Trastornos paroxísticos no epilépticos

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Capítulo 587 Trastornos paroxísticos no epilépticos & e587-1
Tabla 587-1 TRASTORNOS PAROXÍSTICOS NO EPILÉPTICOS SEGÚN LA EDAD DE PRESENTACIÓN
EDAD
Neonato
Lactante
Niño y
adolescente
PAROXISMOS GENERALIZADOS
Apnea
Hiperekplexia
Temblor
Paroxismos por dolor intenso
Hiperekplexia
Crisis anóxicas reflejas
Espasmo del sollozo
Vértigo paroxístico benigno
Sobresaltos patológicos
Paroxismos por dolor intenso
Vértigo paroxístico benigno
Sobresalto patológico
Valsalva compulsivo
Hemiplejía alternante de la infancia
Migraña hemipléjica familiar
Síncope (QT largo, vasovagal,
vagovagal, ortostático, inducido
por migraña)
Crisis psicógenas
Cataplejía
Amnesia global transitoria
Crisis de hiperventilación
MOVIMIENTOS Y POSTURAS
ANORMALES
ANOMALÍAS OCULOMOTORAS
Temblor
Coreoatetosis paroxística distónica
Paroxismo tónico de la mirada
Hemiplejía alternante
de la infancia
Temblor
Sandifer
Coreoatetosis paroxística distónica
Mioclonías del lactante
Crisis de estremecimiento
Tortícolis paroxística benigna
Trastornos psicológicos
Hemiplejía alternante de la infancia
Jactatio capitis o movimientos
estereotipados de la cabeza
Reacciones medicamentosas
Tics
Temblor
Discinesia paroxística
Tortícolis paroxística benigna
Ataxia episódica
Trastornos psicológicos (síndrome de
Munchausen por poderes, simulación)
Masturbación
Jactatio capitis o movimientos
estereotipados de la cabeza
Ataque de ira
Reacciones medicamentosas
Paroxismo tónico de la mirada
Apraxia oculomotora
Spasmus nutans o movimientos
de cabeceo
Síndrome de
opsoclonus-mioclonus
Ensimismamiento (soñar
despierto)
Reacciones medicamentosas
TRASTORNOS DEL SUEÑO
Mioclonías neonatales benignas
durante el sueño
Trastornos de la transición
vigilia-sueño
Trastornos por despertar incompleto
en fase no REM
Trastornos del sueño REM
Narcolepsia
Trastornos de la transición
vigilia-sueño (sonambulismo,
somniloquia)
Trastornos por despertar incompleto
en fase no REM
Trastornos del sueño REM
Narcolepsia
Trastornos de la transición
vigilia-sueño (sonambulismo,
somniloquia)
Mioclonus durante el sueño
Síndrome de piernas inquietas
De Obeid M, Mikati M: Expanding spectrum of paroxysmal events in children: potential mimickers of epilepsy, Pediatr Neurol 37(5):309-316, 2007.
PAROXISMOS GENERALIZADOS
Apnea
Los episodios de apnea en el recién nacido generalmente se acompañan de bradicardia. Sin embargo, la apnea secundaria a una crisis
epiléptica suele acompañarse de taquicardia. Puede haber excepciones, de manera que una apnea grave también puede producirse
después de una crisis anóxica.
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Hiperekplexia y sobresaltos patológicos
La hiperekplexia es un trastorno poco frecuente, esporádico o de herencia dominante, de comienzo neonatal, que se presenta como episodios aparentemente letales con rigidez tónica que precipitan una
apnea y crisis convulsivas hipóxicas. La causa genética consiste en un
defecto en las subunidades alfa o beta de los receptores sensibles a la
estricnina-glicina. Se caracteriza por una tríada consistente en rigidez
generalizada, mioclonías nocturnas y, posteriormente, un reflejo de
sobresalto patológico. Se puede provocar un signo específico de diagnóstico tocando la nariz, lo que produce un reflejo de sobresalto
inagotable con retracción de la cabeza. El baño, un despertar repentino y los estímulos táctiles o auditivos pueden inducir los ataques. El
electroencefalograma (EEG) ictal muestra un artefacto muscular que
puede confundirse con puntas. Este diagnóstico no se debe olvidar, ya
que se puede producir una lesión cerebral hipóxica. La flexión repetida del cuello y de las caderas del niño (maniobra de Vigevano) puede
abortar los episodios. Se puede utilizar clonazepam y, en ocasiones,
otros antiepilépticos.
En otros niños, después de una lesión cerebral, y en muchos
pacientes con parálisis cerebral, puede observarse un reflejo de sobresalto exagerado. Esto es más frecuente que la hiperekplexia. En la
enfermedad de Tay-Sachs y en otras gangliosidosis similares se produce un sobresalto exagerado al sonido, que ha sido interpretado, de
manera inapropiada, como hiperacusia.
continuación. A menudo los espasmos del sollozo pálidos se agravan
por la anemia ferropénica. El segundo es el espasmo del sollozo cianótico. El término «espasmos del sollozo» es, en realidad, un nombre
inapropiado, ya que no está relacionado con alteraciones mediadas
por la voluntad o la conducta. La apnea espiratoria prolongada es la
responsable de los episodios cianóticos, que resultan del cortocircuito
intrapulmonar. Por otro lado, el reflejo cardíaco vagal de bradicardia
es el responsable de los episodios pálidos. Un episodio comienza con
un grito (a menudo un grito «silencioso» y una marcada palidez, en el
caso del tipo pálido) y progresa a apnea y cianosis. Los espasmos del
sollozo comienzan, por lo general, entre los 6 y 18 meses de edad.
Evolutivamente pueden verse síncopes, posturas tónicas y crisis anóxicas reflejas, sobre todo en los espasmos del sollozo de tipo pálido. Los
traumatismos, la ira y la frustración, sobre todo si son por sorpresa,
son los desencadenantes más frecuentes. La educación y la tranquilidad de los padres es todo lo que se necesita, ya que estos episodios son,
por regla general, autolimitados y desaparecen en pocos años. Sin
embargo, es necesario administrar tratamiento si coexiste un déficit
de hierro. Es importante la educación de los padres en primeros
auxilios sobre cómo manejar los espasmos más graves. Los fármacos anticolinérgicos (p. ej., sulfato de atropina 0,01 mg/kg/24 horas en
dosis divididas, con una dosis máxima diaria de 0,4 mg), la instrucción de los padres en maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica, o el tratamiento con fármacos antiepilépticos para
las crisis anóxicas recurrentes y que no responden a otras medidas pueden, en raras ocasiones, ser necesarios. Se debe enseñar a los padres a
que no se obtenga una ganancia secundaria cuando se producen los
episodios, ya que esto puede reforzarlos. Además, se debe preparar al
niño para experiencias desagradables (como la recepción de un susto)
en lugar de sorprenderle con ellas, lo que puede ayudar a limitar el
número de espasmos.
Valsalva compulsivo
Espasmos del sollozo
Este término se ha aplicado a dos tipos de espasmos. El primero es
el espasmo del sollozo pálido, que es el reflejo vasovagal descrito a
En los niños con retraso mental, incluido el síndrome de Rett, las
maniobras de Valsalva pueden inducir convulsiones sincopales. En
este caso, ocurren verdaderos espasmos del sollozo y, por lo general,
e587-2 & Parte XXVII El sistema nervioso
duran unos 10 segundos durante la inspiración. Algunos autores
apoyan la utilización de naloxona en estos casos.
Síncope vagal
El síncope es una crisis anóxica que puede manifestarse como una caída
súbita o como una crisis generalizada. Estas convulsiones, provocadas
por una repentina falta de oxígeno al cerebro, son clínicamente similares y pueden ser erróneamente diagnosticadas como crisis generalizadas primarias. El síncope vasovagal (neurocardiogénico) es una de
las causas que con mayor frecuencia se confunde con una convulsión
tónico-clónica generalizada y habitualmente es provocado por el calor,
la deshidratación, estar de pie durante mucho tiempo sin moverse, una
ducha de agua caliente, la visión de la sangre, el dolor o el estrés
repentino. La historia clínica suele ser la clave para distinguir entre el
síncope y las crisis epilépticas. Inicialmente se produce palidez y
sudoración seguidas de visión borrosa, sensación de mareo, náuseas,
a las que sigue colapso gradual con pérdida de conciencia. Sin
embargo, estos síntomas no siempre están presentes en un síncope.
En el síncope vasovagal se puede observar incontinencia urinaria y
alguna sacudida convulsiva, con una frecuencia del 10% y el 50% de
los casos, respectivamente. También puede apreciarse una confusión
postictal en algún caso. El dolor abdominal, un aura común en la
epilepsia del lóbulo temporal, se produce en el síncope vasovagal, y
puede ser un desencadenante o una consecuencia (crisis vagal intestinal). La mayoría de los niños con síncope vasovagal tiene un familiar de
primer grado afectado. El EEG es normal y la prueba de la mesa basculante se ha utilizado con fines diagnósticos, aunque en la mayoría de
los casos con una historia clínica típica no son necesarios. El vómito
puede provocar un síncope vasovagal y progresar a una crisis convulsiva si la asistolia es lo suficientemente prolongada. La exposición
repentina al frío en la cara o en el cuerpo también puede desencadenar
un síncope vagal. El síncope también puede desencadenarse, aunque de
forma rara, en relación con la tos, el trenzado de un cabello apretado, al
peinarse, con la extensión forzada del cuello debido a la compresión
de las vértebras, y con la flexión del cuello secundaria a un proceso
estilomastoideo muy prolongado que produzca una compresión de la
carótida. Las dos últimas situaciones requieren un estudio de neuroimagen (TC, RM) para un diagnóstico correcto. En la hipotensión
ortostática y la intolerancia ortostática los síntomas se observan
durante la bipedestación y pueden ser aliviados por el decúbito. El
síndrome de taquicardia postural, cuya fisiopatología sigue siendo
difícil de explicar, es una enfermedad de las adolescentes que se caracteriza por taquicardia e hipotensión con la postura de bipedestación.
La insuficiencia autonómica primaria es rara en niños, y la disautonomía familiar es la única forma relativamente frecuente. La disautonomía familiar es una enfermedad común en los judíos Ashkenazi, y
se caracteriza por la ausencia de secreción de lágrimas con las emociones, hiporreflexia rotuliana y ausencia de reacción de exacerbación tras
la administración de histamina intradérmica. El déficit de dopamina
b-hidroxilasa es una causa muy rara de insuficiencia autonómica primaria, y se caracteriza por la alteración de la eyaculación, ptosis,
nicturia, paladar elevado, articulaciones hiperflexibles y unas complicaciones en el período neonatal (hipotensión, hipotonía, hipotermia).
También puede observarse hipotensión en la insuficiencia suprarrenal.
La prueba de la mesa basculante provoca una disminución de la
tensión arterial y de la frecuencia cardíaca en pacientes con síncope
vasovagal clásico. En la insuficiencia autonómica se aprecia una disminución de la tensión arterial con un cambio mínimo de la frecuencia
cardíaca, y en el síndrome de taquicardia postural se observa una disminución de la tensión arterial y un aumento en la frecuencia cardíaca.
El tratamiento del síncope consiste en evitar los factores precipitantes (mantener una hidratación adecuada, evitar permanecer quieto, ponerse de pie lentamente tras estar sentado, medidas de primeros
auxilios, elevación de las piernas, medidas posturales) y el tratamiento
de cualquier trastorno médico concomitante o subyacente que los pueda favorecer (anemia, insuficiencia suprarrenal, cardíaca, etc.). Además, los b-bloqueantes (p. ej., metoprolol a dosis inicial de 1-2 mg/kg
una vez al día hasta un máximo de 6 mg/kg/día), o el tratamiento con
fluorhidrocortisona (0,05-0,1 mg/día), pueden ser necesarios en algún
caso seleccionado.
Síncope cardíaco
Los síndromes de QT largo (LQT) pueden causar síncopes de tipo
«pálido» amenazantes para la vida. Acompañando a éstos pueden
aparecer arritmias ventriculares, por lo general torsades de pointes o
incluso fibrilación ventricular. Hay más de 10 tipos de síndromes de
QT prolongado. Cuando se acompaña de sordera congénita forma
parte del síndrome de Jervell y Lange-Nielson, de herencia autosómica recesiva (tipo 1, LQT 1, asociado con una mutación del canal
del potasio KvLQT1). El síndrome de Romano-Ward es un síndrome
autosómico dominante con penetrancia incompleta que se caracteriza por episodios de permanecer quieto como si el sujeto estuviese
muerto, durante varios segundos, antes de producirse el episodio
anóxico convulsivo (LQT 2 asociado con una mutación en el canal
HERG del potasio). LQT 3 se asocia con una mutación en el canal del
sodio SCN1A, el tipo 4 con una mutación en la proteína ankyrin, el
tipo 5 (forma más leve) con la mutación KCNE1 minK, el tipo 6 con
mutaciones en el gen del potasio KCNE2, el tipo 9 con mutaciones en
la proteína caveolina relacionada con los canales del sodio y el tipo 10
con mutaciones SCN4B de los canales del sodio. Los tipos 7 y 8 son
de especial interés debido a las manifestaciones clínicas y neurológicas asociadas. El tipo 7 (síndrome de Andersen-Tawil) está asociado con parálisis periódica, anomalías en el desarrollo del esqueleto, clinodactilia, orejas de implantación baja y micrognatia (mutaciones en
el gen KCNJ2). El tipo 8 o síndrome de Timothy (con mutaciones en el
gen del canal de calcio CACNA1c) se manifiesta con cardiopatía congénita, autismo, sindactilia e inmunodeficiencia. Se debe estudiar a
todos los miembros de la familia de una persona afectada por un
síndrome de LQT. Las personas afectadas necesitan la implantación
de desfibriladores cardíacos, y a sus familias se les debe enseñar
maniobras de RCP. Como regla general, a todos los niños con crisis
de nueva aparición se les debería realizar un ECG para descartar el
síndrome LQT, ya que puede enmascarar crisis comiciales. El síncope
cardíaco es generalmente súbito, sin aparición gradual y presenta los
síntomas que acompañan al síncope vagal. La estenosis aórtica puede
causar un síncope repentino por ejercicio (por lo general hipertrófica)
o directamente al final (por lo general valvular) y, si se sospecha,
habría que realizar un ecocardiograma.
Migraña hemipléjica familiar
Es un tipo raro de migraña con un aura motora de debilidad. Los ataques comienzan a los 5-7 años de edad. En una persona genéticamente susceptible, los ataques se pueden precipitar por un traumatismo
craneoencefálico, ejercicio físico o estrés emocional. Puede haber un
déficit cerebeloso interictal (p. ej., nistagmus, ataxia). Los casos familiares y esporádicos tienen una prevalencia similar. Los 3 genes implicados en los tipos familiares son SCN1A (subunidad del canal del
sodio neuronal) CACNA1A (subunidad del canal del calcio neuronal)
y ATP1A2 (subunidad ATPasa del sodio y el potasio). Varios tipos de
migraña hemipléjica familiar pueden presentar crisis concomitantes
(p. ej., en asociación con encefalopatía mitocondrial con acidosis
láctica y episodios de ictus [MELAS], epilepsia occipital y con la
ataxia episódica [cap. 586.2]).
Vértigo paroxístico benigno
Se trata de un equivalente migrañoso común, que consiste en episodios de desequilibrio breve durante el cual el niño parece asustado.
Pueden estar presentes nistagmo, sudoración, náuseas y vómitos. Los
episodios remiten a los 5 años de edad. La RM cerebral y los EEG son
normales, pero la prueba calórica, si se hace, puede mostrar una función vestibular anormal. Los pacientes pueden responder a la difenhidramina a la dosis de 5 mg/kg/día (máximo 300 mg/día) por vía
oral, vía intramuscular, intravenosa o rectal.
Síndrome de vómitos cíclicos
Este síndrome es otra variante de migraña periódica que responde a
los fármacos antimigrañosos o antiepilépticos. Éste y otros síndromes
periódicos se han asociado con mutaciones que también pueden causar una migraña hemipléjica.
Capítulo 587 Trastornos paroxísticos no epilépticos & e587-3
Síndrome de Alicia en el país de las maravillas
Consiste en la experiencia episódica de distorsiones transitorias de la
imagen corporal o de las imágenes visuales que, muy a menudo, constituyen un equivalente migrañoso. También puede ser un fenómeno
epiléptico.
Migraña inducida por síncope
La migraña, por lo general la forma basilar, puede desencadenar un
síncope vasovagal y, con menor frecuencia, crisis epilépticas. Una historia clínica cuidadosa del preludio migrañoso del síncope ayuda en
la identificación de este fenómeno.
Trastornos psicológicos
Las crisis psicógenas no epilépticas son reacciones de conversión
cuya sospecha clínica se basa, por lo general, en las características
de los episodios (tabla 587-2). El diagnóstico se puede confirmar
mediante vídeo-EEG con la captación de un episodio que permita
eliminar cualquier duda residual acerca de su naturaleza, ya que
suelen ocurrir en pacientes que también sufren crisis epilépticas.
Las crisis psicógenas se asocian con menor frecuencia a un aumento de los niveles séricos de prolactina, 15-120 minutos después del
evento, que las crisis epilépticas. Se manejan mejor en el momento
agudo tanto por la certeza de su naturaleza relativamente benigna
como por la realización de un tratamiento de soporte. Se necesita
una evaluación psiquiátrica y un seguimiento para no enmascarar
una potencial psicopatología subyacente, sobre todo en adolescentes y adultos, y para establecer un apoyo continuado puesto que las
crisis psicógenas pueden persistir durante largos períodos de tiempo. La simulación y el síndrome de Munchausen por poderes son a
menudo difíciles de diagnosticar, aunque en numerosas ocasiones
puede resultar útil realizar un enfoque similar al de las crisis psicógenas, incluyendo un seguimiento con vídeo-EEG.
MOVIMIENTOS Y POSTURAS ANÓMALOS
Temblor y clonus neonatal
El temblor consiste en movimientos simétricos de las extremidades
hacia delante y hacia atrás, que se produce de forma espontánea o
provocado por el tacto o sonidos fuertes. La supresión del movimiento tras la eliminación del estímulo o mediante la relajación de las extremidades afectadas, la ausencia de síntomas autonómicos y la clara
diferencia de las dos fases (contracción rápida, relajación lenta) de
actividad clónica y sacudidas mioclónicas muy rápidas indican un
evento no epiléptico. Pueden ser posibles causas etiológicas la hipocalcemia, la hipoglucemia, la retirada de un fármaco y la encefalopatía hipóxico-isquémica. El clonus producido por una lesión del tracto
corticoespinal se observa al final de la infancia o en la adolescencia, en
estos casos puede suprimirse con el cambio de posición.
Trastorno por dolor paroxístico intenso (previamente síndrome
del dolor rectal familiar)
Este síndrome (causado por la mutación del gen del canal de sodio
SCN9A) por lo general comienza en el período neonatal o en la
infancia y persiste durante toda la vida. En la mayoría de los pacientes
al inicio predominan las manifestaciones autonómicas, con enrojecimiento de la piel en todos los pacientes y cambio de color arlequín y
ataques tónicos. Es frecuente observar un síncope muy aparatoso con
bradicardia y a veces con asistolia. Más tarde, el trastorno se caracteriza por ataques de dolor profundo insoportable tipo quemazón a
menudo en la región ocular, rectal, o en áreas de la mandíbula, pero
también de forma difusa en algunos casos. Los ataques son provocados por la defecación, el aire frío, el viento, la comida y las emociones. Se puede usar carbamazepina, pero la respuesta es a menudo
incompleta.
Tortícolis paroxística benigna de la infancia
Este trastorno se presenta generalmente como episodios matutinos
sin dolor y más tarde tortícolis, a menudo causada por los cambios de
postura. Los ataques pueden comenzar con movimientos oculares
anormales, para progresar a la permanencia en una postura anormal.
Esto, por lo general, tiene una duración de minutos u horas, y a veces
días. Los exámenes neurológicos, EEG y neuroimagen, entre los ataques, son normales. Afecta más a las niñas que a los niños (3:1), a
menudo comienza antes de los 3 meses de edad, y remite de forma
espontánea antes de cumplir los 5 años. El tratamiento médico no es
Tabla 587-2 COMPARACIÓN ENTRE CRISIS GENERALIZADAS Y ALGUNOS TRASTORNOS QUE PUEDEN SIMULARLAS
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TRASTORNO
PRECIPITANTES (NO APLICABLE
A TODOS LOS PACIENTES)
PRÓDROMOS
Crisis generalizadas
Privación de sueño, televisión,
videojuegos, modelos visuales
y estimulación lumínica
Raramente irritabilidad
o cambios de conducta
inespecíficos
Síncope: vasovagal
Fatiga, estrés emocional,
deshidratación
Pequeños golpes en la cabeza,
sustos
Vómitos, deglución, derramar
agua fría sobre la cara
Visión borrosa, tinnitus,
mareo
Llanto en los espasmos
del sollozo
Síncope con crisis
anóxicas reflejas
Síncope: vagovagal
(también
trigémino-vagal)
Síncope: ortostático
Hiperekplexia
Bipedestación, baño, despertar
Estímulos auditivos y táctiles
Ninguno
Cardíaco
Ejercicio físico
Ninguno
Psicógeno
Sugestión, estrés
Ninguno
SÍNTOMAS ICTALES
SÍNTOMAS POSTICTALES
Habitualmente 2-3 minutos
La conciencia puede estar conservada
si se producen crisis atónicas
o en algunas crisis tónicas
Movimientos bilaterales sincrónicos
Mordedura de lengua
Pérdida de conciencia: segundos
Aspecto pálido en la crisis anóxica
refleja
Retraso en la recuperación
con un período postictal
Rigidez tónica, cianosis si grave,
inducidos por toques en la nariz,
no agotable, sobresaltos
Pérdida de conciencia: a menudo
de sólo pocos segundos
Palidez cutánea
Comienzo gradual
Movimientos asíncronos de agitación
de las extremidades que varían
entre los ataques
No traumatismo, ojos cerrados
Puede responder a la sugestión
durante la «pérdida de conciencia»
Habitualmente >2-3 minutos
Dependiendo de la gravedad puede
haber un período postictal
De Obeid M, Mikati M: Expanding spectrum of paroxysmal events in children: potential mimickers of epilepsy, Pediatr Neurol 37(5):309-316, 2007.
Recuperación rápida con ausencia
de período postictal
Raramente
No período postictal
e587-4 & Parte XXVII El sistema nervioso
necesario. Se considera como un equivalente migrañoso y se puede
observar asociado con migraña en algunas familias.
Síndrome de Sandifer
El reflujo gastroesofágico en los bebés puede causar episodios paroxísticos de rigidez generalizada y postura en opistótonos que puede
acompañarse de apnea, mirada fija y sacudidas mínimas de extremidades. Los episodios suelen ocurrir 30 minutos después de la toma.
Hemiplejía alternante de la infancia
Consiste en ataques de hemiplejía flácida en uno o en ambos lados,
con una duración de minutos a días, a partir de los primeros 18
meses de vida. Las manifestaciones más precoces incluyen nistagmo
paroxístico que a menudo es monocular e ipsilateral a la hemiplejía.
Con frecuencia se producen episodios distónicos y tónicos que pueden ser confundidos con convulsiones y la hemiplejía con la parálisis
de Todd. Por lo general, el sueño anula los ataques y el tratamiento
con flunarizina, 2,5-10 mg/día, los reduce. La mayoría de los niños
en última instancia desarrolla ataxia, retraso del neurodesarrollo y
coreoatetosis persistente.
Discinesias paroxísticas y otros trastornos del movimiento
Estos trastornos se caracterizan por ataques repentinos, que consisten en movimientos coreicos y distónicos, balísticos o mixtos
(tabla 587-3). Una sensación de fatiga o debilidad limitada hacia
un lado puede anunciar un ataque. La conciencia está preservada y
los pacientes pueden realizar una actividad motora, como caminar,
a pesar del ataque. La variabilidad en el patrón de la gravedad y la
localización entre los distintos ataques también pueden ayudar a
diferenciarlas de las convulsiones. La frecuencia de los ataques
aumenta en la adolescencia y disminuye constantemente en la tercera
década de la vida. El examen neurológico, entre los ataques, el EEG,
las pruebas de laboratorio y los estudios de neuroimagen son normales. Estas discinesias a menudo responden a la fenitoína, carbamazepina, clonazepam, o a los antidopaminérgicos como el haloperidol.
Las reacciones medicamentosas pueden dar lugar a movimientos anormales como la crisis oculógira con muchos antieméticos, coreoatetosis con la fenitoína, distonía y discinesias faciales con los fármacos
antidopaminérgicos y los tics con la carbamazepina. Los accidentes
cerebrovasculares, las lesiones focales cerebrales, los trastornos del
tejido conjuntivo (p. ej., el lupus eritematoso sistémico), la vasculitis,
o los trastornos metabólicos y genéticos también pueden causar trastornos del movimiento. Se han descrito mutaciones en los genes del
transportador de glucosa 1 (GLUT1/SLC2AI) en pacientes con discinesia inducida por el ejercicio.
Tics motores
Los tics pueden ser voluntariamente controlados de forma parcial,
se asocian con un impulso para realizarlos y un alivio posterior,
generalmente se agravan con las emociones, y con frecuencia cambian de características a lo largo del tiempo. En los pacientes con tics
que tienen el síndrome de Tourette, a menudo existe una historia
familiar de tics y/o trastorno obsesivo compulsivo o rasgos de personalidad.
Ataxias episódicas
La ataxia episódica abarca 7 síndromes clínica y genéticamente
heterogéneos, sólo dos de los cuales (los tipos 1 y 2) se han descrito
en un gran número de familias. El tipo 1 está causado por mutaciones
en los canales Kv1.1 de potasio dependientes de voltaje. Se caracteriza
por breves episodios (de segundos a minutos de duración) de ataxia
cerebelosa, y ocasionalmente crisis parciales con mioquimia interictal
clínica o electrofisiológica como principal característica diagnóstica.
El tipo 2 se caracteriza por ataques más largos (de minutos a horas
de duración) y signos cerebelosos interictales. Está causado por
mutaciones en el gen del canal del calcio voltaje-independiente
CACNA1A.
Mioclonías benignas neonatales, ataques de temblor y temblor
mentoniano
El mioclonus benigno consiste en sacudidas mioclónicas de las extremidades en estado de vigilia y, a veces, también durante el sueño. Se
ha sugerido por algunos autores que estos ataques están en el mismo
espectro que los ataques de temblor. Éstos se caracterizan por temblor rápido de la cabeza, los hombros y el tronco, de segundos de
duración, a menudo asociados con la comida, que se repiten varias
veces al día. Otros han considerado a estos ataques como una
manifestación temprana del temblor esencial, puesto que a menudo
presentan antecedentes familiares de temblor esencial. Los eventos
clínicos de cualquiera de ellos pueden ser confundidos con los espasmos infantiles; sin embargo, los EEG ictales e interictales, la RM y el
neurodesarrollo son normales. La remisión espontánea se produce,
en general, al cabo de unos meses. También se ha documentado
temblor del mentón hereditario, a 3 ciclos por segundo, precipitado
por el estrés.
Síndrome por autoanticuerpos contra el canal del potasio
Este síndrome se asocia a menudo con cáncer y con deterioro neurocognitivo. Se puede manifestar con muchos trastornos del movimiento que simulan crisis epilépticas y responden a la inmunoterapia en lugar de a los fármacos antiepilépticos. Estos movimientos
pueden ser coreoatetosis, distonía, mioclonías, cambios autonómicos
y alucinaciones. También pueden presentar crisis epilépticas. Se ha
documentado en niños mayores y es más frecuente en adultos.
Tormenta autonómica (crisis diencefálica)
Los episodios de hiperhidrosis, los cambios en la presión arterial, la
temperatura y la inestabilidad autonómica se producen en pacientes
con lesión cerebral difusa o lesión hipotalámica localizada y se han
denominado tormentas autonómicas. El término «crisis diencefálicas»
no se recomienda ya que no son verdaderas convulsiones. El tratamiento es difícil y ha incluido, con resultados mixtos, la clonidina, los
antiepilépticos, la ciproheptadina, la morfina o la simpatectomía.
Trastornos psicológicos
Muchos trastornos psicológicos pueden confundirse con crisis epilépticas. Una conducta placentera similar a la masturbación puede aparecer desde la infancia, y puede consistir en movimiento de balanceo
Tabla 587-3 CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DE ALGUNOS TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO QUE PUEDEN SIMULAR CRISIS EPILÉPTICAS
PRÓDROMOS
Tortícolis paroxística benigna
de la infancia
Coreoatetosis paroxística distónica
(discinesia de Mount y Reback)
Coreoatetosis paroxística
cinesiogénica (discinesia
de Kertesz)
Distonía paroxística inducida por
ejercicio (discinesia de Lance)
FACTORES PRECIPITANTES
Palidez, irritabilidad, vómitos, ataxia
Cambios en la postura
Sensación de fatiga o debilidad limitada a un lado
Mareo, hormigueo y entumecimiento, se puede
observar en la discinesia de Kertesz
Alcohol, café, té, chocolate, fatiga,
hambre, estrés
Movimientos abruptos o de sobresalto
Ejercicio continuo
De Obeid M, Mikati M: Expanding spectrum of paroxysmal events in children: potential mimickers of epilepsy, Pediatr Neurol 37(5):309–316, 2007.
DURACIÓN Y FRECUENCIA
DE LOS ATAQUES
Pocos minutos, días,
o raramente semanas
2 minutos hasta 6 horas
4/día hasta 1/mes
<1 minuto
100/día hasta 1/mes
5-30 minutos
1/día hasta 2/mes
Capítulo 587 Trastornos paroxísticos no epilépticos & e587-5
rítmico en una posición de sentado o acostado, o flexión y aducción
rítmica de la cadera. La masturbación puede presentarse en niñas de
2-3 años y se asocia a menudo con la sudoración, respiración irregular
y gruñidos, pero sin pérdida de conciencia. Ocasionalmente se asocia
con abuso infantil o con otras psicopatologías. Las estereotipias o
movimientos repetitivos que son más complejos que los tics y que no
cambian no aparecen ni desaparecen como los tics (p. ej., pequeños
golpes en la cabeza, movimientos de balanceo de la cabeza y del cuerpo
y movimientos de aleteo de las manos), por lo general ocurren en niños
con daño neurológico. Los ataques de pánico y ansiedad se han descrito, a veces, en niños y pueden ser clínicamente indistinguibles de las
crisis epilépticas verdaderas, y por tanto requieren de una monitorización de vídeo-EEG. Los ataques de ira, por lo general, ocurren
en pacientes con trastorno de la personalidad y no son convulsiones.
Los episodios de hiperventilación pueden ser precipitados por ansiedad
y se asocian con mareos, hormigueo y, a veces, espasmo carpopedal.
La amnesia global transitoria consiste en la pérdida aislada de memoria a corto plazo de minutos a horas que se produce sobre todo en los
ancianos. La etiología puede estar relacionada con epilepsia, trastornos
vasculares, o con drogas.
Ensimismamiento y mirada perdida
ANOMALÍAS OCULOMOTORAS
Las mioclonías neonatales durante el sueño consisten en movimientos repetitivos y rítmicos, por lo general bilaterales, con participación
de los miembros superiores e inferiores durante el sueño no REM, a
veces imitando crisis clónicas. Un balanceo lento (1 Hz) del niño en
una dirección cefalocaudal es una prueba diagnóstica específica que
reproduce el mioclonus. La falta de cambios autonómicos, la aparición
sólo en el sueño y la supresión por despertares pueden ayudar a diferenciar estos eventos de las crisis epilépticas. La remisión es espontánea
a los 2-3 meses de edad. En niños mayores y adultos, las mioclonías
durante el sueño consisten en sacudidas mioclónicas al azar de las
extremidades.
Paroxismo tónico de la mirada vertical de la infancia
Por lo general, comienza antes de los 3 meses de edad y consiste en
ataques prolongados (horas o días) de desviación de la mirada continua o episódica hacia arriba, conservándose los movimientos oculares horizontales. Se puede observar un nistagmo con la fase rápida
hacia abajo con la mirada hacia el suelo. Los síntomas disminuyen o
se alivian con el sueño, se exacerban con la fatiga y las infecciones, y
remiten espontáneamente después de unos años. Hasta un 50% de
los pacientes puede tener retraso psicomotor y del lenguaje. Los estudios de laboratorio y de neuroimagen y los exámenes neuropsicológicos son, por lo general, inespecíficos. El tratamiento con dosis
bajas de levodopa/carbidopa puede ser útil.
Apraxia oculomotora e intrusiones sacádicas
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Se afectan los movimientos sacádicos de los ojos. La cabeza se gira de
forma súbita para compensar el deterioro de la mirada lateral y
simula convulsiones. Este trastorno puede ser idiopático (apraxia
oculomotora de Cogan) o puede ocurrir en el contexto de la ataxiatelangiectasia o en enfermedades lisosomales. Se han implicado defectos genéticos en los mecanismos de reparación del ADN en, por lo
menos, 4 trastornos de ataxia espinocerebelosa que están acompañados de apraxia oculomotora. Se cree que en estos trastornos ocurre
una pérdida selectiva de células de Purkinje necesarias para inhibir a
las neuronas que regulan los movimientos rápidos de los ojos e iniciar
el movimiento sacádico del ojo. Las intrusiones sacádicas son movimientos conjugados de los ojos, involuntarios y repentinos, desde la
posición ocular deseada, y que no son necesariamente patológicos.
Spasmus nutans o movimientos de cabeceo
Este trastorno se presenta con una tríada consistente en nistagmo,
inclinación de la cabeza y movimientos de cabeceo de la misma. Si se
produce una fluctuación diurna los síntomas pueden simular una
crisis epiléptica. Se debe realizar una RM cerebral, puesto que la
tríada se ha asociado con masas en el quiasma óptico y en el tercer
ventrículo. También se debe descartar una retinopatía. La remisión se
produce antes de los 5 años de edad.
Síndrome opsoclonus mioclonus
Los llamados «ojos danzantes» se refieren a los movimientos oculares
continuos, al azar, irregulares y conjugados que pueden fluctuar en
intensidad. Por lo general, se acompañan de mioclonías y ataxia
(«pies danzantes»). La encefalitis y el neuroblastoma son causas
posibles. El tratamiento consiste en tratar la causa subyacente, pero
la corticotropina (ACTH), los corticoides y el clonazepam pueden ser
necesarios. El rituximab se ha estudiado y en ensayos preliminares se
ha visto que puede ser también eficaz.
La mirada perdida o mirada fija puede ser una manifestación de una
crisis de ausencia, aunque debe diferenciarse de la actitud de soñar
despierto o ensimismamiento, del comportamiento de mirada fija por
fatiga o de una falta de atención. Los episodios de mirada fija sólo en
ciertos ambientes (p. ej., el colegio) es poco probable que sean una
convulsión. Además, la sensibilidad al tacto y la falta de interrupción
del juego caracterizan los episodios de mirada fija no epiléptica.
TRASTORNOS DEL SUEÑO
Los eventos paroxísticos no epilépticos relacionados con el sueño
son más frecuentes en los pacientes epilépticos que en la población
general, lo que hace que su diagnóstico sea difícil. La semiología, el
calendario de eventos, el vídeo-EEG y la polisomnografía ayudan a
distinguir entre los eventos epilépticos y los no epilépticos. Las parasomnias ocurren típicamente menos de una o dos veces por la noche,
pero si los episodios son más frecuentes sugieren crisis epilépticas.
Mioclonus benigno durante el sueño y mioclonías neonatales
durante el sueño
Trastornos por despertar incompleto en la fase no REM
Los despertares confusionales nocturnos breves que se producen 1-2
horas después del inicio del sueño, en la fase 4 del sueño, son normales en los niños. Estos episodios pueden variar desde la masticación,
la sedestación y la murmuración hasta el sonambulismo agitado,
y suelen durar 10-15 minutos. Los terrores nocturnos también ocurren pocas horas después del inicio del sueño, en la fase 3 o 4 del
mismo, la mayoría entre los 2-7 años de edad y, sobre todo, en
varones. El niño grita, parece aterrorizado, tiene las pupilas dilatadas,
taquicardia, taquipnea, falta de respuesta, agitación y actitud furiosa
que se incrementan al intentar consolarle, es difícil de despertar y
puede tener alguna o ninguna vocalización. En los niños mayores con
terrores nocturnos puede haber una etiología psicológica subyacente.
El diagnóstico se basa en la historia clínica. Sin embargo, en raras
ocasiones, se necesita una monitorización con vídeo-EEG. A veces, el
uso de diazepam antes de acostarse (0,2-0,3 mg/kg) o clonazepam
(0,01 mg/kg) puede ayudar a controlar el problema mientras que se
investigan los factores psicológicos. El síndrome de piernas inquietas
puede provocar disestesias dolorosas en las piernas que causan despertares nocturnos e insomnio. Puede ser de etiología genética o
asociado con la deficiencia de hierro, enfermedad sistémica, o con
algunas drogas. El tratamiento se basa en actuar sobre la causa
subyacente y, si es necesario, en el uso de fármacos dopaminérgicos
como la levodopa/carbidopa, o antiepilépticos como la gabapentina.
Trastornos del sueño REM
Las pesadillas y la parálisis del sueño son trastornos frecuentes. A
diferencia de los terrores nocturnos, las pesadillas tienden a ocurrir
más tarde durante la noche y el niño recuerda el episodio.
Trastornos de la transición del sueño
Los movimientos estereotipados de la cabeza (jactatio capitis) durante
la noche y los movimientos de balanceo de la cabeza y del cuerpo
ocurren a menudo en lactantes y en niños pequeños mientras tratan de
conciliar el sueño. Generalmente remiten de forma espontánea a la
edad de 5 años. No precisan un tratamiento específico.
e587-6 & Parte XXVII El sistema nervioso
Síndrome de narcolepsia-cataplejía
BIBLIOGRAFÍA
La narcolepsia se caracteriza por somnolencia diurna excesiva,
cataplejía (pérdida súbita del tono muscular), parálisis del sueño,
alucinaciones hipnagógicas y trastornos del sueño durante la noche.
La pérdida del tono se produce en respuesta a las emociones fuertes y
progresa de forma cefalocaudal. En la cataplejía no hay afectación del
nivel de conciencia. La pérdida selectiva de las neuronas secretoras
de hipocretina en el hipotálamo da lugar a este trastorno. El hecho de
que DQB1*0602 sea un alelo HLA predisponente identificado en el
85-95% de los pacientes con narcolepsia-cataplejía sugiere que la
pérdida neuronal se produzca por un trastorno autoinmune. El
diagnóstico se basa en la prueba de latencias múltiples del sueño y
el tratamiento consiste en siestas programadas, anfetaminas, metilfenidato, antidepresivos tricíclicos y el asesoramiento acerca de las
precauciones en el trabajo y la conducción.
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