Empresas contra la corrupción Y la gota colmó el vaso Estas semanas hemos sido testigos de una “revolución”, expresada en multitudinarias y variadas acciones por el hartazgo de un pueblo que dijo basta, cansado de la corrupción, del prebendarismo y la impunidad. Este repudio tiene dos características nuevas que le dan una fuerza inusitada: No tiene banderas partidarias, estamos (casi) todos los compatriotas unidos en el deseo de transparentar el país. La sanción social contra los 23 senadores que votaron por el “no” al desafuero de Víctor Bogado con la inclusión del sector empresarial cuyos mensajes circularon en las redes, con apoyos de “me gusta” y comentarios positivos de la ciudadanía. ¿Por qué nos alientan particularmente estas expresiones y nos llenan de esperanza? Tenemos que reconocer que la palabra “empresario”, no tiene una feliz connotación. Se trata de un gremio considerado como abusador del poder, explotador, que privilegia el lucro a cualquier precio. Y sabemos que estos epítetos, no son sólo logrados por la fantasía o la imaginación del colectivo, sino porque el sector se ha desprestigiado con sus prácticas de evasión de impuestos, contrataciones fuera de la legalidad y sobres bajo la mesa, favoreciendo la corrupción e incluso incrementándola. Los números cantan por si solos. Alta evasión impositiva (difícil de calcular dicen los economistas, pero en torno al 50%) ; Empleo informal, sin seguridad social, sin contrato 80%!! La corrupción en todas sus formas es causa fundamental de la pobreza, porque desvía fondos destinados al progreso social. Pecadores sí, (porque somos humanos), corruptos no – nos dice el papa Francisco con su sabiduría de pastor. La buena noticia es que las empresas pueden cambiar radicalmente estos números. Levantarlos está en sus manos porque contratan trabajadores, compran servicios, hacen negocios, firman contratos, cierran acuerdos públicos y privados. Si en todas estas acciones, conscientes de su Responsabilidad Social, se mantienen alertas y vigilantes, exigiendo legalidad y transparencia, en todos los eslabones de la cadena, estarán siendo dinámicos impulsores de un Paraguay transparente y equitativo. Todos somos contralores de cómo se administra la “cosa pública”, que es el bien de todos y para todas. Esta manifestación de la ciudadanía toda, es un signo de esperanza, un cambio en la marcha y una alerta para los dirigentes políticos. El sector empresarial acompañó este despertar ciudadano: más de 200 empresas han manifestado el repudio a los 23 senadores: restaurantes, bares, peluquerías, centros comerciales y culturales, industrias, enjambre amarillo de taxis, alquileres de videos y tantos otros que se siguen sumando. Es una voz nueva que está tomando conciencia de su significativo aporte porque sin dudas, las empresas grandes, medianas o pequeñas, actores fundamentales del sistema económico, son piezas fundamentales para desarmar la corrupción. Carmen Cosp Junta Directiva ADEC