artículo - Cámara de Comercio Alemana para

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EL COMERCIO ELECTRONICO EN ESPAÑA
Comercio electrónico desde España al exterior y viceversa
Por comercio electrónico se entiende toda compra realizada a través de Internet, por lo
que la característica básica del comercio electrónico reside en la orden de
compraventa, la cual tiene que realizarse a través de algún medio electrónico, con
independencia del mecanismo de pago elegido.
Según los datos publicados recientemente por la Comisión Nacional de los Mercados y
de la Competencia (CNMC), en el segundo trimestre de 2014, el comercio electrónico
en España alcanzó un volumen de negocio de 3.893,5 millones de euros, lo que
supone un 22,2% más que en el mismo trimestre de 2013; con un total de 56,6
millones de operaciones.
Según dicho informe, el montante económico generado en el segundo trimestre se
distribuyó principalmente entre las siguientes diez ramas de actividad: las agencias de
viajes y operadores turísticos (16,2%), el transporte aéreo (10,3%), el marketing
directo (5,3%), las prendas de vestir (4,6%), el transporte terrestre de viajeros (4,5%),
los espectáculos artísticos, deportivos y recreativos (3,1%), otro comercio
especializado en alimentación (2,7%), juegos de azar y apuestas (2,7%), la publicidad
(2,6%), y por último, la administración pública, impuestos y seguridad social (2,5%).
En el segundo trimestre de 2014, el volumen de negocio de las transacciones con
origen en España y dirigidas hacia el exterior fue de 1.587,1 millones de euros,
representando el 40,8% del importe total, con 31,4 millones de operaciones. La mayor
parte del importe de dichas compras se dirigió a la Unión Europea con 1.419,0
millones de euros (89,4%) y en menor medida a Estados Unidos con 64,7 millones
(4,1%).
El importe de las transacciones realizadas desde el exterior y dirigidas a sitios web
españoles fue de 658,4 millones de euros, lo que supuso un 16,9% del volumen de
negocio total, con 4,2 millones de operaciones. Las transacciones procedentes de la
Unión Europea representaron la mayor parte del importe del volumen de negocio
(73,3%), con 482,8 millones de euros.
El marco legal del comercio electrónico en España
Las ventajas de la contratación electrónica son obvias: ampliación de la oferta, mejora
de la competencia, reducción del coste de productos/servicios y de sus precios,
superación barreras geográficas, rapidez del proceso contractual y del acceso a la
información, superación de horarios en la adquisición, etc.
Los retos de carácter legal de dicha contratación también resulta evidentes:
interdisciplinariedad jurídica y carácter transversal, que provoca que sean aplicables
múltiples normas a la vez; la internacionalidad; el problema de la identificación de los
contratantes; la determinación del lugar y momento de la perfección del contrato; los
retos para la protección de datos y la seguridad en las transacciones y pagos, entre
otros.
En España, la Ley 34/ 2002 , de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la
información y comercio electrónico ( LSSI), en transposición de la Directiva
2000/31/CE, se aplica a los servicios de la sociedad de la información y la contratación
por vía electrónica, en lo referente a una serie de materias. Las materias reguladas
son las obligaciones de los prestadores de servicios incluidos los que actúan como
intermediarios en la transmisión de contenidos por las redes de telecomunicaciones;
las comunicaciones comerciales por vía electrónica; la información previa y posterior a
la celebración de contratos electrónicos; las condiciones relativas a su validez y
eficacia y el régimen sancionador aplicable a los prestadores de servicios de la
sociedad de la información.
Se aplica la ley a las actividades que se realicen por medios electrónicos y tengan
carácter comercial o persigan fin económico, por lo que se aplica páginas web que
realizan comercio electrónico, pero también las que ofrecen información gratuita si
constituye actividad económica ( ingresos por publicidad o patrocinio, buscadores,
links, directorios webs).No se aplica a las webs personales si no perciben ingresos.
Rige el principio de no autorización previa.
Son servicios incluidos ( esto es, son Servicios de la Sociedad de la Información, SSI)
la contratación electrónica de bienes/servicios; la organización subastas o mercados;
el envío de comunicaciones comerciales ( spam), entre otros.
La ley aplicable a la web será la del lugar de establecimiento del prestador ( el titular
de la web) según el principio de la ley del país de origen, de la Directiva 2000/31/CE.
Se aplica la LSSI a prestadores cuya dirección y gestión negocios esté
establecida/centralizada en España o posea una sucursal, oficina o establecimiento
permanente en España. Si la dirección negocio está en España, se reputa establecido
en España aunque los servidores estén en otro país.
La LSSI no modifica las normas Derecho Internacional Privado que establecen los
puntos de conexión para determinar la ley aplicable y la jurisdicción competente. En
cuando al lugar de celebración del contrato, la LSSI establece una presunción (
modificable por pacto de las partes): hay un consumidor, el contrato se presumirá
celebrado en su residencia habitual; si se contrata un profesional, el contrato se
presumirá celebrado en el establecimiento del prestador
La ley aplicable al contrato será, en contratación con consumidores, la ley española si
el prestador está establecido en España; si está establecido en la UE/EEE, sólo se
aplicará la ley española en aquellos aspectos que sean más beneficiosos para el
consumidor. Si el prestados no está establecido en la UE/EEE, se aplica la ley
extranjera, salvo determinadas excepciones.
En cuanto a la jurisdicción competente, los tribunales españoles serán competentes en
estos supuestos: si el consumidor es residente en España y el prestador está
establecido fuera, si el contrato se celebró por mail o por oferta dirigida a él o al
mercado español; en el resto de casos, serán competentes los tribunales extranjeros,
bien la LSSI fomenta la resolución extrajudicial de conflictos.
Igualmente, la LSSI fomenta elaboración y la aplicación de códigos de conducta e
impulsa participación de todas las asociaciones y organizaciones interesadas. Si bien
la adhesión a un código es voluntaria, los prestadores que se hayan adherido deberán
informar a los usuarios sobre los códigos a que se han adherido. Además, dichos
códigos de conducta deberán serán accesibles electrónicamente.
Se establece una obligación de información general por parte de los prestadores. Así,
los prestadores deben de indicar en su web: el nombre o denominación social ,
domicilio y datos de contacto ( tel, fax); si la empresa inscrita en el RM, los datos de
inscripción; el NIF; la información sobre precio productos ( incluidos gastos envío e
impuestos); si la actividad necesita autorización administrativa previa, los datos de la
misma; si se trata de profesionales, sus datos colegiación; si existen códigos conducta
y su forma consulta electrónica.
Obligaciones relativas a ciertos prestadores: los que usen cookies, deberán informar
sobre su uso y la posibilidad de rechazarlas y recabar el consentimiento informado
relativo a la finalidad del tratamiento datos según la ley de protección de datos
(LOPD). Si son servicios prestados a través de nº tarificación adicional ( mensajes
cortos texto; descarga canciones, logos, acceso a juegos, y concursos), obligación de
la información sobre las comunicaciones comerciales, ofertas promocionales y
concursos; prohibición de spam; obligaciones relativas a contratación / acceso al
servicio.
Los servicios de intermediación (proveedores de acceso, hosting, linking, buscadores)
no tienen obligación de supervisar contenidos, pero sí de colaborar con autoridades
públicas y bloquear / retirar contenidos; no serán responsables si no conocen la
ilegalidad de los contenidos que alojan, transmiten o a los que dan acceso; serán
responsables si toman participación elaboración contenidos o si, conociendo su
ilegalidad, no los retiran o bloquean.
Por su parte, los prestadores que realicen contratación electrónica deberán:
suministrar información previa a la contratación sobre los trámites y pasos a seguir
para contratar; indicar si va a archivar el documento electrónico del contrato y si va a
ser accesible; permitir corregir errores en datos previo a la confirmación pedido;
suministrar información sobre el idioma de formalización contrato; poner a disposición
las Condiciones Generales (CGC) que rijan contrato; confirmar la celebración o la
recepción de la aceptación por acuse de recibo por e-mail o medio equivalente;
La eficacia de los contratos electrónicos es la misma que los contratos escritos,
aunque no estén en soporte papel; tienen el mismo valor probatorio ante los tribunales
que los documentos en papel . Sin embargo, no pueden celebrarse electrónicamente
contratos de familia y sucesiones, los que hayan de elevarse a escritura pública y los
que hayan de inscribirse en registros para su validez o eficacia.
Belén Arribas Sánchez
Abogada & Auditora de Entornos Tecnológicos
Monereo Meyer Marinel-lo Abogados
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