Si quieres dominar el mundo, empieza por los oleoductos 29 jun 2014 Pablo G Bejerano – Son de esos detalles gordos que se pasan por alto en el día a día. La Tierra, en su parte continental y en una porción de sus mares, está cruzada por gruesas tuberías de acero y plástico que transportan millones de metros cúbicos de gas y petróleo. Este entramado de hidrocarburos funciona sin pausa, surtiendo de energía a medio mundo, mientras que su trazado refleja en muchas ocasiones las relaciones estratégicas entre países. Antes de nada hay que tener en cuenta que una parte considerable del gas y del petróleo se transporta en barcos e incluso a través de medios terrestres (en el caso del crudo la mitad de la producción mundial se exporta vía marítima). Aun así la importancia de los gasoductos y oleoductos es incuestionable como fórmula para abastecer a unos países y fuente de ingresos económicos para otros. Mientras que la mayor parte del petróleo está concentrada en Oriente Medio, en lo que se refiere al gas, la producción está más repartida. Mariano Marzo, catedrático de Estratigrafía y profesor de Recursos Energéticos de la Universidad de Barcelona, pone el acento en la importancia de los gasoductos rusos nivel mundial. «Los más largos son los que vienen de Siberia y alimentan Europa, esos son básicamente los más importantes desde el punto de vista de la distancia y del volumen de flujo». Según su criterio los que salen del Norte de África solo tienen relevancia para España, Francia e Italia. Uno de los gasoductos más largos del mundo es el Yamal-Europe, que nace al norte de Moscú, aunque recibe su flujo de otro conducto que proviene de más allá de los montes Urales. Pasa por Bielorrusia, Polonia y desemboca en Alemania. Y ya que empezamos por Europa, otro de los gasoductos clave es el Nord Stream, que va desde Vyborg, en Rusia, muy cerca de Finlandia, directamente hasta Alemania transportando un flujo considerable de gas. Se trata del gasoducto submarino más largo del mundo. Otros dos grandes gasoductos son el Transiberiano y el Soyuz, ambos procedentes de Rusia; van a parar al centro de Europa, incluidos países como Francia, Suiza e Italia, atravesando Ucrania. Los europeos cuentan con otras fuentes de abastecimiento, como los conductos que proceden de Turquía o los canales submarinos que salen de Noruega a Reino Unido, Alemania y Francia. Pero la dependencia energética de Rusia es innegable y para contrarrestarla se planeó construir el Nabucco, que traería gas desde los yacimientos del mar Caspio evitando el paso por territorio ruso. El Nabucco se ha neutralizado por parte de Rusia con el proyectado gasoducto South Stream, que cuenta con el apoyo de países claves como Turkmenistán, Kazajistán y Uzbekistán. Cruzará el mar Negro para así evitar a Ucrania y desembocará en Europa Central y en el sur de Italia. Si hablamos de petróleo los oleoductos más importantes son los que nacen en Oriente Medio. Algunos de ellos van a parar a Turquía, pero los más decisivos terminan en el mar Rojo o en el golfo Pérsico. Desde estas bases el crudo se reparte a lo largo de todo el globo terráqueo por viaje en barco. En lo que respecta a Europa se nutre del petróleo en gran parte procedente de Rusia. El oleoducto más largo del mundo (Druzhba) proviene de allí, llega a Bielorrusia, donde se bifurca en dos ramales alcanzando a Polonia y Alemania por un lado, y a Ucrania, Hungría, Eslovaquia y República Checa por otro. La propuesta para construir el oleoducto Paneuropeo pretende enviar combustible desde Rumanía a Italia (donde conectaría con el oleoducto Transalpino, que llega a Austria y Alemania). Así se podría traer petróleo del mar Caspio a través del mar Negro evitando a Turquía. Precisamente del mar Caspio hacia Turquía sale el BTC (Baku – Tibilisi – Ceyhan), que transporta crudo desde Azerbaiyán al puerto turco de Ceyhan, donde se embarca y se distribuye. También desde Azerbaiyán a Turquía va el gasoducto South Caucasus, que discurre paralelo al BTC, aunque se detiene unos cientos de kilómetros antes. La idea original era que desembocara en el Nabucco, el proyecto europeo para ganar cierta independencia energética respecto a Rusia. Turquía es asimismo destino de parte de la producción de gas iraní con el gasoducto Tabriz-Ankara, que en varias ocasiones ha sido objeto de ataques por parte de la guerrilla kurda del PKK. Sin salir de Asia, en la Siberia profunda nace el oleoducto ESPO (Eastern Siberia – Pacific Ocean), que surte a China, Japón y Corea del Sur. Se prevé aumentar su capacidad con el tiempo, pero por ahora su volumen de flujo no resulta realmente significativo. La mejora de este oleoducto le vendrá muy bien a China, que es productor de petróleo, pero lo usa prácticamente todo para consumo interno. Hoy en día no cuenta con una infraestructura de oleoductos y gasoductos para nutrirse, por lo que la mayor parte del crudo le llega por barco a través del estrecho de Malaca, donde existe un problema de piratería latente, según explica el catedrático de Estratigrafía Mariano Marzo. Sin embargo, existe un gran gasoducto que parte de Turkmenistán (desde donde también sale una gran cantidad de gas con destino a la red rusa) a la provincia china de Xinjiang para distribuirse al resto del país. A esto hay que sumarle el acuerdo alcanzado recientemente entre Rusia y China para la provisión de gas, que implica construir el gasoducto ‘La Fuerza de Siberia’. La India es otro de los grandes demandantes de hidrocarburos, pero prácticamente todo lo que recibe es por barco, según Mariano Marzo. Existen proyectos para importar gas desde Irán, desde Turkmenistán y petróleo desde Azerbaiyán, pero el desarrollo de estos planes está sujeto a un difícil entendimiento de la India con países como Pakistán y Afganistán. El continente africano, como en muchos otros aspectos, es el que sale peor parado en cuanto a infraestructuras construidas se refiere. Apenas existen unas cuantas redes de transporte local. Gran parte del petróleo de Sudán va a parar al mar Rojo, mientras el gas del Magreb procedente de los yacimientos de Argelia y Libia recala en los países del otro lado del Mediterráneo. Además, existe un proyecto para llevar gas desde Nigeria hasta Algeria, el gasoducto Transahariano. Si cruzamos el charco a las Américas veremos que entre Estados Unidos y Canadá hay multitud de oleoductos y gasoductos. A Illinois y Massachusetts bajan conductos de gas que se reparten por el país gracias a una amplia red interna. Respecto al petróleo, en Estados Unidos hay importantes yacimientos en distintos lugares, como en Texas y el Dakota del Norte, mientras que existen oleoductos que nadan entre los dos países angloparlantes. Destaca el Keystone, que se origina en el estado de Alberta, en Canadá, y llega hasta Texas. Está proyectada la construcción del Keystone XL para reducir la dependencia de las importaciones de Oriente Medio y de Venezuela. En Latinoamérica los dos gasoductos más importantes son el que va desde Comodoro Rivadivia (en la Patagonia) a Buenos Aires y el GASBOL, que exporta de Bolivia a Brasil. El resto son redes locales de pequeño tamaño. Los países petroleros de esta región exportan casi todo por barco, como Venezuela, y Brasil, que dedica gran parte a consumo interno. Hidrocarburos Bolivia http://www.lacomunidadpetrolera.com/sectores/economia/si-quieres-dominar-el-mundo-empiezapor-los-oleoductos/