Tema N°7/ Ciclo 2

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Tema N° 7/ Ciclo 2
JESÚS ES CONTRACULTURAL I:
COMPASIÓN EN VEZ DE COMPETICIÓN
Objetivo de la reunión
conocer los criterios desde los cuales vive Jesús, para que esos criterios también sean los míos.
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Motivación inicial
Queremos seguir conociendo a Jesús para aprender de él.
¿Cuál es el secreto de Jesús para vivir tan bien su vida?
La vida de Jesús también es la nuestra. Sí, así es. Jesús asumió enteramente la experiencia humana. Pero
no se dejó aprisionar por los valores menos humanos de la sociedad de su tiempo.
Jesús no se dejó atrapar por las lógicas que continúan hasta hoy: la competición y lograr el dominio
sobre los otros. ¡Esto fue (y continua siendo) contracultural!
Entonces, miremos más a Jesús. Conozcamos cuáles son los criterios desde los que vive. Necesitamos
comprenderlos bien con nuestra inteligencia y con nuestro corazón para que sean también los nuestros;
saber cuál es su estrategia de vida, para así nosotros alcanzar la felicidad verdadera.
Oración inicial
Seguimos pidiendo la gracia de conocer íntimamente a Jesús. Pero ahora, concretizamos un poco más;
pedimos la gracia del conocimiento de los criterios y valores de Jesús para adoptarlos cada vez
más a nuestra vida. Es una gracia que tenemos pedir, para que nuestra inteligencia y nuestro corazón
sean transformados según el ejemplo de Jesús.
Los discípulos de Jesús son los primeros en tener dificultad en percibir la lógica del Maestro. Miremos
la paciencia de Jesús para tratar de enseñar a los discípulos:
Preguntas para presentar el tema, es el marco con el cual leemos el Evangelio de Mateo:
¿Encuentro en mi pensar y en mi actuar algo en común con estos discípulos?
Jesús tiene una postura contra la ambición y los deseos de grandeza, y nos orienta en el sentido correcto, del
servicio. ¿Quiero crecer como persona a la manera de Jesús? ¿Qué necesito para orientar mi vida en esta
dirección?
Evangelio según San Mateo 20, 20-28.
Luego se le entrega una copia a cada uno del siguiente texto sobre el cual se trabajara en la reunión.
DE LA COMPETENCIA A LA COMPASION
Henri Nouwen. Aquí y Ahora. (Ed. San Pablo, 1995, pp. 99-106).
En un mundo en el que la competencia sigue siendo el modo dominante de relacionarse, tanto en política como en
deporte o en economía, todos los verdaderos creyentes proclaman la compasión, y no la competencia, como el camino
de Dios.
¿Cómo se puede hacer de la compasión el centro de nuestra vida? Como seres inseguros y vulnerables que somossiempre envueltos de algún modo y por algún lado en la lucha por la supervivencia- la competencia parece ofrecernos una
buena dosis de satisfacción. …… la victoria es siempre lo más deseado y admirado (…).
La compasión- que significa literalmente “sufrir con”- es el camino que nos enseña que somos más nosotros
mismos no cuando nos diferenciamos de los otros, sino cuando nos asemejamos a ellos. La cuestión espiritual más
importante no es: ¿en qué te diferencias? sino: ¿qué tienes en común? Lo que nos hace más humanos no es
“sobresalir” sino “servir”. El camino para la salvación y la reconciliación no consiste en probar que somos mejores que
los demás sino precisamente en confesar que somos como los demás (…).
Jesús nos muestra el camino de la compasión no sólo por lo que dice, sino también por su manera de vivir. Jesús
habla y vive como el Hijo amado de Dios.
Este acontecimiento revela la verdadera identidad de Jesús. Jesús es el amado de Dios. Esta verdad espiritual
guiará todos sus pensamientos y acciones (…).
La vida compasiva es la vida descendente. En una sociedad en que el ascenso es la norma, el camino descendente
no sólo no se estimula sino que se considera incluso absurdo, insano o simplemente estúpido. ¿Quién va elegir un trabajo
mal pagado cuando se le ofrece uno con un elevado sueldo? ¿Quién va elegir la pobreza cuando la riqueza está a su
alcance? ¿Quién va elegir un lugar en la sombra pudiendo alcanzar un puesto relevante? (…)
Toda mi vida he estado rodeado de bienintencionados estímulos para “subir” y el argumento más corriente era:
“Puedes hacer mucho bien a gran número de personas”.
Pero estas voces que me animaban a subir no tenían nada que ver con el Evangelio (….) el camino descendente de
Jesús (…) es el camino hacia el pobre, hacia el que sufre, hacia el marginado, el preso, el refugiado, el que está solo, el
que pasa hambre, el moribundo, el torturado, el que no tiene hogar, hacia todo el que nos pide compasión. ¿Qué pueden
ofrecernos? No éxito, ni popularidad, ni poder, sino la alegría y la paz de los hijos de Dios.
El descenso, el acercamiento a los que sufren para compartir su dolor, parece algo más bien masoquista y
morboso. ¿Qué alegría puede haber en la solidaridad con el pobre, con el enfermo, con el moribundo? ¿Qué gozo puede
haber en la compasión?
Esta es obviamente una alegría en gran parte desconocida para nuestro mundo. Si nos
atenemos a lo que los medios de comunicación nos dicen , la alegría vendría del éxito, de la popularidad y del poder; pero
lo cierto es que los que poseen todas estas cosas con frecuencia tienen el corazón endurecido e incluso están deprimidos.
La alegría queda la compasión es uno de los secretos mejor guardados de la humanidad. Es un secreto conocido por muy
pocos, un secreto que es menester redescubrir una y otra vez (…).
La alegría es el regalo secreto de la compasión. Inconscientemente nos empeñamos en olvidarlo y miramos a
otra parte (….).
Sería triste tener que considerar la vida compasiva como una vida de heroica negación de uno mismo. La compasión,
como movimiento descendente hacia la solidaridad en lugar de ascendente hacia la popularidad no requiere gestos
heroicos o un giro sensacional. De hecho la vida compasiva está más bien oculta en lo corriente de la vida de cada día.
Lo que verdaderamente cuenta no es si imitamos o no a la madre Teresa; sino si estamos o no abiertos a los
muchos sufrimientos de aquellos con quienes compartimos nuestra vida. ¿Estamos dispuestos a pasar nuestro tiempo con
los que no estimulan nuestra curiosidad? ¿Escuchamos a los que no nos atraen de una manera inmediata? ¿Somos capaces
de ser compasivos con aquellos cuyo sufrimiento permanece oculto a los ojos del mundo? (….)
La verdadera compasión comienza siempre precisamente donde estamos.
Preguntas para seguir profundizando durante la semana
 ¿Ha tenido este día la experiencia de vivir la compasión? ¿Cuándo, dónde?
 ¿Sentí que la compasión fue fuente de verdadera alegría?
 ¿He sentido hoy que me deje ganar por la competición?
 ¿Qué es lo que todavía me causa dificultad?
Preguntas para reflexionar en la reunión
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¿De dónde voy sacando energía para vivir cada día?
¿Cómo voy viviendo cada día en clave competición y compasión?
¿En qué momentos de la semana me dejo llevar por la competición?
¿Me he sentido actuando desde la compasión? ¿Qué frutos me dejan estos momentos?
Para terminar la reunión
Hacemos un momento de oración. Se invita a pedir y dar gracias a Dios.
Se hace evaluación de la reunión. Se pide a cada integrante de la comunidad que medite un momento las
siguientes preguntas. Luego se comparten:
- ¿Me ayudó la reunión? ¿Qué aprendí? ¿Qué es lo que me llevo como enseñanza?
- ¿Qué fue lo mejor logrado de la reunión?
- ¿Hay algo de la reunión que no me haya gustado? ¿Hay algo que mejorar para la siguiente reunión?
- ¿Cuáles son los desafíos que me deja la reunión para el tiempo que viene, desafíos hasta la próxima
reunión de comunidad?
Se reza un Padre Nuestro.
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