abuelas …o ¿esclavas?

Anuncio
FAMILIA
www.salesianos.es
ABUELAS
…O ¿ESCLAVAS?
UN MÉDICO, ANTONIO GUIJARRO, HA PUBLICADO UN LIBRO
CONTROVERTIDO. SE TITULA:"EL SÍNDROME DE LA ABUELA ESCLAVA.
PANDEMIA DEL SIGLO XXI" ¿HAY ABUELAS ESCLAVAS?, ¿HAY ABUELAS
QUE SE SIENTEN ESCLAVAS? O MEJOR: ¿CONVERTIMOS A LAS ABUELAS EN
“ESCLAVAS” Y LAS HACEMOS ENFERMAR? PARA REFLEXIONAR…
Josefa tiene 67 años y vive con su marido de 70 años. Padece hipertensión y le acaban de diagnosticar niveles altos de azúcar en la sangre, a pesar de que cuida lo que su marido y ella comen, ya que él
es también hipertenso.
Ella se hace cargo de la compra de su hija Mª José, y de llevar al colegio a sus cuatro nietos, dos de
cada uno de sus hijos. Esta responsabilidad le supone recogerlos cada mañana temprano: a las 8:30
a unos y a las 8:45 a los otros. Los acerca al colegio y hasta las 12:00 se ocupa de su casa, de la
compra, y de los encargos de sus hijos. Con cuatro niños a comer todos los días en casa, esta hora es
bastante conflictiva. "Hay días que, por no oírlos, preparo hasta tres comidas diferentes, para que
cada uno coma lo que quiera". Josefa los acompaña de nuevo al colegio y, por supuesto, los recoge a
las cinco de la tarde.
Afortunadamente, su hijo Luis puede recoger a los más pequeños enseguida pero los nietos más mayores, de 10 y 8 años, se quedan con ella y su marido hasta las siete y media, cuando los del segundo
turno (su hija y su yerno) aparecen para llevárselos. A la frenética actividad de cualquier jornada hay
que añadir la de los días en que se presenta alguno de sus hijos a comer "y sin avisar", o la de las
fiestas especiales, cuando debe quedarse con todos los críos mientras los mayores hacen compras o
salen a divertirse.
Los fines de semana se los toma como unas vacaciones, "aunque tampoco puedo descansar demasiado, porque también tengo que atender mi propia casa y a mi marido". Como compensación, Josefa
encuentra gratificante que los nietos mayores le cuenten más secretos que a sus padres. Además, "de
vez en cuando me dicen que me cuidarán cuando ¡yo sea viejecita y no pueda hacer nada!", añade.
El profesor Guijarro de un tiempo a esta parte,
se ha encontrado con un número significativo de
mujeres de cierta edad con extraños síntomas,
en apariencia externos: Acuden una y otra vez al
médico por cansancio, hipertensión, subidas
repentinas de azúcar, decaimiento o tristeza...
Ha ido descubriendo que hay algo común a todas: cargan con la responsabilidad de sus casas,
la de sus hijos y el cuidado de sus nietos. Es este
exceso de trabajo, acompañado en la mayoría de
los casos con la responsabilidad de hacerse cargo
de niños pequeños, lo que les provoca un estrés
familiar que no se atreven a confesar.
1
www.salesianos.es
La falta de sinceridad, tanto hacia los médicos como hacia su propia familia, viene originada por una
especial concepción de la responsabilidad, formada por una educación basada en la entrega a la
familia. Sin embargo, sus cuerpos ya no soportan tanta tensión.
Según Antonio Guijarro estas mujeres tienen
un perfil muy similar: "vivieron los años de la
postguerra y numerosas estrecheces. Se
ejercitaron en trabajar y obedecer sin
rechistar. Ahora son amas de casa con
responsabilidades
familiares
que
les
sobrepasan, llegando a extenuarles. Pero no
se quejan, porque no estaría bien".
Esa falta de lamentaciones es el principal
problema para atajarlo, ya que todas las
dolencias intentan curarse con fármacos o
incluso hospitalizaciones.
Una vez en el hospital y sin cargas domésticas,
estas mujeres mejoran de forma muy notable, pero al volver a su rutina cotidiana resurgen los mismos
síntomas, o incluso, otras enfermedades. En los casos más extremos, según Guijarro, una mujer
angustiada puede llegar al suicido, ya que no se ven con fuerzas para sobrellevar todas las tareas
impuestas, se sienten incapaces, inútiles y con temor a sentir el desprecio de sus seres queridos.
El Síndrome de la Abuela Esclava se produce por un agotamiento excesivo o sobreesfuerzo físico y
emocional crónicos. El estrés se refleja por el agobio o "la sobrepresión que nace de esa obligación, con
responsabilidad directa, de cumplir simultáneamente varias tareas con eficacia, puntualidad y acierto",
según el doctor Guijarro.
Algunas de las causas que pueden provocar este estrés son las siguientes:
• Realizar trabajos o actividades extra-hogareños, sin liberarse de las obligaciones de ama de casa.
• “Familia numerosa” en total.
• Ancianos, niños o enfermos a su cargo.
• Hijos que, tras independizarse, vuelven al hogar materno acompañados de pareja y/o hijos.
• Enfermedades asociadas al natural envejecimiento que limitan su capacidad física y emocional.
• Ausencia o pérdida de ayudas domésticas.
• Traumatismo emocional: enfermedad grave o fallecimiento de un ser querido. Separación conyugal propia
o de un hijo.
• Deterioro económico: Disminución del poder adquisitivo tras la jubilación. Fracaso de negocios familiares.
Pérdidas patrimoniales.
• Acumulación de obligaciones: Atender a familiares que residen fuera del hogar (hijos, nietos, parientes…)
2
www.salesianos.es
Y estos son algunos de los síntomas más comunes detectados:
• Hipertensión arterial de difícil control, con oscilaciones muy bruscas, aparentemente caprichosas.
• Molestias como sofocos, taquicardias, palpitaciones en el cuello o el tórax, dolores punzantes por el
pecho, que cambian de un lado a otro, dificultad para respirar, mareos, hormigueos, desvanecimientos.
• Debilidad o decaimiento persistentes, cansancio extremo desproporcionado respecto a sus actividades
actuales. En el pasado soportaron tareas mucho más agotadoras sin sentir atisbos de cansancio.
• Caídas fortuitas: las piernas no pueden sostener el cuerpo y la paciente cae al suelo, generalmente sin
perder el conocimiento.
• Malestar general indefinido: Casi nunca se sienten cómodas, a gusto ni relajadas, sin saber definir
exactamente por qué.
• Tristeza, desánimo, falta de motivación.
• Descontrol de padecimientos metabólicos, como la diabetes. Alternan unas elevaciones alarmantes de
las glucemias con descensos bruscos peligrosos, provocando mareos e incluso coma.
• Autoinculpación. Se sienten culpables de su incapacidad actual.
Soluciones
Para poder dar solución a esta situación el doctor Guijarro aboga por la implicación de la familia, ya que
son los propios familiares quienes deben descargar de un exceso de trabajo a la abuela, aunque sin
mermar su autoestima.
"La curación o liberación definitiva se alcanza cuando se consigue el equilibrio entre los cometidos
asignados a la abuela y su fortaleza física y emocional". En el momento en que se eliminan responsabilidades excesivas y se produce un contacto equilibrado con la familia, la mujer con este síndrome siente una
notable mejoría. Según Guijarro, este síndrome "se puede curar con tan sólo concienciar a las familias a
través de los medios de comunicación. Pacientes que antes habrían venido a la consulta, ahora
saben de dónde le vienen tantas molestias y están en disposición de combatirlas".
PARA PENSAR
Algunas ideas para seguir reflexionando:
Este es un artículo que difícilmente nos puede dejar indiferentes…
Hoy en día muchos padres y madres compaginamos vida familiar y
laboral. Eso, lógicamente, tiene un coste. Pero ¿Quién ha de sufrirlo?
Aquellos que confiamos el cuidado de nuestros hijos e, incluso a veces,
de nuestros hogares a nuestros padres, sobre todo la madre... ¿por qué
razones lo hacemos?... ¿económicas?... ¿No hay otras opciones?
¿Salud y bienestar de nuestras madres o bienestar económico nuestro?
That is the question.
¿Qué ventajas crees que tiene el hacerlo? ¿e inconvenientes? ¿Para ti?
¿para tus hijos? ¿para ellos: abuelos y abuelas?
3
Descargar