Boletín • N° 6 español, 1813”7. Una confidente y también amiga de la causa fue doña Teresa Flor y otras anónimas compañeras de lucha; con la citada, mantenía correspondencia sobre su actividad, siempre secundando la acción de los patriotas. Otra de las mujeres que está presente en la lucha independentista es doña María Ontaneda y Larrain, que ante la presencia y toma de la ciudad por Montes y sus tropas, se ve obligada a emigrar a Ibarra, con otras damas entusiastas como ella. Posteriormente capturada por los soldados de Sámano, en circunstancias que cae del caballo en que pretendía alejarse de la ciudad, es conducida presa a un convento de la Villa, y sus bienes en Quito fueron confiscados. Tiempo después por intermedio de su padre Vicente Ontaneda, abogado de la Real Audiencia, consigue guardar confinamiento en el valle de Los Chillos. Doña María Ontaneda gozaba de prestigio en la ciudad y por varias ocasiones hizo presencia en actividades a favor de las ideas libertarias. Sobresale la realizada en junio de 1812, cuando Montes se acercaba a Quito y la ciudad se prepara para defenderse; junto a las mujeres de los barrios de San Roque y San Blas, se apoderó de la casa del realista Miguel de Rojas, lugar donde “sacó para la construcción de cañones y balas, sus fondos de bronce y catorce planchas de estaño”8. También otras mujeres quiteñas fueron solidarias con la causa y así, conocidos los atropellos que la tropa realista de Montes venía cometiendo en Mocha, Ambato y Latacunga, las religiosas de los conventos del Carmen antiguo y moderno, también emigraron a Ibarra, regresando a Quito a instancias del deán de la ciudad. Tomada la capital de la Audiencia, se inició la persecución de los patriotas, entre ellos, el coronel quiteño Carlos Montúfar, Comisionado Regio, quien antes participó activamente en la revuelta y estuvo presente en las acciones de armas de Mocha y El Panecillo, desastrosa para los patriotas que se vieron obligados a retirarse al norte. 7. MONGE, Celiano. (1910). Lauros. Quito: Imprenta Nacional, pp. 28-50. 8. Ibíd., pp. 139-140. • 2013 337