercio; toda
vez que, en primer lugar, están encaminados a combatir la resolución de primera instancia,
que no es materia del juicio de garantías, pues fue sustituida por la sentencia reclamada, y en
segundo lugar, porque son una reproducción de los argumentos planteados en vía de agravios
ante el tribunal responsable, sin que se impugnen las consideraciones por las que se
declararon infundados.
Las consideraciones del Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al
resolver el amparo directo civil número 519/2001, el veinte de agosto de dos mil uno, en
síntesis, en lo que interesa, son las siguientes:
1. El Tribunal Colegiado consideró fundados en una parte los conceptos de violación y
suficientes para amparar, en cuanto aduce la quejosa que el tribunal responsable al sostener
que se actualiza el supuesto previsto en el primer párrafo del artículo 77 de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito, porque no se encuentra definido el lugar de pago,
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interpreta en forma equivocada el texto de los pagarés fundatorios de la demanda, pues
cuando para efectos de indicar el lugar para el cumplimiento de la obligación cambiaria, se
señala "en esta ciudad" o "en cualquier otra", es esta segunda frase, la que resulta imprecisa e
inadecuada para designar en forma exacta un lugar determinado, y produce inseguridad para
el deudor en cuanto a la plaza en que le será requerido el pago, y que, por ende, rompe el
equilibrio procesal entre las partes, no así la primera, porque como la propia responsable lo
estimó al analizar la expresión "en esta ciudad", el lugar al que alude se encuentra
plenamente determinado, porque se trata de la localidad de suscripción, que, en la especie, no
se refiere a ninguna otra ciudad, sino a la de México, Distrito Federal, por lo que resulta
aplicable lo dispuesto en el artículo 1104 del Código de Comercio.
2. El Tribunal Colegiado menciona que el Tribunal Unitario responsable sostuvo, en esencia,
que cuando en los títulos de crédito, el lugar para requerir el cumplimiento de la obligación
cambiaria se fija utilizando las frases "en esta ciudad o en cualquier otra que se nos requiera",
no es factible considerar que se estén señalando varios lugares para el pago y, por ende, que
el tenedor pueda exigirlo en cualquiera de éstos, conforme al segundo párrafo del artículo 77
de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, habida cuenta que en el supuesto
aludido, no se señalan dos lugares plenamente definidos e identificados para el pago, porque
aunque el sitio de expedición se encuentra determinado, no sucede lo mismo con el señalado
con la frase "en cualquiera otra ciudad", razón por la cual no resulta aplicable el artículo 1104
del Código de Comercio, y al no existir sometimiento expreso a la jurisdicción de un Juez
determinado ni lugar para el cumplimiento de la obligación, conforme a los artículos 1105 del
ordenamiento citado y 171 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, es
competente el Juez del domicilio del deudor, que en el caso es el que tiene jurisdicción en el
Municipio de Metepec, Estado de México.
3. El Tribunal Colegiado sostuvo que de la lectura de los títulos de crédito fundatorios de la
demanda, se advierte que en el espacio destinado al dato relativo al lugar de pago, se estipuló
lo siguiente: "... este pagaré será exigible en esta ciudad o en cualquier otra en que se me
(nos) requiera ..."; y que del análisis minucioso de esa estipulación, se desprende con toda
claridad que la incertidumbre sobre el lugar fijado para requerir el pago de los títulos de
crédito base de la acción, se presenta única y exclusivamente por lo que se refiere al que se
pretendió señalar con la frase "en cualquier otra que se nos requiera", ya que por la forma en
que se encuentra redactada, abre la posibilidad de que el tenedor o beneficiario pueda exigir
el pago en cualquier ciudad del país, e incluso del mundo; en cambio la referencia al lugar de
suscripción de los pagarés, con la frase "en esta ciudad", indica sin lugar a dudas un sitio
determinado con toda precisión para la interpelación sobre el cumplimiento de las
obligaciones cambiarias.
4. Lo anterior lo fundó en los artículos 77, segundo párrafo y 171 de Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, aclarando que el primero de los preceptos aunque se refiere a la letra
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de cambio, resulta aplicable al pagaré por disposición del artículo 174 del ordenamiento
invocado, en relación con el lugar de pago, preceptos legales que respectivamente establecen:
"Artículo 77. Si la letra de cambio no contuviere la designación del lugar en que ha de
pagarse, se tendrá como tal el del domicilio del girado, y si éste tuviere varios domicilios, la
letra será exigible en cualquiera de ellos, a elección del tenedor. Si en la letra se consignan
varios lugares para el pago, se entenderá que el tenedor podrá exigirlo en cualquiera de los
lugares señalados." y "Artículo 171. Si el pagaré no menciona la fecha de su vencimiento, se
considerará pagadero a la vista; si no indica lugar de su pago, se tendrá como tal el del
domicilio del que lo suscribe."; también en lo previsto por los artículos 1104 y 1105 del
Código de Comercio, que establecen: "Artículo 1104. Sea cual fuere la naturaleza del juicio,
serán preferidos a cualquier otro Juez: I. El del lugar que el deudor haya designado para ser
requerido judicialmente de pago; II. El del lugar designado en el contrato para el
cumplimiento de la obligación." y "Artículo 1105. Si no se ha hecho la designación que
autoriza el artículo anterior, será competente el Juez del domicilio del deudor, sea cual fuere
la acción que se ejercite."
5. Explica el Tribunal Colegiado que del análisis de lo anterior, se establece que es acertada
la consideración del Tribunal Unitario responsable, en relación con que cuando en los
pagarés, para indicar el lugar donde debe requerirse al deudor el cumplimiento de la
obligación a su cargo, se utilizan las frases "en esta ciudad o en cualquier otra que se nos
requiera", no es factible estimar que se hubieran señalado varios lugares de pago a elección
del tenedor y, por ende, que éste pueda exigirlo en cualquiera de ellos, conforme al artículo
77, segundo párrafo, de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, porque como
fue señalado, el suscriptor no consignó varios sitios plenamente definidos e identificados para
el cumplimiento de la obligación cambiaria, por lo que no se actualiza el supuesto normativo
previsto por la disposición en cita.
6. Que, sin embargo, resulta contrario a derecho lo sostenido por el tribunal responsable, en el
sentido de que existe indeterminación en cuanto al lugar donde debe ser interpelado el
obligado cambiario, por lo que conforme al segundo párrafo del artículo 171 de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito, el pago deba realizarse en el domicilio del
suscriptor, y en términos del artículo 1104 del Código de Comercio, el Juez competente para
conocer del juicio, es el del domicilio del deudor, habida cuenta de que como quedó
establecido la frase "en esta ciudad", al referirse al lugar de suscripción, el cual se encuentra
plenamente definido, señala con toda precisión el sitio donde debe requerirse de pago al
suscriptor, de manera que existe la designación del lugar donde habrá de verificarse el pago,
y en esas condiciones la expresión última que reza: "o en cualquiera otra", debe tenerse por
no puesta.
7. Que, en efecto, tomando en consideración que del texto de los documentos fundatorios de
la demanda no se desprende que las partes se hayan sometido expresamente a la jurisdicción
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
de un tribunal determinado, ni que hubieran renunciado clara y terminantemente al fuero que
la ley les concede, es inconcuso que al haberse señalado con toda precisión un lugar en el
cual el tenedor puede requerir de pago al obligado, la regla aplicable en el caso para
determinar el Juez competente, es la establecida en el artículo 1104, fracción I, del Código de
Comercio; por consiguiente, si el lugar de suscripción de los documentos base de la acción,
es la Ciudad de México, resulta inconcuso que contrariamente a lo sostenido por el Tribunal
Unitario responsable, la competencia para conocer del asunto se surte a favor del Juez de
Distrito ante quien se presentó el escrito inicial de demanda.
OCTAVO. De manera previa a verificar si en el presente caso existe contradicción entre los
criterios sustentados por los Tribunales Colegiados en Materia Civil contendientes, debe
decirse que no participa de la contradicción de tesis en cuestión, el criterio sostenido por el
Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el amparo
directo civil número 518/2001, el treinta de agosto de dos mil uno, toda vez que como quedó
sintetizado en el considerando anterior, dicho Tribunal Colegiado estimó inoperantes los
conceptos de violación que hubiesen podido tener alguna relación con el tema de la presente
denuncia de contradicción, por lo que no expuso en esa ejecutoria su criterio respecto al
problema jurídico que le fue planteado, luego entonces, esa ejecutoria no refleja el criterio
jurídico del Tribunal Colegiado que la emitió y, por ende, no puede confrontarse con ningún
otro.
Es aplicable a lo anterior la siguiente tesis de la Segunda Sala, que esta Primera Sala
comparte, cuyos datos de localización, rubro, texto y precedentes, son:
"Novena Época
"Instancia: Segunda Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XIV, septiembre de 2001
"Tesis: 2a. CLXXIII/2001
"Página: 519
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. ES INEXISTENTE CUANDO UNO DE LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS CONTENDIENTES, AL RESOLVER, DECLARA
INOPERANTES LOS ARGUMENTOS RELATIVOS Y EL OTRO LOS ESTUDIA. De lo
dispuesto en los artículos 107, fracción XIII, párrafo primero, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y 197-A de la Ley de Amparo que regulan específicamente las
hipótesis en que existe contradicción entre las tesis o criterios jurídicos sustentados por los
Tribunales Colegiados de Circuito y del contenido de la tesis de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación que ha interpretado dichos artículos, de rubro: ‘CONTRADICCIÓN DE TESIS
DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU
EXISTENCIA.’, se sigue que se presenta la contradicción o discrepancia entre tesis o
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
criterios jurídicos, siempre que exista oposición entre ellos respecto de una misma cuestión
jurídica; que dicha oposición se suscite en las consideraciones, razonamientos o
interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas y, además, que los criterios en
oposición deriven del examen de los mismos elementos. Consecuentemente, cuando uno de
los tribunales en conflicto no entra al fondo de la controversia planteada, por haber declarado
inoperantes los argumentos expuestos en la instancia relativa y el otro órgano colegiado sí
aborda la litis propuesta, es claro que no se da la oposición de criterios, ya que en las
sentencias de los Tribunales Colegiados de Circuito no se examinaron cuestiones jurídicas
esencialmente iguales, ni se sostuvieron criterios contradictorios, por lo cual debe declararse
que no existe contradicción de tesis.
"Contradicción de tesis 40/2001-SS. Entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado
en Materia Administrativa del Primer Circuito y Segundo Tribunal Colegiado del Décimo
Noveno Circuito. 8 de agosto de 2001. Cinco votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón.
Secretaria: Lourdes Minerva Cifuentes Bazán."
NOVENO. Con la salvedad anterior, y con el propósito de verificar si en el presente caso
existe contradicción entre los otros criterios sustentados por los Tribunales Colegiados en
Materia Civil contendientes, se tiene presente el contenido de la jurisprudencia siguiente:
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XIII, abril de 2001
"Tesis: P./J. 26/2001
"Página: 76
"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA. De conformidad con lo que establecen los artículos
107, fracción XIII, primer párrafo, de la Constitución Federal y 197-A de la Ley de Amparo,
cuando los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis contradictorias en los juicios de
amparo de su competencia, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o la Sala
que corresponda deben decidir cuál tesis ha de prevalecer. Ahora bien, se entiende que
existen tesis contradictorias cuando concurren los siguientes supuestos: a) que al resolver los
negocios jurídicos se examinen cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se adopten
posiciones o criterios jurídicos discrepantes; b) que la diferencia de criterios se presente en
las consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas;
y, c) que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos."
De esta jurisprudencia se obtiene que para que exista la contradicción de tesis denunciada
deben cumplirse los requisitos siguientes:
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
a) Que al resolver los negocios jurídicos se hayan examinado cuestiones jurídicas
esencialmente iguales y se adopten posiciones o criterios jurídicos discrepantes.
b) Que la diferencia de criterios se presente en las consideraciones, razonamientos o
interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas.
c) Que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos.
En tales condiciones, por razón de método debe estudiarse, en primer lugar, si en el presente
asunto concurren o no las hipótesis de contradicción, para lo cual es conveniente recordar, en
resumen, lo que sostuvo cada uno de los Tribunales Colegiados en Materia Civil del Primer
Circuito contendientes.
A) El Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el
amparo directo civil número 8182/2000, derivado de un juicio ordinario mercantil, sostuvo
que de la correcta interpretación de la cláusula relativa del contrato base de la acción y del
artículo 1104 del Código de Comercio, se llega a la conclusión que sí existió sumisión
expresa de las partes contratantes, puesto que pactaron que para todo lo relativo a la
interpretación y cumplimiento del aludido contrato, las partes se someten expresamente a la
jurisdicción y competencia de los tribunales federales de la Ciudad de México, Distrito
Federal y, por otra, se indicó que para los mismos efectos también tendrán competencia los
tribunales federales del domicilio del demandado (Ocotepec, Estado de Morelos), quedando a
la libre elección del actor la determinación de a cuál de ellos acudir, por tanto, sí renunciaron
en forma clara y terminante al fuero que les corresponde conforme al numeral 1093 del
Código de Comercio, debiéndose tener por válida esa sumisión, máxime que las dos
jurisdicciones señaladas coinciden con los domicilios de las partes; por lo que debe tenerse
por competente para conocer del negocio jurídico al Juez Sexto de Distrito en Materia Civil
en el Distrito Federal que previno en el conocimiento del asunto.
B) El Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver los
amparos directos civiles números 6445/2000 y 8705/2001, derivados de juicios ejecutivos
mercantiles, sostuvo que de la interpretación de los artículos 1092 y 1093 del Código de
Comercio, así como de la lectura de los pagarés base de la acción suscritos en la ciudad de
Zacatecas, Estado de Zacatecas, en los cuales se expresó que se pagarían "... en esta ciudad o
en cualquier otra que se nos requiera", no se desprende que exista sumisión expresa de los
demandados, pues no se advierte que hubiesen renunciado clara y terminantemente al fuero
que conforme a la ley les corresponde; que no obstante ello, de la leyenda inscrita en los
títulos de crédito se desprenden dos elementos importantes para establecer con claridad cuál
es el Juez competente para conocer de la demanda ejecutiva mercantil, el primero de los
cuales es el señalamiento de la ciudad de Zacatecas, lugar de suscripción de los pagarés o
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
cualquiera otra ciudad para el cumplimiento de la obligación consignada en los mismos, y
como segundo elemento, la facultad del tenedor de los títulos de crédito para elegir dicha
ciudad o cualquiera otra, en el caso, la Ciudad de México, Distrito Federal, para el
cumplimiento de esa obligación; por lo que es válido que el tenedor de los títulos de crédito
haya elegido la Ciudad de México, para entablar el juicio contra los deudores, de
conformidad con los artículos 1104, fracción II, del Código de Comercio, 77, último párrafo
y 174 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito; puesto que si en los pagarés
base de la acción, se señaló para el cumplimiento de la obligación de pago la ciudad de
Zacatecas o cualquiera otra ciudad en que se les requiera el mismo a los demandados, no hay
duda de que conforme al criterio sustentado en la jurisprudencia de rubro: "COMPETENCIA
PARA CONOCER DE UN JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. SI EN LOS
DOCUMENTOS FUNDATORIOS DE LA ACCIÓN NO EXISTE SUMISIÓN EXPRESA
Y SE SEÑALAN VARIOS LUGARES PARA EL PAGO, CORRESPONDE AL JUEZ DE
UNO DE ELLOS, POR EL QUE HAYA OPTADO EL TENEDOR AL PLANTEAR LA
DEMANDA.", el Juez de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal, por el que optó el
tenedor, es legalmente competente para conocer del escrito inicial de demanda.
C) El Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el
amparo directo civil número 620/2000-13, derivado de un juicio ordinario mercantil, sostuvo
que si la parte actora y la parte demandada celebraron en el Estado de Tlaxcala, un contrato
del que se desprende que en una de sus cláusulas se estipuló que: "Para todo lo relativo a su
(sic) interpretación y cumplimiento del presente contrato, las partes se someten expresamente
a la jurisdicción de los tribunales federales competentes con sede en la Ciudad de México,
Distrito Federal o a los del domicilio del ‘responsable social’ ... a elección de ... (la actora)
renunciando a cualquier fuero presente o futuro que por razón de su domicilio pudiera
corresponderles.", es claro que sí existió la sumisión expresa, puesto que se reúnen los
requisitos exigidos en el artículo 1093 del Código de Comercio, al darse la renuncia clara y
terminante al fuero que por razón de su domicilio pudiera corresponderles a las partes,
estableciendo como tribunales competentes para la interpretación y cumplimiento de dicho
contrato, los de la Ciudad de México, Distrito Federal, o los del domicilio de la demandada
(Tlaxcala), a elección de la actora, sin que sea óbice para la sumisión expresa que se haya
dejado a la actora la elección del lugar; por lo que al haber elegido ésta presentar su demanda
ante el Juez de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal en turno, es evidente que éste
es competente para conocer del asunto en cuestión.
D) El Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el amparo
directo civil número 519/2001, derivado de un juicio ejecutivo mercantil, sostuvo que con
base en lo dispuesto por los artículos 77, segundo párrafo (el cual aunque se refiere a la letra
de cambio resulta aplicable al pagaré por disposición del artículo 174) y 171 de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito, así como en lo previsto por los artículos 1104 y
1105 del Código de Comercio, y en los títulos de crédito base de la acción, de los cuales se
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
advierte que en el espacio destinado al dato relativo al lugar de pago, se estipuló lo siguiente:
"... este pagaré será exigible en esta ciudad o en cualquier otra en que se me (nos) requiera
...", de lo que se desprende que la incertidumbre sobre el lugar fijado para requerir el pago de
los títulos de crédito base de la acción, se presenta única y exclusivamente por lo que se
refiere al que se pretendió señalar con la frase "en cualquier otra que se nos requiera", ya que
por la forma en que se encuentra redactada, abre la posibilidad de que el tenedor o
beneficiario pueda exigir el pago en cualquier ciudad del país e incluso del mundo; en cambio
la referencia al lugar de suscripción de los pagarés, con la frase "en esta ciudad", indica sin
lugar a dudas un sitio determinado con toda precisión para la interpelación; por lo que es
correcto que cuando en los pagarés, para indicar el lugar donde debe requerirse al deudor el
cumplimiento de la obligación a su cargo, se utilizan las frases "en esta ciudad o en cualquier
otra que se nos requiera", no es factible estimar que se hubieran señalado varios lugares de
pago a elección del tenedor y, por ende, que éste pueda exigirlo en cualquiera de ellos,
porque el suscriptor no consignó varios sitios plenamente definidos e identificados para el
cumplimiento de la obligación cambiaria; sin embargo, no existe indeterminación en cuanto
al lugar donde debe ser demandado el deudor, como para suponer que el Juez competente
para conocer del juicio, lo sea el del domicilio del deudor, de conformidad con el artículo
1104 del Código de Comercio; puesto que la frase "en esta ciudad", al referirse al lugar de
suscripción, el cual se encuentra plenamente definido, señala con toda precisión el sitio donde
debe requerirse de pago al suscriptor, de manera que existe la designación del lugar donde
habrá de verificarse el pago, y en esas condiciones, la expresión última, que reza, "o en
cualquiera otra", debe tenerse por no puesta. En efecto, tomando en consideración que del
texto de los pagarés no se desprende que las partes se hayan sometido expresamente a la
jurisdicción de un tribunal determinado, ni que hubieran renunciado clara y terminantemente
al fuero que la ley les concede, es inconcuso que al haberse señalado con toda precisión un
lugar en el cual el tenedor puede requerir de pago al obligado, la regla aplicable en el caso
para determinar cuál es el Juez competente, es la establecida en el artículo 1104, fracción I,
del Código de Comercio; por consiguiente, si el lugar de suscripción de los documentos base
de la acción, es la Ciudad de México, resulta inconcuso que la competencia para conocer del
asunto se surte a favor del Juez de Distrito ante quien se presentó el escrito inicial de
demanda.
De lo anterior se desprende que no existe contradicción entre los criterios sustentados por los
Tribunales Colegiados Segundo y Décimo Tercero, ambos en Materia Civil del Primer
Circuito, al resolver, respectivamente, los amparos directos civiles antes precisados, toda vez
que no se actualiza la segunda parte del requisito que quedó precisado bajo el inciso a),
consistente en que examinando cuestiones jurídicas esencialmente iguales, hayan adoptado
posiciones o criterios jurídicos discrepantes.
En efecto, si bien es cierto que ambos Tribunales Colegiados examinaron los mismos
elementos y cuestiones jurídicas esencialmente iguales, tales como si del contrato base de la
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
acción de juicios ordinarios mercantiles se desprendía la existencia de la sumisión expresa de
las partes, por cumplirse los requisitos previstos en el artículo 1093 del Código de Comercio,
para someterse a la jurisdicción de los órganos jurisdiccionales que se determinaron con
precisión en el mismo contrato (Ciudad de México o Municipio de Ocotepec, Estado de
Morelos, en el caso del Primer Tribunal Colegiado citado, y Ciudad de México o Tlaxcala, en
el caso del Segundo Tribunal Colegiado mencionado); y si el haber pactado el dejar a
elección de la actora el acudir ante cualquiera de dichos tribunales, implicaba el que no
hubiera la renuncia clara y terminante al fuero que les correspondía legalmente; sin embargo,
no adoptaron posiciones o criterios jurídicos discrepantes, puesto que ambos Tribunales
Colegiados consideraron que sí existía la sumisión expresa conforme al artículo 1093 del
Código de Comercio, y que no era óbice para considerarlo así, el que hubieran dejado las
partes a elección de la actora el acudir ante cualquiera de los tribunales específicamente
señalados y determinados en el contrato base de la acción ejercida en el juicio de origen, por
lo que resultaba competente el Juez de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal elegido
por la actora.
Ahora bien, tampoco existe contradicción entre los criterios sustentados por los Tribunales
Colegiados Segundo y Décimo Tercero, por una parte, y los Tribunales Colegiados Quinto y
Octavo, por la otra, todos en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver los amparos
directos civiles números 8182/2000 (el tribunal mencionado en primer lugar), 620/2000-13
(el tribunal citado en segundo lugar), 6445/2000 y 8705/2001 (el tribunal invocado en tercer
lugar), y 519/2001 (el último tribunal referido); toda vez que no se actualiza el requisito antes
indicado con el inciso c), esto es, lo examinado en los respectivos negocios jurídicos no
proviene de los mismos elementos.
En efecto, como ya se mencionó, los Tribunales Colegiados Segundo y Décimo Tercero,
ambos en Materia Civil del Primer Circuito, analizaron cláusulas de contratos que dieron
origen a juicios ordinarios mercantiles, en dichas cláusulas se establecieron con precisión dos
lugares específicos y determinados para demandar el cumplimiento y pago de las
obligaciones en ellos consignadas, dejando a elección de una de las partes (en ambos casos
las actoras) uno u otro lugar para presentar la demanda ante los tribunales del lugar elegido.
En cambio, los Tribunales Colegiados Quinto y Octavo, ambos en Materia Civil del Primer
Circuito, analizaron leyendas estampadas en pagarés que dieron origen a juicios ejecutivos
mercantiles, ambas leyendas si bien se encuentran referidas al lugar en el que deba
demandarse el pago, en ellas no se señalaron dos lugares específicos y determinados para
demandar el pago del respectivo título de crédito, sino que se utilizó la leyenda de "en esta
ciudad o en cualquier otra en la que se demande su pago", mencionándose que el lugar
quedaba a elección del tenedor del documento para presentar la demanda.
Como puede advertirse de lo anterior, los Tribunales Colegiados Segundo y Décimo Tercero
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
emitieron sus criterios examinando elementos diferentes a los analizados por los Tribunales
Colegiados Quinto y Octavo, todos en Materia Civil del Primer Circuito, lo cual llevó a los
dos primeros Tribunales Colegiados a resolver con base sólo en lo dispuesto por el Código de
Comercio, y a los dos últimos Tribunales Colegiados referidos, a aplicar, además, lo
dispuesto por la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito.
Por consiguiente, es de concluirse que no existe contradicción entre los criterios sustentados
por los Tribunales Colegiados Segundo y Décimo Tercero, por una parte, y los Tribunales
Colegiados Quinto y Octavo, por la otra, todos en Materia Civil del Primer Circuito, al
resolver los amparos directos civiles que se precisaron anteriormente, toda vez que con
independencia de si adoptaron o no posiciones o criterios jurídicos discrepantes, lo cierto es
que su análisis partió del examen de diferentes elementos, lo que los llevó a examinar
cuestiones jurídicas diferentes; sin que sea óbice a tal conclusión, el hecho de que existan
coincidencias entre los asuntos resueltos por los Tribunales Colegiados mencionados, tales
como que en todos, la actora y parte quejosa es la misma (Coordinación General del
Programa Nacional de Apoyo para las Empresas de Solidaridad), el análisis de lo planteado
llevó a determinar, de acuerdo a lo pactado por las partes, si existió o no sumisión expresa de
las mismas para renunciar a la jurisdicción que conforme a la ley les corresponde, y que de
ello se hace depender las reglas legales que deben aplicarse para declarar cuál Juez es el
competente para conocer de la demanda entablada, coincidencias que no son suficientes para
estimar que se trata de supuestos jurídicos y legales iguales, y que, sin embargo, se llegó a
criterios discrepantes.
En las relacionadas condiciones, se concluye que no existe la contradicción de tesis
denunciada entre el criterio sustentado por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Primer Circuito y el sostenido por el Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Primer Circuito; asimismo, no existe la contradicción de tesis denunciada entre el criterio
sustentado por los Tribunales Colegiados mencionados, por una parte, y el sostenido por los
Tribunales Colegiados Quinto y Octavo, ambos en Materia Civil del Primer Circuito, por la
otra.
DÉCIMO. En cambio, de las ejecutorias emitidas en los amparos directos civiles números
6445/2000 y 8705/2001, por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, y en el amparo directo civil número 519/2001, por el Octavo Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, se advierte que sí se cumple con los requisitos exigidos
para la existencia de la contradicción de tesis que nos ocupa.
En efecto, se cumple con lo precisado en el inciso a), toda vez que al resolver los negocios
jurídicos sometidos a la consideración de los Tribunales Colegiados Quinto y Octavo, ambos
en Materia Civil del Primer Circuito, examinaron una cuestión jurídica esencialmente igual,
consistente en interpretar los artículos 1104 del Código de Comercio y 77, segundo párrafo,
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, para determinar cuál es el Juez de
Distrito competente territorialmente para conocer de la demanda por cumplimiento de pago
de títulos de crédito (pagarés), en los que para determinar el lugar en el que se haría exigible
dicho cobro, se estampó la leyenda de "en esta ciudad o en cualquier otra que se nos
requiera".
Al respecto, los Tribunales Colegiados mencionados adoptaron posiciones o criterios
jurídicos discrepantes, pues el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito sostuvo que de conformidad con la hipótesis de la fracción II del artículo 1104 del
Código de Comercio, y segundo párrafo del artículo 77, aplicable por disposición expresa del
artículo 174, ambos de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, el Juez de
Distrito competente para conocer de la demanda entablada para el cumplimiento de la
obligación de pago de los pagarés, lo era el de la Ciudad de México, por ser uno de los
correspondientes a "cualquier otra que se requiera".
Por el contrario, el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito concluyó
que de conformidad con la hipótesis de la fracción I del artículo 1104 del Código de
Comercio, segundo párrafo del artículo 77, aplicable por disposición expresa de los artículos
174 y 171 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, el Juez de Distrito
competente para conocer de la demanda entablada para el cumplimiento de la obligación de
pago de los pagarés, lo era el de la Ciudad de México, por ser el sitio de suscripción de los
pagarés, plenamente definido e identificado al señalar "en esta ciudad", sin ser posible
considerar que se señalaron varios lugares de pago con la frase "cualquier otra que se
requiera", por lo que esta última debe tenerse por no puesta.
Como se advierte de la lectura comparativa de ambos criterios, los Tribunales Colegiados
contendientes arribaron a diferentes conclusiones en relación con el mismo tema jurídico,
pues para uno de ellos la competencia territorial del Juez de Distrito se surte para conocer de
la demanda por el cumplimiento de la obligación de pago de los pagarés, por ser su
jurisdicción una de las señaladas en la segunda parte de la leyenda como "cualquier otra que
se requiera", referida al lugar de cobro del documento base de la acción; en tanto que para el
otro Tribunal Colegiado, la competencia territorial del Juez de Distrito se surte a favor del
que tiene jurisdicción en el único lugar plenamente definido e identificado con la primera
parte de la leyenda como "en esta ciudad", debiéndose considerar como no puesta la segunda
parte de la frase "cualquier otra que se requiera".
Asimismo, se encuentra acreditado el elemento referido en el inciso b), consistente en que la
diferencia de criterios se presente en las consideraciones, razonamientos o interpretaciones
jurídicas de las sentencias respectivas; como se advierte de las propias sentencias que obran
en copias certificadas en el expediente en que se actúa, y del resumen que se hizo de los
argumentos expresados por el Quinto y Octavo Tribunales Colegiados en Materia Civil del
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
Primer Circuito, en los considerandos quinto y séptimo de esta resolución.
Por último, también se acredita el requisito precisado en el inciso c), pues los distintos
criterios provinieron del examen de los mismos elementos; puesto que ambos Tribunales
Colegiados en Materia Civil del Primer Circuito conocieron de juicios ejecutivos mercantiles,
en los que la misma empresa actora demandó de distintos sujetos, el cumplimiento de la
obligación de pago de títulos de crédito (pagarés), en los que se trató de determinar el lugar
en el que sería exigible la obligación, con la leyenda "en esta ciudad o en cualquier otra que
se requiera", los Tribunales Colegiados referidos, analizando preceptos legales similares,
determinaron cuál Juez de Distrito resultaba competente territorialmente para conocer de
dicha demanda.
Por consiguiente, sí existe la contradicción de tesis denunciada entre el Quinto Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, y el Octavo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Primer Circuito, en cuanto al tema consistente en determinar cuál es el Juez de
Distrito competente territorialmente para conocer de la demanda de cumplimiento de la
obligación de pago de pagarés, en los que para fijar el lugar de su exigibilidad, se estampa la
leyenda "en esta ciudad o cualquier otra en la que se requiera".
No es obstáculo a lo anterior, la circunstancia de que los criterios en contraposición no
constituyan jurisprudencia, porque los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, y 197-A de la Ley de Amparo, que establecen el
procedimiento para resolverla, no imponen dicho requisito.
En relación con este punto cobra aplicación la jurisprudencia sustentada por el Tribunal
Pleno, que es la siguiente:
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XIII, abril de 2001
"Tesis: P./J. 27/2001
"Página: 77
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA QUE PROCEDA LA DENUNCIA BASTA QUE
EN LAS SENTENCIAS SE SUSTENTEN CRITERIOS DISCREPANTES. Los artículos
107, fracción XIII, de la Constitución Federal, 197 y 197-A de la Ley de Amparo establecen
el procedimiento para dirimir las contradicciones de tesis que sustenten los Tribunales
Colegiados de Circuito o las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El vocablo
‘tesis’ que se emplea en dichos dispositivos debe entenderse en un sentido amplio, o sea,
como la expresión de un criterio que se sustenta en relación con un tema determinado por los
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
órganos jurisdiccionales en su quehacer legal de resolver los asuntos que se someten a su
consideración, sin que sea necesario que esté expuesta de manera formal, mediante una
redacción especial, en la que se distinga un rubro, un texto, los datos de identificación del
asunto en donde se sostuvo y, menos aún, que constituya jurisprudencia obligatoria en los
términos previstos por los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo, porque ni la Ley
Fundamental ni la ordinaria establecen esos requisitos. Por tanto, para denunciar una
contradicción de tesis, basta con que se hayan sustentado criterios discrepantes sobre la
misma cuestión por Salas de la Suprema Corte o Tribunales Colegiados de Circuito, en
resoluciones dictadas en asuntos de su competencia."
DÉCIMO PRIMERO. De manera previa a determinar cuál es el criterio que debe prevalecer,
es necesario mencionar que existe una jurisprudencia de esta Primera Sala, la cual fue citada
en apoyo al criterio que sostiene el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, en las sentencias de los amparos directos civiles precisados anteriormente, y que
aparentemente dejaría sin materia la presente contradicción de tesis, como a continuación se
explicará.
Los datos de localización, rubro, texto y precedentes de la jurisprudencia referida, son los
siguientes:
"Novena Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: VI, noviembre de 1997
"Tesis: 1a./J. 41/97
"Página: 114
"COMPETENCIA PARA CONOCER DE UN JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. SI EN
LOS DOCUMENTOS FUNDATORIOS DE LA ACCIÓN NO EXISTE SUMISIÓN
EXPRESA Y SE SEÑALAN VARIOS LUGARES PARA EL PAGO, CORRESPONDE AL
JUEZ DE UNO DE ELLOS, POR EL QUE HAYA OPTADO EL TENEDOR AL
PLANTEAR LA DEMANDA. Si de los títulos de crédito fundatorios de la acción no se
establece que los demandados hubieren renunciado clara y terminantemente al fuero que la
ley les concede, no se satisfacen los requisitos del artículo 1093 del Código de Comercio,
pero si en los mismos documentos aparecen señalados varios lugares para el pago, a elección
del tenedor, para determinar a qué juzgador corresponde conocer del mencionado juicio
ejecutivo mercantil, debe sujetarse el conflicto competencial a las reglas establecidas en el
artículo 1104, fracción II, del Código de Comercio, que dispone que cualquiera que sea la
naturaleza del juicio, será preferido a cualquier otro Juez el del lugar designado en el contrato
para el cumplimiento de la obligación, así como los artículos 77, segundo párrafo y 174 de la
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito que, en su orden, establecen que si la letra
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
de cambio tuviere varios domicilios para ser exigible su pago, el tenedor podrá exigirlo en
cualquiera de ellos, y que son aplicables al pagaré, en lo conducente, el artículo 77, párrafo
final y otros; por consiguiente, si el tenedor del pagaré presentó su demanda ante el Juez Civil
del Distrito Federal, uno de los lugares señalados en los títulos de crédito para exigir al
demandado el cumplimiento de la obligación consignada en él, dicho juzgador es el
competente para conocer del juicio ejecutivo mercantil.
"Competencia 144/97. Suscitada entre el Juez Tercero de lo Civil del Distrito Federal y el
Juez Segundo de lo Civil del Distrito Judicial Morelos en Chihuahua, Chihuahua. 20 de
agosto de 1997. Cinco votos. Ponente: Humberto Román Palacios. Secretario: Tereso Ramos
Hernández.
"Competencia 165/97. Suscitada entre el Juez Tercero de lo Civil en el Distrito Federal y el
Juez Segundo de lo Civil en el Distrito Judicial Morelos en Chihuahua, Chihuahua.
Unanimidad de cuatro votos. 20 de agosto de 1997. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo,
previo aviso a la Presidencia. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretaria: María del Socorro
Olivares Dobarganes.
"Competencia 147/97. Suscitada entre el Juez Tercero de lo Civil del Distrito Federal y el
Juez Segundo de lo Civil en el Distrito Judicial Morelos en Chihuahua, Chihuahua. 20 de
agosto de 1997. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo, previo
aviso a la Presidencia. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: Carlos
Mena Adame.
"Competencia 156/97. Suscitada entre el Juez Tercero de lo Civil del Distrito Federal y el
Juez Segundo de lo Civil en el Distrito Judicial Morelos en Chihuahua, Chihuahua. 20 de
agosto de 1997. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo, previo
aviso a la Presidencia. Ponente: Juventino V. Castro y Castro. Secretario: Arturo Aquino
Espinosa.
"Competencia 145/97. Suscitada entre el Juez Tercero de lo Civil en el Distrito Federal y el
Juez Segundo de lo Civil en el Distrito Judicial Morelos en Chihuahua, Chihuahua. 27 de
agosto de 1997. Cinco votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Felisa Díaz
Ordaz Vera."
Del texto de la tesis jurisprudencial transcrita se advierte lo siguiente:
1. Que cuando en los títulos de crédito fundatorios de la acción no se establece que los
demandados hubieren renunciado clara y terminantemente al fuero que la ley les concede, no
se satisfacen los requisitos del artículo 1093 del Código de Comercio y, por ende, no existe
sumisión expresa.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
En la presente contradicción de tesis, el punto antes precisado no es materia de ella, porque
tanto el Quinto como el Octavo Tribunales Colegiados en Materia Civil del Primer Circuito
sostuvieron en sus respectivas ejecutorias que no se daba la sumisión expresa del deudor
demandado, esto es, no hay oposición de criterios.
2. Que si en los títulos de crédito base de la acción se señalan varios lugares para el pago a
elección del tenedor para determinar cuál es el Juez de Distrito a quien corresponde conocer
del juicio ejecutivo mercantil, debe sujetarse el conflicto competencial a las reglas
establecidas en el artículo 1104, fracción II, del Código de Comercio, que dispone que
cualquiera que sea la naturaleza del juicio, será preferido a cualquier otro Juez el del lugar
designado en el contrato para el cumplimiento de la obligación, de conformidad con lo
previsto en el artículo 77, segundo párrafo (aplicable al pagaré por disposición expresa del
artículo 174), de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, el cual establece que si
la letra de cambio tuviere varios domicilios para ser exigible su pago, el tenedor podrá
exigirlo en cualquiera de ellos; por consiguiente, si el tenedor del pagaré presentó su
demanda ante el Juez Civil del Distrito Federal, esto es, el de uno de los lugares señalados en
los títulos de crédito para exigir al demandado el cumplimiento de la obligación consignada
en él, dicho juzgador es el competente para conocer del juicio ejecutivo mercantil.
Con la redacción de este último supuesto jurídico jurisprudencial, pareciera que se encuentra
resuelto el tema del presente asunto; sin embargo, del análisis de las cinco ejecutorias que
conformaron la jurisprudencia anterior, se advierte que exactamente la cuestión jurídica
planteada en la presente contradicción de tesis no se encuentra dilucidada, por no haber sido
materia de pronunciamiento por esta Primera Sala, como se pasa a demostrar.
En efecto, de la ejecutoria de la competencia número 144/97, suscitada entre el Juez Tercero
de lo Civil del Distrito Federal y el Juez Segundo de lo Civil del Distrito Judicial Morelos en
Chihuahua, Chihuahua, fallada el veinte de agosto de mil novecientos noventa y siete, por
unanimidad de cinco votos, siendo ponente el señor Ministro Humberto Román Palacios, se
advierte que:
Si bien es cierto que en el título de crédito base de la acción que originó el juicio ejecutivo
mercantil del que derivó la competencia mencionada, se estableció la leyenda en términos
similares a los estampados en los pagarés de las ejecutorias que conforman la presente
contradicción de tesis, como se advierte de la siguiente transcripción que obra en la
competencia 144/97, que dice: "Por este pagaré reconozco (cemos) y me (nos) obligo (amos)
a pagar incondicionalmente, en la fecha de su vencimiento, en esta ciudad, en la Ciudad de
México, D.F., o en cualquier otra ciudad de los Estados Unidos Mexicanos, a elección del
tenedor, a la orden de Nadro, S.A. de C.V., la cantidad de ..."
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
También es cierto que en las consideraciones de la ejecutoria, nada se dijo sobre el valor legal
que debe darse a la frase "o en cualquier otra ciudad de los Estados Unidos Mexicanos",
como se advierte de la parte medular que enseguida se transcribe:
"Ahora bien, como se ha precisado al inicio del presente considerando, la competencia para
conocer del juicio ejecutivo mercantil promovido por Nadro, S.A. de C.V., en contra de
Farmacia La Miniatura, S.A. de C.V., debe fincarse en favor de la Juez Tercero de lo Civil
del Distrito Federal, atento las razones siguientes: En principio debe admitirse que en el
presente caso no existe sumisión expresa de los signantes del título de crédito fundatorio de la
acción a ningún tribunal por no consignarse en el mismo, que para el caso de controversia se
someten a determinado juzgador y renuncian expresamente al fuero que la ley les concede,
razón por la cual, en la especie, no tiene aplicación el artículo 1093 del Código de Comercio,
que consagra esta figura jurídica en los términos siguientes: ‘Artículo 1093. Hay sumisión
expresa cuando los interesados renuncien clara y terminantemente al fuero que la ley les
concede y para el caso de controversia, señalan como tribunales competentes los del
domicilio de cualquiera de las partes del lugar de cumplimiento de algunas de las
obligaciones contraídas o de la ubicación de la cosa.’. Igualmente, debe concluirse con la
misma certeza que de la leyenda inscrita en los mencionados títulos de crédito se desprenden
dos elementos que son importantes para establecer con claridad cuál es el Juez competente
para conocer del mencionado juicio ejecutivo mercantil, siendo el primero de éstos, el
señalamiento de al menos dos ciudades para el cumplimiento de la obligación consignada en
los mismos, que son la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, donde se firmaron y la Ciudad de
México, Distrito Federal, y el segundo de dichos elementos, que es a elección del tenedor de
los títulos de crédito la elección de alguna de estas dos ciudades para el cumplimiento de
dicha obligación. Por consiguiente deben tomarse como base estos dos elementos y las reglas
que al respecto establece el Código de Comercio y la Ley General de Títulos y Operaciones
de Crédito para establecer cuál de los Jueces contendientes debe seguir conociendo del
mencionado juicio ejecutivo mercantil. Al respecto, el artículo 1104 del Código de Comercio
establece: ‘Artículo 1104. Sea cual fuere la naturaleza del juicio, serán preferidos a cualquier
otro Juez: I. El del lugar que el deudor haya designado para ser requerido judicialmente de
pago; II. El del lugar consignado en el contrato para el cumplimiento de la obligación.’. A su
vez, los artículos 77 y 174 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito,
respectivamente establecen: ‘Artículo 77. Si la letra de cambio no contuviere la designación
del lugar en que ha de pagarse, se tendrá como tal el del domicilio del girado, y si éste tuviere
varios domicilios, la letra será exigible en cualquiera de ellos, a elección del tenedor. Si en la
letra se consignan varios lugares para el pago, se entenderá que el tenedor podrá exigirlo en
cualesquiera de los lugares señalados.’. ‘Artículo 174. Son aplicables al pagaré, en lo
conducente, los artículos 77, párrafo final; 79, 80, 81, 85, 86, 88, 90, 109 al 116; 126 al 132;
139, 140, 142, 143, párrafos segundo, tercero y cuarto, 144, párrafos segundo y tercero; 148,
149, 150, fracciones II y III; 151 al 162, y 164 al 169 ...’. Por consiguiente, tomando como
base lo establecido en la fracción II del artículo 1104 del Código de Comercio y el párrafo
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
segundo del artículo 77 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, se concluye
que sí existe un lugar designado en el contrato o en el pagaré para el cumplimiento de la
obligación, como en el presente caso lo son la ciudad de Chihuahua, Chihuahua o la Ciudad
de México, Distrito Federal, además de la consignación de que queda a elección del tenedor
del título el poder exigir su cumplimiento en cualquiera de estos dos lugares señalados, es
obvio que si Nadro, S.A. de C.V., como tenedor de los títulos de crédito fundatorios de la
acción, ocurrió ante el Juez Tercero de lo Civil del Distrito Federal a demandar el
cumplimiento de la obligación consignada en dichos documentos, por disposición expresa de
los mencionados preceptos, corresponde a este juzgador conocer del juicio ejecutivo
mercantil."
Del análisis de los otros cuatro precedentes que conformaron la jurisprudencia en comento, se
observa que en todos se trató de juicios ejecutivos mercantiles promovidos por la empresa
Nadro, Sociedad Anónima de Capital Variable, en contra de la empresa Farmacia La
Miniatura, Sociedad Anónima de Capital Variable, en los que los títulos de crédito, base de
las acciones ejercidas, contenían leyendas similares a la anteriormente transcrita, y las
consideraciones de dichas ejecutorias son esencialmente iguales.
Ahora bien, como puede advertirse de las razones expuestas por esta Primera Sala al resolver
las competencias que dieron lugar a la jurisprudencia en comento, el pronunciamiento se
limitó a la litis planteada, en el sentido de que si en el contrato o en el pagaré se designaron
dos lugares, como en los casos resueltos lo fueron la ciudad de Chihuahua, Chihuahua o la
Ciudad de México, Distrito Federal para el cumplimiento de la obligación, y además se
estipuló que quedaba a elección del tenedor del título el poder exigir su cumplimiento en
cualquiera de estos dos lugares señalados, resultaba indudable que el Juez del Distrito
Federal, ante quien ocurrió el tenedor de los títulos de crédito, era el competente para conocer
en cada uno de los casos del juicio ejecutivo mercantil promovido por aquél, por ser el Juez
de uno de los lugares designados en el documento base de la acción.
Sin embargo, en ninguno de los cinco asuntos que conforman la jurisprudencia referida
existió pronunciamiento en relación con la segunda parte de la leyenda que reza "o en
cualquier otra ciudad de los Estados Unidos Mexicanos", leyenda que es equivalente a la
frase "o en cualquier otra ciudad", sobre la cual debe fijarse su alcance, a la luz de la
interpretación de la legislación aplicable, que es precisamente la que originó la presente
denuncia de contradicción de tesis, y su trascendencia radica en la repercusión que tiene para
determinar la competencia territorial de los Jueces de Distrito para conocer de juicios
ejecutivos mercantiles promovidos para el cumplimiento de una obligación consignada en un
pagaré.
En tales condiciones, queda claro que sobre el tema de la presente contradicción de tesis no
se ha hecho pronunciamiento alguno por este Alto Tribunal, por lo que es procedente su
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
estudio y resolución para otorgar seguridad jurídica tanto respecto de la interpretación de los
numerales aplicables como de los alcances, en su caso, de la jurisprudencia antes referida.
Es aplicable por analogía a la anterior consideración la siguiente tesis:
"Novena Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: X, julio de 1999
"Tesis: 1a. X/99
"Página: 62
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE CUANDO DERIVA DE LA
INTERPRETACIÓN DE LA JURISPRUDENCIA. La aparición de leyes, la reforma o
adición a las existentes, puede ocasionar que los supuestos comprendidos en la jurisprudencia
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se vean modificados, reflejándose en las
resoluciones judiciales. Si a virtud de ello un Tribunal Colegiado de Circuito emite un criterio
en aplicación de la ley que se aparta de una jurisprudencia y otro de esos tribunales se
pronuncia en términos diferentes sobre la misma cuestión, surge contradicción de tesis que
deberá ser resuelta por el Máximo Tribunal del país, para evitar la inseguridad jurídica
derivada de la aplicación de criterios opuestos.
"Contradicción de tesis 86/98. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero
en Materia Penal del Primer Circuito y Cuarto del Cuarto Circuito. 3 de marzo de 1999.
Cinco votos. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: María Edith
Ramírez de Vidal."
DÉCIMO SEGUNDO. Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio sustentado
por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en términos de las
consideraciones siguientes:
Como ya quedó establecido, la presente contradicción de tesis consiste en determinar cuál es
el Juez de Distrito competente territorialmente para conocer de la demanda de cumplimiento
de la obligación de pago de pagarés, en los que para fijar el lugar de su exigibilidad, se
estampa la leyenda "en esta ciudad o cualquier otra en la que se requiera".
Ahora bien, para determinar si debe estimarse válida la leyenda que establece en un título de
crédito, de que el lugar de exigibilidad judicial del pago será "en esta ciudad o en cualquier
otra", como una manifestación de voluntad de las partes de designar diversos lugares para el
pago, debemos atender a lo dispuesto en los artículos 1104 del Código de Comercio y 77 de
la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
Para lo cual, es conveniente transcribir el artículo 1104 del Código de Comercio, que
establece:
"Artículo 1104. Salvo lo dispuesto en el artículo 1093, sea cual fuere la naturaleza del juicio,
serán preferidos a cualquier otro Juez:
"I. El del lugar que el deudor haya designado para ser requerido judicialmente de pago;
"II. El del lugar designado en el contrato para el cumplimiento de la obligación."
Por su parte, el artículo 77 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito
literalmente dice:
"Artículo 77. Si la letra de cambio no contuviere la designación del lugar en que ha de
pagarse, se tendrá como tal el del domicilio del girado, y si éste tuviere varios domicilios, la
letra será exigible en cualquiera de ellos, a elección del tenedor.
"Si en la letra se consignan varios lugares para el pago, se entenderá que el tenedor podrá
exigirlo en cualquiera de los lugares señalados."
A su vez, el artículo 174 del mismo ordenamiento, prevé:
"Artículo 174. Son aplicables al pagaré, en lo conducente, los artículos 77, párrafo final, 79,
80, 81, 85, 86, 88, 90, 109 al 116, 126 al 132, 139, 140, 142, 143, párrafos segundo, tercero y
cuarto, 144, párrafos segundo y tercero, 148, 149, 150, fracciones II y III, 151 al 162, y 164
al 169.
"Para los efectos del artículo 152, el importe del pagaré comprenderá los réditos caídos; el
descuento del pagaré no vencido se calculará al tipo de interés pactado en éste, o en su
defecto al tipo legal; y los intereses moratorios se computarán al tipo estipulado para ellos; a
falta de esa estipulación, al tipo de rédito fijado en el documento, y en defecto de ambos, al
tipo legal. ..."
De los preceptos anteriores se desprenden los siguientes supuestos, a saber:
1. Sea cual fuere la naturaleza del juicio (excepto cuando existe sumisión expresa), tendrán
preferencia a cualquier otro Juez, el del lugar que el deudor haya designado para ser
requerido judicialmente de pago, o el del lugar designado en el contrato para el cumplimiento
de la obligación.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
2. Si el pagaré (letra de cambio) no contuviere la designación del lugar en que ha de pagarse,
se tendrá como tal el del domicilio del girado, y si éste tuviere varios domicilios, la letra será
exigible en cualquiera de ellos, a elección del tenedor.
3. Si en el pagaré (letra de cambio) se consignan varios lugares para el pago, se entenderá que
el tenedor podrá exigirlo en cualquiera de los lugares señalados.
De una correcta interpretación sistemática y teleológica de los preceptos legales referidos, y
de la leyenda estampada en un título de crédito, con la intención de designar el lugar en el
que se hará exigible el pago, en el sentido de "en esta ciudad o en cualquier otra", debe
considerarse que si bien es cierto la ley permite la designación de diversos lugares para el
pago de un pagaré, quedando el tenedor en facultad de exigirlo en cualquiera de esos lugares
señalados; también es cierto que esos lugares señalados a que se refiere la ley, deben estar
bien identificados, precisados y definidos para que se pueda considerar que realmente existe
el acuerdo de voluntades, en el sentido de que sea en "ese lugar" o en "esos lugares" en los
que se lleve a cabo el cobro del documento, existiendo certeza jurídica para ambas partes,
pero especialmente para el deudor, de que, en su caso, será requerido de pago en uno de esos
precisos lugares, máxime que la ley establece a favor del que suscribe o deudor, la
disposición expresa de que a falta de lugar designado se hará el requerimiento en el domicilio
del deudor, y si tuviera varios, en cualquiera de ellos, a elección del tenedor del documento,
disposición que para quien suscribe un pagaré en el que no se designó lugar para su cobro,
resulta benéfica, puesto que tiene la certeza jurídica, no obstante la omisión de que será en el
lugar territorial de su domicilio, en el que, en su caso, se demande por vía jurisdiccional el
cobro.
Luego entonces, si el segundo párrafo del artículo 77 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito establece que si en una letra de cambio, en este caso pagaré, se
consignan varios lugares para el pago, se entenderá que el tenedor podrá exigirlo en
cualquiera de los lugares señalados; nótese que prevé si se consignan varios lugares, el
tenedor podrá exigirlo en cualquiera de los lugares señalados, haciendo hincapié en la
consignación o designación de un lugar, en el señalamiento del mismo, lo que sin lugar a
dudas implica la precisión, la identificación y determinación de uno o varios lugares
especificados con nombre de la ciudad, región, Municipio, Estado al que pertenece, y
evidentemente dentro del territorio de la República mexicana, para estimar que ambas partes
exteriorizaron su decisión de que así fuera, sin crear en ninguna de las partes incertidumbre,
inseguridad o, incluso, estado de indefensión, pues resulta evidente que ésta no pudo ser la
intención del legislador.
Por tanto, razonar en el sentido de que la leyenda "en esta ciudad o en cualquier otra", está
dejando el lugar de exigibilidad del pago a "cualquier lugar" de manera indefinida e
imprecisa, es dejar en estado de indefensión al suscriptor del título de crédito, máxime que la
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
ley establece expresamente que a falta de lugar señalado (entiéndase precisado, definido e
identificado), el requerimiento se hará en el domicilio del suscriptor deudor; además de que
también es de tomarse en consideración que los títulos de crédito tienen aparejada ejecución,
de conformidad con la fracción IV del artículo 1391 del Código de Comercio, por lo que
resultaría aún más perjudicial para el suscriptor desconocer en cuál de todos los lugares de la
República mexicana será demandado.
Lo anterior de conformidad con el artículo 171 de la Ley General de Títulos y Operaciones
de Crédito, que establece:
"Artículo 171. Si el pagaré no menciona la fecha de su vencimiento, se considerará pagadero
a la vista; si no indica el lugar de su pago, se tendrá como tal el del domicilio del que lo
suscribe."
En efecto, de conformidad con el Diccionario Larousse de la Lengua Española (vigésima
edición), un lugar es "porción determinada de espacio geográfico ocupado, sitio o localidad".
Asimismo, pago, de conformidad a la opinión de diversos autores, se puede definir como la
realización de la prestación a la que estaba obligado el deudor frente al acreedor.
Por tanto, consignar o señalar un lugar o varios para el pago, se traduce en la precisión de
algún sitio físico identificado en un espacio geográfico determinado, en el cual el deudor se
compromete a realizar una conducta de dar, hacer o no hacer, a manera de extinguir una
obligación que tiene con el acreedor.
La circunstancia de que en los pagarés aparezca como lugar de pago "cualquier otra ciudad",
a elección del tenedor, no satisface la función primordial que en principio tiene el designar un
lugar de pago, que corresponde justamente a señalar algún sitio físico determinado y
conocido, por ser "cualquier otra ciudad" una expresión vaga y genérica, toda vez que impide
saber de manera clara cuáles son los lugares en que convinieron las partes se efectuaría el
pago o, en su caso, el cobro vía jurisdiccional.
En este sentido, se estima que las partes al momento de establecer cuál será o serán los
lugares de pago deben hacerlo de forma clara y concreta, sin hacer uso de términos vagos,
imprecisos o genéricos que impiden conocer con precisión cuál fue su voluntad al exteriorizar
su aceptación o acuerdo en cuanto al lugar o lugares de pago de la obligación establecida en
tales pagarés.
Lo anterior es de gran trascendencia no sólo para las partes que intervienen en la firma del
pagaré, sino también para determinar la competencia territorial, en estos casos, de los Jueces
de Distrito, para conocer de los juicios ejecutivos mercantiles, pues con tal leyenda tan
imprecisa "cualquier otra ciudad", no está en total aptitud de saber si fue la voluntad de las
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
partes designar su jurisdicción o no, lo cual, como se desprende, tanto de los precedentes de
la jurisprudencia referida en el considerando anterior, como de los casos concretos que
conforman la presente denuncia de contradicción de tesis, lleva a la incertidumbre de conocer
si es o no competente el juzgador.
Además, el establecer en un título de crédito (pagaré) el lugar en el que el deudor se obliga a
realizar el pago, tiene por objeto el determinar de manera clara y precisa, de entre todos los
tribunales del país, cuál es el competente legalmente para conocer del procedimiento
jurisdiccional que, en su caso, podría surgir; por lo que al no consignar de manera clara,
precisa y determinada el lugar en el que podrá ser exigido judicialmente el pago del
documento en cuestión, pierde eficacia y sentido la designación que se haga, puesto que
justamente lo que se busca al determinar un lugar de pago, es poder establecer el espacio
físico geográfico de los tribunales ante quienes ventilarán las partes las posibles diferencias
que pudieran surgir con motivo del cumplimiento de la obligación en él consignada.
En este sentido, cabe agregar que la designación de un lugar para el pago atiende a que no se
genere una incertidumbre respecto de la autoridad jurisdiccional competente para conocer de
cualquier controversia que llegase a surgir tanto para las partes en contienda como para el
propio juzgador. Es por ello que para el caso de que no se consigne en el texto del pagaré el
lugar de pago de la obligación, existen una serie de normas supletorias a la voluntad del
suscriptor, para que así la omisión de ciertos requisitos no traiga como consecuencia la
indefensión de aquél ni que el pago no pueda ser exigido por la vía judicial.
Las anteriores consideraciones encuentran sustento en la jurisprudencia y tesis de la Tercera
Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, que son las siguientes:
"Octava Época
"Instancia: Tercera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
"Tomo: I, Primera Parte-1, enero a junio de 1988
"Tesis: 3a./J. 6/88
"Página: 387
"COMPETENCIA EN MATERIA MERCANTIL CONFORME AL LUGAR DEL
CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN. IMPLICA QUE ÉSTE SE UBIQUE DENTRO
DEL TERRITORIO NACIONAL. El lugar de pago o del cumplimiento de la obligación a
que se refiere la fracción II del artículo 1104 del Código de Comercio, tiene como objeto
dilucidar de entre los tribunales existentes en el país, cuál es el que debe de conocer de las
contiendas judiciales que pudieran surgir, atendiendo a la división territorial de la República,
en cuyo ámbito ejercen aquéllos su función jurisdiccional, no fuera del mismo en donde
carecen de autoridad, por lo que, para la finalidad apuntada, ese lugar debe entenderse
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
condicionado a que se ubique dentro del territorio nacional; de manera que si no es así, el
señalamiento de aquél, resulta ineficaz para determinar la competencia."
"Octava Época
"Instancia: Tercera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
"Tomo: I, Primera Parte-1, enero a junio de 1988
"Página: 327
"PAGARÉ. COMPETENCIA EN TERRITORIO NACIONAL DEL JUEZ DEL
DOMICILIO DE LOS DEMANDADOS, CUANDO SE SEÑALA COMO LUGAR DE
PAGO UNO UBICADO EN EL EXTRANJERO. Dispone el artículo 1104 del Código de
Comercio, que sea cual fuere la naturaleza del juicio, serán preferidos a cualquier otro Juez:
‘I. El del lugar que el deudor haya designado para ser requerido judicialmente de pago. II. El
del lugar designado en el contrato para el cumplimiento de la obligación’. A su vez, el
artículo 1105 del propio ordenamiento estatuye: ‘Si no se ha hecho la designación que
autoriza el artículo anterior, será competente el Juez del domicilio del deudor, sea cual fuere
la acción que se ejercite.’. Ahora bien, si consta en los pagarés base de la acción ejercitada,
que en los mismos se señaló como lugar de pago una ciudad de los Estados Unidos de
Norteamérica, es decir, fuera del territorio nacional, el mismo no es apto para la finalidad
perseguida por la fracción II del invocado artículo 1104 de la legislación mercantil. El lugar
de pago o del cumplimiento de la obligación a que se refiere dicha fracción, tiene como
objeto el determinar, entre los tribunales existentes en el país, cuál es el que debe conocer de
las contiendas judiciales que pudieran surgir, atendiendo a la división territorial de la
República en cuyo ámbito ejercen aquéllos su función jurisdiccional, no fuera del mismo en
donde carecen de autoridad. Por lo que, para la finalidad apuntada, ese lugar debe entenderse
condicionado a que se ubique dentro del territorio nacional; de manera que si no es así, el
señalamiento de aquél resulta ineficaz para determinar la competencia, más aún cuando las
partes convienen en que para el ejercicio de cualquiera acción legal o procedimiento que se
llegase a seguir en relación con los pagarés ante los tribunales de los Estados Unidos
Mexicanos, aquéllos se considerarían emitidos conforme a las leyes nacionales, por lo que no
surtiéndose la hipótesis prevista en la fracción II en cita, ni la contemplada en la fracción I
del multicitado artículo 1104 del Código de Comercio, puesto que al no señalarse por los
suscriptores el lugar en el que deberían ser requeridos de pago, debe estarse, para decidir el
conflicto suscitado, a la regla general establecida en el artículo 1105, por lo que la
competencia para seguir conociendo el juicio radica en el Juez del domicilio de los
demandados.
"Competencia 228/87. Suscitada entre los Jueces Segundo de Primera Instancia del Ramo
Civil de La Paz, Baja California Sur, y Tercero de Primera Instancia del Ramo Civil de
Hermosillo, Sonora. 29 de febrero de 1988. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
Manuel Villagordoa Lozano. Secretario: Agustín Urdapilleta Trueba.
"Competencia 227/87. Suscitada entre los Jueces Segundo de Primera Instancia del Ramo
Civil de La Paz, Baja California Sur y Tercero de Primera Instancia del Ramo Civil de
Hermosillo, Sonora. 29 de febrero de 1988. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José
Manuel Villagordoa Lozano. Secretario: Agustín Urdapilleta Trueba.
"Competencia 226/87. Suscitada entre los Jueces Segundo de Primera Instancia del Ramo
Civil de La Paz, Baja California Sur y Tercero de Primera Instancia del Ramo Civil de
Hermosillo, Sonora. 29 de febrero de 1988. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José
Manuel Villagordoa Lozano. Secretario: Agustín Urdapilleta Trueba."
Por lo anterior esta Primera Sala considera que la cláusula o leyenda que reza "en cualquier
otra ciudad", dista de indicar la designación exacta de un lugar específico, pues de hecho lo
torna impreciso, lo cual puede dar lugar a que el requerimiento se hiciera en cualquier ciudad
de la República mexicana, incluso, de reducir dicho argumento al absurdo, se estaría
aceptando que se puede designar como lugar de pago cualquier ciudad del mundo. Lo
anterior, además, implica una inseguridad jurídica para el deudor, el cual nunca tendría el
conocimiento cierto del lugar en el que, en su caso, será requerido del pago.
No es óbice a lo anterior el hecho de que en la materia mercantil prevalezca el principio de la
autonomía de la voluntad, ni el principio de literalidad de los documentos, puesto que el
problema aquí no reside en que las partes puedan o no puedan designar determinados lugares
como sitio de pago (sin importar el número de lugares que se designen), y que esta redacción
deba prevalecer en sus términos literales (por ser la medida de su contenido, de su extensión
y de sus modalidades), cuestión que no está a discusión, sino en que la redacción de la
cláusula en la cual se determina el lugar de pago y, por ende, el de los tribunales que serán
competentes en caso de controversia, sea lo suficientemente clara para estimar que existió
una expresión terminante de dicha autonomía de la voluntad, así como de uno o varios sitios
determinados para efectuar el pago.
Es por lo anterior que debe considerarse que la circunstancia de que en los pagarés aparezca
como lugar de pago la leyenda "en cualquier otra ciudad" no satisface la condición
correspondiente como para considerar que se han designado varios lugares para que se
efectúe su pago, por ser una expresión vaga e imprecisa que no permite determinar de manera
clara y terminante cuál es el lugar que se ha querido designar para ser requerido judicialmente
del pago del documento.
Por tanto, en el caso de que en un pagaré se señale como lugar de pago la ciudad en la que se
suscribe dicho documento "en esta ciudad", lo cual sí es preciso y claro, y se agregue "o en
cualquier otra", esta última frase deberá tenerse por no puesta, ya que el suscriptor no
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
consignó diversos sitios plenamente definidos e identificados para el cumplimiento de la
obligación y, por ende, se tendrá como lugar de pago, de conformidad a lo dispuesto en la
fracción I del artículo 1104 del Código de Comercio, la ciudad de suscripción del documento,
habida cuenta que como se mencionó la frase "en esta ciudad", señala con toda precisión el
sitio en el que debe requerirse de pago al suscriptor, de manera que sí existe la designación,
por lo menos de un lugar donde habrá de verificarse el requerimiento de pago.
Es aplicable, en la especie, la tesis de la Tercera Sala, que esta Primera Sala comparte, cuyos
datos de identificación, rubro, texto y precedente, son los siguientes:
"Octava Época
"Instancia: Tercera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
"Tomo: IV, Primera Parte, julio a diciembre de 1989
"Tesis: 3a. CC/89
"Página: 271
"TÍTULO DE CRÉDITO, COMPETENCIA EN UN JUICIO EN EL QUE SE DEMANDA
EL PAGO DE UN. CORRESPONDE AL JUEZ DEL LUGAR DE SU PAGO. De
conformidad con el artículo 1104, fracción I, del Código de Comercio, sea cual fuese la
naturaleza del juicio, será preferido a cualquier otro Juez, el del lugar que el deudor haya
designado para ser requerido judicialmente de pago. Por consiguiente, si en un título de
crédito se asienta la obligación por parte del deudor de pagarlo en determinada ciudad, debe
declararse competente al Juez de dicha ciudad para conocer del juicio respectivo por ser el
lugar de pago del título y, por tanto, el designado para que el deudor fuera requerido de éste,
máxime que atendiendo al principio de literalidad de los títulos de crédito establecido en el
artículo 5o. de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, debe atenderse a lo que
expresamente se haya consignado en el título o lo que de él pueda derivarse conforme a la ley
de la materia.
"Competencia 201/88. Suscitada entre los Jueces Cuarto de Distrito en el Estado de Sonora y
Quinto de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal. 13 de noviembre de 1989. Cinco
votos. Ponente: Ignacio Magaña Cárdenas. Secretario: Pablo Jesús Hernández Moreno."
En conclusión, cuando en un pagaré, para designar el lugar en el que habrá de hacerse el
requerimiento de pago de la obligación a que se refiere, se estampe la leyenda de "en esta
ciudad o en cualquier otra que se requiera", o bien, "en esta ciudad o en cualquier otra ciudad
de los Estados Unidos Mexicanos", el Juez competente legalmente por razón de territorio, lo
será aquel de la ciudad en que se suscribió el documento, por ser el único que aparece claro y
preciso, teniendo la segunda frase de "en cualquier otra ciudad", como no interpuesta en el
título de crédito.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
En estas condiciones, esta Primera Sala estima que debe prevalecer con carácter de
jurisprudencia el criterio redactado con el siguiente rubro y texto:
COMPETENCIA PARA CONOCER DE UN JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. SI LOS
PAGARÉS BASE DE LA ACCIÓN CONTIENEN LA LEYENDA "EN ESTA CIUDAD O
EN CUALQUIER OTRA EN LA QUE SE REQUIERA" PARA SEÑALAR EL LUGAR EN
QUE SE EXIGIRÁ EL PAGO, AQUÉLLA CORRESPONDE AL JUEZ DEL LUGAR
DONDE SE SUSCRIBIÓ EL DOCUMENTO. De la interpretación de los artículos 1104 del
Código de Comercio y 77, segundo párrafo, de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito, se concluye que si un título de crédito contiene la leyenda "en esta ciudad o en
cualquier otra en la que se requiera", con la intención de designar el lugar en el que se hará
exigible su pago, será competente para conocer del juicio ejecutivo mercantil el Juez del
lugar donde se suscribió el documento. Lo anterior es así, porque si bien es cierto que la ley
permite la designación de diversos lugares para el cobro de un pagaré, quedando el tenedor
facultado para exigirlo en cualquiera de los señalados en el título de crédito, también lo es
que estos lugares deben quedar identificados, precisados y definidos para considerar que
realmente existe la expresión de la voluntad de las partes respecto a dónde deberá pagarse
aquél, lo que da certeza jurídica a ambas partes, especialmente al deudor, quien será
requerido en uno de esos precisos lugares, máxime que la ley establece a favor del suscriptor
que ante la omisión del lugar para el requerimiento, éste se realizará en el domicilio del
deudor, y si tuviera varios, en cualquiera de ellos, a elección del tenedor del documento,
disposición que beneficia a quien suscribe un pagaré en el que no se designó lugar para su
cobro, pues no obstante tal omisión, tendrá la certeza de que será en el lugar territorial de su
domicilio en donde, en su caso, se demandará el cobro vía jurisdiccional; además, también
resulta de gran trascendencia para determinar si el Juez ante quien se presente la demanda es
o no competente territorialmente para conocer de ella. En este tenor, cuando se utiliza la
mencionada leyenda debe estimarse que sólo hay un lugar indicado de manera clara, precisa e
identificable, que es la ciudad en la que se suscribió el documento, por lo que la segunda
frase de "en cualquier otra", se tendrá como no puesta por resultar vaga y confusa.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. No existe la contradicción de tesis denunciada entre el criterio sustentado por el
Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el amparo
directo civil número 518/2001, por una parte, y los Tribunales Colegiados Segundo, Quinto,
y Décimo Tercero, todos en Materia Civil del Primer Circuito, por las razones expuestas en el
octavo considerando de este fallo.
SEGUNDO. No existe la contradicción de tesis denunciada entre el criterio sustentado por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, y el sostenido por el
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-PS.
Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito; asimismo, no existe
la contradicción de tesis denunciada entre el criterio sustentado por los Tribunales Colegiados
mencionados, por una parte, y el sostenido por los Tribunales Colegiados Quinto y Octavo,
ambos en Materia Civil del Primer Circuito, por la otra, por las razones contenidas en el
noveno considerando de esta resolución.
TERCERO. Sí existe la contradicción de tesis denunciada entre el criterio sustentado por el
Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y el sostenido por el Octavo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el amparo directo civil
número 519/2001, a que este toca se refiere.
CUARTO. Debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el criterio sustentado por esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en los términos de la tesis
redactada en el último considerando de esta resolución.
QUINTO. Remítase de inmediato la tesis jurisprudencial que se sustenta en la presente
resolución a la Dirección General de la Coordinación de Compilación y Sistematización de
Tesis para su publicación en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, así como al
Pleno y a la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a los Tribunales de
Circuito y a los Juzgados de Distrito, en términos del artículo 195 de la Ley de Amparo.
Notifíquese; cúmplase, y con testimonio de la presente resolución devuélvanse los autos del
amparo directo civil número 8182/2000 al Segundo Tribunal Colegiado; los autos del amparo
directo civil número 6445/2000 al Quinto Tribunal Colegiado; los autos de los amparos
directos civiles números 518/2001 y 519/2001 al Octavo Tribunal Colegiado; y los autos del
amparo directo civil número 620/2000-13 al Décimo Tercer Tribunal Colegiado; todos en
Materia Civil del Primer Circuito y, en su oportunidad, archívese el presente toca como
asunto concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cinco votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, Sergio A. Valls
Hernández, Juan N. Silva Meza (ponente), José Ramón Cossío Díaz y presidenta Olga
Sánchez Cordero de García Villegas.
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