CÓMO TRATAR A UN GATO ENVENENADO

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CÓMO TRATAR A UN
GATO ENVENENADO
Basado en datos de la “Pet Poison Helpline” (línea de ayuda por
envenenamiento de mascotas, en español), casi el 10% de llamadas
de dueños son por posibles envenenamientos gatunos. Debido a la
naturaleza curiosa de los gatos y su obsesión con la limpieza,
pueden a veces terminar en situaciones complicadas. Algunos de
los venenos más comunes con los que se topan los gatos son los
insecticidas, medicinas humanas, plantas venenosas y comida
humana que contiene químicos que ellos no pueden metabolizar.
Para tratar a un gato envenenado, empieza leyendo el paso 1.
Actuar
Reconocer los síntomas del envenenamiento. Si observas
cualquiera de los siguientes síntomas generales en un gato, podría
estar sufriendo de envenenamiento:
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Dificultad para respirar
Vómitos o diarrea
Irritación gástrica
Tos y estornudos
Depresión
Salivación
Convulsiones, temblores o espasmos musculares involuntarios
Debilidad y potencialmente pérdida del conocimiento
Pupilas dilatadas
Micción frecuente
Temblores
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Lleva a tu gato a un lugar bien ventilado. Cuando se sospeche de
envenenamiento y tu gato esté echado, inconsciente o débil,
sácalo inmediatamente de ahí y llévalo a otro lugar bien ventilado
e iluminado.
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Cuando un gato se siente mal o está ansioso, su primer instinto es
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esconderse. Si tu gato se ha envenenado, debes monitorear sus
síntomas por lo que no es apropiado permitirle que se esconda en
algún agujero. Levanta al gato de una manera cuidadosa pero
firme y llévalo a una habitación segura. La cocina o baño son
ideales, pues necesitas tener acceso al agua.
Si el veneno está en el área, cuidadosamente sácalo del alcance de
cualquier mascota o humano.
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Llama a un veterinario inmediatamente. Alternativamente, llama
a tu centro de control de venenos local. Esto debería ser lo
primero que hagas luego de estabilizar tu gato.
Un veterinario experimentado o una línea de ayuda pueden
ayudarte a calmarte y podrán darte instrucciones claras sobre lo
que debes hacer o qué antídotos darle a tu gato envenenado.
Siempre recuerda que las posibilidades de supervivencias de tu
gato serán mayores si realizas pronto la llamada.
De ser posible, identifica el veneno. Esto te ayudará a decidir si
es correcto o inapropiado hacer vomitar al gato. Si tienes acceso al
empaque, toma nota de la siguiente información: nombre del
producto, ingredientes activos y potencia. Adicionalmente, trata
de estimar cuánto ha consumido el gato (¿era un paquete nuevo?
¿cuánta cantidad hace falta?).
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Si tienes acceso a Internet, busca los ingredientes activos. Ayuda
utilizar un formato similar a este: ¿el [nombre del producto] es
tóxico para los gatos?
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Algunos productos podrían ser seguros de ingerirse y si descubres
que ese es el caso, no necesitas hacer más. Si la substancia es
venenosa, el siguiente paso es decidir si haces vomitar al gato o
no.
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No intentes medicar a tu gato tú mismo a menos que te lo
indique un profesional. No le des a tu gato ningún alimento, agua,
leche, aceite ni cualquier otro remedio casero a menos que sepas
qué veneno ingirió y los medicamentos o primeros auxilios
necesarios. Darle cualquiera de estas cosas sin consulta o
indicación de un veterinario o línea de ayudas del centro de
control de venenos local podría empeorar la situación de tu gato.

El veterinario o línea de ayuda tendrán más conocimiento y
habilidad para determinar qué hacer o qué darle a tu gato
envenenado. No estás perdiendo tiempo, simplemente estás siendo
práctico.
No hagas vomitar a tu gato a menos que te lo indiquen. No hagas
que tu gato haga nada sin indicaciones de un veterinario o centro
de control de venenos. Algunos venenos (particularmente los
ácidos corrosivos) pueden hacer más daño si se induce el vómito.
Solo induce el vómito si:
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El veneno fue ingerido dentro de las últimas dos horas
El gato está consciente y es capaz de tragar
El veneno NO es un ácido, álcali fuerte o producto de petróleo
El veneno que ha estado en el estómago por más de dos horas ya
ha sido absorbido a la sangre así que inducir el vómito no tiene
sentido

Entiende cómo manejar ácidos, álcalis y productos de
petróleo. Los ácidos, álcalis y productos de petróleo pueden
causar quemaduras cáusticas. Sin importar cuándo hayan sido
consumidos, no induzcas el vómito porque lo más probable es que
dañen el esófago, garganta y boca al regresar.

Los ácidos fuertes y los álcalis se encuentran en los eliminadores
de óxido caseros, fluidos para grabar vidrios y productos
limpiadores como la lejía. Los productos de petróleo incluyen
fluido para encendedor, gasolina y queroseno.

Como se ha mencionado previamente, no debes hacer que el gato
vomite, en su lugar debes hacer que beba leche entera o que coma
un huevo crudo. Si no bebe por su propia voluntad, entonces usa
una jeringa infantil para administrar dosis oral y haz gotear hasta
100 ml de leche en su boca. Esto ayudará a diluir el ácido o álcali y
lo neutralizará. Un huevo crudo tiene una acción similar.
Si determinas que debes hacer vomitar a tu gato, sigue el
protocolo apropiado. Necesitas una solución al 3% de peróxido de
hidrógeno (NO uses el peróxido de hidrógeno más concentrados
que viene con algunos productos para hacer la permanente o teñir
el cabello) y una cucharita o jeringa infantil para administrar dosis
oral. Te darás cuenta de que es más fácil usar la jeringa para
administrar el peróxido que usar una cuchara para meterlo a su
boca. Esto es lo que debes saber:

La dosis de peróxido de hidrógeno al 3% es 5 ml (una cucharaditas)
por cada 2,25 kilos de peso corporal y se administra oralmente. Un
gato promedio pesa alrededor de 4,5 kilos así que necesitas
alrededor de 10 ml (dos cucharaditas). Repite esto cada diez
minutos por un máximo de tres dosis.

Para darle una dosis al gato, sostenlo con seguridad y suavemente
inserta la jeringa a su boca debajo de los colmillos superiores.
Deja gotear aproximadamente 1 ml a la vez en la lengua del gato.
Dale tiempo para tragar cada vez y nunca eches la dosis entera
rápidamente pues podrías inundar su boca haciéndolo inhalar
peróxido a sus pulmones.
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
Usa carbón activado. Luego de hacerlo vomitar, tu objetivo ahora
es reducir la absorción de veneno que ha avanzado más en el
intestino. Para hacer esto necesitas carbón activado. La dosis es de
1 gramo de polvo seco por cada medio kilo de peso corporal del
gato. Un gato promedio requiere alrededor de 10 gramos.

Disuelve el polvo en el menor volumen de agua posible, para
formar una especie de lodo espeso y usa la jeringa para hacerlo
administrarlo oralmente al gato. Repite esta dosis cada 2 a 3 horas
por un total de 4 dosis.
Una vez que termine la crisis, revisa su pelaje para buscar
posible contaminación. Si hay veneno en su pelaje, cuando el gato
se limpie tragará más y se arriesga a intoxicarse aún más. Si el
contaminante es un polvo, sacúdelo. Si es pegajoso, como la brea
o el aceite, podrías tener que usar un producto de limpieza de
manos profesional (como los usados por los mecánicos de motor)
en el pelaje y luego enjuagarlo bien con agua.

Como última opción quizás prefieras cortar el pelo más afectado
con tijeras o un cortador. ¡Mejor prevenir que curar!
Haz que beba agua. Muchos venenos son dañinos para el hígado,
riñones o ambos. Para reducir el riesgo de daño a los órganos por
el veneno ya absorbido, asegúrate de que el gato beba libremente.
Si no bebe espontáneamente, usa una jeringa para echarle agua
directamente en la boca. Lentamente, haz que gotee 1 ml a la vez
y asegúrate de permitirle tragar.

Un gato promedio requiere 250 ml de agua al día, ¡así que no
temas volver a llenar esa jeringa muchas veces!

Recolecta una muestra del posible veneno. Incluye todas las
etiquetas, empaques y botellas para que toda la información
pueda ser suministrada a un veterinario o línea de ayuda de tu
centro de control de venenos local. Tus esfuerzos podrían ayudar a
otros futuros dueños de gatos (¡y a gatos!) en un problema similar.
Tratar las causas comunes de envenenamiento
Los siguientes tratamientos solo deberían realizarse en casa si has
sido autorizado por tu veterinario o línea de ayuda de control de
venenos o si no tienes ninguna otra opción. Estas situaciones
deben dejarse a los profesionales siempre que sea posible.
Tratar envenenamiento por arsénico. Este tipo de
envenenamiento es causado por varios tipos de compuestos
arsénicos orgánicos e inorgánicos que pueden ser encontrados en
insecticidas, pesticidas y venenos para roedores.
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Las señales de envenenamiento por arsénico son: diarrea aguada y
profusa que puede tener un poco de sangre, debilidad, depresión,
pulso débil y colapso cardiovascular. Esto ocurre como un efecto
de la inflamación aguda de los órganos internos como el hígado y
los riñones.

Para tratarlo, induce el vómito administrando peróxido de
hidrógeno al 3% (2 a 4 ml por kg de peso) y después de eso, se
debe suministrar oralmente carbón activado o normal, seguido de
protectores estomacales como caolín o pectina (después de 1 a 2
horas).
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Maneja el envenenamiento por brea de carbón (desinfectantes
caseros).
Los productos de brea de carbón incluyen los cresoles, fenoles,
creosota y brea tanto líquida como sólida. Suenan exóticos pero se
usan en muchos desinfectantes caseros. Estos químicos también
son tóxicos para los gatos y pueden ser fácilmente absorbidos a
través de la piel.

Estos venenos estimulan el sistema nervioso, debilitan al corazón y
dañan el hígado, dando como resultado debilidad, pérdida de
coordinación, ictericia, propensión a estar echado, coma y a veces
la muerte.

No hay tratamiento específico, pero para la ingesta reciente se
pueden administrar catárticos como soluciones salinas y de carbón,
seguidos de claras de huevos para suavizar los efectos corrosivos
del veneno.
Trata el envenenamiento por cianuros. Los cianuros se
encuentran en las plantas, fertilizantes y venenos para roedores,
pero la causa de envenenamiento más importante es por la ingesta
de plantas que contienen compuestos de cianuro como junco,
sorgo, hojas de manzana, maíz, lino y eucalipto.
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Las señales pueden aparecer tras 10 a 15 minutos y se puede
observar un aumento de la excitabilidad seguido de dificultad para
respirar, lo que puede llevar a la asfixia. A pesar que el ganado es
más propenso a esto, los animales pequeños como los gatos
también pueden verse afectados debido a su comportamiento
curioso.
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Se requiere administración inmediata de nitrito de sodio por el
veterinario. Se deben administrar 10 g en 100 ml de agua destilada
o solución isotónica salina con una dosis de 20 mg por kilogramo de
peso corporal.
Ten cuidado del envenenamiento por etilenglicol
(anticongelante para radiadores de carro). Este envenenamiento
es más común en gatos y perros debido a su sabor dulce, el cual los
atrae y porque el anticongelante es muy fácil de encontrar y
comprar.

La observación inmediata de síntomas similares a los de
intoxicación por alcohol como los vómitos, señales neurológicas,
estupor y ataxia o pérdida del equilibrio, indican que el
etilenglicol es el culpable.
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El protocolo para este tipo de veneno es inducir el vómito y
administrar carbón activado y sulfato de sodio 1 a 2 horas después
de ingerir el veneno.
Tratar envenenamiento por flúor. Se puede observar
envenenamiento agudo como resultado de la ingesta de flúor, el
que puede encontrarse en veneno para ratas, acaricidas y
productos de limpieza oral. Todos estos pueden ser una amenaza
para gatos y perros.
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Las señales de envenenamiento son gastroenteritis, aumento del
ritmo cardíaco, señales nerviosas y a veces, lamentablemente, la
muerte.
Para animales severamente envenenados, se debe administrar
inmediatamente gluconato de calcio mediante vía intravenosa o
hidróxido de magnesio o leche por vía oral para que se unan con
los iones de flúor.
Tratar envenenamiento por chocolate. La teobromina y la
cafeína son metilxantinas: estos químicos son seguros para los
humanos porque tenemos enzimas que pueden metabolizarlas a
elementos más seguros. Los gatos y los perros no tienen estas
enzimas, lo que hace que incluso unos pocos gramos sean tóxicos
para ellos.
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Las señales de envenenamiento por chocolate por lo general
ocurren de 6 a 12 horas después de la ingesta. Estas señales
incluyen sed extrema, vómitos, salivación, diarrea, vientre
hinchado e inquietud. Más tarde, las señales progresarán a
hiperactividad, micción frecuente, temblores, problemas
cardiovasculares como taquicardia, bradicardia, dificultad para
respirar, insuficiencia cardíaca e insuficiencia respiratoria.
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El tratamiento de primeros auxilios para los animales que han
consumido chocolate recientemente es la inducción del vómito
dándole 3% de peróxido de hidrógeno por vía oral hasta conseguir
el vómito o carbón activado. Si el gato ha ingerido chocolate pocas
horas atrás, lo mejor es llevarlo a un veterinario porque el
tratamiento debe dirigirse a los síntomas e involucra
medicamentos y procedimientos complejos.
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Se estima que el chocolate semidulce a negro contiene 100 a 160
mg de teobromina por onza. La dosis tóxica de teobromina para los
gatos es alrededor de 100 a 200 mg por kilogramo (unas 10 onzas
de chocolate). Dueños: tengan cuidado y no le den chocolate a sus
gatos y perros.
Trata el envenenamiento por pasas y uvas. Este es un
envenenamiento poco común en los perros y solo hay reportes
anecdóticos de envenenamiento en gatos. El mecanismo exacto
aún se desconoce pero el resultado final es insuficiencia renal. En
los perros, la dosis tóxica es 32 gramos de pasas por cada kg de
peso corporal; en el caso de las uvas la dosis tóxica es de 11 a 30
mg por kilogramo. Para los perros, la dosis es probablemente
menor.
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Las señales de envenenamiento incluyen vómitos y diarrea,
debilidad, sed extrema, deshidratación, incapacidad de producir
orina e insuficiencia renal.
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Debe inducirse el vómito inmediatamente como primeros auxilios
administrando 3% de peróxido de hidrógeno en una dosis de 2ml
por kg de peso corporal. Después de esto, debe llevarse al gato o
perro a un centro de control de venenos o a un veterinario, donde
se inducirá la micción mediante terapia intravenosa de fluidos.
Ten cuidado del envenenamiento por alcohol. Metanol, etanol y
alcohol isopropílico son los tipos de alcohol más comunes en el
envenenamiento animal. El etanol es más comúnmente encontrado
en las bebidas alcohólicas, alcohol desinfectante, masa en
fermentación y elíxires. El metanol suele encontrarse en
limpiadores de parabrisas. El alcohol isopropílico se encuentra
comúnmente en el alcohol desinfectante y en aerosoles contra
pulgas para mascotas hechos con alcohol y es el doble de tóxico
que el etanol.
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La dosis tóxica va de 4 a 8 ml por kilo y debe tenerse mucho
cuidado a la hora de manejar químicos que contengan alcohol;
deben guardarse en lugares difíciles de alcanzar por mascotas y
niños. El alcohol también puede absorberse a través de la piel y los
gatos son muy sensibles a esto; debe evitarse a toda costa rociarlos
con aerosol contra pulgas hecho para perros y que contenga
alcohol.
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Las señales progresan muy rápido y pueden observarse al cabo de
30 a 60 minutos de la ingesta; incluyen vómitos, diarrea, pérdida
de la coordinación, desorientación, temblores y dificultad para
respirar. En los peores casos, la muerte debido a insuficiencia
respiratoria.
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Como primeros auxilios, debe proporcionarse ventilación adecuada
y si la ingesta ha ocurrido recientemente se debe inducir al vómito
administrando peróxido de hidrógeno al 3% en una dosis de 2 ml
por cada kilogramo de peso corporal.
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Tratar envenenamiento por lejía de cloro. Los limpiadores
caseros comunes y lo limpiadores de piscina contienen lejía, que a
su vez contiene hipoclorito de sodio y las mascotas encuentran
este químico masticando los contenedores de estos productos,
bebiendo de baldes que contienen mezclas de lejías de cloro
mezcladas con agua, nadando en piscinas tratadas recientemente o
bebiendo de ellas.
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Las señales de envenenamiento por lejías son los vómitos, la
salivación, depresión, anorexia y diarrea.
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Dale leche o leche diluida en agua. Esto actúa como un agente que
une a la leche con el cloro. Para exposición mediante la piel, debe
bañarse al animal con un champú suave aprobado para gatos por
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un veterinario y se le debe enjuagar a consciencia. No se debe
inducir al vómito pues puede causar más daño.
Las señales de envenenamiento son mareos, vómitos y diarrea.
Estos síntomas responden fácilmente a la terapia sintomática.
Para tratarlo, dale a tu gato leche o agua mezclada con leche.
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Trata el envenenamiento por insecticida. Diferentes insecticidas
con diferentes ingredientes activos pueden causar envenenamiento
de agudo a crónico en los gatos. Estos incluyen productos que
contienen carbamatos, compuestos de hidrocarburos clorados,
permetrinas o piretroides y organofosforados.
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Las señales de envenenamiento son salivación excesiva, micción
frecuente, dificultad para respirar, cólico, ataxia y convulsiones.
Como primeros auxilios, debe administrarse carbón activado
seguido de inducción de vómito mediante la administración de
peróxido de hidrógeno al 3% en una dosis de 2 a 4ml por kilogramo
de peso. Para el envenenamiento por insecticidas, lo mejor es
llamar inmediatamente a un veterinario o centro de control de
venenos. Un veterinario administrará un antídoto específico para
el tipo de ingrediente activo específico en el envenenamiento por
insecticida.
Trata el envenenamiento por cantáridas y especies
emparentadas. Las cantáridas contienen un químico tóxico
también llamado cantárida. Esta substancia es muy irritante y
causa la formación de vesículas en la piel y membranas mucosas.
Cantidades tan pequeñas como 4 a 6 gramos de escarabajo seco
pueden ser tóxicas para otros animales, como los gatos.
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Las señales de envenenamiento de este tipo son dolores
abdominales, depresión, anorexia e irritación de los tractos
digestivos y urinarios. Una característica muy impactante de este
tipo de envenenamiento es el oscurecimiento de las membranas
mucosas.
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No hay un tratamiento específico, pero el carbón activado puede
ayudar si el envenenamiento se detecta a tiempo. La dosis
apropiada es de 2 a 8 gramos por kilogramo de peso corporal una
vez cada 6 a 8 horas durante 3 a 5 días.
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