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La Luz del Mundo
14 Vosotros
sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede
esconder. 15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el
candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de
los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que
está en los cielos.
MATEO 5:14-16
El Señor no sólo nos llama la luz del mundo, sino que agrega la responsabilidad
que tenemos y la posición en que debemos ubicarnos para poder cumplir con la misión
que se nos ha encomendado. Es realmente un reto que nos hace el Señor, ya que muchos
quieren gozar de los privilegios de Cristo pero no todos quieren participar de sus
padecimientos y aceptar sus demandas.
En este párrafo tenemos una de las afirmaciones más sorprendentes y
extraordinarias acerca del cristiano que se hayan hecho jamás. Si uno tiene en cuenta el
marco, y recuerda a las personas a las que nuestro Señor dirigió estas palabras, resultan
de verdad notables. Es una afirmación llena de significado y de implicaciones profundas
con respecto a entender la naturaleza de la vida cristiana. 'Vosotros,' dijo nuestro Señor,
mirando a esas personas sencillas, a esas personas completamente sin importancia
desde el punto de vista del mundo, 'vosotros sois la luz del mundo.' Es una de esas
afirmaciones que siempre deberían producir en nosotros el efecto de hacernos erguir
la cabeza, y notar una vez más en lo magnífico y notable que es ser cristiano. Y desde
luego se convierte con ello, como les ocurre inevitablemente a todas las afirmaciones
parecidas, en una prueba buena y completa de nuestra posición y experiencia.
La Biblia nos señala que “Dios es Luz” (1ª Juan 1:5). Jesucristo dijo: “Yo soy la luz
del mundo” (Jn 8:12; 9:5). Pero aquí Jesús dice: “Vosotros sois la luz del mundo” ¡Qué
cumplido enorme! Dios es luz, Cristo es luz y aquí dice que el creyente es “la luz del
mundo” El creyente es lo que es Dios y Cristo: luz. Si bien es un gran cumplido también
es una gran responsabilidad. Lo que la luz es y hace es lo que el creyente debe ser y
hacer. Observemos el deseo de Dios para nuestras vidas interpretando este pasaje.
I.- El Carácter de la luz.
Dios dice que el carácter de un discípulo es la luz, esto es muy interesante porque
nos asemeja a Cristo quién dijo: “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8:12; 9:5). Esta verdad
nos afirma que el discípulo tiene que experimentar una transformación radical,
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avanzando más y más en la semejanza de Cristo y analizar lo que la luz hace y opera
para afinar sus propios actos. (2ª Corintios 4:6-7)
A.- La Luz Alumbra. Una función fundamental de la luz es alumbrar, en otras
palabras, aumentar la visión y el conocimiento que se tiene de un área.
Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre
tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en
tinieblas, no sabe a dónde va. Juan 12:35
B.- La Luz Advierte. La luz nos avisa sobre los peligros que esperan a una
persona en su camino. Ef. 5:11-13
11 Y
no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas;
vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. 13 Mas todas las
cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz
es lo que manifiesta todo. Ef. 5:11-13
12 porque
C.- La Luz protege. Protege a una persona de los peligros de las tinieblas, de
tropezar, caer, y sufrir daño. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues,
las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Rom. 13:12
Tenemos muchas ilustraciones con respecto a la luz como guía y seguridad; por
ejemplo, tenemos los faros de los puertos, las luces del tránsito, etc., y todas ellas
representan la guía por la cual el hombre llega a puerto seguro y se libra de un
accidente, respectivamente; pero, nosotros hablaremos de nuestra responsabilidad
como “luminares” de este mundo, recordando lo que nos dice el apóstol Pablo en
Filipenses 2:14-15: “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis
irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha, en medio de una generación
maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”.
II.- El Lugar de la Luz.
El lugar donde debe alumbrar el discípulo es el mundo. El mundo acá es la
palabra cosmos y se refieren más bien las gentes que lo pueblan. El mundo es donde el
creyente se mueve y debe reflejar su luz (vivir, ministrar).
El mundo necesita luz porque está…
-Ciego–en tinieblas –sin ver- confuso- en peligro- en caos- cayendo- inconscientemuerto.
No debemos olvidar las palabras de Jesús: “Vosotros sois la luz del mundo” El mundo
no tiene luz. Vosotros sois la luz.
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Es interesante analizar todo cuanto implica ser la luz del mundo, ya que el Señor
no nos declara que somos luz del mundo, sino que somos “La” (Artículo determinativo)
luz del mundo; dándonos una tremenda responsabilidad dentro del lugar donde nos ha
puesto.
Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin
de que seas para salvación hasta lo último de la tierra. Hechos 13:47
para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una
generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el
mundo. Filipenses 2:15
“Los discípulos de Cristo no se han de ocultar en la oscuridad de un claustro o en el
retiro de una ermita bajo pretexto de contemplación, modestia o preservación propia.
Por medio de su buen vivir, como Juan el Bautista, deben ser lámparas que arden y
alumbran (ver Jn. 5: 35). Nótese bien el orden de los verbos; no pueden alumbrar si
antes no arden.”
III.- El Testimonio de la Luz.
El testimonio ineludible del testigo. Dos cosas se dicen acerca de la ciudad. Está
asentada sobre la colina y no puede ser escondida. Dos cosas se dice acerca de la luz: Se
la pone en un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. La luz de los
discípulos está en el mundo sobre la colina y en la casa.
A.- No se debe Esconder
“...una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder...:
Una ciudad que está situada sobre un monte, no se puede esconder de la vista
de nadie. Los que van por el valle, la ven arriba en la altura. Los que están en otra
montaña, también la ven. Los que vuelan sobre aquel monte, la ven en la cima. Es
imposible que una ciudad que está a la vista de todos pueda pasar desapercibida.
Nosotros somos como una ciudad asentada sobre un monte. Todo el mundo nos ve.
Desde el momento en que se enteran de que somos cristianos, todos nos observan.
Además, el Señor nos está diciendo aquí que al ser luz en Él, no podemos esconder de
los demás lo que somos. Es como si fuéramos antorchas vivientes que allí donde
estamos o donde vamos, irradiamos luz.
Ese es el motivo por el que somos luz en el Señor, para ser vistos de todos:
B.- No se debe Negar
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Primeramente, siendo luz, alumbramos “a los que están en casa”. Eso significa
que en primer lugar somos luz para los que nos rodean. No debemos negar la
naturaleza que Dios nos ha dado.
La luz cumple su propósito siempre aunque no lo “veamos”, esto quiere decir que,
aunque no siempre somos sabedores o conscientes de lo que ocurre a nuestro
alrededor como causa de lo que somos, cumplimos siempre el propósito de lo que
somos, si es que lo somos – esto es – luz en el Señor.
La razón de ser luz es para alumbrar, y con esa luz, manifestar todas las cosas. Al
respecto, leemos en el Evangelio de Marcos:
Marcos 4: 21, 22 “También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud,
o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque no hay nada oculto
que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz”
 Los creyentes alumbran como luces en el mundo. Son como ciudades y
como candeleros en medio de un mundo oscuro
 La Luz tiene diferentes intensidades. Puede ser fuerte o débil,
resplandeciente o suave. En Efecto puede ser tan débil y dar tan poca luz
que una persona puede tropezar y caer.
 Algunos lugares del mundo son intensamente iluminados; otros apenas.
Algunas ciudades tienen muchas luces resplandecientes, otras pocas,
algunos hogares tienen luces fuertes, otros no. Toda ciudad, todo hogar,
y todo entendimiento, y todo lugar sobre la tierra que tiene el testimonio
de un creyente cristiano, tiene alguna luz, sea fuerte o débil.
 Una luz no se enciende para esconderla. Se la enciende para ser vista y
para alumbrar. Por eso, una luz es manifiesta. Muchos ojos se fijan en ella.
¿Se puede ocultar una ciudad que está en la cima de una montaña? Por las noches su luz
se ve a la distancia. Si vivimos por Cristo, vamos a brillar como luces, mostrando a otros
como es Cristo. Ocultamos nuestra luz al (1) callar cuando debiéramos hablar, (2) hacer
lo que todos hacen, (3) negar la luz, (4) dejar que el pecado empañe nuestra luz, (5) no
dar a conocer nuestra luz a otros, o (6) no fijarnos en las necesidades de los demás. Sea
un faro de la verdad: no esconda su luz del resto del mundo.
IV.- La Misión de la Luz.
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El creyente tiene luz. La luz ya está en él. Somos la luz de Dios en la tierra. Las
palabras exactas de Jesús dicen: “Alumbre vuestra luz”. Pero… ¿Por medio de que
instrumento el creyente debe alumbrar?”
“Por medio de sus Buenas Obras”
El creyente debe procurar ser cuidadoso del cómo hace sus obras delante de
otros, (Stgo. 3:13) estas afectarán positiva o negativamente al mundo que nos rodea.
…presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando
integridad, seriedad. Tito 2:7
…manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que
murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación,
al considerar vuestras buenas obras. 1ª Pedro 2:12
El testimonio correcto de la Luz por medios de las obras es la suprema razón por la que
nuestra luz tiene que alumbrar delante de los hombres: que los hombres glorifiquen a
Dios. La gloria de Dios debe ser la principal meta de todos los creyentes (1ª Pedro 4:11;
5:11) Precisamente, la forma en que Dios es glorificado es por la luz, las buenas obras
de los creyentes alumbrando a los hombres.
1.- Dios es glorificado cuando los hombres salen donde están los hombres.
2.- Las buenas obras de los creyentes deben saber hechas afuera de las tinieblas,
no en el encierro de las paredes con otras luces.
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Juan
15:8
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que
vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre
en mi nombre, él os lo dé. Juan 15:16
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1ª Corintios 6:20
Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre
conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a
quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1ª Pedro 4:11
Permítame terminar con algunas reflexiones interesantes.
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1.- La luz tiene un propósito: alumbrar delante de los hombres. La luz no se ve sino es
puesta delante de los hombres. Si no hay gente no hay ojos para ver la luz. El creyente
no debe ocultarse de los otros.
2.- Otras luces no necesitan luz. Es la gente en tinieblas la que necesita la luz. ¡Así
alumbre “Vuestra Luz” delante de los hombres que están en las tinieblas.
3.- No solamente los creyentes deben glorificar a Dios, sino que deben también animar
a otros a hacerlo.
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