COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES DIRECCIÓN GENERAL SECRETARÍA ACADÉMICA ÁREA DE TALLERES DE LENGUAJE Y COMUNICACIÓN EXAMEN DE CONOCIMIENTOS DE LA 35ª PROMOCIÓN GUÍA ANÁLISIS DE TEXTOS LITERARIOS I Y II FEBRERO 2014 1 PRESENTACIÓN El Taller de Lectura y Análisis de Textos Literarios I y II es una materia optativa, la cual se imparte en quinto y sexto semestres del Colegio de Ciencias y Humanidades, su propósito es contribuir a una cultura literaria en los alumnos de este nivel. Es así que a partir de los postulados del proyecto del Colegio de Ciencias y Humanidades: “aprender a aprender”, “aprender a hacer” y “aprender a ser”, lo esencial es el trabajo directo con los alumnos y con los textos literarios que requiere también de respaldos teóricos como base para enseñar esta materia, sin olvidar la importancia de la historia de la literatura y los enfoques de tipo tradicional como parte de un bagaje cultural. Debe recordarse que los alumnos en semestres anteriores de TLRIID aprendieron nociones básicas de los géneros literarios como el narrativo (cuento y novela), el dramático, y finalmente el poético. Asimismo adquirieron habilidades y actitudes relacionadas con la lectura, escritura e investigación, las cuales son de gran utilidad para cumplir los propósitos del bachillerato y en especial como culminación en este tercer año. Por lo anterior, los profesores que deseen impartir clases de Taller de Lectura y Análisis de Textos Literarios deberán demostrar: Manejo de los aprendizajes y de la temática del programa institucional de la materia, que corresponde a la competencia literaria adquirida en las licenciaturas consideradas en el “Perfil Profesiográfico del Docente”. Capacidad de comentar y analizar textos literarios de acuerdo con los lineamientos señalados en los propósitos del programa y con base en los elementos teóricos indicados igualmente en el programa. La evaluación se hará específicamente con base en dos aspectos: a) Un examen de conocimientos en el que se evaluará el dominio de la temática indicada en el programa y que enseguida se detalla. b) La elaboración de un trabajo escrito, cuyas características se describen en un apartado posterior. Esta Guía de Taller de Análisis de Textos Literarios I y II, tiene el propósito de proporcionar a los profesores los contenidos y aprendizajes que de manera general se presentarán en el Examen de Habilidades y Conocimientos. 2 Esperamos que estudies y desarrolles cada uno de ellos, ya que te servirán de preparación previa para lograr el fin, que es acreditar el examen. La calificación mínima aprobatoria es de 8. TEMÁTICA A EVALUAR A continuación se detallan los contenidos temáticos sobre los que los aspirantes deberán mostrar sus conocimientos, en correspondencia con lo solicitado en el Programa Institucional de la ATL I – II. Cabe mencionar que estos contenidos no necesariamente se hallan expresados de manera idéntica en el Programa, pues en éste destacan los aprendizajes que deben lograr los alumnos y las estrategias a seguir para lograr dichos aprendizajes. Los contenidos temáticos pasan a segundo término para los alumnos, pero quienes van a impartir la materia deben poseer conocimientos amplios sobre los mismos. De cualquier manera, los profesores aspirantes a impartir la asignatura contarán con el Programa Institucional para que puedan observar con toda claridad lo que éste abarca. Si tienes alguna duda puedes consultar la siguiente dirección electrónica: http://www.cch.unam.mx/sites/default/files/plan_estudio/mapa_atextos.pdf 3 Cuento y novela Elementos comunes al cuento y a la novela. Conceptos de ficción y Ficcionalidad. Contrato de ficción. Verosimilitud. Acontecimientos narrados o historia en un texto narrativo. La estructura narrativa: situación inicial, ruptura del equilibrio (conflicto), desarrollo, situación final. Tiempo y espacio de la historia. Personajes. La composición narrativa o discurso: 1. La voz narrativa: tipos de narrador. 2. Focalización. 3. El tiempo del discurso: orden (prolepsis y analepsis), velocidad (resumen, pausa, escena, elipsis). 4. Formas de presentación del discurso: directa indirecta. 5. Narración, descripción y diálogo. 6. Intertextualidad narrativa. La interpretación como fenómeno de lectura. La recepción narrativa. Figuras del lector: real o empírico, literario o narratario e implícito o modelo. Elementos que caracterizan al cuento: brevedad, singularidad temática, intensidad y tensión. Elementos que caracterizan a la novela: extensión, pluralidad temática, polifonía. Teatro El texto dramático. Géneros dramáticos. Elementos que caracterizan al género: diálogo y acotaciones o didascalias, actos, cuadros, escenas. La composición dramática: planteamiento, nudo y desenlace. Personajes. Tiempo de la historia. Tiempo del discurso. La puesta en escena: dirección, actuación, escenografía, iluminación, música, sonido y vestuario. El espacio escénico. Tipos de foros. La tramoya. Poesía 4 Elementos que caracterizan al género: subjetividad, polisemia, economía del lenguaje. El enunciatario lírico, o el yo poético. Poesía, poema, poemario. Verso y prosa. Métrica: verso regular y verso libre. Estrofa. Rima. Tipos de rima y estructura de la rima. Ritmo. Formas rítmicas. Formas fijas más conocidas en la poesía. Figuras sonoras en el poema: aliteración, consonancia, asonancia, anáfora. Figuras de nivel morfosintáctico: hipérbaton, paralelismos, elipsis, retruécano. Lenguaje figurado. Denotación y Connotación. La imagen poética. Figuras retóricas o del nivel léxico semántico: metáfora, metonimia, sinécdoque, símil, oxímoron. Figuras del nivel lógico: hipérbole, alegoría, antítesis, gradación. Enumeración. Isotopías poéticas. Campos semánticos en la poesía. Poéticas literarias. Evaluación La evaluación está contemplada en dos rubros: un examen y el análisis de una obra literaria que se presentará en forma de ensayo. El valor asignado para acreditar este examen será el siguiente: 20% el ensayo 80% el examen NOTA: Esta guía te servirá para preparar el examen y no es material para entrega. Ensayo Un ensayo es un trabajo argumentativo, original, subjetivo, novedoso, creativo, polémico, libre y con actitud crítica. Por eso en el ensayo que escribas, plantearás una hipótesis, elaborarás un esquema de trabajo, el desarrollo de éste y la conclusión. Siempre se debe de comprobar la hipótesis. En el proceso de elaboración de este trabajo se debe 5 integrar el aparato crítico (de acuerdo al sistema APA) marcando las fuentes directas y las indirectas. La presentación formal incluye: Portada, índice, presentación, desarrollo del ensayo, conclusiones y referencias consultadas. Con respecto a la portada, no le pondrás tu nombre, ni plantel, solo indicarás el título y número de folio, el cual te será asignado el día del examen. Es necesario que traigas una copia extra para sello. La extensión del ensayo será de 5 a 10 cuartillas, hojas tamaño carta, letra Arial 12, interlineado 1.5, justificado, aparato crítico y referencias. Para tal fin, tienes que leer la novela Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez (2010). México, Diana. Elegirás un tema de la novela de manera libre y realizarás un ensayo con las características antes mencionadas. A continuación de mostramos una rúbrica que te servirá de base para verificar la calidad de tu ensayo (valor total: 20 puntos). Tesis Argumentos Sustenta Desarrolla una tesis puntos de coherente vista que se sustentan en el texto, empleando ejemplos. Conclusiones Aparato crítico La conclusión Utiliza tiene como citas base la tesis, la textuales argumentación, y notas a la conclusión pie de es propositiva y pagina. contundente. Referencias Calificación Estilo APA, lo emplea perfectamente. 20 – 18 puntos Estilo APA, lo emplea acorde al sistema con fallas mínimas. Estilo APA, lo utiliza con errores. 17 -15 Estilo APA. No sabe emplearlo, ni lo conoce. 10- 0 puntos Contiene una tesis clara Hay argumentos básicos. Se retoma la tesis, la argumentación en la conclusión. Utiliza las citas y notas. Contiene una tesis poco clara Delinea razones, pero no las respalda, defiende. No fundamenta sus argumentos, sólo describe. La conclusión es mencionada, pero no contundente. No hay conclusión del autor. Utiliza poco el aparato crítico. No contiene tesis 6 No lo incluye o bien lo hace mal. 14-11 Para que los profesores puedan aplicar estos conocimientos en obras particulares y demostrar sus habilidades para el análisis y el comentario de textos literarios, leerán las siguientes obras de acuerdo a las cuatro partes (géneros literarios) de la guía que a continuación se presentan: Cuento Instrucciones: Lee cuidadosamente los siguientes cuentos: Emma Zunz de Jorge Luis Borges, Recuerdo perdido de Isaac Asimov y La luz es como el agua. Gabriel García Márquez. Al terminar desarrolla las actividades que se te piden. Emma Zunz Jorge Luis Borges El catorce de enero de 1922, Emma Zunz, al volver de la fábrica de tejidos Tarbuch y Loewenthal, halló en el fondo del zaguán una carta, fechada en el Brasil, por la que supo que su padre había muerto. La engañaron, a primera vista, el sello y el sobre; luego, la inquietó la letra desconocida. Nueve o diez líneas borroneadas querían colmar la hoja; Emma leyó que el señor Maier había ingerido por error una fuerte dosis de veronal y había fallecido el tres del corriente en el Hospital de Bagé. Un compañero de pensión de su padre firmaba la noticia, un tal Fein o Fain, de Río Grande, que no podía saber que se dirigía a la hija del muerto. Emma dejó caer el papel. Su primera impresión fue de malestar en el vientre y en las rodillas; luego de ciega culpa, de irrealidad, de frío, de temor; luego, quiso ya estar en el día siguiente. Acto continuo comprendió que esa voluntad era inútil porque la muerte de su padre era lo único que había sucedido en el mundo, y seguiría sucediendo sin fin. Recogió el papel y se fue a su cuarto. Furtivamente lo guardó en un cajón, como si de algún modo ya conociera los hechos ulteriores. Ya había empezado a vislumbrarlos, tal vez; ya era la que sería. En la creciente oscuridad, Emma lloró hasta el fin de aquel día el suicidio de Manuel Maier, que en los antiguos días felices fue Emmanuel Zunz. Recordó veraneos en una chacra, cerca de Gualeguay, recordó — trató de recordar— a su madre, recordó la casita de Lanús que les remataron, recordó los amarillos losanges de una ventana, recordó el auto de prisión, el oprobio, recordó los anónimos con el suelto sobre “el desfalco del cajero”, recordó— pero eso jamás lo olvidaba— que su padre, la última noche, le había jurado que el ladrón era Loewenthal. Loewenthal, Aarón Loewenthal, antes gerente de la fábrica y ahora uno de los dueños. Emma, desde 1916, guardaba el secreto. A nadie se lo había revelado, ni siquiera a su mejor amiga, Elsa Urstein. Quizá rehuía la profana incredulidad; quizá creía que el secreto era un vínculo entre ella y el ausente. Loewenthal no sabía que ella sabía; Emma Zunz derivaba de ese hecho ínfimo un sentimiento de poder. 7 No durmió aquella noche, y cuando la primera luz definió el rectángulo de la ventana, ya estaba perfecto su plan. Procuró que ese día, que le pareció interminable, fuera como los otros. Había en la fábrica rumores de huelga; Emma se declaró, como siempre, contra toda violencia. A las seis, concluido el trabajo, fue con Elsa a un club de mujeres que tiene gimnasio y alberca. Se inscribieron; tuvo que repetir y deletrear su nombre y su apellido, tuvo que festejar las bromas vulgares con que se comenta la revisión. Con Elsa y con la menor de las Kronfuss discutió a qué cinematógrafo irían el domingo en la tarde. Luego, se habló de novios, y nadie esperó que Emma hablara. En abril cumpliría diecinueve años, pero los hombres de inspiraban aún un temor casi patológico…De vuelta, preparó una sopa de tapioca y unas legumbres, comió temprano, se acostó y se obligó a dormir. Así, laborioso y trivial, pasó el viernes, quince, la víspera. El sábado, la impaciencia la despertó. La impaciencia, no la inquietud, y el singular alivio de estar en aquel día, por fin. Ya no tenía qué tramar y qué imaginar; dentro de algunas horas alcanzaría la simplicidad de los hechos. Leyó en La prensa que el Nordstjarnan, de Malmo, zarparía esa noche del dique tres; llamó por teléfono a Loewenthal, insinuó que deseaba comunicar, sin que lo supieran las otras, algo sobre la huelga, y prometió pasar por la oficina, al oscurecer. Le temblaba la voz; el temblor convenía a una delatora. Ningún otro hecho memorable ocurrió esa mañana. Emma trabajó hasta las doce y fijó con Elsa y con Perla Kronfuss los pormenores del paseo del domingo. Se acostó después de almorzar, y recapitulo, cerrados los ojos, el plan que había tramado. Pensó que la etapa final sería menos horrible que la primera, y que le depararía, sin duda, el sabor de la victoria y de la justicia. De pronto, alarmada, se levantó y corrió al cajón de la cómoda. Lo abrió: debajo del retrato de Milton Sills, donde la había dejado la noche anterior, estaba la carta de Fain. Nadie podía haberla visto; la empezó a leer y la rompió. Referir con alguna realidad los hechos de esa tarde sería difícil y quizá improcedente. Un atributo de lo infernal es la irrealidad, un atributo que parece mitigar sus terrores y que los agrava tal vez. ¿Cómo hacer verosímil una acción en la que casi no creyó quien la ejecutaba?, ¿cómo recuperar ese breve caos que hoy la memoria de Emma Zunz repudia y confunde? Emma vivía por Almagro, en la Calle Liniers; nos consta que esa tarde fue al puerto. Acaso en el infame Paseo de Julio se vio multiplicada en espejos, iluminada por luces y desnudada por ojos hambrientos, pero más razonable es conjeturar que al principio erró, inadvertida, por la indiferente recova…Entró en dos o tres bares, vio la rutina o los manejos de otras mujeres. Dio al fin con hombres del Nordstjarnan. De uno, muy joven, temió que le inspirara alguna ternura, y optó por otro, quizá más bajo que ella y grosero, para que la pureza del horror no fuera mitigada. El hombre la condujo a una puerta, después a un turbio zaguán, después a una escalera tortuosa, después a un vestíbulo— en el que había una vidriera con losanges idénticos a los de la casa de Lanús—, después a un pasillo y después a una puerta que se cerró. Los hechos graves están fuera del tiempo, ya porque en ellos el pasado inmediato queda como tronchado del porvenir, ya porque no parecen consecutivas las partes que los forman. ¿En aquel tiempo fuera del tiempo, en aquel desorden perplejo de sensaciones inconexas y atroces, pensó Emma Zunz una sola vez en el muerto que motivaba 8 el sacrificio? Yo tengo para mí que pensó una vez y que en ese momento peligró su desesperado propósito. Pensó — no pudo no pensar—que su padre le había hecho a su madre la cosa horrible que a ella ahora le hacían. Lo pensó con débil asombro, y se refugió, enseguida, en el vértigo. El hombre, sueco o finlandés, no hablaba español; fue un instrumento para Emma como ésta lo fue para él, pero ella sirvió para el goce y él para la justicia. Cuando se quedó sola, Emma no abrió en seguida los ojos. En la mesa de luz estaba el dinero que había dejado el hombre. Emma se incorporó y lo rompió como antes había roto la carta. Romper dinero es una impiedad, como tirar el pan; Emma se arrepintió, apenas lo hizo. Un acto de soberbia, y en aquel día…El temor se perdió en la tristeza de su cuerpo, en el asco. El asco y la tristeza la encadenaban, pero Emma lentamente se levantó y procedió a vestirse. En el cuarto no quedaban colores vivos; el último crepúsculo se agravaba. Emma pudo salir sin que la advirtieran; en la esquina subió a un Lacroze que iba al oeste. Eligió, conforme a su plan, el asiento más delantero, para que no le vieran la cara. Quizá le confortó verificar, en el insípido trajín de las calles, que lo acaecido no había contaminado las cosas. Viajó por barrios decrecientes y opacos, viéndolos y olvidándolos en el acto, y se apeó en una de las bocacalles de Warnes. Paradójicamente, su fatiga venía a ser una fuerza, pues la obligaba a concentrarse en los pormenores de la aventura y le ocultaba el fondo y el fin. Aarón Loewenthal era, para todos, un hombre serio; para sus pocos íntimos, un avaro. Vivía en los altos de la fábrica, solo. Establecido en el desmantelado arrabal, temía a los ladrones; en el patio de la fábrica había un gran perro, y en el cajón de su escritorio, nadie lo ignoraba, un revólver. Había llorado con decoro, el año anterior, la inesperada muerte de su mujer— una Gauss, que le trajo una buena dote—, pero el dinero era su verdadera pasión. Con íntimo bochorno se sabía menos apto para ganarlo que para conservarlo. Era muy religioso; creía tener con el Señor un pacto secreto, que lo eximía de obrar bien, a trueque de oraciones y devociones. Calvo, corpulento, enlutado, de quevedos ahumados y barba rubia, esperaba de pie, junto a la ventana, el informe confidencial de la obrera Zunz. La vio empujar la verja—que él había entornado a propósito— y cruzar el patio sombrío. La vio hacer un pequeño rodeo cuando el perro atado ladró. Los labios de Emma se atareaban como los de quien reza en voz baja; cansados, repetían la sentencia que el señor Loewenthal oiría antes de morir. Las cosas no ocurrieron como había previsto Emma Zunz. Desde la madrugada anterior, ella se había soñado muchas veces, dirigiendo el firme revólver, forzando al miserable a confesar la miserable culpa y exponiendo la intrépida estratagema que permitiría a la justicia de Dios triunfar de la justicia humana. — No por temor, sino por ser un instrumento de la justicia, ella no quería ser castigada—. Luego, un solo balazo en mitad del pecho rubricaría la suerte de Loewenthal. Pero las cosas no ocurrieron así. Ante Aarón Loewenthal, más que la urgencia de vengar a su padre, Emma sintió la de castigar el ultraje padecido por ello. No podía no matarlo, después de esa minuciosa deshonra. Tampoco tenía tiempo que perder en teatralerías. Sentada, tímida, pidió excusas a Loewenthal, invocó — a fuer de delatora— las obligaciones 9 de la lealtad, pronunció algunos nombres, dio a entender otros y se cortó como si la venciera el temor. Logró que Loewenthal saliera a buscar una copa de agua. Cuando éste, incrédulo de tales aspavientos, pero indulgente, volvió del comedor, Emma ya había sacado del cajón el pesado revólver. Apretó el gatillo dos veces. El cuerpo corpulento se desplomó como si los estampidos y el humo lo hubieran roto, el vaso de agua se rompió, la cara la miró con asombro y cólera, la boca de la cara la injurió en español y en ídisch. Las malas palabras no cejaban; Emma tuvo que hacer fuego otra vez. En el patio, el perro encadenado rompió a ladrar, y una efusión brusca de sangre manó de los labios obscenos y manchó la barba y la ropa. Emma inició la acusación que tenía preparada— “He vengado a mi padre y no me podrán castigar…”—pero no la acabó, porque el señor Loewenthal ya había muerto. No supo nunca si alcanzó a comprender. Los ladridos incesantes le recordaron que no podía aún descansar. Desordenó el diván, desabrochó el saco del cadáver, le quitó los quevedos salpicados y los dejó sobre el fichero. Luego tomó el teléfono y repitió lo que tantas veces repetiría, con esas y con otras palabras: “Ha ocurrido una cosa que es increíble…El señor Loewenthal me hizo venir con el pretexto de la huelga…Abusó de mí, lo maté…” La historia era increíble, en efecto, pero se impuso a todos, porque sustancialmente era cierta. Verdadero era el tono de Emma Zunz, verdadero el pudor, verdadero el odio. Verdadero también era el ultraje que había padecido; sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios. 1. 2. 3. 4. 5. Actividades. Emma Zunz de Jorge Luis Borges, Analiza el tiempo del discurso: orden (prolepsis y analepsis), velocidad narrativa. (resumen, pausa, escena, elipsis) fundamenta con pasajes del cuento fundamenta. Analiza la estructura narrativa: situación inicial, ruptura del equilibrio (conflicto), desarrollo y situación final. Ubica la perspectiva desde la que cuenta la voz narrativa. Explica donde se desenvuelve la narración en qué contexto, específica época y lugar donde se desarrolla la narración. Explica por qué algunos párrafos inician con guión. Recuerdo perdido Isaac Asimov Al cabo de miles de siglos se acordó que era Ames. No esa combinación de longitudes de onda que, a través de toda la galaxia era ahora el equivalente de Ames, sino el sonido que correspondía a la pronunciación de su nombre. Nació así un débil recuerdo de las ondas sonoras que no percibía, y que no percibiría más. El nuevo proyecto afilaba su memoria, resucitando tantas y tantas cosas perdidas en la noche de los tiempos. Condensó el haz de energía que constituía el conjunto 10 — — — — de su individualidad, y sus líneas de fuerza se extendieron más allá de las estrellas. La respuesta de Brock llegó hasta él. Podría confiarse a Brock, pensó Ames. Estaba seguro de que podía hacerlo. El flujo energético de Brock entró en contacto con el suyo ¿No vas a venir, Ames? Claro que sí. ¿Tomarás parte en el concurso? Sí—. Las líneas de fuerza de Ames se animaron con intensas pulsaciones—. Sin duda. He imaginado una nueva forma artística. Algo original. —¡Cuánto esfuerzo derrochado¡ ¿Cómo puedes creer que exista una variación nueva, después de dos mil siglos? No se puede descubrir nada nuevo. Por un instante Brock se defasó, rompiendo el contacto, y Ames tuvo que reajustar sus líneas de fuerza. Captó entonces pensamientos extraños a la deriva, tuvo una visión de galaxias polvorientas sobre el fondo aterciopelado de la nada, percibió las líneas de fuerza de multitudes insondables de energía vida, errantes a través de la galaxia. —Absorbe mis pensamientos, por favor, Brock—dijo Ames—. No cierres tu mente. Se me ocurrió la idea de manipular la Materia. ¡Imagínate¡ Una sinfonía de Materia. ¿Por qué llenarse en Energía? No hay nada nuevo en la Energía, ya sé. ¡No prueba eso que debemos trabajar la Materia? —¿La materia? Ames registró las vibraciones energéticas de Brock y las interpretó como manifestaciones despreciativas. —¿Por qué no? —dijo—. ¿Acaso no fuimos antes Materia? Hace de eso un quintillón de años, por lo menos. ¿Por qué no construir objetos o incluso en formas abstractas partiendo de la Materia? Escucha, Brock, ¿por qué no fabricar una imitación de nosotros mismos en Materia, en nuestra forma original? —No me acuerdo a qué nos parecíamos—dijo Brock—. Nadie lo recuerda. —Yo sé—dijo Ames con fuerza—.No pienso en otra cosa, y empiezo a recordar. Brock, déjame mostrarte. Dime que tengo razón. Dímelo. —No. Es estúpido. Me repugna. —Déjame probar, Brock. Hemos sido amigos. Hemos juntado nuestra energía desde el principio, desde el momento en que nos volvimos lo que somos. ¡Brock, te lo pido por favor¡ —Entonces, hazlo rápido. Ames no había sentido un temblor igual, a lo largo de sus líneas de fuerza, desde ¿cuánto tiempo? Si lo intentaba ahora para ilustrar a Brock, si tenía éxito, se atrevería a manipular la Materia delante de la asamblea de seres energéticos que esperaban en vano desde hacía varios milenios el nacimiento de una novedad. La materia estaba ahora muy diluida, en el intervalo de las galaxias, pero Ames la reunió, barriendo volúmenes que llegaban a años-luz elevados al cubo, 11 seleccionando los átomos, obteniendo una consistencia gelatinosa y obligando a la materia a disponerse en forma ovoidal, prolongada en su parte inferior. —¿No recuerdas, Brock, si era algo así? El haz energético de Brock se animó con un temblor en fase. —No recuerdo nada. —Eso era la cabeza. Así la llamaban; cabeza. La recuerdo tan bien que podría pronunciar el nombre. Quiero decir, emitiendo sonidos. Esperó un instante, y dijo:—Mira, ¿te acuerdas de eso? En la parte superior del ovoide apareció la palabra CABEZA. —¿Qué es eso?— preguntó Brock —Es la palabra que designa la cabeza. Los símbolos que representaban esa palabra en su traducción sonora. ¡Dime que lo recuerdas ahora, Brock¡ —Había algo —dijo dudando Brock—.Algo en medio. Y se formó un cuerpo vertical. —¡Si, claro¡ ¡la nariz, eso es¡ —dijo Ames, y apareció la palabra NARIZ en el lugar indicado—. Y aquí están los ojos, a un lado y al otro. ¿Estaba seguro de desear lo que estaba haciendo? —La boca — dijo, temblando sus líneas de fuerza—. Y la barbilla, y la manzana de Adán, y las clavículas. ¡Voy recordando los nombres¡ —No pensé en todo esto en varios miles de siglos. ¿Por qué me hiciste recordarlo? ¿Por qué? Ames estaba perdido en sus pensamientos. Había otras cosas, el órgano del oído, receptores de ondas sonoras. ¡Las orejas¡ ¿Dónde hay que ponerlas? No me acuerdo de nada. —Abandónalo todo. Las orejas y todo lo demás. ¡No lo recuerdes¡ —le gritó Brock. —¿Qué hay de malo en recordar? —preguntó Ames, dolido. —Porque la superficie no era rugosa ni fría como tu modelo, sino dulce y tibia. Porque los ojos eran tiernos y vivos, y los labios de la boca temblorosos y acariciadores sobre los míos. Las líneas de fuerza de Brock palpitaban y se apagaban, palpitaban y se apagaban… —¡Lo siento tanto, tanto¡ —Me recuerdas ahora que antes fui mujer, y que conocí el amor. Que los ojos no sólo sirven para ver, y que ahora no tengo con qué llenar ese orificio. Entonces ella añadió materia a la cabeza groseramente modelada, violentamente, y dijo: —Pues bien, que aquellos la hagan—y dio vuelta y se fue. Y Ames se dio cuenta, a su vez, que antes había sido hombre. La fuerza de su energía partió en dos la cabeza, y salió veloz a través de las galaxias, sobre la huella energética de Brock, para volver al interminable destino de la vida. Los ojos de la cabeza partida seguían brillando con la humedad que depositó Brock, cuando intentó representar las lágrimas. Y la cabeza de Materia logró lo que los seres energéticos no podrían realizar en toda la existencia: lloró por la humanidad entera y por la frágil belleza de los cuerpos a los que los hombres renunciaron un día, miles de siglos antes. 12 Actividad Recuerdo perdido. Isaac Asimov Resume el cuento Recuerdo perdido, en sus partes estructurales cronológicamente. Fundamenta y detecta el discurso directo e indirecto dentro de la narración. Explica cómo se da el contrato de ficción dentro de la narración. Distingue las condiciones de verosimilitud en la narración y las condiciones de veracidad en el mundo cotidiano. Explica qué personajes dialogan y en qué lugar suceden las acciones ficcionales. Describe la situación inicial de los personajes y explica el contraste con la situación final. La luz es como el agua Gabriel García Márquez En Navidad los niños volvieron a pedir un bote de remos. —De acuerdo —dijo el papá, lo compraremos cuando volvamos a Cartagena. Totó, de nueve años, y Joel, de siete, estaban más decididos de lo que sus padres creían. —No —dijeron a coro—. Nos hace falta ahora y aquí. —Para empezar —dijo la madre—, aquí no hay más aguas navegables que la que sale de la ducha. Tanto ella como el esposo tenían razón. En la casa de Cartagena de Indias había un patio con un muelle sobre la bahía, y un refugio para dos yates grandes. En cambio aquí en Madrid vivían apretados en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. Pero al final ni él ni ella pudieron negarse, porque les habían prometido un bote de remos con su sextante y su brújula si se ganaban el laurel del tercer año de primaria, y se lo habían ganado. Así que el papá compró todo sin decirle nada a su esposa, que era la más reacia a pagar deudas de juego. Era un precioso bote de aluminio con un hilo dorado en la línea de flotación. —El bote está en el garaje —reveló el papá en el almuerzo—. El problema es que no hay cómo subirlo ni por el ascensor ni por la escalera, y en el garaje no hay más espacio disponible. Sin embargo, la tarde del sábado siguiente los niños invitaron a sus condiscípulos para subir el bote por las escaleras, y lograron llevarlo hasta el cuarto de servicio. —Felicitaciones —les dijo el papá ¿ahora qué? —Ahora nada —dijeron los niños—. Lo único que queríamos era tener el bote en el cuarto, y ya está. La noche del miércoles, como todos los miércoles, los padres se fueron al cine. Los niños, dueños y señores de la casa, cerraron puertas y ventanas, y rompieron la bombilla encendida de una lámpara de la sala. Un chorro de luz dorada y fresca como el agua empezó a salir de la bombilla rota, y lo dejaron correr hasta que el 13 nivel llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la corriente, sacaron el bote, y navegaron a placer por entre las islas de la casa. Esta aventura fabulosa fue el resultado de una ligereza mía cuando participaba en un seminario sobre la poesía de los utensilios domésticos. Totó me preguntó cómo era que la luz se encendía con sólo apretar un botón, y yo no tuve el valor de pensarlo dos veces. —La luz es como el agua —le contesté: uno abre el grifo, y sale. De modo que siguieron navegando los miércoles en la noche, aprendiendo el manejo del sextante y la brújula, hasta que los padres regresaban del cine y los encontraban dormidos como ángeles de tierra firme. Meses después, ansiosos de ir más lejos, pidieron un equipo de pesca submarina. Con todo: máscaras, aletas, tanques y escopetas de aire comprimido. —Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada —dijo el padre—. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo. —¿Y si nos ganamos la gardenia de oro del primer semestre? —dijo Joel. —No —dijo la madre, asustada—. Ya no más. El padre le reprochó su intransigencia. —Es que estos niños no se ganan ni un clavo por cumplir con su deber —dijo ella—, pero por un capricho son capaces de ganarse hasta la silla del maestro. Los padres no dijeron al fin ni que sí ni que no. Pero Totó y Joel, que habían sido los últimos en los dos años anteriores, se ganaron en julio las dos gardenias de oro y el reconocimiento público del rector. Esa misma tarde, sin que hubieran vuelto a pedirlos, encontraron en el dormitorio los equipos de buzos en su empaque original. De modo que el miércoles siguiente, mientras los padres veían El último tango en París, llenaron el apartamento hasta la altura de dos brazas, bucearon como tiburones mansos por debajo de los muebles y las camas, y rescataron del fondo de la luz las cosas que durante años se habían perdido en la oscuridad. En la premiación final los hermanos fueron aclamados como ejemplo para la escuela, y les dieron diplomas de excelencia. Esta vez no tuvieron que pedir nada, porque los padres les preguntaron qué querían. Ellos fueron tan razonables, que sólo quisieron una fiesta en casa para agasajar a los compañeros de curso. El papá, a solas con su mujer, estaba radiante. —Es una prueba de madurez —dijo. —Dios te oiga —dijo la madre. El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel , la gente que pasó por la Castellana vio una cascada de luz que caía de un viejo edificio escondido entre los árboles. Salía por los balcones, se derramaba a raudales por la fachada, y se encauzó por la gran avenida en un torrente dorado que iluminó la ciudad hasta el Guadarrama. Llamados de urgencia, los bomberos forzaron la puerta del quinto piso, y encontraron la casa rebosada de luz hasta el techo. El sofá y los sillones forrados en piel de leopardo flotaban en la sala a distintos niveles, entre las botellas del bar y el piano de cola y su mantón de Manila que aleteaba a media agua como una mantarraya de oro. Los utensilios domésticos, en la plenitud de su poesía, volaban 14 con sus propias alas por el cielo de la cocina. Los instrumentos de la banda de guerra, que los niños usaban para bailar, flotaban al garete entre los peces de colores liberados de la pecera de mamá, que eran los únicos que flotaban vivos y felices en la vasta ciénaga iluminada. En el cuarto de baño flotaban los cepillos de dientes de todos, los preservativos de papá, los pomos de cremas y la dentadura de repuesto de mamá, y el televisor de la alcoba principal flotaba de costado, todavía encendido en el último episodio de la película de media noche prohibida para niños. Al final del corredor, flotando entre dos aguas, Totó estaba sentado en la popa del bote, aferrado a los remos y con la máscara puesta, buscando el faro del puerto hasta donde le alcanzó el aire de los tanques, y Joel flotaba en la proa buscando todavía la altura de la estrella polar con el sextante, y flotaban por toda la casa sus treinta y siete compañeros de clase, eternizados en el instante de hacer pipí en la maceta de geranios, de cantar el himno de la escuela con la letra cambiada por versos de burla contra el rector, de beberse a escondidas un vaso de brandy de la botella de papá. Pues habían abierto tantas luces al mismo tiempo que la casa se había rebosado, y todo el cuarto año elemental de la escuela de San Julián el Hospitalario se había ahogado en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. En Madrid de España, una ciudad remota de veranos ardientes y vientos helados, sin mar ni río, y cuyos aborígenes de tierra firme nunca fueron maestros en la ciencia de navegar en la luz. Actividades La luz es como el agua. Gabriel García Márquez Analiza la narración, y escribe donde se desenvuelve en qué lugar, y época se desarrolla la narración. Localiza en el texto los elementos polifónicos como referencias mediante evocaciones, citas, alusiones. Establece conexiones, comparaciones y contrastes entre el cuento y otras expresiones artísticas (intertextualidad) Fundamenta cómo se organiza el acontecimiento narrado para darse cuenta de la importancia en que han sido expuestas las acciones. Discurso directo e indirecto. Novela Al terminar la lectura de la novela Crónica de una muerte anunciada1 escrita por Gabriel García Márquez elabora las siguientes actividades, son el punto de partida para la evaluación de novela. (Valor total: 20 puntos) A. Historia o anécdota 1) Escribe una síntesis de la novela. 1 García Márquez, Gabriel, (2010) Crónica de una muerte anunciada, México, Planeta mexicana. 15 2) Identifica el tema central 3) Identifica los temas periféricos. 4) Caracteriza a los personajes de la novela. Sugerencia: elabora un cuadro para tener más claridad Nombre del personaje Plácida Linero Descripción física Ocupaciones Relaciones Era hermosa, Ama de casa Esposa de solitaria. Tenía reputación No hablaba de interprete árabe. certera de sueños 5) Describe los escenarios Lugar Características Casa de familia Nasar 16 Ibrahim Nasar Madre de Santiago Nasar Cocina Tienda Plazas públicas Muelle 6) Analiza el tiempo de lo narrado, considera las marcas temporales. Días, horas, meses, años, verbos, etc. B. Discurso. 1) Identifica las voces narrativas. 2) Menciona los nombres de los hermanos del narrador. 17 3) Localiza los narratarios a los que se dirigen las voces narrativas. 4) Identifica y analiza el tiempo del discurso. Cómo se cuenta la historia: de forma lineal, con juegos temporales, retrospectivo, etc. 5) Identifica, explica y ejemplifica el tiempo de la historia. 6) Identifica y explica la intertextualidad. 7) Menciona las diversas formas en que se pretendió avisar de la muerte y que pasaron desapercibidas. 8) Explica el proceso que se establece con el cuerpo del difunto y la averiguación del caso. 9) Narra los cambios que sufrió la comunidad tras el asesinato. 10) Explica y ejemplifica los cambios en la vida de Ángela Vicario. 11) Explica que sucede con Bayardo San Román después de entregar a la joven esposa en casa de sus padres. 12) Escribe una reflexión de algún aspecto de la novela que te llame la atención. Teatro En esta unidad el programa contempla trabajar tanto con el texto dramático como con la puesta en escena, (que en el examen se omite por razones obvias). Cómo pudiste constatar en el listado de temas inicial de esta guía y como se puede ver en el programa de la materia, se enfocará en el análisis de una obra dramática en este caso es un texto clásico y conocido por casi todos los profesores que imparten la materia: La vida es sueño, Pedro Calderón de la Barca. La editorial queda al gusto del lector pues existe en varias casas editoriales. Estrategias El participante en el examen reconocerá los siguientes elementos del texto dramático: Lectura del texto indicado. Investigación. Elementos de la historia. Elementos formales del texto. Estructura interna. Estructura externa. 18 Actividades 1. Considerando el tiempo de que dispone para la preparación del examen lee cuidadosamente la obra La vida es sueño. 2. Si es posible paralelamente investiga datos de la época en que se escribió la obra y la biografía del autor. Elementos de la historia. 3. Explica qué significa el título de la obra y si es apropiado para el texto. 4. Explica qué es el mundo dramático e indique sus componentes sus componentes. 5. Indica de qué trata la obra, la cantidad de personajes que participan y si es un texto sencillo o complicado. 6. Elabora un resumen por cada Jornada. 7. Indica cuál es el tema principal y los temas secundarios. 8. Considerando las actividades previas redacta: Planteamiento. Nudo. Desenlace. 9. Identifica las acciones. 10. Explica si los personajes son reales o simbólicos. 11. Determina que función tienen los diálogos y las acciones en la caracterización de los personajes. 12. Indica cuál es el conflicto de la historia. 13. Identifica el tiempo y el espacio de la historia. 14. ¿Cómo es el ambiente? Elementos formales del texto. 15. Indica a qué género dramático corresponde el texto y por qué. 16. ¿Cuál es la estructura formal? Actos Escenas Cuadros 17. Explica la importancia de las acotaciones o didascalias. 18. Indica la función de los diálogos. 19. Indica si están escritos en verso o en prosa. 20. Tipo de rima y métrica utilizada frecuentemente. 21. Tipo de lenguaje: popular o culto. 22. Cuáles son los paratextos y su utilidad o función en el texto escrito. Estructura interna. 23. Explica en qué consiste el conflicto. 24. Indica cuál es clímax de la obra. 25. Diferencia y explica el tiempo de la historia y el tiempo del discurso. Estructura externa. 26. Indica la cantidad de: Actos, escenas y cuadros. 27. Identifica las distintas intervenciones de los personajes. 28. Indica la función de los parlamentos, diálogos y apartes. 29. Identifica el tono de la obra. 19 30. Tipo de composición poética o estrofas. POESÍA Las siguientes actividades tienen como finalidad hacer ver a los profesores cómo aquello que se señala en el Programa para esta unidad, requiere un conocimiento claro, preciso y seguro de lo que significa leer poesía. Y adicionalmente que lo que el docente va a realizar con sus alumnos en el aula, debe saberlo hacer él primero. A partir de los contenidos temáticos del Programa Institucional de Lectura y Análisis de Textos Literarios II, resuelva lo que se pide a continuación. Define en qué consisten los siguientes conceptos: Elementos que caracterizan al género: subjetividad, polisemia, economía del lenguaje. El enunciatario lírico, o el yo poético. Poesía, poema, poemario. Métrica: verso regular, verso blanco y verso libre. Estrofa. Tipos de estrofas. Rima. Tipos de rima y estructura de la rima. Formas fijas más conocidas en la poesía. Figuras sonoras en el poema: aliteración, anáfora, asonancia, consonancia. Figuras de nivel morfosintáctico: elipsis, hipérbaton, paralelismo, retruécano. Lenguaje figurado. Denotación y connotación. Imagen poética. Figuras retóricas o del nivel semántico: metáfora, metonimia, oxímoron, símil, sinécdoque. Figuras del nivel lógico: alegoría, antítesis, enumeración, gradación, hipérbole. Actividades para la lectura y el análisis Se trabajará con los poemas que integran el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de Federico García Lorca. Este texto se encuentra disponible en las Obras completas, o en diversas editoriales, posiblemente la más accesible sea la de Porrúa en la colección Sepan Cuantos. . ., incluso se puede encontrar en PDF en internet. 1.- Investiga y explica el contexto de producción del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. 2.- De acuerdo a la métrica y rima cómo definirías a cada uno de los poemas que integran la obra, es decir, su forma. La cogida y la muerte 20 3.- ¿Qué diferencias hay entre la primera y la segunda estrofa? 4.- ¿Qué efecto produce el estribillo? ¿Por qué se repite tan insistentemente la hora? La sangre derramada 5.- ¿Por qué este poema se puede considerar un romance? 6.- Selecciona y explica, dos de las imágenes del poema. 7.- De acuerdo a la temática y a su estructura este poema se inscribe dentro de la tradición del Planto, explica por qué. 8.- ¿A qué aluden los versos: “pero las madres terribles / levantaron la cabeza”? Cuerpo presente 9.- Da una interpretación de las estrofas 4 a 6. 10.- Glosa los primeros dos versos de la estrofa 11. 11.- ¿Cuál es el sentido que el yo poético da a “piedra” en este poema? 12.- Explica por qué se puede considerar este poema como una parte de tránsito. Alma ausente 13.- Este poema está formado por versos de tres medidas diferentes, menciona cuáles son éstas. 14.- ¿Para qué emplea el poeta estas fluctuaciones métricas? ¿Qué efecto producen? 15.- Escribe un comentario general del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías en el que integres las diversas observaciones que hay en cada uno de los cuatro poemas que lo conforman. Destaca el aspecto de la tradición y la ruptura. Bibliografía directa Calderón de la Barca, Pedro. (2011). La vida es sueño. Colombia, Panamericana. García Márquez, Gabriel. (2010). Crónica de una muerte anunciada. México, Diana. García Lorca, Federico. (1986). Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. México, Porrúa. Bibliografía indirecta Amorós, Andrés. (1993). Introducción a la novela contemporánea. México, REI. Barajas, Benjamín. (2001). Tras la huella de. . . la poesía. México, Edere. Bentley, E. (1987) La vida del drama. México. Paidos. Beristáin, Helena. (1989). Análisis e interpretación del poema lírico. México, UNAM. ---------------------. (1985) Diccionario de retórica y poética, México, Porrúa. Bobes Naves, Ma. Del Carmen. (1998). La novela. Madrid. Síntesis. Caballero, Atilio, (2001) La escritura teatral. Elementos para la creación dramática. Barcelona. Grafein. Garrido Domínguez, Antonio. (2007). El texto narrativo. Madrid, Síntesis. 21 Kohan, Silvia Adela. (2006). La acción en la narrativa. Barcelona, Alba. Lapesa, Rafael. (1993). Introducción a los estudios literarios. México, REI. Pimentel, Luz Aurora. (2002). El relato en perspectiva. México, UNAM/Siglo XXI. Prado Biezma, Javier del (2000). Análisis e interpretación de la novela. Cinco modos de leer un texto narrativo. Madrid, Síntesis. 22