TEMA 9: “ EL MATERIALISMO HISTÓRICO DE KARL MARX ”

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El Materialismo Histórico de Karl Marx
TEMA 10: EL MATERIALISMO HISTÓRICO DE KARL MARX
ÍNDICE:
1
INTRODUCCIÓN.
2
LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA.
3
EL IDEALISMO ABSOLUTO DE HEGEL.
3.1. INTRODUCCIÓN.
3.2. LIMITACIONES Y CRÍTICA A LA FILOSOFÍA DE KANT.
3.3. LA CONCEPCIÓN DE LA DIALÉCTICA.
3.4. INFLUENCIAS HEGELIANAS EN LA OBRA DE MARX.
4
LA FILOSOFÍA DESPUÉS DE HEGEL
4.1. INTRODUCCIÓN.
4.2. LA CRÍTICA DE FEUERBACH AL IDEALISMO Y LA RELIGIÓN HEGELIANOS.
4.2.1. Crítica al idealismo hegeliano.
4.2.2. Crítica de la teología y la religión: la alineación religiosa.
5
EL MATERIALISMO HISTÓRICO: K. MARX.
5.1. INTRODUCCIÓN.
5.1.1. Contexto histórico.
5.1.2. Vida y etapas.
5.1.2.1. Período de formación: 1.818-1.842.
5.1.2.2. Período especulativo: 1.842-1.848.
5.1.2.3. Período revolucionario: 1.848-1.883.
5.2. TEORÍA DE LA ALIENACIÓN.
5.2.1. Crítica a Feuerbach: su "materialismo" es un idealismo enmascarado.
5.2.1.1. Hegel.
5.2.1.2. Feuerbach.
5.2.1.3. La crítica de Marx.
5.2.2.
La alienación en Marx.
5.2.2.1. El concepto de trabajo como praxis: actividad productiva.
5.2.2.2. El trabajo en el modo de producción capitalista.
5.2.3.
Consecuencias de la forma de darse el trabajo en el modo de producción capitalista.
5.2.3.1. Alienación del ser humano: negación de su propia naturaleza.
5.2.3.2. Pone a la economía como un fin en sí mismo y no como un instrumento al servicio de la
realización del ser humano.
5.2.3.3. Genera una superestructura (ideología) que pretende enmascarar ese proceso de alienación.
5.2.4.
Otras formas de alienación derivadas de la alienación en el trabajo.
5.2.4.1. La alienación religiosa.
5.2.4.2. La alienación política.
5.2.5. Cómo superar la alienación en todas sus formas.
5.3. EL MATERIALISMO HISTÓRICO.
5.3.1. Categorías Fundamentales.
5.3.2. Inversión materialista.
5.3.3. Conclusiones. Materialismo histórico y filosofía de la historia: el sentido de la historia.
5.4. ANÁLISIS DEL MODO DE PRODUCCIÓN BURGUÉS O CAPITALISTA.
5.4.1. El capital.
5.4.2. Consecuencias del gran desarrollo de las fuerzas productivas.
5.4.3. Consecuencias de las nuevas relaciones de producción.
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El Materialismo Histórico de Karl Marx
1
INTRODUCCIÓN:
Durante la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX la
filosofía de Hegel se extiende por toda Europa: es la época de apogeo del idealismo
alemán. Éste propone un nuevo concepto de racionalidad, muy influido por el ideal
romántico: un modelo de razón infinita, absoluta y creadora, frente al modelo de razón
limitada de Kant. La filosofía vuelve a ser concebida como un sistema metafísico de
comprensión de toda la realidad y se apoya en un nuevo método: la dialéctica.
La obra de Hegel era monumental porque, no sólo había integrado todos los
acontecimientos históricos incluyendo los negativos como necesarios (dentro de su
concepción dialéctica de la realidad), sino que también lo había hecho conectándolo con
todas las disciplinas del saber. Pero un sistema tan completo o ambicioso era, a la vez,
muy ambiguo y se prestaba a diversas interpretaciones. Así, se podía ver en su sistema
la expresión de un orden social y político, que era justificado como la culminación
necesaria de la marcha de la historia; o bien se podía ver en la dialéctica misma un
instrumento para superar ese mismo estado de cosas, considerado ahora como un
sistema injusto y arbitrario.
Así pues, los seguidores de Hegel se dividieron en dos bandos:
1. La derecha hegeliana. Hacen una interpretación conservadora del sistema
filosófico de Hegel, centrándose en el carácter absoluto y estático de tal sistema.
2. La izquierda hegeliana. Tienen una actitud crítica ante la filosofía de Hegel y
hacen una interpretación progresista de su sistema filosófico, centrándose en el
uso de la dialéctica como método. Entre ellos, a su vez, aparecen dos tendencias:
2.a. Aquellos que se centran en la crítica de la religión y la teología
hegelianas, así como en su idealismo. Destaca la figura de Feuerbach.
2.b. Karl Marx, el cual hace un análisis teórico más a fondo de la teoría
hegeliana y se centrará más en la crítica política.
La obra de Marx es tanto la respuesta filosófica como social y política a la
filosofía de Hegel. Pero Marx no se limitó a la mera labor teórica, concienciado ante las
primeras y negativas consecuencias de la Revolución Industrial, su propuesta va más
allá del terreno filosófico, elaborando una alternativa teórica y práctica al orden social y
económico del siglo XIX, orden que salía reforzado por la expansión del capitalismo a
nivel europeo.
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LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA.
El siglo XIX supone el fin de los grandes sistemas filosóficos y la emergencia de
una pluralidad de movimientos de muy distinto signo (marxismo, positivismo, vitalismo,
historicismo) que suponen una crítica, una revisión y una reacción frente a la visión
especulativa y sistemática de la filosofía, que tuvo su mejor exponente en Hegel.
Si, desde Descartes, los filósofos saben que es necesaria la duda porque las cosas
no son tal como aparecen, hasta Marx, Freud y Nietzsche no se duda de la conciencia
misma. Estos últimos autores toman en consideración una dimensión de la conciencia
humana que no había sido abordada en la filosofía anterior: su capacidad de fabulación y
de autoengaño consciente, lo que se ha llamado "falsa conciencia".
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El Materialismo Histórico de Karl Marx
La pregunta de la filosofía crítica moderna es: ¿cuándo uso correctamente la razón,
la conciencia? Y esta pregunta se formula con el objeto de evitar los errores y tener un
conocimiento fiable. Pero estos filósofos no sólo se plantean la completa fiabilidad de la
razón -en el sentido de haber sido o no utilizada correctamente- sino además cuestionan
sus intenciones: ¿ésta se utiliza siempre de buena fe, desinteresadamente o podemos dudar
de ella?
Nuestros tres filósofos dudan de la conciencia y los tres inventan un método de
análisis para interpretar las fábulas o los mitos que la propia conciencia crea. Se busca la
interpretación del sentido de las creaciones culturales -filosofía, religión, arte, etc.- en el
análisis de la relación entre lo que la conciencia expresa en estos productos y lo que está
latente y simulado detrás de lo manifiesto –recordar, al efecto, el análisis que hace Freud
del mundo onírico y su interpretación de los sueños, el inconsciente, los actos fallidos, etc.ESQUEMA GENERAL DE LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA
General
Marx
Nietzsche
Freud
Lo expresado
Ideología
Lo racional
Lo consciente
Enmascara
Enmascara
Enmascara
Enmascara




Lo latente
Intereses de clase
Lo irracional
Lo inconsciente
La Genealogía
Psicoanálisis
Método de Análisis Materialismo Histórico
3
EL IDEALISMO ABSOLUTO DE HEGEL.
3.1 Introducción.
La filosofía de Kant se convierte en un punto de referencia insoslayable para sus
sucesores, pero también en un obstáculo porque había sido una filosofía crítica que, al
haber marcado los límites del conocimiento, había eliminado las pretensiones metafísicas
de un conocimiento absoluto.
Sus sucesores inmediatos -Fitche, Schelling y Hegel- no están dispuestos a
someterse a esos límites, que intentan superar por todos los medios en una clara pasión
metafísica.
G. W. F. Hegel (1770-1831) nació en la ciudad alemana de
Stuttgart. Admirador de la revolución francesa y la antigüedad
griega, comparte también el espíritu de la Ilustración.
Su obra más importante, la Fenomenología del Espíritu (1807),
pasa por ser el último gran sistema filosófico, en el que confluyen y
se conjugan prácticamente todas las filosofías anteriores.
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Hegel, claramente influido también por el romanticismo y el deseo de éste de romper
todo tipo de límites, se plantea los siguientes objetivos en su labor filosófica.
a) La filosofía como sistema.
Su pretensión es constituir un sistema filosófico: un sistema deductivo, en el que, partiendo
de un principio, podamos deducir todas las categorías y, de ellas, todo el resto del
conocimiento.
Así pues, se propone la necesidad de pensar la relación entre los dos grandes conceptos
que la filosofía anterior había establecido:
- la Naturaleza (el objeto, en términos kantianos), que había sido el objeto principal de
investigación en los griegos.
- el Espíritu (el sujeto, en términos kantianos), que había sido el tema de reflexión
filosófico central a partir de la modernidad -Descartes-.
Desarrollar un sistema implica pensar la unidad interna y la conexión entre uno y otro,
de modo que quepa elaborar una teoría unitaria, total y cerrada sobre la realidad en
su totalidad.
 Para ello hay que superar las dificultades planteadas por el sistema kantiano, el cual
había generado un conjunto de escisiones entre sujeto y objeto que parecían insuperables.
b) La filosofía como saber absoluto: como ciencia.
En Aristóteles, la filosofía era “filo” (amor o tendencia)- “sofía” (sabiduría), es decir,
tendencia al saber, algo a lo que se aspira, pero, inconformistamente, nunca se alcanza.
En Kant, la filosofía quiere ser saber absoluto, pero, al reconocer sus límites, adopta el
papel de crítica, es decir, su principal función es marcar sus propios límites.
En Hegel, la filosofía no ha de ser tendencia al saber sino saber absoluto, sin ningún tipo
de límites.
3.2 Limitaciones y crítica a la filosofía de Kant.
a) Crítica a la crítica del conocimiento de la filosofía moderna.
A lo largo de la modernidad ha sido rasgo común de todos los filósofos, para evitar caer en
contradicciones, ambigüedades o paradojas, el de realizar una tarea previa a toda
investigación, a todo conocimiento, la de realizar una crítica del conocimiento: analizar el
instrumento del conocer, el poder de la razón.
La expresión máxima de esa tarea queda reflejada en la filosofía de Kant, al establecer
unos límites definidos al conocimiento. Este modo de proceder es, al entender de Hegel, un
error que ha tenido como consecuencia la renuncia a la posibilidad de un conocimiento
absoluto.
b) Desde Kant es imposible elaborar una teoría absoluta y total sobre la realidad en su
integridad.
El orden de la realidad está dividido, en consonancia con la naturaleza y el alcance de la
razón humana, teniendo que dejar un ámbito inalcanzable a su poder, y por ende,
incognoscible. La distinción entre nóumeno y fenómeno lleva a una serie de dualismos
paradójicos:
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Escisiones Kantianas
Fenómeno
Noúmeno
Conocer
Conocimiento
Saber
fuera de lo absoluto
Fuera de la verdad
Lo absoluto
La Verdad
Ser
El conocimiento, al estar fuera de lo absoluto, está también fuera de la verdad, puesto que,
según Hegel, sólo lo absoluto es verdadero y viceversa. Este planteamiento kantiano es
sólo un momento en la evolución del mismo conocimiento que ha de ser superado. El
miedo al error de la crítica moderna ha sido en realidad un miedo a la verdad.
c) La crítica del conocimiento ha de basarse en la propia experiencia de la conciencia.
Ese error común de la crítica moderna, que limitaba la posibilidad de un conocimiento
absoluto, es la aceptación acrítica de la representación del conocimiento como instrumento
y medio: no se puede conocer el instrumento del conocer sin antes no ponerse a conocer.
Su planteamiento oculta una falacia, intentar analizar el conocimiento como si pudiéramos
hacer ese análisis con algo que no sea el conocimiento mismo, como si pudiéramos
salirnos de él para poder evaluarlo.
Para hacer una crítica al saber es necesario utilizar un criterio interno al mismo (no se
puede conocer antes de "conocer": externo). Ese criterio interno a la conciencia es su
propio movimiento, su experiencia: un método crítico inmanente.
3.3 La concepción de la dialéctica.
En el pensamiento filosófico de Hegel se puede señalar una primera afirmación
fundamental: la concepción de la naturaleza humana desde el punto de vista
histórico.
Kant había delimitado un “reino de la libertad” ajeno a la causalidad que rige en
el ámbito de la Naturaleza. Ese es el ámbito de la moralidad, y había, además, dejado
planteado el gran tema de la filosofía posterior: el tema de la historia. Sin embargo, para
Kant, el ser humano se encuentra permanentemente escindido entre la razón y la
voluntad, entre el ser y el deber ser, y, por ello, postula una realidad trascendente donde
la voluntad sea puramente racional, es decir, libre.
Según Hegel, esta disociación entre voluntad y razón no puede considerarse
como constitutiva de la naturaleza humana, sino que se origina en la historia y es en la
historia donde ha de encontrar su superación, permitiendo que el ser humano se realice
plenamente como ser moral libre.
La historia no puede comprenderse como una mera secuencia de causas y
efectos, tal y como sucede en el ámbito de la Naturaleza. Por el contrario, la historia
tiene una lógica interna y ha de entenderse como un proceso de desarrollo y de
superación de contradicciones. Ese proceso no se puede captar con la “lógica de la
identidad”, en la que las cosas son lo que son de manera permanente, sino
dialécticamente.
Hay un claro precedente de esta manera dialéctica de pensar la realidad en
Heráclito: para este filósofo, las cosas no son, sino que devienen, lo que hay es devenir,
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y la imagen metafísica de lo real es el fuego, que está siendo algo deshaciendo su
contrario: así, creación y destrucción son lo mismo, la entraña del devenir es la “lucha
de contrarios”.
También, para Hegel, toda la realidad tiene un dinamismo que la hace tender a la
superación de sus limitaciones y a su plena realización. Hegel llama “dialéctica” a este
proceso y en él distingue tres etapas o momentos: la tesis o afirmación, la antítesis o
negación y la síntesis, negación de la negación o superación, que, a su vez, se
convierte en una nueva tesis que será negada.
El mismo Hegel pone el ejemplo del trabajo artesanal de un carpintero para ilustrar
el proceso dialéctico: así, el artesano niega o se opone a la naturaleza, destruyendo la vida
natural de un árbol par fabricar un instrumento cualquiera de madera; pero el instrumento
fabricado es “negación de la negación”, es decir, supera la destrucción previa elevando la
madera a un nivel de realidad superior, que puede ser tanto la utilidad que preste en la vida
humana como, tal vez, la belleza artística que pueda contener.
Para Hegel, no sólo la realidad es dialéctica, también lo es nuestro conocimiento,
que se despliega siguiendo el mismo proceso dialéctico. Frente a Kant, para quien el
conocimiento era relativo al sujeto y, por ello, no podíamos conocer la cosa en sí, sino sólo
los fenómenos; Hegel afirma que el conocimiento sólo es verdadero si es conocimiento
de la totalidad, sólo es verdadero conocimiento el conocimiento absoluto.
Conocer absolutamente ha de ser conocer las cosas tal como son en sí mismas, y no
simplemente en su relación con nosotros, y conocerlas en la totalidad de sus relaciones con
el todo y no en síntesis parciales. El pensamiento dialéctico exige el conocimiento absoluto
y obliga, por tanto, a un conocimiento de la totalidad de lo real. Cada cosa, cada
acontecimiento particular es sólo un momento que remite a la totalidad y sólo puede
entenderse en función de la totalidad de lo real. Así, la dialéctica, que es la ley del
pensamiento verdadero, es la ley misma del proceso de la realidad: pensar y ser se
identifican; tanto la realidad cono nuestro conocimiento de ella son dialécticas.
Sólo superando la distinción entre sujeto y objeto, y concibiéndolos como una
misma cosa, puede desarrollarse un conocimiento de la totalidad, un conocimiento
dialéctico. Es la realidad que se conoce a sí misma, o como dice Hegel en la
Fenomenología del Espíritu, “la sustancia deviene sujeto”.
¿Cuál es el sujeto de ese proceso dialéctico de la realidad que se manifiesta en la
historia? Convertida la sustancia en sujeto y no pudiendo ser la actividad de éste otra cosa
que el conocimiento de sí mismo, el sujeto es espíritu. Hegel utiliza el término alemán
“Geist”, que significa “mente”, pero también “espíritu”, para referirse al sujeto de lo real.
La razón o Idea late en el corazón de la realidad y, como resultado de este hecho, se
produce la adecuación de la razón y la realidad: “todo lo racional es real” y “todo lo real
es racional”, afirma Hegel. El idealismo de Hegel abarca toda la realidad, es un
“idealismo absoluto”.
En conclusión, y puesto que el movimiento de la conciencia, y, por tanto, del
conocer, tiene una estructura dialéctica, se pueden establecer las siguientes consecuencias:
a) El conocimiento es un proceso constituido por una sucesión de distintos momentos
que siguen el esquema anteriormente descrito.
b) No es un esquema aplicado exteriormente, es un proceso inmanente, es decir, es la
misma actividad del conocer la que lleva a ese esquema de sucesión de tríadas.
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c) El motor de la dialéctica es la negatividad: el conocimiento avanza negándose. El
avance se produce porque hay contradicciones (desajuste entre objeto y sujeto), diferencias
que hay que superar, pero éstas no se eliminan del todo sino que se articulan y reconcilian
manteniendo lo positivo de cada una de ellas.
d) La clave de este proceso dialéctico está en entender que lo que constituye un
todo queda convertido provisionalmente en un momento parcial de ese todo, pero
no queda negado sino articulado. Esto supone que, en Hegel, prima el punto de vista
global sobre el punto de vista particular; sólo desde aquél podemos comprender lo que
sucede en cada momento como una etapa necesaria que se comprende desde su
inclusión en la totalidad de la que forma parte.
e) La filosofía tiene por objeto a lo absoluto pero es imposible alcanzarlo de manera
inmediata a través de una intuición intelectual. Lo absoluto sólo se alcanza al final de un
laborioso proceso: la fenomenología pretende conducir a la conciencia humana al saber
absoluto.
f) Historicidad de la Razón: el camino que ha de recorrer cada conciencia no es otro que el
mismo que ha recorrido el Espíritu de la Humanidad. Éste es un desarrollo histórico, no
como en Kant, donde la Razón es una razón abstracta. En Hegel, la razón es una razón que
se desenvuelve en la historia.
g) El camino está constituido por una serie de etapas que ya están recorridas y se
identifican con momentos históricos determinados. Todas son necesarias y el paso de una a
otra es dialéctico.
h) Parte de la conciencia en su estado más rudo, ya en ella está lo absoluto, pero sólo como
telos inmanente, como aspiración, porque lo absoluto es resultado: el resultado que se logra
al finalizar ese recorrido.
i) La alienación (término que incorpora Hegel a la filosofía desde el ámbito teológico y
que significa “negación”, “expropiación”, “enajenación”, es decir, que un sujeto está
escindido y su identidad no le corresponde por completo al estar fuera de sí mismo, en
otro) se interpreta de la siguiente manera: el sujeto (Espíritu) se aliena en objeto
(Naturaleza) para autoconocerse en lo absoluto (autoconciencia).
j) El motor de la alienación es el desajuste que estructuralmente existe entre sujeto y
objeto. El desarrollo de la historia -y del conocimiento- es la lucha por reconciliar esas
diferencias tendiendo a la identidad entre ambos.
k) El movimiento acaba cuando todas las diferenciaciones posibles se han agotado:
entonces todo aparece ordenado desde lo más simple. Es el momento de la identidad total,
que se alcanza en la total reducción del objeto en el sujeto: idealismo absoluto, la razón es
totalmente constitutiva de la realidad, y saca de sí misma todo lo que conoce, que es todo
lo real: el orden de lo real y de lo racional se identifican.
l) Al final, la filosofía accede al conocimiento absoluto y, no sólo porque llega a
comprender la totalidad de lo real, sino porque, además, conoce cada cosa "en relación al
todo y formando parte del todo".
3.4 Influencias hegelianas en la obra de Marx.
Aunque reinterpretados, hay dos elementos de la filosofía hegeliana que influirán
en la filosofía de Marx. Estos son:
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a) El trasladar la razón como sujeto del conocimiento del plano abstracto, en el que hasta
ahora se había situado, al plano histórico. El análisis del conocimiento no se puede realizar
de un modo abstracto e intemporal, es imprescindible recurrir a su desarrollo en la historia
para poder ser entendido. La historia es el elemento que nos permite entender la evolución
y la constitución del conocimiento humano, y por lo tanto, también nos permite realizar su
crítica.
b) La dialéctica como modo de compresión y conocimiento de la realidad. Pero no sólo
tiene un valor gnoseológico, también posee un valor ontológico: la concepción dialéctica
de la realidad.
Entienden, conocimiento y realidad, como procesos dinámicos que se desarrollan en la
historia. Lo esencial es que lo negativo, las contradicciones y los límites que observamos
tanto en la realidad, como en el conocimiento, no son algo inútil o desechable sino que
forman parte consustancial a ellos y constituyen el motor de su dinamismo.
La historia, así como el conocimiento y la realidad, tienen un sentido definido y es la
superación de esos límites, de esas diferencias. Esa superación no se hará por la vía de
eliminarlos, sino en el sentido de comprenderlos e integrarlos en el conjunto del proceso
como pasos dolorosos pero necesarios.
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LA FILOSOFÍA DESPUÉS DE HEGEL.
4.1 Introducción.
La obra de Hegel era monumental porque, no sólo había integrado todos los
acontecimientos históricos (incluyendo los negativos como necesarios -dentro de su
concepción dialéctica de la realidad-), sino que, además, también lo había hecho
conectándolo con todas las disciplinas del saber. Pero un sistema tan complejo era a la vez
muy ambiguo y se prestaba a diversas interpretaciones. Se podía ver en su sistema la
justificación del orden social y político injusto que se vivía (interpretándolo como el punto
de llegada de la historia) o se podía ver en la dialéctica misma un instrumento para
superar ese mismo estado de cosas.
Esa ambigüedad hizo y facilitó que su filosofía pudiese ser interpretada:
a) desde una perspectiva conservadora: como una consolidación y conservación
de la Religión y de la Teología -no olvidemos que lo Absoluto es también Dios-, y como
una justificación "ideológica" de un poder autoritario -que regía su tiempo-. El estado
actual de cosas es el fin de la historia, y de ese modo todo está justificado.
b) desde una perspectiva progresista: como una disolución y, a fin de cuentas,
negación de la Religión y de Dios, ofreciendo, además, el carácter dialéctico de la realidad
un motor de trasformación del orden político y social dado.
Por ello, los seguidores de Hegel se dividieron en dos bandos:
a) la derecha hegeliana: hacen una interpretación conservadora del pensamiento
de Hegel, centrándose en el uso del sistema hegeliano: en ellos se da más importancia al
orden que presenta lo “absoluto”, lo cual, a su juicio, justificaba que todo permaneciera
igual.
b) la izquierda hegeliana: tienen una actitud crítica ante la filosofía de Hegel y
hacen una interpretación progresista de su pensamiento, centrándose en el uso de la
dialéctica como método. Entre ellos, a su vez, aparecen dos tendencias:
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- aquellos que se centran en la crítica de la religión y la teología hegelianas, así como en su
idealismo: L. Feuerbach.
-aquellos que, como K. Marx, hacen un análisis teórico más a fondo de la teoría hegeliana
y se centrarán más en la crítica política.
4.2 La crítica de Feuerbach al idealismo y la religión hegelianos.
Feuerbach influirá en Marx, aunque éste posteriormente también le criticará.
Feuerbach propondrá una reforma radical de la filosofía: ésta no puede estar mirando al
pasado ni ser una cuestión de "escuela", sino que debe de estar de lado de las necesidades
verdaderas y operando en la transformación del presente desde las
necesidades del futuro.
Puesto que la dialéctica avanza negándose, hay que ser
valientes, atreverse a ser negativos para poder pensar el presente
desde el futuro: la nueva reforma de la filosofía requiere como
paso previo e ineludible la crítica de la filosofía hegeliana. Esta
crítica se hace fundamentalmente en dos sentidos.
4.2.1 CRÍTICA AL IDEALISMO HEGELIANO.
La filosofía de Hegel es abstracta, parte de la Idea, el
Espíritu y su historia -la fenomenología- es la historia de la evolución del pensamiento, las
ideas (recordar que en Hegel lo sensible, el fenómeno, era al final reducido a una mera
manifestación parcial del Espíritu, del sujeto -de ahí que la filosofía de Hegel sea un
idealismo absoluto). Para Feuerbach, al contrario, la filosofía debe partir de la vida
humana, con sus necesidades y sus insuficiencias, y donde Hegel pone el Espíritu, las
ideas, Feuerbach pone la materia, lo sensible (hace una inversión materialista de la
filosofía de Hegel).
4.2.2 CRÍTICA DE LA TEOLOGÍA Y LA RELIGIÓN: LA ALIENACIÓN RELIGIOSA.
Como consecuencia de su actitud crítica frente al idealismo hegeliano, Feuerbach
realiza también una crítica a los fundamentos teóricos del pensamiento de Hegel. De este
modo, para Feuerbach, la filosofía de Hegel no es otra cosa que una teología
racionalizada. La concepción hegeliana de que la materia se deriva de la Idea -es una
manifestación de ésta- no es nada más que la racionalización de la idea teológica de que
Dios creó la Naturaleza.
La crítica que Feuerbach hace de la religión no tiene por objetivo negar la religión
como si fuese una "ilusión", hasta el punto de excluir de la naturaleza del ser humano
cualquier dimensión religiosa. Antes, al contrario, la religión constituye, según Feuerbach,
"la esencia inmediata del ser humano".
El sentido de la crítica radica en mostrar como falsa la esencia teológica de la
religión y en reducir la religión íntegramente a la esencia del ser humano. La esencia
teológica de la religión quiere decir que ésta se piensa como la relación del ser humano con
Dios, entendido éste como un ser separado y distinto de él y que posee de un modo infinito
y absoluto todas las perfecciones que el ser humano, por su parte, sólo tiene de un modo
finito. Pero esta idea de "Dios" no es sino un producto de la mente del ser humano.
La génesis de esta idea se realiza a partir de la proyección que el ser humano
hace de sí mismo y de su esencia. El proceso es el siguiente: el ser humano pone fuera de
sí sus cualidades, "objetivándolas", las magnifica y perfecciona de forma ilimitada. Pone
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El Materialismo Histórico de Karl Marx
esas cualidades en otro ser ajeno y extraño a él mismo: crea la idea de Dios. No es Dios
quien ha creado al ser humano sino éste quien ha creado a Dios.
En este proceso se produce la alienación religiosa: el auténtico creador, el ser
humano, termina subordinándose y adorando su propia criatura, Dios, al que acepta y
considera como Ser absoluto y superior a él mismo.
La alienación tiene dos sentidos:
1. La expropiación de la realidad sensible que es el ser humano de su propia
naturaleza o sustancia y ponerla fuera de él.
2. La servidumbre, sometimiento y veneración a algo extraño, erigido contra
la realidad sensible y el ser humano.
La crítica de la religión "teológica" realizada por Feuerbach propone, por
consiguiente, la reducción de la religión a la esencia del ser humano: reducción de la
teología a la antropología. Se niega la religión de Dios y se afirma la religión del ser
humano, la religión de la humanidad. El ser humano debe liberarse mediante la educación
y la ilustración de este mecanismo alienante y ocupar el lugar que Dios le ha usurpado en
una nueva religión de la humanidad, en un nuevo humanismo.
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EL MATERIALISMO HISTÓRICO: K. MARX.
5.1 Introducción.
5.1.1 CONTEXTO HISTÓRICO.
La vida de Marx transcurre a lo largo del siglo XIX (1.818-1.883). La historia de
Europa en este siglo viene marcada fundamentalmente en el aspecto social por el proceso
de formación y progresiva consolidación de las sociedades industriales.
A este proceso se oponen, desde sus comienzos, tendencias nacidas en la masa
creciente de obreros que se van concentrando en los principales centros urbanos y que
sufren las peores consecuencias de este nuevo sistema de producción y de división social
del trabajo caracterizado por una fuerte dinámica productiva que, siguiendo la ley del
máximo beneficio, realiza una transformación y una explotación desconocida hasta
entonces del medio natural y humano.
5.1.2 VIDA Y ETAPAS.
5.1.2.1 Período de formación: 1.818-1.842.
Nace en Tréveris (Renania), región de Prusia, cercana a
Francia. Nieto y sobrino de rabinos judíos, se tiene que
bautizar en el protestantismo para poder ejercer la
carrera de abogado. Se educa en un ambiente liberal y
democrático opuesto al régimen prusiano.
Estudia en Bonn y en Berlín, donde su interés por la
Filosofía le lleva a dedicarse a ella y abandonar el
Derecho. Se apasiona por Hegel, filósofo "oficial" en
Prusia, pero adopta una postura crítica frente a su
pensamiento. Entra en contacto con la izquierda
hegeliana y se hace seguidor de Feuerbach, de quien le
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El Materialismo Histórico de Karl Marx
interesa su postura materialista y su crítica de la religión. Realiza su tesis doctoral en la
Universidad de Jena con un trabajo titulado “Diferencias en la Filosofía de la naturaleza
en Demócrito y Epicuro”. Marx es todavía un demócrata liberal, ciertamente preocupado
por los problemas sociales de su época, pero aún no se declara comunista.
5.1.2.2 Período especulativo: 1.842-1.848.
Forma parte de la redacción de la Gaceta Renana, periódico diario de la oposición
liberal en la zona más industrializada de Alemania. A causa de la censura, le obligan a
abandonar el periódico. Se casa y emigra a París, donde entra en contacto con grupos
revolucionarios socialistas y comunistas. Inicia su amistad con F. Engels, quien será su
colaborador inseparable y mecenas. En este período critica sus fuentes (Hegel y
Feuerbach) y desarrolla su propia teoría, siempre en colaboración con Engels.
Desarrolla sus primeras formulaciones sobre la sociedad y la historia, es decir, las
ideas fundamentales del materialismo histórico. Muy comprometido con la acción,
rechaza sus primeras ideas liberales y reformistas y, se enfrenta a los planteamientos del
socialismo utópico (Proudhon) y el anarquismo (Bakunin). Propugna un socialismo
"científico" como vía de transformación revolucionaria.
Obras de esta época [Con asterisco las más importantes]:
-
Manuscritos de Economía y Filosofía* (1844), donde realiza la
primera crítica de la filosofía hegeliana y desarrolla su teoría de la
alienación, en esta obra se nota todavía la influencia de Feuerbach.
-
La Sagrada Familia (1.845); La ideología alemana* (1.846)
donde expone el materialismo histórico; Once tesis sobre
Feuerbach, (1.845), donde critica la izquierda hegeliana, La
miseria de la filosofía* (1.847), donde critica el socialismo
utópico; Manifiesto del Partido Comunista* (1.848)
5.1.2.3 Período revolucionario: 1.848-1.883.
Al producirse la revolución de 1848, Marx es expulsado de Bruselas. Va a París,
Colonia y Viena, donde conoce la "Liga de los Justos", que pasará después a ser la "Liga
de los Comunistas". Se establece definitivamente en Londres, donde vivirá hasta su
muerte.
Son años consagrados a la investigación y el estudio de la economía capitalista, y
a la actividad política en la dirección del movimiento comunista internacional. Su
situación familiar estuvo amenazada constantemente por la enfermedad y por la penuria
económica, puede salir adelante gracias a la ayuda de su amigo Federico Engels.
Allí en Londres toma contacto directo con la miseria y humillación de los
trabajadores: jornada laboral de 14 horas o más; mala situación de las mujeres y los niños
que trabajan esas horas; se trabaja los domingos y no existen vacaciones; la enfermedad y
los accidentes les dejan sin empleo; no hay jubilación; el despido es totalmente libre; el
sueldo es el más pequeño posible para que el trabajador no muera de hambre.
Estos años dedicados a la investigación teórica dan como fruto su análisis
histórico de los grandes movimientos sociales desde la perspectiva del materialismo
histórico. También realiza es esta época sus estudios más decisivos de economía.
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El Materialismo Histórico de Karl Marx
Obras de esta época [Con asterisco las más importantes]: La Lucha de clases en
Francia; El 18 Brumario de Luis Bonaparte* (1.852), ensayo sobre el golpe de Estado en
Francia; La guerra civil en Francia (1.871); Contribución a la crítica de la Economía
política* (1.859); El capital* (1.867, el primer volumen), que es su obra principal.
5.2 Teoría de la alienación.
5.2.1 CRÍTICA
FEUERBACH:
ENMASCARADO.
A
SU
"MATERIALISMO"
ES
UN
IDEALISMO
Para comprender adecuadamente la forma de entender la alienación en Marx, es
preciso revisar este concepto en Hegel y Feuerbach. Se ha de hacer con relación a sus
respectivas formas de entender el devenir histórico.
5.2.1.1 Hegel.
En la Fenomenología del Espíritu se describe la historia como la historia del pensamiento,
de las ideas en un idealismo absoluto (ya que, al final, el objeto queda reducido al sujeto,
siendo la realidad material -la Naturaleza- una expresión del Espíritu).
La alienación en el planteamiento hegeliano surge como la necesidad que tiene el Espíritu
(sujeto) de enajenarse, escindirse en la Naturaleza (objeto) para poder conocerse y llegar a
la Autoconciencia (conocimiento de lo Absoluto).
5.2.1.2 Feuerbach.
a) Crítica a Hegel.
Para este autor, la filosofía hegeliana es una teología racionalizada, no es más que la
importación a la filosofía de la idea cristiana de que Dios (Espíritu) creó el mundo
(Naturaleza) para poder conocerse (Autoconciencia). No olvidemos que, en Hegel, lo
Absoluto se identifica con Dios.
La crítica de Feuerbach se centra en dos aspectos:
1. Es necesaria una inversión materialista de la filosofía, donde Hegel pone el
Espíritu, se ha de poner lo sensible, lo material, la Naturaleza.
2. Se ha de sustituir la religión de Dios por la religión del Ser humano. Es la crítica a
la alienación religiosa:
En Feuerbach la alienación surge de la enajenación que el ser humano hace de su propia
esencia, que proyecta y objetiva dotándola de las máximas perfecciones a través de la idea
de Dios, para, después, someterse a ella como algo superior y real a lo que debe
veneración.
b) La propuesta de Feuerbach.
Para Feuerbach se ha de sustituir la teología por la antropología, a través de la educación y
la ilustración mostrar la irrealidad de la idea de Dios y sustituirla por la del Ser humano,
esto supone un nuevo Humanismo.
La Historia tiene así un nuevo sentido y es la búsqueda del ser humano de su propia
esencia. El Espíritu (que ahora es el ser humano) se aliena en Naturaleza para conocerse:
para descubrir y recuperar su propia esencia.
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5.2.1.3 La crítica de Marx.
Para Marx, el materialismo de Feuerbach es un idealismo enmascarado porque
sustituye la Idea hegeliana (el Espíritu) por la esencia del ser humano: algo abstracto,
irreal y ahistórico. Es un nuevo idealismo porque, de esta manera, la historia es el devenir
de los hombres a la busca de una idea: la esencia genérica y abstracta del hombre.
Feuerbach prima el hombre teórico (contemplativo y pasivo), y no es éste, según
Marx, el protagonista de la historia, la historia no es la evolución abstracta de las ideas de
los hombres (en abstracto) a la búsqueda de su propia esencia.
Para Marx, el protagonista de la historia es el hombre práctico, los hombres y
grupos sociales concretos, situados en la historia, en el marco de unas determinadas
relaciones sociales y económicas.
Ésta sí es una visión materialista: el devenir histórico acontece como el resultado
de la praxis (acción humana que transforma su entorno) de los distintos grupos humanos
que en cada época se han enfrentado al dominio de la Naturaleza -para lo cual han
establecido entre ellos unas relaciones sociales y económicas-.
 Por lo tanto, se han de buscar las causas de la alienación humana, no en el
plano ideal o teórico, sino en el plano material y práctico.
5.2.2 LA ALIENACIÓN EN MARX.
5.2.2.1 El concepto de trabajo como praxis: actividad productiva.
Partimos, pues, del hombre práctico. Hay en Marx una cierta idealización del
trabajo como actividad humana fundamental (podríamos decir, que es una “mística del
trabajo) ya que afirma que la actividad productiva es el rasgo que diferencia al ser
humano del resto de los animales, ¿Cómo?
 Mediante el trabajo, el ser humano comprueba sus límites y posibilidades, crea e
imagina, es libre. Es el medio para:
1. Realizar su esencia: plasma en lo que hace lo que de humano tiene.
2. Conocerse: se reconoce en lo que hace.
3. Objetivarse: deja su huella en la naturaleza.
Por ejemplo: si uno ordena su habitación decorándola a su gusto.
5.2.2.2 El trabajo en el modo de producción capitalista.
Nos situamos ahora en el plano material, un modelo de actividad productiva
(trabajo) desarrollado en una época y una sociedad concreta, aquélla donde se sigue el
modelo económico del capitalismo.
 En este modo de producción el trabajo conlleva la alienación porque impide la
realización del ser humano, lo deshumaniza, lo enajena de sí mismo.
Esto sucede tanto en relación con:
a) El proceso de trabajo: no lo controla ni lo domina él, sino al revés, y, por tanto, lo
"cosifica", lo convierte en un mero instrumento (cosa) más en el proceso. Anula lo
que de humano tiene: le niega la libertad de crear o conocerse.
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El Materialismo Histórico de Karl Marx
b) El producto del trabajo: cuanto más produce, más se empobrece al enriquecer al
empresario. De tal forma, que el producto que debiera ser su realización, pasa a ser
su enemigo al perder el trabajador la propiedad y el control de su obra.
5.2.3 CONSECUENCIAS
DE LA FORMA DE DARSE EL TRABAJO EN EL MODO DE
PRODUCCIÓN CAPITALISTA.
Así pues, la causa de la alienación se encuentra en el modo de producción y
trabajo del sistema capitalista, es decir, la alienación básica y fundamental, de la que se
derivarán otras formas de alienación, es la alienación económica. Lo vamos a analizar
extrayendo las siguientes consecuencias:
5.2.3.1 Alienación del ser humano: negación de su propia naturaleza.
Se concreta de la manera siguiente:
1. El ser humano queda deshumanizado. Marx afirma: "El hombre se siente
actuando libremente en sus funciones animales tales como comer, beber, etc.;
mientras que en sus funciones humanas no es nada más que un animal".
2. En este proceso, el ser humano se convierte en una simple mercancía más, en un
objeto, ya que se convierte en un instrumento para otro ser humano, al tener que
vender su "fuerza de trabajo", y por tanto:
3. Convierte las relaciones personales entre los seres humanos en relaciones entre
cosas (reificación). Un trabajador, para un empresario, no es un ser humano en el
pleno sentido de la palabra, sino un "elemento productivo" con un coste.
4. Imposibilita su realización. El ser humano es libre si puede reconocerse a sí
mismo en el mundo que él mismo ha hecho, eso es ahora imposible, no se
reconoce (no ha dominado el proceso) ni es dueño de ello (se ha expropiado su
obra).
5.2.3.2 Pone a la economía como un fin en sí mismo y no como un instrumento al
servicio de la realización del ser humano.
Se concreta de la manera siguiente:
1. Pone el ser humano al servicio de la economía y no al revés: no tiene en cuenta
la realización personal, ni las facultades, posibilidades o necesidades de cada ser
humano.
2. En vez de liberarnos, nos esclaviza: inversión de los términos. La producción de
bienes, que nos podría liberar aumentando nuestra calidad de vida (vivir mejor),
nos esclaviza y degrada, porque no es un instrumento para nuestro bienestar sino
que nos convierte en instrumentos de su propio desarrollo.
3. La división social del trabajo se realiza al servicio de la ley del máximo
beneficio, no en razón del interés general o las potencialidades y capacidades
propias de las personas.
5.2.3.3 Genera una superestructura (ideología) que pretende enmascarar ese
proceso de alienación.
1. La pobreza no es el resultado de circunstancias adversas externas sino el modo
de trabajo predominante (trabajo basura).
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El Materialismo Histórico de Karl Marx
2. La totalidad de las instituciones, leyes y relaciones económicas no son un
conjunto de hechos aislados, sino un conjunto interrelacionado configurado
históricamente (sistema) que genera en el orden ideológico su propia
justificación y legitimación.
3. ¿Cómo lo hacen? : Presentando las relaciones económicas como relaciones
objetivas (naturales) y ocultando su origen, sus mecanismos de perpetuación y la
posibilidad de transformarlos.
4. Según Marx, el orden económico no es un orden natural e inmutable, las
relaciones económicas son relaciones existenciales entre los seres humanos y,
por lo tanto, se pueden y se deben cambiar.
5. La ideología es el fruto de la realidad material, no la comprensión y captación
del orden material: es lo que se denomina “inversión materialista”.
6. Según la realidad socioeconómica concreta, pueden coexistir diversas
ideologías, pero siempre habrá una que será la dominante: aquella que es fruto
del modo de producción imperante.
SUPERESTRUCTURA
La ideología y las formas de conciencia son la emanación (superestructura) del
comportamiento material de los hombres (infraestructura)
Totalmente al contrario de lo que ocurre en la filosofía alemana, que desciende del cielo
sobre la tierra, aquí se asciende de la tierra al cielo. Es decir, no se parte de lo que los
hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del hombre predicado,
pensado, representado o imaginado, para llegar, arrancando de aquí, al hombre de carne
y hueso; se parte del hombre que realmente actúa y, arrancando de su proceso de vida
real, se expone también el desarrollo de los reflejos ideológicos y de los ecos de este
proceso de vida. También las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de
los hombres son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso
empíricamente registrable y sujeto a condiciones materiales. La moral, la religión, la
metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden
pierden, así, la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni su
propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su producción material y su
intercambio material cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los
productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida
la que determina la conciencia. Desde el primer punto de vista, se parte de la conciencia
como del individuo viviente; desde el segundo punto de vista, que es el que corresponde
a la vida real, se parte del mismo individuo real viviente y se considera la conciencia
solamente como su conciencia.
La ideología alemana, A,2: De la producción de la conciencia
Veamos, más en detalle, el análisis que hace Marx de la ideología. El análisis
materialista de Marx, desde su percepción del ser humano como un ser real e histórico,
concluye con su convicción de que las ideas, la política, por sí misma, no cambia la
realidad. No son las ideas las que determinan la realidad, es la realidad social y
material la que explica una determinada ideología en cada momento histórico.
Sabemos que a Marx se le ha denominado “filósofo de la sospecha”. Sospechar
no es simplemente dudar. Sospechamos que alguien miente, que hay algo inconfesable
que trata de ocultarse, descubrimos que hay una intencionalidad en que las cosas
aparezcan cambiadas o falseadas. En Marx, la sospecha apareció primero respecto a esa
proyección que el ser humano hace de sus aspiraciones más humanas en la religión.
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El Materialismo Histórico de Karl Marx
Pero Marx sospecha también de la filosofía misma: no es ya que las ideas no nos
expliquen adecuadamente la realidad, sino que la falsean con el fin de ocultarla. Éste es
el sentido del término “ideología” introducido por Marx.
Para Marx, el ser humano vive tanto en un mundo de ideas como en un mundo
de cosas y acontecimientos. De hecho, la cultura en la que estamos inmersos es “nuestro
mundo” por ser un conjunto de representaciones, imágenes, valoraciones, conceptos y
también mitos que determinan nuestros comportamientos y nuestras vidas, incluso
cuando somos críticos respecto a ellas. Sin duda, las ideas surgen en algún momento de
las cabezas de algunos seres humanos, pero en determinadas circunstancias se pierde la
noción de su origen como si adquirieran “vida propia” y se convierten en “ideas
dominantes”.
Esa “conciencia ideológica”, que le es indispensable al individuo para instalarse
en el mundo social en el que vive, es, por otra parte, como el “cemento” que da
cohesión al edificio social. Así, la conciencia ideológica obtiene su grado de verdad al
ser, por una parte, la adaptación del individuo a su mundo y constituir, a la vez, la
cohesión básica que mantiene unida a una sociedad. En la medida que esa conciencia
ideológica es dominante, es lógico pensar que será conservadora, y por eso,
falsificará la realidad siempre que esa realidad sea contradictoria e injusta.
Así pues, la conciencia ideológica es un “producto social”, porque al hombre
sólo le es dado pensar desde las circunstancias determinadas en que vive. No son las
ideas las que determinan la realidad social y política, sino las condiciones reales,
frecuentemente ignoradas adrede, las que determinan el pensamiento y la conciencia de
una época.
Pero, la conciencia ideológica es también práctica y actúa, a su vez, sobre la
sociedad. Para Marx, sólo una ciencia que, por debajo de los fenómenos sociales,
descubra la forma originaria de producción de la vida social de los hombres será
científica y estará, por tanto, en condiciones de desvelar las claves de las
contradicciones sociales. Sólo así la ciencia será práctica, praxis, es decir, capaz de
reducir las contradicciones, según el propio Marx proclama en la última de las Tesis
sobre Feuerbach: “los filósofos se han limitado a interpretar el mundo; de lo que se
trata es de transformarlo”.
5.2.4. OTRAS
FORMAS DE ALIENACIÓN DERIVADAS DE LA ALIENACIÓN EN EL
TRABAJO.
La alienación en el trabajo genera otros tipos de alineación en el plano
ideológico:
5.2.3.4 La alienación religiosa.
Para Marx, "la religión es el opio para el pueblo". La religión es un producto humano,
más concretamente, del Estado y la sociedad, que invierten el mundo para justificarse y
consolidarse. Se trata de una fantástica realización de la esencia humana porque ésta no
tiene verdadera realidad. Justifica el sufrimiento y la negación del presente a través de
una esperanza en el futuro. La misión de la filosofía es desenmascararla a través de la
crítica política.
5.2.3.5 La alienación política.
Es una crítica a Hegel, el cual diferenciaba entre:
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El Materialismo Histórico de Karl Marx
1. Sociedad civil, que es donde se produce la lucha de intereses privados y refleja
la lucha de los distintos grupos.
2. El Estado, encarna el interés general, es la razón de Estado. Esta razón suponía
una síntesis y reconciliación de esa lucha de intereses privados.
Según Marx, esta distinción es un producto ideológico, una forma de alienación
más, no existe tal separación: el Estado no está regido por una razón objetiva sino por
los intereses de la propiedad privada e intenta justificar con la igualdad (teórica) de
todos ante la ley la desigualdad (real y práctica) producto de la propiedad privada.
El análisis materialista de Marx, desde su concepción del ser humano como ser
real e histórico, concluye que la política, por sí misma, no cambia la realidad. No son
las ideas políticas las que determinan la realidad, es la realidad social la que explica
una determinada política en cada momento histórico.
Si la política no cambia la realidad histórica, se hace preciso un análisis de las
realidades políticas desde algo anterior a ellas mismas y a los dirigentes políticos que
parecen decidirla. Para Hegel, desde su postura idealista, el Estado era la plasmación
efectiva de la libertad y la igualdad plenamente realizadas, es decir, suponía el ámbito
en el que se armonizaban lo privado y lo público a través de la realidad del derecho y las
leyes. Marx coincide con sus contemporáneos en que la gran conquista histórica
moderna de la política había sido pasar del absolutismo al Estado de Derecho, en el que
el gobernante, ya sea en un régimen monárquico o republicano, gobierna sobre la base
de una Constitución y un derecho racional al que él mismo está supeditado.
Pero la situación que la filosofía del derecho y del Estado de Hegel consagra
como la plena realización de la libertad y la racionalidad es una situación histórica y
real, en la que la desigualdad más irracional entre los hombres va en aumento y en la
que el capitalismo industrial ha llevado a la inmensa mayoría a una nueva forma de
esclavitud a través del trabajo asalariado de las nuevas formas de producción. El
trabajador, como ciudadano, es, en efecto, libre de aceptar o no las condiciones
laborales que le ofrece el patrono, pero no lo es como hombre natural y social que
quiere sobrevivir y mantener a su familia.
5.2.4 CÓMO SUPERAR LA ALIENACIÓN EN TODAS SUS FORMAS.
Se han de dar dos pasos:
1. Hacer una crítica de la ideología dominante y un análisis del orden social
existente desde el materialismo histórico. Se requiere un análisis del modo de
producción para mostrar que no es un orden natural u objetivo, sino una
situación histórica y social concreta fruto de las relaciones de poder entre los
grupos sociales (clases) que se pueden y deben cambiar.
2. Destrucción del orden social existente (revolución), que es el que provoca las
condiciones de vida que genera esa ideología. Esto exige la abolición del modo
de trabajo existente y su fundamento: la existencia de la propiedad privada. La
abolición de la propiedad privada no es un fin en sí mismo, sino un medio para
poder eliminar el trabajo alienado.
El nuevo orden social comportará, pues, la socialización de los medios de
producción, ahora todo dependerá de qué se haga con los medios de producción
socializados:
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a) Si no son utilizados para la satisfacción del individuo libre y su
desarrollo, sería simplemente un nuevo modo de subyugar a los
individuos a una universalidad ficticia y meramente teórica. Éste es,
según Marx, el peligro que subyace en el planteamiento de Feuerbach y
que se dio, posteriormente, en el comunismo real.
b) Ha de procurar una sociedad y una economía al servicio del ser humano
y de su realización (calidad de vida). Es su idea del comunismo.
5.3 El Materialismo Histórico.
Es como se denomina su filosofía y sirve de instrumento de análisis de la
realidad y de la historia, es decir, el materialismo histórico es tanto una teoría
científica sobre la historia como un análisis, hecho desde la óptica de las relaciones
materiales y económicas, de los entresijos del modo de producción capitalista, análisis
cuyo fin último no es otro que el de mostrar sus propias contradicciones y el modo
efectivo de superarlo.
5.3.1 CATEGORÍAS FUNDAMENTALES.
El ser humano extrae de la naturaleza sus bienes para subsistir pero no es
autosuficiente, por lo que se asocia con otros individuos (sociedad) para satisfacer sus
necesidades vitales. Esto genera un modelo de relaciones económicas: una división
social del trabajo y una forma de reparto de la riqueza producida. Veamos cuáles son las
categorías que Marx elabora para poder comprender este proceso:
1. Factores de producción. Son aquellos que intervienen en la producción o
proceso de trabajo y mediante los cuales se transforma un objeto en un producto
útil. Son:
a. La materia prima: es el objeto sobre el que se trabaja.
b. Los medios de producción: es el conjunto de cosas, instrumentos,
útiles, maquinaria, etc. junto con la tecnología o técnica (como saber).
c. La fuerza de trabajo: es la energía humana empleada. La constituyen
los sujetos de la actividad productiva. En la historia, cronológicamente,
han sido: esclavos, siervos y trabajadores.
2. Fuerzas productivas. Son el resultado o la combinación de los dos factores
anteriores: la fuerza de trabajo (energía humana) y los medios que tienen los
trabajadores para desarrollar su trabajo. Este concepto resume la capacidad
tecnológica (fuerza humana de trabajo y formación técnica, instrumentos y
medios de trabajo…) de la que dispone una determinada formación social en un
momento histórico concreto para resolver las necesidades de producción. Indica
el nivel de desarrollo de cada época (formación social).
En la historia se observan un largo proceso de desarrollo de las fuerzas
productivas y una progresiva división social del trabajo (son dos constantes del
desarrollo histórico), proceso que se incrementa y acelera de forma especial con
la revolución industrial y el modo de producción capitalista.
3. Relaciones de producción. Son las relaciones que se establecen entre los
miembros de una sociedad histórica concreta en la realización de las actividades
que aseguran, en un sentido amplio, la producción social de la vida (la
satisfacción de sus necesidades) según un determinado modo de producción.
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Estas relaciones vienen determinadas por el lugar que se ocupa en la división
social del trabajo (que es lo que a cada uno le toca hacer en ese concreto modo
de producción) y en el intercambio, la distribución y la apropiación del
beneficio social (la parte que se lleva cada cual del producto global) obtenido
para satisfacer las necesidades de los distintos miembros de la sociedad. Las
relaciones de producción tienen su expresión jurídica en las relaciones de
propiedad.
Marx atribuyó una importancia decisiva a las transformaciones en el desarrollo
de las fuerzas productivas, de las que hacía depender en gran medida los
cambios en el orden de las relaciones de producción.
 La desigual distribución del trabajo y del beneficio, que caracteriza las
relaciones de producción de las sociedades donde existe la propiedad privada
de los medios de producción, comporta la existencia de clases antagónicas
(esclavo / hombre libre; siervo / señor; proletario / capitalista) y la lucha de
clases como fuente permanente de conflictos sociales y motor de la historia
con sus correspondientes efectos en otras manifestaciones de la vida social.
Las relaciones de producción expresan las relaciones que se establecen entre los
propietarios de los medios de producción y los productores directos de un modo
de producción determinado, pudiendo ser estas relaciones:
a. Conflictivas: el trabajador vende su fuerza de trabajo al precio y
condiciones que establezca el propietario de los medios de producción:
relación explotador / explotado.
b. Antagónicas: unos defienden la propiedad de los medios de producción
como algo exclusivo y otros como algo colectivo.
5.3.2. Inversión materialista.
La base de toda dialéctica (realidad e historia) se halla en la búsqueda del ser
humano por satisfacer sus necesidades elementales, enfrentándose a la naturaleza y
mediante la actividad práctica. De esa manera se van desarrollando los distintos modos
de producción, distribución, intercambio y consumo de bienes. Son éstos (la realidad
económica, plano material) los que determinan que los seres humanos tengan ésta o
aquella mentalidad, elaboren éstas o aquellas leyes y se dé éste o aquel modo de
gobernar.
Según Marx, no son las ideas lo que mueven la historia, sino que son las
relaciones económicas de producción, la vida material, la que condiciona el proceso de
la vida social, política y espiritual. De forma que el sistema de producción condiciona
(pero no determina) toda la historia humana.
5.3.3. CONCLUSIONES. MATERIALISMO HISTÓRICO Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA: EL
SENTIDO DE LA HISTORIA.
Marx contempla la historia como un proceso de maduración progresiva (que no
excluye accidentes, retrocesos, catástrofes, etc.) de la capacidad económica de la especie
humana para dominar la naturaleza y producir medios con que satisfacer sus crecientes
necesidades.
Este desarrollo se produce a partir de la dialéctica que se establece entre el
desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, que arrastra tras de sí
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las restantes manifestaciones de la vida social (aspectos superestructurales: estructuras
jurídico-políticas y estructuras ideológicas), en un proceso de mutuo condicionamiento. El
motor de la historia se concreta así en la "lucha de clases".
De ahí que la historia sea también, para Marx, el escenario de la alienación
creciente del hombre por fuerzas que él crea pero que acaban dominándolo, y de la
explotación de unas clases por otras.
La sucesión en la historia de los diferentes modos de producción había llevado
hasta el modo de producción burgués o capitalista, que es el que domina en la época que
vive Marx. Éste, en una afirmación llena de optimismo progresista, esperaba la próxima
superación de este modelo. La auténtica historia humana comenzaría cuando el ser humano
fuera capaz de adueñarse de su propio destino y realizar todas sus ricas potencialidades,
una vez superadas la explotación y la alienación que habían acompañado hasta entonces
todo el proceso histórico. De esta manera, todo el desarrollo histórico anterior se podría
calificar como “prehistoria de la humanidad”.
5.4 Análisis del modo de producción burgués o capitalista.
Por ser la realidad dialéctica, este modo de producción lleva en su mismo modo de
ser los elementos contradictorios que causarán su propia desaparición o superación. Por
ello, es preciso un análisis a fondo de su funcionamiento para poder buscar sus
contradicciones y acelerarlas para poder superarlo.
Elementos característicos de la dinámica de este modo de producción son:
5.4.1 EL CAPITAL.
Como todos los modos de producción anteriores, el capitalista, está fundado en la
existencia de la propiedad privada, pero en este modo ésta se concreta en el capital.
El capital es el conjunto de bienes productivos (edificios, instalaciones, maquinaria,
herramientas y materiales) y de dinero que permiten a su propietario comprar la fuerza de
trabajo de obreros y técnicos y hacerla producir mercancías. Se puede distinguir entre:
a) Capital constante o bienes de producción: compuesto por edificios, instalaciones,
maquinaria, herramientas y materiales.
b) Capital variable: abarca únicamente el dinero con el que se adquiere la fuerza de trabajo.
Es la parte que arroja beneficio ya que paga una parte del valor que el tiempo de trabajo
añade al producto: la necesaria para que el trabajador restaure sus fuerzas. El resto
(plusvalía) se lo apropia el capitalista para reponer y ampliar su capital y elevar su
consumo personal.
5.4.2 CONSECUENCIAS DEL GRAN DESARROLLO DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS.
1. La revolución industrial y el maquinismo provocan:
a) Subordinación esclavizante de la fuerza de trabajo humana a la máquina y una
mayor especialización (división social del trabajo).
b) Un aumento en la capacidad productiva (desarrollo de las fuerzas productivas) y,
por lo tanto, un excedente de productos que hay que colocar en nuevos mercados.
Esto lleva a una globalización y universalización de los mercados. Siendo la
obtención del máximo beneficio económico el supuesto fundamental sobre el que
se establece la existencia y el desarrollo del modo de producción capitalista, se
produce, en consecuencia, un fuerte crecimiento de las fuerzas productivas, por
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el que el sistema, rompiendo cualquier tipo de barreras nacionales e invadiendo
todo tipo de mercados, se universaliza. Esa expansión económica se controla
políticamente a través del colonialismo.
2. Desarrollo de los medios de comunicación y transporte, que comporta mayor
competencia entre trabajadores pero también más facilidades de comunicación entre
ellos para su organización.
3. Crisis cíclicas del capitalismo. Producidas por la descompensación entre la capacidad
productiva y la capacidad de consumo. Generan excedentes que se han de destruir o
recolocar en nuevos mercados. Producen el hundimiento de empresas y la aparición de
procesos de fusión entre ellas en grupos cada vez más grandes: progresiva acumulación
del capital cada vez en menos manos. Ésta es una de las contradicciones que, según
Marx, llevaría al fin del capitalismo.
5.4.3 CONSECUENCIAS DE LAS NUEVAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN.
1. División creciente entre dos clases principales y directamente enfrentadas: la burguesía
y el proletariado. El resto de clases tienden a desaparecer, tanto la aristocracia, que ha
sido sustituida por la burguesía en el poder, como la pequeña burguesía (pequeños
industriales, comerciantes, artesanos y campesinos), que tiende a proletarizarse.
Recordemos que las clases se definen como grupos humanos que se distinguen entre sí
por el lugar que ocupan en el sistema de producción social, por las relaciones que
guardan con los medios de producción (relaciones que suelen fijar las leyes) y por su
papel en la organización del trabajo. De todo ello se deriva un modo peculiar de cada
clase de acceder a la riqueza social y la cuantía en que participan en ella.
2. Las relaciones entre burgueses y proletarios son relaciones de explotación:
a) Los burgueses son los propietarios del capital (dinero de inversión) y de los medios
de producción (edificios, maquinaria, etc.).
b) Los trabajadores tienen únicamente su fuerza de trabajo, que venden en el mercado
de trabajo a cambio de un salario, destinado a reponer la fuerza de trabajo invertida
en la producción. Son los productores directos de la riqueza social (incluidos los
bienes de capital) y los que menos reciben.
3. Generación de la plusvalía. Es la diferencia entre el valor producido por el obrero y el
de su propia fuerza de trabajo, que es pagado con el salario. De ella se apropia el
capitalista y es el fundamento de su enriquecimiento.
El tiempo de trabajo del productor es superior al que se requiere para generar la riqueza
que le revierte en forma de salario. Marx distingue entre:
a. Trabajo necesario: es el tiempo dedicado a producir el valor de sus medios de
subsistencia (de su fuerza de trabajo), es decir, de su salario. En el sistema
capitalista sirve para reponer el valor del capital variable desembolsado por el
empresario.
b. Trabajo excedente: es el tiempo dedicado a producir que no crea valor
alguno para el trabajador pero sí para el capitalista en forma de plusvalía: el
valor de todos los productos que durante ese tiempo produce el trabajador.
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Tiempo ╓ Trabajo necesario................. Salario
de
║
trabajo ╙ Trabajo excedente................. Plusvalía
4. Aumento de la "conciencia de clase" de los trabajadores, debida, sobre todo, a la
diferencia entre un número cada vez menor de propietarios de los medios de
producción y otro progresivamente mayor de obreros explotados y empobrecidos. Esta
es otra de las grandes contradicciones del sistema capitalista; según Marx, es la
principal.
IES “La Fuensanta”
Departamento de Filosofía
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