VNCiARETTI final - testamento lírico ... ~* * DOCUMENTOS N. Mandelstam La muerte de Ossip Mandelstam POEMAS John Berryman Eugenio Montejo, Giovanni Quessep, Pierre Reverdy Rafael A. Insausti NOTAS - COMENTARIOS Poesía Inglesa William del siglo XX Carlos Ernesto Williams Cardenal Virginia Woolf A. Dujovne JULIO -oc TUBRE • 4 POESIA julio-octubre 1973 Vol. 111Nos. 1-2 5 7 17 21 26 32 34 36 Ungaretti Final Ungaretti Testamento lírico John Berryman Canciones de sueño Pierre Reverdy Pizarras del techo Nadejda Mandelstam La muerte de Ossip Mandelstam Eugenio Montejo Deshora / Algunas palabras Giovanni Quessep Poemas Rafael Angel Insausti Herencia 37 NOTAS - COMENTARIOS Mis 37 38 41 43 44 Poesía Inglesa del siglo XX Eduardo Bosco William Carlos Williams A. Oliveros Ernesto Cardenal T eófilo Tortolero Virginia Woolf Octavio Lange Alicia Dujovne T eófilo T ortolero tulaciones, por haber sobrevivido a las viscisitudes a ungaretti 48 (1915), por P. Miturich La madre del artista (1957), por Alberto Giacometti REDACCION: Alejandro "k * Oliveros / Eugenio Montejo POESIA, revista bimestral de poesía y teoría poética editada Departamento de Literatura de la U.C. Valencia / Venezuela. congra- EZRA POUND Ossip Mandelstam * y de una época difícil. ILUSTRACIONES: 24 mejores votos para Ungaretti, por el finale Piu non muggisce . mareo ' non sussurr a il mare, 11 Senza i sogni . Il mare . ' incolore campo e il mare, Fa pieta . anche il , Il mareo mare, Muovono .nuvole Il mareo Afumit" 11 mare. irriflese '1 mare 1 nsn cedé il 1etto il. mare , Morto e anch e lui Ul mareo ' ve di1, il mare 11 2 , , ¡.,I.~~,,' !ft.-'Jf;" rté .i« C<-'(,.. ¿,Ck I .¿ final No muge, no susurra más el mar, El mar. Sin los sueños, un campo incoloro es el mar, El mar. Piedad también da el mar, El mar. Nubes que no reflejan mueven el mar, El mar. A humos tristes su lecho cede el mar, El mar. Está muerto también, miradlo, el mar, El mar. Homenaje al queridísimo y admirado maestro G. Ungaretti. Roma, nov. 1969 Rafael A1berti 5 testamento Hace tres años, en junio de 1970, moría Giuseppe Ungaretti. Además de su magna obra poética, de sus escritos críticos y polémicos, dispersos en periódicos y revistas, teorizó también como lo han hecho otros poetas (Shelley, Po e, T. S. Eliot Y su contemporáneo Quasimodo, en el "Discurso sobre la poesía") acerca de lo que es para el escritor su instrumento de trabajo, la palabra, y consignó sus ideas sobre la libertad expresiva que ha de ser propia del creador, del artista. No sé si se puede definible definir y se manifiesta la poesía. Traducimos aquí unas páginas de su "Declaración de Principio "(1), nacidas durante un encuentro literario, que luego desarrolló hasta llevarlas a constituir una suerte de testamento moral. nuestro Creo en aquel momento el cual las cosas que más queremos, mentan lírico pensamiento, que profeso y de nuestra más estrechamente vida, se nos presentan na verdad, vibración pero con una del hombre, nes ni de estudio, y no puede aun cuando tal que se alimente o, mejor dicho, es fruto de un momento extraña, especialmente te, desesperada en las lenguas de la poesía tiempos son numerosos, conquista dría decirse sobrepasar detradicio- sustancialmente de am- normalmente, de gracia al cual no ha sido de la vieja cultura, también al igual tanto como los venideros. do el discurso transmitida, a una pacien- solicitud . Esto me lleva a considerar M. V. de G. y ator- en su más huma- baso La poesía es por tanto un don, como se considera En esta celosa defensa del poeta y de su función expresiva en el mundo, como mensajero ético y estético, Ungaretti ha confiado su más entrañable meditación sobre la . Poesía. en pertenecen casi' parece ser nunca es in- expresión que más nos inquietan la razón misma de nuestra la fuerza que se limite cada que los poetas de todos Son modos innumerables a considerar la poesía de la cual venga a quedar que el hecho de que los modos ser humano huella; tiene los aun cuan- oral o verbalmente de otra forma no po- sus momentos de efusión poética. He fijado (1) 6 Extraídas de Poesía Italiana Guanda, 1961. Contemporánea, a cargo de G. Spanoletti, Ed. brota así ya tres puntos: de una experiencia debe llevar que la poesía estrictamente en su expresión el rasgo personal, es de todos, y que por inconfundible tanto que ella de la individua7 lidad de quien la expresa. Y debe tener al mismo tiempo esos carac- o Vcclaniü), entre los cuales dí mis primeros pasos, no creo pueda teres de anonimato por los cuales es poesía, y por los cuales no es extraña a ningún ser humano. contradecirse lo que la crítica ha reconocido: comprendí claramente que la palabra estaba llamada a nacer por una tensión expresiva que la colmara de la plenitud de su significado. La palabra atropellada Eran todos los puntos que llegaron a constituir para mí un pro- por las ostentosas vacuidades de una oratoria, detenida en caprichos pósito claro desde los inicios de mi trabajo. En esos años se desarro- decorativos y estéticos, aprisionada entre bosquejos pintorescos, o sen- llaba históricamente un período de incertidumbre y confusión, y con suales melancolías, tras fines no puramente subjetivos y universales, esto no quiero decir que el actual sea más ordenado y estable; pero me parecía fallar ~n su objetivo poético. Pero fue durante la guerra, hoy quizás en Europa se sepa mejor dónde se encuentra la poesía y fue la vida mezclada al gran sufrimiento de. la guerra, fue aquel pri- cuáles son sus metas. Se tenía en aquel entonces la impresión, entre los jóvenes, de que después de Fóscolo, Leopardi y Manzoni no mitivisrno, sentimiento inmediato y sin velos, horror de la naturaleza y generosidad otra vez hecha instintivamente por la naturaleza, espon- habían existido poetas entre nosotros, de que se había roto una tra- tánea e inquieta identificación con la esencia cósmica de las cosas; fue dición, de que los poetas que siguieron no tenían nada en común lo que de cada soldado en lucha contra la ceguera de las cosas, el aparte de las palabras, con nuestra civilización. Eramos injustos, exa- caos y la muerte, hacía un ser que en un instante se remontaba a gerábamos; sin embargo, forma parte del orden de la naturaleza el los orígenes, obligado a erguirse en medio de la soledad y de la fra- hecho de que los hijos se afirmen rebelándose contra los padres. De gilidad del destino humano; fue lo que perturbaba a aquellos seres, todas formas, nos repugnaba hasta las raíces mismas de nuestras al- lo que les hacía sentir hacia sus semejantes a la vez miedo, angustia mas el decadentismo, esa escuela cuyos maestros y ridículos epígonos y una solidaridad paterna; fue ese estado de extrema lucidez y de ex- se consideraban los últimos sobrevivientes de una sociedad que era trema pasión, lo que arraigó en mi alma la necesidad de la misión ya preciso exaltar, como la vida misma, con poses neronianas. Hay que presentida, si es que debía atribuirme alguna misión, si una misión tomar muy en cuenta este hecho: era justo que los jóvenes de en- debía yo atribuirrne, y siempre y cuando fuese capaz de cumplirIa en tonces sintiesen que había que reanudar el discurso desde el princi- nuestras letras. pio, y que todo estaba por rehacer. Los futuristas en cierta forma habrían podido lograrlo, si no hubiesen prestado tanta atención a los medios que los adelantos científicos dieron al hombre cuando por el contrario la conciencia del hombre debía dominar moralmente esos medios. Se engañaron sobre todo porque habían tomado como propias las más absurdas ilusiones del Decadentismo, y creyeron que de la guerra y la destrucción podrían brotar una nueva fuerza y una nue- Si la palabra fue desnuda, si se detuvo en cada cadencia del ritmo, en cada latido del corazón, si se aisló momento por momento en su verdad, fue porque antes que nada el hombre se sintió hombre, religiosamente hombre, y le pareció ser aquélla la revolución que necesariamente, en esas circunstancias históricas, debía brotar de las palabras. Las condiciones de nuestra poesía y de la poesía de otros va dignidad. Hasta pensaron en destruir la lengua, para devolverle eficacia y gloria. Sin presumir sobre la importancia de mis primeros esfuerzos, ni subestimar 8 a mis coetáneos Futuristas, Crepusculares (1) Grupo literario formado alrededor de la revista "La Voce". N. d. T. 9 países, en aquel momento, no exigían otras reformas, sino ésta fun- damental. una los años siguientes extraña escritores, teoría mis colegas a la primera que tuvo . na no podía encontrar - dé solo, durante camente, de aquel momento da de una perfecta de Alegría, devuelto quienes expresiva, al ritmo entre que el canto más complejas po1émi- tenía aún y Fueron las preo- desde la búsque- rítmica durante de unidad del vocablo la composicion verbal. Habiéndo1e creí que también el verso podría recon- quistar la suya, tal como le había sido indicada al oído italiano por la naturaleza su función, la tensión anhelo Me que- de demostrar más rigurosas. mi principal a búsquedas la poesía moder- • las que me llevaron, coincidencia algunos la sostuvie- sino en una prosa copiosa. mucho se ori- Fueron y enterrado, de mi trabajo, métricas mundial acogida. casi dos 1ustros, en el intento exigencias y su calidad guerra La Ronda, muerto su forma y con las pruebas cupaciones amplia de la revista ron: para ellos el verso estaba siempre en La Retama), fónica de nuestras armónica transmitida palabras a las formas par. Fue tarea dificilísima y por la tradición sin táctica y por siglos de una experiencia y obstinada, tan corrompido oído. Pero tengo que decir que yo no procedía no bastaba aplicar a las palabras lograr que las palabras ra del movimiento fuerza tomasen rítmico, un esquema sin estaba nuestro desde lo externo, métrico: en forma natural emotiva y el mayor es académica, conocemos la profunda aquella relieve de exactitud está vinculada reforma la Canción de tener que descomponer por completo de desenvoltuen forma ar- expresiva. Tampoco a la vida de las palabras, que se operó desde Dante petrarquista, que alcanzase la mayor es decir, en el lapso de pocos años. Más aún, sabemos di, que utilizaba se trataba que las uniese métricamente es decir, en forma tal que su significado la métrica 10 cabalmente La métrica a Petrarca, que a Leopar- se le presentó tal esquema, y ya la necesidad (y lo logró, por es un hecho de considerable la elocuencia función pero un hecho que, en relación al discurso humano, valor subordinado. El hecho cosas que se deben afirmar, capital InS- para formación fue tanto porque a la palabra, dándole peso, extendiendo Una palabra que posee tona refleja cosas diferentes, con tantas tantas personas voces; una palabra dolor o consuelo tal palabra, Fue en esta poesía tenía que compenetrarse humanidad La misma del hombre, las muertes, presentaba paisajes de nosotros El presentimiento frente historia, sus para pueblo con tanta ver- y enriquecer a sentir frente como tea la socie- a Dios, la misma finalidad en e! odio y en e! amor- vida dentro tan que des- en los nacimientos sobre sus que mi de los siglos unen al hombre veces repetidas de catástrofe todavía y por su voluntad y la misma como algo único en mi meditación cobraban llegué del individuo un ser por naturaleza en la inquietud, mismos obran más de la memoria del hombre hasta la consunción ha desapare- de! dramático moralmente forma como antinomia -infinitas sus perspec- podría aún sugerir a un poeta mo- grande y tan frágil, la misma causalidad de e! comienzo otorgar en comunicación que ya había atraído siempre la misma posición la misma tragedia, nos pone acontecer derno el camino mejor para enriquecerse dad moderna, y profundizando que el milenario dad y belleza de efectos a Leopardi, líricas. no por alcanzar, que ella debía que puede en su vida transmitimos al que pertenecemos; ma sustancial. técnicos física sobre la tierra pues dentro nuestro, para conocer- vida de siglos, que en tan larga his- cuya presencia cido, pero no la espiritual, son las medité sobre la memoria, de significado tivas. siempre un humano de todos, me estimulasen .los progresos sino más bien por la plenitud en la poesía; tendrá en el discurso se a sí mismo. Si yo, en aquel momento, expresiones moniosa, para alcanzar pirada por su singular genio. Durante ginó ejemplo, en y en todo se me la memoria. Los de mí a la luz del recuerdo. que experimentaba reflexionando so11 bre la crisis política ble insensatez bre frente y social de nuestros de los hombres; sobre la irremedia- mi propio batallar a la idea de lo sobrenatural, a una ilusión antes de entrever todo absorvía para mi el ímpetu recordar tiempos, mis mismos pasos de un error la verdad que posee el hombre, contra la incertidum- suprema que todo asevera, y el sufrimiento de la facultad por la cual el hombre de es hombre. moral que las estructuras den a corromper En otros expresarse, términos, si la memoria no encerrase en sí una antítesis la mueve y la hace, a pesar de todo, placentera, sería desesperación llevaría al suicidio, conduce porque lleva al hombre universo no a la poesía. y a la palabra por el cual la humanidad expiación. palabras, Extrema aspiración el milagro y resplandeciente más elevados hace en la tierra de felicidad. Alcanzan amor en el cual fueron en su fuerza de los más elevados poetas, en las originaria a veces las palabras, fecta que fue la idea divina del hombre del su largo viaje de es la de cumplir, resucitado y a la poesía a ese acto de renovación de la poesía de un mundo momentos La memoria que en los señalar y no le pueden límites de la' historia, años, alguien me preguntó natural el hecho de la historia tomará en cuenta. comprometido es un escritor Un escritor, de Leopardi: del Diálogo de Timandro libro moral nos pudiese ayudar, y Leandro, pienso que ayudarían la imaginación, frente entre a amplio, "Si algún mucho los poé- o sea los libros destinados y entiendo tanto los de prosa expre- no deja en el alma del lector un sentimiento bleza tal, que no le impida samiento o cometer ser determinado. el escritor menor aliento a quien al hombre Es verdad está dentro que no logra exy dándole el sello dicha historia no en mi opinión, las fuentes de la vida Otro durante media hora concebir una acción indigna". exactamente punto el poder de liberación de no- un vil pen- En esta reflexión posee la verdadera el siguiente: también es un error de hoy en Occidente. montan a la segunda de dés, de Mallarmé, cuales aparece de Leopar- al cual yo aludía, poesía. vinculado hablar a mis convicciones de decadentismo Las experimentaciones mitad de siglo XVIII y con las últimas el cubismo; se cierran de la decadencia a los sentidos, es un sentimiento a la historia, jeta, a la historia al envejecimiento biológica mente al arte se re- abriendo El sentimiento es al referirse pinturas inquietudes. personales, del decadentismo y se cierran clusivamente minante 12 y determinacio- está en la esencia misma de los que hacen al escritor: un poeta, está siempre, en hacer reencontrar con los hermoso di está definido y también en su obra, infundiéndole existir, que le son mejor en el pasaje más a poner en movimiento un equilibrio y no fuera de ella; pero aquel escritor presar la historia de su propio nunca podrá de cada hombre, quería no sentirse de fractura de las condiciones en sentido quien juzga a través de su obra hechos por los cuales, escritor, un sentido ticos: digo los poéticos cuál era rnr posicion "No son los hechos externos si es un verdadero todo por los caminos El anhelo de libertad y que en mi opinión es el escritor y sobre como los de versos. Pues bien, yo estimo muy poco aquella poesía que aquellos escritores que quieren establecer sión artística y actividad social. Contesté: pero, la poesía, y me apoyaré para ser comprendido leída y meditada Hace ser impuestos, de liberación logra y no puede, si es poeta, igno- a dar a sus palabras en el acto de creados. tien- cuando si logra expresarse, esa belleza per- y del mundo que el poeta, que lo rodea; le es imposible, llevado nes de la historia. sugerir en la historia, humano que al poeta naturalmente propios yo quería está enraizado rar el sufrimiento Sin embargo, sociales, sea cual fuere su constitución, o distanciar". con el de Cézanne, el camino Coup en las a nuestras está vinculado casi ex- que da un peso deter- al cual también ella está su- entendida. 13 En el arte de Occidente, hoy, la percepcion de! poder teria es 10 que constituye e! resorte de la inspiración. materia nos aplasta, dora potencia bién nos que los medios que e! saber humano aplastan, haciéndonos de la siempre de la ma- Sentimos creciente que la y aterra- extrae sin cesar de la materia parecer cada día más tam- aplastante la Pero e! lenguaje poesía, En sus búsquedas carse a encontrar equilibrio de lenguaje, No me adentraré a explicar la poesía y la pintura frente han tratado Además, menor, y podríamos hablar, lenguaje, máticas clásicas por la microfísica, y los desarrollos empezó hace cincuenta hombres ilustres de! debate es continua, llamado y Heisenberg, Einstein sibilidad cuadro admitido por la antigua ños irrealizables. la lógica, honra se han vuelto ¿Se ha' derrumbado de la mente sicas? No, es un instrumento en determinados que expresarse, microfísica. no pueden prescindir lo que sería algo inconcebible; ,podría guaje científico, datos que posee el saber experimental 14 indispensable para instrumentos aquel todavía monumento grandes tiempo montando formación, e incesan- a través de ciertas formas de! arte llega a dominar y las polémicas esencial, moralmente de él los aspectos terribles con un ritmo comparar al ritmo en un grito las eras pasadas, así se supera logra de- secretos de su corazón, individual y acorde con su tradicional. Así se van re- hasta e! más remoto en la luz de un instante en su nacer, su tiempo, y los áridos, que ésta engendra, su canto en los arrebatos que se pueda ser la libe- en sus fines, orígen la historia en su cerco, hasta cumplirse. de! de clá- en mi opinión ni siquiera los cultores al tener de la de una crisis de la ciencia razonar la cultura con un vocabulario puede la crisis servicios, de! cual, quizás está en incesante cuando hombre, satar silenciosamente en la poesía, crisis de de sue- e! lenguaje En todo caso no se trataría cualquier como la actual: se da la poesía. fruto, que se hace presente clásicas, y con física dentro que se ha vuelto, casos como e! hombre, de la voz humana; o participan que eran las matemáticas que prestará y a pesar de todo lo aproximativo quedará entonces humana, da como fruto siempre la física y ligado a la po- de darnos una imagen precisa de la realidad de! espacio y de! tiempo, que y Schoedinger, Louis de Broglie y Max Born, sabe que las matemáticas ellas e! determinismo siguió los de! determinismo, temente hoy. Ha habido continua, En poesía e! lenguaje no es tampoco de la crisis, la liberación, quizás no tan asombrosas pero también aún reflejando con una crisis no a lo cual quien aunque a tal punto que aún reflejando me parece que también años, y en e! cual han participado como Bohn la música, de! golpe dado a las mate- debido cada día, también Hay liberación, en sus experimentacio- se enfrenta por ejemplo, un de la materia. en Occidente de resolver, crisis de lenguaje. de liberación, a la opresión de qué modo en e! campo de la ciencia e! lenguaje momentos ha creído bien dedi- formas en las cuales un equilibrio moral pudiese alcanzarse, nes, tan ordinaria e! poeta y en la poesía la superación continuamente, ración. materia. no es la ciencia, e! lenguaje estar , en crisis e! len- con exactitud sobre los de hoy día 15 john berryman canciones de sueno John Berryman (1914-1972) pertenece a lo que, con las imprecisiones del caso, la crítica conoce como la "segunda generación" de poetas norteamericanos de este siglo. Una generación que ha visto desaparecer a sus mejores hombres, víctimas del suicidio o la enfermedad: Roetbke, Olson, [arrell, Scbuiartz, y los que, como Robert Louiell, han logrado sobrevivir, lo han hecho ante la amenaza permanente de la locura. Berryman mismo, cuya obra es objeto de una creciente valoración, se quitó la vida al lanzarse desde un puente al Missisippi, no sin antes agitar la mano en señal de despedida. Gesto postrero, extravagante, de un gran poeta. A partir de 1964, la poesía de Berryman había adoptado el tono confesional y desgarrador común a ciertos poetas norteamericanos como Louiell, Sylvia Platb y Anne Sextón. Especie de Diario íntimo o de Cuaderno de notas, su obra mayor, The Dream Songs, reune las visiones y reflexiones de Henry, su alter ego, sobre la poesía, el amor y el suicidio. En el memorable prefacio a Recovery, novela póstuma de Berryman, su amigo Saul Bellow acentó: "Lo que necesitó para su arte le había sido provisto por su propia persona, por su espíritu y su ingenio. Lo extrajo de sus órganos vitales, alumbrándolo su' propia piel. Y al final ya no quedó nada. Fallaron los refuerzos. Le faltaron las fuerzas". Estoy furioso con Dios porque ha devastado esta generacion. Primero agarró a Ted, después a Richard, a Randall y ahora a Delmore. Entre uno y otro se tragó a Silvia P1ath. Fue una cacería excepcional. Dejó vivos a muchos tontos que puedo señalar como a un cuchillo de cocina. Pero no tocó a Lowell. En algún lugar la empresa continúa, (un sol amarillo se cobija en la blusa del niño) no en el pensamiento escalonado de Henry. Supongo que la palabra sería, debemos sometemos. Después. Corto, y no tengo más nada que ver con eso. Un amigo de Henry comparó la carrera de Dios con la de Mozart, dejando a Henry sin nada qué decir excepto alabanzas para un juicio tan certero. Sufrimos, un día, un día, otro día. Pero ya no pueden volver como un hombre abofeteado, noticias parecidas. 17 16 john berryman john berryman elegía a w.c.w. un hombre estupendo Suicidio, tu rostro brota de mi mesa. Tu fuerza vino como torrente hacia el final de rabia y agonía. Al principio te bautizaron Silvia Plath pero cambiaste ese nombre por el de Mrs. Hughes, diste a luz y seguiste a 10 largo de la curva hasta que' el horno pareció ser el lugar adecuado para tí. Cavilo sobre tu rostro cubierto, geografía de la pena, hasta que acepto una vez más tu separación de nosotros aunque el clamor de niños huérfanos me afirma de nuevo. Tu tormento aquí fue breve, tu partida me llega de manera persistente, un pobre ejemplo, un suicidio más para colocar sobre tantos otros hasta que el herido Henry, con sus hermanas y hermanos desaparecidos de pronto, aún se detenga a preguntar por qué él solo arremete contra 1-.1 injusta marea. 18 Henry en Irlanda a Bill bajo tierra: Descanza en paz, tú que tanto trabajaste, que lograste bellos sonidos constantemente, durante tantos años: tus juergas deleitaron Los continentes & nuestros oídos: tenías tantas muchachas tu vida fue un triunfo y amabas a tu única esposa. Te levantabas al alba y escribías -los libros fluíanen un gran parto alumbraste infinitos niñosy tu generosidad hacia los jóvenes despertó profundos afectos: si la envida fuese marca registrada por henry, te envidiaría, especialmente por haber realizado. Demasiadas jornadas le esperan, demasiadas galeras y pruebas de página que leer; le gustaría yacer en tu dulce silencio, tú a quien no se le negó la excelencia misteriosa y postrera que es la corona de nuestros esfuerzos & nuestra última novia. 19 john berryman . de plerre reverdy poemas posada Richard & Randall, dos que no volverán & Delmore, Un & uno que nunca lo hizo, a cruzar este mar ' llenaron su mente deshuesada mientras el barco avanzaba Oigo a los tres excéntricos en sus diferentes tonos discutir & discutir ojo se cierra Al fondo pegado contra el muro el pensamiento que no se desprende lento Nuestro significado para el Viejo Mundo, y el de éste para nosotros sobre lo cual cavilamos tanto en nuestros años jóvenes y luego tosíamos & cantábamos las nuevas formas en que aparece el pensamiento antiguo los cuerpos mutantes de almas inestables adversarios colmillo a colmillo ' Los. amigos afectuosos, y amigos los amigos de los amigos, buscando por dentro hasta el fin del día sutiles e inmutables: el viento sopla fuerte desde nuestro pasado hacia el futuro y somos ese viento, salvo que la naturaleza del viento era no durar Las ideas se escapan lentamente Es posible morir Lo que tengo entre mis brazos podría Irse Un sueño El alba recién nacida que se acaba Un ruido Los postigos al abrirse 10 eliminan Si no iba a pasar nada Hay un campo donde todavía es posible correr Las estrellas ya no lo terminan y tu sombra al final de la avenida Se borra No se ha visto nada Nada se retuvo de lo que pasó Tantas palabras que suben Cuentos que nunca se han leído Nada Los días que se aprietan a la salida Al final la cabalgata se desvaneció 20 Abajo entre las mesas donde se jugaba barajas. 21 tarde en la noche bestias El Observas Color que descompone la noche La mesa donde están sentados El vaso en la chimenea La lámpara es un corazón que se agota Un año más Una nueva arruga Ya habías pensado en eso La ventana vierte un cuadrado azul La puerta es más íntima Una separación El remordimiento y el crimen Adiós, caigo En el dulce ángulo de brazos que me reciben Observo de reojo a los que beben No me atrevo a moverme Están sentados al pasar al animal encadenado Emana de su aliento El exilio entre hileras Su ojo sondea el cielo con una mirada La cabeza contra la barrera Hacia este reflejo del infinito La inmensidad Tan prisionero como tú Ya no te abandanaré el hastío Pero recordaré siempre tu mirada y tu voz terriblemente humana sorprendida La mesa es redonda Al igual que mi memoria Los recuerdo a todos Incluso a los que han partido. 22 23 El reciente estudio de Clarence Brown, Mandelstam University Press, 1973), sitúa a Ossip (Cambridge Mandelstam (1891-1938), ante el lector occidental, como uno de los más grandes poetas de nuestro siglo. Esta vez, el tardío reconocimiento encuentra justificación en la circunstancia de que su obra, hasta hace poco años, estuvo proscripta por las autoridades literarias soviéticas. Como otras de singular calidad, pensamos en Anna Ajmatova y Marina Svetaieva, la poesía de Mandelstam se mantuvo al margen de las exigencias de un oficialismo nefasto, conservando el espíritu de la gran tradición lírica rusa que hoy, poetas como Iosif Brodsky y Bella Ajmadulina, se empeñan penosamente en conservar. ~,* * El relato de Nadejda Mandelstam, viuda del poeta, es de los capítulos finales de su impresionante libro Contra toda Esperanza (Ver Poesía 1O~11), dolorosa relación de los últimos cuatro años de la vida de Mandelstam. La versión francesa de este volumen recibió el año pasado el Premio Europeo de la Prensa. Una edición castellana, creemos; no debería hacerse esperar. uno 25 la muerte de mandelstarn (fragmentos) nadejda mandelstarn A fines de! 1938, o principios de 1939, los periodistas de Pravda le comunicaron a Chklovsky que habían oído decir al Comité Central que no había existido nunca un "asunto Mande!stam". Por esto llegué a la conclusión de que Mande!stam había muerto. Poco tiempo después, recibí una comunicación de la oficina de correos de Nikita. Allí me devolvieron e! paquete enviado por mí a la dirección de! campo: "e! destinatario ha muerto", me dijo e! empleado de la oficina. No sería difícil hallar la fecha de la devolución: e! mismo día los diarios publicaron la primera gran lista de escritores condecorados por e! gobierno. En junio de 1940, Alexandre Mande!stam fue convocado a la prefectura de! distrito de Bauman, en e! centro de Moscú, donde se le entregó, para que me lo hiciera llegar, e! certificado de defunción de su hermano. Se indicaba que Mande!stam había fallecido e! 27 de diciembre de 1938, a la edad de cuarenta y siete años. La muerte era atribuida a un paro cardíaco. Es como decir que había muerto porque había muerto ya que, ¿qué es la muerte sino un paro de! corazón? Se hablaba también de arterioesclerosis yeso me hizo recordar lo que Kliouiev decía a propósito de sus cabellos prematuramente blancos. La entrega de un certificado de defunción era más la excepción que la regla. La deportación de un ciudadano o simplemente su detención, puesto que el hecho de ser arrestado implicaba la condena y deportación, era siempre asimilado a su muerte física y significaba su desaparición total. El deceso de un prisionero nunca era comunicado a su familia: desde e! momento en que era arrestado, su mujer se convertía en viuda y sus hijos en huérfanos. Cuando las autorida26 des anunciaban a una mujer que su marido había sido condenado a diez años 'de trabajos forzados, en ocasiones se agregaba: "Puede casarse de nuevo". Y nadie se preguntaba cómo esta amable autorización se correspondía con e! veredicto oficial de que no se trataba de una condena a muerte. Como he dicho, no sé por qué me fue concedida la gracia de un "certificado de defunción". Me pregunto si no existía algo más en e! fondo. Kazarnovski fue el primer mensajero de! "otro mundo" más o menos digno de fe. Mucho antes de su llegada a Tachkent, había oído decir que efectivamente se encontraba en e! mismo convoy de Mande!stam. Vivieron juntos en e! campo de tránsito y parece ser que lo ayudó de alguna manera. Ocuparon literas vecinas en la misma barraca; por esto durante tres meses escondí a Kazarnovski, tratando de sacarle progresivamente todos los recuerdos que trajo consigo a Tachkent. Su memoria era un inmenso caos donde las realidades y los hechos de la vida de destierro se confundían con leyendas y elucubraciones fantásticas, desprovistas de fundamento. En e! campo de tránsito no se distribuían ropas (¿existen, por lo demás, campos en donde se distribuyan?) y Mandelstarn se congelaba en su abrigo de cuero que no era más que un andrajo, bien que, si hemos de creerle; a Kazarnovski, los fríos más rigurosos llegaron después de su muerte y, en consecuencia, no los conoció. Este detalle es igualmente importante para establecer la fecha de su muerte. Mandelstam no comía casi nada y le tenía miedo a los alimentos, como fue más tarde e! caso de Zochtchenko. Perdía su ración, se equivocaba de escudilla... Según Kazarnovski, existía en e! campo una tienda donde vendían azúcar y tabaco. Pero, ¿cómo conseguir el dinero? Además, los temores de Mande!stam se extendían a los productos de la tienda y no aceptaba azúcar sino de la mano de Kazarnovski. Podemos imaginar la escena: un trozo de azúcar ofrecido en la palma sucia de un prisionero y Mandelstam vacilando en aceptar este último don. Más, ¿decía Kazarnovski la verdad? ¿No había inventado este detalle? Además de la fobia por los alimentos y de su incesante agitación motriz, Kazarnovski notó una idea fija característica de Mande!stam: tenía la ilusión de que su suerte iba a mejorar porque Romain Ro27 lland le escribiría a Stalin respecto a su situación. Este pequeño lle no pudo ser inventado y prueba que Kazarnovski realmente vo en contacto con Mandelstam. detaestu- Cuando estuvimos en Voronej nos enteramos por la prensa de la llegada de Romain Rolland a Moscú y de su entrevista con Stalin. Mandelstam conocía a Maia Koudacheva, la mujer de Rolland y, suspirando, decía: "Maia no debe estar con gente mala en Moscú; sin duda se le ha hablado de mí. ¿Qué le cuesta decide una palabra a Stalin para que me suelte?". Mandelstam no podía admitir la idea de que los humanistas profesionales no se interesaran en los destinos individuales sino únicamente en la humanidad en general. Todas sus esperanzas estaban puestas en el nombre de Romain Rolland. Para mí este nombre. prueba que Kazarnovski no perdió por completo la memoria. En cuanto a Romain Rolland, y para ser justos, debo agregar que, cuando llegó a Moscú, parece ser que intervino en favor de los "lingüístas". Al menos es lo que se decía. Pero esto no cambia mi opinión sobre los "humanistas" profesionales. El verdadero humanismo no tiene límites, y se siente comprometido por el destino de cada individuo. Algunas veces en sus momentos de lucidez, Mandelstam recitaba poemas a sus compañeros, y varios de ellos deben haber sido anotados. He tenido la ocasión de ver "albumes" con poemas de Mandelstam que habían circulado en los campos. Un día, alguien le contó que en una de las celdas para condenados a muerte de la prisión de Lefertova, unos versos de un poema suyo habían sido garabateados en la pared: ¿Realmente existo? Y, en verdad, ¿llegará la muerte? Al saber esto, Mandelstam más calmado. estuvo durante algunos días alegre y No se le enviaba a trabajar e incluso no se le obligaba a hacer labores de limpieza en el interior del campo. En esta muchedumbre agotada hasta el extremo, se distinguía por su mal estado de salud' Erra?a ocioso días enteros, ganándose las amenazas, las maldiciones ; los Jur~mentos. de todos los guardias. Estaba decepcionado por no haber sido enviado a un campo de trabajo regular. Pensaba que allí 28 la vida era más fácil, si bien los que tenían taban persuadido de lo contrario. esa experiencia inten- Pero volvamos al relato de Kazarnovsky. Un día, a pesar de los gritos y amenazas, Mandelstam no bajó de su catre de planchas. En ese momento el frío era el más intenso -Kazarnovski no me ha podido s~ministrar indicaciones más precisas sobre la fecha. Todos partieron a despejar la nieve y Mandelstam se quedó solo. Días más tarde se le hizo descender y se le condujo al hospital. Poco tiempo después, Kazarnovski oyó decir que Mandelstam había muerto y que se había enterrado, o más exactamente, tirado en una fosa común. Se entiende que los prisioneros eran enterrados sin urnas, después de despojados de sus vestidos (para que nada se perdiera), en una misma fosa -los cadáveres no escaseancon una placa numerada atada al pie. En más de una ocasión oí hablar de poemas de Mandelstam escritos en el campo, pero siempre se comprobó que era una mistificación, voluntaria o involuntaria .. Para compensar me mostraron recientemente una curiosa colección de sus poemas, hecha según los "albumes" del campo. Son versiones medianamente mutiladas de poemas inéditos, en donde no figura ningún texto de carácter político, como El Apartamento, por ejemplo. En su mayoría provienen de manuscritos que circulaban en los años treinta, pero fueron anotados de memoria, lo cual explica los numerosos errores. Algunos poemas figuran en viejas variantes abandonadas (como, A la lengua Alemana); otros, ciertamente fueron dictados por el mismo Mandelstam, ya que no figuran en ningún manuscrito. ¿Pero fue él quien se acordó de un poema de juventud sobre la crucifixión? Los albumes contienen asimismo algunos poemas satíricos que no poseo, tal Dante y el cochero de punto, pero, desgraciadamente, en una forma poco trabajada. Este poema sólo pudo ser difundido en el campo por la gente de Leningrado, que allí era muy numerosa. Pero, ¿qué confirma mi version según la cual Mandelstam murió en diciembre de 1938? Para mí, el primer anuncio de su muerte fue la devolución del paquete "por muerte del destinatario". Sin embargo, esto no es suficiente: sabemos de miles de casos en los cuales los paquetes fueron devueltos por el mismo motivo y lo que sucedía era que el destinatario, por haber sido transferido a otro 29 campo, no pudo recibir su paquete. La devolución de un paquete se asociaba con la idea de la muerte y para la mayoría de nosotros era la única manera de enterarnos del deceso de un pariente. Pero, en la confusión de los campos superpoblados, los funcionarios de uniforme escribían cualquier cosa. Los que se encontraban detrás de las alambradas eran todos muertos en potencia y no valía la pena molestarse por ellos. La misma cosa se produjo en el frente durante la guerra: se anunciaba la muerte de soldados y oficiales que no estaban sino heridos o prisioneros. Mas, en el frente, eso se debía a un error y los hombres, rodeados de iguales, tenían derecho a la consideración y simpatía de todos. Los prisioneros eran tratados como bestias, y los brutos que disponían de sus vidas habían sido entrenados especialmente para pisotear todos sus derechos humanos. La devolución de un paquete no puede considerarse como una prueba de muerte. El certificado menciona que la muerte de Mandelstam fue registrada en mayo de 1940. Este es el único indicio concreto del cual dispongo y es de esperar que no iban a poner a un vivo en el registro . de los muertos, aunque de esto no se puede tener la absoluta certeza. Supongamos que un Romain Rolland, por quien Stalin guardaba consideración, se haya dirigido a él para pedirle la liberación de Mandelstamo En ocasiones se le ocurría a Stalin soltar a las personas cuando lo pedían personalidades extranjeras. Es posible que Stalin no haya querido soltarlo, o que no pudiera hacerla a causa de las torturas que le infligieron en prisión. En este caso, lo más simple era declararlo muerto y comunicarme la noticia otorgándome el certificado. ¿Por qué se me gratificó con este certificado, cuando no se otorgaba a los demás? ¿Con qué fin? ¿Es posible apoyarse en los testimonios de Kazarnovski y Khazine? En la mayoría de los casos los prisioneros perdían la noción del tiempo. Las fechas se olvidaban en esta vida monótona y de pesadillas. Kazarnovski pudo partir antes de que Mandelstam saliera del hospital, ya que no he podido establecer cuándo y cómo se fue Kazarnovski. Los rumores relativos a la muerte de Mandelstan no prueban nada: la vida de los campos reposaba enteramente sobre rumores. La entrevista de Mandelstam con el médico tampoco tiene fecha. Pudo ocurrir uno o dos años más tarde. Nadie sabe nada y nadie podrá saberlo nunca, ni dentro de las alambradas ni fuera. Con la horrible prornins30 cuidad de los campos, donde los muertos vivos, nadie sacará jamás algo en claro. se hallaban al lado de los Nadie lo vio morir. Nadie lo limpió por última vez. Nadie lo metió en una urna. El delirio de los mártires de los campos no conoce el tiempo y no distingue la leyenda de la realidad. Los relatos de los sobrevivientes son menos auténticos que no importa cuál relación de un calvario similar. Los pocos testigos que subsisten, D. es uno de ellos, no han tenido la posibilidad de buscar y analizar en el lugar de los hechos para hablar en favor o en contra de una hipótesis. Solo sé una cosa: el martirio de Mandelstam finalizó en cierta medida con su muerte. Así acaba toda vida. Antes de morir, estaba acostado en su catre de planchas, rodeado de otros condenados a muerte. Tal vez esperaba un paquete, pero este no le fue entregado o, quizás, llegó demasiado tarde. El paquete me fue devuelto. Para nosotros eso significaba que había muerto. Pero para él, que lo esperaba, su ausencia significaba nuestra muerte. Y todo se produjo porque un hombre bien alimentado, uniformado, un asesino bien entrenado se cansó de examinar las listas de prisioneros que cambiaban constante-: mente y de buscar un nombre impronunciable. Asimismo, rayó la dirección y anotó en la tarjeta de envío la frase más sencilla que se le ocurrió "Por muerte del destinatario" y devolvió el paquete. Y yo, que rogaba porque el sufrimiento de Mandelstam fuese lo más breve posible, me tambaleé delante de la ventanilla de la oficina, cuando el empleado me anunció esta última e inevitable buena noticia. y después de su muerte (¿o antes?) vivió en las leyendas del campo bajo el aspecto de un viejo demente de setenta años que otrora escribió poemas y por ello recibía el sobrenombre de Poeta. Y otro viejo (pero ¿ tal vez era el mismo?) había pasado un tiempo en el campo de Utoraia Retehka antes de irse a Kalyma y muchos de sus compañeros lo tomaron por Ossip Mandelstam. Pero no sé si era él. He aquí todo lo que sé sobre sus últimos días, la enfermedad y muerte de Mandel;tam. Otros saben aún menos que yo sobre el fin de sus parientes. 31 poemas de . eugeruo montejo deshora L os días se doblan en mi mesa, pero qué hace mi alma del tiempo? Iba a amanecer y ya es noche, iba a la ciudad y está desierta. Antes poseía las horas me gustaba flotar en sus nieblas. Antes poseía las horas, En casa me decían: -¿dónde has estado? Yo tenía tiempo, tiempo, tiempo, Algunos días eran de aire y de hojas en toda la senda. Yo vivía en mí o erraba solo, caminaba a lo lejos. Hoy no sabría cruzar la calle sin toparme al volver golfos de nieve. Me quedo largas horas en vela, pero qué hace mi alma del tiempo? Llego tarde a mis noches, a mi vida, tarde doblo los días en mi mesa. En casa ya no preguntan nada. No tengo tiempo, tiempo, tiempo. 12 algunas palabras Algunas de nuestras palabras son fuertes, francas, amarillas, otras redondas, lisas, de madera ... Detrás de todas queda el Atlántico. Algunas de nuestras palabras son barcos cargados de especias, vienen o van según el viento y el eco de las paredes. Otras tienen sombras de plátanos, vuelos de raudos azulejos. El año madura en los campos sus resinas espesas. Palmeras de lentos jadeos giran al fondo de lo que hablamos, sollozos en casas de barro de nuestras pobres conversas. Algunas de nuestras palabras las inventan, los ríos, las nubes. De su tedi~ se sirve la lluvia al caer en las tejas. Así pasa la vida y conversamos dejando que la lengua vaya y vuelva. Unas son fuertes, francas; amarillas, otras redondas, lisas, de madera ... Detrás de todas queda el Atlántico. 33 poemas de giovanni quessep cercanía de la muerte tu reino de alas blancas El hombre Tu solo habita Una orilla lejana Mientras Mira la tarde gris cayendo Si fuí acaso leyenda Mira las hojas blancas Me salvas de la muerte Rostro perdido Por Apenas canta y mueve del amor Que tu camino Dónde 10 acerca a la muerte Extranjero los años caen la nieve y una canción La rueda del azar olvidarme voy más honda Si ya nada es ausencia Tu reino de alas blancas La dicha lo maldice Que pasa por mi sueño hombre solo a solas De un reino que no existe me desvela dónde de todo El 34 cuerpo de alas blancas habla Me salvas de morir Extranjero en un cuento 35 notas y comentarios POESIA INGLESA DEL SIGLO XX ralae] ángel insausti Siempre resultará extraño, a los ojos de un lector advertido, la exigua atención que entre nosotros se ha prestado a los importantes movimientos poéticos cumplidos en lengua inglesa durante el presente siglo. Puede decirse que la influencia francesa, en especial a través de sus líneas neorrománticas del parasurrealismo y similares, ha ejercido hasta nuestros días un dominio casi pleno -y no sabríamos hasta qué punto benéfico-- en las opciones creadoras latinoamericanas. A quienes se apresuren a explicarnos el fenómeno por vía de la mayor proximidad lingüistica, cabe objetarles que la poesía de lengua portuguesa, y en especial la renovadora experiencia brasileña, no ha encontrado aún en nuestros medios una audiencia a la altura de su interés. herencia Homenaje Me a. GEORG TRAKL quedarán de tí: las voces del idiota y los leprosos, un canto milenario de grillo, un racimo de luceros bajitos, el azul que inventaron tus flautas, un crepúsculo eterno yesos pasos tuyos, esos pasos tuyos en pos de la hermana. Dentro de lo .que apuntamos, constituyó sin duda una excepción la memorable revista SUR, una de cuyas entregas, que compilaba cuatro números, estuvo especialmente consagrada a las letras inglesas. Más en nuestros días, las traducciones que Alberto Girri ha hecho de los poetas norteamericanos, así como ciertas ediciones españolas entre las cuales se cuenta la Antología de W. B. Yeats, editada por Plaza & Janes hace poco, nos llevan a creer que vuelve a avivarse el fervor por estas literaturas. Dentro del cuadro que esbozamos se halla La Poesía Inglesa del Siglo XX, de Esteban Pujals, aparecido este mismo añot). De Pujals, que ha sido becario de Oxford y posee la credencial de especialista en el tema (es autor de varios otros libros sobre Dylan Thomas, Roy Campbell, Lord Byron, etc.) era dable esperar un compendio más preciso, mejor estructurado y más objetivo que el que nos ocupa. Algo que diese con el tono estimulante y nítido de la Lecture de la Poésie Americaine, de Serge Fauchereau. Dos preferencias ocupan la predilección de Pujals: el tema de España en la poesía inglesa, que lo distrae de la personalidad poética que analiza y lo lleva a resaltar casi siempre aspectos menores dentro de cada obra, y la insinuante verificación religiosa, no incorporada al libro como una honda inquietud espiritual, sino como un añadido externo, recurrente. Esta última actitud le hace ver en el franquismo "una forma de vida cristiana, católica" (p. 87) y 10 aleja por entero de la objetividad indispensable para trazar un balance como el que se propone. 1) Esteban Pujals / La Poesía Inglesa del Siglo XX. lona, 1973. Editorial Planeta. Barce- 37 36 De W. B. Yeats se nos da una mención escueta, que no destaca la influencia e importancia del autor de Responsabilieies. El interminable capítulo final sobre el movimiento underground censa un tedioso repertorio. de nadería s, aunque ,en él Pujals nos manifieste su simpatía por la Juventud de nuestra epoca. La escogencia de los fragmentos, así com~ la poca mención de documentos requeridos por una empresa de esta In~ole, .abulta el monto de sus fallas. En fin, el capítulo dedicado a Edith Sitwell y el cuadro que Pujals nos traza de la poesía inglesa durante la guerra, nos dejan entrever los aciertos del volumen cuando el autor alcanza un nivel de objetividad y acuciosidad crítica. "Si haf realmente y en forma implícita, --escribía hace poco Donald Davle2)-, una contradicción entre ser al mismo tiempo inglés y poeta, es raro que todavía ningún poeta tenga conciencia del conflicto en que está envuelto". La acusación es cáustica y transparenta la exasperación de los jóvenes creadores ingleses ante la evidencia de 10 que Pujals llama "zonas pálidas", épocas de decaimiento poético. Y acaso sea aquí donde el autor queda en mayor deuda con sus lectores. Las líneas de su panorama no alcanzan a ilustrarnos sobre la génesis del actual período de adormecimiento y su contraposición natural con la poesía americana. EDUARDO BaSCa WILLIAM CARLOS WILLIAMS Ed. por Charles Tomlinson Penguin Books, 1972 418 pp. El proceso de reconocimiento y valoración de la obra de William. Carlos Williams, ha sido un proceso largo y no exento de contradicciones. Por mucho tiempo reducida a la admiración de pequeños círculos intelectuales, su poesía, a pes.ar del entusiasmo de Ezra Pound que publica y prologa su segundo libro, T he T em per s (Londres, 1913), sólo l~egará a ser influyente en la lírica de su país a partir de 1950. Antes SIn embargo, un grupo de poetas encabezados por Louis Zukofsky y entre los cuales destacaban George Oppen, Charles Reznikoff y Carl Rakossi, animan un movimiento, el objetivismo, cuyas proposiciones 2) 38 Véase Plural, de México. No. 23. esenciales se fundamentan en las investigaciones formales que desde hacía por lo menos quince años adelantaban Williams, Pound y los poetas del imaginismo. Esta poesía, distante de toda preocupación social o academicista, pretendía la aprehención de la realidad objetiva en el poema mediante el uso de un lenguaje despojado y preciso. Textos como "Carretilla Roja" y "La Gran Cifra", de Williams, así como determinadas formas del lirismo japonés, les servían de modelos. No obstante, esta tendencia "marginal" (todavía se le excluye de algunas antologías) dentro de la ortodoxia promovida por Eliot y, más tarde, por Auden, pasó por completo desapercibida. Veinte años después, su importancia será reconocida por los mismos jóvenes que eligen a Williams como maestro. A comienzos de la década del 50, la ya considerable obrá de Williams es objeto de la atención de los poetas más recientes. Charles 01· son, quizás el teórico más importante de su generación, publica en 1950 su célebre ensayo-manifiesto, Projective Verse, en donde se reconoce continuador de las ideas sostenidas pon Williams. A través de Olson, la obra de Williams va a gravitar notablemente sobre los poetas reunidos alrededor de la Black Mountain Réview: Duncan, Creeley, Blackburn, Levertov, Dorn. La influencia de Williams, empero, no va a limitarse a este selecto grupo de escritores. Poetas tan apartados en sus búsquedas como Allen Ginsberg y john Asberry, aprovechan las enseñanzas del médico de Rutherford. El primero, con el grupo de poetas beatnicks, animando un innegable retroceso formal; Ashberry, conjugando sabiamente las lecciones de líricos franceses como Reverdy con las de Williams para imponer, con Franck O'Hara y Kenneth Koch, la llamada "Escuela de Nueva York". Por su parte, Robert Lowell, "the major poet" de la poesía norteamericana, después de dos libros . fieles en la expresión a las preocupaciones de Eliot, introduce en su decisivo Life Studies (1959), un tono coloquial más próximo a los discursos de Paterson que a las especulaciones metafísicas de los Cuatro Cuartetos: "Whem he wrote Life Studies Robert Lowell sent his muse to the atelier of William Carlos Williams", apunta Donald Hallt l. Es evidente, pues, la ascendencia de Williams en el desarrollo de la lírica estadounidense en los últimos veinte años. En Inglaterra, la acogida reservada a la obra de Williams ha estado lejos de ser tan entusiasta. Hasta 1962 no existía una edición inglesa de sus libros más importante: "There being no inmediate/Iikelihood/of reading your poems/under the impress/Faber and Faber,/ maya poet/and (at that ) an English/poet, salute them?, escribe Tomlinson en su hermosa "Carta al Dr. Williams". Incluso hoy no puede decirse que la crítica le sea del todo favorable. Tal sentimiento de 1) Contemporary American Poetry, Penguin Books, 1972. p. 30. 39 rechazo en no poca medida se origina en la indiferencia, por decir lo menos, que sintió Eliot por la obra del autor de Paterson. El primer reconocimiento público de Eliot es de 1959, tras largos años de cerrado silencio. En esa oportunidad, al lado de Pound, Stevens y Marianne Moore, se refiere a Williams como uno de los fundadores de la moderna poesía de los Estados Unidosz). Antes, en 1954, había incluido "La posición del Dr. Williams", en su edición de los Ensayos Críticos, de Ezra Pound. La actitud de Eliot, consciente o no, ha debido ser en él la más auténtica, la más acorde con sus concepciones. Pocos poetas de una misma lengua en nuestro siglo, han estado tan opuesto como Eliot y Williams en sus maneras de entender la vida y la poesía. Eliot es el erudito brillante, cosmopolita, decadente y reaccionario; Williams el liberal, anclado toda su vida en un pueblo en las afueras de Nueva York, más preocupado por las inflexiones del habla popular que por los hallazgos de Guinicelli o Dante: "Opuestos temperamentalmente, la concepción de Williams está hecha en términos de comienzos; la de Eliot en términos de finales", señala Tomlinson. Si menos influyente, ni Eliot ni sus seguidores parecen haberle concedido importacia, la oposición de Williams fue, por lo menos, más clara y definida. En 1918, refiriéndose a Eliot -y a Pound- expresa: "Son hombres que se contentan con las connotaciones de sus maestros"J) Y en su Autobiografía, publicada en 1948, describe su reacción ante la publicación, en 1922, de The Waste Land: Me sentí transportado veinte años hacia atras. " En materia de crítica Eliot nos devolvía a la escuela en el momento en que estábamos a punto de alcanzar una nueva forma de arte ... Teníamos necesidad de él para la empresa que organizabamos. Personalmente lo necesitaba: hubiera podido convertirse en nuestro' guía, en nuestro héroe". Esta mezcla de repudio y frustración habitó en Williams largo tiempo. Al parecer, sólo a instancias de Lowell consiguió abandonada, al menos parcialmente. El criterio de Eliot, "y es el criterio de una época", modela la opinión de los críticos ingleses. Sistemáticamente es relegado, cuando no excluido de las antologías: The Penguin Book of English Verse, p.e., dedica diez páginas a la poesía de Eliot y sólo la mitad de una a la de Williams. Autores más recientes como Donald Davie, eran solidarios de la opinión general: "Los ritmos de Williams no pueden ser escuchados por el público británico". No se le permitía el acceso a las principales revistas y cuando, "per accident", se le publicaba, no dejaba de advertírsele al público. 2) J) 40 Cf. "La literatura norteamericana Y el idioma", en Criticar al Crítico. Alianza Editorial, 1967. p. 76. Imaginations. New Directions, 1971. p. 29. El presente volumen, editado por el notable poeta inglés Charles Tomlinson (autor, con Paz, Sanguinetti y Roubaud, de Renga), constituye un verdadero desagravio a la figura de William Carlos Williams. Posee el doble mérito de ser el primer libro de este tipo que se le dedica a Williams en Inglaterra, al tiempo de ser un modelo en su género. En más de 400 páginas, Tomlinson reúne las observaciones y estudios más relevantes que se han escrito sobre el poeta norteamericano, desde el prólogo de Pound a The Tempers (1913), hasta las más recientes opiniones de Donoghue (1968) y Grogan (1970), pasando por las de Marianne Moore, Wallace Stevens, Zukofsky, Lowell, Jarrell, etc. Dividido en dos partes, "The Beginnings to the 1940s" y "The 1950s adn 1960s", cuenta cada una de ellas con acertadísimas introducciones del editor. Además de una exhaustiva Bibliografía, se ofrece al final un detallado Indice alfabético. En suma, una obra ejemplar sobre un gran poeta cuya influencia no se limita a su propio ámbito lingüístico, sino que alcanza. a escritores más cercanos a nosotros como E. Cardenal y Octavio Paz. A. O. A PROPOSITO DE ERNESTO CARDENAL El hecho de que Ernesto Cardenal encuentre audiencias de alguna consideración, dispuestas a recibir su mensaje poético-político (que es, además, ético, religioso, etc.) prueba, a nuestro juicio, que el "descender al ágora" -en especial si ello ocurre en momentos de gran confusión ideológica, de incesante cuestionamiento de los universos ortodoxos- 'no siempre atrae los prontos silbidos, como creyera Montales. De una entrevista imaginaria que Montale se hiciera en 1946, vertiendo juicios sobre la poesía en general, incluída especialmente la suya transcribimos: "A menudo se la solicita (a la poesía) para- un destino diferente y se quisiera volverla a ver en la plazá pública, pero aquellos que muerden el anzuelo y bajan al ágora pronto son silbados". Pero la reflexión del poeta italiano no parece corresponder a Cardenal, quien lejos de sufrir silbido alguno obtiene vítores y, 10 más serio, adhesiones cada vez más fervorosas, atrayendo a públicos convencidos de haber hecho contacto, gracias a su textualidad acusadora y panfletaría, con la verdadera y trascendente poesía. Y es que en opinión 41 de quienes integran tan ávidas audiencias, sólo este estilo "comprometido", requisitorio e irritante al poder establecido, tiene validez y guarda significado para los seres. VIRGINIA Mucho se ha escrito acerca de la escritura "comprometida", de la necesidad, como expresan algunos, de una "definición", queriendo significar la conveniencia de adherir a una ideología política determinada y, desde luego, crear de acuerdo a los propósitos y urgencias de la doctrina o partido que se abraza. Pero estas razones son, en última instancia, extrapoéticas, pues si alguien debe ceñirse a su voz interior y efectuar un lento pero sostenido trabajo de purificación es el poeta, personaje cuya vida, por tan innumerables como secretas razones, se emparenta tanto con las demás existencias y tiene tanto que ver con los acontecimientos de su tiempo. Después de la aparición del estudio biográfico de Quentin Be1l1) sobre la autora de Orlando, no es nada fácil, por ahora, intentar con fortuna un nuevo ensayo sobre la vida de la gran novelista inglesa. Bell, sobrino de Virginia Woolf, contó para la realización de su trabajo con la colaboración del esposo de Virginia, el escritor y político Leonard Woolf. Este le facilitó el acceso al abundante material inédito que se conserva de la escritora. Por primera vez, Diarios, cartas y fragmentos, fueron consultados por un estudioso. A esta especial circunstancia se agrega la aguda penetración psicológica y el claro dominio estilística de Bell, para lograr así una de las biografías más memorables de los últimos años. La publicación de la edición francesa de este ensayo .ejernplar se anuncia para los próximos meses. Una versión castellana, con toda seguridad, constituiría para su editor un éxito a todos los niveles. Es imposible, pues, que un poeta se sustraiga del escenario político, ya que su sensibilidad le demanda alguna forma de participación; no obstante, preciso es guardar fidelidad a cada atmósfera, pues debe entenderse que toda mixtura, confusión de términos, etc. conduce al empobrecimiento de la imaginación y a la pérdida de la autoexigencia. Citar párrafos ajenos en ocasiones resulta una vía censurable, sobre todo si se hace costumbre: pero a propósito de Ernesto Cardenal, de su carga política tan acusada, es lícito reproducir un fragmento de la nota escrita por Alaíde Foppa para la edición castellana de "El Ave Fénix", de Paul Eluard: " ... ¿Pueden existir en la misma persona, "un poeta para minorías" y "un poeta de masas" ... ? ¿O es que la poesía de Paul Eluard está divorciada de lo que fue su vida? La figura del poeta sugiere estas preguntas; pero el hecho es que él no se dividió nunca en dos, y si una parte de su personalidad encontró expresión en 11}poesía y otra en la lucha política, el impulso interior que animaba sus dos maneras de ser era el mismo, o, dicho de otra manera, la inspiración de su poesía y la razón de su militancia, las encontraba en un solo lugar, tenían para él la misma raíz, porque ambas nacían del más hondo impulso que mueve a los hombres: el amor. Hay que señalar también que esta identidad de origen entre la actividad política y la poesía nunca llegó a contaminar la integridad de ésta. La poesía de Paul Eluard, sin contradecir en nada su actitud ante la vida, jamás se volvió panfleto". Creemos que, a fin de cuentas, Cardenal llama más la atención por su vida y aspecto romático, que por haber forjado un memorable territorio poético TEOFILO 42 TORTOLERO WOOLF por Viviane Forrester Ed. de "La Quinzaine Littéraire", 1973. pp. 150 El pequeño volumen de Viviane Forrester, limpiamente presentado y de agradable lectura, es otro síntoma del renovado interés que existe en los momentos por una de las obras más lúcidas y raras de la novelística de nuestro tiempo En este libro, la Sra. Forrester ha recogido el texto de siete emisiones radiofónicas sobre Virginia W oolf en las cuales, además de Leonard Woolf, participaron personas q~e la conocieron y admiraron: Stephen Spender, John Lehman, el mismo Bell, los Strachey y Victoria Ocampo, autora de Virginia Woolf el! su Diario. Variados aspectos de la compleja personalidad de la escritora son tratados de una manera franca y espontánea .por los autores citados; testimonios como el de Quentin Bell quien, de niño gozara del afecto y simpatía de Virginia Woolf, se alternan con los más conmovedores de Leonard Woolf: su lucha por alejar el fantasma de la locura que con insistencia amenazaba el equilibrio psicológico de su esposa, combate desigual al que consagró lo mejor de su vida y que acabaría con la derrota final: el suicidio de Virginia en marzo de 1941. Además de estas páginas en donde se trata de reconstruir el doloroso itinerario de los últimos años de la novelista, se destacan aquellas dedicadas al análisis de ciertos elementos que, de manera casi obsesiva, se repiten en sus novelas. El agua en especial, se asocia con las ideas de muerte y locura en sus ficciones. La asociación, según Foucault no sería novedosa: "Por lo menos una cosa es cierta: el agua y l~ locura han estado u,nidas durante mucho tiempo en el sueño del hombre europeo" (Historia de la locura en la época clásica). 1) Quentin Bell: Virginia Woolj: a Biograjhy. Hogarth Press, 1972. 43 Menos revelador, quizás, es el capítulo dedicado al examen de Virginia Woolf como "precursora del Movimiento de Liberación Femenina". Compuesto en base a las declaraciones de Ann Tomas y Monique Wittig, aparecen sus conclusiones un tanto forzadas y teóricas en el contexto de un volumen donde el dato inmediato, vital, de sus contemporáneos, constituye el logro más permanente. No obstante, el libro de la Sra. Forrester, con la biografía de Bell, es el aporte más reciente y valioso que se ha hecho para penetrar la difícil existencia de Virginia Woolf, "una poetisa que pasó toda su vida tratando de escribir una novela", como sentenciara su amigo E. M. Forster. OCT AVIO LANCE Alicia Dujovne viene a conmovemos a partir de un frenesí que se apoya en ciertos choques verbales, provocando estas fricciones un efecto semejante al que ofrecen las superficies multiplicativas de un caleidoscopio. Enrique Molina en la nota de la contraportada de Recetas) florecillas y otros contentos) advierte la seducción que extraña "transformar lo que vulgarmente se considera "prosaico" y doméstico en una revelación del esplendor sobrenatupral de estar vivo". Ciertamente, hay sustancia poética ciente paraíso de Alicia Dujovne: en el breve pero resplande- Un eucaliptus vacío crecido tanto como encima de un techo de columna RECETAS, FLORECILLAS Y OTROS CONTENTOS. Alicia Dujovne Ortiz. Ediciones de Editorial 'RayueIa"; Buenos Aires, mayo de 1973. amo tu flor canosa alborotado Hay razones para sentir desconfianza hacia cierta poesía que, empleando giros arbitrarios, valiéndose de expresiones calculadamente desordenadas y de tono caótico, pretende, por el mero hecho de haber sido así concebida, sin otra virtud que la validez, convencer a un lector cuya ingenuidad se supone de antemano. de humo rayo de polvo en una pieza oscura ... (La flor del eucaliptus ) TEOFILO TORTOLERO Por ello, al hojear distraídamente el volumen "Recetas, florecillas y otros contentos", de Alicia Dujovne Ortiz, llegamos a pensar que se trataba de un acto de reincidencia en la extravagania, de un ejemplo más de gratuita anarquía; mas su posterior y detenida lectura logró desvanecer la aprensión del primer momento, pues se trata de un libro que descubre, tras su aparente irreverencia o delirio, el dulce y cotidiano placer dejado por los seres y cosas familiares --o elementales-, deviniendo canción panteísta cuyas estrofas son una acción de gracias por la magia perdurable que vive en las cosas. La autora, simples, atiende de pronto haber lo dado difiere elementales" se titud más bien en las cosas, en cemos partícipes tica, en la cual como Neruda o Ponge, se acerca a las cosas más a los actos que, por repetirse habitualmente, parecen perdido toda trascendencia; pero su manera de tratar de aquellos autores, ya que el Neruda de las "Odas enfrenta a sus criaturas directa o linealmente, en acdemostrativa de los contrastes y sorpresas entrañadas tanto que el Ponge de "De parte de las cosas", al hade sus elementos, nos conduce 'a una atmósfera ascélos objetos parecen reposar mientras son observados. 44 45 textos y autores El fascímil del texto de Ungaretti, "Finale", y la correspondiente versión de Rafael Alberti, aparecieron en el homenaje que la revista inglesa AGENDA, dedicara al poeta italiano. (Primavera, 1971). Marisa Vannini de Gerulewicz ha traducido para este pequeño homenaje a Ungaretti, el texto "Testamento Lírico". El texto de Nadejda Mandelstam fue traducido por Octavio 'Lange de la versión francesa de Contre tout Espoir (Gallimard, 1972). En T he Dream Songs (Farrar, Strauss & Giroux), John Berryman (191~-1972) recogió los poemas publicados con anterioridad en 77 Dream Songs y His Toy, His Dream and His Rest. Los cuatro textos que reproducimos fueron traducidos especialmente para POESIA por nuestra habitual colaboradora Magdalena Coelho. (1918) es uno de los libros fundamentales de la primera época de Pierre Reverdy. Los textos que aparecen en este número fueron traducidos por Alejandro Oliveros. Ardoises du toit Eugenio Montejo (V. POESIA 3-10 y 12) es uno de los redactores de POESIA. Los textos de Giovanni Quessep fueron cedidos gentilmente por el autor para su publicación en nuestra revista. Estar Vivo es la más reciente publicación del poeta Rafael Angel Insausti. Herencia fue enviado especialmente para su inclusión CREACION & CRITICA Director: Javier Sologuren Alfonso Ugarte 248 Lima 32, PERU PLURAL Director: Octavio Paz Reforma 12-505 México 1, D.F. MEXICO ECO Redacción: J. G. Cobo Borda Av. Jiménez de Quesada 8-40 Bogotá, COLOMBIA EXTRAMURO Redacción: Gabriel Rodríguez Apdo. 68458, Caracas 106 DIALOGO S Director: Ramón Xirau El Colegio de México en POESIA. 46 47 \ I I ~ UNIVERSIDAD ~ DIRECCION DE CARABOBO DE CULTURA ANIBAL JOSE RUEDA Rector Vice·Rector Académico Vice-Rector Administrativo LUIS CARRILLO LUIS DELGADO FILARDO EZEQUIEL VIVAS TERAN Secretario Director ~J-~ tf/.~a/". ~ ,/ /r GABRIEL DE SANTIS de Cultura Departamento de Literatura Canje: - Poesía Los Sauces Valencia - TEOFILO TORTOLERO - Calle Venezuela 132 A No. 98-3 EN lOS PRdXIMOS NUMEROS TEXTOS DE DRUMMOND JOSE DE ANDRADE BARROET A MAU RICE BLANCHOT JUAN W. L1SCANO B. YEATS GEORGE JUAN STEINER ANTONIO ROBERT DESNOS IOSIF BRODSKY VASCO