IMPORTANCIA DEL TESTIMONIO EN NUESTRA VIDA Casi todas

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IMPORTANCIA DEL TESTIMONIO EN NUESTRA VIDA
Casi todas las verdades que conocemos, criterios de vida, valores,
ideas, datos, conocimientos prácticos, proviene de lo que hemos leído
y oído. Nadie comienza de nuevo el camino de la sabiduría, la
humanidad va aumentando sus conocimientos de generación en
generación a través del testimonio humano, alguien transmite y otro
recibe.
La fe también se transmite a través del testimonio y el ejemplo. Si
revisamos nuestra historia seguramente podremos recordar varias
personas que, mediante su testimonio de vida, nos acercaron al
misterio del Dios de la Vida. Muchas veces no han sido grandes
intelectuales los que nos han enseñado el rostro de Dios sino
personas sencillas, muchas de ellas en el hogar, el colegio, el barrio.
A la hora de transmitir la fe y contagiar a los demás la alegría del
evangelio la herramienta más eficaz es el propio ejemplo.
En la Biblia podemos encontrar en muchos textos el mandato de dar
testimonio de fe: por ejemplo en la primera carta de Santiago:
«Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras, ¿de
qué le sirve? ¿Acaso lo salvará esa fe? Si un hermano o una hermana
no tienen con qué vestirse ni qué comer, y ustedes les dicen: "Que
les vaya bien, caliéntense y aliméntense", sin darles lo necesario para
el cuerpo, ¿de qué les sirve eso? Lo mismo ocurre con la fe: si no
produce obras, muere solita. Y sería fácil decirle a uno: "Tú tienes tu
fe sin obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a
través de las obras"(Sant. 2, 14-18).
Es necesario enseñar con el ejemplo porque lo que enseñamos con el
ejemplo no se olvida fácilmente. La pedagogía de Jesús está llena de
gestos y actitudes. Si recorremos los evangelios son muchas las
ocasiones en que su manera de vivir despierta interrogantes en los
discípulos, y esos interrogantes (profundas, existenciales) abren el
camino al don de la fe.
Estamos acostumbrados a escuchar grandes discursos y promesas de
cambio... que quedan en la nada e incrementan el escepticismo de la
gente. Por esto es tan importante enseñar con los hechos y el
testimonio. Además de seguir los pasos del Señor, que pasó haciendo
el bien y nos enseñó con su vida, respondemos a una situación
histórica.
En la enseñanza de la fe es necesario siempre volver a lo simple, a la
sencillez del evangelio vivido todos los días... que tal vez sea mucho
más exigente y comprometido que hablar con palabras complicadas y
difíciles.
Hemos escuchado muchas veces a personas expresarse muy mal de
los católicos, esto debido a que algunos que se han hecho llamar
cristianos creen que sólo es necesario tener una limpia conciencia
hacia Dios sin darse cuenta (o dándose en algunos casos) que al no
manifestar el testimonio debido, pisotean el mensaje de la cruz, por
esto es urgente que busquemos siempre dar nuestro mejor
testimonio ante los demás.
a) Es importantísimo el buscar dar buen testimonio ante las
personas. “Por eso procuramos agradar no sólo a Dios, sino también
a los hombres” (2 Corintios 8:21); “que nadie te desprecie por ser
joven; procura ser modelo de los creyentes en la palabra, la
conducta, el amor, la fe, la pureza” (1 Timoteo 4:12)
b) Un excelente testimonio nos capacita para ser de bendición
a otros. “Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance de la
justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, en unión de los que invocan
al Señor con corazón puro. Evita las discusiones necias y estúpidas;
tú sabes bien que engendran altercados. Y a un siervo del Señor no le
conviene altercar, sino ser amable, con todos, pronto a enseñar,
sufrido, y que corrija con mansedumbre a los adversarios, por si Dios
les otorga la conversión que les haga conocer plenamente la verdad,
y volver al buen sentido, librándose de los lazos del Diablo que los
tiene cautivos, rendidos a su voluntad”. (2 Timoteo 2:22-26); “Cuida
de eso, ocúpate de eso, de modo que todos puedan ver tus
progresos” (1 Timoteo 4:15-16)
c) Un testimonio intachable nos capacita para servir a Dios “Es
cierta esta afirmación: Si alguno aspira al cargo de espíscopo, desea
una noble función. Es, pues, necesario que el epíscopo sea
irreprensible, casado una sola vez, sobrio, sensato, educado,
hospitalario, apto para enseñar, ni bebedor ni violento, sino
moderado, enemigo de pendencias, desprendido del dinero, que
gobierne bien su propia casa y mantenga sumisos a sus hijos con
toda dignidad; pues si alguno no es capaz de gobernar su propia
casa, ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de Dios? Que no sea neófito,
no sea que, llevado por la soberbia, caiga en la misma condenación
del Diablo. Es necesario también que tenga buena fama entre los de
fuera, para que no caiga en descrédito y en las redes del Diablo”. (1
Timoteo 3:1-7);” Sabemos, hermanos amados de Dios, de la elección
de ustedes, porque nuestro evangelio no vino a ustedes solamente en
palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena
convicción; como saben qué clase de personas demostramos ser
entre ustedes por el amor que les tenemos. Y ustedes llegaron a ser
imitadores de nosotros y del Señor, habiendo recibido la palabra, en
medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo, de tal
manera que llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes en
Macedonia y en Acaya. Porque saliendo de ustedes, la palabra del
Señor se ha escuchado, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que
también por todas partes la fe de ustedes en Dios se ha divulgado, de
modo que nosotros no tenemos necesidad de decir nada.
Pues ellos mismos cuentan acerca de nosotros, de la acogida que
tuvimos por parte de ustedes, y de cómo se convirtieron de los ídolos
a Dios para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a
Su Hijo, al cual resucitó de entre los muertos, es decir, a Jesús, quien
nos libra de la ira venidera”. (1 tesalonicenses 1:4-10).
d) El dar buen testimonio nos da seguridad delante de Dios “Y
nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios
tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor
permanece en Dios y Dios permanece en él. En esto se perfecciona el
amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio,
pues como El es, así somos también nosotros en este mundo.En el
amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor,
porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto
en el amor”. (1 Juan 4:16-18).
e) El testimonio debe de estar fundamentado en la palabra de
Dios. “Consérvate fiel a las enseñanzas que me escuchaste con la fe
y el amor de Cristo Jesús. Y guarda el precioso depósito con la ayuda
del espíritu Santo que habita en nosotros”; (2 Timoteo 1,13-14)
Sencilla oración para pedir fe:
Mis manos abiertas
Enséñame Señor
a vivir mi fe todos los días,
en las cosas sencillas y cotidianas.
Enséñame Señor
a transmitir mi fe todos los días
con gestos sinceros, con manos abiertas.
Enséñame Señor
a contagiar a otros
el espíritu del Evangelio.
A hacer el bien para que venga el Reino.
Enséñame Señor
a ser un espejo de lo que creo.
A mostrar con mis obras
La fe que da sentido a mi vida.
Que así sea, Señor.
El contacto personal unido al testimonio, junto a muchos otros, son
elementos esenciales que se utilizan en cada uno de los tres tiempos
del método del Movimiento de Cursillos de Cristiandad para conseguir
su finalidad.
Los tres días de Cursillos disponen de una serie de recursos técnicos
para conseguir su finalidad. El Cursillo tiene por objeto dar
conocimiento (por la palabra) y convencimiento (por el testimonio).
Conjugando la teología, la psicología, y la pedagogía para saber qué
decir, cuánto decir, cuándo decirlo, cómo decirlo, qué no decir…
suscitando así unos diálogos por decuria, y encauzando a un diálogo
personal, una convivencia, que conocemos tradicionalmente con el
nombre de labor de pasillo.
(Ideas fundamentales, Evangelii Nuntandi)
En un Cursillo de Cristiandad el dirigente no es quien se limita a la
exposición convincente de una verdad, sino quien, encarnándola en
su vida, es el instrumento de la comunicación de esta verdad en
orden a suscitar, orientar y conseguir de los demás la adhesión
sincera, práctica y viva a esta misma verdad. “Sólo las almas – ha
escrito el P. Lippert, S. J. – pueden influir sobre las almas de manera
que se llegue a tocar en lo íntimo, se engendre de nuevo algo vital,
brote y crezca. Y tal eficiencia así íntimamente conformada, en lo
bueno lo mismo que en lo malo, no brota sino de almas que irradian
su ser sobre los demás, siquiera sea a través de vehículos diversos,
por el tono de su voz y por las miradas, por las palabras y por sus
escritos”1 (Como y Porqué pagina 52)
1
Peter Leppert, S. J., “De alma a alma”. Edit. Herder, Barcelona, 1953, pág. 43.
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