Doctor, hemos intentado “nada” y ya no sabemos qué hacer. Influencia de los factores emocionales de los padres en la crianza de los hijos. Fá9ma Valencia Agudo, Clara Vicente Palacios, Isabel Saavedra Rionda, Soraya Pozueta Villadóniga, Rocío Coto Lesmes. Psicólogas Internas Residentes. Servicio de Salud del Principado de Asturias. Correspondencia: fa9ma‐[email protected] Introducción En el ámbito de la Salud Mental Infanto‐Juvenil es frecuente encontrar casos en los que los padres u;lizan un es;lo disfuncional de relación con su hijo, que de una u otra forma man;ene el problema por el que se acude a consulta. Es fácil en un primer momento situarnos en una posición de experto y juzgar a los padres por su comportamiento “inadecuado” e incluso “negligente”. Esto dificulta en muchos casos establecer una buena relación con ellos. Lo más inmediato es dar pautas a esos padres acerca de cómo ;enen que hacerlo correctamente. Este enfoque es simplista y no ;ene en cuenta una cues;ón fundamental en psicoterapia: tenemos que atender a lo cogni;vo, a lo pragmá;co y a lo emocional (Linares, 1996). Este trabajo se centra en este úl;mo aspecto. Es poco probable que el conocimiento racional provoque cambios en el individuo sino hay también cambios emocionales. Existe una larga tradición (sobre todo relacionada con el psicoanálisis) que estudia de qué manera las emociones de los padres influyen en cómo se comportan con sus hijos. En primer lugar podemos hablar del mecanismo de iden;ficación proyec;va, mediante el cual los padres proyectan en sus hijos deseos, sen;mientos o experiencias personales de su pasado, lo que influye en su relación con ellos (Manzano y Palacio‐Espasa, 1993). Algunos ejemplos propuestos por estos autores son los siguientes: asumir que el niño siente lo mismo que ellos sin;eron ante una determinada situación, ver un comportamiento como disfuncional porque les recuerda al de otra persona, tratar de hacer todo lo contrario a lo que hicieron sus propios padres con ellos o actuar desde la culpa o la búsqueda de la compensación. Otra cues;ón importante son los desórdenes psicológicos que pueden sufrir los padres y cómo afectan a la construcción de la relación de apego (Mardomingo et al, 2005). Caso 1 Niña de 8 años que es derivada por enuresis y encopresis, ambas primarias. La enuresis es tanto diurna como nocturna y la encopresis es diurna y menos habitual. Se ha descartado patología orgánica. La madre refiere que apenas u;liza el baño, le dicen que vaya y ella no quiere. Refiere dos excepciones: cuando estuvieron en casa de su ^a unos días y cuando estuvo en otra ciudad en una boda. Aguantó varios días seguidos sin orinarse encima. Esto sugiere que el problema ;ene que ver con hábitos de u;lización del baño y hábitos de crianza. Se plantea a la madre que establezca unas horas para que vaya al baño y consiga que la pequeña lo haga. No lo lleva a cabo, dice que la niña se niega y no la va a obligar. Parece ser que durante los años previos intentaron muchas estrategias para conseguir que controlara es_nteres y ello generó muchas tensiones en casa y entre la pareja. Dice “pasamos por todas las fases”, hasta que llegaron a la fase de no hacer nada. No quiere volver a las peleas. Además cuenta que cuando ella era pequeña su madre la dejaba sentada en el wáter mucho ;empo y no le gustaba nada. Se intentaron diferentes estrategias con la madre y la niña para que fuese al baño a unas determinadas horas y para fomentar la mo;vación de la pequeña por mantenerse seca. Se produce una mejoría progresiva. Caso 3 Chica de 12 años derivada por ataques de ansiedad. Padres separados. Su madre refiere que en el úl;mo año repi;ó curso, empezó a andar con malas compañías y comenzó a fumar (tabaco y porros). Uno de los chicos de la pandilla la acosaba y decidió dejar de salir con ellos. Se observa una alteración importante de la jerarquía, ella misma dice “mi madre me dio mucha libertad”. Cambiaron de vivienda y también cambió de ins;tuto, lo que le afectó bastante. La madre reconoce que la veía mal y la dejaba hacer lo que quisiera. Además dice no encontrarse bien de ánimo desde hace ;empo por varios mo;vos: la abuela está enferma y requiere mucho su atención (la relación además es conflic;va), su hermana murió hace unos años por problemas con las drogas y ;enen dificultades económicas importantes. Tiene mucho miedo a que a su hija le pase lo mismo que a su hermana y también a perderla, ya que la chica amenaza con irse con su padre. La madre intenta poner normas pero no se ve capaz. Hace un intento autolí;co y la menor va a vivir con su ^o. La madre dice “la culpa es toda mía, no sé frenarla”. Se pondrá a tratamiento para encontrarse más fuerte para estar con su hija. No acuden a la siguiente consulta. Parece que el miedo, la culpa, la tristeza y el sen;miento de incapacidad paralizan a esta madre a la hora de hacerse cargo de la situación. Obje9vo Presentar una serie de viñetas clínicas en las que se pone de manifiesto la dificultad de los padres (en este caso de las madres) para llevar a cabo cambios en la relación con sus hijos debido a factores emocionales que se lo impiden. Caso 2 Niño de 5 años que acude con su madre por comportamiento violento. Además esta observa que ;ene dificultades a la hora de relacionarse con otros niños y con adultos, es cariñoso con ella pero rechaza al resto de la familia. Los padres se han separado hace unos meses pero la situación es confusa dado que el padre sigue estando mucho ;empo en casa, les ayuda económicamente y la madre lo llama con frecuencia para pedirle ayuda. Tanto la madre como el padre le dan todo lo que pide (regalos, chuches) y si en algún momento no pueden comprarle algo por dificultades económicas le explican que no es que no quieran comprárselo, sino que no pueden y que si pudieran se lo comprarían. No ponen ningún cas;go, las conductas violentas no ;enen consecuencias. Esta situación se puede explicar en parte por lo sucedido durante el matrimonio. Parece ser que el padre maltrataba a la madre _sicamente delante del pequeño, este se escondía debajo de la cama. Ahora la madre se siente culpable y trata de compensar lo sucedido. Además ;ene mucho miedo a que el niño sea como el padre y refiere que le recuerda a él en muchas cosas. Toda esta información se recoge en la primera consulta, se les da una nueva cita y no acuden. Sería fundamental trabajar con la madre sus dificultades emocionales para que pueda actuar para ayudar a su hijo. Caso 4 Chico de 12 años que acude con su madre. Esta comenta que ha cambiado mucho, sobretodo se queja de las men;ras que dice. También de su ac;tud pasota, de que no es responsable con sus cosas y de que ;ene mala relación con sus compañeros. Parece ser que la madre cede en muchos momentos y en otros establece cas;gos muy amplios que no cumple. En consulta lo llama estúpido en varias ocasiones por su ac;tud. El chico no hace demanda. Siempre tuvieron una relación muy estrecha, incluso dormían juntos. Cuando tenia 5 años des;naron a su padre a otra ciudad y el pequeño no quería cambiar de colegio, empezó con enuresis nocturna. La madre lo dejó en Asturias con los abuelos y ella se fue, lo pasó muy mal. “Le consen^ tomar esa decisión, me culpo, le di las alas que ahora ;ene”. En la segunda consulta viene ella sola y cuenta que su marido no es el padre del chico, pero él no lo sabe. El padre biológico la maltrató y no quiso saber nada de su hijo. Siempre se ha sen;do culpable porque no tuviese padre y reconoce que trataba de compensarlo comprándole cosas y dejándole hacer lo que quisiera. Se siente mal por cri;carle las men;ras cuando ella ha dicho la más grande. Reclama atención en horario de tarde y como esto no es posible se procede al alta. Se trata de un momento de cambio en el ciclo vital y las dificultades ;enen mucho que ver con la historia familiar. La culpa y las experiencias vividas impiden a la madre actuar sin atacar, respetando el deseo de independencia de su hijo, que quizás la está buscando de una forma extrema. También parece influir en la madre la idea de que el hijo se ha aprovechado, ha quedado por encima, por lo que ha de tomar responsabilidad de sus actos como madre para mantener una buena relación con él. Conclusiones Todos estos casos ;enen en común que diversos factores emocionales de los padres influyen en su es;lo de crianza. Si solo se a;ende a la sintomatología presentada por el menor y se deja de lado a los padres, dándoles únicamente pautas generales, es probable que el proceso terapéu;co se quede estancado o que abandonen la consulta. Aún así dejan de acudir en muchos casos. Por otra parte, cabe plantearse si un servicio de atención a población infanto‐juvenil debe centrarse en ayudar a nivel emocional a los adultos o si dicha intervención debe realizarse en otros disposi;vos. Referencias Linares, JL (1996). Iden;dad y narra;va. Barcelona: Paidós. Manzano, J. y Palacio Espasa, F. (1993). Las psicoterapias en psiquiatría infan;l y psicopedagogía. Barcelona: Paidós. Mardomingo, M.J. et al (2005). Trastornos psiquiátricos y de los padres y psicopatología en los hijos. Revista de psiquiatría infanto‐juvenil, núm. 4.