Preparacion de las Ofrendas

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5 minutos importantes para tu vida (7) Oraciones en la preparación de las ofrendas 1. De la vida Los regalos (flores, comida o vino) que llevamos a una casa donde nos han invitado, son una muestra de agradecimiento a nuestro anfitrión. Cuando llevamos un regalo a una casa donde nos han invitado a comer, normalmente esperamos a que lo abran, y decimos: “espero que te guste”, o “espero que te sirva”…El que la persona diga que le encanta es casi como una bendición; aprueba lo que con buen deseo hemos presentado. 2. Oraciones en la preparación de las ofrendas De la misma manera, llevamos nuestra ofrenda de nosotros mismos a Dios, y esperamos que les sea agradable. El Ordinario de la Misa pone énfasis en la alabanza a Dios que nos da el regalo del pan y el vino. Agradecemos la bendición de Dios y decimos: Bendito seas, Señor Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra…Lo mismo se hace con el cáliz. La costumbre de mezclar agua con vino era frecuente en el mundo secular de la antigüedad. De ahí pasó a una interpretación simbólica: la unión de Cristo con la humanidad y la unidad de la naturaleza humana y divina de Cristo. Después, el celebrante puede utilizar el incienso, sobre todo en las grandes celebraciones. En las grandes solemnidades se usa el incienso en los ritos de entrada y también después de la presentación de las ofrendas. El uso del incienso viene del Oriente e indica reverencia y respeto hacia los símbolos sagrados. En los ritos antiguos judíos, la purificación del cuerpo era muy frecuente. El gesto del lavatorio de las manos es un símbolo de esa purificación, no sólo de las manos, sino de su purificación interior para disponerse a celebrar la Eucaristía. Entonces se expresa el deseo de que los dones sean agradables a Dios: “Oren hermanos, para que este sacrificio mío y de ustedes, sea agradable a Dios…” Y la asamblea responde: El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia”. Oración sobre las Ofrendas Con frecuencia no escuchamos esta oración, pero es el momento cumbre del rito de preparación del altar y las ofrendas. El celebrante ora sobre los dones presentados. Se destaca aquí la unidad de los fieles con los dones presentados y el propio celebrante que los ofrece. 3. ¿Qué significa todo esto? No se trata de presentar cualquier cosa, por muy linda que sea. Las ofrendas se van a convertir en el mismísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Al presentar el Pan y el vino, fruto de la tierra, afirmamos la Encarnación de Cristo, que se hizo uno con nosotros y nos hizo co-­‐creadores con Dios por el trabajo de nuestras manos. Pero aún más: en el pan y el vino, nos entregamos nosotros mismos para unirnos al Cuerpo y la Sangre de Jesús. Es decir, es toda la Iglesia quien se une en el ofrecimiento para presentar el sacrificio de Cristo que nos hace un solo Cuerpo. 4. ¿Qué significa esto para mi vida? Cuando me uno al Cuerpo de Cristo en la oración sobre las ofrendas, estoy agradeciendo todo lo que se me ha dado, que es un don para regresarlo a Dios. En ese ofrecimiento propio para unirme a Cristo, tomo un fuerte compromiso de vivir de manera agradable a Dios, ya que voy a ser Cuerpo de Cristo en el mundo. 
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