Comunicaciones ANQUILOSIS CARRAL Y METACARPAL EN UN INDIVIDUO MEDIEVAL DE TOLEDO CARRAL AND METACARPAL ANKYLOSIS IN A MEDIEVAL INDIVIDUAL FROM TOLEDO Cabellos Panadés, T. *; Garralda Benajes, MD. *; Campo Martín, M. ** * U. D. de Antropología Física. Facultad de C. C. Biológicas. Universidad Complutense de Madrid. ** Dpto, de Medicina Legal. Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid. RESUMEN En este trabajo analizamos y describimos las posibles causas de las alteraciones óseas encontradas en el individuo inhumado en la tumba 13 de la 1B necrópolis de la Reconquista del yacimiento de Melque (Toledo), datada entre los S. XII y XIII. Se trata de una sepultura antropomórfica en la que un varón, de edad avanzada (maduro senil) y con una gran representatividad esquelética fue inhumado en decubito supino, con las manos cruzadas sobre el vientre y las piernas extendidas. El análisis de sus restos óseos nos permitió observar la formación de entesofitos en diversas zonas esqueléticas, como por ejemplo en la inserción de los ligamentos antero-superior y antera-inferior de ambas rótulas, así como en la inserción del Tendón de Aquiles de los dos calcáneos. También se documentó la fusión de una falange medial con una distal tanto del pie derecho como del izquierdo. Pero lo más destacable es la existencia de una anquilosis ósea completa entre los carpos y metacarpos de la mano izquierda, así como una ligera artropatía en la superficie articular distal de la ulna izquierda. La formación de entesofitos, en nuestra opinión, no está relacionada con la anquilosis de la mano izquierda. En el establecimiento de un diagnóstico diferencial para este individuo se debe tener en cuenta el patrón asimétrico de la importante lesión que afecta a la mano izquierda, la ausencia de lesiones en otras articulaciones y la simetría entre ambas extremidades superiores (tanto en dimensiones como en inserciones musculares). Todos estos datos parecen indicar que dicha anquilosis ósea fue debida a un fuerte trauma (que no llegó a provocar fractura) o a un proceso infeccioso. Palabras clave: Anquilosis ósea. Carpo. Artritis séptica. Traumatismo. Santa María de Melque. Toledo. Siglos XII y XIII. SUMMARY This paper focusses on the possible causes of the bone alterations observed in the human remains of an individual found in the sepulture 13 of the 1st Necrópolis (XII-XII c. AD) from Santa María de Melque (Toledo). It was a typical anthropomorphic tomb, where an adult male (mature-senil), relatively well preserved, was buried in decubito supino, with the hands crossed above the pelvis and the legs extended. 311 VII Congreso Nacional de Paleopatología The analysis of the bone remains allowed us to identify the formation of enthesophytes in different áreas of the skeleton, such as the insertion of the antera-superior and antera-inferior ligaments of both patellas, and the insertion of the Achules ligament ¡n the calcaneus. It was also possible to discern the fusion between a medial and a distal phalange in the feet. But the most important finding is the ankylosis of the carpals and metacarpals of the left hand, and the light arthropathy on the distal articular surface of the left ulna. According to our observations, the formation of enthesophytes is not related to the bony ankylosis of the left hand. For the determination of a differential diagnostic of the possible aetiologies of this pathology it is necessary to take into account the asymmetry of the ¡important lesión that affects the left hand, the absence of malformations in any other articular surface and the symmetry of the superior extremities (both in dimensions and muscular insertions). All the data obtained indícate a trauma (that may not have been the result of a fracture) or an infectious process as the possible cause for the bony ankylosis that affected the left hand of this medieval man. Key words: Ankylosis. Carpal bones. Septic arthritis. Trauma. Santa María de Melque. Toledo. XII and XIII centuries. INTRODUCCIÓN La iglesia de Santa María de Melque (figura 1) se localiza en el término municipal de San Martín de Montalban (Toledo). Su origen es incierto, barajándose dos hipótesis diferentes: una sitúa su origen en torno a la segunda mitad del S. Vil, en un contexto visigodo, y la otra defiende un origen mozárabe, en la segunda mitad del S. VIII, lo que parece ser apoyado por los datos más recientes (Caballero y Fernández, 1999). Se sabe, sin embargo, que entre los S. XI y XII, durante la conquista de Toledo por Alfonso VI y su consolidación por Alfonso Vil, se produjo una ocupación cristiana de la zona; y fue durante los S. XII y XIII cuando se estableció la 1a necrópolis de la Reconquista, que se situó en la cara E de la Iglesia. La tumba 13 en la que se halló el individuo analizado en este artículo es coetánea con esta necrópolis; fue excavada durante la campaña arqueológica que se llevó a cabo entre los meses de abril y mayo de 2001, y se encontró en la zona exterior del ábside (al E del yacimiento). Se trata de una sepultura antropomórfica, con el hueco de la cabeza revestido de cal, y que apareció asociada a un zipo (piedra vertical identificativa de una tumba) situado a los pies y frente al ábside. El individuo fue inhumado en decubito supino, con las piernas extendidas y ambas manos cruzadas sobre el vientre. Cabe señalar además, que aparecieron dos monedas, una situada junto al esternón y otra en la mano derecha. MATERIAL Y MÉTODOS El análisis del material óseo comenzó, como es natural, con una esmerada limpieza y restauración de los restos esqueléticos. Dichos procesos debieron ser muy cuidadosos ya que, a pesar del buen estado de conservación y de la excelente representatividad esquelética de este individuo (figura 2), los huesos conservados son sumamente frágiles. Posteriormente se realizó un análisis detallado del material, para lo cual se empleó la metodología más actual. En primer lugar se determinó el sexo del individuo mediante el estudio del cráneo y del coxal según los métodos descritos por Ferembach et alii. (1979) y Bruzek (1992). La estimación de la edad se realizó según el orden de fusión de las distintas epífisis (Scheuer y Black, 2000), el grado de conservación de la sínfisis púbica (Suchey y Katz, 1998) y de la superficie auricular 312 Comunicaciones (Meindl y Lovejoy, 1989), así como el grado de sinostosis de las suturas exocraneanas según el sistema de Masset modificado por Olivier y Demoulin (1984). El análisis de las dimensiones se realizó mediante la toma de algunos datos métricos y el cálculo de diversos índices a partir de la metodología desarrollada por Ferembach (1974), Olivier y Demoulin (1984), KnuBmann (1988) y Buikstra y Ubelaker (1994). La estatura se estimó, mediante la aplicación de las fórmulas de Pearson (1899) y Trotter y Glesser (1952 y 1958), citadas en Olivier (1960) y en Krogman e Isgan (1986); también se emplearon las fórmulas desarrolladas por Olivier et alii. (1978). Así mismo se realizó un detallado estudio de los caracteres discretos y de las diversas patologías que afectaron a este individuo. Para lo cual se consultaron numerosos tratados (Schwartz, 1995; Hauser y DeStefano, 1989, Aufderheide y Rodriguez-Martín, 1998; Ortner y Putschar, 1985; Ortner, Tuross y Stix, 1992; Resnick, 1997; Campillo, 1993; Dastuge y Gervais, 1992; Ortner y Aufderheide, 1988; Steinbock, 1976; Mann y Murphy, 1990 e Isidro y Malgosa, 2003). Por último se realizó un análisis de las diversas superficies de articulación y de las diferentes áreas de inserción muscular, a fin de obtener la máxima información que pudiera ayudar en el establecimiento de un diagnóstico diferencial que explicara la anquilosis ósea que afectó a los carpos y metacarpos de la mano izquierda de este individuo, obteniéndose todas las radiografías y macrofotografías necesarias para la discusión de las posibles patologías que afectaron a este individuo. RESULTADOS I) Descripción del individuo: Los restos óseos del individuo analizado parecen indicar que se trataba, muy posiblemente, de un varón de avanzada edad (maduro-senil de entre 40-65 años), bien conservado y con una elevada representatividad esquelética, ya que se ha conservado parte del cráneo, la mandíbula, algunas vértebras cervicales y dorsales, las extremidades superiores e inferiores y diversos fragmentos del coxal y el sacro. La estatura estimada sólo pudo realizarse mediante la aplicación de las fórmulas que tienen en cuenta la longitud máxima de la fíbula y del radio, ya que son estos los únicos huesos en los que fue posible tomar dicha medida. La estatura aquí obtenida varía según el método empleado. La aplicación de las fórmulas de Trotter y Glesser (1952 y 1958) proporciona una estatura de 169,0 +/- 5 cm, mientras que si empleamos las desarrolladas por Olivier et alii. (1978) se sitúa en torno a los 167,71 +/- 6,8 cm. El valor obtenido por el método de Pearson (1899) es marcadamente inferior (164,4 +/- 8 cm); sin embargo hay que tener en cuenta que, en este caso, se empleó únicamente la longitud máxima del radio que, al ser un hueso correspondiente a la extremidad superior, está correlacionado en menor medida con la estatura. A pesar de la excelente representatividad esquelética y del aceptable estado de conservación del material óseo, la marcada fragilidad de los restos analizados propició su fragmentación e imposibilitó la toma de algunos datos métricos, principalmente en lo que respecta al cráneo, que apareció muy degradado. Sin embargo, a pesar de estas condiciones de conservación, si fue posible realizar la toma de diversas medidas en lo que respecta a otros huesos (la mandíbula por ejemplo apareció completa), lo que permitió apreciar la simetría existente entre los huesos de ambos lados, principalmente en lo que respecta a las extremidades superiores. En la tabla 1 se pueden observar los datos métricos más relevantes, mientras que en la tabla 2 aparecen los índices calculados a partir de dichas medidas. Con relación a los caracteres no métricos, cabe señalar la existencia de una faceta accesoria de articulación con el húmero en el acromion de la escápula izquierda, lamentablemente, el húmero izquierdo está bastante fragmentado, por lo que no es posible observar la faceta de articulación accesoria complementaria. Por otro lado, también se puede apreciar la existencia de hueso trigonum en ambos astrágalos, así como la presencia de tróclea peroneal en los dos calcáneos. 313 VII Congreso Nacional de Paleopatología Respecto a las patologías que afectaron a este individuo, lo más destacable es la anquilosis ósea asimétrica que afecta a los carpos así como al 2º, 3er y 4º metacarpos de la mano izquierda (ver figuras 3 y 4). Debe señalarse que no se observa, sin embargo, ninguna alteración en las superficies de articulación distales de los metacarpos, así como en las de las falanges proximales, mediales y distales tanto de la mano derecha como de la izquierda. A fin de aclarar las posibles etiologías que provocaron la anquilosis ósea que afecta a la mano izquierda de este individuo, se realizaron diversas radiografías (figuras 5 y 6), en las que no se aprecia la existencia de ninguna línea de fractura. Aparte de la anquilosis ósea descrita, el individuo hallado en la tumba 13 presenta otras alteraciones en sus huesos, tanto en las extremidades superiores como en las inferiores. Se observa, por ejemplo, una ligera entesopatía en la inserción del tríceps brachii de la ulna derecha, y otra, algo más marcada (con formación de entesofitos de menos de 2 mm de longitud), en la inserción del brachialis. La ulna izquierda está bastante fragmentada, por lo que no es posible detectar ninguna de estas alteraciones. El radio derecho presenta una muy ligera entesopatía en la inserción del bíceps brachii, que no es observable en el radio opuesto. En lo que respecta a las superficies de articulación de los huesos de las extremidades superiores, no se observa alteración alguna, salvo en la superficie de articulación distal del radio izquierdo que presenta una marcada porosidad y una evidente proliferación ósea en su borde, con formación de osteofitos de aproximadamente 2 mm de longitud. Además, la ulna del mismo lado muestra una porosidad muy ligera en su superficie de articulación distal. Estas alteraciones están claramente relacionadas con la anquilosis ósea que afecta a la mano izquierda. Respecto a las extremidades inferiores cabe mencionar la existencia de una marcada entesopatía en la zona de inserción del gluteus maximus del fémur derecho, lo que también es observable, aunque con un menor grado de desarrollo, en el fémur izquierdo. Por otro lado, en ambas tibias se puede apreciar una ligera formación de entesofitos en la inserción del soleus, así como una ligera entesopatía en la tuberosidad tibial derecha. Cabe destacar además, la formación de entesofitos de hasta más de 2 mm de longitud en la inserción del Tendo Achiles de ambos calcáneos. Una formación similar de entesofitos se puede apreciar en la inserción de los ligamentos antera-superior y antero-inferior de las dos patellas. Respecto a las superficies de articulación de las extremidades inferiores y cintura pélvica, no se observa ninguna alteración destacable, a excepción de una ligera porosidad en la superficie auricular del coxal derecho, que en el proceso articular superior correspondiente del sacro es algo más marcada, llegando a presentar una ligera formación de osteofitos. Se observa además, que tanto los fémures como las fíbulas de ambos lados presentan una ligera periostitis no activa, posiblemente causada por microtraumatismos, que es más evidente en las tibias. También es destacable la fusión apreciable entre una falange medial y una distal en ambos pies. Por lo tanto, debemos señalar que el patrón asimétrico de la lesión que afecta a la mano, la general ausencia de lesiones en otras articulaciones, así como la simetría observada entre ambas extremidades superiores (tanto en lo que respecta a las inserciones musculares como a las dimensiones) son factores muy importantes en el establecimiento de un diagnóstico diferencial de la patología que afectó a este individuo. II) Análisis del diagnóstico diferencial: . Para realizar el diagnóstico diferencial que explique la anquilosis ósea de los carpos y metacarpos que afecta a la mano izquierda del individuo analizado, deben considerarse, en primer lugar, dos posibles alternativas. Una es que se trate de una fusión asociada un síndrome congénito, y otra que sea una anquilosis ósea secundaria, cuyo origen obedezca a un trastorno previo de naturaleza inflamatoria crónica, infecciosa o traumática. 314 Comunicaciones A.- Enfermedades congénitas. A continuación describiremos las alteraciones óseas asociadas a algunos de los síndromes congénitos que conllevan una anquilosis ósea carpiana. 9 Artroqriposis múltiple congénita Según Resnick (1997) el término artrogriposis deriva de dos palabras griegas que pueden traducirse como "articulaciones curvadas". Esta enfermedad se caracteriza porque los individuos afectados presentan, al nacimiento, múltiples contracturas articulares. En este síndrome es característica la presencia de deformaciones con forma de "diamante" en las extremidades inferiores. También es común una flexión de la articulación de la rodilla, así como dislocación de la cadera (que aparece rotada lateralmente), fusión talocalcánea y carpal. Las fracturas no son raras y se puede detectar escoliosis en gran número de casos. 9 Síndrome de Ellis-van Creveld o displasia condroectodermal Se trata de un tipo de enanismo caracterizado por acortamiento de las extremidades, displasia ectodermal y polidactilia, asociado, además, a enfermedades coronarias congénitas. Es una enfermedad hereditaria, autosómica recesiva y evidente en el momento del nacimiento (Resnick, 1997). Se presenta una escasa estatura, acortamiento distal de las extremidades, uñas de pies y manos ausentes o hipoplásicas, dientes displásicos, anormalidades en el labio superior y enfermedades cardiacas. A nivel óseo se puede apreciar un evidente acortamiento de los huesos tubulares, polidactilia, fusión carpal, presencia de huesos cárpales extras, epífisis de formas cónicas, alargamiento del extremo proximal de la ulna y del extremo distal del radio, dislocación anterior de la cabeza del radio y exostosis en la superficie diafisaria anterior de las tibias. El cráneo y la columna vertebral generalmente no están afectados. La mortalidad infantil de los individuos afectados por este síndrome es muy elevada. 9 Síndrome de Holt-Oram El síndrome de Holt-Oram (HOS) es un raro desorden de origen genético, autosómico dominante, caracterizado por la formación de distintivas malformaciones en los huesos de las extremidades superiores, así como de anormalidades en el corazón. Los síntomas asociados al síndrome de Holt-Oram pueden variar mucho de unos casos a otros. Resnick (1997) indica que los individuos afectados pueden presentar ausencia de los pulgares, o bien pueden estar poco desarrollados, o presentar un hueso extra (trifalangia). Además, pueden existir malformaciones adicionales como hipoplasia o formación de huesos extra en las muñecas, deformidades en ciertos huesos de las manos (metacarpos), y/o un desarrollo no completo de los huesos del brazo y antebrazo. Las escápulas y clavículas pueden, así mismo, presentar anomalías óseas. En aproximadamente el 60% de los casos el síndrome de Holt-Oram es heredado de un padre afectado, mientras que en el 40% restante es el resultado de un cambio genético espontáneo. 9 Síndrome de acrocefalosindactilia ó Síndrome de Apert Es una enfermedad hereditaria, reconocible al nacimiento, que se caracteriza por sinostosis de la sutura coronal, aplanamiento de los huesos frontal y occipital, la base del cráneo oblicua y posible existencia de sinostosis sagital secundaria. El cráneo suele ser braquicéfalo, fino y poco mineralizado, y puede presentarse hidrocefalia. En la cara se puede observar hipoplasia mediofacial maxilar, división palatal, retraso en el desarrollo dental, base nasal plana, órbitas pequeñas y apiñamiento dental. Según Resnick (1997), las extremidades son cortas y se observa sindactilia simétrica tanto en manos como en pies (generalmente en dedos 2, 3 y 4, con una compleja sindactilia osteocartilaginosa de las falanges distales), pulgar corto y desviado, anquilosis carpal y tarsal y acortamiento de las extremidades superiores. 315 VII Congreso Nacional de Paleopatología 9 Síndrome de Turner Aparece en individuos de fenotipo femenino. La mayor parte de los fetos afectados son abortados espontáneamente durante el primer trimestre de embarazo. A nivel óseo se puede observar, según describe Resnick (1997), una marcada osteoporosis en la columna vertebral, carpo y tarso. Aparece retraso en la fusión epifisaria, acortamiento de los metacarpos (especialmente del 4°) y de los metatarsos, deformación de las rodillas, con aplanamiento de la superficie de articulación medial y fracturas en la porción proximal de las tibias, alargamiento del cóndilo femoral medial, clavículas y costillas muy finas, marcadas irregularidades en los cuerpos vertebrales y anormalidades en el proceso odontoides, prominencia mandibular y agrandamiento de los senos faciales. Este síndrome se caracteriza además, por la presencia de amenorrea primaria, características sexuales secundarias no desarrolladas y ovarios pequeños. También aparecen anomalías en el corazón, grandes vasos sanguíneos y escasa estatura. B.- Anquilosis secundaria (trastorno previo) 9 Origen inflamatorio crónico: Artritis crónica juvenil y/o Artritis reumatoide. La artritis crónica juvenil se caracteriza por ser una inflamación articular no infecciosa, sus causas son desconocidas. Generalmente aparece en individuos de sexo femenino, en una relación de 3:1 (Aufderheide y Rodríguez-Martín, 1998). Se caracteriza por ser monoarticular en, al menos, la mitad de los casos, no afectando a otras articulaciones hasta un posterior desarrollo. Las áreas que se ven afectadas inicialmente son, en general, las grandes articulaciones y la zona cervical; solo en un escaso número de casos las articulaciones pequeñas y grandes se ven afectadas de manera simultánea (Isidro y Malgosa, 2003). Una característica distintiva de esta patología es la existencia de una marcada proliferación ósea de las epífisis, particularmente en la rodilla. Así mismo, la asimetría en las áreas afectadas y la fusión de la columna vertebral son características que predominan en el desarrollo de la artritis crónica juvenil. Otra patología de origen inflamatorio crónico que puede presentar anquilosis en los huesos del carpo es la artritis reumatoide, una patología crónica, no supurativa y sistémica que provoca una inflamación de las articulaciones sinoviales y del tejido conectivo. Su causa es desconocida, aunque diversos datos parecen indicar que es de naturaleza autoinmune. La artritis reumatoide es característicamente poliarticular, y bilateralmente simétrica. 9 Origen infeccioso: Artritis séptica La artritis séptica se puede definir como una infección de la zona sinovial, así como de todas las estructuras adyacentes por un patógeno infeccioso (bacteria, hongo...) que provoca destrucción ósea. Una infección bacteriana puede llegar a afectar a una articulación de diversas maneras. La diseminación directa, desde un foco osteomielítico en la metáfisis adyacente a la articulación afectada, es la forma más común de infección articular. Otros mecanismos de producirse la infección incluyen una diseminación hematógena desde un foco distante o bien una infección directa de la articulación, a través de una herida penetrante. La artritis séptica suele afectar a individuos infantiles, pero los individuos maduros y seniles se incluyen también en los grupos de riesgo. Este proceso es generalmente monoarticular (Steinbock, 1976). Los cambios patológicos desarrollados durante el curso de la infección y el desarrollo de la artritis séptica dependen del tipo de microorganismo implicado, su virulencia y la resistencia del individuo afectado. El microorganismo más comúnmente asociado a la artritis séptica es el Staphylococus aureus, otros tipos son menos frecuentes. El estado de curación lleva aparejado, por lo general, una gran regeneración ósea, lo que puede llegar a provocar inmovilidad y una anquilosis permanente. 316 Comunicaciones 9 Origen traumático Finalmente podríamos considerar la alteración ósea observada como el resultado de una anquilosis secundaria producida por una artritis traumática, cuya causa primaria puede ser una herida, una fractura o una luxación. Las anquilosis traumáticas pueden afectar a individuos de cualquier grupo de edad, son en general monoarticulares y, en casos graves, la anquilosis ósea es frecuente (Aufderheide y Rodríguez-Martín, 1998). DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES En el establecimiento de la posible etiología que explique la anquilosis ósea que afecta a los carpos y metacarpos de la mano izquierda de este individuo, deben tenerse en cuenta diversos factores. En primer lugar debemos señalar que la presencia del resto de las alteraciones óseas observadas, como diversas entesopatías, periostitis no activa en los huesos de las piernas y fusión de una falange medial y distal en ambos pies, no están relacionadas con la anquilosis ósea, ya que, en nuestra opinión, pueden explicarse como efecto de la actividad normal desarrollada durante la vida de cualquier individuo. Respecto a la anquilosis carpiana de la mano izquierda, es importante tener en cuenta el patrón asimétrico que presenta, ya que no se observa ninguna alteración similar en la mano derecha, por lo que se puede determinar que los procesos que originaron las lesiones descritas afectaron únicamente a la mano izquierda. Además hemos de destacar que no aparece ninguna modificación en las superficies de articulación distales de los metacarpos, o en las distales y proximales de las falanges de ambas manos. Ya hemos mencionado también que, en las radiografías realizadas, no se aprecia la existencia de ninguna línea de fractura. Los diversos datos métricos y el análisis de diferentes áreas de inserción muscular, permiten apreciar la simetría existente entre los huesos de ambos lados, principalmente en lo que respecta a las extremidades superiores. Este es un dato de marcada importancia ya que, dadas las graves secuelas funcionales que una anquilosis ósea como la descrita conlleva, es posible determinar que, si dicha fusión ósea se hubiera producido durante la etapa de desarrollo del individuo, debería apreciarse una marcada asimetría en cuanto a las dimensiones y entesis, presentándose un mayor desarrollo en la extremidad útil. Dado que no se aprecia esta asimetría, es posible deducir que el proceso patológico que causó la citada anquilosis ósea debió comenzar en la etapa adulta del individuo. Todos estos son factores muy importantes en el establecimiento de un diagnóstico diferencial de la patología que afectó a este individuo. En primer lugar deben tenerse en cuenta dos posibles alternativas, una de las cuales sería que se tratase de una fusión ósea, asociada a una alteración congénita; la segunda alternativa es que se trate de una anquilosis ósea secundaria, asociada a una alteración previa de origen inflamatorio crónico, infeccioso o traumático. Respecto a la primera, cabe destacar que, la fusión carpiana, aunque aparece asociada a muchos síndromes congénitos, no suele ser constante ni tan masiva como la anquilosis ósea que afecta a los carpos y metacarpos de la mano izquierda del individuo analizado. Además, estos síndromes van, generalmente, asociados a diversas malformaciones que, al menos en los restos óseos analizados, no aparecen. Por otro lado, la mayor parte de las enfermedades congénitas, poseen una sintomatología que se manifiesta ya desde el nacimiento y se caracterizan por una baja tasa de supervivencia; es decir que, si el individuo estudiado estuviera afectado por alguno de estos síndromes, difícilmente hubiera alcanzado la etapa madura-senil. Por lo tanto, en nuestra opinión, y debido a todas las consideraciones anteriores, puede descartarse que la anquilosis ósea que afectó al individuo inhumado en la tumba 13 de la necrópolis de Melque, esté causada por un síndrome congénito. Otra posible etiología de la fusión ósea descrita, pudiera ser que se tratara de una anquilosis secundaria, es decir, que existiera un trastorno previo de origen inflamatorio crónico, infeccioso o traumático. 317 VII Congreso Nacional de Paleopatología En lo que respecta al origen inflamatorio crónico como causante de una anquilosis secundaria, diversas alteraciones (como la artritis crónica juvenil evolucionada o la artritis reumatoide) pueden causar una lesión del tipo descrito, aunque generalmente no de forma aislada. Con relación a la artritis crónica juvenil, cabe destacar que se trata, en la gran mayoría de los casos, de una patología inicialmente monoarticular que, sin embargo, en su evolución posterior suele afectar a diversas articulaciones. Normalmente la zona cervical, así como las grandes articulaciones son las áreas que se ven mayoritariamente afectadas en las primeras etapas de la enfermedad. Estas alteraciones no han sido observadas en los restos óseos analizados. Otro factor a tener en cuenta es que la artritis crónica juvenil es una grave patología, en la que la supervivencia hasta edades elevadas no suele ser común. También puede descartarse que la causa sea otro tipo de artritis de origen inflamatorio, como la artritis reumatoide, ya que estas se caracterizan por ser generalmente poliarticulares y bilateralmente simétricas. Una vez descartadas las anteriores opciones, podemos considerar dos posibles etiologías como la causa de la anquilosis ósea analizada, una sería un origen infeccioso y la otra traumática. En primer lugar podemos considerar la alteración ósea observada como el resultado de una anquilosis secundaria de origen infeccioso, como por ejemplo una artritis séptica. Las rutas de infección en una artritis séptica pueden ser diversas, incluyendo la inoculación directa por una herida penetrante (siendo esta la causa más común en los individuos adultos), o bien el resultado de una diseminación hematógena de gérmenes desde un foco distante, o desde una infección local de partes blandas. Este tipo de artritis es característicamente monoarticular, es decir que inicialmente está muy localizada, pudiendo llegar a ser pancompartimental, y afectar a diversas áreas tras un largo proceso de evolución. La sintomatología citada se corresponde con el diagnóstico de una artritis séptica; sin embargo, la ausencia de otras lesiones típicas de esta patología se explicaría por la larga evolución del proceso, o bien debido a que, el origen de la contaminación fuera una infección de partes blandas, a partir de la que se produjo una diseminación hematógena hasta el hueso (contaminación por contigüidad). Otra posible causa de la anquilosis ósea sería una artritis de origen traumático, etiología que no excluye la anteriormente descrita ya que, como hemos explicado, la artritis séptica puede estar causada por una fractura abierta. Las artritis traumáticas se caracterizan porque pueden llegar a afectar a individuos de cualquier grupo de edad, lo que encajaría con el hecho de que el individuo analizado llegara a alcanzar la etapa de maduro senil. Además, es monoarticular en la gran mayoría de los casos, y es bien conocido que traumatismos graves pueden causar una anquilosis ósea como la que afecta al individuo inhumado en la tumba 13 de la necrópolis de Melque. Pero, al igual que sucedía al considerar la artritis séptica, la falta de confirmación de este diagnóstico en la imagen radiológica, que no muestra ninguna línea de factura, puede ser explicada debido a que nos encontramos ante las últimas fases de un proceso de larga evolución, en el que podemos apreciar las secuelas funcionales de una artritis de origen traumático que afectó al individuo estudiado algunos años antes de su muerte. Por lo tanto, en nuestra opinión, la etiología de la fusión ósea que afecta a la mano izquierda del individuo descrito en este trabajo, muy probablemente responde a una anquilosis ósea secundaria causada por un trastorno previo de origen traumático y/o infeccioso. Agradecimientos A la Excma. Diputación de Toledo que financió las excavaciones realizadas en el yacimiento de Melque. Al Dr. Luis Caballero por permitirnos acceder y estudiar el material óseo objeto de este trabajo. A la profesora Vega del Opto, de Radiología de la facultad de Medicina de la UCM por su inapreciable ayuda para la obtención de parte de la bibliografía. 318 Comunicaciones BIBLIOGRAFÍA AUFDERHEIDE, AC.; RODRÍGUEZ-MARTÍN, C. (1998). The Cambridge encyclopedia of human paleopathology. Cambridge University Press. 478 pp. BRUZEK, J. (1992). La diagnose sexuelle a partir du squelette: Posibilites et limites. Archéo-Nil: pp.43-51. BUIKSTRA, JE.; UBELAKER, DH. (1994). Standards for data collection from human skeletal remains. Arkansas Archaeological º Survey Researches Series n 44. Arkansas. 206 pp. CABALLERO, L.; FERNÁNDEZ, M. (1999). "Notas sobre el complejo productivo de Melque (Toledo). Prospección del territorio y análisis del Carbono 14, polínicos, carpológicos y antracológicos y de morteros". Anales Españoles de Arqueología, 72: pp.199-239. er CAMPILLO, D. (1993). Paleopatología. Los primeros vestigios de la enfermedad. Fundación Uriach (1838). 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Figura 2.- Representatividad esquelética del individuo inhumado en la tumba 13. 321 VII Congreso Nacional de Paleopatología Figura 3.- Facies dorsal de la mano izquierda, del individuo inhumado de la tumba 13. Figura 4.- Facies palmar de la mano izquierda del individuo inhumado en la tumba 13. Figura 5.- Radiografía en facies dorsal de la mano izquierda del individuo inhumado en la tumba 13. 322 Comunicaciones Medidas Derecho Izquierdo 12,5 17,2 41,0 12,5 17,2 41,0 30,8 32,3 14,1 18,9 35,0 14,2 18,0 33,0 D. Antera-posterior mitad radio D. Medial-lateral mitad radio Perímetro mínimo radio Anchura epífisis distal radio D. Antera-posterior mitad ulna D. Medial-lateral mitad ulna Circunferencia mínima ulna Tabla I. Medidas tomadas a partir de los huesos de las extremidades superiores (en mm.). Índice Derecho I. diafisario del húmero 78,68 I. de platolenia de la ulna I. de robustez del radio I. de aplastamiento del radio I. de aplastamiento de la clavícula I. pilástrico del fémur I. cnémico de la tibia Izquierdo Euribraquio 98,20 Eurolenio 17,08 Media 72,67 74,48 72,67 - 11 2,4 Pilastra media 69,84 Mesocnémico 11 6,08 Pilastra media 68,27 Mesocnémico - Tabla II. Índices estimados a partir de los datos métricos tomados de los huesos de las extremidades superiores 323