SÓLO PARA PARTICIPANTES 4 de junio de 2001 ORIGINAL: ESPAÑOL CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe IIDH Instituto Interamericano de Derechos Humanos Reunión de Expertas sobre Racismo y Género Santiago de Chile, 4 y 5 de junio de 2001 Migrantes y Racismo en América Latina: dimensiones ocultas de realidades complejas. Este documento constituye la versión final de una investigación encomendada por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) y el BID a Freddy Rivera. Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de la exclusiva responsabilidad el autor y pueden no coincidir con las de la Organización. INDICE Introducción…………………………….……………………………………………..3 Migraciones y tensiones culturales: la difícil relación entre complementaridad económica y ambiguedad nacionalista…………….……....…..5 Racismo y Nacionalismo……………….……………………………………………..7 Democracia, derechos humanos y multiculturalismo: en busca del “deber ser”…………………………………………………………………………...10 Gestión democrática y el “problema” migratorio………………………………….11 Ciudadanía y derechos humanos: restricciones o continuum……….…………….13 Valores democráticos y tolerancia……………………………..……………….…...15 El trajín de las políticas públicas…………………………………………………...17 Los campos de intervención de las políticas sociales………………..…………….20 Trabajo, discriminación, abuso y maltrato laboral………………………………….20 Salud, seguridad jurídica e igualdad de genero………...…………………….……..21 Discriminación, racismo e integración cultural………………..…………………...21 Cruzadores de frontera, educación y multiculturalismo…………………..……...22 Políticas educativas y derechos humanos……………………………………………23 La inclusión y la pedagogía crítica……………………………………….…….…...26 Indemnización y reparaciones……………………………………………………..30 Escenarios de complejidad: Dificultades y limitaciones………………………....30 Institucionalización de las políticas de Derechos Humanos……………….….….30 Incremento de la pobreza y condiciones de vida……….…………………….….. 32 Nacionalismo y Soberanía………………….……………………………………. 33 Los medios de comunicación y la migración: indiferencias y algo más…………34 Propuestas posibles: una tarea conjunta………………………………………….48 Hacia una real gestión democrática……………………………………………….48 El papel de los tratados y organismos internacionales……………..……………50 Redefinición de la Justicia………………………………………………………….51 Apuntando hacia una verdadera integración regional…………………………..52 Bibliografía…………………………………………………………………………54 2 INTRODUCCION El fenómeno de las migraciones y los desplazamientos poblacionales intraregionales no constituye una situación extraña para las distintas disciplinas sociales que han estudiado sus diferentes características. Lo que sí resulta distinto y aparezca como novedad es que este tema se esté convirtiendo actualmente en un problema multidimensional asociado al racismo, ya que en su dinámica e interacción están involucrados una serie de situaciones y actores estatales, políticos, económicos y culturales que generan una diversidad de consecuencias en distintos campos y que afectan tanto a los países receptores de migrantes como a los originarios. En estos tiempos de transnacionalización económica y globalización sociocultural, la problemática del racismo y sus múltiples expresiones dependientes –xenofobia, discriminación, intolerancia, prejuicio, exclusión, etc- aunque no sean similares en sus contenidos, aparecen como temas medulares en las agendas de algunos gobiernos y en los programas de investigación de diferentes instituciones. Este aspecto es curioso por cuanto se había asumido que con el advenimiento de la modernidad y su sentido liberal y “tolerante” de convivencia, el concepto de raza, visto desde una perspectiva eminentemente biológica, por ser acientífico y lleno de prejuicios, había desaparecido o no era utilizado luego de la condena a los distintos holocaustos promovidos por varios regímenes totalitarios a lo largo de este siglo y de la acción legislativa de varios países y de innumerables organismos internacionales para superar este tipo de odios humanos. Los hechos acontecidos en la Europa “integrada” y contemporánea; la persistencia de grupos abiertamente declarados racistas en los EEUU; la intolerancia expresada hacia los migrantes de los países limítrofes en varios países latinoamericanos; y la continuidad de un pensamiento derivado de estructuras coloniales, son elementos que dan al traste con la intención de pensar en la desaparición del problema del racismo. Los modelos económicos preponderantes que caracterizan al mundo actual, salpicados de fuertes ideologías basadas en la competencia de los individuos, la flexibilización laboral, el consumo galopante y una constante inserción tecnológica relativamente homogénea, no constituyen procesos que conducen a que el maravilloso desarrollo instrumental masssmediático redunde en mejorías manifiestas para la población. Al contrario, entre los procesos sociales y culturales que caracterizan a esta época es importante señalar a las conflictividades nacionales y étnicas, el recrudecimiento de las violencias y la exclusión y la difusión de posturas “escencialistas” basadas en supuestos idearios identitarios únivocos que valoran negativamente, separan y condicionan la convivencia común a los “otros”, los “indeseables”, los extranjeros, los advenedizos, los migrantes. Es un tiempo donde han reaparecido viejos modos de estigmatización contra determinadas identidades colectivas a la par de la difusión de nuevas desacreditaciones culturales sustentadas en estereotipos de distinta índole. De esa manera y relacionado con este asunto, uno de los aspectos más interesantes es el alto grado de “eufemización” con el que se presentan en muchos discursos los contenidos discriminadores 1 . 1 Se trata de una manifestación enmascarada que se hace presente en textos de distinta naturaleza, incluyendo los mensajes massmediáticos. “Pero su aspecto más notable –que también obliga a buscar modalidades sutiles 3 En una época de cambios acelerados, los problemas de pertenencia a determinadas identidades nacionales y a minorías étnicas, ubicadas en varios escenarios de la vida cotidiana de muchos países, se relacionan cada vez más con otras cuestiones sociales; básicamente con la existencia de vacíos políticos y culturales que surgen con la pérdida de función del Estado uninacional en términos de integración social, la reestructuración de las esferas laborales, las políticas migratorias, el debilitamiento de los movimientos sociales tradicionales y el aparecimiento de grupos políticos radicales e intolerantes que basan su discursividad en el ataque permanente a lo extraño y distinto, identificando en ese ejercicio lo extraño y distinto como atributos de un “enemigo foráneo”. No parece extraño, entonces, la proliferación de muchos grupos nacionalistas y de extrema derecha en varios países que hacen uso del racismo como objeto de su movilización y convocatoria ideológica. En ese contexto, la presencia de minorías étnicas, culturalmente distintas a las mayoritarias “nacionales”, generan como mecanismo de defensa una lógica de “diáspora”, una especie de autocentramiento identitario y comunitario como estrategia de protección para hacer frente a las hostilidades desatadas por esos grupos radicales, muchas veces amparados en la cuestionada gestión de una cultura institucional cómplice con esas acciones. Se supone, además, que en los procesos de integración regional y de libre comercio, vinculados aparentemente con la libre circulación de personas y la existencia de competencias legales supranacionales –facetas extensamente publicitadas por los diferentes gobiernos-, existen una serie de discursos, planes, programas e intenciones políticas que expresan y construyen una imagen bondadosa y facilitadora de los temas relacionados con los aspectos migratorios; todos ellos asociados con las exigencias de la globalización, la plena inserción en el sistema mundial y la interdependencia. No obstante, los actos de intolerancia, discriminación y racismo de los que somos víctimas o expectadores, nos confirman que estamos atravesando por una etapa contradictoria y paradógica, plagada de ideologías derivadas de un modelo excluyente, inequitativo y concentrador de la riqueza en pocas manos. De esa forma, la difusión de las “bondades” integracionistas se presentan más como un deseo público y privado de agregación de intereses y expansión de mercados, y menos como la posibilidad de generar una convivencia intercultural basada en la tolerancia, el respeto a los derechos humanos, la democracia y una cultura de paz. Estas situaciones son las que más se están difundiendo en los sitios receptores de inmigantes y en los contextos donde existen redefiniciones de pertenencia a una identidad nacional que afecta incluso a viejos pobladores de un mismo espacio territorial nacional. No es por tanto, ninguna paradoja que el racismo de finales del siglo veinte se presente como un racismo peculiar, un racismo predominantemente diferencialista (Wieviorka 1997:102). Pero esa actitud racista de rechazo a la diferencia o miedo a la “otra” cultura no es sintomática y universal, tiene ubicados a cierto tipo de seres humanos, casi siempre migrantes de países pobres; situación que nos dice mucho sobre la persistencia de ciertos para obtener información válida- es la forma en que muchas veces los discriminados registran y expresan la descalificación, los prejuicios y rechazos que reciben. Se advierte un esfuerzo por evitar el registro y la manifestación discursiva de que son objeto de discriminación, observándose diversos recursos elusivos y desviatorios”. Margulis Mario. “Cultura y discriminación social en la época de globalización” en: Nueva Sociedad N°152, Caracas, 1997, pag 152. 4 imaginarios sociales que contraponen una cultura progresista, modernizadora y universalista contra una particularista y supuestamente primitiva. Lo que está sucediendo en distintas áreas y regiones no es muy distinto a lo que acontece en América Latina. Los procesos migratorios se han presentado de forma constante en los distintos contextos e historias nacionales. La misma construcción de los diferentes estados y la idea imaginaria de la consolidación de la nación ha atravesado por coyunturas y situaciones de integración, forzosas unas, voluntarias otras, que ubicaban a las migraciones como un asunto que debía ser tratado por las instituciones sociales y políticas en cada país. Curiosamente, en estos momentos, cuando se difunde las bondades de la globalización y la integración regional y subregional, aparecen una serie de acciones en los países receptores de los migrantes que se caracterizan por ser estigmatizantes, discriminadoras y racistas, ya que casi todos estos comportamientos se canalizan hacia los "nuevos advenedizos", sean trabajadores migrantes, desplazados por la violencia política y en varios casos refugiados económicos. En ese sentido, es necesario destacar que los procesos migratorios que presentan actitudes racistas en los países receptores están acompañados de situaciones que vulneran los derechos humanos de esas personas que han debido migrar por una serie de condiciones adversas que atentan contra sus expectativas de desarrollo familiar y su calidad de vida. En efecto, los migrantes regionales son en muchas ocasiones masas de desocupados que han sido expulsados de su país de origen por las medidas y políticas de ajuste adoptadas al seguir un modelo de desarrollo que se ha caracterizado por la exclusión, el desempleo, la inequidad y la falta de certidumbre económica para esas poblaciones. Actualmente, diversos países latinoamericanos, convertidos en depositarios de inmigrantes o refugiados económicos, políticos y sociales, vienen aplicando políticas restrictivas al ingreso de extranjeros dentro de sus territorios nacionales; convirtiéndose aquellos en chivos expiatorios para justificar errores internos de la conducción política y económica. En este nuevo contexto, ya no se trata de resaltar las virtudes civilizatorias de las iniciales poblaciones migratorias, básicamente las de corte etnocéntrico blanco; ahora, el distinto es un sujeto muy diferente que por ser portador de rasgos fenotípicos indios, negros o representar un imaginario del "bárbaro" invasor, se convierte en el depositario de los miedos y perversidades de los pobladores locales. Estamos inmersos en una suerte de relectura de los mitos originarios nacionales que no tienen cabida para los nuevos migrantes. MIGRACIONES Y TENSIONES CULTURALES: LA DIFICIL RELACION ENTRE COMPLEMENTARIDAD ECONOMICA Y AMBIGUEDAD NACIONALISTA El establecimiento de mercados regionales representa una posibilidad de los países latinoamericanos para enfrentar las condiciones desvaforables en que deben asumir los retos de la globalización, pues mediante esos procesos, se obtienen relativas ventajas comparativas para las industrias a través de la generación de economías de escala que promueven un aumento de las expectativas de inversión extranjera, mayores niveles de incorporación tecnológica y un creciente flujo de personas, capital, información y servicios entre países, instituciones y empresas (Cepal, 1994). 5 Desde esa perspectiva, no se puede negar que se ha generado una proliferación de acuerdos firmados a lo largo de éstos últimos diez años por varios países 2 ; sin embargo, las asimetrías existentes entre los países suscriptores de los tratados, pues unos son mas desarrollados que otros, plantean desigualdades en el acceso equitativo a recursos e información que trae consecuencias en los beneficios de la integración económico comercial. Pero más importante aún, en el plano de la libre circulación y permanencia legal de las personas extranjeras, es la dualidad con la que se maneja el tema de los migrantes que son funcionales con la lógica capitalista de mercado. En su afán de abaratar los costos de producción, las distintas empresas nacionales e internacionales, amparadas en las políticas económicas imperantes, han logrado sacar provecho de la mano de obra migrante disponible, a los cuales se los emplea incumpliendo las elementales normas sobre salarios mínimos, de seguridad social, y lo que es peor, violando sistemáticamente los derechos humano de esa población. En ese sentido, el impacto social que conlleva esta difícil situación, no solo se expresa en las pésimas condiciones de vida del trabajador y de su familia, sino en la inseguridad jurídica del migrante que está sujeto al círculo vicioso existente entre su permanencia legal, las presiones corporativas de las empresas y la actitud ambigua de los Estados que promueven, por un lado, un discurso estigmatizante y discriminador vinculado con las restricciones migratorias en defensa de su nación, asunto que en el fondo constituye un enmascaramiento de los déficits de gobernabilidad y una adecuada conducción económica de su país; y por otro, la difusión de las supuestas bondades de la flexibilización laboral que es necesaria para los intereses de las empresas locales y extranjeras que han invertido en sus territorios. El problema se vuelve complejo cuando los países receptores de migrantes, necesitados en un primer momento de esos trabajadores, se ven inmersos en las crisis cíclicas del modelo adoptado, especialmente en la capacidad de generar empleo a su población3 . En ese contexto, la inestabilidad laboral y los elevados índices de desocupación por los que atraviesan los países de la región, constituyen el pretexto más idóneo para reforzar el rechazo a los extranjeros que son vistos como una amenaza constante a las reducidas fuentes de trabajo existentes. 2 La década de los noventa constituyó una etapa floreciente para la firma de acuerdos de libre comercio y para actualizar los tratados de integración que habían permanecido inmovilizados por varios años entre varios países de la región. El TLC entre México y EEUU, la reactivación de la Comunidad Andina de Naciones, el Mercosur, los convenios establecidos en el Caricom, el grupo de los Tres, etc, son algunos ejemplos de la voluntad por generar mecanismos de coordinación de políticas económicas sectoriales amparadas en el deseo de eliminar las barreras proteccionistas y los aranceles a los bienes y servicios producidos por los países miembros, restringiendo a su vez, las producciones de bienes y servicios de los países que no suscriben los acuerdos. 3 Son varios los países que han sufrido las consecuencias de la crisis financiera internacional. Los ejemplos del "efecto tequila" y su impacto en la dinámica económica regional; la devaluación del real en Brasil que trajo consecuencias negativas para el desempeño industrial Argentina; los efectos sociales de la dolarización en Ecuador; la fuga de capitales del Perú; la caída de la inversión en Colombia, etc; son factores que inciden en la producción y atentan contra la estabilidad democrática de los gobiernos al generar movilizaciones populares y demandas ciudadanas que tienen entre sus principales objetivos, la defensa de las fuentes de trabajo. 6 Son en esos precisos momentos cuando se intensifican las actitudes racistas, xenófogas, discriminadoras e intolerantes vinculadas a un discurso nacionalista. Ubicados los chivos expiatorios, por lo general migrantes o desplazados que presentan cualidades identitarias diferentes, se ponen en ejecución una serie de imaginarios sociales que cuestionan la pertinencia y la calidad de los procesos de integración, al mismo tiempo que construyen escenarios cotidianos de conflictividad social y cultural que sobrepasan las capacidades del Estado para hacer frente a esa problemática. Racismo y Nacionalismo Los cambios culturales a las que están sometidas actualmente las sociedades nacionales en distintos países latinoamericanos constituyen una dinámica que lleva necesaria y cotidianamente a un encuentro con el "otro". Las migraciones y el constante flujo de procesos económicos y culturales inciden particularmente en las grandes ciudades; promueven distintos niveles de interacción entre identidades particulares; inciden en la diversificación social y multiplica la generación de identidades colectivas. Si hasta hace unas décadas, el discurso sobre la alteridad representaba un recurso necesario para la afirmación de la identidad nacional; ahora el extraño y el extranjero están presentes cotidianamente en los distintos ámbitos de las sociedades locales y es asumido como una amenaza para las "identidades excluyentes"4 que se identifican con los discursos nacionalistas provenientes de los más variados sectores de la sociedad . Las características ambiguas que están presentes en los nacionalismos, en tanto constituyen una construcción imaginaria cargada de rechazo hacia los diferentes, a los que se consideran inferiores por no poseer los atributos de la "nación"5 ; y al mismo tiempo, a través del Estado, establecer una función integradora de la sociedad por medio de procedimientos de inclusión-exclusión en los individuos, pueblos, regiones y culturas, institucionaliza, de hecho, prácticas y mentalidades discriminadoras en el sentido común de la población. En palabras de Hobsbawm, “El racismo es, de alguna manera, el exceso constituyente o el suplemento interior del nacionalismo: ese suplemento necesario para que los Estados - nación logren proyectar en la vid cotidiana y en una perspectiva histórica una clausura que sería imposible desde un punto de vista material o cultural y que sin embargo las sociedades nacionales persiguen en una suerte de indefinida huida hacia delante, particularmente en sus períodos de crisis” 6 . 4 El término identidad excluyente indica una "forma de agregación social en la cual el nosotros aparece como una figura social fijada en el tiempo, en un sistema abstracto, indeterminado y mítico. El Otro, a la vez, no es percibido nunca como un actor real: es naturalizado, objetivado o bien asociado con un principio meta social (el mal, la decadencia, el diablo...). Defensoras del pasado o de las tradiciones, las identidades excluyentes se asumen generalmente como víctimas de un proceso de cambio sociocultural que las amenaza, que pone en peligro su integridad. Con ese argumento renuevan las prácticas de discriminación, promueven la segregación y la autosegregación. Para su afirmación, trazan fronteras intransitables en torno al Nosotros y fijan a los demás estereotipos". (Paris 1999: 60). 5 Sobre este aspecto la importante obra de Benedict Anderson, Comunidades Imaginadas, los orígenes del nacionalismo, FCE, México, 1993. 6 Eric Hobswam, Naciones y nacionalismos desde 1780, Gallimard, París, 1990, (citado en: París: 1999: 65). 7 Tomando en cuenta este panorama, el que los Estados latinoamericanos hayan intentado, con resultados diversos, transformarse en naciones a semejanza del modelo europeo, se debe al hecho de que la nación viene a constituirse en uno de los valores más importantes de la modernidad. El tipo de lealtad que el Estado moderno requiere para su funcionamiento se logra mejor si los ciudadanos participan, no sólo de manera racionalinstrumental, sino también de la mitológico-ritual en los aspectos integradores de la nación para lograr su preservación y realización. Independientemente de que los debates relacionados sobre el desarrollo de la nación sean sustentados por varias teorías 7 , unas económicas y estructuralistas que ven en el capitalismo y en la expansión del mercado la fuente del aparecimiento del nacionalismo; otras, constructivistas, románticas y escencialistas que interpretan el nacionalismo como un fenómeno de formación identitaria pre estatal, la importancia radica en que actualmente el problema del nacionalismo merece ser abordado desde distintas entradas teóricas multidisciplinarias, debido a que la complejización cultural de las sociedades que están sumergidas en esa problemática ameritan una relectura de sus significados identitarios contemporáneos. En efecto, hay que tomar en cuenta que los nacionalismos se representan de distinta forma en cada estado y sociedad nacional y contienen sus propias peculiaridades. No se trata de establecer grados de valor, entre, por ejemplo, el nacionalismo mexicano que se ha sustentado en un discurso fundacional, mítico y milenario de matriz indígena, y por ello aparecer como una construcción más liberal, tolerante y democrática; o por el contrario, argumentar que los nacionalismos de los países del como sur han sido patrimoniales, autoritarios y etnocidas con su población india. Si bien existen verdades irrefutables en estos aspectos, lo importante es determinar cómo esos sentimientos de pertenencia nacional construyen órdenes jerárquicos, excluyentes y racistas respecto a los que consideran inferiores e incivilizados. De hecho, las posiciones nacionalistas en general sustentan la idea de que si la identidad nacional es asumida como algo escencial para la estabilidad política, y piensan también que dicha identidad implica lealtad hacia las instituciones y prácticas consuetudinarias de lo que se entiende como nación; entonces se considerará necesariamente como algo desestabilizador el influjo y presencia de gente no comprometida con esas instituciones y prácticas socio culturales nacionales. En ese terreno, el problema se torna complejo cuando el discurso nacionalista es invocado por grupos movilizados que generan acciones colectivas racistas a la vista y paciencia de las autoridades estatales, muchas veces con su complicidad y amparados bajo un manto protector de un falso nacionalismo que viola los DDHH de las personas consideradas distintas, ubicadas a través de concepciones estigmatizantes que presentan distintas figuras asociadas por lo general su condición de ilegales, indocumentados, pobres, indios, negros, etc; incluso, el papel desempeñado por los medios de comunicación, asociados en varios casos a los intereses corporativos del Estado y de empresas nacionales, ejercen un poder tan 7 Una interesante aproximación al debate mencionado se la encuentra en: Llobera Josep, El dios de la modernidad: El desarrollo del nacionalismo en Europa occidental, Cap II y III. 8 importante sobre el tema de migración y extranjería que se convierte en parte de las agendas de política pública de los gobiernos8 . De esa forma, los migrantes son relacionados a determinadas problemáticas como la delincuencia, la inseguridad, la ilegalidad, la falta de integración a la cultura “nacional”, a la reducción de fuentes de trabajo para la ciudadanía local, etc; aspectos y comportamientos que en definitiva evidencian la existencia de un racismo institucional (Casaravilla: 2000). El problema de la relación entre nacionalismo y racismo se complica aún más, ya que al circular la idea de defender la identidad cultural del país receptor, se proponen una serie de medidas que por lo general consisten en evitar la mezcla y lograr la expulsión de los inmigrantes, considerados inasimilables, para lo cual hay que reforzar la seguridad nacional en las fronteras. Esta serie de situaciones, no solo contradicen los convenios firmados entre países fronterizos en épocas de paz e integración, sino que constituyen posiciones retrógradas para el concepto de interdependencia económica regional. Ahí se expresan, precisamente, las tensiones y ambiguedades a las que nos referíamos. Desde esa perspectiva, la vinculación entre racismo -visto en términos amplios -; la xenofobia y el nacionalismo, vendría dada por las actitudes, movilizaciones y culturas institucionales indicadas, pero también por la discriminación y la exclusión a las que den lugar y fomentes determinadas ideologías nacionalistas. Concretamente, las diversas formas de racismo, discriminación y de exclusión, asociadas a la búsqueda de la homogeneidad nacional que promueven códigos de identidad excluyentes y cierran el paso a la ciudadanía a determinados grupos, al exigir su expulsión o desaparición, evidencian el vínculo existente entre la aspiración nacionalista a la preservación de un espacio nacional culturalmente homogéneo y las dinámicas de exclusión interior a las que esa aspiración puede abocar, especialmente en los períodos de crisis (Alvarez, 1997 :9). En ese contexto, una de las principales críticas al nacionalismo de este tipo es que puede conducir a racismos extremos, ya que supone una esencia, un núcleo constante y perenne de identidad inmutable. Una de las consecuencias de la que se sirve el racismo dentro del nacionalismo es precisamente el de recoger sentimientos míticos e ideológicos dentro de los movimientos sociales para generar una serie de lógicas de combate a las diferencias que presentan y expresan los distintos grupos e individuos considerados no nacionales (Rivera, 1999). Curiosamente, el proceso de globalización, el impulso a los mecanismos de difusión massmediáticos y la era de intercambio planetario en lo cultural no ha supuesto la decadencia y desaparición de los sentimientos de pertenencia nacional. Al contrario, en los tiempos modernos, los sentimientos comunales generados por la nación son altamente considerados y buscados como sustento de las lealtades de grupo y representa uno de los valores simbólicos más importantes en términos de convocatoria y acción social. 8 Varios países han tratado de modificar sus normativas para la permanencia de extranjeros, migrantes, refugiados y desplazados. Una serie de intentos por establecer cambios legales restrictivos en las políticas de inmigración, como en el caso argentino en 1999, denotan una serie de tensiones y racismos respecto a la presencia de trabajadores foráneos. El gobierno chileno, aunque de forma no oficial, ha puesto trabas a la presencia de inmigrantes peruanos, bolivianos y ecuatorianos en su territorio. México, por su parte, conserva duros tratamientos legales para la migración centroamericana y sur americana. 9 DEMOCRACIA, DERECHOS HUMANOS Y MULTICULTURALISMO: En busca del “deber ser”. La relación y convivencia entre personas de distintos bagajes culturales es tan antigua como la humanidad misma. En ese largo periplo histórico, la forma Estado ha sido la encargada de procesar, independientemente de los resultados obtenidos, las complejidades, tensiones y conflictos que genera la existencia de la diversidad identitaria al interno de las sociedades nacionales. En el último medio siglo, constituye un indicador positivo el hecho de que a través del Estado se haya extendido cuantitativamente la democracia y que ésta, a pesar de las dificultades que presenta en muchos países y de sus limitaciones institucionales, se presente como una forma legítima de gobierno. Sin embargo, en estos momentos que muchos consideran que asistimos a una nueva ola de democratización a nivel mundial (Huntington, 1997), varios de los contenidos procedimentales y valores éticos de la misma democracia se ven cuestionados por la emergencia de distintas tensiones y problemas no resueltos 9 . Uno de ellos tiene que ver con la falta de compromiso y la aplicación de los diferentes convenios y acuerdos, tanto internos como externos en materia de derechos humanos, pero también con la ausencia de una voluntad política férrea para combatir los distintas formas enmascaradas con que se presentan las mentalidades y acciones racistas e intolerantes. Desde un punto de vista crítico, la vieja pero persistente idea de la democracia liberal, basada en la homogenización del derecho para todos, un derecho que sea extendido sin discriminación, viene a representar una suerte de abstracción o intención imaginaria colectiva incumplida, si la pensamos desde el real divorcio existente entre la cantidad de leyes que se han creado para lograr una convivencia democrática y las prácticas generalizadas de su incumplimiento en distintos niveles de la sociedad y del Estado. Es por ello que varios autores sostienen que para consolidar la democracia real y lograr el establecimiento de un marco general de protección a los derechos humanos, es necesario sobrepasar la preocupación de los ámbitos internos en que varios países asumen la forma democrática, a un escenario de exigibilidad global, política e interdependiente, sustentada en la noción de democracia cosmopolita 10 , asociada a su vez, en términos de amplios derechos para las personas, a la idea del multiculturalismo. 9 Resulta sorprendente la presencia de múltiples situaciones adversas a lo que se supone representa la idea de democracia. El retorno y persistencia de ciertas formas autoritarias de gobierno que se escudan en el concepto de democracia formal; los elevados índices de pobreza y exclusión en los que están inmersos amplios sectores de la población; la deslegitimación de instituciones como el sistema de partidos o el funcionamiento inequitativo de los órganos de justicia; la permanencia de una corrupción sistémica; son entre otros, elementos que contradicen la figura de la democracia como una manera de alcanzar la plenitud del cumplimiento de los derechos humanos. 10 Archibugi, Daniele, sostiene que es muy difícil establecer quien otorga una certificación democrática a los países, ya que unos se asumirán más democráticos que otros. Lo que sí se puede realizar es la potenciación efectiva de la red de organismos intergubernamentales que, basados en la noción de injerencia humanitaria, tengan las potestades jurídicas y políticas para exigir el cumplimento de procedimientos democráticos, incluso, superando la barrera de la soberanía estatal. Archibugi, “La democracia cosmopolita” en: Revista Leviatán N° , Madrid 1999. Para un mayor desarrollo de estas ideas revisar el trabajo de David Held, La democracia y el orden global, Capítulo X. 10 En efecto, en un mundo que se encuentra atravesado por intercambios culturales intensos, no existe democracia sin el reconocimiento de la diversidad identitaria de las personas y sus derechos, sean estos individuales o colectivos, e incluso, si esas personas no forman parte de la sociedad nacional y Estado que gobierna a la población mayoritaria. Si asumimos que las democracias multiculturales adoptan el reconocimiento de la pluralidad de intereses, opiniones y valores como su razón de existir; entonces no habría de que preocuparse porque la democracia y la constelación de derechos estarían íntimamente relacionados. Sin embargo, como buen propósito o “deber ser”, la idea de democracia multicultural, por más acabada que ésta sea, y de hecho se encuentre funcionando en distintos países que han logrado establecer una convivencia pacífica en base a la resolución de conflictos identitarios y el respecto profundo de los DDHH; no han podido eliminar las distintas formas de racismo, exclusión, discriminación e intolerancia que subsisten al interior de estos “modelos” democráticos. Para explicar esta situación contradictoria parecen existir dos tipos interpretaciones. La primera de naturaleza institucional, se encuentra relacionada con la pérdida de las capacidades de gestión democrática de los Estados nacionales para procesar la serie de derechos que se han ido extendiendo de forma universal, amparados no sólo por los niveles actuales de interdependencia, sino por los mismos compromisos adquiridos por parte de esos Estados en la comunidad internacional. Este factor ha incidido en una sobrecarga de responsabilidades que no se pueden asumir, ya que existe una reconocida crisis de los estados nacionales en varios sentidos, y lo que es más grave, que esa exigibilidad de derechos constituye una dinámica que dista mucho de haber concluído. La segunda interpretación, de corte posestructuralista, afirma que la forma ideal de la ideología del capitalismo global es la del multiculturalismo, y que éste último, no sólo que es funcional a los designios de la lógica económica global, sino que el mismo concepto de multiculturalismo aparece como una posición global vacía de contenido. Esta postura, incluso, llega a plantear que el multiculturalismo es una expresión del imperialismo cultural occidental (Zizek, 1998: 172). En ese sentido, el problema de la democracia y lo derechos humanos pasan a un segundo orden, ya que estarían supeditados a las decisiones de quienes construyen esta nueva fase cultural mundial. Independientemente de estas posiciones, lo cierto es que nos encontramos ante una serie de complejidades y situaciones que expresan el poco tratamiento y resolución del problema de la relación que debe establecerse entre la democracia, vista como la mejor instancia de exigibilidad de los DDHH, en este caso de los migrantes; la persistencia de valores discriminadores e intolerantes y lo que esas personas esperan de los Estados nacionales para lograr una vida con dignidad. Es por eso que todos estos temas quedan como una asignatura pendiente que debe ser trabajada por todos los sectores que sientan un compromiso digno, político y humano para que ese “deber ser” se haga realmente efectivo. Gestión democrática y el “problema”migratorio 11 La cuestión de un adecuado tratamiento democrático de las migraciones se complica porque cada país tiene disposiciones distintas en esa materia. Las diferencias tradicionales entre las categorías de migrantes ya no son aplicables actualmente, y por ende, las políticas migratorias de los países están cuestionadas. Con frecuencia, las políticas migratorias se basan en la premisa de que es posible distinguir claramente entre distintos tipos de migrantes como por ejemplo, personal calificado, trabajadores, familiares, exiliados, refugiados, asilados, desplazados, indocumentados, migrantes transitorios o permanentes. En ese terreno, si muchas de esas categorías son obsoletas y no responden a los nuevos contextos internacionales, ¿qué hacen los estados democráticos por garantizar actualmente un adecuado trato a las personas que están inmersas en condición de inmigrantes?; o lo que es más importante, ¿qué mecanismos concretos se están desplegando para frenar las acciones racistas, xenófogas y discriminadoras que vulneran los DDHH de los migrantes?. La respuesta no hay que buscarla en la serie de normativas y convenios firmados sobre esta materia por los Estados que tienen formas democráticas de gobierno, pues la mayoría de ellos sacarán a relucir una impresionante documentación que por lo general nos remiten a ese “deber ser” que muchos lo aceptan y pocos lo concretan en la práctica institucional. Más importante aún es determinar cuáles han sido los procedimientos establecidos por los países que teniendo altos índices de migrantes y existido problemas vinculados con actitudes racistas, han podido reducir de manera participativa, consensuada y tolerante las complejidades y conflictividades generadas por estas situaciones. Un avance en este campo ha sido dejar atrás las clasificaciones selectivas de los inmigrantes que en varios casos negaban los derechos humanos de los migrantes. Este paso ha supuesto hacer extensivo la noción integral de derechos a esas personas, y elaborar políticas públicas coherentes con sus rasgos identitarios para proveer las necesidades de seguridad económica, subsistencia familiar, de salud, etc; de tal forma que se pueda hablar de que las reglamentaciones nacionales e internacionales en materia de migraciones están acorde con los compromisos asumidos. Un segundo avance está referido a cambios en la cultura institucional que se ha traducido en un mejor trato a las personas que se encuentran en condición de migrantes, no sólo en el aspecto reglamentario, sino en el diseño de programas educativos extensivos, basados en valores democráticos como la tolerancia. En todo caso, al hablar de gestión democrática, estamos apelando a la serie de medidas que podrán tomarse para lograr una adecuada permanencia de los migrantes en países receptores. En ese contexto, parecen existir tres escenarios donde se desenvolverá la cuestión del migrante. El primero, de carácter restrictivo, implicará que las acciones racistas y xenófogas continuarán por la falta de compromiso de los estados ante el problema y porque no se hace nada para cambiar las presiones políticas y la cultura intolerante de los racistas, lo cual implica que la vulnerabilidad de los DDHH de los migrantes continuará 11 ; el segundo escenario, denominado híbrido, parte del supuesto de que la política del Estado se limitará a evitar declaraciones de corte racista o xenófoga, pero sin modificar los marcos normativos y la administración de los derechos humanos de los migrantes, es decir, no se 11 Una consecuencia de este escenario puede ser la tendencia a la ghetización de los migrantes como mecanismo de defensa ante la pasividad de las instituciones oficiales. 12 trataría de un racismo abierto, sino de una forma de exclusión indirecta, económica y jurídica, limitándose con ello seriamente los derechos de esas personas (Casaravila 2000:26); y finalmente, un tercer escenario abierto, en el cual se acepten las migraciones como un asunto que debe ser abordado por las políticas públicas destinadas a la convivencia pacífica y aceptación de las diferencias identitarias de los migrantes, para de esa forma, pensar que la democracia si puede representar una manera humana de convivir sin el miedo al otro, sin racismos y discriminación, independientemente de que esas sociedades sean multiculturales o no. Ciudadanía y derechos humanos: restricciones o continuum La posición de los migrantes en la estructura normativa de los derechos ciudadanos es algo confusa en la actualidad, ya que a pesar de ser miembros de hecho en las sociedades receptoras y contribuir a su desarrollo económico y cultural, no se ha generado por parte de los Estados nacionales un sistema pleno de integración que reconozca todas sus dimensiones identitarias: culturales, políticas y económicas. Contrario a lo que se pensaba, los migrantes que arribaron a distintos países en un primer momento para ayudarlos en la nueva era de integración económica regional e inserción globalizada, no han establecido una lógica de permanencia temporal en estos territorios; al contrario, las expectativas de vida y las demandas culturales que plantean actualmente ponen de manifiesto no sólo las intenciones de quedarse para rato, sino las dificultades de varios países para procesar, de una parte, las exigibilidades universales en materia de derechos humanos de esos migrantes; y por otra parte, las normativas restrictivas internas de sus legislaciones respecto a los extranjeros. De esa manera, las nuevas realidades migratorias, derivadas de la transnacionalización, regionalización económica e interdependencia, han llevado a que el “problema” de integración de los migrantes haya tomado un creciente matiz político y evidenciado al mismo tiempo las limitaciones normativas que se asocian a la legitimación de sus derechos en varios ámbitos; pues la ausencia de un reconocimiento cultural específico, la aproximación nominal de sus derechos a los de la ciudadanía del país receptor y las barreras a la permanencia legal y a la nacionalización, definen la particular situación de desprotección en que se encuentran los migrantes en varios países de América Latina 12 . 12 Existen diversas situaciones en el tratamiento legal de los migrantes en los países latinoamericanos. A pesar de que la región se ha caracterizado por ser una fuente de emigración hacia Europa y EEUU, también existen procesos migratorios intra regionales, especialmente de los países andinos al cono sur y desde Centro América a México. En varios de ellos se han endurecido los requisitos para la permanencia legal de los extranjeros y migrantes, incluso los que hasta hace pocos años mantenían una política recíproca en términos binacionales. Un ejemplo de este fenómeno es la obligatoriedad de poseer visa como condición de ingreso a países que no la exigían. El caso de los países centroamericanos respecto a ciudadanos sudamericanos, principalmente colombianos, ecuatorianos, peruanos y bolivianos, es una dato relevante en el cambio de actitud. En países como Chile y Argentina, aunque no se declare abiertamente las restricciones de ingreso, existe una actitud oculta que discrimina al extranjero por el tipo de país al que pertenece y que coincide, por lo general, con los estados limítrofes andinos. En términos generales podría mencionarse que ninguno de los países latinoamericanos, mantienen entre sí, la figura de la doble nacionalidad que es aceptada por otros estados extra regionales. 13 Las políticas de integración dirigidas a los migrantes y los criterios que regulan la adquisición de derechos y en varias situaciones la nacionalidad, expresan las distintas estrategias desarrolladas en cada país para regular su permanencia e incorporación social. En esa perspectiva, la noción de incorporación alude a los modelos institucionales mediante los cuales se organiza la inserción en la sociedad y posibilita la participación en ella; no obstante, algunos de los rasgos más conflictivos de las políticas de integración están directamente vinculados con las dimensiones identitarias de esas poblaciones migrantes y con el papel que éstas juegan en las respectivas sociedades nacionales desde las que se interpreta la ciudadanía (Colom, 1998:247). En efecto, al existir Estados que responden de distintas maneras a la dotación de derechos de ciudadanía para los extranjeros y migrantes, bien podría evaluarse el tipo de gestión pública que en materia de derechos humanos establecen esos estados. Básicamente, para nuestro caso, las políticas y acciones incorporadas serían: a) los criterios de adquisición y cualidades que se debe poseer para optar por la ciudadanía del país receptor; b) las actitudes políticas generadas por la sociedad y el Estado ante la diversidad étnica y cultural de los migrantes, refugiados y desplazados; c) las reacciones institucionales, tanto en las políticas públicas como en su gestión democrática, frente a la presencia de migrantes en esos territorios. Estas características que forman parte del contexto migratorio están atravesando actualmente por una fuerte tensión y debate. Por el lado de las corrientes liberales, existe la idea de que no se puede poner frenos a la libertad de movilización y tránsito de las personas, lo cual supone el reconocimiento de una igualdad de oportunidades y derechos a escala interacional; por otro lado, las posiciones utilitaristas, verán en la migración un problema que debe ser medido desde los costos y beneficios que su presencia implica para el funcionamiento de las sociedades receptoras. En todo caso e independientemente de los posicionamientos teóricos en filosofía del derecho, no se puede negar que la categoría ciudadanía multicultural, -que es además una experiencia relativamente reciente-, representa actualmente un reto para las políticas de integración de los Estados nacionales, ya que les corresponde conciliar la promoción de los DDHH y la aceptación de la política de la diferencia con sus sistemas normativos anclados en regímenes cívicos igualitarios. Es por esa razón que la comprensión de los derechos humanos y la expresión de una de sus formas, la ciudadanía integral13 , deber ser ubicada entre las restricciones impuestas por diferentes países y la figura del “continuum” de derechos de las personas que es pretendido y exigido por el sistema internacional. Para que ésta última condición se cumpla, las leyes nacionales deben incorporar una serie de cambios y potestades en sus normativas que permitan generar para los migrantes un tratamiento que vaya más allá del concepto reducido de ciudadanía local. Si aceptamos que los derechos humanos son políticamente neutrales en los países democráticos, entonces la aplicación de estos derechos tienen que ser pensados de manera diferente a los derechos 13 Una de las posibles maneras de entender la ciudadanía total y global como parte integrante de la democracia moderna consiste en superar, tanto la concepción de ciudadanía de la tradición liberal como la de la tradición del republicanismo cívico. Ello no implica reemplazar una tradición por otra, ni desecharlas, sino más bien inspirarse en ambas y en tratar de combinar sus instituciones y fortalezas conceptuales para arribar a una nueva concepción de ciudadanía, adecuada a un proyecto de democracia radical y plural (Mouffe 1999:91). 14 constitucionales; a los derechos pertenecientes a ciertos tipos de instituciones políticas, tanto individualistas como asociacionistas; o los derechos basados en determinadas particularidades sociales, pues constituyen “una categoría especial de derechos de aplicación universal, difícilmente controvertibles en su intención general. Son parte de un razonable derecho de gentes y fijan límites a las instituciones domésticas exigidas por ese derecho a todos los pueblos. En este sentido, establecen la última frontera del derecho doméstico admisible en sociedades integrantes de buena fe de una justa sociedad de los pueblos” (Rawls 1998:74). Desde esa perspectiva, la admisión de migrantes sin la correspondiente posibilidad de acceder a una ciudadanía en el corto plazo, plantea seriamente las limitaciones de la gestión democrática en los países receptores y dice mucho sobre el incumplimiento e irrespeto a los derechos humanos de esas personas que ven limitadas sus expectativas de vida y sus condiciones sociales 14 . Valores democráticos y cultura de la tolerancia La tolerancia constituye un valor ético de la democracia y en las sociedades modernas representa el mínimo consenso social necesario para que un régimen funcione de manera adecuada; respetando los DDHH; descartando el uso de la violencia para la resolución de conflictos que se presenten al interno de la sociedad o fuera de ella; procesando las demandas y reivindicaciones culturales venidas de los sectores minoritarios que poseen identidades distintas a la dominante nacional; y, canalizando las discrepancias políticas al terreno del Estado de derecho. En una democracia, la tolerancia es aceptada sobre todo como un deber ético, no sólo porque sea un instrumento útil o políticamente eficaz, sino porque implica la difusión de otras virtudes como el disenso, la voluntad de diálogo, el respeto a la diferencia cultural de las personas, y especialmente, basada en el principio de la reciprocidad, establece las condiciones para que opere la justicia distributiva e incorpore el intercambio entre desiguales de una serie de acciones en paridad. Aún más, en la perspectiva que se analiza, la igualdad en que se fundamenta la tolerancia no implica el simple reconocimiento del trato idéntico; significa considerar la presencia del “otro”, justamente en cuanto diverso, como un dato irrenunciable de la misma sociedad y de la democracia (Cisneros 1994:34). Sin embargo, la noción de tolerancia aparece como una instancia general, otro “deber ser” donde se mezcla lo estatal, lo social y lo privado de acuerdo a las tradiciones liberales o del republicanismo cívico. Una nueva concepción implicaría desarrollar institucionalmente y en los entornos de la cultura de los países receptos de migrantes, esas “virtudes cívicas” de las que tanto se habla en ámbitos y espacios políticos; representaría un concepto pluralista 14 En términos generales, los proyectos modernizadores de varios países latinoamericanos mantienen una selectividad en relación al problema migratorio, ya que organizan esta selección según la capacidad de dar trabajo al menor costo y conquistar consumidores más que desarrollar la ciudadanía. La competencia y la discriminación en el mercado prevalecen sobre la universalidad de derechos políticos y sociales. Por tanto, aún cuando en estos días se habla mucho más de integración entre países latinoamericanos, se realizan acuerdos más concretos que en cualquier época anterior, la apertura a los otros, la construcción de una interculturalidad democrática, está más subordinada al mercado que en cualquier tiempo previo (García Canclini, 1999: 82). 15 que se refiera a los comportamientos y valores que en una democracia son necesarios para que no se vulneren los derechos humanos y las identidades diferenciadas que son débiles en la esfera pública; implicaría que la tolerancia no aparezca como un mero cálculo racional que esconda y confunda posturas indiferentes hacia el otro, al distinto, al advenedizo como que fuese tolerancia; y, finalmente, vendría a constituirse en un método universal de convivencia civil que se aplique en los distintos ámbitos de la vida social. En ese contexto, si hablamos de la tolerancia como uno de los valores más importantes para la gestión de las democracias y de los DDHH, también debemos referirnos a los antivalores, entre los cuales se encuentran la intolerancia, la discriminación, el racismo y la xenofobia. A pesar de no poder establecer una vinulación directa entre intolerancias en sus distintos grados y regímenes autoritarios, pues en democracias consolidadas también existen demostraciones de racismo a los migrantes y diferentes, si podemos referirnos a las mentalidades y culturas de tipo autoritario y excluyente que en varios casos influyen en el desempeño de las instituciones e interpretaciones normativas de los Estados. En efecto, si consideramos que la política es la forma más idónea para garantizar a través de las leyes el respeto y la promoción de la tolerancia; la aceptación del pluralismo humano en todas sus dimensiones; el cumplimiento de los acuerdos establecidos por los países en materia de DDHH; la construcción de programas de bienestar para la sociedad; entonces nos encontraríamos ante una situación que cuestionaría la efectividad de esa manera de entender y hacer política, ya que parece existir una contradicción entre ese “deber ser” de la política y lo que muchos autores denominan cultura política, entendida como la serie de valores, interpretaciones e imágenes que tienen las personas sobre varios aspectos de su convivencia con las instituciones democráticas, con el Estado, con los partidos políticos y otros organismos públicos y privados de su sociedad. Sin querer penetrar en el largo debate sobre la pertinencia conceptual de la noción de cultura política, sus usos y aplicaciones, en la actualidad existen consensos acerca de la importancia de la dimensión cultural en los procesos políticos de los diferentes Estados y naciones, especialmente en las multiculturales y pluriétnicas. Lo curioso del caso es que todavía no se ha podido establecer, dentro de la democracia y de sus ámbitos de intervención, expresada en los valores que institucionaliza y difunde en la población, las precisiones conceptuales y normativas para el tratamiento de la tensión generada entre política del reconocimiento igualitario, vinculada a la noción de ciudadanía igualitaria; y el de política de la diferencia que se sustenta en la pertinencia de la categoría identidad 15 . De ese modo, el impasse producido entre el deber ser, casi siempre normativo, y el hecho cultural asociado a los antivalores que se desarrollan en ordenes democráticos como la discriminación y el racismo, constituyen uno de los tópicos que preocupan no sólo a los estados, sino a una diversidad de organismos internacionales que tratan de establecer mecanismos y compromisos de solución frente a estos graves problemas. 15 Para una profundización del análisis de estos temas, ver: Charles Taylor, El multiculturalismo y la política del reconocimiento, Fondo Económico de Cultura, México, D,F, 1993. También el trabajo de Will Kymlicka , Ciudadanía multicultural, Paidós, Barcelona, 1996. 16 Este parece ser uno de los más grandes embrollos a los que deben enfrentarse, en términos prácticos y no simplemente declarativos, las instituciones y países que tienen como objetivo la elaboración de políticas públicas relacionadas con el problema de las migraciones y las acciones racistas, discriminadoras e intolerantes que se presentan en las sociedades. En ese campo, todos los esfuerzos colectivos e individuales que se realicen a través de una participación activa, redundará en la internalización y asunción de valores democráticos basados en la tolerancia que impliquen: no tratar de prescribir taxativamente en términos negativos y estigmatizantes a los migrantes, así como tampoco, pretender la asimilación de manera forzada a la cultura dominante a quienes en una sociedad receptora se identifiquen con una cultura distinta a ella, para de esa manera posibilitar que conserven sus identidades culturales diversas. Con estas lógicas se asegurará una convivencia auténtica, con la menor densidad de conflictividades sociales, ya que el tratamiento adecuado de las diferencias de diversa índole en un marco de institucionalidad tolerante, podrá penetrar el tejido social y expresará visiblemente la riqueza y los valores democráticos en contextos multiculturales. EL TRAJIN DE LAS POLITICAS PUBLICAS Una representativa cantidad de organismos internacionales como organizaciones no gubernamentales vienen trabajando, desde hace varias décadas y en distintos ámbitos, en una serie de programas y planes para lograr la implementación de políticas en materia de respeto a los derechos humanos. La inclusión y desarrollo de estos derechos en diferentes programas institucionales que apoya buena parte de la comunidad internacional, mantuvo como objetivo final habilitar la acción de los Estados sobre estos temas de derechos y establecer las pautas para lograr la legitimación de las propuestas de las Naciones Unidas 16 a través de la generación de un sistema de cooperación internacional con sus agencias especializadas, tanto en los espacios de la sociedad civil como de los mismos Estados. Debe considerarse especialmente que, más allá de la obligatoriedad de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos que expresa el orden normativo interno para hacer posible el cumplimiento de esta condición de los programas; dicha obligatoriedad "comporta la necesidad de una conducta gubernamental que asegure la existencia, en la realidad, de una eficaz garantía del libre y pleno goce y ejercicio de los derechos humanos y el deber de implementar una política protectora de esos derechos y prevención de su violación, la que debe traducirse en la adopción de iniciativas, mediante el ejercicio de la potestad reglamentaria, orientada, entre otros aspectos, a la formación profesional y regulación de procedimientos de control del comportamiento de los funcionarios estatales, en particular de los encargados de hacer cumplir la ley, la difusión del Contenido de las Convenciones ratificadas por el Estado, la inserción de los temas de derechos humanos en los programas de educación en los diferentes niveles del proceso formativo, la creación y el 16 Pinto, M: "El Derecho Internacional de los Derechos Humanos", en: Seguridad Nacional y Derechos Humanos , Comisión Andina de Juristas, Lima, CAJ, 1999. 17 fortalecimiento de instituciones nacionales para la promoción y protección de los derechos humanos" (Gonzalez 1999:72). Dentro del marco referente a las poblaciones de migrantes, refugiados y desplazados, la acción de los organismos se orienta a la implementación de sistemas de alerta y denuncia frente a los recurrentes actos de racismo, xenofobia y discriminación, así como otras formas conexas de intolerancia. Afirma además su accionar en la definición de políticas nacionales, estrategias y acciones conjuntas que implementen las disposiciones de los DDHH en el campo migratorio. Entre las iniciativas consolidadas por las Naciones Unidas en esta materia, se destaca la adopción en 1990 de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares. La Convención abrió un nuevo capitulo en la historia de la labor emprendida para establecer los derechos de los trabajadores migratorios y garantizar la protección y el respeto de esos derechos. Constituye un tratado internacional de carácter global, inspirado en los acuerdos jurídicamente vinculantes existentes; en estudios de las Naciones Unidas sobre DDHH; en conclusiones y recomendaciones de reuniones de expertos y en los debates celebrados y las resoluciones aprobadas en los órganos de las Naciones Unidas sobre la cuestión de los trabajadores migratorios. En la última década, este organismo también ha participado en muchas otras actividades vinculadas a las migraciones17 . Actualmente se destaca la función del Consejo Económico y Social (ECOSOC) en vistas de preparar la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y Otras Formas Conexas de Intolerancia en el año 2001. Como ya se señaló, la cooperación internacional constituye un eje esencial para el cumplimiento de los DDHH y libertades fundamentales, elemento clave en la lucha contra el racismo, discriminación racial, xenofobia y otras formas conexas de intolerancia. En líneas generales, los principales instrumentos adoptados 18 por el conjunto de organismos internacionales sobre esta temática, son los siguientes: • • • • Convención de las Naciones Unidas para la Eliminación del Racismo y la Discriminación Racial. Convención 111 de la OIT sobre Discriminación. Convención de 1951 y el Protocolo de 1967 relativo al Estatus de los Refugiados. Convención Internacional de 1990 sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migrantes y miembros de sus Familias. 17 A modo de ejemplo: Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993; la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, El Cairo 1994; la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, Copenhague 1995; y, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijing 1995. En todas ellas se abordó la cuestión de las migraciones internacionales. 18 Estas declaraciones surgen porque existen ciertos asuntos de carácter moral, político, preventivo, etc, que no son asumidos por los Estados como obligaciones de carácter jurídico internacional por medio de tratados, pero que requieren un compromiso político, "y es por eso que las declaraciones o resoluciones adoptadas por las organizaciones internacionales, adquieren una amplia dimensión de principios con importancia para las relaciones internacionales, los cuáles pueden llegar a dar lugar a la adopción de instrumentos jurídicamente obligatorios" (Ramírez Bulla,. 1997: 355) 18 • Convenciones 97 y 143 de la OIT sobre la Protección de los Trabajadores Migrantes, entre otras, como la Declaración de la OIT de los Principios Fundamentales y Derechos en el Trabajo. Por último, se destaca el abordaje de un conjunto de políticas que incorporan la perspectiva de las víctimas como premisa central, especialmente en atención a mujeres y niños, víctimas en muchas ocasiones de múltiples formas de discriminación19 Paralelamente al impulso de estas propuestas de carácter universal, en el plano regional o al interior de los Estados, los organismos internacionales han brindado asistencia a la implementación de políticas en el campo de las migraciones. La OIT, por ejemplo, ha ejecutado varios análisis de políticas y directivas en respuesta a solicitudes de los mandantes sobre la aplicación o el mejoramiento de las políticas migratorias nacionales, bilaterales y/o regionales, y también de asistencia a las organizaciones de trabajadores y de empleadores 20 . Por otra parte, las agencias de Naciones Unidas en conjunto con otros organismos internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones -OIM-, reunidos en Costa Rica en septiembre del 2.000, han realizado un Foro Simultáneo, titulado: "La Sociedad Civil, hacia nuevas formas de Cooperación"21 . El objetivo general del encuentro apuntaba hacia la consolidación de un espacio de discusión y concertación sobre políticas y acciones de las organizaciones de la sociedad civil en el hemisferio en torno a las cuestiones de la migración internacional, con vistas a construir una agenda común que incluya una adecuada articulación de las organizaciones y de los proyectos estratégicos en América Latina. Dentro de las propuestas consideraron esencial promover un mayor entendimiento y compromiso de las acciones desplegadas sobre la relación existente entre migración y desarrollo en el hemisferio, enfocando particularmente la atención en los problemas de la globalización, los derechos humanos y el tráfico de migrantes a través de la concreción de un programa de trabajo y mecanismos de seguimiento que contribuyan a enfrentar los desafíos que la migración internacional impone a las organizaciones de la sociedad civil en el hemisferio. Para que este marco se sustente, plantearon la necesidad de propiciar un debate entre las organizaciones de la sociedad civil para potenciar una nueva relación, no 19 Por ejemplo se destacan las propuestas presentadas en "Further actions and initiatives to implement the Beijing Declaration and the Platform for Action", 2000, que enfatiza acciones sobre la mujer trabajadora migrante. 20 Entre los ejemplos recientes las misiones a Costa Rica y Nicaragua a fines de 1995 para ayudar a los gobiernos en los esfuerzos emprendidos para hacer frente a las corrientes migratorias clandestinas entre ambos países. También se han recibido peticiones de este tipo de asistencia por parte de los países de las regiones del Caribe. 21 La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a través del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE- División de Población), y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), realizaron un Simposio sobre Migración Internacional en las Américas. Para el presente trabajo se tomarán en cuenta los objetivos propuestos en marco del Foro Simultáneo "La Sociedad Civil: Hacia Nuevas Formas de Cooperación Hemisférica en el Tema Migratorio", San José de Costa Rica, septiembre del 2000. 19 sólo entre las organizaciones hemisféricas, sino con los Estados y las instancias multilaterales, que posibilite abrir caminos y formas de colaboración en el diseño y la instrumentación de las políticas sobre migraciones internacionales. Debe reconocerse también el trabajo realizado por diferentes organizaciones no gubernamentales del continente. Su campo de acción se encuentra vinculado directamente en aquellas áreas donde la actuación de los organismos internacionales queda limitada, sobre todo en casos de discriminación, violencia o explotación contra migrantes fundamentalmente no legales. Se destaca su función de enlace entre estos grupos y el Estado, en términos de información de derechos y como mecanismo de presión frente a los países receptores para que apliquen y ratifiquen más activamente lo dispuesto por los organismos internacionales en esta materia. Inclusive, cabe señalar, que las organizaciones no gubernamentales están insertas en la promoción de las normas internacionales sobre DDHH, ya que han sido partícipes en su elaboración y en la presión que realizan sobre los Estados. Los campos de intervención de las políticas sociales a) Trabajo, discriminación, abuso y maltrato laboral. Una de las causas de la discriminación laboral de los flujos migratorios, radica en el desconocimiento previo a la partida de las condiciones legales y de vida hacia el país de destino. Esto se traduce en la aplicación de actos inhumanos o degradantes, sobre todo con el migrante ilegal por parte de agentes privados y estatales. Las Naciones Unidas, frente a este problema, han incitado a los Estados nacionales a establecer "condiciones satisfactorias, equitativas y dignas" para los migrantes trabajadores y sus familiares mediante la formulación de políticas sobre migración; intercambio de información con otros Estados partes; suministro de información a empleadores trabajadores y sus organizaciones acerca de las políticas, leyes y reglamentos relativos a la migración; y asistencia a los trabajadores migratorios y sus familiares. Por su parte, la OIT reconoce la explotación en el ámbito del trabajo. Hay explotación cuando, por ejemplo, dicho trato tiene graves consecuencias pecuniarias o de otra índole; cuando los trabajadores migrantes son sometidos a condiciones de trabajo y de vida muy duras e intolerables o deben enfrentar peligros para su seguridad personal y su vida; se les impone a los trabajadores la transferencia de sus ingresos sin su consentimiento; los candidatos a la emigración son engañados para que acepten un empleo con promesas falsas; los trabajadores migrantes sufren un tratamiento indigno o las mujeres sufren abusos o son obligadas a ejercer la prostitución, etc. En tal sentido, propone la igualdad de trato entre los trabajadores nacionales y los trabajadores migrantes, que supone desarrollar y fortalecer determinadas instituciones, procedimientos y reglamentos nacionales relativos a la contratación, empleo y regreso de la mano de obra extranjera, así como el establecimiento de mecanismos para fomentar la integración de los trabajadores migrantes a largo plazo y para regular las actividades de las agencias de empleo privadas. Esto supone luchar contra la discriminación extraoficial o "de facto", que resulta en una desigualdad en el trato a los 20 trabajadores migratorios mediante la aplicación de normas internacionales en el marco de la legislación constitucional y nacional de los Estados de acogida 22 . Se pone énfasis al grupo de trabajadores ilegales, sobre todo en las medidas de expulsión a las que se puedan ver expuestos por parte de los Estados. Importa entonces destacar la relación entre la soberanía nacional y la migración indocumentada, o a los problemas derivados de la trata de migrantes respecto a su falta de poder, que se traduce en condiciones impuestas por la estructura burocrática administrativa de un país. En este cometido la función habilitadora de la protección de los derechos humanos juega un papel fundamental. b) Salud, seguridad jurídica e igualdad de genero Los organismos además han jugado un papel fundamental en la implementación de una política que garantice la igualdad de trato en cuestiones como el empleo y la ocupación, educación, salud, seguridad social y los derechos jurídicos, sindicales y culturales de los trabajadores migrantes respecto a los nacionales. La integración y el multiculturalismo se constituyen desde esta perspectiva en uno de los objetivos básicos de las políticas sociales para crear una sociedad en la que todos los residentes puedan participar en igualdad de condiciones a fin de crear una sociedad heterogénea estable y sin conflictos. Para las Naciones Unidas ha cobrado vital importancia detenerse en la situación de las trabajadoras migratorias 23 , ya que muchas de ellas han sido víctimas de la violencia, abuso y explotación, sobre la base de diferencias de género y de una reglamentación de la mano de obra informal en los Estados que muchas veces origina una dependencia de las trabajadoras migrantes con el empleador. Han manifestado un llamamiento a los Estados para que reconociera la vulnerabilidad ante la violencia y otras formas de malos tratos de esas mujeres y que tomaran medidas positivas para reglamentar la actuación de las agencias de contratación privadas de trabajadoras migratorias. Además, que se establecieran programas de asistencia jurídica, social y educacional para las mujeres migrantes y que se cumplan las normativas laborales para este sector, pues generalmente escapan a la protección de las disposiciones laborales y en particular del Código de Trabajo, sin discriminación de nacionalidad, raza, religión o sexo. Otro sector vulnerable lo constituyen los niños, en especial los niños desplazados. En tal sentido, se recurre a la cooperación y solidaridad internacional para apoyar la aplicación de todos los instrumentos internacionales en forma prioritaria. c) Discriminación, racismo e integración cultural 22 Documento presentado a la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías por la OIT en 1995. 23 Pese a que muchos países han adoptado estrategias nacionales para la aplicación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, inclusive recomendaciones de política generales y planes concretos de acción, el mejoramiento de la condición de la mujer y el fomento de la igualdad entre los géneros han sido lentos y desiguales. La violencia contra la mujer y la niña en todas sus formas es un problema persistente en todos los países, obstaculiza la integración social y el aumento de la igualdad entre los géneros e impide que la mujer disfrute plenamente de sus derechos humanos. 21 Dentro de las propuestas de intervención en materia de integración social de los migrantes, las Naciones Unidas y sus agencias especializadas promulgan el derecho a la libertad de pensamiento y expresión; de conciencia y de religión en todas sus formas, sin sometimiento a coacción alguna, salvo las establecidas por la ley que son necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud y la moral públicos o los derechos y las libertades fundamentales de los demás. Otras medidas apuntan a prevenir toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia por medio del establecimiento de estereotipos, prejuicios, racismo, xenofobia, ignorancia y discriminación institucionalizada y la indiferencia frente a significados despectivos tendientes a justificar las distinciones entre los "nacionales" y los no nacionales o migrantes. A esos usos corresponderían una serie de representaciones que deben ser desentrañadas por medio de acciones concretas de promoción decidida de los DDHH y la democracia. También se pone énfasis al respeto de la identidad cultural de los trabajadores migratorios y de sus familiares. Para los hijos de los trabajadores migratorios, se establece el derecho a tener un nombre, registro de su nacimiento y a tener una nacionalidad, así como el acceso a la educación en condiciones de igualdad de trato con los nacionales del Estado de que se trate. Cruzadores de fronteras, educación y multiculturalismo En el panorama de las sociedades globalizadas se dibuja cada vez con más fuerza una oposición entre incluidos y excluidos. Los cruzadores de frontera 24 , entiéndase migrantes, desplazados, refugiados, se encuentran dentro de este segundo grupo ya que sus condiciones de permanencia y derechos elementales son completamente desfavorables respecto de la sociedad o grupo que los acoge. En este sentido, es importante indagar hasta qué punto los estados latinoamericanos y los organismos internacionales están fomentando políticas educativas basadas en los derechos humanos, la tolerancia y la equidad, incorporando para el efecto la dimensión del muticulturalismo en los sistemas educativos. Si partimos de la premisa que los centros de enseñanza son un reflejo de la sociedad, en ellas se presenta, inexorablemente, las contradicciones y tensiones socio-económicas y culturales de ésta contiene. Un sistema educativo, al ser parte de la institucionalidad nacional, también es responsable de la generación de distintas imágenes y figuras discursivas que se establecen sobre el “otro”; son una fuente de creación de narraciones que se construyen sobre los migrantes, los extranjeros, los advenedizos, y por lo general están siempre enmarcadas o estigmatizadas en términos de inferioridad y por ende de exclusión. En este contexto, es necesario detenerse brevemente en la noción de narrativas culturales que van construyendo las identidades. Como señala McLaren (1997) las narraciones forman un contrato cultural entre los individuos, los grupos y nuestro universo social. Si las 24 Tomamos este término de los aportes hechos por Hicks y Giroux quienes hablan de “escrituras fronterizas” y “pedagogía fronteriza” haciendo alusión a fronteras culturales y no físicas que las personas cruzan ya sea de manera voluntaria, otros forzadamente, y los que literalmente son disparados en su intento de cruzarla (cf.McLaren, 1997:111-175). 22 narraciones dan significado a nuestras vidas, necesitamos comprender qué son esas narraciones y cómo han logrado ejercer tal influencia sobre nosotros y los estudiantes. Plantea que todas las identidades culturales presuponen una determinada intencionalidad narrativa y están formadas por historias particulares. Así, las identidades son en parte resultado de la narratividad de la vida social. Según este autor, utilizamos diferentes tipos de narraciones para explicar diferentes tipos de historia, pero también sancionamos determinadas narrativas y descalificamos otras por razones ideológicas o políticas. A grandes rasgos, nuestras identidades narrativas determinan nuestra acción social como agentes de la historia y las limitaciones que colocamos en las identidades de los otros. En otras palabras, las narraciones pueden convertirse en posibilitadores políticos de la transformación social, o pueden utilizarse como estrategias de contención que colocan “la diferencia en discursos epistemológicos cerrados” (ibid: 113-114). Las narrativas que los países receptores han construido en torno a los cruzadores de frontera se caracterizan por ser estigmatizantes, discriminadoras y racistas, aplicándose políticas restrictivas que violan ciertos principios fundamentales de los derechos humanos, como es el acceso a la educación25 , y, adicionalmente, dichas narrativas fomentan en los estudiantes valores xenofóbicos y de intolerancia para y hacia con los “otros”. Como señala Schmelkes: La creciente conciencia a nivel mundial de la necesidad de una educación para los derechos humanos, la paz y la comprensión internacional obedece entre otras cosas al aumento de actitudes como la intolerancia, la xenofobia y el racismo 26 . Mas recientemente se constata el surgimiento de un ataque renovado a la universalidad de los derechos humanos que amenaza con destruir los logros de la lucha de las últimas décadas para construir una sociedad internacional sobre la base de valores comunes (1998:6). Sin embargo, a partir de la década de los 90, América Latina y el Caribe (ALC) han sufrido una profunda transformación educativa. Para entender dicha transformación, y saber cómo se ha ido incorporando la noción de “educación para todos y todas”, es necesario pasar brevemente revista de las políticas emprendidas a inicios de los 80. 25 La cuestión de la educación convertida en un derecho es una de las demandas sociales acogidas tanto en la declaración Universal de los Derechos Humanos (art.26) como en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (art.13). El sentido de este derecho apunta, por una parte, a garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso, permanencia, equidad y eficacia a la educación en sus distintos niveles, esto es, ampliar la cobertura del sistema educativo de cada país, y, por otra, a comprometer a los Estados a orientar esa educación en función del respeto a la dignidad de cada cual y propiciar conductas y acciones que fomenten la comprensión y la tolerancia mutua. 26 En América Latina se comienza a hablar de educación en derechos humanos a partir de la década de los ochenta una vez que se hicieron públicos los hechos de violencia ocurridos en los gobiernos de facto sobre todo en el sur del continente. En este sentido “educar en derechos humanos en la escuela se concibe así como una tarea preventiva (una forma de asegurar el nunca más), pero también como una tarea reparadora. Este contexto de violencia que caracterizó a América Latina es el que hace surgir la necesidad de programas educativos para los derechos humanos. Esto se concibe como un primer paso para ir logrando sociedades democráticas, justas y participativas” (cf. Schmelkes,1998:6-7). 23 a) Políticas educativas y Derechos Humanos: una difícil pero necesaria construcción El desarrollo educativo en América Latina a principios de los ochenta estuvo marcado por políticas y estrategias que permitieron extender diversos programas. Así, el desafío principal era su expansión a la mayoría de la población, dando prioridad a la atención de los grupos de población más desfavorecidos y vulnerables: pobreza crítica, indígenas, analfabetos de 15 o más años de edad, jóvenes y niños del medio rural, menores de 6 años en situaciones excluyentes y niñez con discapacidad. A inicios de esta década se elabora y se aprueba el “Proyecto Principal de Educación para América latina y el Caribe” (PPE)27 , el mismo que ha sido reforzado periódicamente para adaptarse a los nuevos desafíos, problemas y transformaciones producidas en la región28 . La década de los 90 se caracterizó por el desarrollo de políticas orientadas a la transformación profunda del modelo educativo -en los aspectos pedagógico e institucionaly en los diferentes niveles del sistema educativo. Las nuevas políticas se orientaron hacia cambios cualitativos del sistema para lograr una mayor calidad con equidad 29 . Sin embargo, la cobertura de la educación a la mayoría de la población, la diversificación tecnológica o la igualdad en el acceso no garantiza que esos conocimientos estén orientados desde una ética de derechos humanos. Como señala Salvat (1998): “estos aspectos no pueden garantizarnos la recreación de una cultura democrática y una ciudadanía donde los valores de la tolerancia, la discusión racional, el argumento, el respeto a la diferencia, el derecho a la palabra sin discriminaciones, la solidaridad, sean, entre otros, los ejes maestros del proceso de aprendizaje y socialización” (Salvat, 1998:26). Es a partir de las reuniones de Kingston (1996) donde se adoptan los principios y presupuestos del informe de la UNESCO sobre la educación para el siglo XXI, llevando a cabo una reflexión sobre los desafíos que se deberán enfrentar en función de las exigencias de “una educación para todos a lo largo de toda la vida” y la creación de una cultura de paz 27 Este documento fue elaborado a petición de los Ministros de la región reunidos en México en 1979 y aprobado en 1981 en la 21 reunión de la Conferencia General de la UNESCO. No está por demás señalar que la UNESCO ha contribuido de forma preponderante al desarrollo educativo de la región 28 Dichos cambios y necesidades fueron expuestos principalmente en las conferencias Regionales de Ministros de Educación y Encargados de la Planificación Económica (MINEDLAC V, México 1979; MINEDLAC VI, Bogotá 1987; MINEDLAC VII, Kingston 1996) y en las reuniones del Comité Intergubernamental del Proyecto Principal en la esfera de la Educación de América Latina y el Caribe (PROMEDLAC III, Bogotá 1987; PROMEDLAC IV, Guatemala 1989; PROMEDLAC V, Quito 1991; PROMEDLAC VI, Santiago 1993; PROMEDLAC VII, Kingston 1996). 29 Este objetivo que se planteó en la reunión de Quito (1991), recogió los planteamientos esenciales de la Conferencia Mundial de Educación para Todos (Jomtien 1990) y de la Cubre Mundial en Favor de la infancia (Nueva York 1990). En la reunión de Jomtien, se planteó que: “una activa tarea debe llevarse a cabo para modificar las desigualdades educacionales y suprimir las discriminaciones en el acceso a las oportunidades de aprendizaje de los grupos desamparados: los pobres, los niños de la calle y los niños que trabajan; las poblaciones remotas y rurales; los trabajadores nómadas e itinerantes; los pueblos indígenas, las minorías étnicas, raciales y lingüísticas; los refugiados; los desplazados por la guerra y los pueblos invadidos”( literal 4. Art. III. Universalizar el acceso y promover la equidad). 24 basada en la práctica de la tolerancia, la aceptación de las diferencias y la búsqueda de una solución pacífica a los conflictos 30 . En esta reunión se establece que la paz, la democracia y el desarrollo han de ser el fundamento de los nuevos procesos educativos que han de conseguir que los individuos participen y sean actores de su propio desarrollo, reconozcan la identidad y la legitimidad de los otros y actúen solidariamente. En Kingston surgen dos desafíos importantes: introducir cambios educativos en la perspectiva de una educación para todos a lo largo de toda la vida que conjuguen calidad con equidad, e incorporar un profundo sentido ético en el proceso educativo basado en tres principios: a) el ejercicio de la ciudadanía de todos los habitantes sin exclusión b) el dominio pleno de los códigos de la modernidad, entendidos como lenguajes y competencias básicas para participar en la vida pública y productiva c) la creación de una profunda actitud ética y moral de respeto por sí mismo y por el otro Adicionalmente se establecieron una serie de orientaciones para ser incorporadas en las políticas nacionales, entre las cuales resaltamos la necesidad de introducir los valores fundamentales del ser humano a la agenda de transformación educativa para el logro de la democratización y la cultura de paz31 . También se ratifica la necesidad de promover la educación a lo largo de toda la vida para un aprendizaje continuo, incorporando la educación permanente y de adultos en el conjunto del sistema educativo, formulando estrategias de alfabetización -especialmente para poblaciones indígenas y de mujeres- y diseñando estrategias para mejorar la oferta educativa orientada a jóvenes con requerimientos de educación formal y continua. Se reconoce la imperiosa necesidad de incluir a los excluidos, dando oportunidad a los jóvenes que han quedado al margen de las oportunidades que se brindan para culminar el proceso educativo y a los niños y jóvenes de familias migrantes. Es importante destacar que en esta reunión vuelven a aparecer temas que fueron prioridad en la década pasada. Se recupera con mayor fuerza el significado ético de la educación para asegurar una mayor equidad y una construcción de la identidad cultural. Se enfatiza la necesidad de que las políticas educativas incluyan a los excluidos, no tanto a través de medidas compensatorias como ocurría en el pasado, sino introduciendo modificaciones en el sistema educativo común que permita ajustar la enseñanza a las diferencias individuales, sociales y culturales. Vuelve a destacarse la importancia de fortalecer la función del Estado para asegurar la igualdad de oportunidades. 30 Las recomendaciones de esta reunión estuvieron en consonancia con principios fundamentales derivados de otras reuniones internacionales: Conferencia Mundial sobre “Necesidades Educativas Especiales: Acceso y Calidad” (1994); Conferencia Mundial sobre la mujer (Beijing 1995); Cumbre Mundial Sobre Desarrollo Social (1995). Recojo los principales puntos de la reunión de Kingston que constan en el documento preparado por la Oficina Regional de Educación para América Latina. UNESCO, Santiago, con motivo de la cumbre de las Américas. Santiago, Chile (abril 1998) 31 Es una cultura fundada en la tolerancia, la convivencia y la solidaridad cotidiana, es una cultura que respeta los derechos de todos -este principio de pluralismo garantiza la libertad de opinión- y se orienta a prevenir los conflictos en sus raíces, concediendo toda importancia debido a los nuevos peligros que, sin tener un carácter bélico, se ciernen sobre la paz y la seguridad: por ejemplo, la exclusión, la pobreza extrema y el deterioro del medio ambiente. (cf.UNESCO, 1999:21). 25 Sintetizando, en Kingston se amplía el foco de atención hacia las capacidades relacionadas con el aprendizaje y las culturas; el acceso y dominio de tecnologías de información; el equilibrio personal y la relación interpersonal, basadas en el respeto por uno mismo y la legitimidad del otro y el desarrollo de un profundo sentido ético para afrontar un mundo competitivo y en permanente cambio. Se plantea que una educación de calidad con equidad implica también respetar y tener en cuenta las diferencias sociales, culturales e individuales. Los niños y las niñas con necesidades especiales y los de diferentes etnias, lenguas y culturas suelen tener una escolarización segregada que no favorece su adecuado desarrollo y plena participación en la sociedad. Desde esa perspectiva, si bien el tema de la diversidad y la integración ha estado presente en las reuniones realizadas durante la última década, sigue siendo un asunto pendiente en la región. En tal medida, es preciso avanzar hacia el desarrollo de escuelas inclusivas donde todos los niños aprendan juntos, adaptando el currículo 32 y la práctica educativa a la diversidad de necesidades de aprendizaje de los alumnos. Una educación inclusiva es un paso esencial para la construcción de sociedades que respeten y valoren las diferencias. Pero, ¿cómo lograr tal objetivo? b) La inclusión y la pedagogía crítica multicultural como bandera de lucha José Riviero (1998) retomando algunos postulados de “la educación encierra un tesoro” (Delors, Unesco, 1995) puntualiza cuatro aprendizajes fundamentales o pilares del conocimiento, indispensables para el funcionamiento de la demanda educativa del próximo milenio: Aprender a conocer, Aprender a hacer, Aprender Ser y Aprender a Vivir Juntos. Sobre los dos últimos más detalladamente plantea que: APRENDER SER es un pilar que tiene relación directa con la necesidad de construir democracias genuinas, con ciudadanos conscientes y solidarios, y; APRENDER A VIVIR JUNTOS es la clave para la construcción de la paz y de un mundo tolerante. Para eso es necesario la creación de nuevos sistemas educativos que desarrollen un mejor conocimiento de los demás, de su historia, de sus tradiciones y costumbres, de sus lenguas y de su espiritualidad. Aprender a convivir alentará la realización de proyectos comunes y una gestión pacífica e inteligente de los conflictos entre personas y países. Por su parte Rosa Blanco (1999) plantea que una mayor equidad es un factor fundamental para conseguir un mayor desarrollo y una cultura de la paz basada en el respeto y valoración de las diferencias y en la tolerancia. Difícilmente se puede aprender a respetar las diferencias si no se convive con ellas, si las diferencias de cualquier tipo se obvian y se excluyen. Un mayor nivel de equidad implica avanzar hacia la creación de escuelas que eduquen en la diversidad y que entiendan ésta como una fuente de enriquecimiento y de mejora de la calidad educativa. 32 Una de las recomendaciones de la reunión de Kingston plantea que “...el currículo nacional deberá promover la formación de valores y actitudes no discriminatorias y anti-racistas, como también valorizar las contribuciones pasadas y presentes que la diversidad étnica y cultural hace a la identidad nacional” (Art. IV. La democracia y la cultura de Paz en la educación: incorporar los valores fundamentales del ser humano a la agenda de la transformación educativa, literal. 20). 26 En efecto, el principio rector del Marco de Acción de la Conferencia Mundial sobre necesidades especiales (Salamanca, 1994) planteó que todas las escuelas deben acoger a todos lo niños independientemente de sus condiciones personales, culturales o sociales; niños discapacitados o bien dotados, niños de la calle, de minorías étnicas, lingüísticas o culturales, de zonas desfavorecidas o marginales, lo cual plantea un reto importante para los sistemas escolares. La autora antes mencionada plantea que para conseguir una cultura de la paz y la tolerancia sólo será posible, en gran medida, si se educa a los futuros ciudadanos en la integración, el respeto y la valoración de las diferencias, si tiene la oportunidad de conocer y convivir con personas que tienen dificultades, situaciones y modos de vida distintos y se establezcan lazos de cooperación y solidaridad que beneficien y enriquezcan a todos. La necesidad de proporcionar una educación para todos a lo largo de la vida ha de tener como objetivo fundamental incluir a los excluidos y alcanzar a los inalcanzables, es decir, la educación inclusiva. Para Blanco (ibid), la inclusión implica que todos los niños de una determinada comunidad aprendan juntos independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales. Se trata de lograr una escuela en la que no exista “requisitos de entrada” ni mecanismos de selección o discriminación de ningún tipo; una escuela que modifique substancialmente su estructura, funcionamiento y propuesta pedagógica para dar respuesta a las necesidades educativas de todos y cada uno de los niños y niñas, incluidos aquellos que presentan una discapacidad. La educación inclusiva implica una visión diferente de la educación común basada en la heterogeneidad y no en la homogeneidad. La atención a la diversidad es una responsabilidad de la educación común porque las diferencias son inherentes al ser humano y están presentes en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje. La condición más importante para el desarrollo de escuelas inclusivas es que la sociedad en general y la comunidad educativa en particular tengan una actitud de aceptación, respeto y valoración de las diferencias. La respuesta a la diversidad implica, además de lo señalado, un currículo amplio, flexible que se pueda diversificar a las diferencias socioculturales e individuales, y, también tiene que ser equilibrado en cuanto al tipo de capacidades y contenidos que contempla. Así por ejemplo, para el caso de los niños y niñas de otras etnias o culturas, niños migrantes, niños de la calle, etc, la tendencia es adecuar el currículo oficial a sus características y necesidades, respetando los mismos objetivos generales, y haciendo algunas modificaciones en los contenidos, estrategias y medios de enseñanza, para que el aprendizaje sea más significativo y funcional para ellos. Los ajustes más frecuentes en relación con los contenidos suelen ser la selección de los contenidos más esenciales de cada área curricular, o dar prioridad a algunos de ellos, o la introducción de algunos aprendizajes más ajustados a sus necesidades. Hay que tener en cuenta que los niños migrantes, de la calle o niños trabajadores concurren poco tiempo a la escuela y tienen unas condiciones de vida muy difíciles y peculiares, por lo que es necesario seleccionar los contenidos más relevantes del currículo oficial, o dar prioridad a determinados aprendizajes que son más funcionales para ellos y que contribuyen a mejorar su calidad de vida y su inserción en la sociedad. La respuesta a la diversidad como todo 27 proceso de innovación afecta a la globalidad e implica cuestionar la práctica educativa tradicional, introduciendo cambios substanciales en la misma 33 . En este contexto, si bien todavía hay mucho que desarrollar, en los últimos tiempos han surgido narrativas 34 que empiezan a cuestionar un modelo educativo que no incorpore políticas que eliminen la discriminación racial, religiosa o cultural. En otras palabras, se necesita tener en cuenta la situación de las minorías, los indígenas, negros, migrantes y otros grupos vulnerables. Como se ha dicho anteriormente, lo que se busca es una educación para todos, es decir políticas educativas inclusivas, lo cual implica proceder a una revisión de los currículos, textos, materias, juegos educativos, de la relación alumno-profesor y el rol de cada uno, para eliminar todo elemento que fomente el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y toda forma conexa de intolerancia. Y sobre todo tener en cuenta la situación de los migrantes enfatizando las contribuciones que ellos han hecho y pueden hacer para el desarrollo humano y el desarrollo de cada país en particular35 . Finalmente, para terminar este acápite es necesario retomar cierto postulado teórico que ha estado implícito en estas líneas. Nos referimos a la necesidad de construir una pedagogía crítica multicultural36 . Bajo esta perspectiva se entiende que las representaciones de la raza, el sexo y el género son el resultado de amplias luchas sociales sobre signos y significados, ya que de esta forma se enfatiza, no sólo el juego textual o la representación metafórica como una forma de resistencia (como es el caso del multiculturalismo liberal de izquierdas), sino que se hace hincapié en la tarea central de transformar las relaciones institucionales, culturales y sociales en la que los significados son generados (cf. McLaren, ibid:155). En este sentido, al hablar de una educación inclusiva que incorpore el enfoque multicultural estamos haciendo alusión a la necesidad de producir identidades fronterizas, las cuales se crean sin empatía por los otros mediante una conexión apasionada a través de la diferencia. Dicha conexión es fomentada por una imaginación narrativa que posibilita establecer criterios entre nuestras propias historias y las historias de “otros”. La identidad fronteriza requiere de una “dialéctica de la diferencia” que se refiere a la formación de las subjetividades de resistencia, es decir, de las subjetividades que son capaces de resistir a las tendencias absolutizantes de un mundo patriarcal, hegemónico, racista y clasista que se 33 En 1992 UNESCO creó la Red de Escuelas Asociadas, las mismas que han estado trabajando por el entendimiento internacional, a través de la educación para la paz, los derechos humanos y la democracia, impulsando el “aprender a vivir juntos”. Dicha red fue creada para “movilizar a todas las escuelas del mundo en la realización de proyectos pilotos destinados a fortalecer el papel de la educación en la promoción de una cultura de paz y tolerancia”. A la fecha existen más de 5000 Escuelas Asociadas repartidas en todos los países y en todos los continentes (cf, Juáregui, 1999:88-95) 34 Narrativas impulsadas principalmente por los defensores de los derechos humanos. Nuevamente la UNESCO aparece, entre otras entidades, como el organismo que lleva el embanderamiento de esta causa. 35 Para una lectura detenida de todas las peticiones y propuestas realizadas, ver: Borrador de Declaración de Santiago (2000), y Migración, Refugiados y Xenofobia. Elementos para un programa de acción. Hacia la Conferencia Mundial del 2001 contra el Racismo y la Xenofobia (noviembre 2000). 36 Las reflexiones que continuación se hacen se basan en el inquietante trabajo de McLaren (1997) Pedagogía Crítica y cultura depredadora. Políticas de oposición en la era posmoderna. 28 fundamenta así mismo en la noción de una identidad fija y positiva y en roles específicos de género basados en esta fijación positiva (ibid). Yendo un poco más lejos, Hicks (1998) al hablar sobre “escrituras fronterizas” entendía éstas como una estrategia anticentrante en la que las narraciones fronterizas son descentradas, de manera que no hay una identidad entre el lector y el carácter individual, sino una invitación a escuchar una voz de una persona que proviene de un montón de códigos de los que emergen los caracteres y los acontecimientos. La autora basa su concepto de escritura fronteriza en lo que denomina las culturas fronterizas heterogéneas de América Latina y en sus relaciones con la literatura latinoamericana contemporánea. Así, lo que sugiere McLaren es que: “...los profesores y estudiantes aprendan a representarse a sí mismos mediante una forma de escritura fronteriza en la que las narraciones que constituyen para ellos mismos en relación con el otro están efectivamente desterritorializadas políticamente, culturalmente y lingüísticamente, de manera que los tropos de significado a través de los que la subjetividad es construida no consiguen dominar al otro. Construir identidades fronterizas es renunciar a adoptar una única perspectiva vinculada con la dominación cultural” (1997:134). La pedagogía crítica multicultural debe construir una praxis de identidad fronteriza en la que los sistemas binarios de pensamiento, -por ejemplo, blanco vs. negro; blanco vs. indio; nacional vs. migrante-, ya no puedan organizar la propia política. El reto es crear lo que Trint T. Minh ha llamado “un multilugar cambiante de resistencia” donde no prosperen simplemente las estrategias alternadas y homogeneizadas de rechazo, afirmación, confrontación y oposición bien enraizadas en una tradición de la contestación. Bajo esta mirada, el concepto de multiculturalismo ya no es simplemente una noción que ni endosa la idea de una yuxtaposición de culturas, ni suscribe ese tipo de actitud del “blando pote de mezclas” que nivela todas las diferencias; sino que es la aceptación intercultural de riesgos, retornos inesperados y complejidades de relación entre la ruptura y la conclusión. La idea es desarrollar una estrategia de identidad que se fundamente no sólo en las “diferencias fijadas, sino en la transformación de lenguajes y espacios de operación para evitar tanto la invisibilidad como la asimilación (cf.ibid:138). Por último, si los profesores, ejerciendo sus funciones pedagógicas sirven para mediar entre la sociedad anfitriona y las culturas étnicas de sus estudiantes, ¿hasta qué punto las narraciones que los profesores usan para mediar entre las narraciones dominantes y las contranarraciones, o las narraciones de la diferencia, están pobladas de discursos nacionalistas, intolerantes y corporativos de la cultura dominante? Esta cuestión subraya la importancia de invitar a los propios estudiantes a convertirse en mediadores de sus propias narraciones y a asumir la autoridad narrativa de sus propias vidas, adoptando una perspectiva metacultural a partir de la cual puedan llegar a ser críticos con ambas culturas. Por supuesto, la narrativa implícita y la imaginación insurgente que les invita a asumir el rol de mediadores metaculturales es lo que explica la historia de la 29 esperanza y la liberación. Dicha narrativa no debe generar conclusiones prematuras sobre el significado de la emancipación o simplemente añadir la continua lucha por la libertad a una gastada tradición radical. Se puede utilizar para alcanzar dicho objetivo, animando a los estudiantes a ser implacablemente autocríticos al examinar sus propias asunciones y reconocer cuando una práctica de la liberación sirve inconscientemente para recontener la opresión. Se necesita crear estudiantes con una conciencia reflexiva intersubjetiva, lo que Paulo Freire llamaba conscientización. Indemnizaciones y reparaciones De acuerdo a lo promulgado por el Borrador de la Declaración de Santiago, "toda victima de violación en DDHH tiene derecho a obtener reparación sin ninguna distinción perjudicial, restitución, indemnización, compensación y rehabilitación por motivos de raza, color, género, orientación sexual, edad, idioma, religión, creencias religiosas, origen nacional, étnico o social, situación económica, nacimiento, situación familiar o de otra índole o de impedimento físico"37 . A las Naciones Unidas les interesa particularmente las situaciones que han generado la privación arbitraria de bienes, ya sean de propiedad personal exclusiva o en asociación con otras personas. En ese caso, la persona interesada tendrá derecho a una indemnización justa y apropiada. Esto se extiende a la detención o prisión ilegal. Cuando ello ocurra, la autoridad judicial, administrativa o legislativa competente, o cualquier otra autoridad idónea prevista en el sistema jurídico del Estado, debe decidir sobre la procedencia de la demanda de toda persona que interponga tal recurso, y que se amplíen las posibilidades de obtener reparación por vía judicial. En el ámbito latinoamericano, las deficiencias de los Estados en esta materia se deben principalmente a la inoperancia de la normativa jurídica llevada a la práctica, en la medida que existe una ruptura entre los postulados, ese "deber ser" y las prácticas operantes. La posibilidad de obtener un fallo favorable cuando se ven violados los derechos humanos y se requiere reparación, se ve obstaculizada, no sólo por la existencia de operadores o funcionarios de justicia con insuficientes niveles de preparación jurídica, sino también porque el juzgamiento está condicionado a otros factores ilegítimos que operan en la práctica como las influencias personales, económicas o políticas, la corrupción, etc, aspectos que vulneran la ejecución de un fallo imparcial y justo 38 . ESCENARIOS DE COMPLEJIDAD: DIFICULTADES Y LIMITACIONES La institucionalización de las políticas de derechos humanos al interior de los Estados. En el campo de aplicación de los pactos y convenciones realizados por los organismos internacionales, aún cuando estos tengan un efecto inmediato en el derecho interno de los Estados y aún cuando hayan sido ratificados, la aplicación de los mismos exige 37 Inciso 20 Para ampliar este tema se recomienda "El Derecho a la reparación en el procesamiento penal", INREDH, CAPAM, Serie de Investigación N°3, Quito, 2.000 38 30 transformaciones o adecuaciones del derecho interno. De esta forma, los propios individuos podrán invocar y apelar a ellos en casos de incumplimiento. Generalmente, las Constituciones latinoamericanas han otorgado a los tratados y convenciones de DDHH ratificados un valor superior a la ley común; por tanto, reconocen en esos derechos valores orientadores para la acción del Estado 39 . La paradoja se presenta cuando la aplicación en el ámbito interno dista mucho de los éxitos sostenidos en el ámbito internacional. Abregú sostiene que "nos enfrentamos a una paradoja histórica que nos muestra que si el desafío de la posguerra era la internacionalización de los derechos humanos como herramienta para un eventual destierro de los genocidios, el desafío de este fin de siglo es la nacionalización de los derechos universales, como la única forma de hacerlos efectivos en el ámbito interno 40 " Uno de los problemas a los que se enfrenta el cumplimiento de los tratados internacionales, es que se encuentra dominado por decisiones y presiones políticas y por la dificultad de institucionalización de estas normativas. Se presenta además una debilidad visible en instituciones estatales como la policía y los órganos de justicia, y en la adecuación y aplicación de sus legislaciones nacionales a los requerimientos del derecho internacional. Son factores conducentes a que en el ámbito de los individuos, exista una distancia entre el carácter propositivo de los órganos internacionales en términos del "deber ser" y la violación en la práctica de sus derechos. Si estos problemas ocurren pese a la incorporación de las normas en DDHH en los sistemas jurídicos internacionales, de igual forma se presentan obstáculos institucionales para lograr la amplia ratificación con los instrumentos internacionales que se ocupan de los derechos de los migrantes 41 . Y los que sí lo habían hecho, tampoco observan ni sus principios ni sus disposiciones 42 . Como bien observa Antonio Cassese "todo el mundo sabe que el Estado moderno es un aparato mastodóntico, extremadamente burocratizado y formalizado, en el que, por lo tanto, la relación gobierno-ciudadano se ha vuelto intrincada y pocas veces transparente. De ello nace la dificultad, para los Estados soberanos, de atenerse 39 De acuerdo al informe presentado por el PNUD en 1999 la mayoría de los países latinoamericanos han ratificado los siguientes Acuerdos Internacionales clave: -Convenio sobre el estatuto de los Refugiados, 1951. -Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales. 1966 -Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos.1966 -Convención Internacional sobre todas las formas de Discriminación Racial. 1969 -Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer.1979 -Convención sobre los Derechos Políticos de las Mujeres. 1979 -Convención sobre los Derechos del Niño. 1989. 40 Abregú, M.,: "La aplicación del Derecho internacional de los Derechos Humanos por los tribunales locales: una introducción", en: La aplicación de los tratados internacionales sobre derechos humanos por tribunales locales, PNUD, Buenos Aires, 1998. p. 5 41 Al 31 de agosto de 1998, la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares había recibido la ratificación o la adhesión de Colombia y la firma de Chile y México. 42 Aunque los Estados han ratificado la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, en esencia el primer tratado de derechos humanos, debe integrarse un concepto integrativo en la materia, más allá de la protección de los refugiados, puesto que abarca a cada ser humano nacional o no bajo la jurisdicción de un Estado 31 correctamente, día a día, a los preceptos internacionales sobre los derechos humanos" (1993: 20) 43 . En este escenario es de esperar que las acciones racistas y xenófobas continuarán por la falta de compromiso ante el problema. Dentro de las medidas que pueden adoptar los Estados, podrían desatarse acciones como: la restricción de los derechos de los migrantes, el endurecimiento de los controles en las fronteras, y por ende, el beneficio indirecto a las organizaciones ilegales de tráfico humano. Se contribuye así al aumento de los factores de ilegalidad de los migrantes, la reducción de sus derechos, y por tanto, mayor vulnerabilidad frente al Estado, frente a las organizaciones ilegales y empleadores abusivos. Incremento de la pobreza y condiciones de vida en los países receptores de migrantes. De acuerdo al informe presentado por CEPAL44 , los flujos migratorios intra latinoamericanos se dirigen desde los países y regiones más deprimidos hacia las de más desarrollo relativo. Pero en términos generales, los procesos actuales de reforma que se exigen a los países para insertarse en los mercados mundiales en el marco del proceso de globalización, impulsan a los gobiernos y empresas privadas a aplicar medidas de reducción de costos laborales y fiscales de los productos que compiten internacionalmente. Los recortes en el déficit fiscal se traducen en una disminución del empleo en el sector público, y además, puede acompañarse de procesos de privatización de las empresas estatales, que también redundan en mayores niveles de desempleo. Por su parte, el sector privado incorpora nuevos procesos de racionalización en su gestión que contradice los supuestos niveles de crecimiento que deberían traer aparejados los procesos de reforma mencionados. En este contexto, se puede afirmar que en América Latina, el crecimiento económico no es inclusivo de la fuerza de trabajo, más bien expulsor, pues ataca especialmente a los estratos de bajo ingreso. Acompañando este proceso, debe agregarse las medidas de flexibilización laboral y las reformas en los regímenes de trabajo, previsión y seguridad social. La migración responde en muchas ocasiones a un gran flujo de desocupados que se ven forzados a migrar de su país de origen por las medidas y políticas descritas que se enmarcan dentro de un modelo de desarrollo caracterizado por la exclusión, el desempleo, la inequidad y la falta de certidumbre económica para sus poblaciones. Otra circunstancia agravante de este proceso, es que los migrantes son utilizados por parte de las distintas empresas nacionales y transnacionales empleándolos en forma precaria, es decir, exentos de los beneficios que ampara el sistema de seguridad social. Por ello, se puede sostener que en la actualidad en América Latina el problema de la pobreza y del desempleo no es solamente originario de los países expulsores sino que se presenta también en los países receptores. Frente a esta situación, urge brindar soluciones a los flujos migratorios transfronterizos, a través de una política de control de fronteras clara y comprensible para todos. El objetivo 43 Cassese, A.: "Los derechos humanos en el mundo contemporáneo", Ed. Ariel, Barcelona, 1993. P. 260. Di Fillipo, A., Franco, R.,: "Aspectos sociales de la integración regional" (Cap. I), en Las Dimensiones Sociales de la Integración Regional en América Latina, CEPAL, Ed. Naciones Unidas, Santiago, 1999. 44 32 central debe ser evitar la anarquía de la oferta en el mercado laboral, la cuál sólo beneficia a empresarios abusivos que priorizan una racionalidad extractiva basada en bajos costos de la fuerza de trabajo, y trae como consecuencia el debilitamiento de los lazos de solidaridad entre trabajadores por el acceso a las fuentes de trabajo. Paralelamente este proceso viene acompañado de actitudes de racismo y discriminación con esta población por parte de los trabajadores nacionales que ven en los migrantes un sector que atenta contra sus posibilidades de sobreviviencia. La vinculación entre precariedad del mercado de trabajo y pobreza no tiene discusión justificativa, como tampoco que ésta última se encuentre asociada a la discriminación que sufren la mayoría de las víctimas del racismo, xenofobia y otras formas conexas de intolerancia y que estas prácticas aumenten las condiciones de pobreza, marginalidad y exclusión social de grupos y colectividades con el peligro de que se reproduzcan y amplíen en forma sistemática. Vinculado a este escenario se vuelve prioritario señalar que muchos Estados utilizan las crisis económicas como argumento que limita la consideración de los componentes del problema migratorio en términos de derechos para esta población. Los dilemas se presentan más complejos por la estrecha relación existente entre las crisis desatadas por la ejecución de los programas de ajuste estructural45 y los modelos económicos vigentes, tanto en los países expulsores como en los países receptores. Nacionalismo y Soberanía Los recientes cambios operados en el ámbito mundial sustentados por la globalización y la creciente emergencia de flujos migratorios internacionales, constituye para algunos autores la emergencia de un "mundo interméstico 46 ". Este emerge a consecuencia de un proceso social que desafía a las viejas fronteras tradicionales en términos de lo interno y lo externo. La supremacía de comunidades transnacionales y nuevas sociedades migratorias, la evolución del Derecho Internacional y de los DDHH y sus mecanismos de protección, son factores que inducen a concluir que en este nuevo mundo asistimos a un debilitamiento progresivo del concepto clásico de soberanía nacional al interior de los Estados. Pero, paralelamente a este proceso global, y, en cierta forma homogeneizante, emergen al interior de los estados corrientes políticas sustentadas en ideologías de corte nacionalista, 47 45 La implementación de programas de ajuste en América Latina dan cuenta de la brecha existente entre el ajuste económico y el ajuste social, en la medida que los elementos que tienen en cuenta la dimensión humana continúan siendo insuficientes, "razón por al cual dichos programas tienen una repercusión negativa sobre al realización de los derechos económicos, sociales y culturales, particularmente respecto de los grupos más vulnerables de la sociedad" (Marchán, 1997: 36). En este problema tienen también mucho que ver las directrices de los organismos financieros internacionales. 46 Orozco, M.,: "La Política inmigratoria de los Estados Unidos: implicaciones en las relaciones internacionales y la soberanía", en Cuaderno de Ciencias Sociales, N°98, FLACSO, Costa Rica, 1997 47 El nacionalismo se sostiene partiendo de una delimitación social y política del otro, es un fenómeno que por su propia naturaleza es excluyente y que encuentra su realización en el ejercicio de la soberanía. Con este punto de partida, basado en la diferencia, se crean las condiciones para el conflicto de identidades. Cuando tiene su expresión al interior de los Estados "conlleva en muchos casos una carga significativa de odio y de violencia" (Ramírez Bulla, 1999: 313). 33 que incitan y promueven conductas de miedo y rechazo frente a los grupos migrantes. De esta forma, lo local se contrapone a lo global sobre la base de un mal entendimiento del concepto de soberanía en los Estados nación. Las prácticas políticas sostienen diversos discursos en torno a la seguridad nacional48 , específicamente en la protección de fronteras ante supuestos "invasores", las que conforman escudos para enfrentar las cuestiones de DDHH en el campo migratorio. Estas medidas dan cuenta muchas veces del juego político del Estado y otros actores sociales, quienes convierten a los inmigrantes en chivos expiatorios frente a la opinión pública, al ubicarlos como causantes de todos los males como lo hemos advertido en páginas anteriores. Los medios de comunicación y la migración: indiferencias y algo más. Este capítulo nos permitirá acercarnos a un tema que sin lugar a dudas ejerce influencia local, nacional y regional en el tratamiento, las interpretaciones y las proposiciones que surgen, sobre el tema de la migración, la discriminación y el racismo, entre las diferentes instancias involucradas directa o indirectamente con este fenómeno social. El interés es conocer cuál es el papel que cumplen los medios de comunicación, de qué manera están abordando el tema de la migración y cómo pueden o no ejercer una influencia a través de sus análisis, silencios, compromisos, estigmatizaciones, propuestas e indiferencias, entre muchas otras posibilidades de accionar que tienen al respecto. Para lograr este acercamiento miraremos en primer lugar algunas fundamentaciones y conceptos que nos mostrarán el papel de los medios de comunicación, en especial la prensa escrita, en el ejercicio de la democracia; su compromiso ético con la sociedad; la responsabilidad social que tiene que ser asumida y las posibles mediaciones presentes en estos procesos. En segundo lugar, realizaremos un análisis sobre el tratamiento, que algunos periódicos de diferentes países del Cono Sur (nombrar los países y los peródicos), le dan a informaciones relacionadas con la migración; miraremos la objetividad, la discriminación, los silencios, los actores y hasta las estigmatizaciones que están presentes en sus discursos de la prensa que en muchas situaciones recogen lo que en otras secciones se ha denominado "culturas institucionales". Este último elemento es muy importante, pues en términos propositivos de generan algunas líneas de acción para lograr que en la relación medios – migración, existan más alianzas que enemistades e indiferencias. Medios 1: poder y democracia Los medios masivos de comunicación tienen una especial relación con el desarrollo social, económico, cultural y político en sus países de origen; en muchas ocasiones ejercen una clara influencia en el devenir de los pueblos, en la toma de decisiones, en la manera en que los otros asumen o no una temática, un fenómeno o un problema. El poder que pueden ejercer y su influencia en las sociedades es un tema tratado desde diferentes perspectivas; 48 Para comprender esta posición por parte de los Estados, vale citar la aclaración planteada por Adrián Bonilla, quien afirma que las prácticas políticas se pueden entender no sólo como el resultado de la interacción de intereses racionales, sino también como la producción de sentido, posición, valores e identidades en el plano simbólico (Bonilla, 1997: 42). 34 no obstante, en su calidad de performadores de opinión, a más del compromiso que mantienen para la consolidación del ejercicio democrático, también existen temas que condensan problemáticas coyunturales que en varias ocasiones no expresan de forma adecuada el análisis real de fenómenos como el racismo, la discriminación, la intolerancia y la exclusión. En ese sentido, es pertinente preguntarse acerca de la calidad de la información entregada, ya que no se trata únicamente de que las poblaciones puedan acceder a la información, sino que esa información sea veraz, objetiva, no manipulada, en fin, sea de calidad tanto en la forma como en los contenidos. Surgen entonces algunos interrogantes como por ejemplo ¿cómo abordan los medios escritos latinoamericanos la información sobre el fenómeno de la migración?, ¿existe independencia, compromiso y responsabilidad al presentar la temática?, ¿están realmente contribuyendo al fortalecimiento de nuestras democracias?, los temas de agenda que se tratan, expresan realmente la diversidad de opiniones de los distintos actores insertos en las distintas problemáticas?. Para hacer posible esa consolidación democrática es necesario que los periodistas y los medios de comunicación en general, no piensen únicamente en ejercer su derecho a la libertad de expresión. Es también necesario que tengan presente los derechos de las otras personas y los deberes que ellos tienen cuando asumen el compromiso de poner en práctica la labor periodística. Esto significa que no se trata únicamente de informar, de dar a conocer hechos o situaciones de interés general; sino también, de ejercer una labor de formación que vaya más allá de lo inmediato y que brinde a los destinatarios la posibilidad de interesarse, analizar, tomar posición frente a los sucesos planteados. Ahora bien, si la prensa escrita y los medios de comunicación en general están decididos, interesados, comprometidos o necesitados de participar en esa consolidación democrática, de ofrecer a los ciudadanos más que una gran cantidad de información; es necesario que se alejen de intereses políticos que afecten su desempeño, de posibles subjetividades que interfieran negativamente en las posiciones o decisiones de los otros, del interés único por el mercado o las retribuciones económicas; y piensen y actúen mejor en razón de su función social y de la posibilidad que tienen de fortalecer la cultura, la participación ciudadana, el desarrollo y la democracia de cada país. Medios 2: ética y responsabilidad social La ética y la responsabilidad social de los medios de comunicación son otros temas sobre los cuales se han escrito muchas teorías, propuestas y planteamientos que son presentados constantemente en las salas de redacción de los periódicos, los noticieros de televisión o las emisoras radiales. Siempre que se trata el tema de los medios de comunicación, de sus posibilidades, influencias, ventajas y desventajas, se habla de ética; es más, los periodistas, los directores de medios y los ciudadanos hablan de la ética como una necesidad, como un compromiso, pero además como un compromiso que ya es asumido por quienes hacen parte del medio. Al analizar lo que sucede realmente, nos damos cuenta que el problema con la ética no es que no se conozca, que no se hable al respecto; sino que no se sabe en muchas ocasiones como se debe asumir en la práctica, se podría decir entonces que es un problema del proceso que se da en el ejercicio periodístico. 35 Todo está claro en teoría y en abstracto. No lo está en la práctica. Pero es que lo concerniente a la ética –esa ética de la que tanto hablamos- no es la adhesión a principios abstractos, sino la puesta en práctica de los mismos. Si los medios se limitan a plantear ese "deber ser" solo en teoría, dichas entidades son acusadas –con razón- de cinismo y de perder credibilidad. Pues aunque es difícil aplicar la teoría, es relativamente fácil descubrir que ciertas prácticas no son coherentes con lo que se predica49 (Camps: 1996) Creemos que la ética no se aprende en los textos ni en los discursos, la ética se siente y se vive en el ejercicio diario del periodismo; la ética es un compromiso que se asume primero con uno mismo y luego con los demás; es una relación constante entre lo personal, lo moral y lo profesional; entre los sentimientos y la razón del ser humano en toda su dimensión. La conciencia moral se adquiere –dicen los psicólogos- cuando uno hace lo que debe hacer por convicción, no porque se lo ordenan. Cuando el mal se rechaza porque se considera repulsivo y detestable, no porque haya un precepto que lo prohíba (Camps: 1996) Por otra parte, cuando se habla de medios de comunicación en su relación directa con el papel que cumplen en la sociedad, es necesario tratar el tema de la responsabilidad social, entendida como ese compromiso tácito e intrínseco del ejercicio periodístico. La responsabilidad social se refiere a la capacidad de los medios no sólo de informar sino también de formar a los ciudadanos; a la posibilidad de promover la participación, la vinculación y la opinión de las diversas poblaciones, en especial de las minorías, de los involucrados, de los afectados por determinadas situaciones; a la oportunidad de fortalecer el tejido social y promover la convivencia, la tolerancia y la diferencia. Nos preguntamos entonces ¿cumplen con su responsabilidad social los medios impresos en los países receptores de migrantes cuando tratan el tema del racismo vinculado a la migración?, ¿están promoviendo, a través del tratamiento de la información, la tolerancia y la convivencia pacífica entre ciudadanos en diversas condiciones?, ¿contribuyen al fortalecimiento de ese tejido social?. Aún cuando la responsabilidad social debe ser algo intrínseco a los medios y no externo a ellos, en nuestras sociedades se presenta el caso de medios de comunicación que no cumplen con ese compromiso social, que se alejan de los ciudadanos y de su responsabilidad para con ellos en el momento en que se dejan influenciar por otro tipo de intereses ya sean sociales, políticos o económicos. Cuando lo que importa por encima de todo es vender, demostrar eficacias administrativas y mercantiles, en ese camino se pierden los cimientos de un oficio que quería informar mejor para formar ciudadanos mejor capacitados para discernir sobre las políticas que deben aplicarse para intentar modificar el estado de las cosas (Armada:1999) Lo cierto es que los medios en cualquier lugar y condición están llamados a cumplir con su compromiso y responsabilidad social al desempeñar la labor periodística; a propiciar el 49 Es frecuente al analizar el discurso "propio" de los medios encontrar una serie de contradicciones respecto a un tema determinado. Por ejemplo, cuando existe un posicionamiento referido a la defensa de la democracia y de sus valores, se oculta y no se visibiliza otros valores como la tolerancia y el respeto a los derechos de los migrantes. 36 diálogo, a respetar los derechos de los otros, a comprometerse con la sociedad y a fortalecer la democracia. Así como los medios hacen halago del derecho que poseen a la libertad de expresión; de la misma manera deben comprometerse y responsabilizarse con sus propios deberes y con los derechos de las demás personas, protegiéndolas sin importar su condición o procedencia. Medios 3: realidades y mediaciones Los medios de comunicación pueden en el ejercicio de su labor, permitir que los individuos conozcan los hechos, temáticas y situaciones propias del desarrollo mismo de las sociedades; dan la posibilidad de un acercamiento a contextos sociales, políticos y culturales que posiblemente son lejanos a los seres humanos ya que no todos tiene la misma oportunidad de conocimiento de lo que sucede a su alrededor. Los medios de comunicación pueden entonces cumplir con esta tarea, pueden acercar a determinadas poblaciones las realidades que ellas desconocen. Para que los periodistas en el ejercicio de su labor y los medios en general cumplan con ese papel, es necesario que antes de dar a conocer o difundir cualquier tipo de información sobre una realidad social, esa realidad sea conocida y comprendida por quienes se encargarán de transmitirla. Comprender significa desarrollar una mirada de la realidad más compleja pero también más sensible. No podemos pretender transformar al periodista en un científico social por mucho que esa mirada más compleja que reclamamos requiera una formación más profunda y sistemática de los informadores; se trata antes que nada de utilizar periodísticamente los recursos necesarios para localizar estos hechos significativos, comprenderlos y comunicarlos sin mutilarlos (Zeller: 1999). Ese comprender y comunicar sin mutilar significa entre otras cosas, conocer, analizar y dar a conocer a los otros esos hechos que hacen parte de la realidad cotidiana de determinado lugar; sin embargo, esto no significa que los medios de comunicación pueden informar sin responsabilidad sobre cualquier tema porque así lo consideran necesario, o que abusen indiscriminadamente al presentar la información respaldándose en que lo que presentan hace parte de la realidad que se vive. Si observamos los noticieros de televisión y las noticias de los periódicos en cada país, nos damos cuenta que muchas de las noticias presentadas hacen referencia a hechos negativos que involucran a determinado grupo social. Temáticas como la violencia, la violación de los derechos humanos, la migración, el racismo, ocupan grandes titulares y llegan a destinatarios que en muchas ocasiones forman sus propias interpretaciones a partir de lo que leen o escuchan. Lo sensacional, lo catastrófico sustituye a la información, a los reportajes en profundidad, con antecedentes y consecuentes sobre conflictos estructurales. La nueva información, al no reflejar en su complejidad los procesos de transformación de la realidad, lo que hace es crear una gran masa de ciudadanos desinformados y, por tanto, sin capacidad decisoria (Sáez: 1999). Tenemos entonces en lo aquí planteado, algunas razones por las que es necesario dar mayor importancia a los medios de comunicación, a los actores que allí participan o que por el contrario son ignorados; hay que enfocar el interés en la comunicación en general; porque, 37 cargada tanto por los procesos de trasnacionalización como por la emergencia de sujetos sociales e identidades culturales nuevas, la comunicación se está convirtiendo en un espacio estratégico desde el cual pensar los bloqueos y las contradicciones que dinamizan estas sociedades. De ahí que el eje del debate se desplace de los medios a las mediaciones, esto es, a las articulaciones sociales, a las diferentes temporalidades y la pluralidad de matrices culturales. (Martín Barbero:1998). Con todo este panorama, es necesario hacer un llamado a pensar la función de los periodistas y de los medios más allá de la información, más a allá de la intermediación; la invitación es a pensar en los sujetos, en los procesos, en las mediaciones, aquellas que hacen posible la comunicación como un espacio sin fronteras, sin limitaciones, con individuos con derechos y posibilidades de pensar y vivir de manera diferente a los otros. Un vistazo al cubrimiento periodístico: Qué dicen, qué callan ! De acuerdo a lo planteado, se realizó una análisis de artículos publicados por algunos periódicos en Honduras, Nicaragua, Costa Rica, México, Argentina, Chile, Bolivia y Venezuela, con el fin de conocer y analizar la manera en que estos diarios abordan el tema de la migración y los migrantes. Cabe destacar que algunos de estos países son lugar de origen y otros destino para los migrantes y esta característica marca una diferencia en la manera en que es tratado el tema en los distintos países. Nicaragua y Honduras: Fragilidad entre campos, ríos y desiertos Nicaragua y Honduras son países con un alto porcentaje de emigrantes, hombres y mujeres que salen en busca de nuevas oportunidades sin importarles los riesgos que sus travesías implicarán. Algunos de sus destinos más comunes son Costa Rica, México y Estados Unidos, países que, según muchos de ellos, les ofrecerán las condiciones necesarias para una vida mejor. Como consecuencia de esa condición de país emigrante, se pudo observar que la mayoría del material periodístico analizado se relaciona con lo que le sucede a los “suyos” en sus lugares de destino, o en el camino que los lleva a esos lugares, a veces inalcanzables. De acuerdo al análisis realizado a aproximadamente 65 artículos de prensa publicados en algunos periodos del año 2000, se podría decir que en primer lugar se encontraron escritos ante todo informativos, los cuales dan razón de hechos o situaciones que involucran a los ciudadanos, como se puede observar en los siguientes titulares de prensa: • • • • Costa Rica creará ley contra coyotes, La Prensa, jueves 21 de septiembre del 2000, Nicaragua. Capturan a nicas indocumentados , La Prensa, Lunes 11 de septiembre del 2000, Nicaragua. Deportaciones ticas son el pan de cada día, La Prensa, martes 26 de septiembre del 2000, Nicaragua. Más de mil hondureños han sido deportados este año, La Prensa 1 de marzo del 2000, Honduras 38 • • Unos 3,000 emigrantes hondureños desaparecidos, La Prensa Martes 29 de Agosto del 2000, Honduras Hallan a 108 hondureños ilegales en contenedor frigorífico en México, Nacionales 3 mayo del 2000. En muchos de los artículos encontrados con esta característica, no hay un análisis o una investigación profunda que permita conocer otros hechos al respecto, posibles circunstancias en las que se desarrollan las informaciones presentadas, las causas y las consecuencias que se generarían a partir de ahí. Además, es común que en las informaciones no se tenga en cuenta a los afectados, no se escuchen sus opiniones o puntos de vista al respecto, ya que son utilizadas únicamente las fuentes oficiales. De esa manera existe una invisibilización de los sujetos, de los derechos humanos de esas personas en países receptores o transitorios; de las acciones generadas por las políticas públicas que pueden ser xenófogas y amparadas en el discurso de la defensa de la nación y sus "virtudes". En segundo lugar, aunque en pocas ocasiones, se encontró un material periodístico de investigación, cuya profundidad buscó ofrecer a los lectores una mayor información sobre la migración, sus posibles causas y consecuencias, incluyendo los hechos, obstáculos y tristezas que viven los migrantes. Generalmente en estos trabajos se cuenta con la opinión de los afectados directamente, en este caso de las personas que toman la opción de emigrar de sus países de origen. Un ejemplo de este tipo de trabajo es del diario La Prensa de Honduras que publicó 10 reportajes con el fin de seguirle el camino a “los mojados” o migrantes y conocer las realidades que viven cuando deciden iniciar el recorrido que los lleva a otros rumbos. Algunos de los titulares de este trabajo son: • • • • • En la ruta de los mojados, La Prensa, 24 de julio de 2000. Asaltantes y "polleros", las pesadillas de los "mojados", 25 de julio del 2000. El río o el desierto, las dos opciones para el paso del norte, 30 de julio del 2000. Al estilo del Ku Kux Klan rancheros de EUA se divierten cazando migrantes, 31 de julio del 2000. Volver a Honduras con sus problemas resueltos es utopía para migrantes, 1 de agosto del 2000. Por último, encontramos trabajos que también apoyándose en un análisis de los hechos, o en declaraciones dadas por personas representantes de algunas instancias sociales o institucionales, se planteaban las causas del fenómeno y las posibles acciones al respecto. Es el caso de los siguientes artículos: • • • “El gran desafío de hondureños es crear trabajo para todos”, La Prensa, 4 de septiembre del 2000, Honduras Pobreza causa éxodo centroamericano, más de cinco millones de salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses viven en el exterior, La Prensa, sábado 14 de octubre del 2000, Nicaragua. Los migrantes desafían minas y serpientes, La Prensa viernes 11 de agosto del 2000, Nicaragua. 39 Podemos concluir por ahora, que aún cuando en estos países sí existe un cubrimiento informático sobre el tema de la migración, en el material analizado no se encontró mayor profundidad al analizar la problemática tratada. Hay que pensar que los medios de comunicación pueden cumplir una labor muy importante en lugares como estos, donde la población no necesita únicamente ser informada sino también formada al respecto; la necesidad de encontrar mejores oportunidades lleva a las personas a emigrar de sus países creyendo que “al otro lado” encontrarán la solución deseada; sin embargo es poco lo que realmente conocen sobre qué hay más allá, cuáles son los reales obstáculos y riesgos con que se pueden encontrar; y esa debe ser una labor de los medios, mostrar las diferentes situaciones posibles, concienciar, formar. México: El paso para alcanzar el sueño o... la pesadilla México ofrece unas características muy especiales en su relación con el fenómeno de la migración. Diariamente llegan muchos hombres y mujeres provenientes de los países centroamericanos y suramericanos; pero la gran mayoría de ellos lo hacen como la escala, el puente o el paso obligado para seguir a un tercer país, que en muchos casos es Estados Unidos. Este tránsito por el país mexicano se convierte para muchos migrantes en una pesadilla, no sólo por las condiciones geográficas y topográficas del territorio que deben sobrepasar, sino también porque al estar más cerca del “sueño” aumentan los engaños, los abusos, las violaciones de derechos, las muestras de intolerancia, de resistencia. El análisis que realizamos en aproximadamente 80 artículos publicados por los periódicos La Jornada y Excelsior durante el año 2000; nos muestra que nuevamente aún cuando el tema de la migración es tratado, el compromiso de los medios es en gran medida informativo, con relación a la situación de los inmigrantes en el país, sus capturas y deportaciones, el negocio económico que se mueva alrededor de ellos, entre otros aspectos. Así se puede observar en estos titulares, • • • • • Suman 190 ilegales detenidos en territorio tlaxcalteca, La Jornada de Oriente, Miércoles 21 Junio Mayo 2000 Mueren otros dos indocumentados que viajaban en el Chiapas-Mayab, La Jornada, viernes 14 de abril de 2000 Chiapas, Convertido en el Paso Preferido de Ilegales de CA: INM Por esa Entidad Entraron 70% de los 120 mil Detenidos en 1999, Excelsior, Miércoles 09 de Febrero del 2000 Detenidos 43 mil Extranjeros Ilegales en México, de Enero a Mayo También, 43 "Polleros"; Usan Todas las Rutas Posibles por Tierra y mar Para Internarse al País en Busca de Cruzar Hacia EU: el INM, Excelsior, Martes 06 de Junio del 2000 Opera una Banda de "Polleros" en Hidalgo, Alerta SER, Excelsior, Lunes 05 de Junio del 2000. Por otra parte, se puede mirar que hubo un alto porcentaje de información referida a la situación de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos, la violación de sus derechos, 40 las medidas abusivas del servicio de migración de ese país, las actitudes de racismo y xenofobia al otra lado de la frontera, en fin, situaciones que se presentan constantemente en contra de sus ciudadanos. Sin embargo, se notó muy poco despliegue a la situación semejante que viven los centroamericanos y los suramericanos inmigrantes en México, los abusos cometidos constantemente por las autoridades, los “polleros” y las demás personas que hacen parte del negocio de tráfico de humanos. Se podría decir entonces que aunque no es total, sí existe un silencio relacionado con la violación de los derechos que ha sido demostrada, entre otras fuentes, por las declaraciones y testimonios de los mismos migrantes que lo han vivido. Al respecto se encontró, • • • • • Los cazan con perros, pistola en mano, y los entregan a la Border Patrol, La Jornada, miércoles 6 de septiembre de 2000. EL gobierno de México no va a tolerar que estadounidenses cacen a mexicanos, La Jornada Sábado 29 de Abril del 2000 La Frontera Norte, un Viacrucis Para los Migrantes Mexicanos, Señala Conapo Son Víctimas de Robo, Racismo y Xenofobia, Excelsior, Lunes 28 de Febrero del 2000 Alambradas Para los Pobres, Vecindad Intolerante, Excelsior Miércoles 17 de Mayo del 2000 Constantemente se violan los derechos de centroamericanos, señalan investigadores, La Jornada, viernes 28 de julio de 2000 Para finalizar, consideramos importante que los medios de comunicación y en este caso los impresos, traten de ir más allá de informar, se apropien de su compromiso social, investiguen a profundidad, analicen, escuchen diferentes actores en fin, asuman una papel más protagónico frente a fenómenos sociales que como es el caso de la migración, intervienen fuertemente en el desarrollo de los seres humanos y en el devenir de los países. En el análisis de estos artículos encontramos un trabajo que podría respaldar lo mencionado ya que profundiza, contrasta y analiza hechos, causas y consecuencias del fenómeno: • Más de 100 Millones de Pesos Anuales, Costo de la Repatriación de Miles de Centroamericanos Ilegales. Mueren por Asfixia e Inanición en su Intento por Cruzar la Frontera. Excelsior, Sábado 01 de Abril del 2000. Costa Rica: La mirada oblícua de un país destino Costa Rica se ha convertido durante los últimos años en el país de destino de miles de nicaragüenses que salen de sus tierras afectados por la fuerza de los fenómenos naturales, la altísima tasa de desempleo o la insatisfacción de necesidades básicas debido al alto índice de pobreza. Costa Rica es entonces el lugar al que muchos nicaragüenses desean llegar, con los documentos necesarios o sin ellos. Al mismo tiempo, este país, representa para los migrantes "nicas", una suerte de tabla de salvación donde podrán insertarse y obtener una serie de recursos como educación, salubridad y básicamente trabajo que difícilmente les ofrecerían en Nicaragua. De su parte, Costa Rica ha procesado estos procesos migratorios con políticas restrictivas, mucha de ellas amparadas en discursos nacionalistas que enfatizan la "ilegalidad", la presencia indeseable de personas analfabetas, de difícil 41 integración y que afecta a la mano de obra rural local. Discursos duros que se contraponen a las prácticas contradictorias pues esa mano de obra barata es la que confiere a este país niveles de competitividad en sus exportaciones tradicionales. Al analizar algunos artículos publicados en el diario La Nación durante el año 2000, se encontró en el manejo informativo un reflejo de represión, autoridad, incomodidad, necesidad de implementar medidas, existencia de consecuencias desfavorables; lo cual creemos que tiene como una de sus causas primordiales, el hecho de que Costa Rica es un país destino de migrantes y eso implica cambios en las estructuras y en relaciones sociales, políticas y culturales de sus habitantes, quienes pueden sentirse afectados o favorecidos por la situación que viven. Algunos titulares que muestran el tipo de información a la que nos referimos son, • • • • • Falta de policías y equipos facilita labor de traficantes. Fronteras porosas. Al menos 150 pasos clandestinos existen en zona sur. Autoridades piden tipificar tráfico de ilegales como delito, La Nación,. Domingo 5 de marzo, 2000. Oleada en zona norte, Cientos de nicas llegan por trabajo. Mayoría quiere trabajar en el Valle Central, La Nación, Sábado 18 de noviembre, 2000 Miembros de la Policía de Fronteras vigilan el río Medioqueso, en Los Chiles, como parte del operativo "Arenal I". Acción policial en zona norte. Operativo da sus frutos, La Nación, Miércoles 16 de agosto, 2000 Durante control migratorio de este año devueltos 46.000 nicas, La Nación, Viernes 22 de diciembre, 2000 Acción policial en zona norte. Operativo da sus frutos, La Nación, Miércoles 16 de agosto, 2000 Se ha reiterado la necesidad de contar con medios de comunicación que no se queden en la tarea de informar, sino que además formen un tipo de conciencia o cultura tolerante, que tengan en cuenta los procesos multidimensionales en los que se genera el "problema" de la migración y que "humanicen" a los sujetos involucrados; medios de comunicación que con sus discursos aporten en beneficio de la sociedad a través de un enfoque periodístico objetivo, responsable y comprometido; y no que promuevan mas inconformismo, intolerancia o desprecio por personas, instituciones o situaciones. Para ello sería necesario evitar afirmaciones que “señalen”, culpen o estigmaticen a los migrantes o al fenómeno de la migración, que los muestren como los causantes de todos los problemas que afronta una sociedad que no ha podido equilibrar sus políticas económicas orientadas sólo a una de las facetas de los procesos de integración. Frases totalmente carentes de objetividad y profundidad analítica como: La inmigración masiva está impactando los servicios públicos, y genera recelo o descontento abierto en sectores nacionales, los cuales atribuyen a este fenómeno un incremento de la delincuencia, el desempleo y otros problemas sociales... La Nación, viernes 14 de julio del 2000 42 pueden generar consecuencias no deseadas en el comportamiento de muchas personas que a través de los periódicos y los medios en general, toman posición, actúan, o interpretan lo que se muestra como realidad. No obstante, en los distintos sectores comprometidos con la defensa de los DDHH de esa población quedan pendientes las preguntas ¿cuál es la realidad? Qué acciones se están tomando para evitar estas prácticas discriminatorias, principalmente en las instituciones nacionales y medios de comunicación?. Venezuela: Las huellas de una violencia que no le pertenece Venezuela es otro país que presenta una característica muy especial. De un período en que se lo identificaba como un sitio de relativa bonanza económica y estabilidad, que receptó migrantes de distintos países de América Latina; pasamos a una fase que a pesar de su inestabilidad económica continúa el destino de personas provenientes de otros países, en especial de Colombia. En la actualidad, Venezuela cuenta con una de las poblaciones más altas de migrantes colombianos, quienes comenzaron a llegar a ese país hace muchos años motivados por la bonanza petrolera y quienes hoy llegan por condiciones muy diferentes: la violencia e inseguridad que azota al territorio colombiano. Son hombres y mujeres que llevan consigo las huellas de una violencia que muy probablemente no les pertenece, pero que los obliga a “pasar la línea” y llegar al país vecino con la esperanza de encontrar ahí, por lo menos, una oportunidad de sobrevivencia. Estos hechos se ven reflejados en los discursos que utilizan los medios de comunicación impresos, para quienes ser inmigrante colombiano es sinónimo de ser desplazado por la violencia; ser uno más que huye para poder vivir. En los periódicos analizados, El Nacional y El Universal, se pudo observar el cubrimiento informativo que estos hacen acerca de la presencia cada vez mayor de los colombianos en territorio venezolano; la participación del gobierno en la toma de decisiones o medidas para responder a estos hechos; las opiniones favorables o no de los ciudadanos; la intervención de organismos internacionales; el ambiente que se vive en algunos sectores de la población y del país debido a la presencia de estos emigrantes; entre otras posibles circunstancias que se reflejan en los siguientes trabajos, • Unos 400 desplazados colombianos llegan a la frontera Venezolana, Miércoles 31 de Enero, 2001 • Exodo entre colombianos alcanza niveles históricos , El Nacional, sábado 26 de agosto de 2000. • La cancillería pidió un pronunciamiento y por la AN habrá que esperar Investigación sobre campaña xenófoba no ha recibido la importancia que Merece, El Universal, jueves 21 de septiembre del 2000 • Unicef gestiona solución al problema de niños indocumentados, El Nacional, lunes 11 de septiembre de 2000 Se puede decir también que el cubrimiento informativo que hacen estos medios impresos, en algunas ocasiones está cargado de subjetividades, de estigmatizaciones, de matices nacionalistas que pueden generar en los lectores una concepción única del migrante colombiano como el desplazado, y por tanto, ilegal, violento, campesino y hasta guerrillero. 43 El problema se torna más complejo cuando estas apreciaciones pueden generar en la sociedad sentimientos de rechazo, racismo, discriminación o intolerancia hacia ese otro diferente. Es el caso que se refleja en artículos como, • • • En la frontera por Zulia detenidos 57 ilegales y 3 presuntos guerrilleros, El Nacional, sábado 29 de abril de 2000. La guerra de fin de siglo, El nacional, viernes 22 de diciembre de 2000 Comisión de Ambiente preocupada por destrucción, Investigan invasiones a Reserva de Ticoporo, El Universal, sábado 05 de junio 2000. Los periódicos difunden información, cuentan historias y forman a los ciudadanos; pero también motivan actitudes favorables o en contra de las personas o instituciones a las que hacen referencia; los lectores de acuerdo a la forma en que se presenta una información pueden sentirse invadidos, irrespetados o abusados por esos otros diferentes y eso generaría los sentimientos y acciones arriba mencionadas, no deseables para una sociedad debido a las consecuencias negativas que pueden traer consigo. Todas las discursividades se producen en un contexto y campo político determinado. No es de extrañarse entonces que las afirmaciones señaladas ocurran en el último período gubernativo que ha desplegado una fuerte imagen nacionalista como sustento de su legitimidad. Argentina: Entre odios y amores, realidades y mentiras Argentina es un país destino por excelencia. A ese país han llegado y lo siguen haciendo paraguayos, peruanos y bolivianos, muchos de los cuales se quedan en las grandes ciudades y otros optan por el campo; tanto unos y otros están en busca de un trabajo por más expoliador que éste sea, un lugar para vivir y hasta una escuela para sus hijos. La historia de los migrantes no es fácil en los países a los que llegan y Argentina no es la excepción, menos aún si existen intereses políticos, culturales o económicos que, por un lado, requieren de esa mano de obra barata, sin potencialidades de organización y demanda social; pero que de otro lado, también constituye la figura a la cual trasladar hábilmente los déficits de las políticas públicas que no han logrado establecer los mecanismo apropiados para una adecuada redistribución en contextos neoliberales. En ese sentido, los migrantes aparecen como el objeto a quien se desprestigia, intimida y rechaza con claros matices racistas y xenófogos, una suerte de miedo sin razón al diferente, al otro, al advenedizo. En Argentina se vivió una situación que involucró y afectó directamente a los inmigrantes, en la cual estuvieron vinculados varias instancias sociales, incluyendo a la policía, representantes del gobierno y a algunos medios de comunicación que de manera irresponsable se prestaron a un juego de aquellos que buscaban desequilibrar, promover acciones de rechazo e intimidar. A través del discurso de la prensa se le propuso a la audiencia que se zambullera, sin dudar, en un género donde la malignidad del inmigrante aparece como telón de fondo. Que aceptara los estereotipos sin desarmarlos, como naturales; que creyera en la neutralidad y la inocencia de las palabras, que ignorara la gigantesca ofensiva hacia la creación de una manera completamente nueva de mirar al 44 extranjero, o peor aún, que se dejara seducir por la misma. Serían estos los modos en que la sociedad respetable acompañaría una cruzada contra un grupo de sujetos sin cuestionarse sobre la respetabilidad última de tales propósitos. Así lo demuestran estos titulares de algunos periódicos publicados en los primeros 15 días de enero de 1999, (Casaravilla:2000) • • • • • • • • "Quieren limitar la inmigación por la ola de delitos". El gobierno busca así mejorar su imagen entre los sectores medios preocupados por la inseguridad", Clarín. "Caen 10 arrebatadores peruanos", Crónica "Capital: 60% de los delitos chicos los hacen extranjeros", Ámbito Financiero "Menem dijo que los inmigrantes ilegales deberán irse del país", Clarín "Es un siniestro juego político". La iglesia critica la campaña oficial contra inmigrantes", Clarín "Inmigrantes peruanos ponen en jaque EL BARRIO DE ONCE. Más de la mitad de los delitos los cometen ilegales", Diario Popular "Los inmigrantes se quejaron por persecuciones humillantes ”, Clarín. "Pudo haber excesos". Declaraciones del Ministro de Justicia", Clarín Las consecuencias de acciones irresponsables como la aquí descritas, pueden generar graves problemas sociales, culturales y políticos en los países donde son implementadas; una ciudadanía desinformada e ignorante de las realidades existentes, puede no sólo creer, sino también actuar para defender lo que le pertenece e irse contra aquellos que no solo le invaden sino que además le perjudican. Los medios entonces, generan odios, difunden mentiras; y para fortuna de la sociedad también dan a conocer verdades, realidades objetivas no manipuladas, comprometidas y respetuosas de los actores involucrados. En el análisis que realizamos a diferentes artículos publicados en los diarios El Clarín y La Nación, se encontró material que respondía a una necesidad única de dar a conocer hechos sin un mayor despliegue; pero también se halló material que respondía a trabajos de investigación, responsable, objetivo, que presentaban la opinión de personas involucradas directa o indirectamente con la problemática; este es el caso de, • • • • • • • Migraciones, Tristezas del desarraigo, El Clarín, Domingo 22 de octubre de 2000 Una comunidad de un millón y medio de inmigrantes, El Clarín, Jueves 29 de junio de 2000. Corrupción policial: Contundente dictamen de la procuración general de la nación, El drama de los inocentes engañados por policías, El Clarín, Viernes 29 de septiembre de 2000. Viaje Presidencial: Narcotráfico e inmigración, ejes de la visita de De la Rúa a Bolivia Martes 7 de noviembre de 2000 HISTORIAS, Inmigrantes sin papeles Viernes 03 de marzo de 2000 Ataques a inmigrantes: en escobar se reunieron 300 agricultores con funcionarios del ministerio de seguridad, Jueves 29 de junio de 2000 TRIBUNA ABIERTA, Inmigrantes: en buena ley Jueves 25 de Mayo de 2000 45 Se observan entonces dos situaciones claras en las que los medios de comunicación generan acciones favorables o no para el desarrollo de los individuos y de la sociedad; hechos que demuestran una vez más la capacidad y el poder que los medios tienen y pueden usar arbitraria o responsablemente. Chile: La vida entre sueños y discriminaciones, siempre que sean legales Chile es otro de los países del Cono Sur que se ha convertido en los últimos años en un país destino para quienes buscan oportunidades laborales y mejoría en sus condiciones de vida. La población de inmigrantes más alta está representada por los peruanos, muchos de los cuales se encuentran en estado de ilegalidad al no tener en orden los papeles necesarios para la correspondiente visa. Sin embargo, cada día siguen llegando inmigrantes de diferentes lugares, aún cuando las medidas de reforzamiento de las fronteras se han incrementado, pero es que para muchos hombres y mujeres establecerse en Chile representa el sueño hecho realidad, realidad que luego van a confrontar. Al analizar artículos publicados en diarios chilenos como El Mercurio, La Tercera y La Cuarta, se pudo observar la existencia de materiales periodísticos de variadas características. En un alto porcentaje se encontraron artículos sobre diferentes aspectos relacionados con los inmigrantes y su estadía en el país, las maneras en que afrontan la vida, las tristezas y alegrías; los recuerdos y añoranzas de la tierra que un día dejaron; en fin, informes y en algunos casos reportajes que presentan un panorama general de los inmigrantes peruanos, ecuatorianos o bolivianos. Esto se puede observar en los siguientes trabajos, • • • • Vecinos de Estación Central dicen que la mayoría son ilegales, Denuncian grave hacinamiento de peruanos en Chile, La Tercera, 10 de Octubre de 2000 Inmigrantes peruanos, La Tercera, 12 de Septiembre de 2000 Ecuatorianos Se Toman Arica, La crisis económica de su país los impulsó a buscar un mejor futuro, El Mercurio, Miércoles 24 de Enero de 2001 Libro "Los derechos humanos de los migrantes" revela precaria situación de extranjeros en el país, La Tercera, 23 de Julio de 2000 Por otra parte y como característica del análisis realizado, existen muchas noticias publicadas sobre los inmigrantes, en especial los peruanos que hacen referencia a acciones negativas con las que esta población es relacionada inmediatamente, como es el caso del contagio de enfermedades debido a las condiciones de hacinamiento en las que generalmente viven y la delincuencia, ya que consideran que los inmigrantes son ilegales y además necesitan delinquir para poder sobrevivir en ese mundo adverso en el que se encuentran. Algunos titulares nos muestran lo que se acaba de plantear: • • • Descartan brote de tuberculosis entre extranjeros residentes, Jueves 9 de Noviembre de 2000, 17:56 Peruanos lideran ranking de narco detenidos en Chile, La Cuarta, 13 de febrero del 2000 Sorprenden seis pesqueros en aguas chilenas, La Tercera, 23 de julio del 2000 46 Ahora bien, los diarios, además de las estigmatizaciones de que son víctima los inmigrantes, son responsables de callar o en muchos casos ignorar las cotidianas muestras de racismo, intolerancia y discriminación de que son víctimas los ciudadanos de otros países que viven en Chile, cuyo error ha consistido en buscar una nueva posibilidad para su vida y la de su familia. Desde esa perspectiva, los discursos de los medios nacionales tienden a criminalizar la pobreza, a estigmatizar la precariedad en la que se desenvuelve la vida de estas personas y a exaltar las virtudes legales institucionales de su sistema social frente a la irracionalidad ilegal de los migrantes. Bolivia: Los nuestros también son humanos, pero …..por qué se van? Bolivia es uno de los países expulsores de seres humanos. Un alto porcentaje de la población migrante, tanto hombres como mujeres, han abandonado ese país andino con la intención de encontrar mejores días principalmente en el agro y ciudades argentinas y en Chile. Al igual que con Honduras y Nicaragua, una de las principales características encontradas al realizar el análisis de la información publicada por el diario Bolivia Hoy durante el año 2000, es el interés, la necesidad y constancia de hablar de “los suyos” y de las condiciones en que viven en los países a los que emigran. Y es que las condiciones en las que se desenvuelven los bolivianos -despreciativamente llamados "bolitas"- no son las más favorables, ya que ellos al llegar a países como Argentina o Chile tienen que sufrir, además de los problemas económicos y laborales relacionados con la integración, las acciones racistas y xenófogas derivadas de un pensamiento excluyente que los ven como diferentes y peor aún, como inferiores. Por estas razones, al analizar los artículos de prensa seleccionamos trabajos como, • • • • • Detenidos en Argentina 3 jóvenes sospechosos de agredir a inmigrantes bolivianos en Buenos Aires. Bolivia Hoy, octubre 9 del 2000 Bolivia y Argentina firman convenio migratorio para mitigar abusos a los bolivianos en Argentina, Bolivia Hoy, noviembre 6 del 2000 Argentina dará mayor seguridad a inmigrantes de Bolivia, Bolivia Hoy, Agosto 12 del 2000 Legislación boliviana pide extradición de explotadores de niños en Argentina, octubre 5 del 2000 Defensoría pide ratificar convenio migratorio nacional, Bolivia Hoy, 9 de febrero del 2000 Si los medios de comunicación callan frente a hechos que atentan contra el desarrollo de su población y contra la violación de los derechos humanos, no están cumpliendo su papel responsable y su compromiso con la sociedad. Si hablan desde un "nosotros" nacional, podrán hacerse sentir presentes y co-partícipes de las construcciones y los logros conjuntos dentro y fuera de su país; pero cuando ese sentimiento de rechazo demanda y exige castigo a los responsables que vulneran los derechos de sus conciudadanos, entonces la opinión 47 pública exigirá que se revisen los tratados internacionales que protegen los derechos de esas personas. En todo caso, existe en los medios una postura un tanto difusa porque si bien se denuncia las penalidades de los compatriotas, dicho discurso no está acompañado del análisis sobre las causas económicas y políticas por las cuales esas personas han optado por irse del país. Medios de comunicación: más allá de las buenas intenciones De acuerdo a lo observado en las secciones anteriores, es claro que entre los discursos generados en los medios impresos analizados y la migración hay una relación que va más allá de un cubrimiento noticioso o de un interés de dar a conocer o difundir la información. Las facetas de la vida de esas personas, de hombres y mujeres, incorporan a manera de spot informático los sueños y realidades, alegría y tristeza, identidad y discriminación, aceptación y racismo, deseo y frustración, estigmas, recuerdos, añoranzas. Es una relación entre la vida y la muerte, entre el ser y sus necesidades. Se da una relación en la que los medios de comunicación ocupan un lugar privilegiado en el contexto social, porque ellos, a través de sus discursos, crean y recrean determinadas imágenes sobre situaciones, sentimientos y vivencias que los seres humanos asumen e interiorizan para luego exteriorizar. También en esas imágenes se expresa una opinión pública que ve al otro como un enemigo potencial, un usurpador, un violento, un inferior que esta atentando contra los valores nacionales, contra las tradiciones y buenas costumbres que solo poseen los poblaciones de los países receptores. A través de los contenidos publicados se pudo observar la forma en que la prensa crea discursos sobre el proceso: la migración; y sobre los sujetos: los migrantes. Esta contextualización da la posibilidad al lector , no sólo de acercarse al tema, sino también de tomar una posición favorable o desfavorable por aquellos seres humanos que “llegan, invaden, o vulneran” -la característica depende del tratamiento que el medio le da-, un sitio de destino. Significa entonces que la prensa tiene la posibilidad de hacer ver a los migrantes como aliados o como enemigos. Y ese es precisamente uno de los espacios que deben ser tomados en cuenta para el diseño de políticas públicas que combatan el racismo, la intolerancia, la discriminación y la xenofobia. No se trata sólo de promover pautas en el "deber ser", en las normativas estatales y de organismos internacionales, sino en ese "ser"; ahí donde los espacios del racismo cobran vida y generan acciones que vulneran los DDHH de las personas. Si es que no se actúa en esos espacios que implica un determinado manejo del poder, lo cual a su vez incorpora la idea de potenciar mecanismos participativos que a través de la exigibilidad ciudadana demande una información veraz y objetiva; la prensa escrita seguirá tratando la temática tantas veces como el fenómeno siga expandiéndose al norte y al sur de nuestras fronteras; la prensa continuará estigmatizando y creando falsas imágenes sobre los migrantes; mientras este tipo de prensa se deje llevar por intereses corporativos vinculados con los discursos y prácticas contradictorias de los sectores empresariales; mientras haga parte o cómplice de una cultura racista y xenófoba que únicamente trae consigo exclusión, restrictividad y violencia; no se podrá hablar de la construcción de valores democráticos sustentados en la tolerancia y en el multiculturalismo como política oficial, por más 48 tratados y convenios que los distintos actores estatales e internacionales pongan en la mesa de los deseos. Como se mencionaba al inicio, los medios de comunicación y en este caso la prensa deberían responsabilizarse más por su función social, por pensar en las mediaciones, en los procesos, en los sujetos y llevar a cabo acciones concretas que le apunten al desarrollo, la participación y la democracia. ¿PROPUESTAS POSIBLES? : UNA TAREA CONJUNTA Hacia una real gestión democrática de los gobiernos En este posible escenario, se aceptarían las migraciones como un asunto que debe ser abordado por las políticas públicas destinadas a la convivencia pacífica y aceptación de las diferencias identitarias de los migrantes. Es una forma de pensar que la democracia si puede representar una manera humana de convivir sin el miedo al otro, sin racismos y discriminación, independientemente de que esas sociedades sean multiculturales o no. Para que ello sea posible, el migrante debe ser tratado como nacional al interior de los Estados. Resulta además indispensable, la adopción, implementación y cumplimiento de los estándares internacionales que aseguren la no discriminación y la protección de los derechos básicos y dignidad de todas las personas presentes en el territorio nacional. Las perspectivas de acción dentro de este escenario deben apuntar a una evaluación social participativa de los migrantes 50 , a fin de cotejar los convenios realizados en el ámbito de las políticas públicas al interior de los Estados nacionales y en un futuro próximo, al interior de los bloques regionales. De esta forma, será posible impulsar un sistema de monitoreo u observación de las violaciones a los DDHH a los grupos migratorios, incluidos los refugiados y desplazados, sobre todo en términos de racismo, xenofobia u otras formas de intolerancia. Este sistema de información puede resultar altamente eficaz al permitir la existencia de una alerta temprana de posibles conflictos sociales al interior de los países, sobre todo si se acompaña de mecanismos de acción eficaces. La consolidación de una democracia participativa, implica entonces, el involucramiento y participación ciudadana con sus diferentes identidades culturales, permitiendo la generación de espacios de rendición de cuentas y exigibilidad de derechos. No cabe duda que este proceso conduce a una mejora en la gestión democrática para todos los países, en la medida que no sólo se amplían los derechos sino que profundizan los valores de la diferencia, la tolerancia y la convivencia pacífica. 50 Para lograr un sistema de equidad en el marco de un sistema integrador, que contraste con medidas restrictivas en el campo migratorio, y que por ende conduzca a una efectiva defensa de los Derechos Humanos, una profundización de la democracia y a una integración regional más completa, es menester implementar un proceso de "evaluación social participativa de los migrantes, según la cual leyes y convenios pudieran cotejarse no sólo con relación a su adecuación formal al lenguaje de la diplomacia y la política, sino en función de sus efectos prácticos, experimentados por los sujetos afectados". (Casaravilla, 2000: 29) 49 Como complemento, el Estado y sus instituciones deben impulsar una fuerte campaña en el campo de la educación formal e informal, utilizando todos los medios de comunicación masivos, incluyendo Internet para la ciudadanía en su conjunto, que tenga como bandera el respeto y tolerancia frente a la diferencia, puesto que toda forma de discriminación e intolerencia "de facto" se acompaña de fuertes componentes sicológicos y sociales. Adicionalmente se pueden promover otras acciones necesarias: - - - - Descartar el uso de la violencia para la resolución de conflictos. Se incluye la eliminación del trato discriminatorio por parte de autoridades públicas (policía, otros funcionarios de la ley, personal migratorio, empleados de aeropuertos y aerolíneas) y la utilización de medidas físicas abusivas durante las deportaciones. Procesar las demandas y reivindicaciones culturales venidas de los sectores minoritarios que poseen identidades distintas a la dominante nacional. Elaboración de un diagnostico sobre las dimensiones y las implicaciones de la participación de la mujer en la migración en los países de la región e impulsar programas de prevención y protección para la mujer y el niño migrante que garanticen su seguridad, y el reconocimiento y respeto de sus derechos humanos. Generación de fuentes de información confiables, así como el desarrollo de metodologías imaginativas que ayuden a superar -en algún grado- las dificultades que impone la naturaleza predominante de los movimientos de indocumentados, por lo tanto, ausentes en los registros oficiales 51 . También deben considerarse estadísticas en forma desagregada -edad, sexo, etc-, a fin de evaluar la complejidad del fenómeno migratorio. Evitar que existan contradicciones entre el "deber ser" de la política y la cultura política, en especial sobre la noción de ciudadanía igualitaria. Realizar esfuerzos para la consolidación de una participación activa que involucre la asunción de valores democráticos basados en la tolerancia que evite la utilización de estigmas en la sociedad y en los medios de comunicación. Estos son los nuevos desafíos para la emergencia, consolidación y reconocimiento de las nuevas sociedades multirraciales, multiétnicas y multiculturales, sustentadas en el marco de una relación que vincule al Estado, el desarrollo y la democracia, ya que sin desarrollo y sin democracia, no podía decirse que una sociedad de este tipo sea capaz de consolidarse. El papel de los tratados y organismos internacionales El número de adhesiones y ratificaciones de la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares no ha sido suficiente para que la Convención entre en vigor. Los progresos en la aplicación de los instrumentos internacionales sobre la protección de la población migrante han sido limitados y los problemas relativos a la violación de los DDHH de la población migrante han persistido. En muchas partes del mundo, sigue constituyendo un objeto de discriminación y los ilegales, además, no han recibido una protección social adecuada. 51 Castillo, M.: "Tendencias recientes y políticas hacia las migraciones centroamericanas: una mirada desde el norte". Informe presentado en el Taller Centroamérica 2020, San Salvador, 1999. 50 Se reconoce entonces que la Cooperación internacional es una condición indispensable para combatir eficazmente el racismo, la discriminación racial, la xenofobia, y las formas conexas de intolerancia. Debe agregarse la implementación de una estrategia mundial que cuente con el concurso de los Estados, organizaciones internacionales, instituciones financieras internacionales, organismos regionales, organizaciones no gubernamentales y otros actores de la sociedad civil de todos los países del mundo, pero particularmente la de las víctimas del racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia. La cooperación de los Estados con los órganos de vigilancia creados en virtud de los tratados a través de un diálogo constructivo y transparente resulta indispensable, así como también la compatibilidad de sus legislaciones internas con el marco internacional, evitando contradicciones. Pero además deben reforzar su posición frente a los Estados sobre el significado del derecho al libre tránsito y permanencia de las personas con identidades diferenciadas en los países receptores. De esa forma se construye el combate abierto contra el racismo y sus formas conexas Redefinición de la Justicia En el ámbito judicial, el ejercicio efectivo del derecho a la igualdad de trato está acompañado de un igual acceso a los tribunales y oficinas del ombudsman52 en las mismas condiciones para los migrantes y nacionales. Debe considerarse la participación de las organizaciones de la sociedad civil a fin de elaborar una política nacional de DDHH que contemple la perspectiva de los migrantes. Pero para que ello sea posible, es decir, un pleno ejercicio de esos derechos, la función fundamental del ombudsman es insistir e invocar la incorporación de las normas internacionales a la legislación nacional, sin necesidad de invocar a una regulación expresa al respecto. La aplicación de estas medidas resultan necesarias para el reconocimiento por parte de los Estados, de que la impunidad respecto a actos de violencia y delitos motivados por actitudes racistas 53 , xenófobas o discriminatorias, contribuyen a debilitar el imperio de la Ley, socava los derechos de las víctimas de esos delitos y alienta la reiteración de los mismos. Tanto la justicia civil como la penal deben estimular su funcionamiento en el caso de estafas, alquileres abusivos, trabajo esclavo, extorsiones policiales, préstamos usureros para los extranjeros, al igual que las prácticas discriminatorias. Respecto a la inmigración ilegal, debe reconocerse el origen de la misma en la red de organizaciones de tráfico de migrantes que operan y se sustentan sobre la base de falsas promesas, y en las empresas privadas que se benefician de su situación, explotando al 52 En aquellos países de América Latina dónde han incluido la figura del Ombudsman en su institucionalidad estatal, ésta entidad tiene que ser independiente, no subordinada a los poderes constituidos y tener especial énfasis en su papel de catalizador de los procesos de pacificación y robustecimiento de la democracia (INREDH, 1997:41) 53 En algunos países, el factor racial constituye un elemento para la aplicación inequitativa de la justicia. Existen muchas situaciones comprobadas de una "cultura institucional" no reconocida que juzga según la apariencia identitaria. 51 trabajador, sobre todo por su condición de vulnerabilidad. Estos delitos deben estar contemplados en el código penal para implementar un justo castigo a los infractores. Además, deben promover medidas, a nivel nacional e internacional, para impedir la trata y el transporte ilícito en particular mujeres y niños, con fines de prostitución, explotación económica y cualquier otra forma de trabajo ilegal como la servidumbre doméstica y el trabajo forzoso. Particularmente se alienta a los Estados a que introduzcan sanciones penales, civiles, laborales y administrativas, o refuercen las ya vigentes, con el fin de castigar a los responsables de los daños causados a mujeres y niñas migrantes, víctimas de cualquier tipo de violencia en los diferentes ámbitos dónde se desenvuelva. Apuntando hacia una verdadera integración regional Las políticas de los Estados y de los mecanismos de integración regional deben estar coordinadas. Uno de estas acciones podría dirigirse hacia la generación de espacios de participación y decisión a los organismos de la sociedad civil que trabajen con la población migrante. De esa manera se amplia la cooperación en la elaboración, revisión y monitoreo de las políticas migratorias nacionales y regionales. Desde la perspectiva de las políticas migratorias pueden presentarse dos alternativas extremas en vistas de la integración regional. La primera consistiría en una completa libertad migratoria. Este es el caso de la Unión Europea, pero aplicada solamente a los ciudadanos de los países miembros, sin hacerla extensiva a los extranjeros. La segunda es la completa prohibición de inmigrantes, lo que constituye una improbable actitud autárquica, solo aplicable en el marco de las relaciones autoritarias en el plano internacional54 . En el contexto latinoamericano podríamos referirnos a la emergencia de bloques subregionales cuyas reglas del juego, al menos propositivas, implicarían la adopción de un regionalismo multidimensional que vaya más allá del regionalismo abierto en materia económica al incorporar dimensiones políticas, sociales y culturales 55 . Pero esto no se logra con el mero reconocimiento de la libertad migratoria. Resulta necesario asegurar y reconocer un conjunto de derechos sociolaborales y garantías socioeconómicas vinculadas con la salud, la educación y el bienestar social. La existencia de una fuerte carencia de formulaciones en términos de los impactos de la constitución de grupos regionales en la aplicación del principio de igualdad de oportunidades y trato equitativo en términos de movilidad del trabajo, defensa de los DDHH, profundización democrática, conduce a planear un futuro escenario donde las integraciones regionales sean más completas en este ámbito. 54 Para la ampliación de este tema se recomienda Di Fillipo, A.: "Globalización, integración regional y migraciones", ponencia presentada en el Simposio sobre migración internacional en las américas, Costa Rica, 2000. 55 Ibid 52 Aún cuando el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) 56 ha adoptado un acuerdo en 1995 destinado a regular las migraciones dentro de la región, y la Comunidad Andina de Naciones (CAN) en 1996 implementó la Tarjeta Andina de Migración (TAM) a fin de facilitar los trámites migratorios dentro de la subregión, éstos son acuerdos formales para los nacionales en el marco de las integraciones regionales, ya que persisten las diferencias intra-regionales que muchas veces involucran a los trabajadores de frontera, que impiden la movilidad bajo los parámetros de estas nuevas formas de territorialidad. Los países por lo general establecen un mejor tratamiento a los trabajadores de países del mismo acuerdo regional que a trabajadores de países fuera del mismo. Debe reconocerse que han existido diálogos en los países latinoamericanos fuera de los acuerdos regionales, en referencia al tema migratorio. Uno de ellos fue el Encuentro sudamericano sobre Migraciones, Integración y Desarrollo, realizado en Lima en 1999, y el otro fue, en seguimiento a este acuerdo, la Conferencia Sudamericana sobre Migraciones, realizada en Buenos Aires en el 2.000. Cabe destacar que en esta última se acordó "abordar la problemática migratoria de la región a través de diálogo multilateral abierto que promuevan la reflexión y la coordinación de políticas y acciones entre países que comparten esa problemática, mediante el ejercicio pleno de la cooperación regional para fortalecer los actuales procesos de integración y desarrollo que se dan en la región". Por otra parte, retomando el principio de protección de los DDHH, reafirman que "los programas de difusión de los derechos de los migrantes a través de los gobiernos y la sociedad civil, la concertación entre países receptores y emisores de migrantes, la promoción de la migración ordenada y planificada como solución a la migración irregular y la lucha contra el tráfico de seres humanos, emergen como políticas responsables". Uno de los desafíos que se presentan en la órbita latinoamericana, en marcado contraste con los acuerdos de la Comunidad Europea, es que las asimetrías existentes entre los países y regiones subnacionales integrantes de un mismo acuerdo son más pronunciadas, y no se prevén por ahora recursos "comunitarios" para reducirlas. Y por otra parte, la propensión migratoria de mano de obra no calificada puede resultar intensa debido a factores "expulsores" de naturaleza económica e inclusive política. Son todas cuestiones que dan un tinte relativo a la libertad migratoria propuesta, pues cuanto mayores sean las asimetrías en materia de ingresos, salud y educación, mayor será el flujo potencial desde las regiones desfavorecidas hacia las más desarrolladas (Di Fillipo, 2000). Esta cuestión desentraña difíciles problemáticas en este ámbito que urgen ser retomadas. Independientemente de las libertades de trabajo regionales propuestas, y del número de 56 De acuerdo al Programa de Acción del MERCOSUR hasta el Año 2000 (MERCOSUR/CMC/DEC. Nº 9/95), se estipula en el inc.3.9 que "El avance del proceso de integración hacia la conformación de un Mercado Común requerirá un tratamiento creciente del tema de las migraciones en sus diferentes aspectos, entre los cuales pueden ser mencionados el de los controles en frontera y el examen de la posibilidad de coordinación de las políticas migratorias de los Estados Partes". El tratamiento en esta materia funciona en el ámbito del SGT 10 "Asuntos Laborales, Empleo y Seguridad Social", donde si bien se preveía un tratamiento creciente del tema de las migraciones fronterizas, poco se ha avanzado. Hasta 1999 el Sub Grupo de trabajo, se encontraba en la etapa de estudio del diagnóstico de las migraciones fronterizas. 53 migrantes que se desplacen al interior del bloque regional, deben existir un recíproco reconocimiento de los derechos sociales. Esto sólo puede lograrse si los Estados de la región establecen programas antidiscriminación que promuevan la igualdad de oportunidades a favor de los ciudadanos de los países, de las minorías étnicas, poblaciones indígenas, y otros grupos migrantes. Son procesos que requieren la colaboración de instituciones nacionales e internacionales en el marco de la lucha contra la discriminación, en un proceso de diálogo, intercambio de experiencias y cooperación. 54 BIBLIOGRAFÍA ABREGÚ, Martín, "La aplicación del Derecho internacional de los Derechos Humanos por los tribunales locales: una introducción", en: La aplicación de los tratados internacionales sobre derechos humanos por tribunales locales, PNUD, Buenos Aires, 1998. ALVAREZ, D Ignasi, Diversidad cultural y conflicto nacional. Talasa Ed, Madrid. 1996. ANDERSON, Benedict, Comunidades Imaginadas, Fondo de Cultura Económica, México. 1993. ARCHIBUGI, Daniele, "La democracia cosmopolita" en: Revista Leviatán N° , Madrid. 1999. ARMADA, Alfonso, “La mirada extraviada” en Sur y comunicación, Icaria Antrazyt, Barcelona 1999 BLANCO, Rosa, "Hacia una escuela para todos y con todos", en: Boletín Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe No.48, Santiago, Chile, 1999. BONILLA, Adrián, "El discurso de la seguridad nacional y la guerra de las drogas", en: Revista AFESE, N° 29, Quito, 1997. CASARAVILLA, Diego, ¿Angeles, demonios o chivos expiatorios?. El futuro de los inmigrantes latinoamericanos en Argentina. Artículo final del programa de investigación CLACSO/ASDI, FLACSO, Buenos Aires, Argentina.2000. CAMPS, Victoria, El malestar de la vida pública, Grijalbo, Barcelona 1996 CASSESE, Antonio, Los derechos humanos en el mundo contemporáneo, Ed. Ariel, Barcelona, 1993. CASTILLO, Manuel Angel, "Tendencias recientes y políticas hacia las migraciones centroamericanas: una mirada desde el norte". Informe presentado en el Taller Centroamérica 2020, San Salvador, 1999. CEPAL, El regionalismo abierto en América Latina y el Caribe. La integración económica al servicio de la transformación productiva con equidad. Santiago de Chile; Cepal. 1994. CISNEROS Isidro, “Se escribe tolerancia; pero se debe leer democracia” en: Revista La Jornada N° 269, México, D,F. 1994. COLOM, Francisco, Razones de identidad. Pluralismo cultural e integración política, Anthropos, Barcelona, España. 1998. DELORS, Jacques, La educación encierra un tesoro. UNESCO. 1995. DI FILLIPO, Armando, "Globalización, integración regional y migraciones", ponencia presentada en el Simposio sobre migración internacional en las Américas, Costa Rica, 2000. DI FILLIPO, Armando, FRANCO, Rolando., "Aspectos sociales de la integración regional" (Cap. I), en: Las Dimensiones Sociales de la Integración Regional en América Latina, CEPAL, Ed. Naciones Unidas, Santiago, 1999. GARCIA CANCLINI, Néstor, La globalización imaginada, Paidós, Argentina. 1999. GONZÁLEZ POBLETE, Alejandro, "Derecho Internacional de los Derechos Humanos y Derecho Interno" en: Seguridad Nacional y Derechos Humanos, Comisión Andina de Juristas, Lima, CAJ, 1999. HELD, David, La democracia y el orden global, Paidós, Barcelona. 1997. HOBSWAM, Eric, Naciones y nacionalismos desde 1780, Gallimard, París.1990. HUNTINGTON, Samuel, La tercera ola. La democratización a finales del siglo XX. Piados, Buenos Aires. 1991. INREDH, "La defensoría del Pueblo", en: Revista Aportes para la Paz, N°4, Serpaj, Quito, 1997. INREDH, CAPAM, “El Derecho a la reparación en el procesamiento penal”, INREDH, CAPAM, Serie de Investigación N°3, Quito, 2.000. JÁUREGUI, Maria, “Aprender a Vivir Juntos a través de la Escuela”, en: Boletín Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe No.48, Santiago, Chile.1999. LLOBERA, Joseph, El dios de la modernidad: El desarrollo del nacionalismo en Europa occidental, Anagrama, Barcelona. 1996. MARCHÁN, Jaime, "Política y Derecho Internacional", en: Revista AFESE, N°29, Quito,1997. MARGULIS, Mario, “Cultura y discriminación social en la época de globalización” en: Nueva Sociedad N° 152, Caracas. 1997. MARTÍN BARBERO, Jesús, De los medios a las mediaciones, Convenio Andrés Bello, Bogotá 1998 McLAREN, Peter, Pedagogía crítica y cultura depredadora. Políticas de oposición en la era posmoderna, Paidós Educador, Buenos Aires, Argentina.1997. MIGRANTS RIGTHS International, (compilador), Migración, Refugiados y Xenofobia. Elementos para un programa de Acción. Hacia la Conferencia Mundial del 2001 contra el Racismo y la Xenofobia. 2000. MINISTERIO de Relaciones Exteriores y Culto, Borrador de Declaración de Santiago, Versión Noviembre 2000. 55 MOUFFE, Chantal, El retorno de lo político. Comunidad, ciudadanía, pluralismo, democracia radical, Paidós, Barcelona. 1999. OROZCO, Manuel "La Política inmigratoria de los Estados Unidos: implicaciones en las relaciones internacionales y la soberanía", en: Cuaderno de Ciencias Sociales, N° 98, FLACSO, Costa Rica, 1997. PARIS, María, "Racismo y nacionalismo: la construcción de las identidades excluyentes" en: Revista de Política y Cultura N°12, Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco, México. 1999. PINTO, Mónica, "El Derecho Internacional de los Derechos Humanos", en: Seguridad Nacional y Derechos Humanos, Comisión Andina de Juristas, Lima, CAJ, 1999. RAMÍREZ BULLA, Germán, Política exterior y Tratados Públicos, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1997. RAWLS, John, “El derecho de gentes” en: De los derechos humanos, S. Shute y S. Hurley, editores, Editorial Trotta, Madrid.1998. RIVERA, Fredy, “Las aristas del racismo” en: Ecuador racista: imágenes e identidades, FLACSO, Quito, Ecuador. 1999. RIVERO, José, “Educación y Pobreza: políticas, estrategias y desafíos”, en: Boletín Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe No.48, Santiago, Chile.1999. SALVAT, Pablo, “Los derechos sociales y el derecho a la educación”, Boletín Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe No.47, Santiago, Chile. 1998. SCHMELKS, Sylvia, “Educación para los Derechos Humanos”, en: Boletín Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe No.47, Santiago, Chile. 1998 SAEZ, Javier, “La noticia es la imagen y viceversa”, en Sur y comunicación, Icaria Antrazyt, Barcelona 1999 TAYLOR, Charles, El multiculturalismo y la política del reconocimiento, Fondo Económico de Cultura, México, D,F. 1993. UNESCO, La Unesco y la Cultura de la Paz, en: Boletín Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe No.49, Santiago, Chile. 1999. UNESCO, “La Unesco y el Desarrollo educativo de América Latina y el Caribe”, Boletín Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe No.45, Santiago, Chile.1998. WIEVIORKA, Michel, El espacio del racismo, Paidós, Barcelona. 1992. ZELLER, Carlos, “La información y la realidad: límites a la transmisión de la realidad”, en Suy y comunicación, Icaria Antrazyt, Barcelona 1999 ZIZEK, Slavoj, "Multiculturalismo, o la lógica cultural del capitalismo multinacional" en: Estudios Culturales: reflexiones sobre el multiculturalismo, Fredric Jameson y Slavoj Zizek (editores), Paidós, Argentina.1998. 56