Descargar la Revista Poesía Nro 13 y 14. 1973. Completa

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VNCiARETTI
final - testamento
lírico
...
~* *
DOCUMENTOS
N. Mandelstam
La muerte
de Ossip Mandelstam
POEMAS
John
Berryman
Eugenio Montejo,
Giovanni
Quessep,
Pierre Reverdy
Rafael A. Insausti
NOTAS - COMENTARIOS
Poesía
Inglesa
William
del siglo XX
Carlos
Ernesto
Williams
Cardenal
Virginia
Woolf
A. Dujovne
JULIO
-oc TUBRE
•
4
POESIA
julio-octubre
1973
Vol.
111Nos.
1-2
5
7
17
21
26
32
34
36
Ungaretti
Final
Ungaretti
Testamento lírico
John Berryman
Canciones de sueño
Pierre Reverdy
Pizarras del techo
Nadejda Mandelstam
La muerte de Ossip Mandelstam
Eugenio Montejo
Deshora / Algunas palabras
Giovanni Quessep
Poemas
Rafael Angel Insausti
Herencia
37
NOTAS - COMENTARIOS
Mis
37
38
41
43
44
Poesía Inglesa del siglo XX
Eduardo Bosco
William Carlos Williams
A. Oliveros
Ernesto Cardenal
T eófilo Tortolero
Virginia Woolf
Octavio Lange
Alicia Dujovne
T eófilo T ortolero
tulaciones, por haber sobrevivido a las viscisitudes
a ungaretti
48
(1915), por P. Miturich
La madre del artista (1957), por Alberto Giacometti
REDACCION:
Alejandro
"k
*
Oliveros / Eugenio Montejo
POESIA, revista bimestral de poesía y teoría poética editada
Departamento
de Literatura de la U.C. Valencia / Venezuela.
congra-
EZRA POUND
Ossip Mandelstam
*
y
de una época difícil.
ILUSTRACIONES:
24
mejores votos para Ungaretti,
por el
finale
Piu non muggisce
.
mareo
' non sussurr a il mare,
11
Senza i sogni .
Il mare .
' incolore
campo
e
il mare,
Fa pieta
.
anche il
, Il mareo
mare,
Muovono .nuvole
Il mareo
Afumit"
11
mare.
irriflese
'1 mare
1
nsn cedé il 1etto il. mare ,
Morto e anch e lui
Ul
mareo
' ve di1, il mare
11
2
,
,
¡.,I.~~,,' !ft.-'Jf;"
rté .i« C<-'(,..
¿,Ck I .¿
final
No
muge, no susurra más el mar,
El mar.
Sin los sueños, un campo incoloro es el mar,
El mar.
Piedad también da el mar,
El mar.
Nubes que no reflejan mueven el mar,
El mar.
A humos tristes su lecho cede el mar,
El mar.
Está muerto también, miradlo, el mar,
El mar.
Homenaje al queridísimo
y
admirado maestro
G. Ungaretti.
Roma, nov. 1969
Rafael A1berti
5
testamento
Hace
tres años, en junio de 1970, moría Giuseppe
Ungaretti. Además de su magna obra poética, de sus escritos críticos y polémicos, dispersos en periódicos y revistas, teorizó también como lo han hecho otros poetas (Shelley, Po e, T. S. Eliot Y su contemporáneo
Quasimodo, en
el "Discurso sobre la poesía") acerca de lo que es para
el escritor su instrumento de trabajo, la palabra, y consignó sus ideas sobre la libertad expresiva que ha de ser propia del creador, del artista.
No
sé si se puede
definible
definir
y se manifiesta
la poesía.
Traducimos aquí unas páginas de su "Declaración de
Principio "(1), nacidas durante un encuentro literario, que
luego desarrolló hasta llevarlas a constituir una suerte de
testamento moral.
nuestro
Creo
en aquel momento
el cual las cosas que más queremos,
mentan
lírico
pensamiento,
que
profeso
y
de nuestra
más
estrechamente
vida, se nos presentan
na verdad,
vibración
pero
con una
del hombre,
nes ni de estudio,
y no
puede
aun cuando
tal
que
se alimente
o, mejor dicho, es fruto de un momento
extraña,
especialmente
te, desesperada
en las lenguas
de la poesía
tiempos
son numerosos,
conquista
dría
decirse
sobrepasar
detradicio-
sustancialmente
de am-
normalmente,
de gracia al cual no ha sido
de la vieja cultura,
también
al igual
tanto como los venideros.
do el discurso
transmitida,
a
una pacien-
solicitud .
Esto me lleva a considerar
M. V. de G.
y ator-
en su más huma-
baso La poesía es por tanto un don, como se considera
En esta celosa defensa del poeta y de su función expresiva en el mundo, como mensajero ético y estético, Ungaretti ha confiado su más entrañable meditación sobre la
. Poesía.
en
pertenecen
casi' parece
ser nunca
es in-
expresión
que más nos inquietan
la razón misma de nuestra
la fuerza
que
se limite
cada
que los poetas
de todos
Son modos innumerables
a considerar
la poesía
de la cual venga a quedar
que
el hecho de que los modos
ser humano
huella;
tiene
los
aun cuan-
oral o verbalmente
de otra forma no po-
sus momentos
de efusión
poética.
He fijado
(1)
6
Extraídas de Poesía Italiana
Guanda, 1961.
Contemporánea,
a cargo de G. Spanoletti,
Ed.
brota
así ya tres puntos:
de una experiencia
debe llevar
que la poesía
estrictamente
en su expresión
el rasgo
personal,
es de todos,
y que por
inconfundible
tanto
que
ella
de la individua7
lidad de quien la expresa. Y debe tener al mismo tiempo esos carac-
o Vcclaniü), entre los cuales dí mis primeros pasos, no creo pueda
teres de anonimato por los cuales es poesía, y por los cuales no es
extraña a ningún ser humano.
contradecirse lo que la crítica ha reconocido: comprendí claramente
que la palabra estaba llamada a nacer por una tensión expresiva que
la colmara de la plenitud de su significado. La palabra atropellada
Eran todos los puntos que llegaron a constituir para mí un pro-
por las ostentosas vacuidades de una oratoria, detenida en caprichos
pósito claro desde los inicios de mi trabajo. En esos años se desarro-
decorativos y estéticos, aprisionada entre bosquejos pintorescos, o sen-
llaba históricamente un período de incertidumbre y confusión, y con
suales melancolías, tras fines no puramente subjetivos y universales,
esto no quiero decir que el actual sea más ordenado y estable; pero
me parecía fallar ~n su objetivo poético. Pero fue durante la guerra,
hoy quizás en Europa se sepa mejor dónde se encuentra la poesía y
fue la vida mezclada al gran sufrimiento de. la guerra, fue aquel pri-
cuáles son sus metas. Se tenía en aquel entonces la impresión, entre los jóvenes, de que después de Fóscolo, Leopardi y Manzoni no
mitivisrno, sentimiento inmediato y sin velos, horror de la naturaleza
y generosidad otra vez hecha instintivamente por la naturaleza, espon-
habían existido poetas entre nosotros, de que se había roto una tra-
tánea e inquieta identificación con la esencia cósmica de las cosas; fue
dición, de que los poetas que siguieron no tenían nada en común
lo que de cada soldado en lucha contra la ceguera de las cosas, el
aparte de las palabras, con nuestra civilización. Eramos injustos, exa-
caos y la muerte, hacía un ser que en un instante se remontaba a
gerábamos; sin embargo, forma parte del orden de la naturaleza el
los orígenes, obligado a erguirse en medio de la soledad y de la fra-
hecho de que los hijos se afirmen rebelándose contra los padres. De
gilidad del destino humano; fue lo que perturbaba a aquellos seres,
todas formas, nos repugnaba hasta las raíces mismas de nuestras al-
lo que les hacía sentir hacia sus semejantes a la vez miedo, angustia
mas el decadentismo, esa escuela cuyos maestros y ridículos epígonos
y una solidaridad paterna; fue ese estado de extrema lucidez y de ex-
se consideraban los últimos sobrevivientes de una sociedad que era
trema pasión, lo que arraigó en mi alma la necesidad de la misión ya
preciso exaltar, como la vida misma, con poses neronianas. Hay que
presentida, si es que debía atribuirme alguna misión, si una misión
tomar muy en cuenta este hecho: era justo que los jóvenes de en-
debía yo atribuirrne, y siempre y cuando fuese capaz de cumplirIa en
tonces sintiesen que había que reanudar el discurso desde el princi-
nuestras letras.
pio, y que todo estaba por rehacer. Los futuristas en cierta forma habrían podido lograrlo, si no hubiesen prestado tanta atención a los
medios que los adelantos científicos dieron al hombre cuando por el
contrario la conciencia del hombre debía dominar moralmente esos
medios. Se engañaron sobre todo porque habían tomado como propias las más absurdas ilusiones del Decadentismo, y creyeron que de
la guerra y la destrucción podrían brotar una nueva fuerza y una nue-
Si la palabra fue desnuda, si se detuvo en cada cadencia del ritmo, en cada latido del corazón, si se aisló momento por momento
en su verdad, fue porque antes que nada el hombre se sintió hombre,
religiosamente hombre, y le pareció ser aquélla la revolución que
necesariamente, en esas circunstancias históricas, debía brotar de las
palabras. Las condiciones de nuestra poesía y de la poesía de otros
va dignidad. Hasta pensaron en destruir la lengua, para devolverle
eficacia y gloria. Sin presumir sobre la importancia de mis primeros
esfuerzos, ni subestimar
8
a mis coetáneos Futuristas,
Crepusculares
(1)
Grupo literario formado alrededor de la revista "La Voce". N. d. T.
9
países, en aquel
momento,
no exigían
otras
reformas,
sino ésta fun-
damental.
una
los años siguientes
extraña
escritores,
teoría
mis colegas
a la primera
que
tuvo
.
na no podía encontrar
-
dé solo, durante
camente,
de aquel momento
da de una perfecta
de Alegría,
devuelto
quienes
expresiva,
al ritmo
entre
que el canto
más complejas
po1émi-
tenía aún y
Fueron
las preo-
desde la búsque-
rítmica
durante
de unidad
del vocablo
la composicion
verbal.
Habiéndo1e
creí que también
el verso podría
recon-
quistar la suya, tal como le había sido indicada
al oído italiano
por la
naturaleza
su función,
la tensión
anhelo
Me que-
de demostrar
más rigurosas.
mi principal
a búsquedas
la poesía moder-
•
las que me llevaron,
coincidencia
algunos
la sostuvie-
sino en una prosa copiosa.
mucho
se ori-
Fueron
y enterrado,
de mi trabajo,
métricas
mundial
acogida.
casi dos 1ustros, en el intento
exigencias
y su calidad
guerra
La Ronda,
muerto
su forma
y con las pruebas
cupaciones
amplia
de la revista
ron: para ellos el verso estaba
siempre
en La Retama),
fónica de nuestras
armónica
transmitida
palabras
a las formas
par. Fue tarea dificilísima
y por la tradición
sin táctica y
por siglos de una experiencia
y obstinada,
tan corrompido
oído. Pero tengo que decir que yo no procedía
no bastaba
aplicar a las palabras
lograr que las palabras
ra del movimiento
fuerza
tomasen
rítmico,
un esquema
sin
estaba nuestro
desde lo externo,
métrico:
en forma natural
emotiva
y el mayor
es académica,
conocemos
la profunda
aquella
relieve
de exactitud
está vinculada
reforma
la Canción
de tener que descomponer
por completo
de
desenvoltuen forma ar-
expresiva.
Tampoco
a la vida de las palabras,
que se operó desde Dante
petrarquista,
que
alcanzase la mayor
es decir, en el lapso de pocos años. Más aún, sabemos
di, que utilizaba
se trataba
que las uniese métricamente
es decir, en forma tal que su significado
la métrica
10
cabalmente
La métrica
a Petrarca,
que a Leopar-
se le presentó
tal esquema,
y ya
la necesidad
(y lo logró,
por
es un hecho
de considerable
la elocuencia
función
pero un hecho que, en relación al discurso humano,
valor
subordinado.
El hecho
cosas que se deben
afirmar,
capital
InS-
para formación
fue tanto porque
a la palabra,
dándole
peso, extendiendo
Una palabra
que posee
tona
refleja
cosas diferentes,
con tantas
tantas
personas
voces; una palabra
dolor o consuelo
tal palabra,
Fue en esta
poesía tenía que compenetrarse
humanidad
La misma
del hombre,
las muertes,
presentaba
paisajes
de nosotros
El presentimiento
frente
historia,
sus
para
pueblo
con tanta ver-
y enriquecer
a sentir
frente
como tea la socie-
a Dios, la misma
finalidad
en e! odio y en e! amor-
vida dentro
tan
que des-
en los nacimientos
sobre
sus
que mi
de los siglos unen al hombre
veces repetidas
de catástrofe
todavía
y por su voluntad
y la misma
como algo único en mi meditación
cobraban
llegué
del individuo
un ser por naturaleza
en la inquietud,
mismos
obran
más de la memoria
del hombre
hasta la consunción
ha desapare-
de! dramático
moralmente
forma como
antinomia
-infinitas
sus perspec-
podría aún sugerir a un poeta mo-
grande y tan frágil, la misma causalidad
de e! comienzo
otorgar
en comunicación
que ya había atraído
siempre
la misma posición
la misma tragedia,
nos pone
acontecer
derno el camino mejor para enriquecerse
dad moderna,
y profundizando
que
el milenario
dad y belleza de efectos a Leopardi,
líricas.
no
por alcanzar,
que ella debía
que puede en su vida transmitimos
al que pertenecemos;
ma sustancial.
técnicos
física sobre la tierra
pues dentro
nuestro,
para conocer-
vida de siglos, que en tan larga his-
cuya presencia
cido, pero no la espiritual,
son las
medité sobre la memoria,
de significado
tivas.
siempre un
humano
de todos,
me estimulasen .los progresos
sino más bien por la plenitud
en la poesía;
tendrá
en el discurso
se a sí mismo. Si yo, en aquel momento,
expresiones
moniosa,
para alcanzar
pirada por su singular genio.
Durante
ginó
ejemplo,
en
y en
todo se me
la memoria.
Los
de mí a la luz del recuerdo.
que experimentaba
reflexionando
so11
bre la crisis política
ble insensatez
bre frente
y social de nuestros
de los hombres;
sobre la irremedia-
mi propio batallar
a la idea de lo sobrenatural,
a una ilusión
antes de entrever
todo absorvía
para mi el ímpetu
recordar
tiempos,
mis mismos pasos de un error
la verdad
que posee el hombre,
contra la incertidum-
suprema
que todo asevera,
y el sufrimiento
de la facultad
por la cual el hombre
de
es hombre.
moral que las estructuras
den a corromper
En otros
expresarse,
términos,
si la memoria
no encerrase
en sí una antítesis
la mueve y la hace, a pesar de todo, placentera,
sería desesperación
llevaría
al suicidio,
conduce
porque
lleva al hombre
universo
no a la poesía.
y a la palabra
por el cual la humanidad
expiación.
palabras,
Extrema
aspiración
el milagro
y resplandeciente
más elevados
hace en la tierra
de felicidad.
Alcanzan
amor en el cual fueron
en su fuerza
de los más elevados
poetas,
en las
originaria
a veces las palabras,
fecta que fue la idea divina del hombre
del
su largo viaje de
es la de cumplir,
resucitado
y
a la poesía
a ese acto de renovación
de la poesía
de un mundo
momentos
La memoria
que
en los
señalar
y no le pueden
límites de la' historia,
años, alguien
me preguntó
natural
el hecho
de la historia
tomará en cuenta.
comprometido
es un escritor
Un escritor,
de Leopardi:
del Diálogo de Timandro
libro moral nos pudiese
ayudar,
y Leandro,
pienso que ayudarían
la imaginación,
frente
entre
a
amplio,
"Si algún
mucho los poé-
o sea los libros destinados
y entiendo
tanto los de prosa
expre-
no deja en el alma del lector un sentimiento
bleza tal, que no le impida
samiento
o cometer
ser determinado.
el escritor
menor
aliento
a quien
al hombre
Es verdad
está dentro
que no logra exy dándole
el sello
dicha historia
no
en mi opinión,
las fuentes
de la vida
Otro
durante
media hora concebir
una acción indigna".
exactamente
punto
el poder
de liberación
de no-
un vil pen-
En esta reflexión
posee la verdadera
el siguiente:
también
es un error
de hoy en Occidente.
montan
a la segunda
de dés, de Mallarmé,
cuales aparece
de Leopar-
al cual yo aludía,
poesía.
vinculado
hablar
a mis convicciones
de decadentismo
Las experimentaciones
mitad de siglo XVIII
y con las últimas
el cubismo;
se cierran
de la decadencia
a los sentidos,
es un sentimiento
a la historia,
jeta, a la historia
al envejecimiento
biológica mente
al arte
se re-
abriendo
El sentimiento
es
al referirse
pinturas
inquietudes.
personales,
del decadentismo
y se cierran
clusivamente
minante
12
y determinacio-
está en la esencia misma de
los que hacen al escritor:
un poeta, está siempre,
en hacer reencontrar
con los
hermoso
di está definido
y también
en su obra, infundiéndole
existir,
que le son
mejor en el pasaje más
a poner en movimiento
un equilibrio
y no fuera de ella; pero aquel escritor
presar la historia
de su propio
nunca podrá
de cada hombre,
quería
no sentirse
de fractura
de las condiciones
en sentido
quien juzga a través de su obra hechos por los cuales,
escritor,
un sentido
ticos: digo los poéticos
cuál era rnr posicion
"No son los hechos externos
si es un verdadero
todo
por los caminos
El anhelo de libertad
y que en mi opinión
es el escritor
y sobre
como los de versos. Pues bien, yo estimo muy poco aquella poesía que
aquellos escritores que quieren establecer
sión artística y actividad social.
Contesté:
pero,
la poesía, y me apoyaré para ser comprendido
leída y meditada
Hace
ser impuestos,
de liberación
logra
y no puede, si es poeta, igno-
a dar a sus palabras
en el acto de
creados.
tien-
cuando
si logra expresarse,
esa belleza per-
y del mundo
que el poeta,
que lo rodea;
le es imposible,
llevado
nes de la historia.
sugerir
en la historia,
humano
que al poeta
naturalmente
propios
yo quería
está enraizado
rar el sufrimiento
Sin embargo,
sociales, sea cual fuere su constitución,
o distanciar".
con el
de Cézanne,
el camino
Coup
en las
a nuestras
está vinculado
casi ex-
que da un peso deter-
al cual también
ella está su-
entendida.
13
En el arte de Occidente,
hoy, la percepcion
de! poder
teria es
10 que constituye e! resorte de la inspiración.
materia
nos aplasta,
dora potencia
bién
nos
que los medios
que e! saber humano
aplastan,
haciéndonos
de la siempre
de la ma-
Sentimos
creciente
que la
y aterra-
extrae sin cesar de la materia
parecer
cada
día
más
tam-
aplastante
la
Pero e! lenguaje
poesía,
En sus búsquedas
carse a encontrar
equilibrio
de lenguaje,
No me adentraré
a explicar
la poesía y la pintura
frente
han tratado
Además,
menor,
y podríamos
hablar,
lenguaje,
máticas
clásicas por la microfísica,
y los desarrollos
empezó hace cincuenta
hombres
ilustres
de! debate
es continua,
llamado
y Heisenberg,
Einstein
sibilidad
cuadro
admitido
por la antigua
ños irrealizables.
la lógica, honra
se han vuelto
¿Se ha' derrumbado
de la mente
sicas? No, es un instrumento
en determinados
que expresarse,
microfísica.
no pueden
prescindir
lo que sería algo inconcebible;
,podría
guaje
científico,
datos
que posee el saber experimental
14
indispensable
para
instrumentos
aquel
todavía
monumento
grandes
tiempo
montando
formación,
e incesan-
a través de ciertas formas de! arte
llega a dominar
y las polémicas
esencial,
moralmente
de él los aspectos terribles
con un ritmo
comparar
al ritmo
en un grito las eras pasadas,
así se supera
logra de-
secretos de su corazón,
individual
y acorde con su
tradicional.
Así se van re-
hasta
e! más remoto
en la luz de un instante
en su nacer,
su tiempo,
y los áridos,
que ésta engendra,
su canto en los arrebatos
que se pueda
ser la libe-
en sus fines,
orígen
la historia
en su cerco, hasta
cumplirse.
de!
de
clá-
en mi opinión
ni siquiera
los cultores
al tener
de la
de una crisis de la ciencia
razonar
la cultura
con un vocabulario
puede
la crisis
servicios,
de! cual,
quizás
está en incesante
cuando
hombre,
satar silenciosamente
en la poesía,
crisis de
de sue-
e! lenguaje
En todo caso no se trataría
cualquier
como la actual:
se da
la poesía.
fruto,
que se hace presente
clásicas, y con
física dentro
que se ha vuelto,
casos como
e! hombre,
de la voz humana;
o participan
que eran las matemáticas
que prestará
y a pesar de todo lo aproximativo
quedará
entonces
humana,
da como fruto
siempre
la
física y ligado a la po-
de darnos una imagen precisa de la realidad
de! espacio y de! tiempo,
que
y Schoedinger,
Louis de Broglie y Max Born, sabe que las matemáticas
ellas e! determinismo
siguió los
de! determinismo,
temente
hoy. Ha habido
continua,
En poesía e! lenguaje
no es tampoco
de la crisis, la liberación,
quizás no tan asombrosas
pero también
aún reflejando
con una crisis no
a lo cual quien
aunque
a tal punto que aún reflejando
me parece que también
años, y en e! cual han participado
como Bohn
la música,
de! golpe dado a las mate-
debido
cada día, también
Hay liberación,
en sus experimentacio-
se enfrenta
por ejemplo,
un
de la materia.
en Occidente
de resolver,
crisis de lenguaje.
de liberación,
a la opresión
de qué modo
en e! campo de la ciencia e! lenguaje
momentos
ha creído bien dedi-
formas en las cuales un equilibrio
moral pudiese alcanzarse,
nes, tan ordinaria
e! poeta
y en la poesía la superación
continuamente,
ración.
materia.
no es la ciencia, e! lenguaje
estar
,
en crisis e! len-
con exactitud
sobre
los
de hoy día
15
john berryman
canciones de sueno
John Berryman
(1914-1972) pertenece a lo que, con las
imprecisiones del caso, la crítica conoce como la "segunda
generación" de poetas norteamericanos de este siglo. Una
generación que ha visto desaparecer a sus mejores hombres,
víctimas del suicidio o la enfermedad: Roetbke, Olson, [arrell, Scbuiartz, y los que, como Robert Louiell, han logrado sobrevivir, lo han hecho ante la amenaza permanente de
la locura. Berryman mismo, cuya obra es objeto de una creciente valoración, se quitó la vida al lanzarse desde un puente al Missisippi, no sin antes agitar la mano en señal de despedida. Gesto postrero, extravagante, de un gran poeta.
A partir de 1964, la poesía de Berryman había adoptado el tono confesional y desgarrador común a ciertos poetas norteamericanos como Louiell, Sylvia Platb y Anne Sextón. Especie de Diario íntimo o de Cuaderno de notas, su
obra mayor, The Dream Songs, reune las visiones y reflexiones de Henry, su alter ego, sobre la poesía, el amor y
el suicidio. En el memorable prefacio a Recovery, novela póstuma de Berryman, su amigo Saul Bellow acentó: "Lo que necesitó para su arte le había sido provisto por
su propia persona, por su espíritu y su ingenio. Lo extrajo de sus órganos vitales, alumbrándolo su' propia piel. Y
al final ya no quedó nada. Fallaron los refuerzos. Le faltaron las fuerzas".
Estoy furioso con Dios porque ha devastado esta generacion.
Primero agarró a Ted, después a Richard, a Randall y ahora a Delmore.
Entre uno y otro se tragó a Silvia P1ath.
Fue una cacería excepcional. Dejó vivos
a muchos tontos que puedo señalar como a un cuchillo de cocina.
Pero no tocó a Lowell.
En algún lugar la empresa continúa,
(un sol amarillo se cobija en la blusa del niño)
no en el pensamiento escalonado de Henry.
Supongo que la palabra sería, debemos sometemos.
Después.
Corto, y no tengo más nada que ver con eso.
Un amigo de Henry comparó la carrera de Dios
con la de Mozart, dejando a Henry sin nada qué decir
excepto alabanzas para un juicio tan certero.
Sufrimos, un día, un día, otro día.
Pero ya no pueden volver como un hombre abofeteado,
noticias parecidas.
17
16
john berryman
john berryman
elegía a w.c.w. un hombre estupendo
Suicidio,
tu rostro brota de mi mesa.
Tu fuerza vino como torrente hacia el final
de rabia y agonía.
Al principio te bautizaron Silvia Plath
pero cambiaste ese nombre por el de Mrs. Hughes,
diste a luz y seguiste a 10 largo de la curva
hasta que' el horno pareció ser el lugar adecuado para tí.
Cavilo sobre tu rostro cubierto, geografía de la pena,
hasta que acepto una vez más
tu separación de nosotros
aunque el clamor de niños huérfanos me afirma de nuevo.
Tu tormento aquí fue breve,
tu partida me llega de manera persistente,
un pobre ejemplo, un suicidio más
para colocar sobre tantos otros
hasta que el herido Henry, con sus hermanas y hermanos
desaparecidos de pronto, aún se detenga a preguntar
por qué él solo arremete contra 1-.1 injusta marea.
18
Henry
en Irlanda a Bill bajo tierra:
Descanza en paz, tú que tanto trabajaste, que lograste
bellos sonidos constantemente,
durante tantos años:
tus juergas deleitaron Los continentes & nuestros oídos:
tenías tantas muchachas tu vida fue un triunfo
y amabas a tu única esposa.
Te levantabas al alba y escribías -los
libros fluíanen un gran parto alumbraste infinitos niñosy tu generosidad
hacia los jóvenes despertó profundos afectos:
si la envida fuese marca registrada por henry, te envidiaría,
especialmente por haber realizado.
Demasiadas jornadas le esperan,
demasiadas galeras y pruebas de página que leer;
le gustaría yacer
en tu dulce silencio, tú a quien no se le negó
la excelencia misteriosa y postrera que es la corona
de nuestros esfuerzos & nuestra última novia.
19
john berryman
.
de plerre reverdy
poemas
posada
Richard
& Randall,
dos que no volverán
& Delmore,
Un
& uno que nunca lo hizo,
a cruzar este mar
'
llenaron su mente deshuesada mientras el barco avanzaba
Oigo a los tres excéntricos en sus diferentes tonos
discutir & discutir
ojo se cierra
Al fondo pegado contra el muro
el pensamiento que no se desprende
lento
Nuestro significado para el Viejo Mundo, y el de éste para nosotros
sobre lo cual cavilamos tanto en nuestros años jóvenes
y luego tosíamos & cantábamos
las nuevas formas en que aparece el pensamiento antiguo
los cuerpos mutantes de almas inestables
adversarios colmillo a colmillo
'
Los. amigos afectuosos, y amigos los amigos de los amigos,
buscando por dentro hasta el fin del día
sutiles e inmutables:
el viento sopla fuerte desde nuestro pasado hacia el futuro
y somos ese viento, salvo que la naturaleza del viento
era no durar
Las ideas
se escapan
lentamente
Es posible morir
Lo que tengo entre mis brazos podría
Irse
Un sueño
El alba recién nacida que se acaba
Un ruido
Los postigos al abrirse 10 eliminan
Si no iba a pasar
nada
Hay un campo donde todavía es posible correr
Las estrellas ya no lo terminan
y tu sombra al final de la avenida
Se borra
No se ha visto nada
Nada se retuvo de lo que pasó
Tantas palabras que suben
Cuentos que nunca se han leído
Nada
Los días que se aprietan a la salida
Al final la cabalgata se desvaneció
20
Abajo
entre
las mesas
donde
se jugaba
barajas.
21
tarde en la noche
bestias
El
Observas
Color que descompone la noche
La mesa donde están sentados
El vaso en la chimenea
La lámpara es un corazón que se agota
Un año más
Una nueva arruga
Ya habías pensado en eso
La ventana vierte un cuadrado azul
La puerta es más íntima
Una separación
El remordimiento
y el crimen
Adiós, caigo
En el dulce ángulo de brazos que me reciben
Observo de reojo a los que beben
No me atrevo a moverme
Están sentados
al pasar al animal encadenado
Emana de su aliento
El exilio entre hileras
Su ojo sondea el cielo con una mirada
La cabeza contra la barrera
Hacia este reflejo del infinito
La inmensidad
Tan prisionero como tú
Ya no te abandanaré el hastío
Pero recordaré siempre
tu mirada
y tu voz
terriblemente humana
sorprendida
La mesa es redonda
Al igual que mi memoria
Los recuerdo a todos
Incluso a los que han partido.
22
23
El
reciente estudio de Clarence Brown,
Mandelstam
University
Press,
1973), sitúa a Ossip
(Cambridge
Mandelstam
(1891-1938),
ante
el lector
occidental,
como uno de los más grandes poetas de nuestro siglo.
Esta vez, el tardío reconocimiento
encuentra justificación
en la circunstancia de que su obra, hasta hace poco años,
estuvo proscripta por las autoridades literarias soviéticas.
Como otras de singular calidad, pensamos en Anna
Ajmatova y Marina Svetaieva, la poesía de Mandelstam se
mantuvo al margen de las exigencias de un oficialismo nefasto, conservando el espíritu de la gran tradición lírica rusa que hoy, poetas como Iosif Brodsky y Bella Ajmadulina,
se empeñan penosamente en conservar.
~,* *
El relato de Nadejda Mandelstam, viuda del poeta, es
de los capítulos finales de su impresionante
libro
Contra toda Esperanza (Ver Poesía 1O~11), dolorosa relación de los últimos cuatro años de la vida de Mandelstam.
La versión francesa de este volumen recibió el año pasado
el Premio Europeo de la Prensa. Una edición castellana,
creemos; no debería hacerse esperar.
uno
25
la muerte de mandelstarn
(fragmentos)
nadejda
mandelstarn
A
fines de! 1938, o principios de 1939, los periodistas de Pravda
le comunicaron a Chklovsky que habían oído decir al Comité Central
que no había existido nunca un "asunto Mande!stam".
Por esto llegué a la conclusión de que Mande!stam había muerto.
Poco tiempo después, recibí una comunicación de la oficina de
correos de Nikita. Allí me devolvieron e! paquete enviado por mí
a la dirección de! campo: "e! destinatario ha muerto", me dijo e! empleado de la oficina. No sería difícil hallar la fecha de la devolución:
e! mismo día los diarios publicaron la primera gran lista de escritores condecorados por e! gobierno.
En junio de 1940, Alexandre Mande!stam fue convocado a la
prefectura de! distrito de Bauman, en e! centro de Moscú, donde se
le entregó, para que me lo hiciera llegar, e! certificado de defunción
de su hermano. Se indicaba que Mande!stam había fallecido e! 27 de
diciembre de 1938, a la edad de cuarenta y siete años. La muerte
era atribuida a un paro cardíaco. Es como decir que había muerto
porque había muerto ya que, ¿qué es la muerte sino un paro de! corazón? Se hablaba también de arterioesclerosis yeso me hizo recordar
lo que Kliouiev decía a propósito de sus cabellos prematuramente
blancos.
La entrega de un certificado de defunción era más la excepción
que la regla. La deportación de un ciudadano o simplemente su detención, puesto que el hecho de ser arrestado implicaba la condena y
deportación, era siempre asimilado a su muerte física y significaba su
desaparición total. El deceso de un prisionero nunca era comunicado a su familia: desde e! momento en que era arrestado, su mujer
se convertía en viuda y sus hijos en huérfanos. Cuando las autorida26
des anunciaban a una mujer que su marido había sido condenado
a diez años 'de trabajos forzados, en ocasiones se agregaba: "Puede
casarse de nuevo". Y nadie se preguntaba cómo esta amable autorización se correspondía con e! veredicto oficial de que no se trataba de
una condena a muerte. Como he dicho, no sé por qué me fue concedida la gracia de un "certificado de defunción". Me pregunto si no
existía algo más en e! fondo.
Kazarnovski fue el primer mensajero de! "otro mundo" más o
menos digno de fe. Mucho antes de su llegada a Tachkent, había oído decir que efectivamente se encontraba en e! mismo convoy de Mande!stam. Vivieron juntos en e! campo de tránsito y parece ser que lo
ayudó de alguna manera. Ocuparon literas vecinas en la misma barraca; por esto durante tres meses escondí a Kazarnovski, tratando de
sacarle progresivamente
todos los recuerdos que trajo consigo a Tachkent. Su memoria era un inmenso caos donde las realidades y los hechos de la vida de destierro se confundían con leyendas y elucubraciones fantásticas, desprovistas de fundamento.
En e! campo de tránsito no se distribuían ropas (¿existen, por
lo demás, campos en donde se distribuyan?)
y Mandelstarn se congelaba en su abrigo de cuero que no era más que un andrajo, bien que,
si hemos de creerle; a Kazarnovski, los fríos más rigurosos llegaron
después de su muerte y, en consecuencia, no los conoció. Este detalle
es igualmente importante para establecer la fecha de su muerte.
Mandelstam no comía casi nada y le tenía miedo a los alimentos,
como fue más tarde e! caso de Zochtchenko. Perdía su ración, se equivocaba de escudilla...
Según Kazarnovski, existía en e! campo una
tienda donde vendían azúcar y tabaco. Pero, ¿cómo conseguir el dinero? Además, los temores de Mande!stam se extendían a los productos de la tienda y no aceptaba azúcar sino de la mano de Kazarnovski.
Podemos imaginar la escena: un trozo de azúcar ofrecido en la palma
sucia de un prisionero y Mandelstam vacilando en aceptar este último don. Más, ¿decía Kazarnovski la verdad? ¿No había inventado este detalle?
Además de la fobia por los alimentos y de su incesante agitación
motriz, Kazarnovski notó una idea fija característica de Mande!stam:
tenía la ilusión de que su suerte iba a mejorar porque Romain Ro27
lland le escribiría a Stalin respecto a su situación. Este pequeño
lle no pudo ser inventado y prueba que Kazarnovski realmente
vo en contacto con Mandelstam.
detaestu-
Cuando estuvimos en Voronej nos enteramos por la prensa de la
llegada de Romain Rolland a Moscú y de su entrevista con Stalin.
Mandelstam conocía a Maia Koudacheva, la mujer de Rolland y, suspirando, decía: "Maia no debe estar con gente mala en Moscú; sin
duda se le ha hablado de mí. ¿Qué le cuesta decide una palabra a
Stalin para que me suelte?". Mandelstam no podía admitir la idea de
que los humanistas profesionales
no se interesaran
en los destinos
individuales sino únicamente en la humanidad en general. Todas sus
esperanzas estaban puestas en el nombre de Romain Rolland. Para mí
este nombre. prueba que Kazarnovski no perdió por completo la memoria. En cuanto a Romain Rolland, y para ser justos, debo agregar
que, cuando llegó a Moscú, parece ser que intervino en favor de los
"lingüístas".
Al menos es lo que se decía. Pero esto no cambia mi
opinión sobre los "humanistas"
profesionales. El verdadero humanismo no tiene límites, y se siente comprometido por el destino de cada
individuo.
Algunas veces en sus momentos de lucidez, Mandelstam recitaba
poemas a sus compañeros, y varios de ellos deben haber sido anotados.
He tenido la ocasión de ver "albumes"
con poemas de Mandelstam
que habían circulado en los campos. Un día, alguien le contó que en
una de las celdas para condenados a muerte de la prisión de Lefertova, unos versos de un poema suyo habían sido garabateados
en la
pared:
¿Realmente existo?
Y, en verdad, ¿llegará la muerte?
Al saber esto, Mandelstam
más calmado.
estuvo
durante
algunos
días alegre y
No se le enviaba a trabajar e incluso no se le obligaba a hacer
labores de limpieza en el interior del campo. En esta muchedumbre
agotada hasta el extremo, se distinguía por su mal estado de salud'
Erra?a ocioso días enteros, ganándose las amenazas, las maldiciones ;
los Jur~mentos. de todos los guardias. Estaba decepcionado por no
haber sido enviado a un campo de trabajo regular. Pensaba que allí
28
la vida era más fácil, si bien los que tenían
taban persuadido de lo contrario.
esa experiencia
inten-
Pero volvamos al relato de Kazarnovsky. Un día, a pesar de los
gritos y amenazas, Mandelstam no bajó de su catre de planchas. En
ese momento el frío era el más intenso -Kazarnovski
no me ha podido
s~ministrar indicaciones más precisas sobre la fecha. Todos partieron
a despejar la nieve y Mandelstam se quedó solo. Días más tarde se
le hizo descender y se le condujo al hospital. Poco tiempo después,
Kazarnovski oyó decir que Mandelstam había muerto y que se había enterrado, o más exactamente, tirado en una fosa común. Se entiende que los
prisioneros eran enterrados sin urnas, después de despojados de sus vestidos (para que nada se perdiera),
en una misma fosa -los
cadáveres no escaseancon una placa numerada atada al pie.
En más de una ocasión oí hablar de poemas de Mandelstam escritos en el campo, pero siempre se comprobó que era una mistificación, voluntaria o involuntaria .. Para compensar me mostraron recientemente
una curiosa colección de sus poemas, hecha según los
"albumes" del campo. Son versiones medianamente
mutiladas de poemas inéditos, en donde no figura ningún texto de carácter político,
como El Apartamento, por ejemplo. En su mayoría provienen de manuscritos que circulaban en los años treinta, pero fueron anotados de
memoria, lo cual explica los numerosos errores. Algunos poemas figuran en viejas variantes abandonadas (como, A la lengua Alemana);
otros, ciertamente fueron dictados por el mismo Mandelstam, ya que
no figuran en ningún manuscrito. ¿Pero fue él quien se acordó de un poema de juventud sobre la crucifixión? Los albumes contienen asimismo algunos poemas satíricos que no poseo, tal Dante y el cochero de
punto, pero, desgraciadamente,
en una forma poco trabajada. Este
poema sólo pudo ser difundido en el campo por la gente de Leningrado, que allí era muy numerosa.
Pero, ¿qué confirma mi version según la cual Mandelstam
murió en diciembre de 1938? Para mí, el primer anuncio de su
muerte fue la devolución del paquete "por muerte del destinatario".
Sin embargo, esto no es suficiente: sabemos de miles de casos en
los cuales los paquetes fueron devueltos por el mismo motivo y lo
que sucedía era que el destinatario, por haber sido transferido a otro
29
campo, no pudo recibir su paquete. La devolución de un paquete se
asociaba con la idea de la muerte y para la mayoría de nosotros era
la única manera de enterarnos del deceso de un pariente. Pero, en la
confusión de los campos superpoblados,
los funcionarios
de uniforme escribían cualquier cosa. Los que se encontraban
detrás de las
alambradas eran todos muertos en potencia y no valía la pena molestarse por ellos. La misma cosa se produjo en el frente durante la guerra: se anunciaba la muerte de soldados y oficiales que no estaban sino
heridos o prisioneros. Mas, en el frente, eso se debía a un error y
los hombres, rodeados de iguales, tenían derecho a la consideración y
simpatía de todos. Los prisioneros eran tratados como bestias, y los
brutos que disponían de sus vidas habían sido entrenados especialmente para pisotear todos sus derechos humanos. La devolución de un
paquete no puede considerarse como una prueba de muerte.
El certificado menciona que la muerte de Mandelstam fue registrada en mayo de 1940. Este es el único indicio concreto del cual
dispongo y es de esperar que no iban a poner a un vivo en el registro
. de los muertos, aunque de esto no se puede tener la absoluta certeza.
Supongamos que un Romain Rolland, por quien Stalin guardaba consideración, se haya dirigido a él para pedirle la liberación de Mandelstamo En ocasiones se le ocurría a Stalin soltar a las personas cuando
lo pedían personalidades
extranjeras. Es posible que Stalin no haya
querido soltarlo, o que no pudiera hacerla a causa de las torturas que
le infligieron en prisión. En este caso, lo más simple era declararlo
muerto y comunicarme la noticia otorgándome el certificado. ¿Por qué
se me gratificó con este certificado, cuando no se otorgaba a los demás? ¿Con qué fin?
¿Es posible apoyarse en los testimonios de Kazarnovski y Khazine? En la mayoría de los casos los prisioneros perdían la noción del
tiempo. Las fechas se olvidaban en esta vida monótona y de pesadillas. Kazarnovski pudo partir antes de que Mandelstam saliera del hospital, ya que no he podido establecer cuándo y cómo se fue Kazarnovski. Los rumores relativos a la muerte de Mandelstan no prueban
nada: la vida de los campos reposaba enteramente sobre rumores. La
entrevista de Mandelstam con el médico tampoco tiene fecha. Pudo
ocurrir uno o dos años más tarde. Nadie sabe nada y nadie podrá saberlo
nunca, ni dentro de las alambradas ni fuera. Con la horrible prornins30
cuidad de los campos, donde los muertos
vivos, nadie sacará jamás algo en claro.
se hallaban
al lado de los
Nadie lo vio morir. Nadie lo limpió por última vez. Nadie lo metió en una urna. El delirio de los mártires de los campos no conoce
el tiempo y no distingue la leyenda de la realidad. Los relatos de los
sobrevivientes
son menos auténticos que no importa cuál relación de
un calvario similar. Los pocos testigos que subsisten, D. es uno de
ellos, no han tenido la posibilidad de buscar y analizar en el lugar de
los hechos para hablar en favor o en contra de una hipótesis.
Solo sé una cosa: el martirio de Mandelstam finalizó en cierta
medida con su muerte. Así acaba toda vida. Antes de morir, estaba
acostado en su catre de planchas, rodeado de otros condenados a muerte. Tal vez esperaba un paquete, pero este no le fue entregado o,
quizás, llegó demasiado tarde. El paquete me fue devuelto. Para nosotros eso significaba que había muerto. Pero para él, que lo esperaba,
su ausencia significaba nuestra muerte. Y todo se produjo porque un
hombre bien alimentado, uniformado,
un asesino bien entrenado
se
cansó de examinar las listas de prisioneros que cambiaban constante-:
mente y de buscar un nombre impronunciable.
Asimismo, rayó la dirección y anotó en la tarjeta de envío la frase más sencilla que se le
ocurrió "Por muerte del destinatario"
y devolvió el paquete. Y yo,
que rogaba porque el sufrimiento de Mandelstam fuese lo más breve
posible, me tambaleé delante de la ventanilla de la oficina, cuando el
empleado me anunció esta última e inevitable buena noticia.
y después de su muerte (¿o antes?) vivió en las leyendas del
campo bajo el aspecto de un viejo demente de setenta años que otrora
escribió poemas y por ello recibía el sobrenombre de Poeta. Y otro
viejo (pero ¿ tal vez era el mismo?) había pasado un tiempo en el
campo de Utoraia Retehka antes de irse a Kalyma y muchos de sus
compañeros lo tomaron por Ossip Mandelstam. Pero no sé si era él.
He aquí todo lo que sé sobre sus últimos días, la enfermedad y
muerte de Mandel;tam.
Otros saben aún menos que yo sobre el fin
de sus parientes.
31
poemas
de
.
eugeruo montejo
deshora
L os
días se doblan en mi mesa,
pero qué hace mi alma del tiempo?
Iba a amanecer y ya es noche,
iba a la ciudad y está desierta.
Antes poseía las horas
me gustaba flotar en sus nieblas.
Antes poseía las horas,
En casa me decían: -¿dónde has estado?
Yo tenía tiempo, tiempo, tiempo,
Algunos días eran de aire
y de hojas en toda la senda.
Yo vivía en mí o erraba solo,
caminaba a lo lejos.
Hoy no sabría cruzar la calle
sin toparme al volver golfos de nieve.
Me quedo largas horas en vela,
pero qué hace mi alma del tiempo?
Llego tarde a mis noches, a mi vida,
tarde doblo los días en mi mesa.
En casa ya no preguntan nada.
No tengo tiempo, tiempo, tiempo.
12
algunas palabras
Algunas de nuestras palabras
son fuertes, francas, amarillas,
otras redondas, lisas, de madera ...
Detrás de todas queda el Atlántico.
Algunas de nuestras palabras
son barcos cargados de especias,
vienen o van según el viento
y el eco de las paredes.
Otras tienen sombras de plátanos,
vuelos de raudos azulejos.
El año madura en los campos
sus resinas espesas.
Palmeras de lentos jadeos
giran al fondo de lo que hablamos,
sollozos en casas de barro
de nuestras pobres conversas.
Algunas de nuestras palabras
las inventan, los ríos, las nubes.
De su tedi~ se sirve la lluvia
al caer en las tejas.
Así pasa la vida y conversamos
dejando que la lengua vaya y vuelva.
Unas son fuertes, francas; amarillas,
otras redondas, lisas, de madera ...
Detrás de todas queda el Atlántico.
33
poemas de giovanni quessep
cercanía de la muerte
tu reino de alas blancas
El hombre
Tu
solo habita
Una orilla lejana
Mientras
Mira la tarde gris cayendo
Si fuí acaso leyenda
Mira las hojas blancas
Me salvas de la muerte
Rostro
perdido
Por
Apenas
canta y mueve
del amor
Que
tu camino
Dónde
10 acerca a la muerte
Extranjero
los años caen la nieve
y una canción
La rueda del azar
olvidarme
voy
más honda
Si ya nada es ausencia
Tu reino de alas blancas
La dicha lo maldice
Que pasa por mi sueño
hombre
solo
a
solas
De un reino que no existe
me desvela
dónde
de todo
El
34
cuerpo de alas blancas
habla
Me salvas de morir
Extranjero
en un cuento
35
notas y comentarios
POESIA INGLESA DEL SIGLO XX
ralae] ángel insausti
Siempre resultará extraño, a los ojos de un lector advertido, la exigua atención que entre nosotros se ha prestado a los importantes movimientos poéticos cumplidos en lengua inglesa durante el presente siglo. Puede decirse que la influencia francesa, en especial a través de
sus líneas neorrománticas del parasurrealismo y similares, ha ejercido
hasta nuestros días un dominio casi pleno -y no sabríamos hasta qué
punto benéfico-- en las opciones creadoras latinoamericanas. A quienes se apresuren a explicarnos el fenómeno por vía de la mayor proximidad lingüistica, cabe objetarles que la poesía de lengua portuguesa,
y en especial la renovadora experiencia brasileña, no ha encontrado
aún en nuestros medios una audiencia a la altura de su interés.
herencia
Homenaje
Me
a. GEORG
TRAKL
quedarán de tí:
las voces del idiota y los leprosos,
un canto milenario de grillo,
un racimo de luceros
bajitos,
el azul que inventaron tus flautas,
un crepúsculo eterno
yesos pasos tuyos,
esos pasos tuyos en pos de la hermana.
Dentro de lo .que apuntamos, constituyó sin duda una excepción
la memorable revista SUR, una de cuyas entregas, que compilaba cuatro números, estuvo especialmente consagrada a las letras inglesas. Más
en nuestros días, las traducciones que Alberto Girri ha hecho de los
poetas norteamericanos, así como ciertas ediciones españolas entre las
cuales se cuenta la Antología de W. B. Yeats, editada por Plaza & Janes hace poco, nos llevan a creer que vuelve a avivarse el fervor por
estas literaturas. Dentro del cuadro que esbozamos se halla La Poesía
Inglesa del Siglo XX, de Esteban Pujals, aparecido este mismo añot).
De Pujals, que ha sido becario de Oxford y posee la credencial
de especialista en el tema (es autor de varios otros libros sobre Dylan
Thomas, Roy Campbell, Lord Byron, etc.) era dable esperar un compendio más preciso, mejor estructurado y más objetivo que el que nos
ocupa. Algo que diese con el tono estimulante y nítido de la Lecture
de la Poésie Americaine, de Serge Fauchereau.
Dos preferencias ocupan la predilección de Pujals: el tema de España en la poesía inglesa, que lo distrae de la personalidad poética que
analiza y lo lleva a resaltar casi siempre aspectos menores dentro de
cada obra, y la insinuante verificación religiosa, no incorporada al libro como una honda inquietud espiritual, sino como un añadido externo, recurrente. Esta última actitud le hace ver en el franquismo "una
forma de vida cristiana, católica" (p. 87) y 10 aleja por entero de la
objetividad indispensable para trazar un balance como el que se propone.
1)
Esteban Pujals / La Poesía Inglesa del Siglo XX.
lona, 1973.
Editorial
Planeta. Barce-
37
36
De W. B. Yeats se nos da una mención escueta, que no destaca la
influencia e importancia del autor de Responsabilieies. El interminable
capítulo final sobre el movimiento underground censa un tedioso repertorio. de nadería s, aunque ,en él Pujals nos manifieste su simpatía
por la Juventud de nuestra epoca. La escogencia de los fragmentos,
así com~ la poca mención de documentos requeridos por una empresa
de esta In~ole, .abulta el monto de sus fallas. En fin, el capítulo dedicado a Edith Sitwell y el cuadro que Pujals nos traza de la poesía inglesa durante la guerra, nos dejan entrever los aciertos del volumen
cuando el autor alcanza un nivel de objetividad y acuciosidad crítica.
"Si haf realmente y en forma implícita, --escribía
hace poco
Donald Davle2)-,
una contradicción entre ser al mismo tiempo inglés
y poeta, es raro que todavía ningún poeta tenga conciencia del conflicto en que está envuelto". La acusación es cáustica y transparenta la exasperación de los jóvenes creadores ingleses ante la evidencia de 10 que
Pujals llama "zonas pálidas", épocas de decaimiento poético. Y acaso
sea aquí donde el autor queda en mayor deuda con sus lectores. Las
líneas de su panorama no alcanzan a ilustrarnos sobre la génesis del actual período de adormecimiento
y su contraposición
natural con la
poesía americana.
EDUARDO BaSCa
WILLIAM
CARLOS
WILLIAMS
Ed. por Charles Tomlinson
Penguin Books, 1972 418 pp.
El proceso
de reconocimiento y valoración de la obra de William. Carlos Williams, ha sido un proceso largo y no exento de contradicciones. Por mucho tiempo reducida a la admiración de pequeños círculos
intelectuales, su poesía, a pes.ar del entusiasmo de Ezra Pound que publica y prologa su segundo libro, T he T em per s (Londres, 1913), sólo
l~egará a ser influyente en la lírica de su país a partir de 1950. Antes
SIn embargo, un grupo de poetas encabezados por Louis Zukofsky y
entre los cuales destacaban George Oppen, Charles Reznikoff y Carl
Rakossi, animan un movimiento,
el objetivismo, cuyas proposiciones
2)
38
Véase Plural, de México. No. 23.
esenciales se fundamentan
en las investigaciones formales que desde
hacía por lo menos quince años adelantaban Williams, Pound y los
poetas del imaginismo. Esta poesía, distante de toda preocupación social o academicista, pretendía la aprehención de la realidad objetiva en
el poema mediante el uso de un lenguaje despojado y preciso. Textos
como "Carretilla Roja" y "La Gran Cifra", de Williams, así como determinadas formas del lirismo japonés, les servían de modelos. No obstante, esta tendencia "marginal"
(todavía se le excluye de algunas antologías) dentro de la ortodoxia promovida por Eliot y, más tarde,
por Auden, pasó por completo desapercibida. Veinte años después, su
importancia será reconocida por los mismos jóvenes que eligen a Williams como maestro.
A comienzos de la década del 50, la ya considerable obrá de Williams es objeto de la atención de los poetas más recientes. Charles 01·
son, quizás el teórico más importante
de su generación, publica en
1950 su célebre ensayo-manifiesto,
Projective Verse, en donde se reconoce continuador de las ideas sostenidas pon Williams. A través de
Olson, la obra de Williams va a gravitar notablemente
sobre los poetas reunidos alrededor de la Black Mountain Réview: Duncan, Creeley,
Blackburn, Levertov, Dorn. La influencia de Williams, empero, no va
a limitarse a este selecto grupo de escritores. Poetas tan apartados en
sus búsquedas como Allen Ginsberg y john Asberry, aprovechan las
enseñanzas del médico de Rutherford.
El primero, con el grupo de
poetas beatnicks, animando un innegable retroceso formal; Ashberry,
conjugando sabiamente las lecciones de líricos franceses como Reverdy
con las de Williams para imponer, con Franck O'Hara y Kenneth
Koch, la llamada "Escuela de Nueva York". Por su parte, Robert Lowell, "the major poet" de la poesía norteamericana,
después de dos
libros . fieles en la expresión a las preocupaciones
de Eliot, introduce
en su decisivo Life Studies (1959), un tono coloquial más próximo
a los discursos de Paterson que a las especulaciones metafísicas de
los Cuatro Cuartetos: "Whem he wrote Life Studies Robert Lowell
sent his muse to the atelier of William Carlos Williams", apunta Donald Hallt l. Es evidente, pues, la ascendencia de Williams en el desarrollo de la lírica estadounidense en los últimos veinte años.
En Inglaterra, la acogida reservada a la obra de Williams ha estado lejos de ser tan entusiasta. Hasta 1962 no existía una edición inglesa de sus libros más importante:
"There being no inmediate/Iikelihood/of
reading your poems/under
the impress/Faber
and Faber,/
maya poet/and
(at that ) an English/poet,
salute them?, escribe Tomlinson en su hermosa "Carta al Dr. Williams". Incluso hoy no puede
decirse que la crítica le sea del todo favorable. Tal sentimiento de
1)
Contemporary
American
Poetry,
Penguin Books, 1972. p. 30.
39
rechazo en no poca medida se origina en la indiferencia, por decir lo
menos, que sintió Eliot por la obra del autor de Paterson. El primer
reconocimiento público de Eliot es de 1959, tras largos años de cerrado silencio. En esa oportunidad, al lado de Pound, Stevens y Marianne
Moore, se refiere a Williams como uno de los fundadores de la moderna poesía de los Estados Unidosz). Antes, en 1954, había incluido
"La posición del Dr. Williams", en su edición de los Ensayos Críticos,
de Ezra Pound.
La actitud de Eliot, consciente o no, ha debido ser en él la más
auténtica, la más acorde con sus concepciones. Pocos poetas de una
misma lengua en nuestro siglo, han estado tan opuesto como Eliot y
Williams en sus maneras de entender la vida y la poesía. Eliot es el
erudito brillante, cosmopolita, decadente y reaccionario; Williams el
liberal, anclado toda su vida en un pueblo en las afueras de Nueva
York, más preocupado por las inflexiones del habla popular que por
los hallazgos de Guinicelli o Dante: "Opuestos temperamentalmente,
la concepción de Williams está hecha en términos de comienzos; la de
Eliot en términos de finales", señala Tomlinson. Si menos influyente,
ni Eliot ni sus seguidores parecen haberle concedido importacia, la
oposición de Williams fue, por lo menos, más clara y definida. En
1918, refiriéndose a Eliot -y a Pound- expresa: "Son hombres que
se contentan con las connotaciones de sus maestros"J) Y en su Autobiografía, publicada en 1948, describe su reacción ante la publicación,
en 1922, de The Waste Land: Me sentí transportado veinte años hacia atras. " En materia de crítica Eliot nos devolvía a la escuela en
el momento en que estábamos a punto de alcanzar una nueva forma de
arte ... Teníamos necesidad de él para la empresa que organizabamos.
Personalmente lo necesitaba: hubiera podido convertirse en nuestro'
guía, en nuestro héroe". Esta mezcla de repudio y frustración habitó
en Williams largo tiempo. Al parecer, sólo a instancias de Lowell consiguió abandonada, al menos parcialmente.
El criterio de Eliot, "y es el criterio de una época", modela la
opinión de los críticos ingleses. Sistemáticamente es relegado, cuando
no excluido de las antologías: The Penguin Book of English Verse,
p.e., dedica diez páginas a la poesía de Eliot y sólo la mitad de una
a la de Williams. Autores más recientes como Donald Davie, eran solidarios de la opinión general: "Los ritmos de Williams no pueden
ser escuchados por el público británico". No se le permitía el acceso
a las principales revistas y cuando, "per accident", se le publicaba, no
dejaba de advertírsele al público.
2)
J)
40
Cf. "La literatura norteamericana Y el idioma", en Criticar al Crítico. Alianza
Editorial, 1967. p. 76.
Imaginations. New Directions, 1971. p. 29.
El presente volumen, editado por el notable poeta inglés Charles
Tomlinson (autor, con Paz, Sanguinetti y Roubaud, de Renga), constituye un verdadero desagravio a la figura de William Carlos Williams.
Posee el doble mérito de ser el primer libro de este tipo que se le
dedica a Williams en Inglaterra, al tiempo de ser un modelo en su
género. En más de 400 páginas, Tomlinson reúne las observaciones y
estudios más relevantes que se han escrito sobre el poeta norteamericano, desde el prólogo de Pound a The Tempers (1913), hasta las
más recientes opiniones de Donoghue (1968) y Grogan (1970), pasando por las de Marianne Moore, Wallace Stevens, Zukofsky, Lowell,
Jarrell, etc. Dividido en dos partes, "The Beginnings to the 1940s" y
"The 1950s adn 1960s", cuenta cada una de ellas con acertadísimas
introducciones del editor. Además de una exhaustiva Bibliografía, se
ofrece al final un detallado Indice alfabético. En suma, una obra ejemplar sobre un gran poeta cuya influencia no se limita a su propio ámbito lingüístico, sino que alcanza. a escritores más cercanos a nosotros
como E. Cardenal y Octavio Paz.
A. O.
A PROPOSITO
DE ERNESTO CARDENAL
El hecho de que
Ernesto Cardenal encuentre audiencias de alguna consideración, dispuestas a recibir su mensaje poético-político (que es,
además, ético, religioso, etc.) prueba, a nuestro juicio, que el "descender al ágora" -en especial si ello ocurre en momentos de gran
confusión ideológica, de incesante cuestionamiento de los universos
ortodoxos- 'no siempre atrae los prontos silbidos, como creyera Montales.
De una entrevista imaginaria que Montale se hiciera en 1946, vertiendo juicios sobre la poesía en general, incluída especialmente la suya transcribimos: "A menudo se la solicita (a la poesía) para- un destino diferente y se quisiera volverla a ver en la plazá pública, pero
aquellos que muerden el anzuelo y bajan al ágora pronto son silbados".
Pero la reflexión del poeta italiano no parece corresponder a Cardenal,
quien lejos de sufrir silbido alguno obtiene vítores y, 10 más serio,
adhesiones cada vez más fervorosas, atrayendo a públicos convencidos de haber hecho contacto, gracias a su textualidad acusadora y panfletaría, con la verdadera y trascendente poesía. Y es que en opinión
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de quienes integran tan ávidas audiencias, sólo este estilo "comprometido", requisitorio e irritante al poder establecido, tiene validez y guarda significado para los seres.
VIRGINIA
Mucho se ha escrito acerca de la escritura "comprometida", de la
necesidad, como expresan algunos, de una "definición", queriendo significar la conveniencia de adherir a una ideología política determinada
y, desde luego, crear de acuerdo a los propósitos y urgencias de la doctrina o partido que se abraza. Pero estas razones son, en última instancia, extrapoéticas, pues si alguien debe ceñirse a su voz interior y
efectuar un lento pero sostenido trabajo de purificación es el poeta,
personaje cuya vida, por tan innumerables como secretas razones, se
emparenta tanto con las demás existencias y tiene tanto que ver con
los acontecimientos de su tiempo.
Después de la aparición del estudio biográfico de Quentin Be1l1) sobre la autora de Orlando, no es nada fácil, por ahora, intentar con
fortuna un nuevo ensayo sobre la vida de la gran novelista inglesa.
Bell, sobrino de Virginia Woolf, contó para la realización de su trabajo con la colaboración del esposo de Virginia, el escritor y político
Leonard Woolf. Este le facilitó el acceso al abundante material inédito que se conserva de la escritora. Por primera vez, Diarios, cartas
y fragmentos, fueron consultados por un estudioso. A esta especial circunstancia se agrega la aguda penetración psicológica y el claro dominio estilística de Bell, para lograr así una de las biografías más memorables
de los últimos años. La publicación de la edición francesa de este ensayo .ejernplar se anuncia para los próximos meses. Una versión castellana, con toda seguridad, constituiría para su editor un éxito a todos
los niveles.
Es imposible, pues, que un poeta se sustraiga del escenario político, ya que su sensibilidad le demanda alguna forma de participación;
no obstante, preciso es guardar fidelidad a cada atmósfera, pues debe entenderse que toda mixtura, confusión de términos, etc. conduce
al empobrecimiento de la imaginación y a la pérdida de la autoexigencia.
Citar párrafos ajenos en ocasiones resulta una vía censurable, sobre todo si se hace costumbre: pero a propósito de Ernesto Cardenal,
de su carga política tan acusada, es lícito reproducir un fragmento de
la nota escrita por Alaíde Foppa para la edición castellana de "El Ave
Fénix", de Paul Eluard: " ... ¿Pueden existir en la misma persona,
"un poeta para minorías" y "un poeta de masas" ... ? ¿O es que la poesía de Paul Eluard está divorciada de lo que fue su vida? La figura
del poeta sugiere estas preguntas; pero el hecho es que él no se dividió
nunca en dos, y si una parte de su personalidad encontró expresión
en 11}poesía y otra en la lucha política, el impulso interior que animaba sus dos maneras de ser era el mismo, o, dicho de otra manera, la
inspiración de su poesía y la razón de su militancia, las encontraba en
un solo lugar, tenían para él la misma raíz, porque ambas nacían del
más hondo impulso que mueve a los hombres: el amor. Hay que señalar también que esta identidad de origen entre la actividad política
y la poesía nunca llegó a contaminar la integridad de ésta. La poesía
de Paul Eluard, sin contradecir en nada su actitud ante la vida, jamás
se volvió panfleto".
Creemos que, a fin de cuentas, Cardenal llama más la atención
por su vida y aspecto romático, que por haber forjado un memorable
territorio poético
TEOFILO
42
TORTOLERO
WOOLF
por Viviane Forrester
Ed. de "La Quinzaine Littéraire",
1973. pp. 150
El pequeño volumen de Viviane Forrester, limpiamente presentado y de agradable lectura, es otro síntoma del renovado interés que
existe en los momentos por una de las obras más lúcidas y raras de la
novelística de nuestro tiempo En este libro, la Sra. Forrester ha recogido el texto de siete emisiones radiofónicas sobre Virginia W oolf
en las cuales, además de Leonard Woolf, participaron personas q~e la
conocieron y admiraron: Stephen Spender, John Lehman, el mismo
Bell, los Strachey y Victoria Ocampo, autora de Virginia Woolf el! su
Diario. Variados aspectos de la compleja personalidad de la escritora
son tratados de una manera franca y espontánea .por los autores citados; testimonios como el de Quentin Bell quien, de niño gozara del
afecto y simpatía de Virginia Woolf, se alternan con los más conmovedores de Leonard Woolf: su lucha por alejar el fantasma
de la locura que con insistencia amenazaba el equilibrio psicológico de
su esposa, combate desigual al que consagró lo mejor de su vida y que
acabaría con la derrota final: el suicidio de Virginia en marzo de 1941.
Además de estas páginas en donde se trata de reconstruir el doloroso itinerario de los últimos años de la novelista, se destacan aquellas dedicadas al análisis de ciertos elementos que, de manera casi obsesiva, se repiten en sus novelas. El agua en especial, se asocia con
las ideas de muerte y locura en sus ficciones. La asociación, según
Foucault no sería novedosa: "Por lo menos una cosa es cierta: el
agua y l~ locura han estado u,nidas durante mucho tiempo en el sueño
del hombre europeo" (Historia de la locura en la época clásica).
1)
Quentin Bell: Virginia Woolj:
a Biograjhy. Hogarth Press, 1972.
43
Menos revelador, quizás, es el capítulo dedicado al examen de
Virginia Woolf como "precursora
del Movimiento de Liberación Femenina". Compuesto en base a las declaraciones de Ann Tomas y Monique Wittig, aparecen sus conclusiones un tanto forzadas y teóricas
en el contexto de un volumen donde el dato inmediato, vital, de sus
contemporáneos,
constituye el logro más permanente. No obstante, el
libro de la Sra. Forrester, con la biografía de Bell, es el aporte más
reciente y valioso que se ha hecho para penetrar la difícil existencia de
Virginia Woolf, "una poetisa que pasó toda su vida tratando de escribir una novela", como sentenciara su amigo E. M. Forster.
OCT AVIO
LANCE
Alicia Dujovne viene a conmovemos a partir de un frenesí que
se apoya en ciertos choques verbales, provocando estas fricciones un
efecto semejante al que ofrecen las superficies multiplicativas
de un
caleidoscopio. Enrique Molina en la nota de la contraportada
de Recetas) florecillas y otros contentos) advierte la seducción que extraña
"transformar
lo que vulgarmente se considera "prosaico" y doméstico
en una revelación del esplendor sobrenatupral
de estar vivo".
Ciertamente,
hay sustancia poética
ciente paraíso de Alicia Dujovne:
en el breve
pero
resplande-
Un eucaliptus
vacío
crecido
tanto
como encima
de un
techo
de columna
RECETAS,
FLORECILLAS
Y OTROS
CONTENTOS.
Alicia Dujovne Ortiz. Ediciones de Editorial 'RayueIa"; Buenos Aires, mayo de 1973.
amo
tu flor canosa
alborotado
Hay
razones para sentir desconfianza
hacia cierta poesía que,
empleando giros arbitrarios, valiéndose de expresiones calculadamente
desordenadas y de tono caótico, pretende, por el mero hecho de haber
sido así concebida, sin otra virtud que la validez, convencer a un lector cuya ingenuidad se supone de antemano.
de humo
rayo de polvo en una pieza oscura ...
(La flor del eucaliptus )
TEOFILO TORTOLERO
Por ello, al hojear distraídamente
el volumen "Recetas, florecillas y otros contentos",
de Alicia Dujovne Ortiz, llegamos a pensar
que se trataba de un acto de reincidencia en la extravagania, de un
ejemplo más de gratuita anarquía; mas su posterior y detenida lectura logró desvanecer la aprensión del primer momento, pues se trata
de un libro que descubre, tras su aparente irreverencia o delirio, el
dulce y cotidiano placer dejado por los seres y cosas familiares --o
elementales-,
deviniendo canción panteísta cuyas estrofas son una
acción de gracias por la magia perdurable que vive en las cosas.
La autora,
simples, atiende
de pronto haber
lo dado difiere
elementales" se
titud más bien
en las cosas, en
cemos partícipes
tica, en la cual
como Neruda o Ponge, se acerca a las cosas más
a los actos que, por repetirse habitualmente,
parecen
perdido toda trascendencia; pero su manera de tratar
de aquellos autores, ya que el Neruda de las "Odas
enfrenta a sus criaturas directa o linealmente, en acdemostrativa
de los contrastes y sorpresas entrañadas
tanto que el Ponge de "De parte de las cosas", al hade sus elementos, nos conduce 'a una atmósfera ascélos objetos parecen reposar mientras son observados.
44
45
textos
y autores
El fascímil del
texto de Ungaretti, "Finale", y la correspondiente versión de Rafael Alberti, aparecieron en el homenaje que la revista inglesa AGENDA, dedicara al poeta italiano. (Primavera, 1971).
Marisa Vannini de Gerulewicz ha traducido para este pequeño
homenaje a Ungaretti, el texto "Testamento Lírico".
El texto de Nadejda Mandelstam fue traducido por Octavio 'Lange
de la versión francesa de Contre tout Espoir (Gallimard, 1972).
En T he Dream Songs (Farrar, Strauss & Giroux), John Berryman (191~-1972) recogió los poemas publicados con anterioridad en
77 Dream Songs y His Toy, His Dream and His Rest. Los cuatro textos
que reproducimos fueron traducidos especialmente para POESIA por
nuestra habitual colaboradora Magdalena Coelho.
(1918) es uno de los libros fundamentales de
la primera época de Pierre Reverdy. Los textos que aparecen en este
número fueron traducidos por Alejandro Oliveros.
Ardoises
du toit
Eugenio Montejo (V. POESIA 3-10 y 12) es uno de los redactores de POESIA.
Los textos de Giovanni Quessep fueron cedidos gentilmente por
el autor para su publicación en nuestra revista.
Estar Vivo es la más reciente publicación del poeta Rafael Angel Insausti. Herencia fue enviado especialmente para su inclusión
CREACION & CRITICA
Director: Javier Sologuren
Alfonso Ugarte 248
Lima 32, PERU
PLURAL
Director: Octavio Paz
Reforma 12-505
México 1, D.F.
MEXICO
ECO
Redacción: J. G. Cobo Borda
Av. Jiménez de Quesada 8-40
Bogotá, COLOMBIA
EXTRAMURO
Redacción: Gabriel Rodríguez
Apdo. 68458, Caracas 106
DIALOGO S
Director: Ramón Xirau
El Colegio de México
en POESIA.
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\
I
I
~
UNIVERSIDAD
~
DIRECCION
DE CARABOBO
DE CULTURA
ANIBAL JOSE RUEDA
Rector
Vice·Rector
Académico
Vice-Rector
Administrativo
LUIS CARRILLO
LUIS DELGADO FILARDO
EZEQUIEL VIVAS TERAN
Secretario
Director
~J-~
tf/.~a/". ~
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GABRIEL DE SANTIS
de Cultura
Departamento
de Literatura
Canje:
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Poesía
Los Sauces
Valencia
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TEOFILO TORTOLERO
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Venezuela
132 A No.
98-3
EN lOS
PRdXIMOS
NUMEROS
TEXTOS DE
DRUMMOND
JOSE
DE ANDRADE
BARROET A
MAU RICE BLANCHOT
JUAN
W.
L1SCANO
B. YEATS
GEORGE
JUAN
STEINER
ANTONIO
ROBERT DESNOS
IOSIF
BRODSKY
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