ORACIÓN 30 ENERO 2014 “Sois la sal de la tierra…, …sois la Luz del mundo” Ambientación del lugar: Una lámpara con un cirio, muchos cirios blancos pequeños (algunos apagados y otros encendidos) y una bandeja con sal. 1. ORACIÓN INICIAL Lucas nos cuenta que, cuando nació Jesús, se apareció un ejército celestial a un grupo de pastores para darles la buena nueva y la gloria del Señor los envolvió con su luz (Lc 2, 9). Y el anciano Simeón, cuando ve entrar a María y a José al templo para presentar el Niño al Señor, lo toma en brazos y lo llama “luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” (Lc 2, 32). San Juan, nos dice que en Cristo, “estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz luce en las tinieblas, pero las tinieblas no la acogieron” (Jn 1, 4). “Él era la luz verdadera que, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre. Estaba en el mundo y por Él fue hecho el mundo, pero el mundo no le conoció” (Jn 1, 910). Dios mío, me has llamado a la santidad. Ilumina mi mente y mi corazón en esta oración para descubrir dónde se encuentra la verdadera felicidad, sólo ésta quiero desear y no las falsas imitaciones que me ofrece el mundo. Señor, te pido que deje entrar tu Luz a mi conciencia para ser sal que ilumine y dé sabor a la vida de los demás. Canto: 102.- TU, SEÑOR Tú señor cada mañana llamas a mi puerta, y me dices “ven”. Yo quiero seguirte con todas mis fuerzas, que se haga tu voluntad. Sabes que no tengo nada, que soy muy débil y pecador, mi vida te ofrezco, mis pies, mis manos, te entrego mi corazón. TÚ, SEÑOR, HAS TOMADO TODO LO QUE SOY, ME SEDUCE TU EVANGELIO Y TU VERDAD, TU AMOR Y TU AMISTAD. TÚ, SEÑOR, ME HAS MOSTRADO UN MODO DE VIVIR, UN CAMINO DE RENUNCIA Y CARIDAD, CONTIGO SOY FELIZ. Tú me has hecho un hombre nuevo, un hombre libre, capaz de amar. María me enseña a ser sencillo viviendo en fidelidad. Tú me has puesto entre los hombres como un testigo de tu verdad. Ser sal de la tierra, ser luz del mundo, tu fuerza me bastará. 2. SALMOS (recitar a 2 coros, empieza parte izquierda) Salmo 111 Para los buenos brilla una luz en las tinieblas: es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo. Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud. El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre. No tendrá que temer malas noticias: su corazón está firme, confiado en el Señor. Su ánimo está seguro, y no temerá. El da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad. Salmo 26 El Señor es mi luz, y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Escúchame, Señor, que te llamo, ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro; no rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. CANTO: 206.-VEN Ven, no apartes de mí los ojos, te llamo a ti, te necesito, para que se cumpla en el mundo el plan de mi Padre. (Bis) 3. LECTURA DE LA PALABRA 3.1. Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios, 4, 1-6. Hermanos: Yo, el prisionero por Cristo, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos; sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un Bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. Bendito sea por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios. 3.2. Reflexión sobre la carta del apóstol San Pablo a los Efesios, 4, 1-6. San Pablo dijo: “Os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados”. ¿He descubierto la vocación a la que he sido convocado? ¿Soy humilde, amable, comprensivo…..cómo llevo a cabo mi vocación? ¿Tengo clara cuál es la meta de mi vocación o me pierdo por el camino mientras la llevo a cabo? CANTO: 771.- PALABRA DE AMIGO Tu palabra, Señor, es una fuente clara. Tu palabra, Señor, es arroyo de luz. Tu palabra, Señor, es descanso del alma. Tu palabra, Señor. Tu palabra, Señor, es palabra de amigo, que limpia nuestros ojos y nos llena de luz. (bis) 3.3. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (Mt 5,13-16) En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos». Palabra del Señor. 3.4. Reflexión sobre el Evangelio según San Mateo (Mt 5,13-16) San Mateo nos recuerda aquellas palabras en las que Jesús habla de la misión de los cristianos: ser sal y luz del mundo. La sal da gusto a los alimentos: sin sal, ¡qué poco valen los platos! Por otro lado, la sal ha sido un elemento fundamental para la conservación de los alimentos por su poder de evitar la corrupción. Y, también como la sal, el discípulo de Cristo ha de preservar de la corrupción: donde se encuentran cristianos de fe viva, no puede haber injusticia, violencia, abusos hacia los débiles... El cristiano es luz del mundo (cf. Mt 5,14). El cristiano es esta antorcha que, con el ejemplo de su vida, lleva la luz de la verdad a todos los rincones del mundo, mostrando el camino de la salvación... Allá donde antes sólo había tinieblas, incertidumbres y dudas, nace la claridad, la certeza, la esperanza y la seguridad. Si tú te consideras una lámpara sin luz, de esas que sí se tendrían que poner debajo del celemín porque ya no alumbran, acércate a Cristo porque Él es la luz, es Él el que da sentido a nuestra vida, Él nos hará ser lo que debemos ser y así prenderemos fuego al mundo entero. El sentido de la existencia de la luz es iluminar. Una luz que no ilumina no tendría sentido. Una luz que no ilumina ha dejado de ser luz. Parece que Cristo nos está pidiendo que no seamos humildes: "Brille así vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras -pero es ahora donde viene lo importante:- y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. No dejemos de hacer el bien por esa falsa humildad, el secreto está en que no nos glorifiquen a nosotros sino a Dios. Debemos brillar en el mundo, iluminar el camino, ser como una lámpara que hay que poner en lo alto, para que alumbre a todos. No se nos olvide que somos lámpara, llevamos la luz en nosotros, pero la luz es Cristo, es a Él a quien tienen que dar gloria. ¿De qué me sirve ser creyente si no brillo ante los demás anunciando Tu Palabra, Tu Mensaje de salvación a todo el mundo? ¿Conozco a personas que viven “sin Luz”? ¿Intento acercarme a ellas “como una lámpara portadora de la Luz? ¿En qué cosas me considero sal y luz del mundo? 4. REFLEXIÓN: “UN CIEGO CON LUZ” (LEER MIENTRAS SUENA MÚSICA DE FONDO) Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce. Se da cuenta de que es Manuel, el ciego del pueblo. Entonces, le dice: -¿Qué haces Manuel, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves... Entonces, el ciego le responde: - Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi... No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella. Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite. Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento... ¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás! Sin fijarnos si lo necesitan o no... Llevar luz y no oscuridad... Si toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad... Todos pasamos por situaciones difíciles a veces... todos sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestras vidas... todos sufrimos en algunos momentos... lloramos en otros... Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca ayuda en nosotros... No debemos exclamar como es costumbre: -La vida es así... llenos de rencor, llenos de odio... No debemos...Al contrario: ayudemos a los demás sembrando esperanza en ese corazón herido... Nuestro dolor es y fue importante pero se minimiza si ayudamos a otros a soportarlo, si ayudamos a otro a sobrellevarlo... luz... demos luz... Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer...Está en nosotros saber usarla...Está en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en las tinieblas... 5. ORACIÓN DE LOS FIELES Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Elevemos confiadamente nuestras súplicas a Dios Padre guiados por la palabra de Jesús, para que envíe sobre nosotros su Espíritu que nos hace servidores de los hermanos y lámparas para Su Luz. 1. Lector: Para que el Papa, los obispos y toda la Iglesia realicen su misión evangelizadora en medio del mundo. Todos: Tú, que eres la Luz, escúchanos Señor. 2. Para que la Iglesia anuncie con valentía la Palabra de Dios en toda situación, por difícil que sea. Tú, que eres la Luz, escúchanos Señor. 3. Para que los laicos cristianos sean lámparas que lleven la Luz del Evangelio en medio del mundo. Tú, que eres la Luz, escúchanos Señor. 4. Para que Dios Padre, dueño de la mies, envíe abundantes vocaciones a su Iglesia para el servicio pastoral de sus hermanos. Tú, que eres la Luz, escúchanos Señor. 5. Para que siempre haya corazones jóvenes, dispuestos a seguir la llamada de Dios y a entregarse generosamente para el bien de los hombres. Tú, que eres la Luz, escúchanos Señor. 6. Para que las familias cristianas sean testigos del Evangelio y fomenten la vocación religiosa y sacerdotal. Tú, que eres la Luz, escúchanos Señor. (Peticiones libres) CANTO: ALMA MISIONERA Señor, toma mi vida nueva antes de que la espera desgaste años en mí. Estoy dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea Tú llámame a servir. LLÉVAME DONDE LOS HOMBRES NECESITEN TU PALABRA NECESITEN MIS GANAS DE VIVIR. DONDE FALTE LA ESPERANZA DONDE TODO SEA TRISTE SIMPLEMENTE POR NO SABER DE TÍ. Te doy mi corazón sincero para gritar sin miedo Tu grandeza, Señor. Tendré mis manos sin cansancio, tu historia entre los labios y fuerza en la oración. Y así en marcha iré cantando, por calles predicando lo bello que es tu amor. Señor tengo alma misionera, condúceme a la tierra que tenga sed de Dios. 6. ORACIÓN DE UN MISIONERO ( Recitar todos juntos) ¡Señor, dispón de mí según tu voluntad! Haz que sea pies y manos para los cojos y los mancos, ojos para los ciegos, oídos para los sordos, boca y lengua para los mudos, voz para las víctimas de la injusticia. ¡Señor, envíame donde hay pobreza! haz que lleve alimento a los que tienen hambre, agua a los que tienen sed, medicina a los enfermos, vestido a los desnudos, abrigo a los que tiemblan de frío. ¡Señor, envíame a los caminos desiertos! Haz que sea una lámpara que ilumine los pasos de los perdidos en la oscuridad, fuego en la noche, fuego que caliente a los que entumece el frío. Haz que sea testigo de la compasión para aquellos que caminan en su soledad. Haz que devuelva su dignidad a los oprimidos, haz que dé la libertad a los abatidos. ¡Señor, envíame a los lugares más remotos! Haz que lleve la paz a los que viven en discordia, la serenidad a los que viven en la angustia, el consuelo a los que sufren, la felicidad a los afligidos, la suerte a los privados de ella. ¡Señor, hazme como una buena suerte! Que dé felicidad a todos los desposeídos que encuentre en mi camino. Haz que ningún miedo me detenga, que avance por el océano de la vida con un corazón de volcán y dulces manos como las de una madre. ¡Señor, conviérteme en un instrumento disponible para todo! Que a todos lleve la paz y la alegría de la felicidad. Mi suerte la pongo en tus manos. Tú que eres Dios, Amor y Sentido de la vida, dame la plenitud de tu esperanza para que en ti y sólo en ti encuentre mi felicidad. Amén. 7. DIOS PREFIERE CONTAR CONTIGO Es la hora de la misión. La Iglesia es esencialmente misionera. Todo cristiano está llamado a la santidad y a la misión. Cristo, no sólo nos ama, hasta dar la vida para salvarnos; no sólo nos salva, dando su vida en la cruz; nos invita también a ser colaboradores de su misión, colaboradores de su obra de salvación, y nos entronca en la Historia de la Salvación, que es historia de amor de Dios a la humanidad y a cada uno en particular. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca (Ju 15,16). Empezar a leer la oración cuando empiece a tocar la guitarra (arpegio). Sólo Dios puede dar la fe...pero tú puedes dar tu testimonio. Sólo Dios puede dar la esperanza... pero tú puedes devolverla a tus hermanos. Sólo Dios puede dar amor...pero tú puedes enseñar a amar. Sólo Dios puede dar la paz...pero tú puedes sembrar la unión. Sólo Dios puede dar la fuerza...pero tú puedes animar al desanimado. Sólo Dios es el camino...pero tú puedes señalarlo a los otros. Sólo Dios es la luz... pero tú puedes hacer que brille a los ojos de todos. Sólo Dios es la vida...pero tú puedes hacer que florezca el deseo de vivir. Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible... pero tú puedes hacer lo posible. Sólo Dios se basta a sí mismo... pero prefiere contar contigo. TE SEGUIRÉ DONDE TÚ VAYAS ¿A quién enviaré, quién anunciará a mi pueblo mi verdad? aquí estoy Señor Jesús con mis sueños mis temores y mi juventud. Todo lo que soy te lo entrego a ti, mis anhelos mis deseos de vivir no fui yo quien te escogió fuiste Tú que por mi nombre me llamó. Dispuesto está mi corazón para adorarte, para servirte por siempre es tuya mi vida te seguiré donde tú vayas. 8. PADRE NUESTRO, AVE MARÍA, GLORIA (rezar todos juntos) 9. ORACIÓN FINAL Jesús, nos llamas a ser la sal y la luz para los demás, a que nuestro testimonio de vida, palabras y acciones sean un reflejo de tu amor, de tu misericordia infinita. Tu gracia es la fuente para la felicidad. Ayúdanos a guiarnos en todo por el Espíritu Santo, para que Él sea quien edifique, en nosotros, a los auténticos testigos de tu amor. Ojalá que cada uno de nosotros estemos a la altura de esta noble y excelsa misión para que, con nuestro testimonio y nuestra vida santa, hagamos que este mundo viva de un modo más humano y cada día más cerca de Dios. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Canto: SERÉIS MIS TESTIGOS SERÉIS MIS TESTIGOS, TESTIGOS DEL AMOR. SERÉIS MIS TESTIGOS, TESTIGOS DE MI AMOR. SERÉIS MIS TESTIGOS, TESTIGOS DE LA PAZ. SERÉIS MIS TESTIGOS, TESTIGOS DE MI PAZ. Testigos de confianza, testigos del perdón. Testigos de esperanza, cada cual desde su don. Testigos de alegría, la alegría del Señor. Testigos de la Pascua, testigos de la Cruz. Testigos de la Gracia y testigos de la luz. Testigos de alegría, la alegría de Jesús. Testigos de María, de su maternidad. Testigos de María: "Hágase tu voluntad". Testigos de alegría, de alegría y humildad.