Esta historia inicia con Juan, ... peli crespo, blanco y muy alegre. Tenía una facilidad para...

Anuncio
Esta historia inicia con Juan, él apenas tenía 10 años de edad. Físicamente era
peli crespo, blanco y muy alegre. Tenía una facilidad para conseguir amigos, pues
era una persona muy buena gente. Él vivía con su madre y sus dos hermanos,
pues su padre nunca lo conoció, a él nunca le importó eso, ni quería saber de
éste porque con el amor de su madre y sus hermanos era suficiente.
Un día su madre le dijo que debía irse para donde su tía que vivía en el pueblo de
Amagá del departamento de Antioquia; debía irse a vivir y a estudiar algunos
años; él se fue alegre. Cuando llegó, su vida había tenido un cambio total, porque
él vivía en Medellín en un ambiente muy distinto, muy contaminado. Pasó a vivir a
un ambiente limpio y agradable que tenía este municipio. En aquel lugar el
esposo de la tía estaba construyendo la casa pues la habían comprado
recientemente; por supuesto que Juan les ayudaba en las cosas de la casa.
Las personas de aquel barrio, llamado: las catas, lo querían mucho y le cogieron
mucho aprecio desde que comenzó a hacerles mandados después de la escuela,
y algo que notó mucho, fue que le agradaba a un vecino que tenía demasiado
tiempo libre y que lo contrataba a él porque era muy honrado. Cuando él se iba a
hacer los mandados lo hacía con gusto, pues se sentía muy bien al hacerlo y por
supuesto le pagaban muy bien.
Juan cuando ya terminaba de hacer todos sus deberes y mandados se iba a jugar
con sus amigos, que eran muchos, jugaba a la canica, balón, todos los tipos de
chucha, etc. También se montaban a los árboles que estaban cerca de la casa a
coger guayabas que florecían en aquel lugar. Él se montaba a todos los árboles,
parecía experto como un mico, menos a los gruesos pues no tenía las manos tan
largas. Cuando se caía; que eran caídas leves, no lloraba, sino que echaba su
carcajada con sus amigos y seguía montándose en los arboles tan grandes como
si no le hubiera pasado nada.
Juan sentía que su vida era una aventura, pues era feliz en aquel lugar, porque
tenía el más preciado recuerdo de su infancia, sentía que aquel lugar era lo
máximo, a pesar que no tenía su familia consigo. Ya pasadas las semanas, los
meses, incluso dos años, Juan se regresó con su familia en Medellín. Este llegó
feliz al principio porque tenía a su familia consigo, pero al pasar el mes se sentía
triste porque su vida tendría otro rumbo, otros cambios. Había dejado una gran
parte de su infancia allá en Amagá, sus amigos que nunca los olvidó y que nunca
lo hará, sus vecinos que sabían lo bueno que era aquel niño, que apenas
empezaba a vivir su vida, momentos felices que lo marcaron por toda la vida.
Juan, casi siempre se quedaba mirando por la ventana que había allí, hacia el
horizonte, hacia aquel pueblo: Amagá, ese paisaje verde que tenía Medellín; con
sus grandes montañas que lo rodeaba, le traía muchos recuerdos, pero él tenía
que aceptar la realidad, ya no estaba en Amagá, sino que estaba allí con su
familia que es el tesoro de cualquier ser humano. Juan tenía que comenzar de
nuevo en algunos aspectos, como: hacer nuevos amigos y supo que los viejos
amigos valen oro y los nuevos plata.
Pasados los años , Juan había construido una nueva vida, ya no pensaba en
aquel pueblo que logró sacárselo de la cabeza, en el estudio era el mejor; los
maestros lo querían mucho, pues tenía algo que ellos
valoraban: La
responsabilidad.
Los años pasaban, éste tenía una pasión: ser futbolista y por esto él estudiaba
para darle una mejor vida a su familia, su vida cambiaba al pasar de los días,
semanas, meses y años, pero él no quería cambiar quería seguir siendo un niño
que estaba dentro de su cuerpo y alma.
Descargar