Número de registro: 20729 Novena Época Instancia: Primera Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
Número de registro: 20729
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXVII, Febrero de 2008
Página: 59
CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO Y
EL DÉCIMO PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
CONSIDERANDO:
PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es competente
para conocer del presente asunto, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 107,
fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 197-A de la Ley
de Amparo; y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, por
tratarse de una denuncia de posible contradicción de criterios que fueron emitidos por
Tribunales Colegiados sobre un tema de materia civil, la cual es del conocimiento exclusivo
de esta Primera Sala.
SEGUNDO. La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte legítima, conforme a lo
establecido en el párrafo primero del artículo 197-A de la Ley de Amparo.
De acuerdo con dicho numeral, cuando se sustenten criterios contradictorios entre Tribunales
Colegiados de Circuito, en asuntos que son de su competencia, la denuncia correspondiente
ante esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, sólo puede plantearse por:
a) Los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
b) El procurador general de la República.
c) Los Tribunales Colegiados o los Magistrados que los integren o las partes que
intervinieron en los juicios en que tales criterios contradictorios se hayan sustentado.
En la especie, la presente denuncia de posible contradicción de tesis fue formulada por el
presidente del Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, que sustenta
uno de los criterios posiblemente contradictorios, lo que reitera su legitimación para tales
efectos.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
TERCERO. El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, integrado por
los Magistrados Neófito López Ramos, Benito Alva Zenteno y Víctor Francisco Mota
Cienfuegos, al resolver por unanimidad de votos, el DC. 379/2006, en sesión de diecisiete de
agosto de dos mil seis, estableció, en lo que se refiere al tema planteado en la contradicción
de tesis, lo siguiente:
"En efecto, debe tenerse en cuenta que la figura jurídica de los alimentos está integrada por
diversos conceptos, todos ellos necesarios para la subsistencia de los acreedores alimentarios
y, en el caso de los menores, para su adecuado desarrollo y preparación que les permita, en su
momento, procurarse a sí mismos esos satisfactores. Así, se desprende del artículo 308 del
Código Civil para el Distrito Federal, que establece: ‘Artículo 308. Los alimentos
comprenden: I. La comida, el vestido, la habitación, la atención médica, la hospitalaria y en
su caso, los gastos de embarazo y parto; II. Respecto de los menores, además, los gastos para
su educación y para proporcionarles oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias
personales; III. Con relación a las personas con algún tipo de discapacidad o declaradas en
estado de interdicción, lo necesario para lograr, en lo posible, su habilitación o rehabilitación
y su desarrollo; y IV. Por lo que hace a los adultos mayores que carezcan de capacidad
económica, además de todo lo necesario para su atención geriátrica, se procurará que los
alimentos se les proporcionen, integrándolos a la familia.’. Aún más, los diferentes elementos
comprendidos en la institución de los alimentos, no se limitan a obtener una precaria
supervivencia o a la satisfacción de las más ingentes necesidades del acreedor alimentario,
sino que deben ser bastantes para solventar una vida decorosa a dicho acreedor, atendiendo a
las circunstancias personales, familiares y sociales del mismo, determinadas por su entorno
inmediato. De esa manera, la pensión alimenticia no debe ser fijada con base en criterios
puramente matemáticos, sino que debe atenderse a la necesidad del acreedor y a las
posibilidades del deudor, así como al entorno social en que se desenvuelvan dichas partes. De
esa manera se desprende, primeramente, del artículo 311 del Código Civil para el Distrito
Federal, que dispone: ‘Artículo 311. Los alimentos han de ser proporcionados a las
posibilidades del que debe darlos y a las necesidades de quien deba recibirlos. Determinados
por convenio o sentencia, los alimentos tendrán un incremento automático mínimo
equivalente al aumento porcentual anual correspondiente al Índice Nacional de Precios al
Consumidor publicado por el Banco de México, salvo que el deudor alimentario demuestre
que sus ingresos no aumentaron en igual proporción. En este caso, el incremento en los
alimentos se ajustará al que realmente hubiese obtenido el deudor. Estas prevenciones
deberán expresarse siempre en la sentencia o convenio correspondiente.’. Igualmente, ello
resulta del criterio sustentado por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en la tesis 1a./J. 44/2001, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, publicada en la página 11, del Tomo XIV, agosto de dos mil uno, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, que establece: ‘ALIMENTOS.
REQUISITOS QUE DEBEN OBSERVARSE PARA FIJAR EL MONTO DE LA PENSIÓN
POR ESE CONCEPTO (LEGISLACIONES DEL DISTRITO FEDERAL Y DEL ESTADO
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DE CHIAPAS).’ (se transcribe). Conforme a esa tesis jurisprudencial, cuya aplicación es
obligatoria en términos del artículo 192 de la Ley de Amparo, el punto relevante para
establecer el monto de los alimentos consiste en que éstos permitan esa vida decorosa a que
se refiere la jurisprudencia, conforme al estatus (adaptación gráfica en español del anglicismo
status utilizado en el texto de la jurisprudencia) en que se han desenvuelto el acreedor y el
deudor alimentarios, esto es, que si el nivel de vida ha sido alto, por permitirlo un ingreso
elevado del acreedor, deberá tomarse como punto de partida esa situación particular, y si, por
el contrario, ha sido menor el nivel de vida, contándose con satisfactores inferiores a los que
permiten los ingresos de cuantías mayores, el órgano jurisdiccional debe partir de esa
concreta situación. Esa referencia al nivel de vida o estatus que es necesario ponderar a la par
que el binomio necesidad-posibilidad, para establecer el monto de una pensión genérica por
concepto de alimentos, tiene especial relevancia para fijar ese quantum tratándose del
supuesto en que no son comprobables el salario o los ingresos del deudor alimentario, pero ya
no sólo en virtud de la interpretación judicial invocada, sino porque existe una norma que lo
dispone así expresamente, a saber, el artículo 311 Ter del Código Civil para el Distrito
Federal: ‘Artículo 311 Ter. Cuando no sean comprobables el salario o los ingresos del deudor
alimentario, el Juez de lo familiar resolverá con base en la capacidad económica y nivel de
vida que el deudor y sus acreedores alimentarios hayan llevado en los dos últimos años.’. Tal
precepto establece el criterio objetivo a seguir por el órgano jurisdiccional en caso de que el
salario o los ingresos del deudor alimentario no sean susceptibles de comprobarse, esto es, el
análisis de la capacidad económica y nivel de vida del propio deudor y de sus acreedores
alimentarios, durante un lapso limitado. Ante esa regla específica, carece de sustento la
aplicación de una solución diversa basada, ciertamente, en la lógica y la razón, como la de
establecer la cuantía tomando como parámetro el salario mínimo general, pero que, dada la
existencia de la disposición legal de que se trata, resulta una decisión contra legem. Se añade
a lo anterior, el hecho de que el salario mínimo general se traduce en una cantidad líquida,
esto es, la fijada en función de una determinación de carácter administrativo del órgano
tripartita facultado para ello (Comisión Nacional de los Salarios Mínimos), que puede o no
ajustarse a la realidad social, a pesar del imperativo de que sea suficiente para satisfacer las
necesidades normales de un jefe de familia, en los órdenes material, social y cultural, previsto
en la fracción VI del apartado A del artículo 123 constitucional: ‘Artículo 123. Toda persona
tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de
empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley. El Congreso de la Unión,
sin contravenir a las bases siguientes deberá expedir leyes sobre el trabajo, las cuales regirán:
A. Entre los obreros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y de una manera general,
todo contrato de trabajo: ... VI. Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores
serán generales o profesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se
determinen; los segundos se aplicarán en ramas determinadas de la actividad económica o en
profesiones, oficios o trabajos especiales. Los salarios mínimos generales deberán ser
suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden
material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios
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mínimos profesionales se fijarán considerando, además, las condiciones de las distintas
actividades económicas. Los salarios mínimos se fijarán por una comisión nacional integrada
por representantes de los trabajadores, de los patrones y del gobierno, la que podrá auxiliarse
de las comisiones especiales de carácter consultivo que considere indispensables para el
mejor desempeño de sus funciones. ...’. La realidad social, de suyo cambiante, puede exigir
en una situación histórica determinada que las necesidades a que se refiere el precepto
constitucional deban satisfacerse con una cantidad mayor a la acordada por la mencionada
comisión nacional, por lo que restringir al salario mínimo general el monto de la pensión
alimenticia puede resultar en perjuicio de los acreedores alimentarios, y si en una época
diversa llegara a exceder esa percepción salarial las necesidades familiares, pudiera ocurrir
que el deudor fuera obligado a entregar una suma mayor a la que, en función de la fórmula
dual (capacidad-necesidad) aplicable para fijar los alimentos, debiera cubrir. En tal virtud, la
pensión de alimentos basada en el salario mínimo general pertenece al género de las que se
apoyan en una cantidad líquida y, por consiguiente, comparte la problemática propia de ellas,
a saber, la posible falta de correspondencia con las capacidades y necesidades reales, así
como la permanencia de un monto fijo, cuyos aumentos sólo pueden partir del mismo, lo cual
origina, a su vez, la promoción de nuevos procedimientos judiciales encaminados a disminuir
o incrementar la pensión, según sea el caso; sin embargo, existe una diferencia específica en
el caso del salario mínimo general, consistente en que puede aumentar con base en la
decisión de la comisión respectiva, con lo que, en principio, pudiera estimarse que se salva la
cuestión atinente al reclamo futuro de incrementos, aunque, si se reflexiona más a fondo, se
advertirá que conforme al mencionado entorno social, que es un hecho notorio para todo
juzgador por estar inmerso en aquél, es muy probable que el aumento de referencia sea
insuficiente para satisfacer las necesidades alimenticias. Por ende, la aparente solución del
previsible conflicto derivado de nuevos reclamos judiciales de incremento de pensión, no
llega a constituir un remedio real para la situación descrita. Lo anterior, lleva a colegir que la
forma idónea de cuantificar una pensión alimenticia es a través de un porcentaje sobre los
ingresos del deudor, ya que con ello se atiende a los elementos reales de capacidad y
necesidad, beneficiando, además, a ambas partes, al hacer innecesaria la promoción de
nuevas controversias de incremento o disminución de los alimentos, con el consiguiente
ahorro de tiempo, gastos y trámites, y se cumple a cabalidad con la plena administración de
justicia al establecer en una sola oportunidad el quantum que deberá regir en lo sucesivo. Así
es, porque puede suceder que el deudor perciba una cantidad menor o igual a un salario
mínimo general, en cuyo caso le será materialmente imposible cumplir con el débito
alimentario fijado en el equivalente a esa remuneración, tanto por insuficiencia, en el primer
supuesto, o por significar, en la segunda hipótesis, el traslado de todo su ingreso a los
acreedores sin reservar nada para sí, con el peligro para la propia subsistencia que ello
entraña; por el contrario, si el deudor tiene un ingreso efectivo considerablemente mayor al
salario mínimo general, la fijación de la pensión con base en este último será en detrimento
de los acreedores. En cambio, al fijarse la pensión en un porcentaje de los ingresos se evita la
inequidad que para una y otra parte representan las situaciones descritas, dado que se ajustará
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a la real capacidad del deudor, y en la medida que se incremente o decrezca esa posibilidad
económica de cumplir la obligación alimenticia recibirán una mayor o menor suma de dinero
los acreedores, según sea el caso, efecto que se generará al aplicar el mismo porcentaje a una
cantidad superior o inferior, circunstancia que permite satisfacer un segundo objetivo, esto es,
evitar la sustanciación innecesaria de posteriores reclamos de incremento y disminución de
pensiones, por lo que acudir por única vez ante los tribunales es suficiente para los
gobernados, consiguiéndose de esa manera el ulterior, aunque no menos importante,
propósito de obtener una justicia completa, pronta y expedita. A la conveniencia de fijar la
pensión alimenticia en forma porcentual, sustentada en las consideraciones precedentes, se ha
referido este Tribunal Colegiado en el criterio publicado en el Semanario Judicial de la
Federación, Octava Época, Tomo XI, marzo de mil novecientos noventa y tres, página 207,
que se reitera, por apoyar y complementar lo aquí expuesto, y señala: ‘ALIMENTOS.
CONVENIENCIA DE LA FIJACIÓN DE LOS, CUANDO SE ESTABLECE UN
PORCENTAJE DE LOS INGRESOS DEL DEUDOR.’ (se transcribe). Tanto ese criterio de
interpretación judicial, como las consideraciones formuladas en los párrafos precedentes,
encuentran plena correspondencia con diversos criterios sustentados por la Tercera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre los que destacan aquellos que tienen los datos
de localización, rubros y textos siguientes: Localización: Séptima Época, Instancia Tercera
Sala Fuente Semanario Judicial de la Federación 127-132, Cuarta Parte, página 29, tesis
aislada, Materia(s) Civil. Rubro: ‘ALIMENTOS. MONTO DE LA PENSIÓN EN
PORCENTAJE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).’ (se transcribe).
Localización: Séptima Época, Instancia Tercera Sala, Fuente Semanario Judicial de la
Federación 82 Cuarta Parte, página 15, tesis aislada, Materia(s): Civil. Rubro:
‘ALIMENTOS. MONTO DE LA PENSIÓN EN PORCENTAJE.’ (se transcribe).
Localización Séptima Época, Instancia Tercera Sala, Fuente Semanario Judicial de la
Federación, 33 Cuarta Parte, página 15, tesis aislada, Materia(s): Civil. Rubro:
‘ALIMENTOS. MONTO DE LA PENSIÓN EN PORCENTAJE.’ (se transcribe).
Localización: Séptima Época, Instancia Tercera Sala, Fuente Semanario Judicial de la
Federación, 27, Cuarta Parte, página 38 tesis aislada Materia(s): Civil. Rubro:
‘ALIMENTOS. MONTO DE LA PENSIÓN EN PORCENTAJE.’ (se transcribe).
Localización Séptima Época, Instancia Tercera Sala, Fuente Semanario Judicial de la
Federación, Cuarta Parte, página 21, tesis aislada Materia(s): Civil. Rubro: ‘ALIMENTOS.
MONTO DE LA PENSIÓN EN PORCENTAJE.’ (se transcribe). No obsta en contrario, el
hecho de que la Sala responsable se haya apoyado en el criterio sustentado por el Décimo
Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en la tesis I.11o.C.53 C,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XVIII, agosto de dos mil tres, página 1674, que es del tenor siguiente: ‘ALIMENTOS.
MONTO DE LA PENSIÓN CUANDO SE DESCONOCEN O NO SE ENCUENTRAN
COMPROBADOS LOS INGRESOS DEL DEUDOR.’ (se transcribe). Lo anterior, dado que,
por las razones vertidas en esta ejecutoria y, fundamentalmente, por existir la concreta
disposición legal aplicable que establece el criterio objetivo a seguir en el supuesto de falta de
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comprobación de ingresos, la tesis arriba citada no es compartida por este Tribunal
Colegiado. De ahí que, al suscitarse tesis contradictorias entre dos Tribunales Colegiados de
Circuito en juicios de amparo en materia civil, procede denunciarla ante la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, por conducto del presidente de este órgano
colegiado, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 197-A de la Ley de Amparo y 21,
fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, así como en lo previsto
en el punto segundo del Acuerdo General Número 5/2001, de veintiuno de junio de dos mil
uno, relativo a la determinación de los asuntos que conservará para su resolución y el envío
de los de su competencia originaria a las Salas y a los Tribunales Colegiados de Circuito.
Efectuada esa precisión sobre la discordancia de criterios, debe señalarse que al estar previsto
por el legislador el modo de proceder para el supuesto de falta de comprobación de ingresos,
partiendo de la capacidad económica y nivel de vida antes indicados, es necesario que el
juzgador, ya sea de primer o segundo grado, verifique si los elementos probatorios
indispensables para determinar los extremos de que se trata obran en las constancias
procesales, y de no ser así, se allegue de los mismos, tanto por encontrarse implícita esa
atribución al establecerse la mencionada forma de resolver en la hipótesis de referencia,
como por contar con las facultades previstas en los artículos 940 y 941 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, en los términos siguientes: ‘Artículo 940.
Todos los problemas inherentes a la familia se consideran de orden público, por constituir
aquella la base de la integración de la sociedad.’. ‘Artículo 941. El Juez de lo familiar estará
facultado para intervenir de oficio en los asuntos que afecten a la familia, especialmente
tratándose de menores, de alimentos y de cuestiones relacionadas con violencia familiar,
decretando las medidas precautorias que tiendan a preservar la familia y proteger a sus
miembros. En todos los asuntos del orden familiar los Jueces y tribunales están obligados a
suplir la deficiencia de las partes en sus planteamientos de derecho. En los mismos asuntos,
con la salvedad de las prohibiciones legales relativas a alimentos, el Juez deberá exhortar a
los interesados a lograr un avenimiento, resolviendo sus diferencias mediante convenio, con
el que pueda evitarse la controversia o darse por terminado el procedimiento.’. Conforme a
esos preceptos, es dable para el órgano judicial en materia familiar, tratándose de los
alimentos para menores, actuar oficiosamente recabando pruebas para fijar el monto de la
pensión alimenticia. Así, lo ha estimado, en una interpretación sistemática de ambos
dispositivos legales, este Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil, en la tesis I.3o.C.283
C, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XV, febrero de dos mil dos, página 758, que se reitera y establece: ‘ALIMENTOS PARA
MENORES. CUANDO NO SE ALLEGARON LOS ELEMENTOS SUFICIENTES AL
JUICIO PARA DETERMINAR LA PROCEDENCIA DE ESE DERECHO O FIJAR EL
MONTO DE LA PENSIÓN POR ESE CONCEPTO, EL JUZGADOR DEBE SUPLIR,
INCLUSO, LA FALTA DE RECLAMACIÓN DE ESE DERECHO Y LOS
ARGUMENTOS QUE TIENDAN A CONSTITUIRLO, ASÍ COMO RECABAR LAS
PRUEBAS NECESARIAS AL RESPECTO (LEGISLACIÓN DEL DISTRITO
FEDERAL).’ (se transcribe)."
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Similar criterio sostuvo el propio Tribunal Colegiado al resolver los amparos directos DC.
499/2006 y DC. 573/2006; así como el amparo en revisión RC. 168/2006.
CUARTO. Por su parte, el Décimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, integrado originalmente por los Magistrados María del Carmen Sánchez Hidalgo,
Indalfer Infante Gonzales y Benito Alva Zenteno; posteriormente por los dos primeros
nombrados y la Magistrada María Concepción Alonso Flores, al resolver el amparo directo
DC. 268/2003, en sesión de ocho de mayo de dos mil tres, resolvió en lo conducente lo que a
continuación se transcribe:
"Por otra parte, es infundado el segundo motivo de inconformidad, consistente en que no se
demostró el monto mensual que el quejoso percibe como ingresos y que por ello la sentencia
no está motivada, además de que al ser excesiva la pensión de acuerdo a sus ingresos, se viola
el principio de proporcionalidad. Efectivamente, resulta inexacto que por el solo hecho de
desconocerse el monto mensual que el demandado percibe como ingresos la sentencia
carezca de motivación, pues como la propia responsable expuso, el Juez estuvo en lo correcto
al imponer la condena porque se demostró que además de su pensión por jubilación, el
deudor cuenta con otros ingresos, independientemente de que no se precise el monto.
Además, la falta de prueba del monto de los ingresos del demandado no quiere decir que
tenga que ser absuelto, sino que la autoridad jurisdiccional puede analizar las circunstancias y
razonar el importe de la pensión, razonando sus motivos para indicar la cantidad que estime
suficiente para cubrir las necesidades de la actora. En apoyo a lo expuesto se invoca la tesis
aislada emitida por la entonces Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
localizable en el Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, Tomo LXV, página
1304, del rubro y texto siguiente: ‘ALIMENTOS, FIJACIÓN DE.’ (se transcribe). Ahora,
respecto a la proporcionalidad de la cantidad fijada debe decirse que si conforme al artículo
311 del Código Civil, los alimentos deben ser proporcionales a las posibilidades del que debe
darlos y a las necesidades de quien deba recibirlos, al no haber medios de prueba en el juicio
con los que pueda determinarse la posibilidad o necesidad respectiva, le corresponde al Juez
acudir a soluciones prácticas para fijar el monto de la pensión según las particularidades de
cada caso; consecuentemente, si en autos se acreditó que el hoy quejoso obtiene ingresos por
ser pensionado del Instituto Mexicano del Seguro Social, y que es propietario de un negocio
de carpintería, aunque se desconozca cuales sean exactamente sus ingresos, no es
desproporcional la condena al pago de un día de salario mínimo como pensión alimenticia
para su esposa, porque esa suma representa una cantidad apenas suficiente para subsistir. En
apoyo a lo expuesto, es oportuno citar las tesis aisladas emitidas por el Segundo Tribunal
Colegiado del Sexto Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado del Segundo Circuito, visibles
en el Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomos VIII, noviembre de mil
novecientos noventa y uno y XIII, marzo de mil novecientos noventa y cuatro, páginas 262 y
305, respectivamente, de rubros y textos siguientes: ‘PENSIÓN ALIMENTICIA.
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PORCENTAJE SOBRE EL SALARIO MÍNIMO.’ (se transcribe). ‘ALIMENTOS. FIJAR
SU MONTO EN UN DÍA DE SALARIO MÍNIMO, NO VIOLA EL PRINCIPIO DE
PROPORCIONALIDAD EN EL PAGO DE.’ (se transcribe). Efectivamente, el hecho de que
se desconozca el ingreso mensual que percibe el demandado no es obstáculo para absolverlo
de su obligación, sino que ante la ausencia de elementos para determinar el monto de la
pensión debe fijarse en base al salario mínimo general vigente, pues lo que sí se demostró es
que el enjuiciado es pensionado por el Instituto Mexicano del Seguro Social y propietario de
un negocio de carpintería. En lo conducente y como apoyo es oportuno citar la tesis aislada
emitida por el Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Primer Circuito, localizable en el
Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo XII, septiembre de mil
novecientos noventa y tres, página 272, de rubro y texto siguiente: ‘PENSIÓN
ALIMENTICIA. BASE PARA FIJARLA, CUANDO EN AUTOS NO EXISTE
ELEMENTO PROBATORIO ALGUNO QUE DEMUESTRE LA CAPACIDAD
ECONÓMICA DEL DEUDOR ALIMENTARIO PARA PROPORCIONARLA.’ (se
transcribe). Por último, en relación a la tesis aislada invocada por el solicitante de amparo, de
rubro: ‘PENSIÓN ALIMENTICIA. MONTO DE LA. CUANDO NO EXISTE PRUEBA
QUE DETERMINE EL INGRESO FIJO DEL DEUDOR ALIMENTISTA.’, debe decirse
que la misma no le beneficia, en primer lugar porque no es una jurisprudencia obligatoria y
en segundo, porque en todo caso, esa hipótesis aplicaría cuando la cantidad fijada por el Juez
exceda del monto correspondiente al salario mínimo o cuando se fija sin motivación alguna,
por una cantidad excesiva; sin embargo en la especie no ocurre así y como se ha venido
explicando, el desconocimiento del ingreso exacto del deudor no lo exime de su obligación,
sino que procede determinar el monto de la pensión en base a las circunstancias especiales
del caso y como ocurre, de forma proporcional, de acuerdo al salario mínimo general vigente,
que es la cantidad apenas suficiente para la subsistencia de una persona."
En similares términos resolvió el citado Tribunal Colegiado el amparo directo DC. 110/2007.
Dichas ejecutorias dieron origen a la siguiente tesis:
"No. Registro: 183.634
"Tesis aislada
"Materia(s): Civil
"Novena Época
"Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XVIII, agosto de 2003
"Tesis: I.11o.C.53 C
"Página: 1674
"ALIMENTOS. MONTO DE LA PENSIÓN CUANDO SE DESCONOCEN O NO SE
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
ENCUENTRAN COMPROBADOS LOS INGRESOS DEL DEUDOR. El desconocimiento
o falta de comprobación de los ingresos que percibe el deudor alimentario no son causa ni
motivo para absolverle de la obligación de proporcionar alimentos, sino que cuando se
actualiza tal supuesto, el juzgador, actuando dentro de los límites de la lógica y la razón,
puede, discrecionalmente, fijar el monto de la pensión tomando como base el salario mínimo,
cantidad que se considera como la mínima suficiente para sufragar los gastos de comida,
vestido, habitación, atención médica y hospitalaria. Máxime si se acreditó que el demandado
tiene más de una fuente de ingresos, aunque no su monto."
QUINTO. Debe determinarse si en el caso existe contradicción entre los criterios antes
referidos, pues sólo en tal supuesto es dable que esta Sala emita un pronunciamiento en
cuanto al fondo de la presente denuncia.
Al respecto, debe tenerse en cuenta el contenido de la jurisprudencia sostenida por el Pleno
de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, que señala lo siguiente:
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XIII, abril de 2001
"Tesis: P./J. 26/2001
"Página: 76
"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA. De conformidad con lo que establecen los artículos
107, fracción XIII, primer párrafo, de la Constitución Federal y 197-A de la Ley de Amparo,
cuando los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis contradictorias en los juicios de
amparo de su competencia, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o la Sala
que corresponda deben decidir cuál tesis ha de prevalecer. Ahora bien, se entiende que
existen tesis contradictorias cuando concurren los siguientes supuestos: a) que al resolver los
negocios jurídicos se examinen cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se adopten
posiciones o criterios jurídicos discrepantes; b) que la diferencia de criterios se presente en
las consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas;
y, c) que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos."
De conformidad con la jurisprudencia transcrita, para que exista contradicción de tesis deben
reunirse los siguientes elementos:
A) Que al resolver los negocios se examinen cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se
adopten posiciones o criterios jurídicos discrepantes;
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
B) Que la diferencia de criterios se presente en las consideraciones, razonamientos o
interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas; y
C) Que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos.
En el caso en estudio la contradicción de criterios es inexistente entre lo sustentado por el
Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito al resolver los amparos
directos DC. 379/2006, DC. 499/2006 y DC 573/2006 y el amparo en revisión RC. 168/2006
y lo resuelto por el Décimo Primer Tribunal Colegiado en la misma materia y circuito al
resolver los amparos directos DC. 184/2005, DC. 485/2005 y DC. 54/2006; porque en dichas
resoluciones no sostuvieron criterios contradictorios.
En efecto, el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito en los asuntos
antes citados sostuvo el criterio consistente en que en los casos en que se demande el pago de
alimentos y se desconozcan o no se hayan acreditado los ingresos del deudor alimentario, el
monto de la pensión debe fijarse de conformidad con lo dispuesto en el artículo 311 Ter del
Código Civil para el Distrito Federal que establece que se debe determinar con base en la
capacidad económica y nivel de vida que el deudor y sus acreedores alimentarios han llevado
durante los últimos años, sin que sea el caso de tomar como parámetro el salario mínimo
general para establecer la cuantía de la pensión; mientras que el Décimo Primer Tribunal
Colegiado en la misma materia y circuito en las sentencias precisadas, sostuvo que el hecho
de no conocer el monto exacto de los ingresos que percibe el deudor alimentario no da lugar a
que sea absuelto de la obligación, sino que la autoridad judicial debe analizar las
circunstancias del caso concreto y fijar el monto de la pensión que estime suficiente para
cubrir las necesidades del acreedor alimentario. Es decir, al resolver dichas ejecutorias no
incurrieron en criterios contradictorios, sino hasta coincidentes porque mientras un tribunal se
refiere a la determinación de la pensión con base en lo dispuesto en el artículo 311 Ter del
Código Civil para el Distrito Federal, que establece que se debe tomar en cuenta el nivel de
vida del deudor y los acreedores alimentarios, el otro sostiene que en los casos resueltos, la
autoridad responsable determinó el monto de la pensión tomando en cuenta las circunstancias
del caso concreto, por ende no existe contradicción de criterios en los asuntos citados, ya que
ambos tribunales sostuvieron que las circunstancias del caso concreto son las que la autoridad
debe tomar en cuenta para fijar el monto de la pensión alimenticia en los casos en que se
desconocen o no fueron acreditados los ingresos del deudor alimentario, aun cuando el Tercer
Tribunal Colegiado se haya referido al contenido del artículo 311 Ter del Código Civil,
mientras el Décimo Primer Tribunal no se refirió a dicho precepto.
Así en la sentencia dictada en el amparo directo DC. 485/2005, el Décimo Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito sostuvo en la parte que interesa lo siguiente:
"Por otra parte, no constituye obstáculo para la determinación del monto de la pensión
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
alimenticia a cargo del actor hoy tercero perjudicado, el hecho de que en el juicio de origen
no se hayan comprobado los ingresos de éste, pues ello no le exime de la obligación legal a
su cargo de proporcionar alimentos a su menor hija; además cuando se actualiza dicho
supuesto, el juzgador en cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 283 del
Código Civil para el Distrito Federal, y actuando dentro de los límites de la lógica y la razón,
puede discrecionalmente fijar el monto de la pensión en un porcentaje de los ingresos del
obligado, suficiente para cubrir los gastos indispensables para la subsistencia del acreedor
alimentario. Al respecto cabe hacer notar además, que contrariamente a lo resuelto por la Sala
responsable, en el caso a estudio de las constancias de autos se advierte que sí existen
elementos para determinar el entorno social en el que se desenvuelven tanto el deudor
alimentista como la acreedora alimentaria y demás particularidades de la familia a la que
pertenecen, pues constan tanto la ubicación del domicilio en el que habita la menor hija de las
partes con su progenitora, su edad, el nivel de escolaridad de los progenitores, sus respectivas
ocupaciones, máxime que el actor en ningún momento alegó carecer de trabajo o actividad
remunerada que le proporcione ingresos; elementos éstos que analizados en conjuntos
permiten determinar el nivel social en el que se desenvuelven, las necesidades de la menor en
cuanto a educación, salud y esparcimiento, a fin de procurarle un sano desarrollo físico y
mental, así como la determinación si no exacta si aproximada de las posibilidades del deudor
alimentario para proporcionarle alimentos a su menor hija."
Criterio que reiteró en términos similares al resolver los amparos directos DC. 184/2005 y
DC. 54/2006.
SEXTO. Por otra parte, en la especie, se satisfacen los requisitos antes señalados, necesarios
para la integración de la contradicción de tesis, respecto de lo sustentado por el Tercer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito al resolver los amparos directos DC.
379/2006, DC. 499/2006 y DC. 573/2006 y el amparo en revisión RC. 168/2006 y lo resuelto
por el Décimo Primer Tribunal Colegiado en la misma materia y circuito al resolver los
amparos directos DC. 268/2003 y DC. 110/2007, en atención a lo siguiente:
Los dos tribunales cuyos criterios se estudian en la presente contradicción analizaron la
misma cuestión a saber, consistente en la forma en cómo se debe determinar el monto de la
pensión alimenticia cuando se desconocen o no fueron acreditados los ingresos del deudor
alimentario.
Ahora bien, del análisis de las ejecutorias sustentadas por ambos Tribunales Colegiados se
advierte que analizaron los mismos elementos, como lo son: sentencias en las cuales se
determinó el monto de una pensión alimenticia cuando los ingresos del deudor alimentario se
desconocen o no fueron demostrados y concluyeron con criterios contradictorios.
En efecto, las consideraciones sustentadas por ambos Tribunales Colegiados resultan
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
discrepantes en tanto que partiendo del mismo supuesto consistente en que durante el juicio
de alimentos en primera y segunda instancia, se desconozca o no se haya demostrado el
ingreso del deudor alimentario, concluyeron de manera diferente, pues mientras que para el
Décimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito dicha pensión debe
fijarse con base en un salario mínimo general vigente por ser un cantidad mínima para
subsistir, para el Tercer Tribunal Colegiado en la misma materia y circuito, el monto de la
pensión debe fijarse de conformidad con lo dispuesto en el artículo 311 Ter del Código Civil
para el Distrito Federal, que establece que se debe determinar con base en la capacidad
económica y nivel de vida que el deudor y sus acreedores alimentarios han llevado durante
los últimos años, sin que sea el caso de tomar como parámetro el salario mínimo general para
establecer la cuantía de la pensión.
En efecto, del amparo directo DC. 379/2006, resuelto por el Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, se advierten los siguientes antecedentes:
1. ... en representación de sus menores hijos ocurrió ante el Juzgado Trigésimo Primero de lo
Familiar del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, a demandar en vía de
controversia del orden familiar a ... el pago de una pensión alimenticia; juicio al que con
fecha veinticinco de enero de dos mil seis, le recayó sentencia en la cual se estimó procedente
la vía de controversia familiar sobre alimentos y se condenó al demandado al pago de una
pensión alimenticia a favor de los menores, por un monto correspondiente a treinta días de
salario mínimo general diario vigente en el Distrito Federal, en forma mensual.
2. Inconforme con lo anterior el demandado interpuso apelación, la que fue resuelta por la
Cuarta Sala Familiar del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, recurso al que le
recayó sentencia el dos de mayo de dos mil seis, en la cual se confirmó la sentencia de
primera instancia.
3. En contra de dicha sentencia el demandado promovió juicio de amparo directo del cual por
razón del turno, tocó conocer al Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, el que al emitir sentencia el diecisiete de agosto de dos mil seis, sostuvo
esencialmente lo siguiente:
a) La figura jurídica de los alimentos está integrada por varios conceptos necesarios para la
subsistencia de los acreedores alimentarios y para el adecuado desarrollo de los menores, así
como la obtención de una preparación que les permita en su momento obtener por sí mismos
esos satisfactores, tal como lo establece el artículo 308 del Código Civil para el Distrito
Federal.
b) Que los diferentes elementos comprendidos en los alimentos deben ser bastantes para
solventar una vida decorosa del acreedor, atendiendo a las circunstancias personales,
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
familiares y sociales del mismo determinadas por su criterio inmediato. Por lo cual, no debe
ser fijados con base en criterios meramente matemáticos, sino que debe atenderse a la
necesidad del acreedor y a las posibilidades del deudor, así como al entorno social en que se
desenvuelven las partes.
c) De conformidad con la tesis jurisprudencial número 44/2001, de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, el punto relevante para establecer el monto de los
alimentos consiste en que éstos permitan esa vida decorosa a que se refiere la jurisprudencia,
conforme al estatus en que se han desenvuelto el acreedor y el deudor alimentarios; esa
referencia al nivel de vida o estatus que es necesario ponderar a la par que el binomio
necesidad-posibilidad, para establecer el monto de una pensión genérica por concepto de
alimentos es especialmente relevante al determinar el monto de la pensión ante el supuesto
que los ingresos no son comprobables en el salario o los ingresos del deudor alimentario,
pero ya no sólo en virtud de la interpretación judicial invocada, sino por así preverlo el
artículo 311 Ter del Código Civil para el Distrito Federal.
d) Dicho artículo establece el criterio objetivo a seguir en el caso de no ser comprobables los
ingresos del deudor alimentario, que tiende al análisis de la capacidad económica y nivel de
vida del deudor y de sus acreedores alimentarios durante un lapso de tiempo limitado.
e) Ante dicha disposición, carece de sustento jurídico la aplicación de una solución diversa,
como lo es establecer la cuantía tomando como parámetro el salario mínimo general. Lo
anterior porque el salario mínimo general se traduce en una cantidad líquida, fijada en
función de una determinación de carácter administrativo que puede ajustarse o no a la
realidad social, a pesar del imperativo de que sea suficiente para satisfacer las necesidades
normales de un jefe de familia, en los órdenes material, social y cultural, previsto en la
fracción VI del apartado A del artículo 123 constitucional.
f) La forma idónea de cuantificar la pensión alimentaria es a través de un porcentaje sobre los
ingresos del deudor, porque se atiende a los elementos reales de capacidad y necesidad,
beneficiando a las partes al hacer innecesaria la promoción de nuevas controversias de
incremento o disminución de los alimentos, con el consiguiente ahorro de tiempo, gastos y
trámites y se cumple con la plena administración de justicia al establecer en una sola
oportunidad el quantum que deberá regir en lo sucesivo.
g) No se comparte el criterio sustentado por el Décimo Primer Tribunal Colegiado del Primer
Circuito, contenido en la tesis que lleva como rubro el siguiente: "ALIMENTOS. MONTO
DE LA PENSIÓN CUANDO SE DESCONOCEN O NO SE ENCUENTRAN
COMPROBADOS LOS INGRESOS DEL DEUDOR."; en virtud de que existe norma
expresa que establece el criterio objetivo a seguir con el supuesto de falta de comprobación
de ingresos, como es el artículo 311 Ter del Código Civil para el Distrito Federal.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
Criterio que reiteró al resolver los amparos directos DC. 499/2006 y DC. 573/2006, así como
el amparo en revisión RC. 168/2006.
Por otra parte, en el amparo directo 268/2003, del cual conoció el Décimo Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, destacan los siguientes antecedentes:
1. ... con fecha de veintiuno de mayo de dos mil dos, por su propio derecho se presentó a
demandar el otorgamiento de pensión alimenticia, en contra de ... demanda de la cual conoció
el Juez Vigésimo Cuarto de lo Familiar del Distrito Familiar, el que con fecha ocho de enero
de dos mil tres, dictó sentencia en la que estimó procedente la vía de controversia del orden
familiar intentada en contra del demandado, condenándolo al otorgamiento de una pensión
alimenticia de treinta salarios mínimos vigente en el Distrito Federal mensual.
2. En contra de dicha sentencia el demandado promovió recurso de apelación, del cual
conoció la Tercera Sala Familiar del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, la que
por resolución de dieciocho de marzo de dos mil tres, confirmó el fallo recurrido.
3. El demandado presentó demanda de amparo directo en contra de dicha sentencia, la cual
tocó conocer al tribunal antes citado, el cual resolvió el ocho de mayo de dos mil tres con
base en las siguientes consideraciones:
a) La falta de prueba del monto de los ingresos del acreedor alimentario no implica que deba
ser absuelto, sino que la autoridad puede analizar las circunstancias y razonar el importe de la
pensión, razonando sus motivos para indicar la cantidad que estime suficiente para cubrir las
necesidades de la actora.
b) Conforme al artículo 311 del Código Civil para el Distrito Federal los alimentos deben ser
proporcionados a las posibilidades del que debe darlos y a las necesidades de quien debe
recibirlos, al no haber medios de prueba en el juicio con lo que pueda determinarse la
posibilidad o necesidad respectiva, le corresponde al Juez acudir a soluciones prácticas para
fijar el monto de la pensión según las particularidades de cada caso, en consecuencia si en
autos se acreditó que el quejoso obtiene ingresos y que es propietario de un negocio, aunque
se desconozcan los ingresos, no es desproporcional la condena al pago de un salario mínimo
como pensión alimenticia, porque esa suma representa una cantidad apenas suficiente para
subsistir.
c) El hecho de que se desconozca el ingreso mensual que percibe el demandado no es
obstáculo para absolverlo de su obligación, sino ante la ausencia de elementos para
determinar el monto de la pensión debe fijarse con base al salario mínimo general vigente.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
Citó como apoyo a su determinación la tesis del Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo
Primer Circuito, cuyo rubro dice: "PENSIÓN ALIMENTICIA. BASE PARA FIJAR,
CUANDO EN AUTOS NO EXISTE ELEMENTO PROBATORIO ALGUNO QUE
DEMUESTRE LA CAPACIDAD ECONÓMICA DEL DEUDOR ALIMENTARIO PARA
PROPORCIONARLA."
De lo anterior se colige que la materia de la presente contradicción se constriñe a determinar
cómo se debe fijar el monto de la pensión alimenticia en el caso de que los ingresos del
deudor no sean acreditados o se desconocen, en términos de la legislación del Distrito
Federal.
SÉPTIMO. Conviene precisar que no hace inexistente la presente contradicción de tesis el
hecho de que el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito no haya
formulado tesis respecto del criterio que se analiza, ni que la tesis sustentada por el Décimo
Primer Tribunal Colegiado en la misma materia y circuito no constituya jurisprudencia, ya
que tal situación no es obstáculo para resolver la presente contradicción de tesis, de
conformidad con la siguiente tesis jurisprudencial:
"No. Registro: 189,998
"Jurisprudencia
"Materia(s): Común
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XIII, abril de 2001
"Tesis: P./J. 27/2001
"Página: 77
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA QUE PROCEDA LA DENUNCIA BASTA QUE
EN LAS SENTENCIAS SE SUSTENTEN CRITERIOS DISCREPANTES. Los artículos
107, fracción XIII, de la Constitución Federal, 197 y 197-A de la Ley de Amparo establecen
el procedimiento para dirimir las contradicciones de tesis que sustenten los Tribunales
Colegiados de Circuito o las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El vocablo
‘tesis’ que se emplea en dichos dispositivos debe entenderse en un sentido amplio, o sea,
como la expresión de un criterio que se sustenta en relación con un tema determinado por los
órganos jurisdiccionales en su quehacer legal de resolver los asuntos que se someten a su
consideración, sin que sea necesario que esté expuesta de manera formal, mediante una
redacción especial, en la que se distinga un rubro, un texto, los datos de identificación del
asunto en donde se sostuvo y, menos aún, que constituya jurisprudencia obligatoria en los
términos previstos por los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo, porque ni la Ley
Fundamental ni la ordinaria establecen esos requisitos. Por tanto, para denunciar una
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
contradicción de tesis, basta con que se hayan sustentado criterios discrepantes sobre la
misma cuestión por Salas de la Suprema Corte o Tribunales Colegiados de Circuito, en
resoluciones dictadas en asuntos de su competencia."
OCTAVO. Una vez delimitado el punto de contradicción esta Primera Sala determina que
debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio sostenido en la presente ejecutoria.
Como una cuestión previa y a efecto de determinar el criterio que debe prevalecer resulta
conveniente precisar que al resolver la contradicción de tesis 26/2000-PS, en sesión de cuatro
de abril de dos mil, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció
los requisitos que deben observarse para fijar el monto de la pensión alimenticia y al efecto
sostuvo las siguientes consideraciones que son relevantes para la solución de la presente
contradicción.
Las consideraciones torales de la citada contradicción dicen lo siguiente:
1. Que la doctrina y este Alto Tribunal han sido coincidentes en definir al derecho de
alimentos como la facultad jurídica que tiene una persona denominada acreedor alimentista
para exigir a otra, deudor alimentario, lo necesario para vivir como consecuencia del
parentesco consanguíneo, del matrimonio, del divorcio y, en determinados casos, del
concubinato; por lo que los alimentos se hacen consistir en proporcionar la asistencia debida
para el adecuado sustento de una o varias personas por disposición imperativa de la ley,
caracterizándose esta obligatoriedad legal por ser recíproca.
2. Que el legislador ordinario reconoce que la obligación legal de proporcionar los alimentos
reposa en el vínculo de solidaridad que enlaza a todos los miembros de una familia y en la
comunión de intereses, pues su causa, obedece a que las personas pertenecientes a un mismo
grupo se deben recíproca asistencia; que la obligación alimenticia proviene o tiene su origen
en un deber ético, el cual, con posterioridad fue acogido por el derecho y se eleva a la
categoría de una obligación jurídica provista de sanción, la cual, tiene como propósito
fundamental proporcionar al familiar caído en desgracia lo suficiente y necesario para su
manutención o subsistencia; debiendo entenderse este deber en su connotación más amplia,
esto es, el de asegurar al deudor alimentista los medios de vida suficientes cuando éste
carezca de la forma de obtenerlos y se encuentre en la imposibilidad real de procurárselos.
3. Que este Alto Tribunal en reiteradas ocasiones ha considerado a los alimentos como de
interés social y orden público.
4. Que el legislador ordinario reguló a los alimentos de una persona como un derecho
protegido, incluso, en contra de la voluntad del propio titular, y les otorgó las características
de ser personalísimos, irrenunciables, imprescriptibles e intransferibles.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
5. Se precisó que en esta obligación alimentaria derivada de la ley, deben imperar los
principios de equidad y justicia, por ende, en su fijación se deberá de atender a las
condiciones reales prevalecientes en ese vínculo familiar de la que surge este derecho de
alimentos; así, además se debe atender a estos dos principios fundamentales: estado de
necesidad del acreedor y a las posibilidades reales del obligado, también deberán de ser
consideradas y evaluadas las circunstancias o características particulares que prevalecen o
representa esa relación familiar, como sin duda, lo constituyen: el medio social en que se
desenvuelven tanto el acreedor como el deudor alimentario, las costumbres, y las
circunstancias propias en que se desenvuelve cada familia, desde luego, comprendiendo en
ésta al cónyuge y a los hijos y demás que resulten beneficiarios conforme lo señala la ley
sustantiva aplicable al caso en concreto.
6. De conformidad con los artículos analizados en dicha ejecutoria que fueron el 311 del
Código Civil para el Distrito Federal y el 307 de su similar en el Estado de Chiapas, se estimó
que en ambos dispositivos legales se plasma el carácter proporcional que debe reunir una
obligación alimenticia; de ahí que esta Sala colegiada se haya pronunciado porque el
juzgador al determinar el monto de una pensión alimenticia debe estar a cada caso en
particular y sustentarse en los dos principios fundamentales que lo rigen, esto es: "Posibilidad
del que tiene la obligación de darlos y la necesidad de quien deba recibirlos", basados
principalmente en los principios éticos y humanos a que se hizo referencia en líneas
anteriores, pues en toda determinación que se asuma al respecto, observando que se tratan de
disposiciones de orden público e interés social, debe procurar se eviten situaciones injustas y
perjudiciales para cualesquiera de las partes contendientes.
7. Por tanto, el imponer un criterio estrictamente matemático o aritmético para fijar su monto
sin observar esos requisitos fundamentales, no sólo deviene ilegal e injusto por ser siempre
inequitativo y desproporcionado para cualesquiera de las partes contendientes, dado que, en
tal caso no sólo se está violentando la garantía de la debida fundamentación y motivación
contenida en el artículo 16 de nuestra Constitución Política, sino que también se omite
cumplir con lo que al respecto se establece textualmente por el legislador ordinario en los
preceptos antes citados; aunado al hecho fáctico, de que en ocasiones esta clase de
determinación así asumida imposibilita que el deudor pueda humanamente cumplir con esa
obligación, haciendo a este derecho nugatorio, pues no en pocas veces, el deudor elude su
cumplimiento, incluso, llegando al extremo de abandonar el empleo, trabajo, o, el oficio o
profesión que desempeña, con tal de alcanzar no sólo ese deleznable propósito, sino para
proteger su propia subsistencia y de su nueva familia ante lo injusto que resulta el monto
fijado atendiendo a ese criterio matemático; o bien, porque el porcentaje en esos términos
fijado puede resultar para el acreedor notoriamente insuficiente para cubrir las necesidades
más apremiantes, dado que, no se logra cubrir las necesidades mínimas que al respecto fueron
señaladas por el propio legislador.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
8. Se reiteró que si los alimentos cumplen una función social y tienen su fundamento en la
solidaridad humana, este derecho debe recaer necesariamente en quienes carecen de lo
necesario y se encuentran en ese estado de necesidad, y la obligación de otorgarlos sea en
quienes tienen la posibilidad económica para satisfacerlos, sea en forma total o parcial; de ahí
el porqué las legislaciones civiles vigentes en las diversas entidades federativas del país,
optaron en su inmensa mayoría por regular el quién o quiénes, el cómo y el cuándo deben
darse, sin limitarse a situaciones derivadas del matrimonio, porque esta obligación debe
recaer no sólo en los cónyuges, sino también tiene su base en el parentesco dentro de los
límites que los propios legisladores fijan para esta obligatoriedad civil familiar.
9. Se precisó además que una pensión alimenticia no sólo debe circunscribirse a cubrir las
necesidades indispensables para la subsistencia del acreedor alimentario, sino también debe
comprender lo necesario para que sobreviva y tenga lo suficiente acorde a la situación
económica social a la que se encuentra acostumbrado y se desarrolle la familia de la que
forma parte; esto es, que si bien en tal asignación no debe existir procuración de lujos ni
gastos superfluos, tampoco debe ser tan precaria que sólo cubra las necesidades más
apremiantes o de subsistencia del acreedor.
10. Concluyendo que los alimentos suelen ser clasificados con base en lo establecido en estos
ordenamientos civiles en: provisionales y ordinarios, debiendo entenderse que ni los unos ni
los otros son fijos o definitivos, pues pueden modificarse en su cuantía, atendiendo a las
circunstancias en que originalmente fueron otorgados o en las que se encuentren los
acreedores alimenticios o el deudor al momento de resolver; de ahí lo inapropiado que
también resulta el limitarse o circunscribirse para su determinación a un aspecto meramente
matemático o aritmético.
De las consideraciones preinsertas se advierten claramente los lineamientos conforme a los
cuales se debe fijar el monto de la pensión alimenticia, destacando la relativa a que dicho
monto no debe circunscribirse a un aspecto meramente matemático; en virtud de que la
determinación del monto de dicha pensión debe atender a diversas circunstancias,
específicamente a las necesidades del acreedor alimentario y a las posibilidades del deudor;
entendiendo por las primeras tanto a las indispensables para su subsistencia como todo lo
necesario para que sobreviva y tenga lo suficiente acorde a la situación económica social a la
que se encuentra acostumbrado.
Ahora bien, éstos son los lineamientos generales que deben observarse para fijar el monto de
la pensión alimenticia, los cuales se encuentran precisados en la ejecutoria de mérito y se
advierten de la interpretación armónica de los preceptos que rigen a la obligación de
proporcionar alimentos.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
Una vez establecido lo anterior se procede al análisis del punto de contradicción materia del
presente expediente, que consiste como se precisó anteriormente, en determinar cómo se debe
fijar el monto de la pensión alimenticia en el caso de que no hayan sido acreditados o se
desconocen los ingresos del deudor alimentista de conformidad con la legislación del Distrito
Federal.
El artículo 308 del Código Civil para el Distrito Federal establece lo que comprenden los
alimentos y dice textualmente:
(Reformado, G.O. 25 de mayo de 2000)
"Artículo 308. Los alimentos comprenden:
"I. La comida, el vestido, la habitación, la atención médica, la hospitalaria y en su caso, los
gastos de embarazo y parto;
"II. Respecto de los menores, además, los gastos para su educación y para proporcionarles
oficio, arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales;
"III. Con relación a las personas con algún tipo de discapacidad o declaradas en estado de
interdicción, lo necesario para lograr, en lo posible, su habilitación o rehabilitación y su
desarrollo; y
"IV. Por lo que hace a los adultos mayores que carezcan de capacidad económica, además de
todo lo necesario para su atención geriátrica, se procurará que los alimentos se les
proporcionen, integrándolos a la familia."
Asimismo, el artículo 311, del propio código, establece lo siguiente:
(Reformado, G.O. 25 de mayo de 2000)
"Artículo 311. Los alimentos han de ser proporcionados a las posibilidades del que debe
darlos y a las necesidades de quien deba recibirlos. Determinados por convenio o sentencia,
los alimentos tendrán un incremento automático mínimo equivalente al aumento porcentual
anual correspondiente al Índice Nacional de Precios al Consumidor publicado por el Banco
de México, salvo que el deudor alimentario demuestre que sus ingresos no aumentaron en
igual proporción. En este caso, el incremento en los alimentos se ajustará al que realmente
hubiese obtenido el deudor. Estas prevenciones deberán expresarse siempre en la sentencia o
convenio correspondiente."
Este último precepto prevé la proporcionalidad del monto de los alimentos, dispositivo que
fue materia de análisis en la ejecutoria antes precisada y de cuya interpretación surgieron los
lineamientos que se deben observar para fijar el monto de la pensión alimenticia, antes
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
sintetizados.
En el caso, y como lo señala el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, existe disposición expresa en el Código Civil para el Distrito Federal que prevé esta
situación, y que se encuentra contenida en el artículo 311 Ter, que es del tenor siguiente.
(Adicionado, G.O. 25 de mayo de 2000)
"Artículo 311 Ter. Cuando no sean comprobables el salario o los ingresos del deudor
alimentario, el Juez de lo familiar resolverá con base en la capacidad económica y nivel de
vida que el deudor y sus acreedores alimentarios hayan llevado en los dos últimos años."
Dicho precepto fue adicionado por decreto publicado el veinticinco de mayo de dos mil, en la
Gaceta Oficial del Distrito Federal, de cuya exposición de motivos resalta lo siguiente:
"Planteamos cambios urgentes a la legislación civil, sin renunciar a la elaboración de un
nuevo código, pero conscientes que hay cuestiones de atención más inmediatas que otras,
tales como la protección a las mujeres, a los menores, a la familia.
"...
"Se establece, incentivando las expresiones de solidaridad, la denuncia civil para el caso de
que alguien deje de proporcionar alimentos a quien tenga derecho a ello.
"Asimismo, se señala, con el afán de que nunca dejen de cumplirse con las obligaciones
alimentarias, que aquel que tenga obligación de proporcionar informes respecto a los ingresos
de una persona que esté obligado a proporcionarlos y no lo haga, o lo haga falsamente, que
por ese hecho se convierte en deudor solidario de los daños y perjuicios que se generen por
ello.
"...
"Se señala que en el convenio que deben hacer los que voluntariamente se quieren divorciar.
Se debe incluir lo relativo al uso de la morada conyugal durante el trámite del divorcio, la
obligación de informar el cambio de domicilio si se es deudor alimentario, y precisar las
condiciones del derecho de visita hacia los hijos.
"...
"4. Por cuanto a la protección de la familia, se establece un capítulo para significar que todas
las disposiciones que tienen relación con la familia son de orden público e interés social, lo
que las separa de la naturaleza privada del Código Civil."
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
Como se advierte de la anterior transcripción, la intención del legislador con esta reforma fue,
entre otras, la consistente en que en materia de alimentos, la obligación no se deje de cumplir
en un afán de protección a la mujer y a los menores en el ámbito familiar.
Luego entonces, la finalidad del precepto en cuestión radica en que en los casos en los cuales
durante el juicio que dirime el otorgamiento y monto de una pensión alimenticia, no se hayan
demostrado o bien se desconozcan los ingresos del obligado a proporcionarlos, la obligación
se cumpla y establece como lineamiento para fijar el monto de la misma, la capacidad
económica y el nivel de vida que el deudor y sus acreedores alimentarios hayan llevado en
los dos últimos años.
De lo anterior se colige, en primer término, que el hecho de que los ingresos del deudor se
desconozcan o no hayan sido comprobados, de manera alguna conlleva a que se le absuelva
de la obligación de proporcionar alimentos, sino que se trata de un cuestión que incide
únicamente en el monto de la misma.
En efecto, la circunstancia consistente en que los ingresos que percibe el deudor alimentario
no hayan sido acreditados durante el juicio ya sea en primera o segunda instancia, o se
desconozcan, no conduce a que el juzgador lo absuelva de dicha obligación, toda vez que el
acreditamiento del monto de ingresos del obligado a proporcionar alimentos no es elemento
de la acción.
Así como lo sostiene el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en
las ejecutorias en análisis, la legislación civil para el Distrito Federal prevé la situación de la
falta de acreditamiento de los ingresos del deudor, y establece claramente las cuestiones a las
que se debe atender para fijar el monto de la pensión alimenticia, que consisten en la
capacidad económica y el nivel de vida que el deudor y sus acreedores alimentarios hayan
llevado durante los dos últimos años.
Dicha disposición atiende a un problema práctico que puede presentarse en las controversias
del orden familiar y que consiste en la imposibilidad que tiene la parte actora (acreedores
alimentarios) de demostrar los ingresos del demandado (deudor alimentario) y la renuencia
de este último a aportar los elementos necesarios para demostrar sus ingresos.
Ante esta situación, el juzgador, atendiendo a lo dispuesto en los artículos 940 y 941 del
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, deberá de oficio allegarse de los
elementos con los cuales se pueda determinar la capacidad económica y nivel de vida que el
deudor y sus acreedores alimentarios hayan llevado en los dos últimos años, tal como lo
dispone el artículo 311 Ter del Código Civil; y establecer el monto de la pensión en un
porcentaje sobre los ingresos totales que pudieran derivarse del análisis de los elementos
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 49/2007-PS.
antes precisados.
Efectivamente, al ser las controversias sobre alimentos, una cuestión de orden público, el
juzgador encargado de dirimir una controversia de esta naturaleza se encuentra obligado
previo requerimiento con apercibimiento al deudor alimentario para que proporcione la
información requerida; a recabar los elementos que le permitan establecer objetivamente la
capacidad económica y nivel de vida que el deudor y sus acreedores alimentarios llevaron
durante los dos últimos años; elementos que pueden consistir a manera de ejemplo; en
estados de cuenta bancarios, declaraciones de impuestos ante el fisco, informes del Registro
Público de la Propiedad y todos aquellos que refieran el nivel de vida tanto del deudor como
de los acreedores alimentarios durante el periodo antes señalado.
Esto es, por ser una cuestión de orden público y de interés social la obligación de
proporcionar alimentos, los juzgadores que dirimen estas controversias ya sea en primera o
segunda instancia, al advertir que no cuentan con los elementos necesarios para establecer de
manera objetiva el monto de la pensión alimenticia, se encuentran obligados a recabar
oficiosamente los elementos necesarios para establecer el nivel de vida y la capacidad
económica tanto del deudor, como de los acreedores alimentarios durante los dos últimos
años a fin de establecer el monto de la pensión que corresponda acorde con estas dos
situaciones; la que será en porcentaje y respecto del estimado que haga el juzgador, del
ingreso mensual que percibe el deudor alimentario. Elementos que pueden variar en cada
caso concreto, atendiendo a la situación particular de las partes en la controversia, es decir, se
debe atender, en cada caso concreto, a la actividad del deudor por la cual perciba ingresos, al
nivel de vida que tiene, para lo cual debe atender a cuestiones como pueden ser los gastos que
realiza habitualmente el deudor alimentario, así como las propiedades que tiene y el lugar en
el que habita, tomando como referencia los dos últimos años; asimismo, el juzgador deberá
allegarse de los medios de prueba que sean necesarios para determinar el nivel de vida que
han tenido los acreedores alimentarios durante ese periodo de tiempo; y estar en aptitud de
realizar un estimado de los ingresos del deudor sobre el cual fijara un porcentaje.
De esta manera, el juzgador se encuentra constreñido a requerir dichos elementos y quien los
tenga en su poder, tiene la obligación de proporcionarlos, tal como lo dispone el artículo 323
del Código Civil para el Distrito Federal, que es del tenor siguiente:
"Artículo 323. En casos de separación o de abandono de los cónyuges, el que no haya dado
lugar a ese hecho podrá solicitar al Juez de lo familiar que obligue al otro a seguir
contribuyendo con los gastos del hogar durante la separación, en la proporción en que lo
venía haciendo hasta antes de ésta; así como también, satisfaga los adeudos contraídos en los
términos del artículo 322. Si dicha proporción no se pudiera determinar, el Juez de lo familiar
fijará la suma mensual correspondiente y dictará las medidas necesarias para asegurar su
entrega y el pago de lo que ha dejado de cubrir desde la separación.-Toda persona a quien,
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por su cargo, corresponda proporcionar informes sobre la capacidad económica de los
deudores alimentarios, está obligada a suministrar los datos exactos que le solicite el Juez de
lo familiar; de no hacerlo, será sancionada en los términos establecidos en el Código de
Procedimientos Civiles y responderá solidariamente con los obligados directos de los daños y
perjuicios que cause al acreedor alimentista por sus omisiones o informes falsos.-Las
personas que se resistan a acatar las órdenes judiciales de descuento, o auxilien al deudor a
ocultar o simular sus bienes, o a eludir el cumplimiento de las obligaciones alimentarias, son
responsables en los términos del párrafo anterior, sin perjuicio de lo dispuesto por otros
ordenamientos legales.-El deudor alimentario deberá informar de inmediato al Juez de lo
familiar y al acreedor alimentista cualquier cambio de empleo, la denominación o razón
social de su nueva fuente de trabajo, la ubicación de ésta y el puesto o cargo que
desempeñará, a efecto de que continúe cumpliendo con la pensión alimenticia decretada y no
incurrir en alguna responsabilidad."
Luego entonces, en el caso de que se desconozcan o no hayan sido demostrados los ingresos
del deudor alimentario, se debe estar a lo dispuesto en el artículo 311 Ter del Código Civil
para el Distrito Federal, siendo obligación del juzgador allegarse de los elementos necesarios
para determinar la capacidad económica y el nivel de vida del deudor y acreedores
alimentarios, previo requerimiento con apercibimiento al deudor alimentario de proporcionar
la información necesaria; con la finalidad de establecer el monto de la pensión apegado a la
situación real económica de las partes.
Por el contrario, establecer el monto de la pensión con base en el salario mínimo, puede
provocar que la pensión se fije en una cantidad que no corresponde a la capacidad económica
del deudor, ni a su nivel de vida o de los acreedores alimentarios, ya que en unos casos en
que el nivel de vida sea alto, un salario mínimo como monto de la pensión no será
proporcional con los ingresos reales del deudor, ni acorde con el nivel de vida de los
acreedores; por el contrario, habrá casos en que un salario mínimo sea excesivo como monto
de la pensión, porque el deudor perciba ingresos menores o bien, solamente un salario
mínimo, lo que equivaldría a que el monto de la pensión ascendiera al 100% de sus ingresos,
lo que evidentemente no es proporcional y sería en detrimento del deudor que se vería
imposibilitado para realizar el pago de una pensión por ese monto.
Esto es, no se debe tomar como base para fijar la pensión alimenticia el salario mínimo, toda
vez que son muchos los factores que se deben tomar como base para fijarla como ya se
precisó anteriormente, por lo que debe ser una fórmula flexible y objetiva que pueda
adecuarse en el tiempo, de lo contrario sería una fórmula rígida presunta, irreal e insuficiente
para las necesidades del acreedor.
Otro aspecto importante para sustentar la obligación del juzgador de recabar oficiosamente
los elementos necesarios para fijar el monto de la pensión alimenticia, es que en la mayoría
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de las controversias de alimentos son acreedores alimentarios menores de edad, de ahí que en
esos casos también debe atenderse al interés superior del menor, al momento de fijar el
monto de la misma.
Así, la Convención sobre los Derechos del Niño en su artículo 27, respecto a la pensión
alimenticia establece:
"1. Los Estados partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su
desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social.-2. A los padres u otras personas
encargadas del niño les incumbe la responsabilidad primordial de proporcionar, dentro de sus
posibilidades y medios económicos, las condiciones de vida que sean necesarias para el
desarrollo del niño.-3. Los Estados partes, de acuerdo con las condiciones nacionales y con
arreglo a sus medios, adoptarán medidas apropiadas para ayudar a los padres y a otras
personas responsables por el niño a dar efectividad a este derecho y, en caso necesario,
proporcionarán asistencia material y programas de apoyo, particularmente con respecto a la
nutrición, el vestuario y la vivienda.-4. Los Estados partes tomarán todas las medidas
apropiadas para asegurar el pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras
personas que tengan la responsabilidad financiera por el niño, tanto si viven en el Estado
parte como si viven en el extranjero. En particular, cuando la persona que tenga la
responsabilidad financiera por el niño resida en un Estado diferente de aquel en que resida el
niño, los Estados partes promoverán la adhesión a los convenios internacionales o la
concertación de dichos convenios, así como la concertación de cualesquiera otros arreglos
apropiados."
Como corolario a lo anterior conviene tener presente lo sustentado por este Alto Tribunal en
materia de la obligación de aportar alimentos, en cuanto al contenido ético que tiene dicha
obligación y que se sustenta en la solidaridad que existe entre los miembros de una familia y,
por ende, y como correspondencia del contenido y finalidad de dicha obligación, en las
controversias en las cuales se dirime un conflicto de esta naturaleza, el juzgador debe resolver
de manera justa y objetiva, lo que implica necesariamente que debe contar con los elementos
necesarios para que pueda determinar el nivel de vida y capacidad económica real de las
partes en el conflicto, y para lo cual se encuentra facultado por la propia ley para allegarse de
dichos elementos, ante la falta de aportación de los mismos, porque la parte actora se
encuentre imposibilitada para conseguirlos y ante la reticencia de la parte demandada de
aportarlos, una vez que le fueron requeridos por el juzgador.
En estas condiciones, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
considera que debe prevalecer con carácter de jurisprudencia la tesis que dice:
ALIMENTOS. PARA DETERMINAR EL MONTO DE LA PENSIÓN CUANDO NO SE
HAYAN ACREDITADO LOS INGRESOS DEL DEUDOR ALIMENTARIO, DEBE
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ATENDERSE A LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 311 TER DEL CÓDIGO CIVIL
PARA EL DISTRITO FEDERAL.-El citado artículo prevé expresamente el supuesto de la
falta de comprobación del salario o los ingresos del deudor alimentario y establece los
lineamientos para fijar el monto de la pensión relativa, consistentes en la capacidad
económica y el nivel de vida que aquél y sus acreedores alimentarios hayan llevado durante
los dos últimos años. En congruencia con lo anterior y en virtud de que las controversias
sobre alimentos son una cuestión de orden público y de interés social, cuando no se hayan
acreditado los ingresos del deudor alimentario, los juzgadores -en primera o segunda
instancia- deben atender a lo dispuesto en el artículo 311 Ter del Código Civil para el Distrito
Federal, y en el caso de no contar con los elementos necesarios para fijar objetivamente el
monto de la pensión, conforme a los artículos 940 y 941 del Código de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal, están obligados a recabar oficiosamente los elementos que les
permitan establecer la capacidad económica y el nivel de vida a que se refiere el mencionado
numeral 311 Ter, además, quien cuente con la información relativa debe proporcionarla en
términos del artículo 323 del señalado Código Civil; y una vez hecho lo anterior realizar un
estimado del ingreso mensual del deudor alimentario, respecto del cual fijara un porcentaje
como monto de la pensión alimenticia.
Lo antes resuelto no afecta las situaciones jurídicas concretas derivadas de los asuntos en los
cuales se dictaron las ejecutorias materia de la contradicción, por así ordenarlo el artículo
197-A, párrafo segundo, de la Ley de Amparo.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.-Es inexistente la contradicción de tesis entre lo sustentado por el Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito al resolver los amparos directos 379/2006,
499/2006 y 573/2006, así como en el amparo en revisión 168/2006, y el Décimo Primer
Tribunal Colegiado en la misma materia y circuito al resolver los amparos directos 485/2005,
184/2005 y 54/2006, en términos del considerando quinto de esta sentencia.
SEGUNDO.-Sí existe la contradicción de tesis entre los criterios sustentados por el Tercer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito al resolver los amparos directos
379/2006, 499/2006 y 573/2006, así como en el amparo en revisión 168/2006 y el Décimo
Primer Tribunal Colegiado en la misma materia y circuito, al resolver los amparos directos
268/2003 y 110/2007, en términos del considerando último de este fallo.
TERCERO.-Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia, el criterio sustentado por esta
Primera Sala, en los términos de la tesis redactada en el último considerando de este fallo.
CUARTO.-Dése publicidad a la tesis jurisprudencial que se sustenta en la presente
contradicción, en términos del artículo 195 de la Ley de Amparo.
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Notifíquese y en su oportunidad archívese el toca como concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cinco votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, Sergio A. Valls
Hernández, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García Villegas (ponente) y
presidente José Ramón Cossío Díaz.
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